COMUNICACIÓN LIBRE 7 EL ÍNDICE DE REALIDAD

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COMUNICACIÓN LIBRE 7
EL ÍNDICE DE REALIDAD RORSCHACH EN UNA MUESTRA SANTIAGUEÑA.
Lic. Fernando J. Castro1
Prof. Lic. Alicia M. Passalacqua2
El presente trabajo surge a partir de los resultados de una investigación
subsidiada por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UCSE, titulada “Validación de
respuestas Populares en el Psicodiagnóstico de Rorschach para la ciudad de Santiago
del Estero”, finalizada en el año 2009.
En el mencionado proyecto se estableció la lista de Respuestas Populares para
esa ciudad a partir del análisis de 100 (cien) casos administrados y evaluados según
los criterios de la Escuela Argentina de Rorschach. Además, se establecieron las
similitudes y diferencias con listas de Respuestas populares correspondientes a otras
poblaciones, tales como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Salta capital.
Los disímiles resultados permitieron pensar acerca de la eficacia del índice de
realidad utilizado por la Escuela Argentina para la población santiagueña, puesto que
las respuestas populares no son las mismas, y sobre todo ante la disminución de
respuestas de animales bien vistos dadas en la Lámina X, donde se espera una de las
cuatro “respuestas realistas” descriptas por Stefan Neiger (1956).
De esta manera se procedió, por un lado, a comparar los tipos de respuesta que
configuran índices de realidad en cada una de las tres láminas en las que hay
coincidencia con la propuesta de Neiger y que también coincide con la Escuela
Argentina, y por otro, se introduce una propuesta de adicionar otro índice de realidad
que abarque las respuestas más comunes para la mencionada población.
1
2
Uruguay 60 1° A (1015) – CABA. Tel: 011-155-750-8612 Email: [email protected]
Uriarte 2273 8vo. "36" (1425) – CABA. Tel: 011-47740169 Email: [email protected]
Teniendo en cuenta las frecuencias de aparición y el valor simbólico vinculado a
“realidad” de las respuestas en determinadas láminas, se presenta un nuevo modelo del
índice de realidad y se ejemplifica con casos pertenecientes a la muestra en cuestión.
Palabras clave: Índice de realidad – Populares – Rorschach – Santiago del Estero
a) Consideraciones teóricas acerca de la realidad
La discusión acerca de lo que significa la realidad es amplia y rica, con todo un
pasaje por las distintas concepciones filosóficas, psicológicas, y el psicoanálisis.
Básicamente la discusión pasa por la posición del sujeto respecto al mundo
circundante; esto es, si la realidad constituye solo aquello que puede ser posiblemente
reconocido como existente, y se puede dar cuenta de ello, o la realidad lo es todo, con
el pensamiento del sujeto que percibe incluido.
Hoy la realidad es tomada como un sistema complejo en el que se actualizan e
interaccionan todos los sistemas que la constituyen. El considerado sujeto y el
considerado objeto de la filosofía tradicional, pertenecerían ambos al mismo sistema de
realidad.
Desde la teoría psicoanalítica, siempre que hablemos de realidad, debemos
remitirnos al constructo realidad psíquica.
En su famoso Diccionario, Laplanche y
Pontalis (1967) la definen como “término utilizado frecuentemente por Freud para
designar lo que, en el psiquismo del sujeto, presenta una coherencia y una resistencia
comparables a las de la realidad material; se trata fundamentalmente del deseo
inconciente y de las fantasías con él relacionadas”.
Barrat (1984) se refiere a la realidad psíquica como “un sistema de
representaciones” y agrega “the reality we know and in which we live is the reality of our
representations… the real is delimited by the horizon of intrapshychic representations of
self and others”3. (Barrat, 1950, pp. 14-16)
León Grinberg (1995) señala que el psicoanálisis puede definirse como la
disciplina que estudia la realidad psíquica y su relación con la realidad material.
3
“la realidad que conocemos y en la que vivimos es la realidad de nuestras representaciones. .. lo real está
delimitado por el horizonte de representaciones intrapsíquicas del self y de los otros”.
