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JUZGADO DE 1ª INSTANCIA 3 DE
ORIHUELA(ANT. MIXTO 3)
Teléfono nº 965.359.567 - Fax nº 966.744.765
Plaza Santa Lucia, s/n - Orihuela
NIG: 03099-41-1-2007-0006007
Procedimiento: DILIGENCIAS PREVIAS PROC. ABREVIADO Nº 000851/2007-Denunciante/Querellante: FISCALIA DE ALICANTE
Procurador/a:
Abogado:
Contra: JOSE FRANCISCO JAVIER LEON BARAHONA, JOSE CANDEL MARTINEZ, RAFAEL GREGORY FERNANDEZ,
ANGEL LUIS BRACHO PACHECO, ENRIQUE TOMAS ORTIZ SELFA, JOSE JOAQUIN RIPOLL SERRANO, GINES
SANCHEZ LARROSA, ANTONIO RODRIGUEZ MURCIA, MANUEL ABADIA MARTINEZ, ANTONIO AMOROS SANCHEZ,
JORGE SANZ SANCHEZ, JESUS FERRANDEZ PEÑALVER, ANGEL FENOLL PEREZ, RAMON FENOLL PEREZ,
FRANCISCO JAVIER BRU GARCIA, MANUEL REY PARENTE, ANTONIO ANGEL FENOLL CAMPILLO y JOSE FENOLL
SANCHEZ
Procurador:VALERO MORA, MARIA VIRTUDES, VALERO MORA, MARIA VIRTUDES, DIAZ SAURA, ANTONIO,
CASES BOTELLA, ASCENSION, VALERO MORA, MARIA VIRTUDES, DIEGO SARABIA, ANA MARIA, PASCUAL DE
RIQUELME, CONCEPCION AGRELA, AGRELA PASCUAL DEL RIQUELME, CONCEPCION, VALERO MORA, MARIA
VIRTUDES, MARTINEZ RICO, MANUEL, GIMENEZ VIUDES, VICENTE, MINGUEZ VALDES, MARIA LUISA, AMOROS
LORENTE, RAMON, BELTRAN FERRER, AMELIA, BELTRAN FERRER, AMELIA, VALERO MORA, MARIA VIRTUDES,
BELTRAN FERRER, AMELIA y AMOROS LORENTE, RAMON
Abogado: GONZALEZ CUELLAR SERRANO, NICOLAS, MUÑOZ ZAFRILLA PALOMARES, JOSE ANTONIO, DEL POZO
GALA, MARIANO, MARTINEZ GARRIDO, MANUEL
A U T O
En Orihuela, a trece de junio de dos mil once.
H E C H O S
PRIMERO.- De conformidad con lo acordado mediante
providencia de 30.11.2010, se procedió a entregar a las
partes
personadas,
en
soporte
DVD,
copia
de
las
actuaciones indicadas en la referida resolución, lo cual
se hizo mediante las correspondientes diligencias de
entrega
a
las
representaciones
procesales
el
día
10.12.2010, frente a las que cabía la interposición de
recursos en el plazo establecido mediante providencia de
19.10.2010,
que
era
el
de
veinte
días
hábiles
improrrogables.
Tanto la providencia de 19.10.2010 como la de
30.11.2010 fueron objeto de recursos de reforma, todos
ellos desestimados, así como de diversos recursos de
apelación, todavía no resueltos a día de la fecha, sin que
a los mismos se haya conferido el carácter suspensivo de
los efectos de las resoluciones recurridas.
1
Así, y una vez producido el acto de notificación a
las partes personadas se han formulado los siguientes
recursos, que se relacionan, según el orden en que constan
unidos a las actuaciones y por parte recurrente:
1.idéntico
nombre y
recursos
En fecha 13.01.2011, con entrada en el Juzgado en
día, por la Procuradora Sra. DIEGO SARABIA, en
representación de JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, 46
de reforma frente:
Auto de 11.06.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21382 del tomo XLV).
Auto de 11.07.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21392 del tomo XLV).
Auto de 11.08.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21402 del tomo XLV).
Auto de 10.09.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21412 del tomo XLV).
Auto de 08.10.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21422 del tomo XLV).
Auto de 08.11.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21432 del tomo XLV).
Auto de 07.12.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21441 del tomo XLV).
Auto de 07.01.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21451 del tomo XLV).
Auto de 06.02.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21461 del tomo XLV).
Auto de 06.03.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21471 del tomo XLV).
Auto de 04.04.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21481 del tomo XLV).
Auto de 02.05.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21491 del tomo XLV).
Auto de 29.05.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21501 del tomo XLV).
Auto de 26.06.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21511 del tomo XLV).
Auto de 26.07.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21521 del tomo XLV).
Auto de 25.08.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21531 del tomo XLV).
Auto de 24.09.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21541 del tomo XLV).
Auto de 23.10.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21551 del tomo XLV).
Auto de 22.11.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21561 del tomo XLV).
Auto de 22.12.08, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21571 del tomo XLV).
Auto de 21.01.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21581 del tomo XLV).
Auto de 20.02.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21591 del tomo XLV).
Auto de 20.03.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21601 del tomo XLV).
Auto de 20.04.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21611 del tomo XLV).
Auto de 20.05.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21621 del tomo XLV).
Auto de 19.06.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21631 del tomo XLV).
Auto de 18.07.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21641 del tomo XLV).
Auto de 18.08.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21652 del tomo XLV).
Auto de 18.09.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21663 del tomo XLV).
Auto de 16.10.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21673 del tomo XLV).
Auto de 16.11.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21683 del tomo XLV).
Auto de 16.12.09, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21693 del tomo XLV).
Auto de 18.01.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21703 del tomo XLV).
Auto de 18.02.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21714 del tomo XLV).
Auto de 16.03.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21724 del tomo XLV).
Auto de 16.04.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21734 del tomo XLV).
Auto de 14.05.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21744 del tomo XLV).
Auto de 14.06.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21754 del tomo XLV).
Auto
de
04.07.07,
sobre
intervención
telefónica a VICENTE PEDRO GOMIS CERDÁN, ANTONIO
AMORÓS SÁNCHEZ y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio
21764 del tomo XLV)
Auto de 29.05.07, sobre autorización judicial
de entrada y registro (folio 21788 del tomo XLV).
Auto
de
11.05.07,
sobre
prórroga
de
3
intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ
(folio 21803 del tomo XLV).
Auto de 11.05.07, sobre asunción competencial
(folio 21821 del tomo XLV).
Auto
de
12.04.07,
sobre
intervención
telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ
PEÑALVER (folio 21839 del tomo XLV).
Auto
de
08.03.07,
sobre
incoación
de
diligencias previas y orden de averiguación
domicilios y teléfonos (folio 21885 del tomo
XLV).
Autos
de
03.09.07,
31.10.07,
29.11.07,
29.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08,
29.01.08, 06.02.08, 14.02.08, 21.02.08, 28.02.08,
07.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08,
04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 13.05.08, 16.05.08,
23.05.08, 16.06.08, 23.06.08, 15.07.08, 23.07.08,
22.08.08, 23.09.08, 23.10.08, 21.11.08, 03.12.08,
21.01.09, 20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09,
19.06.09, 18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09,
07.10.09, 16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09,
16.12.09
y
16.02.10,
sobre
intervención
de
diversos terminales telefónicos y sus respectivas
prórrogas (folio 21903 del tomo XLV).
Providencia
de
16.05.07,
acordando
mandamiento
investigación
sobre
números
de
teléfono (folio 21923 del tomo XLV).
2.- En fecha 13.01.2011, por la Procuradora Sra.
AGRELA PASQUAL DEL RIQUELME, en nombre y representación de
ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, 69
recursos de reforma frente:
Auto de 11.06.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21938 del tomo XLV).
Auto de 11.07.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21948 del tomo XLV).
Auto de 11.08.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21957 del tomo XLV).
Auto de 10.09.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21966 del tomo XLV).
Auto de 08.10.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21975 del tomo XLV).
Auto de 08.11.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21984 del tomo XLV).
Auto de 07.12.07, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 21993 del tomo XLV).
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
Auto de 07.01.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22002 del tomo XLV).
Auto de 06.02.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22011 del tomo XLV).
Auto de 06.03.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22020 del tomo XLV).
Auto de 04.04.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22029 del tomo XLV).
Auto de 29.05.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22038 del tomo XLV).
Auto de 26.06.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22047 del tomo XLV).
Auto de 26.07.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22056 del tomo XLV).
Auto de 25.08.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22065 del tomo XLV).
Auto de 24.09.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22074 del tomo XLV).
Auto de 23.10.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22083 del tomo XLV).
Auto de 22.11.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22092 del tomo XLV).
Auto de 22.12.08, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22101 del tomo XLV).
Auto de 21.01.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22110 del tomo XLV).
Auto de 20.02.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22119 del tomo XLV).
Auto de 20.03.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22128 del tomo XLV).
Auto de 20.04.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22137 del tomo XLV).
Auto de 20.05.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22146 del tomo XLV).
Auto de 19.06.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22155 del tomo XLV).
Auto de 18.07.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22164 del tomo XLV).
Auto de 18.08.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22173 del tomo XLV).
Auto de 18.09.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22182 del tomo XLV).
Auto de 16.10.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22191 del tomo XLV).
Auto de 16.11.09, sobre prórroga de secreto
las actuaciones (folio 22200 del tomo XLV).
Auto de 16.12.09, sobre prórroga de secreto
5
de las actuaciones (folio 22209 del tomo XLV).
Auto de 18.01.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 22218 del tomo XLV).
Auto de 18.02.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 22227 del tomo XLV).
Auto de 16.03.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 22236 del tomo XLV).
Auto de 16.04.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 22245 del tomo XLV).
Auto de 14.05.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 22254 del tomo XLV).
Auto de 14.06.10, sobre prórroga de secreto
de las actuaciones (folio 22263 del tomo XLV).
Auto
de
12.04.07,
sobre
intervención
telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ
PEÑALVER (folio 22272 del tomo XLV).
Auto
de
11.05.07,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ
(folio 22306 del tomo XLV).
Auto
de
04.07.07,
sobre
intervención
telefónica a VICENTE PEDRO GOMIS CERDÁN, ANTONIO
AMORÓS SÁNCHEZ y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio
22318 del tomo XLVI).
Auto
de
31.07.07,
sobre
intervención
telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y ceses
(folio 22332 del tomo XLVI)
Auto
de
03.09.07,
sobre
prórroga
e
intervención
telefónica
a
RAFAEL
GREGORY
FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ (folio 22342 del
tomo XLVI)
Auto
de
01.10.07,
sobre
prórroga
de
intervención
telefónica
a
RAFAEL
GREGORY
FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ (folio 22353 del
tomo XLVI)
Auto
de
31.10.07,
sobre
prórroga
de
intervención
telefónica
a
RAFAEL
GREGORY
FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ (folio 22363 del
tomo XLVI)
Auto
de
29.11.07,
sobre
prórroga
de
intervención
telefónica
a
RAFAEL
GREGORY
FERNÁNDEZ folio 22372 del tomo XLVI)
Autos
de
28.12.07,
08.01.08,
15.01.08,
23.01.08,
sobre
intervención
de
diversos
terminales
telefónicos
y
sus
respectivas
prórrogas (folio 22384 del tomo XLVI).
Auto
de
29.01.08,
sobre
prórroga
de
intervención
telefónica
a
RAFAEL
GREGORY
FERNÁNDEZ (folio 22397 del tomo XLVI).
Auto
de
06.02.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ
(folio 22409 del tomo XLVI).
Auto
de
14.02.08,
sobre
prórroga
de
intervención de diversos terminales telefónicos
(folio 22421 del tomo XLVI).
Auto
de
21.02.08,
sobre
prórroga
de
intervención
telefónica
a
RAFAEL
GREGORY
FERNÁNDEZ e intervención a ANTONIO ÁNGEL FENOLL
CAMPILLO (folio 22436 del tomo XLVI).
Auto de 28.02.08, sobre intervención de
varios terminales (folio 22449 del tomo XLVI).
Auto
de
07.03.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ
(folio 22463 del tomo XLVI).
Auto
de
18.03.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales
telefónicos (folio 22476 del tomo XLVI).
Auto
de
28.03.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales
telefónicos (folio 22492 del tomo XLVI).
Auto
de
04.04.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de ÁNGEL FENOLL PÉREZ
(folio 22506 del tomo XLVI).
Auto
de
17.04.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales
telefónicos (folio 22520 del tomo XLVI).
Auto
de
24.04.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales
telefónicos (folio 22539 del tomo XLVI).
Auto
de
23.05.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales
telefónicos (folio 22551 del tomo XLVI).
Auto
de
16.05.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales
telefónicos (folio 22564 del tomo XLVI).
Auto
de
16.06.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de ÁNGEL FENOLL PÉREZ
(folio 22578 del tomo XLVI).
Auto
de
23.06.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales
telefónicos (folio 22592 del tomo XLVI).
Auto
de
15.07.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de un terminal telefónico
(folio 22606 del tomo XLVI).
Auto de 11.05.07, sobre asunción competencial
7
(folio 22618 del tomo XLVI).
Auto de 08.03.07 (aunque dice “abril”), sobre
incoación de diligencias previas y orden de
averiguación domicilios y teléfonos (folio 22634
del tomo XLVI).
Auto de 29.05.07, sobre autorización judicial
de entrada y registro (folio 22646 del tomo
XLVI).
Autos
de
01.07.10
y
06.07.10,
sobre
autorización judicial de entrada y registro
(folio 22652 del tomo XLVI).
Auto de 13.05.08, sobre intervención de IMEI
de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 22668 del tomo
XLVI)
Autos
de
23.07.08,
22.08.08,
23.09.08,
23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 21.01.09, 20.02.09,
20.03.09, 21.04.09, 12.06.09, 19.06.09, 18.07.09,
11.08.09, 18.08.09, 18.09.09, 07.10.09, 16.10.09,
06.11.09,
16.11.09,
30.11.09,
16.12.09
y
16.02.10,
sobre
intervención
de
diversos
terminales
telefónicos
y
sus
respectivas
prórrogas (folio 22679 del tomo XLVI).
Providencia
de
16.05.07,
acordando
mandamiento
investigación
sobre
números
de
teléfono (folio 22697 del tomo XLVI).
3.- En fecha 12.01.2011 (folio 22711 del tomo XLVI),
por el Procurador Sr. GIMÉNEZ VIUDES, en nombre y
representación de JORGE SANZ SÁNCHEZ, recurso de reforma
frente a:
Auto de 11.05.07 (asunción competencial)
Autos de 31.07.07, 03.09.07, 01.10.07 y
31.10.07 (intervención telefónica y prórrogas al
recurrente)
Autos
de
15.01.08,
23.01.08,
14.02.08,
24.04.08,
15.09.08,
20.03.09
y
21.04.09
(intervenciones telefónicas)
Auto
de
11.08.08,
11.08.09,
18.08.09,
18.09.09 (ampliación de la investigación)
Autos de prórroga de secreto
4.- En fecha 12.01.2011 (folio 22727 del tomo XLVI),
por el Procurador Sr. AMORÓS LORENTE, en nombre y
representación de ÁNGEL FENOLL PÉREZ, interponiendo
recurso de reforma, con subsidiaria apelación, frente a:
Autos
de
08.03.07,
12.04.07,
11.05.07, 11.05.07, 14.05.07, 29.05.07,
11.06.07, 27.06.07, 04.07.07, 31.07.07,
01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07,
15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08,
14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08,
18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08,
04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 16.05.08,
16.06.08, 15.07.08, 22.08.08, 15.09.08,
19.12.08, 22.01.08, 17.06.09, 06.11.09,
12.07.10 y 13.07.10
09.05.07,
11.06.07,
03.09.07,
08.01.08,
06.02.08,
13.03.08,
04.04.08,
23.05.08,
14.10.08,
01.07.10,
5.- En fecha 12.01.2011 (folio 22773 del tomo XLVI),
por la Procuradora Sra. BELTRÁN FERRER, en nombre y
representación
de
ANTONIO
ÁNGEL
FENOLL
CAMPILLO,
interponiendo
recurso
de
reforma,
con
subsidiaria
apelación, frente a:
Autos
de
08.03.07,
12.04.07,
11.05.07, 11.05.07, 14.05.07, 29.05.07,
11.06.07, 27.06.07, 04.07.07, 31.07.07,
01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07,
15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08,
14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08,
18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08,
04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 16.05.08,
16.06.08, 15.07.08, 22.08.08, 15.09.08,
19.12.08, 22.01.09, 17.06.09, 06.11.09,
12.07.10 y 13.07.10
09.05.07,
11.06.07,
03.09.07,
08.01.08,
06.02.08,
13.03.08,
04.04.08,
23.05.08,
14.10.08,
01.07.10,
6.- En fecha 12.01.2011 (folio 22796 del tomo XLVI),
por el Procurador Sr. AMORÓS LORENTE, en nombre y
representación de JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ, interponiendo
recurso de reforma, con subsidiaria apelación y simultáneo
incidente de nulidad de actuaciones, frente a:
Autos
03.09.07,
08.01.08,
06.02.08,
18.03.08,
17.04.08,
16.06.08,
23.09.08,
22.01.09,
19.06.09,
16.10.09,
de
12.04.07,
11.05.07,
04.07.07,
01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07,
15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08,
14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08,
26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08,
24.04.08, 13.05.08, 16.05.08, 23.05.08,
23.06.08, 23.07.08, 22.08.08, 15.09.08,
23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 19.12.08,
20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09,
18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 07.10.09,
06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09
9
y 16.02.10.
Providencia de 16.05.07
7.- En fecha 12.01.2011 (folio 22815 del tomo XLVI),
por el Procurador Sr. AMORÓS LORENTE, en nombre y
representación de ÁNGEL FENOLL PÉREZ, interponiendo
recurso de reforma, con subsidiaria apelación, frente a:
Autos de 29.05.07 y 01.07.10
8.- En fecha 12.01.2011 (folio 22830 del tomo XLVI),
por
el
Procurador
Sr.
DÍEZ
SAURA,
en
nombre
y
representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo
recurso de reforma,
frente a resoluciones acordando
intervención y/o prórroga de intervención telefónica:
Autos
de
12.04.07,
11.05.07,
31.07.07, 03.09.07, 01.10.07, 31.10.07,
28.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08,
29.01.08, 06.02.08, 14.02.08, 19.02.08,
28.02.08, 07.03.08, 18.03.08, 26.03.08,
28.03.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08,
13.05.08, 16.05.08, 23.05.08, 16.06.08,
23.07.08, 22.08.08, 15.09.08, 23.09.08,
23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 19.12.08,
20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09,
18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09,
16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09,
25.01.10 y 16.02.10.
04.07.07,
29.11.07,
25.01.08,
21.02.08,
27.03.08,
09.05.08,
23.06.08,
14.10.08,
22.01.09,
19.06.09,
07.10.09,
16.12.09,
9.- En fecha 12.01.2011 (folio 22874 del tomo XLVI),
por
el
Procurador
Sr.
DÍEZ
SAURA,
en
nombre
y
representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo
recurso de reforma, frente a autos de prórroga de secreto
de las actuaciones:
Autos
de
12.04.07,
09.05.07,
11.05.07,
11.06.07, 04.07.07, 11.07.07, 11.08.07, 10.09.07,
08.10.07, 31.10.07, 08.11.07, 07.12.07, 07.01.08,
06.02.08, 07.03.08, 04.04.08, 02.05.08, 29.05.08,
27.06.08, 26.07.08, 25.08.08, 24.09.08, 23.10.08,
22.11.08, 22.12.08, 21.01.09, 22.01.09, 20.02.09,
20.03.09, 20.04.09, 20.05.09, 19.06.09, 18.07.09,
18.08.09, 18.09.09, 16.10.09, 16.11.09, 16.12.09,
18.01.10, 18.02.10, 16.03.10, 16.04.10, 14.05.10
y 14.06.10.
10.- En fecha 12.01.2011 (folio 22895 del tomo XLVI),
por
el
Procurador
Sr.
DÍEZ
SAURA,
en
nombre
y
representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo
recurso de reforma, frente al auto de 11.05.07.
11.- En fecha 12.01.2011 (folio 22897 del tomo XLVI),
por
el
Procurador
Sr.
DÍEZ
SAURA,
en
nombre
y
representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo
recurso de reforma, frente a:
Providencias de 11.07.07, 31.07.07, 17.09.07
y 16.05.07.
12.- En fecha 12.01.2011 (folio 22899 del tomo XLVI),
por
el
Procurador
Sr.
DÍEZ
SAURA,
en
nombre
y
representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo
recurso de reforma, frente a:
Autos de 07.07.10 y 13.07.10.
13.- En fecha 11.01.2011 (folio 22902 del tomo XLVI),
por la Procuradora Sra. VALERO MORA, en nombre y
representación de ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA y JOSÉ CANDEL
MARTÍNEZ, recurso de reforma frente a:
Autos
de
04.07.07;
31.07.07;
03.09.07;
31.10.07; 28.12.07; 29.01.08; 06.02.08; 13.03.08;
27.03.08; 09.05.08; 29.05.08; 04.07.08; 15.07.08;
22.08.08;
23.09.08;
23.10.08;
21.11.08;
19.12.08; 22.01.09; 20.02.09; 20.03.09; 21.04.09;
12.06.09; 19.07.09; 18.07.09; 18.07.09; 11.08.09;
11.08.09; 18.08.09; 18.09.09; 07.10.09; 16.10.09;
06.11.09; 06.11.09; 16.11.09; 30.11.09; 16.12.09;
16.02.10; 25.01.10; 16.03.10; 16.01.10; 14.05.10;
14.06.10; 01.07.10; 12.07.10 y contra todos los
autos que sean consecuencia jurídica de los
reseñados.
14.- En fecha 12.01.2011 (folio 23055 del tomo XLVI),
por la Procuradora Sra. VALERO MORA, en nombre y
representación de MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ, recurso de
reforma frente a:
Autos
de
08.03.07;
12.04.07;
11.05.07; 11.05.07; 14.05.07; 29.05.07;
11.06.07; 27.06.07; 04.07.07; 11.07.07;
01.10.07; 25.01.08; 14.02.08; 28.02.08;
11
09.05.07;
11.06.07;
03.09.07;
18.03.08;
16.05.08; 16.03.10; 16.04.10; 14.05.10; 14.06.10;
01.07.10; 12.07.10; y contra todos los autos que
sean
consecuencia
jurídica
directa
de
los
reseñados.
Providencia de 16.05.07.
15.- En fecha 12.01.2011 (folio 23091 del tomo XLVI),
por la Procuradora Sra. VALERO MORA, en nombre y
representación de FRANCISCO JAVIER LEÓN BARAHONA, recurso
de reforma frente al auto de 01.07.10, sobre autorización
judicial de entrada y registro.
16.- En fecha 12.01.2011 (folio 23094 del tomo XLVI),
por la Procuradora Sra. BELTRÁN FERRER, en nombre y
representación
de
FRANCISCO
JAVIER
BRU
GARCÍA,
interponiendo
recurso
de
reforma,
con
subsidiaria
apelación, frente a:
Autos
10.05.07;
11.06.07;
03.09.07;
31.10.07;
07.01.08;
29.01.08;
21.02.08;
18.03.08;
04.04.08;
09.05.08;
16.06.08;
23.07.08;
23.09.08;
21.11.08;
21.01.09;
20.03.09;
17.06.09;
11.08.09;
16.10.09;
16.11.09;
12.03.10;
01.07.10;
12.07.10;
19.07.10;
de fecha 08.03.07; 12.04.07;
11.05.07; 14.05.07; 29.05.07;
27.06.07; 04.07.07; 11.07.07;
03.09.07; 10.09.07; 01.10.07;
08.11.07; 29.11.07; 07.12.07;
08.01.08; 15.01.08; 23.01.08;
06.02.08; 06.02.08; 14.02.08;
28.02.08; 06.03.08; 07.03.08;
26.03.08; 27.03.08; 28.03.08;
04.04.08; 17.04.08; 24.04.08;
13.05.08; 16.05.08; 23.05.08;
23.06.08; 27.06.08; 04.07.08;
26.07.08; 22.08.08; 25.08.08;
24.09.08; 14.10.08; 23.10.08;
22.11.08; 03.12.08; 19.12.08;
22.01.09;
20.02.09;
20.03.09; 20.04.09; 21.04.09;
19.06.09; 19.06.09; 18.07.09;
18.08.09; 18.09.09; 18.09.09;
06.11.09; 16.11.09; 16.11.09;
16.11.09; 18.01.10; 16.02.10;
16.03.10; 16.04.10; 14.05.10;
01.07.10; 06.07.10; 12.07.10;
12.07.10; 12.07.10; 12.07.10;
09.08.10; 02.09.10.
09.05.07;
11.06.07;
11.08.07;
08.10.07;
28.12.07;
25.01.08;
19.02.08;
13.03.08;
04.04.08;
02.05.08;
29.05.08;
15.07.08;
15.09.08;
23.10.08;
22.12.08;
20.02.09;
20.05.09;
18.07.09;
16.10.09;
27.11.09;
18.02.10;
14.06.10;
19.07.10;
12.07.10;
17.- En fecha 12.01.2011 (folio 23146 del tomo XLVI),
por la Procuradora Sra. BELTRÁN FERRER, en nombre y
representación de RAMÓN FENOLL PÉREZ, interponiendo
recurso
de
reforma
frente
a
todos
los
autos
intervención telefónica de la causa y sus prórrogas.
de
SEGUNDO.- Unidos mediante diligencia de ordenación de
02.02.2011 (folio 23156 del tomo XLVI), fueron admitidos a
trámite los recursos de reforma en virtud de providencia
de la misma fecha (folio 23167 del tomo XLVI), en cuyo
apartado primero se acordó conferir el correspondiente
traslado al Ministerio Fiscal y demás partes personadas
para formular alegaciones en el plazo que se indicaba.
TERCERO.- Respecto de estos recursos se han formulado
en tiempo y forma las siguientes alegaciones:
1.- Por el Ministerio Fiscal, los siguientes escritos
de impugnación:
A los recursos interpuestos por la representación de
José Joaquín Ripoll Serrano, contra las siguientes
resoluciones:
-AUTOS de prórroga de secretos de actuaciones
-AUTOS
de
fecha
04/07/07,
29/05/07,
11/05/07,
autorizando intervención telefónica, 11/05/07, sobre
asunción de competencia, 12/04/07, 08/03/07.
-Contra cincuenta autos.
-Providencia de fecha 16 de mayo de 2007.
A los recursos de reforma interpuestos por la
representación procesal de Rafael Gregory Fernández contra
todos los autos de de autorización y/o prórroga de secreto
de sumario, un total de cuarenta y cuatro autos.
A los recursos de reforma interpuestos por la
representación procesal de Rafael Gregory Fernández contra
los autos de autorización y/o prórrogas de intervenciones
telefónicas, un total de sesenta y dos autos.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación procesal de Rafael Gregory Fernández contra
el auto de fecha 11 de mayo de 2007.
13
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación procesal de Rafael Gregory Fernández contra
los autos de fecha 7 de julio de 2010 y 13 de julio de
2010.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación procesal de José Joaquín Ripoll Serrano
contra las providencias de fecha 16 de mayo de 2007, 11 de
julio de 2007, 31 de julio de 2007 y 17 de septiembre de
2007.
A los recursos de reforma interpuestos por la
representación procesal de Enrique Ortiz Selfa contra una
serie de autos de de autorización y/o prórroga de
intervenciones telefónicas, un total de cuarenta y cuatro
autos.
A los recursos de reforma y subsidiarios de apelación
interpuestos por la representación procesal de Antonio
Ángel Fenoll Campillo contra una serie de autos, un total
de cincuenta.
Al recurso de reforma y subsidiario de apelación
interpuesto por lar representación de Ángel Fenoll Pérez
en su escrito de fecha 11/01/2011 contra diversas
resoluciones.
Al recurso de reforma y subsidiario de apelación
interpuesto por la representación de Ángel Fenoll Pérez
contra los autos de fecha 29 de mayo de 2007 y 1 de julio
de 2010.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación procesal de José Francisco Javier León
Barahona contra el auto de fecha 1 de julio de 2010.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación de Manuel Abadía Martínez contra diversas
resoluciones.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación procesal de Jorge Sanz Sánchez contra los
autos de fechas 11 de mayo de 2007, 31 de julio de 2007, 3
de septiembre de 2007, 1 de octubre de 2007, 31 de octubre
de 2007, 15 de enero de 2008, 23 de enero de 2008, 14 de
febrero de 2008, 24 de abril de 2008, 15 de septiembre de
2008, 20 de marzo de 2009, 21 de abril de 2009, 18 de
agoto de 2009, así como los autos de secreto de sumario y
sus prórrogas.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación de Francisco Javier Bru
García contra
diversas resoluciones.
Al
recurso
representación de
resoluciones.
de
reforma
interpuesto
por
la
José Fenoll Sánchez contra diversas
Al
recurso
representación de
resoluciones.
de
reforma
Ramón Fenoll
interpuesto
Pérez contra
por
la
diversas
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez
Larrosa contra el auto de fecha 11 de mayo de 2007.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez
Larrosa contra el auto de fecha 8 de marzo de 2008.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez
Larrosa contra el auto de fecha 29 de mayo de 2007.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez
Larrosa contra los autos de fecha 1 de julio de 2010 y 6
de julio de 2010.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez
Larrosa contra el auto de fecha 16 de mayo de 2007.
15
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez
Larrosa contra el auto de fecha 13 de mayo de 2008.
Al
recurso
de
reforma
interpuesto
por
la
representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez
Larrosa contra los autos de fechas de 23 de julio, 22 de
agosto, 23 de septiembre, 23 de octubre, 21 de noviembre,
y 3 de diciembre de 2008, 21 d enero, 20 d febrero, 20 de
marzo, 21 de abril, 12 de junio, 19 de junio, 18 de julio,
11 de agosto, 18 de agosto, 18 de septiembre, 7 de
octubre16 de octubre, 6 de noviembre, 16 de noviembre, 30
de noviembre, 16 de diciembre y 16 de febrero de 2010, por
los que se acordaba la intervención telefónica de varios
terminales.
A los recursos de reforma interpuestos por la
representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez
Larrosa contra los autos de prórroga de secretos de
actuaciones
de
fecha
11/06/07,
11/07/07,
11/08/07,
10/09/07,
08/10/07,
08/11/07,
07/12/07,
07/01/08,
06/02/08,
06/03/08,
04/04/08,
29/05/08,
26/06/08,
26/07/08,
25/08/08,
24/09/08,
23/10/08,
22/11/08,
22/12/08,
21/01/09,
20/02/09,
20/03/09,
20/04/09,
20/05/09,
19/06/09,
18/07/09,
18/08/09,
18/09/09,
16/10/09,
16/11/09,
16/12/09,
18/01/10,
18/02/10,
16/03/10, 16/04/10, 14/05/10 y 14/06/10.
A los recursos de reforma interpuestos por la
representación procesal de Antonio Rodríguez Murcia y
Ginés Sánchez Larrosa contra los autos de intervención y
cese telefónica de fecha 12 de abril de 2007, 11 de mayo
de 2007, 4 de julio de 2007, 31 de julio de 2007, 3 de
septiembre de 2007, 1 de octubre de 2007, 31 de octubre de
2007, 29 de noviembre de 2007, 28 de diciembre de 2007, 8,
15 y 23 de enero de 2008, 29 de enero de 2008, 6 de
febrero de 2008, 14 de febrero de 2008, 21 de febrero de
2008, 28 de febrero de 2008, 7 de marzo de 2008, 18 de
marzo de 2008, 28 de marzo de 2008, 4 de abril de 2008, 17
de abril de 2008, 24 de abril de 2008, 16 de mayo de 2008,
23 de mayo de 2008, 16 de junio de 2008, 23 de junio de
2008 y 15 de julio de 2008.
2.- Por las defensas de los imputados:
Escrito
de
fecha
28.02.11
presentado
por
la
Procuradora Sra BELTRÁN FERRER en representación de RAMÓN
FENOLL PÉREZ, de adhesión a los recursos presentados las
representaciones de Manuel Abadía Martínez, Enrique Ortiz
Selfa, José Candel Martínez, Ángel Fenoll Pérez, Antonio
Ángel Fenoll Campillo, José Fenoll Sánchez, Jorge Sanz
Sánchez, Rafael Gregory Fernández, Antonio Rodríguez
Murcia y Ginés Sánchez Larrosa.
Escrito
de
fecha
28.02.11
presentado
por
la
Procuradora Sra BELTRÁN FERRER en representación de
FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, de adhesión a los recursos de
reforma presentados por las representaciones de Manuel
Abadía
Martínez,
Enrique
Ortiz
Selfa,
José
Candel
Martínez, Ramón Fenoll Pérez, Ángel Fenoll Pérez, Antonio
Ángel Fenoll Campillo, José Fenoll Sánchez, Jorge Sanz
Sánchez, Rafael Gregory Fernández, Antonio Rodríguez
Murcia y Ginés Sánchez Larrosa.
Escrito
de
fecha
22.02.11
presentado
por
el
Procurador Sr AMORÓS LORENTE en representación de JOSÉ
FENOLL SÁNCHEZ, de adhesión al recurso de reforma e
incidente de nulidad de actuaciones presentado por la
representación de Francisco Javier Bru García, así como de
adhesión a los recursos de reforma y en su caso
subsidiarios
de
apelación
presentados
por
las
representaciones de Ramón Fenoll Pérez, Enrique Ortiz
Sella, Manuel Abadía Martínez, Rafael Gregory Fernández,
Antonio Ángel Fenoll Campillo y Ángel Fenoll Pérez.
Escrito
de
fecha
10.02.11
presentado
por
el
Procurador Sr DIEZ SAURA en representación de RAFAEL
GREGORY FERNÁNDEZ, de adhesión a la totalidad de los
recursos presentados.
Escrito
de
fecha
08.02.11
presentado
por
la
Procuradora Sra MINGUEZ VALDES, en representación de JESÚS
FERRANDEZ PEÑALVER, de adhesión a los recursos de reforma
interpuestos por la representación procesal de Antonio
Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra el auto de
fecha 12/04/2007 y auto de fecha 08/04/07.
Escrito
de
fecha
01.03.11
presentado
por
el
Procurador Sr
GIMÉNEZ VIUDES en representación de JORGE
17
SANZ
SÁNCHEZ,
de
adhesión
a
todos
los
recursos
interpuestos por la representación de Francisco Javier Bru
García, Ramón Fenoll Pérez, José Francisco Javier León
Barahona, Manuel Abadía Martínez, Enrique Ortiz Selfa y
José Candel Martínez, Rafael Gregory Fernández, Ángel
Fenoll Pérez, José Fenoll Sánchez, Antonio Ángel Fenoll
Campillo, Ginés Sánchez Larrosa y Antonio Rodríguez
Murcia, José Joaquín Ripoll Serrano.
Escritos
de
fecha
22.02.11
presentado
por
el
Procurador Sr MARTÍNEZ RICO en representación de ANTONIO
AMORÓS SÁNCHEZ, de adhesión a los recursos interpuestos
por la representación de José Joaquín Ripoll Serrano,
Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra
los el autos de fecha 08/03/07, 12/04/07 y 11/05/07
(asunción de competencia); contra los autos de prórroga de
secretos de actuaciones de fecha 11/06/07, 11/07/07,
11/08/07,
10/09/07,
08/10/07,
08/11/07,
07/12/07,
07/01/08,
06/02/08,
06/03/08,
04/04/08,
02/05/08,
29/05/08,
26/06/08,
26/07/08,
25/08/08,
24/09/08,
23/10/08,
22/11/08,
22/12/08,
21/01/09,
20/02/09,
20/03/09,
20/04/09,
20/05/09,
19/06/09,
18/07/09,
18/08/09,
18/09/09,
16/10/09,
16/11/09,
16/12/09,
18/01/10,
18/02/10,
16/03/10,
16/04/10,
14/05/10
y
14/06/10.
Escritos de fecha 22.02.11 presentados por el
Procurador Sr MARTÍNEZ RICO en representación de ANTONIO
AMORÓS SÁNCHEZ, de adhesión a los recursos interpuestos
por la representación de José Joaquín Ripoll Serrano
contra los autos de fecha 11/05/07, 29/05/07, 04/07/07,
autos de fecha 3 de septiembre (folio 1.323), 31 de
octubre (folio 1.518), 29 de noviembre (folio 1.573) y 29
de diciembre de 2007 (folio 1.628); 8 (folio 1.653), 15
(folio 1.668), 23 (folio 1.680), 25 (folio 1.764) y 29 de
enero (folio 1.820), 6 (folio 1.884), 14 (folio 2.010), 21
(folio 2.066) y 28 de febrero (folio 2.116), 7 (folio
2.161), 18 (folio 5.072), 26 (folio 5.087), 27 (folio
5.130) y 28 de marzo (folio 5.142), 4 (folio 5.178), 17
(folio 5.319) y 24 de abril (folio 5.372), 13 (5.520), 16
(5.581) y 23 de mayo (5.671), 16 (folio 5.755) y 23 de
junio (folio 5.799), 15 (5.937) y 23 de julio (folio
5.977), 22 de agosto (folio 6.107), 23 de septiembre
(folio 6.253), 23 de octubre (folio 6.437), 21 de
noviembre (folio 6.545) y 3 de diciembre de 2008 (folio
6.632); 21 de enero (folio 6.797), 20 de febrero (folio
7.156), 20 de marzo (folio 7.156), 21 de abril (folio
7.240), 12(folio 7.437), 19 de junio (folio 7.504), 18 de
julio (folio 7.602), 11 (folio 7.750) y 18 de agosto
(folio 7829), 18 de septiembre (folio 7.939), 7 (folio
8.004), 16 de octubre (folio 8.073), 6 (folio 8.381), 16
(folio 8.459) y 30 de noviembre (folio 8.607) y 16 de
diciembre de 2009 (folio 8616); y 16 de febrero de 2010
(folio 8.721), y providencia de fecha 16/05/07.
Escrito
de
fecha
28.02.11
presentado
por
la
Procuradora Sra BELTRÁN FERRER en representación de
FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, de adhesión al recurso
presentado por la representación de José Joaquín Ripoll
Serrano contra el auto de fecha 08/03/07.
Escrito
de
fecha
28.02.11
presentado
por
la
Procuradora
Sra
AGRELA
PASCUAL
DEL
RIQUELME
en
representación de ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ
LARROSA, de adhesión al recurso interpuesto por la
representación procesal de Manuel Abadía Martínez.
Escritos
de
fecha
28.02.11
presentado
por
la
Procuradora Sra VALERO MORA en representación de ENRIQUE
ORTIZ SELFA y JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ, de MANUEL ABADÍA
MARTÍNEZ y de JOSÉ FRANCISCO JAVIER LEÓN BARAHONA, de
adhesión a todos los recursos presentados.
CUARTO.Mediante
diligencia
de
ordenación
de
04.03.11 se acordó dar traslado a las partes de los
escritos de alegaciones y, una vez efectuado, dar cuenta a
SSª a fin de resolver lo procedente.
RAZONAMIENTOS JURÍDICOS
PRIMERO.- Debe hacerse una breve referencia a las
alegaciones
efectuadas
por
varias
de
las
defensas
recurrentes
acerca
del
plazo
concedido
para
la
interposición de recursos.
19
No es el presente trámite el destinado a concretar el
tiempo procedente para que las resoluciones que se van a
notificar sean objeto de interposición, en tiempo y forma,
de los correspondientes recursos frente a ellas.
A tal cuestión se dio amplia respuesta con la
providencia de 19 de octubre de 2010, que vino a
establecer el plazo común de veinte días hábiles
improrrogables, motivándose las razones que a este
Instructor le asistían para la ampliación del plazo legal
de tres días desde la notificación (artículo 211 de la
LECrim).
Dicha
resolución
fue
recurrida
en
reforma
y
confirmada por auto dictado por este mismo Juzgado, y si
bien ha sido apelada, la misma ha sido en un solo efecto,
por tanto sin acordarse la suspensividad de lo acordado.
Hasta la fecha de la presente resolución no le consta al
Instructor la sustanciación definitiva de esta cuestión,
por lo que anticipar las consecuencias procesales en caso
de prosperar los recursos es en este momento, y cuanto
menos, estéril y de menor entidad que otras cuestiones a
examinar en la causa.
Por
ello,
y
vista
la
reproducción
de
tales
alegaciones a resultas del proveído de 30 de noviembre de
2010,
el
acto
de
notificación
realizado
mediante
diligencia de 10 de diciembre de 2010 y los propios
recursos que son objeto de estudio en la presente, no
puede sino el Instructor mas que remitirse a su anterior
resolución de 19 de octubre de 2010 y a las resultas del
recurso de apelación sin efecto suspensivo que pende
frente a la misma.
No obstante, si del mismo modo se considera que la
dirección técnica no ha de verse limitada en la
reiteración
o
reproducción
de
sus
alegaciones
(fundamentalmente sobre el plazo y el tiempo en que las
actuaciones han estado bajo la figura procesal del secreto
excepto para el Ministerio Fiscal), también hay que dejar
constancia
que
el
número,
volumen
y
profusión
argumentativa de los recursos interpuestos hacen patente y
confirman al Instructor la suficiencia del plazo de veinte
días improrrogables que fue concedido a las partes.
SEGUNDO.-
Deben
sustanciarse
en
la
presente
los
recursos de reforma interpuestos, aunque es preciso
realizar un pronunciamiento preliminar, dado que la
representación procesal de JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ, ha
formulado recurso de reforma, con subsidiaria apelación y
simultáneo incidente de nulidad de actuaciones.
Respecto del simultáneo incidente de nulidad de
actuaciones, el mismo debe ser tenido procesalmente como
inadmitido, aún cuando debiera revestir la forma de
providencia conforme a lo dispuesto por el inciso final
del artículo 241.1 de la LOPJ, y sin posibilidad de
interposición de recurso alguno. Ello obedece no solo a lo
expresamente regulado por el artículo 240.1 de la LOPJ,
que se remite a los recursos que legalmente se dispongan
en las leyes procesales, así como a la previsión del
artículo 241.1, párrafo primero, de la LOPJ, que contempla
la posibilidad de tramitar el incidente de nulidad de
actuaciones cuando haya recaído resolución que ponga fin
al proceso y la misma no fuera susceptible de recurso
ordinario o extraordinario.
Como
bien
se
ha
podido
verificar,
el
propio
recurrente, en su escrito obrante al folio 22796 del tomo
XLVI formula no solo recurso de reforma, sino también el
subsidiario –para el caso de ser desestimado el anteriorde apelación, ambos que responden a la previsión procesal
contemplada por los artículos 217, 221, 222 y 766.1 de la
LECrim como ordinarios y vienen a dar carta de naturaleza
a las posibilidades que, en términos generales, se
conceden por los artículos 24.2 de la CE y 448.1 de la LEC
(de subsidiaria aplicación a este y todos los procesos
penales, así contemplado por el artículo 4 de la LEC).
La consecuencia no puede ser otra que la de su
inadmisión a trámite, que en igual sentido debería
predicarse del incidente de nulidad al que se refiere la
representación procesal de FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA en
su escrito obrante al folio 23094 del tomo XLVI que, pese
a no haberse efectuado en su momento pronunciamiento
alguno, debe entenderse, por coherencia jurídica con lo
antes expuesto, que hubo de ser inadmitido a trámite.
Sirviendo esta consideración como subsanación de dicha
omisión, sin ulterior recurso.
TERCERO.- La inadmisión a trámite del incidente
excepcional de nulidad de actuaciones a que se contrae el
21
razonamiento jurídico anterior no por ello viene a dejar
sin efecto pleno la diligencia de ordenación de 2 de
febrero de 2011 (folio 23156 del tomo XLVI) ni la
providencia de idéntica fecha (folio 23167 del tomo XLVI),
sino mas bien la de formalizar en términos jurídicos
cuantos pronunciamientos se instan en todos y cada uno de
los escritos presentados por las partes en éste trámite,
referidos en este particular en cuanto al mencionado
incidente de nulidad, que formalmente debe ser inadmitido
a trámite.
