JUZGADO DE 1ª INSTANCIA 3 DE ORIHUELA(ANT. MIXTO 3) Teléfono nº 965.359.567 - Fax nº 966.744.765 Plaza Santa Lucia, s/n - Orihuela NIG: 03099-41-1-2007-0006007 Procedimiento: DILIGENCIAS PREVIAS PROC. ABREVIADO Nº 000851/2007-Denunciante/Querellante: FISCALIA DE ALICANTE Procurador/a: Abogado: Contra: JOSE FRANCISCO JAVIER LEON BARAHONA, JOSE CANDEL MARTINEZ, RAFAEL GREGORY FERNANDEZ, ANGEL LUIS BRACHO PACHECO, ENRIQUE TOMAS ORTIZ SELFA, JOSE JOAQUIN RIPOLL SERRANO, GINES SANCHEZ LARROSA, ANTONIO RODRIGUEZ MURCIA, MANUEL ABADIA MARTINEZ, ANTONIO AMOROS SANCHEZ, JORGE SANZ SANCHEZ, JESUS FERRANDEZ PEÑALVER, ANGEL FENOLL PEREZ, RAMON FENOLL PEREZ, FRANCISCO JAVIER BRU GARCIA, MANUEL REY PARENTE, ANTONIO ANGEL FENOLL CAMPILLO y JOSE FENOLL SANCHEZ Procurador:VALERO MORA, MARIA VIRTUDES, VALERO MORA, MARIA VIRTUDES, DIAZ SAURA, ANTONIO, CASES BOTELLA, ASCENSION, VALERO MORA, MARIA VIRTUDES, DIEGO SARABIA, ANA MARIA, PASCUAL DE RIQUELME, CONCEPCION AGRELA, AGRELA PASCUAL DEL RIQUELME, CONCEPCION, VALERO MORA, MARIA VIRTUDES, MARTINEZ RICO, MANUEL, GIMENEZ VIUDES, VICENTE, MINGUEZ VALDES, MARIA LUISA, AMOROS LORENTE, RAMON, BELTRAN FERRER, AMELIA, BELTRAN FERRER, AMELIA, VALERO MORA, MARIA VIRTUDES, BELTRAN FERRER, AMELIA y AMOROS LORENTE, RAMON Abogado: GONZALEZ CUELLAR SERRANO, NICOLAS, MUÑOZ ZAFRILLA PALOMARES, JOSE ANTONIO, DEL POZO GALA, MARIANO, MARTINEZ GARRIDO, MANUEL A U T O En Orihuela, a trece de junio de dos mil once. H E C H O S PRIMERO.- De conformidad con lo acordado mediante providencia de 30.11.2010, se procedió a entregar a las partes personadas, en soporte DVD, copia de las actuaciones indicadas en la referida resolución, lo cual se hizo mediante las correspondientes diligencias de entrega a las representaciones procesales el día 10.12.2010, frente a las que cabía la interposición de recursos en el plazo establecido mediante providencia de 19.10.2010, que era el de veinte días hábiles improrrogables. Tanto la providencia de 19.10.2010 como la de 30.11.2010 fueron objeto de recursos de reforma, todos ellos desestimados, así como de diversos recursos de apelación, todavía no resueltos a día de la fecha, sin que a los mismos se haya conferido el carácter suspensivo de los efectos de las resoluciones recurridas. 1 Así, y una vez producido el acto de notificación a las partes personadas se han formulado los siguientes recursos, que se relacionan, según el orden en que constan unidos a las actuaciones y por parte recurrente: 1.idéntico nombre y recursos En fecha 13.01.2011, con entrada en el Juzgado en día, por la Procuradora Sra. DIEGO SARABIA, en representación de JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, 46 de reforma frente: Auto de 11.06.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21382 del tomo XLV). Auto de 11.07.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21392 del tomo XLV). Auto de 11.08.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21402 del tomo XLV). Auto de 10.09.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21412 del tomo XLV). Auto de 08.10.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21422 del tomo XLV). Auto de 08.11.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21432 del tomo XLV). Auto de 07.12.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21441 del tomo XLV). Auto de 07.01.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21451 del tomo XLV). Auto de 06.02.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21461 del tomo XLV). Auto de 06.03.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21471 del tomo XLV). Auto de 04.04.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21481 del tomo XLV). Auto de 02.05.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21491 del tomo XLV). Auto de 29.05.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21501 del tomo XLV). Auto de 26.06.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21511 del tomo XLV). Auto de 26.07.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21521 del tomo XLV). Auto de 25.08.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21531 del tomo XLV). Auto de 24.09.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21541 del tomo XLV). Auto de 23.10.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21551 del tomo XLV). Auto de 22.11.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21561 del tomo XLV). Auto de 22.12.08, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21571 del tomo XLV). Auto de 21.01.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21581 del tomo XLV). Auto de 20.02.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21591 del tomo XLV). Auto de 20.03.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21601 del tomo XLV). Auto de 20.04.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21611 del tomo XLV). Auto de 20.05.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21621 del tomo XLV). Auto de 19.06.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21631 del tomo XLV). Auto de 18.07.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21641 del tomo XLV). Auto de 18.08.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21652 del tomo XLV). Auto de 18.09.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21663 del tomo XLV). Auto de 16.10.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21673 del tomo XLV). Auto de 16.11.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21683 del tomo XLV). Auto de 16.12.09, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21693 del tomo XLV). Auto de 18.01.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21703 del tomo XLV). Auto de 18.02.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21714 del tomo XLV). Auto de 16.03.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21724 del tomo XLV). Auto de 16.04.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21734 del tomo XLV). Auto de 14.05.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21744 del tomo XLV). Auto de 14.06.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21754 del tomo XLV). Auto de 04.07.07, sobre intervención telefónica a VICENTE PEDRO GOMIS CERDÁN, ANTONIO AMORÓS SÁNCHEZ y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 21764 del tomo XLV) Auto de 29.05.07, sobre autorización judicial de entrada y registro (folio 21788 del tomo XLV). Auto de 11.05.07, sobre prórroga de 3 intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 21803 del tomo XLV). Auto de 11.05.07, sobre asunción competencial (folio 21821 del tomo XLV). Auto de 12.04.07, sobre intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER (folio 21839 del tomo XLV). Auto de 08.03.07, sobre incoación de diligencias previas y orden de averiguación domicilios y teléfonos (folio 21885 del tomo XLV). Autos de 03.09.07, 31.10.07, 29.11.07, 29.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08, 06.02.08, 14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 13.05.08, 16.05.08, 23.05.08, 16.06.08, 23.06.08, 15.07.08, 23.07.08, 22.08.08, 23.09.08, 23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 21.01.09, 20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09, 19.06.09, 18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09, 07.10.09, 16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09 y 16.02.10, sobre intervención de diversos terminales telefónicos y sus respectivas prórrogas (folio 21903 del tomo XLV). Providencia de 16.05.07, acordando mandamiento investigación sobre números de teléfono (folio 21923 del tomo XLV). 2.- En fecha 13.01.2011, por la Procuradora Sra. AGRELA PASQUAL DEL RIQUELME, en nombre y representación de ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, 69 recursos de reforma frente: Auto de 11.06.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21938 del tomo XLV). Auto de 11.07.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21948 del tomo XLV). Auto de 11.08.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21957 del tomo XLV). Auto de 10.09.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21966 del tomo XLV). Auto de 08.10.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21975 del tomo XLV). Auto de 08.11.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21984 del tomo XLV). Auto de 07.12.07, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 21993 del tomo XLV). de de de de de de de de de de de de de de de de de de de de de de de Auto de 07.01.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22002 del tomo XLV). Auto de 06.02.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22011 del tomo XLV). Auto de 06.03.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22020 del tomo XLV). Auto de 04.04.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22029 del tomo XLV). Auto de 29.05.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22038 del tomo XLV). Auto de 26.06.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22047 del tomo XLV). Auto de 26.07.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22056 del tomo XLV). Auto de 25.08.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22065 del tomo XLV). Auto de 24.09.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22074 del tomo XLV). Auto de 23.10.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22083 del tomo XLV). Auto de 22.11.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22092 del tomo XLV). Auto de 22.12.08, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22101 del tomo XLV). Auto de 21.01.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22110 del tomo XLV). Auto de 20.02.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22119 del tomo XLV). Auto de 20.03.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22128 del tomo XLV). Auto de 20.04.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22137 del tomo XLV). Auto de 20.05.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22146 del tomo XLV). Auto de 19.06.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22155 del tomo XLV). Auto de 18.07.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22164 del tomo XLV). Auto de 18.08.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22173 del tomo XLV). Auto de 18.09.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22182 del tomo XLV). Auto de 16.10.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22191 del tomo XLV). Auto de 16.11.09, sobre prórroga de secreto las actuaciones (folio 22200 del tomo XLV). Auto de 16.12.09, sobre prórroga de secreto 5 de las actuaciones (folio 22209 del tomo XLV). Auto de 18.01.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 22218 del tomo XLV). Auto de 18.02.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 22227 del tomo XLV). Auto de 16.03.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 22236 del tomo XLV). Auto de 16.04.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 22245 del tomo XLV). Auto de 14.05.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 22254 del tomo XLV). Auto de 14.06.10, sobre prórroga de secreto de las actuaciones (folio 22263 del tomo XLV). Auto de 12.04.07, sobre intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER (folio 22272 del tomo XLV). Auto de 11.05.07, sobre prórroga de intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22306 del tomo XLV). Auto de 04.07.07, sobre intervención telefónica a VICENTE PEDRO GOMIS CERDÁN, ANTONIO AMORÓS SÁNCHEZ y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 22318 del tomo XLVI). Auto de 31.07.07, sobre intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y ceses (folio 22332 del tomo XLVI) Auto de 03.09.07, sobre prórroga e intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ (folio 22342 del tomo XLVI) Auto de 01.10.07, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ (folio 22353 del tomo XLVI) Auto de 31.10.07, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ (folio 22363 del tomo XLVI) Auto de 29.11.07, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ folio 22372 del tomo XLVI) Autos de 28.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, sobre intervención de diversos terminales telefónicos y sus respectivas prórrogas (folio 22384 del tomo XLVI). Auto de 29.01.08, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 22397 del tomo XLVI). Auto de 06.02.08, sobre prórroga de intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22409 del tomo XLVI). Auto de 14.02.08, sobre prórroga de intervención de diversos terminales telefónicos (folio 22421 del tomo XLVI). Auto de 21.02.08, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ e intervención a ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO (folio 22436 del tomo XLVI). Auto de 28.02.08, sobre intervención de varios terminales (folio 22449 del tomo XLVI). Auto de 07.03.08, sobre prórroga de intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22463 del tomo XLVI). Auto de 18.03.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22476 del tomo XLVI). Auto de 28.03.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22492 del tomo XLVI). Auto de 04.04.08, sobre prórroga de intervención telefónica de ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22506 del tomo XLVI). Auto de 17.04.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22520 del tomo XLVI). Auto de 24.04.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22539 del tomo XLVI). Auto de 23.05.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22551 del tomo XLVI). Auto de 16.05.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22564 del tomo XLVI). Auto de 16.06.08, sobre prórroga de intervención telefónica de ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22578 del tomo XLVI). Auto de 23.06.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22592 del tomo XLVI). Auto de 15.07.08, sobre prórroga de intervención telefónica de un terminal telefónico (folio 22606 del tomo XLVI). Auto de 11.05.07, sobre asunción competencial 7 (folio 22618 del tomo XLVI). Auto de 08.03.07 (aunque dice “abril”), sobre incoación de diligencias previas y orden de averiguación domicilios y teléfonos (folio 22634 del tomo XLVI). Auto de 29.05.07, sobre autorización judicial de entrada y registro (folio 22646 del tomo XLVI). Autos de 01.07.10 y 06.07.10, sobre autorización judicial de entrada y registro (folio 22652 del tomo XLVI). Auto de 13.05.08, sobre intervención de IMEI de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 22668 del tomo XLVI) Autos de 23.07.08, 22.08.08, 23.09.08, 23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 21.01.09, 20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09, 19.06.09, 18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09, 07.10.09, 16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09 y 16.02.10, sobre intervención de diversos terminales telefónicos y sus respectivas prórrogas (folio 22679 del tomo XLVI). Providencia de 16.05.07, acordando mandamiento investigación sobre números de teléfono (folio 22697 del tomo XLVI). 3.- En fecha 12.01.2011 (folio 22711 del tomo XLVI), por el Procurador Sr. GIMÉNEZ VIUDES, en nombre y representación de JORGE SANZ SÁNCHEZ, recurso de reforma frente a: Auto de 11.05.07 (asunción competencial) Autos de 31.07.07, 03.09.07, 01.10.07 y 31.10.07 (intervención telefónica y prórrogas al recurrente) Autos de 15.01.08, 23.01.08, 14.02.08, 24.04.08, 15.09.08, 20.03.09 y 21.04.09 (intervenciones telefónicas) Auto de 11.08.08, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09 (ampliación de la investigación) Autos de prórroga de secreto 4.- En fecha 12.01.2011 (folio 22727 del tomo XLVI), por el Procurador Sr. AMORÓS LORENTE, en nombre y representación de ÁNGEL FENOLL PÉREZ, interponiendo recurso de reforma, con subsidiaria apelación, frente a: Autos de 08.03.07, 12.04.07, 11.05.07, 11.05.07, 14.05.07, 29.05.07, 11.06.07, 27.06.07, 04.07.07, 31.07.07, 01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08, 14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 16.05.08, 16.06.08, 15.07.08, 22.08.08, 15.09.08, 19.12.08, 22.01.08, 17.06.09, 06.11.09, 12.07.10 y 13.07.10 09.05.07, 11.06.07, 03.09.07, 08.01.08, 06.02.08, 13.03.08, 04.04.08, 23.05.08, 14.10.08, 01.07.10, 5.- En fecha 12.01.2011 (folio 22773 del tomo XLVI), por la Procuradora Sra. BELTRÁN FERRER, en nombre y representación de ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, interponiendo recurso de reforma, con subsidiaria apelación, frente a: Autos de 08.03.07, 12.04.07, 11.05.07, 11.05.07, 14.05.07, 29.05.07, 11.06.07, 27.06.07, 04.07.07, 31.07.07, 01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08, 14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 16.05.08, 16.06.08, 15.07.08, 22.08.08, 15.09.08, 19.12.08, 22.01.09, 17.06.09, 06.11.09, 12.07.10 y 13.07.10 09.05.07, 11.06.07, 03.09.07, 08.01.08, 06.02.08, 13.03.08, 04.04.08, 23.05.08, 14.10.08, 01.07.10, 6.- En fecha 12.01.2011 (folio 22796 del tomo XLVI), por el Procurador Sr. AMORÓS LORENTE, en nombre y representación de JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ, interponiendo recurso de reforma, con subsidiaria apelación y simultáneo incidente de nulidad de actuaciones, frente a: Autos 03.09.07, 08.01.08, 06.02.08, 18.03.08, 17.04.08, 16.06.08, 23.09.08, 22.01.09, 19.06.09, 16.10.09, de 12.04.07, 11.05.07, 04.07.07, 01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08, 14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 24.04.08, 13.05.08, 16.05.08, 23.05.08, 23.06.08, 23.07.08, 22.08.08, 15.09.08, 23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 19.12.08, 20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09, 18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 07.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09 9 y 16.02.10. Providencia de 16.05.07 7.- En fecha 12.01.2011 (folio 22815 del tomo XLVI), por el Procurador Sr. AMORÓS LORENTE, en nombre y representación de ÁNGEL FENOLL PÉREZ, interponiendo recurso de reforma, con subsidiaria apelación, frente a: Autos de 29.05.07 y 01.07.10 8.- En fecha 12.01.2011 (folio 22830 del tomo XLVI), por el Procurador Sr. DÍEZ SAURA, en nombre y representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo recurso de reforma, frente a resoluciones acordando intervención y/o prórroga de intervención telefónica: Autos de 12.04.07, 11.05.07, 31.07.07, 03.09.07, 01.10.07, 31.10.07, 28.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, 29.01.08, 06.02.08, 14.02.08, 19.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 13.05.08, 16.05.08, 23.05.08, 16.06.08, 23.07.08, 22.08.08, 15.09.08, 23.09.08, 23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 19.12.08, 20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09, 18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09, 16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 25.01.10 y 16.02.10. 04.07.07, 29.11.07, 25.01.08, 21.02.08, 27.03.08, 09.05.08, 23.06.08, 14.10.08, 22.01.09, 19.06.09, 07.10.09, 16.12.09, 9.- En fecha 12.01.2011 (folio 22874 del tomo XLVI), por el Procurador Sr. DÍEZ SAURA, en nombre y representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo recurso de reforma, frente a autos de prórroga de secreto de las actuaciones: Autos de 12.04.07, 09.05.07, 11.05.07, 11.06.07, 04.07.07, 11.07.07, 11.08.07, 10.09.07, 08.10.07, 31.10.07, 08.11.07, 07.12.07, 07.01.08, 06.02.08, 07.03.08, 04.04.08, 02.05.08, 29.05.08, 27.06.08, 26.07.08, 25.08.08, 24.09.08, 23.10.08, 22.11.08, 22.12.08, 21.01.09, 22.01.09, 20.02.09, 20.03.09, 20.04.09, 20.05.09, 19.06.09, 18.07.09, 18.08.09, 18.09.09, 16.10.09, 16.11.09, 16.12.09, 18.01.10, 18.02.10, 16.03.10, 16.04.10, 14.05.10 y 14.06.10. 10.- En fecha 12.01.2011 (folio 22895 del tomo XLVI), por el Procurador Sr. DÍEZ SAURA, en nombre y representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo recurso de reforma, frente al auto de 11.05.07. 11.- En fecha 12.01.2011 (folio 22897 del tomo XLVI), por el Procurador Sr. DÍEZ SAURA, en nombre y representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo recurso de reforma, frente a: Providencias de 11.07.07, 31.07.07, 17.09.07 y 16.05.07. 12.- En fecha 12.01.2011 (folio 22899 del tomo XLVI), por el Procurador Sr. DÍEZ SAURA, en nombre y representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, interponiendo recurso de reforma, frente a: Autos de 07.07.10 y 13.07.10. 13.- En fecha 11.01.2011 (folio 22902 del tomo XLVI), por la Procuradora Sra. VALERO MORA, en nombre y representación de ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA y JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ, recurso de reforma frente a: Autos de 04.07.07; 31.07.07; 03.09.07; 31.10.07; 28.12.07; 29.01.08; 06.02.08; 13.03.08; 27.03.08; 09.05.08; 29.05.08; 04.07.08; 15.07.08; 22.08.08; 23.09.08; 23.10.08; 21.11.08; 19.12.08; 22.01.09; 20.02.09; 20.03.09; 21.04.09; 12.06.09; 19.07.09; 18.07.09; 18.07.09; 11.08.09; 11.08.09; 18.08.09; 18.09.09; 07.10.09; 16.10.09; 06.11.09; 06.11.09; 16.11.09; 30.11.09; 16.12.09; 16.02.10; 25.01.10; 16.03.10; 16.01.10; 14.05.10; 14.06.10; 01.07.10; 12.07.10 y contra todos los autos que sean consecuencia jurídica de los reseñados. 14.- En fecha 12.01.2011 (folio 23055 del tomo XLVI), por la Procuradora Sra. VALERO MORA, en nombre y representación de MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ, recurso de reforma frente a: Autos de 08.03.07; 12.04.07; 11.05.07; 11.05.07; 14.05.07; 29.05.07; 11.06.07; 27.06.07; 04.07.07; 11.07.07; 01.10.07; 25.01.08; 14.02.08; 28.02.08; 11 09.05.07; 11.06.07; 03.09.07; 18.03.08; 16.05.08; 16.03.10; 16.04.10; 14.05.10; 14.06.10; 01.07.10; 12.07.10; y contra todos los autos que sean consecuencia jurídica directa de los reseñados. Providencia de 16.05.07. 15.- En fecha 12.01.2011 (folio 23091 del tomo XLVI), por la Procuradora Sra. VALERO MORA, en nombre y representación de FRANCISCO JAVIER LEÓN BARAHONA, recurso de reforma frente al auto de 01.07.10, sobre autorización judicial de entrada y registro. 16.- En fecha 12.01.2011 (folio 23094 del tomo XLVI), por la Procuradora Sra. BELTRÁN FERRER, en nombre y representación de FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, interponiendo recurso de reforma, con subsidiaria apelación, frente a: Autos 10.05.07; 11.06.07; 03.09.07; 31.10.07; 07.01.08; 29.01.08; 21.02.08; 18.03.08; 04.04.08; 09.05.08; 16.06.08; 23.07.08; 23.09.08; 21.11.08; 21.01.09; 20.03.09; 17.06.09; 11.08.09; 16.10.09; 16.11.09; 12.03.10; 01.07.10; 12.07.10; 19.07.10; de fecha 08.03.07; 12.04.07; 11.05.07; 14.05.07; 29.05.07; 27.06.07; 04.07.07; 11.07.07; 03.09.07; 10.09.07; 01.10.07; 08.11.07; 29.11.07; 07.12.07; 08.01.08; 15.01.08; 23.01.08; 06.02.08; 06.02.08; 14.02.08; 28.02.08; 06.03.08; 07.03.08; 26.03.08; 27.03.08; 28.03.08; 04.04.08; 17.04.08; 24.04.08; 13.05.08; 16.05.08; 23.05.08; 23.06.08; 27.06.08; 04.07.08; 26.07.08; 22.08.08; 25.08.08; 24.09.08; 14.10.08; 23.10.08; 22.11.08; 03.12.08; 19.12.08; 22.01.09; 20.02.09; 20.03.09; 20.04.09; 21.04.09; 19.06.09; 19.06.09; 18.07.09; 18.08.09; 18.09.09; 18.09.09; 06.11.09; 16.11.09; 16.11.09; 16.11.09; 18.01.10; 16.02.10; 16.03.10; 16.04.10; 14.05.10; 01.07.10; 06.07.10; 12.07.10; 12.07.10; 12.07.10; 12.07.10; 09.08.10; 02.09.10. 09.05.07; 11.06.07; 11.08.07; 08.10.07; 28.12.07; 25.01.08; 19.02.08; 13.03.08; 04.04.08; 02.05.08; 29.05.08; 15.07.08; 15.09.08; 23.10.08; 22.12.08; 20.02.09; 20.05.09; 18.07.09; 16.10.09; 27.11.09; 18.02.10; 14.06.10; 19.07.10; 12.07.10; 17.- En fecha 12.01.2011 (folio 23146 del tomo XLVI), por la Procuradora Sra. BELTRÁN FERRER, en nombre y representación de RAMÓN FENOLL PÉREZ, interponiendo recurso de reforma frente a todos los autos intervención telefónica de la causa y sus prórrogas. de SEGUNDO.- Unidos mediante diligencia de ordenación de 02.02.2011 (folio 23156 del tomo XLVI), fueron admitidos a trámite los recursos de reforma en virtud de providencia de la misma fecha (folio 23167 del tomo XLVI), en cuyo apartado primero se acordó conferir el correspondiente traslado al Ministerio Fiscal y demás partes personadas para formular alegaciones en el plazo que se indicaba. TERCERO.- Respecto de estos recursos se han formulado en tiempo y forma las siguientes alegaciones: 1.- Por el Ministerio Fiscal, los siguientes escritos de impugnación: A los recursos interpuestos por la representación de José Joaquín Ripoll Serrano, contra las siguientes resoluciones: -AUTOS de prórroga de secretos de actuaciones -AUTOS de fecha 04/07/07, 29/05/07, 11/05/07, autorizando intervención telefónica, 11/05/07, sobre asunción de competencia, 12/04/07, 08/03/07. -Contra cincuenta autos. -Providencia de fecha 16 de mayo de 2007. A los recursos de reforma interpuestos por la representación procesal de Rafael Gregory Fernández contra todos los autos de de autorización y/o prórroga de secreto de sumario, un total de cuarenta y cuatro autos. A los recursos de reforma interpuestos por la representación procesal de Rafael Gregory Fernández contra los autos de autorización y/o prórrogas de intervenciones telefónicas, un total de sesenta y dos autos. Al recurso de reforma interpuesto por la representación procesal de Rafael Gregory Fernández contra el auto de fecha 11 de mayo de 2007. 13 Al recurso de reforma interpuesto por la representación procesal de Rafael Gregory Fernández contra los autos de fecha 7 de julio de 2010 y 13 de julio de 2010. Al recurso de reforma interpuesto por la representación procesal de José Joaquín Ripoll Serrano contra las providencias de fecha 16 de mayo de 2007, 11 de julio de 2007, 31 de julio de 2007 y 17 de septiembre de 2007. A los recursos de reforma interpuestos por la representación procesal de Enrique Ortiz Selfa contra una serie de autos de de autorización y/o prórroga de intervenciones telefónicas, un total de cuarenta y cuatro autos. A los recursos de reforma y subsidiarios de apelación interpuestos por la representación procesal de Antonio Ángel Fenoll Campillo contra una serie de autos, un total de cincuenta. Al recurso de reforma y subsidiario de apelación interpuesto por lar representación de Ángel Fenoll Pérez en su escrito de fecha 11/01/2011 contra diversas resoluciones. Al recurso de reforma y subsidiario de apelación interpuesto por la representación de Ángel Fenoll Pérez contra los autos de fecha 29 de mayo de 2007 y 1 de julio de 2010. Al recurso de reforma interpuesto por la representación procesal de José Francisco Javier León Barahona contra el auto de fecha 1 de julio de 2010. Al recurso de reforma interpuesto por la representación de Manuel Abadía Martínez contra diversas resoluciones. Al recurso de reforma interpuesto por la representación procesal de Jorge Sanz Sánchez contra los autos de fechas 11 de mayo de 2007, 31 de julio de 2007, 3 de septiembre de 2007, 1 de octubre de 2007, 31 de octubre de 2007, 15 de enero de 2008, 23 de enero de 2008, 14 de febrero de 2008, 24 de abril de 2008, 15 de septiembre de 2008, 20 de marzo de 2009, 21 de abril de 2009, 18 de agoto de 2009, así como los autos de secreto de sumario y sus prórrogas. Al recurso de reforma interpuesto por la representación de Francisco Javier Bru García contra diversas resoluciones. Al recurso representación de resoluciones. de reforma interpuesto por la José Fenoll Sánchez contra diversas Al recurso representación de resoluciones. de reforma Ramón Fenoll interpuesto Pérez contra por la diversas Al recurso de reforma interpuesto por la representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra el auto de fecha 11 de mayo de 2007. Al recurso de reforma interpuesto por la representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra el auto de fecha 8 de marzo de 2008. Al recurso de reforma interpuesto por la representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra el auto de fecha 29 de mayo de 2007. Al recurso de reforma interpuesto por la representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra los autos de fecha 1 de julio de 2010 y 6 de julio de 2010. Al recurso de reforma interpuesto por la representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra el auto de fecha 16 de mayo de 2007. 15 Al recurso de reforma interpuesto por la representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra el auto de fecha 13 de mayo de 2008. Al recurso de reforma interpuesto por la representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra los autos de fechas de 23 de julio, 22 de agosto, 23 de septiembre, 23 de octubre, 21 de noviembre, y 3 de diciembre de 2008, 21 d enero, 20 d febrero, 20 de marzo, 21 de abril, 12 de junio, 19 de junio, 18 de julio, 11 de agosto, 18 de agosto, 18 de septiembre, 7 de octubre16 de octubre, 6 de noviembre, 16 de noviembre, 30 de noviembre, 16 de diciembre y 16 de febrero de 2010, por los que se acordaba la intervención telefónica de varios terminales. A los recursos de reforma interpuestos por la representación de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra los autos de prórroga de secretos de actuaciones de fecha 11/06/07, 11/07/07, 11/08/07, 10/09/07, 08/10/07, 08/11/07, 07/12/07, 07/01/08, 06/02/08, 06/03/08, 04/04/08, 29/05/08, 26/06/08, 26/07/08, 25/08/08, 24/09/08, 23/10/08, 22/11/08, 22/12/08, 21/01/09, 20/02/09, 20/03/09, 20/04/09, 20/05/09, 19/06/09, 18/07/09, 18/08/09, 18/09/09, 16/10/09, 16/11/09, 16/12/09, 18/01/10, 18/02/10, 16/03/10, 16/04/10, 14/05/10 y 14/06/10. A los recursos de reforma interpuestos por la representación procesal de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra los autos de intervención y cese telefónica de fecha 12 de abril de 2007, 11 de mayo de 2007, 4 de julio de 2007, 31 de julio de 2007, 3 de septiembre de 2007, 1 de octubre de 2007, 31 de octubre de 2007, 29 de noviembre de 2007, 28 de diciembre de 2007, 8, 15 y 23 de enero de 2008, 29 de enero de 2008, 6 de febrero de 2008, 14 de febrero de 2008, 21 de febrero de 2008, 28 de febrero de 2008, 7 de marzo de 2008, 18 de marzo de 2008, 28 de marzo de 2008, 4 de abril de 2008, 17 de abril de 2008, 24 de abril de 2008, 16 de mayo de 2008, 23 de mayo de 2008, 16 de junio de 2008, 23 de junio de 2008 y 15 de julio de 2008. 2.- Por las defensas de los imputados: Escrito de fecha 28.02.11 presentado por la Procuradora Sra BELTRÁN FERRER en representación de RAMÓN FENOLL PÉREZ, de adhesión a los recursos presentados las representaciones de Manuel Abadía Martínez, Enrique Ortiz Selfa, José Candel Martínez, Ángel Fenoll Pérez, Antonio Ángel Fenoll Campillo, José Fenoll Sánchez, Jorge Sanz Sánchez, Rafael Gregory Fernández, Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa. Escrito de fecha 28.02.11 presentado por la Procuradora Sra BELTRÁN FERRER en representación de FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, de adhesión a los recursos de reforma presentados por las representaciones de Manuel Abadía Martínez, Enrique Ortiz Selfa, José Candel Martínez, Ramón Fenoll Pérez, Ángel Fenoll Pérez, Antonio Ángel Fenoll Campillo, José Fenoll Sánchez, Jorge Sanz Sánchez, Rafael Gregory Fernández, Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa. Escrito de fecha 22.02.11 presentado por el Procurador Sr AMORÓS LORENTE en representación de JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ, de adhesión al recurso de reforma e incidente de nulidad de actuaciones presentado por la representación de Francisco Javier Bru García, así como de adhesión a los recursos de reforma y en su caso subsidiarios de apelación presentados por las representaciones de Ramón Fenoll Pérez, Enrique Ortiz Sella, Manuel Abadía Martínez, Rafael Gregory Fernández, Antonio Ángel Fenoll Campillo y Ángel Fenoll Pérez. Escrito de fecha 10.02.11 presentado por el Procurador Sr DIEZ SAURA en representación de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, de adhesión a la totalidad de los recursos presentados. Escrito de fecha 08.02.11 presentado por la Procuradora Sra MINGUEZ VALDES, en representación de JESÚS FERRANDEZ PEÑALVER, de adhesión a los recursos de reforma interpuestos por la representación procesal de Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra el auto de fecha 12/04/2007 y auto de fecha 08/04/07. Escrito de fecha 01.03.11 presentado por el Procurador Sr GIMÉNEZ VIUDES en representación de JORGE 17 SANZ SÁNCHEZ, de adhesión a todos los recursos interpuestos por la representación de Francisco Javier Bru García, Ramón Fenoll Pérez, José Francisco Javier León Barahona, Manuel Abadía Martínez, Enrique Ortiz Selfa y José Candel Martínez, Rafael Gregory Fernández, Ángel Fenoll Pérez, José Fenoll Sánchez, Antonio Ángel Fenoll Campillo, Ginés Sánchez Larrosa y Antonio Rodríguez Murcia, José Joaquín Ripoll Serrano. Escritos de fecha 22.02.11 presentado por el Procurador Sr MARTÍNEZ RICO en representación de ANTONIO AMORÓS SÁNCHEZ, de adhesión a los recursos interpuestos por la representación de José Joaquín Ripoll Serrano, Antonio Rodríguez Murcia y Ginés Sánchez Larrosa contra los el autos de fecha 08/03/07, 12/04/07 y 11/05/07 (asunción de competencia); contra los autos de prórroga de secretos de actuaciones de fecha 11/06/07, 11/07/07, 11/08/07, 10/09/07, 08/10/07, 08/11/07, 07/12/07, 07/01/08, 06/02/08, 06/03/08, 04/04/08, 02/05/08, 29/05/08, 26/06/08, 26/07/08, 25/08/08, 24/09/08, 23/10/08, 22/11/08, 22/12/08, 21/01/09, 20/02/09, 20/03/09, 20/04/09, 20/05/09, 19/06/09, 18/07/09, 18/08/09, 18/09/09, 16/10/09, 16/11/09, 16/12/09, 18/01/10, 18/02/10, 16/03/10, 16/04/10, 14/05/10 y 14/06/10. Escritos de fecha 22.02.11 presentados por el Procurador Sr MARTÍNEZ RICO en representación de ANTONIO AMORÓS SÁNCHEZ, de adhesión a los recursos interpuestos por la representación de José Joaquín Ripoll Serrano contra los autos de fecha 11/05/07, 29/05/07, 04/07/07, autos de fecha 3 de septiembre (folio 1.323), 31 de octubre (folio 1.518), 29 de noviembre (folio 1.573) y 29 de diciembre de 2007 (folio 1.628); 8 (folio 1.653), 15 (folio 1.668), 23 (folio 1.680), 25 (folio 1.764) y 29 de enero (folio 1.820), 6 (folio 1.884), 14 (folio 2.010), 21 (folio 2.066) y 28 de febrero (folio 2.116), 7 (folio 2.161), 18 (folio 5.072), 26 (folio 5.087), 27 (folio 5.130) y 28 de marzo (folio 5.142), 4 (folio 5.178), 17 (folio 5.319) y 24 de abril (folio 5.372), 13 (5.520), 16 (5.581) y 23 de mayo (5.671), 16 (folio 5.755) y 23 de junio (folio 5.799), 15 (5.937) y 23 de julio (folio 5.977), 22 de agosto (folio 6.107), 23 de septiembre (folio 6.253), 23 de octubre (folio 6.437), 21 de noviembre (folio 6.545) y 3 de diciembre de 2008 (folio 6.632); 21 de enero (folio 6.797), 20 de febrero (folio 7.156), 20 de marzo (folio 7.156), 21 de abril (folio 7.240), 12(folio 7.437), 19 de junio (folio 7.504), 18 de julio (folio 7.602), 11 (folio 7.750) y 18 de agosto (folio 7829), 18 de septiembre (folio 7.939), 7 (folio 8.004), 16 de octubre (folio 8.073), 6 (folio 8.381), 16 (folio 8.459) y 30 de noviembre (folio 8.607) y 16 de diciembre de 2009 (folio 8616); y 16 de febrero de 2010 (folio 8.721), y providencia de fecha 16/05/07. Escrito de fecha 28.02.11 presentado por la Procuradora Sra BELTRÁN FERRER en representación de FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, de adhesión al recurso presentado por la representación de José Joaquín Ripoll Serrano contra el auto de fecha 08/03/07. Escrito de fecha 28.02.11 presentado por la Procuradora Sra AGRELA PASCUAL DEL RIQUELME en representación de ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, de adhesión al recurso interpuesto por la representación procesal de Manuel Abadía Martínez. Escritos de fecha 28.02.11 presentado por la Procuradora Sra VALERO MORA en representación de ENRIQUE ORTIZ SELFA y JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ, de MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ y de JOSÉ FRANCISCO JAVIER LEÓN BARAHONA, de adhesión a todos los recursos presentados. CUARTO.Mediante diligencia de ordenación de 04.03.11 se acordó dar traslado a las partes de los escritos de alegaciones y, una vez efectuado, dar cuenta a SSª a fin de resolver lo procedente. RAZONAMIENTOS JURÍDICOS PRIMERO.- Debe hacerse una breve referencia a las alegaciones efectuadas por varias de las defensas recurrentes acerca del plazo concedido para la interposición de recursos. 19 No es el presente trámite el destinado a concretar el tiempo procedente para que las resoluciones que se van a notificar sean objeto de interposición, en tiempo y forma, de los correspondientes recursos frente a ellas. A tal cuestión se dio amplia respuesta con la providencia de 19 de octubre de 2010, que vino a establecer el plazo común de veinte días hábiles improrrogables, motivándose las razones que a este Instructor le asistían para la ampliación del plazo legal de tres días desde la notificación (artículo 211 de la LECrim). Dicha resolución fue recurrida en reforma y confirmada por auto dictado por este mismo Juzgado, y si bien ha sido apelada, la misma ha sido en un solo efecto, por tanto sin acordarse la suspensividad de lo acordado. Hasta la fecha de la presente resolución no le consta al Instructor la sustanciación definitiva de esta cuestión, por lo que anticipar las consecuencias procesales en caso de prosperar los recursos es en este momento, y cuanto menos, estéril y de menor entidad que otras cuestiones a examinar en la causa. Por ello, y vista la reproducción de tales alegaciones a resultas del proveído de 30 de noviembre de 2010, el acto de notificación realizado mediante diligencia de 10 de diciembre de 2010 y los propios recursos que son objeto de estudio en la presente, no puede sino el Instructor mas que remitirse a su anterior resolución de 19 de octubre de 2010 y a las resultas del recurso de apelación sin efecto suspensivo que pende frente a la misma. No obstante, si del mismo modo se considera que la dirección técnica no ha de verse limitada en la reiteración o reproducción de sus alegaciones (fundamentalmente sobre el plazo y el tiempo en que las actuaciones han estado bajo la figura procesal del secreto excepto para el Ministerio Fiscal), también hay que dejar constancia que el número, volumen y profusión argumentativa de los recursos interpuestos hacen patente y confirman al Instructor la suficiencia del plazo de veinte días improrrogables que fue concedido a las partes. SEGUNDO.- Deben sustanciarse en la presente los recursos de reforma interpuestos, aunque es preciso realizar un pronunciamiento preliminar, dado que la representación procesal de JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ, ha formulado recurso de reforma, con subsidiaria apelación y simultáneo incidente de nulidad de actuaciones. Respecto del simultáneo incidente de nulidad de actuaciones, el mismo debe ser tenido procesalmente como inadmitido, aún cuando debiera revestir la forma de providencia conforme a lo dispuesto por el inciso final del artículo 241.1 de la LOPJ, y sin posibilidad de interposición de recurso alguno. Ello obedece no solo a lo expresamente regulado por el artículo 240.1 de la LOPJ, que se remite a los recursos que legalmente se dispongan en las leyes procesales, así como a la previsión del artículo 241.1, párrafo primero, de la LOPJ, que contempla la posibilidad de tramitar el incidente de nulidad de actuaciones cuando haya recaído resolución que ponga fin al proceso y la misma no fuera susceptible de recurso ordinario o extraordinario. Como bien se ha podido verificar, el propio recurrente, en su escrito obrante al folio 22796 del tomo XLVI formula no solo recurso de reforma, sino también el subsidiario –para el caso de ser desestimado el anteriorde apelación, ambos que responden a la previsión procesal contemplada por los artículos 217, 221, 222 y 766.1 de la LECrim como ordinarios y vienen a dar carta de naturaleza a las posibilidades que, en términos generales, se conceden por los artículos 24.2 de la CE y 448.1 de la LEC (de subsidiaria aplicación a este y todos los procesos penales, así contemplado por el artículo 4 de la LEC). La consecuencia no puede ser otra que la de su inadmisión a trámite, que en igual sentido debería predicarse del incidente de nulidad al que se refiere la representación procesal de FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA en su escrito obrante al folio 23094 del tomo XLVI que, pese a no haberse efectuado en su momento pronunciamiento alguno, debe entenderse, por coherencia jurídica con lo antes expuesto, que hubo de ser inadmitido a trámite. Sirviendo esta consideración como subsanación de dicha omisión, sin ulterior recurso. TERCERO.- La inadmisión a trámite del incidente excepcional de nulidad de actuaciones a que se contrae el 21 razonamiento jurídico anterior no por ello viene a dejar sin efecto pleno la diligencia de ordenación de 2 de febrero de 2011 (folio 23156 del tomo XLVI) ni la providencia de idéntica fecha (folio 23167 del tomo XLVI), sino mas bien la de formalizar en términos jurídicos cuantos pronunciamientos se instan en todos y cada uno de los escritos presentados por las partes en éste trámite, referidos en este particular en cuanto al mencionado incidente de nulidad, que formalmente debe ser inadmitido a trámite. CUARTO.- Otra de las cuestiones que se ha planteado, concretamente en los diversos escritos de impugnación presentados por la representación del Ministerio Fiscal, es la relativa a la figura de la legitimación de algunas de las defensas para interponer determinados recursos frente a, valga la reiteración, determinadas resoluciones. Sobre este particular habría que distinguir aquellas resoluciones que, como ya se ha tenido ocasión de citar y comprobar por las defensas, acuerdan, de conformidad con las solicitudes deducidas por la Fuerza actuante y con el dictamen del Ministerio Público, la práctica de diligencias de investigación consistentes en la interceptación y escucha de las comunicaciones telefónicas de personas físicas. Considera el Ministerio Fiscal que buena parte de los recursos formulados serían merecedores de un pronunciamiento distinto que el de la admisión a trámite, por entender que los recurrentes carecerían de la correspondiente legitimación para su interposición. Esta consecuencia jurídica, pese a existir una resolución, como es la providencia de 2 de febrero de 2011, que admite sin más los recursos de reforma formulados por las defensas –y a cuya relación se remite al antecedente primero de la presente en aras de la brevedad y economía argumentativa-, puede conciliarse con la tramitación íntegra del recurso y, seguidamente, emitirse un pronunciamiento desestimatorio, sin entrar en el fondo de los mismos, por concurrir causa de inadmisión. Lo cual no empece la labor de examen íntegro del texto de cuantos recursos se articulan por parte del Instructor como, por otra parte, así también hizo el Ministerio Fiscal en el trámite de alegaciones a los recursos mencionados pronunciándose de forma subsidiaria en cuanto a todos los argumentos de los recurrentes, con los que estimó oportunos y convenientes. El derecho de defensa ha de contar vigencia en cuanto a las posibilidades que asisten a las partes a manifestar su parecer jurídico, aunque no articulen recurso alguno ni pretendan más que hacer constar, en cualquier momento del proceso, esas manifestaciones. A tal respecto, y sin olvidar el momento procesal en que nos encontramos, esto es, la fase de instrucción, cabe plantearse esta cuestión de la legitimidad para recurrir, cuando los recursos interpuestos, por su número, volumen y calidad argumentativa quizá obedezcan en gran parte al planteamiento de las llamadas “cuestiones previas” a que se refiere el artículo 786.2 de la LECrim para el acto del juicio oral ó, yendo mas allá en el curso hipotético de un proceso penal, a los motivos de recurso frente a sentencias (apelación ó casación, según el caso). Lo que en absoluto debe sostenerse en este momento por su improcedencia y lo prematuro en determinar un escenario procesal que, en todo caso, estaría vetado al Instructor por no ser quien, si procediere, tendría encomendada la función enjuiciadora de alguno o algunos de los hechos investigados. QUINTO.