Consejo de la Magistratura RESOLUCION N° 186/08 En Buenos Aires, a los 24 días del mes de abril del año dos mil ocho, sesionando en la Sala de Plenario del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación “Dr. Lino E. Palacio”, con la Presidencia del Dr. Mariano Candioti, los señores consejeros presentes, y VISTO: El expediente 142/06, caratulado “Comisión de Acusación – Desglose de escrito del Dr. Alasino c/ Dr. Rafecas Daniel”, del que RESULTA: I. El desglose dispuesto por la entonces Comisión de Acusación, en el expediente 489/05, de la presentación efectuada por el Dr. Augusto José María Alasino, el 17/3/06, en la que cuestiona al Dr. Daniel Eduardo Rafecas, Criminal y titular Correccional del Juzgado Federal N° Nacional 3, por lo en lo que se forman las presentes actuaciones (fs. 1/10). II. expediente s/inf. N° ley juzgado, El denunciante relata que, en el marco del el 14.318/03, 23.737”, Dr. caratulado en trámite Rafecas “actuó “Brewer ante el y otros mencionado apresurada, cínica y desaprensivamente (…) también ilegal e ilegítimamente, al disponer medidas graves, que ponen en duda su idoneidad para actuar y administrar correctamente la Ley Penal como así también la honestidad en sus decisiones que hacen peligrar, al mismo tiempo, la eficacia de la función Judicial en lo Penal del Estado Argentino” (fs. 1 vta.). Señala que “el Juez Federal Daniel Eduardo Rafecas, en la causa penal indicada (…) dispuso medidas tan insólitas causado a sí como de mismo, dudosa y procedencia merecidamente, habiéndose una severa 1 advertencia desde el Superior por haber procedido casi inconsultamente y en contra de lo que la sana crítica racional aconseja (fs. 2). Continúa citando artículos periodísticos en los que se esbozan diversas críticas a la actuación del magistrado en el trámite de las mencionadas actuaciones. Entre las citas periodísticas, se destacan las referidas a las detenciones domiciliarias dispuestas en favor de los imputados. Con relación a ello, el denunciante refiere que el diario Ámbito Financiero publicó, en la página 24 de su edición del lunes 3 de enero de 2006, que “(e)l juez Daniel Federal Rafecas sumó porteña, un que nuevo le entuerto reprochó con haber la Cámara dictado un detención domiciliaria a dos procesados por una causa de lavado de dinero de manera apresurada y sin esperar a que dictaminase el superior” (fs. 3). Asimismo, menciona una cita de un artículo que habría publicado el periodista Daniel Santoro del diario Clarín, edición del 5 de marzo de 2006, en el cual se expresa que “(l)a agencia antinarcóticos de los EE.UU. DEA manifestó al Gobierno (argentino) su preocupación y sorpresa por las condiciones de detención especiales de dos millonarios ex yugoslavos procesados por el caso de narcotráfico conocido como ‘Viñas Blancas’ beneficios que consideraban como ‘inesperados, injustos y peligrosos’, ‘…gracias a una polémica autorización judicial.’, ‘… hubo un fiesta bien regada con champán’, ‘…La autorización para casar fue un último beneficio judicial. A fines de diciembre pasado, Ilic, por ‘razones humanitarias’, había pasado a tener arresto domiciliario en un lujoso departamento de Puerto Madero junto a su compatriota y también procesado Dejan Trisc.’ ‘…Este nuevo capítulo polémico en esta controvertida causa comenzó el 21 de diciembre cuando el juez Daniel Rafecas autorizó a Trisc 2 Consejo de la Magistratura a someterse a una operación. En una resolución a la que accedió Clarín, comportamiento Rafecas del consideró detenido que aseguraba que el buen ‘no hay’ peligro de fuga o de obstrucción de la investigación y luego permitió a Trisc alojarse en el departamento de Puerto Madero (fs. 3/3 vta.). El mismo periodista señala, en otro artículo, que “’(t)ras una queja de EE.UU. revocaron el arresto domiciliario y después de que Clarín revelara detalles de la suntuosa fiesta de casamiento de un ciudadano serbio, sospechoso de narco, el Juez Federal