comentario de texto resuelto

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COMENTARIO DE TEXTO: DISCURSO DE TOCQUEVILLE ANTE LA CÁMARA
Por primera vez después de quince años, declaro a la Cámara que siento un cierto temor
ante el porvenir. La sensación, el sentimiento de inestabilidad, precursor de las revoluciones,
existe hasta el más alto grado en el país. Si se presta un cuidado atento a la clase que gobierna y
a la que es gobernada, lo que se percibe en una y otra asusta e inquieta. Lo que veo puedo expresarlo en pocas palabras: las costumbres públicas sufren una continua alteración. Como la
moral no reina ya en los actos principales de la vida, no se manifiesta tampoco en los de menos
importancia, y como el interés ha sustituido en la vida publica a los sentimientos desinteresados,
constituye ley en la vida privada. Mirad lo que sucede dentro de la clase trabajadora, que hoy, es
preciso reconocerlo, se mantiene tranquila. ¿No veis que sus pasiones han dejado de ser políticas para convertirse en sociales? Discute la justicia del reparto y de la propiedad. Mi convicción
profunda es que dormimos sobre un volcán. En el régimen de 1830 se ha desarrollado la libertad
mucho menos de lo que sería lícito esperar. Los gobernantes han concedido una especie de salvoconducto para la inmoralidad y para el vicio. Cuando me dedico a investigar en tiempos diversos y entre pueblos diferentes, la causa que a llevado a la ruina a una clase de gobierno, percibo con claridad un determinado acontecimiento, un tal hombre, un motivo accidental y superficial; pero creedme, la causa real y decisiva que hace perder a los hombres el poder, es la de
haber llegado a hacerse indignos de conservarlo. Creo en la utilidad de la reforma electoral, en
la urgencia de la reforma parlamentaria; pero no soy tan insensato como para ignorar que no son
las leyes elaboradas con este fin las que labran el destino de los pueblos. No, no es el mecanismo de las leyes el que origina los grandes acontecimientos en este mundo. Lo que produce los
acontecimientos es el espíritu del gobierno.
Tocqueville, Discurso ante la Cámara. 27 de enero de 1848.
Algunos aspectos a tener en cuenta:
a) La redacción debe ser lo más correcta y académica posible, no hay que caer en lenguaje
trivial, vulgarismos o jerga.
b) El esquema debe seguirse estrictamente, al menos hasta dominar por completo la técnica.
Una vez mecanizado el proceso, se puede empezar a marcar menos las partes, pequeñas alteraciones del orden, etc.
c) El texto es el centro del comentario, toda la exposición debe referirse al texto. Esto es
especialmente peligroso en el encuadre histórico, pero debemos evitar emplear el texto como pretexto de desarrollar un tema.
d) Debe evitarse el parafraseo o repetición del texto. Esto no debe confundirse con la cita del
texto apoyando las ideas que exponemos.
e) La puntuación del comentario (1 clasificación, 2 ideas y explicación, 4 encuadre y 3 comentario crítico) nos da una idea de la extensión que debemos conceder a cada una de estas
partes.
COMENTARIO:
Este texto nos presenta un discurso de Tocqueville ante los diputados, en el cuál plantea una
serie de reflexiones acerca del gobierno y de las consecuencias de sus actos.
Clasificación:
Se trata de un texto desarrollado en forma de ensayo de carácter político, en el que la tesis a
desarrollar la encontraríamos en las últimas líneas del texto (lin. 19-21), mientras que el resto
del discurso serviría para sustentar esta idea. El autor es Alexis de Tocqueville, historiador y
político francés, de ideología liberal y miembro de la Cámara de Diputados durante el reinado
de Luis Felipe de Orleáns (1830-1848), y posteriormente ministro de Exteriores con Luis Napoleón (1849-1851). El discurso se pronuncia menos de un mes antes de que se produzca la revolución de 1848 en Francia (23-25 de febrero de 1848). La finalidad del texto es advertir de la
situación prerrevolucionaria y del peligro del movimiento obrero, y a la vez criticar al gobierno,
proponiendo posibles cambios en el sistema político. El destinatario es público, en particular el
gobierno, pero se hace extensivo a la nación a través de la Cámara.
