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TRAS EL 20 D
Recuperar nuestros derechos y la movilización social
Apenas unas horas de acabado el recuento de votos, el MATS, quiere dirigirse a los trabajadores y a
la opinión pública para hacer una valoración de estas elecciones.
1.- La primera lectura es que se hace difícil encontrar un ganador claro e indiscutible; sin embargo
sí hay algunos perdedores.
El PP que ha perdido 64 escaños y tres millones de votos. El PSOE que pierde 19 escaños y se sitúa
en el resultado más bajo de su historia. Si bien el bipartidismo no se ha hundido definitivamente, ha
perdido 20 puntos. Por lo tanto, de todos los datos, ese es uno de los resultados a destacar. Por su
parte, aparecen nuevos actores políticos como Podemos con 69 diputados y Ciudadanos con 40.
Podemos alcanza un buen resultado con más de cinco millones de votos y el 20,66%.
2.- A estas alturas es imprevisible lo que pueda suceder. Los escenarios son varios: la repetición de
nuevas elecciones; la formación de un gobierno llamado de “centro izquierda” (que debería
involucrar al menos a cinco partidos: PSOE, Podemos, IU, ER y Coalición Canaria) y, la más difícil
de todas, que sería la gran coalición (PP y PSOE). Lo que parece inviable es el gobierno de PP y
Ciudadanos (que solo sumarían 162 escaños, lejos de una mayoría que es de 176 diputados).
3.- Una cosa parece clara. Los próximos meses o años se caracterizarán por una mayor inestabilidad
política (en un país como éste donde el bipartidismo de mayorías absolutas han marcado su
impronta política). Si llegara a formarse un nuevo gobierno, éste, sería mucho más débil de los que
le precedieron. Debilidad que podría traducirse en la dificultad de buscar aliados parlamentarios,
como también de poner en marcha nuevas políticas de austeridad y recortes. Una nueva situación
favorable a los intereses de las clases populares.
4.- La austeridad y los recortes, así como el expolio de lo público sigue siendo el principal problema
que tenemos las clases trabajadoras.
Con estas elecciones generales, las clases dominantes pretendían legitimarse en las urnas con una
victoria de los partidos que mejor les han representado (PP, Ciudadanos y los nacionalismos
catalanes o vascos). No ha sido así.
La pírrica victoria del PP no da para llevar adelante un plan de austeridad y recortes como los que
implementó a lo largo de los últimos cuatro años. La Comisión Europea exigirá a un futuro
gobierno recortar entre 9.000 y 13.000 millones de euros que, con toda seguridad, afectarán a la
sanidad, la educación y los gastos sociales. ¿Quién le pone ahora el cascabel al gato?
No hay, en estos momentos, una fuerza política legitimada para llevar adelante las exigencias de la
U.E. A no ser, claro está, que se forme un gobierno de coalición PP y PSOE del que reiteradamente
ha negado Pedro Sánchez. Esta hipótesis “a la griega” podría ser muy útil para la U.E. Pero
significaría la destrucción del PSOE.
5.- La correlación de fuerzas parlamentarias a día de hoy ha dado un paso para un cambio, pero no
en la profundidad requerida o, al menos, lo que cabía esperar después de cinco años de luchas
sociales, huelgas generales, 15M o Mareas. Pareciera que el resultado final queda aún algo lejos del
esfuerzo y las energías desarrollados estos años y los anhelos por cambiar las cosas, acabar con las
políticas de ajustes salariales, austeridad, recorte de derechos sociales y laborales. Si bien un partido
como Podemos pasó de cero a tercera fuerza, no ha sido suficiente para provocar un cambio de
rumbo político y social.
6.- Y eso también es debido a que la movilización social empezó a decaer aproximadamente a
comienzos de 2014.
Para ganar en las urnas se necesita mucha más fuerza en las calles. Cuando las calles se fueron
vaciando se empezaron a llenar las urnas, pero no al ritmo que requería la situación. Estos dos
últimos años han servido para que las clases dominantes con sus partidos afines y sus ingentes
medios de comunicación lanzaran una ofensiva política en toda la regla: los furiosos ataques a
Podemos, la reinvención de Ciudadanos y el intento de maquillar la corrupción; entre otras muchas
cuestiones.
7.- La enorme complejidad que tiene la actual situación política, no nos puede hacer olvidar que el
problema de fondo siguen siendo las políticas neoliberales que se están llevando a cabo desde
Bruselas y Madrid. Eso es lo que hay que romper. Ya no se trata solamente de impedir el nuevo plan
de ajuste de 13.000 millones de euros, sino de la recuperación de todos los derechos que hemos ido
perdiendo desde el inicio de la recesión económica: desempleo, poder adquisitivo, sanidad,
educación, servicios sociales, vivienda...y otros tantos más que se perdieron en los gobiernos de
Zapatero y Rajoy.
8.- Y para entrar en la senda de la recuperación social no hay más que una salida: retomar el curso
de las movilizaciones sociales y apoyarse en las nuevas fuerzas políticas emergentes (que plantean
la defensa de los derechos de los trabajadores), para ganar batallas concretas. Eso es lo que estamos
intentando también en la Asamblea de Madrid desde que el PP perdió su mayoría absoluta.
A partir de estos momentos, la unidad debe transcender a los propios trabajadores y ciudadanos.
Necesitamos dar un paso más y llevar al nuevo parlamento (si llega a constituirse y estabilizarse), la
derogación de la reforma laboral y de toda la legislación retrógrada que aprobaron los diputados del
PP aumentando más aún la precariedad laboral. La propuesta de ley de 35 horas semanales, la
dación en pago, el incremento del salario mínimo interprofesional, la ampliación del derecho al
subsidio de paro; y la de los derechos referidos a la sanidad y educación, entre algunas de las
medidas que son inaplazables.
9.- En lo que respecta a la política sanitaria, el MATS, considera imprescindible también la
recuperación de los derechos laborales y de todo lo privatizado. Y por supuesto, de constituirse un
nuevo gobierno con un perfil social, le propondremos la derogación de la ley 15/97 y la 16/2012 por
las que se privatizó una parte del sistema sanitario y se perdió el derecho a una sanidad universal.
Todas estas propuestas se inscriben en la línea de la defensa de una sanidad 100x100 pública,
universal y de calidad tanto en prestaciones como derechos laborales. Nuestra propuesta es que el
carácter público y universal de la sanidad no quede a expensas de los gobiernos y empresas
privadas, sino blindado dentro de los derechos fundamental de nuestra Constitución.
10.- Por último, el MATS, defenderá -como siempre hemos hecho- la unidad con todos los sectores
de trabajadores y con la ciudadanía, en las calles, a través de la autoorganización desde abajo;
retomando la experiencia de la Marea Blanca que, como se recordará, fue la primera victoria de un
movimiento social frente al PP y las grandes empresas privadas. Han pasado ya tres años pero la
lucha continúa.
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