- Nuestra jurisprudencia ha analizado esta cuestión y que se refiere al trámite de admisión o de inadmisión por causa de legitimidad, inicialmente planteado en el fundamento anterior. Así, la SAP de Madrid, Penal Noviembre del 2010 (ROJ: SAP M 440/2010, entendía que el recurso admitido a trámite, invocando para en sede casacional a cuyo tenor: sección 27 del 24 de 18654/2010), Recurso: no hubo siquiera ser ello pronunciamientos “señala la sentencia del Tribunal Supremo de 8 de noviembre de 1991 que: "Es incuestionable, al respecto, que las personas legitimadas activamente para "recurrir en casación por el art. 854 LECrim, además de reunir la condición de ser parte en el proceso o, sin serlo, resultar condenadas en la sentencia, tienen que encontrarse agraviadas o perjudicadas por el 23 sentido desfavorable de la resolución, y en este interés legítimo en obrar está la medida del derecho a impugnar; se sigue de ello la falta de "legitimación para "recurrir del acusado frente al pronunciamiento de la sentencia que rechazó la responsabilidad. Y la de de 19 de julio de 2002 que: "Como ha declarado la jurisprudencia de esta Sala, la "legitimación procesal viene determinada por el carácter desfavorable que la resolución judicial presenta para el que "recurre" (SS de 20 Sep., 29 Oct. y 22 Nov. 1982, 19 Sep. 1983, 29 Ene. 1991, 17 Ene. y 22 Nov. 1992 y 26 Jun. 1995)"”. Por su parte, en AAP, Penal sección 7 del 02 de Noviembre del 2010 (ROJ: AAP ML 1/2010), Recurso: 220/2010, la Audiencia Provincial de Málaga concluía que “cuando de la interposición del recurso se trata se traduce en la necesidad de un presupuesto - ligado con la legitimación - consistente en la existencia de un gravamen o perjuicio sufrido por el recurrente a consecuencia de la parte dispositiva de la resolución que se impugna, consistente en la diferencia entre lo pedido por aquél, y lo declarado en la resolución que combate, indispensable elemento que tiene el valor de un requisito de admisibilidad del recurso” O la SAP de Madrid, Penal sección 3 del 28 de Octubre del 2010 (ROJ: SAP M 16622/2010), Recurso: 360/2010, que recoge entre sus argumentaciones como debe dispensarse tratamiento jurídico a esta cuestión, al disponer que “Es presupuesto necesario material de todo recurso que la resolución recaída resulte desfavorable al recurrente, lo que no ocurre en este supuesto (Sentencias del Tribunal Constitucional 264/94 de 3 de octubre y 233/05 de 26 de septiembre, y sentencias del Tribunal Supremo de 22 de mayo de 1993 y 31 de marzo de 2005). No se pueden sostener en el proceso derechos de los que no se es titular, debiendo concurrir un interés propio, cualificado y específico en el recurrente (Sentencias del Tribunal Constitucional 21/93 de 18 de enero, 92/97 de 6 de mayo, 228/97 de 16 de diciembre y 233/05 de 26 de septiembre; sentencias del Tribunal Supremo de 26 de junio, 19 de octubre y 7 de diciembre de 1993, 28 de noviembre de 1997, 21 de octubre de 1998, 15 de junio de 2000, 17 enero de 2001, 2 de enero, 13 de marzo, 22 abril y 4 de julio de 2002, 8 de mayo de 2003, de febrero, 2 de abril, 24 de junio y 29 diciembre de 2004, 15 de abril de 2005 y 31 enero de 2006)”. de de 27 de de Asimismo, en el AAP, Penal sección 1 del 20 de Octubre del 2010 (ROJ: AAP CU 209/2010), Recurso: 108/2010, la Audiencia Provincial de Cuenca sostuvo idéntica conclusión en esta materia cuando, recordando el artículo 448.1 de la LEC y sentencias de la Sala Segunda del Tribunal Supremo (de fechas 12.02.2001, 29.12.2004 y 15.06.2005) no viene sino a entender que “la legitimación para interponer cualquier clase de recurso contra las resoluciones judiciales requiere la existencia de interés por la parte recurrente en la revisión y modificación de la resolución recurrida, fundado dicho interés en la existencia de un gravamen que resulta de la desestimación de las pretensiones por ella formuladas, de ahí que tal legitimación para recurrir sólo se dé en quién aparece como perjudicado por la inadmisión de sus pretensiones; es decir, la legitimación para recurrir no resulta únicamente de la condición de parte procesal, sino que es preciso que la parte recurrente resulte perjudicada en sus intereses por la resolución recurrida”. En igual sentido, el AAP de Madrid, Penal sección 6 del 14 de Octubre del 2010 (ROJ: AAP M 16284/2010), Recurso: 46/2010. Finalmente, el AAP de Guadalajara, Penal sección 1 del 21 de Julio del 2010 (ROJ: AAP GU 218/2010), Recurso: 94/2010, recordó que “tanto el Tribunal Supremo (Sentencias de 12 de febrero de 1981, 22 de noviembre de 1982, 11 de octubre de 1990, 5 de marzo de 1992, 22 de mayo de 1993 , entre otras muchas) como el Tribunal Constitucional (Sentencias n.º 79/1987, de 27 de mayo y n.º 51/1991, de 11 de marzo, entre otras) tienen pronunciado que: «sólo a la parte a quien una resolución judicial le sea desfavorable puede experimentar el necesario gravamen o perjuicio que la legitime para provocar la apertura de una nueva fase procesal mediante el uso de los recursos», es decir, estarán inicialmente legitimados para recurrir quienes sean parte en el procedimiento y se vean perjudicados o agraviados por la resolución judicial que le afecte”. Debe significarse que cuantas referencias jurisprudenciales se indican con anterioridad (y otras que 25 se van citando a lo largo de la presente, salvo contadas excepciones) han sido obtenidas de la base de datos del CENDOJ, puesta a disposición de los miembros de la Carrera Judicial por el Consejo General del Poder Judicial, correspondiéndose las mismas a las asignadas por dicho organismo. SEXTO.- Descendiendo al presente proceso, teniendo como base las aproximaciones doctrinales desarrolladas en el razonamiento anterior, cabe concluir que, en relación con las resoluciones dictadas durante los sucesivos meses en los que se ha practicado la instrucción bajo el secreto decretado y prorrogado en consecutivos autos, la consecuencia jurídica que cabe adoptar en este momento procesal respecto de la interposición de recursos frente a resoluciones que acuerdan la práctica de diligencias de investigación (en esencia, intervención de las comunicaciones telefónicas y posteriores prórrogas) que no tienen repercusión directa en la persona del imputado o en la esfera de sus derechos, como el reconocido por el artículo 18.3 de la CE, ha de ser la de la inadmisión a trámite del recurso. Ahora bien, dado que los recursos fueron, en su totalidad, admitidos a trámite mediante providencia de 2 de febrero de 2010, y la misma, siendo notificada al Ministerio Fiscal y demás partes personadas, sólo fue objeto de recurso en el particular relativo al plazo concedido para su impugnación, devino firme la decisión de su admisión, por lo que la opción jurídica que cabe en este caso es la de la desestimación por concurrir causa de inadmisión consistente en falta de legitimación. SÉPTIMO.- Por el contrario, las resoluciones cuyos pronunciamientos no sean precisamente referidos a la práctica de diligencias de investigación, sino al impulso u ordenación del proceso, deberán ser admitidos a trámite todos y cada uno de los recursos interpuestos, resolviéndose acerca de los motivos de impugnación. En virtud de lo expuesto en los fundamentos jurídicos cuarto, quinto y sexto, se deberán tener por desestimados por causa de inadmisión al carecer de legitimación para ello, los siguientes recursos de reforma: 1.SERRANO: De los formulados por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL 1.a.- Auto de 04.07.07, sobre intervención telefónica a VICENTE PEDRO GOMIS CERDÁN, ANTONIO AMORÓS SÁNCHEZ y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 21764 del tomo XLV) 1.b.- Auto de 29.05.07, sobre autorización judicial de entrada y registro (folio 21788 del tomo XLV). 1.c.Auto de 11.05.07, sobre prórroga de intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 21803 del tomo XLV). 1.d.- Auto de 12.04.07, sobre intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER (folio 21839 del tomo XLV). 1.e.- Providencia de 16.05.07, acordando mandamiento investigación sobre números de teléfono (folio 21923 del tomo XLV). 1.f.- De forma parcial, el formulado frente a los autos de 03.09.07, 31.10.07, 29.11.07, 29.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08, 06.02.08, 14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 13.05.08, 16.05.08, 23.05.08, 16.06.08, 23.06.08, 15.07.08, 23.07.08, 22.08.08, 23.09.08, 23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 21.01.09, 20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09, 19.06.09, 18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09, 07.10.09, 16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09 y 16.02.10, sobre intervención de diversos terminales telefónicos y sus respectivas prórrogas (folio 21903 del tomo XLV), resolviéndose únicamente el recurso en cuanto a los autos de 12 de junio, 11 de agosto, 7 de octubre, 6 de noviembre y 30 de noviembre de 2009, que se ubican a los folios 7437 –tomo XXI-, 7782 y 8004 –tomo XXII-, 8402 y 8607 –tomo XXIV2.- De los formulados por ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ LARROSA: 2.a.- Auto de 12.04.07, sobre intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER (folio 27 22272 del tomo XLV). 2.b.Auto de 11.05.07, sobre prórroga de intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22306 del tomo XLV). 2.c.- Auto de 04.07.07, sobre intervención telefónica a VICENTE PEDRO GOMIS CERDÁN, ANTONIO AMORÓS SÁNCHEZ y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 22318 del tomo XLVI). 2.c.- Auto de 31.07.07, sobre intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y ceses (folio 22332 del tomo XLVI) 2.d.- Auto de 03.09.07, sobre prórroga e intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ (folio 22342 del tomo XLVI) 2.e.Auto de 01.10.07, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ (folio 22353 del tomo XLVI) 2.f.Auto de 31.10.07, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ y JORGE SANZ SÁNCHEZ (folio 22363 del tomo XLVI) 2.g.Auto de 29.11.07, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ folio 22372 del tomo XLVI) 2.h.Autos de 28.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, sobre intervención de diversos terminales telefónicos y sus respectivas prórrogas (folio 22384 del tomo XLVI). 2.i.Auto de 29.01.08, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 22397 del tomo XLVI). 2.j.Auto de 06.02.08, sobre prórroga de intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22409 del tomo XLVI). 2.k.Auto de 21.02.08, sobre prórroga de intervención telefónica a RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ e intervención a ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO (folio 22436 del tomo XLVI). 2.l.- Auto de 28.02.08, sobre intervención de varios terminales (folio 22449 del tomo XLVI). 2.m.Auto de 07.03.08, sobre prórroga de intervención telefónica a ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22463 del tomo XLVI). 2.n.Auto de 28.03.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22492 del tomo XLVI). 2.o.Auto de 04.04.08, sobre prórroga de intervención telefónica de ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22506 del tomo XLVI). 2.p.Auto de 24.04.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22539 del tomo XLVI). 2.q.Auto de 23.05.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22551 del tomo XLVI). 2.r.Auto de 16.06.08, sobre prórroga de intervención telefónica de ÁNGEL FENOLL PÉREZ (folio 22578 del tomo XLVI). 2.s.Auto de 23.06.08, sobre prórroga de intervención telefónica de diversos terminales telefónicos (folio 22592 del tomo XLVI). 2.t.Auto de 15.07.08, sobre prórroga de intervención telefónica de un terminal telefónico (folio 22606 del tomo XLVI). 2.u.- Auto de 29.05.07, sobre autorización judicial de entrada y registro (folio 22646 del tomo XLVI). 2.v.- Auto de 13.05.08, sobre intervención de IMEI de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ (folio 22668 del tomo XLVI) 2.w.Autos de 23.07.08, 22.08.08, 23.09.08, 23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 21.01.09, 20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09, 19.06.09, 18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09, 07.10.09, 16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09 y 16.02.10, sobre 29 intervención de diversos terminales telefónicos respectivas prórrogas (folio 22679 del tomo XLVI). y sus 2.x.- Providencia de 16.05.07, acordando mandamiento investigación sobre números de teléfono (folio 22697 del tomo XLVI). 2.y.- De forma parcial, el formulado frente a los autos de 01.07.10 y 06.07.10, sobre autorización judicial de entrada y registro (folio 22652 del tomo XLVI), resolviéndose únicamente el recurso en cuanto al auto de 1 de julio de 2010. 3.- De los formulados por JORGE SANZ SÁNCHEZ: 3.a.Autos de 15.01.08, 23.01.08, 14.02.08, 24.04.08, 15.09.08, 20.03.09 y 21.04.09 (intervenciones telefónicas) 3.b.- Auto de 11.08.08, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09 (ampliación de la investigación) 4.- De los formulados por ÁNGEL FENOLL PÉREZ: 4.a.- Parcialmente el formulado frente a los autos de 08.03.07, 12.04.07, 09.05.07, 11.05.07, 11.05.07, 14.05.07, 29.05.07, 11.06.07, 11.06.07, 27.06.07, 04.07.07, 31.07.07, 03.09.07, 01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08, 06.02.08, 14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 13.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 16.05.08, 23.05.08, 16.06.08, 15.07.08, 22.08.08, 15.09.08, 14.10.08, 19.12.08, 22.01.08, 17.06.09, 06.11.09, 01.07.10, 12.07.10 y 13.07.10. En concreto, la inadmisión del recurso radica en el formulado frente a los autos de 27 de junio de 2007, 25 de enero y 28 de febrero de 2008, si bien respecto del primero de éstos hay que añadir que se trata de un auto que resuelve un recurso de reforma que, en su momento, no fue apelado. 5.- De CAMPILLO: los formulados por ANTONIO ÁNGEL FENOLL 5.a.- Parcialmente el formulado frente a los autos de de 08.03.07, 12.04.07, 09.05.07, 11.05.07, 11.05.07, 14.05.07, 29.05.07, 11.06.07, 11.06.07, 27.06.07, 04.07.07, 31.07.07, 03.09.07, 01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08, 06.02.08, 14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 13.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 16.05.08, 23.05.08, 16.06.08, 15.07.08, 22.08.08, 15.09.08, 14.10.08, 19.12.08, 22.01.09, 17.06.09, 06.11.09, 01.07.10, 12.07.10 y 13.07.10 En concreto, la inadmisión del recurso radica en el formulado frente a los autos de 12 de abril, 11 de mayo y 27 de junio de 2007, así como los autos de 6 de febrero, 7 de marzo, 4 de abril y 16 de junio de 2008, reproduciendo lo antes dicho respecto del auto de 27 de junio de 2007, resolutorio de un recurso de reforma, frente al cual no cabe, obviamente, un segundo recurso de reforma. 6.- De los formulados por JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ: 6.a.- El relativo a los autos de 12.04.07, 11.05.07, 04.07.07, 03.09.07, 01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08, 06.02.08, 14.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 13.05.08, 16.05.08, 23.05.08, 16.06.08, 23.06.08, 23.07.08, 22.08.08, 15.09.08, 23.09.08, 23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 19.12.08, 22.01.09, 20.02.09, 20.03.09, 21.04.09, 12.06.09, 19.06.09, 18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 07.10.09, 16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09 y 16.02.10. 7.- De los formulados por RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ: 7.a.- De forma parcial, su recurso frente a autos de 12.04.07, 11.05.07, 04.07.07, 31.07.07, 03.09.07, 01.10.07, 31.10.07, 29.11.07, 28.12.07, 08.01.08, 15.01.08, 23.01.08, 25.01.08, 29.01.08, 06.02.08, 14.02.08, 19.02.08, 21.02.08, 28.02.08, 07.03.08, 18.03.08, 26.03.08, 27.03.08, 28.03.08, 04.04.08, 17.04.08, 24.04.08, 09.05.08, 13.05.08, 16.05.08, 23.05.08, 16.06.08, 23.06.08, 23.07.08, 22.08.08, 15.09.08, 23.09.08, 14.10.08, 23.10.08, 21.11.08, 03.12.08, 19.12.08, 22.01.09, 20.02.09, 20.03.09, 31 21.04.09, 12.06.09, 19.06.09, 18.07.09, 11.08.09, 18.08.09, 18.09.09, 07.10.09, 16.10.09, 06.11.09, 16.11.09, 30.11.09, 16.12.09, 25.01.10 y 16.02.10. Concretamente, opera la desestimación por inadmisión respecto de los autos de 12 de abril y 11 de mayo de 2007; 8 de enero, 15 de enero, 25 de enero, 6 de febrero, 14 de febrero, 19 de febrero, 7 de marzo, 18 de marzo, 28 de marzo, 4 de abril, 17 de abril, 24 de abril, 9 de mayo, 16 de mayo, 16 de junio, 15 de septiembre y 14 de octubre de 2008; 12 de junio, 7 de octubre y 30 de noviembre de 2009 y 25 de enero de 2010. 8.- De los formulados por ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA y JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ: 8.a.- Parcialmente, su recurso frente a los autos de 04.07.07; 31.07.07; 03.09.07; 31.10.07; 28.12.07; 29.01.08; 06.02.08; 13.03.08; 27.03.08; 09.05.08; 29.05.08; 04.07.08; 15.07.08; 22.08.08; 23.09.08; 23.10.08; 21.11.08; 19.12.08; 22.01.09; 20.02.09; 20.03.09; 21.04.09; 12.06.09; 19.07.09; 18.07.09; 18.07.09; 11.08.09; 11.08.09; 18.08.09; 18.09.09; 07.10.09; 16.10.09; 06.11.09; 06.11.09; 16.11.09; 30.11.09; 16.12.09; 16.02.10; 25.01.10; 16.03.10; 16.04.10; 14.05.10; 14.06.10; 01.07.10; 12.07.10 y contra todos los autos que sean consecuencia jurídica de los reseñados. Las resoluciones sobre las que no afecta la desestimación del recurso por motivo de inadmisión son los autos de 9 de mayo de 2008, 4 y 15 de julio de 2008, 18 de julio de 2009 (se entiende, el de prórroga de secreto de las actuaciones, f.7564), 6 –los dos- y 30 de noviembre de 2009, 25 de enero, 16 de marzo, 16 de abril, 14 de mayo, 14 de junio, 1 de julio y 12 de julio de 2010. 9.- De los formulados por MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ: 9.1.- Se desestima parcialmente en relación con el interpuesto frente a los autos de 08.03.07; 12.04.07; 09.05.07; 11.05.07; 11.05.07; 14.05.07; 29.05.07; 11.06.07; 11.06.07; 27.06.07; 04.07.07; 11.07.07; 03.09.07; 01.10.07; 25.01.08; 14.02.08; 28.02.08; 18.03.08; 16.05.08; 16.03.10; 16.04.10; 14.05.10; 14.06.10; 01.07.10; 12.07.10; y contra todos los autos que sean consecuencia jurídica directa de los reseñados. Las resoluciones afectadas por este motivo son las de 12 de abril, 9 de mayo, 11 de mayo (la segunda de ellas), 29 de mayo, 27 de junio, 4 de julio, 3 de septiembre y 1 de octubre de 2007, así como la de 28 de febrero de 2008. Además, debe significarse que el auto de 27 de junio de 2007, obrante al folio 921 del tomo IV de las actuaciones, se dicta como consecuencia de la interposición de recurso de reforma frente al auto dictado el 11 de junio de 2007 (folio 810), por lo que frente a dicha resolución sólo cabría la interposición, en tiempo y forma, del correspondiente recurso de apelación. 10.GARCÍA: De los formulados por FRANCISCO JAVIER 10.a.- Será desestimado por esta causa, y parcial, su recurso frente a los autos de fecha 12.04.07; 09.05.07; 10.05.07; 11.05.07; 29.05.07; 11.06.07; 11.06.07; 27.06.07; 11.07.07; 11.08.07; 03.09.07; 03.09.07; 01.10.07; 08.10.07; 31.10.07; 08.11.07; 07.12.07; 28.12.07; 07.01.08; 08.01.08; 23.01.08; 25.01.08; 29.01.08; 06.02.08; 14.02.08; 19.02.08; 21.02.08; 28.02.08; 07.03.08; 13.03.08; 18.03.08; 26.03.08; 28.03.08; 04.04.08; 04.04.08; 04.04.08; 24.04.08; 02.05.08; 09.05.08; 13.05.08; 23.05.08; 29.05.08; 16.06.08; 23.06.08; 04.07.08; 15.07.08; 23.07.08; 26.07.08; 25.08.08; 15.09.08; 23.09.08; 24.09.08; 23.10.08; 23.10.08; 21.11.08; 22.11.08; 19.12.08; 22.12.08; 21.01.09; 22.01.09; 20.02.09; 20.03.09; 20.03.09; 20.04.09; 20.05.09; 17.06.09; 19.06.09; 19.06.09; 18.07.09; 11.08.09; 18.08.09; 18.09.09; 16.10.09; 16.10.09; 06.11.09; 16.11.09; 27.11.09; 16.11.09; 16.11.09; 18.01.10; 18.02.10; 12.03.10; 16.03.10; 16.04.10; 14.06.10; 01.07.10; 01.07.10; 06.07.10; 19.07.10; 12.07.10; 12.07.10; 12.07.10; 12.07.10; 19.07.10; 09.08.10; 02.09.10. BRU de forma 08.03.07; 14.05.07; 04.07.07; 10.09.07; 29.11.07; 15.01.08; 06.02.08; 06.03.08; 27.03.08; 17.04.08; 16.05.08; 27.06.08; 22.08.08; 14.10.08; 03.12.08; 20.02.09; 21.04.09; 18.07.09; 18.09.09; 16.11.09; 16.02.10; 14.05.10; 12.07.10; 12.07.10; Examinándose el recurso en lo relativo a los autos de 8 de marzo, 9, 11 y 29 de mayo de 2007, 4 de abril de 2008 33 (el tercero de los mencionados, que acuerda inhibición territorial), 17 de junio, 6 de noviembre y 27 de noviembre de 2009, 12 de marzo de 2010, 1, 6 y 12 de julio de 2010. Ha de precisarse que no es procedente resolver el recurso de reforma –y subsidiaria apelación- frente al auto de 10 de mayo de 2007, pues el mismo fue dictado por el antiguo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 6 de Orihuela (actual Instancia 1) en sus Diligencias Previas 1346/07. Por otra parte, el que se interpone frente al auto de 19 de julio de 2010 no se admite en tanto dicha resolución ya fue notificada con anterioridad a las partes como consecuencia de la interposición, en momento anterior, de recurso por la representación procesal del Sr GREGORY FERNÁNDEZ, quien ya demandó su notificación en esas fechas e, inicialmente, le fue desestimado por providencia de 27 de julio de 2010. No existe auto dictado en 9 de agosto de 2010 que acuerde la prórroga de secreto de las actuaciones por este Juzgado. Y, finalmente, no es admisible la interposición de recurso de reforma frente a los autos de 27 de junio de 2007 y 2 de septiembre de 2010, pues los mismos se dictaron, precisamente, a resultas de la interposición, por la representación procesal del hoy recurrente, Sr BRU GARCÍA, frente a resoluciones dictadas en el seno del presente proceso. 11.- De los formulados por RAMÓN FENOLL PÉREZ: 11.a.- Recurre “todos los autos de intervención telefónica de la causa y sus prórrogas”, aunque como cabe deducir del tenor de todas las resoluciones en esta materia que se han dado traslado a las partes, ninguna de ellas hace mención a línea de teléfono de la que sea titular o usuario habitual el Sr FENOLL PÉREZ (RAMÓN), por lo que su recurso debe ser desestimado por el motivo de inadmisibilidad del mismo. OCTAVO.El pronunciamiento efectuado como consecuencia de lo expuesto en el fundamento que antecede al presente no impide, como de hecho se ha producido por este Instructor, el examen pormenorizado de cuantas alegaciones se han vertido en todos y cada uno de los recursos formulados, pues no es posible llegar a la conclusión jurídica sin un previo examen del tenor de los escritos presentados en tiempo y forma que, en todo caso, merecían del beneficio de la admisión inicial del trámite de su recurso, por revestir las formalidades temporales y de suscripción por profesionales del Derecho conforme a la Ley de Ritos. NOVENO.- Durante el ínterin de la sustanciación del presente trámite, las representaciones procesales del Sr RIPOLL SERRANO y de los Sres RODRÍGUEZ MURCIA y SÁNCHEZ LARROSA presentaron, en el mes de abril de 2011, sendos escritos “ampliatorios”, fundamentalmente en vista de la aportación por la representación procesal del Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER de escrito acompañado de informe pericial sobre los soportes de video y/o audio unidos al dictamen del representante del Ministerio Fiscal que da pie a la incoación de las presentes diligencias de investigación. Son invocados, en tal sentido, y para fundamentar la incorporación a sus recursos de las manifestaciones de sus escritos, los artículos 4 y 286 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Conferido traslado de dicho escrito a las partes personadas, el Ministerio Fiscal se ha opuesto a la admisión de dichos escritos en el trámite presente. Como cuestión primera, no cabe duda que, ante lo no previsto por la Ley de Enjuiciamiento Criminal, puede acudirse a la más reciente normativa procesal de la Ley de Enjuiciamiento Civil, pues así lo dice expresamente su artículo 4, que la consagra como normativa supletoria de todo aquello que no esté regulado por las normas de procedimiento de las jurisdicciones penal, contenciosoadministrativa, laboral y militar. Ahora bien, la invocación de lo dispuesto por el artículo 286 de la LEC al caso –mejor dicho, trámite- que nos ocupa, no logra acomodo en la presente resolución. Dicho precepto, relativo a los “hechos nuevos o de nueva noticia”, está ubicado procesalmente entre el momento preclusivo de los actos de alegación y el momento anterior del transcurso del plazo para dictar sentencia. Los actos de alegación a que se refiere la LEC son los de la demanda y contestación, así como los correlativos de la reconvención y contestación a la demanda reconvencional. No estamos, por otra parte, en el intervalo temporal para dictado de sentencia, sino que, trasladado al proceso 35 penal, todavía se encuentra el proceso en fase de Instrucción, y mas en concreto sustanciando una pluralidad de recursos frente a resoluciones dictadas en secreto de actuaciones que se han notificado a las partes personadas. Se refieren a la aportación de un informe pericial sobre unas conversaciones que se atribuyen a ÁNGEL FENOL PÉREZ y JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER, recogidas en soportes discos compactos que, a su vez, fueron presentados ante el Ministerio Fiscal por el primero, Sr FENOLL PÉREZ, en el marco de las Diligencias de Investigación nº 125/06 y que dan inicio a las presentes actuaciones como consecuencia de la denuncia presentada el 7 de marzo de 2007 (folio 3 de las actuaciones), circunscrita al concurso público para la contratación de los servicios públicos de recogida, transporte, tratamiento y eliminación de residuos sólidos urbanos y limpieza viaria, convocado por el Ayuntamiento de la ciudad de Orihuela. Tales conversaciones, en número de cinco, tiene lugar los días 11 de octubre de 2005, 25 de noviembre de 2005, 1 de febrero de 2006, 23 de febrero de 2006 y 23 de marzo de 2006, efectuándose en la denuncia del Ministerio Público una separación, mediante extractos, de dichas conversaciones, referidas a diversas cuestiones: 1.- Entregas de dinero por parte del Sr FENOLL PÉRZ al Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER 2.- Adjudicación de la contrata de basuras 3.- Adjudicaciones urbanísticas 4.- Antiguo interventor municipal 5.- Contrata de basuras de Pilar de la Horadada y Fuente Álamo 6.- Vertedero de Torremendo 7.- Auditoría del Ayuntamiento de Orihuela 8.- Canal 34 Vega Baja Televisión En su primera declaración judicial como imputado, el Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER (véase folios 220 bis a 223), fechada el 24 de abril de 2007, y al ser preguntado por el Letrado de la defensa –que lo asiste hasta el día de hoy-, Sr López Coig, por “si le consta si se han hecho informes periciales sobre la autenticidad de las cintas que se entregaron a la prensa” (sic), contestó el imputado “que si, que hay muchos cortes en las cintas y así se indica en el informe pericial que solicitó” (sic). Es decir, que tal circunstancia se puso de manifiesto en dicho momento procesal, tanto la alegación referida a, cuanto menos, inexactitudes en los soportes en los que se recogen las conversaciones aportadas primero a Fiscalía y luego al Juzgado, como a la existencia de un informe pericial que, por razones que se desconocen pero en todo caso de escasa trascendencia, no se aportó a las actuaciones sino hasta momento posterior al alzamiento del secreto y con ocasión del señalamiento de declaraciones, entre otras, del Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER. Asimismo, el Ministerio Fiscal, como se puede observar en el Tomo II de las actuaciones, presentó escrito el 4 de mayo de 2007 (folios 319 y 320) interesando la práctica de diligencias de investigación, de las que ahora cabe destacar la cuarta, pues en la misma se interesa o bien del Secretario Judicial o bien de la Policía Judicial si las transcripciones de las conversaciones obrantes en las cintas magnetofónicas son correctas. Solicitud a la que se accede mediante auto de 14 de mayo de 2007 (folios 379 y 380), el cual se remite al escrito del Fiscal, constando seguidamente a los folios 381, 382 y 383 copias de los oficios librados a resultas de las tres primeras diligencias interesadas por el citado escrito de 4 de mayo de 2007, expedidos todos ellos el 15 de mayo de 2007. No consta, tras el examen de las voluminosas actuaciones, que se haya hecho constar el resultado de tal diligencia, lo cual puede obedecer tanto a la falta de concreción de la resolución que la ordena – recuérdese que el Ministerio Fiscal solicita que lo verifique, alternativamente, o el fedatario judicial o la policía- de quién y cómo habría de hacerse. Dilación que, en cuanto a la proposición de escrito de alegaciones, nada afecta, pues la invocación de tal extremo ya se puso de manifiesto con anterioridad y, como tal, constaba en autos dicha impugnación. Sin perjuicio, como no puede ser de otra manera, de la proposición y práctica de diligencias de investigación en otro momento procesal distinto, si las mismas fueran declaradas pertinentes. Al igual que se debería responder a la solicitud de formación de piezas correlativas a los ocho extractos de las conversaciones que indica el 37 Ministerio Fiscal en su denuncia y reitera en escrito de 13 de noviembre de 2008 (que no se unió a las actuaciones, motivando la apertura del correspondiente expediente gubernativo por este Juzgado, sino hasta el mes de abril del presente año 2011, y al que, sin embargo, ya se refirió el propio fiscal en los folios segundo a sexto del escrito de impugnación al recurso de reforma interpuesto por el Sr RIPOLL SERRANO frente al auto de 12 de abril de 2007, en los términos siguientes que se transcriben: “En todo caso, el Ministerio Fiscal, a efectos de análisis de la impugnación presentada, manifiesta que el recurrente alega que, siendo que las Diligencias originales de Investigación de la Fiscalía estaban destinadas a averiguar la realidad de la comisión de un delito por los Sres. Fenoll Pérez y Ferrández Peñalver, a partir de ahí se deberían de haber desglosado las diligencias destinadas a la investigación de los otros delitos cometidos por otras personas. Por el Ministerio Fiscal se considera, en cambio, que tal desglose fue solicitado en su dictamen de 13 de Noviembre de 2008, desglose al amparo del artículo 762, regla 6ª LECRim, que establece: 6ª Para enjuiciar los delitos conexos comprendidos en este Título, cuando existan elementos para hacerlo con independencia, y para juzgar a cada uno de los imputados, cuando sean varios, podrá acordar el Juez la formación de las piezas separadas que resulten convenientes para simplificar y activar el procedimiento. En su escrito, de 152 páginas, el Ministerio Fiscal incluyó las siguientes consideraciones: “En consecuencia, el enjuiciamiento independiente de los hechos está expresamente previsto en la Ley de Enjuiciamiento Criminal para satisfacer el fin que el legislador señaló expresamente para aplicar el supuesto legal: simplificar y activar el procedimiento. El enjuiciamiento independiente no debe romper la continencia de la causa, los hechos de cada pieza no deben guardar conexión directa con los de otras piezas. La ley prevé, incluso, la posibilidad de realizar enjuiciamientos separados para acusados de unos mismos hechos. Por ello se puede enjuiciar separadamente a todos los acusados por unos mismos hechos que no están directamente conectados con otros. El pronunciamiento absolutorio o condenatorio respecto de estos hechos y acusados no debe repercutir directamente en el resto de las piezas separadas ni puede dar lugar a pronunciamientos contradictorios, al tratarse de hechos independientes. En efecto la Ley (artículo 746.6ª de la L.E.Crim.) permite, incluso en el Procedimiento de Sumario Ordinario, un enjuiciamiento fraccionado para algunos de los acusados de unos mismos hechos cuando ”existen elementos suficientes para juzgarles con independencia” es decir, que mientras no se rompa la continencia de la causa es posible hacerlo. Con mayor motivo es aplicable ese criterio al procedimiento abreviado, tramitando como piezas separadas los hechos que no guardan relación directa con otros y en tanto no se rompa la continencia de la causa. La alternativa a esta posibilidad supone, de facto, un enjuiciamiento impracticable de la causa. Está prevista la imputación de decenas de personas y el número de testigos, peritos y documentos, superaría en exceso lo que supone un ponderado y exhaustivo análisis judicial de toda la prueba y una razonable mesura en los hechos objeto de enjuiciamiento. Del mismo modo, la alternativa a las piezas separadas es la injusticia material, ya que unos imputados no deben permanecer en dicha situación sin ser juzgados hasta que se enjuicien conjuntamente con otras personas que perpetraron hechos delictivos distintos. La justificación de piezas separadas en la presente causa es evidente, se aprecia que obedece a la existencia de los elementos para juzgar con independencia que exige la ley procesal nacidos de las distintas actividades delictivas llevadas a cabo en una pluralidad de hechos por distintos autores. El fraccionamiento en piezas separadas es útil para agilizar la tramitación. Cuando cualquiera de ellas se encuentre en situación de ser enjuiciada, no debe esperar a que se concluyan las investigaciones de la totalidad de 39 delitos para dilucidar su futuro procesal. Sobre la formación de piezas separadas, el criterio jurisprudencial es favorable: Así consta en un auto de la Audiencia Provincial de Madrid de fecha 23-11-95 en la que se cuestionaba la formación de piezas separadas sobre financiación ilegal de partido político. En dicho auto la Audiencia consideró muy acertada la formación de pieza separada para cada operación (contratación del AVE por ejemplo) separada del resto. Pero la argumentación de dicha resolución resulta de más interés porque se basa en que resulta más favorable a la defensa, el poder defenderse de hechos reducidos y concretos que armar una defensa ante un gran elenco de hechos no totalmente conectados. También afirma el auto que la fase intermedia (acusación y defensa) es más fácil y ágil si se ciñe a delimitados y concretos hechos. Del mismo modo, para el tribunal sentenciador que enjuicia y para las partes, en la fase probatoria, resulta más simple y fácil y ello sin menoscabo de derecho alguno. Este criterio jurisprudencial esta avalado por el Tribunal Supremo así, entre otras, en la sentencia número 537/2002 (Sala de lo Penal) de 5 de Abril (RJ de Aranzadi 2002/4267) en relación al recurso de Casación 494/2001. En la sentencia reseñada se dice, con relación a la investigación de delitos cometidos por responsables del Ayuntamiento de Marbella (recurso de Modesto P.C.C.), en su fundamento jurídico decimoctavo: (…) Sexta. Vulneración del derecho a un proceso público con todas las garantías, por haberse desglosado piezas separadas con infracción «tanto del derecho al Juez predeterminado por la ley, como el de congruencia de las resoluciones, y posiblemente el “nom bis in idem”». En el Auto de 19 de mayo de 1999, citado por el recurrente, el Juez Instructor expone que «el nivel actual de la instrucción puede considerarse como bastante completo respecto a determinados extremos, como son los relativos a los contratos de publicidad dinámica y exhibición del logotipo “Marbella”, que resultan de naturaleza claramente documentaria». Por ello acuerda abrir pieza separada «con testimonio de todo lo actuado hasta el presente a fin de conocer separadamente los hechos referidos en el fundamento jurídico 2º de la presente resolución». Y en el Auto de 3 de marzo de 2000 dispone formar pieza separada «para facilitar, simplificar y activar el procedimiento en lo referente al esclarecimiento de las operaciones de patrocinio de la monta de caballos Aureolo 89 y Excalibur con fondos procedentes del erario municipal de Marbella». Se trata por tanto de una razonable utilización de la facultad concedida por la regla 7ª del artículo 784 de la Ley Procesal, que como tal no lesiona derecho alguno. (…) Este mismo criterio jurisprudencial se mantiene en otras causas penales por cohecho y así la Sentencia núm. 212/2004 de la Audiencia Provincial Navarra (Sala de lo Penal, Sección 2ª), de 4 noviembre declara prescrito un delito de cohecho y computa y defiende la formación de piezas separadas para la instrucción. En el mismo sentido la sentencia del Tribunal Supremo 1918/2001 de 11 de Octubre cuando indica: (…) El tercer motivo del recurso se refiere a la tramitación de una pieza separada, formada por el Juzgado de Instrucción Número 4 de Arenys de Mar, en la que se habría desarrollado una activa instrucción paralela que las partes no conocieron. (…) El motivo debe ser desestimado. El recurrente alega erróneamente la supuesta infracción del artículo 24.1de la C.E. dado que este derecho garantiza el acceso a la jurisdicción y la motivación de las resoluciones judiciales. Ninguno de estos derechos resulta vulnerado por la apertura de la pieza separada que se menciona. El Tribunal Supremo en sentencia 867/2002 de 29 de julio (caso Banesto) consideró adecuado y conforme a derecho la formación de piezas separadas cuando concurren los supuestos legales (posibilidad de enjuiciamiento independiente y agilización y simplificación del procedimiento). 41 Debe tenerse en cuenta que en aquella ocasión se investigaban delitos de contenido patrimonial que son más susceptibles de formar un delito continuado que los delitos falsarios o contra la ordenación del territorio. El Tribunal Supremo indicó esta posibilidad incluso en asuntos de trascendencia económica nacional: (…) ”El Juez Instructor tiene la posibilidad de formar piezas separadas, cuando resulte conveniente para simplificar y activar el procedimiento, aún en aquellos supuestos en los que pudiera encontrarse una aparente o real conexidad entre los diversos hechos, si bien existen razones y elementos para juzgar separadamente a cada uno de los imputados. En aquellos asuntos que afectan de manera grave a la economía nacional, se debe valorar cada caso concreto, la posibilidad de tratamiento autónomo y separado de aquellas operaciones que, por su configuración, permiten un enjuiciamiento por separado.” (…) En aras a lo anterior, el Fiscal presentó en calidad de denuncia, con fecha 16 de Marzo de 2007, escrito derivado de las Diligencias de Investigación nº 125/06, que tras su reparto correspondió al Juzgado de Instrucción nº 3 de Orihuela, dando lugar a las Diligencias Previas nº 851/07. Conforme a las consideraciones anteriores acerca de la conveniencia de la formación de piezas separadas, el Fiscal insta del Juzgado la formación, en primer lugar, de SIETE PIEZAS SEPARADAS, basadas todas ellas en el contenido de su escrito denuncia de 16 de Marzo de 2007.” Como quiera que el referido escrito de 13 de noviembre de 2008, aludido por el Ministerio Fiscal, no fue unido a las actuaciones hasta fecha reciente, nada se dispuso respecto de tal petición, por lo que, siendo la presente resolución la destinada a la sustanciación de recursos de reforma, deberá ser en resolución aparte en la que se de respuesta a la misma. Si bien merece destacarse que, con anterioridad a dicho dictamen, fueron dictadas resoluciones acordando desgloses, como fueron el auto de 9 de mayo de 2007 (folios 321 a 325 del Tomo II) y el auto de 4 de abril de 2008 (folio 5196 y ss del Tomo XVI). El primero fue devuelto por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 6 de Orihuela (auto de 10 de mayo de 2007, folios 360 a 362 del Tomo II) y el segundo se remitió con oficio de 7 de abril de 2008 –folio 5203 del Tomo XVI- al Juzgado Decano de Alicante, sin que hasta la fecha se tenga conocimiento fehaciente del estado procesal de dicho asunto, por lo que se infiere, cuanto menos, que no fue rechazada la inhibición dado el tiempo transcurrido desde su emisión. A posteriori, y en punto a la posibilidad legal de desglose y formación de piezas separadas que suscita el informe de 13 de noviembre de 2008, del que nada se resolvió al no unirse convenientemente a las actuaciones, se procede, a partir de resolución de 26 de marzo de 2010 a recabar una serie de informes que acaban con el dictado del auto de 12 de julio de 2010, que acuerda el desglose e inhibición de diversas investigaciones que hasta entonces se desarrollaban de manera unitaria en el presente proceso. En la primera de tales resoluciones vino a advertirse lo que, al entender del Instructor, debía procederse en aras de la consecución de los fines que legalmente le están encomendados al proceso penal en general. Y así, en su fundamento sexto, reiteradamente invocado por otras resoluciones dictadas en la causa y por las alegaciones de varias defensas hoy recurrentes, se decía lo siguiente: “Finalmente, y visto el estado de las presentes actuaciones, los hechos y personas a las que afecta, puestos en relación con el hecho inicial que principió las diligencias de investigación, en aras de perfilar el objeto final del presente proceso penal y determinar aquellos hechos que conformarán, en su caso, el objeto de otro u otros procesos ante tribunal o tribunales distintos, dado que muchas de las personas y hechos de forma evidente están acaeciendo en partido judicial distinto al de Orihuela, las necesidades de seguridad jurídica y la preservación de todas las garantías de los derechos fundamentales de los imputados, dado que no ha de olvidarse las previsiones establecidas tanto en el artículo 15, inciso final, ó el propio artículo 18.2, ambos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, es preciso concluir la 43 investigación de esta fase de secreto con cuanta información sea necesaria para garantizar la deducción de los correspondientes testimonios. En tal sentido, se acuerda conceder –y requerir- tanto a la Fuerza Instructora (Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal, Brigada de Blanqueo de Capitales) como al Ministerio Fiscal el plazo común de CUARENTA Y CINCO DÍAS NATURALES para que informen al Juzgado, de forma detallada y separada, de los hechos presuntamente punibles que serán objeto de instrucción pública, la identidad de los presuntos autores y el lugar donde se cometieron los hechos que se les imputan, a fin de proceder a deducir los correspondientes testimonios e inhibirse a favor del Juzgado o Juzgados que, por normas de competencia territorial de obligada observancia, han de conocer de tales hechos”. Por tanto, en lo referente a los escritos de alegaciones ampliando los recursos de reforma, no procede sino la preclusión del momento procesal y no se tomarán en consideración los mismos en la sustanciación del presente recurso. Sin perjuicio de acordar lo procedente en cuanto al informe pericial aportado por la representación procesal del Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER. DÉCIMO.