Análisis de las ideas:
El texto tiene dos ideas principales. La primera de ellas es la necesidad de reforma del espíritu
de gobierno, marcando la supremacía de la legitimidad sobre la legalidad. Esta idea la desarrollaría a través de dos ideas secundarias: la inmoralidad del gobierno como causa de la pérdida
de legitimidad, dejando claro la superioridad de la moral sobre la ley, y las demandas sociales
insatisfechas, expresando con ello que el régimen de Luis Felipe de Orleáns, a pesar de su origen revolucionario, había tenido una evolución considerablemente reaccionaria, lo que había
provocado la disociación entre el cada vez más pujante movimiento obrero y la alta burguesía
asentada en el poder.
La segunda idea principal es la propuesta de reformas inmediatas para evitar la revolución, que
el autor expone mediante dos propuestas interpretables como ideas secundarias: la reforma electoral y la reforma parlamentaria, pero él mismo deja claro de forma inmediata (líneas 18 y 19)
que es una idea que subordina a la idea principal del texto. Estas propuestas tienen como objetivo ampliar el sufragio y modificar las prácticas parlamentarias que permitían a la alta burguesía
el control efectivo de la política francesa.
Llama la atención la manera de articular el discurso por parte del autor. Por una parte, la exposición de la primera idea principal al final del texto se debe al hecho de tratarse de un discurso y
la necesidad de un recurso retórico, por otro lado habitual, para reforzar la idea y conseguir centrar a su auditorio sobre ella, enfatizándola al final. Por otra parte, también llama la atención la
forma mediante la cual Tocqueville introduce la segunda idea principal de propuesta de reformas inmediatas para evitar la revolución, ya que el hecho de subordinar estos conceptos a la
reforma principal, en referencia a la reforma moral del gobierno, hace que pasen aparentemente
desapercibidas, lo que podría indicar que ambas reformas, que supuestamente deberían haber
sustentado el grueso del discurso de Tocqueville, se consideran ya por el autor como excesivamente tardías o incapaces de evitar por sí mismas el movimiento revolucionario. Resulta claro
que las posiciones del autor, más cercanas a los revolucionarios que al gobierno, convierten esta
advertencia no en una propuesta de reforma sino en un aviso de lo que inevitablemente va a
ocurrir
Encuadre histórico:
El discurso se pronuncia en los momentos inmediatamente anteriores a la revolución de 1848 en
Francia y nos refleja el sentir de la oposición creciente al régimen imperante desde diferentes
sectores de la sociedad francesa.
El desarrollo de la Revolución francesa condujo a la consolidación de dos conceptos básicos en
la doctrina política del siglo XIX, como son el liberalismo y el nacionalismo. La época de la
restauración buscó la supresión en Francia de estas ideas, ya que, a pesar de que Luis XVIII
aceptase promulgar la Carta Otorgada de 1814, el sistema político de la restauración buscaba la
prevención ante cualquier peligro de liberalismo revolucionario. El reinado de Carlos X agudizó
esta situación y cuando intentó acabar con todo vestigio de liberalismo mediante las Ordenanzas
de Saint Cloud (1830). Ante esta situación, el pueblo de París, dirigido por Thiers, se rebeló
contra Carlos X y proclamó como rey a Luis Felipe de Orleáns, conocido por su talante liberal,
para que devolviera al país a la senda del liberalismo.
El régimen de 1830 tuvo un primer impulso liberal, reflejo del movimiento revolucionario, fruto
de la cual se promulgará la Carta constitucional del 14 de agosto de 1830, que tiene tintes constitucionales pero no llega a ser una constitución en sí, como sí lo serán las de la Revolución
francesa o la Constitución de 1848. En cierto modo preconiza lo que va a ser el régimen, que un
par de años más tarde, consolidada la situación y apagados los levantamientos europeos (en
particular el belga, que es el más importante para los franceses), iniciará un giro más conservador.
En el texto se hace un resumen de los acontecimientos más relevantes del reinado de Luis Felipe
de Orleáns desde el punto de vista de lo moral. El nuevo régimen será conocido como la “Edad
de Oro de la Burguesía”, una etapa en el que el hombre fuerte de los sucesivos gobiernos, Guizot, se erigirá como máximo exponente de la nueva filosofía. Se le atribuye una frase “Enriqueceos por el trabajo y por el ahorro y devendréis electores”, es decir, si queréis derecho de sufragio, enriqueceos, que se considera como una definición de la situación moral y social que se
vivía en Francia. Sobre esta cuestión se basa en gran medida la crítica que realiza Tocqueville al
gobierno, puesto que la clave de la caída del régimen de Guizot está en el problema de la reforma electoral, ya que se niega a abrir el sistema político mediante el sufragio.
