9 octubre 2009 27 octubre 2009 Retrato I Luis de Pablo Director: Fabián Panisello Soprano: Alda Caiello Entrevista en vivo por José Luis García del Busto Retrato II Peter Eötvös Director: Jean-Philippe Wurtz Soprano: Allison Bell Entrevista en vivo por Álvaro Guibert diciembre Retrato III Igor Stravinski 2009 Director: Zsolt Nagy Violín: Ema Alexeeva Barítono/Narrador: Nicholas Isherwood Presentado por Tomás Marco 16 Director: Cristóbal Halffter 15 febrero 2010 19 Retrato IV Solistas de Pluralensemble Cristóbal Halffter Entrevista en vivo por José Luis Pérez de Arteaga Clarinete: Jörg Widmann Piano: Siegfried Mauser Entrevista en vivo por Siegfried Mauser marzo 2010 Retrato V Jörg Widmann 20 Director: Fabián Panisello Solista: Salome Kammer Retrato VI Solista: Karel Ludvik Arnold Schönberg Presentado por Luis Suñén abril 2010 12 mayo 2010 Retrato VII Música contemporánea de España y de Iberoamérica Director: Wolfgang Lischke Solistas de Pluralensemble Presentado por Tomás Marco Lugar Sala de Cámara Auditorio Nacional de Música, Madrid Hora 19:30 h Imprescindible solicitar invitación Tlf.: 91 365 99 82 · [email protected] Pluralensemble Palacio del Marqués de Salamanca Paseo de Recoletos, 10 · 28001 Madrid Tlf.: + 34 91 374 54 00 [email protected] www.fbbva.es Calle Toledo 95, 3.º 28005 Madrid Tlf.: + 34 91 365 99 82 [email protected] www.pluralensemble.com CICLO DE CONCIERTOS FUNDACIÓN BBVA DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA 2009-2010 PLURALENSEMBLE Retrato VI Arnold Schönberg Director Fabián Panisello Barítono Karel Ludvik Soprano Salome Kammer Programa Presentación de Luis Suñén 20' Ode to Napoleon Buonaparte, voz de Karel Ludvik 17' Pierrot lunaire, voz de Salome Kammer 36' Intervienen Flauta: Sebastian Jacot Clarinete: Carmen Domínguez Violín: Ema Alexeeva Violín: Dobrochne Banaskievic Viola: Ana María Alonso Violonchelo: Michal Dmochowski Piano: Alberto Rosado Coordinación artística y producción Mara Mendialdua Martes, 20 de abril de 2010 · 19:30 h Auditorio Nacional de Música, Sala de Cámara Retrato VI · Arnold Schönberg Ebrios de luna y de sangre Treinta años y veinte puestos en el catálogo de su autor separan las dos obras de Schönberg que se ofrecen en el presente programa. Treinta años que van de una de las mayores revoluciones experimentadas en la historia de la música –Pierrot lunaire– a los hechos que marcarán la historia del siglo XX: la llegada al poder de Adolf Hitler y el desarrollo del nazismo, que fue la causa por la que Schönberg abandonó su país. Con el exilio el compositor salvó su vida, aunque esa vida cambió de manera imprevista. Ode to Napoleon Buonaparte (Oda a Napoleón Bonaparte) ejemplifica ese momento. Las dos piezas, además, beben de potentes fuentes literarias. Pierrot lunaire En 1884, el belga Albert Giraud (1860-1922) publicaba Pierrot lunaire, cincuenta poemas en forma de rondel, es decir, con la estructura estrófica correspondiente al esquema ABBA ABAB ABBAA, donde el último verso de la primera estrofa es idéntico al que abre el poema, ya repetido en la tercera línea de la segunda estrofa. El mundo que se representa es el de los personajes de la commedia dell'arte con protagonismo de Pierrot, acompañamiento de Colombina, Arlequín y el viejo Doctor, el sol del ocaso y, sobre todo, la luna, algo más, mucho más que una presencia decorativa. En 1893 aparece la traducción alemana de Pierrot lunaire a cargo de Otto Erich Hartleben. Esta traducción alcanzó un éxito considerable que todavía le acompaña cuando se la compara con el original, al que ha acabado por eclipsar debido en gran parte a la música de Schönberg. Lo que hace Hartleben es trasladar los personajes y su contexto a un marco más moderno o, tal vez diríamos mejor, más modernista en el sentido amplio con que la cultura europea iría acuñando el término en un período de tiempo que alcanzará hasta la llegada del surrealismo. El traductor respetó el número de estrofas de cada poema pero no las rimas ni la longitud de los versos, de modo que el ritmo del original se hace, en su versión, irregular, sincopado y bien propio para su dramatización con las herramientas de que habría de servirse Schönberg. Con esa traducción, mucho más adecuada sin duda a su gusto literario, se encuentra Arnold Schönberg a principios de 1912 cuando la cantante Albertine Zehme –«una profetisa del melodrama, de la palabra hablada hecha música», según Stuckenschmidt– le encarga que escriba, para ser interpretada por ella misma, la música para una selección de rondeles del libro-poema de Giraud. Curiosamente, ya la misma cantante había hecho un encargo parecido en 1904 al compositor Otto Vrieslander, con un resultado tan poco satisfactorio que nunca llegaría a ser estrenado. Schönberg trabajó en Pierrot lunaire entre el 12 de marzo –Gebet an Pierrot– y el 9 de julio –Die Kreuze–. El compositor estaba en contacto directo con la cantante quien, a su vez, se preocupaba de que todo fuera de la mejor manera posible, incluyendo los aspectos económicos y sin escatimar en lo que pudiera contribuir a que el estreno resultara un éxito. Este se produjo después de veinticinco ensayos. La obra se dio a conocer por vez primera en la Sala Coralion de Berlín el 16 de octubre de 1904. Después, Schönberg y Zehme emprendieron una gira de resultados desiguales y sobre la que hay opiniones de crítica y público –intelectuales y artistas de la época– para todos los gustos. Schönberg selecciona veintiún poemas de la traducción de Hartleben y los divide en tres partes de siete melodramas cada una, rompiendo la continuidad –si en puridad cupiera hablar de ella– del original y fragmentando este en episodios que vienen a significar la presentación de Pierrot –y de esa ebriedad de luna que tanto significa en el conjunto–, sus contradicciones y peripecias, y la nostalgia y la vuelta a casa. La complejidad de la partitura es creciente a lo largo de cada episodio y detenerse en cada una de sus etapas rebasa la intención y el espacio de estas notas. Podría decirse que en este Pierrot lunaire, en el que solo un tercio de sus fragmentos superan los dos minutos de duración –Galgenlied no llega a los veinte segundos–, se encuentra alguna de las obras maestras de su autor. Por ejemplo Nacht, una passacaglia que ejemplifica adónde había llegado el arte composicional de Schönberg –no es mala idea escuchar antes su Herzgewächse, un año anterior, y después Die glückliche Hand, uno posterior– y lo que se abría ante él y ante la música que en aquel momento conducía hacia el futuro. Hay también cánones, dobles cánones, un