Arnold Schönberg

Anuncio
9
octubre
2009
27
octubre
2009
Retrato I
Luis de Pablo
Director: Fabián Panisello
Soprano: Alda Caiello
Entrevista en vivo por José Luis García del Busto
Retrato II
Peter Eötvös
Director: Jean-Philippe Wurtz
Soprano: Allison Bell
Entrevista en vivo por Álvaro Guibert
diciembre Retrato III
Igor Stravinski
2009
Director: Zsolt Nagy
Violín: Ema Alexeeva
Barítono/Narrador: Nicholas Isherwood
Presentado por Tomás Marco
16
Director: Cristóbal Halffter
15
febrero
2010
19
Retrato IV
Solistas de Pluralensemble
Cristóbal Halffter Entrevista en vivo por José Luis Pérez de Arteaga
Clarinete: Jörg Widmann
Piano: Siegfried Mauser
Entrevista en vivo por Siegfried Mauser
marzo
2010
Retrato V
Jörg Widmann
20
Director: Fabián Panisello
Solista: Salome Kammer
Retrato VI
Solista: Karel Ludvik
Arnold Schönberg Presentado por Luis Suñén
abril
2010
12
mayo
2010
Retrato VII
Música
contemporánea
de España y
de Iberoamérica
Director: Wolfgang Lischke
Solistas de Pluralensemble
Presentado por Tomás Marco
Lugar
Sala de Cámara
Auditorio Nacional de Música, Madrid
Hora
19:30 h
Imprescindible solicitar invitación
Tlf.: 91 365 99 82 · [email protected]
Pluralensemble
Palacio del Marqués de Salamanca
Paseo de Recoletos, 10 · 28001 Madrid
Tlf.: + 34 91 374 54 00
[email protected]
www.fbbva.es
Calle Toledo 95, 3.º
28005 Madrid
Tlf.: + 34 91 365 99 82
[email protected]
www.pluralensemble.com
CICLO DE CONCIERTOS FUNDACIÓN BBVA
DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA 2009-2010
PLURALENSEMBLE
Retrato VI
Arnold Schönberg
Director
Fabián Panisello
Barítono
Karel Ludvik
Soprano
Salome Kammer
Programa
Presentación de Luis Suñén 20'
Ode to Napoleon Buonaparte, voz de Karel Ludvik 17'
Pierrot lunaire, voz de Salome Kammer 36'
Intervienen
Flauta: Sebastian Jacot
Clarinete: Carmen Domínguez
Violín: Ema Alexeeva
Violín: Dobrochne Banaskievic
Viola: Ana María Alonso
Violonchelo: Michal Dmochowski
Piano: Alberto Rosado
Coordinación artística
y producción
Mara Mendialdua
Martes, 20 de abril de 2010 · 19:30 h
Auditorio Nacional de Música, Sala de Cámara
Retrato VI · Arnold Schönberg
Ebrios de luna y de sangre
Treinta años y veinte puestos en el
catálogo de su autor separan las
dos obras de Schönberg que se
ofrecen en el presente programa.
Treinta años que van de una de las
mayores revoluciones experimentadas en la historia de la música
–Pierrot lunaire– a los hechos que
marcarán la historia del siglo XX: la
llegada al poder de Adolf Hitler y
el desarrollo del nazismo, que fue
la causa por la que Schönberg
abandonó su país. Con el exilio el
compositor salvó su vida, aunque
esa vida cambió de manera imprevista. Ode to Napoleon Buonaparte
(Oda a Napoleón Bonaparte) ejemplifica ese momento. Las dos piezas, además, beben de potentes
fuentes literarias.
Pierrot lunaire
En 1884, el belga Albert Giraud
(1860-1922) publicaba Pierrot lunaire,
cincuenta poemas en forma de rondel, es decir, con la estructura estrófica correspondiente al esquema ABBA ABAB ABBAA, donde el
último verso de la primera estrofa
es idéntico al que abre el poema,
ya repetido en la tercera línea de
la segunda estrofa. El mundo que
se representa es el de los personajes de la commedia dell'arte
con protagonismo de Pierrot, acompañamiento de Colombina, Arlequín
y el viejo Doctor, el sol del ocaso y,
sobre todo, la luna, algo más, mucho
más que una presencia decorativa.
En 1893 aparece la traducción alemana de Pierrot lunaire a cargo de
Otto Erich Hartleben. Esta traducción alcanzó un éxito considerable
que todavía le acompaña cuando
se la compara con el original, al
que ha acabado por eclipsar debido
en gran parte a la música de
Schönberg. Lo que hace Hartleben
es trasladar los personajes y su
contexto a un marco más moderno
o, tal vez diríamos mejor, más modernista en el sentido amplio con
que la cultura europea iría acuñando el término en un período de
tiempo que alcanzará hasta la llegada del surrealismo. El traductor
respetó el número de estrofas de
cada poema pero no las rimas ni
la longitud de los versos, de modo
que el ritmo del original se hace,
en su versión, irregular, sincopado
y bien propio para su dramatización
con las herramientas de que habría
de servirse Schönberg.
Con esa traducción, mucho más
adecuada sin duda a su gusto
literario, se encuentra Arnold
Schönberg a principios de 1912
cuando la cantante Albertine
Zehme –«una profetisa del melodrama, de la palabra hablada hecha
música», según Stuckenschmidt–
le encarga que escriba, para ser
interpretada por ella misma, la
música para una selección de rondeles del libro-poema de Giraud.
Curiosamente, ya la misma cantante había hecho un encargo parecido en 1904 al compositor Otto
Vrieslander, con un resultado tan
poco satisfactorio que nunca llegaría a ser estrenado. Schönberg
trabajó en Pierrot lunaire entre el
12 de marzo –Gebet an Pierrot– y
el 9 de julio –Die Kreuze–. El compositor estaba en contacto directo
con la cantante quien, a su vez, se
preocupaba de que todo fuera de
la mejor manera posible, incluyendo los aspectos económicos y sin
escatimar en lo que pudiera contribuir a que el estreno resultara
un éxito. Este se produjo después
de veinticinco ensayos.
La obra se dio a conocer por vez
primera en la Sala Coralion de
Berlín el 16 de octubre de 1904.
Después, Schönberg y Zehme emprendieron una gira de resultados
desiguales y sobre la que hay opiniones de crítica y público –intelectuales y artistas de la época– para
todos los gustos.
Schönberg selecciona veintiún poemas de la traducción de Hartleben
y los divide en tres partes de siete
melodramas cada una, rompiendo
la continuidad –si en puridad cupiera hablar de ella– del original y
fragmentando este en episodios
que vienen a significar la presentación de Pierrot –y de esa ebriedad
de luna que tanto significa en el
conjunto–, sus contradicciones y
peripecias, y la nostalgia y la vuelta
a casa. La complejidad de la partitura es creciente a lo largo de cada
episodio y detenerse en cada una
de sus etapas rebasa la intención
y el espacio de estas notas. Podría
decirse que en este Pierrot lunaire,
en el que solo un tercio de sus
fragmentos superan los dos minutos de duración –Galgenlied no
llega a los veinte segundos–, se
encuentra alguna de las obras
maestras de su autor. Por ejemplo
Nacht, una passacaglia que ejemplifica adónde había llegado el arte
composicional de Schönberg –no
es mala idea escuchar antes su
Herzgewächse, un año anterior, y
después Die glückliche Hand, uno
posterior– y lo que se abría ante
él y ante la música que en aquel
momento conducía hacia el futuro.
