La recuperación de la 'cordura hidrológica' marca 2011 La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) considera que la política de aguas en 2011 ha venido marcada por la devolución definitiva de las competencias del Guadalquivir traspasadas a la Junta de Andalucía hace tres años, iniciándose así el camino hacia la 'cordura hidrológica' y dibujando la línea que el Ejecutivo deberá seguir en esta materia a lo largo de esta legislatura. Para la Federación, la devolución de estas competencias ha supuesto la restauración de los principios de unidad de cuenca y gestión que ampara la Constitución y la Directiva Marco de Aguas (DMA), sentando las bases necesarias para que el Estado (a través de las diferentes Confederaciones Hidrográficas) tome el próximo año de forma definitiva las riendas de la planificación general de todas las cuencas intercomunitarias. Sin embargo, recuerda que para que se cumplan todos los requisitos de legalidad y la defensa de los intereses generales esté plenamente garantizada, queda todavía pendiente para el próximo año la anulación del artículo de la Ley de Aguas por el que se otorgan competencias sobre Dominio Público Hidráulico -como Policía del Agua- a las comunidades autónomas de Cataluña, Aragón y Andalucía. FENACORE viene defendiendo desde hace tiempo la aprobación de un pacto nacional que permita al Estado recuperar sus competencias constitucionales sobre las aguas que discurren por más de una comunidad autónoma, cuya titularidad se han venido atribuyendo en los últimos años las Administraciones Autonómicas a través de sus distintas reformas estatutarias. La recuperación del Ministerio de Agricultura Otro de los hitos con el que los regantes despiden 2011 ha sido el anuncio por parte del nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de la recuperación del Ministerio de Agricultura y la vuelta de Miguel Arias Cañete como titular de esta cartera, después de que en 2008 el sector quedara relegado a un segundo plano con la integración de los asuntos agrarios en Medio Ambiente, Rural y Marino. Con la recuperación de este ministerio, FENACORE confía en volver a contar con un único interlocutor que ponga en valor el papel de un sector estratégico que, a pesar de llegar a representar el 15% del PIB en algunas zonas de España si tenemos en cuenta la industria agroalimentario asociada, ha visto cómo sus ingresos se desplomaban un 3,4% este año. Este dato contrasta con la subida media del 5,6% registrada en Europa, evidenciando la pérdida de competitividad de los productos agrarios españoles dentro de la UE; un frente abierto con el que tendrá que lidiar el nuevo titular de Agricultura. En busca de un escenario energético competitivo Precisamente, uno de los asuntos que la Federación considera básicos para impulsar la competitividad del sector agrario es la rebaja de la factura energética, que representa ya más del 35% de los costes de producción para los regantes, y con cuya subida se ha especulado a lo largo de todo el año utilizando como argumento el déficit tarifario. Si se cumplen los más recientes anuncios en torno a la factura de la luz, el sector agrícola se verá favorecido por la congelación de tarifas eléctricas que, al parecer, el nuevo Gobierno procurará para empresas e industria, quienes concentran el 79% de la demanda total. Por otra parte, en la pasada legislatura se consiguió a propuesta del Partido Popular que se aprobaran en el Congreso y en el Senado varias propuestas para reducir los abusivos costes energéticos que soportan los regadíos modernizados pero que finalmente fueron rechazadas por el gobierno. Según el presidente de FENACORE, Andrés del Campo, "confiamos en que el nuevo gobierno sea consciente de este problema y estas medidas puedan salir adelante pues afectaban a la reducción del IVA en los regadíos, como ya se aplica en Italia, así como a otras relacionadas con el término de potencia de los costes energéticos, que ha aumentado por encima del 450% desde 2008. La modernización, condicionada De ser así, la aplicación de unos costes energéticos más racionales permitiría impulsar durante el próximo año la segunda fase del Plan Nacional de Regadíos Horizonte 2015, actualmente condicionada por unas tarifas eléctricas inasumibles, que se han ido multiplicando de forma exponencial, haciendo inviable la transformación de las más de un millón de hectáreas que actualmente quedan pendientes. Ataque frontal al regadío desde Bruselas En el plano internacional, la agricultura de regadío ha vivido en 2011 uno de sus episodios más amargos, tras la propuesta del comisario europeo Dacian Ciolos de establecer un pago fijo por hectárea -tasa plana- en lugar de incentivar la producción, que es precisamente el principal valor de esta actividad. Este nuevo ataque a la competitividad del sector agrario español -en crisis por la caída del precio de los productos agrarios y la subida de los costes de producción- traerá consigo una reducción del 70% de la actividad, provocando el abandono progresivo de las superficies de regadío por cultivos de secano que, aunque con un rendimiento cuatro veces inferior, son mucho más económicos de mantener. En este sentido, los regantes confían en que la "Estrategia Nacional" para la defensa de los intereses españoles en la Unión Europea que el nuevo presidente anunció en su discurso de investidura, contemple destinar parte de los fondos comunitarios orientados al segundo pilar de políticas de desarrollo rural a reforzar la agricultura de regadío sostenible (o modernizada), sin condicionantes inalcanzables derivados de un "excesivo celo ambientalista". La necesidad de tomar el testigo de Joaquín Costa Por último, la Federación considera que con el nuevo Gobierno revive la esperanza de retomar el desarrollo de un Plan Hidrológico Nacional (PHN) -derogado por el anterior Ejecutivo- que consiga promover la construcción sostenible de embalses y trasvases intercuencas, precisamente ahora, cuando despedimos el año en que rememoramos el centenario del fallecimiento de Joaquín Costa, el impulsor por excelencia de la obra hidráulica en España. En su opinión, se hace necesario tomar su testigo porque sólo a través de estas infraestructuras de regulación será posible garantizar y hacer además un uso eficiente del agua, contribuyendo a paliar los efectos negativos de un posible cambio climático, evitando los daños de las inundaciones y asegurando los recursos en años de escasa pluviometría, como este 2011, el más seco del último lustro, con un 19% menos de lluvia.