IDEAS SOBRE LA EXPERIENCIA DE LA EMPRESA ESPAÑOLA EN LATINOAMÉRICA Madrid, Septiembre 2013 RESUMEN EJECUTIVO Latinoamérica ha sido el destino principal de las inversiones exteriores españolas. Actualmente, el stock de inversión española en la Región supera los 115.000 millones de euros. En 2011 la inversión española directa en América Latina fue el 14% del total de la inversión extranjera directa en la región. El compromiso de las empresas españolas con Latinoamérica es una apuesta a largo plazo. En 2012 ante la falta de liquidez y contracción del crédito debido a la crisis en Europa, algunas empresas se vieron obligadas a vender activos. La desinversión fue del 27,3% en México, del 11,6%, en Brasil y del 8,7% en Colombia. Este movimiento desinversor ha sido tan solo coyuntural. En el 2013 las grandes empresas españolas han incrementado su actividad inversora en estos países. A esta situación se une la importante llegada de la inversión de pymes españolas y de los nuevos emigrantes españoles, muy cualificados. La empresa española ha contribuido a la generación de empleo y fomento del tejido productivo latinoamericano, así como al desarrollo y la inclusión social. Asimismo, han favorecido la transferencia de tecnología. Brasil, México, Colombia, Chile y Argentina, seguidos de Perú y Panamá, son los países en los que hay una mayor presencia de empresas españolas. La inversión directa española se ha centrado en servicios financieros, energía, infraestructuras, telecomunicaciones, fabricación metalúrgica, seguros y servicios. La llegada de pymes ha diversificado los sectores: moda, informática, hábitat... Los retos a los que se enfrenta América Latina son: mejorar la seguridad jurídica y el clima de inversiones, proteger la propiedad intelectual, así como, fomentar la integración regional. La interlocución de España ante la UE ha permitido poner en valor las relaciones de la UE con esta región. La CEOE apoya los avances realizados en política comercial y lamenta que las relaciones UE-Mercosur sigan paralizadas. Por último, las organizaciones empresariales iberoamericanas hemos mantenido siempre unas excelentes relaciones y debemos reforzar nuestro papel como interlocutores sociales y económicos. 1 El compromiso de las empresas españolas con Latinoamérica es una apuesta a largo plazo. Actualmente, el stock de inversión española en la Región supera los 115.000 millones de euros, el equivalente al PIB de Perú o similar al de toda la región centroamericana. Latinoamérica ha sido el destino principal de las inversiones exteriores españolas que alcanzaron los 86.000 millones de euros en el periodo 1993-2001. Sin embargo, las inversiones españolas se han reducido en términos absolutos a lo largo de la última década ante el incremento de las inversiones españolas con destino a países socios de la Unión Europa. En 2002-2011 las inversiones en Latinoamérica registraron un valor de 62.000 millones de euros. En 2011 la inversión española directa en América Latina fue el 14% del total de la inversión extranjera directa en la región. El ciclo de prosperidad relativa de Latinoamérica va acompañado de la llegada de nuevos socios, del desarrollo del comercio con Asia, que se materializa en la iniciativa “Alianza del Pacífico”, y de una mayor cooperación entre países latinoamericanos. En 2012 los flujos de inversión española hacia los países de Latinoamérica representaron el 46,2% del total y se centraron en especial en Chile, Argentina y Perú. Sin embargo, ante la falta de liquidez y contracción del crédito debido a la crisis en Europa, algunas empresas se vieron obligadas a vender activos o participaciones en los mercados de valores. La desinversión fue del 27,3% en México, del 11,6%, en Brasil y del 8,7% en Colombia. Este movimiento desinversor ha sido tan solo coyuntural ya que la estrategia a futuro de las empresas españolas pasa por seguir apostando por Latinoamérica. 