Hay también cánones, dobles cánones, un vals o una barcarola,
todo presidido por una atonalidad
libre que, sosteniendo a esa luna
y a ese Pierrot, nos demuestra que
estamos en otro mundo.
Pierrot lunaire está orquestada para
ocho instrumentos (violín, viola,
flauta, flautín, clarinete, clarinete
bajo, piano y violonchelo) habitualmente ejecutados por cinco intérpretes.
Ode to Napoleon Buonaparte
El 31 de agosto de 1933 Arnold
Schönberg llegaba a Nueva York
para empezar una nueva vida en
Estados Unidos. Pocos meses
antes, el ministro de Cultura del III
Reich, Joseph Goebbels, había autorizado su despido como docente
en la Academia Prusiana de las
Artes de Berlín y el propio compositor decidió volver al seno de la
comunidad religiosa judía, abandonar la escritura gótica e internacionalizar la grafía de su nombre
usando oe en lugar de ö. Se instaló
en Los Ángeles, como hicieron
Stravinski y Klemperer.
Treinta años después de Pierrot
lunaire, en 1942, la League of
Composers –que ya lo había recibido cariñosamente en los tiempos
de su llegada a América– pidió a
Schönberg una nueva obra. El compositor se sirvió para ello de la Oda
a Napoleón Bonaparte de Lord
Byron, que había leído un año antes
en su traducción alemana. El poema constaba en la primera –y apresurada: solo unas pocas horas–
redacción de Byron de dieciséis
estrofas de nueve versos cada una,
pero su editor le pidió que añadiera
otras tres, que son las dedicadas
a la figura de George Washington
que cierran el poema en su conjunto. La pieza musical fue escrita
entre el 12 de marzo y el 12 de
junio. En una carta fechada el 15
de enero de 1948, dirigida a
Stuckenschmidt y citada por este
en su libro Schoenberg: vida, contexto y obra (Alianza Editorial,
Madrid, 1991), Schönberg le dice:
«Lord Byron, que antes había admirado enormemente a Napoleón, se
sintió tan defraudado por su sencilla resignación que lo cubre de la
más sarcástica ironía: creo que he
logrado reflejar esto en mi composición». Igualmente señala en otro
lugar: «Tuve la idea de que la pieza
no podía ignorar la creciente agitación que sufría la Humanidad
contra los crímenes que provocaba
esta guerra. Recordé Las bodas de
Fígaro de Mozart contra el derecho
de pernada, el Guillermo Tell de
Schiller, el Egmont de Goethe, la
Heroica y la Victoria de Wellington
de Beethoven y supe que la inteligencia tenía la deuda moral de
tomar una actitud contra la tiranía».
En efecto, para Schönberg, el dictador retratado en el poema de Byron
refleja a Hitler y prefigura su caída
en contraste con el homenaje final
a Washington. Quizá sea el momento de recordar que tras la Oda
a Napoleón Bonaparte vendrán Un
superviviente de Varsovia, el preludio de Genesis y De profundis.
La obra, escrita para cuarteto de
cuerda, piano y recitador es esencialmente dodecafónica, guardando
el siguiente orden: mi-fa-re bemoldo-sol sostenido-la-si-si bemol-remi bemol-sol-fa sostenido-mi bemol
mayor. Recordemos que esta última
clave, que actúa como acorde final,
es la de la Heroica de Beethoven,
originalmente dedicada a Napoleón.
Podríamos decir que Schönberg
mantiene la intención beethoveniana
de honrar al héroe pero este es ahora George Washington, no aquel
dictador que defraudó al genio de
Bonn. En ese sentido, el contraste
de las tres últimas estrofas se hace
evidente en la puesta en música del
texto.
En la misma carta citada anteriormente, Schönberg advierte que
«para el papel del recitador de esta
oda hace falta un cantante extraordinariamente musical. La declamación no es tan difícil como la
del Pierrot, pero el recitador deberá
atenerse muy estrictamente al compás. Muchos de los aspectos de la
música que está en todo momento
subrayando, ambientando e ilustrando, resultarían incomprensibles,
e incluso sin sentido, si la palabra
y el tono no irrumpieran en el momento preciso. En su día comparé
esto con el chiste del payaso que
primero se cae, luego se apunta
con la pistola y luego se oye el
disparo». Vemos que Schönberg no
se cree menos que Byron, que la
música es aquí lo más importante
y que el texto ha de estar a su
servicio. En cierto modo tiene razón,
pues uno de los poemas menos
populares del escritor inglés cobró nueva vida en la partitura del
músico alemán.
La Oda a Napoleón Bonaparte fue
estrenada el 24 de noviembre de
1944 por la Filarmónica de Nueva
York dirigida por Arthur Rodzhinski.
Se trataba de una versión para
orquesta de cuerdas –con el añadido de la parte de contrabajo–
que el compositor aprobó por amistad con el director. A partir de ahí
la obra se interpreta como quería
Schönberg, es decir, y como hemos
señalado, con un recitador acompañado por un quinteto con piano.
Notas al programa
de Luis Suñén
Arnold Schönberg
Nacido en Viena en 1874, Arnold
Schönberg tuvo una formación en
gran parte autodidacta. A los veinte
años compaginaba trabajos en el
teatro, en el mundo de la opereta
o el cabaré, con la redacción de
obras como Noche transfigurada
(1899). Gustav Mahler fue uno de
los primeros artistas que reconoció
la importancia de Schönberg como
compositor, y el vienés lo consideró
toda su vida su mentor y protector.
La orientación extratonal de
Schönberg comienza en la primera
década del siglo XX, y llega su ápice
con el Pierrot lunaire de 1912, sobre
los textos de Albert Giraud, en el
que el compositor desarrolla la
Sprech-Stimme (voz hablada cantada), en que la solista vocal realiza
una mezcla de discurso hablado y
canto, que va más allá del ya entonces practicado Sprech-Gesang.
En los años veinte, tras un largo
período de reflexión, establece
un sistema, el dodecafonismo
(doce sonidos), que utiliza todas
las –doce– alturas del sistema
cromático occidental.Orquestalmente, la «carta magna» del nuevo
orden fueron las Variaciones op.
Fabián Panisello
31. Perdidos sus cargos docentes
en Berlín con el advenimiento del
nazismo, Schönberg emigró a
Estados Unidos, donde falleció, en
Los Ángeles, en 1951. Aunque permaneció fiel al sistema que él mismo había creado, como en su inconclusa ópera Moisés y Aarón,
regresó en ocasiones al atonalismo
libre y hasta a la misma escritura
tonal, siempre dentro de una profunda coherencia estética y ética
que marca toda su carrera.
José Luis Pérez de Arteaga
Fabián Panisello vive en Madrid,
donde es director académico de la
Escuela Superior de Música Reina
Sofía y director del Pluralensemble.
Se formó como compositor con
Francisco Kröpfl en Buenos Aires
y con Boguslaw Scheffer en el
Mozarteum de Salzburgo (diploma
de excelencia, 1993). Completó su
formación con Elliott Carter, Franco
Donatoni, Brian Ferneyhough y Luis
de Pablo en composición y con
Peter Eötvös en dirección. Artistas
como Pierre Boulez, Peter Eötvös,
Arditti Quartet, Susana Mälkki,
Dimitri Vassilakis, Marco Blaauw
o Francesco D'Orazio y orquestas
como la SWR (Baden Baden), DSO
(Berlín), Orquesta Nacional de
España, Orquesta Mozarteum de
Salzburgo o de la Comunidad de
Madrid han interpretado sus obras.
Ha obtenido premios como Mozarts
Erben de la Ciudad de Salzburgo o
el Premio Iberoamericano Rodolfo
Halffter de Composición. Publica
su obra en la Editorial Peters de
Frankfurt.