CUARTO.- Otra de las cuestiones que se ha planteado,
concretamente en los diversos escritos de impugnación
presentados por la representación del Ministerio Fiscal,
es la relativa a la figura de la legitimación de algunas
de las defensas para interponer determinados recursos
frente a, valga la reiteración, determinadas resoluciones.
Sobre este particular habría que distinguir aquellas
resoluciones que, como ya se ha tenido ocasión de citar y
comprobar por las defensas, acuerdan, de conformidad con
las solicitudes deducidas por la Fuerza actuante y con el
dictamen
del
Ministerio
Público,
la
práctica
de
diligencias
de
investigación
consistentes
en
la
interceptación y escucha de las comunicaciones telefónicas
de personas físicas.
Considera el Ministerio Fiscal que buena parte de los
recursos
formulados
serían
merecedores
de
un
pronunciamiento distinto que el de la admisión a trámite,
por entender que los recurrentes carecerían de la
correspondiente legitimación para su interposición.
Esta consecuencia jurídica, pese a existir una
resolución, como es la providencia de 2 de febrero de
2011, que admite sin más los recursos de reforma
formulados por las defensas –y a cuya relación se remite
al antecedente primero de la presente en aras de la
brevedad y economía argumentativa-, puede conciliarse con
la tramitación íntegra del recurso y, seguidamente,
emitirse un pronunciamiento desestimatorio, sin entrar en
el fondo de los mismos, por concurrir causa de inadmisión.
Lo cual no empece la labor de examen íntegro del
texto de cuantos recursos se articulan por parte del
Instructor como, por otra parte, así también hizo el
Ministerio Fiscal en el trámite de alegaciones a los
recursos mencionados pronunciándose de forma subsidiaria
en cuanto a todos los argumentos de los recurrentes, con
los que estimó oportunos y convenientes.
El derecho de defensa ha de contar vigencia en cuanto
a las posibilidades que asisten a las partes a manifestar
su parecer jurídico, aunque no articulen recurso alguno ni
pretendan más que hacer constar, en cualquier momento del
proceso, esas manifestaciones.
A tal respecto, y sin olvidar el momento procesal en
que nos encontramos, esto es, la fase de instrucción, cabe
plantearse esta cuestión de la legitimidad para recurrir,
cuando los recursos interpuestos, por su número, volumen y
calidad argumentativa quizá obedezcan en gran parte al
planteamiento de las llamadas “cuestiones previas” a que
se refiere el artículo 786.2 de la LECrim para el acto del
juicio oral ó, yendo mas allá en el curso hipotético de un
proceso penal, a los motivos de recurso frente a
sentencias (apelación ó casación, según el caso). Lo que
en absoluto debe sostenerse en este momento por su
improcedencia y lo prematuro en determinar un escenario
procesal que, en todo caso, estaría vetado al Instructor
por no ser quien, si procediere, tendría encomendada la
función enjuiciadora de alguno o algunos de los hechos
investigados.
QUINTO.- Nuestra jurisprudencia ha analizado esta
cuestión y que se refiere al trámite de admisión o de
inadmisión
por
causa
de
legitimidad,
inicialmente
planteado en el fundamento anterior.
Así, la SAP de Madrid, Penal
Noviembre del 2010 (ROJ: SAP M
440/2010, entendía que el recurso
admitido a trámite, invocando para
en sede casacional a cuyo tenor:
sección 27 del 24 de
18654/2010), Recurso:
no hubo siquiera ser
ello pronunciamientos
“señala la sentencia del Tribunal Supremo de
8 de noviembre de 1991 que: "Es incuestionable,
al
respecto,
que
las
personas
legitimadas
activamente para "recurrir en casación por el
art. 854 LECrim, además de reunir la condición de
ser parte en el proceso o, sin serlo, resultar
condenadas
en
la
sentencia,
tienen
que
encontrarse agraviadas o perjudicadas por el
23
sentido desfavorable de la resolución, y en este
interés legítimo en obrar está la medida del
derecho a impugnar; se sigue de ello la falta de
"legitimación para "recurrir del acusado frente
al pronunciamiento de la sentencia que rechazó la
responsabilidad.
Y la de de 19 de julio de 2002 que: "Como ha
declarado la jurisprudencia de esta Sala, la
"legitimación procesal viene determinada por el
carácter desfavorable que la resolución judicial
presenta para el que "recurre" (SS de 20 Sep., 29
Oct. y 22 Nov. 1982, 19 Sep. 1983, 29 Ene. 1991,
17 Ene. y 22 Nov. 1992 y 26 Jun. 1995)"”.
Por su parte, en AAP, Penal sección 7 del 02 de
Noviembre del 2010 (ROJ: AAP ML 1/2010), Recurso:
220/2010, la Audiencia Provincial de Málaga concluía que
“cuando de la interposición del recurso se trata se
traduce en la necesidad de un presupuesto - ligado con la
legitimación - consistente en la existencia de un gravamen
o perjuicio sufrido por el recurrente a consecuencia de la
parte dispositiva de la resolución que se impugna,
consistente en la diferencia entre lo pedido por aquél, y
lo declarado en la resolución que combate, indispensable
elemento que tiene
el
valor de
un
requisito
de
admisibilidad del recurso”
O la SAP de Madrid, Penal sección 3 del 28 de Octubre
del 2010 (ROJ: SAP M 16622/2010), Recurso: 360/2010, que
recoge entre sus argumentaciones como debe dispensarse
tratamiento jurídico a esta cuestión, al disponer que
“Es presupuesto necesario material de todo
recurso
que
la
resolución
recaída
resulte
desfavorable al recurrente, lo que no ocurre en
este
supuesto
(Sentencias
del
Tribunal
Constitucional 264/94 de 3 de octubre y 233/05 de
26 de septiembre, y sentencias del Tribunal
Supremo de 22 de mayo de 1993 y 31 de marzo de
2005). No se pueden sostener en el proceso
derechos de los que no se es titular, debiendo
concurrir
un
interés
propio,
cualificado
y
específico en el recurrente (Sentencias del
Tribunal Constitucional 21/93 de 18 de enero,
92/97 de 6 de mayo, 228/97 de 16 de diciembre y
233/05 de 26 de septiembre; sentencias del
Tribunal Supremo de 26 de junio, 19 de octubre y
7 de diciembre de 1993, 28 de noviembre de 1997,
21 de octubre de 1998, 15 de junio de 2000, 17
enero de 2001, 2 de enero, 13 de marzo, 22
abril y 4 de julio de 2002, 8 de mayo de 2003,
de febrero, 2 de abril, 24 de junio y 29
diciembre de 2004, 15 de abril de 2005 y 31
enero de 2006)”.
de
de
27
de
de
Asimismo, en el AAP, Penal sección 1 del 20 de
Octubre del 2010 (ROJ: AAP CU 209/2010), Recurso:
108/2010, la Audiencia Provincial de Cuenca sostuvo
idéntica conclusión en esta materia cuando, recordando el
artículo 448.1 de la LEC y sentencias de la Sala Segunda
del Tribunal Supremo (de fechas 12.02.2001, 29.12.2004 y
15.06.2005) no viene sino a entender que “la legitimación
para interponer cualquier clase de recurso contra las
resoluciones judiciales requiere la existencia de interés
por la parte recurrente en la revisión y modificación de
la resolución recurrida, fundado dicho interés en la
existencia de un gravamen que resulta de la desestimación
de las pretensiones por ella formuladas, de ahí que tal
legitimación para recurrir sólo se dé en quién aparece
como perjudicado por la inadmisión de sus pretensiones; es
decir, la legitimación para recurrir no resulta únicamente
de la condición de parte procesal, sino que es preciso que
la parte recurrente resulte perjudicada en sus intereses
por la resolución recurrida”. En igual sentido, el AAP de
Madrid, Penal sección 6 del 14 de Octubre del 2010 (ROJ:
AAP M 16284/2010), Recurso: 46/2010.
Finalmente, el AAP de Guadalajara, Penal sección 1
del 21 de Julio del 2010 (ROJ: AAP GU 218/2010), Recurso:
94/2010,
recordó
que
“tanto
el
Tribunal
Supremo
(Sentencias de 12 de febrero de 1981, 22 de noviembre de
1982, 11 de octubre de 1990, 5 de marzo de 1992, 22 de
mayo de 1993 , entre otras muchas) como el Tribunal
Constitucional (Sentencias n.º 79/1987, de 27 de mayo y
n.º 51/1991, de 11 de marzo, entre otras) tienen
pronunciado que: «sólo a la parte a quien una resolución
judicial le sea desfavorable puede experimentar el
necesario gravamen o perjuicio que la legitime para
provocar la apertura de una nueva fase procesal mediante
el uso de los recursos», es decir, estarán inicialmente
legitimados para recurrir quienes sean parte en el
procedimiento y se vean perjudicados o agraviados por la
resolución judicial que le afecte”.
Debe
significarse
que
cuantas
referencias
jurisprudenciales se indican con anterioridad (y otras que
25
se van citando a lo largo de la presente, salvo contadas
excepciones) han sido obtenidas de la base de datos del
CENDOJ, puesta a disposición de los miembros de la Carrera
Judicial por el Consejo General del Poder Judicial,
correspondiéndose las mismas a las asignadas por dicho
organismo.
SEXTO.- Descendiendo al presente proceso, teniendo
como base las aproximaciones doctrinales desarrolladas en
el razonamiento anterior, cabe concluir que, en relación
con las resoluciones dictadas durante los sucesivos meses
en los que se ha practicado la instrucción bajo el secreto
decretado
y
prorrogado
en
consecutivos
autos,
la
consecuencia jurídica que cabe adoptar en este momento
procesal respecto de la interposición de recursos frente a
resoluciones que acuerdan la práctica de diligencias de
investigación
(en
esencia,
intervención
de
las
comunicaciones telefónicas y posteriores prórrogas) que no
tienen repercusión directa en la persona del imputado o en
la esfera de sus derechos, como el reconocido por el
artículo 18.3 de la CE, ha de ser la de la inadmisión a
trámite del recurso.
Ahora bien, dado que los recursos fueron, en su
totalidad, admitidos a trámite mediante providencia de 2
de febrero de 2010, y la misma, siendo notificada al
Ministerio Fiscal y demás partes personadas, sólo fue
objeto de recurso en el particular relativo al plazo
concedido para su impugnación, devino firme la decisión de
su admisión, por lo que la opción jurídica que cabe en
este caso es la de la desestimación por concurrir causa de
inadmisión consistente en falta de legitimación.
SÉPTIMO.- Por el contrario, las resoluciones cuyos
pronunciamientos no sean precisamente referidos a la
práctica de diligencias de investigación, sino al impulso
u ordenación del proceso, deberán ser admitidos a trámite
todos
y
cada
uno
de
los
recursos
interpuestos,
resolviéndose acerca de los motivos de impugnación.
En virtud de lo expuesto en los fundamentos jurídicos
cuarto, quinto y sexto, se deberán tener por desestimados
por causa de inadmisión al carecer de legitimación para
ello, los siguientes recursos de reforma:
1.SERRANO:
De
los
formulados
por
JOSÉ
JOAQUÍN
RIPOLL
1.a.- Auto de 04.07.07, sobre intervención telefónica
a VICENTE PEDRO GOMIS CERDÁN, ANTONIO AMORÓS SÁNCHEZ y
RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 21764 del tomo XLV)
1.b.- Auto de 29.05.07, sobre autorización judicial
de entrada y registro (folio 21788 del tomo XLV).
1.c.Auto
de
11.05.07,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 21803
del tomo XLV).
1.d.- Auto de 12.04.07, sobre intervención telefónica
a ÁNGEL FENOLL PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER (folio
21839 del tomo XLV).
1.e.- Providencia de 16.05.07, acordando mandamiento
investigación sobre números de teléfono (folio 21923 del
tomo XLV).
1.f.- De forma parcial, el formulado frente a los
autos de 03.09.07, 31.10.07, 29.11.07, 29.12.07, 08.01.08,
15.01.08,
23.01.08,
25.01.08,
29.01.08,
06.02.08,
14.02.08,
21.02.08,
28.02.08,
07.03.08,
18.03.08,
26.03.08,
27.03.08,
28.03.08,
04.04.08,
17.04.08,
24.04.08,
13.05.08,
16.05.08,
23.05.08,
16.06.08,
23.06.08,
15.07.08,
23.07.08,
22.08.08,
23.09.08,
23.10.08,
21.11.08,
03.12.08,
21.01.09,
20.02.09,
20.03.09,
21.04.09,
12.06.09,
19.06.09,
18.07.09,
11.08.09,
18.08.09,
18.09.09,
07.10.09,
16.10.09,
06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09 y 16.02.10, sobre
intervención de diversos terminales telefónicos y sus
respectivas
prórrogas
(folio
21903
del
tomo
XLV),
resolviéndose únicamente el recurso en cuanto a los autos
de 12 de junio, 11 de agosto, 7 de octubre, 6 de noviembre
y 30 de noviembre de 2009, que se ubican a los folios 7437
–tomo XXI-, 7782 y 8004 –tomo XXII-, 8402 y 8607 –tomo
XXIV2.- De los formulados por ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y
GINÉS SÁNCHEZ LARROSA:
2.a.- Auto de 12.04.07, sobre intervención telefónica
a ÁNGEL FENOLL PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER (folio
27
22272 del tomo XLV).
2.b.Auto
de
11.05.07,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22306
del tomo XLV).
2.c.- Auto de 04.07.07, sobre intervención telefónica
a VICENTE PEDRO GOMIS CERDÁN, ANTONIO AMORÓS SÁNCHEZ y
RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 22318 del tomo XLVI).
2.c.- Auto de 31.07.07, sobre intervención telefónica
a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y ceses (folio 22332 del tomo
XLVI)
2.d.- Auto de 03.09.07, sobre prórroga e intervención
telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ
(folio 22342 del tomo XLVI)
2.e.Auto
de
01.10.07,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y JORGE
SANZ SÁNCHEZ (folio 22353 del tomo XLVI)
2.f.Auto
de
31.10.07,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y JORGE
SANZ SÁNCHEZ (folio 22363 del tomo XLVI)
2.g.Auto
de
29.11.07,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ folio
22372 del tomo XLVI)
2.h.Autos
de
28.12.07,
08.01.08,
15.01.08,
23.01.08, sobre intervención de diversos terminales
telefónicos y sus respectivas prórrogas (folio 22384 del
tomo XLVI).
2.i.Auto
de
29.01.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio
22397 del tomo XLVI).
2.j.Auto
de
06.02.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22409
del tomo XLVI).
2.k.Auto
de
21.02.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ e
intervención a ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO (folio 22436
del tomo XLVI).
2.l.- Auto de 28.02.08, sobre intervención de varios
terminales (folio 22449 del tomo XLVI).
2.m.Auto
de
07.03.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22463
del tomo XLVI).
2.n.Auto
de
28.03.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales telefónicos
(folio 22492 del tomo XLVI).
2.o.Auto
de
04.04.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22506
del tomo XLVI).
2.p.Auto
de
24.04.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales telefónicos
(folio 22539 del tomo XLVI).
2.q.Auto
de
23.05.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales telefónicos
(folio 22551 del tomo XLVI).
2.r.Auto
de
16.06.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22578
del tomo XLVI).
2.s.Auto
de
23.06.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de diversos terminales telefónicos
(folio 22592 del tomo XLVI).
2.t.Auto
de
15.07.08,
sobre
prórroga
de
intervención telefónica de un terminal telefónico (folio
22606 del tomo XLVI).
2.u.- Auto de 29.05.07, sobre autorización judicial
de entrada y registro (folio 22646 del tomo XLVI).
2.v.- Auto de 13.05.08, sobre intervención de IMEI de
RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 22668 del tomo XLVI)
2.w.Autos
de
23.07.08,
22.08.08,
23.09.08,
23.10.08,
21.11.08,
03.12.08,
21.01.09,
20.02.09,
20.03.09,
21.04.09,
12.06.09,
19.06.09,
18.07.09,
11.08.09,
18.08.09,
18.09.09,
07.10.09,
16.10.09,
06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09 y 16.02.10, sobre
29
intervención de diversos terminales telefónicos
respectivas prórrogas (folio 22679 del tomo XLVI).
y
sus
2.x.- Providencia de 16.05.07, acordando mandamiento
investigación sobre números de teléfono (folio 22697 del
tomo XLVI).
2.y.- De forma parcial, el formulado frente a los
autos de 01.07.10 y 06.07.10, sobre autorización judicial
de entrada y registro (folio 22652 del tomo XLVI),
resolviéndose únicamente el recurso en cuanto al auto de 1
de julio de 2010.
3.- De los formulados por JORGE SANZ SÁNCHEZ:
3.a.Autos
de
15.01.08,
23.01.08,
14.02.08,
24.04.08, 15.09.08, 20.03.09 y 21.04.09 (intervenciones
telefónicas)
3.b.- Auto de 11.08.08, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09
(ampliación de la investigación)
4.- De los formulados por ÁNGEL FENOLL PÉREZ:
4.a.- Parcialmente el formulado frente a los autos de
08.03.07,
12.04.07,
09.05.07,
11.05.07,
11.05.07,
14.05.07,
29.05.07,
11.06.07,
11.06.07,
27.06.07,
04.07.07,
31.07.07,
03.09.07,
01.10.07,
31.10.07,
29.11.07,
28.12.07,
08.01.08,
15.01.08,
23.01.08,
25.01.08,
29.01.08,
06.02.08,
14.02.08,
21.02.08,
28.02.08,
07.03.08,
13.03.08,
18.03.08,
26.03.08,
27.03.08,
28.03.08,
04.04.08,
04.04.08,
17.04.08,
24.04.08,
16.05.08,
23.05.08,
16.06.08,
15.07.08,
22.08.08,
15.09.08,
14.10.08,
19.12.08,
22.01.08,
17.06.09, 06.11.09, 01.07.10, 12.07.10 y 13.07.10.
En concreto, la inadmisión del recurso radica en el
formulado frente a los autos de 27 de junio de 2007, 25 de
enero y 28 de febrero de 2008, si bien respecto del
primero de éstos hay que añadir que se trata de un auto
que resuelve un recurso de reforma que, en su momento, no
fue apelado.
5.- De
CAMPILLO:
los
formulados
por
ANTONIO
ÁNGEL
FENOLL
5.a.- Parcialmente el formulado frente a los autos de
de 08.03.07, 12.04.07, 09.05.07, 11.05.07, 11.05.07,
14.05.07,
29.05.07,
11.06.07,
11.06.07,
27.06.07,
04.07.07,
31.07.07,
03.09.07,
01.10.07,
31.10.07,
29.11.07,
28.12.07,
08.01.08,
15.01.08,
23.01.08,
25.01.08,
29.01.08,
06.02.08,
14.02.08,
21.02.08,
28.02.08,
07.03.08,
13.03.08,
18.03.08,
26.03.08,
27.03.08,
28.03.08,
04.04.08,
04.04.08,
17.04.08,
24.04.08,
16.05.08,
23.05.08,
16.06.08,
15.07.08,
22.08.08,
15.09.08,
14.10.08,
19.12.08,
22.01.09,
17.06.09, 06.11.09, 01.07.10, 12.07.10 y 13.07.10
En concreto, la inadmisión del recurso radica en el
formulado frente a los autos de 12 de abril, 11 de mayo y
27 de junio de 2007, así como los autos de 6 de febrero, 7
de marzo, 4 de abril y 16 de junio de 2008, reproduciendo
lo antes dicho respecto del auto de 27 de junio de 2007,
resolutorio de un recurso de reforma, frente al cual no
cabe, obviamente, un segundo recurso de reforma.
6.- De los formulados por JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ:
6.a.- El relativo a los autos de 12.04.07, 11.05.07,
04.07.07,
03.09.07,
01.10.07,
31.10.07,
29.11.07,
28.12.07,
08.01.08,
15.01.08,
23.01.08,
25.01.08,
29.01.08,
06.02.08,
14.02.08,
21.02.08,
28.02.08,
07.03.08,
18.03.08,
26.03.08,
27.03.08,
28.03.08,
04.04.08,
17.04.08,
24.04.08,
13.05.08,
16.05.08,
23.05.08,
16.06.08,
23.06.08,
23.07.08,
22.08.08,
15.09.08,
23.09.08,
23.10.08,
21.11.08,
03.12.08,
19.12.08,
22.01.09,
20.02.09,
20.03.09,
21.04.09,
12.06.09,
19.06.09,
18.07.09,
11.08.09,
18.08.09,
07.10.09, 16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09
y 16.02.10.
7.- De los formulados por RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ:
7.a.- De forma parcial, su recurso frente a autos de
12.04.07,
11.05.07,
04.07.07,
31.07.07,
03.09.07,
01.10.07,
31.10.07,
29.11.07,
28.12.07,
08.01.08,
15.01.08,
23.01.08,
25.01.08,
29.01.08,
06.02.08,
14.02.08,
19.02.08,
21.02.08,
28.02.08,
07.03.08,
18.03.08,
26.03.08,
27.03.08,
28.03.08,
04.04.08,
17.04.08,
24.04.08,
09.05.08,
13.05.08,
16.05.08,
23.05.08,
16.06.08,
23.06.08,
23.07.08,
22.08.08,
15.09.08,
23.09.08,
14.10.08,
23.10.08,
21.11.08,
03.12.08,
19.12.08,
22.01.09,
20.02.09,
20.03.09,
31
21.04.09,
12.06.09,
19.06.09,
18.07.09,
11.08.09,
18.08.09,
18.09.09,
07.10.09,
16.10.09,
06.11.09,
16.11.09, 30.11.09, 16.12.09, 25.01.10 y 16.02.10.
Concretamente, opera la desestimación por inadmisión
respecto de los autos de 12 de abril y 11 de mayo de 2007;
8 de enero, 15 de enero, 25 de enero, 6 de febrero, 14 de
febrero, 19 de febrero, 7 de marzo, 18 de marzo, 28 de
marzo, 4 de abril, 17 de abril, 24 de abril, 9 de mayo, 16
de mayo, 16 de junio, 15 de septiembre y 14 de octubre de
2008; 12 de junio, 7 de octubre y 30 de noviembre de 2009
y 25 de enero de 2010.
8.- De los formulados por ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA y
JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ:
8.a.- Parcialmente, su recurso frente a los autos de
04.07.07;
31.07.07;
03.09.07;
31.10.07;
28.12.07;
29.01.08;
06.02.08;
13.03.08;
27.03.08;
09.05.08;
29.05.08;
04.07.08;
15.07.08;
22.08.08;
23.09.08;
23.10.08;
21.11.08;
19.12.08;
22.01.09;
20.02.09;
20.03.09;
21.04.09;
12.06.09;
19.07.09;
18.07.09;
18.07.09;
11.08.09;
11.08.09;
18.08.09;
18.09.09;
07.10.09;
16.10.09;
06.11.09;
06.11.09;
16.11.09;
30.11.09;
16.12.09;
16.02.10;
25.01.10;
16.03.10;
16.04.10; 14.05.10; 14.06.10; 01.07.10; 12.07.10 y contra
todos los autos que sean consecuencia jurídica de los
reseñados.
Las
resoluciones
sobre
las
que
no
afecta
la
desestimación del recurso por motivo de inadmisión son los
autos de 9 de mayo de 2008, 4 y 15 de julio de 2008, 18 de
julio de 2009 (se entiende, el de prórroga de secreto de
las actuaciones, f.7564), 6 –los dos- y 30 de noviembre de
2009, 25 de enero, 16 de marzo, 16 de abril, 14 de mayo,
14 de junio, 1 de julio y 12 de julio de 2010.
9.- De los formulados por MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ:
9.1.- Se desestima parcialmente en relación con el
interpuesto frente a los autos de 08.03.07; 12.04.07;
09.05.07;
11.05.07;
11.05.07;
14.05.07;
29.05.07;
11.06.07;
11.06.07;
27.06.07;
04.07.07;
11.07.07;
03.09.07;
01.10.07;
25.01.08;
14.02.08;
28.02.08;
18.03.08;
16.05.08;
16.03.10;
16.04.10;
14.05.10;
14.06.10; 01.07.10; 12.07.10; y contra todos los autos que
sean consecuencia jurídica directa de los reseñados.
Las resoluciones afectadas por este motivo son las de
12 de abril, 9 de mayo, 11 de mayo (la segunda de ellas),
29 de mayo, 27 de junio, 4 de julio, 3 de septiembre y 1
de octubre de 2007, así como la de 28 de febrero de 2008.
Además, debe significarse que el auto de 27 de junio
de 2007, obrante al folio 921 del tomo IV de las
actuaciones,
se
dicta
como
consecuencia
de
la
interposición de recurso de reforma frente al auto dictado
el 11 de junio de 2007 (folio 810), por lo que frente a
dicha resolución sólo cabría la interposición, en tiempo y
forma, del correspondiente recurso de apelación.
10.GARCÍA:
De
los
formulados
por
FRANCISCO
JAVIER
10.a.- Será desestimado por esta causa, y
parcial, su recurso frente a los autos de fecha
12.04.07;
09.05.07;
10.05.07;
11.05.07;
29.05.07;
11.06.07;
11.06.07;
27.06.07;
11.07.07;
11.08.07;
03.09.07;
03.09.07;
01.10.07;
08.10.07;
31.10.07;
08.11.07;
07.12.07;
28.12.07;
07.01.08;
08.01.08;
23.01.08;
25.01.08;
29.01.08;
06.02.08;
14.02.08;
19.02.08;
21.02.08;
28.02.08;
07.03.08;
13.03.08;
18.03.08;
26.03.08;
28.03.08;
04.04.08;
04.04.08;
04.04.08;
24.04.08;
02.05.08;
09.05.08;
13.05.08;
23.05.08;
29.05.08;
16.06.08;
23.06.08;
04.07.08;
15.07.08;
23.07.08;
26.07.08;
25.08.08;
15.09.08;
23.09.08;
24.09.08;
23.10.08;
23.10.08;
21.11.08;
22.11.08;
19.12.08;
22.12.08;
21.01.09;
22.01.09;
20.02.09;
20.03.09;
20.03.09;
20.04.09;
20.05.09;
17.06.09;
19.06.09;
19.06.09;
18.07.09;
11.08.09;
18.08.09;
18.09.09;
16.10.09;
16.10.09;
06.11.09;
16.11.09;
27.11.09;
16.11.09;
16.11.09;
18.01.10;
18.02.10;
12.03.10;
16.03.10;
16.04.10;
14.06.10;
01.07.10;
01.07.10;
06.07.10;
19.07.10;
12.07.10;
12.07.10;
12.07.10;
12.07.10; 19.07.10; 09.08.10; 02.09.10.
BRU
de forma
08.03.07;
14.05.07;
04.07.07;
10.09.07;
29.11.07;
15.01.08;
06.02.08;
06.03.08;
27.03.08;
17.04.08;
16.05.08;
27.06.08;
22.08.08;
14.10.08;
03.12.08;
20.02.09;
21.04.09;
18.07.09;
18.09.09;
16.11.09;
16.02.10;
14.05.10;
12.07.10;
12.07.10;
Examinándose el recurso en lo relativo a los autos de
8 de marzo, 9, 11 y 29 de mayo de 2007, 4 de abril de 2008
33
(el tercero de los mencionados, que acuerda inhibición
territorial), 17 de junio, 6 de noviembre y 27 de
noviembre de 2009, 12 de marzo de 2010, 1, 6 y 12 de julio
de 2010.
Ha de precisarse que no es procedente resolver el
recurso de reforma –y subsidiaria apelación- frente al
auto de 10 de mayo de 2007, pues el mismo fue dictado por
el antiguo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 6
de Orihuela (actual Instancia 1) en sus Diligencias
Previas 1346/07. Por otra parte, el que se interpone
frente al auto de 19 de julio de 2010 no se admite en
tanto dicha resolución ya fue notificada con anterioridad
a las partes como consecuencia de la interposición, en
momento anterior, de recurso por la representación
procesal del Sr GREGORY FERNÁNDEZ, quien ya demandó su
notificación en esas fechas e, inicialmente, le fue
desestimado por providencia de 27 de julio de 2010. No
existe auto dictado en 9 de agosto de 2010 que acuerde la
prórroga de secreto de las actuaciones por este Juzgado.
Y, finalmente, no es admisible la interposición de recurso
de reforma frente a los autos de 27 de junio de 2007 y 2
de septiembre de 2010, pues los mismos se dictaron,
precisamente, a resultas de la interposición, por la
representación procesal del hoy recurrente, Sr BRU GARCÍA,
frente a resoluciones dictadas en el seno del presente
proceso.
11.- De los formulados por RAMÓN FENOLL PÉREZ:
11.a.- Recurre “todos los autos de intervención
telefónica de la causa y sus prórrogas”, aunque como cabe
deducir del tenor de todas las resoluciones en esta
materia que se han dado traslado a las partes, ninguna de
ellas hace mención a línea de teléfono de la que sea
titular o usuario habitual el Sr FENOLL PÉREZ (RAMÓN), por
lo que su recurso debe ser desestimado por el motivo de
inadmisibilidad del mismo.
OCTAVO.El
pronunciamiento
efectuado
como
consecuencia de lo expuesto en el fundamento que antecede
al presente no impide, como de hecho se ha producido por
este Instructor, el examen pormenorizado de cuantas
alegaciones se han vertido en todos y cada uno de los
recursos formulados, pues no es posible llegar a la
conclusión jurídica sin un previo examen del tenor de los
escritos presentados en tiempo y forma que, en todo caso,
merecían del beneficio de la admisión inicial del trámite
de su recurso, por revestir las formalidades temporales y
de suscripción por profesionales del Derecho conforme a la
Ley de Ritos.
NOVENO.- Durante el ínterin de la sustanciación del
presente trámite, las representaciones procesales del Sr
RIPOLL SERRANO y de los Sres RODRÍGUEZ MURCIA y SÁNCHEZ
LARROSA presentaron, en el mes de abril de 2011, sendos
escritos “ampliatorios”, fundamentalmente en vista de la
aportación por la representación procesal del Sr FERRÁNDEZ
PEÑALVER de escrito acompañado de informe pericial sobre
los soportes de video y/o audio unidos al dictamen del
representante del Ministerio Fiscal que da pie a la
incoación de las presentes diligencias de investigación.
Son invocados, en tal sentido, y para fundamentar la
incorporación a sus recursos de las manifestaciones de sus
escritos,
los
artículos
4
y
286
de
la
Ley
de
Enjuiciamiento Civil. Conferido traslado de dicho escrito
a las partes personadas, el Ministerio Fiscal se ha
opuesto a la admisión de dichos escritos en el trámite
presente.
Como cuestión primera, no cabe duda que, ante lo no
previsto por la Ley de Enjuiciamiento Criminal, puede
acudirse a la más reciente normativa procesal de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, pues así lo dice expresamente su
artículo 4, que la consagra como normativa supletoria de
todo aquello que no esté regulado por las normas de
procedimiento de las jurisdicciones penal, contenciosoadministrativa, laboral y militar.
Ahora bien, la invocación de lo dispuesto por el
artículo 286 de la LEC al caso –mejor dicho, trámite- que
nos ocupa, no logra acomodo en la presente resolución.
Dicho precepto, relativo a los “hechos nuevos o de nueva
noticia”, está ubicado procesalmente entre el momento
preclusivo de los actos de alegación y el momento anterior
del transcurso del plazo para dictar sentencia. Los actos
de alegación a que se refiere la LEC son los de la demanda
y
contestación,
así
como
los
correlativos
de
la
reconvención y contestación a la demanda reconvencional.
No estamos, por otra parte, en el intervalo temporal para
dictado de sentencia, sino que, trasladado al proceso
35
penal, todavía se encuentra el proceso en fase de
Instrucción, y mas en concreto sustanciando una pluralidad
de recursos frente a resoluciones dictadas en secreto de
actuaciones que se han notificado a las partes personadas.
Se refieren a la aportación de un informe pericial
sobre unas conversaciones que se atribuyen a ÁNGEL FENOL
PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER, recogidas en soportes
discos compactos que, a su vez, fueron presentados ante el
Ministerio Fiscal por el primero, Sr FENOLL PÉREZ, en el
marco de las Diligencias de Investigación nº 125/06 y que
dan inicio a las presentes actuaciones como consecuencia
de la denuncia presentada el 7 de marzo de 2007 (folio 3
de las actuaciones), circunscrita al concurso público para
la contratación de los servicios públicos de recogida,
transporte, tratamiento y eliminación de residuos sólidos
urbanos y limpieza viaria, convocado por el Ayuntamiento
de la ciudad de Orihuela. Tales conversaciones, en número
de cinco, tiene lugar los días 11 de octubre de 2005, 25
de noviembre de 2005, 1 de febrero de 2006, 23 de febrero
de 2006 y 23 de marzo de 2006, efectuándose en la denuncia
del Ministerio Público una separación, mediante extractos,
de dichas conversaciones, referidas a diversas cuestiones:
1.- Entregas de dinero por parte del Sr FENOLL PÉRZ
al Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER
2.- Adjudicación de la contrata de basuras
3.- Adjudicaciones urbanísticas
4.- Antiguo interventor municipal
5.- Contrata de basuras de Pilar de la Horadada y
Fuente Álamo
6.- Vertedero de Torremendo
7.- Auditoría del Ayuntamiento de Orihuela
8.- Canal 34 Vega Baja Televisión
En su primera declaración judicial como imputado, el
Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER (véase folios 220 bis a 223),
fechada el 24 de abril de 2007, y al ser preguntado por el
Letrado de la defensa –que lo asiste hasta el día de hoy-,
Sr López Coig, por “si le consta si se han hecho informes
periciales sobre la autenticidad de las cintas que se
entregaron a la prensa” (sic), contestó el imputado “que
si, que hay muchos cortes en las cintas y así se indica en
el informe pericial que solicitó” (sic). Es decir, que tal
circunstancia se puso de manifiesto en dicho momento
procesal, tanto la alegación referida a, cuanto menos,
inexactitudes en los soportes en los que se recogen las
conversaciones aportadas primero a Fiscalía y luego al
Juzgado, como a la existencia de un informe pericial que,
por razones que se desconocen pero en todo caso de escasa
trascendencia, no se aportó a las actuaciones sino hasta
momento posterior al alzamiento del secreto y con ocasión
del señalamiento de declaraciones, entre otras, del Sr
FERRÁNDEZ PEÑALVER.
Asimismo, el Ministerio Fiscal, como se puede
observar en el Tomo II de las actuaciones, presentó
escrito el 4 de mayo de 2007 (folios 319 y 320)
interesando la práctica de diligencias de investigación,
de las que ahora cabe destacar la cuarta, pues en la misma
se interesa o bien del Secretario Judicial o bien de la
Policía
Judicial
si
las
transcripciones
de
las
conversaciones obrantes en las cintas magnetofónicas son
correctas. Solicitud a la que se accede mediante auto de
14 de mayo de 2007 (folios 379 y 380), el cual se remite
al escrito del Fiscal, constando seguidamente a los folios
381, 382 y 383 copias de los oficios librados a resultas
de las tres primeras diligencias interesadas por el citado
escrito de 4 de mayo de 2007, expedidos todos ellos el 15
de mayo de 2007. No consta, tras el examen de las
voluminosas actuaciones, que se haya hecho constar el
resultado de tal diligencia, lo cual puede obedecer tanto
a la falta de concreción de la resolución que la ordena –
recuérdese que el Ministerio Fiscal solicita que lo
verifique, alternativamente, o el fedatario judicial o la
policía- de quién y cómo habría de hacerse. Dilación que,
en cuanto a la proposición de escrito de alegaciones, nada
afecta, pues la invocación de tal extremo ya se puso de
manifiesto con anterioridad y, como tal, constaba en autos
dicha impugnación.
Sin perjuicio, como no puede ser de otra manera, de
la proposición y práctica de diligencias de investigación
en otro momento procesal distinto, si las mismas fueran
declaradas pertinentes. Al igual que se debería responder
a la solicitud de formación de piezas correlativas a los
ocho extractos de las conversaciones que indica el
37
Ministerio Fiscal en su denuncia y reitera en escrito de
13 de noviembre de 2008 (que no se unió a las actuaciones,
motivando la apertura del correspondiente expediente
gubernativo por este Juzgado, sino hasta el mes de abril
del presente año 2011, y al que, sin embargo, ya se
refirió el propio fiscal en los folios segundo a sexto del
escrito de impugnación al recurso de reforma interpuesto
por el Sr RIPOLL SERRANO frente al auto de 12 de abril de
2007, en los términos siguientes que se transcriben:
“En todo caso, el Ministerio Fiscal, a
efectos de análisis de la impugnación presentada,
manifiesta que el recurrente alega que, siendo
que las Diligencias originales de Investigación
de la Fiscalía estaban destinadas a averiguar la
realidad de la comisión de un delito por los
Sres. Fenoll Pérez y Ferrández Peñalver, a partir
de ahí se deberían de haber desglosado las
diligencias destinadas a la investigación de los
otros delitos cometidos por otras personas.
Por el Ministerio Fiscal se considera, en
cambio, que tal desglose fue solicitado en su
dictamen de 13 de Noviembre de 2008, desglose al
amparo del artículo 762, regla 6ª LECRim, que
establece:
6ª
Para
enjuiciar
los
delitos
conexos
comprendidos en este Título, cuando existan
elementos para hacerlo con independencia, y para
juzgar a cada uno de los imputados, cuando sean
varios, podrá acordar el Juez la formación de las
piezas separadas que resulten convenientes para
simplificar y activar el procedimiento.
En su escrito, de 152 páginas, el Ministerio
Fiscal incluyó las siguientes consideraciones:
“En consecuencia, el enjuiciamiento independiente
de los hechos está expresamente previsto en la
Ley de Enjuiciamiento Criminal para satisfacer el
fin que el legislador señaló expresamente para
aplicar el supuesto legal: simplificar y activar
el procedimiento.
El
enjuiciamiento
independiente
no
debe
romper la continencia de la causa, los hechos de
cada pieza no deben guardar conexión directa con
los de otras piezas. La ley prevé, incluso, la
posibilidad de realizar enjuiciamientos separados
para acusados de unos mismos hechos. Por ello se
puede
enjuiciar
separadamente
a
todos
los
acusados por unos mismos hechos que no están
directamente conectados con otros.
El pronunciamiento absolutorio o condenatorio
respecto de estos hechos y acusados no debe
repercutir directamente en el resto de las piezas
separadas ni puede dar lugar a pronunciamientos
contradictorios,
al
tratarse
de
hechos
independientes.
En efecto la Ley (artículo 746.6ª de la
L.E.Crim.) permite, incluso en el Procedimiento
de
Sumario
Ordinario,
un
enjuiciamiento
fraccionado para algunos de los acusados de unos
mismos
hechos
cuando
”existen
elementos
suficientes para juzgarles con independencia” es
decir, que mientras no se rompa la continencia de
la causa es posible hacerlo.
Con mayor motivo es aplicable ese criterio al
procedimiento abreviado, tramitando como piezas
separadas los hechos que no guardan relación
directa con otros y en tanto no se rompa la
continencia de la causa.
La alternativa a esta posibilidad supone, de
facto, un enjuiciamiento impracticable de la
causa. Está prevista la imputación de decenas de
personas y el número de testigos, peritos y
documentos, superaría en exceso lo que supone un
ponderado y exhaustivo análisis judicial de toda
la prueba y una razonable mesura en los hechos
objeto de enjuiciamiento.
Del mismo modo, la alternativa a las piezas
separadas es la injusticia material, ya que unos
imputados no deben permanecer en dicha situación
sin
ser
juzgados
hasta
que
se
enjuicien
conjuntamente con otras personas que perpetraron
hechos delictivos distintos.
La justificación de piezas separadas en la
presente causa es evidente, se aprecia que
obedece a la existencia de los elementos para
juzgar con independencia que exige la ley
procesal nacidos de las distintas actividades
delictivas llevadas a cabo en una pluralidad de
hechos por distintos autores.
El fraccionamiento en piezas separadas es
útil
para
agilizar
la
tramitación.
Cuando
cualquiera de ellas se encuentre en situación de
ser enjuiciada,
no debe esperar a que se
concluyan las investigaciones de la totalidad de
39
delitos para dilucidar su futuro procesal.
Sobre la formación de piezas separadas, el
criterio jurisprudencial es favorable:
Así consta en un auto de la Audiencia
Provincial de Madrid de fecha 23-11-95 en la que
se cuestionaba la formación de piezas separadas
sobre financiación ilegal de partido político. En
dicho auto la Audiencia consideró muy acertada la
formación de pieza separada para cada operación
(contratación del AVE por ejemplo) separada del
resto.
Pero la argumentación de dicha resolución
resulta de más interés porque se basa en que
resulta más favorable a la defensa, el poder
defenderse de hechos reducidos y concretos que
armar una defensa ante un gran elenco de hechos
no totalmente conectados. También afirma el auto
que la fase intermedia (acusación y defensa) es
más fácil y ágil si se ciñe a delimitados y
concretos hechos.
Del mismo modo, para el tribunal sentenciador
que enjuicia y para las partes, en la fase
probatoria, resulta más simple y fácil y ello sin
menoscabo de derecho alguno.
Este criterio jurisprudencial esta avalado
por el Tribunal Supremo así, entre otras, en la
sentencia número 537/2002 (Sala de lo Penal) de 5
de Abril (RJ de Aranzadi 2002/4267) en relación
al recurso de Casación 494/2001. En la sentencia
reseñada se dice, con relación a la investigación
de
delitos
cometidos
por
responsables
del
Ayuntamiento de Marbella (recurso de Modesto
P.C.C.), en su fundamento jurídico decimoctavo:
(…) Sexta. Vulneración del derecho a un proceso
público con todas las garantías, por haberse
desglosado piezas separadas con infracción «tanto
del derecho al Juez predeterminado por la ley,
como el de congruencia de las resoluciones, y
posiblemente el “nom bis in idem”».
En el Auto de 19 de mayo de 1999, citado por el
recurrente, el Juez Instructor expone que «el
nivel actual de la instrucción puede considerarse
como bastante completo respecto a determinados
extremos, como son los relativos a los contratos
de publicidad dinámica y exhibición del logotipo
“Marbella”, que resultan de naturaleza claramente
documentaria». Por ello acuerda abrir pieza
separada «con testimonio de todo lo actuado hasta
el presente a fin de conocer separadamente los
hechos referidos en el fundamento jurídico 2º de
la presente resolución».
Y en el Auto de 3 de marzo de 2000 dispone formar
pieza separada «para facilitar, simplificar y
activar el procedimiento en lo referente al
esclarecimiento de las operaciones de patrocinio
de la monta de caballos Aureolo 89 y Excalibur
con fondos procedentes del erario municipal de
Marbella».
Se trata por tanto de una razonable utilización
de la facultad concedida por la regla 7ª del
artículo 784 de la Ley Procesal, que como tal no
lesiona derecho alguno. (…)
Este
mismo
criterio
jurisprudencial
se
mantiene en otras causas penales por cohecho y
así la Sentencia núm. 212/2004 de la Audiencia
Provincial Navarra (Sala de lo Penal, Sección
2ª), de 4 noviembre declara prescrito un delito
de cohecho y computa y defiende la formación de
piezas separadas para la instrucción.
En el mismo sentido la sentencia del Tribunal
Supremo 1918/2001 de 11 de Octubre cuando indica:
(…) El tercer motivo del recurso se refiere a la
tramitación de una pieza separada, formada por el
Juzgado de Instrucción Número 4 de Arenys de Mar,
en la que se habría desarrollado una activa
instrucción
paralela
que
las
partes
no
conocieron. (…)
El motivo debe ser desestimado.
El recurrente alega erróneamente la supuesta
infracción del artículo 24.1de la C.E. dado que
este
derecho
garantiza
el
acceso
a
la
jurisdicción y la motivación de las resoluciones
judiciales.
Ninguno de estos derechos resulta vulnerado por
la apertura de la pieza separada que se menciona.
El Tribunal Supremo en sentencia 867/2002 de
29 de julio (caso Banesto) consideró adecuado y
conforme a derecho la formación de piezas
separadas cuando concurren los supuestos legales
(posibilidad de enjuiciamiento independiente y
agilización y simplificación del procedimiento).