Esta definición que, en pocas palabras, destaca todo un campo teórico y práctico
atravesando todo nuestro accionar psicológico profesional, parte evidentemente de
aquella primera enunciación de Freud (1895), donde el concepto era mucho más
específico y se refería básicamente a la equivalencia de la experiencia psíquica
provocada por acontecimientos internos y externos. Sin embargo, incluye también lo
que fue el desarrollo del concepto a lo largo de la obra freudiana, donde la realidad
fáctica se transformó en “objetiva” y luego en “material”, y que actualmente podemos
nombrar como “externa” o “verdadera”.
En su introducción del concepto del sentimiento de identidad, vinculado a los
mecanismos de identificación y a las relaciones objetales, León y Rebeca Grinberg
(1995) proponen una explicación de la realidad psíquica, o si se quiere, del
funcionamiento del aparato psíquico, a través de la interacción continua de tres tipos de
vínculos de integración: el espacial, el temporal y el social. El primero comprende la
relación de las distintas partes del self entre sí, manteniendo su cohesión y permitiendo
su relación o no con los objetos (diferenciación self-no self). El vínculo de integración
temporal une las distintas representaciones del self en el tiempo, estableciendo
continuidad y facilitando la “mismidad”. Y, por último el vínculo de integración social
refiere a los vínculos entre aspectos del self y aspectos de los objetos.
Siguiendo a Berenstein (1994), el yo se mueve libremente en tres espacios o
mundos
que
conforman
la
realidad
psíquica:
En
primer
lugar,
el
de
las
representaciones, ligado al funcionamiento fantasmático de la propia mente y el propio
cuerpo donde el otro externo tiene una presencia virtual. En segundo lugar, el espacio
de las representaciones de los vínculos familiares, que se regula por el tabú del incesto
y por la vigencia de la sexualidad permitida o prohibida y donde el yo se vincula con el
otro externo quien tiene una presencia estable y con cierta marca real. Y, por último, el
espacio de las representaciones del medio sociocultural, regido por la ley social y donde
los otros tienen presencia real y difusa.
Definir este constructo resulta difícil sin vincularlo al “funcionamiento psíquico”,
tal como lo pensó Alfredo Maladesky (2002) al desarrollar el concepto de cambio
psíquico y la intervención del psicoanalista:
“Los psicoanalistas sostenemos la existencia de un aparato psíquico compuesto
por instancias (Inc. Preconciente y Conciente en la primera tópica y Yo, Super
Yo, Ello, en la segunda tópica) con interacciones tópicas, dinámicas y
económicas y en cuyo funcionamiento y articulación es posible influir mediante
la técnica psicoanalítica. El problema se complejiza, aún más, si tenemos en
cuenta que este funcionamiento psíquico se desarrolla simultáneamente en
varios espacios psíquicos: el intrasubjetivo (pulsiones y representaciones); el
intersubjetivo (de las relaciones vinculares) y el transubjetivo (el espacio social y
cultural).” (Maladesky, 2002, pp. 19)
Silvia Bleichmar (1984) realiza todo un estudio de esta temática al investigar los
orígenes del sujeto psíquico y postula que “no es una prueba lo que decide sobre la
realidad de lo que se representa, sino un modo de funcionamiento del aparato psíquico:
el que corresponde a la posibilidad del proceso secundario (o de los procesos de
ligazón) de inhibir la tendencia a la descarga inmediata mediante la constitución de
sistemas de demora que posibilitan los rodeos pertinentes para que el aparato pase de
la identidad de percepción a la identidad de pensamiento”.
Como síntesis conceptual, se jerarquiza la siguiente definición de Isidoro
Berenstein (1994): “La realidad psíquica es considerada como el conjunto de vivencias,
emociones y representaciones inconcientes, personificadas como objetos, que el yo
siente como interiores y reales. Está en relación con y se diferencia de otra realidad,
llamada externa, que el yo siente afuera de sí y poblada por personas, instituciones,
normas culturales, leyes, etc.” (Berenstein, 1994, pp. 19)
b) El Índice de Realidad
Fue creado por Neiger en 1946, y se realiza en torno a las láminas populares (III,
V. VIII y X), ya que estas tienen como característica común el hecho de ser láminas
“Populares”, y se espera que frente a ellas el evaluado entregue respuestas
“consensuadas”, que son estadísticamente frecuentes, es decir, dadas por la mayoría
de la gente.