Como director titular del Pluralensemble, Fabián Panisello se presenta en los principales festivales
del mundo dedicados a la música
actual, como los americanos
Mannes y A Tempo, y los europeos
Otoño de Varsovia, Présences,
Musica, Ars Musica, Ultraschall,
Aspekte, Manca, Spaziomusica y
Ensemble Europa WDR, además
de la Quincena Donostiarra y el
Festival Internacional de Alicante
en España. Ha dirigido, entre otros,
MusikFabrik de Colonia, Ensemble
Orchestral Contemporain de Lyon,
Musiques Nouvelles de Bruselas
o el Israel Contemporary Players
de Tel-Aviv, y ha participado como
codirector en dos estrenos absolutos de Karlheinz Stockhausen:
Hoch-Zeiten y Mixtur-2003 con las
orquestas WDR de Colonia y DSO
de Berlín. Ha estrenado más de
doscientas obras de compositores
actuales y grabado numerosos CD
para NEOS, Col legno, Cypres,
Verso e Instituto Cervantes.
Karel Ludvik
Nacido en 1980, el barítono canadiense Karel Martin Ludvik comenzó sus actividades musicales en
calidad de alto. Bajo la tutela de
Winston Purdy, Karel se licenció
en Música en la Universidad McGill
de Montreal y obtuvo un diploma
en Künstlerische Ausbuildung en
el Hochschule für Music Augsburg.
A continuación realizó un máster
en ópera del De Nieuwe Opera
Academie de Ámsterdam y continuó
su formación en el Operastudio
Nederland. Ha participado en clases
magistrales con Margreet Honig,
Brigitte Fassbaender, Julia Hammari,
Wolfgang Holzmair y Rudolf Jansen.
En la actualidad estudia canto con
Margreet Honig y Tom Krause.
En el escenario operístico ha interpretado, entre otros, los personajes
de Conte Almaviva (Le Nozze de
Figaro), Papageno (Die Zauberflöte),
el papel principal y el de Masetto
(Don Giovanni) y Nettuno (Idomeneo). Karel Ludvik interpretó asimismo el estreno mundial del monodrama Martin Streda de Andrew
Svoboda en Nueva York, y también
el papel de Dad en Greek, de
Turnage.
Salome Kammer
Sus representaciones de oratorios
en Europa y Canadá incluyen la
Misa de Schubert en Mi bemol
mayor, Saint Nicolai de Haydn, las
misas Credo de Mozart y Klagende
Lied de Mahler, las Pasiones de
San Juan y San Mateo de Bach,
así como selecciones del Messias
de Händel. En 1993, Karel Ludvik
participó en el estreno mundial de
In Widening Circles de Raminsh,
en Montreal.
En recitales, Ludvik ha interpretado
art song y programas operísticos
en Canadá, Holanda, Alemania,
Austria e Italia. Sus representaciones recientes incluyen un concierto en el Concertgebouw de
Ámsterdam, un recital de Schumann
en Augsburgo y el Concierto de
Inauguración del Mozarthaus para
el International Mozartfest de
Augsburgo.
Karel Ludvik ha recibido numerosos premios, entre ellos el
Bayreuth Stipendium, varias becas
del Deutscher Akademischer
Austauschdienst, el Austrian Music
Scholarship, así como becas de los
Ministerios de Asuntos Exteriores
de Italia y la República Checa.
Salome Kammer (Nidda, Alemania,
1959) estudió la carrera de violonchelo de 1977 a 1984 en Essen (Alemania). En 1983 fue contratada como actriz por el teatro de la ciudad
alemana de Heidelberg, donde actuó durante cinco años en numerosos papeles. En 1988 se trasladó
a Múnich con motivo del rodaje de
la película épica Die zweite Heimat
(Heimat 2) de Edgar Reitz. Fue entonces cuando empezó a trabajar
su voz, y desde el año 1990 actúa
como cantante solista en conciertos
de música contemporánea.
Zeugen (Testigos) de Georges
Aperghis en el festival Wittener Tage
für neue Kammermusik. Con Lady
Sarashina, de Peter Eötvös, actuó
en 2008 en la Opéra National de
Lyon y en la Opéra Comique de París.
En la temporada 2008/09 cantó
en Múnich Aventures & Nouvelles
Aventures de Ligeti y participó por
primera vez en el Rheingau Musik
Festival con un recital de Weill.
A principios de 2010 ha actuado en
París en la puesta en escena realizada por Antoine Gindt de los KafkaFragmente de Kurtag.
Su amplio repertorio abarca clásicos modernos como Pierrot lunaire
y el Cuarteto para cuerda n.º 2 de
Schönberg, así como obras de compositores de índole tan diversa como Cage, Berio, Zender, Rihm y
Kurtág, pero también comprende
recitales de lied de Brecht y de
Eisler y el papel de Eliza Doolittle
en My Fair Lady. Salome Kammer
ha cosechado grandes éxitos en
numerosas producciones de óperas contemporáneas como Das
Mädchen mit den Schwefelhölzern
(La niña de los fósforos) de Helmut
Lachenmann. En 2007 estrenó
Salome Kammer ha protagonizado
numerosas producciones de radio y
CD, entre ellas una grabación de
Jakobsleiter (La escalera de Jacob)
de Schönberg para Harmonia Mundi,
así como de Das Mädchen mit den
Schwefelhölzern de Lachenmann
para Kairos. Sus últimos CD grabados son I hate music, but I like to
sing y Salomix-max.
En la actualidad, Salome Kammer
es docente de Teoría y práctica de
la representación de música contemporánea en la Escuela Superior
de Música y Teatro de Múnich.
© Kike Para
Pluralensemble
Pluralensemble es un conjunto instrumental especializado en música
de los siglos XX y XXI, fundado por
Fabián Panisello, su director titular,
y nacido con la vocación de difundir
la música contemporánea, con un
acento especial en la música creada
en España. Buscando siempre la
más alta calidad interpretativa, desarrolla anualmente una temporada
estable de conciertos y giras, alternando el más exigente repertorio
de solista con obras de conjunto.
A lo largo de sus trece años de
vida, ha desarrollado sus temporadas de conciertos en el Auditorio
Nacional de Música, el auditorio
del Museo Thyssen-Bornemisza y
el Círculo de Bellas Artes de
Madrid, y ha intervenido con gran
éxito de crítica y público en festivales y auditorios como Musica
(Estrasburgo), A Tempo (Caracas),
Présences (París), Ars Musica (Bruselas), Manca (Niza), Spaziomusica
(Cagliari), Aspekte (Salzburgo), IFCP
Mannes (Nueva York), Konzerthaus
(Berlín), Festival de Música de
Alicante, Quincena Donostiarra, o
el Auditorio 400 del Museo
Nacional Centro de Arte Reina Sofía
de Madrid, ciclo de la WDR de
Colonia, el Festival Nous Sons del
Auditori de Barcelona, el Festival
de Otoño de Varsovia y el Festival
Ultraschall de Berlín, entre otros.
Además de numerosas grabaciones
para las radios WDR, RBB, RNE, RF,
ORF, RTBF o la radio polaca entre
muchas otras, realiza grabaciones
de CD para los sellos Col legno
(Múnich), Verso (Madrid), Cervantes
(Bremen) y NEOS (Múnich) de compositores como David del Puerto,
Luis de Pablo, César Camarero,
Peter Sculthorpe, José Manuel
López López y Fabián Panisello, y
tiene prevista la aparición de dos
discos monográficos sobre la obra
de cámara de Ravel, José Luis
Turina y György Ligeti.