Daniel Eduardo Rafecas revocó el arresto domiciliario del que gozaba y lo volvió a mandar (…) a la cárcel’. Según Clarín ‘el juez Rafecas estaba irritado porque había autorizado una salida para una ceremonia religiosa y no una fiesta para 200 personas’” (fs. 4). Por otra parte, el Dr. Alasino destaca que el accionar del Ministerio Público en esta causa es aterrador. La corporación que los aglutina “abriendo el paraguas”, procedió a iniciar actuaciones internas con el único fin de oscurecer y demorar la investigación” (fs. 4 vta.). Sobre el particular, agrega que “(t)an grave fue la conducta del Ministerio Público en la persona del agente fiscal adjunto Jorge Alvarez Berlanda (…) que la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones tuvo que remitirle a la Procuración General de la Nación para que ésta determinara fiscal Jorge súbitamente mérito’ su hubo si por Alvarez la ‘inusitada Berlanda acusación por incumplimiento un de de posición’ haber pedido sus de del cambiado ‘falta deberes de como funcionario público y consecuentemente se procediera con el trámite de la remoción” (fs. 5). Finalmente, relatado, trascripto alega de que algunos “(l)o medios hasta gráficos, aquí fue 3 cubierto e informado con más intensidad por los medios orales y televisivos. Éste aquelarre escandaloso, de enormes proporciones, en donde se insinúa la trasgresión y se muestra la suntuosa y ostentosa riqueza en todo su esplendor, frente a la que todo parece posible no fue suficiente para encaminar una resolución acertada del juez Daniel Eduardo Rafecas. Por el contrario, haciendo caso omiso a lo que públicamente se conocía (que sin dudas serán más sustanciosas las constancias en el expediente) y dando razones pueriles procedió como lo hizo. Si como lo consignan los medios, el Juez Federal Daniel Eduardo Rafecas exteriorizó su propia irritación ante una realidad que él mismo propició es porque tampoco reúne las profesional condicione mínimas imprescindibles de para el mesura y madurez cargo que le han asignado (fs. 5 vta./6). El 28 de abril de 2006, se presenta nuevamente ante este Consejo el Dr. Alasino a fin de ampliar su denuncia (fs. 11/15). En esta oportunidad, manifiesta que “se sabe que el abogado de los ciudadanos serbios Dragoslav Ilic y Dejan Trisc, Dr. Maximiliano Rusconi, quien pidió (y se le concedió) el arresto domiciliario para sus defendidos, fueron condiscípulos con Daniel Eduardo Rafecas en clases de Teoría del Delito” (fs. 11 vta.). Agrega, que “(s)i la amistad con su condiscípulo influyó o no en la decisión del juez Daniel Eduardo Rafecas al resolver ‘apresuradamente’ desobedeciendo una orden o recomendación en contrario de la Sala, podrá no ser motivo de prueba pero por sí pone de manifiesto la arbitrariedad y el ‘animismo’ con el que habitualmente actúa el Juez Federal Daniel Eduardo Rafecas (11 vta./12). Continúa integrantes 4 de la su Sala relato, I de refiriendo la Cámara que Nacional los de Consejo de la Magistratura Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal “se mostraron en desacuerdo con la irrespetuosa decisión y con las razones dadas por el joven Daniel Eduardo Rafecas al haberles otorgado el arresto domiciliario a los empresarios serbios sospechados de narcotraficantes” (fs. 12). Posteriormente, efectúa un cita periodística que habría sido publicada en el diario Perfil, nota del periodista Rafael Saralegui, en la que relata que el Dr. Rafecas “estuvo reunido” con el Dr. Luraschi, al que le habría afirmado “ser victima de un operación a raíz de la causa por los sobornos en el Senado. Además señaló que ‘odiaba’ a Maximiliano Rusconi el abogado de los serbios que logró los arrestos domiciliarios” (fs. 13). Al respecto, el Dr. Alasino, afirma que “(e)s muy grave e irresponsable atribuirle sus errores a una ‘operación’ política-periodística, o en el menor de los casos y con la misma excusa pretender justificar su propia conducta sospechosa, sus amistades