Módulo 42: “El sionismo como revolución” La oposición a Herzl La oposición que surgió en los círculos sionistas desde el momento en que Teodoro Herzl inició sus actividades, se afianzó tras el fracaso de las negociaciones con el Sultán otomano y los contactos con los políticos europeos, incrementándose el número de críticos y escépticos en el seno del movimiento. Los cuestionamientos se dirigieron especialmente a tres de los principios enunciados por Herzl: • Su preferencia por la actividad diplomática, que en la práctica implicaba siempre una acción individual, condenaba a la pasividad a los demás miembros del movimiento. Los críticos argumentaban que la liberación del pueblo judío debía ser realizada por el mismo pueblo y no a través de fuerzas ajenas, aunque fueran ellas las potencias hegemónicas de la época. Cabe recordar que en el Tercer Congreso Sionista (1899) se adoptó sin objeciones la fórmula del “Chárter”, utilizada por los colonos ingleses de Rhodesia, que consistía en una concesión de los gobernantes de un país para introducir en él colonos a los que se les conceden todos los derechos. • Para evitar la irritación y oposición de las potencias a las aspiraciones sionistas, Hertzl solicitó a los miembros del movimiento que se abstuvieran de intervenir en los conflictos políticos internos de los diferentes estados. La solicitud condenaba a la inactividad y a la desprotección a los judíos en cuestiones vitales, particularmente en el este de Europa, en el momento en que las comunidades judías estaban comenzando a dar señales de actividad. • El abandono de la actividad cultural a pesar de sus declaraciones acerca de la necesidad de volver al judaísmo. Cuando en 1902 Hertzl publicó su novela “Altneuland” en la que profetizó los progresos sociales y tecnológicos de la futura colonización judía en Eretz Israel, no abordó en ella las cuestiones de la cultura y el idioma. Hertzl sostenía que los inmigrantes traerían a su nuevo país las lenguas de las naciones en las que habían vivido, y que la más vigorosa, probablemente la alemana, sería la que finalmente se impondría. No cabe duda de que en realidad lo que más temía era la controversia en el campo sionista entre los ortodoxos y los librepensadores, ya que los rabinos desconfiaban de la penetración de tendencias laicas en la educación y la literatura.1 Todos estos elementos dieron origen a la formación de un grupo fuertemente opositor, compuesto por jóvenes maskilim, que se presentó en el Quinto Congreso Sionista reunido en Basilea en 1901 con el nombre de “Facción Democrática”. Encabezada por Leo Motzkin2, Jaim Weizman y Martín Buber3 entre otros, esta facción 1 La discusión en torno al tema del idioma nacional se abordará posteriormente. Leo Motzkin (1867-1933) Dirigente sionista nacido en Rusia. En 1889 fundo en Berlín la Asociación de Estudiantes Sionistas. Participo en los Congresos Sionistas desde sus comienzos. Lucho por la obtención de la igualdad de derechos para los judíos de Rusia. Ejerció la presidencia del Comité de Acción Sionista desde 1925 hasta 1933. Participo en la Conferencia de Paz de Versalles como integrante de la delegación sionista. 3 Martín Buber (1878-1965) Filósofo judío sionista nacido en Viena. Fue uno de los directores del órgano de la Organización Sionista Mundial “Die Welt”. Fue profesor de filosofía y especialista en Jasidismo y 2 1 exigió que se subrayaran los elementos nacionales del sionismo, que se mostrase firmeza ante los prejuicios religiosos, que se democratizara el movimiento en la composición de los congresos y sus diversas instituciones, y que se profundizara en la clarificación de la ideología y en la actividad cultural. A pesar de la inconmovible posición de Hertzl, se llegó a un acuerdo, y el congreso eligió comisiones culturales para varios países. Disconformes, los opositores ortodoxos de la facción organizaron a su vez una conferencia que se reunió en Vilna en 1902, en la cual se constituyó un grupo denominado Mizraji - iniciales de las palabras “Merkaz Rujaní”, centro espiritual - con el objeto de contrarrestar la actividad cultural “secular” de la organización sionista, y defender el sionismo político. Con el tiempo, el grupo “Mizraji” se convirtió en la principal fuerza del sector sionista religioso. Jaim Weizman Nació en 1874 en la ciudad de Pinsk, Rusia Blanca. Fue partidario de la agrupación “Jovevei Sión” y formó una asociación para difundir el idioma hebreo. Cursó estudios universitarios en Alemania y se especializó en química. En 1898 participó en el Segundo Congreso Sionista celebrado en Basilea. Posteriormente participó en otros congresos y se opuso a la idea de asentar al pueblo judío en Uganda. En 1913 presidió la comisión permanente del XI Congreso Sionista en el que aprobó la moción de fundar la Universidad Hebrea de Jerusalén. Durante la Primera Guerra Mundial intensificó los esfuerzos políticos con el fin de obtener la Declaración Balfour. En 1918 por iniciativa del gobierno británico partió hacia Eretz Israel al frente de la delegación sionista y en 1919 participó en la Conferencia de Paz de Versalles. En 1920 fue elegido Presidente de la Organización Sionista Mundial. En 1925 inauguró la Universidad Hebrea de Jerusalén. En 1929 fue elegido presidente del XVI Congreso Sionista, cargo desde el cual promovió la creación de la Agencia Judía. En 1931 renunció a los cargos en la Organización Sionista y retomó sus investigaciones científicas. Con la ascensión de Hitler al poder en 1933 encabezó el Instituto Central encargado de fomentar el asentamiento de judíos alemanes en Eretz Israel. En 1934 fundó el instituto Sieff, precursor del instituto científico de Rejovot. En el XIX Congreso Sionista fue elegido nuevamente Presidente de la Organización Sionista Mundial. Con el estallido de la Segunda Guerra mundial, Weizman ofreció el apoyo del pueblo judío a los aliados. Entre 1945 y 1947 influyó en la opinión publica norteamericana para que ayude a la creación de un Estado judío y formuló ante la Comisión Investigadora angloamericana la solicitud de que se resuelva la creación inmediata del mismo. El 14 de mayo de 1948 se proclamó la independencia del Estado de Israel y Weizman fue elegido Presidente por el Consejo Provisional. En 1949 inauguró la Asamblea Constituyente que recibió el nombre de Kneset y que lo eligió como Primer Presidente de Israel. En el mismo año fundó el Instituto Científico de Rejovot y colocó la piedra fundamental del Centro de Biología Experimental. El 9 de noviembre de 1952 falleció en Rejovot a los 78 años de edad. Las voces de duda en torno al camino emprendido comenzaron a oírse también en el seno de la vieja dirigencia del movimiento “Jovevei Sión”. Así se expresó Moisés Leib Lilienblum: Etica de la Religión judía. En su libro “Yo y Tu” desarrollo su teoría filosófica. Se estableció en Jerusalén en el año 1938 y enseño sociología en la Universidad Hebrea. Fue uno de los fundadores del Brit Shalom, una asociación de intelectuales que buscaban vínculos con la población árabe y era partidaria de un Estado Binacional en Israel. Junto con Franz Rosenzwaig tradujo la Biblia al alemán moderno. 2 ...“Lo fundamental para nosotros en este momento, no es el juicio de los pueblos, sino una vida histórica y normalizada; esto sólo se logra en Eretz Israel aún sin el Chárter y la opinión de otras naciones. Nosotros comenzamos la empresa y nuestros hijos concluirán la construcción de la nación. Nuestro trabajo constituye una labor histórica que implica una construcción a largo plazo. Es una construcción que exige la colocación de una piedra sobre otra, de un ladrillo sobre otro. En una palabra: se emprende la construcción desde las bases y no desde el techo, porque la base es el ishuv y el pueblo, y el techo - el Estado”... “Reshit Hatzionut”, página 147 También Menajem Usischkin4 afirmó: ...“Para que la tierra se convierta en la posesión del pueblo que construye allí su centro, se debe continuar con la aliá y la realización. El pueblo debe ser fiel y entregarse con su alma a la empresa; él debe regar la tierra con el sudor de su frente. Sin el derecho de propiedad sobre la tierra, jamás será la Tierra de Israel judía”...ibídem, página 147 Consigna de trabajo Reflexiona y responde: a. ¿Qué innovaciones ideológicas formuladas por los grupos opositores enriquecieron el proyecto original de Teodoro Hertzl? b. ¿Cuál es el orden de prioridades que estos grupos propusieron al movimiento sionista? ¿Cómo justifican su posición? Herzl consideraba que la colonización sólo tendría sentido si se podía realizar en tal amplitud y de acuerdo a una planificación tal que permitiera, a corto plazo, el traslado de una parte considerable del pueblo judío a Eretz Israel. Como en las condiciones existentes esta idea era imposible, Hertzl exigió de la Organización Sionista que se limitara a crear las condiciones políticas para el establecimiento de una población judía autónoma y, después de logrado esto, comenzar el trabajo de colonización. También los Jovevei Sión intentaron, en un principio, conseguir del gobierno turco el derecho de colonización; pero convencidos de su imposibilidad, resolvieron abocarse al trabajo sin previa seguridad legal. Hertzl no estuvo de acuerdo con seguir este camino. Hasta tanto no fuera lograda la meta política de la Organización Sionista, el Chárter, que otorgue derecho para una nueva aliá, autodefensa, autonomía de los colonos y colonización con un plan previamente determinado, no debía haber una nueva ola migratoria, y sólo se debían fortalecer las colonias existentes por obra de los judíos que ya se encontraban en el país. Constantemente muchos sionistas exigían de la Organización Sionista Mundial la iniciación inmediata de la acción colonizadora en Eretz Israel. Al disminuir las posibilidades de conseguir inmediatamente el Chárter, creció en la organización la influencia de la orientación que exigía con todas sus fuerzas “trabajo práctico”. 4 Menajem Ussishkin: nació en Rusia en el año 1863. Fundador del Movimiento de “Jivat Sión” y uno de los promotores del sionismo político. Polemizo violentamente con Herzl cuando este planteo la posibilidad de establecer un Estado judío en Uganda. Emigro a Eretz Israel en 1903. Fue el presidente del Keren Kaiemet Leisrael desde 1923 hasta 1941. En el año 1921 fue presidente del Ejecutivo Sionista. Fue uno de los fundadores de la Organización de Maestros y de las instituciones que dirigían a la comunidad hebrea del país. 3 Las propuestas alternativas Aunque cada vez se hacía más evidente el contraste entre la realidad y los proyectos, y se consolidaba el movimiento opositor, el Quinto Congreso significó un punto crucial en la evolución del movimiento sionista, y un cambio en la actividad política de Herzl. El Keren Kaiemet Leisrael El Keren Kaiemet Leisrael es el fondo del movimiento sionista para la adquisición de tierras en Eretz Israel, su preparación para la colonización, y su cultivo. Su creación fue decidida por el Quinto Congreso Sionista en 1901, aunque el organismo recién adquirió su conformación integral y jurídica en 1907, en base a la idea propuesta por el profesor Tzvi Herman Schapira en la conferencia de Katowitz de los Jovevei Sión en 1884. El objetivo del fondo es redimir las tierras de Eretz Israel de manos extranjeras y convertirlas en posesión de la nación; por eso no pueden venderse sino sólo arrendarse. El Keren Kaiemet redimió más de un millón de hectáreas hasta la creación del Estado, y se dedicó también a la desecación de pantanos y al desarrollo de la colonización. Hasta la Primera Guerra Mundial su prioridad fue la ayuda en el establecimiento de nuevos asentamientos poblacionales. Con la creación del Keren Haiesod en el año 1920, cuyo objetivo era promover la población judía en Israel y el desarrollo económico del país, el KKL pasó a dedicarse exclusivamente a la compra de tierras. Con el establecimiento del Estado de Israel, el KKL modificó su orden de preferencias y se dedicó a la forestación, la construcción de caminos en zonas alejadas, y el mejoramiento de las tierras. Fueron construidos más de dos mil kilómetros de rutas, alrededor de quinientas mil hectáreas fueron preparadas para el cultivo, y se plantaron ciento cinco millones de árboles a lo largo y ancho del país. En el transcurso de su historia el KKL llevó el mensaje de Israel a las masas del pueblo judío a través de la educación sionista, la “alcancía azul”, las estampillas, y las inscripciones en el Libro de Oro, profundizando el vínculo entre cada individuo y la obra de reconstrucción de Eretz Israel. La organización adoptó el principio de “Gueulat Hakarka”, redención de la Tierra de Israel, y creó para tal fin el “Keren Kaiemet”, el fondo nacional judío, destinado a la compra de tierras. Consecuente con su posición, Herzl reinició en 1901 las negociaciones con Turquía. Si bien el Sultán Abdul Hamid no rechazó de plano la propuesta de hacer 4 concesiones en el problema de la colonización judía en Palestina a cambio de la ayuda económica que necesitaba para sanear sus finanzas en desorden, Hertzl no logró persuadir a los banqueros judíos, reticentes a arriesgar su dinero y su tranquilidad en un emprendimiento incierto que además tenía un neto carácter político. A mediados de febrero de 1902 Hertzl viajó nuevamente a Constantinopla respondiendo a una invitación del gobierno; durante las negociaciones se pusieron en evidencia ciertas discrepancias: mientras que Hertzl exigía que se concediera a los judíos una sola porción de territorio en Eretz Israel, el Sultán ofreció establecer a los judíos en distintos puntos del Imperio Otomano. Tras rechazar la propuesta, defraudado en su expectativa de Turquía, Herzl depositó sus esperanzas en Inglaterra. La primera oportunidad se le presentó en 1902, cuando fue invitado a prestar testimonio ante la “Comisión Real británica de inmigración”, un comité encargado por el parlamento para estudiar el problema de la creciente inmigración de judíos de Europa oriental a Inglaterra.5 Lord Natan Rothschild, el primer judío que ocupó una banca en la cámara de los comunes y era miembro de dicha comisión, lo convocó a un encuentro en el cual se habló de las perspectivas que se abrían para la colonización judía en territorios gobernados por los ingleses en el Cercano Oriente. Si bien el informe de la comisión condujo finalmente a