41
Debe tenerse en cuenta que en aquella ocasión se
investigaban delitos de contenido patrimonial que
son
más
susceptibles
de
formar
un
delito
continuado que los delitos falsarios o contra la
ordenación del territorio.
El Tribunal Supremo indicó esta posibilidad
incluso en asuntos de trascendencia económica
nacional:
(…) ”El Juez Instructor tiene la posibilidad
de
formar
piezas
separadas,
cuando
resulte
conveniente
para
simplificar
y
activar
el
procedimiento, aún en aquellos supuestos en los
que pudiera encontrarse una aparente o real
conexidad entre los diversos hechos, si bien
existen
razones
y
elementos
para
juzgar
separadamente a cada uno de los imputados. En
aquellos asuntos que afectan de manera grave a la
economía nacional, se debe valorar cada caso
concreto, la posibilidad de tratamiento autónomo
y separado de aquellas operaciones que, por su
configuración, permiten un enjuiciamiento por
separado.” (…)
En aras a lo anterior, el Fiscal presentó en
calidad de denuncia, con fecha 16 de Marzo de
2007, escrito derivado de las Diligencias de
Investigación nº 125/06, que tras su reparto
correspondió al Juzgado de Instrucción nº 3 de
Orihuela, dando lugar a las Diligencias Previas
nº 851/07.
Conforme a las consideraciones anteriores
acerca de la conveniencia de la formación de
piezas separadas, el Fiscal insta del Juzgado la
formación, en primer lugar, de SIETE PIEZAS
SEPARADAS, basadas todas ellas en el contenido de
su escrito denuncia de 16 de Marzo de 2007.”
Como quiera que el referido escrito de 13 de
noviembre de 2008, aludido por el Ministerio Fiscal, no
fue unido a las actuaciones hasta fecha reciente, nada se
dispuso respecto de tal petición, por lo que, siendo la
presente resolución la destinada a la sustanciación de
recursos de reforma, deberá ser en resolución aparte en la
que se de respuesta a la misma. Si bien merece destacarse
que, con anterioridad a dicho dictamen, fueron dictadas
resoluciones acordando desgloses, como fueron el auto de 9
de mayo de 2007 (folios 321 a 325 del Tomo II) y el auto
de 4 de abril de 2008 (folio 5196 y ss del Tomo XVI). El
primero fue devuelto por el Juzgado de Primera Instancia e
Instrucción 6 de Orihuela (auto de 10 de mayo de 2007,
folios 360 a 362 del Tomo II) y el segundo se remitió con
oficio de 7 de abril de 2008 –folio 5203 del Tomo XVI- al
Juzgado Decano de Alicante, sin que hasta la fecha se
tenga conocimiento fehaciente del estado procesal de dicho
asunto, por lo que se infiere, cuanto menos, que no fue
rechazada la inhibición dado el tiempo transcurrido desde
su emisión.
A posteriori, y en punto a la posibilidad legal de
desglose y formación de piezas separadas que suscita el
informe de 13 de noviembre de 2008, del que nada se
resolvió al no unirse convenientemente a las actuaciones,
se procede, a partir de resolución de 26 de marzo de 2010
a recabar una serie de informes que acaban con el dictado
del auto de 12 de julio de 2010, que acuerda el desglose e
inhibición de diversas investigaciones que hasta entonces
se desarrollaban de manera unitaria en el presente
proceso. En la primera de tales resoluciones vino a
advertirse lo que, al entender del Instructor, debía
procederse en aras de la consecución de los fines que
legalmente le están encomendados al proceso penal en
general. Y así, en su fundamento sexto, reiteradamente
invocado por otras resoluciones dictadas en la causa y por
las alegaciones de varias defensas hoy recurrentes, se
decía lo siguiente:
“Finalmente, y visto el estado de las
presentes actuaciones, los hechos y personas a
las que afecta, puestos en relación con el hecho
inicial
que
principió
las
diligencias
de
investigación, en aras de perfilar el objeto
final del presente proceso penal y determinar
aquellos hechos que conformarán, en su caso, el
objeto de otro u otros procesos ante tribunal o
tribunales distintos, dado que muchas de las
personas y hechos de forma evidente están
acaeciendo en partido judicial distinto al de
Orihuela, las necesidades de seguridad jurídica y
la preservación de todas las garantías de los
derechos fundamentales de los imputados, dado que
no ha de olvidarse las previsiones establecidas
tanto en el artículo 15, inciso final, ó el
propio artículo 18.2, ambos de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, es preciso concluir la
43
investigación de esta fase de secreto con cuanta
información sea necesaria para garantizar la
deducción de los correspondientes testimonios.
En tal sentido, se acuerda conceder –y
requerir- tanto a la Fuerza Instructora (Unidad
Central de Delincuencia Económica y Fiscal,
Brigada de Blanqueo de Capitales) como al
Ministerio Fiscal el plazo común de CUARENTA Y
CINCO DÍAS NATURALES para que informen al
Juzgado, de forma detallada y separada, de los
hechos presuntamente punibles que serán objeto de
instrucción
pública,
la
identidad
de
los
presuntos autores y el lugar donde se cometieron
los hechos que se les imputan, a fin de proceder
a deducir los correspondientes testimonios e
inhibirse a favor del Juzgado o Juzgados que, por
normas de competencia territorial de obligada
observancia, han de conocer de tales hechos”.
Por tanto, en lo referente a los escritos de
alegaciones ampliando los recursos de reforma, no procede
sino la preclusión del momento procesal y no se tomarán
en consideración los mismos en la sustanciación del
presente recurso. Sin perjuicio de acordar lo procedente
en
cuanto
al
informe
pericial
aportado
por
la
representación procesal del Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER.
DÉCIMO.- Es recurrido por las representaciones
procesales de JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO
RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, ÁNGEL FENOLL
PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, MANUEL ABADÍA
MARTÍNEZ y FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA el auto de 8 de
marzo de 2007 (folio 201 del tomo I), por el que se
acuerda la incoación de Diligencias Previas y, al tiempo,
ordena la averiguación del domicilio y líneas de teléfono
de los denunciados por el Ministerio Fiscal, Sr FENOLL
PÉREZ y Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER (véase folio 94).
Expone en su escrito el Sr RIPOLL SERRANO que el auto
está afecto de nulidad por acordar la iniciación del
proceso basándose en diligencias ilícitamente obtenidas,
cuestionando si los encuentros de los interlocutores
fueron realmente voluntarios y libres, con remisión a las
afirmaciones del informe policial obrante al folio 474
(si bien dice 418 en su escrito) del Tomo III de las
actuaciones. Igualmente, considera nulo el auto por falta
de control judicial de las grabaciones aportadas por el
Ministerio fiscal, por no haber sido nunca adveradas,
argumentos que comparte, en los mismos términos, el
recurso formulado por ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS
SÁNCHEZ LARROSA.
Del resto de recursos, que vienen a impugnar la
resolución de incoación de diligencias previas, al mismo
tiempo están argumentando frente a otras resoluciones,
fundamentalmente en el aspecto de la competencia y las
diligencias de intervención telefónica, por lo que, en el
aspecto que aquí se examina, se centran en la posible
falta de motivación y su nulidad.
En el trámite de alegaciones, la representación
procesal del Sr BRU GARCÍA, se adhiere a la exposición
del Sr RIPOLL SERRANO en su recurso. Comienza por
entender que las grabaciones aportadas por el Ministerio
fiscal junto con sus diligencias de investigación 125/06
“son ilícitas y no pueden en caso alguno ser utilizadas
en procedimiento alguno que no sea la investigación de
los hechos contenidos en las mismas y que se le
facilitaron al Fiscal por el Sr. Fenoll”. Que dichas
grabaciones se hicieron con el auxilio de un tercero, Sr
REY
PARENTE,
sin
que,
afirma,
se
hubiera
hecho
comprobación de la exactitud y autenticidad de las
mismas. Y que, una vez archivadas otras diligencias de
investigación, las 46/06 de Fiscalía, es presentada la
denuncia frente al Sr BRU GARCÍA, entre otros. Considera
que fue solicitada la intervención telefónica sin
urgencia y sin la práctica de otras diligencias de
investigación, todo ello en el marco de unas diligencias
de Fiscalía en las que, dice, el Sr FENOLL PÉREZ pasó de
ser denunciante a denunciado. Reproduce, a continuación,
pasajes del dictamen del Ministerio Fiscal de 7 de marzo
de 2007, obrante a los folios 196 a 199 del tomo I de las
actuaciones, relativos a la eventual concesión de la
contrata de basuras a la mercantil URBASER a cambio de
comisiones a varios miembros de la Corporación local, la
solicitud de apoyo financiero por el Sr FERRÁNDEZ
PEÑALVER al Sr FENOLL PÉREZ ó la presunta entrega de
sumas de dinero del último al primero. Preguntándose, por
45
ello, sobre los motivos de la no investigación desde
entonces de esa supuesta irregularidad (aunque más
adelante se aventura a concluir en que ya habrían
prescrito dado el tiempo transcurrido), y resaltando su
creencia en “el posible trasfondo del asunto” como
pretexto para la vulneración de derechos fundamentales.
Y, finalmente, que en el presente proceso “se ha
escuchado para otras cosas”, siendo un “paradigma de lo
que jamás debe ser un procedimiento penal”, que califica
incluso
de
“prospectivo,
inquisitorial,
prolongado
artificialmente”, del que destaca la intervención de
“muchos” Instructores, dirigido por la Policía en lo que,
concluye, constituye un “desmán jurídico” que estima
todavía estaría bajo secreto sumarial por convenir a
ciertos “intereses” o bien por pura desidia procesal.
Sobre la naturaleza de la resolución que es objeto de
recurso, revistiendo la forma de auto, acuerda la
incoación
de
las
denominadas
diligencias
previas,
conforme a lo dispuesto por el artículo 774 de la LECrim,
dando la respuesta inicial a la puesta en conocimiento
del órgano judicial de la notitia criminis. En este caso
dimana de una denuncia del Ministerio Fiscal, precedida
de unas Diligencias de Investigación, y pese a la
brevedad de tal resolución, la misma se considera
ajustada a Derecho, pues sin ella no se concibe la
existencia de un proceso penal en fase de investigación.
La diligencia de investigación primera, acordada por el
Juez Instructor es la averiguación del domicilio y
teléfonos de los comprendidos en el escrito de denuncia
(folio 94 del Tomo I), pues sería trascendental a los
efectos de determinar la competencia territorial del
Juzgado conforme al artículo 15.3º de la LECrim para el
caso de no tener constancia fehaciente del lugar de
comisión
del
hecho
presuntamente
delictivo
ó
del
descubrimiento de pruebas materiales del mismo.
El material probatorio aportado con la denuncia
inicial es aportado voluntariamente ante la Fiscalía,
como consta en autos, y es el que se adjunta a la
denuncia. Cuestión distinta sería su validez como prueba,
en relación con las alegaciones vertidas sobre la
alteración o modificación de las grabaciones, que serían
propias de otro momento procesal. Lo trascendente en
aquél momento era la toma en consideración de dichos
soportes de audio y/o video, junto con las apreciaciones
del Ministerio Fiscal en su dictamen, que llevaron,
necesariamente, a la apertura de un proceso penal en fase
de investigación. El hecho de no haberse procedido a la
adveración de las grabaciones –al menos no consta en
autos, salvo que esté localizada en folio no consecutivono es sino una simple muestra del retraso en la
verificación que, siempre antes de adoptar cualquier
resolución que afecte al cambio de fase procedimental,
habrá de practicarse.
El recurso frente al auto de 8 de marzo de 2007 debe
ser desestimado en su integridad. Pronunciamiento que, en
un caso similar y referido a asunto tramitado por este
mismo Juzgado, ha sido sustanciado en apelación con
idéntico sentido (auto de 7 de febrero de 2011 de la
Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante,
con sede en Elche, dictado en Rollo de Sala nº 90/2011,
dimanante de las Diligencias Previas nº 508/2006 de este
Juzgado), y cuyos razonamientos jurídicos son de plena
aplicación al presente caso y para el concreto auto que
es recurrido.
UNDÉCIMO.- Como corolario del anterior razonamiento,
y como epígrafe del mismo, no ha de omitirlo este
Instructor, hacer una mínima mención al respecto, al
debate dialéctico que, no solo en este trámite, sino en
otros
similares,
se
ha
mantenido
una
espiral
de
manifestaciones
con
elevado
tono,
poniéndose
en
entredicho la actuación de la Fuerza Actuante, del
Ministerio Fiscal, del Juzgado en la persona de los
sucesivos Instructores –existiendo comentarios en un
sentido y otro respecto del actual Instructor-, y que
podrían ser susceptibles de entenderse más allá de la
confrontación de argumentaciones estrictamente jurídicas.
No por ello debe olvidarse lo previsto por el
artículo 542.2 de la LOPJ, que respecto de los abogados,
en su actuar ante los Tribunales y Juzgados, serán
amparados en su libertad de expresión y defensa, sin
perjuicio de las responsabilidades a que se refiere el
artículo 546 de la LOPJ, cuando hubiere lugar a ello.
En
efecto,
el
ejercicio
47
del
derecho
de
defensa
(máxime en este caso, dadas las especiales circunstancias
del
mismo,
por
su
naturaleza,
volumen,
tiempo
transcurrido, etc) en ningún momento ha sido objeto de
censura o prohibición. Si bien ha tenido cumplida
contestación por parte del Ministerio Fiscal en sus
escritos, en los que da su parecer sobre la investigación
y lo en ella acordado, así como la oportuna respuesta,
jurídicamente hablando, de esta Instrucción. Quizá los
términos, en algunos casos, y dentro del respeto que, de
forma reiterada, han manifestado las defensas en sus
escritos hacia la institución a la que se dirigen, hayan
tenido como efecto la “crítica al adversario procesal” y
trascendido
los
límites
de
la
corrección
en
sus
manifestaciones. O, al menos, eso es lo que ha parecido
desprenderse en puntuales ocasiones.
Sin ser preciso adoptar cualquier clase de medida, no
puede por ello dejar de invitarse a todos los partícipes
en este proceso a mantener, dentro del ámbito de su libre
expresión, exposiciones lo más respetuosas posible con la
postura procesal que no le fuere favorable, según su
entender. Aún cuando este Instructor es consciente de la
dificultad de la consecución de esta moderación ante la
necesidad declarada, en este caso (y en cierto modo
comprensible), por las defensas, de dejar constancia en
autos de cuantas consideraciones han estimado oportunas,
en ejercicio de su derecho constitucional de defensa.
DUODÉCIMO.Procede,
seguidamente,
examinar
los
recursos planteados en materia de asunción competencial.
En concreto, se trata de los autos de 9 y 11 de mayo
de 2007 (folios 321 y 325 del tomo II y 363 y 364 del
tomo II) y de 12 y 13 de julio de 2010 (folios 16019 y ss
del tomo XXXVI y 16393 y ss del tomo XXXVII).
Resoluciones que, como cabe esperar, guardan relación con
los más recientes autos de 3 de noviembre y 9 de
diciembre de 2010.
Éste último (el de 13 de julio de 2010) ha sido
recurrido exclusivamente por ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ANTONIO
ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, aunque ninguno de ellos se
encuentra implicado en el relato de hechos que conformaba
la, entonces, denominada “trama vigésima” (reiterándose
lo ya manifestado por este Instructor en su auto de 1 de
octubre de 2010 respecto del uso de estos términos), que
fue objeto de inhibición territorial a favor del Juzgado
Decano de los de Alicante para su reparto entre los
Juzgados de Instrucción de dicha plaza.
Los aspectos relativos a la competencia de los
órganos jurisdiccionales son materia de orden público, e
íntimamente relacionada con el derecho al Juez ordinario
predeterminado por la Ley. Si bien, al referirse, como
bien recuerda el Sr ORTIZ SELFA en su recurso, el
procedimiento que fue inhibido por dicha resolución
contenía conversaciones en las que el mismo era uno de
los
interlocutores,
por
haberse
obtenido
de
la
intervención de su número de teléfono, y en las que en
ningún momento se refieren al Sr FENOLL PÉREZ o al Sr
FENOLL CAMPILLO.
Sin perjuicio de lo resuelto por el órgano al que
recayó el asunto, así como por la sustanciación en
apelación de un recurso planteado ante la Audiencia
Provincial, respecto de los que nada tiene que decirse en
esta sede por su improcedencia, el recurso planteado por
el Sr FENOLL PÉREZ y por el Sr FENOLL CAMPILLO debe ser
desestimado, por no referirse en absoluto a hechos
concretos que les afecten.
Por otra parte, debe recordarse que no puede
resolverse en este trámite recurso alguno frente al auto
dictado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción
nº 6 de Orihuela en sus Diligencias previas nº 1346/07,
en fecha 10 de mayo de 2007 (folios 360 a 362 del tomo
II), pues el artículo 219 de la LECrim dispone que el
recurso deberá ser interpuesto frente al Juez que dictó
el auto, siendo en su caso ante dicho Juzgador y quien
deba sustanciarse el mencionado recurso.
El principal motivo de los recursos planteados frente
al auto de 11 de mayo de 2007 (folios 363 y 364 del tomo
II) por las defensas de JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO,
ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, JORGE
SANZ SÁNCHEZ, ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL
CAMPILLO, RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, ENRIQUE TOMÁS ORTIZ
SELFA, JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ y
49
FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA es el de la improcedencia de
la asunción competencial entonces acordada. Así, el Sr
RIPOLL SERRANO entiende que, conforme al artículo 759.1
de
la
LECrim,
debe
plantearse,
ante
el
superior
jerárquico, la cuestión de competencia, en lugar de
seguir investigando en el mismo proceso pese a no
ostentar competencia –elemento que afirma redundar en una
pérdida de imparcialidad en los Jueces Instructores-.
Sostiene dicha defensa que no existe conexidad conforme a
los artículos 300 y 17 de la LECrim, que el denominado
PLAN ZONAL XVII DE GESTIÓN DE RESIDUOS (referida dicha
Zona a la comarca de la Vega Baja del Segura) se tramita
en la ciudad de Alicante, donde tiene sede la Diputación
Provincial que preside el Sr RIPOLL SERRANO y en la que
residen los encartados por dicha pieza, a excepción del
Sr FENOLL PÉREZ y el Sr FENOLL CAMPILLO.
La defensa de los Sres RODRÍGUEZ MURCIA y SÁNCHEZ
LARROSA reproduce tales argumentos que acaban por
considerar nulo todo lo actuado, sin que quepa validarlo
a posteriori.
Invoca, por su parte, el Sr FENOLL PÉREZ (igualmente
la defensa del Sr FENOLL CAMPILLO) el carácter, a su
entender, imperativo del artículo 759.1 de la LECrim, que
en otro momento procesal ya suscitó el Sr GREGORY
FERNÁNDEZ, antes del dictado, por este Instructor, de su
auto de 3 de noviembre de 2010 (recurrido en apelación,
por lo que no es firme) denegatorio del planteamiento de
cuestión de competencia territorial tras la devolución de
la causa desglosada del PLAN ZONAL XVII que fue inhibida
a Alicante en ejecución del auto de 12 de julio de 2010 –
también recurrido en reforma y a sustanciar en esta misma
resolución-.
El recurso planteado por los Sres ORTIZ SELFA y
CANDEL MARTÍNEZ incide en esta circunstancia, entendiendo
incluso
nulas
de
pleno
derecho
las
actuaciones
desarrolladas por este Juzgado en esta materia por
manifiesta incompetencia (artículo 238.1º, en relación
con el 11.1, de la LOPJ). Términos similares emplea la
defensa del Sr ABADÍA MARTÍNEZ, con especial alusión a la
página 22 del escrito (folio 23076 del tomo XLVI), donde
viene a relacionar sucintamente los hechos que han sido
objeto de investigación en este Juzgado y en este mismo
procedimiento hasta el dictado del auto de 12 de julio de
2010, para terminar concluyendo en calificar la causa
como “inquisitio generalis”.
Previamente, también es recurrido el auto de 9 de
mayo de 2007 (folios 321 a 325 del tomo II) por la
defensa del Sr FENOLL PÉREZ, Sr FENOLL CAMPILLO y Sr
GREGORY
FERNÁNDEZ.
Dicha
resolución,
en
su
parte
dispositiva resuelve continuar las presentes actuaciones
frente al Sr FENOLL PÉREZ y Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER por el
delito de cohecho, acordando el desglose para su reparto
como
“asunto
sin
fecha
de
hechos”
respecto
de
conversaciones intervenidas al Sr FENOLL PÉREZ, y que el
informe del Ministerio Fiscal de fecha 8 de mayo de 2007
(folios 316 a 318 del tomo II) refiere a la pretendida
voluntad del Sr FENOLL de influir en la formación de las
listas para el proceso electoral del año 2007, hechos
que, a tenor de dicho informe no tiene relación directa,
y que motivan su petición de desglose, a lo que se accede
en auto de 9 de mayo de 2007.
El contenido de la resolución de 9 de mayo de 2007,
en lo referente al presunto delito de cohecho no reviste
defecto alguno que depare su nulidad o pérdida de efecto,
pues guarda relación con el contenido de la información
incorporada en la denuncia inicial del Ministerio Fiscal,
de las que debe destacarse tanto las entregas de dinero
como las irregularidades expuestas en relación con la
contrata del servicio de recogida de residuos sólidos
urbanos y limpieza viaria de la ciudad de Orihuela (como
ya se ha tenido ocasión de mencionar con anterioridad al
tratar la cuestión de la formación de piezas, con arreglo
al artículo 762.6º de la LECrim).
El criterio mantenido por el Ministerio Fiscal en su
informe de 8 de mayo de 2007 fue compartido por el
Juzgado en el auto de 9 de mayo de 2007, procediéndose,
sin más, al desglose y reparto del asunto conforme a la
norma de reparto que se entendió procedente por este
Juzgado. Y así consta haberse procedido (folio 327 del
tomo II de las actuaciones). El rechazo de inhibición es
argumentado por auto de 10 de mayo de 2007 del Juzgado de
Primera Instancia e Instrucción nº 6 de Orihuela, en el
sentido de entender suficientemente amplio y genérico el
contenido de las actuaciones llevadas a cabo por el
51
órgano de procedencia, e invocando el artículo 17.5 de la
LECrim y lo expuesto por auto de 12 de abril de 2007, de
este Juzgado.
Ahora bien, debe disentirse del criterio expuesto por
el referido auto de 10 de mayo de 2007, dado que la
interpretación que efectúa de las resoluciones dictadas
hasta entonces por este Juzgado pueden vulnerar la
previsión del artículo 17.5 de la LECrim, que reputa
delitos conexos “los diversos delitos que se imputen a
una persona al incoarse contra la misma causa por
cualquiera de ellos, si tuvieren analogía o relación
entre sí, a juicio del Tribunal, y no hubiesen sido hasta
entonces sentenciados”. Por tanto, es éste Juzgado, y no
otro, quien ha de apreciar o decidir, una vez incoada una
causa criminal, si ha lugar a investigar delitos que se
califiquen como de conexos. Y tanto el Ministerio Fiscal
como la resolución judicial que acoge dicho informe son
meridianamente claros en este punto, pues concluyen que
no hay conexidad, procediendo al desglose e inhibición –
se entiende, remisión para reparto- al Juzgado Decano. No
se
cree
factible
en
derecho
que
otro
órgano
jurisdiccional sea el que sustituya a otro en la
interpretación del precepto legal en un proceso en el que
no es competente, salvo en la expresión o manifestación
de criterios jurídicos propios.
En todo caso, de entender rechazable la inhibición
por el Juzgado del mismo partido judicial, no es
procedente,
como
afirman
los
recurrentes,
el
planteamiento de cuestión de competencia ante el superior
jerárquico, más propia de las discrepancias entre órganos
judiciales de distintos partidos judiciales, sino la
remisión de esta cuestión al Juez Decano del partido
judicial, que es a quien, conforme a lo dispuesto por el
artículo 86 d) del Reglamento 1/2000, de 26 de julio, de
los Órganos de Gobierno de Juzgados y Tribunales,
aprobado por el Pleno del Consejo General del Poder
Judicial atañe la supervisión del reparto de asuntos y la
resolución, con carácter gubernativo interno, de las
cuestiones que se planteen. O bien, caso de concurrir las
circunstancias por el artículo 87 del mismo Reglamento,
remitir idéntica cuestión al titular del Juzgado de la
misma plaza que lo auxiliare, si hubiera propuesta previa
del Decano al Consejo General del Poder Judicial.
El auto de 11 de mayo de 2007 no deja expresamente
sin efecto el anterior de 9 de mayo de 2007, que no fue
recurrido por el Ministerio Fiscal. Simplemente considera
no plantear cuestión de competencia y, ante el rechazo
del órgano receptor del desglose, acuerda asumir la causa
desglosada en las mismas diligencias en las que,
previamente, se afirmaba tanto por el Instructor como por
el informe del Fiscal que no había conexidad habilitante,
y que dicha conexidad era apreciada por Instructor ajeno
al proceso en virtud de su resolución de 10 de mayo de
2007.
En consecuencia, deben estimarse los recursos de
reforma, dejando sin efecto lo dispuesto por el auto de
11 de mayo de 2007 en lo relativo a la asunción
competencial, y en su lugar remitir la cuestión al Juez
Decano a fin de resolver con carácter gubernativo y en la
forma que proceda en derecho.
Consecuentemente, la necesidad de contar con unidad
de
criterio
y
no
incurrir
en
resoluciones
contradictorias, atendiendo el devenir de las presentes
actuaciones, y sin perjuicio del resultado del recurso de
apelación interpuesto frente al auto de 9 de diciembre de
2010, que entre otros pormenores, resolvía la formación
de piezas separadas en los asuntos titulados “Las Algas”,
“Caminos
a
la
Planta
de
Proambiente”,
“Rafal”,
“Bigastro”,
“Algorfa”,
“Pilar
de
la
Horadada”,
“Jacarilla” y “Callosa de Segura”, y que recayeron en los
actuales Juzgados de Instrucción nº 1, 2 y 3 de Orihuela
(antiguos mixtos 1, 5 y 7), debe procederse igualmente a
remitir
estas
cuestiones
al
Decanato
para
ser
solventadas. Resultando ello plenamente coherente con la
solicitud formulada por el Ministerio Fiscal en sus
informes de 17 de junio de 2010 (folios 15492 a 15500 y
15504 a 15505 del tomo XXXV, así como el propio informe
que queda unido a los autos rechazados por los Juzgados
de Instrucción 1 y 2, en los que considera que la
cuestión es de carácter gubernativo. No así respecto del
Juzgado de Instrucción 3, el cual no ha notificado el
auto de rechazo al Ministerio Fiscal y, además, acumula
los tres asuntos en uno solo, sin asignar número de
diligencias previas a dos de ellos. En todo caso, cabría
anticipar que los asuntos citados se corresponderían con
53
las Diligencias Previas que habrían de ser incoadas por
este Juzgado y que, a efectos de registro, serán las que
cuenten con nº 8/2011, 9/2011, 10/2011, 12/2011, 13/2011,
14/2011 y 15/2011, respectivamente, y en los que aparecen
implicados ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ANTONIO ÁNGEL FENOLL
CAMPILLO.
Ahora bien, respecto de la declaración de nulidad de
todo lo actuado por este motivo, la ausencia de previsión
normativa concreta sobre las consecuencias procesales de
los efectos sobre las actuaciones practicadas por un
órgano
judicial
entretanto
no
conste
resolución
gubernativa respecto de las discrepancias en materia de
reparto de asuntos, debe ser completada con la aplicación
analógica de los artículos 25, párrafo tercero y 759.1º,
párrafo segundo, ambos de la LECrim, por lo que la
práctica de diligencias por este Juzgado cuenta con
cobertura legal, sin perjuicio de lo resultante en cuanto
a los recursos formulados frente a las resoluciones que
las ordenaban.
Finalmente, en cuanto a los recursos formulados
frente al auto de 12 de julio de 2010 (folios 16019 y ss
del tomo XXXVI), por el que se resolvía el desglose e
inhibición de varios asuntos, no sólo en cuanto a los ya
mencionados dos párrafos atrás, sino también a favor de
los Juzgados Decanos de varios partidos judiciales (a
saber, Alicante, Denia y Cieza), una vez que fueron
aceptadas
por
los
órganos
que
las
recibieron,
declarándose
competentes,
considera
este
Juzgador
improcedente revocar su anterior pronunciamiento que, en
todo caso, no le impide hacerlo respecto de la
impugnación
de
las
diligencias
de
investigación
practicadas antes de dichas inhibiciones.
En igual sentido, y por los mismos argumentos, debe
desestimarse el recurso formulado frente al auto de 12 de
marzo de 2010, que acordaba desglose e inhibición a favor
del Decano de los Juzgados de Cieza (Murcia).
Por último, merece un especial inciso respecto del
desglose de la investigación relativa al Proceso de
Adjudicación del Plan Zonal de Gestión de Residuos de la
Zona XVII por la Diputación Provincial de Alicante,
respecto del que en el mencionado auto de 12 de julio de
2010 (recurrido en reforma por el Ministerio Fiscal, en
este particular, y que fue desestimado por auto de 13 de
julio de 2010) se acordó su inhibición a favor del
Juzgado Decano de Alicante para su reparto entre los
Juzgados de Instrucción, recayendo, como es conocido por
las partes, en el Juzgado de Instrucción nº 6, que en
auto de 11 de agosto de 2010, dictado en sus Diligencias
Previas
2764/2010
resolvía
rechazar
la
inhibición
acordada por este Juzgado y devolver las actuaciones al
órgano de su procedencia.
Como consecuencia del rechazo de inhibición, las
defensas del Sr RIPOLL SERRANO como del Sr GREGORY
FERNÁNDEZ solicitaron del Juzgado que, conforme al
artículo 759.1º de la LECrim, planteara ante el superior
jerárquico,
cuestión
de
competencia
territorial,
a
dirimir con el Juzgado de Instrucción nº 6 de Alicante.
Este Instructor, de la lectura del precepto mencionado, y
sin perjuicio de entender plausible que cualquiera de las
partes puede sostener la competencia de éste u otro
órgano conforme a los cauces legales previstos, partiendo
de la regla del artículo 19.2º de la LECrim se planteó en
el primer momento que dispuso oportunidad –autos de 12 y
26 de marzo de 2010- su competencia para conocer de
varios hechos hasta entonces investigados, acordándose la
inhibición una vez recabados los informes del Ministerio
Fiscal y de la Fuerza Instructora. Y una vez devuelta la
causa del Juzgado de Alicante, no halló en la redacción
del citado precepto legal un imperativo a la hora de
elevar al superior común la cuestión territorial de
competencia, por lo que junto con los argumentos
expuestos por el Instructor que retornó la causa estimó
en auto de 3 de noviembre de 2010 no proceder a su
planteamiento.
Resolución
que
está
pendiente
de
sustanciar el rollo correspondiente de apelación elevado
a la Audiencia Provincial y, cuyas consecuencias podrían
ser la confirmación de lo acordado (decisión de no
plantear la cuestión de competencia) o bien compeler al
Juzgado a plantear la cuestión de competencia.
Con independencia de cuanto resuelva el Tribunal de
apelación sobre este particular, no es menos cierto que
algunas de las defensas recurrentes, entre las que puede
citarse la de los Sres RODRÍGUEZ MURCIA y SÁNCHEZ
55
LARROSA, invoca el derecho a un Juez Imparcial (véase su
recurso frente al auto de 11 de mayo de 2007, a partir
del folio 22618 del tomo XLV), como asimismo lo hace el
recurso del Sr FENOLL PÉREZ y el del Sr FENOLL CAMPILLO.
A tal respecto, frente a la posibilidad por la que alguna
de las partes hoy imputadas albergue algún atisbo de duda
sobre la imparcialidad de la figura del Juez instructor
de la presente causa (en términos genéricos) habida
cuenta el numero de resoluciones que han acordado la
práctica de diligencias de investigación que tienen
incidencia en la esfera de sus derechos fundamentales –
concretamente, el del artículo 18.3 de la CE-, no puede
por ello darse verosimilitud a dichas afirmaciones, en
tanto si alguna de las partes lo hubiera considerado
habría planteado la recusación del Instructor, ya que,
por otra parte, se entiende no haber lugar a la
abstención por no concurrir ninguna de los motivos que la
justifican del elenco del artículo 219 de la LOPJ,
fundamentalmente la 10ª, referida al “interés directo o
indirecto en la causa” que, se reitera, no subyace en
absoluto en este Instructor a favor o en contra de los
legítimos intereses de cualquiera de las partes –todas
ellas- en este proceso.
Pues bien, respecto del pronunciamiento efectuado en
el auto de 12 de julio de 2010 sobre inhibición a favor
del Juzgado Decano de Alicante de la investigación
realizada en cuanto al Plan Zonal de Gestión de Residuos
de la Zona XVII por la Diputación Provincial de Alicante,
como se puede observar de las actuaciones el Ministerio
Fiscal (folios 15318 y 15445 del tomo XXXV) informó a
favor de la competencia de “los Juzgados de Orihuela”, y
no de forma expresa a este Juzgado, en fecha 19 de mayo y
17 de junio de 2010, en atención a la ubicación del
objeto del delito, esto es, la comarca de la Vega Baja
del Segura. Una vez notificado el citado auto, por el
Ministerio Público, el 13 de julio de 2010 (folios 16179
y
siguientes
del
Tomo
XXXVI)
recurre
en
reforma
interesando que se declare la competencia de este Juzgado
para conocer, en la misma causa, de estos hechos (folio
16181 in fine). El auto de 13 de julio de 2010,
resolutorio del recurso (folios 16384 y ss del tomo
XVII), y no apelado por el Ministerio Fiscal –frente al
que sólo podría interponerse recurso de apelación, y no
reforma-,
recuerda
al
fundamento
segundo
que
las
resoluciones
anteriores
todavía
no
habían
sido
notificadas a las partes, quienes, claro está, podrían
articular recurso frente a ellas, así como la posibilidad
de sostener la competencia por el Juez de Instrucción que
se prevé por el artículo 19.2º de la LECrim. Y así se
hizo en su momento, remitiendo el desglose al Juzgado que
por turno le correspondió, que rechazó la inhibición,
exponiendo sus argumentos a la luz de la documentación
recibida y que, examinados por este Instructor fueron
suficientes para reconsiderar, como así se hizo, su
resolución anterior, con el dictado del auto de 3 de
noviembre de 2010, apelado por algunas partes y pendiente
de confirmación o revocación.
Debe recordarse que, hasta la fecha, ninguna de las
partes ha hecho uso de la posibilidad que legalmente
tiene a su disposición, contemplada por el artículo 23 de
la LECrim, acudiendo al órgano superior jerárquico a fin
de sostener la competencia de otro Juzgado, ó planteando
la correspondiente declinatoria.
DECIMOTERCERO.- Corresponde en este punto realizar
mención aparte a los recursos interpuestos frente a los
autos que decretan, y prorrogan el secreto de las
actuaciones, siendo el primero de ellos fechado el 12 de
abril de 2007 (folios 206 y siguiente del tomo I) y el
último de fecha 14 de junio de 2010 (folios 15319 y
siguientes del tomo XXXV).
Formulan su impugnación las defensas de JOSE JOAQUÍN
RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ
LARROSA, JORGE SANZ SÁNCHEZ, RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ,
ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA, JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ y MANUEL
ABADÍA MARTÍNEZ, a los que se opone el Ministerio Fiscal.
Los recursos del Sr RIPOLL SERRANO, por separado para
cada uno de los autos de secreto y prórroga del mismo,
comienzan denunciando el, a su juicio, exiguo plazo de 20
días para examinar el contenido del soporte DVD,
instruirse de lo actuado y, por ende, formular los
recursos. Entiende excesivo el tiempo que ha estado la
causa –en su integridad- bajo secreto, concretamente
especifica desde el 12 de abril de 2007 al 14 de julio de
2010,
en
una
investigación
que
tilda
de
haberse
desarrollado a espaldas de las defensas, basándose casi
57
en exclusividad en la intervención de las comunicaciones
telefónicas. Considera que los autos cuentan con una
motivación escasa o inexistente, lo cual, a su entender,
los vicia de nulidad conforme a lo dispuesto por el
artículo 238.3 de la LOPJ. Resoluciones que entiende
estereotipadas,
sin
que
aporten
las
razones
que
justifiquen su mantenimiento.
Los recursos formulados por el Sr RODRÍGUEZ MURCIA y
por el Sr SÁNCHEZ LARROSA coinciden plenamente con los
planteamientos del Sr RIPOLL SERRANO, por lo que en aras
a la brevedad se dan por reproducidos, aunque añade en
los concretos recursos frente a los autos de prórroga de
18 de julio y 18 de agosto de 2009 (ubicados en los
folios 7564 del tomo XXI y 7804 del tomo XXII),
concretamente al octavo folio de cada recurso remarca
cómo en los citados autos se incluye en su fundamentación
jurídica la vinculación –se entiende, de los imputados- a
una “red delictiva dedicada al tráfico de drogas”,
extremo que, afirma, es buena prueba del uso de una
resolución estereotipada por parte del Juez Instructor.
Debe puntualizarse que la ubicación de tal inciso se
halla en el antecedente de hecho único, y no en la parte
dedicada a los razonamientos jurídicos (aunque de forma
repetida, dentro de la enumeración de los requisitos para
acordar el secreto de las actuaciones, se encuentra uno
de ellos, el último, que lo hace necesario en las causas
sobre delitos contra la salud pública).
La defensa del Sr SANZ SÁNCHEZ (a partir del folio
22724 del tomo XLVI), recuerda que el tiempo en que la
causa ha permanecido en secreto no cuenta con precedentes
en la práctica de los tribunales españoles, y excede de
lo
que
considera
habitual.
Aprecia
con
ello
una
vulneración de su derecho a la tutela judicial efectiva,
a un proceso con todas las garantías y, en definitiva, al
derecho de defensa, que censura en cuanto a aquello que
califica como una progresiva acumulación de hechos al
objeto original del proceso con aplicación arbitraria y
cambiante de los criterios de conexidad y competencia,
que atribuye a meras razones de conveniencia en el
mantenimiento de una causa abierta cuya gestión considera
incorrecta y con infracción de la legislación procesal.
Se plantea por qué no se alzó el secreto cuando se
produjeron las detenciones en el mes de junio de 2007,
entre otras cuestiones, de las que destaca una forzada
interpretación de la regla de la conexidad delictiva.
El Ministerio fiscal se opone a los recursos
formulados, entendiendo razonable que por el Juzgado se
haya acordado el secreto de actuaciones y sus posteriores
prórrogas
por
la
naturaleza
de
las
infracciones
investigadas y la necesidad de continuidad en la misma.
Asimismo rechaza que se haya producido infracción del
derecho a la tutela judicial efectiva e indefensión al
recurrente. En concreto, y por lo que refiere a uno de los
argumentos de los recurrentes, relativo al periodo de
tiempo en que la causa ha estado, en su totalidad,
amparada por el secreto de las actuaciones, invoca en sus
escritos de impugnación la Sentencia del Tribunal Supremo
Sala II de lo Penal, Sentencia 153/2010 de 15 de febrero,
a cuyo tenor transcribe el Ministerio Fiscal transcribe:
“haciendo suya la jurisprudencia del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos (SSTEDH de 8 de
diciembre de 1983, casos Pretto y otros, y Axen;
de 22 de febrero de 1984, caso Sutter), el
derecho al proceso público reconocido en el art.
24.2 de la Constitución, en el art. 11 de la
Declaración Universal de Derechos del Hombre, en
el art. 14 del Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos, y en el art. 6 del
Convenio Europeo de Derechos Humanos, sólo es
aplicable al proceso en sentido estricto, esto
es, «al juicio oral en el que se producen o
reproducen las pruebas de cargo y descargo y se
formulan las alegaciones y peticiones definitivas
de la acusación y la defensa, pues únicamente
referida a ese acto procesal tiene sentido la
publicidad
del
proceso
en
su
verdadero
significado de participación y control de la
justicia por la comunidad». Consecuencia de ello
es que cuando el Juez de Instrucción declara el
secreto del sumario de conformidad con el art.
302 LECrim, no está acordando una medida en sí
misma limitativa de un derecho fundamental, del
derecho al proceso público, al que no afecta,
sino que tan sólo está adoptando una decisión con
base en la cual se pospone el momento en el que
las partes pueden tomar conocimiento de las
actuaciones y se impide que puedan intervenir en
59
las diligencias sumariales que se lleven a cabo
en el período en el que el sumario permanece
secreto. La suspensión temporal del conocimiento
de lo actuado puede, no obstante, incidir en el
derecho de defensa del sujeto pasivo del proceso
penal (STC 176/1988, de 4 de octubre, F. 2), ya
que el conocimiento del sumario es requisito
imprescindible
para
ejercer
el
derecho
de
defensa, esto es, para poder alegar, probar e
intervenir en la prueba ajena controlando su
correcta práctica y teniendo posibilidad de
contradecirla (STC 176/1988, F. 3); de modo que,
aunque el tiempo de duración del secreto del
sumario no es por sí sólo dato relevante en orden
a apreciar un resultado de indefensión (STC
176/1988, F. 3), sin embargo, si esta suspensión
temporal se convierte en imposibilidad absoluta
de conocimiento de lo actuado hasta el juicio
oral, se ocasiona una lesión del derecho de
defensa pues el acusado no habría estado «en
disposición de preparar su defensa de manera
adecuada» (STEDH de 18 de marzo de 1997 , caso
Foucher). De otra parte, en la medida en que el
secreto del sumario restringe la posibilidad de
contradecir
las
diligencias
probatorias
efectuadas en fase sumarial, éstas no podrán
aportarse
al
proceso
como
pruebas
preconstituidas, pues, como hemos declarado de
forma reiterada (entre muchas, SSTC 62/1985, de
10 de mayo; 137/1988, de 7 de julio; 182/1989, de
3 de noviembre; 10/1992, de 16 de enero;
200/1996, de 3 de diciembre; 40/1997, de 27 de
febrero; 49/1998, de 2 de marzo; 7/1999, de 8 de
febrero), la legitimidad constitucional de la
prueba preconstituida exige no sólo que se haya
practicado ante el Juez, sino con garantía de
contradicción, y ello porque constituye una
excepción
a
la
regla
de
que
la
prueba
constitucionalmente válida es sólo la que se
practica en el juicio oral en condiciones de
publicidad,
oralidad,
inmediación
y
contradicción.
Y es igualmente doctrina de esta Sala
(Cfr. Sentencia 1179/2001, de 20 de julio) que el
secreto de las actuaciones de instrucción, se
justifica,
precisamente
por
la
naturaleza
puramente preparatoria pero no enjuiciadora de la
instrucción. Por ello el artículo 301 de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal establece el principio
general de secreto del sumario, y el artículo 302
prevé dicho secreto incluso para todas las partes
personadas, excepto el Ministerio Fiscal y la
realización de la justicia e investigación de los
delitos, finalidad de primer orden, en una
sociedad democrática, requiere, en ocasiones,
establecer precauciones de salvaguarda cuando la
intervención del acusado en las actuaciones
judiciales pueda dar lugar a interferencias,
manipulaciones
u
obstaculizaciones
de
investigación
con
riesgo
de
frustrar
sus
objetivos.” (la negrita y subrayado procede, en
su integridad, del mismo escrito de impugnación
del Ministerio Público).
Recogiendo los fundamentos de la Sentencia ut supra
mencionada, la infracción del derecho constitucional a no
sufrir indefensión no tiene por qué venir necesariamente
por la amplitud del periodo en el que las actuaciones se
hallaban bajo secreto, decretado y/o prorrogado mediante
sucesivas resoluciones judiciales, invocando, todas ellas,
el artículo 302 de la LECrim, cuya redacción vino dada por
la Ley 35/1978, de 4 de diciembre, texto que se ha visto
inalterado hasta la actualidad, no siendo desconocedor
este Instructor –y, se cree, también por el resto de
operadores jurídicos actuantes en el presente proceso- de
las propuestas de modificación legislativa de este aspecto
procesal, fundamentalmente pensadas en la adaptación de la
Ley de Ritos a las previsiones constitucionales, de
promulgación posterior a la referida Ley 35/1978, de 4 de
diciembre, y muy en especial en el establecimiento ope
legis de un límite temporal, excepcionalmente ampliable.