vals o una barcarola, todo presidido por una atonalidad libre que, sosteniendo a esa luna y a ese Pierrot, nos demuestra que estamos en otro mundo. Pierrot lunaire está orquestada para ocho instrumentos (violín, viola, flauta, flautín, clarinete, clarinete bajo, piano y violonchelo) habitualmente ejecutados por cinco intérpretes. Ode to Napoleon Buonaparte El 31 de agosto de 1933 Arnold Schönberg llegaba a Nueva York para empezar una nueva vida en Estados Unidos. Pocos meses antes, el ministro de Cultura del III Reich, Joseph Goebbels, había autorizado su despido como docente en la Academia Prusiana de las Artes de Berlín y el propio compositor decidió volver al seno de la comunidad religiosa judía, abandonar la escritura gótica e internacionalizar la grafía de su nombre usando oe en lugar de ö. Se instaló en Los Ángeles, como hicieron Stravinski y Klemperer. Treinta años después de Pierrot lunaire, en 1942, la League of Composers –que ya lo había recibido cariñosamente en los tiempos de su llegada a América– pidió a Schönberg una nueva obra. El compositor se sirvió para ello de la Oda a Napoleón Bonaparte de Lord Byron, que había leído un año antes en su traducción alemana. El poema constaba en la primera –y apresurada: solo unas pocas horas– redacción de Byron de dieciséis estrofas de nueve versos cada una, pero su editor le pidió que añadiera otras tres, que son las dedicadas a la figura de George Washington que cierran el poema en su conjunto. La pieza musical fue escrita entre el 12 de marzo y el 12 de junio. En una carta fechada el 15 de enero de 1948, dirigida a Stuckenschmidt y citada por este en su libro Schoenberg: vida, contexto y obra (Alianza Editorial, Madrid, 1991), Schönberg le dice: «Lord Byron, que antes había admirado enormemente a Napoleón, se sintió tan defraudado por su sencilla resignación que lo cubre de la más sarcástica ironía: creo que he logrado reflejar esto en mi composición». Igualmente señala en otro lugar: «Tuve la idea de que la pieza no podía ignorar la creciente agitación que sufría la Humanidad contra los crímenes que provocaba esta guerra. Recordé Las bodas de Fígaro de Mozart contra el derecho de pernada, el Guillermo Tell de Schiller, el Egmont de Goethe, la Heroica y la Victoria de Wellington de Beethoven y supe que la inteligencia tenía la deuda moral de tomar una actitud contra la tiranía». En efecto, para Schönberg, el dictador retratado en el poema de Byron refleja a Hitler y prefigura su caída en contraste con el homenaje final a Washington. Quizá sea el momento de recordar que tras la Oda a Napoleón Bonaparte vendrán Un superviviente de Varsovia, el preludio de Genesis y De profundis. La obra, escrita para cuarteto de cuerda, piano y recitador es esencialmente dodecafónica, guardando el siguiente orden: mi-fa-re bemoldo-sol sostenido-la-si-si bemol-remi bemol-sol-fa sostenido-mi bemol mayor. Recordemos que esta última clave, que actúa como acorde final, es la de la Heroica de Beethoven, originalmente dedicada a Napoleón. Podríamos decir que Schönberg mantiene la intención beethoveniana de honrar al héroe pero este es ahora George Washington, no aquel dictador que defraudó al genio de Bonn. En ese sentido, el contraste de las tres últimas estrofas se hace evidente en la puesta en música del texto. En la misma carta citada anteriormente, Schönberg advierte que «para el papel del recitador de esta oda hace falta un cantante extraordinariamente musical. La declamación no es tan difícil como la del Pierrot, pero el recitador deberá atenerse muy estrictamente al compás. Muchos de los aspectos de la música que está en todo momento subrayando, ambientando e ilustrando, resultarían incomprensibles, e incluso sin sentido, si la palabra y el tono no irrumpieran en el momento preciso. En su día comparé esto con el chiste del payaso que primero se cae, luego se apunta con la pistola y luego se oye el disparo». Vemos que Schönberg no se cree menos que Byron, que la música es aquí lo más importante y que el texto ha de estar a su servicio. En cierto modo tiene razón, pues uno de los poemas menos populares del escritor inglés cobró nueva vida en la partitura del músico alemán. La Oda a Napoleón Bonaparte fue estrenada el 24 de noviembre de 1944 por la Filarmónica de Nueva York dirigida por Arthur Rodzhinski. Se trataba de una versión para orquesta de cuerdas –con el añadido de la parte de contrabajo– que el compositor aprobó por amistad con el director. A partir de ahí la obra se interpreta como quería Schönberg, es decir, y como hemos señalado, con un recitador acompañado por un quinteto con piano. Notas al programa de Luis Suñén Arnold Schönberg Nacido en Viena en 1874, Arnold Schönberg tuvo una formación en gran parte autodidacta. A los veinte años compaginaba trabajos en el teatro, en el mundo de la opereta o el cabaré, con la redacción de obras como Noche transfigurada (1899). Gustav Mahler fue uno de los primeros artistas que reconoció la importancia de Schönberg como compositor, y el vienés lo consideró toda su vida su mentor y protector. La orientación extratonal de Schönberg comienza en la primera década del siglo XX, y llega su ápice con el Pierrot lunaire de 1912, sobre los textos de Albert Giraud, en el que el compositor desarrolla la Sprech-Stimme (voz hablada cantada), en que la solista vocal realiza una mezcla de discurso hablado y canto, que va más allá del ya entonces practicado Sprech-Gesang. En los años veinte, tras un largo período de reflexión, establece un sistema, el dodecafonismo (doce sonidos), que utiliza todas las –doce– alturas del sistema cromático occidental.Orquestalmente, la «carta magna» del nuevo orden fueron las Variaciones op. Fabián Panisello 31. Perdidos sus cargos docentes en Berlín con el advenimiento del nazismo, Schönberg emigró a Estados Unidos, donde falleció, en Los Ángeles, en 1951. Aunque permaneció fiel al sistema que él mismo había creado, como en su inconclusa ópera Moisés y Aarón, regresó en ocasiones al atonalismo libre y hasta a la misma escritura tonal, siempre dentro de una profunda coherencia estética y ética que marca toda su carrera. José Luis Pérez de Arteaga Fabián Panisello vive en Madrid, donde es director académico de la Escuela Superior de Música Reina Sofía y director del Pluralensemble. Se formó como compositor con Francisco Kröpfl en Buenos Aires y con Boguslaw Scheffer en el Mozarteum de Salzburgo (diploma de excelencia, 1993). Completó su formación con Elliott Carter, Franco Donatoni, Brian Ferneyhough y Luis de Pablo en composición y con Peter Eötvös en