Colabora habitualmente con solistas
como Dimitri Vassilakis, Nicholas
Isherwood, Alda Caiello, Allison Bell,
Salome Kammer, Siegfried Mauser,
Jörg Widmann, Pilar Jurado, Marco
Blaauw, Miquel Bernat, y directores
como Zsolt Nagy, Cristóbal Halffter,
Cesáreo Costa, Daniel Kawka, Joan
Cerveró, Wolfgang Lischke o Jean
Paul Dessy.
Además de sus giras, grabaciones
y ciclo pedagógico sobre la música
del siglo XX, actualmente desarrolla
este ciclo de conciertos-retrato dedicado a grandes compositores contemporáneos internacionales en el
Auditorio Nacional de Música, fruto
de la colaboración con la Fundación
BBVA.
Ode to Napoleon
Buonaparte,
de Lord Byron.
Traducción española de José Luis Temes.
'Tis done---but yesterday a King!
And armed with Kings to strive--And now thou art a nameless thing:
So abject---yet alive!
Is this the man of thousand thrones,
Who strewed our earth with hostile bones,
And can he thus survive?
Since he, miscalled the Morning Star [Lucifer],
Nor man nor fiend hath fallen so far.
¡Todo ha terminado! Aunque ayer fuiste rey,
y armado para rivalizar con los reyes,
ahora no eres más que una cosa sin nombre;
tan perverso, ¡y aún vivo!
¿Y este era el hombre de los mil tronos,
que alfombró nuestras tierras con los huesos de sus enemigos
para poder sobrevivir él mismo?
Después de él, cínicamente llamado Estrella de la Mañana [Lucifer],
ningún hombre ni ningún demonio ha caído más bajo.
Ill-minded man! why scourge thy kind
Who bowed so low the knee?
By gazing on thyself grown blind,
Thou taught'st the rest to see.
With might unquestioned,---power to save,--Thine only gift hath been the grave
To those that worshipped thee;
Nor till thy fall could mortals guess
Ambition's less than littleness!
Hombre de mente perturbada,
¿por qué te ensañaste con tus semejantes
cuando ya habían inclinado ante ti la rodilla?
El que presumía de enseñar a los demás a ver
acabó ciego él mismo de tanto autocontemplarse.
El que tuvo poder absoluto, y poder para otorgar la libertad,
no ofreció más que un ataúd a sus aduladores.
Hasta tu caída los mortales no habían podido imaginar
en cuánta miseria puede convertirse la ambición.
Thanks for that lesson---it will teach
To after-warriors more
Than high Philosophy can preach,
And vainly preached before.
That spell upon the minds of men
Breaks never to unite again,
That led them to adore
Those Pagod things of sabre-sway,
With fronts of brass, and feet of clay.
Gracias por esta lección, que enseñará
a los luchadores de mañana
más que cualquier discurso filosófico
que en vano haya sido antes predicado.
Ojalá que al fin los hombres hayan aprendido
a no dejarse deslumbrar
por esos falsos ídolos engañosos,
de sable curvado, cabeza de bronce y pies de barro.
The triumph, and the vanity,
The rapture of the strife--The earthquake-voice of Victory,
To thee the breath of life;
The sword, the sceptre, and that sway
Which man seemed made but to obey,
Wherewith renown was rife--All quelled!---Dark Spirit! what must be
The madness of thy memory!
Los triunfos, las vanidades,
el delirio de las batallas,
la atronadora voz de las victorias,
eran para ti el aliento que necesitabas para seguir viviendo.
La espada, el cetro, y ese imperio
en el que los seres humanos no parecían sino hechos para obedecerte,
fueron los soportes de tu vanidad.
Todo lo sometiste a tu capricho. ¡Espíritu de las tinieblas,
cuál no habrá de ser la locura de tu memoria!
The Desolator desolate!
The Victor overthrown!
The Arbiter of others' fate
A Suppliant for his own!
Is it some yet imperial hope
That with such change can calmly cope?
Or dread of death alone ?
To die a Prince---or live a slave--Thy choice is most ignobly brave!
El devastador, devastado.
El victorioso, vencido.
El dueño del destino de los demás,
mendigo del suyo propio.
¿Quedará todavía algún delirio imperial
que aún subsista después de tal enseñanza,
después de tu muerte, despreciado por todos?
Morir como un tirano o vivir como un esclavo,
este fue tu disparatado dilema.
He who of old [Milo] would rend the oak,
Dreamed not of the rebound;
Chained by the trunk he vainly broke--Alone---how looked he round?
Thou, in the sternness of thy strength,
An equal deed hast done at length,
And darker fate hast found:
He fell, the forest prowlers' prey;
But thou must eat thy heart away!
Se cuenta que un leñador [Milo] se vio un día
víctima de una revancha que nunca pudo haber imaginado:
estaba encadenado a uno de los árboles que en vano pretendía cortar
contemplando desolado su infortunio.
Tú, en la ceguera de tu fuerza
has encontrado igual final,
pero con un destino aún más cruel:
si él morirá víctima de las aves rapaces del bosque,
tú habrás de devorar tu propio corazón.
The Roman [Sylla], when his burning heart
Was slaked with blood of Rome,
Threw down the dagger---dared depart,
In savage grandeur, home.--He dared depart in utter scorn
Of men that such a yoke had borne,
Yet left him such a doom!
His only glory was that hour
Of self-upheld abandoned power.
El Romano [Sylla], cuando su ardiente corazón
fue ahogado por la sangre de Roma,
bajó la espada y se atrevió a volver,
con entereza, hacia su patria.
Y abdicó ante el absoluto desprecio
de los hombres que habían padecido su yugo,
pero que al menos le permitieron este final.
Su única gloria fue, pues,
ese instante de aceptar abandonar el poder.
The Spaniard [Charles V], when the lust of sway
Had lost its quickening spell,
Cast crowns for rosaries away,
An empire for a cell;
A strict accountant of his beads,
A subtle disputant on creeds,
His dotage trifled well:
Yet better had he neither known
A bigot's shrine, nor despot's throne.
El Español [Carlos V], cuando la polvareda de la ambición
había perdido para él su engañoso encanto,
cambió su corona por el rosario,
su imperio por una pequeña habitación.
Riguroso contador de sus riquezas,
hábil discutidor sobre temas religiosos,
al menos su locura obró en su beneficio;
y fue mejor para su destino no haber conocido
ni el mausoleo de los fanáticos ni el trono de los déspotas.
But thou---from thy reluctant hand
The thunderbolt is wrung--Too late thou leav'st the high command
To which thy weakness clung;
All Evil Spirit as thou art,
It is enough to grieve the heart
To see thine own unstrung;
To think that God's fair world hath been
The footstool of a thing so mean.
Pero tú, de cuyo brazo brutal podías
hacer brotar truenos,
dejaste demasiado tarde tu poder absoluto
en manos de aquel al que habías transmitido tu miseria.
Un espíritu perverso como tú
es suficiente para conmover el corazón
contemplando tu propia ruindad.
¡Y pensar que las bellezas del mundo, creado por Dios,
han sido los escalones de que te serviste para tus popias vilezas!
And Earth hath spilt her blood for him,
Who thus can hoard his own!
And Monarchs bowed the trembling limb,
And thanked him for a throne!
Fair Freedom! we may hold thee dear,
When thus thy mightiest foes their fear
In humblest guise have shown.
Oh! ne'er may tyrant leave behind
A brighter name to lure mankind!
¡Esta tierra ha derramado tanta sangre por un hombre
que no ha vertido ni una sola gota!