Propuestas que, en todo caso, serían restrictivas en
comparación con el lapso temporal comprendido entre el 12
de abril de 2007 y el 14 de julio de 2010 (tres años y
tres meses) que ha abarcado, según las resoluciones hoy
recurridas por las partes.
No pocas veces han recordado las partes la que
consideran duración excesiva del secreto total de las
actuaciones, sin que ninguna de ellas haya podido
encontrar precedente en la praxis judicial española de
entidad y duración similar. Qué duda cabe que lo
acontecido en este proceso se debe calificar, cuanto
menos, de excepcional y no viene a coincidir plenamente
61
con el parecer jurídico del actual Instructor, sin
desmerecer por ello el entendimiento dispar de sus
antecesores, aunque la toma de decisiones se han enmarcado
en
contextos
y
momentos
procedimentales
netamente
distintos.
Quiere significarse que, en cuanto a la duración
prolongada del secreto existen algunos precedentes, como
la Sentencia del Tribunal Supremo de 18 de diciembre de
2008 (Roj: STS 7274/2008), Ponente JOSÉ ANTONIO MARTÍN
PALLÍN, si bien centrada en un asunto relativo a delito de
naturaleza distinta, resulta interesante en cuanto al
aspecto concreto de la duración fase de instrucción bajo
secreto de las actuaciones. Y, así, en su fundamento
jurídico tercero incluye un subapartado 5º que ilustra
perfectamente un supuesto casi similar:
“5.- Plazo de duración de la investigación
secreta.
a) El secreto de las actuaciones
duró desde Abril de 1999 hasta Octubre de 2002
(tres años y seis meses). Se han detectado ciento
sesenta
autos
y
unos
doscientos
veintiséis
móviles intervenidos. La Sala es sensible a esta
circunstancia y señala que, en Noviembre de 2000,
se
debió
proceder
a
la
detención
de
los
implicados y al cierre de la investigación.
b)
La
regulación
del
secreto
sumarial
parte
de
una
declaración
genérica
contenida en la redacción originaria del artículo
301 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que
establece que las diligencias del sumario serán
secretas hasta que se abra el juicio oral con las
excepciones determinadas en la presente ley.
c) Dicho precepto, que se mantiene
intacto hasta el momento presente, entra en
contradicción con la garantía constitucional
recogida en el artículo 120.1 CE según el cual
"las actuaciones judiciales serán públicas, con
las
excepciones
que
prevean
las
leyes
de
procedimiento".
d) Esta regulación genérica no puede
interponerse como obstáculo indiscriminado a la
libertad de información por lo que determinados
aspectos de su contenido, que son un reflejo de
la realidad social, no pueden ser sustraídos al
derecho a ser informado verazmente, también
constitucionalmente reconocido.
e) Ahora bien, ello no quiere decir
que
las
investigaciones
judiciales
sean
absolutamente transparentes, ya que ello puede
ser un peligro, en una sociedad democrática, para
la seguridad nacional cuando nos enfrentamos,
como en el caso presente, a una investigación
sobre terrorismo.
f) El artículo 302 de la Ley de
Enjuiciamiento
Criminal
permite
al
juez
la
declaración expresa del secreto de la totalidad o
parte de las actuaciones mediante resolución
motivada por tiempo no superior a un mes,
debiendo alzarse obligatoriamente el secreto con
diez días de antelación a la conclusión del
sumario. Queda exceptuado de esta declaración el
Ministerio Fiscal que es un órgano constitucional
del Estado integrado con autonomía funcional en
el Poder Judicial.
g) No por ello desaparecen los
obstáculos procesales al derecho a un juicio
justo
y
con
todas
las
garantías
y
con
posibilidades
efectivas
de
defensa
que
necesariamente se verán afectadas si la duración
del secreto resulta excesivamente alargada en el
tiempo, por tanto, desproporcionada. Entre ambas
tensiones ni cabe una interpretación literal que
limite exclusivamente la duración del secreto a
un mes como dice el artículo 302 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal ni tampoco una duración
ilimitada que haga ilusoria la publicidad, la
contradicción y la capacidad de defensa.
h) El relieve constitucional de la
solución adecuada ha llegado como no podía ser de
otra manera, al Tribunal Constitucional que ya en
la sentencia de 14 de Octubre de 1988se pronuncia
63
sobre este punto estableciendo que: "El problema
que plantea la recurrente consiste en determinar
que la interpretación estricta que merece toda
norma legal limitativa de derechos fundamentales
impone entender que el artº. 302 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, en el cual se somete el
secreto sumarial a un plazo máximo de un mes y no
se contempla expresamente la posibilidad de
prórroga, no consiente otra interpretación que la
de estimar causa de indefensión toda decisión
judicial que prorrogue dicho plazo. Este problema
merece ser resuelto en sentido contrario a la
tesis de la demanda, pues resulta inaceptable la
interpretación estricta que el citado artº. 302
impone con la exigencia constitucional de aplicar
el ordenamiento jurídico en el sentido más
favorable a la efectividad de los derechos
fundamentales, conduzca irremisiblemente a la
conclusión automática de que la prórroga del
plazo máximo de secreto sumarial, que en dicho
precepto legal se establece, ocasione, por sí
sola y sin condicionamiento, un resultado de
indefensión. Frente a esta tesis que no es
excesivo calificar de rígidamente formalista, no
puede desconocerse que la CE protege los derechos
fundamentales considerados, no en sentido teórico
e ideal, sino como derechos reales y efectivos,
imponiendo el deber de examinar las denuncias de
su
vulneración
mediante
la
utilización
de
criterios
sustantivos
que,
atendiendo
al
contenido y finalidad del derecho que se pretende
vulnerado, permitan apreciar si dicha vulneración
sea o no sea materialmente producido, más allá de
la pura apariencia nominalista. Tales criterios
sustantivos nos conducen a establecer que el Juez
no debe prolongar el secreto sumarial por más
tiempo del que resulte estrictamente necesario a
las
exigencias
de
la
instrucción,
viniendo
obligado a emplear la máxima diligencia en
practicar,
dentro
del
plazo
acordado,
con
sujeción a lo sujeto en dicho artº. 302, las
pruebas correspondientes.
i) Como puede observarse el nudo del
debate
radica
entorno
al
principio
de
proporcionalidad, es decir, secreto adecuado a la
gravedad e importancia de la investigación y al
derecho de defensa;
ejercicio efectivo.
secreto
compatible
con
su
j) Lo que debemos dilucidar es si
esta duración incidió de forma efectiva y
concreta, no abstracta, sobre el derecho de
defensa de los implicados y sí, de alguna manera,
el examen de la actividad procesal, nos lleva a
la convicción de que efectivamente los acusados y
sus defensas pudieron disponer de elementos
efectivos de defensa sobre todo encaminados a
desvirtuar aquellas pruebas que a la postre han
servido para dictar la sentencia que ahora se
recurre.
k) Acudiremos a la jurisprudencia
asentada y homogénea del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos (TEDH), respecto del artículo 5.
4 CEDH, conforme al cual deben interpretarse los
derechos
fundamentales
reconocidos
en
la
Constitución Española por remisión expresa del
artículo 10.2 CE. Como es sabido, el artículo 5.
4 CEDH establece:
"Toda persona privada de su libertad
mediante detención preventiva o internamiento
tendrá derecho a presentar un recurso ante un
órgano judicial, a fin de que se pronuncie un
breve plazo sobre la legalidad de su privación de
libertad y orden supuesta en libertad si fuera
ilegal".
l) El TEDH tiene declarado que la
efectividad
de
este
derecho
sólo
puede
garantizarse en la medida en que la persona
afectada
por
la
privación
de
libertad
se
encuentre en condiciones de impugnar tal medida
cautelar y sólo se darán tales condiciones cuando
se
le
haya
permitido
acceder
al
material
acumulado durante la investigación, para así
contradecir cualquier indicio en su contra, en
situación de igualdad de armas con la acusación
pública.
m) La doctrina al respecto del TEDH
es nítida y reiterada. Podemos resumirla con la
siguiente cita de su Sentencia dictada en el
65
asunto Shishkov c. Bulgaria (no. 38.822/97, de 9
de enero de 2003, & 77):
"A la vista del dramático impacto
que la privación de libertad supone sobre los
derechos fundamentales de la persona afectada, el
procedimiento que se siga de acuerdo con el
artículo 5. 4 del Convenio debe respetar el
principio, en el mayor grado posible que permitan
las circunstancias de la investigación en marcha,
los requisitos básicos de un juicio justo.
La igualdad de armas no resulta
asegurada si se niega a la defensa el acceso a
aquellos documentos contenidos en el expediente
que resultan esenciales para poder combatir
efectivamente la legalidad -entendida ésta en el
sentido del Convenio- de la privación de libertad
de su defendido. El concepto de legalidad de la
prisión provisional no se limita a verificar el
cumplimiento
de
los
requisitos
procesales
previstos en la ley interna, sino que también
afecta a la razonabilidad de los indicios que
fundamentan la detención, la legitimidad de los
objetivos perseguidos por la detención y la
justificación
de
la
subsiguiente
prisión
provisional".
El Tribunal entiende la necesidad de
que las investigaciones criminales se practiquen
de forma eficiente, lo que puede implicar que una
parte de la información adquirida durante las
mismas sea mantenida en secreto para evitar que
las personas investigadas puedan interferir con
las pruebas y perjudicar la acción de la
justicia. Sin embargo, este objetivo legítimo no
puede conseguirse a expensas de una restricción
sustancial del derecho de defensa. Por ello, la
información que resulte necesaria para comprobar
la legalidad de la privación de libertad de una
persona debe ponerse a disposición de manera
apropiada al abogado del imputado (ver entre
otros precedentes Lamy c. Bélgica, Sentencia de
30 de marzo de 1989, Serie A no. 151, pp 16-17,
& 29, Nikolova, citado más arriba, & 58 y
García Alva c. Alemania, no. 23541/94, 13 de
febrero de 2001, && 39-43)".
n) A la vista de lo que se desprende
de estas actuaciones y otras de igual naturaleza,
estimamos
que
la
redacción
originaria
del
artículo 302 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
(año 1882) que establecía un plazo máximo de un
mes para mantener el secreto de las actuaciones
con prórrogas limitadas por necesidades del
derecho de defensa, ha quedado desbordada por la
necesidad de afrontar modalidades de delincuencia
organizada que por su peligrosidad y por la
opacidad
de
su
entramado
organizativo
aconsejarían extender el período mínimo más allá
del mes que se contempla actualmente. Ahora bien,
en ningún caso se deben admitir períodos de
duración que afecten a derechos tan fundamentales
como el debido proceso, el derecho de defensa y
la igualdad de armas en el proceso” (la negrita y
subrayado son del Instructor).
Por tanto, la pretendida indefensión que se denuncia
por la concreta duración del secreto de las actuaciones no
es tal, aún cuando pudiera llegar a entenderse que el
alzamiento debiera haberse producido en momento anterior,
en clara alusión a las fechas posteriores a la práctica de
diligencias de entrada y registro domiciliario ó, en otro
caso, al levantamiento parcial del mismo respecto de
ciertas actuaciones que no afectaran a las diligencias de
investigación que todavía estuvieren en curso.
Sin embargo, la magnitud de la causa sí puede llegar
a propiciar, en otro momento procesal distinto de la fase
de instrucción, que se aprecie cierta dilación a la hora
de proceder por hechos concretos cuyo desarrollo en el
tiempo haya dado a su fin en tiempo anterior a la fecha de
alzamiento del secreto de las actuaciones. En tal sentido,
la deducción de testimonio acordada mediante auto de 12 de
marzo de 2010 (folios 8804 y ss del tomo XXV) no podía
demorarse más en el tiempo, ante el evidente riesgo de
incurrir en causa de extinción de la responsabilidad
criminal por prescripción de la infracción penal.
En ponencia titulada “Los “macroprocesos”: problemas
y soluciones”, el Magistrado JUAN JOSÉ LÓPEZ ORTEGA expuso
que “si con carácter general la duración excesiva de
cualquier proceso afecta a los derechos del inculpado, más
67
aún en este tipo de causas (en referencia a las que se
hallan bajo secreto sumarial), cuya instrucción se
prolonga durante años. Es cierto que la complejidad
justifica una mayor extensión de las investigaciones, pero
no podemos ignorar que la complejidad, muchas veces
motivada porque se realiza una investigación ilimitada, es
a su vez la principal fuente de la dilación”. Y añade,
como colofón a sus razonamientos expositivos, que “la
limitación temporal de la fase de instrucción constituye
una exigencia indeclinable, a fin de evitar que la misma
pueda extenderse de modo irrazonable convirtiéndose en su
fin en sí misma, es una consecuencia del principio de
proporcionalidad: si el Estado no puede, en un tiempo
razonable, conformar los
elementos básicos de
una
acusación, debe hacer dejación de la misma. Si el Estado,
en un plazo razonable, no puede enjuiciar un conglomerado
de
conductas
acumuladas
difícilmente
agrupables
en
términos de eficacia, debe limitarse a perseguir aquéllas
que estén determinadas, renunciado a perseguir las
restantes”.
En todo caso, como se puede concluir con la cita
jurisprudencial anterior, que éste no es el único
precedente con una duración de secreto de actuaciones de
tal envergadura, aún cuando lo deseable, partiendo de las
exigencias constitucionales del derecho a un proceso
público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías
(artículo 24.2 de la CE) y la publicidad de todo proceso,
salvo las excepciones legalmente previstas (artículo 120.1
de la CE). Excepciones que, en el caso concreto del
artículo 320 de la LECrim, fueron instituidas previo a la
promulgación de nuestra Carta Magna, por lo que sus
previsiones deben ser siempre entendidas a la luz del
texto constitucional, proscribiendo cualquier suerte de
generalización en la praxis jurisdiccional que, frente a
la perseverancia en el ejercicio del ius puniendi del
Estado, establezca como contrapartida un sacrificio
desmesurado y prolongado en el tiempo de derechos
fundamentales, como el reconocido por el artículo 18.3 de
la CE.
Respecto de las alegaciones referidas a la falta de
motivación de los autos que acordaban el secreto y
sucesivas prórrogas del mismo, es preciso significar la
primera de las resoluciones es la de 12 de abril de 2007
(folios 206 a 212 del tomo I), en cuya parte dispositiva
acuerda además la intervención de las comunicaciones del
Sr FENOLL PÉREZ y del Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER, dejando, sin
embargo, un periodo de tiempo, desde el auto de incoación
de 8 de marzo de 2007, en el que, formalmente, las
actuaciones no estaban bajo secreto. Por otra parte, como
ya se ha dicho anteriormente, los recursos del Sr
RODRÍGUEZ
MURCIA,
Sr
SÁNCHEZ
LARROSA,
Sr
GREGORY
FERNÁNDEZ, Sr ORTIZ SELFA, Sr CANDEL MARTÍNEZ, hacen
especial hincapié en la circunstancia de incluirse en los
argumentos jurídicos o fácticos de diversas resoluciones
la figura penal del delito contra la salud pública,
citándose con mayor énfasis los autos de 18 de julio y 18
de agosto de 2009 en los recursos del Sr RODRÍGUEZ MURCIA
y del Sr SÁNCHEZ LARROSA, circunstancia que, en cualquier
caso, no dejaría de constituir un notorio dislate o
desatino en el tratamiento informático de la extensión
(por dos instructores distintos, cabría añadir) del auto
de prórroga de secreto, haciendo uso de encabezamientos
propios de los tradicionales procesos penales en los que
la
diligencia
de
observación
y
escucha
de
las
conversaciones telefónicas del artículo 579 de la LECrim
es el principal aval del buen éxito de la investigación,
previo a cualquier diligencia posterior –se entiende,
entrada y registro domiciliaria, imputación de personas,
etc-.
Sin embargo, lo trascendente es: primero, qué
resuelve cada uno de los autos (prorrogar la situación de
secreto de las actuaciones); segundo, invocar el precepto
legal que lo fundamente, artículo 302 de la LECrim;
tercero, fundamentar doctrinal y jurisprudencialmente su
resolución; cuarto, establecer el plazo por el que la
medida se prorroga, como es el de un mes; quinto,
preservar en su relación fáctica y jurídica de cuantas
referencias concretas den lugar a un conocimiento liminar
de las actuaciones (aunque no por ello parezca incoherente
que reiteradamente se notifiquen estas resoluciones a las
representaciones procesales de varias personas que, con
anterioridad han sido detenidas e imputadas en el año
2007, por lo que saben perfectamente que el proceso se
está dirigiendo contra ellas); sexto, venir exigido por la
práctica
de
diligencias
de
investigación
que,
de
conocerse, frustrarían el buen fin de la investigación,
como son las intervenciones telefónicas; y séptimo,
conforme a sus funciones previstas por el artículo 124.1
de la CE y artículo 1 de su Estatuto, debe ser notificado
al Ministerio Fiscal.
69
Especial trascendencia debe revestir, en este punto,
la regla del cómputo del plazo por el que se han decretado
las sucesivas prórrogas de secreto de las actuaciones,
dado que en todas ellas se dice expresamente “un mes”,
siendo preciso solventar esta cuestión por imperiosas
razones de seguridad jurídica, tal y como exige el
artículo 9.3 de la CE.
A tal cuestión debe acudirse a las normas generales
que se contemplan en el Código Civil de 24 de julio de
1889, cuyo Título Preliminar prevé, en su artículo 5.1,
que cuando se trate de plazos predeterminados por meses o
por años, el cómputo de los mismos será “de fecha a
fecha”. En resumidas cuentas, salvo que la resolución
judicial habilitante de la prórroga estableciera lo
contrario de forma expresa y terminante, no puede darse un
sentido perjudicial a la aplicación de una norma
restrictiva, que en el ámbito del proceso penal podría
afectar al consabido principio del in dubio pro reo así
como a una interpretación de la disposición según
criterios de mera oportunidad. Cuestión interpretativa
que, como cabe inferir, debe ser extensible a cuantas
resoluciones se dicten y establecieran un intervalo
temporal de duración de una medida o diligencia (esto es,
autos de intervención telefónica y sus prórrogas),
reuniendo así los criterios de unidad, coherencia y
congruencia que serían exigibles.
En consecuencia, los autos de prórroga de secreto
revisten los requisitos formales antes mencionados, no
debiendo prosperar los recursos formulados contra ellos.
No obstante ello, se advierte que la vigencia formal de la
resolución judicial que acuerda o bien decretar o bien
prorrogar el secreto de las actuaciones, se encuentra
ligada a la validez de las diligencias de investigación en
el proceso penal en curso, debiendo por ello estarse, en
última instancia, a cuanto se decida sobre los recursos
formulados frente a las resoluciones que acuerdan,
fundamentalmente, la intervención de las comunicaciones de
los imputados, hoy recurrentes.
DECIMOCUARTO.Antes
de
examinar
los
diversos
recursos interpuestos frente a los autos de intervención
telefónica que han sido notificados a las partes, conviene
hacer
una
referencia
al
tratamiento
doctrinal
y
jurisprudencial sobre la diligencia de investigación
regulada por el artículo 579 de la LECrim, aún cuando las
resoluciones recurridas y en gran parte de los escritos de
interposición de recurso ya se hace profuso análisis de
los planteamientos (en muchos casos coincidentes) acerca
de los presupuestos
que deben ser observados en la
resolución habilitante.
En ponencia titulada “Las nuevas tecnologías y la
interceptación de las comunicaciones en el proceso penal
en la jurisprudencia del Tribunal Supremo”, el Magistrado
de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, JULIÁN SÁNCHEZ
MELGAR, planteándose la pregunta “¿Están bien reguladas en
nuestro Derecho procesal las intervenciones telefónicas?”,
vino a decir, de forma concluyente y significativa lo
siguiente:
“La
respuesta
debe
ser
lamentablemente
negativa. Y ello por que, cuando se introdujeron
mediante la LO 4/1988, de 25 de mayo, al dar
nueva redacción al art. 579 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, el legislador lo hizo
de forma poco precisa, de modo que surgieron
grandes incógnitas, que han sido completadas
sucesivamente por la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional y del Tribunal Supremo. Nos
referiremos más adelante a estos problemas de
regulación, bastando por ahora decir que tal
confusión del sistema lo único que produce es
inseguridad jurídica, y con ellas, un semillero
de impugnaciones a cargo de las defensas más
avispadas en esta materia”
Seguidamente, hizo alusión a la condena del Estado
Español por la Sentencia del Tribunal Europeo de Derecho
Humanos de 18 de febrero de 2003, en el caso Prado Bugallo
contra España, por infracción del artículo 8 del Convenio
Europeo para la protección de los derechos humanos y de
las libertades fundamentales, de 4 de noviembre de 1950
(1. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida
privada
y
familiar,
de
su
domicilio
y
de
su
correspondencia. 2. No podrá haber injerencia de la
autoridad pública en el ejercicio de este derecho, sino en
tanto esta injerencia esté prevista por la Ley y
constituya una medida que, en una sociedad democrática,
sea necesaria para la seguridad nacional, la seguridad
pública, el bienestar económico del país, la defensa del
orden y la prevención del delito, la protección de la
salud o de la moral, o la protección de los derechos y
71
libertades de los demás.), así como al Auto de Inadmisión
del mismo Tribunal de 25 de septiembre de 2006, en el caso
Abdulkadir Coban contra España, en donde ya se reconocía,
esta vez, que la regulación procesal se completaba con las
aportaciones doctrinales del Tribunal Constitucional (STC
26/2006, de 230 de enero de 2006) y del Tribunal Supremo
(STS 34/2003, de 22 de enero).
Entre las necesidades de nueva regulación, a modo de
síntesis, resumía en el establecimiento de un catálogo
delictivo donde se empleara esta medida de investigación,
contemplando criterios sobre la gravedad de la infracción
o su repercusión social; no afectación al contenido de
conversaciones de terceros; establecimiento de un máximo
legal de duración, con ciertas excepciones limitadas;
regulación del hallazgo casual; proscripción de escuchas
prospectivas; definición del principio de especialidad;
tratamiento normativo de la conexión de antijuridicidad;
regular las consecuencias procesales de las grabaciones
privadas de las conversaciones telefónicas así como de las
comunicaciones personales (citando la STC 114/1984, de 29
de noviembre).
Por su parte, el Tribunal Supremo, Sala Segunda, en
Sentencia de 30 de diciembre de 2009, nº 1215/2009,
Ponente JOSE ANTONIO MARTÍN PALLÍN (EDJ 2009/314880), ha
desarrollado en el ámbito jurisprudencial estos mismos
planteamientos, en su fundamento primero:
“D) Necesidad de adaptar el artículo 579 de la
Ley de Enjuiciamiento criminal a las previsiones
contempladas en el derecho comparado.
1.- El artículo 579, de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, tiene su antecedente en la Ley Orgánica
8/1984, de 26 de diciembre, más conocida como Ley
Antiterrorista. En su artículo 17 regulaba la
observación postal, telegráfica y telefónica. Esta
disposición
se
traspasó,
casi
con
idéntica
redacción, a la Ley de Enjuiciamiento Criminal,
por
Ley
Orgánica
4/1988,
de
25
de
mayo,
extendiéndose
la
posibilidad
de
ampliar
las
observaciones de las comunicaciones telefónicas a
los fines de investigación de cualquier clase de
delitos.
2.Desde
el
comienzo
de
su
jurisprudencia de esta Sala puso
vigencia,
la
de relieve la
parquedad de la regulación a diferencia de los
Códigos Francés, Alemán y Belga, o de la ley
inglesa. En realidad, el derecho comparado viene a
establecer
un
principio
de
proporcionalidad
legalmente regulado al restringir las escuchas
telefónicas a los delitos castigados con penas
graves o bien estableciendo un catálogo de
infracciones que, por su naturaleza, justifican la
aplicación de una medida restrictiva del derecho
fundamental al secreto de las comunicaciones
telefónicas.
3.La
parquedad
del
precepto
se
puso
de
manifiesto también por el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, entre otras la sentencia de 18
de febrero de 2003 (Caso Prado Bugallo contra
España), si bien reconocía que “las insuficiencias
han
sido
paliadas
en
gran
parte
por
la
jurisprudencia, principalmente la del Tribunal
Supremo”. Esta valoración se ha reiterado por el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos en otras
ocasiones. La Decisión de dicho Tribunal, de 26 de
septiembre de 2006 (Abdulkadir contra España)
recuerda que las lagunas del artículo 579 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal han sido colmadas
formalmente por el Tribunal Supremo a partir del
Auto de 18 de junio de 1992. Añade que la práctica
jurisprudencial
del
Tribunal
Supremo
y
del
Tribunal
Constitucional
aporta
innegables
progresos y proporcionan una protección eficaz.
Las líneas esenciales que debería recoger la
regulación procesal de las escuchas han sido
trazadas
en
numerosas
ocasiones
por
la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional y de
esta Sala que se pueden sintetizar en la STC
85/1994 que recuerda, una vez más, que la
injerencia en la esfera de la intimidad que supone
la
interceptación
de
las
comunicaciones
telefónicas ha de estar sometida al principio de
legalidad y en especial al de proporcionalidad
todo ello garantizado por la autorización judicial
especifica y razonada así como del respeto a las
garantías y control judicial de las operaciones de
escucha.
4.- El derecho comparado no utiliza fórmulas
descriptivas de las técnicas de interceptación,
limitándose a recordar la necesaria intervención
73
judicial para que la invasión del derecho al
secreto de las comunicaciones se realice bajo su
custodia y con determinadas previsiones que se
imponen a los jueces para justificar la limitación
del derecho en el marco de una investigación
criminal.
5.- El Código de Procedimiento Italiano regula la
interceptación
de
las
conversaciones
o
comunicaciones telefónicas en el artículo 295 y,
por razón del principio de proporcionalidad, no
las permite para investigar toda clase de delitos.
El artículo 266 limita su aplicación en siete
clases de delitos, por supuesto los delitos contra
las administraciones públicas, tráfico de drogas,
armas
y
explosivos,
delitos
de
contrabando,
actividad financiera abusiva, delitos previstos en
el artículo 600-ter.3 del Código Penal.
6.En
el
derecho
alemán,
el
Código
de
procedimiento admite la supervisión y registro de
las telecomunicaciones, si bien exige fundada
sospecha. El artículo 100 establece también un
catálogo de delitos muy amplio, entre los que
figuran los que afectan a la seguridad nacional,
falsificación de moneda, delitos peligrosos para
la comunidad y, por supuesto, el tráfico de
drogas.
7.En
el
sistema
alemán,
las
medidas
de
interceptación
pueden
dirigirse
contra
el
inculpado o contra las personas de las que se
sospecha o se debe sospechar fundadamente, en base
a determinados hechos que están implicadas en la
investigación dirigida contra el inculpado. Se
interceptan
determinadas
comunicaciones
o
comunicaciones provenientes de él (de entrada y
salida) o que el inculpado utiliza para sus
comunicaciones.
Según
el
artículo
100-b,
la
supervisión y registro de las comunicaciones o
telecomunicaciones sólo puede ser ordenada por el
juez. En caso de urgencia lo puede hacer la
Fiscalía comunicándoselo al juez en el término de
tres días. En resolución motivada del juez, las
medidas en principio sólo se pueden dirigir contra
el
afectado,
si
bien
en
determinadas
circunstancias, y según la naturaleza de la
medida, se pueden dirigir o afectar a otras
personas, si la investigación lo hace necesario.
Se puede ampliar a personas que estén en conexión
con el autor del delito. También se pueden llevar
a
cabo,
aunque
afecten
irremediablemente
a
terceras personas.
8.- Estimamos que ha llegado el momento de
introducir en el artículo 579 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, ajustándose a las pautas
marcadas
por
el
derecho
comparado,
las
modificaciones
que
se
vienen
reclamando.
Es
cierto, que el catálogo de delitos podría ser
integrado por los que se contienen en el artículo
282 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, para
poder
utilizar
agentes
encubiertos
en
la
investigación de determinados delitos que se
enumeran. En todo caso, entre ellos, y en todo el
derecho
comparado,
figura,
sin
discusión
ni
excepciones, las investigaciones relacionadas con
el tráfico de estupefacientes. Por todo lo
expuesto,
los
motivos
relacionados
con
la
vulneración del secreto de las comunicaciones,
deben ser desestimados”. (las negritas son del
Instructor)
Finalmente, y en cuanto a los requisitos que debe
observar la resolución habilitante de la diligencia de
investigación consistente en la intervención, observación
y/o
escucha
de
las
comunicaciones
telefónicas,
la
Sentencia del Tribunal Supremo nº 914/1996, de 20 de
diciembre de 1996, recurso nº 3369/1995 (Roj: STS
7402/1996), ponente FRANCISCO SOTO NIETO, en su fundamento
jurídico
tercero,
tras
mencionar
las
referencias
normativas
correspondientes
–artículos
18.3
de
la
Constitución Española de 27 de diciembre de 1978, 579 de
la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 14 de septiembre de
1882 reformada en este punto por Ley Orgánica 4/1988 de 25
de mayo, 12 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 10 de diciembre de 1948, 8 del Convenio para la
Protección
de
los
Derechos
Humanos
y
Libertades
Fundamentales de 4 de noviembre de 1950 y 17 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 16 de
diciembre de 1966- expuso los siguientes:
“La doctrina de esta Sala, a través de
diversas resoluciones, ha venido a fijar los
requisitos
y
exigencias
que
respaldan
la
legitimidad y validez de las intervenciones
75
telefónicas
y
que
pueden
cifrarse
en
los
siguientes: 1º) la exclusividad jurisdiccional de
las
intervenciones
en
el
sentido
de
que
únicamente por la autoridad judicial se pueden
establecer
restricciones
y
derogaciones
al
derecho
al
secreto
de
las
comunicaciones
telefónicas.
2º)
finalidad
exclusivamente
probatoria
de
las
interceptaciones
para
establecer existencia de delito y descubrimiento
de las personas responsables del mismo (sentencia
de
12
de
septiembre
de
1.994).
3º)
Excepcionalidad de la medida, que sólo habrá de
adoptarse
cuando
no
exista
otro
medio
de
investigación del delito que sea de menor
incidencia y causación de daño sobre los derechos
y libertades fundamentales del individuo que los
que inciden sobre la intimidad personal y el
secreto de las comunicaciones (auto de 18 de
junio
de
1.992,
de
esta
Sala).
4º)
Proporcionalidad de la medida, que sólo habrá de
adoptarse en el caso de delitos graves en los que
las circunstancias que concurren y la importancia
de la trascendencia social del hecho delictivo
aconsejen la adopción de la misma, de tal manera
que la derogación en el caso concreto del
principio garantizador sea proporcionada a la
finalidad legítima perseguida (sentencia de 20 de
mayo de 1.994). 5º) Limitación temporal de la
utilización de la medida interceptora de las
comunicaciones
telefónicas.
La
L.E.Cr.
fija
(artículo
579.3)
períodos
trimestrales
prorrogables
para
la
observación
de
las
comunicaciones
individuales,
pero
no
podrá
prorrogarse la intervención de manera indefinida
o
excesiva
porque
ello
la
convertiría
en
desproporcionada e ilegal (sentencia de 9 de mayo
de 1.994). 6º) Especialidad del hecho delictivo
que se investigue, pues no cabe decretar una
intervención telefónica para tratar de descubrir
de
manera
general
o
indiscriminada
actos
delictivos (auto de 18 de junio de 1.992 y
sentencia de 20 de mayo de 1.994). 7º) La medida,
además, recaerá únicamente sobre los teléfonos de
las personas indiciariamente implicadas, ya sean
los titulares de los teléfonos o sus usuarios
habituales (sentencia de 25 de junio de 1.993).
8º)
Existencia
previa
de
procedimiento
de
investigación
penal,
aunque
cabe
sea
la
intervención de las telecomunicaciones las que
pongan en marcha un verdadero procedimiento
criminal,
pero
sin
que
puedan
autorizarse
intervenciones telefónicas de carácter previo a
la iniciación y correspondiente anotación de ese
procedimiento
de
investigación
criminal
(sentencias de 25 de junio de 1.993 y 25 de marzo
de 1.994). 9º) Existencia previa imprescindible
de indicios de la comisión del delito, y no de
meras sospechas o conjeturas, de tal modo que se
cuente con noticia racional de hecho delictivo
que se quiera comprobar y de la probabilidad de
su existencia, así como de llegar por medio de
las intervenciones al conocimiento de los autores
del ilícito, pudiendo ser esos indicios los que
facilite la policía, con la pertinente ampliación
de los mismos que el juez estimara conveniente
(sentencia de 18 de abril de 1.994). 10º)
Exigencia de control judicial en la ordenación y
desarrollo y cese de la medida de intervención,
control
que,
como
el
afectado
por
ella
desconocerá, por razones obvias, su adopción, ha
de ser riguroso en grado sumo (sentencia de 18 de
abril de 1.991), y 11º) que la resolución
judicial acordando la intervención telefónica se
halle
suficientemente
motivada,
riguroso
requisito para el sacrificio y derogación en
casos
concretos
de
derechos
fundamentales
reconocidos en la C. E. y cuya importancia exige
del Juez una explicación razonable y razonada de
acuerdo
con
la
ley
y
los
principios
constitucionales y en la cual encontrarán lugar
la explicitación de los indicios sobre cuya base
la media se adopte (sentencias de 18 de abril, 9
y 20 de mayo y 12 de septiembre de 1.994 y auto
de 18 de junio de 1.992). Cuando todos los
anteriores requisitos concurran podrá estimarse
que la interceptación e intervención de las
telecomunicaciones
no
viola
el
fundamental
derecho al secreto de las mismas que la C.E.
garantiza. Además, para la validez como prueba
del contenido de las comunicaciones intervenidas
se precisa la entrega al órgano jurisdiccional de
los
soportes
originales
donde
consten
las
conversaciones detectadas, sin consentirse la
previa manipulación y selección de su contenido
77
por la policía, el conocimiento por el Juez de
ese contenido, su conversación y el respeto del
mismo contenido, así como la posibilidad de su
audición con audiencia de las partes interesadas
(sentencia de 25 de marzo de 1.994). En todo ello
abundan las sentencias de 10 de enero y 3 de
junio de 1.995, 22 de julio y 10 de enero de
1.996.
La motivación del auto en el que se acuerda
la práctica de una intervención telefónica, en
cuanto medida que incide de modo directo sobre
derecho fundamental de tal relevancia como el de
la intimidad de las personas, quebrando la normal
garantía del secreto de las comunicaciones, es
algo
que
bien
se
comprende
y
justifica,
traduciéndose en exigencia inesquivable. De ahí
que el artículo 579 de la L.E.Cr., cuya parquedad
e insuficiencia normativa suele ser objeto de
crítica, no olvide, e, incluso, reitere en sus
diversos apartados que la intervención o la
observación de las comunicaciones telefónicas
deberá acordarse siempre en resolución motivada.
Pensemos que este requisito, realmente común a
todas las resoluciones judiciales -artículos 24.1
y 120.3 de la Constitución y 248 de la L.O.P.J.-,
se entronca con el principio de la legalidad y el
complementario de la no arbitrariedad, a los que
deben someterse los poderes públicos, incluidos,
y
muy
principalmente,
los
órganos
jurisdiccionales. El requisito de la motivación
se ofrece como una garantía, y de las más
cualificadas, con que se cuenta en el ámbito de
la
función
judicial.
La
motivación
de
la
resolución judicial lleva consigo, con mayor o
menor explicitez, una ponderación del objeto o
fin que la provoca, secundada de las reflexiones
oportunas acerca de la gravedad de los delitos
cuyo descubrimiento en alguno de sus órdenes
objetivos o subjetivos se busca, y de la
necesidad de puesta a contribución de las medidas
propugnadas.
Todo
ello
en
función
de
la
existencia de unos indicios -no meras sospechas o
conjeturas- que, conforme a principios de lógica
y reglas de experiencia, abonan la idea de la
implicación participativa de una persona en el
hecho criminal que se investiga y en función de
lo cual se decreta la intervención telefónica.
El Juez autorizante no ha desentenderse de la
medida autorizada, antes bien, ha de controlarla
en lo posible a fin de adoptar las medidas
complementarias que se precisen y garantizar sus
resultados. El control del Juez abarca un triple
frente. En primer lugar, velar por la observancia
de las prescripciones y pautas incorporadas al
auto autorizante. Los agentes policiales deben
ser
fieles
observantes
de
aquéllas,
no
permitiéndose discrecionalidades en su ejecución
sin el debido beneplácito judicial. En segundo
término, la escrupulosidad más exquisita en la
recepción del material grabado, garantizándose su
integridad y autenticidad. Y por último, adopción
de las medidas convenientes para la vertencia
escrita de las grabaciones obtenidas, selección
de cuanto pueda ser importante a los fines
investigadores
y
de
comprobación
que
se
persiguen. Habrán de constar en diligencia, bajo
la fe del Secretario, las cintas entregadas, su
traducción escrita, así como las partes del texto
que puedan ser de interés y utilidad en el
procedimiento en curso, evitándose episodios que
puedan comprometer o afectar a los derechos de
secreto o intimidad del investigado, ajenos por
completo a la inspiración que presidió el acuerdo
judicial. No han faltado quienes invocan los
artículos 572 y 574 (referentes a la medida de
entrada y registro en lugar cerrado), así como
los artículos 586 y 588, concernientes a la
interceptación de la correspondencia, en cuanto
indicadores de la actitud del Juez frente a
medidas
potencialmente
lesivas
de
derechos
fundamentales”.
En su fundamento jurídico cuarto, por su parte,
continúa la citada Sentencia recordando que “ha de
recordarse la doctrina sentada por el Auto de esta Sala de
18 de junio de 1.992, en el sentido de que tan pronto
aparecen en las conversaciones expresiones que hacen
pensar en un delito distinto de aquel en función del cual
se autorizó la intervención, debe ponerse inmediatamente
tal dato en conocimiento del Juez, porque con tal
"novación" del objeto de la autorización hubiera tenido
79
que considerar su decisión, cualquiera que hubiera sido su
signo, tanto atendiendo a su propia competencia como a la
exigencia de proporcionalidad.. No son correctas las
autorizaciones genéricas, ni tampoco, sin la nueva y
expresa autorización del Juez, es correcto mantener la
intervención/observación cuando se descubre que el nuevo y
presunto delito que se dibuja por la telefonía es
independiente
del
que
fue
objeto
de
la
inicial
autorización. De manera precisa se dice en la sentencia
49/96, de 26 de marzo, del T.C., que el Juez que autorice
la intervención debe, en primer término, conocer los
resultados obtenidos con la intervención, y en el supuesto
de que se produzca una divergencia entre el delito objeto
de investigación y el que de hecho se investiga, debe
adoptar la resolución que proceda (Cfr. SS.TEDH, caso
Klass, de 6 de septiembre de 1.978, caso Malone, de 2 de
agosto de 1.984, y caso Kruslin, de 24 de abril de
1.990)”.
Y respecto de la eventual nulidad de actuaciones,
con arreglo a lo dispuesto por el artículo 11.1 de la
LOPJ, en su fundamento jurídico sexto recoge las
siguientes consideraciones:
“Constituye
doctrina
constitucional
consagrada la de que todo elemento probatorio que
pretenda
deducirse
del
contenido
de
las
conversaciones intervenidas no debe ser objeto de
valoración
por
el
Tribunal,
ya
que
la
imposibilidad de admitir en el proceso una prueba
obtenida violentando un derecho fundamental no
sólo deriva directamente de la nulidad de todo
acto violatorio de los derechos reconocidos en el
Capítulo Segundo del Título I de la Constitución,
y
de
la
necesidad
de
no
confirmar,
reconociéndolas efectivas, las contravenciones de
los mismos, sino ahora también en el plano de la
legalidad en virtud de lo dispuesto en el
artículo 11.1 de la L.O.P.J. (Cfr. sentencias del
T.C. 114/1984, 107 /1985, 85/1994, 86/1995).
Igualmente este Tribunal viene declarando
la
imposibilidad
constitucional
y
legal
de
valoración
de
las
pruebas
obtenidas
con
infracción de los derechos fundamentales por la
colisión que ello entrañaría con el derecho a un
proceso con todas las garantías y a la igualdad
de las partes (artículos 24.2 y 14 de la
Constitución) y con el artículo 11.1 de la
L.O.P.J.
La
ilicitud
de
aquella
diligencia
procesal no sólo implica que la prueba en ella
obtenida haya de tenerse como inexistente para el
proceso, sino que tal vicio contamina todas las
restantes diligencias procesales que de ella
deriven, trayendo causa directa o indirecta de la
misma (Cfr. Auto de 18 de junio de 1.992,
sentencias de 2 de marzo de 1.993 y 3 de junio de
1.995). Ante la ilicitud de una prueba cual la
que es objeto de examen en este proceso, en
directo e irreductible enfrentamiento con el
orden
constitucional,
arrolladora
de
claros
derechos fundamentales, su absoluta nulidad e
imposibilidad de toda eventual regeneración,
trasciende igualmente a cualesquiera otras que
traigan causa de aquélla. En tal hipótesis deja
sentir su influencia la doctrina de los "frutos
del árbol envenenado", como gráficamente se
designa en el derecho norteamericano. Para la
sentencia de 29 de marzo de 1.990 la prueba
obtenida con violación de un derecho fundamental
es radicalmente nula no sólo en sí misma sino
también en sus efectos sobre otras pruebas
distintas; cuando el origen de la ilicitud de la
prueba se encuentra en la violación de un derecho
fundamental, no hay ninguna duda de que tal
prueba carece de validez en el proceso y los
Jueces
y
Tribunales
habrán
de
reputarla
inexistente a la hora de construir la base
fáctica en que haya de apoyarse una sentencia
condenatoria. Según la sentencia de 10 de mayo de
1.994 los efectos de la teoría de los "frutos del
árbol envenenado" se extienden, sin duda, a las
declaraciones inculpatorias que sólo existen por
mor de la intervención telefónica ilícitamente
obtenida, eliminación, por contaminación, de las
únicas pruebas de cargo que el Tribunal de
instancia
podía
tener
en
cuenta.
Para
la
sentencia de 17 de junio de 1.994, confirmado que
la correspondiente diligencia -de entrada y
registro- se llevó a cabo con vulneración del
artículo 18.1 de la Constitución, es preciso
reconocer que, por el efecto "dominó" -conforme a
lo especialmente prevenido en el artículo 11.1 de
81
la L.O.P.J.- carecen de validez y eficacia
probatorias cuantas pruebas traigan causa de
dicha diligencia. Y, en este sentido, debe
reconocerse la misma ineficacia a las posibles
confesiones o reconocimiento de los acusados como
al testimonio de los posibles testigos, sin
distinguir
el
momento
procesal
en
que
se
practiquen,
por
tratarse
de
defectos
insubsanables, de tal modo que la ineficacia
probatoria
debe
alcanzar
a
las
pruebas
practicadas en el juicio oral”.
DECIMOQUINTO.- Descendiendo al caso presente, donde
se ha ido examinado, según tipo de resolución objeto de
recurso, según estricto orden de localización en los autos
de cada uno de los escritos, que viene a corresponder en
la práctica con la entrada del recurso en Decanato o en el
Juzgado, se opta en este punto por la resolución de los
recursos atendiendo al estricto orden cronológico de las
resoluciones
que,
en
materia
de
intervenciones
telefónicas, han sido dictadas a los largo del presente
proceso, en tanto los fundamentos de los respectivos
recursos invocan la conexión de antijuridicidad derivada
de la pretendida nulidad de las resoluciones dictadas así
como de aquellas dictadas como consecuencia de las
anteriores.
DECIMOSEXTO.- Recurso formulado por la representación
procesal de ÁNGEL FENOLL PÉREZ frente a autos de
intervención telefónica.