dirección. Artistas como Pierre Boulez, Peter Eötvös, Arditti Quartet, Susana Mälkki, Dimitri Vassilakis, Marco Blaauw o Francesco D'Orazio y orquestas como la SWR (Baden Baden), DSO (Berlín), Orquesta Nacional de España, Orquesta Mozarteum de Salzburgo o de la Comunidad de Madrid han interpretado sus obras. Ha obtenido premios como Mozarts Erben de la Ciudad de Salzburgo o el Premio Iberoamericano Rodolfo Halffter de Composición. Publica su obra en la Editorial Peters de Frankfurt. Como director titular del Pluralensemble, Fabián Panisello se presenta en los principales festivales del mundo dedicados a la música actual, como los americanos Mannes y A Tempo, y los europeos Otoño de Varsovia, Présences, Musica, Ars Musica, Ultraschall, Aspekte, Manca, Spaziomusica y Ensemble Europa WDR, además de la Quincena Donostiarra y el Festival Internacional de Alicante en España. Ha dirigido, entre otros, MusikFabrik de Colonia, Ensemble Orchestral Contemporain de Lyon, Musiques Nouvelles de Bruselas o el Israel Contemporary Players de Tel-Aviv, y ha participado como codirector en dos estrenos absolutos de Karlheinz Stockhausen: Hoch-Zeiten y Mixtur-2003 con las orquestas WDR de Colonia y DSO de Berlín. Ha estrenado más de doscientas obras de compositores actuales y grabado numerosos CD para NEOS, Col legno, Cypres, Verso e Instituto Cervantes. Karel Ludvik Nacido en 1980, el barítono canadiense Karel Martin Ludvik comenzó sus actividades musicales en calidad de alto. Bajo la tutela de Winston Purdy, Karel se licenció en Música en la Universidad McGill de Montreal y obtuvo un diploma en Künstlerische Ausbuildung en el Hochschule für Music Augsburg. A continuación realizó un máster en ópera del De Nieuwe Opera Academie de Ámsterdam y continuó su formación en el Operastudio Nederland. Ha participado en clases magistrales con Margreet Honig, Brigitte Fassbaender, Julia Hammari, Wolfgang Holzmair y Rudolf Jansen. En la actualidad estudia canto con Margreet Honig y Tom Krause. En el escenario operístico ha interpretado, entre otros, los personajes de Conte Almaviva (Le Nozze de Figaro), Papageno (Die Zauberflöte), el papel principal y el de Masetto (Don Giovanni) y Nettuno (Idomeneo). Karel Ludvik interpretó asimismo el estreno mundial del monodrama Martin Streda de Andrew Svoboda en Nueva York, y también el papel de Dad en Greek, de Turnage. Salome Kammer Sus representaciones de oratorios en Europa y Canadá incluyen la Misa de Schubert en Mi bemol mayor, Saint Nicolai de Haydn, las misas Credo de Mozart y Klagende Lied de Mahler, las Pasiones de San Juan y San Mateo de Bach, así como selecciones del Messias de Händel. En 1993, Karel Ludvik participó en el estreno mundial de In Widening Circles de Raminsh, en Montreal. En recitales, Ludvik ha interpretado art song y programas operísticos en Canadá, Holanda, Alemania, Austria e Italia. Sus representaciones recientes incluyen un concierto en el Concertgebouw de Ámsterdam, un recital de Schumann en Augsburgo y el Concierto de Inauguración del Mozarthaus para el International Mozartfest de Augsburgo. Karel Ludvik ha recibido numerosos premios, entre ellos el Bayreuth Stipendium, varias becas del Deutscher Akademischer Austauschdienst, el Austrian Music Scholarship, así como becas de los Ministerios de Asuntos Exteriores de Italia y la República Checa. Salome Kammer (Nidda, Alemania, 1959) estudió la carrera de violonchelo de 1977 a 1984 en Essen (Alemania). En 1983 fue contratada como actriz por el teatro de la ciudad alemana de Heidelberg, donde actuó durante cinco años en numerosos papeles. En 1988 se trasladó a Múnich con motivo del rodaje de la película épica Die zweite Heimat (Heimat 2) de Edgar Reitz. Fue entonces cuando empezó a trabajar su voz, y desde el año 1990 actúa como cantante solista en conciertos de música contemporánea. Zeugen (Testigos) de Georges Aperghis en el festival Wittener Tage für neue Kammermusik. Con Lady Sarashina, de Peter Eötvös, actuó en 2008 en la Opéra National de Lyon y en la Opéra Comique de París. En la temporada 2008/09 cantó en Múnich Aventures & Nouvelles Aventures de Ligeti y participó por primera vez en el Rheingau Musik Festival con un recital de Weill. A principios de 2010 ha actuado en París en la puesta en escena realizada por Antoine Gindt de los KafkaFragmente de Kurtag. Su amplio repertorio abarca clásicos modernos como Pierrot lunaire y el Cuarteto para cuerda n.º 2 de Schönberg, así como obras de compositores de índole tan diversa como Cage, Berio, Zender, Rihm y Kurtág, pero también comprende recitales de lied de Brecht y de Eisler y el papel de Eliza Doolittle en My Fair Lady. Salome Kammer ha cosechado grandes éxitos en numerosas producciones de óperas contemporáneas como Das Mädchen mit den Schwefelhölzern (La niña de los fósforos) de Helmut Lachenmann. En 2007 estrenó Salome Kammer ha protagonizado numerosas producciones de radio y CD, entre ellas una grabación de Jakobsleiter (La escalera de Jacob) de Schönberg para Harmonia Mundi, así como de Das Mädchen mit den Schwefelhölzern de Lachenmann para Kairos. Sus últimos CD grabados son I hate music, but I like to sing y Salomix-max. En la actualidad, Salome Kammer es docente de Teoría y práctica de la representación de música contemporánea en la Escuela Superior de Música y Teatro de Múnich. © Kike Para Pluralensemble Pluralensemble es un conjunto instrumental especializado en música de los siglos XX y XXI, fundado por Fabián Panisello, su director titular, y nacido con la vocación de difundir la música contemporánea, con un acento especial en la música creada en España. Buscando siempre la más alta calidad interpretativa, desarrolla anualmente una temporada estable de conciertos y giras, alternando el más exigente repertorio de solista con obras de conjunto. A lo largo de sus trece años de vida, ha desarrollado sus temporadas de conciertos en el Auditorio Nacional de Música, el auditorio del Museo Thyssen-Bornemisza y el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y ha intervenido con gran éxito de crítica y público en festivales y auditorios como Musica (Estrasburgo), A Tempo (Caracas), Présences (París), Ars Musica (Bruselas), Manca (Niza), Spaziomusica (Cagliari), Aspekte (Salzburgo), IFCP Mannes (Nueva York), Konzerthaus (Berlín), Festival de Música de Alicante, Quincena Donostiarra, o el Auditorio 400 del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, ciclo de la WDR de Colonia, el Festival Nous Sons del Auditori de Barcelona, el Festival de Otoño de Varsovia y el Festival Ultraschall de Berlín, entre otros. Además