comprometidas y sus comportamientos oscuros” (fs. 13). En cuanto a la manifestación del Dr. Rafecas señalando que “odiaba” al abogado Rusconi, el denunciante considera que “es tan inaceptable jurídicamente como seriamente peligrosa si, por el contrario, se tratase de un coartada tramposa encubriendo un relación verdaderamente amistosa entre ambos” (fs. 13 vta.). III. El 29 de junio de 2007, se presenta el Dr. Daniel Eduardo Rafecas, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal Correccional Federal N° 3, a fin de efectuar su descargo, informando que la causa caratulada “Brewer, Nicholas y otros s/ inf. ley 23.737” había sido elevada a juicio oral y público en marzo de aquél año, habiendo tramitado durante más de un año ante el juzgado a su cargo, tras apartarse de la causa la Dra. Servini de Cubría. 5 Relata, Alasino, que respecto “en de concreto, la se denuncia [le] ha del Dr. realizado un señalamiento, a partir de algunas notas periodísticas, respecto de dos decisiones adoptadas por el suscripto: el ámbito de lugar de detención de los mencionados procesados Trisc e Ilic, al disponer en su respecto la detención domiciliaria transitoria a fines de diciembre ppdo., y la autorización de una salida para que Dragoslav Ilic contraiga matrimonio por medio de una celebración religiosa del culto ortodoxo en la sede de un hotel céntrico” (fs. 37). Señala que “ambas medidas han sido sacadas del contexto de lo que ha sido [su] actuación en esos autos desde que asumi[ó]. parcialidad o defensores, sino Es enemistad por que no frente simple por a una los cuestión imputados convencimiento de de o sus que se trataba de lo ajustado a derecho, lo cierto es que a lo largo del año que llev[ó] al frente de la causa rechaz[ó] sistemáticamente todos y cada uno de los planteos defensistas intentados” (fs. 37/37vta.). Efectúa realizadas por una la reseña defensa de que diversos fueron peticiones rechazadas por entender completa la instrucción. Destaca que se opuso a conceder el beneficio de la excarcelación de los imputados, como así dispuso el rechazo de una recusación presentada por el Dr. Rusconi, para luego elevar la causa a juicio. Agrega que, “recha[zó] todas y cada una de las diecinueve nulidades intentadas por el Dr. Rusconi y demás letrados en un libelo de cuatrocientas páginas. La resolución firmada por este Magistrado, una vez más, fue convalidada íntegramente por la Sala II de la Cámara Federal (fs. 37 vta.). 6 Consejo de la Magistratura Expresa que “hubo varios planteos del Dr. Rusconi relacionados con la situación de detención de Ilic que también fueron rechazados” (fs. 38). Por último, hace saber que estas decisiones motivaron que los detenidos efectuaran dos denuncias penales en su contra, la primera por privación ilegal de la libertad y la segunda por prevaricato, ambas denuncias en trámite ante el Juzgado Federal N° 11 y respecto de ambas, el Fiscal Taiano habría solicitado la desestimación respecto de su actuación. Con relación a la situación del detenido Trsic, explica que “padece una artrosis degenerativa con necrosis de la cabeza femoral izquierda, que lleva a la invalidez si no se la trata correctamente y se le da la rehabilitación requerida. El diagnóstico fue ratificado por lo Médicos Forenses. Se requiere un primer periodo de rehabilitación diaria muy intensa. El Dr. Ubeira requirió entonces el traslado temporario al domicilio que cuenta con instalaciones propicias para ello. Se le corrió vista al Ministerio Público, que no se opuso. Se hizo lugar a la medida, consistente en autorizar a que la detención preventiva continúe en su domicilio, hasta tanto así lo requiera la intensidad del tratamiento de rehabilitación requerido médicamente. Se fijó domicilio en una unidad funcional de un edificio sito en Barrio Norte (no así en Puerto Madero como erróneamente se ha consignado). Días después, la propia defensa de Trsic solicitó el traslado temporario al lugar donde