Siglo nuevo opinión Bebida de dioses Victoria Luisa de Terrazas L os regalos que México ha obsequia- la bebida indígena para sostener las fuerdo al mundo son incontables. Es zas de los soldados durante todo un día de bueno detenerse de vez en cuando marcha. El conquistador, al comprobar el a leer historia prehispánica para darnos magnífico energético del cacao, lo empezó cuenta de la generosidad de nuestras a mandar a su patria desde el siglo XVI, tierras en productos alimentarios y me- fecha en la que llegaron a América. dicinales, de los que hoy goza el mundo La palabra náhuatl “cacahuatl”, al paentero sin saber, la mayoría de las veces, sar al español, se transformó en cacao, y de dónde son originarios. Ahí están el lo adoptaron con ese nombre los portumaíz, el cacao, la vainilla, el frijol, el chile, gueses, franceses, italianos y holandeses, los nopales, el tomate, y no acabamos de como lo consigna García Rivas en sus esenumerarlos. tudios; sólo los alemanes, polacos y húnPero el más valioso alimento encontra- garos lo llaman cocoa, lo mismo que los do por Cortés en México, fue el cacao. En norteamericanos, que hasta el año 1755 lo un principio no se interesó mayormente descubren -cuando eran colonia inglesa. por él, ya que la bebida no le atraía a los La interesante publicación El libro del españoles porque era sólo una especie de amante del chocolate, de la experta francehaba tostada y molida, cuya pasta se mez- sa Martine Jolly, nos cuenta que el choclaba con agua pero, cuando notó que el colate, la bebida mexicana seduce o, más cacao servía para toda clase de transac- bien, enloquece a los españoles de entonciones comerciales entre los indígenas ces, al grado de que los que regresaban a locales y hasta en países vecinos, vio en su patria no podían prescindir de él. Al las semillas un medio para conseguir el principio los no conocedores lo consideoro que tanto buscaba para solventar sus raban como medicamento para la debiliexpediciones. dad orgánica o como filtro mágico por su En su primera carta al emperador Car- eficacia, hasta ser, finalmente, reconocido los V, Hernán Cortés menciona el cacao y como un magnífico alimento y reconstitues uno de los primeros obsequios que le yente, hasta que lo encuentran más y más envía, con instrucciones para beberlo delicioso cuando lo perfuman con vainilla adecuadamente, en donde le decía al dig- y canela, como lo hacían los mexicanos. natario español que bastaba una taza de En la Nueva España llegó a tal grado el 14 • Sn gusto por el chocolate, que con el pretexto de que la duración de los oficios divinos se prolongaban en demasía y las señoras no podían debilitarse, sus sirvientas les llevaban a la misma iglesia sus buenas tazas de chocolate para fortalecerlas, lo que obligaría a los obispos a la amenaza de una excomunión. Pero de seguro no se llegó a ese extremo, pues era tanta la atracción por la bebida, que hasta en los mismos conventos de monjes se empieza a consumir y a confeccionar la tan exitosa bebida de nuestros ancestros. Al chocolate lo conocen los franceses por el matrimonio de la infanta Ana de Austria, hija de Felipe II, con Luis XIII. En el equipaje de la joven princesa no podía faltar el tan mencionado chocolate, que luego saborearía toda Francia. La autora Jolly nos dice que el Cardenal de Lyon, hermano de Richelieu, lo tomaba, según él, para luchar contra los humores del bazo, la ira y el mal humor. Reconocido el “chocolatl” en el mundo entero por nutritivo y fortalecedor, saboreado por millones como bebida deliciosa, lo único que nos entristece es que no se reconozca que su principio vino de un pueblo fuerte, bravo e industrioso donde vivían los aztecas y que orgullosamente se llamó México Tenochtitlan. §