de numerosas grabaciones para las radios WDR, RBB, RNE, RF, ORF, RTBF o la radio polaca entre muchas otras, realiza grabaciones de CD para los sellos Col legno (Múnich), Verso (Madrid), Cervantes (Bremen) y NEOS (Múnich) de compositores como David del Puerto, Luis de Pablo, César Camarero, Peter Sculthorpe, José Manuel López López y Fabián Panisello, y tiene prevista la aparición de dos discos monográficos sobre la obra de cámara de Ravel, José Luis Turina y György Ligeti. Colabora habitualmente con solistas como Dimitri Vassilakis, Nicholas Isherwood, Alda Caiello, Allison Bell, Salome Kammer, Siegfried Mauser, Jörg Widmann, Pilar Jurado, Marco Blaauw, Miquel Bernat, y directores como Zsolt Nagy, Cristóbal Halffter, Cesáreo Costa, Daniel Kawka, Joan Cerveró, Wolfgang Lischke o Jean Paul Dessy. Además de sus giras, grabaciones y ciclo pedagógico sobre la música del siglo XX, actualmente desarrolla este ciclo de conciertos-retrato dedicado a grandes compositores contemporáneos internacionales en el Auditorio Nacional de Música, fruto de la colaboración con la Fundación BBVA. Ode to Napoleon Buonaparte, de Lord Byron. Traducción española de José Luis Temes. 'Tis done---but yesterday a King! And armed with Kings to strive--And now thou art a nameless thing: So abject---yet alive! Is this the man of thousand thrones, Who strewed our earth with hostile bones, And can he thus survive? Since he, miscalled the Morning Star [Lucifer], Nor man nor fiend hath fallen so far. ¡Todo ha terminado! Aunque ayer fuiste rey, y armado para rivalizar con los reyes, ahora no eres más que una cosa sin nombre; tan perverso, ¡y aún vivo! ¿Y este era el hombre de los mil tronos, que alfombró nuestras tierras con los huesos de sus enemigos para poder sobrevivir él mismo? Después de él, cínicamente llamado Estrella de la Mañana [Lucifer], ningún hombre ni ningún demonio ha caído más bajo. Ill-minded man! why scourge thy kind Who bowed so low the knee? By gazing on thyself grown blind, Thou taught'st the rest to see. With might unquestioned,---power to save,--Thine only gift hath been the grave To those that worshipped thee; Nor till thy fall could mortals guess Ambition's less than littleness! Hombre de mente perturbada, ¿por qué te ensañaste con tus semejantes cuando ya habían inclinado ante ti la rodilla? El que presumía de enseñar a los demás a ver acabó ciego él mismo de tanto autocontemplarse. El que tuvo poder absoluto, y poder para otorgar la libertad, no ofreció más que un ataúd a sus aduladores. Hasta tu caída los mortales no habían podido imaginar en cuánta miseria puede convertirse la ambición. Thanks for that lesson---it will teach To after-warriors more Than high Philosophy can preach, And vainly preached before. That spell upon the minds of men Breaks never to unite again, That led them to adore Those Pagod things of sabre-sway, With fronts of brass, and feet of clay. Gracias por esta lección, que enseñará a los luchadores de mañana más que cualquier discurso filosófico que en vano haya sido antes predicado. Ojalá que al fin los hombres hayan aprendido a no dejarse deslumbrar por esos falsos ídolos engañosos, de sable curvado, cabeza de bronce y pies de barro. The triumph, and the vanity, The rapture of the strife--The earthquake-voice of Victory, To thee the breath of life; The sword, the sceptre, and that sway Which man seemed made but to obey, Wherewith renown was rife--All quelled!---Dark Spirit! what must be The madness of thy memory! Los triunfos, las vanidades, el delirio de las batallas, la atronadora voz de las victorias, eran para ti el aliento que necesitabas para seguir viviendo. La espada, el cetro, y ese imperio en el que los seres humanos no parecían sino hechos para obedecerte, fueron los soportes de tu vanidad. Todo lo sometiste a tu capricho. ¡Espíritu de las tinieblas, cuál no habrá de ser la locura de tu memoria! The Desolator desolate! The Victor overthrown! The Arbiter of others' fate A Suppliant for his own! Is it some yet imperial hope That with such change can calmly cope? Or dread of death alone ? To die a Prince---or live a slave--Thy choice is most ignobly brave! El devastador, devastado. El victorioso, vencido. El dueño del destino de los demás, mendigo del suyo propio. ¿Quedará todavía algún delirio imperial que aún subsista después de tal enseñanza, después de tu muerte, despreciado por todos? Morir como un tirano o vivir como un esclavo, este fue tu disparatado dilema. He who of old [Milo] would rend the oak, Dreamed not of the rebound; Chained by the trunk he vainly broke--Alone---how looked he round? Thou, in the sternness of thy strength, An equal deed hast done at length, And darker fate hast found: He fell, the forest prowlers' prey; But thou must eat thy heart away! Se cuenta que un leñador [Milo] se vio un día víctima de una revancha que nunca pudo haber imaginado: estaba encadenado a uno de los árboles que en vano pretendía cortar contemplando desolado su infortunio. Tú, en la ceguera de tu fuerza has encontrado igual final, pero con un destino aún más cruel: si él morirá víctima de las aves rapaces del bosque, tú habrás de devorar tu propio corazón. The Roman [Sylla], when his burning heart Was slaked with blood of Rome, Threw down the dagger---dared depart, In savage grandeur, home.--He dared depart in utter scorn Of men that such a yoke had borne, Yet left him such a doom! His only glory was that hour Of self-upheld abandoned power. El Romano [Sylla], cuando su ardiente corazón fue ahogado por la sangre de Roma, bajó la espada y se atrevió a volver, con entereza, hacia su patria. Y abdicó ante el absoluto desprecio de los hombres que habían padecido su yugo, pero que al menos le permitieron este final. Su única gloria fue, pues, ese instante de aceptar abandonar el poder. The Spaniard [Charles V], when the lust of sway Had lost its quickening spell, Cast crowns for rosaries away, An empire for a cell; A strict accountant of his beads, A subtle disputant on creeds, His dotage trifled well: Yet better had he neither known A bigot's shrine, nor despot's throne. El Español [Carlos V], cuando la polvareda de la ambición había perdido para él su engañoso encanto, cambió su corona por el rosario, su imperio por una pequeña habitación. Riguroso contador de sus riquezas, hábil discutidor sobre temas religiosos, al menos su locura obró en su beneficio; y fue mejor para su destino no haber conocido ni el mausoleo de los fanáticos ni el trono de los déspotas. But thou---from thy reluctant hand The thunderbolt is wrung--Too late thou