limitar la inmigración, la prédica de Hertzl creó una corriente de opinión que sostenía que “de algún modo había que compensar al pueblo Judío”. Herzl consiguió entrevistarse con el secretario de colonias británico, Joseph Chamberlain, y con el secretario de asuntos exteriores, Lord Landsdowne, a los cuales sometió a consideración un plan de colonización judía en el distrito de El Arish, en la península del Sinaí, territorio egipcio bajo protección británica y próximo a Palestina. Obtenida la conformidad del gobierno inglés para entregar el territorio, y a pesar del favorable informe acerca de las posibilidades de colonización de la zona y la disposición del gobierno egipcio a conceder cierta autonomía al territorio, el proyecto no prosperó. Aparentemente, la negativa egipcia al proyecto de irrigación de la zona con aguas del río Nilo fue la causa del fracaso y la más amarga de las desilusiones vividas por Hertzl. Desanimado, se decidió a dar dos pasos trascendentales que provocaron una fuerte reacción opositora en las filas de sus partidarios en Europa oriental. El primero fue su visita a San Petersburgo, capital del imperio de los Zares, en agosto de 1903, con el objeto de neutralizar las influencias provenientes del más firme aspirante a heredar las posesiones del Imperio Otomano, convencer a las autoridades de que interviniesen ante el Sultán a favor de su proyecto, y lograr que permitiesen la libre actividad sionista en el estado ruso. Cuatro veces fue recibido Hertzl por Pleve, ministro del interior y hombre clave en el gobierno del Zar. Tras la serie de encuentros, el gobierno ruso se comprometió a apoyar la acción de las organizaciones dedicadas a la emigración en masa de los judíos rusos y a interceder ante el gobierno otomano en sentido favorable a las aspiraciones sionistas. Si bien Pleve no legalizó las actividades del movimiento en Rusia, Hertzl se marchó con la esperanza de que existía allí alguna posibilidad de mejora de la situación, siempre que los judíos se abstuviesen de realizar propaganda nacional judía en Rusia misma. A pesar de las críticas formuladas por los dirigentes sionistas de Rusia por las negociaciones directas con el ministro responsable del pogrom de Kishinev6, el judaísmo ruso recibió a Herzl como a un rey, y depositó en sus gestiones todas las esperanzas respecto a un destino mejor. Profundamente impresionado por la terrible situación en la que se hallaban los judíos de Rusia, los actos de violencia antisemita que se produjeron en Galitzia y 5 6 Ver módulo 36 “Las Tempestades Sureñas” Ver módulo 36, páginas 134-141 5 Argelia7, y las limitaciones a la inmigración de judíos de Europa oriental a países de occidente, dio el segundo de los pasos que lo alejaron de algunos de sus partidarios: presentó en el Sexto Congreso Sionista reunido en Basilea entre el 23 y el 28 de agosto de 1903 la propuesta de colonización de Uganda en África oriental. Era ésta la primera oferta oficial por parte de un gobierno en el sentido de permitir el establecimiento de un Estado Judío independiente y soberano en una región determinada. En la apertura de las sesiones pronunció el siguiente discurso: ...“El gobierno de Su Majestad propone al movimiento sionista el territorio de Uganda en África oriental como un refugio para el judaísmo mundial. La nueva tierra no posee el valor histórico y sionista que posee la Tierra de Israel; no obstante, no tengo dudas que el congreso recibirá el obsequio con un cálido respeto. La propuesta es asentamiento judío autónomo; cuando escuché la propuesta pensé en la situación de los judíos del mundo... no vi una opción diferente y por eso solicito el permiso de proponer la cuestión al congreso. No es Sión, y Sión no será esta tierra para nosotros. Esta propuesta es sólo un medio para facilitar la salida de los judíos; pero atención: sobre una base nacional judía”... ibídem, página 152 Si bien al inaugurar el congreso Herzl advirtió que no se trataba de cambiar a Eretz Israel por cualquier otro territorio, sino de una colonización auxiliar, necesaria para aliviar inmediatamente la suerte de las masas judías perseguidas, esta propuesta constituyó una sorpresa para todos los delegados, que no sabían nada de las negociaciones emprendidas individualmente por Hertzl con el gobierno británico. Muchos vacilaron acerca de la posición que debían adoptar, pero se manifestó una fuerte corriente opositora, especialmente entre los delegados rusos miembros de la facción democrática, y de la agrupación "Jovevei Sión”. ...“No hay razón en un Estado diferente, aunque la tierra allí mana leche y miel”... ...“Si tendremos una posesión territorial en Äfrica ¿De dónde sacaremos fuerzas para formular ante los distintos gobiernos las peticiones sobre Eretz Israel?”...ibídem, página 154 Iejiel Chelnov8 agregó: ...”Siento que algo que estaba oculto en lo más profundo de mi alma y me parecía sagrado, preciado e intocable, es ahora, en esta casa, dañado y profanado... (Se dirige a Hertzl)...”Dirígete al pueblo y dile que Sión es su patria; el gran pueblo entenderá nuestro amor a la patria y no nos restará su ayuda en este objetivo. Sobre esto hay que decir que el mero planteo de la pregunta está basado en una concepción equivocada que irradia sobre nuestro movimiento una luz lamentable. No fueron los sionistas quienes crearon a Sión en su corazón, sino Sión y la aspiración a ella quienes crearon a los sionistas. Observad la historia de Israel y veréis que la aspiración a la tierra, de la cual el pueblo fue separado por dos mil años, atraviesa como un hilo de oro nuestra historia. Pueden ver que no se trata de un fenómeno casual, sino de una tradición que se continúa por generaciones sin interrupción. 7 ver módulo 36, páginas 152-154 y 162 Iejiel Chelnov (1863-1918): activista de Jovevei Sión, de los primeros en unirse al movimiento sionista en Rusia. Durante la Primera Guerra Mundial participó en las negociaciones que llevaron a la Declaración Balfour. 8 6 Pueden ver que nuestro movimiento no fue creado por nosotros, sino que creció sobre el trasfondo histórico, y recibió en este momento la nueva forma adecuada al espíritu de nuestra generación. Pero no sólo sobre nuestros sentimientos influyó Eretz Israel, sino también en nuestra sicología: se fijó y se arraigó en nuestras almas la profunda conciencia de la existencia de un vínculo inquebrantable entre Eretz Israel y la cultura de Israel.”… Ibídem, página 155 Frente a estos argumentos propuesta: se encontraron importantes posiciones de apoyo a la ...“Miles de judíos de Rusia, Rumania y Galitzia se encuentran en una situación desesperada y ¿ustedes quieren rechazar esta gran propuesta? No debemos juzgarla como políticos sino como judíos; antes de sionista soy un ser humano; y como sionista, como judío y como hombre afirmo: si tienen la posibilidad de salvar a un hombre, no eviten hacerlo”...ibídem, página 153 Israel Zangwill9 expuso también su posición: ...”Al dejarles a otros el papel de desarrollar las colonias en Eretz Israel tiendo a dirigirme a otro lugar en búsqueda de una Eretz Israel temporaria. Todo territorio que sea judío, bajo bandera judía, salvará el cuerpo y el alma del judío. Me temo que Eretz Israel de un solo salto es un esfuerzo demasiado grande para nosotros; incluso lo fue para Moshe. Él tuvo que conducir a su pueblo cuarenta años por el desierto. El Sinaí fue el primer recorrido, y aquellos que creen que nada sacro o judío puede acontecer fuera de Eretz Israel, deben recordar que los diez mandamientos y la Torá de Moshe fueron entregados antes de que los judíos llegaran a Eretz Israel… ibídem, página 154 En la misma dirección Max Nordau agregó: ...”Antes del objetivo de la colonización judía en Eretz Israel, puede haber una estación intermedia, temporaria: la construcción de un edificio temporario para los cientos de miles de nuestros pobres hermanos – sean o no sionistas: alcanza con que sean judíos - para ellos... que ya comenzaron el camino del peregrinaje, que ya se encuentran entre océano y océano, entre continente y continente. Si no hacemos nada por su salvación, para esos millares debemos preparar inmediatamente un refugio nocturno, antes de que podamos ver una vivienda fija por generaciones. Como un refugio de este tipo quisiera ver la colonia en la que el gobierno británico está dispuesto a darnos tierras en las condiciones conocidas; pero será éste un refugio nocturno único en su género. Como todo lo que nosotros los judíos logremos hacer, será único, política y socialmente; será un refugio nocturno, que más allá de dar abrigo y alimento a sus habitantes, les servirá de medio de educación política y social, un medio educativo que acostumbrará a los judíos y al mundo entero a la idea de que nosotros, los judíos, somos un solo pueblo, un pueblo que tiene capacidad y está 9 Zangwill Israel: escritor judío nacido en Londres en 1864. Uno de los precursores del sionismo en Inglaterra. Adhirió a las ideas de Herzl y el sionismo político y fue un activo participante en los Congresos Sionistas. Líder de la corriente territorialista. Trabajo en educacion y en literatura. Falleció en 1926. 7 preparado para desempeñar todos los papeles de un pueblo culto que vive por sí mismo”...ibídem, página 154 Ante lo cual Dizengoff10, representante de la comunidad de Kishinev, replicó: ...“El pueblo judío aspira a una patria y no a un refugio temporario”...ibídem, página 154 Consigna de trabajo Completa el siguiente cuadro basándote en los testimonios leídos: Territorialistas Sionistas de Sión Argumentos a favor de la propuesta Argumentos en contra de la propuesta Reflexiona y responde: a. A partir de los discursos analizados, ¿qué elementos nos permiten distinguir entre un centro nacional judío y una nueva diáspora? b. ¿Consideras que la propuesta de Uganda se ajustaba al ideario sionista? Justifica tu respuesta. El debate que tuvo lugar en el Sexto Congreso se dirigió al centro mismo del significado del sionismo, y a las estrategias y tácticas destinadas a resolver el “problema judío”. La facción territorialista planteó que todos los esfuerzos del movimiento debían concentrarse en la colonización de un nuevo territorio, Uganda u otro, ya que no existían posibilidades de conseguir los derechos para la colonización en Israel. Algunos de sus miembros fueron aún más lejos en sus argumentos: la relación entre la aspiración emancipadora e Israel era concebida como fruto del romanticismo reaccionario que había invadido el movimiento, producto de la influencia ejercida por los Jovevei Sión. El movimiento debía desarraigar de las masas judías el sentimiento de retorno al pasado; Eretz Israel, con los valores religiosos y culturales ligados a su ascendiente místico, representaba un factor que consolidaba el dominio del pasado, convirtiendo al sionismo en un movimiento regresivo. Los sionistas de Sión, por su parte, resaltaron que la emigración a Palestina, a pesar de todos los obstáculos, era un hecho. Además postularon que Israel era el único país que podía movilizar a las masas judías, y que todo proyecto de colonizar otro país era una traición a los ideales de redención y renacimiento judíos, ambos ligados indisolublemente a la Tierra de sus ancestros. En una atmósfera plena de tensiones se elevó la propuesta de enviar una comisión de investigación a Uganda para analizar las condiciones de existencia en ese 10 Dizengof Meir (1861-1936) participo en los primeros congresos sionistas y se opuso al “proyecto Uganda”. En 1904 fundo la sociedad “Gueula” para la compra de tierras en Eretz Israel. Fue uno de los fundadores de “Äjuzat Bait” el barrio hebreo en las afueras de Iafo que se convirtió en Tel Aviv en 1909. En 1911 fue designado primer alcalde de esa ciudad. 8 territorio. Los resultados de la votación fueron concluyentes: de quinientos delegados solamente ciento ochenta y cinco contestaron negativamente. Los dirigentes de Jovevei Sión se retiraron del recinto, tomaron asiento en una sala vecina y “lloraron por Sión”. Estaban convencidos que el proyecto Uganda tiraba por la borda el ideal del resurgimiento nacional, y anulaba la constitución fundamental del sionismo, el Programa de Basilea. Profundamente conmovedora fue la indignación de estos idealistas, que estaban dispuestos a seguir sufriendo largos años en el infierno ruso con tal de que se alcanzara el renacimiento nacional en la Tierra de Israel, donde se eliminara no solamente la miseria material, sino también el sufrimiento espiritual del pueblo judío. La organización sionista no se dividió, pero los llamados “sionistas de Sión” iniciaron una vigorosa campaña contra el plan Uganda. Encabezada por Menajem Usischkin, quien reprochaba a los líderes occidentales el estar “cegados por la política y la diplomacia”, la asamblea reunida en Jarkov en octubre de 1903 resolvió enviar un ultimátum a Herzl exigiendo que la organización sionista se abstuviese de considerar proyecto territorial alguno que no estuviese dentro de las fronteras de Palestina y Siria. Consigna de trabajo Reflexiona y responde: ¿A qué alude M. Usischkin cuando afirma que “los líderes occidentales están cegados por la política y la diplomacia?” Finalmente, el conflicto quedó superado al año siguiente en una prolongada reunión del Ejecutivo Sionista, en la cual Hertzl pronunció un conmovedor discurso reiterando su lealtad a la causa de Eretz Israel: ...