Diariomedico.com > Secciones [ Envíe esta noticia ] [ Imprimir ] [ Feedback ] 15 de abril de 2005 Pilar Laguna. Murcia Cuando ir de compras se convierte en una obsesión Impaciencia y ansiedad por conseguir un artículo deseado, gastar más de lo necesario, engañar a la familia sobre los precios o adquirir productos innecesarios son algunos de los síntomas que desvelan un trastorno adictivo por las compras, calificada por la OMS como socioadicción. Hasta hace unos años se creía que una adicción se desarrollaba al tomar sustancias que provocan reacciones bioquímicas en el cerebro, independientemente de la personalidad. Sin embargo, los últimos estudios han mostrado que el incremento de la neurotransmisión de dopamina en el cerebro también se puede producir por atracones de comida, relaciones sexuales, compras u otras actividades que en algunas personas desencadenan sensaciones de euforia de las que no pueden prescindir. "En las adicciones en las que no intervienen sustancias tóxicas lo que importa es la relación de dependencia de la persona con una determinada situación o actividad, la abstinencia que desarrolla cuando se priva de ella y la pérdida de libertad personal y de control sobre su conducta", ha señalado Concepción López Soler, profesora de Psicología Clínica de la Universidad de Murcia. La razón de todas las adicciones es la necesidad de vivir una experiencia fuerte, que implique euforia y placer, disforia y abstinencia, deseo, tolerancia, dependencia, intentos de dejarlo, negación y pérdida, y también lucha por recuperar el autocontrol. "La pérdida de control, la disminución del interés por otras actividades lúdicas o gratificantes y el que interfieran de forma grave o negativa en la vida cotidiana de la persona es lo que caracteriza a un adicto ante las compras, el sexo, el trabajo o el juego". Sin embargo, cualquier adicción que no sea a una sustancia tóxica no está considerada como trastorno mental entre las clasificaciones de la Asociación de Psiquiatría Americana o la propuesta por la Organización Mundial de la Salud. Se definen como socioadicciones porque las fomenta la sociedad de consumo, aunque López Soler ha sugerido que sería más correcto denominarlas adicciones psicológicas. Lo cierto es que en algunos casos son los síntomas de trastornos graves de personalidad o de otras psicopatologías. Para calificar como patológico el gusto por las compras tienen que cumplirse ciertos requisitos: sentir obsesión por algo que apetece tener, impulso irresistible de comprarlo, experimentar culpabilidad después del gasto, necesidad de comprar para encontrarse bien, adquirir artículos innecesarios con frecuencia, impaciencia o ansiedad por conseguir lo deseado, gastar por encima de las posibilidades, mentir a la familia sobre los precios… La psicóloga clínica propone tratamientos de psicoterapia cognitivo-conductual con varias fases: el control de estímulos relacionados con la adicción, la exposición prolongada a los estímulos que provocan deseo intenso, solución de los problemas específicos, cambios en el estilo de vida y, finalmente, una prevención de las recaídas. López Soler ha hecho algunas recomendaciones para controlar la adicción, como elaborar un presupuesto, anotar lo que se compra y se gasta a diario, no comprar nada fuera de la lista, no entretenerse viendo tiendas y llevar el dinero justo.