leav'st the high command To which thy weakness clung; All Evil Spirit as thou art, It is enough to grieve the heart To see thine own unstrung; To think that God's fair world hath been The footstool of a thing so mean. Pero tú, de cuyo brazo brutal podías hacer brotar truenos, dejaste demasiado tarde tu poder absoluto en manos de aquel al que habías transmitido tu miseria. Un espíritu perverso como tú es suficiente para conmover el corazón contemplando tu propia ruindad. ¡Y pensar que las bellezas del mundo, creado por Dios, han sido los escalones de que te serviste para tus popias vilezas! And Earth hath spilt her blood for him, Who thus can hoard his own! And Monarchs bowed the trembling limb, And thanked him for a throne! Fair Freedom! we may hold thee dear, When thus thy mightiest foes their fear In humblest guise have shown. Oh! ne'er may tyrant leave behind A brighter name to lure mankind! ¡Esta tierra ha derramado tanta sangre por un hombre que no ha vertido ni una sola gota! Los reyes, con las piernas temblorosas, se inclinaban ante él para agradecerle el trono que mantenían. ¡Dulce Libertad, cuánto te amamos! Hemos aprendido que tus poderosos enemigos quieren mostrarnos del modo más ruin que hemos de tenerte miedo. ¡Ah! Que jamás la memoria de un tirano sirva de ejemplo a la Humanidad. Thine evil deeds are writ in gore, Nor written thus in vain--Thy triumphs tell of fame no more, Or deepen every stain: If thou hadst died as Honor dies. Some new Napoleon might arise, To shame the world again--But who would soar the solar height, To set in such a starless night? Has escrito tus atrocidades con la sangre de tus víctimas, pero no han sido escritas en vano. Tus victorias hablan de una gloria que no existió. Si hubieras muerto como mueren los héroes, quizás algún día hubiera surgido un nuevo Napoleón para vergüenza de la Humanidad. Pero ¿quién deseará alcanzar los oropeles de los triunfos para acabar en la miseria de tus tinieblas? Weigh'd in the balance, hero dust Is vile as vulgar clay; Thy scales, Mortality! are just To all that pass away: But yet methought the living great Some higher sparks should animate, To dazzle and dismay: Nor deem'd Contempt could thus make mirth Of these, the Conquerors of the earth. Puestas en una balanza, las cenizas de los poderosos pesan lo mismo que el polvo del camino. Tus escalas, oh muerte, son iguales para todos los que perecen. Pues aunque pareciese que una fuerza especial protege a los grandes, para deslumbrar y atemorizar, el desprecio puede en verdad mofarse de quienes se creen los conquistadores de la tierra. And she, proud Austria's mournful flower, Thy still imperial bride; How bears her breast the torturing hour? Still clings she to thy side ? Must she too bend, must she too share Thy late repentance, long despair, Thou throneless Homicide? If still she loves thee, hoard that gem,--'Tis worth thy vanished diadem! Y esa flor marchita de la honorable Austria, tu aún imperial esposa, ¿cómo soporta en su corazón estas horas de congoja? ¿Aún permanece a tu lado? ¿Debe también humillarse, debe también compartir tu arrepentimiento tardío, tu trágica desesperación, tu homicidio sin imperio? Si ella aún te ama, mantén ese tesoro: es mucho más valioso que lo fuera su diadema, ya hecha pedazos. Then haste thee to thy sullen Isle, And gaze upon the sea; That element may meet thy smile--It ne'er was ruled by thee! Or trace with thine all idle hand In loitering mood upon the sand That Earth is now as free! That Corinth's pedagogue hath now Transferred his by-word to thy brow. Apresúrate ya hacia esa tétrica isla, y dirige tu mirada hacia el mar: ese mar aún puede verte sonreír, pues no supo nunca de tu tiranía. Y con tu mano indolente, con gesto cansado, puedes escribir en la arena que esa tierra es al fin libre. El maestro de Corinto te ha echado a la cara su proverbio. Thou Timour! in his captive's cage What thoughts will there be thine, While brooding in thy prisoned rage? But one---«The world was mine!» Unless, like he of Babylon, All sense is with thy sceptre gone, Life will not long confine That spirit poured so widely forth--So long obeyed---so little worth! Tú, Timor. En la jaula de tu cautiverio, solo un pensamiento puede obsesionarte mientras cavilas en tu infortunio: «¡Yo fui el amo del mundo!». A menos que, como el rey de Babilonia, hayas perdido el seso en el mismo instante que la corona. La historia no acogerá mucho tiempo a un fantasma tanto tiempo obedecido, tan miserable. Or, like the thief of fire [Prometheus] from heaven, Wilt thou withstand the shock? And share with him, the unforgiven, His vulture and his rock! Foredoomed by God---by man accurst, And that last act, though not thy worst, The very Fiend's arch mock; He in his fall preserved his pride, And, if a mortal, had as proudly died! O es que, como el ladrón [Prometeo] que quiso robar el fuego al cielo, ¿pretenderás resistir el eterno castigo y compartir con él, con el jamás perdonado, sus buitres y sus rocas? Abandonado de Dios, maldecido por los hombres, tu último acto –aunque no el peor– aún provocó las carcajadas del diablo. Porque al menos él mantuvo su soberbia en su caída y, si hubiera sido ser mortal, hubiera muerto con orgullo. There was a day---there was an hour, While earth was Gaul's---Gaul thine--When that immeasurable power Unsated to resign Had been an act of purer fame Than gathers round Marengo's name And gilded thy decline, Through the long twilight of all time, Despite some passing clouds of crime. Hubo un tiempo, hubo una hora en que la tierra fue toda de Francia; ¡tú eras Francia! Si entonces hubieras sido capaz de abdicar de ese inconmensurable poder, te hubieras cubierto de una gloria mayor que la que emana del nombre de Marengo, y hubieras encontrado un ocaso de oro en el atardecer de los tiempos, pese a los crímenes de tu pasado. But thou forsooth must be a King And don the purple vest, As if that foolish robe could wring Remembrance from thy breast Where is that faded garment? where The gewgaws thou wert fond to wear, The star, the string, the crest? Vain froward child of Empire! say, Are all thy playthings snatched away? Pero tu soberbia te obligaba a ser siempre rey, a vestirte de púrpura hasta el último día, como si esas ridículas vestimentas pudiesen arrancar de tu corazón la realidad de tu conciencia. ¿Dónde están ahora esas vestiduras de mamarracho? ¿Dónde aquellos oropeles que tanto te gustaba lucir: las estrellas, los cordones, los penachos de plumas? ¿Le han quitado ya todos sus juguetitos de emperador a ese estúpido