En paralelo, Tocqueville nos advierte del peligro del movimiento obrero. La participación de
éste en las revoluciones de 1830 había sido muy escasa, debido al escaso desarrollo de la industria y del movimiento obrero en Francia. Frente al sindicalismo británico, mucho más asentado,
el socialismo francés era mucho más heterogéneo, se movía en la utopía de surrealista de Fourier al Viaje a Icaria (1846) de Cabet, el primer anarquismo de Proudhon (¿Qué es la propiedad?, 1840) o las ideas de Louis Blanc (La organización del trabajo, 1839), uno de los artífices
del 48 francés que, a pesar de ser un teórico mucho más sólido, está muy lejos de galvanizar a
los obreros como hará un tiempo más tarde el marxismo. A pesar de ello, el sistema parlamentario excluía a gran parte de la población francesa del sistema, quedaba restringido a un sector
escaso de la población, lo que hacía que el movimiento obrero encontrase en la corrupción gubernamental caldo de cultivo para crecer y desarrollarse, ya que la falta de derechos políticos le
daba la cohesión de la que carecía por la falta de solidez teórica. Esto es lo que reclama Tocqueville cuando afirma que “¿No veis que sus pasiones han dejado de ser políticas para convertirse en sociales? Discute la justicia del reparto y de la propiedad”(lín. 9-11), refiriéndose a que
el sistema no atendía las demandas de la población obrera.
Sin embargo, hay un tercer motivo en el problema, y es la crisis económica. Se trata de una
crisis que se manifiesta de forma diferente a las anteriores, siendo menos virulenta en el campo,
pero afectando en gran medida a los nuevos sectores, que ven su demanda saturada, y unos capitales que buscan nuevos sectores de inversión. Toda esta situación va a ser el trasfondo que va a
actuar en el curso de la revolución de 1848.
Las causas del texto, por tanto serán la crítica al gobierno, por su inmoralidad y por la falta de
soluciones que permitan una evolución del sistema político, dando salida a las tensiones sociales, y la propuesta de alternativas a esta cuestión, esencialmente la reforma electoral y parlamentaria.
Las consecuencias del texto son claras. El gobierno no atenderá las demandas de la oposición,
en parte sintetizadas por Tocqueville, y poco después de pronunciado este discruso, el 23 de
febrero de 1848, por un conflicto menor, la agitación de los banquetes, el rey pierde su confianza en Guizot en el momento más inoportuno, provocando su dimisión y generando con ello un
vacío de poder que condujo al estallido de la revolución de febrero.
Los protagonistas de la revolución, la alianza entre burguesía democrática y obreros, realizan un
programa de gobierno y se preparan para una concentración política imposible, puesto que las
demandas de la burguesía y de los obreros eran dispares. La situación se mantuvo con altibajos
hasta las elecciones de abril de 1848, las primeras con sufragio universal, pero en las que el
triunfo moderado parece les que el gobierno decide acabar con los Talleres Nacionales de Louis
Blanc, considerándolos como foco de una insurrección obrera que podía conducir al 48 de una
revolución política a la revolución social. A partir de ese momento, la fractura entre la burguesía
y el movimiento obrero se hizo inevitable, y tendrá una respuesta contundente. Entre el 23 y 26
de junio se produce una insurrección obrera contra el gobierno republicano moderado. Ante esta
situación, el gobierno declara el estado de sitio y será el ejército el que se haga cargo de la situación. El general Cavaignac conseguirá sofocar la revolución y dirigirá una dura represión, lo que
será el punto de partida para un giro todavía más autoritario y moderado de la república. Por
este motivo, el 10 de diciembre, Luis Napoleón obtendrá clara victoria en las elecciones a presidente de la república.
La evolución de la II República francesa no puede sorprender, puesto que la elección de Luis
Napoleón pone las bases para un retorno a sistemas anteriores. La política de Luis Napoleón va
a centrarse en la alta burguesía y en poner los límites para el desarrollo del movimiento obrero.
Esto, unido a la limitación constitucional de reelección, acaba conduciendo al autogolpe de Estado de 1851 y al plebiscito de 1852, por lo que la II República acaba teniendo una existencia
muy limitada en el tiempo.
Análisis Crítico del texto:
Tocqueville pronuncia un discurso dentro de los cánones retóricos habituales en la época, probablemente la más brillante en lo que a oratoria parlamentaria de la historia. En él hace adver-
tencias para el futuro que con el paso del tiempo se revelan de una gran clarividencia, puesto
que los acontecimientos que prevé se cumplen de la manera que el autor adivina. Sin embargo,
esto no nos debe llevar a pensar que el autor busca en su exposición una objetividad neutra, sino
que deliberadamente busca matices de subjetividad, como el hecho de redactar el texto en primera persona del singular e incluso por orientar las conclusiones de su investigación [sic.] a una
explicación moral. Este rasgo, por otra parte, es muy frecuente en los textos circunstanciales.