2 La tendencia generalizada de la mayoría de las grandes empresas españolas con intereses en Latinoamérica es la de incrementar su actividad inversora en estos países en el 2013. A esta situación se une la importante llegada de la inversión de pymes españolas y el aumento de las exportaciones de bienes hacia estos mercados, con una clase media emergente y cada vez mayor renta per cápita. Asimismo, Latinoamérica se está consolidando como destino importante de los nuevos emigrantes españoles, muy cualificados y dispuestos a participar en el crecimiento de sus países de destino. Este proceso está acompañado del regreso de inmigrantes latinoamericanos a sus países de origen. La inversión española en Latinoamérica está orientada a servir al mercado de destino. Cabe destacar la importante contribución de la empresa española en la generación de empleo y fomento del tejido productivo latinoamericano, así como la transferencia de tecnología realizada. Asimismo, las empresas españolas han favorecido el desarrollo y la inclusión social y utilizan buenas prácticas de responsabilidad social corporativa. Brasil, México, Colombia, Chile y Argentina son los países en los que hay una mayor presencia de empresas españolas. Perú y Panamá son también países atractivos para la inversión española. Por sectores, la inversión directa española en Latinoamérica se ha centrado en servicios financieros, energía, infraestructuras, telecomunicaciones, fabricación metalúrgica, seguros y servicios. La llegada de pymes ha diversificado los sectores: moda, informática, hábitat... Por otra parte, las actividades de extracción de crudo y gas en la región pasaron de recibir el 21,6% de los flujos de inversión 3 españoles en los años 90, en gran medida por la adquisición de YPF, a tan solo representar un 1,1% del total en la pasada década. La preferencia por países está muy relacionada con las expectativas que generan sus economías. El PIB latinoamericano crecerá en torno al 4% en 2013. Colombia, Perú y Chile están en cabeza, seguidos de Brasil y México. Latinoamérica es muy diversa y mientras la empresa española ha podido percibir, en algunos países, mayores riesgos políticos y de propiedad o un menor cumplimiento de la ley, también es cierto que ha valorado, en muchos otros países, una mejora de la protección de los derechos de propiedad y del marco de inversiones. Los retos a los que se enfrenta América Latina son: mejorar la seguridad jurídica y dotarse de marcos jurídicos previsibles, mejorar el clima de inversiones, combatir la piratería y proteger la propiedad intelectual, así como, fomentar la integración regional. La falta de infraestructuras y comunicaciones entre los países debe solventarse con el apoyo de las Instituciones Financieras Internacionales. Las empresas españolas tienen una dilatada experiencia en estos proyectos que contribuyen a cimentar esta necesaria integración regional que amplia mercados. Por otra parte, España ha desempeñado, desde la adhesión a la Unión Europea, un papel importante de interlocutor de Latinoamérica que ha permitido poner en valor las relaciones de la UE con esta región. La CEOE ha apoyado, con determinación, los avances realizados en política comercial. Es necesario avanzar en la convergencia regulatoria y la supresión de barreras técnicas al comercio. La UE tiene firmados Acuerdos de Libre Comercio con México y Chile, en el marco de sendos Acuerdos de Asociación. 4 Existe asimismo un reciente Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Centroamérica. Desde el 1 de agosto de 2013 se aplica provisionalmente el pilar comercial de este Acuerdo a Honduras, Nicaragua y Panamá y próximamente se extenderá también a Costa Rica, El Salvador y Guatemala. Las empresas se beneficiarán de un sistema de preferencias, se reforzarán las relaciones económicas y se promoverán la integración regional y el desarrollo sostenible. También el 1 de agosto de 2013 entró en vigor el Acuerdo comercial global de gran alcance entre la UE y Colombia y Perú que suprime las barreras comerciales entre las tres partes. Este Acuerdo, abierto a una participación posterior de Ecuador y Bolivia, es uno de los más avanzados e incluye la no discriminación y protección de inversiones, junto con la solución de diferencias. La CEOE lamenta que, sin embargo, las relaciones UE-Mercosur sigan paralizadas. Los acuerdos comerciales fomentan el comercio y las inversiones que generan crecimiento y empleo. Asimismo, evitan las tendencias proteccionistas que provocan ineficacia y rigideces en el mercado. Por último, las organizaciones empresariales iberoamericanas hemos mantenido siempre unas excelentes relaciones y debemos reforzar nuestra colaboración. Las organizaciones empresariales están llamadas a desempeñar un papel destacado como interlocutores sociales y económicos, modelo que se ha realizado con éxito en España y que tiene camino a recorrer en Latinoamérica. 5