niño caprichoso? Where may the wearied eye repose When gazing on the Great; Where neither guilty glory glows, Nor despicable state? Yes---One---the first---the last---the best--The Cincinnatus of the West, Whom Envy dared not hate, Bequeathed the name of Washington, To make man blush there was but one! ¿A quién podrán nuestros cansados ojos mirar cuando contemplemos a los poderosos de la tierra? ¿A quién, cuando se haya extinguido el sonido de las trompetas de las victorias y ya no quede ni siquiera el desprecio? ¡Ah, sí! A ti, al único, al primero, al definitivo, al mejor, al Cincinati del Oeste, al que la envidia no permitió ni siquiera odiar, al que legó su nombre a Washington... a aquel cuya sola memoria será suficiente para que la Humanidad se sienta avergonzada. Pierrot lunaire Poemas originales de Albert Giraud. Versión alemana de Otto Erich Hartleben. Traducción al español de José Luis Temes. I. PART I. PARTE 1. Mondestrunken 1. Borrachera de luna Den Wein, den man mit Augen trinkt, Gießt nachts der Mond in Wogen nieder, Und eine Springflut überschwemmt Den stillen Horizont. El vino, que se bebe por los ojos, a borbotones lo derrama la Luna cada noche; y, como una gran marea, inunda el horizonte silencioso. Gelüste, schauerlich und süß, Durchschwimmen ohne Zahl die Fluten! Den Wein, den man mit Augen trinkt, Gießt nachts der Mond in Wogen nieder. Horriblemente caprichosas y mansas, corren las olas incontables. El vino, que se bebe por los ojos, a borbotones lo derrama la Luna cada noche. Der Dichter, den die Andacht treibt, Berauscht sich an dem heilgen Tranke, Gen Himmel wendet er verzückt Das Haupt und taumelnd saugt und schlürft er Den Wein, den man mit Augen trinkt. El poeta, sumido en su embelesamiento, se emborracha con la bebida celestial, vuelve hacia el cielo su cabeza asombrada y, delirante, aspira y saborea el vino, que se bebe por los ojos. 2. Colombine 2. Colombina Des Mondlichts bleiche Blüten, Die weißen Wunderrosen, Blühn in den Julinächten O, bräch ich eine nur! Las flores pálidas del claro de Luna, las bellísimas rosas blancas, florecen en las noches de julio. ¡Ah, si pudiera coger una al menos! Mein banges Leid zu lindern, Such ich am dunklen Strome Des Mondlichts bleiche Blüten, Die weißen Wunderrosen. Para aliviar mi tristeza temerosa busco en el río oscuro las flores pálidas del claro de Luna, las bellísimas rosas blancas. Gestillt wär all mein Sehnen, Dürft ich so märchenheimlich, So selig leis - entblättern Auf deine braunen Haare Des Mondlichts bleiche Blüten! Toda mi tristeza se disiparía si por encantamiento pudiese, como en los cuentos, enmudecer dichosamente y deshojar sobre tu negra cabellera las flores pálidas del claro de Luna. 3. Der Dandy 3. Pierrot dandi Mit einem phantastischen Lichtstrahl Con un fantástico rayo de luz Erleuchtet der Mond die krystallnen Flakons Auf dem schwarzen, hochheiligen Waschtisch Des schweigenden Dandys von Bergamo. la Luna ilumina los frascos de cristal sobre el oscuro y sagrado lavamanos del silencioso dandi de Bérgamo. In tönender, bronzener Schale Lacht hell die Fontäne, metallischen Klangs. Mit einem phantastischen Lichtstrahl Erleuchtet der Mond die krystallnen Flakons. En su resonante cuerpo de metal fundido la fuente ríe con chisporroteo agudo. Con un maravilloso rayo de luz la Luna ilumina los frascos de cristal. Pierrot mit wächsernem Antlitz Steht sinnend und denkt: wie er heute sich schminkt? Fort schiebt er das Rot und des Orients Grün Und bemalt sein Gesicht in erhabenem Stil Mit einem phantastischen Mondstrahl. Pierrot, con el rostro blanco como la cera, permanece meditativo, y piensa: «¿Cómo me maquillaré hoy?». Aparta el rojo y el verde oriental y se pinta el rostro en un misterioso estilo, con un fantástico rayo de Luna. 4. Eine blasse Wäscherin 4. Una pálida lavandera Eine blasse Wäscherin Wäscht zur Nachtzeit bleiche Tücher; Nackte, silberweiße Arme Streckt sie nieder in die Flut. Una pálida lavandera lava de noche su ropa blanca; sumerge sus brazos desnudos, blancos como la plata, en la corriente de agua. Durch die Lichtung schleichen Winde, Leis bewegen sie den Strom. Eine blasse Wäscherin Wäscht zur Nachtzeit bleiche Tücher. El viento silba por las hendiduras y mece suavemente la corriente de agua. Una pálida lavandera lava de noche su ropa blanca. Und die sanfte Magd des Himmels, Von den Zweigen zart umschmeichelt, Breitet auf die dunklen Wiesen Ihre lichtgewobenen Linnen Eine blasse Wäscherin. Y la tierna doncella del firmamento, acariciada levemente por las ramas de los árboles, extiende sobre el campo oscuro su ropa resplandeciente... Una pálida lavandera. 5. Valse de Chopin 5. Vals de Chopin Wie ein blasser Tropfen Bluts Färbt die Lippen einer Kranken, Also ruht auf diesen Tönen Ein vernichtungsücht'ger Reiz. Como un coágulo de sangre da color a los labios de un enfermo, así flota sobre esos sonidos una sensación de enfermedad destructora. Wilder Lust Akkorde stören Unos acordes salvajes perturban Der Verzweiflung eisgen Traum Wie ein blasser Tropfen Bluts Färbt die Lippen einer Kranken. el desconcierto de un sueño glacial, como un coágulo de sangre da color a los labios de un enfermo. Heiß und jauchzend, süß und schmachtend, Melancholisch düstrer Walzer, Kommst mir nimmer aus den Sinnen, Haftest mir an den Gedanken Wie ein blasser Tropfen Bluts! Vals cálido y vibrante, dulce y melancólico, lánguido y tétrico, no te puedo expulsar de mi cabeza. Te aferras a mi pensamiento como un coágulo de sangre. 6. Madonna 6. La Piedad Steig, o Mutter aller Schmerzen, Auf den Altar meiner Verse! Blut aus deinen magern Brüsten Hat des Schwertes Wut vergossen. Ven, Virgen de los Dolores, hasta el altar de mis versos. El furor de la lanza ha hecho manar sangre de tus pechos secos. Deine ewig frischen Wunden Gleichen Augen, rot und offen. Steig, o Mutter aller Schmerzen, Auf den Altar meiner Verse! Tus heridas, aún frescas, me parecen ojos rojos abiertos de par en par. Ven, Madre de los Dolores, hasta el altar de mis versos. In den abgezehrten Händen Hältst du deines Sohnes Leiche, Ihn zu zeigen aller Menschheit Doch der Blick der Menschen meidet Dich, o Mutter aller Schmerzen! En tus extenuados brazos sostienes el cuerpo sin vida de tu hijo, para que toda la Humanidad lo contemple... Sin embargo, la mirada de los hombres se aleja de ti, oh Virgen de los Dolores. 