- Es recurrido por las representaciones procesales de JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ y FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA el auto de 8 de marzo de 2007 (folio 201 del tomo I), por el que se acuerda la incoación de Diligencias Previas y, al tiempo, ordena la averiguación del domicilio y líneas de teléfono de los denunciados por el Ministerio Fiscal, Sr FENOLL PÉREZ y Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER (véase folio 94). Expone en su escrito el Sr RIPOLL SERRANO que el auto está afecto de nulidad por acordar la iniciación del proceso basándose en diligencias ilícitamente obtenidas, cuestionando si los encuentros de los interlocutores fueron realmente voluntarios y libres, con remisión a las afirmaciones del informe policial obrante al folio 474 (si bien dice 418 en su escrito) del Tomo III de las actuaciones. Igualmente, considera nulo el auto por falta de control judicial de las grabaciones aportadas por el Ministerio fiscal, por no haber sido nunca adveradas, argumentos que comparte, en los mismos términos, el recurso formulado por ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ LARROSA. Del resto de recursos, que vienen a impugnar la resolución de incoación de diligencias previas, al mismo tiempo están argumentando frente a otras resoluciones, fundamentalmente en el aspecto de la competencia y las diligencias de intervención telefónica, por lo que, en el aspecto que aquí se examina, se centran en la posible falta de motivación y su nulidad. En el trámite de alegaciones, la representación procesal del Sr BRU GARCÍA, se adhiere a la exposición del Sr RIPOLL SERRANO en su recurso. Comienza por entender que las grabaciones aportadas por el Ministerio fiscal junto con sus diligencias de investigación 125/06 “son ilícitas y no pueden en caso alguno ser utilizadas en procedimiento alguno que no sea la investigación de los hechos contenidos en las mismas y que se le facilitaron al Fiscal por el Sr. Fenoll”. Que dichas grabaciones se hicieron con el auxilio de un tercero, Sr REY PARENTE, sin que, afirma, se hubiera hecho comprobación de la exactitud y autenticidad de las mismas. Y que, una vez archivadas otras diligencias de investigación, las 46/06 de Fiscalía, es presentada la denuncia frente al Sr BRU GARCÍA, entre otros. Considera que fue solicitada la intervención telefónica sin urgencia y sin la práctica de otras diligencias de investigación, todo ello en el marco de unas diligencias de Fiscalía en las que, dice, el Sr FENOLL PÉREZ pasó de ser denunciante a denunciado. Reproduce, a continuación, pasajes del dictamen del Ministerio Fiscal de 7 de marzo de 2007, obrante a los folios 196 a 199 del tomo I de las actuaciones, relativos a la eventual concesión de la contrata de basuras a la mercantil URBASER a cambio de comisiones a varios miembros de la Corporación local, la solicitud de apoyo financiero por el Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER al Sr FENOLL PÉREZ ó la presunta entrega de sumas de dinero del último al primero. Preguntándose, por 45 ello, sobre los motivos de la no investigación desde entonces de esa supuesta irregularidad (aunque más adelante se aventura a concluir en que ya habrían prescrito dado el tiempo transcurrido), y resaltando su creencia en “el posible trasfondo del asunto” como pretexto para la vulneración de derechos fundamentales. Y, finalmente, que en el presente proceso “se ha escuchado para otras cosas”, siendo un “paradigma de lo que jamás debe ser un procedimiento penal”, que califica incluso de “prospectivo, inquisitorial, prolongado artificialmente”, del que destaca la intervención de “muchos” Instructores, dirigido por la Policía en lo que, concluye, constituye un “desmán jurídico” que estima todavía estaría bajo secreto sumarial por convenir a ciertos “intereses” o bien por pura desidia procesal. Sobre la naturaleza de la resolución que es objeto de recurso, revistiendo la forma de auto, acuerda la incoación de las denominadas diligencias previas, conforme a lo dispuesto por el artículo 774 de la LECrim, dando la respuesta inicial a la puesta en conocimiento del órgano judicial de la notitia criminis. En este caso dimana de una denuncia del Ministerio Fiscal, precedida de unas Diligencias de Investigación, y pese a la brevedad de tal resolución, la misma se considera ajustada a Derecho, pues sin ella no se concibe la existencia de un proceso penal en fase de investigación. La diligencia de investigación primera, acordada por el Juez Instructor es la averiguación del domicilio y teléfonos de los comprendidos en el escrito de denuncia (folio 94 del Tomo I), pues sería trascendental a los efectos de determinar la competencia territorial del Juzgado conforme al artículo 15.3º de la LECrim para el caso de no tener constancia fehaciente del lugar de comisión del hecho presuntamente delictivo ó del descubrimiento de pruebas materiales del mismo. El material probatorio aportado con la denuncia inicial es aportado voluntariamente ante la Fiscalía, como consta en autos, y es el que se adjunta a la denuncia. Cuestión distinta sería su validez como prueba, en relación con las alegaciones vertidas sobre la alteración o modificación de las grabaciones, que serían propias de otro momento procesal. Lo trascendente en aquél momento era la toma en consideración de dichos soportes de audio y/o video, junto con las apreciaciones del Ministerio Fiscal en su dictamen, que llevaron, necesariamente, a la apertura de un proceso penal en fase de investigación. El hecho de no haberse procedido a la adveración de las grabaciones –al menos no consta en autos, salvo que esté localizada en folio no consecutivono es sino una simple muestra del retraso en la verificación que, siempre antes de adoptar cualquier resolución que afecte al cambio de fase procedimental, habrá de practicarse. El recurso frente al auto de 8 de marzo de 2007 debe ser desestimado en su integridad. Pronunciamiento que, en un caso similar y referido a asunto tramitado por este mismo Juzgado, ha sido sustanciado en apelación con idéntico sentido (auto de 7 de febrero de 2011 de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, dictado en Rollo de Sala nº 90/2011, dimanante de las Diligencias Previas nº 508/2006 de este Juzgado), y cuyos razonamientos jurídicos son de plena aplicación al presente caso y para el concreto auto que es recurrido. UNDÉCIMO.- Como corolario del anterior razonamiento, y como epígrafe del mismo, no ha de omitirlo este Instructor, hacer una mínima mención al respecto, al debate dialéctico que, no solo en este trámite, sino en otros similares, se ha mantenido una espiral de manifestaciones con elevado tono, poniéndose en entredicho la actuación de la Fuerza Actuante, del Ministerio Fiscal, del Juzgado en la persona de los sucesivos Instructores –existiendo comentarios en un sentido y otro respecto del actual Instructor-, y que podrían ser susceptibles de entenderse más allá de la confrontación de argumentaciones estrictamente jurídicas. No por ello debe olvidarse lo previsto por el artículo 542.2 de la LOPJ, que respecto de los abogados, en su actuar ante los Tribunales y Juzgados, serán amparados en su libertad de expresión y defensa, sin perjuicio de las responsabilidades a que se refiere el artículo 546 de la LOPJ, cuando hubiere lugar a ello. En efecto, el ejercicio 47 del derecho de defensa (máxime en este caso, dadas las especiales circunstancias del mismo, por su naturaleza, volumen, tiempo transcurrido, etc) en ningún momento ha sido objeto de censura o prohibición. Si bien ha tenido cumplida contestación por parte del Ministerio Fiscal en sus escritos, en los que da su parecer sobre la investigación y lo en ella acordado, así como la oportuna respuesta, jurídicamente hablando, de esta Instrucción. Quizá los términos, en algunos casos, y dentro del respeto que, de forma reiterada, han manifestado las defensas en sus escritos hacia la institución a la que se dirigen, hayan tenido como efecto la “crítica al adversario procesal” y trascendido los límites de la corrección en sus manifestaciones. O, al menos, eso es lo que ha parecido desprenderse en puntuales ocasiones. Sin ser preciso adoptar cualquier clase de medida, no puede por ello dejar de invitarse a todos los partícipes en este proceso a mantener, dentro del ámbito de su libre expresión, exposiciones lo más respetuosas posible con la postura procesal que no le fuere favorable, según su entender. Aún cuando este Instructor es consciente de la dificultad de la consecución de esta moderación ante la necesidad declarada, en este caso (y en cierto modo comprensible), por las defensas, de dejar constancia en autos de cuantas consideraciones han estimado oportunas, en ejercicio de su derecho constitucional de defensa. DUODÉCIMO.Procede, seguidamente, examinar los recursos planteados en materia de asunción competencial. En concreto, se trata de los autos de 9 y 11 de mayo de 2007 (folios 321 y 325 del tomo II y 363 y 364 del tomo II) y de 12 y 13 de julio de 2010 (folios 16019 y ss del tomo XXXVI y 16393 y ss del tomo XXXVII). Resoluciones que, como cabe esperar, guardan relación con los más recientes autos de 3 de noviembre y 9 de diciembre de 2010. Éste último (el de 13 de julio de 2010) ha sido recurrido exclusivamente por ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, aunque ninguno de ellos se encuentra implicado en el relato de hechos que conformaba la, entonces, denominada “trama vigésima” (reiterándose lo ya manifestado por este Instructor en su auto de 1 de octubre de 2010 respecto del uso de estos términos), que fue objeto de inhibición territorial a favor del Juzgado Decano de los de Alicante para su reparto entre los Juzgados de Instrucción de dicha plaza. Los aspectos relativos a la competencia de los órganos jurisdiccionales son materia de orden público, e íntimamente relacionada con el derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley. Si bien, al referirse, como bien recuerda el Sr ORTIZ SELFA en su recurso, el procedimiento que fue inhibido por dicha resolución contenía conversaciones en las que el mismo era uno de los interlocutores, por haberse obtenido de la intervención de su número de teléfono, y en las que en ningún momento se refieren al Sr FENOLL PÉREZ o al Sr FENOLL CAMPILLO. Sin perjuicio de lo resuelto por el órgano al que recayó el asunto, así como por la sustanciación en apelación de un recurso planteado ante la Audiencia Provincial, respecto de los que nada tiene que decirse en esta sede por su improcedencia, el recurso planteado por el Sr FENOLL PÉREZ y por el Sr FENOLL CAMPILLO debe ser desestimado, por no referirse en absoluto a hechos concretos que les afecten. Por otra parte, debe recordarse que no puede resolverse en este trámite recurso alguno frente al auto dictado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 6 de Orihuela en sus Diligencias previas nº 1346/07, en fecha 10 de mayo de 2007 (folios 360 a 362 del tomo II), pues el artículo 219 de la LECrim dispone que el recurso deberá ser interpuesto frente al Juez que dictó el auto, siendo en su caso ante dicho Juzgador y quien deba sustanciarse el mencionado recurso. El principal motivo de los recursos planteados frente al auto de 11 de mayo de 2007 (folios 363 y 364 del tomo II) por las defensas de JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, JORGE SANZ SÁNCHEZ, ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA, JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ y 49 FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA es el de la improcedencia de la asunción competencial entonces acordada. Así, el Sr RIPOLL SERRANO entiende que, conforme al artículo 759.1 de la LECrim, debe plantearse, ante el superior jerárquico, la cuestión de competencia, en lugar de seguir investigando en el mismo proceso pese a no ostentar competencia –elemento que afirma redundar en una pérdida de imparcialidad en los Jueces Instructores-. Sostiene dicha defensa que no existe conexidad conforme a los artículos 300 y 17 de la LECrim, que el denominado PLAN ZONAL XVII DE GESTIÓN DE RESIDUOS (referida dicha Zona a la comarca de la Vega Baja del Segura) se tramita en la ciudad de Alicante, donde tiene sede la Diputación Provincial que preside el Sr RIPOLL SERRANO y en la que residen los encartados por dicha pieza, a excepción del Sr FENOLL PÉREZ y el Sr FENOLL CAMPILLO. La defensa de los Sres RODRÍGUEZ MURCIA y SÁNCHEZ LARROSA reproduce tales argumentos que acaban por considerar nulo todo lo actuado, sin que quepa validarlo a posteriori. Invoca, por su parte, el Sr FENOLL PÉREZ (igualmente la defensa del Sr FENOLL CAMPILLO) el carácter, a su entender, imperativo del artículo 759.1 de la LECrim, que en otro momento procesal ya suscitó el Sr GREGORY FERNÁNDEZ, antes del dictado, por este Instructor, de su auto de 3 de noviembre de 2010 (recurrido en apelación, por lo que no es firme) denegatorio del planteamiento de cuestión de competencia territorial tras la devolución de la causa desglosada del PLAN ZONAL XVII que fue inhibida a Alicante en ejecución del auto de 12 de julio de 2010 – también recurrido en reforma y a sustanciar en esta misma resolución-. El recurso planteado por los Sres ORTIZ SELFA y CANDEL MARTÍNEZ incide en esta circunstancia, entendiendo incluso nulas de pleno derecho las actuaciones desarrolladas por este Juzgado en esta materia por manifiesta incompetencia (artículo 238.1º, en relación con el 11.1, de la LOPJ). Términos similares emplea la defensa del Sr ABADÍA MARTÍNEZ, con especial alusión a la página 22 del escrito (folio 23076 del tomo XLVI), donde viene a relacionar sucintamente los hechos que han sido objeto de investigación en este Juzgado y en este mismo procedimiento hasta el dictado del auto de 12 de julio de 2010, para terminar concluyendo en calificar la causa como “inquisitio generalis”. Previamente, también es recurrido el auto de 9 de mayo de 2007 (folios 321 a 325 del tomo II) por la defensa del Sr FENOLL PÉREZ, Sr FENOLL CAMPILLO y Sr GREGORY FERNÁNDEZ. Dicha resolución, en su parte dispositiva resuelve continuar las presentes actuaciones frente al Sr FENOLL PÉREZ y Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER por el delito de cohecho, acordando el desglose para su reparto como “asunto sin fecha de hechos” respecto de conversaciones intervenidas al Sr FENOLL PÉREZ, y que el informe del Ministerio Fiscal de fecha 8 de mayo de 2007 (folios 316 a 318 del tomo II) refiere a la pretendida voluntad del Sr FENOLL de influir en la formación de las listas para el proceso electoral del año 2007, hechos que, a tenor de dicho informe no tiene relación directa, y que motivan su petición de desglose, a lo que se accede en auto de 9 de mayo de 2007. El contenido de la resolución de 9 de mayo de 2007, en lo referente al presunto delito de cohecho no reviste defecto alguno que depare su nulidad o pérdida de efecto, pues guarda relación con el contenido de la información incorporada en la denuncia inicial del Ministerio Fiscal, de las que debe destacarse tanto las entregas de dinero como las irregularidades expuestas en relación con la contrata del servicio de recogida de residuos sólidos urbanos y limpieza viaria de la ciudad de Orihuela (como ya se ha tenido ocasión de mencionar con anterioridad al tratar la cuestión de la formación de piezas, con arreglo al artículo 762.6º de la LECrim). El criterio mantenido por el Ministerio Fiscal en su informe de 8 de mayo de 2007 fue compartido por el Juzgado en el auto de 9 de mayo de 2007, procediéndose, sin más, al desglose y reparto del asunto conforme a la norma de reparto que se entendió procedente por este Juzgado. Y así consta haberse procedido (folio 327 del tomo II de las actuaciones). El rechazo de inhibición es argumentado por auto de 10 de mayo de 2007 del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 6 de Orihuela, en el sentido de entender suficientemente amplio y genérico el contenido de las actuaciones llevadas a cabo por el 51 órgano de procedencia, e invocando el artículo 17.5 de la LECrim y lo expuesto por auto de 12 de abril de 2007, de este Juzgado. Ahora bien, debe disentirse del criterio expuesto por el referido auto de 10 de mayo de 2007, dado que la interpretación que efectúa de las resoluciones dictadas hasta entonces por este Juzgado pueden vulnerar la previsión del artículo 17.5 de la LECrim, que reputa delitos conexos “los diversos delitos que se imputen a una persona al incoarse contra la misma causa por cualquiera de ellos, si tuvieren analogía o relación entre sí, a juicio del Tribunal, y no hubiesen sido hasta entonces sentenciados”. Por tanto, es éste Juzgado, y no otro, quien ha de apreciar o decidir, una vez incoada una causa criminal, si ha lugar a investigar delitos que se califiquen como de conexos. Y tanto el Ministerio Fiscal como la resolución judicial que acoge dicho informe son meridianamente claros en este punto, pues concluyen que no hay conexidad, procediendo al desglose e inhibición – se entiende, remisión para reparto- al Juzgado Decano. No se cree factible en derecho que otro órgano jurisdiccional sea el que sustituya a otro en la interpretación del precepto legal en un proceso en el que no es competente, salvo en la expresión o manifestación de criterios jurídicos propios. En todo caso, de entender rechazable la inhibición por el Juzgado del mismo partido judicial, no es procedente, como afirman los recurrentes, el planteamiento de cuestión de competencia ante el superior jerárquico, más propia de las discrepancias entre órganos judiciales de distintos partidos judiciales, sino la remisión de esta cuestión al Juez Decano del partido judicial, que es a quien, conforme a lo dispuesto por el artículo 86 d) del Reglamento 1/2000, de 26 de julio, de los Órganos de Gobierno de Juzgados y Tribunales, aprobado por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial atañe la supervisión del reparto de asuntos y la resolución, con carácter gubernativo interno, de las cuestiones que se planteen. O bien, caso de concurrir las circunstancias por el artículo 87 del mismo Reglamento, remitir idéntica cuestión al titular del Juzgado de la misma plaza que lo auxiliare, si hubiera propuesta previa del Decano al Consejo General del Poder Judicial. El auto de 11 de mayo de 2007 no deja expresamente sin efecto el anterior de 9 de mayo de 2007, que no fue recurrido por el Ministerio Fiscal. Simplemente considera no plantear cuestión de competencia y, ante el rechazo del órgano receptor del desglose, acuerda asumir la causa desglosada en las mismas diligencias en las que, previamente, se afirmaba tanto por el Instructor como por el informe del Fiscal que no había conexidad habilitante, y que dicha conexidad era apreciada por Instructor ajeno al proceso en virtud de su resolución de 10 de mayo de 2007. En consecuencia, deben estimarse los recursos de reforma, dejando sin efecto lo dispuesto por el auto de 11 de mayo de 2007 en lo relativo a la asunción competencial, y en su lugar remitir la cuestión al Juez Decano a fin de resolver con carácter gubernativo y en la forma que proceda en derecho. Consecuentemente, la necesidad de contar con unidad de criterio y no incurrir en resoluciones contradictorias, atendiendo el devenir de las presentes actuaciones, y sin perjuicio del resultado del recurso de apelación interpuesto frente al auto de 9 de diciembre de 2010, que entre otros pormenores, resolvía la formación de piezas separadas en los asuntos titulados “Las Algas”, “Caminos a la Planta de Proambiente”, “Rafal”, “Bigastro”, “Algorfa”, “Pilar de la Horadada”, “Jacarilla” y “Callosa de Segura”, y que recayeron en los actuales Juzgados de Instrucción nº 1, 2 y 3 de Orihuela (antiguos mixtos 1, 5 y 7), debe procederse igualmente a remitir estas cuestiones al Decanato para ser solventadas. Resultando ello plenamente coherente con la solicitud formulada por el Ministerio Fiscal en sus informes de 17 de junio de 2010 (folios 15492 a 15500 y 15504 a 15505 del tomo XXXV, así como el propio informe que queda unido a los autos rechazados por los Juzgados de Instrucción 1 y 2, en los que considera que la cuestión es de carácter gubernativo. No así respecto del Juzgado de Instrucción 3, el cual no ha notificado el auto de rechazo al Ministerio Fiscal y, además, acumula los tres asuntos en uno solo, sin asignar número de diligencias previas a dos de ellos. En todo caso, cabría anticipar que los asuntos citados se corresponderían con 53 las Diligencias Previas que habrían de ser incoadas por este Juzgado y que, a efectos de registro, serán las que cuenten con nº 8/2011, 9/2011, 10/2011, 12/2011, 13/2011, 14/2011 y 15/2011, respectivamente, y en los que aparecen implicados ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO. Ahora bien, respecto de la declaración de nulidad de todo lo actuado por este motivo, la ausencia de previsión normativa concreta sobre las consecuencias procesales de los efectos sobre las actuaciones practicadas por un órgano judicial entretanto no conste resolución gubernativa respecto de las discrepancias en materia de reparto de asuntos, debe ser completada con la aplicación analógica de los artículos 25, párrafo tercero y 759.1º, párrafo segundo, ambos de la LECrim, por lo que la práctica de diligencias por este Juzgado cuenta con cobertura legal, sin perjuicio de lo resultante en cuanto a los recursos formulados frente a las resoluciones que las ordenaban. Finalmente, en cuanto a los recursos formulados frente al auto de 12 de julio de 2010 (folios 16019 y ss del tomo XXXVI), por el que se resolvía el desglose e inhibición de varios asuntos, no sólo en cuanto a los ya mencionados dos párrafos atrás, sino también a favor de los Juzgados Decanos de varios partidos judiciales (a saber, Alicante, Denia y Cieza), una vez que fueron aceptadas por los órganos que las recibieron, declarándose competentes, considera este Juzgador improcedente revocar su anterior pronunciamiento que, en todo caso, no le impide hacerlo respecto de la impugnación de las diligencias de investigación practicadas antes de dichas inhibiciones. En igual sentido, y por los mismos argumentos, debe desestimarse el recurso formulado frente al auto de 12 de marzo de 2010, que acordaba desglose e inhibición a favor del Decano de los Juzgados de Cieza (Murcia). Por último, merece un especial inciso respecto del desglose de la investigación relativa al Proceso de Adjudicación del Plan Zonal de Gestión de Residuos de la Zona XVII por la Diputación Provincial de Alicante, respecto del que en el mencionado auto de 12 de julio de 2010 (recurrido en reforma por el Ministerio Fiscal, en este particular, y que fue desestimado por auto de 13 de julio de 2010) se acordó su inhibición a favor del Juzgado Decano de Alicante para su reparto entre los Juzgados de Instrucción, recayendo, como es conocido por las partes, en el Juzgado de Instrucción nº 6, que en auto de 11 de agosto de 2010, dictado en sus Diligencias Previas 2764/2010 resolvía rechazar la inhibición acordada por este Juzgado y devolver las actuaciones al órgano de su procedencia. Como consecuencia del rechazo de inhibición, las defensas del Sr RIPOLL SERRANO como del Sr GREGORY FERNÁNDEZ solicitaron del Juzgado que, conforme al artículo 759.1º de la LECrim, planteara ante el superior jerárquico, cuestión de competencia territorial, a dirimir con el Juzgado de Instrucción nº 6 de Alicante. Este Instructor, de la lectura del precepto mencionado, y sin perjuicio de entender plausible que cualquiera de las partes puede sostener la competencia de éste u otro órgano conforme a los cauces legales previstos, partiendo de la regla del artículo 19.2º de la LECrim se planteó en el primer momento que dispuso oportunidad –autos de 12 y 26 de marzo de 2010- su competencia para conocer de varios hechos hasta entonces investigados, acordándose la inhibición una vez recabados los informes del Ministerio Fiscal y de la Fuerza Instructora. Y una vez devuelta la causa del Juzgado de Alicante, no halló en la redacción del citado precepto legal un imperativo a la hora de elevar al superior común la cuestión territorial de competencia, por lo que junto con los argumentos expuestos por el Instructor que retornó la causa estimó en auto de 3 de noviembre de 2010 no proceder a su planteamiento. Resolución que está pendiente de sustanciar el rollo correspondiente de apelación elevado a la Audiencia Provincial y, cuyas consecuencias podrían ser la confirmación de lo acordado (decisión de no plantear la cuestión de competencia) o bien compeler al Juzgado a plantear la cuestión de competencia. Con independencia de cuanto resuelva el Tribunal de apelación sobre este particular, no es menos cierto que algunas de las defensas recurrentes, entre las que puede citarse la de los Sres RODRÍGUEZ MURCIA y SÁNCHEZ 55 LARROSA, invoca el derecho a un Juez Imparcial (véase su recurso frente al auto de 11 de mayo de 2007, a partir del folio 22618 del tomo XLV), como asimismo lo hace el recurso del Sr FENOLL PÉREZ y el del Sr FENOLL CAMPILLO. A tal respecto, frente a la posibilidad por la que alguna de las partes hoy imputadas albergue algún atisbo de duda sobre la imparcialidad de la figura del Juez instructor de la presente causa (en términos genéricos) habida cuenta el numero de resoluciones que han acordado la práctica de diligencias de investigación que tienen incidencia en la esfera de sus derechos fundamentales – concretamente, el del artículo 18.3 de la CE-, no puede por ello darse verosimilitud a dichas afirmaciones, en tanto si alguna de las partes lo hubiera considerado habría planteado la recusación del Instructor, ya que, por otra parte, se entiende no haber lugar a la abstención por no concurrir ninguna de los motivos que la justifican del elenco del artículo 219 de la LOPJ, fundamentalmente la 10ª, referida al “interés directo o indirecto en la causa” que, se reitera, no subyace en absoluto en este Instructor a favor o en contra de los legítimos intereses de cualquiera de las partes –todas ellas- en este proceso. Pues bien, respecto del pronunciamiento efectuado en el auto de 12 de julio de 2010 sobre inhibición a favor del Juzgado Decano de Alicante de la investigación realizada en cuanto al Plan Zonal de Gestión de Residuos de la Zona XVII por la Diputación Provincial de Alicante, como se puede observar de las actuaciones el Ministerio Fiscal (folios 15318 y 15445 del tomo XXXV) informó a favor de la competencia de “los Juzgados de Orihuela”, y no de forma expresa a este Juzgado, en fecha 19 de mayo y 17 de junio de 2010, en atención a la ubicación del objeto del delito, esto es, la comarca de la Vega Baja del Segura. Una vez notificado el citado auto, por el Ministerio Público, el 13 de julio de 2010 (folios 16179 y siguientes del Tomo XXXVI) recurre en reforma interesando que se declare la competencia de este Juzgado para conocer, en la misma causa, de estos hechos (folio 16181 in fine). El auto de 13 de julio de 2010, resolutorio del recurso (folios 16384 y ss del tomo XVII), y no apelado por el Ministerio Fiscal –frente al que sólo podría interponerse recurso de apelación, y no reforma-, recuerda al fundamento segundo que las resoluciones anteriores todavía no habían sido notificadas a las partes, quienes, claro está, podrían articular recurso frente a ellas, así como la posibilidad de sostener la competencia por el Juez de Instrucción que se prevé por el artículo 19.2º de la LECrim. Y así se hizo en su momento, remitiendo el desglose al Juzgado que por turno le correspondió, que rechazó la inhibición, exponiendo sus argumentos a la luz de la documentación recibida y que, examinados por este Instructor fueron suficientes para reconsiderar, como así se hizo, su resolución anterior, con el dictado del auto de 3 de noviembre de 2010, apelado por algunas partes y pendiente de confirmación o revocación. Debe recordarse que, hasta la fecha, ninguna de las partes ha hecho uso de la posibilidad que legalmente tiene a su disposición, contemplada por el artículo 23 de la LECrim, acudiendo al órgano superior jerárquico a fin de sostener la competencia de otro Juzgado, ó planteando la correspondiente declinatoria. DECIMOTERCERO.- Corresponde en este punto realizar mención aparte a los recursos interpuestos frente a los autos que decretan, y prorrogan el secreto de las actuaciones, siendo el primero de ellos fechado el 12 de abril de 2007 (folios 206 y siguiente del tomo I) y el último de fecha 14 de junio de 2010 (folios 15319 y siguientes del tomo XXXV). Formulan su impugnación las defensas de JOSE JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, JORGE SANZ SÁNCHEZ, RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA, JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ y MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ, a los que se opone el Ministerio Fiscal. Los recursos del Sr RIPOLL SERRANO, por separado para cada uno de los autos de secreto y prórroga del mismo, comienzan denunciando el, a su juicio, exiguo plazo de 20 días para examinar el contenido del soporte DVD, instruirse de lo actuado y, por ende, formular los recursos. Entiende excesivo el tiempo que ha estado la causa –en su integridad- bajo secreto, concretamente especifica desde el 12 de abril de 2007 al 14 de julio de 2010, en una investigación que tilda de haberse desarrollado a espaldas de las defensas, basándose casi 57 en exclusividad en la intervención de las comunicaciones telefónicas. Considera que los autos cuentan con una motivación escasa o inexistente, lo cual, a su entender, los vicia de nulidad conforme a lo dispuesto por el artículo 238.3 de la LOPJ. Resoluciones que entiende estereotipadas, sin que aporten las razones que justifiquen su mantenimiento. Los recursos formulados por el Sr RODRÍGUEZ MURCIA y por el Sr SÁNCHEZ LARROSA coinciden plenamente con los planteamientos del Sr RIPOLL SERRANO, por lo que en aras a la brevedad se dan por reproducidos, aunque añade en los concretos recursos frente a los autos de prórroga de 18 de julio y 18 de agosto de 2009 (ubicados en los folios 7564 del tomo XXI y 7804 del tomo XXII), concretamente al octavo folio de cada recurso remarca cómo en los citados autos se incluye en su fundamentación jurídica la vinculación –se entiende, de los imputados- a una “red delictiva dedicada al tráfico de drogas”, extremo que, afirma, es buena prueba del uso de una resolución estereotipada por parte del Juez Instructor. Debe puntualizarse que la ubicación de tal inciso se halla en el antecedente de hecho único, y no en la parte dedicada a los razonamientos jurídicos (aunque de forma repetida, dentro de la enumeración de los requisitos para acordar el secreto de las actuaciones, se encuentra uno de ellos, el último, que lo hace necesario en las causas sobre delitos contra la salud pública). La defensa del Sr SANZ SÁNCHEZ (a partir del folio 22724 del tomo XLVI), recuerda que el tiempo en que la causa ha permanecido en secreto no cuenta con precedentes en la práctica de los tribunales españoles, y excede de lo que considera habitual. Aprecia con ello una vulneración de su derecho a la tutela judicial efectiva, a un proceso con todas las garantías y, en definitiva, al derecho de defensa, que censura en cuanto a aquello que califica como una progresiva acumulación de hechos al objeto original del proceso con aplicación arbitraria y cambiante de los criterios de conexidad y competencia, que atribuye a meras razones de conveniencia en el mantenimiento de una causa abierta cuya gestión considera incorrecta y con infracción de la legislación procesal. Se plantea por qué no se alzó el secreto cuando se produjeron las detenciones en el mes de junio de 2007, entre otras cuestiones, de las que destaca una forzada interpretación de la regla de la conexidad delictiva. El Ministerio fiscal se opone a los recursos formulados, entendiendo razonable que por el Juzgado se haya acordado el secreto de actuaciones y sus posteriores prórrogas por la naturaleza de las infracciones investigadas y la necesidad de continuidad en la misma. Asimismo rechaza que se haya producido infracción del derecho a la tutela judicial efectiva e indefensión al recurrente. En concreto, y por lo que refiere a uno de los argumentos de los recurrentes, relativo al periodo de tiempo en que la causa ha estado, en su totalidad, amparada por el secreto de las actuaciones, invoca en sus escritos de impugnación la Sentencia del Tribunal Supremo Sala II de lo Penal, Sentencia 153/2010 de 15 de febrero, a cuyo tenor transcribe el Ministerio Fiscal transcribe: “haciendo suya la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (SSTEDH de 8 de diciembre de 1983, casos Pretto y otros, y Axen; de 22 de febrero de 1984, caso Sutter), el derecho al proceso público reconocido en el art. 24.2 de la Constitución, en el art. 11 de la Declaración Universal de Derechos del Hombre, en el art. 14 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, y en el art. 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, sólo es aplicable al proceso en sentido estricto, esto es, «al juicio oral en el que se producen o reproducen las pruebas de cargo y descargo y se formulan las alegaciones y peticiones definitivas de la acusación y la defensa, pues únicamente referida a ese acto procesal tiene sentido la publicidad del proceso en su verdadero significado de participación y control de la justicia por la comunidad». Consecuencia de ello es que cuando el Juez de Instrucción declara el secreto del sumario de conformidad con el art. 302 LECrim, no está acordando una medida en sí misma limitativa de un derecho fundamental, del derecho al proceso público, al que no afecta, sino que tan sólo está adoptando una decisión con base en la cual se pospone el momento en el que las partes pueden tomar conocimiento de las actuaciones y se impide que puedan intervenir en 59 las diligencias sumariales que se lleven a cabo en el período en el que el sumario permanece secreto. La suspensión temporal del conocimiento de lo actuado puede, no obstante, incidir en el derecho de defensa del sujeto pasivo del proceso penal (STC 176/1988, de 4 de octubre, F. 2), ya que el conocimiento del sumario es requisito imprescindible para ejercer el derecho de defensa, esto es, para poder alegar, probar e intervenir en la prueba ajena controlando su correcta práctica y teniendo posibilidad de contradecirla (STC 176/1988, F. 3); de modo que, aunque el tiempo de duración del secreto del sumario no es por sí sólo dato relevante en orden a apreciar un resultado de indefensión (STC 176/1988, F. 3), sin embargo, si esta suspensión temporal se convierte en imposibilidad absoluta de conocimiento de lo actuado hasta el juicio oral, se ocasiona una lesión del derecho de defensa pues el acusado no habría estado «en disposición de preparar su defensa de manera adecuada» (STEDH de 18 de marzo de 1997 , caso Foucher). De otra parte, en la medida en que el secreto del sumario restringe la posibilidad de contradecir las diligencias probatorias efectuadas en fase sumarial, éstas no podrán aportarse al proceso como pruebas preconstituidas, pues, como hemos declarado de forma reiterada (entre muchas, SSTC 62/1985, de 10 de mayo; 137/1988, de 7 de julio; 182/1989, de 3 de noviembre; 10/1992, de 16 de enero; 200/1996, de 3 de diciembre; 40/1997, de 27 de febrero; 49/1998, de 2 de marzo; 7/1999, de 8 de febrero), la legitimidad constitucional de la prueba preconstituida exige no sólo que se haya practicado ante el Juez, sino con garantía de contradicción, y ello porque constituye una excepción a la regla de que la prueba constitucionalmente válida es sólo la que se practica en el juicio oral en condiciones de publicidad, oralidad, inmediación y contradicción. Y es igualmente doctrina de esta Sala (Cfr. Sentencia 1179/2001, de 20 de julio) que el secreto de las actuaciones de instrucción, se justifica, precisamente por la naturaleza puramente preparatoria pero no enjuiciadora de la instrucción. Por ello el artículo 301 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece el principio general de secreto del sumario, y el artículo 302 prevé dicho secreto incluso para todas las partes personadas, excepto el Ministerio Fiscal y la realización de la justicia e investigación de los delitos, finalidad de primer orden, en una sociedad democrática, requiere, en ocasiones, establecer precauciones de salvaguarda cuando la intervención del acusado en las actuaciones judiciales pueda dar lugar a interferencias, manipulaciones u obstaculizaciones de investigación con riesgo de frustrar sus objetivos.” (la negrita y subrayado procede, en su integridad, del mismo escrito de impugnación del Ministerio Público). Recogiendo los fundamentos de la Sentencia ut supra mencionada, la infracción del derecho constitucional a no sufrir indefensión no tiene por qué venir necesariamente por la amplitud del periodo en el que las actuaciones se hallaban bajo secreto, decretado y/o prorrogado mediante sucesivas resoluciones judiciales, invocando, todas ellas, el artículo 302 de la LECrim, cuya redacción vino dada por la Ley 35/1978, de 4 de diciembre, texto que se ha visto inalterado hasta la actualidad, no siendo desconocedor este Instructor –y, se cree, también por el resto de operadores jurídicos actuantes en el presente proceso- de las propuestas de modificación legislativa de este aspecto procesal, fundamentalmente pensadas en la adaptación de la Ley de Ritos a las previsiones constitucionales, de promulgación posterior a la referida Ley 35/1978, de 4 de diciembre, y muy en especial en el establecimiento ope legis de un límite temporal, excepcionalmente ampliable. Propuestas que, en todo caso, serían restrictivas en comparación con el lapso temporal comprendido entre el 12 de abril de 2007 y el 14 de julio de 2010 (tres años y tres meses) que ha abarcado, según las resoluciones hoy recurridas por las partes. No pocas veces han recordado las partes la que consideran duración excesiva del secreto total de las actuaciones, sin que ninguna de ellas haya podido encontrar precedente en la praxis judicial española de entidad y duración similar. Qué duda cabe que lo acontecido en este proceso se debe calificar, cuanto menos, de excepcional y no viene a coincidir plenamente 61 con el parecer jurídico del actual Instructor, sin desmerecer por ello el entendimiento dispar de sus antecesores, aunque la toma de decisiones se han enmarcado en contextos y momentos procedimentales netamente distintos. Quiere significarse que, en cuanto a la duración prolongada del secreto existen algunos precedentes, como la Sentencia del Tribunal Supremo de 18 de diciembre de 2008 (Roj: STS 7274/2008), Ponente JOSÉ ANTONIO MARTÍN PALLÍN, si bien centrada en un asunto relativo a delito de naturaleza distinta, resulta interesante en cuanto al aspecto concreto de la duración fase de instrucción bajo secreto de las actuaciones. Y, así, en su fundamento jurídico tercero incluye un subapartado 5º que ilustra perfectamente un supuesto casi similar: “5.