Su escrito, obrante a los folios y siguientes del
tomo XLVI de las actuaciones, enumera las resoluciones que
impugna, indicándose cuáles afectan a líneas o números de
teléfono que vinculan al Sr FENOLL PÉREZ:
Autos de 12 de abril de 2007 (folio 206, tomo I), 11
de mayo de 2007 (folio 368, tomo II), 28 de diciembre de
2007 (folio 1628, tomo VII), 8 de enero de 2008 (folio
1653, tomo VII), 25 de enero de 2008 (folio 1764, tomo
VII), 6 de febrero de 2008 (folio 1884, tomo VIII), 28 de
febrero de 2008 (folio 2116, tomo VIII), 7 de marzo de
2008 (folio 2161, tomo VIII), 4 de abril de 2008 (folio
5178, tomo XVI), 17 de abril de 2008 (folio 5319, tomo
XVI), 24 de abril de 2008 (folio 5372, tomo XVI), 16 de
mayo de 2008 (folio 5581, tomo XVII), 16 de junio de 2008
(folio 5755, tomo XVII), 15 de septiembre de 2008 (folio
6219, tomo XVIII), 14 de octubre de 2008 (folio 6380, tomo
XVIII).
Procede su estudio, examen y resolución, excepto el
referido al auto de 25 de enero de 2008, que acuerda la
intervención de los números 648656999 y 618099457,
648657001 y 618089788, 618099477 y 618100050 y 686915413,
y el referido al auto de 28 de febrero de 2008, sobre
intervención de los teléfonos xxxx, xxxx y xxxx, al no ser
ÁNGEL FENOLL PÉREZ titular o usuario de los mismos.
Argumenta en su recurso, centrándose en la cuestión
que ahora se sustancia, que el auto de 12 de abril de 2007
–primera de todas las resoluciones en esta materia- no se
encuentra motivado, e incluso incumple los requisitos
jurisprudenciales que el propio auto indica en su
fundamento jurídico segundo. En concreto, los ordinales 3º
y 4º (excepcionalidad y proporcionalidad) por no haber
practicad
otras
diligencias
menos
ingerentes
con
anterioridad, el 5º (limitación temporal) por convertir la
medida en indefinida, el 10º (control judicial en la
ordenación, desarrollo y cese de la medida) por no
pronunciarse acerca del teléfono xxxx, el 2º (finalidad
probatoria) y el 6º (especialidad del hecho investigado)
por entender que se trata de escuchas con marcado carácter
prospectivo, el 1º, 8º y 9º (exclusividad jurisdiccional,
existencia de proceso penal en curso y de indicios de
delito) por considerar que se está actuando ante meras
conjeturas y no indicios, el 7º (recaer en los teléfonos
de las personas indiciariamente implicadas) por acordar la
intervención telefónica sin mas y el 11º (suficiencia de
la motivación del auto) por no motivar la intervención en
base a indicios y/o hechos. Se incluye, por otra parte,
consideraciones sobre la ausencia de control sobre la
labor policial, entendiendo que se debe proceder al
visionado y/o audición de todos los soportes aportados por
la Fuerza Actuante, para finalizar solicitando la nulidad
de las resoluciones y, de forma subsidiaria, se conceda a
cada una de las defensas, de forma individual, el
visionado o audición de dichos soportes.
Frente a tales argumentos, el Ministerio Fiscal, al
folio tercero de su escrito de impugnación relata lo
siguiente:
“En
cualquier
caso
hemos
83
de
referirnos
a
ciertos
aspectos sobre los que se refiere expresamente el
recurrente, dado que aduce a la figura de Ángel Fenoll, el
imputado, como persona cuya actuación motivó la iniciación
del procedimiento puesto que compareció ante el fiscal
anticorrupción de Alicante con la finalidad de aportar
datos y pruebas que supuestamente probaban una corrupción
generalizada en el Ayuntamiento de Orihuela y, en
particular, en el procedimiento para la adjudicación de
residuos sólidos urbanos del año 2006. si bien se puede
constatar que a la vista del material aportado por aquél
en
su
comparecencia
efectuada
ante
el
fiscal
anticorrupción, así como del resto de las investigaciones
realizadas en el ámbito de las diligencias informativas de
fiscalía, se infiere que el propio Sr. Fenoll podría ser
criminalmente responsable de varios delitos, como podrán
ser, cohecho, tráfico de influencias, coacciones y
extorsión, pudiendo calificarse su colaboración prestada
en ese momento con la justicia como “interesada”, tratando
de anular el proceso de adjudicación de la contrata de
recogida de residuos sólidos de la localidad de Orihuela
del año 2006, ala que aspiraba, una vez que todo apuntaba
a que no le iba a ser adjudicada la contrata. La
valoración del material sonoro y videográfico realizado
por
la
fiscalía
motivó
que
se
presentara
la
correspondiente denuncia contra ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ello
ante la mas que evidente existencia de indicios racionales
de criminalidad sobre el imputado”.
En los folios 18 y 19 del escrito de impugnación
enumera los motivos que, a su juicio, deben hacer decaer
el recurso frente a estas resoluciones:
“Identifica
con
claridad
las
figuras
delictivas
investigadas,
fundamento
de
hecho
primero;
cohecho,
tráfico
de
influencias y prevaricación, sin que el
mero uso de la cláusula al menos pueda
utilizarse para criticar por prospectiva la
citada resolución. Se emplea el citado
término para no acotar el catálogo de
delitos investigados, sin perjuicio de
ampliar la investigación a otros en el caso
de que surgieran indicios racionales de su
comisión.
Describe
los
indicios
racionales
de
criminalidad existentes sobre las personas
sometidas a la medida, fundamento de hecho
primero, así como las circunstancias de las
que se deducen estos indicios.
Realiza una adecuada ponderación jurídica
sobre la posibilidad de adoptar la medida,
fundamentos jurídicos primero a tercero,
con lo que se manifiesta un periodo de
reflexión y valoración realizado por el
instructor previo a la adopción de la
medida cuestionada.
Fundamenta
y
motiva
extensamente
la
necesidad
de
acordar
una
medida
tan
trascendental, en relación a lo que supone
desde el punto de vista de intromisión en
los derechos fundamentales, que luego es
sucesivamente prorrogado.
Identifica plenamente a las personas sobre
las que se impone esta medida, lo números
intervenidos
y
el
plazo
inicial
de
intervención”.
Como consideración inicial, es preciso constatar que,
respecto del Sr FENOLL PÉREZ, frente a quien se dirige la
denuncia inicial, procedente de las Diligencias de
Investigación penal nº 125/06 de Fiscalía, se han
producido
sucesivas
resoluciones
que
acordaban
la
intervención de sus comunicaciones, comprendiendo un
periodo que abarca desde el 12 de abril de 2007 (primer
auto, folio 206 del tomo I) hasta el 14 de octubre de 2008
(último auto, de cese, folio 6380 del tomo XVIII). Puestos
en
relación
con
el
procedimiento
seguido
por
el
Ayuntamiento de Orihuela para la adjudicación del servicio
de recogida de residuos sólidos urbanos y limpieza viaria,
coincide dicho periodo con el concurso del año 2006,
declarado desierto, y con el de 2008, cuya licitación se
produjo en el mes de marzo de 2008 (BOP del día 10 y DOGV
del día 17), siendo finalmente adjudicado el 30 de
septiembre de 2008 por el Pleno de la Corporación
Municipal. Respecto del Plan Zonal de Gestión de Residuos,
el mismo fue adjudicado por el Consorcio constituido –en
fecha 26 de noviembre de 2007- en el seno de la Diputación
Provincial de Alicante el 3 de enero de 2008.
En otro orden de cosas, y ante el transcurso de un
lapso de tiempo entre la última resolución que afectaba al
Sr FENOLL PÉREZ, de 14 de octubre de 2008, y el auto de 14
de julio de 2010, confirmado por auto de 2 de septiembre
85
de 2010, unido ello a las alegaciones efectuadas en su
recurso sobre la que, entiende, una “inquisitio generalis”
sobre su persona y actividad, rebatida por el Ministerio
Fiscal en su escrito de impugnación, no puede continuarse
sin efectuar una breve inmersión en el tratamiento
procesal de las sucesivas ampliaciones de los hechos
objeto de investigación y sobre la aplicación de la
doctrina de los hallazgos casuales y el entendimiento de
la previsión del artículo 17.5 de la LECrim sobre lo que
debe entenderse como delitos conexos.
De la lectura de las actuaciones, se desprende que no
ha sido hasta el 22 de mayo de 2008 cuando, en informe del
Ministerio Fiscal (folios 5667 a 5670, tomo XVII) se hace
concreta
alusión
al
citado
precepto,
inclusive
a
referencias jurisprudenciales como las Sentencias del
Tribunal Supremo nº 1424/1993, de 18 de junio y 400/2004,
de 27 de octubre, y del Tribunal Constitucional nº
49/1996), solicitando “se dicte una orden ampliatoria del
ámbito de la escucha telefónica a los nuevos hechos
aparecidos en la intervención telefónica acordada y a
quienes resultaren responsables de los mismos, y que
prosiga su investigación en esta misma causa”. A tal
informe se responde con el auto de 23 de mayo de 2008
(folio 5671, tomo XVII), que referido a la prórroga de la
intervención de ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO y RAFAEL
GREGORY FERNÁNDEZ será objeto de análisis una vez se
proceda a tratar sus respectivos recursos.
La primera resolución que puede citarse y responde en
forma a esta solicitud es el auto de 16 de junio de 2008
(folio 5755, tomo XVII), que así lo considera en su
fundamento
quinto,
referido
a
unas
conversaciones
telefónicas que el Sr FENOLL PÉREZ mantuvo con un miembro
de la judicatura durante el mes de mayo de 2008. Puesto en
relación con el correlativo informe del Ministerio Fiscal
de la misma fecha (folio 5751, tomo XVII), nada dice
expresamente respecto del segundo de los “hechos” que se
exponen en el mismo –presunto delito medioambiental, que
refiere el informe policial de los folios 5730 y
siguientes del tomo XVII, concretamente al folio 5742-.
La ausencia de pronunciamiento en la resolución de 16
de junio de 2008 respecto del presunto delito ambiental no
puede, ni debe, dado el tiempo transcurrido (casi tres
años
después),
ser
subsanado
dictando
una
orden
ampliatoria, pues de hacerlo sería reconocer la falta de
corrección y conformidad a derecho de la resolución, así
como su subsanación en sus consideraciones dependiendo del
éxito material futuro de la investigación, atendiéndose
por ello a meras razones y criterios de oportunidad.
Por tanto, si no se ha ordenado ampliar la
investigación a un delito medioambiental, las actuaciones
posteriores efectuadas sobre este particular estarían
viciadas
de
una
necesaria
nulidad,
pues
una
vez
descubierto indicio sobre tal infracción como consecuencia
de escuchas telefónicas acordadas para investigar otro
tipo de infracciones, nada se dispuso y, si bien se
prorrogaron las escuchas por otros motivos, no lo fue por
la ampliación inicial al delito medioambiental, que sí
está afecta de nulidad, al seguirse una línea de
investigación no amparada ni dotada de cobertura procesal
por resolución judicial alguna.
Conclusión a la que debe llegarse, incluso, de la
lectura del Auto del Tribunal Superior de Justicia de
Murcia, de 30 de Julio del 2010 (ROJ: ATSJ MU 64/2010), en
Recurso 3/2010, que, resolviendo la nulidad de escuchas
telefónicas acordadas respecto de persona aforada por
Juzgado de Instrucción, afirmaba en uno de sus pasajes:
“La exigencia de eficacia en la lucha contra
el delito no puede tener como contrapartida una
excepcionalidad procesal definida por la quiebra
de los derechos fundamentales, antes bien, la
exigencia
de
eficacia
debe
venir
unida
inexorablemente
al
respeto
a
las
garantías
fundamentales. El éxito de la investigación
realizada
con
vulneración
de
los
derechos
constitucionales, no sana en raíz aquella nulidad
inicial, el aceptar este planteamiento sería
tanto como entronizar el principio de que el fin
justifica los medios, cuando la legitimidad de
los medios es la que legitima y acredita la
bondad de los fines (S.T.S. 737/2009)”.
Indicando, finalmente que “al no ser legales las
escuchas la nulidad arrastra a todas aquellas otras
pruebas directamente relacionadas y derivadas de las
intervenciones en las que se aprecie conexión de
antijuricidad, a que hace referencia la Sentencia del
Tribunal Constitucional 50/2000 de 28 de Febrero”.
87
En otro orden de cosas, posteriores resoluciones en
cuya fundamentación y parte dispositiva, que han sido
notificadas a las partes, recogían lo siguiente respecto
del tratamiento procesal de los hechos nuevos que
consideran “hallazgos casuales”, y que se considera
necesario reproducir (véase auto de 11 de agosto de 2009,
folio 7750, tomo XXII):
“Nos encontramos ante los que doctrinalmente
se
ha
venido
denominado
“descubrimientos
o
hallazgos casuales u ocasionales”, es decir, ante
un supuesto en el que se constata la aparición de
hechos delictivos nuevos no incluidos en la
resolución judicial habilitante de la medida de
intervención telefónica y que surgen cuando ésta
se está llevando a efecto.
En la práctica tales situaciones concurrentes
se vienen resolviendo por los Tribunales conforme
a las pautas sentadas por el famoso Auto del
Tribunal Supremo del 18 de junio de 1992 (en el
marco del denominado “Caso Naseiro”).
Estos nuevos hechos delictivos pueden tener
relación con la actividad criminal investigada
(delitos
conexos)
y
por
ello
pueden
ser
investigados en la misma causa, o bien puede
tratarse de delitos absolutamente autónomos o
independientes.
Cuando con motivo de realizarse unas escuchas
telefónicas
para
el
descubrimiento
de
un
determinado hecho delictivo, que constituye el
objeto específico de la autorización judicial,
sin embargo se descubre otro delito diferente a
aquél sobre el que centraba la investigación
policial, es preciso ponerlo en conocimiento del
órgano judicial que autorizó la intervención
telefónica.
Una vez que el Juez tenga conocimiento del
hallazgo casual de un hecho delictivo distinto al
investigado la solución dependerá:
- de que se trate de un delito relacionado
con el inicialmente investigado, es decir, que
exista conexidad entre ambos, en tal caso se
deberá emitir una orden judicial ampliatoria del
ámbito de escucha telefónica y proseguir la
investigación en la misma causa.
- de que se trate de un delito totalmente
autónomo e independiente del anterior; en este
caso el juez deberá incoar la oportuna causa
(tras deducir el correspondiente testimonio) y,
en su caso, tras volver a examinar las cuestiones
de proporcionalidad y la competencia, dictar una
expresa autorización judicial que permita la
continuación de la escucha, en el que se prosiga
una investigación diferente de la que ha sido
mero punto de arranque.
En cualquier caso, no es admisible que,
descubierto casualmente un nuevo hecho delictivo,
no sea posible iniciar una investigación sobre el
mismo,
recabando
una
previa
autorización
judicial. No actuar así significaría tolerar la
impunidad delictiva, cosa que es inaceptable
desde cualquier punto de vista (sentencia del
Tribunal Constitucional de 26 de marzo de 1996 y
sentencias del Tribunal Supremo de 30 de mayo y
29 de diciembre de 1997). No puede renunciarse a
investigar la notitia criminis incidentalmente
descubierta en una intervención dirigida a otro
fin,
aunque
ello
hace
precisa
una
nueva
autorización
judicial
específica
o
una
investigación diferente de la que aquella sea
mero punto de arranque (sentencias del Tribunal
Supremo de 15 de julio de 1993 y 22 de abril de
1998)” (la parte subrayada es tal y como aparece
en la resolución).
Pues bien, como se puede observar de lo actuado, no
se
ha
procedido
convenientemente
a
formalizar
procesalmente el descubrimiento de hechos nuevos conocidos
de
forma
casual
a
través
de
las
diligencias
de
intervención telefónica, siguiendo una plural línea de
investigación que, como se desprende de lo acordado en
auto de 12 de julio de 2010, abarcaba hechos cuya
competencia, para este Instructor –y luego confirmado
mediante la aceptación de las causas desglosadas-, de
partido judicial distinto. Iniciada la causa frente al hoy
recurrente, Sr FENOLL PÉREZ, por la comisión de un
presunto delito de cohecho –presuntas entregas de dinero a
JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER- y por supuestas irregularidades
en torno a la concesión de la contrata del servicio de
89
recogida de residuos sólidos urbanos y limpieza viaria del
Ayuntamiento de Orihuela, y que motivan la intervención
del número de teléfono del Sr FENOLL PÉREZ, que fue
derivando en sucesivas prórrogas y nuevas intervenciones
telefónicas, el desarrollo procedimental tiene que ser,
alternativamente y dependiendo del caso:
a.- Opción primera (“de que se trate de un delito
relacionado con el inicialmente investigado, es decir, que
exista conexidad entre ambos, en tal caso se deberá emitir
una orden judicial ampliatoria del ámbito de escucha
telefónica y proseguir la investigación en la misma
causa”), cuando el hecho delictivo tenga conexidad con el
delito inicial, a modo de concurso de delitos, en cuyo
caso sería procedente seguir en las mismas actuaciones la
investigación sobre el hecho nuevo, pues, se entiende,
sería procedente y necesario el enjuiciamiento conjunto de
todos y cada uno de ellos.
b.- Opción segunda (“de que se trate de un delito
totalmente autónomo e independiente del anterior; en este
caso el juez deberá incoar la oportuna causa (tras
deducir el correspondiente testimonio) y, en su caso,
tras volver a examinar las cuestiones de proporcionalidad
y la competencia, dictar una expresa autorización
judicial que permita la continuación de la escucha, en el
que se prosiga una investigación diferente de la que ha
sido mero punto de arranque”), que sería la que, a la
vista de los hechos que se relatan a lo largo de
centenares –mas bien, miles- de folios que presenta la
causa, reviste mayor acomodo en lo actuado. Ello viene a
requerir, cuanto menos, que, tras conocerse el hecho
delictivo novedoso, y sin necesidad de contar con
solicitud e informe del Ministerio Fiscal, se proceda a
deducir el correspondiente testimonio para incoar nueva
causa y, en ella, dictar una resolución distinta a la
obrante en la causa matriz por la que acuerde al mismo
tiempo la intervención telefónica procedente a fin de
desarrollar la investigación de unos hechos concretos. De
manera que, siguiendo los trámites de lo que se vienen a
denominar “piezas separadas” (artículo 762.6º de la
LECrim),
se
dicten
tantos
autos
de
intervención
telefónica por cada una de las piezas o líneas de
investigación abiertas, de manera que en cada una de esas
“piezas”, y siempre que opere el secreto de las
actuaciones, se seguirá una causa autónoma, debidamente
gestionada y en la que se incluyan exclusivamente
aquellas diligencias de investigación que, en cada caso,
se consideren relevantes, inclusive las conversaciones de
interés para la causa concreta. Logrando, de esta manera,
la agilización y pronta terminación de la investigación
que, de otra forma y llevarse de forma unitaria,
propiciaría cuanto menos y en caso de dictarse sentencia
condenatoria,
la
apreciación
de
la
circunstancia
atenuante del actual artículo 21.6 del Código Penal (“la
dilación extraordinaria e indebida en la tramitación del
procedimiento, siempre que no sea atribuible al propio
inculpado y que no guarde proporción con la complejidad
de la causa”), al margen de incrementaar el riesgo de su
enquistamiento procesal. Solución que viene a guardar
relación con el escrito del propio Ministerio Fiscal
fechado el 13 de noviembre de 2008, unido recientemente a
las actuaciones, por el que se solicita la formación de
piezas en relación con los hechos relacionados en su
escrito de denuncia inicial, por lo que, con idéntica
lógica argumentativa, hubo de procederse en autos, y
desde su inicio, conforme con esta opción procesal, que,
como cabe deducir, el propio Ministerio Fiscal advirtió
al Juzgado en su escrito, no unido ni proveído, de 13 de
noviembre de 2008.
Dicho esto, y en cuanto al recurso de reforma
formulado por la defensa del Sr FENOLL PÉREZ ha de ser
acogido parcialmente, una vez examinados los autos
recurridos, puestos en relación con los previos informes
del Ministerio Fiscal e informe policial que, como se
puede observar, son presentados el mismo día en que se
dicta la resolución que acuerda la práctica de las
diligencias interesadas.
Los autos de 12 de abril y 11 de mayo de 2007 se
hallan
correctamente
fundamentados,
ofreciendo
una
pormenorizada
relación
de
hechos
y
justificando
doctrinalmente y jurisprudencialmente su decisión a lo
largo del fundamento jurídico tercero. Siendo en este
segundo auto cuando se refiere, por vez primera, a la tan
criticada apostilla del “estado embrionario” de la
investigación que ha supuesto uno de los extremos
invocados
por
las
defensas
para
combatir
las
resoluciones, al entenderlas faltas de motivación y,
además, estereotipadas. Sin embargo, aportan ambos autos
elementos
por
los
que
demuestran
haber
tomado
conocimiento del contenido del oficio policial.
En cuanto al auto de 28 de diciembre de 2007, que da
91
respuesta a la solicitud del Ministerio Fiscal obrante a
los folios 1626 y siguientes, procede a la “reanudación”
de la intervención de las comunicaciones del Sr FENOLL
PÉREZ, usuario del teléfono xxxxx. El término empleado es
confuso, pues si bien en tiempo anterior se acordó la
intervención de otras líneas, en modo alguno se hizo
respecto del número aludido, por lo que, en propiedad, y
como correctamente se ha venido en designar a lo largo
del presente proceso hubo de decirse “intervención”. Las
razones objetivas de la intervención proceden del informe
policial, a las que alude el referido auto, de forma
bastante sucinta, y que evidencian en esos momentos una
intervención activa del Sr FENOLL PÉREZ en el desarrollo
de los hechos investigados. Aunque, como se pudo
comprobar, la intervención ordenada no arrojó mas fruto
que el de obtener una conversación el día 3 de enero de
2008 en la que se indicaba por el interlocutor, Sr FENOLL
PÉREZ, a un tercero, que su nuevo número iba a ser el
696990716, cuya intervención se solicita “al continuar
vigentes los motivos aportados para la concesión”, es
decir los que se consignan en el oficio de los folios
1591 y ss, que motivaron la intervención del número
infructuoso.
Igualmente, los autos de 6 de febrero, 7 de marzo 4 y
17 de abril de 2008, ofrecen en su relación de hechos los
indicios que ya en su fundamentación jurídica valora para
acordar la prórroga de la intervención del número
696990716, considerándose suficientemente motivados en el
momento procesal en que fueron acordados. Ahora bien, el
transcurso
del
tiempo
en
la
intervención
de
las
comunicaciones de una persona física exige, cuanto menos,
que al ampliar el periodo por el que persiste la
intervención, se expliciten los motivos que abunden en la
diligencia y en la continuidad de la ingerencia en el
derecho fundamental del artículo 18.3 de la CE.
De este modo, bien se procedió al cese de la
intervención del número 696990716 por auto de 24 de abril
de 2008, también recurrido, pero igualmente ha de ser
desestimado, pues de lo contrario se obligaría al
Instructor a argumentar a favor de la continuidad de la
intervención del número frente a la procedencia del
alzamiento de la misma.
Por el contrario, prospera el recurso formulado
frente a los autos de 16 de mayo y 16 de junio de 2008,
resoluciones que, como se puede comprobar, salvo las
consabidas y reiteradas referencias a la doctrina del
Tribunal Supremo sobre las intervenciones telefónicas, el
secreto de las actuaciones, etc., sólo hacen referencia
como hecho distintivo de una y otra resolución a la fecha
numérica de conversaciones intervenidas en el periodo
anterior, pero no a su contenido, interlocutor, u otra
circunstancia
que
permita
su
localización
e
identificación. El auto de 16 de junio de 2008 es
idéntico al anterior, salvo en el cambio de una fecha de
conversación por las fechas de tres conversaciones. Esta
segunda resolución, al igual que la primera, al carecer
de una mínima motivación fáctica que arroje los indicios
que valora para prorrogar la intervención telefónica al
Sr FENOLL PÉREZ, como bien se dijo con anterioridad, no
amplía el objeto de la investigación al presunto delito
medioambiental que le había solicitado el Ministerio
Fiscal, por lo que la investigación posterior adolece de
vicio de nulidad por no tener cobertura procesal. Y, sin
embargo, sí amplía el objeto de la investigación a las
conversaciones que el Sr FENOLL PÉREZ mantiene con un
Magistrado de Audiencia, a quien efectúa una “consulta”
sobre estas actuaciones.
No hubo de ser incorporada al proceso esta línea de
investigación, pues los elementos aportados no pueden
considerarse indicios de infracción penal. Así, y
remitiéndose al informe policial, el Ministerio Fiscal
(folios 5751, tomo XVII) habla de “intentos frustrados
hasta la fecha –que se tenga conocimiento- de obtener
información relativa a la denominada OPERACIÓN BRUGAL”,
siendo una tercera persona la que iniciara contactos con
un Magistrado, de la que se afirma haberse “prestado
voluntario para aconsejarle jurídicamente respecto de la
causa abierta contra él”, solicitándole copia de la
documental que posea y comprometiéndose a dar su opinión.
Por lo que se pudo obtener de las escuchas previamente
autorizadas, que no obstante y como se ha dicho son nulas
desde el auto de 16 de mayo de 2008 por falta de
motivación fáctica, no se llega a apreciar en esos
pasajes que fueran merecedores de la apertura de línea de
investigación alguna, y su incorporación al proceso sería
estéril e inútil, dado el principio de especialidad que
debe presidir la medida ingerente. La emisión de una
“opinión” sobre el caso no es constitutiva de delito,
siendo improcedente en el presente proceso entrar a
considerar si podría incurrirse en prohibición o ilícito
disciplinario alguno por no ser la sede adecuada a tal
93
fin. En todo caso, y en atención a la sección que se dice
estar adscrito el referido en el informe policial, la
misma nunca tendría la posibilidad de conocer de este
asunto o de cualquiera de las piezas desgajadas en
cualquiera de sus instancias ni en cuanto a recursos
devolutivos frente a resoluciones de este Juzgado, por lo
que las razones aportadas por el informe policial, en
este punto, no serían acreedoras de tratamiento en este
proceso.
La
necesaria
conexión
de
antijuridicidad
de
diligencias nulas por inexistente motivación afectará a
la
intervención
acordada
mediante
auto
de
15
de
septiembre de 2008 –aunque fue cesado por el auto de 15
de julio de 2008, folio 5937, cuya parte dispositiva, sin
embargo, se refiere a personas y números de teléfono
distintos-, que además incluye en su fundamentación
jurídica la del auto de 16 de junio de 2008.
En tal sentido, y confirmando esta decisión, puede
citarse la Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo
Penal sección 1 de 07 de Febrero del 2011 (ROJ: STS
1073/2011), Recurso: 748/2010, Ponente ALBERTO GUMERSINDO
JORGE BARREIRO, que sostuvo los siguientes planteamientos:
“El
Tribunal
Constitucional
ha
venido
señalando
reiteradamente
que
la
resolución
judicial en la que se acuerda la medida de
intervención
telefónica
debe
expresar
o
exteriorizar las razones fácticas y jurídicas que
apoyan la necesidad de tal intervención, esto es,
cuáles son los indicios que existen acerca de la
presunta comisión de un hecho delictivo grave por
una determinada persona, así como concretar con
precisión el número o números de teléfono y
personas
cuyas
conversaciones
han
de
ser
intervenidas -en principio, deberán serlo de las
personas sobre las que recaigan los indicios
referidos-,
el
tiempo
de
duración
de
la
intervención, quiénes han de llevarla a cabo y
cómo, y los períodos en los que deba darse cuenta
al
Juez
(SSTC
82/2002;
167/2002;
184/2003;
165/2005; 136/2006; y 197/2009).
También
advierte
que
la
obligación
de
apreciar razonadamente la conexión entre el
sujeto o sujetos que iban a verse afectados por
la medida y el delito investigado, esto es, el
presupuesto
habilitante
de
la
intervención
telefónica, constituye un prius lógico del juicio
de
proporcionalidad
(SSTC
49/1999,
FJ
7;
138/2001, FJ 3; 165/2005, FJ 4; 219/2006;
220/2006; 239/2006; y 253/2006).
Precisa el Tribunal Constitucional, en lo que
respecta a los indicios, que son algo más que
simples sospechas, pero también algo menos que
los indicios racionales que se exigen para el
procesamiento. Esto es, "sospechas fundadas" en
alguna clase de datos objetivos, que han de serlo
en un doble sentido: en el de ser accesibles a
terceros, sin lo que no serían susceptibles de
control; y en el de que han de proporcionar una
base real de la que pueda inferirse que se ha
cometido o que se va a cometer el delito, sin que
puedan consistir en valoraciones acerca de la
persona. Han de excluirse las investigaciones
meramente prospectivas , pues el secreto de las
comunicaciones
no
puede
ser
desvelado
para
satisfacer la necesidad genérica de prevenir o
descubrir delitos o para despejar las sospechas
sin base objetiva que surjan de los encargados de
la investigación, ya que de otro modo se
desvanecería
la
garantía
constitucional;
exclusión que se extiende igualmente a las
hipótesis subjetivas y a las meras suposiciones y
conjeturas , pues si el secreto pudiera alzarse
sobre la base de esas hipótesis, quedaría
materialmente vacío de contenido (SSTC 49/1999;
166/1999; 171/1999; 299/2000; 14/2001; 138/2001;
202/2001; 167/2002; 261/2005; 136/2006; 253/2006;
148/2009; 197/2009; 5/2010; y 26/2010).
Matiza el Tribunal Constitucional que el
hecho en que el presunto delito pueda consistir
no puede servir como fuente de conocimiento de su
existencia; la fuente del conocimiento y el hecho
conocido no pueden ser la misma cosa (SSTC
299/2000; 167/2002; y 197/2009). Sin que, además,
la carencia fundamental de la expresión de los
elementos objetivos indiciarios y la ausencia de
los datos indispensables pueda ser justificada a
posteriori por el éxito de la investigación misma
(STC 138/2001, y 167/2002).
Por
su
parte,
este
95
Tribunal
de
Casación,
siguiendo
la
doctrina
constitucional,
tiene
establecido en reiteradas resoluciones (SSTS
77/2007, de 7-2; 610/2007, de 28-5; 104/2008, de
4-2; 304/2008, de 5-6; 406/2008, de 18-6;
712/2008, de 4-11; 778/2008, de 18-11; 5/2009, de
8-1; y 737/2009, de 6-7) que de la nota de la
judicialidad de la medida de la intervención
telefónica
se
derivan,
como
consecuencias
inherentes,
que
sólo
la
autoridad
judicial
competente puede autorizar el sacrificio del
derecho
fundamental
al
secreto
de
las
comunicaciones y a la intimidad, y siempre con la
finalidad
exclusiva
de
proceder
a
la
investigación de un delito concreto y a la
detención de los responsables, rechazándose las
intervenciones predelictuales o de prospección.
Esta materia se rige por el principio de
especialidad en la investigación.
La medida -señalan las sentencias citadas de
este Tribunal- debe ser fundada en el doble
sentido de adoptar la forma de auto y tener
suficiente motivación o justificación. Ello exige
de la policía solicitante la expresión de la
noticia del hecho delictivo a comprobar y la
probabilidad de su existencia, así como de la
implicación posible de la persona cuyo teléfono
es el objeto de la intervención. Los datos
facilitados por la policía tienen que tener una
objetividad suficiente que los diferencie de la
mera intuición policial o conjetura. Tienen que
ser objetivos en el doble sentido de ser
accesibles a terceros y, singularmente, al Juez
que debe decidir sobre la medida, pues de lo
contrario se estaría en una situación ajena a
todo posible control judicial. Y es obvio que el
Juez, como director de la investigación judicial,
no puede adoptar el pasivo papel del vicario de
la actividad policial que se limita a aceptar sin
control alguno lo que le diga la policía en el
oficio. En definitiva, en la terminología del
TEDH, se deben facilitar por la autoridad
policial
las
"buenas
razones"
o
"fuertes
presunciones" a que dicho Tribunal se refiere en
los casos Lüdi -5 de junio de 1997-, o Klass -6
de septiembre de 1998-. Se trata de términos
semejantes a los que se emplean en el art. 579
LECrim”.
Finalmente, y en cuanto a la posibilidad de motivar
las resoluciones por simple remisión, bien al dictamen del
Ministerio Fiscal bien al informe u oficio policial, debe
aceptarse la misma en un sentido restrictivo, pues la
resolución ha de ser capaz de objetivar los indicios que
la conducen a adoptar una medida de hondo calado en la
esfera de los derechos protegidos constitucionalmente,
encajarlos de forma inicial en el tipo de una figura
delictiva y exponer, cuanto menos de forma sucinta, la
ratio decidendi de su parte dispositiva. Como bien
concluye la anterior referencia jurisprudencial, “…la
modalidad de motivación por remisión ha sido admitida de
forma reiterada por la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, al argumentar que la resolución judicial
puede considerarse suficientemente motivada si, integrada
incluso con la solicitud policial, a la que puede
remitirse,
contiene
los
elementos
necesarios
para
considerar satisfechas las exigencias para poder llevar a
cabo con posterioridad la ponderación de la restricción de
los derechos fundamentales que la proporcionalidad de la
medida conlleva (SSTC 200/1997; 166/1999; 171/1999;
126/2000;
299/2000;
138/2001;
202/2001;
184/2003;
261/2005; 136/2006; 197/2009; 5/2010 y 26/2010)”. Siendo
en este caso del todo punto improcedente acudir a este
recurso por razones de economía argumentativa, eludiendo
exteriorizar de forma somera las razones que deberán
conocer las defensas y el órgano que en su caso enjuicie
los hechos, so pena de apreciar, como se aprecia, su falta
de motivación.
DECIMOSÉPTIMO.Recurso
formulado
por
la
representación procesal de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ frente
a autos de intervención telefónica.
Invocando la Sentencia del Tribunal Supremo de 12 de
abril de 1997, entiende la defensa del Sr GREGORY
FERNÁNDEZ que en la resolución habilitante de la
diligencia de intervención telefónica debe designarse a
los funcionarios de Policía Judicial a quienes encomienda
su cumplimentación. Frente a ello, destaca que en las
resoluciones dictadas en el presente proceso se autoriza
a la BBPJ de Alicante y, sin embargo, se verifica por la
UDEF-BLA, remitiéndose por ello al folio 5590 del tomo
XVII, el cual es un oficio de la BBPJ – Grupo
Delincuencia Económica nº RS 259635/08-J de 14 de mayo de
2008, a cuyo tenor, y respecto de la intervención
97
acordada por el Juzgado sobre las comunicaciones del Sr
ORTIZ SELFA “…por razón de operatividad policial, será
llevada a efecto por funcionarios de la Comisaría Gral.
De Policía Judicial, Unidad Central de Delincuencia
Económica y Fiscal (UDEF), blanqueo de Capitales, que
participan conjuntamente en las investigaciones con esta
BPPJ: investigación”.
Considera que la ejecución de la medida se ha hecho
por tal motivo sin control judicial, citándose a tal fin
los artículos 30.1 de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de
marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y 7 y 9 del
Real Decreto 769/1987, de 19 de julio, de Policía
Judicial.
Falta
de
control
que
justifica
en
el
incumplimiento del deber de audición personal de las
cintas por el Juez Instructor, la inexistencia de
elementos que acrediten la dación de cuenta verbal y
semanal
acordada
en
la
parte
dispositiva,
ni
de
transcripciones
literales
de
la
totalidad
de
las
grabaciones. Sostiene que las prórrogas se han adoptado
sin control, incluso sin haberse aportado previamente las
transcripciones y grabaciones, y que se produce una
coincidencia temporal entre la presentación del informe
policial, el dictamen del fiscal y la expedición del auto
(todos ellos en el mismo día).
Arguye que las resoluciones no están motivadas y
obedecen a fórmulas estereotipadas, sin ofrecer los
indicios o sospechas objetivadas que las justifican.
Haciendo referencia a las constantes y reiteradas
alusiones al “estado embrionario” de la investigación.
Son,
a
su
creer,
intervenciones
prospectivas,
carentes de rigor jurídico, cuestionándose así la
objetividad e imparcialidad del Instructor, cuya posición
tilda de meramente contemplativa. Vulneran, además, el
principio de especialidad, y se convierte la presente en
una causa general que no cumple con los requisitos
legales para acordar en forma sobre la ampliación
objetiva, sin motivación acerca del tratamiento procesal
del hallazgo casual.
En tramite de alegaciones, el Ministerio Fiscal se
opone al recurso entendiendo proporcionada la duración de
la intervención de las comunicaciones del Sr GREGORY
FERNÁNDEZ –las cuales principian el 4 de julio de 2007 y
acaban el 26 de mayo de 2010 a las 12 horas-, y en cuanto
a la pretendida irregularidad en la determinación de la
Fuerza Instructora, sostiene que “la operativa policial la
diseña la propia Policía Judicial. Que la Comisaría
General
de
Policía
Judicial,
de
la
que
depende
orgánicamente la Brigada Provincial de Policía Judicial de
Alicante,
lleve a cabo algunas de las escuchas
autorizadas,
dada
la
cantidad
de
intervenciones
telefónicas coetáneas, no violenta derecho fundamental
alguno”. Entiende que respecto de la dación de cuenta
verbal no se exige dejar constancia en las diligencias,
que es conjetura decir que los Instructores no han tenido
conocimiento del contenido de las escuchas por no haberlas
escuchado ni leído las transcripciones, que, dice, son
acompañados “inexorablemente” junto al auto, los audios,
transcripciones, informes policiales y dictamen del
fiscal. Respecto de la coincidencia de fechas, considera
que “debiera serlo de ensalzamiento a la dedicación
continuada y prioritaria a esta causa por los Jueces de
Instrucción”.
Termina
argumentando
que
los
autos
recurridos están suficientemente motivados, y no vulneran
el principio de especialidad, y la proscripción de la
causa general, o los principios de proporcionalidad y
excepcionalidad.
Sobre este recurso, debe referirse al contexto
temporal y procesal en que se produce la primera de las
resoluciones
que
acuerda
la
intervención
de
las
comunicaciones del Sr GREGORY FERNÁNDEZ. Así, y como
último auto de intervención se produce el 11 de mayo de
2007 (folio 368, tomo II), por tiempo de un mes, por lo
que el 11 de junio de 2007 expiró dicha intervención sin
ser renovada. En dicho interin se autoriza mediante auto
de 29 de mayo de 2007 (folio 400, tomo II) la práctica de
la diligencia de entrada y registro en varios lugares,
siendo detenidos el Sr FENOLL PÉREZ y otros imputados
más, respecto de los que mediante autos de 2 de junio de
2007 (véase tomo IV) se resuelve su prisión provisional,
que queda sin efecto previa consignación de fianza,
siendo el 28 de junio de 2007 (folios 1155 a 1160, tomo
VI) cuando se produce la última puesta en libertad. Así,
la solicitud de intervención telefónica sobre el Sr
GREGORY FERNÁNDEZ se produce el 3 de julio de 2007
(escrito del Ministerio Fiscal, folios 1179 a 1180 del
tomo VI), todo ello a raiz del hallazgo durante la
práctica de la diligencia de entrada y registro en los
domicilios del Sr FENOLL PÉREZ, del Sr BRU GARCÍA, las
mercantiles PROAMBIENTE S.L. y COLSUR S.L., así como de
la mercantil CIPOL LEVANTE, de un contrato de prestación
de servicios fechado el 27 de marzo de 2007 –anterior
incluso
a
la
primera
intervención
telefónica-.
99
Relacionándolo
la
Fuerza
Actuante
en
su
atestado
PJ/848/07 (desde el folio 458 del tomo III en adelante),
con una serie de encuentros que mantuvo el Sr FENOLL
PÉREZ con diversas personas, entre las que se encuentra
el Sr GREGORY FERNÁNDEZ (folio 463), que a juicio de los
instructores de las diligencias referidas actuaría como
interlocutor del Sr FENOLL PÉREZ (folios 502 a 505). De
este modo, se pone en conocimiento del Juzgado en oficio
policial de 2 de julio de 2007 (folios 1171 a 1176, tomo
VI) que el Sr GREGORY se ha reunido con técnicos de SUFI
y del Consorcio provincial del Plan Zonal. Razones que
conducen al Ministerio Fiscal a solicitar el 3 de julio
de 2007 (folios 1179 y 1180, tomo III) la intervención de
sus comunicaciones, a las que se accedió por auto de 4 de
julio de 2007.
Una vez examinados los autos dictados, así como el
dictamen del Ministerio Fiscal y oficio/informe de la
Fuerza Actuante que los preceden, es preciso realizar las
siguientes consideraciones:
Primera, cuanto entiende como falta de control
judicial en la designación de los funcionarios policiales
encargados del diligenciamiento de las intervenciones
telefónicas, y en vista de la comunicación que se detecta
en el folio 5590 de las actuaciones, donde se participa
al Juzgado la incorporación de funcionarios de la Unidad
Central UDEF-BLA, frente a las encomiendas efectuadas en
las resoluciones a la BBPJ del Cuerpo Nacional de Policía
de Alicante, debe disentirse que tal circunstancia sea
motivo de nulidad. Pues es dicha unidad, la de Policía
Judicial, la que por mor del Real Decreto 769/1987, de 19
de junio, es con quien debe entenderse el Juez o Tribunal
competente, siendo su superior o responsable el que, a
tenor del artículo 21 del RD, “habrá de disponer lo que
sea preciso para el eficaz cumplimiento del servicio,
participando a la Autoridad Judicial o Fiscal los
funcionarios
que
habrán
de
llevar
a
efecto
la
investigación ordenada”. Así, como bien queda puesto de
manifiesto, el desarrollo de la labor policial en este
aspecto ha sido nítido, pues en cuanto los efectivos
adscritos a la investigación eran, bajo su criterio
estrictamente
organizativo,
insuficientes,
se
puede
acudir, como así se hizo, a la vía prevista por el
artículo 22 del RD, puesto en relación con el 29 y 30 del
mismo
RD,
contemplando
éste
último
la
formalidad
preceptiva, que es la comunicación por el Jefe de la
Unidad a la autoridad judicial de los funcionarios
policiales designados para cada uno de los cometidos. En
todo caso, frente a la inexistencia de irregularidad en
el actuar de la Fuerza Instructora en este particular, no
por ello debe actuarse por mero asentimiento a tal
comunicación, sino que cuantas resoluciones se dictaren
con posterioridad deberían ser congruentes con el estado
de las cosas y, en su parte dispositiva, concretar
fielmente la unidad policial que deberá ejecutar lo
ordenado –ahora bien, sorprende que no se haya hecho
constar la diligencia de entrega de los mandamientos a
las compañías de telefonía a funcionario policial
identificable, salvo en supuestos concretos de remisión
por fax al número general de la Comisaría Provincial-. Se
acogen, igualmente, las apreciaciones del Ministerio
Fiscal en su escrito de impugnación en este punto.
Segundo, no puede confirmarse, al no ser el
Instructor actual quien dirigía la investigación en
momento anterior, que se produjera la “dación de cuenta
verbal semanal”, pues como bien afirma el recurrente no
se encuentran documentadas en autos. Sin embargo,
ciertamente como contesta el Ministerio Fiscal, es un
acto eminentemente oral entre el funcionario policial y
la autoridad judicial que de forma periódica se dirige a
ponerle
en
conocimiento
del
resultado
de
las
investigaciones en curso. Dicha periodicidad es la que
puede llegar a reforzar las eventuales resoluciones que
se dicten en momento ulterior, en aras de prorrogar o
intervenir otros números de teléfono, así como practicar
alguna diligencia de investigación adicional. Incluso,
qué duda cabe, la propia Fuerza Instructora en dichas
comparecencias ante la autoridad judicial puede avanzar y
documentar aspectos de sumo interés para el devenir de la
investigación. No se dice nada al respecto del deber de
consignar en las actuaciones de acta de comparecencia ó
diligencia de constancia del Secretario Judicial, en la
que se indique la identidad del funcionario policial que
ha acudido a fin de realizar esa dación de cuenta. E
incluso se documente en autos el contenido de la misma si
fuere
considerado
imprescindible.
Esto
no
se
ha
producido, pues está a la vista de las actuaciones, por
lo cual no puede sino remitirse a lo que pueda asegurarse
en
cada
una
de
las
resoluciones
de
prórroga
o
intervención sobre tal extremo.
Tercero, en aras de la economía argumentativa, y sin
ser necesario incurrir en reiteración, deben darse por
reproducidas
las
precisiones
doctrinales,
101
jurisprudenciales y legales efectuadas en razonamiento
anterior sobre el tratamiento procesal del hallazgo
casual, la ampliación del objeto de la investigación, la
duración de la fase de secreto de las actuaciones y sobre
el deber procesal de motivar las resoluciones judiciales
en materia de intervención de las comunicaciones.