“Nadie podría reprocharme que no he permanecido fiel al sionismo si insistiera en decir: voy a Uganda. Me he presentado ante ustedes con el plan de un Estado Judío... en el folleto que publiqué me referí a Palestina o la Argentina... Si yo digo que me he convertido en sionista y sigo siéndolo, si todas mis aspiraciones están dirigidas hacia Palestina, ustedes tienen suficientes motivos para creerme” Issaiev, B., “Teodoro Herzl”, biblioteca popular judía, página 20 La sesión, que concluyó con un voto de confianza para el ejecutivo sionista, garantizó la unidad y la paz en el movimiento. Interesado en demostrar su fidelidad al ideal de Sión, Hertzl renovó sus intentos diplomáticos ante el Sultán en Constantinopla, en Roma frente al rey Víctor Manuel, y por último ante el Papa Pío X y altos dignatarios de la iglesia a los cuales aseguró la preservación de los Santos Lugares de la cristiandad en Palestina. No cabe duda que Hertzl estaba muy lejos de abandonar la idea del retorno del pueblo judío a su tierra. Lo que apreciaba en la oferta era la enorme importancia política que implicaba el hecho de establecer un contacto permanente y estrecho con la más poderosa de las potencias europeas. La idea del Estado Judío pasaba con ello de la esfera de los sueños y los proyectos - al dominio de los convenios, tratados y alianzas entre estados. Seguramente el creador del sionismo político hubiera finalmente hecho suyo el arte de navegar en el océano de la política inglesa si las dificultades con que chocó en sus primeros pasos, y una grave enfermedad, no hubieran ocasionado su prematuro fallecimiento en 1904. Vivió cuarenta y cuatro años, y de ellos, los últimos diez los entregó sin retaceos al servicio de la causa sionista. La muerte de Herzl fue sentida por el pueblo judío como una catástrofe nacional. Miles de personas provenientes de todos los confines de la tierra se dirigieron a Viena a 9 fin de rendirle al gran líder un último homenaje. En todas partes se realizaron ceremonias en recuerdo a su persona. “El pueblo judío se encuentra en la situación de duelo, tal como un hijo frente a la muerte de su padre”- publicaba un diario de la época. Un colono de Eretz Israel describió: “La colonia Rishon Letzion se vistió hoy de duelo. Todas las actividades fueron suspendidas y todos los comercios cerraron sus puertas. Toda la comunidad, sumergida en hondo pesar, se congregó en la sinagoga local. Hombres, mujeres y niños lloraron desconsoladamente la muerte del líder.” “Reshit Hatzionut” página 159 Ajad Haam, uno de sus más fervientes detractores expresó: “Grandes hechos realizó Hertzl por el pueblo judío; nos dio el congreso, la organización, y algo de lo cual ni él mismo era conciente: nos devolvió a nosotros mismos”ibídem, página 159 De acuerdo a su testamento, sus restos fueron trasladados a Israel en 1949, y enterrados en el monte que desde entonces lleva su nombre. Consigna de trabajo Analiza el legado de Teodoro Herzl a la vida judía, consignando los aspectos más destacados que marcaron su quehacer político. Las iniciativas y acciones de Teodoro Hertzl y las reacciones suscitadas por su obra animaron un amplio y creciente movimiento sionista que aglutinó las corrientes místicas con las tendencias políticas a favor de la creación de un Estado Judío en Palestina. Por haber sido quien convocó al Primer Congreso Sionista en Basilea - la primera reunión de una asamblea nacional judía de alcance mundial - y por haber fundado la Organización Sionista Mundial, Herzl ha sido identificado más que cualquier otra persona con el surgimiento del sionismo político. Junto a destacadas figuras del quehacer judío comenzó a traducir sus sueños e ideales en política, y la política en acción. La significación histórica de su actividad residió en que fue el primero que logró abrir un camino para el Tumba de Teodoro Hertzl en Viena sionismo dentro del judaísmo y de la opinión pública mundial. Extrayéndola del anonimato como fenómeno marginal de la vida judía, Herzl convirtió la búsqueda de una solución nacional al problema del pueblo judío en una cuestión debatida en la arena política internacional, a la que desde entonces no ha abandonado. 10 La ruptura entre el sionismo de Sión y el territorialismo La muerte de Herzl sirvió para abrir de nuevo la grieta que había empezado a cerrarse en la reunión del Ejecutivo Sionista. Mientras que los territorialistas sostenían que “es preferible sionismo sin Sión que Sión sin sionismo”, se incrementaban las tendencias “prácticas” entre los “sionistas de Sión”. Este grupo sesionó en la ciudad alemana de Friburgo y acordó, entre otras, las siguientes resoluciones: • El movimiento sionista rechaza toda actividad destinada al asentamiento judío fuera de Eretz Israel. • Se debe acrecentar la actividad colonizadora y “práctica” en Eretz Israel, ya sea como finalidad o como medio. • Sólo podrá ser miembro del Ejecutivo Sionista aquél que acuerde con las bases ideológicas instituidas en el “Programa de Basilea Estas dos posiciones se opusieron abiertamente durante el Séptimo Congreso Sionista reunido en Basilea en 1905. En él Zangwill expuso su postura: ...”Queremos salvar a decenas y a centenares de miles de emigrantes y establecerlos sobre tierra propia como una comunidad judía organizada. La emigración judía es un hecho concreto; cien mil hombres abandonan Rusia cada año. ¿Por qué habrán de diseminarse y ser devorados por civilizaciones extrañas que reducirán toda su vida espiritual?”.. Dubnow S., “Historia Universal del pueblo judío”- Tomo X- página 429 Aunque su posición era comprensible, la mayoría del congreso no podía avenirse a la idea de esa fundamental revisión del programa del movimiento propuesta por los territorialistas y resolvió: “La Organización Sionista se atiene firmemente al principio fundamental del Programa de Basilea sobre la creación en Palestina de un hogar legalmente asegurado para los judíos”. Además decidió desarrollar la colonización en Eretz Israel en medida modesta, y postergar el establecimiento masivo de judíos hasta el momento de obtenerse una concesión oficial o “Chárter”, para lo cual se debían emplear todas las energías del Ejecutivo, al frente del cual se eligió a David Wolfson, que se había destacado en la administración del órgano financiero del movimiento. Wolfson intentó reanudar las negociaciones con el gobierno turco para la obtención del “chárter”, pero ellas fueron infructuosas como antes, en vida de Hertzl. David Wolfson (1855-914) Segundo Presidente de la Organización Sionista Mundial Israel Zangwill y el grupo de delegados que lo apoyó se retiraron de la Organización Sionista después que el congreso rechazó la idea de un centro autónomo fuera de Eretz Israel, hecho que ocasionó la ruptura del movimiento y la separación de 11 una minoría disidente, que fundó en Londres la Organización Territorial Judía - lTO. Esta organización estableció en su programa: ...”Nuestro propósito es obtener un territorio con derechos autónomos para aquellos judíos que no quieren y no pueden permanecer en los países donde viven ahora. Con este fin, la organización se empeña en unir a todos los judíos que están de acuerdo con sus objetivos de entrar en relación con gobiernos y con instituciones públicas y privadas que puedan y quieran ceder a los judíos un territorio, y crear instituciones financieras, oficinas de inmigración y también otros órganos necesarios para la finalidad indicada”.. .ibídem - página 430 Esta propuesta fue realizada en el mismo año en que los pogroms contrarrevolucionarios arrojaban de Rusia a decenas de miles de judíos que se reunían en todos los puertos de Europa esperando emigrar hacia América. Los territorialistas comprendieron que era necesario dirigir esta continua corriente migratoria a una colonia libre de Gran Bretaña o de otro estado, más allá de los Estados Unidos cuya capacidad de absorción estaba ya colmada, y allí, con el acuerdo del estado soberano, establecer un núcleo judío autónomo. Los dirigentes de la ITO, que contaban con adherentes en Inglaterra y en menor medida en Estados Unidos y Rusia, reiteraron permanentemente la importancia de los esfuerzos diplomáticos y formaron una “comisión geográfica” que se ocupó inmediatamente en buscar territorios en distintas partes del mundo. La comisión presentó a la conferencia territorialista una serie de proyectos a fin de examinar propuestas de asentamiento en Canadá, Mesopotamia asiática, Australia, Sudamérica y África; pero las gestiones realizadas no condujeron a resultados satisfactorios. Ello obligó a los territorialistas a trasladar su actividad del ámbito de la colonización al de la regulación de la emigración a los Estados Unidos. Con el propósito de apartar la corriente de emigrados de Nueva York y de los Estados del Este a los menos poblados Estados del Oeste y del Sur, organizaron en los principales puertos de Europa el transporte de emigrantes a Galveston, Texas, un puerto del sudoeste del país. Desde allí, un comité especial se encargaba de enviar a los judíos a los Estados vecinos y les buscaba ocupación. En Kiev, una sociedad de emigración creada por la ITO, seleccionaba a los emigrantes y los trasladaba por tren hasta los puertos de donde salían los barcos hacia Galveston. Si bien era ésta una obra práctica de gran importancia en los años de crecimiento de la emigración, implicó el alejamiento de los territorialistas de su propósito inicial, que consistía en concentrar a los judíos, y no en diseminarlos. El último intento de obtener un territorio autónomo judío consistió en la propuesta realizada en 1912 para establecer judíos en Angola, una gran colonia portuguesa en el África occidental. Con este fracaso, y a pesar de haber contado con el respaldo de los judíos acaudalados, dispuestos a colaborar para que la fuerte oleada de inmigración judía del este europeo fuese orientada hacia lugares apropiados, la organización territorialista puso fin a su existencia. Según el historiador Simón Dubnow, la principal causa de la falta de éxito de la organización radicó en que el traslado de los centros judíos resulta de grandes y complejos procesos históricos y no de movimientos artificialmente dirigidos. Consigna de trabajo Reflexiona y responde: ¿Por qué los territorialistas no habrán logrado materializar el objetivo de un centro territorial propio? 12 La irrupción del Socialismo en el Sionismo A comienzos del siglo XX la aspiración de unir al Socialismo con el movimiento nacional judío cristalizó en la creación de la corriente sionista socialista, cuya influencia fue decisiva en la obra de renacimiento nacional expresada en el pensamiento y la acción de los hombres de la Segunda Aliá. Entre las personalidades más destacadas e influyentes de la corriente ideológica socialista se encontraba Aaron David Gordon (1856-1922), un pensador original cuyas teorías sirvieron como núcleo y expresión de las aspiraciones morales e ideológicas que albergaron los obreros judíos de Eretz Israel. En tanto que la mayoría de los pioneros de la Segunda Aliá eran jóvenes, Gordon llegó al país en 1904, cuando contaba con cuarenta y siete años de edad. En un ensayo escrito en 1911, titulado “Algunas Observaciones”, Gordon planteó dos alternativas con las cuales, en su opinión, se enfrentó la comunidad judía de Eretz Israel. A una la denominó “el camino práctico de los prudentes... la continuación de la vida del Galut, con toda la prudencia práctica de los cortos alcances”, mientras que la otra lleva a “la auténtica vida de renacimiento nacional”. El Galut no es para Gordon solamente un lugar físico: es también un contexto psicológico y existencial, y es posible una vida de exilio en Eretz Israel, al igual que en cualquier otro lugar. Galut significa la carencia de autoconfianza, la dependencia de otro, el enajenamiento de una vida creativa. El exilio y la alienación van de la mano. ...”Existe un solo camino que puede llevarnos a nuestro renacimiento: el camino del trabajo físico, de la movilización de todas nuestras energías nacionales... Hasta ahora no hemos conseguido logros nacionales porque nuestro pueblo aun no ha pagado el precio por ellos. Un pueblo puede adquirir un territorio solamente por su propio esfuerzo, utilizando las potencialidades de su cuerpo y de su alma, desplegando y revelando su yo intimo. Se trata de una redención recíproca, pero el pueblo esta antes, el pueblo precede a la tierra. Pero un pueblo parásito no es un pueblo viviente. Nuestro pueblo puede ser devuelto a la vida solamente si cada uno de nosotros vuelve a crearse a través del trabajo y de la vida cercana a la naturaleza. Así es como, con el tiempo, podremos tener buenos agricultores, buenos obreros, buenos judíos y buenos seres humanos. Por el otro lado, si en Palestina continuamos los cánones de vida de la diáspora, con el pequeño mercadeo y lo que trae aparejado, las generaciones que nos hereden proseguirán por el mismo camino aun más vigorosamente”...Avineri S., “La idea sionista”, página 175 Consigna de trabajo 1. Reflexiona y responde: ¿Qué significa para Gordon crear una nueva diáspora en Eretz Israel? 2. Argumenta por qué la posición de Gordon implicó una respuesta a la propuesta de los territorialistas. Para Gordon, un ser humano lo es íntegramente sólo a través del contacto directo con la energía contenida en la naturaleza. Ello puede obtenerse únicamente a través del trabajo físico, donde lo humano y lo natural se integran en una nueva totalidad. La 13 existencia del pueblo judío en la diáspora constituye un modo distorsionado de vida, porque el pueblo no solamente perdió su patria sino también su tierra y el trabajo que ella implicaba, siendo arrojado a una existencia marginal ligada al comercio y a los negocios. ...”El camino del renacimiento nacional abarca cada detalle de nuestras existencias individuales. Se exige a cada uno de nosotros que se transforme, para que el judío galútico que lleva dentro llegue a ser un judío auténticamente liberado. De esta manera, el ser antinatural, defectuoso y escindido que hay en su interior podrá convertirse en un ser humano naturalmente íntegro, auténtico consigo mismo, para que su vida galútica, determinada por influencias extrañas que impidieron su crecimiento natural y su autorrealización, dé paso a una existencia que le permita desarrollarse libremente, hasta alcanzar su talla total en todas sus dimensiones”..ibídem, página 176 Según Gordon, no tendrá lugar un renacimiento nacional sólo con una inmigración geográfica a Palestina. Esto tiene que incluir un “retorno al yo” a través del trabajo físico, y ello solamente es posible para los judíos en gran escala en la tierra de Israel. La emigración a Palestina sin revolucionar radicalmente las estructuras sociales judías no es más que una transferencia del exilio a la Tierra de Israel. Eso explica la profunda aversión que experimentó Gordon, frente al proceso de gradual transformación de los antiguos pioneros en terratenientes y comerciantes dependientes del trabajo ajeno. Así, Gordon se unió al sionismo obrero, no porque compartiera la idea de la lucha de clases o la visión de una redención socialista universal. Para él, el sionismo obrero constituía el intento de crear una infraestructura económica para la comunidad judía en Palestina, basada en el trabajo judío, que era en su opinión condición sine qua non para el renacimiento