- Plazo de duración de la investigación secreta. a) El secreto de las actuaciones duró desde Abril de 1999 hasta Octubre de 2002 (tres años y seis meses). Se han detectado ciento sesenta autos y unos doscientos veintiséis móviles intervenidos. La Sala es sensible a esta circunstancia y señala que, en Noviembre de 2000, se debió proceder a la detención de los implicados y al cierre de la investigación. b) La regulación del secreto sumarial parte de una declaración genérica contenida en la redacción originaria del artículo 301 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que establece que las diligencias del sumario serán secretas hasta que se abra el juicio oral con las excepciones determinadas en la presente ley. c) Dicho precepto, que se mantiene intacto hasta el momento presente, entra en contradicción con la garantía constitucional recogida en el artículo 120.1 CE según el cual "las actuaciones judiciales serán públicas, con las excepciones que prevean las leyes de procedimiento". d) Esta regulación genérica no puede interponerse como obstáculo indiscriminado a la libertad de información por lo que determinados aspectos de su contenido, que son un reflejo de la realidad social, no pueden ser sustraídos al derecho a ser informado verazmente, también constitucionalmente reconocido. e) Ahora bien, ello no quiere decir que las investigaciones judiciales sean absolutamente transparentes, ya que ello puede ser un peligro, en una sociedad democrática, para la seguridad nacional cuando nos enfrentamos, como en el caso presente, a una investigación sobre terrorismo. f) El artículo 302 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal permite al juez la declaración expresa del secreto de la totalidad o parte de las actuaciones mediante resolución motivada por tiempo no superior a un mes, debiendo alzarse obligatoriamente el secreto con diez días de antelación a la conclusión del sumario. Queda exceptuado de esta declaración el Ministerio Fiscal que es un órgano constitucional del Estado integrado con autonomía funcional en el Poder Judicial. g) No por ello desaparecen los obstáculos procesales al derecho a un juicio justo y con todas las garantías y con posibilidades efectivas de defensa que necesariamente se verán afectadas si la duración del secreto resulta excesivamente alargada en el tiempo, por tanto, desproporcionada. Entre ambas tensiones ni cabe una interpretación literal que limite exclusivamente la duración del secreto a un mes como dice el artículo 302 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ni tampoco una duración ilimitada que haga ilusoria la publicidad, la contradicción y la capacidad de defensa. h) El relieve constitucional de la solución adecuada ha llegado como no podía ser de otra manera, al Tribunal Constitucional que ya en la sentencia de 14 de Octubre de 1988se pronuncia 63 sobre este punto estableciendo que: "El problema que plantea la recurrente consiste en determinar que la interpretación estricta que merece toda norma legal limitativa de derechos fundamentales impone entender que el artº. 302 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en el cual se somete el secreto sumarial a un plazo máximo de un mes y no se contempla expresamente la posibilidad de prórroga, no consiente otra interpretación que la de estimar causa de indefensión toda decisión judicial que prorrogue dicho plazo. Este problema merece ser resuelto en sentido contrario a la tesis de la demanda, pues resulta inaceptable la interpretación estricta que el citado artº. 302 impone con la exigencia constitucional de aplicar el ordenamiento jurídico en el sentido más favorable a la efectividad de los derechos fundamentales, conduzca irremisiblemente a la conclusión automática de que la prórroga del plazo máximo de secreto sumarial, que en dicho precepto legal se establece, ocasione, por sí sola y sin condicionamiento, un resultado de indefensión. Frente a esta tesis que no es excesivo calificar de rígidamente formalista, no puede desconocerse que la CE protege los derechos fundamentales considerados, no en sentido teórico e ideal, sino como derechos reales y efectivos, imponiendo el deber de examinar las denuncias de su vulneración mediante la utilización de criterios sustantivos que, atendiendo al contenido y finalidad del derecho que se pretende vulnerado, permitan apreciar si dicha vulneración sea o no sea materialmente producido, más allá de la pura apariencia nominalista. Tales criterios sustantivos nos conducen a establecer que el Juez no debe prolongar el secreto sumarial por más tiempo del que resulte estrictamente necesario a las exigencias de la instrucción, viniendo obligado a emplear la máxima diligencia en practicar, dentro del plazo acordado, con sujeción a lo sujeto en dicho artº. 302, las pruebas correspondientes. i) Como puede observarse el nudo del debate radica entorno al principio de proporcionalidad, es decir, secreto adecuado a la gravedad e importancia de la investigación y al derecho de defensa; ejercicio efectivo. secreto compatible con su j) Lo que debemos dilucidar es si esta duración incidió de forma efectiva y concreta, no abstracta, sobre el derecho de defensa de los implicados y sí, de alguna manera, el examen de la actividad procesal, nos lleva a la convicción de que efectivamente los acusados y sus defensas pudieron disponer de elementos efectivos de defensa sobre todo encaminados a desvirtuar aquellas pruebas que a la postre han servido para dictar la sentencia que ahora se recurre. k) Acudiremos a la jurisprudencia asentada y homogénea del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), respecto del artículo 5. 4 CEDH, conforme al cual deben interpretarse los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Española por remisión expresa del artículo 10.2 CE. Como es sabido, el artículo 5. 4 CEDH establece: "Toda persona privada de su libertad mediante detención preventiva o internamiento tendrá derecho a presentar un recurso ante un órgano judicial, a fin de que se pronuncie un breve plazo sobre la legalidad de su privación de libertad y orden supuesta en libertad si fuera ilegal". l) El TEDH tiene declarado que la efectividad de este derecho sólo puede garantizarse en la medida en que la persona afectada por la privación de libertad se encuentre en condiciones de impugnar tal medida cautelar y sólo se darán tales condiciones cuando se le haya permitido acceder al material acumulado durante la investigación, para así contradecir cualquier indicio en su contra, en situación de igualdad de armas con la acusación pública. m) La doctrina al respecto del TEDH es nítida y reiterada. Podemos resumirla con la siguiente cita de su Sentencia dictada en el 65 asunto Shishkov c. Bulgaria (no. 38.822/97, de 9 de enero de 2003, & 77): "A la vista del dramático impacto que la privación de libertad supone sobre los derechos fundamentales de la persona afectada, el procedimiento que se siga de acuerdo con el artículo 5. 4 del Convenio debe respetar el principio, en el mayor grado posible que permitan las circunstancias de la investigación en marcha, los requisitos básicos de un juicio justo. La igualdad de armas no resulta asegurada si se niega a la defensa el acceso a aquellos documentos contenidos en el expediente que resultan esenciales para poder combatir efectivamente la legalidad -entendida ésta en el sentido del Convenio- de la privación de libertad de su defendido. El concepto de legalidad de la prisión provisional no se limita a verificar el cumplimiento de los requisitos procesales previstos en la ley interna, sino que también afecta a la razonabilidad de los indicios que fundamentan la detención, la legitimidad de los objetivos perseguidos por la detención y la justificación de la subsiguiente prisión provisional". El Tribunal entiende la necesidad de que las investigaciones criminales se practiquen de forma eficiente, lo que puede implicar que una parte de la información adquirida durante las mismas sea mantenida en secreto para evitar que las personas investigadas puedan interferir con las pruebas y perjudicar la acción de la justicia. Sin embargo, este objetivo legítimo no puede conseguirse a expensas de una restricción sustancial del derecho de defensa. Por ello, la información que resulte necesaria para comprobar la legalidad de la privación de libertad de una persona debe ponerse a disposición de manera apropiada al abogado del imputado (ver entre otros precedentes Lamy c. Bélgica, Sentencia de 30 de marzo de 1989, Serie A no. 151, pp 16-17, & 29, Nikolova, citado más arriba, & 58 y García Alva c. Alemania, no. 23541/94, 13 de febrero de 2001, && 39-43)". n) A la vista de lo que se desprende de estas actuaciones y otras de igual naturaleza, estimamos que la redacción originaria del artículo 302 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (año 1882) que establecía un plazo máximo de un mes para mantener el secreto de las actuaciones con prórrogas limitadas por necesidades del derecho de defensa, ha quedado desbordada por la necesidad de afrontar modalidades de delincuencia organizada que por su peligrosidad y por la opacidad de su entramado organizativo aconsejarían extender el período mínimo más allá del mes que se contempla actualmente. Ahora bien, en ningún caso se deben admitir períodos de duración que afecten a derechos tan fundamentales como el debido proceso, el derecho de defensa y la igualdad de armas en el proceso” (la negrita y subrayado son del Instructor). Por tanto, la pretendida indefensión que se denuncia por la concreta duración del secreto de las actuaciones no es tal, aún cuando pudiera llegar a entenderse que el alzamiento debiera haberse producido en momento anterior, en clara alusión a las fechas posteriores a la práctica de diligencias de entrada y registro domiciliario ó, en otro caso, al levantamiento parcial del mismo respecto de ciertas actuaciones que no afectaran a las diligencias de investigación que todavía estuvieren en curso. Sin embargo, la magnitud de la causa sí puede llegar a propiciar, en otro momento procesal distinto de la fase de instrucción, que se aprecie cierta dilación a la hora de proceder por hechos concretos cuyo desarrollo en el tiempo haya dado a su fin en tiempo anterior a la fecha de alzamiento del secreto de las actuaciones. En tal sentido, la deducción de testimonio acordada mediante auto de 12 de marzo de 2010 (folios 8804 y ss del tomo XXV) no podía demorarse más en el tiempo, ante el evidente riesgo de incurrir en causa de extinción de la responsabilidad criminal por prescripción de la infracción penal. En ponencia titulada “Los “macroprocesos”: problemas y soluciones”, el Magistrado JUAN JOSÉ LÓPEZ ORTEGA expuso que “si con carácter general la duración excesiva de cualquier proceso afecta a los derechos del inculpado, más 67 aún en este tipo de causas (en referencia a las que se hallan bajo secreto sumarial), cuya instrucción se prolonga durante años. Es cierto que la complejidad justifica una mayor extensión de las investigaciones, pero no podemos ignorar que la complejidad, muchas veces motivada porque se realiza una investigación ilimitada, es a su vez la principal fuente de la dilación”. Y añade, como colofón a sus razonamientos expositivos, que “la limitación temporal de la fase de instrucción constituye una exigencia indeclinable, a fin de evitar que la misma pueda extenderse de modo irrazonable convirtiéndose en su fin en sí misma, es una consecuencia del principio de proporcionalidad: si el Estado no puede, en un tiempo razonable, conformar los elementos básicos de una acusación, debe hacer dejación de la misma. Si el Estado, en un plazo razonable, no puede enjuiciar un conglomerado de conductas acumuladas difícilmente agrupables en términos de eficacia, debe limitarse a perseguir aquéllas que estén determinadas, renunciado a perseguir las restantes”. En todo caso, como se puede concluir con la cita jurisprudencial anterior, que éste no es el único precedente con una duración de secreto de actuaciones de tal envergadura, aún cuando lo deseable, partiendo de las exigencias constitucionales del derecho a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías (artículo 24.2 de la CE) y la publicidad de todo proceso, salvo las excepciones legalmente previstas (artículo 120.1 de la CE). Excepciones que, en el caso concreto del artículo 320 de la LECrim, fueron instituidas previo a la promulgación de nuestra Carta Magna, por lo que sus previsiones deben ser siempre entendidas a la luz del texto constitucional, proscribiendo cualquier suerte de generalización en la praxis jurisdiccional que, frente a la perseverancia en el ejercicio del ius puniendi del Estado, establezca como contrapartida un sacrificio desmesurado y prolongado en el tiempo de derechos fundamentales, como el reconocido por el artículo 18.3 de la CE. Respecto de las alegaciones referidas a la falta de motivación de los autos que acordaban el secreto y sucesivas prórrogas del mismo, es preciso significar la primera de las resoluciones es la de 12 de abril de 2007 (folios 206 a 212 del tomo I), en cuya parte dispositiva acuerda además la intervención de las comunicaciones del Sr FENOLL PÉREZ y del Sr FERRÁNDEZ PEÑALVER, dejando, sin embargo, un periodo de tiempo, desde el auto de incoación de 8 de marzo de 2007, en el que, formalmente, las actuaciones no estaban bajo secreto. Por otra parte, como ya se ha dicho anteriormente, los recursos del Sr RODRÍGUEZ MURCIA, Sr SÁNCHEZ LARROSA, Sr GREGORY FERNÁNDEZ, Sr ORTIZ SELFA, Sr CANDEL MARTÍNEZ, hacen especial hincapié en la circunstancia de incluirse en los argumentos jurídicos o fácticos de diversas resoluciones la figura penal del delito contra la salud pública, citándose con mayor énfasis los autos de 18 de julio y 18 de agosto de 2009 en los recursos del Sr RODRÍGUEZ MURCIA y del Sr SÁNCHEZ LARROSA, circunstancia que, en cualquier caso, no dejaría de constituir un notorio dislate o desatino en el tratamiento informático de la extensión (por dos instructores distintos, cabría añadir) del auto de prórroga de secreto, haciendo uso de encabezamientos propios de los tradicionales procesos penales en los que la diligencia de observación y escucha de las conversaciones telefónicas del artículo 579 de la LECrim es el principal aval del buen éxito de la investigación, previo a cualquier diligencia posterior –se entiende, entrada y registro domiciliaria, imputación de personas, etc-. Sin embargo, lo trascendente es: primero, qué resuelve cada uno de los autos (prorrogar la situación de secreto de las actuaciones); segundo, invocar el precepto legal que lo fundamente, artículo 302 de la LECrim; tercero, fundamentar doctrinal y jurisprudencialmente su resolución; cuarto, establecer el plazo por el que la medida se prorroga, como es el de un mes; quinto, preservar en su relación fáctica y jurídica de cuantas referencias concretas den lugar a un conocimiento liminar de las actuaciones (aunque no por ello parezca incoherente que reiteradamente se notifiquen estas resoluciones a las representaciones procesales de varias personas que, con anterioridad han sido detenidas e imputadas en el año 2007, por lo que saben perfectamente que el proceso se está dirigiendo contra ellas); sexto, venir exigido por la práctica de diligencias de investigación que, de conocerse, frustrarían el buen fin de la investigación, como son las intervenciones telefónicas; y séptimo, conforme a sus funciones previstas por el artículo 124.1 de la CE y artículo 1 de su Estatuto, debe ser notificado al Ministerio Fiscal. 69 Especial trascendencia debe revestir, en este punto, la regla del cómputo del plazo por el que se han decretado las sucesivas prórrogas de secreto de las actuaciones, dado que en todas ellas se dice expresamente “un mes”, siendo preciso solventar esta cuestión por imperiosas razones de seguridad jurídica, tal y como exige el artículo 9.3 de la CE. A tal cuestión debe acudirse a las normas generales que se contemplan en el Código Civil de 24 de julio de 1889, cuyo Título Preliminar prevé, en su artículo 5.1, que cuando se trate de plazos predeterminados por meses o por años, el cómputo de los mismos será “de fecha a fecha”. En resumidas cuentas, salvo que la resolución judicial habilitante de la prórroga estableciera lo contrario de forma expresa y terminante, no puede darse un sentido perjudicial a la aplicación de una norma restrictiva, que en el ámbito del proceso penal podría afectar al consabido principio del in dubio pro reo así como a una interpretación de la disposición según criterios de mera oportunidad. Cuestión interpretativa que, como cabe inferir, debe ser extensible a cuantas resoluciones se dicten y establecieran un intervalo temporal de duración de una medida o diligencia (esto es, autos de intervención telefónica y sus prórrogas), reuniendo así los criterios de unidad, coherencia y congruencia que serían exigibles. En consecuencia, los autos de prórroga de secreto revisten los requisitos formales antes mencionados, no debiendo prosperar los recursos formulados contra ellos. No obstante ello, se advierte que la vigencia formal de la resolución judicial que acuerda o bien decretar o bien prorrogar el secreto de las actuaciones, se encuentra ligada a la validez de las diligencias de investigación en el proceso penal en curso, debiendo por ello estarse, en última instancia, a cuanto se decida sobre los recursos formulados frente a las resoluciones que acuerdan, fundamentalmente, la intervención de las comunicaciones de los imputados, hoy recurrentes. DECIMOCUARTO.Antes de examinar los diversos recursos interpuestos frente a los autos de intervención telefónica que han sido notificados a las partes, conviene hacer una referencia al tratamiento doctrinal y jurisprudencial sobre la diligencia de investigación regulada por el artículo 579 de la LECrim, aún cuando las resoluciones recurridas y en gran parte de los escritos de interposición de recurso ya se hace profuso análisis de los planteamientos (en muchos casos coincidentes) acerca de los presupuestos que deben ser observados en la resolución habilitante. En ponencia titulada “Las nuevas tecnologías y la interceptación de las comunicaciones en el proceso penal en la jurisprudencia del Tribunal Supremo”, el Magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, JULIÁN SÁNCHEZ MELGAR, planteándose la pregunta “¿Están bien reguladas en nuestro Derecho procesal las intervenciones telefónicas?”, vino a decir, de forma concluyente y significativa lo siguiente: “La respuesta debe ser lamentablemente negativa. Y ello por que, cuando se introdujeron mediante la LO 4/1988, de 25 de mayo, al dar nueva redacción al art. 579 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el legislador lo hizo de forma poco precisa, de modo que surgieron grandes incógnitas, que han sido completadas sucesivamente por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo. Nos referiremos más adelante a estos problemas de regulación, bastando por ahora decir que tal confusión del sistema lo único que produce es inseguridad jurídica, y con ellas, un semillero de impugnaciones a cargo de las defensas más avispadas en esta materia” Seguidamente, hizo alusión a la condena del Estado Español por la Sentencia del Tribunal Europeo de Derecho Humanos de 18 de febrero de 2003, en el caso Prado Bugallo contra España, por infracción del artículo 8 del Convenio Europeo para la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, de 4 de noviembre de 1950 (1. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, de su domicilio y de su correspondencia. 2. No podrá haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio de este derecho, sino en tanto esta injerencia esté prevista por la Ley y constituya una medida que, en una sociedad democrática, sea necesaria para la seguridad nacional, la seguridad pública, el bienestar económico del país, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud o de la moral, o la protección de los derechos y 71 libertades de los demás.), así como al Auto de Inadmisión del mismo Tribunal de 25 de septiembre de 2006, en el caso Abdulkadir Coban contra España, en donde ya se reconocía, esta vez, que la regulación procesal se completaba con las aportaciones doctrinales del Tribunal Constitucional (STC 26/2006, de 230 de enero de 2006) y del Tribunal Supremo (STS 34/2003, de 22 de enero). Entre las necesidades de nueva regulación, a modo de síntesis, resumía en el establecimiento de un catálogo delictivo donde se empleara esta medida de investigación, contemplando criterios sobre la gravedad de la infracción o su repercusión social; no afectación al contenido de conversaciones de terceros; establecimiento de un máximo legal de duración, con ciertas excepciones limitadas; regulación del hallazgo casual; proscripción de escuchas prospectivas; definición del principio de especialidad; tratamiento normativo de la conexión de antijuridicidad; regular las consecuencias procesales de las grabaciones privadas de las conversaciones telefónicas así como de las comunicaciones personales (citando la STC 114/1984, de 29 de noviembre). Por su parte, el Tribunal Supremo, Sala Segunda, en Sentencia de 30 de diciembre de 2009, nº 1215/2009, Ponente JOSE ANTONIO MARTÍN PALLÍN (EDJ 2009/314880), ha desarrollado en el ámbito jurisprudencial estos mismos planteamientos, en su fundamento primero: “D) Necesidad de adaptar el artículo 579 de la Ley de Enjuiciamiento criminal a las previsiones contempladas en el derecho comparado. 1.- El artículo 579, de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, tiene su antecedente en la Ley Orgánica 8/1984, de 26 de diciembre, más conocida como Ley Antiterrorista. En su artículo 17 regulaba la observación postal, telegráfica y telefónica. Esta disposición se traspasó, casi con idéntica redacción, a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por Ley Orgánica 4/1988, de 25 de mayo, extendiéndose la posibilidad de ampliar las observaciones de las comunicaciones telefónicas a los fines de investigación de cualquier clase de delitos. 2.Desde el comienzo de su jurisprudencia de esta Sala puso vigencia, la de relieve la parquedad de la regulación a diferencia de los Códigos Francés, Alemán y Belga, o de la ley inglesa. En realidad, el derecho comparado viene a establecer un principio de proporcionalidad legalmente regulado al restringir las escuchas telefónicas a los delitos castigados con penas graves o bien estableciendo un catálogo de infracciones que, por su naturaleza, justifican la aplicación de una medida restrictiva del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones telefónicas. 3.La parquedad del precepto se puso de manifiesto también por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, entre otras la sentencia de 18 de febrero de 2003 (Caso Prado Bugallo contra España), si bien reconocía que “las insuficiencias han sido paliadas en gran parte por la jurisprudencia, principalmente la del Tribunal Supremo”. Esta valoración se ha reiterado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en otras ocasiones. La Decisión de dicho Tribunal, de 26 de septiembre de 2006 (Abdulkadir contra España) recuerda que las lagunas del artículo 579 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal han sido colmadas formalmente por el Tribunal Supremo a partir del Auto de 18 de junio de 1992. Añade que la práctica jurisprudencial del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional aporta innegables progresos y proporcionan una protección eficaz. Las líneas esenciales que debería recoger la regulación procesal de las escuchas han sido trazadas en numerosas ocasiones por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y de esta Sala que se pueden sintetizar en la STC 85/1994 que recuerda, una vez más, que la injerencia en la esfera de la intimidad que supone la interceptación de las comunicaciones telefónicas ha de estar sometida al principio de legalidad y en especial al de proporcionalidad todo ello garantizado por la autorización judicial especifica y razonada así como del respeto a las garantías y control judicial de las operaciones de escucha. 4.- El derecho comparado no utiliza fórmulas descriptivas de las técnicas de interceptación, limitándose a recordar la necesaria intervención 73 judicial para que la invasión del derecho al secreto de las comunicaciones se realice bajo su custodia y con determinadas previsiones que se imponen a los jueces para justificar la limitación del derecho en el marco de una investigación criminal. 5.- El Código de Procedimiento Italiano regula la interceptación de las conversaciones o comunicaciones telefónicas en el artículo 295 y, por razón del principio de proporcionalidad, no las permite para investigar toda clase de delitos. El artículo 266 limita su aplicación en siete clases de delitos, por supuesto los delitos contra las administraciones públicas, tráfico de drogas, armas y explosivos, delitos de contrabando, actividad financiera abusiva, delitos previstos en el artículo 600-ter.3 del Código Penal. 6.En el derecho alemán, el Código de procedimiento admite la supervisión y registro de las telecomunicaciones, si bien exige fundada sospecha. El artículo 100 establece también un catálogo de delitos muy amplio, entre los que figuran los que afectan a la seguridad nacional, falsificación de moneda, delitos peligrosos para la comunidad y, por supuesto, el tráfico de drogas. 7.En el sistema alemán, las medidas de interceptación pueden dirigirse contra el inculpado o contra las personas de las que se sospecha o se debe sospechar fundadamente, en base a determinados hechos que están implicadas en la investigación dirigida contra el inculpado. Se interceptan determinadas comunicaciones o comunicaciones provenientes de él (de entrada y salida) o que el inculpado utiliza para sus comunicaciones. Según el artículo 100-b, la supervisión y registro de las comunicaciones o telecomunicaciones sólo puede ser ordenada por el juez. En caso de urgencia lo puede hacer la Fiscalía comunicándoselo al juez en el término de tres días. En resolución motivada del juez, las medidas en principio sólo se pueden dirigir contra el afectado, si bien en determinadas circunstancias, y según la naturaleza de la medida, se pueden dirigir o afectar a otras personas, si la investigación lo hace necesario. Se puede ampliar a personas que estén en conexión con el autor del delito. También se pueden llevar a cabo, aunque afecten irremediablemente a terceras personas. 8.- Estimamos que ha llegado el momento de introducir en el artículo 579 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, ajustándose a las pautas marcadas por el derecho comparado, las modificaciones que se vienen reclamando. Es cierto, que el catálogo de delitos podría ser integrado por los que se contienen en el artículo 282 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, para poder utilizar agentes encubiertos en la investigación de determinados delitos que se enumeran. En todo caso, entre ellos, y en todo el derecho comparado, figura, sin discusión ni excepciones, las investigaciones relacionadas con el tráfico de estupefacientes. Por todo lo expuesto, los motivos relacionados con la vulneración del secreto de las comunicaciones, deben ser desestimados”. (las negritas son del Instructor) Finalmente, y en cuanto a los requisitos que debe observar la resolución habilitante de la diligencia de investigación consistente en la intervención, observación y/o escucha de las comunicaciones telefónicas, la Sentencia del Tribunal Supremo nº 914/1996, de 20 de diciembre de 1996, recurso nº 3369/1995 (Roj: STS 7402/1996), ponente FRANCISCO SOTO NIETO, en su fundamento jurídico tercero, tras mencionar las referencias normativas correspondientes –artículos 18.3 de la Constitución Española de 27 de diciembre de 1978, 579 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 14 de septiembre de 1882 reformada en este punto por Ley Orgánica 4/1988 de 25 de mayo, 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 10 de diciembre de 1948, 8 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de 4 de noviembre de 1950 y 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 16 de diciembre de 1966- expuso los siguientes: “La doctrina de esta Sala, a través de diversas resoluciones, ha venido a fijar los requisitos y exigencias que respaldan la legitimidad y validez de las intervenciones 75 telefónicas y que pueden cifrarse en los siguientes: 1º) la exclusividad jurisdiccional de las intervenciones en el sentido de que únicamente por la autoridad judicial se pueden establecer restricciones y derogaciones al derecho al secreto de las comunicaciones telefónicas. 2º) finalidad exclusivamente probatoria de las interceptaciones para establecer existencia de delito y descubrimiento de las personas responsables del mismo (sentencia de 12 de septiembre de 1.994). 3º) Excepcionalidad de la medida, que sólo habrá de adoptarse cuando no exista otro medio de investigación del delito que sea de menor incidencia y causación de daño sobre los derechos y libertades fundamentales del individuo que los que inciden sobre la intimidad personal y el secreto de las comunicaciones (auto de 18 de junio de 1.992, de esta Sala). 4º) Proporcionalidad de la medida, que sólo habrá de adoptarse en el caso de delitos graves en los que las circunstancias que concurren y la importancia de la trascendencia social del hecho delictivo aconsejen la adopción de la misma, de tal manera que la derogación en el caso concreto del principio garantizador sea proporcionada a la finalidad legítima perseguida (sentencia de 20 de mayo de 1.994). 5º) Limitación temporal de la utilización de la medida interceptora de las comunicaciones telefónicas. La L.E.Cr. fija (artículo 579.3) períodos trimestrales prorrogables para la observación de las comunicaciones individuales, pero no podrá prorrogarse la intervención de manera indefinida o excesiva porque ello la convertiría en desproporcionada e ilegal (sentencia de 9 de mayo de 1.994). 6º) Especialidad del hecho delictivo que se investigue, pues no cabe decretar una intervención telefónica para tratar de descubrir de manera general o indiscriminada actos delictivos (auto de 18 de junio de 1.992 y sentencia de 20 de mayo de 1.994). 7º) La medida, además, recaerá únicamente sobre los teléfonos de las personas indiciariamente implicadas, ya sean los titulares de los teléfonos o sus usuarios habituales (sentencia de 25 de junio de 1.993). 8º) Existencia previa de procedimiento de investigación penal, aunque cabe sea la intervención de las telecomunicaciones las que pongan en marcha un verdadero procedimiento criminal, pero sin que puedan autorizarse intervenciones telefónicas de carácter previo a la iniciación y correspondiente anotación de ese procedimiento de investigación criminal (sentencias de 25 de junio de 1.993 y 25 de marzo de 1.994). 9º) Existencia previa imprescindible de indicios de la comisión del delito, y no de meras sospechas o conjeturas, de tal modo que se cuente con noticia racional de hecho delictivo que se quiera comprobar y de la probabilidad de su existencia, así como de llegar por medio de las intervenciones al conocimiento de los autores del ilícito, pudiendo ser esos indicios los que facilite la policía, con la pertinente ampliación de los mismos que el juez estimara conveniente (sentencia de 18 de abril de 1.994). 10º) Exigencia de control judicial en la ordenación y desarrollo y cese de la medida de intervención, control que, como el afectado por ella desconocerá, por razones obvias, su adopción, ha de ser riguroso en grado sumo (sentencia de 18 de abril de 1.991), y 11º) que la resolución judicial acordando la intervención telefónica se halle suficientemente motivada, riguroso requisito para el sacrificio y derogación en casos concretos de derechos fundamentales reconocidos en la C. E. y cuya importancia exige del Juez una explicación razonable y razonada de acuerdo con la ley y los principios constitucionales y en la cual encontrarán lugar la explicitación de los indicios sobre cuya base la media se adopte (sentencias de 18 de abril, 9 y 20 de mayo y 12 de septiembre de 1.994 y auto de 18 de junio de 1.992). Cuando todos los anteriores requisitos concurran podrá estimarse que la interceptación e intervención de las telecomunicaciones no viola el fundamental derecho al secreto de las mismas que la C.E. garantiza. Además, para la validez como prueba del contenido de las comunicaciones intervenidas se precisa la entrega al órgano jurisdiccional de los soportes originales donde consten las conversaciones detectadas, sin consentirse la previa manipulación y selección de su contenido 77 por la policía, el conocimiento por el Juez de ese contenido, su conversación y el respeto del mismo contenido, así como la posibilidad de su audición con audiencia de las partes interesadas (sentencia de 25 de marzo de 1.994). En todo ello abundan las sentencias de 10 de enero y 3 de junio de 1.995, 22 de julio y 10 de enero de 1.996. La motivación del auto en el que se acuerda la práctica de una intervención telefónica, en cuanto medida que incide de modo directo sobre derecho fundamental de tal relevancia como el de la intimidad de las personas, quebrando la normal garantía del secreto de las comunicaciones, es algo que bien se comprende y justifica, traduciéndose en exigencia inesquivable. De ahí que el artículo 579 de la L.E.Cr., cuya parquedad e insuficiencia normativa suele ser objeto de crítica, no olvide, e, incluso, reitere en sus diversos apartados que la intervención o la observación de las comunicaciones telefónicas deberá acordarse siempre en resolución motivada. Pensemos que este requisito, realmente común a todas las resoluciones judiciales -artículos 24.1 y 120.3 de la Constitución y 248 de la L.O.P.J.-, se entronca con el principio de la legalidad y el complementario de la no arbitrariedad, a los que deben someterse los poderes públicos, incluidos, y muy principalmente, los órganos jurisdiccionales. El requisito de la motivación se ofrece como una garantía, y de las más cualificadas, con que se cuenta en el ámbito de la función judicial. La motivación de la resolución judicial lleva consigo, con mayor o menor explicitez, una ponderación del objeto o fin que la provoca, secundada de las reflexiones oportunas acerca de la gravedad de los delitos cuyo descubrimiento en alguno de sus órdenes objetivos o subjetivos se busca, y de la necesidad de puesta a contribución de las medidas propugnadas. Todo ello en función de la existencia de unos indicios -no meras sospechas o conjeturas- que, conforme a principios de lógica y reglas de experiencia, abonan la idea de la implicación participativa de una persona en el hecho criminal que se investiga y en función de lo cual se decreta la intervención telefónica. El Juez autorizante no ha desentenderse de la medida autorizada, antes bien, ha de controlarla en lo posible a fin de adoptar las medidas complementarias que se precisen y garantizar sus resultados. El control del Juez abarca un triple frente. En primer lugar, velar por la observancia de las prescripciones y pautas incorporadas al auto autorizante. Los agentes policiales deben ser fieles observantes de aquéllas, no permitiéndose discrecionalidades en su ejecución sin el debido beneplácito judicial. En segundo término, la escrupulosidad más exquisita en la recepción del material grabado, garantizándose su integridad y autenticidad. Y por último, adopción de las medidas convenientes para la vertencia escrita de las grabaciones obtenidas, selección de cuanto pueda ser importante a los fines investigadores y de comprobación que se persiguen. Habrán de constar en diligencia, bajo la fe del Secretario, las cintas entregadas, su traducción escrita, así como las partes del texto que puedan ser de interés y utilidad en el procedimiento en curso, evitándose episodios que puedan comprometer o afectar a los derechos de secreto o intimidad del investigado, ajenos por completo a la inspiración que presidió el acuerdo judicial. No han faltado quienes invocan los artículos 572 y 574 (referentes a la medida de entrada y registro en lugar cerrado), así como los artículos 586 y 588, concernientes a la interceptación de la correspondencia, en cuanto indicadores de la actitud del Juez frente a medidas potencialmente lesivas de derechos fundamentales”. En su fundamento jurídico cuarto, por su parte, continúa la citada Sentencia recordando que “ha de recordarse la doctrina sentada por el Auto de esta Sala de 18 de junio de 1.992, en el sentido de que tan pronto aparecen en las conversaciones expresiones que hacen pensar en un delito distinto de aquel en función del cual se autorizó la intervención, debe ponerse inmediatamente tal dato en conocimiento del Juez, porque con tal "novación" del objeto de la autorización hubiera tenido 79 que considerar su decisión, cualquiera que hubiera sido su signo, tanto atendiendo a su propia competencia como a la exigencia de proporcionalidad.. No son correctas las autorizaciones genéricas, ni tampoco, sin la nueva y expresa autorización del Juez, es correcto mantener la intervención/observación cuando se descubre que el nuevo y presunto delito que se dibuja por la telefonía es independiente del que fue objeto de la inicial autorización. De manera precisa se dice en la sentencia 49/96, de 26 de marzo, del T.C., que el Juez que autorice la intervención debe, en primer término, conocer los resultados obtenidos con la intervención, y en el supuesto de que se produzca una divergencia entre el delito objeto de investigación y el que de hecho se investiga, debe adoptar la resolución que proceda (Cfr. SS.TEDH, caso Klass, de 6 de septiembre de 1.978, caso Malone, de 2 de agosto de 1.984, y caso Kruslin, de 24 de abril de 1.990)”. Y respecto de la eventual nulidad de actuaciones, con arreglo a lo dispuesto por el artículo 11.1 de la LOPJ, en su fundamento jurídico sexto recoge las siguientes consideraciones: “Constituye doctrina constitucional consagrada la de que todo elemento probatorio que pretenda deducirse del contenido de las conversaciones intervenidas no debe ser objeto de valoración por el Tribunal, ya que la imposibilidad de admitir en el proceso una prueba obtenida violentando un derecho fundamental no sólo deriva directamente de la nulidad de todo acto violatorio de los derechos reconocidos en el Capítulo Segundo del Título I de la Constitución, y de la necesidad de no confirmar, reconociéndolas efectivas, las contravenciones de los mismos, sino ahora también en el plano de la legalidad en virtud de lo dispuesto en el artículo 11.1 de la L.O.P.J. (Cfr. sentencias del T.C. 114/1984, 107 /1985, 85/1994, 86/1995). Igualmente este Tribunal viene declarando la imposibilidad constitucional y legal de valoración de las pruebas obtenidas con infracción de los derechos fundamentales por la colisión que ello entrañaría con el derecho a un proceso con todas las garantías y a la igualdad de las partes (artículos 24.2 y 14 de la Constitución) y con el artículo 11.1 de la L.O.P.J. La ilicitud de aquella diligencia procesal no sólo implica que la prueba en ella obtenida haya de tenerse como inexistente para el proceso, sino que tal vicio contamina todas las restantes diligencias procesales que de ella deriven, trayendo causa directa o indirecta de la misma (Cfr. Auto de 18 de junio de 1.992, sentencias de 2 de marzo de 1.993 y 3 de junio de 1.995). Ante la ilicitud de una prueba cual la que es objeto de examen en este proceso, en directo e irreductible enfrentamiento con el orden constitucional, arrolladora de claros derechos fundamentales, su absoluta nulidad e imposibilidad de toda eventual regeneración, trasciende igualmente a cualesquiera otras que traigan causa de aquélla. En tal hipótesis deja sentir su influencia la doctrina de los "frutos del árbol envenenado", como gráficamente se designa en el derecho norteamericano. Para la sentencia de 29 de marzo de 1.990 la prueba obtenida con violación de un derecho fundamental es radicalmente nula no sólo en sí misma sino también en sus efectos sobre otras pruebas distintas; cuando el origen de la ilicitud de la prueba se encuentra en la violación de un derecho fundamental, no hay ninguna duda de que tal prueba carece de validez en el proceso y los Jueces y Tribunales habrán de reputarla inexistente a la hora de construir la base fáctica en que haya de apoyarse una sentencia condenatoria. Según la sentencia de 10 de mayo de 1.994 los efectos de la teoría de los "frutos del árbol envenenado" se extienden, sin duda, a las declaraciones inculpatorias que sólo existen por mor de la intervención telefónica ilícitamente obtenida, eliminación, por contaminación, de las únicas pruebas de cargo que el Tribunal de instancia podía tener en cuenta. Para la sentencia de 17 de junio de 1.994, confirmado que la correspondiente diligencia -de entrada y registro- se llevó a cabo con vulneración del artículo 18.1 de la Constitución, es preciso reconocer que, por el efecto "dominó" -conforme a lo especialmente prevenido en el artículo 11.1 de 81 la L.O.P.J.- carecen de validez y eficacia probatorias cuantas pruebas traigan causa de dicha diligencia. Y, en este sentido, debe reconocerse la misma ineficacia a las posibles confesiones o reconocimiento de los acusados como al testimonio de los posibles testigos, sin distinguir el momento procesal en que se practiquen, por tratarse de defectos insubsanables, de tal modo que la ineficacia probatoria debe alcanzar a las pruebas practicadas en el juicio oral”. DECIMOQUINTO.- Descendiendo al caso presente, donde se ha ido examinado, según tipo de resolución objeto de recurso, según estricto orden de localización en los autos de cada uno de los escritos, que viene a corresponder en la práctica con la entrada del recurso en Decanato o en el Juzgado, se opta en este punto por la resolución de los recursos atendiendo al estricto orden cronológico de las resoluciones que, en materia de intervenciones telefónicas, han sido dictadas a los largo del presente proceso, en tanto los fundamentos de los respectivos recursos invocan la conexión de antijuridicidad derivada de la pretendida nulidad de las resoluciones dictadas así como de aquellas dictadas como consecuencia de las anteriores. DECIMOSEXTO.