Cuarto, los autos de 4 de julio de 2007 a 27 de marzo
de 2008 se encuentran suficientemente motivados, no solo
en cuanto a los indicios que aconsejaron la intervención
del 607960349 en julio de 2007 como a la del 647310864 el
23 de enero de 2008. Ya se han referenciado los motivos
objetivos que implicaban al Sr GREGORY FERNÁNDEZ en las
actuaciones presuntamente ilícitas del Sr FENOLL PÉREZ en
cuanto al proceso administrativo del Plan Zonal de
Gestión de Residuos de la Zona XVII tramitado en la
Diputación Provincial de Alicante, a través de su
correspondiente Consorcio. La existencia de un documento
o contrato que ligaba a ambos hizo considerar a la Fuerza
Actuante, junto a las conversaciones intervenidas al Sr
FENOLL PÉREZ y actas de vigilancia y seguimiento
efectuadas, que había más allá de una sospecha sobre las
intenciones de ambos en lograr la adjudicación del mismo
a
través
de
contactos
con
personas
estrechamente
vinculadas al procedimiento administrativo. Así, en los
autos comprendidos en dicho periodo se relaciona en el
apartado de “Hechos” los datos fácticos que se considera
por el Juez Instructor como relevantes, a su vez,
destacados por el representante del Ministerio Fiscal en
su dictamen. Especial significación cobró la intervención
del número 647310864, el cual ha sido empleado por el Sr
GREGORY FERNÁNDEZ como supuesto teléfono “de seguridad”,
o cuanto menos para mantener algunas conversaciones
prescindiendo de su número de teléfono habitual. De este
segundo
número,
sin
embargo,
para
poder
razonar
suficientemente la continuidad de su intervención es
necesario contar con indicios claros e inmediatos, siendo
del
todo
improcedente
que
durante
el
periodo
de
intervención su resultado infructuoso o negativo en
cuanto a conversaciones de interés sea el único motivo
que impulse la decisión de mantener la intromisión en la
esfera del derecho al secreto de las comunicaciones,
salvo resolución judicial, que se reconoce por el
artículo 18.3 de la CE. En otras palabras, hay que
aportar elementos objetivos consistentes, referidos a los
hechos investigados, próximos a la fecha del dictado de
la resolución, que así lo aconsejen, evitando en todo
momento
la
tendencia
mecanicista
conformidad con lo interesado.
de
resolver
de
Quinto, al hilo de lo anterior, y conforme a las
exigencias jurisprudenciales consolidadas por nuestros
Tribunales (Constitucional y Supremo), no se motiva
suficientemente el auto de 13 de mayo de 2008 (folio
5520, tomo XVII), por el que se acuerda la intervención
del IMEI 3582630016246300, la cual se justifica en una
conversación que mantiene el Sr GREGORY FERNÁNDEZ con un
individuo llamado “Daniel”, cuya relación o implicación
con los hechos investigados no se logra apreciar en modo
alguno, en la que se desprende el uso por el Sr GREGORY
FERNÁNDEZ de un servicio de telefonía llamado “doble
tarjeta Twin”. La inexistencia de indicios es acreditada
con posterioridad, dado que es cesada la intervención por
auto de 23 de junio de 2008 (folio 5789, tomo XVII),
momento en que, de todas formas ya estaría temporalmente
expirado el periodo de intervención. El auto de 13 de
mayo de 2008 es nulo por falta de motivación.
Sexto, de igual modo debe declararse la nulidad del
auto de 23 de mayo de 2008 (folio 5671, tomo XVII), el
cual adolece de defectos de forma casi insalvables
mediante una tardía y postrera justificación, tras más de
dos años desde su emisión sin que nada se haya advertido
sobre su contenido. Dicho auto no se pronuncia sobre la
solicitud del Ministerio Fiscal sobre la ampliación del
objeto de la investigación, en su informe de 22 de mayo
de 2008 (folios 5667 a 5670, tomo XVII), primero que, por
otra parte, comienza a tratar de forma expresa la
solicitud de ampliación a los hechos que se califican
como
“hallazgos
casuales”.
La
omisión
de
dicho
pronunciamiento no se cree subsanable conforme a las
previsiones de los artículos 267 de la LOPJ, 214 de la
LECivil y 161 de la LECrim, pues todas estas indicaciones
legales contemplan que la subsanación pueda hacerse de
oficio o a instancia del Ministerio Fiscal o de parte a
los dos días de haberse publicado la resolución, siendo
en este caso que el régimen de publicidad es distinto
para el Ministerio Fiscal y el Juez Instructor que para
las defensas por la situación de secreto. Además, la
brevedad de los razonamientos de dicho auto, no solo en
cuanto al antecedente de hecho, que se limita a decir que
se
ha
solicitado
la
prórroga
de
la
intervención
telefónica, sino por el único fundamento que por simple
remisión al informe del Fiscal resuelve en sentido
favorable sin precisar en su parte dispositiva el tiempo
103
por el que se prorroga la medida.
Séptimo, bien podría considerarse que, en el estado
de las actuaciones, durante el mes de mayo de 2008 bien
podría haberse finalizado la fase de secreto, pues con la
aplicación de la doctrina del hallazgo casual el 4 de
abril de 2008 se dictó auto (folio 5196, tomo XVI) que,
tras informe policial de 31 de marzo de 2008 (folios 5186
a 5192) sobre, precisamente el teléfono intervenido al Sr
GREGORY FERNÁNDEZ, una conversación que se consideraba
indiciaria de un presunto delito relacionado con una
actuación administrativa en la ciudad de Alicante, de la
que, previo informe del Ministerio Fiscal de 4 de abril
de 2008 (folios 5193 a 5195) en idéntico sentido, se
acuerda el desglose de particulares y su remisión al
Juzgado Decano de Alicante, que según oficio de 7 de
abril de 2008 (folio 5203) así se produjo. No puede
precisarse, pues se carece de información al respecto,
qué aconteció con tal inhibición, aunque se puede dar por
confirmada
su
aceptación
competencial
al
no
ser
rechazada. Lo cual, en buena lógica, es lo que debe
realizarse
ante
un
“hallazgo
casual”,
ponerlo
en
conocimiento de inmediato al Juez Instructor, que el
mismo examine su competencia –objetiva y territorial- y
resuelva en forma sobre la notitia criminis. Siendo
hechos cuya competencia correspondería a otro partido
judicial,
lo
procedente
es
la
deducción
del
correspondiente testimonio de particulares al órgano
competente por razón de territorio, absteniéndose de
continuar con dicha investigación una vez que el Juez
ordinario predeterminado por la Ley está conociendo del
asunto.
La declaración de nulidad del auto de 23 de mayo de
2008 afecta a las dos líneas de teléfono que se atribuyen
al Sr GREGORY FERNÁNDEZ, así como por la doctrina antes
mencionada, a las sucesivas intervenciones, por la
necesaria conexión de antijuridicidad, al traer causa las
posteriores de esta resolución viciada de nulidad.
No obstante, y respecto de las alegaciones relativas
al transcurso del plazo de la intervención por un mes y
su prórroga (por ejemplo, la acordada el 31 de julio de
2007, prorrogada por auto de 3 de septiembre de 2007),
implicaría la exclusión de las conversaciones que no se
hallaran amparadas por la intervención. Y a ello se opone
el Ministerio Fiscal, aduciendo en su escrito de
impugnación lo contrario, invocando la Sentencia del
Tribunal Supremo 220/1998, de 14 de febrero (Sr.
Martínez-Pereda Rodríguez), de cuyo texto transcribe:
«no se cuenta su plazo desde la resolución de
cobertura, sino desde el inicio de su ejecución.
Así, la primera intervención no tuvo lugar hasta
el 7 de junio de 1995, existiendo en las
sucesivas prórrogas una motivación remisiva.
Finalmente, en cuanto a las sucesivas prórrogas,
como la de 11 de agosto de 1995, el plazo debe
computarse desde el 6 de agosto en que cumplía la
anterior prórroga y, por último la de 6 de
septiembre de 1995 por quince días más.»
Tal interpretación –que a buen seguro podría hallarse
superada por doctrina de resoluciones posteriores, dada
su relativa antigüedad (es más, habla de una intervención
que se acuerda el 07.06.1995, prorrogada el 11.08.1995 y
que es computada desde el 06.08.1995 y no desde el
11.08.1995)- no tiene cabida en este proceso, pues si así
fuera, la resolución habilitante de la prórroga de la
intervención de las comunicaciones sería congruente con
tal planteamiento y, así, acordar expresamente la
prórroga por tiempo de un mes a partir de la efectiva
conexión de la línea. Coherencia que guardaría con el
informe claro y preciso del Fiscal en este punto, pues
así lo interesa, con cómputo del tiempo de intervención
desde la efectiva y material conexión. Caso de haberse
acordado, en iguales términos se habría pronunciado la
resolución que, en suma, ha de cumplir las necesarias
garantías de seguridad jurídica al afectado por la
intervención en el momento que tenga conocimiento de la
existencia de la misma, proscribiendo dejar al arbitrio
de otros factores el comienzo de una medida cuya urgencia
no admite demora alguna o supeditarse a inconvenientes
técnicos que, en todo caso, no pueden ir en perjuicio del
imputado, pues siempre cabría la posibilidad de prorrogar
nuevamente la intervención con una posterior resolución
motivada. Es decir, la medida de intervención computaría
de fecha a fecha, salvo que se indique lo contrario,
siendo en este caso que las resoluciones establecen en su
parte
dispositiva
que
el
tiempo
de
intervención
autorizado es el de un mes, plazo que debe computar bajo
un doble criterio: por un lado, desde la fecha del
dictado de la resolución y, por otro, desde la efectiva
conexión de la línea intervenida. Razón esta última por
la que se acuerda oficiar a la compañía de telefonía que
comunica
la
fecha
de
la
efectiva
intervención,
105
concordando con los argumentos del Ministerio Fiscal.
Por otra parte, se indica en el recurso que no se le
ha facilitado en el soporte digital el auto de 27 de
febrero de 2008 (folio 2103, tomo VIII), por lo que, una
vez verificada la ausencia de esos folios o deficiente
calidad en la captación de la imagen, se le deberá
notificar
seguidamente,
concediendo
plazo
para
ser
recurrido en forma.
DECIMOOCTAVO.Recurso
formulado
por
la
representación procesal de JORGE SANZ SÁNCHEZ frente a
autos de intervención telefónica.
Recurre la defensa del Sr SANZ SANCHEZ los autos de
31 de julio, 3 de septiembre, 1 de octubre y 31 de
octubre de 2007 (folios 1298, 1325, 1464 y 1518, todos
ellos del tomo VI), si bien debe darse ya por desestimado
el interpuesto frente al primero de ellos por cuanto se
refiere a la intervención del teléfono del Sr GREGORY
FERNÁNDEZ, de cuyas conversaciones se desprende la
comisión de un presunto delito en el que podría verse
involucrado el recurrente y, motivó la intervención del
mismo.
Como ya se ha mencionado, sin ser necesario
reproducirlo en su integridad, bien hubo de formarse
pieza separada en el momento de descubrir la existencia
de indicios de la facilitación de datos por funcionario
del Estado cuyo puesto de trabajo (y lugar o fuente de
las pretendidas informaciones facilitadas al Sr SANZ
SANCHEZ) radica en la ciudad de Alicante en relación con
una inspección de tributos sobre la esfera patrimonial
del Sr FENOLL PÉREZ, es decir, su patrimonio personal y/o
empresarial, así como lo que parece ser un posterior
proceso penal por delito fiscal frente al mismo y como
consecuencia de ella. Una vez formada dicha pieza,
resolver la práctica de diligencias siempre y cuando se
comprobara y justificara la competencia del órgano al que
se le muestra el hecho novedoso. Defecto procedimental
que, se reitera, lastra casi de forma definitiva el buen
fin del presente proceso, dándole la apariencia formal de
lo que hasta la saciedad han calificado las partes como
proceso general o inquisitorial. Las diligencias de
investigación, es decir, las escuchas y seguimientos
efectuados como consecuencia de ellas, se encuentran
recogidas en los autos de intervención, que además
acuerdan cesar uno de los teléfonos, el xxxx por auto de
1 de octubre de 2007, siendo finalmente cesado el xxxx.
Reproduciendo los argumentos expuestos en fundamentos
anteriores sobre la motivación de los autos recurridos,
debe ser desestimado el recurso frente a los autos de
intervención de los teléfonos de los que era usuario el
Sr SANZ SÁNCHEZ, así como respecto de los autos de
intervención en los que carece de legitimación por no ser
el titular o usuario de los mismos.
DECIMONOVENO.Recurso
formulado
por
la
representación procesal de ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO
frente a autos de intervención telefónica.
Igualmente, y en aras de no ser reiterativo en la
exposición
de
los
razonamientos
aportados
por
el
recurrente que, en esencia, se asemejan a los expuestos
por el Sr FENOLL PÉREZ, se tienen por reproducidos tanto
los de su escrito de recurso como los del fundamento de la
presente que los sintetizan, inclusive las alegaciones del
Ministerio Fiscal.
La declaración de nulidad de los autos de 16 de mayo
de 2008 (folio 5581, tomo XVII) y de 23 de mayo de 2008
(folio 5671, tomo XVII) debe trasladarse, en su despliegue
de efectos jurídicos, respecto del Sr FENOLL CAMPILLO,
pues los mismos defectos que deparan su nulidad son
aplicables en este recurso, pues afectan a la intervención
de las comunicaciones del recurrente. El tratamiento
procesal de la declaración de nulidad de una resolución no
puede ser discriminatorio, por lo que si la resolución es
nula para la intervención de las comunicaciones de unos de
los imputados, lo será también para las intervenciones en
la misma resolución acordadas.
Por
su
parte,
deberá
analizarse
el
resto
de
resoluciones que acuerdan la intervención de los números
de teléfono de los que es o ha sido titular o usuario el
Sr FENOLL CAMPILLO, a saber:
Primero, el número 691821684, intervenido por auto de
28 de diciembre de 2007 (folio 1628, tomo VII) y con cese
mediante auto de 8 de enero de 2008 (folio 1653, tomo
VII).
La resolución que acordaba la intervención de dicho
número telefónico resolvía asimismo la intervención del
107
terminal utilizado por el Sr FENOLL PÉREZ. Al ser
desestimado el recurso formulado por el Sr FENOLL PÉREZ,
procede en consecuencia la misma desestimación.
Segundo, el teléfono xxxxx, que fue intervenido por
auto de 15 de enero de 2008 (folio 1668, tomo VII), y
prorrogado por autos de 14 de febrero, 18 de marzo y 17 de
abril de 2008 (folios 2010 del tomo VIII, 5072 y 5319 del
tomo XVI) cesando por auto de 16 de mayo de 2008 (folio
5581, tomo XVII)
La intervención de este número es nula de pleno
derecho por inexistencia de motivación. Los argumentos
proporcionados,
a
modo
de
indicios
objetivos,
son
peregrinos y solo se refieren a la identificación del
número de teléfono que es usuario el Sr FENOLL CAMPILLO. Y
así se confirma en el oficio policial obrante al folio
1665, presentado el 15 de enero de 2008, que sólo hace
lacónica alusión a dicha circunstancia. El hecho de ser
usuario de un terminal de telefonía móvil no es indicio de
presunto
delito,
es
una
circunstancia
meramente
identificativa que debe venir necesariamente acompañada de
las razones o motivos que, al buen entender de la Fuerza
Actuante o el Instructor de las actuaciones, aconsejan la
medida de intervención telefónica. Bien es cierto que en
el oficio de la BBPJ 20.970/08-F se menciona adjuntar el
CD con las conversaciones, pero nada se dice de su
contenido en el mismo, ni en el dictamen del Fiscal (folio
1666), ni obviamente en el propio auto, incumpliéndose con
el deber de exteriorizar cuanto menos un solo indicio de
delito que no fuera la mera titularidad de un teléfono.
Siendo improcedente tomar como referencia los argumentos
que sirvieron para intervenir otro teléfono en auto
anterior (esto es, por que a un imputado se le haya
intervenido un su derecho al secreto de las comunicaciones
mediante
resolución
judicial,
no
por
ello
faculta
ulteriores intervenciones a perpetuidad), pues el mismo
fue cesado casi de inmediato, y es exigible un mínimo
esfuerzo motivador, máxime cuando al parecer el contenido
del CD de audio no tiene una duración que impida un
instante de escucha y reflexión para resolver sobre la
procedencia de la medida concreta.
Siendo nulo el auto de intervención, lo son también
las resoluciones que la prorrogan por clara conexión de
antijuridicidad,
pues
derivan
de
pruebas
obtenidas
mediante resolución que infringe el cumplimiento del deber
de motivar las resoluciones, según doctrina consolidada de
nuestro Tribunal Constitucional.
Tercero, la nulidad por falta de motivación del auto
de 15 de enero de 2008 depara necesariamente la de las
sucesivas prórrogas del mismo, así como las de las
intervenciones
decretadas
como
consecuencia
de
las
escuchas obtenidas y afectas por la previsión del artículo
11.1 de la LOPJ, y que son:
648656999, intervenido por auto de 25 de
enero
de
2008
(folio
1764,
tomo
VII),
y
prorrogado por auto de 14 de febrero (folio 2010,
tomo VIII), cesado por auto de 18 de marzo,
reanudado por auto de
17 de abril (folio 5319
del tomo XVI), cesando por auto de 16 de mayo de
2008 (folio 5578 del tomo XVII).
966342279, intervenido por auto de 21 de
febrero de 2008 (folio 2066, tomo VIII), y
prorrogado por autos de 26 de marzo y 17 de abril
(folios 5087 y 5319 del tomo XVI), cesando por
auto de 16 de mayo de 2008 (folio 5578 del tomo
XVII).
646877638, que fue intervenido por auto de 28
de febrero de 2008 (folio 2116, tomo VIII), y
prorrogado por autos de 28 de marzo y 24 de abril
(folios 5142 y 5372, tomo XVI), sin que conste
auto decretando su cese.
639837154, intervenido por auto de 17 de
abril de 2008 (folio 5319 del tomo XVI) y con
cese mediante auto de 16 de mayo de 2008 (folio
5578 del tomo XVII).
638546308, intervenido por auto de 24 de
abril de 2008 (folio 5372, tomo XVI), prorrogado
por autos de 23 de mayo, 23 de junio y 23 de
julio de 2008 (folios 5671, 5784 y 5977 del tomo
XVII), sin que se haya dictado resolución
decretando el cese.
Respecto
de
este
número,
solo
hubiese
procedido
examinar
el
recurso
respecto
del
primero de los autos, dado que los siguientes, se
109
insiste,
han
anterioridad.
sido
declarados
nulos
con
VIGÉSIMO.- Recurso formulado por la representación
procesal de MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ frente a autos de
intervención telefónica.
Según consta en las actuaciones, se intervino el
número 618099457, que se afirmaba habérsele proporcionado
a instancias del Sr FENOLL CAMPILLO, por el Sr BRU GARCÍA,
previa adquisición de un establecimiento comercial de la
ciudad de Orihuela.
Fue intervenido mediante auto de 25 de enero de 2008
(folio 1764, tomo VII), y prorrogado por sucesivos autos
de 14 de febrero (folio 2010, tomo VIII), 18 de marzo
(folio 5072, tomo XVI), 17 de abril (folio 5319, tomo XVI)
y 16 de mayo de 2008 (folio 5581, tomo XVII), sin que
conste en las actuaciones resolución por la que se
decretara el cese de la intervención.
En síntesis, el recurso del Sr ABADÍA MARTÍNEZ,
reproduciendo algunas consideraciones de carácter general
sobre el presente proceso que asimismo formula la defensa
del Sr ORTIZ SELFA y del Sr CANDEL MARTÍNEZ, muestra su
contrariedad respecto de la duración del secreto de las
actuaciones y, acogiéndose al auto de 26 de marzo de 2010
(el cual todavía no ha sido formalmente notificado ni
puesto
en
conocimiento
de
las
partes,
por
estar
parcialmente afectado por el secreto decretado por otro
órgano judicial), entiende que la causa es general,
restrictiva de derechos fundamentales y prolongada en el
tiempo. Reitera que el plazo de 20 días para recurrir
vulnera su derecho de defensa y advierte que el soporte
DVD adolece de algunos folios que se afirma en el proveído
de 30 de noviembre de 2010.
A tal respecto, debe replicarse que en caso de no
estar incluido algún folio que debiera serlo, se
entendería por no notificado, y, como no puede ser de otra
manera, supeditar la recurribilidad de las resoluciones no
incluidas hasta su efectiva notificación en forma. En tal
sentido ya se pronunció este Juzgado mediante providencia
de fecha 13 de enero de 2011.
Destaca que, a día de interposición del recurso, no
se han puesto a disposición del Juzgado las piezas de
convicción obtenidas de la práctica de diligencia de
entrada y registro del 6 de julio de 2010, como
consecuencia del auto del auto del día primero de dicho
mes. Lo cual es incontestable por coincidir plenamente con
la realidad.
En punto al objeto del presente análisis, al folio 9
de su escrito manifiesta que al Sr ABADÍA MARTÍNEZ nunca
se le ha intervenido teléfono alguno, aunque, dice, sí uno
“que se afirma que era usado por él”, por medio del auto
de 25 de enero de 2008, el cual entiende ilegal por no
existir indicios, y que la Fuerza Actuante no explica el
modo de obtención de los números de teléfono que a
posterior
fueron
intervenidos
(folio
1760
de
las
actuaciones). Invoca, en tal sentido la ilicitud de la
prueba obtenida sin autorización judicial (STS 130/2007,
de 19 de febrero), generadoras de ilegalidad y nulidad de
la intervención, que extrapola a todas las intervenciones.
Incide al folio 15 del recurso su disconformidad por
el tratamiento procesal de la figura del “hallazgo casual”
y la exégesis de las reglas de conexidad delictiva.
Considera, a su entender, que este Juzgado nunca ha sido
ni debe ser competente para el conocimiento de la
investigación desarrollada en torno al denominado Plan
Zonal de Gestión de Residuos, invocando por todo ello el
Auto del Tribunal Supremo de 18 de junio de 1992 (añade
ahora el Instructor, también invocado por numerosos autos
de intervención telefónica dictados a lo largo de la
investigación) que, sostiene, es incumplido por el Juzgado
en
esta
causa,
pese
a
apoyarse
en
su
doctrina
jurisprudencial.
Los presuntos delitos hasta el auto de 12 de julio de
2010 investigados en este Juzgado y en esta causa, vide
folio 19, “debieron ser objeto de otra causa”, y que en
todo caso el Plan Zonal no debe ser investigado en estas
actuaciones.
Por otra parte, impugna los autos por falta de
control judicial del desarrollo de la diligencia de
observación telefónica. Asegura que la primera prórroga se
acuerda sin contar con las transcripciones de la anterior
intervención,
y
que
dicho
control
debería
constar
acreditado en las actuaciones para su revisión por órganos
111
superiores.
Es
la
presente
causa,
según
la
defensa,
una
inquisitio generalis proscrita en nuestro ordenamiento
procesal y constitucional, e impropia de un Estado
democrático de Derecho. Incluso advierte (páginas 26 a 28)
que
seguía
el
patrón
de
la
continua
indagación,
permitiendo, como contrapartida, el agotamiento de los
supuestos delitos.
Finalmente efectúa alegaciones sobre el auto de 1 de
julio de 2010, a las que luego deberá referirse.
Ante tales alegaciones disiente el Ministerio Fiscal,
oponiéndose al carácter preventivo de las intervenciones
que afirma el recurrente. Manifiesta que el hecho de ser
destinatario de un terminal telefónico podría ser por sí
mismo un delito de cohecho, línea que se utilizaría para
mantener conversaciones seguras con otros imputados.
Entiende que los indicios aportados por el informe
policial (folios 1754 a 1762) son suficientes, y que
fueron apreciados por el auto de 25 de enero de 2008,
previo informe del propio Ministerio Público.
Respecto de la obtención de los teléfonos por la
Fuerza policial, se remite al folio 1760 donde se expone
que “por gestiones realizadas se ha podido determinar que
los teléfonos citados fueron adquiridos en la tienda
TELYCO de MOVISTAR situada en la Avenida Duque de Tamames
48 de Orihuela, pudiendo obtenerse la relación de números
adquiridos”, que entiende no constituir ingerencia ilícita
en el artículo 18.3 de la CE, y añade “conociendo todos
los operadores jurídicos la existencia de multitud de
actuaciones policiales que pueden ser realizadas sin que
precisen de una preceptiva autorización judicial, como
puede ser recabar información de informadores o de sus
fuentes confidenciales, y no son lesivos con la intimidad
que queda salvaguardada”.
En
cuanto
a
las
tachas
de
incompetencia
(territorial),
entiende
que,
como
se
ha
venido
produciendo, era de plena aplicación la doctrina del
hallazgo casual en delitos conexos conforme al artículo
17.5 de la LECrim. Respecto de la falta de control
judicial, indica que
“A efectos de control documental de la causa
y para que las transcripciones policiales de las
conversaciones telefónicas intervenidas tengan
eficacia probatoria han de ser adveradas por el
secretario judicial, sin embargo, tal y como
establece reiterada jurisprudencia, la auténtica
prueba no la constituyen las transcripciones
adveradas sino la audición de las conversaciones
en los soportes de audio. Basta con
que el
instructor disponga de los informes policiales
sobre conversaciones más relevantes, a efectos de
realizar el debido control previo a la adopción
de la medida, para que este requisito se
encuentre
verificado.
Así
se
establece
expresamente, entre otras, en la sentencia del
Tribunal
Supremo
Sala
2ª,
18-12-2008,
nº
940/2008, rec. 10542/2008. Pte: Granados Pérez,
Carlos “Tiene declarado esta Sala, entre otras,
en Sentencias de 23 de junio de 2008 y
3928/20007, de 29 de mayo, que cuando se acuerda
la
prórroga
de
una
intervención
telefónica
anteriormente autorizada, no es necesaria la
previa audición personal de las cintas, sino que
basta con que, antes de las decisiones ulteriores
a propósito de la evolución de la injerencia, el
Juez cuente con la imprescindible información
acerca de los resultados previamente obtenidos.
En línea similar, la STS 1186/2006, 1 de
diciembre, proclama que las transcripciones,
cotejo y audiciones de las cintas grabadas no
tiene por qué realizarlas el Juez en la fase
instructora, ni siquiera para acordar prórrogas y
ampliaciones de las intervenciones telefónicas,
si dispone de otros informes que permiten emitir
el juicio de necesidad y proporcionalidad, y en
definitiva, de la procedencia de la prórroga.
Confirma este criterio la STS 1209/2006, 5 de
diciembre EDJ2006/353239, con arreglo a la cual,
la ausencia de las transcripciones al tiempo de
la adopción no es obstáculo para que merced a
otros medios los funcionarios encargados de las
escuchas telefónicas puedan participar al Juez
que controla la injerencia el resultado de la
intervención y tras esa información, puedan
adoptarse
las
medidas
urgentes
que
la
investigación aconseje.”
Finalmente,
al
hilo
de
113
los
comentarios
efectuados
respecto del auto de 26 de marzo de 2010, replica en los
siguientes términos:
“Como bien indica el recurrente, previo al
dictado del auto mencionado, el instructor, como
no podía ser de otra forma, tras estudiar las
diligencias tramitadas durante mas de 3 años, NO
SÓLO NO APRECIA NINGUNA DE LAS IRREGULARIDADES O
DEFICIENCIAS ALEGADAS POR LA PARTE, sino que
además
acuerda
una
serie
de
medidas
de
investigación. De ser cierta la tesis que plantea
el recurrente, el Instructor se hubiera visto
obligado a acordar la nulidad, que tanto insta el
recurrente, en ese mismo momento lo que no hizo”.
Expuestas las alegaciones del recurrente y motivos de
impugnación del Ministerio Fiscal, por simple congruencia
argumentativa con el fundamento anterior, ha de concluirse
con el mantenimiento de la declaración de nulidad del auto
habilitante, fechado el 25 de enero de 2008, pues dimana
de una intervención, la acordada respecto del Sr FENOLL
CAMPILLO, que ha sido declarada nula.
Debe añadirse, a modo de ilustración jurisprudencial
sobre la necesidad de dotar de una cumplida motivación a
la resolución habilitante de la intervención telefónica,
la Sentencia del Tribunal Supremo de 30 de junio de 2008
(Roj: STS
3567/2008), Ponente JOAQUIN DELGADO GARCIA, a
cuyo tenor:
“Conocida es la doctrina de esta sala y del
Tribunal Constitucional que exige una motivación
especialmente
cualificada
para
aquellas
resoluciones judiciales que, en aras de la
investigación en los procedimientos penales,
limitan los derechos fundamentales de la persona,
motivación que, entre otros extremos ha de
referirse
a
la
concurrencia
de
indicios
reveladores de la existencia del delito de que se
trate, así como de la implicación en el mismo de
la
persona
investigada
cuyos
derechos
o
libertades públicas han de quedar afectados.
Particularmente ha de ser así cuando la
medida a adoptar sea la de intervención de las
comunicaciones
telefónicas,
ya
que,
con
el
conocimiento de lo que se habla por este medio,
el extraño que tiene acceso al mismo alcanza a
saber lo que se dice en la más estricta
intimidad, la de quien se cree que nadie está
escuchando lo que conversa con sus familiares o
amigos, con frecuencia desde el propio domicilio.
Se trata de una medida de investigación judicial
que tiene gran capacidad para incidir en la
mencionada intimidad y por la que llegan a
conocerse no solo cosas de la persona investigada
sino también de aquellas otras, con frecuencia
ajenas a los hechos delictivos perseguidos, que
conversan con el titular o el usuario del
teléfono interceptado.
Por todo ello, el Juez de Instrucción que
autoriza una medida de intervención de un
teléfono que solo puede acordarse con relación a
una
actividad
delictiva
concreta
y
grave,
únicamente podrá hacerlo cuando, como exige el
art.
579.3
LECr,
haya
indicios
de
tal
responsabilidad criminal específica, así como de
que, de las comunicaciones que se intervienen, se
sirve el investigado para la realización de sus
fines delictivos.
Cuando, como es lo más frecuente, esta medida
de
investigación
se
adopta
como
respuesta
judicial a una solicitud policial, el juez que ha
de adoptarla tendrá que verificar entre otras
cosas que en esa petición hay datos (indicios) de
los que pudiera inferirse: a) la realidad del
delito grave de que se trate, en este caso el
tráfico de drogas; b) que la persona a la que se
está investigando, el usuario del teléfono que se
pretende intervenir, tiene una participación en
ese delito grave. Tales datos, con el necesario
detalle han de expresarse en la resolución
judicial”.
Por otro lado, y en cuanto al control judicial de la
diligencia de intervención telefónica, la Sentencia del
Tribunal Supremo de 23 de marzo de 2009 (Roj: STS
1636/2009), Ponente JOAQUIN DELGADO GARCIA, vino a
reconocer su estricta necesidad:
115
“Es cierto, como dice aquí el recurrente, que
el órgano judicial ha de tener un control de la
actuación
policial
respecto
de
estas
intervenciones y que ha de darse cuenta al
juzgado del desarrollo de tal actuación mediante
la entrega de las cintas grabadas o de los
extractos correspondientes como justificación de
que persiste la necesidad de la media acordada,
entre otros extremos. Y tal control judicial
forma parte de la intervención preceptiva del
órgano jurisdiccional en estos casos en que se
ordena una intervención telefónica, de modo que
su falta puede determinar vulneración del derecho
fundamental
relativo
al
secreto
de
las
comunicaciones del art. 18.3 CE.
Pero nada tiene que ver con este control
judicial integrado en ese derecho del art. 18.3
CE ni la dación de fe por parte del secretario
(creemos que se refiere a la dación de fe de la
coincidencia
de
las
transcripciones
mecanográficas con lo grabado en las cintas) ni
su audición por las partes dentro del proceso.
Todo esto, como reiteradamente ha dicho el
Tribunal Constitucional y también esta sala,
tiene relación no con ese derecho fundamental del
art. 18.3 CE, sino con la posible eficacia como
medio de prueba, caso de que se utilice como tal
para el juicio oral”.
Y como incisos aclaratorios a las alegaciones de
recurrente e impugnante, debe descartarse cualquier
infracción del Juez ordinario predeterminado por la Ley,
siguiendo lo comentado por la Sentencia del Tribunal
Supremo de 15 de febrero de 2010 (Roj: STS
1097/2010),
Ponente CARLOS GRANADOS PÉREZ, según la cual
“Lo cierto es que el recurrente no promovió,
en la tramitación de la causa, una cuestión de
competencia
territorial
sino
que
invocó
el
derecho al juez predeterminado por la Ley al
dársele traslado para alegaciones en el trámite
de un recurso de apelación que había previamente
interpuesto, y sobre tal derecho tienen declarado
esta Sala, como es exponente la Sentencia
409/2005, de 24 marzo, que el derecho al Juez
ordinario
legalmente
predeterminado,
que
expresamente contempla el artículo 24.2 de la
Constitución Española, supone que: a) el órgano
judicial haya sido creado previamente por una
norma jurídica; b) esté investido de jurisdicción
y competencia con anterioridad al hecho motivador
de la actuación o proceso judicial de que se
trate; y c) su régimen orgánico y procesal no
permita
calificarlo
de
órgano
especial
o
excepcional(STC 47/1983). De modo que al venir su
composición previamente determinada por la Ley,
se preste la debida garantía de independencia e
imparcialidad del llamado a juzgar. Todos estos
requisitos concurren, sin duda, en el Juzgado de
Instrucción de Mieres y en la Sección 2ª de la
Audiencia Provincial de Oviedo que ha enjuiciado
los hechos de los que el presente Recurso trae
causa. Partiendo de esta premisa debemos señalar,
como ya ha establecido esta Sala en resoluciones
anteriores (entre otras 6.2.2001 y 25.1.2001 que
la
mera
existencia
de
una
discrepancia
interpretativa sobre la normativa legal que
distribuye la competencia sobre los órganos de la
jurisdicción
penal
ordinaria,
no
constituye
infracción
del
derecho
fundamental
al
Juez
ordinario predeterminado por la Ley. Como ha
señalado SSTC las cuestiones de competencia
reconsiderables al ámbito de la interpretación y
aplicación de las normas reguladoras de dicha
competencia entre órganos de la jurisdicción
ordinaria no rebasan el plano de la legalidad
careciendo por tanto de relevancia constitucional
(SSTC 43/84, 8/88, 35/2000). El derecho al Juez
predeterminado por la Ley únicamente puede quedar
en entredicho cuando un asunto se sustraiga
indebida o injustificadamente al órgano al que la
Ley lo atribuye para su conocimiento, manipulando
el texto de las reglas de distribución de
competencias con manifiesta arbitrariedad, como
señala la STC 35/2000 recogiendo lo ya expresado
en la ATC. 262/94 de 3.10. Igualmente, en la STC
126/2000, de 26 de mayo, se expresa que la
interpretación de las normas sobre competencia y,
por consiguiente, la determinación del órgano
judicial
competente,
son
cuestiones
que
corresponden en exclusiva a los Tribunales de la
jurisdicción ordinaria, por lo que, en realidad,
el recurrente trata de trasladar a este Tribunal
117
el problema legal de la determinación del Juez
del caso cuyo discernimiento no nos compete
cuando, como en este supuesto, los órganos
judiciales
han
realizado
una
interpretación
razonable de la legalidad procesal que, por
serlo, no nos compete revisar ni sustituir y en
el ATC de 7 de abril de 1997 se recuerda que
constituye
reiterada
jurisprudencia
de
este
Tribunal que el derecho al juez predeterminado
por la Ley, reconocido en el artículo 24.2 CE,
configura la garantía de que el órgano judicial
llamado a conocer del asunto haya sido creado
previamente por la norma, esté investido de
jurisdicción y competencia antes del hecho que
motiva su actuación y de que su régimen orgánico
no
permita
ser
calificado
de
especial
o
excepcional (entre otras muchas, SSTC 47/1983,
148/1987, 39/1994 y 6/1997)”.
Y respecto de las consideraciones del Ministerio
Fiscal
en
su
contestación,
sobre
la
ausencia
de
declaración de oficio por el Instructor en su auto de 26
de marzo de 2010, no debe olvidarse que la declaración de
nulidad de oficio o por incidente excepcional no puede
convertirse en la regla general, sino en la subsidiaria a
la principal, pues así lo dice taxativamente el artículo
240.1 de la LOPJ “por medio de los recursos legalmente
establecidos frente a la resolución de que se trate”. Y
que en este caso, es el de reforma y el directo y/o
subsidiario de apelación, si bien dicho auto se dictó con
la prudencia que exige el conocimiento somero de una causa
voluminosa en un periodo de tiempo limitado (un escaso
mes, en cuyo intervalo ya se había acordado una inhibición
por auto de 12 de marzo de 2010), por lo que las
circunstancias ahora contempladas son netamente distintas
de las entonces examinadas superficialmente, con el tiempo
que se pudo dedicar, finalmente, a su estudio y análisis.
Sin embargo, debe prosperar el recurso formulado por
el Sr ABADÍA MARTÍNEZ, dado que la resolución que acuerda
la intervención del número adjudicado al imputado, auto de
25 de enero de 2008, trae causa de la intervención de una
línea de la que era usuario ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO,
por auto de 15 de enero de 2008, cuya nulidad ha sido
declarada en razonamiento anterior. Nulidad que, como bien
cabe
desprender,
afectará
a
las
resoluciones
que
prorrogaban dicha intervención.
VIGÉSIMOPRIMERO.Recurso
formulado
por
la
representación procesal de ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y
GINÉS SÁNCHEZ LARROSA frente a autos de intervención
telefónica.
Centrado el examen de los recursos formulados por
esta representación y defensa, el objeto del mismo es el
relativo a la intervención del xxxx, atribuido al Sr
SÁNCHEZ LARROSA, cuya intervención tuvo lugar por auto de
25 de enero de 2008 (folio 1764, tomo VII), y prorrogado
por sucesivos autos de 14 de febrero (folio 2010, tomo
VIII), 18 de marzo (folio 5072, tomo XVI), 17 de abril
(folio 5319, tomo XVI) y 16 de mayo de 2008 (folio 5581,
tomo XVII), sin que conste en las actuaciones resolución
por la que se decretara el cese de la medida.
No se ha intervenido teléfono alguno al Sr RODRÍGUEZ
MURCIA.
Los motivos del recurso, instando la nulidad, son
idénticos a los anteriormente examinados, acerca de la
falta de motivación e irregularidad en la obtención de
información que debía ser previo mandamiento judicial. Sin
embargo, por no ser reiterativo, y dada la plena
coincidencia en los autos que se centran en el Sr SÁNCHEZ
LARROSA con la del Sr ABADÍA MARTÍNEZ, si los autos de
intervención y prórroga han sido antes anulados, no puede
sino reproducirse tal conclusión.
Considera la defensa del Sr SANCHEZ LARROSA que
concurre en los autos una total ausencia de motivación,
que los razonamientos jurídicos son propios de un modelo
estereotipado y no explica convenientemente las razones
del sacrificio del derecho fundamental al secreto de las
comunicaciones del artículo 18.3 de la CE. Y entiende que
se vulnera el principio de especialidad, al acordarse la
intervención
para
descubrir,
genéricamente,
posibles
infracciones penales (utiliza las palabras “autorizar en
blanco”), sin emplear otras vías de investigación menos
ingerentes, remitiéndose incluso a los argumentos del
Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 6 de Orihuela
en sus DP 1346/07, auto de 10 de mayo de 2007.
Justifica su alegación acerca de la falta de
motivación en que “no aparece expresamente manifestado
que la decisión de autorizar las intervenciones responda
a una forma de entender qué hechos concretos la motivan y
119
cómo se ha interpretado la norma, de manera que la parte
interesada pueda conocer la causa de esta decisión,
recurriéndola y el
tribunal superior controlar
la
viabilidad jurídica y fáctica de lo decidido”, así como en
el
uso
de
formularios
y
fundamentos
jurídicos
estereotipados que transcriben la solicitud del Ministerio
Fiscal, que tacha de voluntarista y arbitraria.
Finalmente, los autos actúan, a su parecer, contra la
jurisprudencia
del
Tribunal
Supremo,
Tribunal
Constitucional y Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al
mantener su competencia sin aperturar o incoar nuevas
diligencias ni ampliar la intervención telefónica a los
hechos nuevos (cita, en este sentido la Circular 1/1999,
de 29 de diciembre, de la Fiscalía General del Estado y la
Sentencia del Tribunal Supremo 1424/1993, de 18 de junio –
asimismo
invocada
por
los
sucesivos
informes
del
Ministerio Fiscal obrantes en autos, desde el 22 de mayo
de 2008, folios 5667 a 5670 del tomo XVII), y que las
resoluciones se dictan sin audición directa de las
conversaciones por el Juez Instructor.
Por el contrario, el Ministerio Fiscal impugna los
argumentos del recurrente que, pese a respetar su
ejercicio del derecho de defensa, no puede compartir en
cuanto a las manifestaciones relativas al voluntarismo y
arbitrariedad del representante del Ministerio Público –
pues así consta de forma expresa en los escritos del
recurrente-.
Y
se
opone
a
los
demás
argumentos
pormenorizando:
“Identifica
con
claridad
las
figuras
delictivas
investigadas,
fundamento
de
hecho
primero;
cohecho
y
tráfico
de
influencias.
Describe
los
indicios
racionales
de
criminalidad existentes sobre la persona
sometida a la medida, fundamentos de hecho
segundo
y
tercero,
así
como
las
circunstancias de las que se deducen estos
indicios.
Realiza una adecuada ponderación jurídica
sobre la posibilidad de adoptar la medida,
fundamentos jurídicos primero y segundo,
con lo que se manifiesta un periodo de
reflexión y valoración realizado por el
instructor previo a la adopción de la
medida cuestionada.
Fundamenta
y
motiva
extensamente
la
necesidad
de
acordar
una
medida
tan
trascendental, en relación a lo que supone
desde el punto de vista de intromisión en
los derechos fundamentales.
Identifica plenamente las personas sobre
las que se impone esta medida, los números
intervenidos
y
el
plazo
inicial
de
intervención”.
El fundamento jurídico tercero de la Sentencia del
Tribunal Supremo de 8 de junio de 1993, resolución
invocada de forma reiterada en estas actuaciones y por el
propio recurrente, que, en el caso concreto que ocupaba al
Alto Tribunal, absuelve al acusado de las infracciones que
se le han imputado, prevaleciendo así su derecho
constitucional a la presunción de inocencia del artículo
24.2 de la CE, sostuvo lo siguiente
“Es criterio compartido, y existen reiteradas
manifestaciones en este sentido en resoluciones
jurisprudenciales,
el
de
que
la
resolución
autorizante del Juez ha de responder a la doble
exigencia de motivación de la medida y de
existencia y guarda de la debida proporcionalidad
entre aquélla y la finalidad perseguida. La
motivación
de
la
resolución
judicial
lleva
consigo, con mayor o menor explicitez, una
ponderación del objeto o fin que la provoca,
secundada de las reflexiones oportunas acerca de
la gravedad de los delitos cuyo descubrimiento en
alguno de sus órdenes objetivos o subjetivos se
busca, y de la necesidad de puesta a contribución
de las medidas propugnadas. La proporcionalidad
supone la graduación de la naturaleza del delito,
su gravedad, factibilidad de descubrimiento por
otros medios y valoración, en suma, de las
circunstancias coexistentes; siempre bajo la
inspiración de que sólo los delitos graves o de
cierta trascendencia social pueden dar lugar a
una interceptación telefónica y sólo por el
tiempo indispensable. A ello se ha de unir el
ejercicio por parte del Juez de un adecuado
control
del
desarrollo
de
la
autorización
concedida, en el sentido -concreta el Auto de
121
esta Sala de 18-6-1992 (RJ 1992\6102)- de ordenar
que se entreguen, tan pronto como sea posible, en
el Juzgado, los soportes originales físicos en
los que consten las conversaciones intervenidas o
las observaciones hechas, en la forma que en cada
caso
se
estime
procedente
para
tomar
las
correspondientes decisiones y poder realizar, con
carácter
exclusivo
y
excluyente,
de
manera
inmediata, la selección de las conversaciones
intervenidas y grabadas, desechando aquellas que
no afecten al objeto de la investigación, siempre
con la vigencia del principio de inmediación y,
siendo posible, de contradicción y la obligada
presencia del Secretario judicial.