judío. Para Gordon el sionismo no representaba simplemente ni sustancialmente una revolución política sino, sobre todo, una revolución socioeconómica y psicológica, sin la cual la revolución política seria superficial y vacía de contenido. Gordon dedicó mucho estudio a esta conexión entre lo que llamó “una vida auténtica y natural”, y el trabajo físico. En algunos de sus trabajos llegó a utilizar la frase “religión del trabajo”- Dat Haavodá. A través del trabajo, un pueblo se ata y se conecta con su tierra y su patria. Una vez que se aparta del trabajo agrícola, se desarraiga y se encuentra en camino de perder el control de su patria. Esto fue lo que le ocurrió al pueblo judío, y las consecuencias son un pueblo distorsionado y débil, con un sistema de valores totalmente extraviado. Para Gordon el sionismo es una praxis real, que puede ser llevada a cabo por aquellos que deseen participar en esa trascendental rebelión del pueblo judío contra su propia historia. Dialécticamente el sionismo se halla entonces cercano a los mandamientos básicos de la religión judía en tanto que modo de vida práctico, y no un sistema de ritos o doctrinas ceremoniales. Ello otorgó a Gordon la justificación teórica para ver a su “religión del trabajo” como dueña de connotaciones cuasi-religiosas dentro de la tradición judía, a pesar de su radical rebelión contra la tradición misma. Gordon creía en el poder revolucionario y benéfico del trabajo, del trabajo manual y del retorno a la naturaleza, como el motor central en el proceso de regeneración del pueblo judío. El cultivo de la tierra, que redimiría los campos de su esterilidad, aportaría también el derecho moral de posesión de la tierra, y produciría el renacimiento ético y espiritual de la nación hebrea. Su prédica sobre la fuerza redentora 14 del trabajo se plasmó en el concepto de “kibush Haavodá”, la “conquista del trabajo”, que se convirtió en el lema de los hombres de la segunda aliá. La consigna de la “conquista del trabajo” fue entendida en dos sentidos básicos: • Ubicación del trabajo en la cima de la escala de valores del pueblo que retorna a su tierra, como condición de establecimiento de las bases de la existencia nacional y la creación de una sociedad basada en la justicia y la igualdad social. • Conquista del mercado de trabajo en todas las ramas de la economía por parte del obrero judío, y las mejoras en sus condiciones de trabajo. De aquí el concepto de “trabajo hebreo” como expresión de un sentido nacional y clasista por igual. Gordon nunca se vio a sí mismo como socialista en ningún sentido doctrinario, aunque su pensamiento se convirtió en guía ideológica del partido “Hapoel Hatzair”el Joven Obrero- fundado en Petaj Tikva a fines del año 1905. De gran influencia en los círculos obreros y los miembros de la Segunda Aliá fue también la corriente sionista socialista, surgida en 1904, inspirada en el ideario de Najman Syrkin. Najman Syrkin (1867-1924) nació en la Rusia meridional, estudió economía en Berlín, activó en el movimiento socialdemócrata alemán de principios de siglo XX, y participó en el Primer Congreso Sionista. Su ensayo “El problema judío y el estado socialista judío” (1898) se destacó como un análisis profundo de los dilemas de la vida judía bajo la influencia de la modernización, la emancipación, los conflictos nacionales, y la lucha de clases. Syrkin trató de integrar su comprensión del problema judío dentro del espíritu de una amplia filosofía socialista de la historia, y enfatizó la dimensión socioeconómica en su critica radical de los procesos de integración que vivían los judíos en la sociedad europea. Fue uno de los primeros pensadores judíos en encarar la discusión en torno a las relaciones entre el socialismo y el nacionalismo judío, en tanto el sionismo representó un desafío al postulado tradicional del movimiento socialista acerca de que solucionaría el problema judío a través de la transformación revolucionaria de la sociedad. Como el liberalismo clásico, el movimiento socialista veía al judaísmo solamente como una religión y no como una comunidad basada en lazos étnicos y culturales. En consecuencia, según esta concepción, el “problema judío” no necesitaba un tratamiento específico, dado que en una sociedad socialista auténticamente liberada, todas las religiones desaparecerían. En desacuerdo, Syrkin polemizó duramente con muchos pensadores socialistas de origen judío que veían en un socialismo indiferenciado y cosmopolita la panacea destinada a solucionar el “problema judío” en todas sus manifestaciones. Para él, los socialistas judíos que siguieron esa misma línea de argumentación, eran culpables de dos pecados que resultaban de su ignorancia acerca de la naturaleza especifica del “problema judío”: no solamente negaron su legado judío, sino también las bases socialistas de su propio pensamiento. ...”En lugar de gritar primero como judíos y después elevar esta protesta al nivel de lo universal... hicieron lo contrario. Quitaron a la protesta su carácter judío, suprimieron toda referencia a sus orígenes y así se convirtió ésta, en otra variedad del asimilacionismo judío”... ibídem, página 153 15 De acuerdo a Syrkin, el cosmopolitismo no significa solamente la presentación de algunas ideas universales generalizadas, sino la construcción de una visión universal de redención basada en la realidad existente y sus fundamentos particulares, conservando sin embargo la conciencia acerca de sus orígenes históricos concretos. Al pasar por alto esta particularidad fundamental, los socialistas judíos llegaron a veces a un universalismo abstracto, árido y sin vida. Syrkin también afirmó que por ser el sionismo socialista la expresión de un pueblo oprimido, el socialismo judío es diferente de los movimientos socialistas de otras naciones, como por ejemplo del socialismo alemán, que daría expresión a los intereses de una gran nación dominadora. Por otro lado, si el proletariado judío permanece fiel a sus raíces históricas, en su lucha de clases expresará una protesta que posee dos aspectos: la de su opresión clasista y la de su opresión nacional. ...”Como movimiento de protesta contra el sufrimiento judío, el socialismo puede convertirse en la posesión común de todos los judíos, porque este sufrimiento afecta a todas las clases: tanto al proletariado como a la intelectualidad, a la clase media como a la alta burguesía. La posición del proletariado judío es paradójica: constituye, a su manera, una clase universal auténtica”... ibídem página 155 Por otra parte, Syrkin sostuvo que aquellos socialistas judíos que pensaron que la lucha de clases internacional puede resolver el problema judío sin ligarlo explícitamente al renacimiento nacional judío, estaban equivocados. Si bien el movimiento socialista condenaba el antisemitismo, bajo condiciones de presión política extrema podía –por razones tácticas- encontrar prudente eludir responsabilidades en su lucha pública contra él. Al respecto Syrkin menciona la actitud ambivalente del Partido Socialista Francés respecto al caso Dreyfus, que al principio afirmó que los socialistas no tenían que entrometerse en el conflicto acerca de cual de los oficiales era realmente culpable de traición. El hecho de que Dreyfus fuera judío y se convirtiera en el centro de una violenta campaña antisemita fue simplemente ignorado durante un tiempo considerable por el partido socialista. Sea como fuere, Syrkin sostuvo que el socialismo fracasa en su intento de encontrar una respuesta específica al problema judío, mientras que ve al sionismo como una solución más realista y realizable. ...”El sionismo tiene sus raíces en la posición económica y social de los judíos, en su protesta moral, en sus esfuerzos idealistas por llenar de nobles contenidos sus míseras vidas, y es impulsado además por las fuerzas activas y creativas de la vida judía”... ibídem, página 156 La cuestión acerca del por qué el sionismo debía ser socialista, era para Syrkin mucho más que una simple elección entre dos alternativas, históricamente simétricas. El capitalismo es un hecho de la historia, mientras que el socialismo es una visión. Todas las sociedades existentes son capitalistas porque se desarrollaron de esa manera dentro del proceso histórico, no porque se hayan constituido conscientemente como tales. ...”Es inconcebible que la gente esté de acuerdo con la creación de un Estado autónomo basado en la desigualdad social, puesto que ello equivaldría a establecer un contrato social de servidumbre. No podrá establecerse ningún nuevo contrato social a menos que esté basado en la libertad. Es meta de la acción social consciente al convertir la realidad social de hecho en una sociedad basada sobre fundamentos racionales y de esta manera elevarla moralmente”... ibídem, página 156 16 La diferencia entre capitalismo y socialismo constituyó el centro de la naturaleza ética del pensamiento socialista de Syrkin. El capitalismo es el peso muerto de la historia, mientras que el socialismo es el fruto de la praxis humana consciente. Dado que el sionismo es también un acto de rebelión humana consciente, comparte este elemento con el socialismo. Respecto al asentamiento judío en Eretz Israel sostiene Syrkin que debería establecerse a gran escala, llamando a un amplio sistema de planeamiento social. La tierra y el capital primitivo serán de propiedad pública y no privada. Más aun: un estado judío basado en la propiedad privada no sería capaz de prestar atención a las necesidades de la más oprimida de las clases judías - el proletariado. Según él, un estado judío basado en el capitalismo está destinado al fracaso. ...”Solamente fusionándose con el socialismo, el sionismo podrá convertirse en el ideal del pueblo judío todo: del proletariado, de la clase media, de la intelectualidad. Todos los judíos serán parte del éxito del sionismo, y ninguno será indiferente. La esperanza mesiánica, que siempre ha sido el sueño más grande del judaísmo exiliado, se transformará en acción política”.. ibídem, página157 Ber Borojov (1881-1917) nació en Poltava, Ucrania, en el hogar de un maskil simpatizante del movimiento de los “Jovevei Sión”, y creció cercano al movimiento socialista revolucionario ruso, muy activo por aquellos años. Sobre este panorama de aspiraciones conflictivas entre una visión nacional y el socialismo revolucionario, desarrolló un programa sistemático que devino posteriormente en una síntesis singular: la integración del nacionalismo judío con la doctrina marxista ortodoxa, basamento ideológico del partido “Poalei Sión” (obreros de Sión), que se destacó en Rusia y en Polonia y luego en Eretz Israel como el movimiento sionista más influyente en la clase obrera. Tal síntesis entre marxismo y sionismo no fue una tarea fácil. El marxismo clásico y ortodoxo veía al nacionalismo como a un mero fenómeno “superestructural” - es decir: consideraba que los intereses puestos de manifiesto en la lucha de clases son los factores determinantes del progreso histórico, y la idea nacional no es más que una “ideología” confeccionada por la burguesía para legitimar sus intereses de clase particulares. No caben dudas de que esta posición no facilitaba el desarrollo del movimiento socialista en zonas como Europa oriental, donde los conflictos nacionales, lingüísticos y culturales estaban situados en el centro mismo de la conciencia política de comienzos del siglo XX. En el intento de hallar una legitimación coherente con el marxismo para el sionismo socialista, el argumento básico utilizado por Borojov era que en el marco de sociedades multinacionales la emancipación de la clase proletaria debería ir de la mano con la emancipación nacional, ya que su opresión social deviene también a causa de su nacionalidad. De tal manera, la nacionalidad esta enclavada en la estructura social, y no es meramente “superestructural”. La lucha de clases siempre tiene lugar, según Borojov, dentro del grupo socionacional. De allí que la lucha de clases tiene en todos los contextos históricos un carácter específico, determinado por la historia particular y singular de aquella sociedad nacional. Dondequiera que surja la lucha de clases, ésta se integra a la lucha nacional, y por lo tanto Borojov ve el conflicto clasista desarrollando características especificas: cuando la totalidad de un grupo étnico es conquistada y sojuzgada por otro, el 17 conquistador trata de imponer su propia estructura de clase. El proletariado de la sociedad sojuzgada se halla bajo una doble servidumbre: como clase, por la burguesía de la nación conquistadora y lingüística, y, nacionalmente, por la totalidad de la nación opresora. ...”Con mucha más claridad se advierte el nacionalismo en los pueblos oprimidos. Ellos siempre se encuentran en su vida de producción sufriendo condiciones anormales: falta de soberanía política, de libertad de lengua y de desarrollo cultural”. ibídem página 163 Por lo tanto la lucha nacional se transforma en una lucha social de las clases explotadas contra las clases explotadoras de la sociedad nacional dominante: ...”Un pueblo sin tierra, que se encuentra despojado de condiciones de producción propias, de una base económica propia, que se halla encajado dentro de relaciones sociales extrañas, ya formadas, se convierte en forma natural en un grupo específico y solitario, al que no se le dará la posibilidad de aproximarse a la población que posee una base. A ese pueblo siempre lo acechará la competencia nacional; y no estando preparado para la lucha, sin una base económica sobre la cual pueda sustentarse, ese pueblo se halla expuesto a una acrecentada explotación”... ibídem, página 14 Según esta concepción, solamente después de emanciparse de la dominación extranjera el proletariado de una nación oprimida puede llevar adelante una verdadera lucha de clases dentro de su propia sociedad. En 1906 Borojov publicó “Nuestra Plataforma”, donde trató de aplicar los principios resultantes de la relación entre el nacionalismo y la estructura clasista al problema judío. En el caso del pueblo judío, Borojov distinguió a tres grupos sociales importantes, cada uno de los cuales desarrolló su propia actitud hacia el nacionalismo: la alta burguesía, la clase media (que incluye a la intelectualidad), y la clase obrera con las clases medias en proceso de proletarización. La alta burguesía, los estratos acomodados de la sociedad