- Recurso formulado por la representación procesal de ÁNGEL FENOLL PÉREZ frente a autos de intervención telefónica. Su escrito, obrante a los folios y siguientes del tomo XLVI de las actuaciones, enumera las resoluciones que impugna, indicándose cuáles afectan a líneas o números de teléfono que vinculan al Sr FENOLL PÉREZ: Autos de 12 de abril de 2007 (folio 206, tomo I), 11 de mayo de 2007 (folio 368, tomo II), 28 de diciembre de 2007 (folio 1628, tomo VII), 8 de enero de 2008 (folio 1653, tomo VII), 25 de enero de 2008 (folio 1764, tomo VII), 6 de febrero de 2008 (folio 1884, tomo VIII), 28 de febrero de 2008 (folio 2116, tomo VIII), 7 de marzo de 2008 (folio 2161, tomo VIII), 4 de abril de 2008 (folio 5178, tomo XVI), 17 de abril de 2008 (folio 5319, tomo XVI), 24 de abril de 2008 (folio 5372, tomo XVI), 16 de mayo de 2008 (folio 5581, tomo XVII), 16 de junio de 2008 (folio 5755, tomo XVII), 15 de septiembre de 2008 (folio 6219, tomo XVIII), 14 de octubre de 2008 (folio 6380, tomo XVIII). Procede su estudio, examen y resolución, excepto el referido al auto de 25 de enero de 2008, que acuerda la intervención de los números 648656999 y 618099457, 648657001 y 618089788, 618099477 y 618100050 y 686915413, y el referido al auto de 28 de febrero de 2008, sobre intervención de los teléfonos xxxx, xxxx y xxxx, al no ser ÁNGEL FENOLL PÉREZ titular o usuario de los mismos. Argumenta en su recurso, centrándose en la cuestión que ahora se sustancia, que el auto de 12 de abril de 2007 –primera de todas las resoluciones en esta materia- no se encuentra motivado, e incluso incumple los requisitos jurisprudenciales que el propio auto indica en su fundamento jurídico segundo. En concreto, los ordinales 3º y 4º (excepcionalidad y proporcionalidad) por no haber practicad otras diligencias menos ingerentes con anterioridad, el 5º (limitación temporal) por convertir la medida en indefinida, el 10º (control judicial en la ordenación, desarrollo y cese de la medida) por no pronunciarse acerca del teléfono xxxx, el 2º (finalidad probatoria) y el 6º (especialidad del hecho investigado) por entender que se trata de escuchas con marcado carácter prospectivo, el 1º, 8º y 9º (exclusividad jurisdiccional, existencia de proceso penal en curso y de indicios de delito) por considerar que se está actuando ante meras conjeturas y no indicios, el 7º (recaer en los teléfonos de las personas indiciariamente implicadas) por acordar la intervención telefónica sin mas y el 11º (suficiencia de la motivación del auto) por no motivar la intervención en base a indicios y/o hechos. Se incluye, por otra parte, consideraciones sobre la ausencia de control sobre la labor policial, entendiendo que se debe proceder al visionado y/o audición de todos los soportes aportados por la Fuerza Actuante, para finalizar solicitando la nulidad de las resoluciones y, de forma subsidiaria, se conceda a cada una de las defensas, de forma individual, el visionado o audición de dichos soportes. Frente a tales argumentos, el Ministerio Fiscal, al folio tercero de su escrito de impugnación relata lo siguiente: “En cualquier caso hemos 83 de referirnos a ciertos aspectos sobre los que se refiere expresamente el recurrente, dado que aduce a la figura de Ángel Fenoll, el imputado, como persona cuya actuación motivó la iniciación del procedimiento puesto que compareció ante el fiscal anticorrupción de Alicante con la finalidad de aportar datos y pruebas que supuestamente probaban una corrupción generalizada en el Ayuntamiento de Orihuela y, en particular, en el procedimiento para la adjudicación de residuos sólidos urbanos del año 2006. si bien se puede constatar que a la vista del material aportado por aquél en su comparecencia efectuada ante el fiscal anticorrupción, así como del resto de las investigaciones realizadas en el ámbito de las diligencias informativas de fiscalía, se infiere que el propio Sr. Fenoll podría ser criminalmente responsable de varios delitos, como podrán ser, cohecho, tráfico de influencias, coacciones y extorsión, pudiendo calificarse su colaboración prestada en ese momento con la justicia como “interesada”, tratando de anular el proceso de adjudicación de la contrata de recogida de residuos sólidos de la localidad de Orihuela del año 2006, ala que aspiraba, una vez que todo apuntaba a que no le iba a ser adjudicada la contrata. La valoración del material sonoro y videográfico realizado por la fiscalía motivó que se presentara la correspondiente denuncia contra ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ello ante la mas que evidente existencia de indicios racionales de criminalidad sobre el imputado”. En los folios 18 y 19 del escrito de impugnación enumera los motivos que, a su juicio, deben hacer decaer el recurso frente a estas resoluciones: “Identifica con claridad las figuras delictivas investigadas, fundamento de hecho primero; cohecho, tráfico de influencias y prevaricación, sin que el mero uso de la cláusula al menos pueda utilizarse para criticar por prospectiva la citada resolución. Se emplea el citado término para no acotar el catálogo de delitos investigados, sin perjuicio de ampliar la investigación a otros en el caso de que surgieran indicios racionales de su comisión. Describe los indicios racionales de criminalidad existentes sobre las personas sometidas a la medida, fundamento de hecho primero, así como las circunstancias de las que se deducen estos indicios. Realiza una adecuada ponderación jurídica sobre la posibilidad de adoptar la medida, fundamentos jurídicos primero a tercero, con lo que se manifiesta un periodo de reflexión y valoración realizado por el instructor previo a la adopción de la medida cuestionada. Fundamenta y motiva extensamente la necesidad de acordar una medida tan trascendental, en relación a lo que supone desde el punto de vista de intromisión en los derechos fundamentales, que luego es sucesivamente prorrogado. Identifica plenamente a las personas sobre las que se impone esta medida, lo números intervenidos y el plazo inicial de intervención”. Como consideración inicial, es preciso constatar que, respecto del Sr FENOLL PÉREZ, frente a quien se dirige la denuncia inicial, procedente de las Diligencias de Investigación penal nº 125/06 de Fiscalía, se han producido sucesivas resoluciones que acordaban la intervención de sus comunicaciones, comprendiendo un periodo que abarca desde el 12 de abril de 2007 (primer auto, folio 206 del tomo I) hasta el 14 de octubre de 2008 (último auto, de cese, folio 6380 del tomo XVIII). Puestos en relación con el procedimiento seguido por el Ayuntamiento de Orihuela para la adjudicación del servicio de recogida de residuos sólidos urbanos y limpieza viaria, coincide dicho periodo con el concurso del año 2006, declarado desierto, y con el de 2008, cuya licitación se produjo en el mes de marzo de 2008 (BOP del día 10 y DOGV del día 17), siendo finalmente adjudicado el 30 de septiembre de 2008 por el Pleno de la Corporación Municipal. Respecto del Plan Zonal de Gestión de Residuos, el mismo fue adjudicado por el Consorcio constituido –en fecha 26 de noviembre de 2007- en el seno de la Diputación Provincial de Alicante el 3 de enero de 2008. En otro orden de cosas, y ante el transcurso de un lapso de tiempo entre la última resolución que afectaba al Sr FENOLL PÉREZ, de 14 de octubre de 2008, y el auto de 14 de julio de 2010, confirmado por auto de 2 de septiembre 85 de 2010, unido ello a las alegaciones efectuadas en su recurso sobre la que, entiende, una “inquisitio generalis” sobre su persona y actividad, rebatida por el Ministerio Fiscal en su escrito de impugnación, no puede continuarse sin efectuar una breve inmersión en el tratamiento procesal de las sucesivas ampliaciones de los hechos objeto de investigación y sobre la aplicación de la doctrina de los hallazgos casuales y el entendimiento de la previsión del artículo 17.5 de la LECrim sobre lo que debe entenderse como delitos conexos. De la lectura de las actuaciones, se desprende que no ha sido hasta el 22 de mayo de 2008 cuando, en informe del Ministerio Fiscal (folios 5667 a 5670, tomo XVII) se hace concreta alusión al citado precepto, inclusive a referencias jurisprudenciales como las Sentencias del Tribunal Supremo nº 1424/1993, de 18 de junio y 400/2004, de 27 de octubre, y del Tribunal Constitucional nº 49/1996), solicitando “se dicte una orden ampliatoria del ámbito de la escucha telefónica a los nuevos hechos aparecidos en la intervención telefónica acordada y a quienes resultaren responsables de los mismos, y que prosiga su investigación en esta misma causa”. A tal informe se responde con el auto de 23 de mayo de 2008 (folio 5671, tomo XVII), que referido a la prórroga de la intervención de ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ será objeto de análisis una vez se proceda a tratar sus respectivos recursos. La primera resolución que puede citarse y responde en forma a esta solicitud es el auto de 16 de junio de 2008 (folio 5755, tomo XVII), que así lo considera en su fundamento quinto, referido a unas conversaciones telefónicas que el Sr FENOLL PÉREZ mantuvo con un miembro de la judicatura durante el mes de mayo de 2008. Puesto en relación con el correlativo informe del Ministerio Fiscal de la misma fecha (folio 5751, tomo XVII), nada dice expresamente respecto del segundo de los “hechos” que se exponen en el mismo –presunto delito medioambiental, que refiere el informe policial de los folios 5730 y siguientes del tomo XVII, concretamente al folio 5742-. La ausencia de pronunciamiento en la resolución de 16 de junio de 2008 respecto del presunto delito ambiental no puede, ni debe, dado el tiempo transcurrido (casi tres años después), ser subsanado dictando una orden ampliatoria, pues de hacerlo sería reconocer la falta de corrección y conformidad a derecho de la resolución, así como su subsanación en sus consideraciones dependiendo del éxito material futuro de la investigación, atendiéndose por ello a meras razones y criterios de oportunidad. Por tanto, si no se ha ordenado ampliar la investigación a un delito medioambiental, las actuaciones posteriores efectuadas sobre este particular estarían viciadas de una necesaria nulidad, pues una vez descubierto indicio sobre tal infracción como consecuencia de escuchas telefónicas acordadas para investigar otro tipo de infracciones, nada se dispuso y, si bien se prorrogaron las escuchas por otros motivos, no lo fue por la ampliación inicial al delito medioambiental, que sí está afecta de nulidad, al seguirse una línea de investigación no amparada ni dotada de cobertura procesal por resolución judicial alguna. Conclusión a la que debe llegarse, incluso, de la lectura del Auto del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, de 30 de Julio del 2010 (ROJ: ATSJ MU 64/2010), en Recurso 3/2010, que, resolviendo la nulidad de escuchas telefónicas acordadas respecto de persona aforada por Juzgado de Instrucción, afirmaba en uno de sus pasajes: “La exigencia de eficacia en la lucha contra el delito no puede tener como contrapartida una excepcionalidad procesal definida por la quiebra de los derechos fundamentales, antes bien, la exigencia de eficacia debe venir unida inexorablemente al respeto a las garantías fundamentales. El éxito de la investigación realizada con vulneración de los derechos constitucionales, no sana en raíz aquella nulidad inicial, el aceptar este planteamiento sería tanto como entronizar el principio de que el fin justifica los medios, cuando la legitimidad de los medios es la que legitima y acredita la bondad de los fines (S.T.S. 737/2009)”. Indicando, finalmente que “al no ser legales las escuchas la nulidad arrastra a todas aquellas otras pruebas directamente relacionadas y derivadas de las intervenciones en las que se aprecie conexión de antijuricidad, a que hace referencia la Sentencia del Tribunal Constitucional 50/2000 de 28 de Febrero”. 87 En otro orden de cosas, posteriores resoluciones en cuya fundamentación y parte dispositiva, que han sido notificadas a las partes, recogían lo siguiente respecto del tratamiento procesal de los hechos nuevos que consideran “hallazgos casuales”, y que se considera necesario reproducir (véase auto de 11 de agosto de 2009, folio 7750, tomo XXII): “Nos encontramos ante los que doctrinalmente se ha venido denominado “descubrimientos o hallazgos casuales u ocasionales”, es decir, ante un supuesto en el que se constata la aparición de hechos delictivos nuevos no incluidos en la resolución judicial habilitante de la medida de intervención telefónica y que surgen cuando ésta se está llevando a efecto. En la práctica tales situaciones concurrentes se vienen resolviendo por los Tribunales conforme a las pautas sentadas por el famoso Auto del Tribunal Supremo del 18 de junio de 1992 (en el marco del denominado “Caso Naseiro”). Estos nuevos hechos delictivos pueden tener relación con la actividad criminal investigada (delitos conexos) y por ello pueden ser investigados en la misma causa, o bien puede tratarse de delitos absolutamente autónomos o independientes. Cuando con motivo de realizarse unas escuchas telefónicas para el descubrimiento de un determinado hecho delictivo, que constituye el objeto específico de la autorización judicial, sin embargo se descubre otro delito diferente a aquél sobre el que centraba la investigación policial, es preciso ponerlo en conocimiento del órgano judicial que autorizó la intervención telefónica. Una vez que el Juez tenga conocimiento del hallazgo casual de un hecho delictivo distinto al investigado la solución dependerá: - de que se trate de un delito relacionado con el inicialmente investigado, es decir, que exista conexidad entre ambos, en tal caso se deberá emitir una orden judicial ampliatoria del ámbito de escucha telefónica y proseguir la investigación en la misma causa. - de que se trate de un delito totalmente autónomo e independiente del anterior; en este caso el juez deberá incoar la oportuna causa (tras deducir el correspondiente testimonio) y, en su caso, tras volver a examinar las cuestiones de proporcionalidad y la competencia, dictar una expresa autorización judicial que permita la continuación de la escucha, en el que se prosiga una investigación diferente de la que ha sido mero punto de arranque. En cualquier caso, no es admisible que, descubierto casualmente un nuevo hecho delictivo, no sea posible iniciar una investigación sobre el mismo, recabando una previa autorización judicial. No actuar así significaría tolerar la impunidad delictiva, cosa que es inaceptable desde cualquier punto de vista (sentencia del Tribunal Constitucional de 26 de marzo de 1996 y sentencias del Tribunal Supremo de 30 de mayo y 29 de diciembre de 1997). No puede renunciarse a investigar la notitia criminis incidentalmente descubierta en una intervención dirigida a otro fin, aunque ello hace precisa una nueva autorización judicial específica o una investigación diferente de la que aquella sea mero punto de arranque (sentencias del Tribunal Supremo de 15 de julio de 1993 y 22 de abril de 1998)” (la parte subrayada es tal y como aparece en la resolución). Pues bien, como se puede observar de lo actuado, no se ha procedido convenientemente a formalizar procesalmente el descubrimiento de hechos nuevos conocidos de forma casual a través de las diligencias de intervención telefónica, siguiendo una plural línea de investigación que, como se desprende de lo acordado en auto de 12 de julio de 2010, abarcaba hechos cuya competencia, para este Instructor –y luego confirmado mediante la aceptación de las causas desglosadas-, de partido judicial distinto. Iniciada la causa frente al hoy recurrente, Sr FENOLL PÉREZ, por la comisión de un presunto delito de cohecho –presuntas entregas de dinero a JESÚS FERRÁNDEZ PEÑALVER- y por supuestas irregularidades en torno a la concesión de la contrata del servicio de 89 recogida de residuos sólidos urbanos y limpieza viaria del Ayuntamiento de Orihuela, y que motivan la intervención del número de teléfono del Sr FENOLL PÉREZ, que fue derivando en sucesivas prórrogas y nuevas intervenciones telefónicas, el desarrollo procedimental tiene que ser, alternativamente y dependiendo del caso: a.- Opción primera (“de que se trate de un delito relacionado con el inicialmente investigado, es decir, que exista conexidad entre ambos, en tal caso se deberá emitir una orden judicial ampliatoria del ámbito de escucha telefónica y proseguir la investigación en la misma causa”), cuando el hecho delictivo tenga conexidad con el delito inicial, a modo de concurso de delitos, en cuyo caso sería procedente seguir en las mismas actuaciones la investigación sobre el hecho nuevo, pues, se entiende, sería procedente y necesario el enjuiciamiento conjunto de todos y cada uno de ellos. b.- Opción segunda (“de que se trate de un delito totalmente autónomo e independiente del anterior; en este caso el juez deberá incoar la oportuna causa (tras deducir el correspondiente testimonio) y, en su caso, tras volver a examinar las cuestiones de proporcionalidad y la competencia, dictar una expresa autorización judicial que permita la continuación de la escucha, en el que se prosiga una investigación diferente de la que ha sido mero punto de arranque”), que sería la que, a la vista de los hechos que se relatan a lo largo de centenares –mas bien, miles- de folios que presenta la causa, reviste mayor acomodo en lo actuado. Ello viene a requerir, cuanto menos, que, tras conocerse el hecho delictivo novedoso, y sin necesidad de contar con solicitud e informe del Ministerio Fiscal, se proceda a deducir el correspondiente testimonio para incoar nueva causa y, en ella, dictar una resolución distinta a la obrante en la causa matriz por la que acuerde al mismo tiempo la intervención telefónica procedente a fin de desarrollar la investigación de unos hechos concretos. De manera que, siguiendo los trámites de lo que se vienen a denominar “piezas separadas” (artículo 762.6º de la LECrim), se dicten tantos autos de intervención telefónica por cada una de las piezas o líneas de investigación abiertas, de manera que en cada una de esas “piezas”, y siempre que opere el secreto de las actuaciones, se seguirá una causa autónoma, debidamente gestionada y en la que se incluyan exclusivamente aquellas diligencias de investigación que, en cada caso, se consideren relevantes, inclusive las conversaciones de interés para la causa concreta. Logrando, de esta manera, la agilización y pronta terminación de la investigación que, de otra forma y llevarse de forma unitaria, propiciaría cuanto menos y en caso de dictarse sentencia condenatoria, la apreciación de la circunstancia atenuante del actual artículo 21.6 del Código Penal (“la dilación extraordinaria e indebida en la tramitación del procedimiento, siempre que no sea atribuible al propio inculpado y que no guarde proporción con la complejidad de la causa”), al margen de incrementaar el riesgo de su enquistamiento procesal. Solución que viene a guardar relación con el escrito del propio Ministerio Fiscal fechado el 13 de noviembre de 2008, unido recientemente a las actuaciones, por el que se solicita la formación de piezas en relación con los hechos relacionados en su escrito de denuncia inicial, por lo que, con idéntica lógica argumentativa, hubo de procederse en autos, y desde su inicio, conforme con esta opción procesal, que, como cabe deducir, el propio Ministerio Fiscal advirtió al Juzgado en su escrito, no unido ni proveído, de 13 de noviembre de 2008. Dicho esto, y en cuanto al recurso de reforma formulado por la defensa del Sr FENOLL PÉREZ ha de ser acogido parcialmente, una vez examinados los autos recurridos, puestos en relación con los previos informes del Ministerio Fiscal e informe policial que, como se puede observar, son presentados el mismo día en que se dicta la resolución que acuerda la práctica de las diligencias interesadas. Los autos de 12 de abril y 11 de mayo de 2007 se hallan correctamente fundamentados, ofreciendo una pormenorizada relación de hechos y justificando doctrinalmente y jurisprudencialmente su decisión a lo largo del fundamento jurídico tercero. Siendo en este segundo auto cuando se refiere, por vez primera, a la tan criticada apostilla del “estado embrionario” de la investigación que ha supuesto uno de los extremos invocados por las defensas para combatir las resoluciones, al entenderlas faltas de motivación y, además, estereotipadas. Sin embargo, aportan ambos autos elementos por los que demuestran haber tomado conocimiento del contenido del oficio policial. En cuanto al auto de 28 de diciembre de 2007, que da 91 respuesta a la solicitud del Ministerio Fiscal obrante a los folios 1626 y siguientes, procede a la “reanudación” de la intervención de las comunicaciones del Sr FENOLL PÉREZ, usuario del teléfono xxxxx. El término empleado es confuso, pues si bien en tiempo anterior se acordó la intervención de otras líneas, en modo alguno se hizo respecto del número aludido, por lo que, en propiedad, y como correctamente se ha venido en designar a lo largo del presente proceso hubo de decirse “intervención”. Las razones objetivas de la intervención proceden del informe policial, a las que alude el referido auto, de forma bastante sucinta, y que evidencian en esos momentos una intervención activa del Sr FENOLL PÉREZ en el desarrollo de los hechos investigados. Aunque, como se pudo comprobar, la intervención ordenada no arrojó mas fruto que el de obtener una conversación el día 3 de enero de 2008 en la que se indicaba por el interlocutor, Sr FENOLL PÉREZ, a un tercero, que su nuevo número iba a ser el 696990716, cuya intervención se solicita “al continuar vigentes los motivos aportados para la concesión”, es decir los que se consignan en el oficio de los folios 1591 y ss, que motivaron la intervención del número infructuoso. Igualmente, los autos de 6 de febrero, 7 de marzo 4 y 17 de abril de 2008, ofrecen en su relación de hechos los indicios que ya en su fundamentación jurídica valora para acordar la prórroga de la intervención del número 696990716, considerándose suficientemente motivados en el momento procesal en que fueron acordados. Ahora bien, el transcurso del tiempo en la intervención de las comunicaciones de una persona física exige, cuanto menos, que al ampliar el periodo por el que persiste la intervención, se expliciten los motivos que abunden en la diligencia y en la continuidad de la ingerencia en el derecho fundamental del artículo 18.3 de la CE. De este modo, bien se procedió al cese de la intervención del número 696990716 por auto de 24 de abril de 2008, también recurrido, pero igualmente ha de ser desestimado, pues de lo contrario se obligaría al Instructor a argumentar a favor de la continuidad de la intervención del número frente a la procedencia del alzamiento de la misma. Por el contrario, prospera el recurso formulado frente a los autos de 16 de mayo y 16 de junio de 2008, resoluciones que, como se puede comprobar, salvo las consabidas y reiteradas referencias a la doctrina del Tribunal Supremo sobre las intervenciones telefónicas, el secreto de las actuaciones, etc., sólo hacen referencia como hecho distintivo de una y otra resolución a la fecha numérica de conversaciones intervenidas en el periodo anterior, pero no a su contenido, interlocutor, u otra circunstancia que permita su localización e identificación. El auto de 16 de junio de 2008 es idéntico al anterior, salvo en el cambio de una fecha de conversación por las fechas de tres conversaciones. Esta segunda resolución, al igual que la primera, al carecer de una mínima motivación fáctica que arroje los indicios que valora para prorrogar la intervención telefónica al Sr FENOLL PÉREZ, como bien se dijo con anterioridad, no amplía el objeto de la investigación al presunto delito medioambiental que le había solicitado el Ministerio Fiscal, por lo que la investigación posterior adolece de vicio de nulidad por no tener cobertura procesal. Y, sin embargo, sí amplía el objeto de la investigación a las conversaciones que el Sr FENOLL PÉREZ mantiene con un Magistrado de Audiencia, a quien efectúa una “consulta” sobre estas actuaciones. No hubo de ser incorporada al proceso esta línea de investigación, pues los elementos aportados no pueden considerarse indicios de infracción penal. Así, y remitiéndose al informe policial, el Ministerio Fiscal (folios 5751, tomo XVII) habla de “intentos frustrados hasta la fecha –que se tenga conocimiento- de obtener información relativa a la denominada OPERACIÓN BRUGAL”, siendo una tercera persona la que iniciara contactos con un Magistrado, de la que se afirma haberse “prestado voluntario para aconsejarle jurídicamente respecto de la causa abierta contra él”, solicitándole copia de la documental que posea y comprometiéndose a dar su opinión. Por lo que se pudo obtener de las escuchas previamente autorizadas, que no obstante y como se ha dicho son nulas desde el auto de 16 de mayo de 2008 por falta de motivación fáctica, no se llega a apreciar en esos pasajes que fueran merecedores de la apertura de línea de investigación alguna, y su incorporación al proceso sería estéril e inútil, dado el principio de especialidad que debe presidir la medida ingerente. La emisión de una “opinión” sobre el caso no es constitutiva de delito, siendo improcedente en el presente proceso entrar a considerar si podría incurrirse en prohibición o ilícito disciplinario alguno por no ser la sede adecuada a tal 93 fin. En todo caso, y en atención a la sección que se dice estar adscrito el referido en el informe policial, la misma nunca tendría la posibilidad de conocer de este asunto o de cualquiera de las piezas desgajadas en cualquiera de sus instancias ni en cuanto a recursos devolutivos frente a resoluciones de este Juzgado, por lo que las razones aportadas por el informe policial, en este punto, no serían acreedoras de tratamiento en este proceso. La necesaria conexión de antijuridicidad de diligencias nulas por inexistente motivación afectará a la intervención acordada mediante auto de 15 de septiembre de 2008 –aunque fue cesado por el auto de 15 de julio de 2008, folio 5937, cuya parte dispositiva, sin embargo, se refiere a personas y números de teléfono distintos-, que además incluye en su fundamentación jurídica la del auto de 16 de junio de 2008. En tal sentido, y confirmando esta decisión, puede citarse la Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Penal sección 1 de 07 de Febrero del 2011 (ROJ: STS 1073/2011), Recurso: 748/2010, Ponente ALBERTO GUMERSINDO JORGE BARREIRO, que sostuvo los siguientes planteamientos: “El Tribunal Constitucional ha venido señalando reiteradamente que la resolución judicial en la que se acuerda la medida de intervención telefónica debe expresar o exteriorizar las razones fácticas y jurídicas que apoyan la necesidad de tal intervención, esto es, cuáles son los indicios que existen acerca de la presunta comisión de un hecho delictivo grave por una determinada persona, así como concretar con precisión el número o números de teléfono y personas cuyas conversaciones han de ser intervenidas -en principio, deberán serlo de las personas sobre las que recaigan los indicios referidos-, el tiempo de duración de la intervención, quiénes han de llevarla a cabo y cómo, y los períodos en los que deba darse cuenta al Juez (SSTC 82/2002; 167/2002; 184/2003; 165/2005; 136/2006; y 197/2009). También advierte que la obligación de apreciar razonadamente la conexión entre el sujeto o sujetos que iban a verse afectados por la medida y el delito investigado, esto es, el presupuesto habilitante de la intervención telefónica, constituye un prius lógico del juicio de proporcionalidad (SSTC 49/1999, FJ 7; 138/2001, FJ 3; 165/2005, FJ 4; 219/2006; 220/2006; 239/2006; y 253/2006). Precisa el Tribunal Constitucional, en lo que respecta a los indicios, que son algo más que simples sospechas, pero también algo menos que los indicios racionales que se exigen para el procesamiento. Esto es, "sospechas fundadas" en alguna clase de datos objetivos, que han de serlo en un doble sentido: en el de ser accesibles a terceros, sin lo que no serían susceptibles de control; y en el de que han de proporcionar una base real de la que pueda inferirse que se ha cometido o que se va a cometer el delito, sin que puedan consistir en valoraciones acerca de la persona. Han de excluirse las investigaciones meramente prospectivas , pues el secreto de las comunicaciones no puede ser desvelado para satisfacer la necesidad genérica de prevenir o descubrir delitos o para despejar las sospechas sin base objetiva que surjan de los encargados de la investigación, ya que de otro modo se desvanecería la garantía constitucional; exclusión que se extiende igualmente a las hipótesis subjetivas y a las meras suposiciones y conjeturas , pues si el secreto pudiera alzarse sobre la base de esas hipótesis, quedaría materialmente vacío de contenido (SSTC 49/1999; 166/1999; 171/1999; 299/2000; 14/2001; 138/2001; 202/2001; 167/2002; 261/2005; 136/2006; 253/2006; 148/2009; 197/2009; 5/2010; y 26/2010). Matiza el Tribunal Constitucional que el hecho en que el presunto delito pueda consistir no puede servir como fuente de conocimiento de su existencia; la fuente del conocimiento y el hecho conocido no pueden ser la misma cosa (SSTC 299/2000; 167/2002; y 197/2009). Sin que, además, la carencia fundamental de la expresión de los elementos objetivos indiciarios y la ausencia de los datos indispensables pueda ser justificada a posteriori por el éxito de la investigación misma (STC 138/2001, y 167/2002). Por su parte, este 95 Tribunal de Casación, siguiendo la doctrina constitucional, tiene establecido en reiteradas resoluciones (SSTS 77/2007, de 7-2; 610/2007, de 28-5; 104/2008, de 4-2; 304/2008, de 5-6; 406/2008, de 18-6; 712/2008, de 4-11; 778/2008, de 18-11; 5/2009, de 8-1; y 737/2009, de 6-7) que de la nota de la judicialidad de la medida de la intervención telefónica se derivan, como consecuencias inherentes, que sólo la autoridad judicial competente puede autorizar el sacrificio del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones y a la intimidad, y siempre con la finalidad exclusiva de proceder a la investigación de un delito concreto y a la detención de los responsables, rechazándose las intervenciones predelictuales o de prospección. Esta materia se rige por el principio de especialidad en la investigación. La medida -señalan las sentencias citadas de este Tribunal- debe ser fundada en el doble sentido de adoptar la forma de auto y tener suficiente motivación o justificación. Ello exige de la policía solicitante la expresión de la noticia del hecho delictivo a comprobar y la probabilidad de su existencia, así como de la implicación posible de la persona cuyo teléfono es el objeto de la intervención. Los datos facilitados por la policía tienen que tener una objetividad suficiente que los diferencie de la mera intuición policial o conjetura. Tienen que ser objetivos en el doble sentido de ser accesibles a terceros y, singularmente, al Juez que debe decidir sobre la medida, pues de lo contrario se estaría en una situación ajena a todo posible control judicial. Y es obvio que el Juez, como director de la investigación judicial, no puede adoptar el pasivo papel del vicario de la actividad policial que se limita a aceptar sin control alguno lo que le diga la policía en el oficio. En definitiva, en la terminología del TEDH, se deben facilitar por la autoridad policial las "buenas razones" o "fuertes presunciones" a que dicho Tribunal se refiere en los casos Lüdi -5 de junio de 1997-, o Klass -6 de septiembre de 1998-. Se trata de términos semejantes a los que se emplean en el art. 579 LECrim”. Finalmente, y en cuanto a la posibilidad de motivar las resoluciones por simple remisión, bien al dictamen del Ministerio Fiscal bien al informe u oficio policial, debe aceptarse la misma en un sentido restrictivo, pues la resolución ha de ser capaz de objetivar los indicios que la conducen a adoptar una medida de hondo calado en la esfera de los derechos protegidos constitucionalmente, encajarlos de forma inicial en el tipo de una figura delictiva y exponer, cuanto menos de forma sucinta, la ratio decidendi de su parte dispositiva. Como bien concluye la anterior referencia jurisprudencial, “…la modalidad de motivación por remisión ha sido admitida de forma reiterada por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, al argumentar que la resolución judicial puede considerarse suficientemente motivada si, integrada incluso con la solicitud policial, a la que puede remitirse, contiene los elementos necesarios para considerar satisfechas las exigencias para poder llevar a cabo con posterioridad la ponderación de la restricción de los derechos fundamentales que la proporcionalidad de la medida conlleva (SSTC 200/1997; 166/1999; 171/1999; 126/2000; 299/2000; 138/2001; 202/2001; 184/2003; 261/2005; 136/2006; 197/2009; 5/2010 y 26/2010)”. Siendo en este caso del todo punto improcedente acudir a este recurso por razones de economía argumentativa, eludiendo exteriorizar de forma somera las razones que deberán conocer las defensas y el órgano que en su caso enjuicie los hechos, so pena de apreciar, como se aprecia, su falta de motivación. DECIMOSÉPTIMO.Recurso formulado por la representación procesal de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ frente a autos de intervención telefónica. Invocando la Sentencia del Tribunal Supremo de 12 de abril de 1997, entiende la defensa del Sr GREGORY FERNÁNDEZ que en la resolución habilitante de la diligencia de intervención telefónica debe designarse a los funcionarios de Policía Judicial a quienes encomienda su cumplimentación. Frente a ello, destaca que en las resoluciones dictadas en el presente proceso se autoriza a la BBPJ de Alicante y, sin embargo, se verifica por la UDEF-BLA, remitiéndose por ello al folio 5590 del tomo XVII, el cual es un oficio de la BBPJ – Grupo Delincuencia Económica nº RS 259635/08-J de 14 de mayo de 2008, a cuyo tenor, y respecto de la intervención 97 acordada por el Juzgado sobre las comunicaciones del Sr ORTIZ SELFA “…por razón de operatividad policial, será llevada a efecto por funcionarios de la Comisaría Gral. De Policía Judicial, Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), blanqueo de Capitales, que participan conjuntamente en las investigaciones con esta BPPJ: investigación”. Considera que la ejecución de la medida se ha hecho por tal motivo sin control judicial, citándose a tal fin los artículos 30.1 de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y 7 y 9 del Real Decreto 769/1987, de 19 de julio, de Policía Judicial. Falta de control que justifica en el incumplimiento del deber de audición personal de las cintas por el Juez Instructor, la inexistencia de elementos que acrediten la dación de cuenta verbal y semanal acordada en la parte dispositiva, ni de transcripciones literales de la totalidad de las grabaciones. Sostiene que las prórrogas se han adoptado sin control, incluso sin haberse aportado previamente las transcripciones y grabaciones, y que se produce una coincidencia temporal entre la presentación del informe policial, el dictamen del fiscal y la expedición del auto (todos ellos en el mismo día). Arguye que las resoluciones no están motivadas y obedecen a fórmulas estereotipadas, sin ofrecer los indicios o sospechas objetivadas que las justifican. Haciendo referencia a las constantes y reiteradas alusiones al “estado embrionario” de la investigación. Son, a su creer, intervenciones prospectivas, carentes de rigor jurídico, cuestionándose así la objetividad e imparcialidad del Instructor, cuya posición tilda de meramente contemplativa. Vulneran, además, el principio de especialidad, y se convierte la presente en una causa general que no cumple con los requisitos legales para acordar en forma sobre la ampliación objetiva, sin motivación acerca del tratamiento procesal del hallazgo casual. En tramite de alegaciones, el Ministerio Fiscal se opone al recurso entendiendo proporcionada la duración de la intervención de las comunicaciones del Sr GREGORY FERNÁNDEZ –las cuales principian el 4 de julio de 2007 y acaban el 26 de mayo de 2010 a las 12 horas-, y en cuanto a la pretendida irregularidad en la determinación de la Fuerza Instructora, sostiene que “la operativa policial la diseña la propia Policía Judicial. Que la Comisaría General de Policía Judicial, de la que depende orgánicamente la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante, lleve a cabo algunas de las escuchas autorizadas, dada la cantidad de intervenciones telefónicas coetáneas, no violenta derecho fundamental alguno”. Entiende que respecto de la dación de cuenta verbal no se exige dejar constancia en las diligencias, que es conjetura decir que los Instructores no han tenido conocimiento del contenido de las escuchas por no haberlas escuchado ni leído las transcripciones, que, dice, son acompañados “inexorablemente” junto al auto, los audios, transcripciones, informes policiales y dictamen del fiscal. Respecto de la coincidencia de fechas, considera que “debiera serlo de ensalzamiento a la dedicación continuada y prioritaria a esta causa por los Jueces de Instrucción”. Termina argumentando que los autos recurridos están suficientemente motivados, y no vulneran el principio de especialidad, y la proscripción de la causa general, o los principios de proporcionalidad y excepcionalidad. Sobre este recurso, debe referirse al contexto temporal y procesal en que se produce la primera de las resoluciones que acuerda la intervención de las comunicaciones del Sr GREGORY FERNÁNDEZ. Así, y como último auto de intervención se produce el 11 de mayo de 2007 (folio 368, tomo II), por tiempo de un mes, por lo que el 11 de junio de 2007 expiró dicha intervención sin ser renovada. En dicho interin se autoriza mediante auto de 29 de mayo de 2007 (folio 400, tomo II) la práctica de la diligencia de entrada y registro en varios lugares, siendo detenidos el Sr FENOLL PÉREZ y otros imputados más, respecto de los que mediante autos de 2 de junio de 2007 (véase tomo IV) se resuelve su prisión provisional, que queda sin efecto previa consignación de fianza, siendo el 28 de junio de 2007 (folios 1155 a 1160, tomo VI) cuando se produce la última puesta en libertad. Así, la solicitud de intervención telefónica sobre el Sr GREGORY FERNÁNDEZ se produce el 3 de julio de 2007 (escrito del Ministerio Fiscal, folios 1179 a 1180 del tomo VI), todo ello a raiz del hallazgo durante la práctica de la diligencia de entrada y registro en los domicilios del Sr FENOLL PÉREZ, del Sr BRU GARCÍA, las mercantiles PROAMBIENTE S.L. y COLSUR S.L., así como de la mercantil CIPOL LEVANTE, de un contrato de prestación de servicios fechado el 27 de marzo de 2007 –anterior incluso a la primera intervención telefónica-. 99 Relacionándolo la Fuerza Actuante en su atestado PJ/848/07 (desde el folio 458 del tomo III en adelante), con una serie de encuentros que mantuvo el Sr FENOLL PÉREZ con diversas personas, entre las que se encuentra el Sr GREGORY FERNÁNDEZ (folio 463), que a juicio de los instructores de las diligencias referidas actuaría como interlocutor del Sr FENOLL PÉREZ (folios 502 a 505). De este modo, se pone en conocimiento del Juzgado en oficio policial de 2 de julio de 2007 (folios 1171 a 1176, tomo VI) que el Sr GREGORY se ha reunido con técnicos de SUFI y del Consorcio provincial del Plan Zonal. Razones que conducen al Ministerio Fiscal a solicitar el 3 de julio de 2007 (folios 1179 y 1180, tomo III) la intervención de sus comunicaciones, a las que se accedió por auto de 4 de julio de 2007. Una vez examinados los autos dictados, así como el dictamen del Ministerio Fiscal y oficio/informe de la Fuerza Actuante que los preceden, es preciso realizar las siguientes consideraciones: Primera, cuanto entiende como falta de control judicial en la designación de los funcionarios policiales encargados del diligenciamiento de las intervenciones telefónicas, y en vista de la comunicación que se detecta en el folio 5590 de las actuaciones, donde se participa al Juzgado la incorporación de funcionarios de la Unidad Central UDEF-BLA, frente a las encomiendas efectuadas en las resoluciones a la BBPJ del Cuerpo Nacional de Policía de Alicante, debe disentirse que tal circunstancia sea motivo de nulidad. Pues es dicha unidad, la de Policía Judicial, la que por mor del Real Decreto 769/1987, de 19 de junio, es con quien debe entenderse el Juez o Tribunal competente, siendo su superior o responsable el que, a tenor del artículo 21 del RD, “habrá de disponer lo que sea preciso para el eficaz cumplimiento del servicio, participando a la Autoridad Judicial o Fiscal los funcionarios que habrán de llevar a efecto la investigación ordenada”. Así, como bien queda puesto de manifiesto, el desarrollo de la labor policial en este aspecto ha sido nítido, pues en cuanto los efectivos adscritos a la investigación eran, bajo su criterio estrictamente organizativo, insuficientes, se puede acudir, como así se hizo, a la vía prevista por el artículo 22 del RD, puesto en relación con el 29 y 30 del mismo RD, contemplando éste último la formalidad preceptiva, que es la comunicación por el Jefe de la Unidad a la autoridad judicial de los funcionarios policiales designados para cada uno de los cometidos. En todo caso, frente a la inexistencia de irregularidad en el actuar de la Fuerza Instructora en este particular, no por ello debe actuarse por mero asentimiento a tal comunicación, sino que cuantas resoluciones se dictaren con posterioridad deberían ser congruentes con el estado de las cosas y, en su parte dispositiva, concretar fielmente la unidad policial que deberá ejecutar lo ordenado –ahora bien, sorprende que no se haya hecho constar la diligencia de entrega de los mandamientos a las compañías de telefonía a funcionario policial identificable, salvo en supuestos concretos de remisión por fax al número general de la Comisaría Provincial-. Se acogen, igualmente, las apreciaciones del Ministerio Fiscal en su escrito de impugnación en este punto. Segundo, no puede confirmarse, al no ser el Instructor actual quien dirigía la investigación en momento anterior, que se produjera la “dación de cuenta verbal semanal”, pues como bien afirma el recurrente no se encuentran documentadas en autos. Sin embargo, ciertamente como contesta el Ministerio Fiscal, es un acto eminentemente oral entre el funcionario policial y la autoridad judicial que de forma periódica se dirige a ponerle en conocimiento del resultado de las investigaciones en curso. Dicha periodicidad es la que puede llegar a reforzar las eventuales resoluciones que se dicten en momento ulterior, en aras de prorrogar o intervenir otros números de teléfono, así como practicar alguna diligencia de investigación adicional. Incluso, qué duda cabe, la propia Fuerza Instructora en dichas comparecencias ante la autoridad judicial puede avanzar y documentar aspectos de sumo interés para el devenir de la investigación. No se dice nada al respecto del deber de consignar en las actuaciones de acta de comparecencia ó diligencia de constancia del Secretario Judicial, en la que se indique la identidad del funcionario policial que ha acudido a fin de realizar esa dación de cuenta. E incluso se documente en autos el contenido de la misma si fuere considerado imprescindible. Esto no se ha producido, pues está a la vista de las actuaciones, por lo cual no puede sino remitirse a lo que pueda asegurarse en cada una de las resoluciones de prórroga o intervención sobre tal extremo. Tercero, en aras de la economía argumentativa, y sin ser necesario incurrir en reiteración, deben darse por reproducidas las precisiones doctrinales, 101 jurisprudenciales y legales efectuadas en razonamiento anterior sobre el tratamiento procesal del hallazgo casual, la ampliación del objeto de la investigación, la duración de la fase de secreto de las actuaciones y sobre el deber procesal de motivar las resoluciones judiciales en materia de intervención de las comunicaciones. Cuarto, los autos de 4 de julio de 2007 a 27 de marzo de 2008 se encuentran suficientemente motivados, no solo en cuanto a los indicios que aconsejaron la intervención del 607960349 en julio de 2007 como a la del 647310864 el 23 de enero de 2008. Ya se han referenciado los motivos objetivos que implicaban al Sr GREGORY FERNÁNDEZ en las actuaciones presuntamente ilícitas del Sr FENOLL PÉREZ en cuanto al proceso administrativo del Plan Zonal de Gestión de Residuos de la Zona XVII tramitado en la Diputación Provincial de Alicante, a través de su correspondiente Consorcio. La existencia de un documento o contrato que ligaba a ambos hizo considerar a la Fuerza Actuante, junto a las conversaciones intervenidas al Sr FENOLL PÉREZ y actas de vigilancia y seguimiento efectuadas, que había más allá de una sospecha sobre las intenciones de ambos en lograr la adjudicación del mismo a través de contactos con personas estrechamente vinculadas al procedimiento administrativo. Así, en los autos comprendidos en dicho periodo se relaciona en el apartado de “Hechos” los datos fácticos que se considera por el Juez Instructor como relevantes, a su vez, destacados por el representante del Ministerio Fiscal en su dictamen. Especial significación cobró la intervención del número 647310864, el cual ha sido empleado por el Sr GREGORY FERNÁNDEZ como supuesto teléfono “de seguridad”, o cuanto menos para mantener algunas conversaciones prescindiendo de su número de teléfono habitual. De este segundo número, sin embargo, para poder razonar suficientemente la continuidad de su intervención es necesario contar con indicios claros e inmediatos, siendo del todo improcedente que durante el periodo de intervención su resultado infructuoso o negativo en cuanto a conversaciones de interés sea el único motivo que impulse la decisión de mantener la intromisión en la esfera del derecho al secreto de las comunicaciones, salvo resolución judicial, que