Todo ello en función de la existencia de unos
indicios -no meras sospechas o conjeturas- que
conforme a principios de lógica y reglas de
experiencia, abonan la idea de la implicación
participativa de una persona en el hecho criminal
que se investiga y en función de lo cual se
decreta la intervención telefónica. Conforme al
citado Auto de 18-6-1992, de alguna manera ha de
existir
una
investigación
penal
en
curso,
incluido el supuesto de que ésta se abra, sobre
la existencia de tales indicios, precisamente con
la
intervención
telefónica,
inmediatamente
después
de
la
incoación.
Sólo
cabe
la
intervención telefónica abierto un proceso penal
y dentro de él”.
En su virtud, la mencionada Sentencia concluye con el
modo de proceder que hubo de seguirse en dicho asunto:
“El hecho de que la actuación policial no
pueda
tacharse
de
dolosa
y
activa,
y
la
pretendida información se detectase de modo
accidental, no empece para que, al no mediar la
inmediación y control judicial, cual se ha
destacado,
se
traduzca
todo
ello
en
una
conculcación
del
derecho
fundamental
a
la
intimidad y al secreto de las comunicaciones
telefónicas y, sobre todo, en la configuración de
un elemento probatorio carente de la legitimidad
precisa para surtir efecto en un proceso penal.
El propio auto de esta Sala ya aludido resalta,
en hipótesis semejante a la analizada, que tan
pronto aparecen en las conversaciones expresiones
que hacen pensar en un delito distinto al que
motivó
la
intervención,
debió
ponerse
inmediatamente tal dato en conocimiento del Juez
porque con tal «novación» del objeto de la
autorización hubiera tenido que considerar su
decisión, cualquiera que hubiera sido su signo.
Insistiéndose en referido deber de la policía de
dar
cuenta
inmediata,
sin
solución
de
continuidad, al Juez de Instrucción de la
aparición de un posible o posibles nuevos
delitos, a los efectos consiguientes, entre ellos
el de examinar su propia competencia y la
exigencia de proporcionalidad, pues en otro caso
la autorización, de hecho, se transforma en una
especie
de
prospección
del
comportamiento
genérico de una o varias personas a través de las
conversaciones
telefónicas,
lo
que
no
es
aceptable.
Tales
situaciones
-termina
consignándose en el auto- si no son controlables
y controladas de manera directa por el Juez,
provocan
o
pueden
provocar
el
completo
desconocimiento
del
principio
de
proporcionalidad”
En punto a la necesidad de motivación de las
resoluciones judiciales, la más reciente Sentencia del
Tribunal Supremo de 22 de Noviembre de 2010 (ROJ: STS
7057/2010), en Recurso: 2607/2009, ponente JOSE MANUEL
MAZA MARTIN, responde al mandato del artículo 120.3 de la
CE, como manifestación del derecho a la tutela judicial
efectiva (artículo 24.1, en relación con el artículo 1, de
la CE), que exige el cese de soluciones arbitrarias –
artículo 9.3 CE- o subjetivamente voluntaristas (SSTC
55/1987, 165/1993), permitiendo así al afectado acceder a
la vía impugnativa de la decisión adoptada y con ello el
Tribunal superior examine y resuelva sobre el acierto de
los argumentos en que se apoya. Lo cual obliga al Juzgador
que “reflexione sobre el sentido y validez de su
razonamiento,
al
verse
obligado
a
justificarlo,
auxiliándole eficazmente en la honesta búsqueda de la
rectitud y justicia de la decisión”, aunque en la
fundamentación
no
llegue
a
exigirse
una
“total”
exhaustividad. Aunque no por esa afirmación se exima de
una mínima descriptividad.
El deber motivador recae, según la reiterada doctrina
que se ha citado, en la resolución judicial habilitante y
123
en las posteriores que la prorrogaren, por tanto en la
figura del Juez Instructor, a quien se aportan por la
Policía Judicial los informes sobre las intervenciones
solicitadas, bien por ésta, bien por el Ministerio Fiscal,
quien,
sobre
dicha
base
debe
resolver
sobre
la
autorización de la continuidad de las intervenciones o la
práctica de otras nuevas. Y es en dicho momento
procedimental cuando debe darse cumplida cuenta del deber
constitucional de motivar la resolución del artículo 120.3
de la CE. La Policía Judicial, en este y en todos los
casos, se limita a poner en conocimiento de la autoridad
judicial cuantas conversaciones tengan interés desde su
punto de vista para el proceso en curso, siendo ajenas a
la Fuerza Actuante las cuestiones relativas a la
calificación jurídica de los hechos, pues ello atañe a la
autoridad judicial y al Ministerio Fiscal, en cumplimiento
de sus funciones y deberes constitucionales previstos por
los artículos 117 y 124 de la CE. Consecuentemente con lo
anterior, la función del representante del Ministerio
Fiscal en el presente proceso ha sido la de apoyar el
impulso procesal de la causa con sus informes, sin que al
mismo se le deba requerir el cumplimiento del deber
motivador que recae en la autoridad judicial, en quien
reside la dirección del proceso a través del dictado de
las resoluciones correspondientes. Por tanto, si no se
cumple con el deber de motivación, lo hace la resolución
judicial, no el informe de la Policía Judicial o el
dictamen
del
Ministerio
Fiscal,
cuyos
criterios,
compartidos o no, son igualmente plausibles en nuestro
ordenamiento jurídico, máxime cuando las normas son, todas
ellas, susceptibles de diversas interpretaciones que, como
bien se conoce, finalmente son comprendidas con la
doctrina del Tribunal Constitucional (artículos 161 y 164
de la CE, y 38 y siguientes de la LOTC) y de la Sala
correspondiente del Tribunal Supremo (artículos 123 de la
CE, en relación con el 1.6 del Título Preliminar del
Código Civil) en sus respectivas sentencias, interpretando
y aplicando las fuentes del ordenamiento jurídico.
Así, debe rechazarse rotundamente la crítica a la
actuación del representante del Ministerio Fiscal, pues
como se ha dicho, la falta de motivación, la arbitrariedad
y el mero voluntarismo ha sido, según la doctrina
jurisprudencial antes citada, fruto del examen de las
resoluciones judiciales (autos, sentencias) dictadas en el
seno de los procesos que han sido enjuiciados en sede
casacional, y no precisamente a los informes del
Ministerio Público, a cuyo representante ninguna de las
partes ha recusado tras varios meses. Confirmando de este
modo que la crítica jurídica debe recaer sola y
exclusivamente en el contenido de la resolución judicial,
dejando incluso al margen la identificación, con los
concretos nombres y apellidos de los sucesivos y varios
Jueces Instructores cuyas resoluciones no se comparte,
pues nada aporta al presente proceso.
Finalmente, y en cuanto al motivo de impugnación por
falta de audición de las conversaciones por el Juez
Instructor, debe recordarse la reciente sentencia del
Tribunal Supremo de 19 de Mayo del 2010 (ROJ: STS
2500/2010),
Recurso: 1701/2009, Ponente: JUAN RAMON
BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE, que vino a reconocer que esta
labor no es necesaria ni supone motivo de nulidad:
“En efecto como hemos recordado en la
reciente STS. 745/2008 de 25.11 ningún precepto
legal impone al Juez de Instrucción la obligación
de oír las grabaciones de las conversaciones
intervenidas para acordar la prorroga de las
intervenciones ya autorizadas, siendo patente que
el Juez puede formar criterio de tales efectos
por medio de la información escrita o verbal de
los funcionarios policiales que hayan interesado
y practiquen la intervención (STS. 1368/2004 de
15.12).
Así se ha pronunciado esta Sala en SS.
28.1.2004,
2.2.2004,
18.4.2006
y
7.2.2007,
precisando que: "Desde luego es cierta la
necesidad
de
conocer
el
resultado
de
las
conversaciones, pero ni la sentencia del Tribunal
Constitucional dice, ni esta Sala ha exigido, que
deba oír las conversaciones directamente el juez
o leer su transcripción. Lo esencial es que aquel
efectúe
el
juicio
de
ponderación
y
de
proporcionalidad en base a los datos que la
policía le facilite, si los estima suficientes.
En nuestro caso, dadas las necesidades de la
investigación, el juzgador estimó convincente y
adecuado el informe policial petitorio, en el que
se le instruía verazmente del resultado de la
medida
injerencial
y
de
la
necesidad
de
ampliarla,
así
como
de
la
marcha
de
las
investigaciones.
La
credibilidad
que
al
Instructor le merecía la labor policial, en este
cometido, no carece de apoyo racional si pensamos
125
en la especial responsabilidad que recae sobre
los miembros de la policía que actúan a las
órdenes y bajo la dirección del juez en la
investigación de las causas penales, amén de que
cualquier discordancia entre el contenido de las
conversaciones, en breve tendría que aflorar
cuando aquéllas se transcribieran. Siendo así, el
único
obstáculo
que
teñiría
de
ilicitud
constitucional
la
ampliación
de
las
intervenciones telefónicas sería la nulidad de
las primeras, si las segundas se basaban en
aquéllas.
La
intervención
ulterior
estaría
viciada de ilegitimidad si estos nuevos datos o
circunstancias objetivas aportadas, que pretenden
fundamentar la nueva solicitud de ampliación,
hubieran
sido
conocidas
a
través
de
una
intervención telefónica ilícita."
Como tiene dicho ya con reiteración esta
Sala, al margen de que los aspectos relativos a
la incorporación del resultado de las diligencias
a las actuaciones se refieren tan sólo a las
exigencias de la eficacia probatoria de sus
propios contenidos pero, sin que en ningún caso,
ello pueda suponer la nulidad del material
derivado de las mismas, el aludido "control" de
la
práctica
de
las
intervenciones
por
la
autoridad judicial no exige la necesaria audición
personal de las cintas que, no lo olvidemos, se
encuentran a su disposición, sino que, basta con
que, antes de las decisiones ulteriores a
propósito de la evolución de la injerencia, el
Juez cuente con la imprescindible información
acerca de los resultados previamente obtenidos,
lo que, en este caso, sin duda, se produjo
mediante la aportación de transcripciones e
informes en apoyo de las nuevas solicitudes de
autorización.
Por ello la alegación de que el Juez no ha
efectuado
las
oportunas
comprobaciones
para
acordar
las
prorrogas
constituye
una
mera
afirmación de la parte. Lo relevante es que
conste en las actuaciones que el servicio
policial especializado que por delegación del
Instructor realiza materialmente las escuchas, ya
que es obvio que éstas no se pueden materializar
por el propio Juez, entregó al Instructor los
elementos
probatorios
necesarios
para
valorar la conveniencia de la prórroga.
poder
En este momento procesal, no se trata todavía
de utilizar el resultado de las intervenciones
como medio de prueba en el juicio, sino que el
Juez controle el proceso de intervención y
decida, conforme a su propio criterio profesional
y en atención a los datos que se le proporcionan,
la
procedencia
de
la
continuidad
de
la
investigación.
Consecuentemente no deben confundirse los
requisitos necesarios para que el Instructor
prorrogue o amplíe una intervención telefónica
con los exigibles para su utilización posterior
como prueba en el juicio”.
En consonancia con lo expuesto respecto del recurso
del Sr ABADÍA MARTÍNEZ, el recurso del Sr SÁNCHEZ LARROSA
ha de prosperar, anulando el auto de 25 de enero de 2008 y
posteriores autos que prorrogaban su intervención, por
derivar todos ellos de diligencias de investigación
declaradas nulas.
VIGÉSIMOSEGUNDO.Recurso
formulado
por
la
representación procesal de ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA y
JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ frente a autos de intervención
telefónica.
Del mismo modo que en razonamiento anterior, debe
hacerse constar que al Sr CANDEL MARTÍNEZ no le fueron
intervenidas las comunicaciones, a diferencia del Sr ORTIZ
SELFA, que lo fueron desde el auto de 9 de mayo de 2008
(folio 5504, tomo XVII).
Por otra parte, y tras haber acordado mediante auto
de 12 de julio de 2010 la inhibición de diversas líneas de
investigación por falta de competencia territorial, buena
parte de las resoluciones habilitantes de la intervención
de las comunicaciones telefónicas del Sr ORTIZ SELFA no
han podido ser objeto de notificación formal a las partes
hasta la fecha, por lo que la posibilidad que asistirá al
mismo de formular recurso frente a tales resoluciones se
conserva y reserva hasta el momento en que se le dé
traslado
por
el
Juzgado
de
la
documentación
correspondiente.
127
En tal sentido, el objeto del presente recurso es
examinar si la resolución de 9 de mayo de 2008 debe o no
confirmarse, a tenor de las alegaciones del recurrente.
Como motivos de su recurso, el Sr ORTIZ SELFA (y el
Sr CANDEL MARTÍNEZ), a través de su dirección técnica,
entienden que las presentes diligencias no revisten los
caracteres de una instrucción penal a lo largo de más de
tres años, no respetuosa con el principio de legalidad ni
con la finalidad procesal de las diligencias previas del
artículo 777.1 de la LECrim. Se ha vulnerado, dice, su
derecho de defensa por el plazo concedido para formular
recurso frente a las resoluciones que se le han
notificado. Indefensión que, sostienen los recurrentes, es
ahondada con los más de 17.000 folios de que constan las
actuaciones,
básicamente
conformadas
por
escuchas
telefónicas.
Los
hechos
investigados,
añade,
son
heterogéneos, así como el número de personas afectadas
directa e indirectamente, refiriéndose al folio sexto de
su escrito a la investigación de relaciones con un miembro
de la carrera judicial, letrados o diputados de las Cortes
Valencianas.
Los hechos investigados, continua argumentando, son
de distinta naturaleza, lugar de ejecución y objeto
material, elementos todos ellos que, a su entender,
convierten a la presente en una causa general y
prospectiva, conculcando la prohibición de indefensión del
artículo 24.1 de la CE y el principio de igualdad de armas
procesales.
Alegan infracción del artículo 776.3 de la LECrim por
no
contar
con
las
grabaciones
de
audio
de
las
conversaciones intervenidas a los imputados, como medio de
poder preparar su defensa.
En cuanto al auto de 9 de mayo de 2008 (véase a
partir del folio 14 de su recurso), sostiene que no
existía indicio alguno de responsabilidad criminal en el
Sr ORTIZ SELFA, incumpliéndose el presupuesto habilitador
de la ingerencia en su intimidad. Aduce que la motivación
es la implicación del imputado en la obtención ilegal de
la adjudicación del Plan Zonal XVII. Sin embargo, pone de
manifiesto que dicha adjudicación fue resuelta, y a favor
de las mercantiles ORTIZ-CESPA el día 3 de enero de 2008,
reputando incoherentes los argumentos sobre la connivencia
con el Sr FENOLL PÉREZ cuando en informes policiales
anteriores se hacía alusión a un enfrentamiento entre
ambos
empresarios
en
la
pugna
por
obtener
dicha
adjudicación (cita como ejemplo la obrante al folio 460 o
al folio 1175).
En base a la inexistencia de indicios, se debería
declarar la nulidad del auto de 9 de mayo de 2008, así
como de los autos posteriores que, afirma, no le han sido
notificados hasta la fecha, y que las grabaciones
obtenidas de forma ilícita deberán ser objeto de
destrucción a presencia del Secretario Judicial.
Por otra parte, niega tajantemente que los hechos
investigados en torno al Plan Zonal XVII sean conexos con
el hecho inicial de la investigación –se remite al folio
95 del tomo I-, sino mas bien un hallazgo casual carente
de conexidad con los delitos de extorsión, cohecho y
tráfico de influencias relativos a la adjudicación del
contrato de recogida de basuras de la ciudad de Orihuela,
por lo que entiende que no puede ser el Juzgado de Primera
Instancia 3 de Orihuela el que deba conocer del asunto del
Plan Zonal, resultando manifiestamente incompetente para
conocer de dicha investigación e incumpliéndose las reglas
de tratamiento procesal de los hallazgos casuales (cita el
Auto del Tribunal Supremo de 18 de junio de 1992, la
Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 4 de
enero de 2010, el Auto del Tribunal Superior de Justicia
de Andalucía de 9 de octubre de 2002 ó la Circular 1/1999,
de 29 de diciembre de la Fiscalía General del Estado).
Son, a su entender, aplicables los artículos 238.1º y
11 de la LOPJ, por lo que las escuchas ordenadas son
nulas. Incluso, por infracción procedimental, sería
aplicable la causa de nulidad del artículo 238.3º de la
LOPJ.
Por otra parte, como motivo añade la falta de
efectivo control judicial del desarrollo de la diligencia
de intervención telefónica, incluso remitiéndose a sendas
actuaciones desglosadas a Juzgados de Instrucción de
Alicante que han finalizado con otros tantos autos de
sobreseimiento.
Es, sigue argumentando, una verdadera causa general
contraria abiertamente al sistema procesal establecido en
la Ley de Enjuiciamiento Criminal y en la Constitución, en
129
un modelo investigador que hubiera permitido de forma
incomprensible el agotamiento de algunos de los supuestos
delitos (folio 39 del recurso), como la adjudicación de la
contrata de recogida de basuras de Orihuela a finales de
2008, sin haberse adoptado medidas al respecto ni antes ni
tras el acto adjudicador.
Otro de los motivos de su recurso es el de nulidad
por infracción de la necesaria fundamentación jurídica de
las resoluciones –destacando aquellas que incluyen entre
sus pasajes la imputación de delito contra la salud
pública, como síntoma de la rutinariedad y falta de
efectivo control judicial-, así como por falta de
proporcionalidad en la fase temporal de secreto de las
actuaciones, con constantes y prolongadas alusiones en los
sucesivos
autos
al
“estado
embrionario
de
la
investigación”.
Infracción
que
extiende
al
derecho
constitucional a un proceso público.
Especifica la que entiende ha sido secuencia habitual
en este proceso, consistente en remisión por la Fuerza
Instructora tanto al Fiscal como al Juzgado de un informe
sobre las intervenciones practicadas y la solicitud de
prórroga y/o nueva intervención. Seguidamente, solicitud
del Ministerio Fiscal de las medidas indicadas por la
policía en su informe. Y, por último, en el mismo día de
recepción de ambos informes se dicta el auto, con
independencia del número de páginas del informe y horas de
grabaciones efectuadas.
Frente a los argumentos del recurrente, el Ministerio
Fiscal sostiene que no hay delimitación temporal en la
corrección de la actividad instructora, y se estaban
cumpliendo escrupulosamente los fines e la instrucción
(artículos 777.1 y 299 de la LECrim). No se ha vulnerado
su derecho de defensa en el plazo de veinte días
concedido, recordando el principio de improrrogabilidad de
la jurisdicción penal, siendo la excepcional prórroga de
los plazos para articular recursos una posibilidad que no
debe gozar de amplitud interpretativa, por razones de
orden público de los preceptos procesales y por el fin del
plazo que se concede, el de interponer recursos, que no el
de instruirse de lo actuado. Respecto de las resoluciones
todavía no notificadas, sostiene que está plenamente
justificada la falta de traslado, pues afirma “se
encuentran amparadas por el secreto de sumario en otros
procedimientos que traen su causa en el presente, del que
se han desgajado,
por lo que el instructor, al excluir
esta notificación, no hace sino cumplir las garantías
previstas en el artículo 302 de la LECRIM., respecto del
secreto vigente en otro procedimiento que repercute en
éste.
El
derecho
de
defensa
queda
completamente
garantizado, dado que no se trata de una exclusión total
de la notificación, sino que ésta se hará efectiva en el
momento en el que cese el secreto en el procedimiento en
el que se ha acordado”.
En cuanto a la resolución recurrida de 8 de mayo de
2008, impugna los motivos del recurso formulado en los
siguientes términos que, por su claridad expositiva (folio
sexto y séptimo del escrito), se considera conveniente
transcribir:
“En su Razonamiento Jurídico SEGUNDO el
Instructor desarrolla la idea de la irregularidad
en la adjudicación del concurso a favor del Sr.
ORTIZ, como parte de un pacto por el que, a
través de contactos con el Presidente de la
Diputación de Alicante, Presidente también del
Consorcio del Plan Zonal XVII, a partir, al
menos,
de
diciembre
de
2007,
se
habría
desbloqueado la situación del Plan Zonal a partir
de la labor de intermediación del Sr. Gregory con
los Sres. Ripoll, Ortiz y Ángel Fenoll, planeando
la discusión de una serie de acuerdos iniciales
entre Ortiz y Fenoll: La venta a ORTIZ del
terreno adquirido por la mercantil PROAMIBENTE,
propiedad de Ángel Fenoll, para situar la planta
y participar en porcentajes de beneficios de la
misma; la avocación de Ángel Fenoll con la UTE de
CESPA-ORTIZ. La presunta imposición de estos
pactos por el Sr. RIPOO, Presidente del Consorcio
del Plan Zonal. Y cómo, al adjudicarse el
concurso a la UTE CESPA-ORTIZ, ya se comunica
desde fuentes de la propia Diputación que la
ubicación definitiva de la planta estará situada
en algún punto cercano a la pedanía oriolana de
Torremendo, donde están ubicados los terrenos de
PROAMBIENTE.
El
auto
judicial
refiere,
igualmente, que se alcanza un acuerdo secreto
entre Fenoll y Ortiz, y que los contactos con el
órgano decisorio se llevan a cabo con más
intensidad desde responsables del GRUPO ORTIZ.
Todos
estos
datos,
según
el
propio
auto,
131
“permiten tener conocimiento racional de la
presunta implicación de Enrique Ortiz Selfa en
sendos
delitos
de
cohecho
y
tráfico
de
influencias, sospechas que descansan en bases
objetivas
y
no
es
una
mera
especulación
voluntarista”.
Sobre la justificación de la intervención
telefónica, el RAZONAMIENTO JURÍDICO CUARTO del
auto ahora impugnado, recoge que “esto es lo que
sucede en este caso, pues la utilidad de la
medida se revela como imprescindible puesto que
del estado de la investigación se infiere que no
existe otro medio menos gravoso para el derecho
público subjetivo que acordar la intervención del
teléfono de Enrique Ortiz Selfa. La investigación
necesita dar un paso más si lo que se pretende
verdaderamente es tener un exacto conocimiento de
la trama que se está investigando ya que estando
próxima la decisión sobre la ubicación definitiva
de la planta de vertidos del Plan Zonal XVII, es
necesario
conocer
si
las
irregularidades
investigadas tienen un reflejo objetivo siendo
perjudicial para ello la utilización de cualquier
medio “externo” que pondría en alerta a los
presuntos
responsables
y
frustraría
la
investigación,
lo
que
justifica
lógicamente
también el secreto de las diligencias”.
Continúa oponiéndose a los motivos del recurso
manifestando que las comunicaciones intervenidas están
amparadas por sus correspondientes autos de prórroga, los
cuales una vez le sean notificados podrá, en su caso,
impugnar. Por lo que se refiere al tratamiento procesal
del hallazgo casual y la conexidad delictiva, entiende
conexos los hechos relativos al Plan Zonal y la
adjudicación de la contrata de recogida de basuras de
Orihuela a tenor del artículo 17.5 de la LECrim, por
conexión personal y territorial. Personal, al incluir como
personas implicadas en los mismos a “Dº ÁNGEL FENOLL
PÉREZ, Dº RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, Dº ANTONIO ÁNGEL
FENOLL CAMPILLO, Dª MÓNICA LORENTE RAMÓN, D. PEDRO JOAQUÍN
MESEGUER DÍEZ, Dº DAVID ANTONIO COSTA BOTELLA, Dº
ÁNGEL
LUIS BRACHO PACHECO, Dº MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ y Dº JORGE
SANZ SÁNCHEZ”. Y territorial, por aplicación en el
presente proceso de la “teoría de la manifestación del
resultado ante la imposibilidad práctica de unir en un
único procedimiento todos los procesos”.
Descarta cualquier vicio de nulidad respecto de las
alegaciones efectuadas por el recurrente en punto a la
falta
de
control
judicial
en
las
diligencias
de
observación telefónica ordenadas, al manifestar en el
folio 11 de su escrito de impugnación “el oficio policial
en el que se solicita la prórroga, además de contener la
información referida a los resultados de la investigación,
se acompaña de las transcripciones de las conversaciones
mantenidas en los teléfonos intervenidos, todo ello sin
perjuicio de que también son remitidos, para su unión a la
causa,
los
cd`s
conteniendo
la
totalidad
de
las
conversaciones,
así
como
la
totalidad
de
las
transcripciones”,
elementos
que
unidos
a
las
autorizaciones expedidas para labores policiales de
vigilancia y seguimientos, inclusive requerimientos de
informes, son buenas muestras de efectivo control judicial
de la causa.
Como en otros escritos, se opone abiertamente a la
calificación de la presente como causa general, ni que la
misma vulnere el derecho al juez ordinario predeterminado
por la ley y a un proceso público con todas las garantías,
cumpliéndose sin embargo las previsiones del artículo 2 de
la LECrim. Los autos de intervención y prórroga, a su
entender, cumplen con todos los requisitos legales, y que
la ampliación del objeto de la investigación no ha sido ni
caprichosa ni arbitraria, sino que ha obedecido por el
propio comportamiento de los imputados cuya comunicación
estaba intervenida, deparando con ello un correcto
tratamiento procedimental de los hechos conocidos con
casualidad, puestos en conocimiento de la autoridad
judicial por la policía, previo al dictado de la
correspondiente resolución habilitante.
Vistas las alegaciones en cuanto al auto de 9 de mayo
de 2008, el recurso interpuesto frente al mismo debe ser
desestimado. Bien es cierto que el acto administrativo de
adjudicación del denominado Plan Zonal XVII tuvo lugar en
fecha 3 de enero de 2008, y hasta entonces no se habían
intervenido las comunicaciones del Sr ORTIZ SELFA, salvo
aquellas conversaciones que hubiera mantenido con alguno
de los imputados que sí las tenían intervenidas (esto es,
el Sr FENOLL PÉREZ ó el Sr GREGORY FERNÁNDEZ). Las razones
que se aportaban en el momento inmediatamente anterior a
la intervención radicaban en la necesidad de tomar pleno
133
conocimiento de una supuesta estrategia que condujera a un
pacto o acuerdo entre el Sr FENOLL PÉREZ y el Sr ORTIZ
SELFA sobre la finca en la que se ubicaría la planta de
tratamiento de residuos del Plan Zonal, localización que,
al parecer, debía contar con la aprobación por parte del
Consorcio
Provincial
del
Plan
Zonal
mediante
el
correspondiente acto administrativo. Los indicios que se
aportaban fueron convenientemente valorados en el auto,
cuya extensión y fundamentación fáctica es notable frente
a otras resoluciones que al margen de reproducir doctrinas
legales y jurisprudenciales poco o nada fundamentan en el
caso que le ocupa –y que, por tal razón, son nulos por
falta de motivación, como se ha dicho-.
El
desarrollo
de
esa
línea
de
investigación
permitiría,
en
su
momento,
contar
con
elementos
conducentes a la obtención de información acerca de la
posible pretensión común de ambos empresarios de obtener
beneficios económicos derivados de la aprobación de la
propuesta de ubicación de la planta. Beneficios que en
cuanto al Sr FENOLL PÉREZ procederían de la venta de una
finca propiedad de su entorno empresarial y respecto del
Sr ORTIZ SELFA por la misma implantación de dicha planta
en el lugar que se postula adquirir mediante compraventa.
En definitiva, la resolución está correctamente
fundamentada, aún cuando pudiera considerarse, como lo es,
tardía si pretendiera investigarse si la adjudicación a la
UTE CESPA-ORTIZ hubiera sido fruto a alguna irregularidad
a favor de la misma y que fuera imputable al Sr ORTIZ
SELFA, pues en caso de contar con esos indicios no se
habría esperado a solicitar la intervención de sus
comunicaciones telefónicas.
Y en relación con las alegaciones efectuadas respecto
de la tramitación de las actuaciones sobre los hallazgos
casuales y la investigación de delitos conexos, es preciso
dejar constancia del contexto procesal en que se produce
la intervención del teléfono del Sr ORTIZ SELFA, pues
previamente, y mediante auto de 4 de abril de 2008, con
plena corrección de criterio conforme a las exigencias de
nuestra doctrina jurisprudencial, se acuerda el desglose
de actuaciones y remisión al Juzgado Decano de Alicante a
fin
de
investigar
unas
supuestas
irregularidades
urbanísticas. Ello puede localizarse en el tomo XVI de las
actuaciones, donde se verifica que el 31 de marzo de 2008
la Fuerza Actuante remite al Juzgado un informe sobre unas
conversaciones intervenidas (folios 5186 a 5192), a lo
cual el Ministerio Fiscal en fecha 4 de abril de 2008
(folios 5193 a 5195) solicita el desglose a inhibición a
Alicante, accediéndose mediante auto de la misma fecha
(folio 5196). De dicha inhibición, remitida el 7 de abril
de 2008 (folio 5203), no se tiene constancia de los
definitivamente resuelto hasta la fecha por el Juzgado al
que recayó, por lo que cuanto menos se desprende que no
hubo rechazo de la inhibición acordada y se puede llegar a
aventurar que la causa incoada cuenta, en la actualidad,
con resolución que la ha terminado de forma definitiva.
Deberá,
por
tanto,
este
Juzgado
realizar
las
gestiones oportunas para conocer el órgano al que recayó
dicha causa y estado procesal de la misma.
Ante esta actuación procesal que, se reitera, es
correcta en el tratamiento del “hallazgo casual”, pues se
pone en inmediato conocimiento del Juez el hecho novedoso,
sin esperar al agotamiento del plazo de intervención
telefónica, a fin de resolver sobre la cuestión.
Exigiendo, con ello, el examen de competencia para el
conocimiento del asunto descubierto. Se advierte, con
acierto, que los hechos deben ser investigados por el Juez
competente territorialmente, el del partido judicial de
Alicante, y en coherencia con ello se produce la
inhibición parcial por tal hecho. Decisión que tenía que
haberse seguido tomando en resoluciones posteriores, sin
que sea comprensible en términos jurídicos el cambio de
criterio por parte de este Juzgado en las sucesivas
prórrogas de intervención y respecto de los hallazgos
casuales sobre presuntas irregularidades detectadas en
partidos judiciales distintos del de Orihuela, cuando poco
antes
resolvía
inhibirse
por
falta
de
competencia
territorial en auto de 4 de abril de 2008.
Se desestima el recurso del Sr ORTIZ SELFA frente al
auto de 9 de mayo de 2008 que acuerda su intervención en
relación con la investigación desarrollada en torno al
Plan Zonal XVII.
No obstante, se adelanta que sí son nulas las
intervenciones posteriores al dictado del auto de 30 de
noviembre de 2009, por las razones y motivos que se dirán
con ocasión del análisis del recurso formulado por la
defensa del Sr RIPOLL SERRANO, en el siguiente fundamento
jurídico.
135
VIGÉSIMOTERCERO.Recurso
formulado
por
la
representación procesal de JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO
frente a autos de intervención telefónica.
Recurre
su
representación
procesal
varias
resoluciones dictadas en las presentes actuaciones, sobre
intervención ó prórroga de diligencias de intervención
telefónica, aunque, como ya se ha establecido, solo es
procedente examinar el recurso en cuanto a los autos
recaídos en los números de los que es titular o usuario
habitual. Son, de los relacionados en su recurso obrante a
los folios 21903 del tomo XLV de las actuaciones, los
autos de 12 de junio (folio 7437 del tomo XXI), 11 de
agosto (folio 7782 del tomo XXII), 7 de octubre (folio
8004 del tomo XXII), 6 de noviembre (folio 8402 del tomo
XXIV) y 30 de noviembre de 2009 (folio 8607 del tomo
XXIV).
No se recurren las posteriores prórrogas, pues las
resoluciones siguientes no han sido notificadas en forma
por los motivos expuestos en el anterior fundamento,
resolutorio de los recursos formulados por el Sr ORTIZ
SELFA frente a los autos de intervención telefónica.
Los motivos del recurso del Sr RIPOLL SERRANO, que
asimismo los atribuye al resto de resoluciones dictadas
durante la tramitación de la causa, aún no referidas a su
persona, redundan en la idea común de todas las defensas
por la que estamos ante una verdadera causa general que
vulnera el artículo 300 de la LECrim, haciendo suyas las
consideraciones del Auto del Tribunal Supremo de 3 de mayo
de 1999, así como las reglas de la conexidad del artículo
17 de la LECrim, por no estar debidamente justificada la
acumulación en un solo proceso de decenas de hechos
delictivos, sorteándose la aplicación de las normas de
competencia territorial y funcional sin hacer una real
valoración jurídica de esa conexidad –que, obviamente,
niega-. Se quiebra con ello las más elementales reglas del
proceso penal, y se incurre en la proscrita inquisición
general (SSTC 32/1994, de 31 de enero y 87/2001, de 2 de
abril) con inmisiones en los derechos fundamentales que,
en la mayor parte de las resoluciones no están siquiera
justificadas o motivadas.
Se infringe no solo la legalidad constitucional, sino
también la ordinaria, a criterio del recurrente, al
emplear
en
las
resoluciones
modelos
estereotipados
carentes de motivación real y privan de la posibilidad de
conocer las razones del sacrificio de su derecho
fundamental.
La investigación es, según el Sr RIPOLL SERRANO,
genérica
y
prospectiva,
lesiva
del
principio
de
especialidad y con el objeto de descubrir delitos
partiendo de meras conjeturas.
Incide en el hecho de la falta de motivación de las
resoluciones recurridas, en las que, a su juicio, “no
aparece expresamente manifestado que la decisión de
autorizar las intervenciones responda a una forma de
entender qué hechos concretos la motivan y cómo se ha
interpretado la norma, de manera que la parte interesada
pueda conocer la causa de esta decisión, recurriéndola y
el tribunal superior controlar la viabilidad jurídica y
fáctica de lo decidido”, así como reprocha el uso de
formularios y fundamentos jurídicos estereotipados que
transcriben la solicitud del Ministerio Fiscal, que
entiende ha sido voluntarista y arbitraria.
Alude
como
motivo
de
nulidad
la
conexión
de
antijuridicidad, por derivar su intervención del auto de 3
de septiembre de 2007 (folios 1325 y siguientes del tomo
VI) sobre prórroga de la intervención del Sr GREGORY
FERNÁNDEZ, así como del auto de 15 de enero de 2008
(folios 1668 y siguientes del tomo VII) que interviene las
comunicaciones del Sr FENOLL CAMPILLO. En especial, y
respecto de esta última resolución, destaca que viene
precedida de una diligencia del Secretario Judicial –folio
1667- en la que se indica haber procedido a la audición de
las comunicaciones del Sr FENOLL PÉREZ (conversación de 10
de enero de 2008 a las 13:26 horas) no se identifican a
los interlocutores, concluyendo de este modo que la
Policía identificó al usuario del terminal de forma
irregular.
Incide
en
la
reiteración,
en
las
fundamentaciones jurídicas de los autos la referencia en
el tercero de sus razonamientos a la “posibilidad real de
que los mismos sean utilizados en un futuro para mantener
conversaciones
comprometedoras”,
como
reconocimiento
expreso de la prospectividad de las intervenciones, y de
la falta de indicios de responsabilidad criminal, sino de
simples sospechas o conjeturas.
137
Cita, como ejemplos de sus alegaciones, el fundamento
quinto del auto de 23 de septiembre de 2008 (folio 6253,
tomo XVIII) que a su entender carece de relación con los
hechos inicialmente investigados, así como el auto de 30
de noviembre de 2009 (folio 8607 del tomo XXIV), del cual
afirma “en nueve líneas con clara remisión a los
anteriores autos de prórroga pretende justificar la media
limitadora de los derechos fundamentales acordada, cuando
es sabido que la prórroga de la intervención debe cumplir
todos y cada uno de los requisitos constitucionales
exigidos,
por
cuanto
lo
que
se
prorroga
es
la
intervención y no el auto o autos anteriores, por lo
deberá estar motivada como la primera”.
Sostiene que por el Juzgado se ha propiciado una
inactividad procesal al haberse producido la adjudicación
del Plan Zonal el 3 de enero de 2008 y no evitarse la
consumación del supuesto delito con ella cometido,
inclinándose la actividad del Juzgado a ampliar la
investigación a otros municipios, provincias y Comunidades
Autónomas. Algunas de las resoluciones de prórroga
(menciona los autos de 21 de abril y 19 de junio de 2009,
folios 7240 y 7504 del tomo XXI), afirma, se dictan una
vez transcurrido el mes de intervención, por lo que
considera debía ser tratada como una nueva intervención.
Por otra parte, al folio 21920 (el 18 del escrito),
la defensa del Sr RIPOLL SERRANO abunda en su alegato
sobre la falta de control judicial de la causa en el auto
de 14 de octubre de 2008 (folio 6380 y siguientes, tomo
XVIII), del que transcribe parte del Fundamento Tercero, y
que se considera conveniente reproducir del mismo texto de
la resolución obrante en autos: “Solicita el Ministerio
Fiscal a la vista del informe elaborado por el Grupo de
Delincuencia Económica, la ampliación de la investigación
a los nuevos hechos aparecidos y detallados en el informe
policial de veintitrés de octubre” (así se expresa el
primero de sus párrafos).
Impugna el Ministerio Fiscal el recurso formulado por
el Sr RIPOLL SERRANO, reproduciendo sus anteriores
consideraciones acerca de la falta de legitimación para
recurrir resoluciones que no le afectan. Respecto de los
motivos de fondo, entiende inaceptables las críticas
efectuadas en cuanto a la tarea de control judicial,
recordando que en estas actuaciones la práctica de las
diligencias de investigación han sido supervisadas por el
Juez
Instructor
como
por
el
Ministerio
Fiscal.
Reproduciendo los argumentos jurídicos de la Sentencia del
Tribunal Constitucional 26/2010, de 27 de abril. Asimismo,
en cuanto al cómputo del tiempo de intervención, recuerda
que
tanto
las
solicitudes
como
las
resoluciones
especifican que lo serán desde la primera intervención y,
en concreto, a partir de la efectiva conexión del número.
Señala, finalmente, que la referencia del auto de 14 de
octubre de 2008 es un mero error material deslizado en la
resolución.
Entrando en la sustanciación del recurso del Sr
RIPOLL SERRANO, debe exponerse que la resolución de 12 de
junio
de
2009
(folio
7437,
tomo
XXI)
cumple
convenientemente con las previsiones doctrinales para
acordar, conforme a derecho, la intervención telefónica de
los móviles del Sr RIPOLL SERRANO y su esposa. Se motiva
suficientemente, no sólo en el auto, sino el dictamen del
Fiscal y el pormenorizado oficio de la Fuerza Actuante
(véase que el informe se extiende entre los folios 7413 a
7430 del mismo tomo, dedicado a ilustrar los antecedentes
fácticos del procedimiento administrativo del Plan Zonal
conjuntamente con el resultado de las investigaciones
desarrolladas durante meses, inclusive unas conversaciones
mantenidas desde el teléfono del Sr GREGORY FERNÁNDEZ y
las labores de seguimiento efectuadas). Los elementos
descubiertos por la Policía en este punto eran precisos y
no daban lugar a interpretación equívoca, y desprendían
que el Sr RIPOLL SERRANO podría ser destinatario de una
dádiva de considerable valor económico.
Se trataba, pues, de concretos indicios plasmados en
conversaciones
telefónicas
amparadas
en
virtud
de
resolución judicial, seguimientos efectuados por la Fuerza
Instructora
consignados
en
actas
de
vigilancia
y
documentados mediante soporte gráfico. Indicios que serían
incardinados en el tipo penal del cohecho y tráfico de
influencias mencionados en dicho auto, con el riguroso
tratamiento que hace la Fuerza Actuante de este hecho, al
constatar las dificultades habidas recientemente ante la
adopción de ciertas cautelas en las conversaciones que no
logran confirmar el modo de efectuar la transmisión de las
viviendas, y si el Sr RIPOLL SERRANO sería su destinatario
final como contraprestación en especie vinculada a las
resultas del denominado Plan Zonal.
139
Por el contrario, la siguiente resolución que acuerda
prorrogar la intervención, fechada el 11 de agosto de 2009
(folio 7782, tomo XXII), ofrece un mismo esfuerzo
motivador respecto del número del Sr RIPOLL SERRANO, no
así respecto del teléfono de su esposa, pues ni el informe
policial ni la propia resolución exponen los indicios
objetivos de su participación en actividad presuntamente
delictiva alguna, salvo el simple hecho de ser la esposa
del
Sr
RIPOLL
SERRANO
y
de
destacarse
escasas
conversaciones de las que se desprende que el matrimonio
es propietario de inmuebles en el centro de la ciudad y,
al parecer, puede estar arrendando un local comercial en
una zona de ocio de la ciudad de Alicante, sin que estos
hechos tengan vinculación aparente con la investigación
desarrollada respecto del Plan Zonal XVII, por lo que su
descubrimiento, como hallazgo casual, debería comenzar con
un examen de la figura delictiva que podría constituir y,
en su caso, acordar la formación de la correspondiente
pieza
separada
si
resultara
el
Juzgado
competente
territorial y funcionalmente para ello. Lo cual en este
caso no acontece en ninguno de los supuestos, pues no
existen indicios reales de los que se desprenda que la
titularidad inmobiliaria proceda de actuaciones delictivas
que sean objeto de la presente investigación. Siendo, en
su virtud, improcedente la prórroga de la intervención del
móvil utilizado por la esposa del Sr RIPOLL SERRANO, y
motivo de nulidad parcial del auto mencionado.
En igual sentido, puede añadirse que respecto de los
hechos nuevos advertidos en el informe policial, de forma
separada a la línea de investigación del Plan Zonal, ya en
su siguiente informe de 7 de octubre de 2010 (folios 7989
a 7999, tomo XXII) nada menciona sobre estas cuestiones,
por
lo
que
debe
concluirse
que
estas
líneas
de
investigación no tuvieron siquiera que abrirse por no
revestir indicios claros de infracción penal alguna y que
tuvieran conexidad con la investigación abierta por el
Plan Zonal XVII.
Sin embargo, el auto de 7 de octubre de 2009 (folio
8402), y pese a los detallados informes de la Policía y
del Ministerio Fiscal presentados ése mismo día, incurre
en idéntico vicio de nulidad respecto de la intervención
del teléfono de la esposa del Sr RIPOLL SERRANO, mientras
que respecto del teléfono del anterior se limita a recoger
de forma textual el informe policial, reproduciéndose en
sendos parágrafos en letra cursiva sin dar una somera
referencia explicativa en sentido jurídico, o cuanto menos
un esfuerzo de síntesis de lo relevante procesalmente, tal
y como expuso el Ministerio Fiscal en su dictamen (folios
8000 y siguientes, tomo XXII).
Y paradigma de resolución estereotipada, carente de
la más absoluta motivación, resulta el auto de 30 de
noviembre de 2009 (folio 8607, tomo XXIV). Dicha
resolución viene precedida del informe policial presentado
ése mismo día (folios 8593 a 8601, tomo XXIV) y del
dictamen del Fiscal obrante a los folios 8602 a 8606, y
frente a la extensión de datos ofrecidos en ambos
documentos, en un breve considerando de escasas líneas
genéricas que viene a sostener la persistencia de
circunstancias y la invocación del artículo 579.3 de la
LECrim,
decide
prorrogar
la
intervención
de
las
comunicaciones del Sr ORTIZ SELFA, del Sr RIPOLL SERRANO y
de la esposa de éste último por tiempo de sesenta días,
remitiéndose sin más al informe policial y al escrito del
Ministerio
Fiscal.
Resolución
que
en
materia
de
cumplimiento de los requisitos de motivación de la medida
ingerente en el derecho fundamental del artículo 18.3 de
la CE es nula de pleno derecho a todas luces.