judía, tienden generalmente a la asimilación. A causa de que la movilidad social hacia arriba es más fácil para los judíos de occidente que para los de Europa oriental, la asimilación es más común entre ellos. No obstante, la continua corriente migratoria de judíos orientales, y los frecuentes pogroms, recuerdan muy a menudo a la alta burguesía judía el miserable destino de sus hermanos. Para Borojov, la alta burguesía consiguió solucionar sus problemas materiales a través del éxito económico y la integración dentro de la sociedad capitalista. Sin embargo, el antisemitismo constituye una seria amenaza a la asimilación de la burguesía, porque recuerda a todos la identidad y las conexiones judías de los estratos más asimilados de la sociedad judía. En consecuencia, a pesar de su riqueza y status económico, los miembros de la alta burguesía judía no están seguros. En última instancia el antisemitismo la amenaza tanto como a las clases más pobres. Los capitalistas judíos son vistos por la sociedad no solamente como capitalistas sino también como judíos, y es por esta razón que un mero análisis económico de su posición no contribuye a una comprensión adecuada de su situación. El antisemitismo trasciende las clases sociales a pesar de sus distintos orígenes sociales y económicos. Más allá de toda crítica, Borojov no solo vio lo estático en la vida judía, sino fundamentalmente lo dinámico. Enseñó a comprender que la vida judía, con todas las peculiaridades específicas que creó en el carácter nacional y social del pueblo, es 18 comparable a un río impetuoso que conduce, en su carrera estígica11, al desarrollo de procesos continuamente renovados que se originan unos en otros, y se influyen mutuamente. Por eso la diáspora, que es la expresión de la absoluta anormalidad del pueblo judío, no es tampoco para él un estado de anquilosamiento en la historia judía, aunque, por lo expuesto, requiere de una solución integral que resuelva tanto las necesidades nacionales como las sociales del pueblo judío. La solución no sólo es necesaria sino también posible, porque ella se encuentra dentro de la línea de los procesos estígicos del pueblo mismo, que influyen y deciden la marcha de la historia. Este principio de los procesos estígicos lo aplicó Borojov respecto de las fuerzas impulsoras que estimulan la emigración a Eretz Israel. ...”El proceso de la emigración judía a Eretz Israel es un proceso estígico. Nace del hecho de que en los anteriores países capitalistas de la emigración judía les es a los judíos cada vez más difícil pasar a las formas más altas de producción. La necesidad de emigrar no se torna más débil entre los judíos. Al contrario. Por el hecho de que son económicamente expelidos debido a la competencia nacional, ella se fortalece cada vez más; por eso los judíos se ven obligados cada vez más a dirigirse a Israel, como el único país semi-agrícola a donde puede emigrar la burguesía pequeño- capitalista judía”... Finkielsztejn J., “Ber Borojov”, página 16 Esta teoría sobre los procesos estígicos provocó duras críticas, dado que para sus adversarios confiar en esas fuerzas podía debilitar la participación activa de las masas judías en la regulación de la emigración a Eretz Israel. Pero Borojov en modo alguno negó el papel del hombre para influir en los procesos, y menos aún la significación de la lucha activa del hombre para alcanzar sus propósitos. Para Borojov, la emigración a América es la respuesta pasiva de estas clases a su conflicto, porque acepta como un hecho la existencia misma de una sociedad burguesa en Estados Unidos, y busca una solución dentro de la estructura socioeconómica existente. Además, las masas de inmigrantes judíos llevarán de este modo el problema judío a países y continentes que no lo conocían anteriormente. Por ello, el espectro del antisemitismo se difundirá abarcando nuevas zonas y clases. Los intentos de los inmigrantes judíos de integrarse dentro de una fuerza de trabajo productiva fracasaran igualmente, situándose nuevamente en ocupaciones marginales. La pirámide invertida de la estructura social judía - una estrecha base productiva con una recargada cúspide de clases medias e intelectualidad - se volverá a repetir en el Nuevo Mundo. En cambio, la emigración a Eretz Israel sería la respuesta activa a la encrucijada en la que se encuentran. Respuesta activa en tanto va necesariamente combinada con la creación de un nuevo sistema social, que dará lugar al surgimiento de una sociedad revolucionaria. Lo que exige el problema judío, en tanto que conflicto nacional, es una solución territorial. Borojov arribó a la conclusión de que únicamente Eretz Israel es el lugar viable para una solución territorial del pueblo judío, pues sólo allí es posible crear una sociedad judía desde sus cimientos, y donde podrían estructurarse y mantenerse un campesinado y una clase obrera judía. Un pueblo no puede ser independiente en tanto no controle su propia infraestructura económica. Por ende la independencia económica judía es posible solamente en el marco territorial en el cual los judíos constituyan la base de la pirámide social. Esto solamente sería posible en Eretz Israel a través de la 11 La palabra “stigia” en ruso y en idish proviene de la voz griega “stoigeión” que significa base, principio, material primario; alude a algo desorganizado, que no esta dirigido ni encaminado. 19 actividad consciente del proletariado judío en aras de la creación de una infraestructura productiva en la Tierra de Israel. En su polémica con aquellos socialistas judíos que veían en la revolución mundial la solución al problema judío, Borojov sostuvo que sólo a través del establecimiento de una sociedad judía en Israel la lucha de clases judía se integraría dentro de la lucha universal del proletariado mundial. Consigna de trabajo Reflexiona y responde: a. ¿Cuál es el lugar que ocupa el nacionalismo en la concepción marxista de Borojov? Fundamenta tu respuesta. b. ¿Cuál es, según Borojov, el conflicto esencial del proletariado judío? ¿Qué solución propone al mismo? c. ¿A qué llama Borojov “la pirámide invertida de la estructura social judía?” d. ¿Por qué consideraba este ideólogo que la concentración nacional del pueblo judío en Eretz Israel es la única solución posible a la cuestión judía? La Segunda Aliá A comienzos del siglo XX, el ishuv judío en Eretz Israel se encontraba en una situación de incertidumbre y opresión. Los veinte primeros años de colonización dieron un resultado limitadamente satisfactorio en el aspecto agrícola, y constituyeron un fracaso total en cuanto a los logros en el campo nacional y cultural. Las sequías que castigaron la zona, y las pesadas cargas tributarias que impuso el gobierno otomano, desalentaron la actividad colonizadora. La incorporación de mano de obra árabe, la influencia de la Alliance Israelite y los funcionarios del Barón Rothschild, que propiciaron la preferencia por el idioma francés y su cultura, y las migraciones de los hijos de los colonos que no se veían atraídos por las tareas agrícolas hacia Estados Unidos, Australia o París, colocaron al nuevo ishuv en una encrucijada. A ello hay que sumar que la actividad política del movimiento sionista se hallaba en un punto muerto tras la crisis de Uganda y la muerte de Hertzl. Si bien los “Sionistas de Sión” constituyeron un movimiento opositor que luchó por el logro de la continuidad de la colonización en Eretz Israel, su actividad se limitó a exigir en los congresos la reivindicación inmediata del trabajo en Palestina sin consecuencias prácticas tangibles. A pesar de la perplejidad reinante, comenzaron a escucharse voces que estimularon la continuidad de la obra emprendida y la renovación del sueño de liberación nacional. Iosef Vitkin12, decepcionado por el fracaso moral de la Primera Aliá y por la declinación de la colonización judía, convoco a una nueva Aliá y a nuevos y mayores esfuerzos. Su proclama, publicada en marzo de 1905, se difundió rápidamente entre los jóvenes de Eretz Israel y de Rusia, despertando en el seno de estos grupos un entusiasmo renovado. “A la juventud judía cuyo corazón está con el pueblo y con Sión: ¡Hermanos! Los caminos que nos conducen al logro de nuestros objetivos de renacimiento nacional se encuentran hoy inmersos en una gran neblina. Hemos abandonado y despreciado el 12 Vitkin, Iosef (Rusia 1876- Rishon Letzion 1912). Realizó su aliá en 1898. Maestro de Kfar Tabor, una de las colonias fundadas por la primera aliá, y uno de los fundadores del partido “Hapoel Hatzair”. 20 rumbo más largo y difícil y quizás el más seguro, porque exigía tolerancia, energía y valor. Desconcertados y desilusionados por cualquier postergación o impedimento retrocedimos ante los obstáculos y los pequeños sacrificios. Nuestra lucha no exige dinero como pensamos hasta ahora sino amor por nuestro pueblo y nuestra tierra, heroísmo y paciencia. ¡Únete, disciplínate a ti mismo a vivir o morir! Olvida todos los preciosos vínculos de tu infancia; déjalos atrás para siempre sin sombra de pesar, y responde al llamado de tu pueblo. ¡Despierta, levántate juventud judía, y ven en ayuda de tu pueblo! ¡Nuestro pueblo se extingue, nuestro país puede deslizarse de nuestras manos para siempre! ¡Apúrate, héroe judío, renueva los días del Bilu con más fuerza y vigor, porque un poco más y estaremos perdidos “Haraaión Hatzioní Veakamat Medinat Israel”, página 132 Consigna de trabajo Reflexiona y responde: ¿Qué motivó a Iosef Vitkin a manifestar su llamamiento? Relaciona con el contexto histórico. La innovación del llamado de Vitkin consistió en que por primera vez exigió una Aliá fundamentada en las necesidades del país, para salvar a la colonización judía del derrumbe total. En la misma dirección Menajem Ussishkin, dirigente de los “sionistas de Sión”, subrayó en su folleto “Nuestro Programa” (1904) la necesidad de reemplazar la mano de obra árabe por mano de obra judía; de otro modo, afirmó, “toda la obra colonizadora estará construida sobre arena o, mejor dicho, sobre un volcán”. Eran estas expresiones de un poderoso afán por realizar hechos positivos y concretos en el marco de la crisis surgida en el seno del movimiento sionista por el proyecto de Uganda, la incertidumbre por la situación del ishuv judío, y la creciente ola de violencia contra los judíos manifestada en los pogroms que estallaron en Rusia en 1903 y alcanzaron su punto culminante con el fracaso de la revolución de 1905, en la que afiliados y simpatizantes de varios partidos políticos se vieron desilusionados por sus resultados. Así, de la insatisfacción del Galut, de las necesidades de la colonización en Palestina, y del deseo de acción del sionismo socialista, emanó a comienzos de 1904 un nuevo impulso para la realización nacional: la Segunda Aliá. Hombres del pueblo, empapados de la fe en sus propias fuerzas y en las fuerzas de su pueblo, impregnados de autoconciencia, lealtad y disposición para el sacrificio por el ideal, forjaron el cambio decisivo a la empresa de renacimiento nacional en Eretz Israel. La nueva ola migratoria que se inició en 1904 y se prolongó diez años, llevó al país a unos cuarenta mil inmigrantes, en su mayor parte jóvenes y miembros empobrecidos de la clase media, influidos en mayor o menor grado por los ideales socialistas, procedentes de Rusia, Lituania y Polonia. 21 David Ben Gurión con su familia en Plonsk A pesar de que muchos de ellos terminaron por marcharse del país, los integrantes de esta aliá no sólo incrementaron y vigorizaron la comunidad, sino que además transformaron completamente su carácter, sus instituciones y sus aspiraciones. El contacto con la situación reinante en el ishuv definió con creciente claridad las metas y aspiraciones de los hombres de la Segunda Aliá. Hacia 1904 existían en Eretz Israel unas veinte colonias judías en las cuales trabajaban en su mayoría obreros árabes, hombres obedientes y dóciles, que se conformaban con bajos salarios y eran expertos en las condiciones del clima y del trabajo. En la zona de Iehudá y Shomrón los colonos de la primera aliá abandonaron el trabajo de la tierra y se limitaron a cumplir el papel de capataces de sus obreros, al tiempo que sus hijos emigraron de los poblados rurales para radicarse en las ciudades o en el extranjero. Más allá de la depresión política y económica existente, lo que verdaderamente consternó a los nuevos olim era la desmoralización que se apoderó de la población judía. En sus aspiraciones de conquistar todas las opciones de trabajo y enfatizar el concepto de trabajo hebreo, los hombres de la Segunda Aliá se encontraron con la oposición de los miembros de la Primera Aliá, renuentes a despedir a sus trabajadores árabes. “Fui jornalero”- declaró cierta vez David Ben Gurión en la Knesset, y había un dejo de amargura de aquellos días en que debió soportar la diaria humillación de los empleadores, judíos granjeros de las colonias de Iehudá, que elegían con total indiferencia a los jornaleros que necesitaban para el trabajo del día. Veinte años atrás, esos mismos granjeros habían sido idealistas y soñadores. Al llegar de Rusia, conservaban todavía en sus corazones el ardor sionista. Pero con el paso de los años se hicieron irreconocibles. Se transformaron en patrones. El oro del filántropo, el Barón Edmond de Rothschild, fue el causante de este vuelco en sus corazones. El Barón, que era un hombre de visión, compró tierras, creó colonias agrícolas, envió expertos e instructores para ayudar a los colonos... Los primeros, después de una época de ímprobos esfuerzos, consiguieron echar raíces en las colonias del Barón. Pero a medida que el filántropo les facilitaba el dinero, iba enfriándose su ardor pionero. Ya 22 no salían a trabajar los campos, y por una salario irrisorio empleaban trabajadores árabes. Bar Zohar, M., “Ben Gurión, una biografía” página 27 David Ben Gurión Nació en 1886 en Plonsk, Polonia. En 1903 participó en la fundación del partido “Poalei Sión”. En 1906 emigró a Eretz Israel y trabajó como obrero agrícola en diversos poblados. En 1909 se instaló en Jerusalén, siendo editor del periódico “Äjdut” (Unidad), órgano de expresión de los trabajadores judíos. Entre 1912 y 1914 estudió Leyes en Turquía y regreso a Eretz Israel al comenzar la Primera Guerra Mundial. Poco después fue expulsado por las autoridades turcas y se dirigió a los Estados Unidos. Actuó en diversos organismos