Según mi historia…¡¡¡ que hace 16 años hizo su aparición, por decisión voluntaria en mi vida, la persona que vino a cumplir un rol protagónico en mi camino, sentí un gran triunfo, ya que lo deseaba tanto y al fin llego, la persona que más amo en el mundo entero, lo más lindo y deseado, apareció nada más y nada menos el Sr. Jefferson y fue allí que obtuve mi mejor titulo, pues, me gradué de Mamá, este título que me costó tanto por el cual luche, sin cuartel a la esterilidad, un 15 de marzo recibí mi título con la mejor de mis vestimenta una bata azul de clínica, sin maquillaje, hinchadísima y cansada por las 8 horas de parto, para que al fin fuera una cesárea; recuerdo todos los días de mi vida esos ojos mirándome cuando me lo enseño la Doctora para que lo viera por primera vez en el quirófano, ha sido por siempre mi recuerdo más preciado y atesorado. La vida de mi hijo la estoy viendo pasar por mis ojos todos los días, desde que lo veo dormir, reír, “elefantico trompudo, pelúo, enamorado, cantando, malcriado, alegre, con hambre, misterioso, llorando, mi gran Pulga, bailando, estudiando, pintando, jugando, aprendiendo por sus medios. Él es mi vida misma, mi esencia, mi todo. A mi hijo le entrego todos los días mis éxitos, y le enseño familiares, espero que se esmere mucho los valores y se dedique a sus cosas, se divierta y estudie mucho; ya que le exijo demasiado porque soy de las mamás que le demando todos los días que tenga metas y por supuestos que las siga. A las personas que lean estas humildes líneas de mi parte he aprendido con la vivencia a ejercer esta función con tropiezos porque no sabía nada, pero cada vez que veo a mi Hijo, siento que hasta ahora voy por buen camino y juntos nos hemos ganado 20 puntos en está materia.