7. Der kranke Mond 7. La Luna enferma Du nächtig todeskranker Mond Dort auf des Himmels schwarzem Pfühl, Dein Blick, so fiebernd übergroß, Bannt mich, wie fremde Melodie. Tú, Luna, enferma desahuciada de la noche, recostada sobre la almohada negra del firmamento. Tu mirada, desdibujada por la fiebre, me enloquece como una misteriosa melodía. An unstillbarem Liebesleid Stirbst du, an Sehnsucht, tief erstickt, Du nächtig todeskranker Mond, Dort auf des Himmels schwarzem Pfühl. Te mueres asfixiada por la añoranza, por el eterno mal de los amores. Tú, Luna, enferma desahuciada de la noche, recostada sobre la almohada negra del firmamento. Den Liebsten, der im Sinnenrausch Al enamorado que, enfebrecido, Gedankenlos zur Liebsten geht, Belustigt deiner Strahlen Spiel, Dein bleiches, qualgebornes Blut, Du nächtig todeskranker Mond! vaga confusa y lentamente hacia la amada le encanta jugar con tus rayos de luz, con tu sangre pálida y melancólica, oh, Luna, enferma desahuciada de la noche. II. PART II. PARTE 8. Nacht 8. En la noche (pasacalle) Finstre, schwarze Riesenfalter Töteten der Sonne Glanz. Ein geschloßnes Zauberbuch, Ruht der Horizont - verschwiegen. Unas negras mariposas, gigantes y monstruosas, han ahogado la luz del sol. Un libro de encantamientos, cerrado, cubre el horizonte en silencio. Aus dem Qualm verlorner Tiefen Steigt ein Duft, Erinnrung mordend! Finstre, schwarze Riesenfalter Töteten der Sonne Glanz. Del incensario de las profundidades perdidas asciende un perfume que asesina los recuerdos. Unas negras mariposas, gigantes y monstruosas, han ahogado la luz del sol. Und vom Himmel erdenwärts Senken sich mit schweren Schwingen Unsichtbar die Ungetüme Auf die Menschenherzen nieder... Finstre, schwarze Riesenfalter. Y desde el cielo, con enormes alas, descienden hacia la tierra unos monstruos invisibles para posarse en el corazón de los hombres. Unas negras mariposas, gigantes y monstruosas. 9. Gebet an Pierrot 9. Súplica a Pierrot Pierrot! mein Lachen Hab ich verlernt! Das Bild des Glanzes Zerfloß – , Zerfloß! Pierrot, ¡he perdido mi sonrisa! La imagen del resplandor se me ha apagado, se me ha apagado. Schwarz weht die Flagge Mir nun vom Mast. Pierrot! mein Lachen Hab ich verlernt! La bandera negra ondea ya en el asta que enarbolo. Pierrot, ¡he perdido mi sonrisa! O gib mir wieder, Roßarzt der Seele, Devuélveme otra vez –¡médico del alma angustiada, Schneemann der Lyrik, Durchlaucht vom Monde, Pierrot - mein Lachen! muñeco de nieve de la poesía, Alteza Serenísima la Luna, Pierrot!– mi sonrisa. 10. Raub 10. Robo Rote, fürstliche Rubine, Blutge Tropfen alten Ruhmes Schlummern in den Totenschreinen, Drunten in den Grabgewölben. Unos rubíes rojos y principescos, como gotas de sangre de viejas glorias, dormitan en los sepulcros de un panteón funerario. Nachts, mit seinen Zechkumpanen, Steigt Pierrot hinab, zu rauben Rote, fürstliche Rubine, Blutge Tropfen alten Ruhmes. Por la noche, con sus compañeros de juerga, sale Pierrot a robar unos rubíes rojos y principescos, como gotas de sangre de viejas glorias. Doch da sträuben sich die Haare, Bleiche Furcht bannt sie am Platze: Durch die Finsternis, wie Augen! Stieren aus den Totenschreinen Rote, fürstliche Rubine. Pero de repente... se les erizan los cabellos, el terror de la incertidumbre los deja inmóviles; entre la oscuridad aparecen infinidad de ojos. Desde los sepulcros los miran fijamente unos rubíes rojos y principescos. 11. Rote Messe 11. Misa roja Zu grausem Abendmahle Beim Blendeglanz des Goldes, Beim Flackerschein der Kerzen, Naht dem Altar - Pierrot! Durante la misteriosa eucaristía, bajo el resplandor de los dorados, bajo las chispeantes llamitas de los cirios, Pierrot se acerca al altar. Die Hand, die gottgeweihte, Zerreißt die Priesterkleider Zu grausem Abendmahle Beim Blendeglanz des Goldes. Con su mano, objeto de Dios, rasga la casulla del sacerdote, durante la misteriosa eucaristía, bajo el resplandor de los dorados. Mit segnender Gebärde Zeigt er den bangen Seelen Die triefend rote Hostie: Sein Herz in blutgen Fingern Zu grausem Abendmahle. Y, haciendo el signo de la bendición, muestra a los fieles, aterrorizados, la hostia enrojecida por las lágrimas: es su corazón, entre los dedos ensangrentados, por la misteriosa eucaristía. 12. Galgenlied 12. Canción de la horca Die dürre Dirne Mit langem Halse Wird seine letzte Geliebte sein. Esa prostituta delgada, de cuello largo, será sú ultima enamorada. In seinem Hirne Steckt wie ein Nagel Die dürre Dirne Mit langem Halse. En su mente penetra como un clavo esa prostituta delgada de cuello largo. Schlank wie die Pinie, Am Hals ein Zöpfchen, Wollüstig wird sie Den Schelm umhalsen Die dürre Dirne! Es esbelta como el bambú, lleva una trenza en el pelo. Será bien complaciente cuando se abrace al cuello del mendigo, esa prostituta delgada. 13. Enthauptung 13. Decapitación Der Mond, ein blankes Türkenschwert Auf einem schwarzen Seidenkissen, Gespenstisch groß - dräut er hinab Durch schmerzensdunkle Nacht. La Luna es como una daga reluciente bajo un almohadón de seda negra. Fantasmalmente enorme, se extiende amenazante en una noche angustiosamente oscura. Pierrot irrt ohne Rast umher Und starrt empor in Todesängsten Zum Mond, dem blanken Türkenschwert Auf einem schwarzen Seidenkissen. Pierrot vaga sin reposo de acá para allá, y alza la vista, con un terror mortal, hacia la Luna, la daga reluciente bajo un almohadón de seda negra. Es schlottern unter ihm die Knie, Ohnmächtig bricht er jäh zusammen. Er wähnt: es sause strafend schon Auf seinen Sündenhals hernieder Der Mond, das blanke Türkenschwert. Le tiemblan las piernas de pánico, se desvanece y cae desmayado, llorando: cree que ya, como castigo, siente silbar contra su cuello de pecador, la Luna, esa daga reluciente. 14. Die Kreuze 14. Las cruces Heilge Kreuze sind die Verse, Dran die Dichter stumm verbluten, Blindgeschlagen von der Geier Como cruces sagradas son los versos en que los poetas se desangran en silencio, con los ojos picoteados por los buitres Flatterndem Gespensterschwarme. que revolotean a su alrededor como un fantasmal enjambre. In den Leibern schwelgten Schwerter, Prunkend in des Blutes Scharlach! Heilge Kreuze sind die Verse, Dran die Dichter stumm verbluten. En sus vientres, unos puñales caprichosos juegan con la sangre escarlata. Como cruces sagradas son los versos en que los poetas se desangran en silencio. Tot das Haupt, erstarrt die Locken Fern verweht der Lärm des Pöbels. Langsam sinkt die Sonne nieder, eine rote Königskrone. Heilge Kreuze sind die Verse. Inerte la cabeza, entumecidos los miembros de lejos se desvanece el clamor de las turbas. El sol se va poniendo poco a poco, como la roja corona de un monarca... Como cruces sagradas son los versos. III. TEIL III. PARTE 15. Heimweh 15. Nostalgia