Ideológicamente los planteamientos de Tocqueville están en la línea de un liberalismo democrático, partidario de una Soberanía Nacional amplia o de una Soberanía Popular, así como del
sufragio universal, como trasluce al afirmar la necesidad de modificar el sistema electoral y
parlamentario (lín. 17 a 19); recordemos que en su faceta de historiador es autor de obras en las
que recoge y apoya la evolución del liberalismo como “El Antiguo Régimen y la Revolución”, o
“La Democracia en América”. También deja clara su opinión respecto al movimiento obrero,
planteando que “sus pasiones han dejado de ser políticas para ser sociales…” (lín. 9), como algo
ajeno a él, e interpretando su reacción como un volcán (lín. 11), como algo amenazador, expresando con ello que ve al movimiento obrero más como una amenazaque como una revolución,
aunque ésta pueda tener su parte de razón.
Destaca la crítica que realiza al régimen de Luis Felipe de Orleáns, personificando esta censura
no en el monarca, al que no alude en ningún momento, sino en el gobierno, dirigido en aquella
época por Guizot. Este gobierno que, como hemos dichop más arriba, pasa a la historia por el
conocido (aunque no demostrado) axioma de “enriqueceos…”, muestra, para el autor, mucho
más interés en la inmoralidad que en el noble ejercicio de la política, derivando de ello la inmoralidad de la sociedad, como reflejo del nocivo impacto de sus elites. La crítica la repite en al
menos tres puntos del texto (lín. 5 a 8, lín 11 a 13 y lín 20 a 21), lo que deja clara la oposición
de Tocqueville ante los postulados políticos del gobierno, más por lo inmoral que por burgués.
La importancia histórica del texto es innegable, ya que se trata de una referencia de los aspectos
sintomáticos de la revolución del 48 en Francia, cuando numerosas referencias históricas nos
hablan de este movimiento revolucionario como algo espontáneo e inesperado, extremo que se
ve negado por el discurso de Tocqueville. Tampoco debemos considerar necesariamente que
exista algún tipo de connivencia entre el autor y los revolucionarios, puesto que realmente teme
las consecuencias de una posible revolución social, lo que le separaba del inicio de la revolución, aunque una vez producida acabe participando activamente en la política de la II República
como diputado de la Asamblea Constituyente y como ministro de exteriores de Luis Napoleón.
Desde luego, ignora las posiciones del movimiento obrero, que interpreta como tranquilas (lín.
9) cuando muy probablemente no lo eran, desconocimiento que podemos interpretar como ausencia de contacto entre Tocqueville y los activistas obreros de su tiempo.
La perspectiva actual del texto nos lleva a plantear la vigencia de las ideas de Tocqueville en lo
que respecta a los aspectos más relevantes de lo que defiende en el texto. Frases tan brillantes
como las que rematan el final del discurso “no es el mecanismo de las leyes el que origina los
grandes acontecimientos en este mundo […] es el espíritu del gobierno” (lín. 20-21) siguen
teniendo plena actualidad y deberían ser asumibles por cualquier tendencia e idea, aunque con
demasiada frecuencia esto no se produzca. Con mucha frecuencia regímenes y sistemas que se
desarrollan partiendo de principios de libertad y justicia acaban derivando en situaciones similares a las que nos dibuja Tocqueville, en la que la corrupción y el medro personal sustituyen a los
grandes ideales.
La Primavera de los Pueblos acabó siendo un movimiento muy efímero, que apenas es una transición liberal entre dos regímenes conservadores de ideología liberal doctrinaria. Sin embargo,
no debemos soslayar por ello la importancia histórica que tiene, ya que esta Revolución conseguirá lo que no habían conseguido las revoluciones de 1830 o la propia revolución francesa, y es
consolidar definitivamente a la burguesía en el poder, e indudablemente es el final de la Europa
de Metternich, rompiendo el equilibrio de 1815.. Quizá acaba teniendo unas consecuencias aun
más profundas en la Historia, al tratarse del punto de partida que pone las bases, con el tiempo,
de las unificaciones italiana y alemana, así como el arranque del movimiento obrero, por lo que
históricamente 1848 nos va a marcar un antes y un después en la Historia.
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