TEMA 4: EDUCACIÓN

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TEMA 4:
E
DUCACIÓN
Educación integral y de calidad para todos
OBJETIVO: En el contexto del Bicentenario de la
Independencia y Centenario de la Revolución
Mexicana,
valorar
la
educación
como
instrumento de transformación para asumirla y
promoverla con calidad en nuestros ambientes.
NUESTRA EXPERIENCIA
Leamos la siguiente Opinión publicada en el periódico el Universal y comentemos:
Vernor Muñoz Villalobos es el relator especial de la ONU para el derecho a la educación. Por once
días viajó de San Cristóbal de las Casas a Tijuana, pasando por Monterrey, Tuxtla Gutiérrez,
Tapachula y el DF, preguntando por la vigencia, el grado de certeza y vinculación con que la norma
constitucional, el derecho a la educación de calidad para todos, se realiza en México. En total, 75
reuniones y más de mil entrevistas. Lo recibieron autoridades educativas como José Narro, rector de la
UNAM, autoridades de la SEP y muchos profesores de comunidades indígenas, pero no pudo
entrevistarse con la cúpula del SNTE.
En la UNAM, como parte de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos, Muñoz escuchó las críticas y
reflexiones que académicos, universitarios y representantes de asociaciones civiles, como el
Observatorio Ciudadano de la Educación, hicieron sobre la inequidad del sistema educativo. Una voz
fue unánime: la educación más pobre está dirigida hacia los niños y niñas más pobres. Los poderes
públicos de México, sin importar partido, han mostrado una voluntad férrea para mantener sana y salva
la injusta distribución del presupuesto educativo contra las comunidades indígenas y migrantes. La
educación básica que el Estado ofrece a esas regiones está compuesta por miles de escuelas sin
escusados, sin papel de baño, en improvisadas aulas, sin muros o con los vidrios rotos y cuarteaduras
en las viejas paredes, sin agua potable y sin energía eléctrica.
La mayoría de los niños y niñas de estas escuelas no tienen cuadernos de trabajo ni libros de texto
gratuitos en las lenguas originarias. De uno a tres profesores atienden la mayoría de las escuelas
telesecundarias de México. Hablamos de instituciones educativas incompletas, por definición
deficitarias —aunque conozco milagrosas excepciones. Y dos terceras partes de ellas se ubican en
espacios indígenas y migrantes.
Las niñas y los niños injustamente desterrados del sistema educativo fueron por un instante
nombrados y visibilizados por el relator de la ONU5.
Miguel Ángel Rodríguez- “La ONU y la educación” en el UNIVERSAL 13 de marzo de 2010
Reflexionemos personalmente o comentemos en pequeños grupos lo leído.
¿Qué pensamos de esta nota?
¿Esta realidad está presente en nuestro ambiente? ¿Cómo la describimos?
Es evidente que en México la educación difiere de ser igualitaria y universal, si consideramos las
regiones se observan enormes diferencias.
Ahora todos juntos escuchemos la voz de nuestros obispos:
“Nuestro sistema educativo, tal como hoy se presenta, deja mucho que desear en cuanto a su calidad
y resultados. Lo observamos agobiado por los problemas de preparación magisterial y por los lastres
del modelo sindical que se apoya en el control corporativo. También nos preocupa la corrupción que
consume enormes cantidades de recursos públicos que no llegan a rendir sus beneficios en los
centros escolares. A nuestro parecer, lo más grave de estas dinámicas de corrupción es que se
contamina la noble tarea de educar que debería llevarnos a “cultivar” personas integras y generosas
capaces de responder y vivir alegremente el sentido y el significado de su existencia” (Carta Pastoral,
Conmemorar nuestra Historia desde laFe124).
¿QUÉ PENSAMOS?
En el momento histórico que vivimos en México, reflexionar en la educación y en la calidad de ella,
resulta sumamente trascendental ya que de nuestra sensibilidad y acción sobre ello, dependerá en
parte un mejor presente y futuro para nuestro país, a ello nos lleva este compartir y buscar juntos
desde la fe a través de éste tema.
NUESTRA VIVENCIA DE FE
LA EDUCACIÓN ES UNA ACCIÓN EVANGELIZADORA
“Las poblaciones pobres reciben una educación pobre”, son palabras del relator especial de la ONU
en materia de educación en su reciente visita a México, resulta claro que desafortunadamente en
nuestro país este principio se cumple, por ello en la presente coyuntura, ha
dicho el Episcopado Mexicano… “La Iglesia puede y debe oír su voz en
materia de educación…prestando así un servicio a la comunidad nacional”6.
Como Iglesia sabemos que existimos para Evangelizar, “vayan y enseñen” dice
Jesús, por ello la educación formal e informal nos compete en fidelidad al
Evangelio, así, la acción educativa de la Iglesia forma parte de la
Evangelización, pues a través ésta se propicia que el evangelio penetre e
inspire valores, criterios, pensamientos, modelos de vida, para que la fe lleve a
las personas a una conversión total y a la transformación de la realidad, en
éste caso de nuestro nivel de vida como mexicanos.