sionistas y reclutó voluntarios para los cuerpos judíos que luchaban con los Aliados. Regresó a Eretz Israel en 1912 y se contó entre los fundadores del partido “Äjdut Avoda”, siendo elegido su presidente. En 1930 este partido se unificó con “Hapoel Hatzair” (El Joven Obrero) y se constituyó el Partido del Trabajo de Eretz Israel (Mapai). Como representante de Mapai, Ben Gurión participó en diversos congresos judíos y en el Vaad Hapoel (Consejo Ejecutivo de la comunidad judía en Eretz Israel). Entre 1921 y 1935 actuó como Secretario General de la Histadrut. En 1933 fue nombrado presidente de la Agencia Judía. Como representante de este organismo se presentó ante diversas comisiones británicas de investigación. En 1942 participó en el Congreso Sionista reunido en el hotel Baltimore en Nueva York siendo uno de los creadores del denominado “Plan Baltimore”. Fue presidente del Consejo Provisional del Pueblo que proclamo la independencia del Estado de Israel siendo nombrado Primer Ministro y Ministro de Defensa. Desde este cargo ordenó la creación de Tzahal (Ejercito de Defensa de Israel), sobre la base del servicio militar obligatorio y ordeno trasladar las oficinas del gobierno israelí a la ciudad de Jerusalén declarándola capital del nuevo estado. Ante las provocaciones árabes ordenó llevar a cabo en 1956 la “Operación Sinaí”. Desempeñó un papel fundamental en el acercamiento a Alemania occidental. Desde la creación del Estado hasta el año 1963 ejerció las funciones de Primer Ministro y Ministro de Defensa, con excepción de un período entre 1953 y 1955 donde se estableció como pionero en el kibutz Sde Boker en el Neguev. En 1963 renunció a su cargo definitivamente pero continuó siendo miembro de la Kneset. Fundó un nuevo partido, Rafi, que posteriormente se unificó con “Mapai” y “Ajdut Avoda” constituyendo el Partido Laborista Israelí. Falleció en 1973 y fue sepultado en Sde Boker. A pesar de su disposición para el sacrificio, resultó muy pesada la lucha por la conquista de posiciones de trabajo en las colonias. En esos días, los obreros judíos de Eretz Israel, decepcionados por el lento desarrollo de la colonización, buscaron nuevos caminos para el logro de sus objetivos. 23 La siguiente proclama, firmada por representantes de diversas agrupaciones no obreras, como docentes y periodistas, que apoyaron la causa de los colonos en pro del trabajo hebreo puro, refleja el espíritu de lucha que impulsó a la acción a los hombres de la Segunda Aliá: ...“ El trabajo hebreo es uno de los pilares del renacimiento de nuestro pueblo en su tierra. Así como es imposible que un pueblo viva sin un idioma nacional y una tierra propia bajo sus pies, es imposible que un pueblo no posea su propia masa de trabajadores. Todo asentamiento que se construye sobre la base de trabajo extranjero no tiene ninguna base de subsistencia”...“Haraaión Hatzioní Veakamat Medinat Israel”, página 134 Consigna de trabajo 1. Analiza la siguiente frase: “El mandamiento del sionismo en aquellos días era ‘trabajo judío en la tierra judía’. Sólo así aseguraría el pueblo su derecho a la Tierra de Israel”. 2. Relaciona la misma con la realidad creada en el campo del trabajo por los miembros de la Primera Aliá Los medios para el logro de la “conquista del trabajo” A fin de realizar el principio de la “conquista del trabajo” y superar las dificultades que presentaba la labor de colonización, los hombres de la Segunda Aliá emprendieron diversos caminos: • Creación de partidos políticos y organizaciones obreras. • Apoyo del Movimiento Sionista a fin de fortalecer la posición de la clase obrera judía en el ishuv. • Creación de nuevos marcos de trabajo y asentamiento colectivo. Creación de partidos políticos y organizaciones obreras. La participación en organizaciones partidarias y federaciones obreras era una actividad conocida y admitida por los inmigrantes de Europa Oriental a partir de la experiencia desarrollada en sus países de origen. Con el fin de facilitar la lucha por mejorar las duras condiciones laborales existentes en Eretz Israel y reforzar las tendencias sionistas socialistas, los miembros de la Segunda Aliá enfatizaron la acción política, creando marcos partidarios cuya intención fundamental era el logro de los objetivos nacionales. De esta forma definió el partido obrero “Hapoel Hatzair”, fundado en Petaj Tikva en 1905 por inspiración de A. Gordon, sus metas básicas: ...”Conscientes de que mientras no exista en Eretz Israel un partido de obreros judíos, grande en número y fuerte en calidad, no tendrá ningún sentido nuestro trabajo nacional, nos proponemos como objetivo fundar un partido cuya función esencial sea la realización del sionismo en general, y una preocupación particular en la conquista del trabajo en manos judías...” ibídem, página 136 24 El partido consideró que su tarea principal consistía en cimentar una agricultura judía en la labor de trabajadores judíos, y su penetración en todos los sectores de la economía del país, como así también la revitalización espiritual basada en el idioma hebreo como lengua de uso diario y vehículo de creación cultural. Los mejores valores literarios del país se integraron en el periódico del partido, llamado también “Hapoel Hatzair”, cuya sección literaria fue dirigida durante cierto tiempo por el escritor Iosef Jaim Brenner13. Iosef Jaim Brenner ( 1881-1921) Simultáneamente a la fundación del partido “Hapoel Hatzair” varios miembros de la Segunda Aliá afiliados al partido socialdemócrata “Poalei Sión”, fundado en Rusia en 1903 inspirado en el ideario de Ber Borojov, fundaron el partido obrero socialdemócrata hebreo “Poalei Sión” afiliado a la federación mundial de estos partidos constituidos en la diáspora. Su objetivo inmediato era crear en Eretz Israel condiciones sociales y políticas normales. , que permitiesen a los obreros judíos plasmar los ideales socialistas revolucionarios. Los Poalei Sión, que al principio publicaban sus escritos en idish, comenzaron a editar en 1910 un periódico en lengua hebrea titulado “Heajdut” - La Unidad. En la práctica ambos partidos obreros se asemejaban en su plan de acción: la conquista del trabajo, el énfasis puesto en los objetivos nacionales, y el fomento de la cultura hebrea. Sus esfuerzos combinados establecieron las bases para la creación de nuevas formas de asentamiento agrícola y organismos autónomos, que posteriormente se desarrollaron para formar las instituciones independientes del ishuv. No resulta así sorprendente que los miembros activos de estos partidos y sus compañeros - Berl Katznelson, David Ben Gurión, Itzjak ben Tzvi, Iosef Shprintzak14 y otros - ejerciesen funciones ejecutivas en la comunidad judía de Eretz Israel y se destacaran entre los políticos más importantes del futuro Estado Judío. Además de la lucha por el derecho al trabajo, los obreros judíos trataron de mejorar sus condiciones de vida, destacándose desde un principio su desarrollado sentido de la solidaridad 13 Iosef Jaim Brenner escritor hebreo nacido en ucrania en 1881. En el año 1900 publico su primer cuento “Miga de pan”. Durante un tiempo fue el redactor de folletos del Bund pero sus ideales lo aproximaron al Movimiento Obrero Sionista y a la lengua hebrea. Sirvió en el ejercito ruso pero deserto y huyo a Londres donde fundo el periódico hebreo “Hameorer”. En 1909 llego a Eretz Israel y se instalo en Jerusalén. Durante la Primera Guerra Mundial residió en Iafo y enseño en el Gimnasio Hertzlia. Participo en todas las publicaciones obreras. En 1920 vivió en la Galilea trabajando en la pavimentación de caminos. En 1921 volvió a Iafo y en mayo de ese año fue asesinado por árabes durante las revueltas que tuvieron lugar en ese periodo. 14 Iosef Shprintzak: nació en Rusia y desde joven se enrolo en las filas del sionismo hasta convertirse en líder del movimiento de los “Tzeirei Sión”. Se radico en Eretz Israel en 1908 y continuo como dirigente del movimiento del “Hapoel Hatzair”. Fue uno de los fundadores de la Histadrut, ocupando el puesto de Secretario General. En 1949 fue electo Presidente de la Primera Kneset. 25 Itzjak ben Tzvi (1884-1963) Dirigente fundador del Movimiento obrero y segundo Presidente del Estado de Israel. Fundo con Borojov el partido “Poalei Sion”. En 1907 llegó a Israel y se dedicó a la actividad organizativa e ideológica de su partido. En 1908 se estableció en Jerusalén y fue uno de los primeros maestros del Gimnasio hebreo. En 1909 participó en la fundación de la organización “Hashomer”. De 1912 a 1914 estudió leyes en Constantinopla junto con Ben Gurión. Al estallar la Primera Guerra volvió a Eretz Israel de donde fue expulsado en 1915 y partió a Estados Unidos, donde, junto a Ben Gurion, fundó “Hejalutz” y promovió la movilización de voluntarios para que se unieran a la Brigada Judía, con la cual volvieron a Israel en 1918. Participó en el establecimiento del partido “Ajdut Avoda” y luego, en la unificación con “Hapoel Hatzair”, creándose Mapai en 1930. En 1931 fue elegido Presidente del Consejo Nacional. Fue diputado por “Mapai” desde el establecimiento del Estado hasta 1952, cuando se lo designó Presidente del Estado. En 1957 fue reelecto por segunda vez y en 1962, por tercera. En su memoria se fundó en Jerusalén un instituto de investigación sobre Eretz Israel y las dispersiones judías. Berl Katzenelson (1887-1944) Dirigente e ideólogo del Movimiento Obrero en Eretz Israel. Durante su juventud en Rusia activó en el movimiento socialista judío. En 1909 llegó a Eretz Israel y se convirtió en la figura central del Movimiento obrero. Fue uno de los fundadores de la “Comisión de obreros de la Galilea” núcleo de lo que posteriormente sería la Organización de Agricultores, de la Confederación de Trabajadores y del partido “Poalei Eretz Israel”. En la Primera Guerra Mundial se presentó como voluntario en la Brigada Judía. Actúo a favor del establecimiento de “Ajdut Avoda”, que en 1919 reunió a “Poalei Sión” con grupos apartidarios. Representó a este partido y a la Histadrut ante las instancias del Movimiento Sionista y del Movimiento Laborista Internacional. Fundó el diario “Davar” y la editorial “Am Oved”. Se opuso tenazmente a la corriente de izquierda radical en la Histadrut y también a los revisionistas encabezados por Jabotinsky. Murió en Jerusalén y fue enterrado en el cementerio a orillas del Kineret. Apoyo del movimiento sionista a fin de fortalecer la posición de la clase obrera judía en el ishuv Los círculos obreros y sus organizaciones buscaron caminos para fortalecer su posición en el ishuv, intentando influir en las instituciones del movimiento sionista. Los partidos “Poalei Sión” y “Hapoel Hatzair” aspiraron a una mayor representación en los Congresos Sionistas con el fin de ubicar la cuestión del asentamiento en Eretz Israel como prioridad en la actividad del Ejecutivo, y lograr su apoyo financiero a través del 26 Keren Kaiemet y el Anglo Palestine Bank15 para la construcción de nuevas colonias y asentamientos. Esta política de las organizaciones obreras confluyó con la posición de los sionistas prácticos que, tras los fracasos en los esfuerzos diplomáticos para conseguir el Chárter, orientaron el rumbo de los Congresos hacia la organización y desarrollo del ishuv en Eretz Israel. Estas tendencias, y las necesidades coyunturales de la comunidad en Israel, llevaron a la creación de la “Oficina Eretzisraelí”, al frente de la cual designaron a Arthur Ruppin16. El objetivo de la oficina era materializar la fuerza de las instituciones sionistas en Eretz Israel, y direccionar todas las actividades relacionadas con la compra de tierras y el asentamiento. Más allá de las buenas intenciones, el cometido de la Oficina Eretzisraelí era muy difícil, pues, considerando a fondo la situación, no existían prácticamente medios para el trabajo colonizador. Los escasos ingresos del KKL solamente podían ser invertidos, de acuerdo a los estatutos, en la compra de tierras, mientras que el Anglo Palestine Bank era sólo una pequeña institución de crédito que no podía invertir capitales en empresas arriesgadas de colonización. Para atraer capitales privados a la acción constructiva del país se creó en 1908, a propuesta del Dr. Ruppin, la “Jevrat Hajsharat Haishuv”, sociedad privada para la compra de tierras. Su función era adquirir terrenos, dividirlos en parcelas, y prepararlos para la colonización, con el objeto de ayudar a los trabajadores que inmigraban faltos de medios a una exitosa adaptación en el campo agrícola. Casi todas las tierras compradas por el KKL fueron adquiridas por medio de la “Jevra”, lo mismo que una gran parte de las compras privadas. Junto a la Oficina Eretzisraelí logró, además, absorber nuevos inmigrantes, crear barrios en las poblaciones urbanas, y estimular nuevas y diversas ramas de la economía. De este modo la Organización Sionista comenzó su trabajo práctico en Eretz Israel en las mismas condiciones jurídicas en que lo habían hecho, veinticinco años atrás, los Jovevei Sión. Creación de nuevos marcos de trabajo y asentamiento colectivo. En los años 1907-1908, los obreros de Eretz Israel llegaron a la conclusión de que la participación individual en el trabajo agrícola no llevaría a un progreso significativo. El número de trabajadores judíos era muy pequeño como para lograr la conquista de todo el trabajo en las colonias, y la competencia con los trabajadores árabes era cada vez más difícil. Muy a menudo los nuevos olim se hallaban sin trabajo. A fin de remediar la situación y en lugar de la obtención de puestos aislados de trabajo, a comienzos de 1908 se llevó a cabo en Sedyera el primer intento colectivo, bajo responsabilidad común de los obreros, de trabajo agrícola hebreo. Mijael Bar Zohar relata en su libro el paso de David Ben Gurión por la colonia: ...”Sedyera era una colonia pequeña: dos filas de casas alargadas, de piedra, con techos rojos. En el centro, entre cercas de basalto, ringlas de frutales, arbustos de pimiento y eucaliptos, reptaba un sendero de tierra hacia lo alto de la loma, donde se 15 Inició sus actividades en 1903 y se desarrolló hasta convertirse en el banco más grande e importante de la creciente población judía en Eretz Israel. 