Lieblich klagend - ein krystallnes Seufzen Aus Italiens alter Pantomime, Klingt's herüber: wie Pierrot so hölzern, So modern sentimental geworden. Con tierno llanto, como un suspiro de cristal, la vieja Pantomima de Italia se queja de que Pierrot se haya vuelto tan insensible, tan «modernamente sentimental». Und es tönt durch seines Herzens Wüste, Tönt gedämpft durch alle Sinne wieder, Lieblich klagend - ein krystallnes Seufzen Aus Italiens alter Pantomime. Y resuena por el desierto de su corazón, de nuevo y aplacado por sus sentidos, el tierno llanto, como un suspiro de cristal, de la vieja Pantomima de Italia. Da vergißt Pierrot die Trauermienen! Durch den bleichen Feuerschein des Mondes, Durch des Lichtmeers Fluten schweift die Sehnsucht Kühn hinauf, empor zum Heimathimmel, Lieblich klagend ein krystallnes Seufzen. Entonces, Pierrot rompe su semblante de pena, y marcha, a través del resplandor de la Luna a través de las brillantes olas del mar, ya despojado de su nostalgia, bravamente hacia los aires, hacia el cielo patrio. Con tierno llanto, como un suspiro de cristal. 16. Gemeinheit 16. Crueldad In den blanken Kopf Cassanders, Dessen Schrein die Luft durchzetert, Bohrt Pierrot mit Heuchlermienen Zärtlich - einen Schädelbohrer. En la límpida cabeza de Casandra, cuyos gritos rompen el silencio, Pierrot, con aire cínico, está clavando con ternura un trepanador. Darauf stopft er mit dem Daumen Después, coloca con sus dedos Seinen echten türkschen Tabak In den blanken Kopf Cassanders, Dessen Schrein die Luft durchzetert. un puñado de exquisito tabaco turco en la límpida cabeza de Casandra, cuyos gritos estremecen el silencio. Dann dreht er ein Rohr von Weichsel Hinten in die glatte Glatze Und behaglich schmaucht und pafft er Seinen echten türkschen Tabak Aus dem blanken Kopf Cassanders! Entonces saca una caña de cerezo, la hunde en el cráneo rapado y, flemático, comienza a fumar su exquisito tabaco turco en la límpida cabeza de Casandra. 17. Parodie 17. Engaño Stricknadeln, blank und blinkend, In ihrem grauen Haar, Sitzt die Duenna murmelnd, Im roten Röckchen da. Con agujas de tejer, limpias y brillantes, en su cabello grisáceo, el ama está sentada, murmurando algo, toda vestida de rojo. Sie wartet in der Laube, Sie liebt Pierrot mit Schmerzen, Stricknadeln, blank und blinkend, In ihrem grauen Haar. Otea entre el ramaje, ama a Pierrot con toda pasión: con agujas de tejer, limpias y brillantes, en su cabello grisáceo. Da plötzlich – horch – ein Wispern! Ein Windhauch kichert leise: Der Mond, der böse Spötter, Äfft nach mit seinen Strahlen Stricknadeln, blink und blank. De repente –¡ahí está!– un murmullo, una bocanada de aire que se ríe tiernamente. Pero es la Luna, la perversa burlona, la que me engaña con sus rayos de luz. Con agujas de tejer, limpias y brillantes. 18. Der Mondfleck 18. La mancha de la Luna Einen weißen Fleck des hellen Mondes Auf dem Rücken seines schwarzen Rockes, So spaziert Pierrot im lauen Abend, Aufzusuchen Glück und Abenteuer. Con una mancha blanca de Luna llena en la espalda de su levita negra, se pasea Pierrot en el atardecer caluroso a la busca de la felicidad y la aventura. Plötzlich stört ihn was an seinem Anzug, Er besieht sich rings und findet richtig Einen weißen Fleck des hellen Mondes Auf dem Rücken seines schwarzen Rockes. De repente, nota que algo le ha caído en su traje; lo mira y lo remira, y al fin lo encuentra: es una mancha blanca de Luna llena en la espalda de su levita negra. Warte! denkt er: das ist so ein Gipsfleck! «¡Caramba!», –piensa– «es una mancha de yeso». Wischt und wischt, doch bringt ihn nicht herunter! Und so geht er giftgeschwollen weiter, Reibt und reibt bis an den frühen Morgen Einen weißen Fleck des hellen Mondes. La friega y la refriega, pero no hay modo de que salga. Y así se marcha, restregando y restregando hasta que amanece. Con una mancha blanca de Luna llena. 19. Serenade 19. Serenata Mit groteskem Riesenbogen Kratzt Pierrot auf seiner Bratsche. Wie der Storch auf einem Beine Knipst er trüb ein Pizzicato. Con un ridículo y enorme arco Pierrot rasca las cuerdas de su viola. Como una cigüeña que se agarra con una pata, toca él con tristeza un pizzicato. Plötzlich naht Cassander, wütend Ob des nächtigen Virtuosen. Mit groteskem Riesenbogen Kratzt Pierrot auf seiner Bratsche. En seguida se acerca Casandra, desesperada por aquel... ¡virtuoso de las serenatas!; con un ridículo y enorme arco Pierrot rasca las cuerdas de la viola. Von sich wirft er jetzt die Bratsche: Mit der delikaten Linken Fasst er den Kahlkopf am Kragen Träumend spielt er auf der Glatze Mit groteskem Riesenbogen. Entonces, él deja la viola, con ternura le coge su cuello con la mano izquierda y, embelesado, frota la cabeza calva con un ridículo y enorme arco. 20. Heimfahrt 20. Viaje de regreso (barcarola) Der Mondstrahl ist das Ruder, Seerose dient als Boot, Drauf fährt Pierrot gen Süden Mit gutem Reisewind. Un rayo de Luna hace de remo, un nenúfar le sirve de barca. Pierrot navega hacia el sur, con viento favorable. Der Strom summt tiefe Skalen Und wiegt den leichten Kahn. Der Mondstrahl ist das Ruder, Seerose dient als Boot. La corriente entona melodías tristes, y mece la débil barquita. Un rayo de la Luna hace de remo y un nenúfar le sirve de barca. Nach Bergamo, zur Heimat, Kehrt nun Pierrot zurück; Schwach dämmert schon im Osten Der grüne Horizont. Der Mondstrahl ist das Ruder. Al fin Pierrot vuelve a Bérgamo, a su propio país. Comienza a oscurecerse por Oriente el horizonte verdecino. Un rayo de Luna hace de remo. 21. O alter Duft 21. ¡Ah, perfume añejo! O alter Duft aus Märchenzeit, Berauschest wieder meine Sinne! Ein närrisch Heer von Schelmerein Durchschwirrt die leichte Luft. ¡Ah, perfume añejo de la época de las fábulas! Vuelves a emborrachar mis sentidos. Una enloquecida multitud de pícaros retumba entre el aire ligero. Ein glückhaft Wünschen macht mich froh Nach Freuden, die ich lang verachtet. O alter Duft aus Märchenzeit, Berauschest wieder mich. Mis deseos ilusionados me hacen sentirme contento, sueño ahora con los placeres que tanto tiempo menosprecié. ¡Ah, perfume añejo de la época de las fábulas! Vuelves a emborrachar mis sentidos. All meinen Unmut geb ich preis; Aus meinem sonnumrahmten Fenster Beschau ich frei die liebe Welt Und träum hinaus in selge Weiten... O alter Duft aus Märchenzeit! Me he liberado al fin de mis tristezas: desde mi ventana radiante de sol contemplo, ya en libertad, el mundo amado y sueño con las quimeras prometidas. ¡Ah, perfume añejo de la época de las fábulas! Depósito legal: M-17387-2010