Los reyes, con las piernas temblorosas,
se inclinaban ante él para agradecerle el trono que mantenían.
¡Dulce Libertad, cuánto te amamos!
Hemos aprendido que tus poderosos enemigos
quieren mostrarnos del modo más ruin que hemos de tenerte miedo.
¡Ah! Que jamás la memoria de un tirano
sirva de ejemplo a la Humanidad.
Thine evil deeds are writ in gore,
Nor written thus in vain--Thy triumphs tell of fame no more,
Or deepen every stain:
If thou hadst died as Honor dies.
Some new Napoleon might arise,
To shame the world again--But who would soar the solar height,
To set in such a starless night?
Has escrito tus atrocidades con la sangre de tus víctimas,
pero no han sido escritas en vano.
Tus victorias hablan de una gloria que no existió.
Si hubieras muerto como mueren los héroes,
quizás algún día
hubiera surgido un nuevo Napoleón
para vergüenza de la Humanidad.
Pero ¿quién deseará alcanzar los oropeles de los triunfos
para acabar en la miseria de tus tinieblas?
Weigh'd in the balance, hero dust
Is vile as vulgar clay;
Thy scales, Mortality! are just
To all that pass away:
But yet methought the living great
Some higher sparks should animate,
To dazzle and dismay:
Nor deem'd Contempt could thus make mirth
Of these, the Conquerors of the earth.
Puestas en una balanza, las cenizas de los poderosos
pesan lo mismo que el polvo del camino.
Tus escalas, oh muerte, son iguales
para todos los que perecen.
Pues aunque pareciese que una fuerza especial
protege a los grandes,
para deslumbrar y atemorizar,
el desprecio puede en verdad mofarse de quienes se creen
los conquistadores de la tierra.
And she, proud Austria's mournful flower,
Thy still imperial bride;
How bears her breast the torturing hour?
Still clings she to thy side ?
Must she too bend, must she too share
Thy late repentance, long despair,
Thou throneless Homicide?
If still she loves thee, hoard that gem,--'Tis worth thy vanished diadem!
Y esa flor marchita de la honorable Austria,
tu aún imperial esposa,
¿cómo soporta en su corazón estas horas de congoja?
¿Aún permanece a tu lado?
¿Debe también humillarse, debe también compartir tu
arrepentimiento tardío, tu trágica desesperación,
tu homicidio sin imperio?
Si ella aún te ama, mantén ese tesoro:
es mucho más valioso que lo fuera su diadema, ya hecha pedazos.
Then haste thee to thy sullen Isle,
And gaze upon the sea;
That element may meet thy smile--It ne'er was ruled by thee!
Or trace with thine all idle hand
In loitering mood upon the sand
That Earth is now as free!
That Corinth's pedagogue hath now
Transferred his by-word to thy brow.
Apresúrate ya hacia esa tétrica isla,
y dirige tu mirada hacia el mar:
ese mar aún puede verte sonreír,
pues no supo nunca de tu tiranía.
Y con tu mano indolente, con gesto cansado,
puedes escribir en la arena
que esa tierra es al fin libre.
El maestro de Corinto
te ha echado a la cara su proverbio.
Thou Timour! in his captive's cage
What thoughts will there be thine,
While brooding in thy prisoned rage?
But one---«The world was mine!»
Unless, like he of Babylon,
All sense is with thy sceptre gone,
Life will not long confine
That spirit poured so widely forth--So long obeyed---so little worth!
Tú, Timor. En la jaula de tu cautiverio,
solo un pensamiento puede obsesionarte
mientras cavilas en tu infortunio:
«¡Yo fui el amo del mundo!».
A menos que, como el rey de Babilonia,
hayas perdido el seso
en el mismo instante que la corona.
La historia no acogerá mucho tiempo
a un fantasma tanto tiempo obedecido, tan miserable.
Or, like the thief of fire [Prometheus] from heaven,
Wilt thou withstand the shock?
And share with him, the unforgiven,
His vulture and his rock!
Foredoomed by God---by man accurst,
And that last act, though not thy worst,
The very Fiend's arch mock;
He in his fall preserved his pride,
And, if a mortal, had as proudly died!
O es que, como el ladrón [Prometeo] que quiso robar
el fuego al cielo, ¿pretenderás resistir el eterno castigo
y compartir con él, con el jamás perdonado,
sus buitres y sus rocas?
Abandonado de Dios, maldecido por los hombres,
tu último acto –aunque no el peor–
aún provocó las carcajadas del diablo.
Porque al menos él mantuvo su soberbia en su caída y,
si hubiera sido ser mortal, hubiera muerto con orgullo.
There was a day---there was an hour,
While earth was Gaul's---Gaul thine--When that immeasurable power
Unsated to resign
Had been an act of purer fame
Than gathers round Marengo's name
And gilded thy decline,
Through the long twilight of all time,
Despite some passing clouds of crime.
Hubo un tiempo, hubo una hora en que la tierra
fue toda de Francia; ¡tú eras Francia!
Si entonces hubieras sido capaz
de abdicar
de ese inconmensurable poder,
te hubieras cubierto de una gloria
mayor que la que emana del nombre de Marengo,
y hubieras encontrado un ocaso de oro
en el atardecer de los tiempos,
pese a los crímenes de tu pasado.
But thou forsooth must be a King
And don the purple vest,
As if that foolish robe could wring
Remembrance from thy breast
Where is that faded garment? where
The gewgaws thou wert fond to wear,
The star, the string, the crest?
Vain froward child of Empire! say,
Are all thy playthings snatched away?
Pero tu soberbia te obligaba a ser siempre rey,
a vestirte de púrpura hasta el último día,
como si esas ridículas vestimentas
pudiesen arrancar de tu corazón la realidad de tu conciencia.
¿Dónde están ahora esas vestiduras de mamarracho?
¿Dónde aquellos oropeles que tanto te gustaba lucir:
las estrellas, los cordones, los penachos de plumas?
¿Le han quitado ya todos sus juguetitos de emperador
a ese estúpido niño caprichoso?
Where may the wearied eye repose
When gazing on the Great;
Where neither guilty glory glows,
Nor despicable state?
Yes---One---the first---the last---the best--The Cincinnatus of the West,
Whom Envy dared not hate,
Bequeathed the name of Washington,
To make man blush there was but one!
¿A quién podrán nuestros cansados ojos mirar
cuando contemplemos a los poderosos de la tierra?
¿A quién, cuando se haya extinguido el sonido de las trompetas
de las victorias y ya no quede ni siquiera el desprecio?
¡Ah, sí! A ti, al único, al primero, al definitivo,
al mejor, al Cincinati del Oeste,
al que la envidia no permitió ni siquiera odiar,
al que legó su nombre a Washington...
a aquel cuya sola memoria será suficiente para que la Humanidad
se sienta avergonzada.
Pierrot lunaire
Poemas originales de Albert Giraud. Versión
alemana de Otto Erich Hartleben. Traducción al
español de José Luis Temes.
I. PART
I. PARTE
1. Mondestrunken
1. Borrachera de luna
Den Wein, den man mit Augen trinkt,
Gießt nachts der Mond in Wogen nieder,
Und eine Springflut überschwemmt
Den stillen Horizont.
El vino, que se bebe por los ojos,
a borbotones lo derrama la Luna cada noche;
y, como una gran marea,
inunda el horizonte silencioso.
Gelüste, schauerlich und süß,
Durchschwimmen ohne Zahl die Fluten!
Den Wein, den man mit Augen trinkt,
Gießt nachts der Mond in Wogen nieder.
Horriblemente caprichosas y mansas,
corren las olas incontables.