estaba Trsic del compatriota Ilic, alegando diversas razones. Corrida la vista al fiscal, el Dr. Di Lello tampoco se opuso a esta otra solicitud. También se hizo lugar a ello (fs. 38). Seguidamente, efectúa una reseña de precedentes judiciales en los que aplicó idéntico criterio que en la causa de marras, basándose en las dos pautas autorizadas 7 por la ley 24.660 (más de 70 años o enfermedad terminal incurable). Considera, “haber actuado conforme a derecho, aplicando un principio constitucional y siempre bajo la vigilancia del legalidad. Ministerio Además Público, ambas custodio decisiones de la contribuyeron finalmente a demostrar la absoluta imparcialidad de[l] Magistrado frente a los imputados y sus defensas”. (fs. 38 vta.). Por último, se refiere al cuestionamiento respecto de la salida autorizada de Ilic, quien en una audiencia personal, en noviembre de 2005, “le comunicó su intención de contraer matrimonio, para lo cual desde un primer momento [le] dijo que su idea era efectuar una celebración religiosa pero en un salón de un hotel, a donde trasladaría al sacerdote, para que de ese modo haya luego un brindis íntimo con los seres queridos más cercanos. Es obvio que el Juez no tiene potestad para indicarle al detenido, y menos a su futura esposa, en qué recinto tienen que casarse. En definitiva, el pedido fue autorizado” (fs. 39). En enero de 2006, el Sr. Ilic solicitó el cambió de la fecha y el horario del casamiento, lo que el magistrado autorizó puntualizando que “la autorización para el traslado fue la misma: se lo debía trasladar al lugar elegido para la celebración religiosa conforme al rito ortodoxo, debiendo ser devuelto a su lugar de detención una vez culminada la celebración” (fs. 39). Posteriormente, indica que “(a) partir de que tomó estado público la cuestión de la boda, una semana después de informado que por ésta parte tuvo de lugar (y Gendarmería que [le] Nacional fuera que el detenido se había reintegrado a su lugar de detención sin novedades), el informó magnitud 8 la hotel elegido y la (el Four calidad del Seasons) evento: [le] 238 Consejo de la Magistratura invitados, con sólo un hora de celebración religiosa, seguida de una fiesta convencional, todo ello alejado, por cierto, de lo que se había autorizado. Además, se obtuvieron las constancias de la contratación de los cubiertos y del organigrama de la boda, nunca presentados en el Juzgado. Dicho de otro modo: si se hubieran presentado los documentos relativos al contrato con el hotel, se hubiera cancelado la autorización” (fs. 39). Relata que “constatados estos extremos, se revocó inmediatamente la detención domiciliaria de Ilic, puesto que resultó evidente que éste no había logrado introyectar cuál era su situación procesal, además de que había violado largamente los parámetros de prudencia y mesura propios de su condición de detenido, regresando al centro de detención de Gendarmería donde estaba previamente a que [el] Magistrado asumiera en la causa. Y es allí donde actualmente se encuentra esperando el juicio oral” (fs. 39). Realiza una mención respecto del Dr. Rusconi, destacando que es de público conocimiento su relación académica con aquel por sus condiciones de profesor de Derecho Penal. Ahora bien, indica que “es injusto señalar a un juez por el sólo hecho de que en una causa de su juzgado litigue un abogado conocido incluso amigo, puesto que, se sabe, las causales de excusación sólo autorizan a apartarse frente a casos de amistad íntima y para peor, sólo alcanza a los imputados, nunca a los abogados patrocinantes” (fs. 39 vta.). Finaliza su presentación, concluyendo que “(p)ese a todos los planteos y estrategias defensistas, en un año de actuación del suscripto, y con un esfuerzo casi diario en el trámite, la causa fue elevada a juicio oral por todos los procesados (nueve). Todos lo imputados están a derecho, y siempre lo estuvieron. No hubo prófugos en la causa. La imputación originaria respecto 9 de los procesados elevados a juicio, delineada por [su] colega Dra. Servini de Cubría, ratificada por la Sala II de esa Cámara y últimamente también indirectamente por la Sala I de la Cámara de Casación Penal, se mantuvo incólume. Ni la Cámara Federal -Sala II- ni la Cámara de Casación Penal –Sala I-, en sus distintas intervenciones en la causa analizadas, Público posteriores han Fiscal a objetado las convalidó estas decisiones mismas. todo lo El actuado aquí Ministerio por [el] Magistrado, en su condición de custodio de la legalidad. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5, así como también el Fiscal de Juicio, han convalidado, al menos hasta la fecha, la detención domiciliaria temporaria del convaleciente Trsic. Si hubiera sido objetable, el tribunal debió haberla revocado inmediatamente, cosa que no sucedió” (fs. 39 vta.). IV. En función de las medidas preliminares, se solicitó al Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5, copias certificadas de piezas procesales de la causa caratulada “Brewer Nicholas y otros s/inf. ley 23.737”, y de los incidentes de arresto domiciliario, o excarcelación (fs. 42). CONSIDERANDO: 1º) Que compulsada la causa caratulada “Brewer Nicholas y otros s/inf. ley 23.737”, y los incidentes de arresto domiciliario y/o excarcelación de los imputados, surge con claridad meridiana que la actuación del Dr. Daniel Rafecas es ajustada a derecho, y cada una de las decisiones adoptadas encuentra respaldo en la misma, encontrándose debidamente motivadas. 2º) Que respecto de los señalamientos realizados por el Dr. Alasino referidos a la detención domiciliaria 10 transitoria de los mencionados procesados Consejo de la Magistratura Trisc e Ilic, y la autorización de una salida para que Dragoslav Ilic contraiga matrimonio por medio de una celebración religiosa del culto ortodoxo en la sede de un hotel céntrico, cabe señalar que las mismas fueron confirmadas tanto por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 5 y por el fiscal de juicio, por la Cámara Criminal y Correccional Federal -Sala II- y por la Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal. 3º) Que la causa tuvo un impulso casi diario y en el término de un año aproximadamente el magistrado, diligentemente, solicitó su dio por elevación culminada la juicio oral, a instrucción pese a y los reiterados planteos defensitas de los imputados. 4º) Que, en definitiva, el magistrado apreció las características especiales de los detenidos: culturales, sociales, religiosas, de idiomas, casi dos años de prisión preventiva con buen comportamiento, para conceder los beneficios previstos por la ley 24.660, siempre confiriendo previa vista al Ministerio Público. 5º) Que es menester destacar que pesa sobre los jueces el deber de velar por resocialización de los presos, en especial, de quienes se encuentran detenidos preventivamente, impedir por y si todos ello los no es medios posible, a su al menos alcance la desocialización de los mismos. 6º) Que el magistrado ha sido elocuente y, en forma clara, ha brindado las aclaraciones del caso al momento de efectuar su descargo. 7º) Que, en virtud de lo expuesto, y toda vez que de la actuación del magistrado cuestionado no surge ninguna irregularidad que configure alguna de las causales de remoción previstas en el artículo 53 de la Constitución establecidas Nacional, en la ley ni 24.937 faltas y sus disciplinarias modificatorias, corresponde –con acuerdo a lo propuesto por la Comisión 11 de Disciplina y Acusación (dictamen 97/08)- desestimar la presente denuncia. Por ello, SE RESUELVE: 1°) Desestimar la denuncia formulada contra el Dr. Daniel Eduardo Rafecas, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 3. 2°) Notificar al denunciante y al magistrado denunciado y archivar las actuaciones. Regístrese y notifíquese. Firmado por ante mí, que doy fe. Fdo.: Mariano Candioti – Hernán L. Ordiales (Secretario General). 12