16 Arthur Ruppin (1876-1942) economista, sociólogo y dirigente sionista en Eretz Israel. Nació en Alemania y fue director del Instituto Judío de Estadística en Berlín. Llego a Israel en 1908. Fue el encargado de abrir en la ciudad de Iafo una oficina de la Organización Sionista. En 1921 ocupo el cargo de Director del Departamento de Colonización de la Agencia Judía. Fue profesor de sociología en la Universidad Hebrea de Jerusalén. 27 alzaba la escuela granja que dirigía el agrónomo Krausse, que daba ocupación a ocho obreros y a algunos oficinistas. Vivían en Sedyera varias decenas de granjeros, de todos los orígenes: ashkenazim, sefaradim, nativos de Polonia, Kurdistán y el Yemen, e incluso algunos conversos rusos. Estaba aislada, y las aldeas árabes de la zona no se mostraban muy amistosas. No sólo por el paisaje Sedyera era a los ojos de Ben Gurión la verdadera Tierra de Israel. Al entrar en la colonia y conocer a sus habitantes, su admiración aumentó. En Sedyera, todo el trabajo era hecho por manos judías. “Todos los miembros de la colonia trabajan y viven del esfuerzo de sus manos. Los hombres aran y siembran, las mujeres trabajan en el huerto y ordeñan, los niños cuidan de los gansos y montan a caballo al encuentro de sus padres en el campo. Son campesinos con olor a estiércol y a trigo joven, y rostros tostados por el sol”. En las cartas a su padre, pintaba David con vivos colores su vida en Galilea: “Voy caminando detrás del arado y veo a los terrones volviéndose hacia arriba, desmigajándose. Los bueyes caminan lentamente... y hay tiempo para soñar y pensar. Y cómo no pensar que estás arando tu propio terruño, y en torno a ti otros judíos aran la tierra de la patria; esta tierra que ahora pisas, se te revela en todo su encanto y toda la plenitud de sus colores... ¿No es acaso un sueño?”...Bar Zohar, M., “David Ben Gurión, una biografía”, página 31 Si bien esta organización fortaleció en sus miembros la fe en sus propias fuerzas para llevar a cabo la empresa renacentista, la mayoría de los obreros se encontró decepcionada por el lento desarrollo de la colonización. En esos días comenzó la Organización Sionista su trabajo colonizador en Eretz Israel. La apertura de la “Oficina Eretzisraelí” y la fundación de la “Jevrat Hajsharat Haishuv” indujeron la búsqueda de nuevos métodos de colonización agrícola. En 1908 fundaron Kineret en Dleika-UmDyuni, la primera granja en la cual los obreros judíos se capacitaban en el trabajo bajo la dirección de un ingeniero agrónomo, al tiempo que trabajaban las tierras arrendadas al KKL. Cuando un conflicto estalló entre los trabajadores y la dirección de Kineret, Ruppin decidió entregar a un grupo de seis obreros una parcela de terreno, las tierras de Um Dyuni, a título experimental, para que la cultivaran bajo su propia responsabilidad y dirección. El ensayo tuvo éxito, y en diciembre de 1910 un nuevo núcleo continuó la tarea; así nació la primera kvutzá, el primer asentamiento colectivo independiente, denominado Degania. Convencidos de la idea de que sólo colectivamente podrían vencer las dificultades, crearon una sociedad comunitaria basada en la justicia social, la igualdad y la cooperación como parte integral del esfuerzo de reasentamiento en su patria histórica. Las duras condiciones de vida de aquellos tiempos –desocupación, hambre, malaria, hostilidad por parte de los agricultores de las colonias, falta de experiencia en el trabajo físico- contribuyeron a fortalecer y materializar el principio de la conquista del trabajo en el marco de un estilo de vida basado en la participación y la responsabilidad colectivas Moshe Dayan (1915-1981) Degania fue el comienzo, y tras ella, se organizaron otros grupos de trabajadores que construyeron kvutzot, principalmente en el norte del país. La kvutzá, o kibutz como se la conoció más tarde al ampliar sus dimensiones, 28 fue y sigue siendo el intento más audaz y original de fusionar el ideal nacional judío y la creación de una sociedad basada en la justicia social y la igualdad en el seno de la clase proletaria. Entraña un intento de modificar tanto la estructura de la sociedad como los moldes de las relaciones humanas en su seno, más allá de la esperanza de arribar al cambio del carácter del hombre. El kibutz se rebeló contra la urbanización, al realizar un llamado al retorno a la tierra y a un estilo de vida basado en la diaria interacción con el medio natural, y enfatizó la democracia y la reciprocidad como valores estructurales de su funcionamiento. El kibutz es una sociedad comunitaria organizada, fundamentalmente, por el hecho de que los medios de producción son propiedad de todos sus miembros, y por la cooperación en ámbitos como el consumo, la educación y la salud. Cada miembro trabaja según sus posibilidades y recibe según sus necesidades. La vida colectiva del kibutz se basa en la participación directa. La máxima autoridad en materia de decisiones es detentada por la asamblea general, abierta a todos los miembros permanentes del kibutz; es decir: funciona como una democracia directa en la que cada miembro (tanto hombres como mujeres) tiene igual voz y voto. Los kibutzim han realizado una importante contribución a la actualización de la teoría socialista. Parafraseando a Jean Paul Sartre, “el kibutz fue la más socialista de las sociedades del mundo de su época”. Con el asentamiento colectivo se materializó el principio de la “conquista del trabajo”, en el marco de un estilo de vida basado en la participación, la justicia social y la igualdad. La Aliá del Yemen Uno de los primeros pasos que se dieron para el logro de la “conquista del trabajo” fue el intento de quebrar la resistencia de los colonos de la Primera Aliá a contratar mano de obra judía. Grandes esperanzas surgieron en torno a la idea de traer judíos del Yemen; habituados a tareas pesadas y a un nivel de vida modesto, se convirtieron en potenciales competidores del trabajador árabe. Algunos de ellos llegados durante la Primera Aliá se adaptaron a las condiciones climáticas y de trabajo del país sin dificultad. A partir de 1907-1908 se renovó la aliá oriental con la llegada de un contingente de setenta familias oriundas del Yemen. Con el fin de estimular la aliá yemenita Arthur Ruppin y los hombres de la Oficina Eretzisraeli enviaron en 1911 a Shmuel Iavneeli, miembro de la Segunda Aliá, hacia aquel país, convirtiéndolo en uno de los primeros shlijim (emisarios) del ishuv judío en la diáspora. De esta manera relata Iavneeli la experiencia vivida: ...”En todo lugar en el que estuve se juntaban los hombres en torno a mi persona... A ellos les hablaba acerca de Eretz Israel, de las nuevas colonias construidas, acerca del movimiento nacional del pueblo judío... ellos me escuchaban con honda alegría y preguntaban sobre el Kotel (Muro de los Lamentos) y la tumba de Rajel... yo les replicaba: ¿por qué preguntan sobre sepulcros y piedras muertas? Pregunten acerca de la renovación nacional, de los hijos de Israel que abandonan sus hogares en la diáspora y se dirigen a Sión. La tierra comenzó a dar sus frutos y esta es la señal de que la redención esta cerca... ¡Llegó la hora de que ustedes despierten! Montado en un burro, Iavneeli recorrió el país; muchos veían en él al ansiado redentor, conforme a la tradición que sostenía que el Mesías vendría a anunciar la salvación en el lenguaje sagrado, montado sobre el lomo de un burro. Más allá de las anécdotas, el éxito de la misión emprendida por Iavneeli al exhortar a los judíos a radicarse en Eretz Israel suministró una solución parcial al problema de la mano de obra 29 agrícola judía. Cientos de judíos yemenitas respondieron a su llamado; a lomo de burro o camello, por mar o por tierra, en un trayecto que duraba un año, emprendieron el camino hacia Sión, establecieron sus propios barrios cerca de los grandes poblados, y en su mayoría se dedicaron al trabajo de la tierra. Hacia 1913, trescientos diez de los ochocientos trabajadores judíos de las colonias provenían del Yemen Las actividades de este período se caracterizaron no solamente por las innovaciones introducidas en la organización de los asentamientos, sino también por la revisión a que sometieron los fundamentos económicos de éstos en general. Las colonias de Iehudá y Shomrón basaban su producción en las plantaciones de árboles frutales y las del Galil en el cultivo de los campos, y esto las hacía más sensibles a las fluctuaciones de los precios y a las catástrofes naturales como las sequías. La concentración en una sola rama de la producción impedía por otra parte la explotación racional del suelo y el aprovechamiento total de la fuerza de trabajo. Con los resultados de los experimentos realizados por el agrónomo Itzjak Wilkansky en Ben Shemen, cristalizaron nuevos métodos de cultivos mixtos, que comprendían diversas ramas de producción, como cultivos de plantas forrajeras, la cría de ganado, y la especialización en cría de aves. No obstante, a pesar de los esfuerzos desplegados y los buenos resultados obtenidos, el número de trabajadores judíos siguió manteniendo niveles relativamente pobres. Hacia 1914 había mil quinientos obreros judíos en las colonias, frente a unos seis mil obreros árabes empleados en las mismas. El desarrollo de las ciudades La Organización Sionista concentró sus actividades en el fomento de la colonización, pero también en el desarrollo de las ciudades. Con la ayuda del KKL, fue posible la creación de un suburbio judío de Iafo, que rápidamente se desenvolvió como la primera ciudad judía en Israel moderna: Tel Aviv. La población judía de Iafo, cerca de cinco mil personas, que comenzó a crecer en forma constante a partir de la nueva aliá, se extendía por los barrios no judíos o en viejos y sucios suburbios. A fin de modificar esta situación, un grupo de sesenta hombres de clase media- comerciantes, maestros y profesionales-fundaron en el año 1907 la sociedad “ Ajusta Bait” ( sociedad de vivienda). Su finalidad era aminorar la carestía de la vivienda y mejorar las malas condiciones habitacionales con la creación de un nuevo barrio en las afueras de la ciudad. La sociedad se dirigió al KKL, informándole que pretendía construir, sobre una parcela que había elegido para tal fin, “ sesenta casas, en forma ordenada, en amplias y bonitas calles, introduciendo en todo lo posible mejoras higiénicas de canalización, aguas corrientes, etc., y de ese modo servir de ejemplo para la iniciación de una colonización urbana judía”. Debido a que los miembros de la sociedad tenían invertido su capital propio en negocios, pidieron al KKL que depositara trescientos mil francos en el Anglo Palestine Bank para que lo entregara en calidad de préstamo a la sociedad, que ya tenía en su haber cien mil francos en efectivo. Eso fue en el verano en que el Doctor Ruppin visitaba por primera vez el país para investigar las posibilidades de colonización. El representante de la sociedad se dirigió a él a fin de de solicitarle que apoyara el pedido de la agrupación. Ruppin visitó la parcela que se pensaba destinar a la nueva población urbana, y llegó a la conclusión de que el plan merecía colaboración. El Octavo Congreso Sionista autorizó el otorgamiento del préstamo, y en 1910 la mayoría 30 de los miembros de “Ajusta Bait” se instalaron en sus propios hogares. Así fue erigido por primera vez un suburbio judío que reunía amplias condiciones estéticas e higiénicas. En el extremo de la calle central se construyó un magnífico edificio destinado al primer colegio secundario hebreo, el gimnasium “Hertzlia”. También la calle sobre la que se construyeron las primeras casas llevó el nombre de Hertzl. En 1910, la nueva población recibió el nombre de Tel Aviv, extraído del libro de Hertzl “ ALtneuland”. El éxito de esta primera sociedad de construcción tentó a otras a seguir el mismo camino. Un grupo de judíos de Iafo, en su mayoría artesanos y empleados de comercio, fundó la sociedad “ Najalat Biniamín”, que logró con la ayuda económica del KKL, la construcción de un nuevo barrio, vecino del anterior. A estos se unieron más barrios levantados por empresas privadas, y hacia 1914 había ya en Tel Aviv ciento treinta y nueve casas habitadas por mil cuatrocientos diecinueve judíos. El empeño de fortalecer el desarrollo urbano alcanzó también a otras ciudades como Haifa, Ierushalaim, Tiberíades, Hebron y Tzfat, en las cuales creció vertiginosamente el número de pobladores judíos. La conquista de la seguridad Un problema que gravitó desde el primer momento sobre los asentamientos judíos fue la cuestión de la seguridad. Ante la pasividad de las autoridades turcas, beduinos nómades y campesinos árabes hostilizaban a los nuevos colonos, dañaban sus propiedades, y frecuentemente producían robos de ganado y cosechas. Para evitarlo, los colonos encargaban la vigilancia a jeques árabes, que a menudo los explotaban o hacían causa común con los ladrones y merodeadores. En algunos lugares, jóvenes judíos organizaron pequeños grupos voluntarios para las tareas de vigilancia; pero esta disposición sirvió para agravar aun más la tensión existente entre los asentamientos y sus vecinos. Los colonos judíos temían que el despido de los vigilantes árabes provocara la cólera y el ansia de revancha de los pobladores de sus aldeas. Los miembros de la Segunda Aliá, que habían huido de la inseguridad y las persecuciones en sus países de origen, decidieron no depender más de la administración inoperante ni de la “buena voluntad de los bandidos”, y se hicieron cargo ellos mismos de la defensa de sus bienes y de su trabajo. En estas circunstancias, siendo cumplidas las tareas de vigilancia en la mayoría de los asentamientos por árabes, y en algunas aldeas por los jóvenes pioneros, un grupo de obreros judíos, miembros del partido Poalei Sión, fundaron en 1907 la organización Bar Guiora, honrando la memoria de uno de los kanaim más afamados en la época de la rebelión contra Roma. Su lema era “Con sangre y fuego cayó Iehudá - con sangre y fuego se levantará”, y su principal objetivo el trabajo colectivo agrícola y la “conquista de la seguridad”. Entre las colonias judías, Sedyera fue la primera en la “conquista del trabajo y de la tierra”, y también en la “conquista de la seguridad”. La defensa de la colonia y de la granja escuela estaban a cargo de guardianes cherqueses17, quienes tenían fama de valientes guerreros. Bastaba su nombre para alejar de la pequeña población a los asaltantes árabes de la comarca. Pero la “vigilancia judía” era una parte indivisible del sueño de los jóvenes pioneros, y Bar Guiora estableció los primeros grupos de guardianes judíos en ella. De esas comunas de trabajadores y guardias se fundó en 1909 la asociación “Hashomer” - El Guardián- que se definió como la organización nacional que asumiría la responsabilidad 17 Miembros de una tribu musulmana originaria del Cáucaso que tras sucesivas guerras contra el Imperio Ruso abandonó su lugar de origen y se dirigió a Eretz Israel. 