EN JESÚS REFORZAMOS NUESTRA IDENTIDAD EDUCATIVA
En el Evangelio nos encontramos con un Jesús que, “Todos los días se sentaba en el templo a
enseñar" (Mt 26, 55). "Se fueron reuniendo junto con Él las multitudes y de nuevo, según su
costumbre, les enseñaba" (Mc 10, 1). En el lugar de las bienaventuranzas Jesús viendo a la
muchedumbre, "subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les
enseñaba" (Mt 5, 1). Él era el maestro en torno al cual los discípulos aprendían a conocerse a sí
mismos, a conocer a Dios, a vivir el misterio de la comunión eclesial y a ser don de sí para los otros.
FINALIDAD DE LA EDUCACIÓN
La Doctrina de la Iglesia nos presenta la educación como un “proceso de comunicación y asimilación
sistemática y crítica de la cultura, para la formación integral de la persona humana”7. Nuestros Obispos
de México, en su carta pastoral, al conmemorarse el Bicentenario de nuestra Independencia nacional,
nos especifican tres implicaciones de la educación:
Como herramienta del desarrollo que llegue a todos, mejorando los conocimientos y
habilidades
Que sea espacio de respeto y libertad para difundir los valores que engrandecen a la persona y
le llevan a reconocer su dignidad y a vivir sus convicciones.
Que prepare para el trabajo (n. 126).
EDUCACIÓN, HERRAMIENTA DE DESARROLLO PARA TODOS
Según la enseñanza constante de la Iglesia la finalidad de la educación es la formación integral de la
persona humana y añade, en orden a su fin último y al bien de las sociedades de las que el hombre es
miembro y en cuyas responsabilidades participará cuando llegue a ser adulto.
La formación integral de la persona comprende, en palabras de Pablo VI “a todo hombre y a todo el
hombre”. Esto quiere decir que todos los seres humanos, cualquiera que sea su condición, raza, sexo
y edad, por el mero hecho de ser personas, tienen el derecho inalienable de una educación que
responda al propio fin, al propio carácter, al diferente sexo, acomodada a la cultura y a las tradiciones
patrias, y al mismo tiempo abierta a las relaciones fraternas con otros pueblos para fomentar la unidad
verdadera y la paz entre las naciones y al interior de las mismas. En ésta misma línea encontramos el
pronunciamiento de los obispos en Aparecida:
“La Iglesia está llamada a promover en sus escuelas una educación centrada en la persona humana
que es capaz de vivir en la comunidad, aportando lo suyo para su bien. Ante el hecho de que muchos
se encuentran excluidos, la Iglesia deberá impulsar una educación de calidad para todos, formal y noformal, especialmente para los más pobres. Educación que ofrezca a los niños, a los jóvenes y a los
adultos el encuentro con los valores culturales del propio país, descubriendo o integrando en ellos la
dimensión religiosa y trascendente” (DA 334).
EDUCACIÓN, ESPACIO DE RESPETO Y LIBERTAD
Por un laicismo mal entendido México no está formando en gran mayoría a los docentes que requiere,
el sistema educativo en México no contribuye, como debería, en casos alarmantes como el combate a
la inseguridad y la violencia que se vive en muchas zonas del país, y como formador de valores
humanistas y cívicos. México necesita una revolución educativa que retome los valores universales.
“Por otra parte, en un aspecto igualmente delicado, debemos decir que nuestro sistema educativo está
marcado por un laicismo mal entendido, que deja de lado los valores humanos universales como si se
trataran de aspectos confesionales. Esta realidad tiene implicaciones graves, pues si no es capaz de
reconocer valores universales, mucho menos tiene la posibilidad de comprender las realidades
trascendentes del hombre, proyectadas en la cultura que nos caracteriza, y en concordancia con la
trayectoria familiar de muchos de nuestros estudiantes. El sistema educativo mexicano ha convertido
al laicismo en un instrumento ideológico que pasa por encima del derecho de los padres a la
educación de sus hijos y no respeta las raíces culturales más nobles de nuestro pueblo. Es necesario
que la educación laica se convierta en una verdadera escuela de respeto y valoración a las diferencias
culturales y religiosas que nos caracterizan” (Carta Pastoral, Conmemorar nuestra Historia desde la
Fe125).
LA EDUCACIÓN PREPARA PARA EL TRABAJO
Se dice que la educación es el instrumento para preparar los recursos humanos que el desarrollo de
México demanda, pero, los diferentes niveles educativos no reproducen valores que exalten el trabajo,
no forman para la vida. Sin lugar a dudas esto es preocupante, pero no es lo más importante transmitir
conocimientos y desarrollar destrezas encaminadas a conseguir un trabajo. Hace falta ir más allá…
“Sin negar que la educación nos prepara para el trabajo, la dignidad humana exige primariamente que
la educación sea concebida como el desarrollo integral de las personas que posibilita vivir plena y
responsablemente la totalidad de las situaciones que constituyen nuestra vida individual y social. Si la
educación no forma antes que nada personas íntegras que amen el bien, la belleza, la verdad y la
justicia, todo lo demás queda fincado en un terreno frágil y superficial” (Carta Pastoral, Conmemorar
nuestra Historia desde la Fe 126).