se reconoce por el artículo 18.3 de la CE. En otras palabras, hay que aportar elementos objetivos consistentes, referidos a los hechos investigados, próximos a la fecha del dictado de la resolución, que así lo aconsejen, evitando en todo momento la tendencia mecanicista conformidad con lo interesado. de resolver de Quinto, al hilo de lo anterior, y conforme a las exigencias jurisprudenciales consolidadas por nuestros Tribunales (Constitucional y Supremo), no se motiva suficientemente el auto de 13 de mayo de 2008 (folio 5520, tomo XVII), por el que se acuerda la intervención del IMEI 3582630016246300, la cual se justifica en una conversación que mantiene el Sr GREGORY FERNÁNDEZ con un individuo llamado “Daniel”, cuya relación o implicación con los hechos investigados no se logra apreciar en modo alguno, en la que se desprende el uso por el Sr GREGORY FERNÁNDEZ de un servicio de telefonía llamado “doble tarjeta Twin”. La inexistencia de indicios es acreditada con posterioridad, dado que es cesada la intervención por auto de 23 de junio de 2008 (folio 5789, tomo XVII), momento en que, de todas formas ya estaría temporalmente expirado el periodo de intervención. El auto de 13 de mayo de 2008 es nulo por falta de motivación. Sexto, de igual modo debe declararse la nulidad del auto de 23 de mayo de 2008 (folio 5671, tomo XVII), el cual adolece de defectos de forma casi insalvables mediante una tardía y postrera justificación, tras más de dos años desde su emisión sin que nada se haya advertido sobre su contenido. Dicho auto no se pronuncia sobre la solicitud del Ministerio Fiscal sobre la ampliación del objeto de la investigación, en su informe de 22 de mayo de 2008 (folios 5667 a 5670, tomo XVII), primero que, por otra parte, comienza a tratar de forma expresa la solicitud de ampliación a los hechos que se califican como “hallazgos casuales”. La omisión de dicho pronunciamiento no se cree subsanable conforme a las previsiones de los artículos 267 de la LOPJ, 214 de la LECivil y 161 de la LECrim, pues todas estas indicaciones legales contemplan que la subsanación pueda hacerse de oficio o a instancia del Ministerio Fiscal o de parte a los dos días de haberse publicado la resolución, siendo en este caso que el régimen de publicidad es distinto para el Ministerio Fiscal y el Juez Instructor que para las defensas por la situación de secreto. Además, la brevedad de los razonamientos de dicho auto, no solo en cuanto al antecedente de hecho, que se limita a decir que se ha solicitado la prórroga de la intervención telefónica, sino por el único fundamento que por simple remisión al informe del Fiscal resuelve en sentido favorable sin precisar en su parte dispositiva el tiempo 103 por el que se prorroga la medida. Séptimo, bien podría considerarse que, en el estado de las actuaciones, durante el mes de mayo de 2008 bien podría haberse finalizado la fase de secreto, pues con la aplicación de la doctrina del hallazgo casual el 4 de abril de 2008 se dictó auto (folio 5196, tomo XVI) que, tras informe policial de 31 de marzo de 2008 (folios 5186 a 5192) sobre, precisamente el teléfono intervenido al Sr GREGORY FERNÁNDEZ, una conversación que se consideraba indiciaria de un presunto delito relacionado con una actuación administrativa en la ciudad de Alicante, de la que, previo informe del Ministerio Fiscal de 4 de abril de 2008 (folios 5193 a 5195) en idéntico sentido, se acuerda el desglose de particulares y su remisión al Juzgado Decano de Alicante, que según oficio de 7 de abril de 2008 (folio 5203) así se produjo. No puede precisarse, pues se carece de información al respecto, qué aconteció con tal inhibición, aunque se puede dar por confirmada su aceptación competencial al no ser rechazada. Lo cual, en buena lógica, es lo que debe realizarse ante un “hallazgo casual”, ponerlo en conocimiento de inmediato al Juez Instructor, que el mismo examine su competencia –objetiva y territorial- y resuelva en forma sobre la notitia criminis. Siendo hechos cuya competencia correspondería a otro partido judicial, lo procedente es la deducción del correspondiente testimonio de particulares al órgano competente por razón de territorio, absteniéndose de continuar con dicha investigación una vez que el Juez ordinario predeterminado por la Ley está conociendo del asunto. La declaración de nulidad del auto de 23 de mayo de 2008 afecta a las dos líneas de teléfono que se atribuyen al Sr GREGORY FERNÁNDEZ, así como por la doctrina antes mencionada, a las sucesivas intervenciones, por la necesaria conexión de antijuridicidad, al traer causa las posteriores de esta resolución viciada de nulidad. No obstante, y respecto de las alegaciones relativas al transcurso del plazo de la intervención por un mes y su prórroga (por ejemplo, la acordada el 31 de julio de 2007, prorrogada por auto de 3 de septiembre de 2007), implicaría la exclusión de las conversaciones que no se hallaran amparadas por la intervención. Y a ello se opone el Ministerio Fiscal, aduciendo en su escrito de impugnación lo contrario, invocando la Sentencia del Tribunal Supremo 220/1998, de 14 de febrero (Sr. Martínez-Pereda Rodríguez), de cuyo texto transcribe: «no se cuenta su plazo desde la resolución de cobertura, sino desde el inicio de su ejecución. Así, la primera intervención no tuvo lugar hasta el 7 de junio de 1995, existiendo en las sucesivas prórrogas una motivación remisiva. Finalmente, en cuanto a las sucesivas prórrogas, como la de 11 de agosto de 1995, el plazo debe computarse desde el 6 de agosto en que cumplía la anterior prórroga y, por último la de 6 de septiembre de 1995 por quince días más.» Tal interpretación –que a buen seguro podría hallarse superada por doctrina de resoluciones posteriores, dada su relativa antigüedad (es más, habla de una intervención que se acuerda el 07.06.1995, prorrogada el 11.08.1995 y que es computada desde el 06.08.1995 y no desde el 11.08.1995)- no tiene cabida en este proceso, pues si así fuera, la resolución habilitante de la prórroga de la intervención de las comunicaciones sería congruente con tal planteamiento y, así, acordar expresamente la prórroga por tiempo de un mes a partir de la efectiva conexión de la línea. Coherencia que guardaría con el informe claro y preciso del Fiscal en este punto, pues así lo interesa, con cómputo del tiempo de intervención desde la efectiva y material conexión. Caso de haberse acordado, en iguales términos se habría pronunciado la resolución que, en suma, ha de cumplir las necesarias garantías de seguridad jurídica al afectado por la intervención en el momento que tenga conocimiento de la existencia de la misma, proscribiendo dejar al arbitrio de otros factores el comienzo de una medida cuya urgencia no admite demora alguna o supeditarse a inconvenientes técnicos que, en todo caso, no pueden ir en perjuicio del imputado, pues siempre cabría la posibilidad de prorrogar nuevamente la intervención con una posterior resolución motivada. Es decir, la medida de intervención computaría de fecha a fecha, salvo que se indique lo contrario, siendo en este caso que las resoluciones establecen en su parte dispositiva que el tiempo de intervención autorizado es el de un mes, plazo que debe computar bajo un doble criterio: por un lado, desde la fecha del dictado de la resolución y, por otro, desde la efectiva conexión de la línea intervenida. Razón esta última por la que se acuerda oficiar a la compañía de telefonía que comunica la fecha de la efectiva intervención, 105 concordando con los argumentos del Ministerio Fiscal. Por otra parte, se indica en el recurso que no se le ha facilitado en el soporte digital el auto de 27 de febrero de 2008 (folio 2103, tomo VIII), por lo que, una vez verificada la ausencia de esos folios o deficiente calidad en la captación de la imagen, se le deberá notificar seguidamente, concediendo plazo para ser recurrido en forma. DECIMOOCTAVO.Recurso formulado por la representación procesal de JORGE SANZ SÁNCHEZ frente a autos de intervención telefónica. Recurre la defensa del Sr SANZ SANCHEZ los autos de 31 de julio, 3 de septiembre, 1 de octubre y 31 de octubre de 2007 (folios 1298, 1325, 1464 y 1518, todos ellos del tomo VI), si bien debe darse ya por desestimado el interpuesto frente al primero de ellos por cuanto se refiere a la intervención del teléfono del Sr GREGORY FERNÁNDEZ, de cuyas conversaciones se desprende la comisión de un presunto delito en el que podría verse involucrado el recurrente y, motivó la intervención del mismo. Como ya se ha mencionado, sin ser necesario reproducirlo en su integridad, bien hubo de formarse pieza separada en el momento de descubrir la existencia de indicios de la facilitación de datos por funcionario del Estado cuyo puesto de trabajo (y lugar o fuente de las pretendidas informaciones facilitadas al Sr SANZ SANCHEZ) radica en la ciudad de Alicante en relación con una inspección de tributos sobre la esfera patrimonial del Sr FENOLL PÉREZ, es decir, su patrimonio personal y/o empresarial, así como lo que parece ser un posterior proceso penal por delito fiscal frente al mismo y como consecuencia de ella. Una vez formada dicha pieza, resolver la práctica de diligencias siempre y cuando se comprobara y justificara la competencia del órgano al que se le muestra el hecho novedoso. Defecto procedimental que, se reitera, lastra casi de forma definitiva el buen fin del presente proceso, dándole la apariencia formal de lo que hasta la saciedad han calificado las partes como proceso general o inquisitorial. Las diligencias de investigación, es decir, las escuchas y seguimientos efectuados como consecuencia de ellas, se encuentran recogidas en los autos de intervención, que además acuerdan cesar uno de los teléfonos, el xxxx por auto de 1 de octubre de 2007, siendo finalmente cesado el xxxx. Reproduciendo los argumentos expuestos en fundamentos anteriores sobre la motivación de los autos recurridos, debe ser desestimado el recurso frente a los autos de intervención de los teléfonos de los que era usuario el Sr SANZ SÁNCHEZ, así como respecto de los autos de intervención en los que carece de legitimación por no ser el titular o usuario de los mismos. DECIMONOVENO.Recurso formulado por la representación procesal de ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO frente a autos de intervención telefónica. Igualmente, y en aras de no ser reiterativo en la exposición de los razonamientos aportados por el recurrente que, en esencia, se asemejan a los expuestos por el Sr FENOLL PÉREZ, se tienen por reproducidos tanto los de su escrito de recurso como los del fundamento de la presente que los sintetizan, inclusive las alegaciones del Ministerio Fiscal. La declaración de nulidad de los autos de 16 de mayo de 2008 (folio 5581, tomo XVII) y de 23 de mayo de 2008 (folio 5671, tomo XVII) debe trasladarse, en su despliegue de efectos jurídicos, respecto del Sr FENOLL CAMPILLO, pues los mismos defectos que deparan su nulidad son aplicables en este recurso, pues afectan a la intervención de las comunicaciones del recurrente. El tratamiento procesal de la declaración de nulidad de una resolución no puede ser discriminatorio, por lo que si la resolución es nula para la intervención de las comunicaciones de unos de los imputados, lo será también para las intervenciones en la misma resolución acordadas. Por su parte, deberá analizarse el resto de resoluciones que acuerdan la intervención de los números de teléfono de los que es o ha sido titular o usuario el Sr FENOLL CAMPILLO, a saber: Primero, el número 691821684, intervenido por auto de 28 de diciembre de 2007 (folio 1628, tomo VII) y con cese mediante auto de 8 de enero de 2008 (folio 1653, tomo VII). La resolución que acordaba la intervención de dicho número telefónico resolvía asimismo la intervención del 107 terminal utilizado por el Sr FENOLL PÉREZ. Al ser desestimado el recurso formulado por el Sr FENOLL PÉREZ, procede en consecuencia la misma desestimación. Segundo, el teléfono xxxxx, que fue intervenido por auto de 15 de enero de 2008 (folio 1668, tomo VII), y prorrogado por autos de 14 de febrero, 18 de marzo y 17 de abril de 2008 (folios 2010 del tomo VIII, 5072 y 5319 del tomo XVI) cesando por auto de 16 de mayo de 2008 (folio 5581, tomo XVII) La intervención de este número es nula de pleno derecho por inexistencia de motivación. Los argumentos proporcionados, a modo de indicios objetivos, son peregrinos y solo se refieren a la identificación del número de teléfono que es usuario el Sr FENOLL CAMPILLO. Y así se confirma en el oficio policial obrante al folio 1665, presentado el 15 de enero de 2008, que sólo hace lacónica alusión a dicha circunstancia. El hecho de ser usuario de un terminal de telefonía móvil no es indicio de presunto delito, es una circunstancia meramente identificativa que debe venir necesariamente acompañada de las razones o motivos que, al buen entender de la Fuerza Actuante o el Instructor de las actuaciones, aconsejan la medida de intervención telefónica. Bien es cierto que en el oficio de la BBPJ 20.970/08-F se menciona adjuntar el CD con las conversaciones, pero nada se dice de su contenido en el mismo, ni en el dictamen del Fiscal (folio 1666), ni obviamente en el propio auto, incumpliéndose con el deber de exteriorizar cuanto menos un solo indicio de delito que no fuera la mera titularidad de un teléfono. Siendo improcedente tomar como referencia los argumentos que sirvieron para intervenir otro teléfono en auto anterior (esto es, por que a un imputado se le haya intervenido un su derecho al secreto de las comunicaciones mediante resolución judicial, no por ello faculta ulteriores intervenciones a perpetuidad), pues el mismo fue cesado casi de inmediato, y es exigible un mínimo esfuerzo motivador, máxime cuando al parecer el contenido del CD de audio no tiene una duración que impida un instante de escucha y reflexión para resolver sobre la procedencia de la medida concreta. Siendo nulo el auto de intervención, lo son también las resoluciones que la prorrogan por clara conexión de antijuridicidad, pues derivan de pruebas obtenidas mediante resolución que infringe el cumplimiento del deber de motivar las resoluciones, según doctrina consolidada de nuestro Tribunal Constitucional. Tercero, la nulidad por falta de motivación del auto de 15 de enero de 2008 depara necesariamente la de las sucesivas prórrogas del mismo, así como las de las intervenciones decretadas como consecuencia de las escuchas obtenidas y afectas por la previsión del artículo 11.1 de la LOPJ, y que son: 648656999, intervenido por auto de 25 de enero de 2008 (folio 1764, tomo VII), y prorrogado por auto de 14 de febrero (folio 2010, tomo VIII), cesado por auto de 18 de marzo, reanudado por auto de 17 de abril (folio 5319 del tomo XVI), cesando por auto de 16 de mayo de 2008 (folio 5578 del tomo XVII). 966342279, intervenido por auto de 21 de febrero de 2008 (folio 2066, tomo VIII), y prorrogado por autos de 26 de marzo y 17 de abril (folios 5087 y 5319 del tomo XVI), cesando por auto de 16 de mayo de 2008 (folio 5578 del tomo XVII). 646877638, que fue intervenido por auto de 28 de febrero de 2008 (folio 2116, tomo VIII), y prorrogado por autos de 28 de marzo y 24 de abril (folios 5142 y 5372, tomo XVI), sin que conste auto decretando su cese. 639837154, intervenido por auto de 17 de abril de 2008 (folio 5319 del tomo XVI) y con cese mediante auto de 16 de mayo de 2008 (folio 5578 del tomo XVII). 638546308, intervenido por auto de 24 de abril de 2008 (folio 5372, tomo XVI), prorrogado por autos de 23 de mayo, 23 de junio y 23 de julio de 2008 (folios 5671, 5784 y 5977 del tomo XVII), sin que se haya dictado resolución decretando el cese. Respecto de este número, solo hubiese procedido examinar el recurso respecto del primero de los autos, dado que los siguientes, se 109 insiste, han anterioridad. sido declarados nulos con VIGÉSIMO.- Recurso formulado por la representación procesal de MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ frente a autos de intervención telefónica. Según consta en las actuaciones, se intervino el número 618099457, que se afirmaba habérsele proporcionado a instancias del Sr FENOLL CAMPILLO, por el Sr BRU GARCÍA, previa adquisición de un establecimiento comercial de la ciudad de Orihuela. Fue intervenido mediante auto de 25 de enero de 2008 (folio 1764, tomo VII), y prorrogado por sucesivos autos de 14 de febrero (folio 2010, tomo VIII), 18 de marzo (folio 5072, tomo XVI), 17 de abril (folio 5319, tomo XVI) y 16 de mayo de 2008 (folio 5581, tomo XVII), sin que conste en las actuaciones resolución por la que se decretara el cese de la intervención. En síntesis, el recurso del Sr ABADÍA MARTÍNEZ, reproduciendo algunas consideraciones de carácter general sobre el presente proceso que asimismo formula la defensa del Sr ORTIZ SELFA y del Sr CANDEL MARTÍNEZ, muestra su contrariedad respecto de la duración del secreto de las actuaciones y, acogiéndose al auto de 26 de marzo de 2010 (el cual todavía no ha sido formalmente notificado ni puesto en conocimiento de las partes, por estar parcialmente afectado por el secreto decretado por otro órgano judicial), entiende que la causa es general, restrictiva de derechos fundamentales y prolongada en el tiempo. Reitera que el plazo de 20 días para recurrir vulnera su derecho de defensa y advierte que el soporte DVD adolece de algunos folios que se afirma en el proveído de 30 de noviembre de 2010. A tal respecto, debe replicarse que en caso de no estar incluido algún folio que debiera serlo, se entendería por no notificado, y, como no puede ser de otra manera, supeditar la recurribilidad de las resoluciones no incluidas hasta su efectiva notificación en forma. En tal sentido ya se pronunció este Juzgado mediante providencia de fecha 13 de enero de 2011. Destaca que, a día de interposición del recurso, no se han puesto a disposición del Juzgado las piezas de convicción obtenidas de la práctica de diligencia de entrada y registro del 6 de julio de 2010, como consecuencia del auto del auto del día primero de dicho mes. Lo cual es incontestable por coincidir plenamente con la realidad. En punto al objeto del presente análisis, al folio 9 de su escrito manifiesta que al Sr ABADÍA MARTÍNEZ nunca se le ha intervenido teléfono alguno, aunque, dice, sí uno “que se afirma que era usado por él”, por medio del auto de 25 de enero de 2008, el cual entiende ilegal por no existir indicios, y que la Fuerza Actuante no explica el modo de obtención de los números de teléfono que a posterior fueron intervenidos (folio 1760 de las actuaciones). Invoca, en tal sentido la ilicitud de la prueba obtenida sin autorización judicial (STS 130/2007, de 19 de febrero), generadoras de ilegalidad y nulidad de la intervención, que extrapola a todas las intervenciones. Incide al folio 15 del recurso su disconformidad por el tratamiento procesal de la figura del “hallazgo casual” y la exégesis de las reglas de conexidad delictiva. Considera, a su entender, que este Juzgado nunca ha sido ni debe ser competente para el conocimiento de la investigación desarrollada en torno al denominado Plan Zonal de Gestión de Residuos, invocando por todo ello el Auto del Tribunal Supremo de 18 de junio de 1992 (añade ahora el Instructor, también invocado por numerosos autos de intervención telefónica dictados a lo largo de la investigación) que, sostiene, es incumplido por el Juzgado en esta causa, pese a apoyarse en su doctrina jurisprudencial. Los presuntos delitos hasta el auto de 12 de julio de 2010 investigados en este Juzgado y en esta causa, vide folio 19, “debieron ser objeto de otra causa”, y que en todo caso el Plan Zonal no debe ser investigado en estas actuaciones. Por otra parte, impugna los autos por falta de control judicial del desarrollo de la diligencia de observación telefónica. Asegura que la primera prórroga se acuerda sin contar con las transcripciones de la anterior intervención, y que dicho control debería constar acreditado en las actuaciones para su revisión por órganos 111 superiores. Es la presente causa, según la defensa, una inquisitio generalis proscrita en nuestro ordenamiento procesal y constitucional, e impropia de un Estado democrático de Derecho. Incluso advierte (páginas 26 a 28) que seguía el patrón de la continua indagación, permitiendo, como contrapartida, el agotamiento de los supuestos delitos. Finalmente efectúa alegaciones sobre el auto de 1 de julio de 2010, a las que luego deberá referirse. Ante tales alegaciones disiente el Ministerio Fiscal, oponiéndose al carácter preventivo de las intervenciones que afirma el recurrente. Manifiesta que el hecho de ser destinatario de un terminal telefónico podría ser por sí mismo un delito de cohecho, línea que se utilizaría para mantener conversaciones seguras con otros imputados. Entiende que los indicios aportados por el informe policial (folios 1754 a 1762) son suficientes, y que fueron apreciados por el auto de 25 de enero de 2008, previo informe del propio Ministerio Público. Respecto de la obtención de los teléfonos por la Fuerza policial, se remite al folio 1760 donde se expone que “por gestiones realizadas se ha podido determinar que los teléfonos citados fueron adquiridos en la tienda TELYCO de MOVISTAR situada en la Avenida Duque de Tamames 48 de Orihuela, pudiendo obtenerse la relación de números adquiridos”, que entiende no constituir ingerencia ilícita en el artículo 18.3 de la CE, y añade “conociendo todos los operadores jurídicos la existencia de multitud de actuaciones policiales que pueden ser realizadas sin que precisen de una preceptiva autorización judicial, como puede ser recabar información de informadores o de sus fuentes confidenciales, y no son lesivos con la intimidad que queda salvaguardada”. En cuanto a las tachas de incompetencia (territorial), entiende que, como se ha venido produciendo, era de plena aplicación la doctrina del hallazgo casual en delitos conexos conforme al artículo 17.5 de la LECrim. Respecto de la falta de control judicial, indica que “A efectos de control documental de la causa y para que las transcripciones policiales de las conversaciones telefónicas intervenidas tengan eficacia probatoria han de ser adveradas por el secretario judicial, sin embargo, tal y como establece reiterada jurisprudencia, la auténtica prueba no la constituyen las transcripciones adveradas sino la audición de las conversaciones en los soportes de audio. Basta con que el instructor disponga de los informes policiales sobre conversaciones más relevantes, a efectos de realizar el debido control previo a la adopción de la medida, para que este requisito se encuentre verificado. Así se establece expresamente, entre otras, en la sentencia del Tribunal Supremo Sala 2ª, 18-12-2008, nº 940/2008, rec. 10542/2008. Pte: Granados Pérez, Carlos “Tiene declarado esta Sala, entre otras, en Sentencias de 23 de junio de 2008 y 3928/20007, de 29 de mayo, que cuando se acuerda la prórroga de una intervención telefónica anteriormente autorizada, no es necesaria la previa audición personal de las cintas, sino que basta con que, antes de las decisiones ulteriores a propósito de la evolución de la injerencia, el Juez cuente con la imprescindible información acerca de los resultados previamente obtenidos. En línea similar, la STS 1186/2006, 1 de diciembre, proclama que las transcripciones, cotejo y audiciones de las cintas grabadas no tiene por qué realizarlas el Juez en la fase instructora, ni siquiera para acordar prórrogas y ampliaciones de las intervenciones telefónicas, si dispone de otros informes que permiten emitir el juicio de necesidad y proporcionalidad, y en definitiva, de la procedencia de la prórroga. Confirma este criterio la STS 1209/2006, 5 de diciembre EDJ2006/353239, con arreglo a la cual, la ausencia de las transcripciones al tiempo de la adopción no es obstáculo para que merced a otros medios los funcionarios encargados de las escuchas telefónicas puedan participar al Juez que controla la injerencia el resultado de la intervención y tras esa información, puedan adoptarse las medidas urgentes que la investigación aconseje.” Finalmente, al hilo de 113 los comentarios efectuados respecto del auto de 26 de marzo de 2010, replica en los siguientes términos: “Como bien indica el recurrente, previo al dictado del auto mencionado, el instructor, como no podía ser de otra forma, tras estudiar las diligencias tramitadas durante mas de 3 años, NO SÓLO NO APRECIA NINGUNA DE LAS IRREGULARIDADES O DEFICIENCIAS ALEGADAS POR LA PARTE, sino que además acuerda una serie de medidas de investigación. De ser cierta la tesis que plantea el recurrente, el Instructor se hubiera visto obligado a acordar la nulidad, que tanto insta el recurrente, en ese mismo momento lo que no hizo”. Expuestas las alegaciones del recurrente y motivos de impugnación del Ministerio Fiscal, por simple congruencia argumentativa con el fundamento anterior, ha de concluirse con el mantenimiento de la declaración de nulidad del auto habilitante, fechado el 25 de enero de 2008, pues dimana de una intervención, la acordada respecto del Sr FENOLL CAMPILLO, que ha sido declarada nula. Debe añadirse, a modo de ilustración jurisprudencial sobre la necesidad de dotar de una cumplida motivación a la resolución habilitante de la intervención telefónica, la Sentencia del Tribunal Supremo de 30 de junio de 2008 (Roj: STS 3567/2008), Ponente JOAQUIN DELGADO GARCIA, a cuyo tenor: “Conocida es la doctrina de esta sala y del Tribunal Constitucional que exige una motivación especialmente cualificada para aquellas resoluciones judiciales que, en aras de la investigación en los procedimientos penales, limitan los derechos fundamentales de la persona, motivación que, entre otros extremos ha de referirse a la concurrencia de indicios reveladores de la existencia del delito de que se trate, así como de la implicación en el mismo de la persona investigada cuyos derechos o libertades públicas han de quedar afectados. Particularmente ha de ser así cuando la medida a adoptar sea la de intervención de las comunicaciones telefónicas, ya que, con el conocimiento de lo que se habla por este medio, el extraño que tiene acceso al mismo alcanza a saber lo que se dice en la más estricta intimidad, la de quien se cree que nadie está escuchando lo que conversa con sus familiares o amigos, con frecuencia desde el propio domicilio. Se trata de una medida de investigación judicial que tiene gran capacidad para incidir en la mencionada intimidad y por la que llegan a conocerse no solo cosas de la persona investigada sino también de aquellas otras, con frecuencia ajenas a los hechos delictivos perseguidos, que conversan con el titular o el usuario del teléfono interceptado. Por todo ello, el Juez de Instrucción que autoriza una medida de intervención de un teléfono que solo puede acordarse con relación a una actividad delictiva concreta y grave, únicamente podrá hacerlo cuando, como exige el art. 579.3 LECr, haya indicios de tal responsabilidad criminal específica, así como de que, de las comunicaciones que se intervienen, se sirve el investigado para la realización de sus fines delictivos. Cuando, como es lo más frecuente, esta medida de investigación se adopta como respuesta judicial a una solicitud policial, el juez que ha de adoptarla tendrá que verificar entre otras cosas que en esa petición hay datos (indicios) de los que pudiera inferirse: a) la realidad del delito grave de que se trate, en este caso el tráfico de drogas; b) que la persona a la que se está investigando, el usuario del teléfono que se pretende intervenir, tiene una participación en ese delito grave. Tales datos, con el necesario detalle han de expresarse en la resolución judicial”. Por otro lado, y en cuanto al control judicial de la diligencia de intervención telefónica, la Sentencia del Tribunal Supremo de 23 de marzo de 2009 (Roj: STS 1636/2009), Ponente JOAQUIN DELGADO GARCIA, vino a reconocer su estricta necesidad: 115 “Es cierto, como dice aquí el recurrente, que el órgano judicial ha de tener un control de la actuación policial respecto de estas intervenciones y que ha de darse cuenta al juzgado del desarrollo de tal actuación mediante la entrega de las cintas grabadas o de los extractos correspondientes como justificación de que persiste la necesidad de la media acordada, entre otros extremos. Y tal control judicial forma parte de la intervención preceptiva del órgano jurisdiccional en estos casos en que se ordena una intervención telefónica, de modo que su falta puede determinar vulneración del derecho fundamental relativo al secreto de las comunicaciones del art. 18.3 CE. Pero nada tiene que ver con este control judicial integrado en ese derecho del art. 18.3 CE ni la dación de fe por parte del secretario (creemos que se refiere a la dación de fe de la coincidencia de las transcripciones mecanográficas con lo grabado en las cintas) ni su audición por las partes dentro del proceso. Todo esto, como reiteradamente ha dicho el Tribunal Constitucional y también esta sala, tiene relación no con ese derecho fundamental del art. 18.3 CE, sino con la posible eficacia como medio de prueba, caso de que se utilice como tal para el juicio oral”. Y como incisos aclaratorios a las alegaciones de recurrente e impugnante, debe descartarse cualquier infracción del Juez ordinario predeterminado por la Ley, siguiendo lo comentado por la Sentencia del Tribunal Supremo de 15 de febrero de 2010 (Roj: STS 1097/2010), Ponente CARLOS GRANADOS PÉREZ, según la cual “Lo cierto es que el recurrente no promovió, en la tramitación de la causa, una cuestión de competencia territorial sino que invocó el derecho al juez predeterminado por la Ley al dársele traslado para alegaciones en el trámite de un recurso de apelación que había previamente interpuesto, y sobre tal derecho tienen declarado esta Sala, como es exponente la Sentencia 409/2005, de 24 marzo, que el derecho al Juez ordinario legalmente predeterminado, que expresamente contempla el artículo 24.2 de la Constitución Española, supone que: a) el órgano judicial haya sido creado previamente por una norma jurídica; b) esté investido de jurisdicción y competencia con anterioridad al hecho motivador de la actuación o proceso judicial de que se trate; y c) su régimen orgánico y procesal no permita calificarlo de órgano especial o excepcional(STC 47/1983). De modo que al venir su composición previamente determinada por la Ley, se preste la debida garantía de independencia e imparcialidad del llamado a juzgar. Todos estos requisitos concurren, sin duda, en el Juzgado de Instrucción de Mieres y en la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Oviedo que ha enjuiciado los hechos de los que el presente Recurso trae causa. Partiendo de esta premisa debemos señalar, como ya ha establecido esta Sala en resoluciones anteriores (entre otras 6.2.2001 y 25.1.2001 que la mera existencia de una discrepancia interpretativa sobre la normativa legal que distribuye la competencia sobre los órganos de la jurisdicción penal ordinaria, no constituye infracción del derecho fundamental al Juez ordinario predeterminado por la Ley. Como ha señalado SSTC las cuestiones de competencia reconsiderables al ámbito de la interpretación y aplicación de las normas reguladoras de dicha competencia entre órganos de la jurisdicción ordinaria no rebasan el plano de la legalidad careciendo por tanto de relevancia constitucional (SSTC 43/84, 8/88, 35/2000). El derecho al Juez predeterminado por la Ley únicamente puede quedar en entredicho cuando un asunto se sustraiga indebida o injustificadamente al órgano al que la Ley lo atribuye para su conocimiento, manipulando el texto de las reglas de distribución de competencias con manifiesta arbitrariedad, como señala la STC 35/2000 recogiendo lo ya expresado en la ATC. 262/94 de 3.10. Igualmente, en la STC 126/2000, de 26 de mayo, se expresa que la interpretación de las normas sobre competencia y, por consiguiente, la determinación del órgano judicial competente, son cuestiones que corresponden en exclusiva a los Tribunales de la jurisdicción ordinaria, por lo que, en realidad, el recurrente trata de trasladar a este Tribunal 117 el problema legal de la determinación del Juez del caso cuyo discernimiento no nos compete cuando, como en este supuesto, los órganos judiciales han realizado una interpretación razonable de la legalidad procesal que, por serlo, no nos compete revisar ni sustituir y en el ATC de 7 de abril de 1997 se recuerda que constituye reiterada jurisprudencia de este Tribunal que el derecho al juez predeterminado por la Ley, reconocido en el artículo 24.2 CE, configura la garantía de que el órgano judicial llamado a conocer del asunto haya sido creado previamente por la norma, esté investido de jurisdicción y competencia antes del hecho que motiva su actuación y de que su régimen orgánico no permita ser calificado de especial o excepcional (entre otras muchas, SSTC 47/1983, 148/1987, 39/1994 y 6/1997)”. Y respecto de las consideraciones del Ministerio Fiscal en su contestación, sobre la ausencia de declaración de oficio por el Instructor en su auto de 26 de marzo de 2010, no debe olvidarse que la declaración de nulidad de oficio o por incidente excepcional no puede convertirse en la regla general, sino en la subsidiaria a la principal, pues así lo dice taxativamente el artículo 240.1 de la LOPJ “por medio de los recursos legalmente establecidos frente a la resolución de que se trate”. Y que en este caso, es el de reforma y el directo y/o subsidiario de apelación, si bien dicho auto se dictó con la prudencia que exige el conocimiento somero de una causa voluminosa en un periodo de tiempo limitado (un escaso mes, en cuyo intervalo ya se había acordado una inhibición por auto de 12 de marzo de 2010), por lo que las circunstancias ahora contempladas son netamente distintas de las entonces examinadas superficialmente, con el tiempo que se pudo dedicar, finalmente, a su estudio y análisis. Sin embargo, debe prosperar el recurso formulado por el Sr ABADÍA MARTÍNEZ, dado que la resolución que acuerda la intervención del número adjudicado al imputado, auto de 25 de enero de 2008, trae causa de la intervención de una línea de la que era usuario ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, por auto de 15 de enero de 2008, cuya nulidad ha sido declarada en razonamiento anterior. Nulidad que, como bien cabe desprender, afectará a las resoluciones que prorrogaban dicha intervención. VIGÉSIMOPRIMERO.Recurso formulado por la representación procesal de ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ LARROSA frente a autos de intervención telefónica. Centrado el examen de los recursos formulados por esta representación y defensa, el objeto del mismo es el relativo a la intervención del xxxx, atribuido al Sr SÁNCHEZ LARROSA, cuya intervención tuvo lugar por auto de 25 de enero de 2008 (folio 1764, tomo VII), y prorrogado por sucesivos autos de 14 de febrero (folio 2010, tomo VIII), 18 de marzo (folio 5072, tomo XVI), 17 de abril (folio 5319, tomo XVI) y 16 de mayo de 2008 (folio 5581, tomo XVII), sin que conste en las actuaciones resolución por la que se decretara el cese de la medida. No se ha intervenido teléfono alguno al Sr RODRÍGUEZ MURCIA. Los motivos del recurso, instando la nulidad, son idénticos a los anteriormente examinados, acerca de la falta de motivación e irregularidad en la obtención de información que debía ser previo mandamiento judicial. Sin embargo, por no ser reiterativo, y dada la plena coincidencia en los autos que se centran en el Sr SÁNCHEZ LARROSA con la del Sr ABADÍA MARTÍNEZ, si los autos de intervención y prórroga han sido antes anulados, no puede sino reproducirse tal conclusión. Considera la defensa del Sr SANCHEZ LARROSA que concurre en los autos una total ausencia de motivación, que los razonamientos jurídicos son propios de un modelo estereotipado y no explica convenientemente las razones del sacrificio del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones del artículo 18.3 de la CE. Y entiende que se vulnera el principio de especialidad, al acordarse la intervención para descubrir, genéricamente, posibles infracciones penales (utiliza las palabras “autorizar en blanco”), sin emplear otras vías de investigación menos ingerentes, remitiéndose incluso a los argumentos del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 6 de Orihuela en sus DP 1346/07, auto de 10 de mayo de 2007. Justifica su alegación acerca de la falta de motivación en que “no aparece expresamente manifestado que la decisión de autorizar las intervenciones responda a una forma de entender qué hechos concretos la motivan y 119 cómo se ha interpretado la norma, de manera que la parte interesada pueda conocer la causa de esta decisión, recurriéndola y el tribunal superior controlar la viabilidad jurídica y fáctica de lo decidido”, así como en el uso de formularios y fundamentos jurídicos estereotipados que transcriben la solicitud del Ministerio Fiscal, que tacha de voluntarista y arbitraria. Finalmente, los autos actúan, a su parecer, contra la jurisprudencia del Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional y Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al mantener su competencia sin aperturar o incoar nuevas diligencias ni ampliar la intervención telefónica a los hechos nuevos (cita, en este sentido la Circular 1/1999, de 29 de diciembre, de la Fiscalía General del Estado y la Sentencia del Tribunal Supremo 1424/1993, de 18 de junio – asimismo invocada por los sucesivos informes del Ministerio Fiscal obrantes en autos, desde el 22 de mayo de 2008, folios 5667 a 5670 del tomo XVII), y que las resoluciones se dictan sin audición directa de las conversaciones por el Juez Instructor. Por el contrario, el Ministerio Fiscal impugna los argumentos del recurrente que, pese a respetar su ejercicio del derecho de defensa, no puede compartir en cuanto a las manifestaciones relativas al voluntarismo y arbitrariedad del representante del Ministerio Público – pues así consta de forma expresa en los escritos del recurrente-. Y se opone a los demás argumentos pormenorizando: “Identifica con claridad las figuras delictivas investigadas, fundamento de hecho primero; cohecho y tráfico de influencias. Describe los indicios racionales de criminalidad existentes sobre la persona sometida a la medida, fundamentos de hecho segundo y tercero, así como las circunstancias de las que se deducen estos indicios. Realiza una adecuada ponderación jurídica sobre la posibilidad de adoptar la medida, fundamentos jurídicos primero y segundo, con lo que se manifiesta un periodo de reflexión y valoración realizado por el instructor previo a la adopción de la medida cuestionada. Fundamenta y motiva extensamente la necesidad de acordar una medida tan trascendental, en relación a lo que supone desde el punto de vista de intromisión en los derechos fundamentales. Identifica plenamente las personas sobre las que se impone esta medida, los números intervenidos y el plazo inicial de intervención”. El fundamento jurídico tercero de la Sentencia del Tribunal Supremo de 8 de junio de 1993, resolución invocada de forma reiterada en estas actuaciones y por el propio recurrente, que, en el caso concreto que ocupaba al Alto Tribunal, absuelve al acusado de las infracciones que se le han imputado, prevaleciendo así su derecho constitucional a la presunción de inocencia del artículo 24.2 de la CE, sostuvo lo siguiente “Es criterio compartido, y existen reiteradas manifestaciones en este sentido en resoluciones jurisprudenciales, el de que la resolución autorizante del Juez ha de responder a la doble exigencia de motivación de la medida y de existencia y guarda de la debida proporcionalidad entre aquélla y la finalidad perseguida. La motivación de la resolución judicial lleva consigo, con mayor o menor explicitez, una ponderación del objeto o fin que la provoca, secundada de las reflexiones oportunas acerca de la gravedad de los delitos cuyo descubrimiento en alguno de sus órdenes objetivos o subjetivos se busca, y de la necesidad de puesta a contribución de las medidas propugnadas. La proporcionalidad supone la graduación de la naturaleza del delito, su gravedad, factibilidad de descubrimiento por otros medios y valoración, en suma, de las circunstancias coexistentes; siempre bajo la inspiración de que sólo los delitos graves o de cierta trascendencia social pueden dar lugar a una interceptación telefónica y sólo por el tiempo indispensable. A ello se ha de unir el ejercicio por parte del Juez de un adecuado control del desarrollo de la autorización concedida, en el sentido -concreta el Auto de 121 esta Sala de 18-6-1992 (RJ 1992\6102)- de ordenar que se entreguen, tan pronto como sea posible, en el Juzgado, los soportes originales físicos en los que consten las conversaciones intervenidas o las observaciones hechas, en la forma que en cada caso se estime procedente para tomar las correspondientes decisiones y poder realizar, con carácter exclusivo y excluyente, de manera inmediata, la selección de las conversaciones intervenidas y grabadas, desechando aquellas que no afecten al objeto de la investigación, siempre con la vigencia del principio de inmediación y, siendo posible, de contradicción y la obligada presencia del Secretario judicial. Todo ello en función de la existencia de unos indicios -no meras sospechas o conjeturas- que conforme a principios de lógica y reglas de experiencia, abonan la idea de la implicación participativa de una persona en el hecho criminal que se investiga y en función de lo cual se decreta la intervención telefónica. Conforme al citado Auto de 18-6-1992, de alguna manera ha de existir una investigación penal en curso, incluido el supuesto de que ésta se abra, sobre la existencia de tales indicios, precisamente con la intervención telefónica, inmediatamente después de la incoación. Sólo cabe la intervención telefónica abierto un proceso penal y dentro de él”. En su virtud, la mencionada Sentencia concluye con el modo de proceder que hubo de seguirse en dicho asunto: “El hecho de que la actuación policial no pueda tacharse de dolosa y activa, y la pretendida información se detectase de modo accidental, no empece para que, al no mediar la inmediación y control judicial, cual se ha destacado, se traduzca todo ello en una conculcación del derecho fundamental a la intimidad y al secreto de las comunicaciones telefónicas y, sobre todo, en la configuración de un elemento probatorio carente de la legitimidad precisa para surtir efecto en un proceso penal. El propio auto de esta Sala ya aludido resalta, en hipótesis semejante a la analizada, que tan pronto aparecen en las conversaciones expresiones que hacen pensar en un delito distinto al que motivó la intervención, debió ponerse inmediatamente