Este examen indica la capacidad que posee el sujeto para reconocer y
diferenciar los “indicadores de realidad”, esto es, los repertorios o patrones
conductuales
correctos
(conductas
y/o
actitudes
“esperables”,
“adecuadas”,
“adaptativas”)
y
los
incorrectos
(conductas
y/o
actitudes
“no
esperables”,
“inadecuadas”, “des-adaptativas”), según una situación determinada. En síntesis, el I.
R. da cuenta de la capacidad del sujeto para reconocer las normas consensuales y
para adecuar su comportamiento a ellas.
Para la muestra argentina, se utiliza lo investigado por A. Passalacqua y otros
(1992), donde se asigna puntaje en función de la aparición o no de las respuestas
esperables:
Lám. III
Personas populares, en movimiento o no. En primer término: 2 puntos. En
segundo término y en adelante: 1 punto.
Lám. V
Murciélago. En 1° término: 2 puntos. En 2° término (mariposa primero): 2
puntos. En 2° término en adelante (sin mariposa): 1 punto.
Mariposa. En 1° término: 1 punto. En otro lugar que no sea el primero, no
se le adjudica puntaje para este Índice.
Lám. VIII
Osos o felinos en movimiento o no, especificando cuales son. En 1°
término: 2 puntos. En 2° término: 1 punto
Lám. X
Cualquier animal bien visto, calidad positiva. En 1° término solamente: 2
puntos. Para adjudicar 1 punto, debe dar “arañas” (o “cangrejos”) en 2°
término en adelante.
c) Cuestiones metodológicas
El índice de realidad es un signo que utilizamos para evaluar la adaptación del
sujeto a la realidad. Corresponde justamente a ese ítem de la Escala EFYR
(Passalacqua, 1994) y en esto es eficaz, puesto que representa el 50% de la
evaluación de esa función yoica. Esto significa que puede ayudarnos a comprender o
describir en buena medida el “Espacio de las representaciones del medio sociocultural” (Berenstein), el “Espacio psíquico transubjetivo” (Maladesky), y el “Vínculo de
integración social” (Grinberg), tomando en cuenta las definiciones de la síntesis teórica
antes mencionada.
En la muestra de Buenos Aires, con la que se construyó la Escala EFYR, hay
coincidencia de Respuestas Populares en las cuatro láminas originalmente estipuladas
por Neiger para evaluar la realidad. Esto no sucede de igual manera en la muestra
santiagueña. Esta muestra estuvo compuesta por cien (100) sujetos residentes en la
ciudad de Santiago del Estero, de 18 a 60 años de edad, de ambos sexos (61 mujeres
y 39 hombres) a quienes se administraron las pruebas según los criterios de la Escuela
Argentina de Psicodiagnóstico de Rorschach.
Allí, teniendo en cuenta la Lámina X, el porcentaje de todas las respuestas
animales bien vistas, dadas en primer término, es bajo (26%). De todas formas, a
pesar de tener algunas populares diferentes, se mantiene el I.R. en general en los
sujetos de la muestra ya que lograr un puntaje de 8 tampoco es muy bueno.
De esta manera, la propuesta es considerar otro contenido muy frecuente en la
muestra para evaluar, en el caso de obtenerse un índice de realidad bajo debido a la
ausencia de lo esperable en la Lám. X (especialmente cuando, por otros parámetros, la
adaptación no resulta tan afectada).
Surgió entonces que el contenido más habitual (luego de las respuestas
populares de láminas III, V y VIII) fue el de Humano –H– y Humano irreal (H) en Lámina
II, con la incidencia del 39% de los sujetos. Esta respuesta dada como Detalle usual
(considerando los D grises), con la zona roja superior considerada a veces como
cabeza, y otras como un sombrero o gorro.
Resulta interesante la inclusión tanto de este contenido y como de esta lámina
en el esquema de evaluación el índice de realidad, siempre y cuando fuera una
respuesta de buena calidad (+), por los siguientes motivos:
 Es un contenido que supera ampliamente el porcentaje popular.
 Es un contenido vital, y a la vez referido a la condición humana, revelando
la preocupación, atracción e interés por el contacto humano, además de
la calidad y tipo de relaciones objetales con que se vincula el sujeto.
 Es la primera lámina que incluye Color cromático (rojo), en relación con
los afectos.
 Es una lámina en la que se puede estudiar el manejo de la agresión, que
tiene que ver con el otro, en términos de agresión proyectada o
introyectada.