El vino, que se bebe por los ojos,
a borbotones lo derrama la Luna cada noche.
Der Dichter, den die Andacht treibt,
Berauscht sich an dem heilgen Tranke,
Gen Himmel wendet er verzückt
Das Haupt und taumelnd saugt und schlürft er
Den Wein, den man mit Augen trinkt.
El poeta, sumido en su embelesamiento,
se emborracha con la bebida celestial,
vuelve hacia el cielo su cabeza asombrada
y, delirante, aspira y saborea
el vino, que se bebe por los ojos.
2. Colombine
2. Colombina
Des Mondlichts bleiche Blüten,
Die weißen Wunderrosen,
Blühn in den Julinächten O, bräch ich eine nur!
Las flores pálidas del claro de Luna,
las bellísimas rosas blancas,
florecen en las noches de julio.
¡Ah, si pudiera coger una al menos!
Mein banges Leid zu lindern,
Such ich am dunklen Strome
Des Mondlichts bleiche Blüten,
Die weißen Wunderrosen.
Para aliviar mi tristeza temerosa
busco en el río oscuro
las flores pálidas del claro de Luna,
las bellísimas rosas blancas.
Gestillt wär all mein Sehnen,
Dürft ich so märchenheimlich,
So selig leis - entblättern
Auf deine braunen Haare
Des Mondlichts bleiche Blüten!
Toda mi tristeza se disiparía
si por encantamiento pudiese, como en los cuentos,
enmudecer dichosamente y deshojar
sobre tu negra cabellera
las flores pálidas del claro de Luna.
3. Der Dandy
3. Pierrot dandi
Mit einem phantastischen Lichtstrahl
Con un fantástico rayo de luz
Erleuchtet der Mond die krystallnen Flakons
Auf dem schwarzen, hochheiligen Waschtisch
Des schweigenden Dandys von Bergamo.
la Luna ilumina los frascos de cristal
sobre el oscuro y sagrado lavamanos
del silencioso dandi de Bérgamo.
In tönender, bronzener Schale
Lacht hell die Fontäne, metallischen Klangs.
Mit einem phantastischen Lichtstrahl
Erleuchtet der Mond die krystallnen Flakons.
En su resonante cuerpo de metal fundido
la fuente ríe con chisporroteo agudo.
Con un maravilloso rayo de luz
la Luna ilumina los frascos de cristal.
Pierrot mit wächsernem Antlitz
Steht sinnend und denkt: wie er heute sich schminkt?
Fort schiebt er das Rot und des Orients Grün
Und bemalt sein Gesicht in erhabenem Stil
Mit einem phantastischen Mondstrahl.
Pierrot, con el rostro blanco como la cera,
permanece meditativo, y piensa: «¿Cómo me maquillaré hoy?».
Aparta el rojo y el verde oriental
y se pinta el rostro en un misterioso estilo,
con un fantástico rayo de Luna.
4. Eine blasse Wäscherin
4. Una pálida lavandera
Eine blasse Wäscherin
Wäscht zur Nachtzeit bleiche Tücher;
Nackte, silberweiße Arme
Streckt sie nieder in die Flut.
Una pálida lavandera
lava de noche su ropa blanca;
sumerge sus brazos desnudos, blancos como la plata,
en la corriente de agua.
Durch die Lichtung schleichen Winde,
Leis bewegen sie den Strom.
Eine blasse Wäscherin
Wäscht zur Nachtzeit bleiche Tücher.
El viento silba por las hendiduras
y mece suavemente la corriente de agua.
Una pálida lavandera
lava de noche su ropa blanca.
Und die sanfte Magd des Himmels,
Von den Zweigen zart umschmeichelt,
Breitet auf die dunklen Wiesen
Ihre lichtgewobenen Linnen Eine blasse Wäscherin.
Y la tierna doncella del firmamento,
acariciada levemente por las ramas de los árboles,
extiende sobre el campo oscuro
su ropa resplandeciente...
Una pálida lavandera.
5. Valse de Chopin
5. Vals de Chopin
Wie ein blasser Tropfen Bluts
Färbt die Lippen einer Kranken,
Also ruht auf diesen Tönen
Ein vernichtungsücht'ger Reiz.
Como un coágulo de sangre
da color a los labios de un enfermo,
así flota sobre esos sonidos
una sensación de enfermedad destructora.
Wilder Lust Akkorde stören
Unos acordes salvajes perturban
Der Verzweiflung eisgen Traum
Wie ein blasser Tropfen Bluts
Färbt die Lippen einer Kranken.
el desconcierto de un sueño glacial,
como un coágulo de sangre
da color a los labios de un enfermo.
Heiß und jauchzend, süß und schmachtend,
Melancholisch düstrer Walzer,
Kommst mir nimmer aus den Sinnen,
Haftest mir an den Gedanken
Wie ein blasser Tropfen Bluts!
Vals cálido y vibrante, dulce y melancólico,
lánguido y tétrico,
no te puedo expulsar de mi cabeza.
Te aferras a mi pensamiento
como un coágulo de sangre.
6. Madonna
6. La Piedad
Steig, o Mutter aller Schmerzen,
Auf den Altar meiner Verse!
Blut aus deinen magern Brüsten
Hat des Schwertes Wut vergossen.
Ven, Virgen de los Dolores,
hasta el altar de mis versos.
El furor de la lanza ha hecho manar
sangre de tus pechos secos.
Deine ewig frischen Wunden
Gleichen Augen, rot und offen.
Steig, o Mutter aller Schmerzen,
Auf den Altar meiner Verse!
Tus heridas, aún frescas,
me parecen ojos rojos abiertos de par en par.
Ven, Madre de los Dolores,
hasta el altar de mis versos.
In den abgezehrten Händen
Hältst du deines Sohnes Leiche,
Ihn zu zeigen aller Menschheit Doch der Blick der Menschen meidet
Dich, o Mutter aller Schmerzen!
En tus extenuados brazos
sostienes el cuerpo sin vida de tu hijo,
para que toda la Humanidad lo contemple...
Sin embargo, la mirada de los hombres se aleja
de ti, oh Virgen de los Dolores.
7. Der kranke Mond
7. La Luna enferma
Du nächtig todeskranker Mond
Dort auf des Himmels schwarzem Pfühl,
Dein Blick, so fiebernd übergroß,
Bannt mich, wie fremde Melodie.
Tú, Luna, enferma desahuciada de la noche,
recostada sobre la almohada negra del firmamento.
Tu mirada, desdibujada por la fiebre,
me enloquece como una misteriosa melodía.
An unstillbarem Liebesleid
Stirbst du, an Sehnsucht, tief erstickt,
Du nächtig todeskranker Mond,
Dort auf des Himmels schwarzem Pfühl.
Te mueres asfixiada por la añoranza,
por el eterno mal de los amores.
Tú, Luna, enferma desahuciada de la noche,
recostada sobre la almohada negra del firmamento.
Den Liebsten, der im Sinnenrausch
Al enamorado que, enfebrecido,
Gedankenlos zur Liebsten geht,
Belustigt deiner Strahlen Spiel, Dein bleiches, qualgebornes Blut,
Du nächtig todeskranker Mond!
vaga confusa y lentamente hacia la amada
le encanta jugar con tus rayos de luz,
con tu sangre pálida y melancólica,
oh, Luna, enferma desahuciada de la noche.
II. PART
II. PARTE
8. Nacht
8. En la noche (pasacalle)
Finstre, schwarze Riesenfalter
Töteten der Sonne Glanz.
Ein geschloßnes Zauberbuch,
Ruht der Horizont - verschwiegen.
