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fiestas
grecorromanas
Septiembre
Días 4-19. Durante dieciséis días los romanos honraban a Júpiter
celebrando la mayor de las festividades en su honor, los Juegos
Romanos, instituidos por Tarquinio Prisco, el quinto rey de Roma.
Comenzaba la fiesta con una procesión religiosa, que partía del Capitolio, atravesaba el Foro y terminaba en el Circo Máximo; la presidía
el edil curul, al que seguían los jóvenes a pie o a caballo, los aurigas
y los luchadores que iban a participar en las distintas pruebas; tras
ellos, llevadas a hombros, las imágenes de los dioses y, cerrando el
cortejo, los atributos de éstos. El acto central de las fiestas tenía lugar
el día 13, en que se ofrecía un banquete sagrado a Júpiter Óptimo
Máximo en nombre de todo el pueblo romano. Antes del banquete
se celebraban representaciones escénicas y tras él, los espectáculos
del circo: carreras de cuádrigas, desultores (jinetes que saltaban de
un caballo a otro), luchadores y pugilistas.
Primera semana. Si entre los romanos septiembre estaba dedicado
a Júpiter, en Atenas el mes Boedromión, equivalente al septiembre
romano –hay que hacer notar que la equivalencia no es exacta, ya
que el calendario ático es lunisolar, lo que imposibilita la equivalencia
de los días con el calendario romano, que es solar–, recibía su nombre
de las Boedromias, fiestas en honor de Apolo. Su origen remonta al
mítico rey Teseo, que habría instituido esta fiesta en agradecimien-
to a la ayuda
del dios en su
guerra contra
las amazonas,
si bien en época histórica pasó a conmemorar la victoria sobre los
persas en la batalla de Maratón, que tuvo lugar el 13 de Septiembre
del año 490 a. C.
Tercera semana. A Deméter y su hija Proserpina estaban consagrados los Grandes Misterios, cuyas ceremonias se iban a prolongar
ocho días. A pesar de su carácter secreto tenemos cierta información
de algunos ritos. El primer día de celebración recibía el nombre de
Agyrmós, es decir, «Reunión», ya que los iniciados acudían a reunirse
a Atenas; el segundo día se denominaba Hálade mýstai, esto es, «al
mar los iniciados», pues los participantes se purificaban bañándose en el mar; el quinto día abandonaban Atenas y se trasladaban
a Eleusis, representando en el camino, mediante ritos, el mito de
Deméter: la búsqueda de su hija Proserpina, que, raptada por su tío
Hades, había sido conducida a los Infiernos. De los últimos días carecemos de información precisa, excepto que las ceremonias tenían
lugar en el Telesterio, sala de reunión, con capacidad para cientos de
iniciados.
Octubre
Primera semana. El mes equivalente a octubre entre los griegos
recibía el nombre de Pianopsión, por celebrarse en él las Pianopsias, nombre derivado del potaje de habas (pýanos) que se consumía en este día, tras ofrecer las primicias del mismo a Apolo, en
cuyo honor se celebraba la fiesta. Ante el templo del dios, así como
ante las casas particulares, se colgaban ramos de olivo, cubiertos
de lana, y copas de vino y aceite. Dos días después, se celebraban
las Oscoforias, en honor, esta vez, de Dioniso, para conmemorar
el final de la vendimia con una procesión en la que dos jóvenes
transportaban sarmientos llenos de uvas desde el templo que el
dios del vino tenía en la Acrópolis hasta el de Atenea en el puerto
de Faleros, seguidos por un coro que entonaba los himnos propios
de esta ocasión.
Día 11. Meditrina era una diosa agraria que presidía el cultivo de
la vid y que, dado que al vino le atribuían los romanos propiedades
curativas, pasó a ser considerada también diosa de la medicina. En
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su honor se celebraban en este día las Meditrinalia, en las que se
vigorizaba el vino nuevo mezclándolo con el añejo; al beberlo había
que pronunciar la siguiente fórmula: «Bebo vino antiguo y nuevo;
me curo las enfermedades antiguas y nuevas.»
Día 26. Durante el Imperio la admiración de los romanos hacia
la cultura egipcia les llevó a aceptar algunos ritos de su religión.
En este día se conmemoraba el Hallazgo de Osiris, que había
sido asesinado por su hermano Seth y descuartizado en catorce
pedazos, que el fratricida escondió en distintos lugares del mundo.
Isis consiguió encontrarlos y, una vez reunidos, Osiris resucitó y
se convirtió en dios protector de los muertos. Las ceremonias con
las que se reproducían todos los episodios del mito se prolongaban
hasta el 3 de Noviembre.
José Contreras Valverde
Catedrático de Latín y Escritor
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