tal dato en conocimiento del Juez porque con tal «novación» del objeto de la autorización hubiera tenido que considerar su decisión, cualquiera que hubiera sido su signo. Insistiéndose en referido deber de la policía de dar cuenta inmediata, sin solución de continuidad, al Juez de Instrucción de la aparición de un posible o posibles nuevos delitos, a los efectos consiguientes, entre ellos el de examinar su propia competencia y la exigencia de proporcionalidad, pues en otro caso la autorización, de hecho, se transforma en una especie de prospección del comportamiento genérico de una o varias personas a través de las conversaciones telefónicas, lo que no es aceptable. Tales situaciones -termina consignándose en el auto- si no son controlables y controladas de manera directa por el Juez, provocan o pueden provocar el completo desconocimiento del principio de proporcionalidad” En punto a la necesidad de motivación de las resoluciones judiciales, la más reciente Sentencia del Tribunal Supremo de 22 de Noviembre de 2010 (ROJ: STS 7057/2010), en Recurso: 2607/2009, ponente JOSE MANUEL MAZA MARTIN, responde al mandato del artículo 120.3 de la CE, como manifestación del derecho a la tutela judicial efectiva (artículo 24.1, en relación con el artículo 1, de la CE), que exige el cese de soluciones arbitrarias – artículo 9.3 CE- o subjetivamente voluntaristas (SSTC 55/1987, 165/1993), permitiendo así al afectado acceder a la vía impugnativa de la decisión adoptada y con ello el Tribunal superior examine y resuelva sobre el acierto de los argumentos en que se apoya. Lo cual obliga al Juzgador que “reflexione sobre el sentido y validez de su razonamiento, al verse obligado a justificarlo, auxiliándole eficazmente en la honesta búsqueda de la rectitud y justicia de la decisión”, aunque en la fundamentación no llegue a exigirse una “total” exhaustividad. Aunque no por esa afirmación se exima de una mínima descriptividad. El deber motivador recae, según la reiterada doctrina que se ha citado, en la resolución judicial habilitante y 123 en las posteriores que la prorrogaren, por tanto en la figura del Juez Instructor, a quien se aportan por la Policía Judicial los informes sobre las intervenciones solicitadas, bien por ésta, bien por el Ministerio Fiscal, quien, sobre dicha base debe resolver sobre la autorización de la continuidad de las intervenciones o la práctica de otras nuevas. Y es en dicho momento procedimental cuando debe darse cumplida cuenta del deber constitucional de motivar la resolución del artículo 120.3 de la CE. La Policía Judicial, en este y en todos los casos, se limita a poner en conocimiento de la autoridad judicial cuantas conversaciones tengan interés desde su punto de vista para el proceso en curso, siendo ajenas a la Fuerza Actuante las cuestiones relativas a la calificación jurídica de los hechos, pues ello atañe a la autoridad judicial y al Ministerio Fiscal, en cumplimiento de sus funciones y deberes constitucionales previstos por los artículos 117 y 124 de la CE. Consecuentemente con lo anterior, la función del representante del Ministerio Fiscal en el presente proceso ha sido la de apoyar el impulso procesal de la causa con sus informes, sin que al mismo se le deba requerir el cumplimiento del deber motivador que recae en la autoridad judicial, en quien reside la dirección del proceso a través del dictado de las resoluciones correspondientes. Por tanto, si no se cumple con el deber de motivación, lo hace la resolución judicial, no el informe de la Policía Judicial o el dictamen del Ministerio Fiscal, cuyos criterios, compartidos o no, son igualmente plausibles en nuestro ordenamiento jurídico, máxime cuando las normas son, todas ellas, susceptibles de diversas interpretaciones que, como bien se conoce, finalmente son comprendidas con la doctrina del Tribunal Constitucional (artículos 161 y 164 de la CE, y 38 y siguientes de la LOTC) y de la Sala correspondiente del Tribunal Supremo (artículos 123 de la CE, en relación con el 1.6 del Título Preliminar del Código Civil) en sus respectivas sentencias, interpretando y aplicando las fuentes del ordenamiento jurídico. Así, debe rechazarse rotundamente la crítica a la actuación del representante del Ministerio Fiscal, pues como se ha dicho, la falta de motivación, la arbitrariedad y el mero voluntarismo ha sido, según la doctrina jurisprudencial antes citada, fruto del examen de las resoluciones judiciales (autos, sentencias) dictadas en el seno de los procesos que han sido enjuiciados en sede casacional, y no precisamente a los informes del Ministerio Público, a cuyo representante ninguna de las partes ha recusado tras varios meses. Confirmando de este modo que la crítica jurídica debe recaer sola y exclusivamente en el contenido de la resolución judicial, dejando incluso al margen la identificación, con los concretos nombres y apellidos de los sucesivos y varios Jueces Instructores cuyas resoluciones no se comparte, pues nada aporta al presente proceso. Finalmente, y en cuanto al motivo de impugnación por falta de audición de las conversaciones por el Juez Instructor, debe recordarse la reciente sentencia del Tribunal Supremo de 19 de Mayo del 2010 (ROJ: STS 2500/2010), Recurso: 1701/2009, Ponente: JUAN RAMON BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE, que vino a reconocer que esta labor no es necesaria ni supone motivo de nulidad: “En efecto como hemos recordado en la reciente STS. 745/2008 de 25.11 ningún precepto legal impone al Juez de Instrucción la obligación de oír las grabaciones de las conversaciones intervenidas para acordar la prorroga de las intervenciones ya autorizadas, siendo patente que el Juez puede formar criterio de tales efectos por medio de la información escrita o verbal de los funcionarios policiales que hayan interesado y practiquen la intervención (STS. 1368/2004 de 15.12). Así se ha pronunciado esta Sala en SS. 28.1.2004, 2.2.2004, 18.4.2006 y 7.2.2007, precisando que: "Desde luego es cierta la necesidad de conocer el resultado de las conversaciones, pero ni la sentencia del Tribunal Constitucional dice, ni esta Sala ha exigido, que deba oír las conversaciones directamente el juez o leer su transcripción. Lo esencial es que aquel efectúe el juicio de ponderación y de proporcionalidad en base a los datos que la policía le facilite, si los estima suficientes. En nuestro caso, dadas las necesidades de la investigación, el juzgador estimó convincente y adecuado el informe policial petitorio, en el que se le instruía verazmente del resultado de la medida injerencial y de la necesidad de ampliarla, así como de la marcha de las investigaciones. La credibilidad que al Instructor le merecía la labor policial, en este cometido, no carece de apoyo racional si pensamos 125 en la especial responsabilidad que recae sobre los miembros de la policía que actúan a las órdenes y bajo la dirección del juez en la investigación de las causas penales, amén de que cualquier discordancia entre el contenido de las conversaciones, en breve tendría que aflorar cuando aquéllas se transcribieran. Siendo así, el único obstáculo que teñiría de ilicitud constitucional la ampliación de las intervenciones telefónicas sería la nulidad de las primeras, si las segundas se basaban en aquéllas. La intervención ulterior estaría viciada de ilegitimidad si estos nuevos datos o circunstancias objetivas aportadas, que pretenden fundamentar la nueva solicitud de ampliación, hubieran sido conocidas a través de una intervención telefónica ilícita." Como tiene dicho ya con reiteración esta Sala, al margen de que los aspectos relativos a la incorporación del resultado de las diligencias a las actuaciones se refieren tan sólo a las exigencias de la eficacia probatoria de sus propios contenidos pero, sin que en ningún caso, ello pueda suponer la nulidad del material derivado de las mismas, el aludido "control" de la práctica de las intervenciones por la autoridad judicial no exige la necesaria audición personal de las cintas que, no lo olvidemos, se encuentran a su disposición, sino que, basta con que, antes de las decisiones ulteriores a propósito de la evolución de la injerencia, el Juez cuente con la imprescindible información acerca de los resultados previamente obtenidos, lo que, en este caso, sin duda, se produjo mediante la aportación de transcripciones e informes en apoyo de las nuevas solicitudes de autorización. Por ello la alegación de que el Juez no ha efectuado las oportunas comprobaciones para acordar las prorrogas constituye una mera afirmación de la parte. Lo relevante es que conste en las actuaciones que el servicio policial especializado que por delegación del Instructor realiza materialmente las escuchas, ya que es obvio que éstas no se pueden materializar por el propio Juez, entregó al Instructor los elementos probatorios necesarios para valorar la conveniencia de la prórroga. poder En este momento procesal, no se trata todavía de utilizar el resultado de las intervenciones como medio de prueba en el juicio, sino que el Juez controle el proceso de intervención y decida, conforme a su propio criterio profesional y en atención a los datos que se le proporcionan, la procedencia de la continuidad de la investigación. Consecuentemente no deben confundirse los requisitos necesarios para que el Instructor prorrogue o amplíe una intervención telefónica con los exigibles para su utilización posterior como prueba en el juicio”. En consonancia con lo expuesto respecto del recurso del Sr ABADÍA MARTÍNEZ, el recurso del Sr SÁNCHEZ LARROSA ha de prosperar, anulando el auto de 25 de enero de 2008 y posteriores autos que prorrogaban su intervención, por derivar todos ellos de diligencias de investigación declaradas nulas. VIGÉSIMOSEGUNDO.Recurso formulado por la representación procesal de ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA y JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ frente a autos de intervención telefónica. Del mismo modo que en razonamiento anterior, debe hacerse constar que al Sr CANDEL MARTÍNEZ no le fueron intervenidas las comunicaciones, a diferencia del Sr ORTIZ SELFA, que lo fueron desde el auto de 9 de mayo de 2008 (folio 5504, tomo XVII). Por otra parte, y tras haber acordado mediante auto de 12 de julio de 2010 la inhibición de diversas líneas de investigación por falta de competencia territorial, buena parte de las resoluciones habilitantes de la intervención de las comunicaciones telefónicas del Sr ORTIZ SELFA no han podido ser objeto de notificación formal a las partes hasta la fecha, por lo que la posibilidad que asistirá al mismo de formular recurso frente a tales resoluciones se conserva y reserva hasta el momento en que se le dé traslado por el Juzgado de la documentación correspondiente. 127 En tal sentido, el objeto del presente recurso es examinar si la resolución de 9 de mayo de 2008 debe o no confirmarse, a tenor de las alegaciones del recurrente. Como motivos de su recurso, el Sr ORTIZ SELFA (y el Sr CANDEL MARTÍNEZ), a través de su dirección técnica, entienden que las presentes diligencias no revisten los caracteres de una instrucción penal a lo largo de más de tres años, no respetuosa con el principio de legalidad ni con la finalidad procesal de las diligencias previas del artículo 777.1 de la LECrim. Se ha vulnerado, dice, su derecho de defensa por el plazo concedido para formular recurso frente a las resoluciones que se le han notificado. Indefensión que, sostienen los recurrentes, es ahondada con los más de 17.000 folios de que constan las actuaciones, básicamente conformadas por escuchas telefónicas. Los hechos investigados, añade, son heterogéneos, así como el número de personas afectadas directa e indirectamente, refiriéndose al folio sexto de su escrito a la investigación de relaciones con un miembro de la carrera judicial, letrados o diputados de las Cortes Valencianas. Los hechos investigados, continua argumentando, son de distinta naturaleza, lugar de ejecución y objeto material, elementos todos ellos que, a su entender, convierten a la presente en una causa general y prospectiva, conculcando la prohibición de indefensión del artículo 24.1 de la CE y el principio de igualdad de armas procesales. Alegan infracción del artículo 776.3 de la LECrim por no contar con las grabaciones de audio de las conversaciones intervenidas a los imputados, como medio de poder preparar su defensa. En cuanto al auto de 9 de mayo de 2008 (véase a partir del folio 14 de su recurso), sostiene que no existía indicio alguno de responsabilidad criminal en el Sr ORTIZ SELFA, incumpliéndose el presupuesto habilitador de la ingerencia en su intimidad. Aduce que la motivación es la implicación del imputado en la obtención ilegal de la adjudicación del Plan Zonal XVII. Sin embargo, pone de manifiesto que dicha adjudicación fue resuelta, y a favor de las mercantiles ORTIZ-CESPA el día 3 de enero de 2008, reputando incoherentes los argumentos sobre la connivencia con el Sr FENOLL PÉREZ cuando en informes policiales anteriores se hacía alusión a un enfrentamiento entre ambos empresarios en la pugna por obtener dicha adjudicación (cita como ejemplo la obrante al folio 460 o al folio 1175). En base a la inexistencia de indicios, se debería declarar la nulidad del auto de 9 de mayo de 2008, así como de los autos posteriores que, afirma, no le han sido notificados hasta la fecha, y que las grabaciones obtenidas de forma ilícita deberán ser objeto de destrucción a presencia del Secretario Judicial. Por otra parte, niega tajantemente que los hechos investigados en torno al Plan Zonal XVII sean conexos con el hecho inicial de la investigación –se remite al folio 95 del tomo I-, sino mas bien un hallazgo casual carente de conexidad con los delitos de extorsión, cohecho y tráfico de influencias relativos a la adjudicación del contrato de recogida de basuras de la ciudad de Orihuela, por lo que entiende que no puede ser el Juzgado de Primera Instancia 3 de Orihuela el que deba conocer del asunto del Plan Zonal, resultando manifiestamente incompetente para conocer de dicha investigación e incumpliéndose las reglas de tratamiento procesal de los hallazgos casuales (cita el Auto del Tribunal Supremo de 18 de junio de 1992, la Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 4 de enero de 2010, el Auto del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de 9 de octubre de 2002 ó la Circular 1/1999, de 29 de diciembre de la Fiscalía General del Estado). Son, a su entender, aplicables los artículos 238.1º y 11 de la LOPJ, por lo que las escuchas ordenadas son nulas. Incluso, por infracción procedimental, sería aplicable la causa de nulidad del artículo 238.3º de la LOPJ. Por otra parte, como motivo añade la falta de efectivo control judicial del desarrollo de la diligencia de intervención telefónica, incluso remitiéndose a sendas actuaciones desglosadas a Juzgados de Instrucción de Alicante que han finalizado con otros tantos autos de sobreseimiento. Es, sigue argumentando, una verdadera causa general contraria abiertamente al sistema procesal establecido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal y en la Constitución, en 129 un modelo investigador que hubiera permitido de forma incomprensible el agotamiento de algunos de los supuestos delitos (folio 39 del recurso), como la adjudicación de la contrata de recogida de basuras de Orihuela a finales de 2008, sin haberse adoptado medidas al respecto ni antes ni tras el acto adjudicador. Otro de los motivos de su recurso es el de nulidad por infracción de la necesaria fundamentación jurídica de las resoluciones –destacando aquellas que incluyen entre sus pasajes la imputación de delito contra la salud pública, como síntoma de la rutinariedad y falta de efectivo control judicial-, así como por falta de proporcionalidad en la fase temporal de secreto de las actuaciones, con constantes y prolongadas alusiones en los sucesivos autos al “estado embrionario de la investigación”. Infracción que extiende al derecho constitucional a un proceso público. Especifica la que entiende ha sido secuencia habitual en este proceso, consistente en remisión por la Fuerza Instructora tanto al Fiscal como al Juzgado de un informe sobre las intervenciones practicadas y la solicitud de prórroga y/o nueva intervención. Seguidamente, solicitud del Ministerio Fiscal de las medidas indicadas por la policía en su informe. Y, por último, en el mismo día de recepción de ambos informes se dicta el auto, con independencia del número de páginas del informe y horas de grabaciones efectuadas. Frente a los argumentos del recurrente, el Ministerio Fiscal sostiene que no hay delimitación temporal en la corrección de la actividad instructora, y se estaban cumpliendo escrupulosamente los fines e la instrucción (artículos 777.1 y 299 de la LECrim). No se ha vulnerado su derecho de defensa en el plazo de veinte días concedido, recordando el principio de improrrogabilidad de la jurisdicción penal, siendo la excepcional prórroga de los plazos para articular recursos una posibilidad que no debe gozar de amplitud interpretativa, por razones de orden público de los preceptos procesales y por el fin del plazo que se concede, el de interponer recursos, que no el de instruirse de lo actuado. Respecto de las resoluciones todavía no notificadas, sostiene que está plenamente justificada la falta de traslado, pues afirma “se encuentran amparadas por el secreto de sumario en otros procedimientos que traen su causa en el presente, del que se han desgajado, por lo que el instructor, al excluir esta notificación, no hace sino cumplir las garantías previstas en el artículo 302 de la LECRIM., respecto del secreto vigente en otro procedimiento que repercute en éste. El derecho de defensa queda completamente garantizado, dado que no se trata de una exclusión total de la notificación, sino que ésta se hará efectiva en el momento en el que cese el secreto en el procedimiento en el que se ha acordado”. En cuanto a la resolución recurrida de 8 de mayo de 2008, impugna los motivos del recurso formulado en los siguientes términos que, por su claridad expositiva (folio sexto y séptimo del escrito), se considera conveniente transcribir: “En su Razonamiento Jurídico SEGUNDO el Instructor desarrolla la idea de la irregularidad en la adjudicación del concurso a favor del Sr. ORTIZ, como parte de un pacto por el que, a través de contactos con el Presidente de la Diputación de Alicante, Presidente también del Consorcio del Plan Zonal XVII, a partir, al menos, de diciembre de 2007, se habría desbloqueado la situación del Plan Zonal a partir de la labor de intermediación del Sr. Gregory con los Sres. Ripoll, Ortiz y Ángel Fenoll, planeando la discusión de una serie de acuerdos iniciales entre Ortiz y Fenoll: La venta a ORTIZ del terreno adquirido por la mercantil PROAMIBENTE, propiedad de Ángel Fenoll, para situar la planta y participar en porcentajes de beneficios de la misma; la avocación de Ángel Fenoll con la UTE de CESPA-ORTIZ. La presunta imposición de estos pactos por el Sr. RIPOO, Presidente del Consorcio del Plan Zonal. Y cómo, al adjudicarse el concurso a la UTE CESPA-ORTIZ, ya se comunica desde fuentes de la propia Diputación que la ubicación definitiva de la planta estará situada en algún punto cercano a la pedanía oriolana de Torremendo, donde están ubicados los terrenos de PROAMBIENTE. El auto judicial refiere, igualmente, que se alcanza un acuerdo secreto entre Fenoll y Ortiz, y que los contactos con el órgano decisorio se llevan a cabo con más intensidad desde responsables del GRUPO ORTIZ. Todos estos datos, según el propio auto, 131 “permiten tener conocimiento racional de la presunta implicación de Enrique Ortiz Selfa en sendos delitos de cohecho y tráfico de influencias, sospechas que descansan en bases objetivas y no es una mera especulación voluntarista”. Sobre la justificación de la intervención telefónica, el RAZONAMIENTO JURÍDICO CUARTO del auto ahora impugnado, recoge que “esto es lo que sucede en este caso, pues la utilidad de la medida se revela como imprescindible puesto que del estado de la investigación se infiere que no existe otro medio menos gravoso para el derecho público subjetivo que acordar la intervención del teléfono de Enrique Ortiz Selfa. La investigación necesita dar un paso más si lo que se pretende verdaderamente es tener un exacto conocimiento de la trama que se está investigando ya que estando próxima la decisión sobre la ubicación definitiva de la planta de vertidos del Plan Zonal XVII, es necesario conocer si las irregularidades investigadas tienen un reflejo objetivo siendo perjudicial para ello la utilización de cualquier medio “externo” que pondría en alerta a los presuntos responsables y frustraría la investigación, lo que justifica lógicamente también el secreto de las diligencias”. Continúa oponiéndose a los motivos del recurso manifestando que las comunicaciones intervenidas están amparadas por sus correspondientes autos de prórroga, los cuales una vez le sean notificados podrá, en su caso, impugnar. Por lo que se refiere al tratamiento procesal del hallazgo casual y la conexidad delictiva, entiende conexos los hechos relativos al Plan Zonal y la adjudicación de la contrata de recogida de basuras de Orihuela a tenor del artículo 17.5 de la LECrim, por conexión personal y territorial. Personal, al incluir como personas implicadas en los mismos a “Dº ÁNGEL FENOLL PÉREZ, Dº RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, Dº ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, Dª MÓNICA LORENTE RAMÓN, D. PEDRO JOAQUÍN MESEGUER DÍEZ, Dº DAVID ANTONIO COSTA BOTELLA, Dº ÁNGEL LUIS BRACHO PACHECO, Dº MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ y Dº JORGE SANZ SÁNCHEZ”. Y territorial, por aplicación en el presente proceso de la “teoría de la manifestación del resultado ante la imposibilidad práctica de unir en un único procedimiento todos los procesos”. Descarta cualquier vicio de nulidad respecto de las alegaciones efectuadas por el recurrente en punto a la falta de control judicial en las diligencias de observación telefónica ordenadas, al manifestar en el folio 11 de su escrito de impugnación “el oficio policial en el que se solicita la prórroga, además de contener la información referida a los resultados de la investigación, se acompaña de las transcripciones de las conversaciones mantenidas en los teléfonos intervenidos, todo ello sin perjuicio de que también son remitidos, para su unión a la causa, los cd`s conteniendo la totalidad de las conversaciones, así como la totalidad de las transcripciones”, elementos que unidos a las autorizaciones expedidas para labores policiales de vigilancia y seguimientos, inclusive requerimientos de informes, son buenas muestras de efectivo control judicial de la causa. Como en otros escritos, se opone abiertamente a la calificación de la presente como causa general, ni que la misma vulnere el derecho al juez ordinario predeterminado por la ley y a un proceso público con todas las garantías, cumpliéndose sin embargo las previsiones del artículo 2 de la LECrim. Los autos de intervención y prórroga, a su entender, cumplen con todos los requisitos legales, y que la ampliación del objeto de la investigación no ha sido ni caprichosa ni arbitraria, sino que ha obedecido por el propio comportamiento de los imputados cuya comunicación estaba intervenida, deparando con ello un correcto tratamiento procedimental de los hechos conocidos con casualidad, puestos en conocimiento de la autoridad judicial por la policía, previo al dictado de la correspondiente resolución habilitante. Vistas las alegaciones en cuanto al auto de 9 de mayo de 2008, el recurso interpuesto frente al mismo debe ser desestimado. Bien es cierto que el acto administrativo de adjudicación del denominado Plan Zonal XVII tuvo lugar en fecha 3 de enero de 2008, y hasta entonces no se habían intervenido las comunicaciones del Sr ORTIZ SELFA, salvo aquellas conversaciones que hubiera mantenido con alguno de los imputados que sí las tenían intervenidas (esto es, el Sr FENOLL PÉREZ ó el Sr GREGORY FERNÁNDEZ). Las razones que se aportaban en el momento inmediatamente anterior a la intervención radicaban en la necesidad de tomar pleno 133 conocimiento de una supuesta estrategia que condujera a un pacto o acuerdo entre el Sr FENOLL PÉREZ y el Sr ORTIZ SELFA sobre la finca en la que se ubicaría la planta de tratamiento de residuos del Plan Zonal, localización que, al parecer, debía contar con la aprobación por parte del Consorcio Provincial del Plan Zonal mediante el correspondiente acto administrativo. Los indicios que se aportaban fueron convenientemente valorados en el auto, cuya extensión y fundamentación fáctica es notable frente a otras resoluciones que al margen de reproducir doctrinas legales y jurisprudenciales poco o nada fundamentan en el caso que le ocupa –y que, por tal razón, son nulos por falta de motivación, como se ha dicho-. El desarrollo de esa línea de investigación permitiría, en su momento, contar con elementos conducentes a la obtención de información acerca de la posible pretensión común de ambos empresarios de obtener beneficios económicos derivados de la aprobación de la propuesta de ubicación de la planta. Beneficios que en cuanto al Sr FENOLL PÉREZ procederían de la venta de una finca propiedad de su entorno empresarial y respecto del Sr ORTIZ SELFA por la misma implantación de dicha planta en el lugar que se postula adquirir mediante compraventa. En definitiva, la resolución está correctamente fundamentada, aún cuando pudiera considerarse, como lo es, tardía si pretendiera investigarse si la adjudicación a la UTE CESPA-ORTIZ hubiera sido fruto a alguna irregularidad a favor de la misma y que fuera imputable al Sr ORTIZ SELFA, pues en caso de contar con esos indicios no se habría esperado a solicitar la intervención de sus comunicaciones telefónicas. Y en relación con las alegaciones efectuadas respecto de la tramitación de las actuaciones sobre los hallazgos casuales y la investigación de delitos conexos, es preciso dejar constancia del contexto procesal en que se produce la intervención del teléfono del Sr ORTIZ SELFA, pues previamente, y mediante auto de 4 de abril de 2008, con plena corrección de criterio conforme a las exigencias de nuestra doctrina jurisprudencial, se acuerda el desglose de actuaciones y remisión al Juzgado Decano de Alicante a fin de investigar unas supuestas irregularidades urbanísticas. Ello puede localizarse en el tomo XVI de las actuaciones, donde se verifica que el 31 de marzo de 2008 la Fuerza Actuante remite al Juzgado un informe sobre unas conversaciones intervenidas (folios 5186 a 5192), a lo cual el Ministerio Fiscal en fecha 4 de abril de 2008 (folios 5193 a 5195) solicita el desglose a inhibición a Alicante, accediéndose mediante auto de la misma fecha (folio 5196). De dicha inhibición, remitida el 7 de abril de 2008 (folio 5203), no se tiene constancia de los definitivamente resuelto hasta la fecha por el Juzgado al que recayó, por lo que cuanto menos se desprende que no hubo rechazo de la inhibición acordada y se puede llegar a aventurar que la causa incoada cuenta, en la actualidad, con resolución que la ha terminado de forma definitiva. Deberá, por tanto, este Juzgado realizar las gestiones oportunas para conocer el órgano al que recayó dicha causa y estado procesal de la misma. Ante esta actuación procesal que, se reitera, es correcta en el tratamiento del “hallazgo casual”, pues se pone en inmediato conocimiento del Juez el hecho novedoso, sin esperar al agotamiento del plazo de intervención telefónica, a fin de resolver sobre la cuestión. Exigiendo, con ello, el examen de competencia para el conocimiento del asunto descubierto. Se advierte, con acierto, que los hechos deben ser investigados por el Juez competente territorialmente, el del partido judicial de Alicante, y en coherencia con ello se produce la inhibición parcial por tal hecho. Decisión que tenía que haberse seguido tomando en resoluciones posteriores, sin que sea comprensible en términos jurídicos el cambio de criterio por parte de este Juzgado en las sucesivas prórrogas de intervención y respecto de los hallazgos casuales sobre presuntas irregularidades detectadas en partidos judiciales distintos del de Orihuela, cuando poco antes resolvía inhibirse por falta de competencia territorial en auto de 4 de abril de 2008. Se desestima el recurso del Sr ORTIZ SELFA frente al auto de 9 de mayo de 2008 que acuerda su intervención en relación con la investigación desarrollada en torno al Plan Zonal XVII. No obstante, se adelanta que sí son nulas las intervenciones posteriores al dictado del auto de 30 de noviembre de 2009, por las razones y motivos que se dirán con ocasión del análisis del recurso formulado por la defensa del Sr RIPOLL SERRANO, en el siguiente fundamento jurídico. 135 VIGÉSIMOTERCERO.Recurso formulado por la representación procesal de JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO frente a autos de intervención telefónica. Recurre su representación procesal varias resoluciones dictadas en las presentes actuaciones, sobre intervención ó prórroga de diligencias de intervención telefónica, aunque, como ya se ha establecido, solo es procedente examinar el recurso en cuanto a los autos recaídos en los números de los que es titular o usuario habitual. Son, de los relacionados en su recurso obrante a los folios 21903 del tomo XLV de las actuaciones, los autos de 12 de junio (folio 7437 del tomo XXI), 11 de agosto (folio 7782 del tomo XXII), 7 de octubre (folio 8004 del tomo XXII), 6 de noviembre (folio 8402 del tomo XXIV) y 30 de noviembre de 2009 (folio 8607 del tomo XXIV). No se recurren las posteriores prórrogas, pues las resoluciones siguientes no han sido notificadas en forma por los motivos expuestos en el anterior fundamento, resolutorio de los recursos formulados por el Sr ORTIZ SELFA frente a los autos de intervención telefónica. Los motivos del recurso del Sr RIPOLL SERRANO, que asimismo los atribuye al resto de resoluciones dictadas durante la tramitación de la causa, aún no referidas a su persona, redundan en la idea común de todas las defensas por la que estamos ante una verdadera causa general que vulnera el artículo 300 de la LECrim, haciendo suyas las consideraciones del Auto del Tribunal Supremo de 3 de mayo de 1999, así como las reglas de la conexidad del artículo 17 de la LECrim, por no estar debidamente justificada la acumulación en un solo proceso de decenas de hechos delictivos, sorteándose la aplicación de las normas de competencia territorial y funcional sin hacer una real valoración jurídica de esa conexidad –que, obviamente, niega-. Se quiebra con ello las más elementales reglas del proceso penal, y se incurre en la proscrita inquisición general (SSTC 32/1994, de 31 de enero y 87/2001, de 2 de abril) con inmisiones en los derechos fundamentales que, en la mayor parte de las resoluciones no están siquiera justificadas o motivadas. Se infringe no solo la legalidad constitucional, sino también la ordinaria, a criterio del recurrente, al emplear en las resoluciones modelos estereotipados carentes de motivación real y privan de la posibilidad de conocer las razones del sacrificio de su derecho fundamental. La investigación es, según el Sr RIPOLL SERRANO, genérica y prospectiva, lesiva del principio de especialidad y con el objeto de descubrir delitos partiendo de meras conjeturas. Incide en el hecho de la falta de motivación de las resoluciones recurridas, en las que, a su juicio, “no aparece expresamente manifestado que la decisión de autorizar las intervenciones responda a una forma de entender qué hechos concretos la motivan y cómo se ha interpretado la norma, de manera que la parte interesada pueda conocer la causa de esta decisión, recurriéndola y el tribunal superior controlar la viabilidad jurídica y fáctica de lo decidido”, así como reprocha el uso de formularios y fundamentos jurídicos estereotipados que transcriben la solicitud del Ministerio Fiscal, que entiende ha sido voluntarista y arbitraria. Alude como motivo de nulidad la conexión de antijuridicidad, por derivar su intervención del auto de 3 de septiembre de 2007 (folios 1325 y siguientes del tomo VI) sobre prórroga de la intervención del Sr GREGORY FERNÁNDEZ, así como del auto de 15 de enero de 2008 (folios 1668 y siguientes del tomo VII) que interviene las comunicaciones del Sr FENOLL CAMPILLO. En especial, y respecto de esta última resolución, destaca que viene precedida de una diligencia del Secretario Judicial –folio 1667- en la que se indica haber procedido a la audición de las comunicaciones del Sr FENOLL PÉREZ (conversación de 10 de enero de 2008 a las 13:26 horas) no se identifican a los interlocutores, concluyendo de este modo que la Policía identificó al usuario del terminal de forma irregular. Incide en la reiteración, en las fundamentaciones jurídicas de los autos la referencia en el tercero de sus razonamientos a la “posibilidad real de que los mismos sean utilizados en un futuro para mantener conversaciones comprometedoras”, como reconocimiento expreso de la prospectividad de las intervenciones, y de la falta de indicios de responsabilidad criminal, sino de simples sospechas o conjeturas. 137 Cita, como ejemplos de sus alegaciones, el fundamento quinto del auto de 23 de septiembre de 2008 (folio 6253, tomo XVIII) que a su entender carece de relación con los hechos inicialmente investigados, así como el auto de 30 de noviembre de 2009 (folio 8607 del tomo XXIV), del cual afirma “en nueve líneas con clara remisión a los anteriores autos de prórroga pretende justificar la media limitadora de los derechos fundamentales acordada, cuando es sabido que la prórroga de la intervención debe cumplir todos y cada uno de los requisitos constitucionales exigidos, por cuanto lo que se prorroga es la intervención y no el auto o autos anteriores, por lo deberá estar motivada como la primera”. Sostiene que por el Juzgado se ha propiciado una inactividad procesal al haberse producido la adjudicación del Plan Zonal el 3 de enero de 2008 y no evitarse la consumación del supuesto delito con ella cometido, inclinándose la actividad del Juzgado a ampliar la investigación a otros municipios, provincias y Comunidades Autónomas. Algunas de las resoluciones de prórroga (menciona los autos de 21 de abril y 19 de junio de 2009, folios 7240 y 7504 del tomo XXI), afirma, se dictan una vez transcurrido el mes de intervención, por lo que considera debía ser tratada como una nueva intervención. Por otra parte, al folio 21920 (el 18 del escrito), la defensa del Sr RIPOLL SERRANO abunda en su alegato sobre la falta de control judicial de la causa en el auto de 14 de octubre de 2008 (folio 6380 y siguientes, tomo XVIII), del que transcribe parte del Fundamento Tercero, y que se considera conveniente reproducir del mismo texto de la resolución obrante en autos: “Solicita el Ministerio Fiscal a la vista del informe elaborado por el Grupo de Delincuencia Económica, la ampliación de la investigación a los nuevos hechos aparecidos y detallados en el informe policial de veintitrés de octubre” (así se expresa el primero de sus párrafos). Impugna el Ministerio Fiscal el recurso formulado por el Sr RIPOLL SERRANO, reproduciendo sus anteriores consideraciones acerca de la falta de legitimación para recurrir resoluciones que no le afectan. Respecto de los motivos de fondo, entiende inaceptables las críticas efectuadas en cuanto a la tarea de control judicial, recordando que en estas actuaciones la práctica de las diligencias de investigación han sido supervisadas por el Juez Instructor como por el Ministerio Fiscal. Reproduciendo los argumentos jurídicos de la Sentencia del Tribunal Constitucional 26/2010, de 27 de abril. Asimismo, en cuanto al cómputo del tiempo de intervención, recuerda que tanto las solicitudes como las resoluciones especifican que lo serán desde la primera intervención y, en concreto, a partir de la efectiva conexión del número. Señala, finalmente, que la referencia del auto de 14 de octubre de 2008 es un mero error material deslizado en la resolución. Entrando en la sustanciación del recurso del Sr RIPOLL SERRANO, debe exponerse que la resolución de 12 de junio de 2009 (folio 7437, tomo XXI) cumple convenientemente con las previsiones doctrinales para acordar, conforme a derecho, la intervención telefónica de los móviles del Sr RIPOLL SERRANO y su esposa. Se motiva suficientemente, no sólo en el auto, sino el dictamen del Fiscal y el pormenorizado oficio de la Fuerza Actuante (véase que el informe se extiende entre los folios 7413 a 7430 del mismo tomo, dedicado a ilustrar los antecedentes fácticos del procedimiento administrativo del Plan Zonal conjuntamente con el resultado de las investigaciones desarrolladas durante meses, inclusive unas conversaciones mantenidas desde el teléfono del Sr GREGORY FERNÁNDEZ y las labores de seguimiento efectuadas). Los elementos descubiertos por la Policía en este punto eran precisos y no daban lugar a interpretación equívoca, y desprendían que el Sr RIPOLL SERRANO podría ser destinatario de una dádiva de considerable valor económico. Se trataba, pues, de concretos indicios plasmados en conversaciones telefónicas amparadas en virtud de resolución judicial, seguimientos efectuados por la Fuerza Instructora consignados en actas de vigilancia y documentados mediante soporte gráfico. Indicios que serían incardinados en el tipo penal del cohecho y tráfico de influencias mencionados en dicho auto, con el riguroso tratamiento que hace la Fuerza Actuante de este hecho, al constatar las dificultades habidas recientemente ante la adopción de ciertas cautelas en las conversaciones que no logran confirmar el modo de efectuar la transmisión de las viviendas, y si el Sr RIPOLL SERRANO sería su destinatario final como contraprestación en especie vinculada a las resultas del denominado Plan Zonal. 139 Por el contrario, la siguiente resolución que acuerda prorrogar la intervención, fechada el 11 de agosto de 2009 (folio 7782, tomo XXII), ofrece un mismo esfuerzo motivador respecto del número del Sr RIPOLL SERRANO, no así respecto del teléfono de su esposa, pues ni el informe policial ni la propia resolución exponen los indicios objetivos de su participación en actividad presuntamente delictiva alguna, salvo el simple hecho de ser la esposa del Sr RIPOLL SERRANO y de destacarse escasas conversaciones de las que se desprende que el matrimonio es propietario de inmuebles en el centro de la ciudad y, al parecer, puede estar arrendando un local comercial en una zona de ocio de la ciudad de Alicante, sin que estos hechos tengan vinculación aparente con la investigación desarrollada respecto del Plan Zonal XVII, por lo que su descubrimiento, como hallazgo casual, debería comenzar con un examen de la figura delictiva que podría constituir y, en su caso, acordar la formación de la correspondiente pieza separada si resultara el Juzgado competente territorial y funcionalmente para ello. Lo cual en este caso no acontece en ninguno de los supuestos, pues no existen indicios reales de los que se desprenda que la titularidad inmobiliaria proceda de actuaciones delictivas que sean objeto de la presente investigación. Siendo, en su virtud, improcedente la prórroga de la intervención del móvil utilizado por la esposa del Sr RIPOLL SERRANO, y motivo de nulidad parcial del auto mencionado. En igual sentido, puede añadirse que respecto de los hechos nuevos advertidos en el informe policial, de forma separada a la línea de investigación del Plan Zonal, ya en su siguiente informe de 7 de octubre de 2010 (folios 7989 a 7999, tomo XXII) nada menciona sobre estas cuestiones, por lo que debe concluirse que estas líneas de investigación no tuvieron siquiera que abrirse por no revestir indicios claros de infracción penal alguna y que tuvieran conexidad con la investigación abierta por el Plan Zonal XVII. Sin embargo, el auto de 7 de octubre de 2009 (folio 8402), y pese a los detallados informes de la Policía y del Ministerio Fiscal presentados ése mismo día, incurre en idéntico vicio de nulidad respecto de la intervención del teléfono de la esposa del Sr RIPOLL SERRANO, mientras que respecto del teléfono del anterior se limita a recoger de forma textual el informe policial, reproduciéndose en sendos parágrafos en letra cursiva sin dar una somera referencia explicativa en sentido jurídico, o cuanto menos un esfuerzo de síntesis de lo relevante procesalmente, tal y como expuso el Ministerio Fiscal en su dictamen (folios 8000 y siguientes, tomo XXII). Y paradigma de resolución estereotipada, carente de la más absoluta motivación, resulta el auto de 30 de noviembre de 2009 (folio 8607, tomo XXIV). Dicha resolución viene precedida del informe policial presentado ése mismo día (folios 8593 a 8601, tomo XXIV) y del dictamen del Fiscal obrante a los folios 8602 a 8606, y frente a la extensión de datos ofrecidos en ambos documentos, en un breve considerando de escasas líneas genéricas que viene a sostener la persistencia de circunstancias y la invocación del artículo 579.3 de la LECrim, decide prorrogar la intervención de las comunicaciones del Sr ORTIZ SELFA, del Sr RIPOLL SERRANO y de la esposa de éste último por tiempo de sesenta días, remitiéndose sin más al informe policial y al escrito del Ministerio Fiscal. Resolución que en materia de cumplimiento de los requisitos de motivación de la medida ingerente en el derecho fundamental del artículo 18.3 de la CE es nula de pleno derecho a todas luces. Resoluciones como la anterior, y en menor medida algunas otras dictadas con anterioridad, son las que han merecido reproche en sede casacional por las consecuencias sobre la eficacia del ejercicio del ius puniendi del Estado. Así, cabe recordar lo expuesto por la Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de julio de 2009, ya mencionada en la presente resolución, que sostuvo con contundencia: “En el caso de autos el Juez ha actuado como mero y mecánico expendedor de autorizaciones de medidas lesivas de los derechos fundamentales de los ciudadanos, cuando la protección de estos derechos constitucionalmente reconocidos es misión también de la Autoridad judicial que, en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales debe ser especialmente meticulosa y exigente a la hora de sacrificar esos derechos básicos y libertades públicas, esmerándose en el cumplimiento que le viene exigido de preservar aquellos derechos y libertades o de justificar su lesión de manera suficientemente motivada, debiendo expresar o exteriorizar las razones fácticas y jurídicas que apoyan la necesidad de 141 la intervención, esto es, cuáles son los indicios que existen acerca de la presunta comisión de un hecho delictivo grave por una determinada persona (STC de 18 de septiembre de 2.002 (RTC 2002, 167)). … Procede por ello la estimación de los motivos que los recurrentes formulan, por lo que la sentencia de instancia deberá ser casada y anulada sin necesidad ya de examinar los restantes motivos, dictándose por esta Sala una nueva sentencia en la que se absuelva a todos los acusados de los delitos de que venían siendo imputados. No sin antes hacer una breve pero necesaria consideración: resulta en extremo desolador comprobar cómo después de muchos años en los que a través de centenares de resoluciones esta Sala del Tribunal Supremo ha venido alertando e instruyendo a los órganos jurisdiccionales del Orden Penal sobre la cautela y cuidado con la que deben proceder a la hora de restringir o sacrificar los derechos constitucionales de los ciudadanos en el desempeño de sus funciones instructoras y juzgadoras, poniendo especial cuidado en la imperiosa e ineludible necesidad de justificar motivadamente las medidas lesivas de esos derechos constitucionales o libertades públicas; resulta decepcionante y preocupante porque seguimos comprobando con excesiva frecuencia, la omisión de tales prescripciones, lo que trae como inexorable consecuencia la revocación de sentencias como la presente y la impunidad de delitos muy graves que hubieran podido ser sancionados de haber desarrollado la instrucción del procedimiento con la diligencia y observancia de la doctrina reiteradísima de esta Sala en cuestiones como las que hemos analizado”. VIGÉSIMOCUARTO.