Resoluciones como la anterior, y en menor medida
algunas otras dictadas con anterioridad, son las que han
merecido reproche en sede casacional por las consecuencias
sobre la eficacia del ejercicio del ius puniendi del
Estado. Así, cabe recordar lo expuesto por la Sentencia
del Tribunal Supremo de 28 de julio de 2009, ya mencionada
en la presente resolución, que sostuvo con contundencia:
“En el caso de autos el Juez ha actuado como
mero y mecánico expendedor de autorizaciones de
medidas lesivas de los derechos fundamentales de
los ciudadanos, cuando la protección de estos
derechos
constitucionalmente
reconocidos
es
misión también de la Autoridad judicial que, en
el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales
debe ser especialmente meticulosa y exigente a la
hora de sacrificar esos derechos básicos y
libertades
públicas,
esmerándose
en
el
cumplimiento que le viene exigido de preservar
aquellos derechos y libertades o de justificar su
lesión
de
manera
suficientemente
motivada,
debiendo expresar o exteriorizar las razones
fácticas y jurídicas que apoyan la necesidad de
141
la intervención, esto es, cuáles son los indicios
que existen acerca de la presunta comisión de un
hecho delictivo grave por una determinada persona
(STC de 18 de septiembre de 2.002 (RTC 2002,
167)).
…
Procede por ello la estimación de los motivos
que los recurrentes formulan, por lo que la
sentencia de instancia deberá ser casada y
anulada
sin
necesidad
ya
de
examinar
los
restantes motivos, dictándose por esta Sala una
nueva sentencia en la que se absuelva a todos los
acusados de los delitos de que venían siendo
imputados.
No sin antes hacer una breve pero necesaria
consideración:
resulta
en
extremo
desolador
comprobar cómo después de muchos años en los que
a través de centenares de resoluciones esta Sala
del Tribunal Supremo ha venido alertando e
instruyendo a los órganos jurisdiccionales del
Orden Penal sobre la cautela y cuidado con la que
deben proceder a la hora de restringir o
sacrificar los derechos constitucionales de los
ciudadanos en el desempeño de sus funciones
instructoras y juzgadoras, poniendo especial
cuidado en la imperiosa e ineludible necesidad de
justificar motivadamente las medidas lesivas de
esos
derechos
constitucionales
o
libertades
públicas; resulta decepcionante y preocupante
porque
seguimos
comprobando
con
excesiva
frecuencia, la omisión de tales prescripciones,
lo que trae como inexorable consecuencia la
revocación de sentencias como la presente y la
impunidad de delitos muy graves que hubieran
podido ser sancionados de haber desarrollado la
instrucción del procedimiento con la diligencia y
observancia de la doctrina reiteradísima de esta
Sala en cuestiones como las que hemos analizado”.
VIGÉSIMOCUARTO.- Recursos formulados frente a autos
de entrada y registro de 29 de mayo de 2007, 1 de julio de
2010 y 6 de julio de 2010.
Son recurridas las citadas
representaciones
procesales
de
resoluciones por las
JOSÉ
JOAQUÍN
RIPOLL
SERRANO, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA y ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA,
ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA, JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ, MANUEL
ABADÍA MARTÍNEZ, JOSÉ FRANCISCO JAVIER LEÓN BARAHONA,
FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ANTONIO
ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, de cuyas argumentaciones merece
destacar las siguientes:
El recurso del Sr RIPOLL SERRANO frente al auto de 29
de mayo de 2007 entiende que los fundamentos primero y
segundo hacen exposiciones genéricas y estereotipadas,
concluyendo que dicho auto es nulo por falta de
motivación,
reconoce
en
su
fundamentación
que
se
investigan delitos “en general” sin aportar las razones
que permitan respetar el principio de proporcionalidad.
Recurren el auto de 1 de julio de 2010, así como el
de 6 de julio de 2010, el Sr SÁNCHEZ LARROSA y el Sr
RODRÍGUEZ MURCIA, por entenderlo nulo de pleno derecho al
estar contaminado de otras resoluciones de las que trae
causa, así como partir de la errónea consideración de la
cual concejales del Ayuntamiento de Orihuela hayan
facilitado información privilegiada al Sr FENOLL PÉREZ –
remitiéndose, en tal sentido, al informe policial de 13 de
febrero de 2008, folio 1937- pues asegura que la Comisión
Informativa de 10 de enero de 2008 facilitó a todos los
miembros de la Corporación el pliego de condiciones
elaborado por la Universidad Politécnica de Valencia, por
lo que era pública. El tiempo transcurrido entre la
resolución declarando desierto el concurso de 2006 y la
que resolvía el convocado en 2008, todas ellas, con la
fecha de dictado del auto de entrada y registro, la hacen
perder su virtualidad, pues debía haberse acordado incluso
antes de la adopción del acuerdo, pues de lo contrario
entiende que tanto Fuerza Actuante, Ministerio Fiscal y
Juzgado habrían permitido o asentido la comisión del
presunto delito. Las detenciones fueron, a su creencia,
innecesarias
y
extralimitándose
del
ámbito
de
la
resolución judicial.
La defensa del Sr FENOLL PÉREZ –y en igual sentido,
la del Sr FENOLL CAMPILLO-, por su parte, recurre todos
los
autos
de
entrada
y
registro
por
entenderlos
fundamentados en diligencias de intervención telefónica
viciadas de nulidad, añadiendo en recurso aparte (folio
22815, tomo XLVI) que el registro practicado en la sede de
la mercantil PROAMBIENTE es, asimismo, nulo de pleno
derecho por haberse practicado por el Secretario Judicial
143
del Juzgado de Orihuela, cuando debía serlo por el de
Cieza, por radicar en dicho partido judicial el mencionado
lugar,
aportándose
licencia
de
apertura
del
establecimiento del Ayuntamiento de Abanilla de fecha 22
de mayo de 2000, modelo 036 de declaración censal de fecha
23 de diciembre de 2010 y acta de inspección efectuada por
la Diputación Provincial de Murcia de 5 de febrero de
2007. Solicitando, mediante otrosí, la inspección ocular
del lugar reseñado en el auto para comprobar la
inexistencia de edificación.
En el recurso del Sr ORTIZ SELFA y Sr CANDEL MARTÍNEZ
se hace especial hincapié en el hecho que a día de la
fecha no consten en las actuaciones las piezas de
convicción halladas en los registros practicados el 6 de
julio de 2010 ni consta documentada la ausencia de las
mismas (página 11 de su recurso, folio 22912 del tomo
XLVI),
Al folio 28 de su recurso, el Sr ABADÍA MARTÍNEZ
efectúa sus consideraciones sobre el modo de ejecución de
las diligencias de entrada y registro ordenadas mediante
auto de 1 de julio de 2010, cuya nulidad insta, aduciendo
que fue detenido y puesto en libertad con citación ante el
Juzgado, sin informársele de los motivos ni de los hechos,
y que no obstante no era procedente por razón de
investigar hechos acaecidos en el año 2008.
Por su parte, el Sr LEÓN BARAHONA alega en su recurso
que carece de toda intervención en los hechos investigados
en este Juzgado, sin que quede justificado el registro de
su domicilio ni se requisaran ordenadores portátiles,
incluso el de su hijo, y otros enseres. Añadiendo, como en
el recurso anterior, que no se le informaron de los
motivos de su detención ni de los hechos que se le
imputaban.
El recurso formulado por el Sr BRU GARCÍA, abunda en
la solicitud deducida por el resto de defensas, haciendo
especial significación en la infracción reiterada en los
autos de intervención telefónica, que deparan la nulidad
de los de entrada y registro.
En turno de alegaciones, el Ministerio Fiscal impugna
los recursos interpuestos:
Al formulado por el Sr RIPOLL SERRANO frente al auto
de 29 de mayo de 2007, por falta de legitimación y, en
cuanto al fondo, cita los precedentes procesales que dan
lugar a la solicitud policial y posterior dictado del
auto, como son el auto de 12 de abril de 2007 –
intervención de las comunicaciones del Sr FENOLL PÉREZ y
del Sr FERRÁNDEZ PÑALVER-, declaraciones de imputado de
ambos, informe policial de 7 de mayo de 2007, acompañado
de CDs y guía de conversaciones mas significativas, auto
de 11 de mayo de 2007 e informe policial de 23 de mayo de
2007. Dicho auto, sigue razonando, está convenientemente
motivado conforme a la jurisprudencia aplicable al caso.
Respecto del formulado por el Sr SÁNCHEZ LARROSA y el
Sr RODRÍGUEZ MURCIA, distingue en sendos escritos: por un
lado, debería ser inadmitido el recurso frente al auto de
29 de mayo de 2007 por carecer de legitimación, si bien
entiende que las alegaciones de falta de motivación no
pueden prosperar, así como tampoco la prospectividad de
dicha resolución, para culminar manifestando que “no solo
concreta en su fundamento de hecho primero los indicios
racionales de criminalidad de comisión de las figuras
delictivas de cohecho, tráfico de influencias, falsedad
documental y malversación que fundamente su dictado, sino
que también, en sus fundamentos jurídicos primero a
cuarto, realiza una adecuada ponderación de los indicios
existentes, derechos a los que afecta la adopción de la
medida y la necesidad de adoptar la misma para el buen fin
de la investigación, concluyendo, en su parte dispositivo,
con la estimación de la solicitud de entradas y registros
realizada
por
la
autoridad
judicial
en
la
parte
dispositiva del auto recurrido”. Y por otro, en cuanto al
auto de 1 y 6 de julio de 2010, no comparte que deriven de
actuaciones viciadas de nulidad, en alusión a las
grabaciones que acompañan la denuncia de Fiscalía, a su
vez aportadas por el Sr FENOLL PÉREZ, sino que además las
encuentra correctamente motivadas conforma a la doctrina
jurisprudencial (Sentencia del Tribunal Supremo 20-5-2009,
nº 529/2009, rec. 1866/2008), designando aspectos muy
concretos de la investigación desarrollada que implicarían
a los recurrentes y recordando a éstos la vigencia del
artículo 492 de la LECrim en cuanto a las facultades de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la práctica de la
detención, sin que en su momento instaran, si así lo
entendían, el procedimiento de “habeas corpus”.
Al recurso formulado por el Sr ABADÍA MARTÍNEZ, se
opone igualmente, compartiendo los argumentos del auto de
145
1 de julio de 2010 en su integridad, reproduciendo sus
pronunciamientos en cuanto a la corrección jurídica de la
detención practicada por funcionarios policiales.
Sobre el recurso formulado por el Sr LEÓN BARAHONA,
especifica el Ministerio Fiscal que el registro practicado
en su domicilio se corresponde con una pieza de la que se
ha inhibido el Juzgado con posterioridad y se halla bajo
secreto de las actuaciones, aún cuando reitera que la
diligencia está motivada desde el punto de vista de su
procedencia y proporcionalidad.
Impugna los recursos formulados por el Sr FENOLL
PÉREZ. En cuanto al registro del domicilio social de la
mercantil PROAMBIENTE, no se incurre en vicio de nulidad
el artículo 238.1 de la LOPJ, pues la diligencia se
practicó en el domicilio social (Torremendo, Orihuela) y
no en la planta (Abanilla), como se hizo constar en los
folios 612 y ss y 15607 y siguientes, cuyas actas fueron
debidamente extendidas y en las que nadie de los presentes
durante su práctica hizo expresa manifestación de hacerse
consignar cualquier tipo de irregularidad.
Una vez analizadas las alegaciones de los recurrentes
y los motivos de impugnación que relata el Ministerio
Fiscal en algunos de sus escritos, y a diferencia de
algunas de las resoluciones dictadas en materia de
intervenciones telefónicas, los autos de entrada y
registro no pueden sino ser confirmados en esta instancia
por estar todos ellos debidamente motivados.
Previo a ello, se considera necesario invocar la
reciente Sentencia del Tribunal Supremo de 23 de Diciembre
del 2010 (ROJ: STS 7314/2010), Recurso: 1273/2010. Ponente
JUAN RAMON BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE, pues resulta
aplicable al presente caso en cuanto a la continuidad de
las investigaciones una vez practicados los registros
ordenados mediante auto de 29 de mayo de 2007 –sin
perjuicio de las matizaciones ya efectuadas sobre el
tratamiento procesal que se hizo en la práctica por el
Juzgado de los denominados hallazgos casuales-:
“No obstante esta Sala Segunda ha
marcando
las
diferencias
existentes
diligencia de intervención telefónica y
registro domiciliario en los supuestos en
descubierto un objeto delictivo distinto
venido
en
la
en el
que es
al que
hubiera motivado la respectiva diligencia. Así en
las sentencias 22.3.99 y 981/2003 de 3.7 se
recuerda como esta Sala ha tenido oportunidad en
diversas ocasiones de pronunciarse sobre el
extremo que nos ocupa y viene sentando una
doctrina
consolidada
en
la
que,
resumiendo
anteriores argumentos, se afirma que:
"Es cierto que esta Sala, trasladando su
doctrina sobre las escuchas telefónicas a la
entrada y registro, resolvió algunos supuestos
bajo un denominado principio de especialidad,
concepto, a su vez, trasladado de la extradición.
La jurisprudencia más reciente abandona dicha
interpretación
jurisprudencial
destacando
las
diferencias existentes entre la intervención
telefónica y la entrada y registro, tanto por la
distinta afectación de una y otra diligencia
sobre la intimidad, verdaderamente más intensa y
directa en la intervención telefónica, como por
la
prolongación
temporal
de
una
y
otra
injerencia, pues la entrada y registro tiene
acotada su duración temporal en una jornada y se
desarrolla en unidad de acto, en tanto que la
intervención telefónica tiene una duración que se
prolonga a un mes susceptible de ampliación y,
consecuentemente, con unas facultades de control
judicial distintos ( SSTS 28-4-1995 y 7-6-1997 ),
que ya se señaló que si en la práctica del
registro aparecen objetos constitutivos de un
cuerpo de posible delito distinto a aquel para
cuya investigación se extendió el mandamiento
habilitante, tal descubrimiento se instala en la
nota de flagrancia por lo que producida tal
situación la inmediata recogida de las mismas no
es
sino
consecuencia
de
la
norma
general
contenida en el art. 286 de la Ley Procesal ".
En igual sentido, la reciente STS 167/2010 de
24.2 , recoge la doctrina de otras sentencias
precedentes como la 315/2003 de 4.3 que, admitió
la validez de la diligencia cuando, aunque el
registro se dirigiera a la investigación de un
delito se encontraran efectos o instrumentos de
otro
que
pudiera
entenderse
como
delito
flagrante. La teoría de la flagrancia ha sido,
pues, una de las manejadas para dar cobertura a
los hallazgos casuales, y también la de la regla
147
de la conexidad de los arts. 17.5 y 300 LECrim .,
teniendo en cuenta que no hay novación del objeto
de la investigación sino simplemente "adición", y
la STS. 742/2003 de 22.5 que expresa que la
autorización judicial para la entrada y registro
se concreta en actividades delictivas concretas,
ello, sin embargo, no supone que el hallazgo de
efectos
o
instrumentos
que
se
refieren
a
conductas
delictivas
distintas
queden
desamparados de la autorización judicial que
cubre la intromisión en la esfera privada que
entraña un domicilio. Se ha impuesto en la
doctrina de esta Sala una posición favorable a la
licitud de la investigación de aquellas otras
conductas delictivas que nacen de los hallazgos
acaecidos
en
un
registro
judicialmente
autorizado. Añade esta sentencia que no se puede
seguir, como recuerda la STS 8-3-1994 el mismo
criterio que cuando se trata de un intervención
telefónica. En esta, por su propia naturaleza,
presupone una prolongación temporal que permite,
en los casos de escuchas referidas a otras
conductas delictivas distintas, una ampliación de
la autorización judicial habilitante. No sucede
lo mismo con las entradas y registros, que se
caracterizan por su realización en unidad de acto
, de ahí que si en su práctica apareciera objetos
constitutivos de un cuerpo de posible delito
distinto a aquel para cuya investigación se
extendió
el
mandamiento
habilitante,
tal
descubrimiento
se
instala
en
la
nota
de
flagrancia.
La Constitución no exige en modo alguno, que
el funcionario que se encuentre investigando unos
hechos de apariencia delictiva cierre los ojos
ante los indicios de delito que se presentasen a
su vista, aunque los hallados casualmente sean
distintos a los hechos comprendidos en su
investigación oficial, siempre que ésta no sea
utilizada
fraudulentamente
para
burlar
las
garantías de los derechos fundamentales ( STC.
49/96 ) y también que, el que se estén
investigando unos hechos delictivos no impide la
persecución de cualesquiera otros distintos que
sean descubiertos por casualidad al investigar
aquéllas, pues los funcionarios de policía tienen
el deber de poner en conocimiento de la autoridad
penal competente los delitos de que tuviera
conocimiento, practicando incluso las diligencias
de prevención que fueran necesarias por razón de
urgencia, tal y como disponen los arts. 259 y 284
LECrim.
Cada una de las Sentencias descritas refiere
a su vez la existencia de una consolidada
jurisprudencia en el mismo sentido.
...El hallazgo casual de efectos que pudieran
ser constitutivos de un objeto delictivo obliga a
los funcionarios de la policía judicial que
realizan la investigación y, en su caso, a los
funcionarios de la Administración de Justicia, a
su intervención y a la realización de aquellas
diligencias necesarias para la investigación del
delito para su persecución.
Ese
hallazgo
casual
participa
de
la
naturaleza de la flagrancia que permite el
registro e intervención de efectos, por lo que
si, como sucede en el hecho objeto de la
impugnación,
el
Juzgado
de
instrucción
proporcionó en la investigación un mandamiento de
entrada y registro para la intervención de
objetos de procedencia ilícita y se obtuvieron
efectos que podían constituir el objeto de un
delito contra la salud pública, la intervención
de los mismos se enmarca en una correcta
actuación por parte de los funcionarios de
policía judicial toda vez que el registro se
practicó
con
observancia
de
la
legalidad,
constitucional y procesal, existió la debida
proporcionalidad y los efectos intervenidos lo
fueron casualmente, lo que se corrobora por la
suspensión del registro para que en la diligencia
intervinieran
perros
para
ayudar
a
la
intervención de sustancias tóxicas."
En semejante sentido, entre otras y además de
las Resoluciones mencionadas en la anterior, la
STS de 1 de Febrero de 1999 , que afirma: "...el
hallazgo
de
elementos
o
datos
directos
o
indiciarios de la comisión de un delito distinto
del que dio lugar a la iniciación de las
investigaciones, la doctrina más reciente de esta
149
Sala viene estableciendo, en lo que respecta a
los descubrimientos casuales de pruebas de otro
delito distinto del inicialmente investigado, la
posibilidad de su validez y de la adjudicación de
valor probatorio a los elementos encontrados,
siempre que se cumpla con el principio de
proporcionalidad y que la autorización y la
práctica del registro se ajuste a las exigencias
y previsiones legales y constitucionales.
Es
evidente
que
el
principio
de
proporcionalidad se respeta en el caso presente
en cuanto que las pruebas encontradas se refieren
a un delito grave (contra la salud pública) que
justificaría autónomamente la concesión de una
autorización
habilitante
para
invadir
el
domicilio de la persona o personas sospechosas.
Por otro lado, no podemos olvidar que existe una
resolución judicial que autoriza la entrada, con
lo
que
se
cubren
los
presupuestos
constitucionales inexcusables para legitimar una
intromisión en el domicilio ajeno y también se
observa, que se han cumplido las previsiones
legales en su práctica, habiendo asistido además
a la diligencia el Secretario Judicial con lo que
quedan salvadas las previsiones de la Ley
Procesal, en cuanto a los requisitos formales
necesarios para su validez."
Consecuentemente,
reiterando
anteriores
razonamientos, ha de afirmarse una vez más que:
a) Lo que realmente otorga validez a la
práctica de un registro, cualquiera que fuere, no
es sino la correcta habilitación judicial para la
ejecución del allanamiento domiciliario legal, en
el momento en el que éste se lleva a cabo, con la
entrada de los funcionarios en la vivienda objeto
de la pesquisa.
b) Una vez cumplido tal requisito esencial, a
partir de ese momento, la actuación policial
discurre en un ámbito perfectamente legítimo, en
sus dimensiones espacial y temporal, durante su
transcurso íntegro.
c) Por ello, cualquier hallazgo que, en tales
circunstancias, se produzca no puede ser tachado
de irregular vista la legalidad en la que la
diligencia discurre.
d) Si a ello se une, además, la concurrencia
de la proporción entre la injerencia en el
derecho fundamental y la gravedad del ilícito
inesperadamente
descubierto,
la
diligencia
adquiere una imprescindible cobertura, como en el
presente supuesto acontece al tratarse de un
posible
delito
contra
la
Salud
pública,
sancionado
por
su
trascendencia
social
con
elevadas penas de prisión.
e) Tan sólo si se advirtiera que todo ello
pueda responder, en realidad, a un designio
intencionado de los funcionarios solicitantes del
registro que fraudulentamente hubieren ocultado
al Juez autorizante, por las razones que fueren,
el verdadero motivo de su investigación, la
violación del domicilio habría de ser considerada
nula. Circunstancia que, en el caso que nos
ocupa, ni siquiera ha sido objeto de sospecha.
Por
consiguiente,
debe
concluirse,
en
definitiva, que el hecho de hallar, en un
registro domiciliario, válida y fundadamente
autorizado en su origen, efectos u objetos
distintos de los correspondientes al ilícito
inicialmente investigado, no convierte en ilegal
la práctica de la diligencia así realizada, de
modo que si aquella inicial autorización reunió
todos los requisitos exigibles para ser tenida
como correcta, los hallazgos producidos como
resultado de la misma, han de ostentar pleno
valor
probatorio,
cuando
en
las
presentes
diligencias concurre un datos que reforzaría, aún
más el valor probatorio de la ocupación de la
sustancia, cual es que autorizada la entrada y
registro en el domicilio del recurrente”.
Los autos están suficientemente motivados, haciendo
especial referencia a los antecedentes que derivan en su
práctica. El auto de 29 de mayo de 2007 no incurre en
vicio de nulidad, y como consecuencia del mismo se produce
el hallazgo de una serie de evidencias que impulsa la
práctica de nuevas intervenciones telefónicas, las cuales
ha perdurado en el tiempo, si bien, como queda patente, al
no
formalizar
convenientemente
las
piezas
de
la
investigación, la desarrollada respecto del proceso de
adjudicación de la contrata del servicio de recogida de
151
residuos sólidos urbanos del municipio de Orihuela ya se
encontraba culminada en cuanto fue adjudicada a la UTE
SUFI-LIASUR-GOBANCAST. Por lo que, el simple transcurso
del tiempo hasta que se ordenaron los registros por auto
de 1 de julio de 2010, y el aclaratorio de 6 de julio de
2010, no significa mas que el riesgo de pérdida de
posibles elementos de convicción o pruebas materiales de
la comisión de la infracción penal investigada. No por
ello debe desistirse de su práctica, la cual se consideró
absolutamente
necesaria,
con
independencia
de
si
finalmente fuera infructuosa dado el tiempo que ha
transcurrido desde la adjudicación del concurso hasta la
fecha del registro. El hecho de haber declarado la nulidad
de algunas resoluciones que acuerdan la intervención o
prórroga de las intervenciones telefónicas no empece a la
validez de los autos de 1 y 6 de julio de 2010, pues los
mismos se habrían dictado con igual fundamento en las
conversaciones no afectas por la declaración de nulidad.
Del mismo modo, no se incurre en nulidad en la práctica
del registro en el domicilio social de la mercantil
PROAMBIENTE, como bien argumenta el Ministerio Fiscal,
sino que además, en el hipotético caso de estar ubicada la
sede social, que no la planta, en otro municipio que
estuviera en partido judicial limítrofe, la actuación
desarrollada no sería nula, pues así lo habilitaría el
artículo 169.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, el cual
expone que “se solicitará el auxilio judicial para las
actuaciones
que
hayan
de
efectuarse
fuera
de
la
circunscripción del tribunal que conozca del asunto,
incluidos
los
actos
de
reconocimiento
judicial
(casualmente el que propone el Sr FENOLL PÉREZ en otrosí
de su recurso), cuando el tribunal no considere posible o
conveniente hacer uso de la facultad que le concede esta
Ley de desplazarse fuera de su circunscripción para
practicarlas”.
Finalmente, en cuanto a los comentarios vertidos
sobre la práctica de detención, a los que contesta el
Ministerio Fiscal, no puede sino reiterarse la vigencia
del artículo 492 de la LECrim, así como el propio texto
del auto de 1 de julio de 2010, el cual pese a no ordenar
de
oficio
detención
alguna,
da
la
correspondiente
cobertura a la Fuerza Actuante para el caso de producirse
el hallazgo de alguno de los moradores fuera del lugar de
la práctica del registro y, así, enervar cualquier intento
de perturbar su correcto desarrollo con solicitudes de
habeas corpus que serían desestimadas por falta de
fundamento. Siendo imposible que por este Juzgador emita
un pronunciamiento sobre la legalidad de esas detenciones,
pues si de dichas alegaciones se desprendiera o bien la
comisión de alguna infracción en el orden penal o bien
irregularidad en el modo de su práctica de otra entidad no
criminal, estaría valorando extremos sobre los que
carecería de competencia e incurriría en la praxis
procesal
que
las
propias
defensas
han
criticado
abiertamente sobre el tratamiento procesal del objeto de
la investigación.
VIGÉSIMOQUINTO.Recursos
formulados
frente
a
providencias de fecha 16 de mayo de 2007, 11 de julio de
2007, 31 de julio de 2007 y 17 de septiembre de 2009.
La primera de estas resoluciones han sido recurridas
por las defensas del Sr RIPOLL SERRANO, Sr SÁNCHEZ
LARROSA, Sr RODRÍGUEZ MURCIA, Sr ABADÍA MARTÍNEZ y Sr JOSÉ
FENOLL, mientras que el Sr GREGORY FERNÁNDEZ recurre tanto
ésta como las otras tres antes enumeradas (folios 388,
tomo II; 1197, 1297 y 1421, tomo VI), referidas a la orden
de recabar datos de titularidad de teléfonos móviles, en
virtud de solicitudes de la Fuerza Actuante, obrantes a
los folios 385-387, 1195-1196, 1280-1292 y 1419-1420.
En síntesis, se considera por los recurrentes que la
resolución debía revestir la forma de auto, a lo cual el
Ministerio Fiscal se opone por dos motivos, la falta de
legitimación de los recurrentes y la corrección formal y
de fondo de la resolución.
Los
argumentos
no
pueden
prosperar,
debiendo
confirmarse las resoluciones impugnadas. No por ello debe
obviarse que tales solicitudes y autorizaciones podrían
haberse evitado si, tanto en las previas peticiones y
resoluciones
acordando
la
intervención
de
líneas
telefónicas, se hubiese consignado la suficiente amplitud
de la parte dispositiva que habilitara el acceso a tales
datos de titularidad de los teléfonos con los que contacta
el número intervenido –obviamente, con el claro fin de
solicitar la intervención de un número o números
concretos, una vez identificado el interlocutor, muestra
evidente de la necesaria selección de las líneas
relevantes para la investigación-.
VIGÉSIMOSEXTO.-
Recursos
153
formulados
por
la
representación procesal de FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA
frente a autos de 17 de junio de 2009 y 27 de noviembre de
2009.
Las resoluciones impugnadas acuerdan la expedición de
mandamientos a la Tesorería General de la Seguridad Social
(auto de 17 de junio de 2009, folio 7449 del tomo XXI) y a
la Agencia Estatal de Administración Tributaria (auto de
27 de noviembre de 2009, folio 8589 del tomo XXIV).
Ninguna
de
estas
resoluciones
se
refiere
al
recurrente, Sr BRU GARCÍA, por lo que sin verse afectado
por la misma, carece de toda legitimación para impugnarla,
siendo desestimado el recurso.
VIGESIMOSEPTIMO.Recursos
formulados
por
la
representación procesal de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ frente
a autos de 7 de julio de 2010 y 13 de julio de 2010.
Al folio 22899 del tomo XLVI, recurre el Sr GREGORY
FERNÁNDEZ los autos de 7 de julio y 13 de julio de 2010,
referidos al bloqueo de la caja de seguridad 023 de la
Sucursal del Banco de Valencia. Entiende el recurrente que
la medida se adopta partiendo de una premisa errónea, ya
que la persona indicada en el auto de 7 de julio no es
titular sino apoderada, se hace sin indicios que la
relacionen con la investigación, remitiéndose a la
providencia de 23 de diciembre de 2010.
Como bien afirma el recurrente, no siendo preciso
reproducir su contenido, la providencia de 23 de diciembre
de 2010 concluyó que carecía de relación con la causa
seguida ante este Juzgado, quedando por ello, sin efecto
el bloqueo decretado por este Juzgado sobre la caja de
seguridad,
perdiendo
toda
virtualidad
el
recurso
interpuesto al haber fenecido la medida adoptada que, en
todo caso, si persiste lo será por otra causa distinta
donde podrá deducir cualquier pretensión a tal fin.
VIGÉSIMOOCTAVO.- Sobre los efectos de la estimación
parcial de los recursos frente a autos de intervención
telefónica en las presentes actuaciones.
La presente resolución no es firme, por lo que, ante
la previsión de interposición de recursos de apelación por
todas las partes personadas, así como de la tramitación de
los subsidiarios recursos de apelación que, desde ahora,
se tienen por interpuestos sin carácter suspensivo
(artículo 766.1 de la LECrim), una vez ganada firmeza,
deberá abrirse la correspondiente pieza incidental donde
se
sustanciará,
con
los
trámites
de
alegaciones
correspondientes, la aplicación de la doctrina de los
“frutos del árbol envenenado”, conforme al artículo 11.1,
en relación con los artículos 238 y 240 de la LOPJ, por
concurrir conexión de antijuridicidad entre diligencias de
investigación
declaradas
nulas
y
las
que
deriven
necesariamente de ellas, dejando constancia de cuantas
diligencias no queden afectas por esta declaración de
nulidad.
Se deberá someter a decisión gubernativa la cuestión
del reparto de asuntos desglosados e inhibidos a Decanato
para reparto, conforme a lo razonado en el fundamento
jurídico 12º.
Con arreglo a lo expuesto en el fundamento 22º, se
deberá exhortar al Decano de los Juzgados de Alicante a
fin de identificar el órgano al que recayó el desglose
ordenado mediante auto de 4 de abril de 2008, número de
procedimiento que le fue asignado y estado procesal de
dicha causa.
VIGÉSIMONOVENO.- Sobre los efectos
resolución en las piezas desglosadas.
de
la
presente
Ha de recordarse, en este punto, lo expuesto por la
Sentencia del Tribunal Supremo de 5 de febrero de 2010
(Roj: STS
794/2010), Nº de Recurso: 1682/2009, Ponente
JOSE MANUEL MAZA MARTÍN, que resuelve esta cuestión:
“se afirma en la Resolución analizada que no
puede aceptarse la legalidad de las "escuchas"
autorizadas en este procedimiento porque la
información relativa a la línea telefónica de la
que era titular el inicialmente investigado en
las
presentes
actuaciones
procedía
de
unas
previas intervenciones telefónicas, practicadas
en otro procedimiento precedente acerca del cual
no existe constancia suficiente en éste de la
necesaria cobertura judicial para su práctica, en
concreto
de
las
prórrogas
de
la
inicial
autorización
al
amparo
de
las
cuales
se
obtuvieron los datos sobre los que se apoyó la
autorización correspondiente, otorgada ya en esta
Causa.
155
En orden a esta importante cuestión de la
necesidad de constancia en unas determinadas
actuaciones de los testimonios que permitan
valorar la corrección de las diligencias llevadas
a cabo en otro procedimiento precedente, de las
que proceden datos de la investigación que han de
servir de fundamento a autorizaciones acordadas
en este distinto y posterior, tuvo oportunidad de
pronunciarse el Pleno no jurisdiccional de esta
Sala de 26 de Mayo de 2009, acordando que:
"En los procesos incoados a raíz de la
deducción de testimonios de una causa principal,
la simple alegación de que el acto jurisdiccional
limitativo
del
derecho
al
secreto
de
las
comunicaciones es nulo, porque no hay constancia
legítima de las resoluciones antecedentes, no
debe implicar sin más la nulidad.
En tales casos, cuando la validez de un medio
probatorio dependa de la legitimidad de la
obtención
de
fuentes
de
prueba
en
otro
procedimiento, si el interesado impugna en la
instancia la legitimidad de aquel medio de
prueba, la parte que lo propuso deberá justificar
de
forma
contradictoria
la
legitimidad
cuestionada.
Pero, si, conocido el origen de un medio de
prueba propuesto en un procedimiento, no se
promueve dicho debate, no podrá suscitarse en
ulteriores instancias la cuestión de la falta de
constancia
en
ese
procedimiento
de
las
circunstancias concurrentes en otro relativas al
modo de obtención de las fuentes de aquella
prueba."
Será, por tanto, en cada una de las causas donde
tendrán que hacerse valer estas pretensiones y los
Juzgadores competentes, con la independencia de criterio
que le tiene reconocido el artículo 117.1 de la CE,
resolver lo procedente en derecho.
No obstante, se remitirá testimonio de la presente
resolución a cada uno de los Juzgados en los que haya
recaído alguna
conocimiento.
de
las
causas
desglosadas,
para
su
TRIGÉSIMO.- Siendo subsidiariamente aplicable la Ley
de Enjuiciamiento Civil, conforme al artículo 4 de la
misma, es preciso señalar, que el plazo previsto por el
artículo 222 in fine de la LECrim para resolver los
recursos de reforma, que es de dos días, ha sido superado
con creces, obedeciendo ello, en virtud de lo previsto por
el artículo 211.2 de la LECivil, al volumen de recursos
interpuestos y escritos de impugnación y/o adhesión,
ocupando tres tomos de las presentes actuaciones, la
complejidad jurídica de las pretensiones a sustanciar,
contrastada con la extensión de la presente resolución,
unida a la atención prestada a la tramitación ordinaria de
ésta y otras causas complejas seguidas en el Juzgado, así
como a cuantas otras no revistan mayor entidad, la
llevanza del Registro Civil así como el desarrollo de
visitas de inspección a los Registros Civiles de los
Juzgados de Paz dependientes de este partido judicial que,
en número de veinte, no se habían hecho en su inmensa
mayoría desde el año 1994.
En atención a lo expuesto, se acuerda la siguiente
PARTE DISPOSITIVA
Primero.- Se inadmite el incidente excepcional de
nulidad de actuaciones promovido por JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ y
FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, conforme a los fundamentos
jurídicos segundo y tercero.
Segundo.- Se desestiman por falta de legitimación los
recursos de reforma interpuestos por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL
SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA,
JORGE SANZ SÁNCHEZ, ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL
FENOLL CAMPILLO, JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ, RAFAEL GREGORY
FERNÁNDEZ,
ENRIQUE
TOMÁS
ORTIZ
SELFA,
JOSÉ
CANDEL
MARTÍNEZ, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ, FRANCISCO JAVIER BRU
GARCÍA y RAAMÓN FENOLL PÉREZ, y que se relacionan en los
fundamentos jurídicos cuarto, quinto, sexto, séptimo y
octavo.
Tercero.- Se inadmiten las alegaciones ampliatorias
formuladas por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO
157
RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, de acuerdo con
el fundamento jurídico noveno, sin perjuicio de resolver
sobre las mismas.
Cuarto.- Se desestiman los recursos de reforma
interpuestos frente al auto de incoación de diligencias
previas de 8 de marzo de 2007 por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL
SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA,
ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, MANUEL
ABADÍA MARTÍNEZ y FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, conforme a
lo dispuesto en el fundamento jurídico décimo.
Quinto.- Se desestiman los recursos de reforma
interpuestos por ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL
CAMPILLO y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ frente al auto de 9 de
mayo de 2007, estimándose los recursos de reforma
interpuestos frente al auto de 11 de mayo de 2007 por JOSÉ
JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS
SÁNCHEZ LARROSA, JORGE SANZ SÁNCHEZ, ÁNGEL FENOLL PÉREZ,
ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ,
MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ y FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, el
cual se deja sin efecto y, conforme a lo expuesto por el
fundamento jurídico duodécimo y vigésimo octavo, elevar al
Decano de los Juzgados del partido judicial de Orihuela la
impugnación del reparto de asuntos entre este Juzgado y
los siguientes:
1º Con el Juzgado de Primera Instancia 1 (antiguo
mixto 6), respecto de los hechos desglosados por auto de 9
de mayo de 2007 y a los que correspondieron las
Diligencias Previas 1346/2007.
2º Con el Juzgado de Instrucción 2 (antiguo mixto 5),
respecto de los hechos “Las Algas”, que forman sus
Diligencias Previas 2270/2010 y, en este Juzgado serían
las Diligencias Previas 8/2011.
3º Con el Juzgado de Instrucción 3 (antiguo mixto 7),
respecto
de
los
hechos
“Caminos
a
la
planta
de
Proambiente”, que forman sus Diligencias Previas 2345/2010
y, en este Juzgado serían las Diligencias Previas 9/2011.
4º Con el Juzgado de Instrucción 2 (antiguo mixto 5),
respecto de los hechos “Rafal”, que forman sus Diligencias
Previas
2269/2010
y,
en
este
Juzgado
serían
las
Diligencias Previas 10/2011.
5º Con el Juzgado de Instrucción 1 (antiguo mixto 1),
respecto de los hechos “Bigastro”, que forman sus
Diligencias Previas 2559/2010 y, en este Juzgado serían
las Diligencias Previas 11/2011.
6º Con el Juzgado de Instrucción 1 (antiguo mixto 1),
respecto de los hechos “Algorfa”, que forman sus
Diligencias Previas 2558/2010 y, en este Juzgado serían
las Diligencias Previas 12/2011.
7º Con el Juzgado de Instrucción 2 (antiguo mixto 5),
respecto de los hechos “Pilar de la Horadada”, que forman
sus Diligencias Previas 2268/2010 y, en este Juzgado
serían las Diligencias Previas 13/2011.
8º Con el Juzgado de Instrucción 3 (antiguo mixto 7),
respecto de los hechos “Jacarilla”, que forman sus
Diligencias Previas 2345/2010 y, en este Juzgado serían
las Diligencias Previas 14/2011.
9º Con el Juzgado de Instrucción 3 (antiguo mixto 7),
respecto de los hechos “Callosa de Segura”, que forman sus
Diligencias Previas 2345/2010 y, en este Juzgado serían
las Diligencias Previas 15/2011.
Sexto.- Se desestiman los recursos interpuestos
frente a los autos de 12 y 13 de julio de 2010, éste
último recurrido solo por ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ANTONIO
ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, conforme a lo expuesto en el
fundamento jurídico duodécimo.
Séptimo.- Se desestiman los recursos interpuestos
frente a los autos de prórroga de secreto de las
actuaciones por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO
RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, JORGE SANZ
SÁNCHEZ, RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, ENRIQUE TOMÁS ORTIZ
SELFA, JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ y MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ
(fundamento jurídico decimotercero).
Octavo.Se
estima
parcialmente
el
recurso
interpuesto por ÁNGEL FENOLL PÉREZ frente a los autos de
intervención telefónica, declarando nulas las diligencias
practicadas sobre el recurrente desde el auto de 16 de
mayo de 2008 (fundamento jurídico decimosexto).
Noveno.Se
estima
parcialmente
interpuesto por RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ
159
el
recurso
frente a los
autos de intervención telefónica, declarando nulas las
diligencias practicadas sobre el recurrente desde los
autos de 13 y 23 de mayo de 2008 (fundamento jurídico
decimoséptimo).
Décimo.- Se desestima el recurso interpuesto por
JORGE SANZ SÁNCHEZ frente a los autos de intervención
telefónica (fundamento jurídico decimoctavo).
Undécimo.Se
estima
parcialmente
el
recurso
interpuesto por ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO frente a los
autos de intervención telefónica, declarando nulas las
diligencias practicadas sobre el recurrente desde el auto
de 15 de enero de 2008 (fundamento jurídico decimonoveno).
Duodécimo.Se
estima
parcialmente
el
recurso
interpuesto por MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ frente a los autos
de
intervención
telefónica,
declarando
nulas
las
diligencias practicadas sobre el recurrente desde el auto
de 25 de enero de 2008 (fundamento jurídico vigésimo).
Decimotercero.- Se estima parcialmente el recurso
interpuesto por ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ
LARROSA frente a los autos de intervención telefónica,
declarando nulas las diligencias practicadas sobre el
recurrente desde el auto de 25 de enero de 2008
(fundamento jurídico vigésimo primero).
Decimocuarto.- Se estima parcialmente el recurso
interpuesto por ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA y JOSÉ CANDEL
MARTÍNEZ frente a los autos de intervención telefónica,
declarando nulas las diligencias practicadas sobre el
recurrente desde el auto de 30 de noviembre de 2009
(fundamento jurídico vigésimo segundo).
Decimoquinto.- Se estima parcialmente el recurso
interpuesto por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO frente a los
autos de intervención telefónica, declarando parcialmente
nulas las diligencias practicadas sobre el teléfono de la
esposa del recurrente desde el auto de 11 de agosto de
2009, así como completamente nulas las diligencias
practicadas sobre el recurrente desde el auto de 30 de
noviembre de 2009 (fundamento jurídico vigésimo tercero).
Decimosexto.- Desestimar los recursos de reforma
interpuestos por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO
RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, ENRIQUE TOMÁS
ORTIZ SELFA, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ, JOSÉ FRANCISCO JAVIER
LEÓN BARAHONA, FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, ÁNGEL FENOLL
PÉREZ y ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO frente a los autos
de entrada y registro de fechas 27 de mayo de 2007, 1 de
julio de 2010 y 6 de julio de 2010 (fundamento jurídico
vigésimo cuarto).
Decimoséptimo.- Desestimar los recursos de reforma
interpuestos por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO
RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, MANUEL ABADÍA
MARTÍNEZ, JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ
frente a las providencias de 16 de mayo de 2007, 11 de
julio de 2001, 31 de julio de 2007 y 17 de septiembre de
2007 (fundamento jurídico vigésimo quinto).
Decimoctavo.Desestimar
el
recurso
de
reforma
interpuesto por FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA frente a los
autos de 17 de junio de 2009 y 27 de noviembre de 2009
(fundamento jurídico vigésimo sexto).
Decimonoveno.- Desestimar el recurso de reforma
interpuesto por RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ frente a los
autos de 7 de julio de 2010 y 13 de julio de 2010
(fundamento jurídico vigésimo séptimo).
Vigésimo.- Los efectos de la presente resolución
serán los expuestos por el fundamento jurídico vigésimo
octavo, procediéndose y resolviéndose en resolución aparte
conforme a lo previsto en el mismo.
Notifíquese al Ministerio Fiscal y demás partes
personadas la presente resolución, remitiéndose testimonio
de la misma a los órganos judiciales de los partidos
judiciales de Alicante, Dénia y Cieza en los que recayó
asunto desglosado por este Juzgado y en esta causa, para
su conocimiento.
Esta resolución no es firme, y frente a ella cabe
interponer recurso de apelación en el plazo de cinco días
ante este mismo Juzgado y para la Audiencia Provincial de
Alicante, debiendo revestir los requisitos formales
contemplados por el artículo 766 de la LECrim.
La
acusación
popular
deberá
consignar
el
correspondiente depósito, previsto por la Disposición
Adicional Decimoquinta de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, introducida mediante Ley Orgánica 1/2009, de 3
161
de noviembre, que deberá
documentalmente,
en
la
Consignaciones del Juzgado.
efectuarse,
Cuenta
de
y acreditarse
Depósitos
y
Se tienen por interpuestos, en un solo efecto, los
subsidiarios recursos de apelación que formulan las
representaciones procesales de ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO
ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ y FRANCISCO
JAVIER BRU GARCÍA, concediéndose a los recurrentes el
plazo de cinco días y ante este mismo Juzgado y para la
Audiencia
Provincial
de
Alicante,
para
formular
alegaciones y presentar documentos, según los requisitos
formales contemplados por el artículo 766.4 de la LECrim.
Así lo acuerda y firma Don CARLOS SAN MARTÍN GÓMIZ,
Magistrado-Juez del Juzgado de Primera Instancia número
TRES de ORIHUELA, doy fe.
DILIGENCIA.- Seguidamente se cumple lo acordado, doy fe.
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