Unas negras mariposas, gigantes y monstruosas,
han ahogado la luz del sol.
Un libro de encantamientos, cerrado,
cubre el horizonte en silencio.
Aus dem Qualm verlorner Tiefen
Steigt ein Duft, Erinnrung mordend!
Finstre, schwarze Riesenfalter
Töteten der Sonne Glanz.
Del incensario de las profundidades perdidas
asciende un perfume que asesina los recuerdos.
Unas negras mariposas, gigantes y monstruosas,
han ahogado la luz del sol.
Und vom Himmel erdenwärts
Senken sich mit schweren Schwingen
Unsichtbar die Ungetüme
Auf die Menschenherzen nieder...
Finstre, schwarze Riesenfalter.
Y desde el cielo, con enormes alas,
descienden hacia la tierra
unos monstruos invisibles
para posarse en el corazón de los hombres.
Unas negras mariposas,
gigantes y monstruosas.
9. Gebet an Pierrot
9. Súplica a Pierrot
Pierrot! mein Lachen
Hab ich verlernt!
Das Bild des Glanzes Zerfloß – ,
Zerfloß!
Pierrot, ¡he perdido
mi sonrisa!
La imagen del resplandor
se me ha apagado, se me ha apagado.
Schwarz weht die Flagge
Mir nun vom Mast.
Pierrot! mein Lachen
Hab ich verlernt!
La bandera negra ondea ya
en el asta que enarbolo.
Pierrot, ¡he perdido
mi sonrisa!
O gib mir wieder,
Roßarzt der Seele,
Devuélveme otra vez
–¡médico del alma angustiada,
Schneemann der Lyrik,
Durchlaucht vom Monde,
Pierrot - mein Lachen!
muñeco de nieve de la poesía,
Alteza Serenísima la Luna,
Pierrot!– mi sonrisa.
10. Raub
10. Robo
Rote, fürstliche Rubine,
Blutge Tropfen alten Ruhmes
Schlummern in den Totenschreinen,
Drunten in den Grabgewölben.
Unos rubíes rojos y principescos,
como gotas de sangre de viejas glorias,
dormitan en los sepulcros
de un panteón funerario.
Nachts, mit seinen Zechkumpanen,
Steigt Pierrot hinab, zu rauben
Rote, fürstliche Rubine,
Blutge Tropfen alten Ruhmes.
Por la noche, con sus compañeros de juerga,
sale Pierrot a robar
unos rubíes rojos y principescos,
como gotas de sangre de viejas glorias.
Doch da sträuben sich die Haare,
Bleiche Furcht bannt sie am Platze:
Durch die Finsternis, wie Augen! Stieren aus den Totenschreinen
Rote, fürstliche Rubine.
Pero de repente... se les erizan los cabellos,
el terror de la incertidumbre los deja inmóviles;
entre la oscuridad aparecen infinidad de ojos.
Desde los sepulcros los miran fijamente
unos rubíes rojos y principescos.
11. Rote Messe
11. Misa roja
Zu grausem Abendmahle
Beim Blendeglanz des Goldes,
Beim Flackerschein der Kerzen,
Naht dem Altar - Pierrot!
Durante la misteriosa eucaristía,
bajo el resplandor de los dorados,
bajo las chispeantes llamitas de los cirios,
Pierrot se acerca al altar.
Die Hand, die gottgeweihte,
Zerreißt die Priesterkleider
Zu grausem Abendmahle
Beim Blendeglanz des Goldes.
Con su mano, objeto de Dios,
rasga la casulla del sacerdote,
durante la misteriosa eucaristía,
bajo el resplandor de los dorados.
Mit segnender Gebärde
Zeigt er den bangen Seelen
Die triefend rote Hostie:
Sein Herz in blutgen Fingern
Zu grausem Abendmahle.
Y, haciendo el signo de la bendición,
muestra a los fieles, aterrorizados,
la hostia enrojecida por las lágrimas:
es su corazón, entre los dedos ensangrentados,
por la misteriosa eucaristía.
12. Galgenlied
12. Canción de la horca
Die dürre Dirne
Mit langem Halse
Wird seine letzte
Geliebte sein.
Esa prostituta delgada,
de cuello largo,
será sú ultima
enamorada.
In seinem Hirne
Steckt wie ein Nagel
Die dürre Dirne
Mit langem Halse.
En su mente
penetra como un clavo
esa prostituta delgada
de cuello largo.
Schlank wie die Pinie,
Am Hals ein Zöpfchen,
Wollüstig wird sie
Den Schelm umhalsen
Die dürre Dirne!
Es esbelta como el bambú,
lleva una trenza en el pelo.
Será bien complaciente
cuando se abrace al cuello del mendigo,
esa prostituta delgada.
13. Enthauptung
13. Decapitación
Der Mond, ein blankes Türkenschwert
Auf einem schwarzen Seidenkissen,
Gespenstisch groß - dräut er hinab
Durch schmerzensdunkle Nacht.
La Luna es como una daga reluciente
bajo un almohadón de seda negra.
Fantasmalmente enorme, se extiende amenazante
en una noche angustiosamente oscura.
Pierrot irrt ohne Rast umher
Und starrt empor in Todesängsten
Zum Mond, dem blanken Türkenschwert
Auf einem schwarzen Seidenkissen.
Pierrot vaga sin reposo de acá para allá,
y alza la vista, con un terror mortal,
hacia la Luna, la daga reluciente
bajo un almohadón de seda negra.
Es schlottern unter ihm die Knie,
Ohnmächtig bricht er jäh zusammen.
Er wähnt: es sause strafend schon
Auf seinen Sündenhals hernieder
Der Mond, das blanke Türkenschwert.
Le tiemblan las piernas de pánico,
se desvanece y cae desmayado, llorando:
cree que ya, como castigo, siente silbar
contra su cuello de pecador,
la Luna, esa daga reluciente.
14. Die Kreuze
14. Las cruces
Heilge Kreuze sind die Verse,
Dran die Dichter stumm verbluten,
Blindgeschlagen von der Geier
Como cruces sagradas son los versos
en que los poetas se desangran en silencio,
con los ojos picoteados por los buitres
Flatterndem Gespensterschwarme.
que revolotean a su alrededor como un fantasmal enjambre.
In den Leibern schwelgten Schwerter,
Prunkend in des Blutes Scharlach!
Heilge Kreuze sind die Verse,
Dran die Dichter stumm verbluten.
En sus vientres, unos puñales caprichosos
juegan con la sangre escarlata.
Como cruces sagradas son los versos
en que los poetas se desangran en silencio.
Tot das Haupt, erstarrt die Locken Fern verweht der Lärm des Pöbels.
Langsam sinkt die Sonne nieder,
eine rote Königskrone.
Heilge Kreuze sind die Verse.
Inerte la cabeza, entumecidos los miembros
de lejos se desvanece el clamor de las turbas.
El sol se va poniendo poco a poco,
como la roja corona de un monarca...
Como cruces sagradas son los versos.
III. TEIL
III. PARTE
15. Heimweh
15. Nostalgia
Lieblich klagend - ein krystallnes Seufzen
Aus Italiens alter Pantomime,
Klingt's herüber: wie Pierrot so hölzern,
So modern sentimental geworden.
Con tierno llanto, como un suspiro de cristal,
la vieja Pantomima de Italia
se queja de que Pierrot se haya vuelto tan insensible,
tan «modernamente sentimental».
Und es tönt durch seines Herzens Wüste,
Tönt gedämpft durch alle Sinne wieder,
Lieblich klagend - ein krystallnes Seufzen
Aus Italiens alter Pantomime.