NUESTRO COMPROMISO
ACTUAMOS
El primer impulso natural, al analizar nuestra sociedad actual, como ahora en materia de educación, es
criticar. Criticar de una manera negativa y pasiva. Pero hemos de ir más allá y pensar en cambiar
nosotros mismos, fortalecernos como personas de calidad y prepararnos, para que al integrarnos de
lleno a la vida productiva seamos capaces de reconocer y perpetuar lo bueno que ya existe y
combinarlo con nuevas aportaciones en el campo en el que nos desarrollemos.
Cuando hablamos de un cambio hacia la calidad, hablamos de la calidad de la educación que
trascienda a una calidad como forma de vida. Para que lo anterior sea real necesitamos que éste
enfoque se convierta verdaderamente en parte de nuestra cultura, que sea algo que se respire, se
valore, se aprecie y se viva en la vida cotidiana de nuestro país.
Si no hay cambio en las acciones, no ha habido aprendizaje, si nos preparamos en los conceptos de
calidad de la educación y hablamos bien de lo mismo, pero seguimos actuando de la misma forma de
siempre, ¡aún no es un valor para nosotros! El proceso de aprendizaje de un valor es algo que debe
darse primero a nivel individual, a través de una acción congruente, para que luego pueda lograrse un
valor colectivo. En otras palabras, si creemos en la calidad de la educación, comencemos por asumir y
promover en comunidad la calidad educativa, renunciemos al “ay se va”, “se hizo lo que se pudo”.
Seamos parte de los educadores a los que se refieren los obispos:
“Son muchos los maestros y maestras de extraordinaria calidad humana que, en los distintos centros
educativos públicos y privados, están engrandeciendo el alma de los niños y jóvenes mexicanos, no
sólo por los conocimientos que imparten sino por el ejemplo de vida con que forjan la conciencia de las
nuevas generaciones. Son muchos los maestros y maestras que sostenidos por su fe en Jesucristo y
en un profundo respeto a la conciencia de sus alumnos, dan testimonio de amor a la vida y amor a
Dios, de su compromiso con la Patria y con la dignidad de cada persona. Se convierten por eso mismo
en los grandes evangelizadores por su sola actividad educativa honesta y comprometida. La Iglesia
quiere agradecer su testimonio, y nosotros queremos expresar nuestro compromiso como pastores de
la comunidad cristiana, para seguir acompañándolos en la formación de su fe y promover su presencia
organizada en la sociedad” (Carta Pastoral, Conmemorar nuestra Historia desde la Fe128).
Comentemos en nuestro grupo o personalmente:
Desde tu ambiente:
¿Qué acciones podríamos promover para elevar el nivel educativo?
¿En qué situaciones concretas creemos necesario tener voz de profeta para exigir el derecho a la
educación?
¿En este momento, qué necesitamos aprender para mejorar nuestra forma de vivir como persona y
como cristiano?
¿Cuáles son nuestros compromisos concretos para aprender?
En cuanto a lo que sabemos y podemos compartir con los demás:
¿Qué podemos hacer para educar a las generaciones jóvenes en los valores que promuevan su
dignidad como personas y/o como cristianos?
CELEBRAMOS
En ambiente de oración, cantemos el canto u hagamos este canto oración, “Desde una montaña” (o
algún otro que vaya de acuerdo).
DESDE UNA MONTAÑA
Jesús subió a una montaña
y estando en la cima
se puso a enseñar
a toda la gente que ansiaba
de su Palabra poderse llenar (2)
y dijo…
DICHOSOS
LOS QUE ESTÁN TRISTES
PUES DIOS LOS CONSOLARÁ
DICHOSOS
LOS DE CORAZÓN HUMILDE
PUES LA TIERRA RECIBIRÁN
DICHOSOS LOS QUE TIENEN
HAMBRE Y SED
YA QUE DIOS LOS SACIARÁ
Y A TODOS LOS QUE LUCHAN
POR LA PAZ
HIJOS DE DIOS LES DIRÁN
Jesús en esa montaña
a toda la gente de esperanza llenó
y quiere que tú al escucharlo
vivas los valores del Reino de Dios
Y dijo…
DICHOSOS LOS QUE ESTÁN TRISTES…
Y cuando alguien los insulte
a causa mía
alégrense y contentos estén
alégrense y contentos estén
pues en el cielo
un premio les tendré (2).
Después de escuchar o recitar el canto, preguntamos y esperamos la participación de 2 o 3 personas:
¿Qué te hace pensar el canto en relación a lo que acabamos de reflexionar?
Después de cada una de las intervenciones, dejamos un espacio de silencio meditativo.
Terminamos haciendo peticiones espontáneas por nuestra patria, y cerramos con el Padre Nuestro,
uniendo nuestras manos todos juntos.
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