- Recursos formulados frente a autos de entrada y registro de 29 de mayo de 2007, 1 de julio de 2010 y 6 de julio de 2010. Son recurridas las citadas representaciones procesales de resoluciones por las JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA y ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA, JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ, JOSÉ FRANCISCO JAVIER LEÓN BARAHONA, FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, de cuyas argumentaciones merece destacar las siguientes: El recurso del Sr RIPOLL SERRANO frente al auto de 29 de mayo de 2007 entiende que los fundamentos primero y segundo hacen exposiciones genéricas y estereotipadas, concluyendo que dicho auto es nulo por falta de motivación, reconoce en su fundamentación que se investigan delitos “en general” sin aportar las razones que permitan respetar el principio de proporcionalidad. Recurren el auto de 1 de julio de 2010, así como el de 6 de julio de 2010, el Sr SÁNCHEZ LARROSA y el Sr RODRÍGUEZ MURCIA, por entenderlo nulo de pleno derecho al estar contaminado de otras resoluciones de las que trae causa, así como partir de la errónea consideración de la cual concejales del Ayuntamiento de Orihuela hayan facilitado información privilegiada al Sr FENOLL PÉREZ – remitiéndose, en tal sentido, al informe policial de 13 de febrero de 2008, folio 1937- pues asegura que la Comisión Informativa de 10 de enero de 2008 facilitó a todos los miembros de la Corporación el pliego de condiciones elaborado por la Universidad Politécnica de Valencia, por lo que era pública. El tiempo transcurrido entre la resolución declarando desierto el concurso de 2006 y la que resolvía el convocado en 2008, todas ellas, con la fecha de dictado del auto de entrada y registro, la hacen perder su virtualidad, pues debía haberse acordado incluso antes de la adopción del acuerdo, pues de lo contrario entiende que tanto Fuerza Actuante, Ministerio Fiscal y Juzgado habrían permitido o asentido la comisión del presunto delito. Las detenciones fueron, a su creencia, innecesarias y extralimitándose del ámbito de la resolución judicial. La defensa del Sr FENOLL PÉREZ –y en igual sentido, la del Sr FENOLL CAMPILLO-, por su parte, recurre todos los autos de entrada y registro por entenderlos fundamentados en diligencias de intervención telefónica viciadas de nulidad, añadiendo en recurso aparte (folio 22815, tomo XLVI) que el registro practicado en la sede de la mercantil PROAMBIENTE es, asimismo, nulo de pleno derecho por haberse practicado por el Secretario Judicial 143 del Juzgado de Orihuela, cuando debía serlo por el de Cieza, por radicar en dicho partido judicial el mencionado lugar, aportándose licencia de apertura del establecimiento del Ayuntamiento de Abanilla de fecha 22 de mayo de 2000, modelo 036 de declaración censal de fecha 23 de diciembre de 2010 y acta de inspección efectuada por la Diputación Provincial de Murcia de 5 de febrero de 2007. Solicitando, mediante otrosí, la inspección ocular del lugar reseñado en el auto para comprobar la inexistencia de edificación. En el recurso del Sr ORTIZ SELFA y Sr CANDEL MARTÍNEZ se hace especial hincapié en el hecho que a día de la fecha no consten en las actuaciones las piezas de convicción halladas en los registros practicados el 6 de julio de 2010 ni consta documentada la ausencia de las mismas (página 11 de su recurso, folio 22912 del tomo XLVI), Al folio 28 de su recurso, el Sr ABADÍA MARTÍNEZ efectúa sus consideraciones sobre el modo de ejecución de las diligencias de entrada y registro ordenadas mediante auto de 1 de julio de 2010, cuya nulidad insta, aduciendo que fue detenido y puesto en libertad con citación ante el Juzgado, sin informársele de los motivos ni de los hechos, y que no obstante no era procedente por razón de investigar hechos acaecidos en el año 2008. Por su parte, el Sr LEÓN BARAHONA alega en su recurso que carece de toda intervención en los hechos investigados en este Juzgado, sin que quede justificado el registro de su domicilio ni se requisaran ordenadores portátiles, incluso el de su hijo, y otros enseres. Añadiendo, como en el recurso anterior, que no se le informaron de los motivos de su detención ni de los hechos que se le imputaban. El recurso formulado por el Sr BRU GARCÍA, abunda en la solicitud deducida por el resto de defensas, haciendo especial significación en la infracción reiterada en los autos de intervención telefónica, que deparan la nulidad de los de entrada y registro. En turno de alegaciones, el Ministerio Fiscal impugna los recursos interpuestos: Al formulado por el Sr RIPOLL SERRANO frente al auto de 29 de mayo de 2007, por falta de legitimación y, en cuanto al fondo, cita los precedentes procesales que dan lugar a la solicitud policial y posterior dictado del auto, como son el auto de 12 de abril de 2007 – intervención de las comunicaciones del Sr FENOLL PÉREZ y del Sr FERRÁNDEZ PÑALVER-, declaraciones de imputado de ambos, informe policial de 7 de mayo de 2007, acompañado de CDs y guía de conversaciones mas significativas, auto de 11 de mayo de 2007 e informe policial de 23 de mayo de 2007. Dicho auto, sigue razonando, está convenientemente motivado conforme a la jurisprudencia aplicable al caso. Respecto del formulado por el Sr SÁNCHEZ LARROSA y el Sr RODRÍGUEZ MURCIA, distingue en sendos escritos: por un lado, debería ser inadmitido el recurso frente al auto de 29 de mayo de 2007 por carecer de legitimación, si bien entiende que las alegaciones de falta de motivación no pueden prosperar, así como tampoco la prospectividad de dicha resolución, para culminar manifestando que “no solo concreta en su fundamento de hecho primero los indicios racionales de criminalidad de comisión de las figuras delictivas de cohecho, tráfico de influencias, falsedad documental y malversación que fundamente su dictado, sino que también, en sus fundamentos jurídicos primero a cuarto, realiza una adecuada ponderación de los indicios existentes, derechos a los que afecta la adopción de la medida y la necesidad de adoptar la misma para el buen fin de la investigación, concluyendo, en su parte dispositivo, con la estimación de la solicitud de entradas y registros realizada por la autoridad judicial en la parte dispositiva del auto recurrido”. Y por otro, en cuanto al auto de 1 y 6 de julio de 2010, no comparte que deriven de actuaciones viciadas de nulidad, en alusión a las grabaciones que acompañan la denuncia de Fiscalía, a su vez aportadas por el Sr FENOLL PÉREZ, sino que además las encuentra correctamente motivadas conforma a la doctrina jurisprudencial (Sentencia del Tribunal Supremo 20-5-2009, nº 529/2009, rec. 1866/2008), designando aspectos muy concretos de la investigación desarrollada que implicarían a los recurrentes y recordando a éstos la vigencia del artículo 492 de la LECrim en cuanto a las facultades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la práctica de la detención, sin que en su momento instaran, si así lo entendían, el procedimiento de “habeas corpus”. Al recurso formulado por el Sr ABADÍA MARTÍNEZ, se opone igualmente, compartiendo los argumentos del auto de 145 1 de julio de 2010 en su integridad, reproduciendo sus pronunciamientos en cuanto a la corrección jurídica de la detención practicada por funcionarios policiales. Sobre el recurso formulado por el Sr LEÓN BARAHONA, especifica el Ministerio Fiscal que el registro practicado en su domicilio se corresponde con una pieza de la que se ha inhibido el Juzgado con posterioridad y se halla bajo secreto de las actuaciones, aún cuando reitera que la diligencia está motivada desde el punto de vista de su procedencia y proporcionalidad. Impugna los recursos formulados por el Sr FENOLL PÉREZ. En cuanto al registro del domicilio social de la mercantil PROAMBIENTE, no se incurre en vicio de nulidad el artículo 238.1 de la LOPJ, pues la diligencia se practicó en el domicilio social (Torremendo, Orihuela) y no en la planta (Abanilla), como se hizo constar en los folios 612 y ss y 15607 y siguientes, cuyas actas fueron debidamente extendidas y en las que nadie de los presentes durante su práctica hizo expresa manifestación de hacerse consignar cualquier tipo de irregularidad. Una vez analizadas las alegaciones de los recurrentes y los motivos de impugnación que relata el Ministerio Fiscal en algunos de sus escritos, y a diferencia de algunas de las resoluciones dictadas en materia de intervenciones telefónicas, los autos de entrada y registro no pueden sino ser confirmados en esta instancia por estar todos ellos debidamente motivados. Previo a ello, se considera necesario invocar la reciente Sentencia del Tribunal Supremo de 23 de Diciembre del 2010 (ROJ: STS 7314/2010), Recurso: 1273/2010. Ponente JUAN RAMON BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE, pues resulta aplicable al presente caso en cuanto a la continuidad de las investigaciones una vez practicados los registros ordenados mediante auto de 29 de mayo de 2007 –sin perjuicio de las matizaciones ya efectuadas sobre el tratamiento procesal que se hizo en la práctica por el Juzgado de los denominados hallazgos casuales-: “No obstante esta Sala Segunda ha marcando las diferencias existentes diligencia de intervención telefónica y registro domiciliario en los supuestos en descubierto un objeto delictivo distinto venido en la en el que es al que hubiera motivado la respectiva diligencia. Así en las sentencias 22.3.99 y 981/2003 de 3.7 se recuerda como esta Sala ha tenido oportunidad en diversas ocasiones de pronunciarse sobre el extremo que nos ocupa y viene sentando una doctrina consolidada en la que, resumiendo anteriores argumentos, se afirma que: "Es cierto que esta Sala, trasladando su doctrina sobre las escuchas telefónicas a la entrada y registro, resolvió algunos supuestos bajo un denominado principio de especialidad, concepto, a su vez, trasladado de la extradición. La jurisprudencia más reciente abandona dicha interpretación jurisprudencial destacando las diferencias existentes entre la intervención telefónica y la entrada y registro, tanto por la distinta afectación de una y otra diligencia sobre la intimidad, verdaderamente más intensa y directa en la intervención telefónica, como por la prolongación temporal de una y otra injerencia, pues la entrada y registro tiene acotada su duración temporal en una jornada y se desarrolla en unidad de acto, en tanto que la intervención telefónica tiene una duración que se prolonga a un mes susceptible de ampliación y, consecuentemente, con unas facultades de control judicial distintos ( SSTS 28-4-1995 y 7-6-1997 ), que ya se señaló que si en la práctica del registro aparecen objetos constitutivos de un cuerpo de posible delito distinto a aquel para cuya investigación se extendió el mandamiento habilitante, tal descubrimiento se instala en la nota de flagrancia por lo que producida tal situación la inmediata recogida de las mismas no es sino consecuencia de la norma general contenida en el art. 286 de la Ley Procesal ". En igual sentido, la reciente STS 167/2010 de 24.2 , recoge la doctrina de otras sentencias precedentes como la 315/2003 de 4.3 que, admitió la validez de la diligencia cuando, aunque el registro se dirigiera a la investigación de un delito se encontraran efectos o instrumentos de otro que pudiera entenderse como delito flagrante. La teoría de la flagrancia ha sido, pues, una de las manejadas para dar cobertura a los hallazgos casuales, y también la de la regla 147 de la conexidad de los arts. 17.5 y 300 LECrim ., teniendo en cuenta que no hay novación del objeto de la investigación sino simplemente "adición", y la STS. 742/2003 de 22.5 que expresa que la autorización judicial para la entrada y registro se concreta en actividades delictivas concretas, ello, sin embargo, no supone que el hallazgo de efectos o instrumentos que se refieren a conductas delictivas distintas queden desamparados de la autorización judicial que cubre la intromisión en la esfera privada que entraña un domicilio. Se ha impuesto en la doctrina de esta Sala una posición favorable a la licitud de la investigación de aquellas otras conductas delictivas que nacen de los hallazgos acaecidos en un registro judicialmente autorizado. Añade esta sentencia que no se puede seguir, como recuerda la STS 8-3-1994 el mismo criterio que cuando se trata de un intervención telefónica. En esta, por su propia naturaleza, presupone una prolongación temporal que permite, en los casos de escuchas referidas a otras conductas delictivas distintas, una ampliación de la autorización judicial habilitante. No sucede lo mismo con las entradas y registros, que se caracterizan por su realización en unidad de acto , de ahí que si en su práctica apareciera objetos constitutivos de un cuerpo de posible delito distinto a aquel para cuya investigación se extendió el mandamiento habilitante, tal descubrimiento se instala en la nota de flagrancia. La Constitución no exige en modo alguno, que el funcionario que se encuentre investigando unos hechos de apariencia delictiva cierre los ojos ante los indicios de delito que se presentasen a su vista, aunque los hallados casualmente sean distintos a los hechos comprendidos en su investigación oficial, siempre que ésta no sea utilizada fraudulentamente para burlar las garantías de los derechos fundamentales ( STC. 49/96 ) y también que, el que se estén investigando unos hechos delictivos no impide la persecución de cualesquiera otros distintos que sean descubiertos por casualidad al investigar aquéllas, pues los funcionarios de policía tienen el deber de poner en conocimiento de la autoridad penal competente los delitos de que tuviera conocimiento, practicando incluso las diligencias de prevención que fueran necesarias por razón de urgencia, tal y como disponen los arts. 259 y 284 LECrim. Cada una de las Sentencias descritas refiere a su vez la existencia de una consolidada jurisprudencia en el mismo sentido. ...El hallazgo casual de efectos que pudieran ser constitutivos de un objeto delictivo obliga a los funcionarios de la policía judicial que realizan la investigación y, en su caso, a los funcionarios de la Administración de Justicia, a su intervención y a la realización de aquellas diligencias necesarias para la investigación del delito para su persecución. Ese hallazgo casual participa de la naturaleza de la flagrancia que permite el registro e intervención de efectos, por lo que si, como sucede en el hecho objeto de la impugnación, el Juzgado de instrucción proporcionó en la investigación un mandamiento de entrada y registro para la intervención de objetos de procedencia ilícita y se obtuvieron efectos que podían constituir el objeto de un delito contra la salud pública, la intervención de los mismos se enmarca en una correcta actuación por parte de los funcionarios de policía judicial toda vez que el registro se practicó con observancia de la legalidad, constitucional y procesal, existió la debida proporcionalidad y los efectos intervenidos lo fueron casualmente, lo que se corrobora por la suspensión del registro para que en la diligencia intervinieran perros para ayudar a la intervención de sustancias tóxicas." En semejante sentido, entre otras y además de las Resoluciones mencionadas en la anterior, la STS de 1 de Febrero de 1999 , que afirma: "...el hallazgo de elementos o datos directos o indiciarios de la comisión de un delito distinto del que dio lugar a la iniciación de las investigaciones, la doctrina más reciente de esta 149 Sala viene estableciendo, en lo que respecta a los descubrimientos casuales de pruebas de otro delito distinto del inicialmente investigado, la posibilidad de su validez y de la adjudicación de valor probatorio a los elementos encontrados, siempre que se cumpla con el principio de proporcionalidad y que la autorización y la práctica del registro se ajuste a las exigencias y previsiones legales y constitucionales. Es evidente que el principio de proporcionalidad se respeta en el caso presente en cuanto que las pruebas encontradas se refieren a un delito grave (contra la salud pública) que justificaría autónomamente la concesión de una autorización habilitante para invadir el domicilio de la persona o personas sospechosas. Por otro lado, no podemos olvidar que existe una resolución judicial que autoriza la entrada, con lo que se cubren los presupuestos constitucionales inexcusables para legitimar una intromisión en el domicilio ajeno y también se observa, que se han cumplido las previsiones legales en su práctica, habiendo asistido además a la diligencia el Secretario Judicial con lo que quedan salvadas las previsiones de la Ley Procesal, en cuanto a los requisitos formales necesarios para su validez." Consecuentemente, reiterando anteriores razonamientos, ha de afirmarse una vez más que: a) Lo que realmente otorga validez a la práctica de un registro, cualquiera que fuere, no es sino la correcta habilitación judicial para la ejecución del allanamiento domiciliario legal, en el momento en el que éste se lleva a cabo, con la entrada de los funcionarios en la vivienda objeto de la pesquisa. b) Una vez cumplido tal requisito esencial, a partir de ese momento, la actuación policial discurre en un ámbito perfectamente legítimo, en sus dimensiones espacial y temporal, durante su transcurso íntegro. c) Por ello, cualquier hallazgo que, en tales circunstancias, se produzca no puede ser tachado de irregular vista la legalidad en la que la diligencia discurre. d) Si a ello se une, además, la concurrencia de la proporción entre la injerencia en el derecho fundamental y la gravedad del ilícito inesperadamente descubierto, la diligencia adquiere una imprescindible cobertura, como en el presente supuesto acontece al tratarse de un posible delito contra la Salud pública, sancionado por su trascendencia social con elevadas penas de prisión. e) Tan sólo si se advirtiera que todo ello pueda responder, en realidad, a un designio intencionado de los funcionarios solicitantes del registro que fraudulentamente hubieren ocultado al Juez autorizante, por las razones que fueren, el verdadero motivo de su investigación, la violación del domicilio habría de ser considerada nula. Circunstancia que, en el caso que nos ocupa, ni siquiera ha sido objeto de sospecha. Por consiguiente, debe concluirse, en definitiva, que el hecho de hallar, en un registro domiciliario, válida y fundadamente autorizado en su origen, efectos u objetos distintos de los correspondientes al ilícito inicialmente investigado, no convierte en ilegal la práctica de la diligencia así realizada, de modo que si aquella inicial autorización reunió todos los requisitos exigibles para ser tenida como correcta, los hallazgos producidos como resultado de la misma, han de ostentar pleno valor probatorio, cuando en las presentes diligencias concurre un datos que reforzaría, aún más el valor probatorio de la ocupación de la sustancia, cual es que autorizada la entrada y registro en el domicilio del recurrente”. Los autos están suficientemente motivados, haciendo especial referencia a los antecedentes que derivan en su práctica. El auto de 29 de mayo de 2007 no incurre en vicio de nulidad, y como consecuencia del mismo se produce el hallazgo de una serie de evidencias que impulsa la práctica de nuevas intervenciones telefónicas, las cuales ha perdurado en el tiempo, si bien, como queda patente, al no formalizar convenientemente las piezas de la investigación, la desarrollada respecto del proceso de adjudicación de la contrata del servicio de recogida de 151 residuos sólidos urbanos del municipio de Orihuela ya se encontraba culminada en cuanto fue adjudicada a la UTE SUFI-LIASUR-GOBANCAST. Por lo que, el simple transcurso del tiempo hasta que se ordenaron los registros por auto de 1 de julio de 2010, y el aclaratorio de 6 de julio de 2010, no significa mas que el riesgo de pérdida de posibles elementos de convicción o pruebas materiales de la comisión de la infracción penal investigada. No por ello debe desistirse de su práctica, la cual se consideró absolutamente necesaria, con independencia de si finalmente fuera infructuosa dado el tiempo que ha transcurrido desde la adjudicación del concurso hasta la fecha del registro. El hecho de haber declarado la nulidad de algunas resoluciones que acuerdan la intervención o prórroga de las intervenciones telefónicas no empece a la validez de los autos de 1 y 6 de julio de 2010, pues los mismos se habrían dictado con igual fundamento en las conversaciones no afectas por la declaración de nulidad. Del mismo modo, no se incurre en nulidad en la práctica del registro en el domicilio social de la mercantil PROAMBIENTE, como bien argumenta el Ministerio Fiscal, sino que además, en el hipotético caso de estar ubicada la sede social, que no la planta, en otro municipio que estuviera en partido judicial limítrofe, la actuación desarrollada no sería nula, pues así lo habilitaría el artículo 169.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, el cual expone que “se solicitará el auxilio judicial para las actuaciones que hayan de efectuarse fuera de la circunscripción del tribunal que conozca del asunto, incluidos los actos de reconocimiento judicial (casualmente el que propone el Sr FENOLL PÉREZ en otrosí de su recurso), cuando el tribunal no considere posible o conveniente hacer uso de la facultad que le concede esta Ley de desplazarse fuera de su circunscripción para practicarlas”. Finalmente, en cuanto a los comentarios vertidos sobre la práctica de detención, a los que contesta el Ministerio Fiscal, no puede sino reiterarse la vigencia del artículo 492 de la LECrim, así como el propio texto del auto de 1 de julio de 2010, el cual pese a no ordenar de oficio detención alguna, da la correspondiente cobertura a la Fuerza Actuante para el caso de producirse el hallazgo de alguno de los moradores fuera del lugar de la práctica del registro y, así, enervar cualquier intento de perturbar su correcto desarrollo con solicitudes de habeas corpus que serían desestimadas por falta de fundamento. Siendo imposible que por este Juzgador emita un pronunciamiento sobre la legalidad de esas detenciones, pues si de dichas alegaciones se desprendiera o bien la comisión de alguna infracción en el orden penal o bien irregularidad en el modo de su práctica de otra entidad no criminal, estaría valorando extremos sobre los que carecería de competencia e incurriría en la praxis procesal que las propias defensas han criticado abiertamente sobre el tratamiento procesal del objeto de la investigación. VIGÉSIMOQUINTO.Recursos formulados frente a providencias de fecha 16 de mayo de 2007, 11 de julio de 2007, 31 de julio de 2007 y 17 de septiembre de 2009. La primera de estas resoluciones han sido recurridas por las defensas del Sr RIPOLL SERRANO, Sr SÁNCHEZ LARROSA, Sr RODRÍGUEZ MURCIA, Sr ABADÍA MARTÍNEZ y Sr JOSÉ FENOLL, mientras que el Sr GREGORY FERNÁNDEZ recurre tanto ésta como las otras tres antes enumeradas (folios 388, tomo II; 1197, 1297 y 1421, tomo VI), referidas a la orden de recabar datos de titularidad de teléfonos móviles, en virtud de solicitudes de la Fuerza Actuante, obrantes a los folios 385-387, 1195-1196, 1280-1292 y 1419-1420. En síntesis, se considera por los recurrentes que la resolución debía revestir la forma de auto, a lo cual el Ministerio Fiscal se opone por dos motivos, la falta de legitimación de los recurrentes y la corrección formal y de fondo de la resolución. Los argumentos no pueden prosperar, debiendo confirmarse las resoluciones impugnadas. No por ello debe obviarse que tales solicitudes y autorizaciones podrían haberse evitado si, tanto en las previas peticiones y resoluciones acordando la intervención de líneas telefónicas, se hubiese consignado la suficiente amplitud de la parte dispositiva que habilitara el acceso a tales datos de titularidad de los teléfonos con los que contacta el número intervenido –obviamente, con el claro fin de solicitar la intervención de un número o números concretos, una vez identificado el interlocutor, muestra evidente de la necesaria selección de las líneas relevantes para la investigación-. VIGÉSIMOSEXTO.- Recursos 153 formulados por la representación procesal de FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA frente a autos de 17 de junio de 2009 y 27 de noviembre de 2009. Las resoluciones impugnadas acuerdan la expedición de mandamientos a la Tesorería General de la Seguridad Social (auto de 17 de junio de 2009, folio 7449 del tomo XXI) y a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (auto de 27 de noviembre de 2009, folio 8589 del tomo XXIV). Ninguna de estas resoluciones se refiere al recurrente, Sr BRU GARCÍA, por lo que sin verse afectado por la misma, carece de toda legitimación para impugnarla, siendo desestimado el recurso. VIGESIMOSEPTIMO.Recursos formulados por la representación procesal de RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ frente a autos de 7 de julio de 2010 y 13 de julio de 2010. Al folio 22899 del tomo XLVI, recurre el Sr GREGORY FERNÁNDEZ los autos de 7 de julio y 13 de julio de 2010, referidos al bloqueo de la caja de seguridad 023 de la Sucursal del Banco de Valencia. Entiende el recurrente que la medida se adopta partiendo de una premisa errónea, ya que la persona indicada en el auto de 7 de julio no es titular sino apoderada, se hace sin indicios que la relacionen con la investigación, remitiéndose a la providencia de 23 de diciembre de 2010. Como bien afirma el recurrente, no siendo preciso reproducir su contenido, la providencia de 23 de diciembre de 2010 concluyó que carecía de relación con la causa seguida ante este Juzgado, quedando por ello, sin efecto el bloqueo decretado por este Juzgado sobre la caja de seguridad, perdiendo toda virtualidad el recurso interpuesto al haber fenecido la medida adoptada que, en todo caso, si persiste lo será por otra causa distinta donde podrá deducir cualquier pretensión a tal fin. VIGÉSIMOOCTAVO.- Sobre los efectos de la estimación parcial de los recursos frente a autos de intervención telefónica en las presentes actuaciones. La presente resolución no es firme, por lo que, ante la previsión de interposición de recursos de apelación por todas las partes personadas, así como de la tramitación de los subsidiarios recursos de apelación que, desde ahora, se tienen por interpuestos sin carácter suspensivo (artículo 766.1 de la LECrim), una vez ganada firmeza, deberá abrirse la correspondiente pieza incidental donde se sustanciará, con los trámites de alegaciones correspondientes, la aplicación de la doctrina de los “frutos del árbol envenenado”, conforme al artículo 11.1, en relación con los artículos 238 y 240 de la LOPJ, por concurrir conexión de antijuridicidad entre diligencias de investigación declaradas nulas y las que deriven necesariamente de ellas, dejando constancia de cuantas diligencias no queden afectas por esta declaración de nulidad. Se deberá someter a decisión gubernativa la cuestión del reparto de asuntos desglosados e inhibidos a Decanato para reparto, conforme a lo razonado en el fundamento jurídico 12º. Con arreglo a lo expuesto en el fundamento 22º, se deberá exhortar al Decano de los Juzgados de Alicante a fin de identificar el órgano al que recayó el desglose ordenado mediante auto de 4 de abril de 2008, número de procedimiento que le fue asignado y estado procesal de dicha causa. VIGÉSIMONOVENO.- Sobre los efectos resolución en las piezas desglosadas. de la presente Ha de recordarse, en este punto, lo expuesto por la Sentencia del Tribunal Supremo de 5 de febrero de 2010 (Roj: STS 794/2010), Nº de Recurso: 1682/2009, Ponente JOSE MANUEL MAZA MARTÍN, que resuelve esta cuestión: “se afirma en la Resolución analizada que no puede aceptarse la legalidad de las "escuchas" autorizadas en este procedimiento porque la información relativa a la línea telefónica de la que era titular el inicialmente investigado en las presentes actuaciones procedía de unas previas intervenciones telefónicas, practicadas en otro procedimiento precedente acerca del cual no existe constancia suficiente en éste de la necesaria cobertura judicial para su práctica, en concreto de las prórrogas de la inicial autorización al amparo de las cuales se obtuvieron los datos sobre los que se apoyó la autorización correspondiente, otorgada ya en esta Causa. 155 En orden a esta importante cuestión de la necesidad de constancia en unas determinadas actuaciones de los testimonios que permitan valorar la corrección de las diligencias llevadas a cabo en otro procedimiento precedente, de las que proceden datos de la investigación que han de servir de fundamento a autorizaciones acordadas en este distinto y posterior, tuvo oportunidad de pronunciarse el Pleno no jurisdiccional de esta Sala de 26 de Mayo de 2009, acordando que: "En los procesos incoados a raíz de la deducción de testimonios de una causa principal, la simple alegación de que el acto jurisdiccional limitativo del derecho al secreto de las comunicaciones es nulo, porque no hay constancia legítima de las resoluciones antecedentes, no debe implicar sin más la nulidad. En tales casos, cuando la validez de un medio probatorio dependa de la legitimidad de la obtención de fuentes de prueba en otro procedimiento, si el interesado impugna en la instancia la legitimidad de aquel medio de prueba, la parte que lo propuso deberá justificar de forma contradictoria la legitimidad cuestionada. Pero, si, conocido el origen de un medio de prueba propuesto en un procedimiento, no se promueve dicho debate, no podrá suscitarse en ulteriores instancias la cuestión de la falta de constancia en ese procedimiento de las circunstancias concurrentes en otro relativas al modo de obtención de las fuentes de aquella prueba." Será, por tanto, en cada una de las causas donde tendrán que hacerse valer estas pretensiones y los Juzgadores competentes, con la independencia de criterio que le tiene reconocido el artículo 117.1 de la CE, resolver lo procedente en derecho. No obstante, se remitirá testimonio de la presente resolución a cada uno de los Juzgados en los que haya recaído alguna conocimiento. de las causas desglosadas, para su TRIGÉSIMO.- Siendo subsidiariamente aplicable la Ley de Enjuiciamiento Civil, conforme al artículo 4 de la misma, es preciso señalar, que el plazo previsto por el artículo 222 in fine de la LECrim para resolver los recursos de reforma, que es de dos días, ha sido superado con creces, obedeciendo ello, en virtud de lo previsto por el artículo 211.2 de la LECivil, al volumen de recursos interpuestos y escritos de impugnación y/o adhesión, ocupando tres tomos de las presentes actuaciones, la complejidad jurídica de las pretensiones a sustanciar, contrastada con la extensión de la presente resolución, unida a la atención prestada a la tramitación ordinaria de ésta y otras causas complejas seguidas en el Juzgado, así como a cuantas otras no revistan mayor entidad, la llevanza del Registro Civil así como el desarrollo de visitas de inspección a los Registros Civiles de los Juzgados de Paz dependientes de este partido judicial que, en número de veinte, no se habían hecho en su inmensa mayoría desde el año 1994. En atención a lo expuesto, se acuerda la siguiente PARTE DISPOSITIVA Primero.- Se inadmite el incidente excepcional de nulidad de actuaciones promovido por JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ y FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, conforme a los fundamentos jurídicos segundo y tercero. Segundo.- Se desestiman por falta de legitimación los recursos de reforma interpuestos por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, JORGE SANZ SÁNCHEZ, ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ, RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA, JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ, FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA y RAAMÓN FENOLL PÉREZ, y que se relacionan en los fundamentos jurídicos cuarto, quinto, sexto, séptimo y octavo. Tercero.- Se inadmiten las alegaciones ampliatorias formuladas por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO 157 RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, de acuerdo con el fundamento jurídico noveno, sin perjuicio de resolver sobre las mismas. Cuarto.- Se desestiman los recursos de reforma interpuestos frente al auto de incoación de diligencias previas de 8 de marzo de 2007 por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ y FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, conforme a lo dispuesto en el fundamento jurídico décimo. Quinto.- Se desestiman los recursos de reforma interpuestos por ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ frente al auto de 9 de mayo de 2007, estimándose los recursos de reforma interpuestos frente al auto de 11 de mayo de 2007 por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, JORGE SANZ SÁNCHEZ, ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ y FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, el cual se deja sin efecto y, conforme a lo expuesto por el fundamento jurídico duodécimo y vigésimo octavo, elevar al Decano de los Juzgados del partido judicial de Orihuela la impugnación del reparto de asuntos entre este Juzgado y los siguientes: 1º Con el Juzgado de Primera Instancia 1 (antiguo mixto 6), respecto de los hechos desglosados por auto de 9 de mayo de 2007 y a los que correspondieron las Diligencias Previas 1346/2007. 2º Con el Juzgado de Instrucción 2 (antiguo mixto 5), respecto de los hechos “Las Algas”, que forman sus Diligencias Previas 2270/2010 y, en este Juzgado serían las Diligencias Previas 8/2011. 3º Con el Juzgado de Instrucción 3 (antiguo mixto 7), respecto de los hechos “Caminos a la planta de Proambiente”, que forman sus Diligencias Previas 2345/2010 y, en este Juzgado serían las Diligencias Previas 9/2011. 4º Con el Juzgado de Instrucción 2 (antiguo mixto 5), respecto de los hechos “Rafal”, que forman sus Diligencias Previas 2269/2010 y, en este Juzgado serían las Diligencias Previas 10/2011. 5º Con el Juzgado de Instrucción 1 (antiguo mixto 1), respecto de los hechos “Bigastro”, que forman sus Diligencias Previas 2559/2010 y, en este Juzgado serían las Diligencias Previas 11/2011. 6º Con el Juzgado de Instrucción 1 (antiguo mixto 1), respecto de los hechos “Algorfa”, que forman sus Diligencias Previas 2558/2010 y, en este Juzgado serían las Diligencias Previas 12/2011. 7º Con el Juzgado de Instrucción 2 (antiguo mixto 5), respecto de los hechos “Pilar de la Horadada”, que forman sus Diligencias Previas 2268/2010 y, en este Juzgado serían las Diligencias Previas 13/2011. 8º Con el Juzgado de Instrucción 3 (antiguo mixto 7), respecto de los hechos “Jacarilla”, que forman sus Diligencias Previas 2345/2010 y, en este Juzgado serían las Diligencias Previas 14/2011. 9º Con el Juzgado de Instrucción 3 (antiguo mixto 7), respecto de los hechos “Callosa de Segura”, que forman sus Diligencias Previas 2345/2010 y, en este Juzgado serían las Diligencias Previas 15/2011. Sexto.- Se desestiman los recursos interpuestos frente a los autos de 12 y 13 de julio de 2010, éste último recurrido solo por ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, conforme a lo expuesto en el fundamento jurídico duodécimo. Séptimo.- Se desestiman los recursos interpuestos frente a los autos de prórroga de secreto de las actuaciones por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, JORGE SANZ SÁNCHEZ, RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ, ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA, JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ y MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ (fundamento jurídico decimotercero). Octavo.Se estima parcialmente el recurso interpuesto por ÁNGEL FENOLL PÉREZ frente a los autos de intervención telefónica, declarando nulas las diligencias practicadas sobre el recurrente desde el auto de 16 de mayo de 2008 (fundamento jurídico decimosexto). Noveno.Se estima parcialmente interpuesto por RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ 159 el recurso frente a los autos de intervención telefónica, declarando nulas las diligencias practicadas sobre el recurrente desde los autos de 13 y 23 de mayo de 2008 (fundamento jurídico decimoséptimo). Décimo.- Se desestima el recurso interpuesto por JORGE SANZ SÁNCHEZ frente a los autos de intervención telefónica (fundamento jurídico decimoctavo). Undécimo.Se estima parcialmente el recurso interpuesto por ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO frente a los autos de intervención telefónica, declarando nulas las diligencias practicadas sobre el recurrente desde el auto de 15 de enero de 2008 (fundamento jurídico decimonoveno). Duodécimo.Se estima parcialmente el recurso interpuesto por MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ frente a los autos de intervención telefónica, declarando nulas las diligencias practicadas sobre el recurrente desde el auto de 25 de enero de 2008 (fundamento jurídico vigésimo). Decimotercero.- Se estima parcialmente el recurso interpuesto por ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA y GINÉS SÁNCHEZ LARROSA frente a los autos de intervención telefónica, declarando nulas las diligencias practicadas sobre el recurrente desde el auto de 25 de enero de 2008 (fundamento jurídico vigésimo primero). Decimocuarto.- Se estima parcialmente el recurso interpuesto por ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA y JOSÉ CANDEL MARTÍNEZ frente a los autos de intervención telefónica, declarando nulas las diligencias practicadas sobre el recurrente desde el auto de 30 de noviembre de 2009 (fundamento jurídico vigésimo segundo). Decimoquinto.- Se estima parcialmente el recurso interpuesto por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO frente a los autos de intervención telefónica, declarando parcialmente nulas las diligencias practicadas sobre el teléfono de la esposa del recurrente desde el auto de 11 de agosto de 2009, así como completamente nulas las diligencias practicadas sobre el recurrente desde el auto de 30 de noviembre de 2009 (fundamento jurídico vigésimo tercero). Decimosexto.- Desestimar los recursos de reforma interpuestos por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, ENRIQUE TOMÁS ORTIZ SELFA, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ, JOSÉ FRANCISCO JAVIER LEÓN BARAHONA, FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, ÁNGEL FENOLL PÉREZ y ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO frente a los autos de entrada y registro de fechas 27 de mayo de 2007, 1 de julio de 2010 y 6 de julio de 2010 (fundamento jurídico vigésimo cuarto). Decimoséptimo.- Desestimar los recursos de reforma interpuestos por JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL SERRANO, ANTONIO RODRÍGUEZ MURCIA, GINÉS SÁNCHEZ LARROSA, MANUEL ABADÍA MARTÍNEZ, JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ y RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ frente a las providencias de 16 de mayo de 2007, 11 de julio de 2001, 31 de julio de 2007 y 17 de septiembre de 2007 (fundamento jurídico vigésimo quinto). Decimoctavo.Desestimar el recurso de reforma interpuesto por FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA frente a los autos de 17 de junio de 2009 y 27 de noviembre de 2009 (fundamento jurídico vigésimo sexto). Decimonoveno.- Desestimar el recurso de reforma interpuesto por RAFAEL GREGORY FERNÁNDEZ frente a los autos de 7 de julio de 2010 y 13 de julio de 2010 (fundamento jurídico vigésimo séptimo). Vigésimo.- Los efectos de la presente resolución serán los expuestos por el fundamento jurídico vigésimo octavo, procediéndose y resolviéndose en resolución aparte conforme a lo previsto en el mismo. Notifíquese al Ministerio Fiscal y demás partes personadas la presente resolución, remitiéndose testimonio de la misma a los órganos judiciales de los partidos judiciales de Alicante, Dénia y Cieza en los que recayó asunto desglosado por este Juzgado y en esta causa, para su conocimiento. Esta resolución no es firme, y frente a ella cabe interponer recurso de apelación en el plazo de cinco días ante este mismo Juzgado y para la Audiencia Provincial de Alicante, debiendo revestir los requisitos formales contemplados por el artículo 766 de la LECrim. La acusación popular deberá consignar el correspondiente depósito, previsto por la Disposición Adicional Decimoquinta de la Ley Orgánica del Poder Judicial, introducida mediante Ley Orgánica 1/2009, de 3 161 de noviembre, que deberá documentalmente, en la Consignaciones del Juzgado. efectuarse, Cuenta de y acreditarse Depósitos y Se tienen por interpuestos, en un solo efecto, los subsidiarios recursos de apelación que formulan las representaciones procesales de ÁNGEL FENOLL PÉREZ, ANTONIO ÁNGEL FENOLL CAMPILLO, JOSÉ FENOLL SÁNCHEZ y FRANCISCO JAVIER BRU GARCÍA, concediéndose a los recurrentes el plazo de cinco días y ante este mismo Juzgado y para la Audiencia Provincial de Alicante, para formular alegaciones y presentar documentos, según los requisitos formales contemplados por el artículo 766.4 de la LECrim. Así lo acuerda y firma Don CARLOS SAN MARTÍN GÓMIZ, Magistrado-Juez del Juzgado de Primera Instancia número TRES de ORIHUELA, doy fe. DILIGENCIA.- Seguidamente se cumple lo acordado, doy fe.