 Es una lámina en la que se puede analizar cómo el sujeto maneja su
impulsividad.
 Es una lámina que permite pensar en el mecanismo defensivo de
sublimación, si se da una respuesta controlada y elaborada.
Así, se procedió a analizar 24 (veinticuatro) casos de esta muestra (suficientes
para que resultara significativa la medición) asignándoles nuevamente puntajes a las
respuestas dadas y que configuren el índice de realidad.
Para la lámina II, se asignó entonces el puntaje máximo si la respuesta H o (H)
fuera dada en primer término, y 1 punto si fuera dada en segundo lugar, tercero,
cuarto y así sucesivamente. Como resultado, en 19 (diecinueve) de los casos
analizados se pudo aumentar 1 o 2 puntos al Índice de Realidad, que se encontraba
evidentemente disminuido ante la ausencia de puntuación en la lámina X.
A continuación, y a modo de ejemplo, se transcribe un caso en el que el índice
de realidad pasó de 6 a 8 gracias a esta modificación:
Caso Facundo, 22 años
L II
DW
M+, FC+
(H), Vest
P
IR = 2
Y aquí veo como dos personas tocándose las manos y mirándose… como dos duendecitos son,
más que personas.
Int.: ( ) Este es uno y este otro. ( ) La cabeza, y lo dije por los gorritos que son rojos, yo soy
daltónico… pero son rojos. ( ) El color de la cabeza que son como gorritos, y que son chiquititos
y como enanitos, por el sombreo. ( ) Manos, cabeza, cuerpo, nada más.
L III
Ddr
M+, FM+, F+
H, A, Obj
P
IR = 2
Ehmmm… aquí veo dos personas, mujeres, están teniendo como una vasija, y dos monitos.
Int.: ( ) Las mujeres las veo acá y acá, la vasija aquí y los monitos aquí. ( ) Todo junto… como
que se están moviendo los monitos, como de una rama, sujetados de la cola, no se ve la rama
obviamente. ¿FM?) Antes. ( ) Por la forma, por la silueta, los pechos, la nariz, y sosteniendo la
vasija. ¿Vasija?) Por la forma. (Desc. Monitos) Cabeza, cola y el cuerpo. ( ) Cabeza, el torso,
los pechos, las piernas y los pies. Y la vasija.
LV
W
FC´+
A
P
IR = 2
Aquí veo un murciélago
Int.: ( ) Cabeza, las alas, la cola, las antenas ( ) Por las alas, las antenas y por el color negro.
L VIII D
F+
A
P
IR = 2
En esta veo como dos tigres en esta parte.
Int.: ( ) Aquí veo uno y aquí veo el otro (Señala D rosas laterales). ( ) Por la forma. ( ) Los veo
como que se están moviendo, como que están subiendo, escalando, buscando algo. ( ) Ahora.
(Adic. 2) ( ) Cuerpo, la cabeza, las patas.
d) Discusión
Por un lado, es interesante abordar la gran disminución de respuestas de
animales como arañas y cangrejos en la L. X. Quizás, al tratarse de una población
mediterránea se podría pensar que la ausencia de cangrejos como respuesta común,
si bien coincide con lo obtenido en la muestra de CABA y Gran Buenos Aires, podría
deberse a la poca frecuencia de su percepción.
Lo de la ausencia de arañas (respuesta dada sólo por el 6% de la población), es
más complicado puesto que si existen estos animales en la ciudad donde viven los
sujetos. Pero quizá tenga vinculación con el intento de “desembarazarse” de una
imagen de madre atrapante, laboriosa y, al mismo tiempo envolvente de la que hay
que huir. Culturalmente, Santiago del Estero es una población expulsiva, de migración
negativa, ya que son más los santiagueños que viven fuera de la ciudad que en la
misma.
Por otro lado, y como se especificó en la sección anterior, resulta novedoso
incluir la cuestión del contenido Humano (H) como relevante para esta población,
denotando el interés y preocupación por lo humano, resaltando el tipo de vínculo y
manejo de la agresión como elemento característico de esta población.
En definitiva, la no inclusión de un animal bien visto en Lám. X no
necesariamente perjudicará el Índice de Realidad, si contamos con otro contenido
popular que permita dar cuenta de la realidad psíquica de estos sujetos, incluyendo
de alguna manera una mirada cultural a la población que estamos evaluando.
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