Y resuena por el desierto de su corazón,
de nuevo y aplacado por sus sentidos,
el tierno llanto, como un suspiro de cristal,
de la vieja Pantomima de Italia.
Da vergißt Pierrot die Trauermienen!
Durch den bleichen Feuerschein des Mondes,
Durch des Lichtmeers Fluten schweift die Sehnsucht
Kühn hinauf, empor zum Heimathimmel,
Lieblich klagend ein krystallnes Seufzen.
Entonces, Pierrot rompe su semblante de pena,
y marcha, a través del resplandor de la Luna
a través de las brillantes olas del mar, ya despojado de su nostalgia,
bravamente hacia los aires, hacia el cielo patrio.
Con tierno llanto, como un suspiro de cristal.
16. Gemeinheit
16. Crueldad
In den blanken Kopf Cassanders,
Dessen Schrein die Luft durchzetert,
Bohrt Pierrot mit Heuchlermienen
Zärtlich - einen Schädelbohrer.
En la límpida cabeza de Casandra,
cuyos gritos rompen el silencio,
Pierrot, con aire cínico, está clavando
con ternura un trepanador.
Darauf stopft er mit dem Daumen
Después, coloca con sus dedos
Seinen echten türkschen Tabak
In den blanken Kopf Cassanders,
Dessen Schrein die Luft durchzetert.
un puñado de exquisito tabaco turco
en la límpida cabeza de Casandra,
cuyos gritos estremecen el silencio.
Dann dreht er ein Rohr von Weichsel
Hinten in die glatte Glatze
Und behaglich schmaucht und pafft er
Seinen echten türkschen Tabak
Aus dem blanken Kopf Cassanders!
Entonces saca una caña de cerezo,
la hunde en el cráneo rapado
y, flemático, comienza a fumar
su exquisito tabaco turco
en la límpida cabeza de Casandra.
17. Parodie
17. Engaño
Stricknadeln, blank und blinkend,
In ihrem grauen Haar,
Sitzt die Duenna murmelnd,
Im roten Röckchen da.
Con agujas de tejer, limpias y brillantes,
en su cabello grisáceo,
el ama está sentada, murmurando algo,
toda vestida de rojo.
Sie wartet in der Laube,
Sie liebt Pierrot mit Schmerzen,
Stricknadeln, blank und blinkend,
In ihrem grauen Haar.
Otea entre el ramaje,
ama a Pierrot con toda pasión:
con agujas de tejer, limpias y brillantes,
en su cabello grisáceo.
Da plötzlich – horch – ein Wispern!
Ein Windhauch kichert leise:
Der Mond, der böse Spötter,
Äfft nach mit seinen Strahlen
Stricknadeln, blink und blank.
De repente –¡ahí está!– un murmullo,
una bocanada de aire que se ríe tiernamente.
Pero es la Luna, la perversa burlona,
la que me engaña con sus rayos de luz.
Con agujas de tejer, limpias y brillantes.
18. Der Mondfleck
18. La mancha de la Luna
Einen weißen Fleck des hellen Mondes
Auf dem Rücken seines schwarzen Rockes,
So spaziert Pierrot im lauen Abend,
Aufzusuchen Glück und Abenteuer.
Con una mancha blanca de Luna llena
en la espalda de su levita negra,
se pasea Pierrot en el atardecer caluroso
a la busca de la felicidad y la aventura.
Plötzlich stört ihn was an seinem Anzug,
Er besieht sich rings und findet richtig Einen weißen Fleck des hellen Mondes
Auf dem Rücken seines schwarzen Rockes.
De repente, nota que algo le ha caído en su traje;
lo mira y lo remira, y al fin lo encuentra:
es una mancha blanca de Luna llena
en la espalda de su levita negra.
Warte! denkt er: das ist so ein Gipsfleck!
«¡Caramba!», –piensa– «es una mancha de yeso».
Wischt und wischt, doch bringt ihn nicht herunter!
Und so geht er giftgeschwollen weiter,
Reibt und reibt bis an den frühen Morgen
Einen weißen Fleck des hellen Mondes.
La friega y la refriega, pero no hay modo de que salga.
Y así se marcha, restregando y restregando
hasta que amanece.
Con una mancha blanca de Luna llena.
19. Serenade
19. Serenata
Mit groteskem Riesenbogen
Kratzt Pierrot auf seiner Bratsche.
Wie der Storch auf einem Beine
Knipst er trüb ein Pizzicato.
Con un ridículo y enorme arco
Pierrot rasca las cuerdas de su viola.
Como una cigüeña que se agarra con una pata,
toca él con tristeza un pizzicato.
Plötzlich naht Cassander, wütend
Ob des nächtigen Virtuosen.
Mit groteskem Riesenbogen
Kratzt Pierrot auf seiner Bratsche.
En seguida se acerca Casandra, desesperada
por aquel... ¡virtuoso de las serenatas!;
con un ridículo y enorme arco
Pierrot rasca las cuerdas de la viola.
Von sich wirft er jetzt die Bratsche:
Mit der delikaten Linken
Fasst er den Kahlkopf am Kragen Träumend spielt er auf der Glatze
Mit groteskem Riesenbogen.
Entonces, él deja la viola,
con ternura le coge su cuello
con la mano izquierda
y, embelesado, frota la cabeza calva
con un ridículo y enorme arco.
20. Heimfahrt
20. Viaje de regreso (barcarola)
Der Mondstrahl ist das Ruder,
Seerose dient als Boot,
Drauf fährt Pierrot gen Süden
Mit gutem Reisewind.
Un rayo de Luna hace de remo,
un nenúfar le sirve de barca.
Pierrot navega hacia el sur,
con viento favorable.
Der Strom summt tiefe Skalen
Und wiegt den leichten Kahn.
Der Mondstrahl ist das Ruder,
Seerose dient als Boot.
La corriente entona melodías tristes,
y mece la débil barquita.
Un rayo de la Luna hace de remo
y un nenúfar le sirve de barca.
Nach Bergamo, zur Heimat,
Kehrt nun Pierrot zurück;
Schwach dämmert schon im Osten
Der grüne Horizont.
Der Mondstrahl ist das Ruder.
Al fin Pierrot vuelve a Bérgamo,
a su propio país.
Comienza a oscurecerse por Oriente
el horizonte verdecino.
Un rayo de Luna hace de remo.
21. O alter Duft
21. ¡Ah, perfume añejo!
O alter Duft aus Märchenzeit,
Berauschest wieder meine Sinne!
Ein närrisch Heer von Schelmerein
Durchschwirrt die leichte Luft.
¡Ah, perfume añejo de la época de las fábulas!
Vuelves a emborrachar mis sentidos.
Una enloquecida multitud de pícaros
retumba entre el aire ligero.
Ein glückhaft Wünschen macht mich froh
Nach Freuden, die ich lang verachtet.
O alter Duft aus Märchenzeit,
Berauschest wieder mich.
Mis deseos ilusionados me hacen sentirme contento,
sueño ahora con los placeres que tanto tiempo menosprecié.
¡Ah, perfume añejo de la época de las fábulas!
Vuelves a emborrachar mis sentidos.
All meinen Unmut geb ich preis;
Aus meinem sonnumrahmten Fenster
Beschau ich frei die liebe Welt
Und träum hinaus in selge Weiten...
O alter Duft aus Märchenzeit!
Me he liberado al fin de mis tristezas:
desde mi ventana radiante de sol
contemplo, ya en libertad, el mundo amado
y sueño con las quimeras prometidas.
¡Ah, perfume añejo de la época de las fábulas!
Depósito legal: M-17387-2010
Descargar