31 por la seguridad de la mayor cantidad de asentamientos judíos posible. La condición del Hashomer antes de asumir la vigilancia y seguridad de cualquier asentamiento, era que se empleara en él solamente a trabajadores judíos. Sus miembros adquirieron algunos fusiles, armas primitivas, y caballos árabes, y se ofrecieron a las aldeas judías para velar por su propiedad y seguridad. El programa del Hashomer tal como fue aceptado en la asamblea general realizada en 1909 dispuso: • • • • Es nuestro objetivo desarrollar en nuestra patria un grupo de guardianes judíos. Para el logro de tal fin disponemos: Organizar a los guardianes que cumplen funciones en los actuales asentamientos judíos. Preparar y capacitar una guardia a través de la educación física, la equitación, y el uso de armamento. Mejorar y facilitar las condiciones de vida de los guardianes judíos a través de la creación de instituciones y asociaciones dedicadas a distintos fines como así también el incremento de los salarios de los mismos. “Haraaión Hatzioní Vehakamat Medinat Israel”, página 155 Miembros de la organización Hashomer La organización Hashomer fue estructurada como una asociación secreta que actuaba en la clandestinidad. Sus miembros eran estrictamente elegidos, y se les exigía una inquebrantable disciplina, valor, y perseverancia. A través de la incorporación de la vigilancia hebrea sobre los poblados judíos el Hashomer sentó las bases para la defensa del ishuv en su totalidad, y representó el inicio de la organización territorial de todas las fuerzas de lucha de la población judía de Eretz Israel. La organización sirvió de ejemplo y modelo educativo para los movimientos juveniles sionistas de la diáspora, y dejo su marca en los anales de la defensa de la población hebrea de Eretz Israel. Consigna de trabajo 1- Relaciona los conceptos de “autodefensa” y “conquista de la seguridad”. 2- Reflexiona y responde: ¿Por qué consideras que la “conquista de la seguridad” se convirtió, desde el punto de vista ideológico, en uno de los objetivos de los hombres de la Segunda Aliá? El renacimiento del idioma hebreo En la misma época surgió otro factor unificador en la sociedad judía de Eretz Israel: el idioma. Afluían al país inmigrantes de zonas tan alejadas las unas de las otras como los confines de Rusia y las comarcas del oriente. Cada comunidad disponía de un medio particular de comunicación o había adoptado la lengua del país en que vivía. Los judíos de Europa oriental hablaban el idish, mientras que las comunidades que 32 habitaban el Imperio Otomano conservaban el español del siglo XV, el ladino; los judíos persas hablaban un dialecto local; otros grupos se servían del árabe, del ruso o del alemán. El hebreo era considerado una lengua sagrada o literaria, y si bien por ende jamás cayó totalmente en desuso, para vehículo de comunicación cotidiano era considerado una lengua muerta. Cientos de miles de judíos pronunciaban diariamente plegarias en hebreo y jamás se interrumpió su evolución literaria y lingüística. Los poetas escribían su lírica en hebreo, y los filósofos expresaban su pensamiento en este idioma. Fue en hebreo que se escribieron las primeras obras literarias del siglo XIV, así como el primer diario judío moderno. La lengua siguió viviendo su propia vida, enriqueciéndose en el curso de las generaciones y adaptándose a las nuevas necesidades; sólo hacía falta convertirlo en medio de comunicación cotidiana. Eliezer ben Iehuda(1858-1922), cuyo nombre original era Eliezer Perlman, fue uno de los primeros en propagar la idea sionista, y es conocido principalmente por su papel en el renacimiento del hebreo como idioma diariamente hablado. Se estableció en Ierushalaim en 1881, aun antes de haber comenzado la colonización en masa. Fue uno de los primeros en abogar porque el hebreo fuera utilizado como lenguaje de comunicación cotidiano y no, como lo afirmaban la mayoría de los maskilim, solamente como un medio cultural e intelectual del pueblo judío. Con el fin de adaptar la lengua bíblica a la terminología moderna emprendió una edición monumental: el Diccionario de la Lengua Hebrea, base de la moderna lexicografía hebrea, y en sus estudios enriqueció el idioma a través de la introducción de nuevos términos destinados a posibilitar la adaptación del idioma a la realidad del mundo contemporáneo. Su emigración a Eretz Israel obedeció a la fuerte convicción de que solamente con la creación de una sociedad judía en la tierra ancestral de los judíos se ofrecía la oportunidad para la creación de una literatura hebrea significativa y para el renacimiento cultural hebreo. ...”Seremos capaces de resucitar al idioma solamente en un país en que la cantidad de habitantes hebreos exceda al número de gentiles. Para ello, incrementemos la cantidad de judíos en nuestra desolada tierra. Que los remanentes de nuestro pueblo retornen a la tierra de sus antepasados. ¡Revivamos la nación, y su idioma también será resucitado! Quienquiera que se interese por la resurrección del hebreo debe, en consecuencia, tender a la creación de una concentración territorial judía en la tierra de Israel.”… Avineri S., “La idea sionista”, página 101 La emigración de Ben Iehuda a Eretz Israel, sus intentos de enseñar a su mujer y a sus hijos a hablar en hebreo en el hogar, su amarga lucha contra la institución religiosa judía de Ierushalaim que consideraba a su obra como un sacrilegio, fueron consecuencias lógicas de la concepción que ve al renacimiento lingüístico del hebreo en el marco de una transformación nacional revolucionaria que necesita de una amplia base popular. Su síntesis de pueblo, idioma y tierra devinieron en un ingrediente central del desarrollo de la ideología y la práctica nacionales judías. Junto a un grupo de entusiastas profesores y escritores transformó al hebreo en vehículo primordial de la unidad cultural de Israel. El renacimiento de la lengua sagrada se convirtió en culto de los jóvenes 33 miembros de la Segunda Aliá. En vísperas de la Primera Guerra Mundial, el hebreo era la lengua madre de la nueva generación. Consigna de trabajo Reflexiona y responde: ¿Por qué la propuesta de Eliezer Ben Iehuda habrá sido rápidamente aceptada por los jóvenes de la Segunda Aliá? La vida cultural Durante el período en que se desarrolló la Segunda Aliá, el idioma y la cultura hebreas se arraigaron profundamente en el país. Numerosos periódicos como “Hatzví”, fundado por Eliezer ben Iehuda en 1908, y “Hajerut”, comenzaron a editarse, al tiempo que diarios publicados por el movimiento laborista como “Hapoel Hatzair” y “Haajdut” ejercieron una notable influencia sobre los jóvenes judíos tanto en Eretz Israel como en el extranjero. Destacados escritores y pensadores hebreos como I. Brenner, S. Agnón18, y la poetisa Rajel19, se radicaron en el país. Renacimiento de la literatura hebrea en Eretz Israel; S Agnon, I.Brenner Las organizaciones de carácter filantrópico como la francesa “Alliance Israelite” (Kiaj) y la alemana “Hilfsverein der Deutschen Juden”, que habían fundado y dirigían la mayoría de las escuelas del país, trataron de fomentar y reforzar en ellas las lenguas de sus respectivas naciones. No obstante, el concepto de la educación hebrea echó raíces, y el idioma hebreo fue gradualmente convirtiéndose en la lengua principal de la enseñanza y la vida cotidiana de un creciente número de trabajadores y jóvenes. De boca de los pequeños gradualmente pasó la renovada lengua al uso de la generación 18 Shmuel Iosef Agnón (1888-1970) gran virtuoso de la literatura hebrea moderna y uno de sus más grandes representantes. Nació en Buczaz, Galitzia oriental y emigro a Eretz Israel en 1908. Se radico en Alemania en 1913 y volvió a Israel en 1924 donde vivió hasta su muerte. Con su llegada al país estableció estrechos vínculos con los escritores de la Segunda Alia y mantuvo relación constante con Bialik. Desde su infancia estuvo en contacto con las fuentes judías así como con la literatura iluminista judía y la literatura universal. Su obra guarda un estilo inspirado en las fuentes bíblicas, la Mishna y el Midrash. Agnón recibió entre otros, el premio Israel y en 1966 se hizo acreedor del premio Nobel de literatura. 19 Rajel (1890-1931) Rajel Bluvstein fue la más famosa de las poetas hebreas de la Segunda Alia. Nació en Saratov, Rusia, y en 1909 llego a Israel, uniéndose a la granja de capacitación Kineret. En 1913 residió en parís, donde estudio agricultura y dibujo y no pudo regresar a Eretz Israel por el estallido de la Primera Guerra Mundial. Durante la guerra se traslado a Rusia donde se dedico al trabajo con los niños de los refugiados judíos. Después de la guerra volvió a Israel y se radico en Degania. Padeció tuberculosis y debió abandonar el kibutz. Murió en Tel Aviv y sus restos fueron enterrados en el cementerio de Kineret. Rajel fue una de los primero s poetas modernos. Su lenguaje muestra la influencia del hebreo coloquial que se estaba desarrollando, así como del idioma bíblico. Sus poemas son breves y se caracterizan por su claridad y emotividad. 34 mayor, que hablaba mayoritariamente en idish, y se creaba así el ambiente nacional con que habían soñado los sionistas culturales. Para el logro de este proceso tuvieron una importante participación la “Asociación de maestros de hebreo de Eretz Israel”, establecida en 1903, y el “Centro de maestros” que estaba a su cargo, quienes diseñaron el primer programa de enseñanza para las escuelas elementales. En 1906 se fundó en Iafo (actual Tel Aviv) un instituto de segunda enseñanza, el Gimnasium Hebreo “Hertzlía” que se convirtió en el modelo de las escuelas secundarias hebreas de todo el mundo, y en 1909 - el Liceo Hebreo en Ierushalaim. En 1906 Boris Schatz organizó en Ierushalaim la escuela de artes y oficios “Betzalel” a nombre del primer artesano que construyó el santuario en el desierto. A pesar de los logros que se iban obteniendo se produjo un grave conflicto social: la “disputa del hebreo”, que finalmente contribuyó en forma decisiva a la adopción de la educación hebrea en Eretz Israel. En 1912 la “Hilfsverein” colocó en Haifa la piedra fundamental de la primera institución de estudios superiores, el Politécnico Tejnión, a fin de preparar especialistas para las futuras empresas industriales, y anexó a el una escuela de enseñanza media con los fondos donados por filántropos de Rusia y Estados Unidos. Si bien en principio los sionistas apoyaron el proyecto ya que veían en él un estimulo a la educación hebrea, en una reunión del consejo directivo celebrada en 1913 se puso de manifiesto que la “Hilfsverein” se proponía enseñar las ciencias y los temas técnicos en lengua alemana, argumentando que el hebreo aun no había evolucionado suficientemente y que carecían de textos científicos para los estudiantes. Esta decisión levantó una ola de protestas en el ishuv: los alumnos de las escuelas se declararon en huelga y los profesores renunciaron a sus cargos. El “Centro de maestros” anunció la apertura de nuevas escuelas, y con la ayuda de la agrupación “Jovevei Sión” se inauguró una academia de maestros en hebreo. A ellas se incorporaron numerosos docentes y alumnos, aunque quedó postergada la apertura del Tejnión20. Hacia 1914 la lengua hebrea estaba ya sólidamente afirmada en la red educativa del país. 20 El Tejnión fue inaugurado finalmente en 1925. Hoy es el instituto técnico superior del país; posee laboratorios e institutos de investigación de los más avanzados en el mundo. 35 Betzalel 1913 Consigna de trabajo Relaciona la frase “El ideal es crear un rincón para el espíritu judío, para una cultura puramente nacional cuyo instrumento sea la lengua hebrea”, con la concepción sionista de Ajad Haam El origen del nacionalismo árabe La intensificación de la actividad sionista y la expansión de los asentamientos agrícolas por un lado, y los sucesos políticos que se desataron en el Imperio Otomano durante este período por el otro, generaron el surgimiento de un movimiento árabe opositor en Eretz Israel. Ya en los últimos años del siglo XIX circulaba entre la población árabe la opinión de que debía ser prohibida la venta de tierras a los judíos; pero en 1908, tras la “Revuelta de los Jóvenes Turcos” se produjo un importante cambio de rumbo que impulsó el establecimiento de un movimiento nacionalista árabe organizado. Como los griegos y los pueblos eslavos en la Turquía europea, los árabes aspiraban a crear en Asia un Estado Árabe independiente. Cuanto más aumentaba el separatismo nacional en el Imperio Otomano, más se hacía sentir el movimiento nacionalista entre los árabes de Palestina, Siria y Arabia. Los pioneros de este movimiento eran mayoritariamente sirios y libaneses, aunque también se desarrolló en la Tierra de Israel; su actitud de recelo frente al sionismo se expresó en la creación de periódicos árabes como “Al Karmil” en Haifa, y “Filastin” en Iafo; desde sus páginas se dedicaron a incitar la resistencia contra la inmigración y el asentamiento judío. Este hecho implicó un gran peligro para el centro judío en Eretz Israel, donde los árabes constituían una inmensa mayoría. Hacia 1910 la población del país alcanzaba los setecientos mil habitantes, de los cuales quinientos cincuenta mil eran árabes, ochenta y cinco mil eran judíos, y el resto turcos, alemanes, franceses y americanos. La influencia 36 política de los judíos en esa provincia turca se torno aun más débil porque en su mayoría se los consideraba súbditos de Estados extranjeros y, por consiguiente, no podían participar en las elecciones parlamentarias. Ante los reiterados ataques a los asentamientos judíos, los dirigentes del ishuv llegaron a la conclusión de la necesidad de ocuparse y organizar la defensa por sí mismos. Al respecto señalaba Arthur Ruppin: ...”En todos los asentamientos hebreos los colonos desean comprar armas. Hay un amplio movimiento que respalda esta tendencia. Exponen como argumento que tras la autorización conferida en toda Turquía para su compra, los árabes se proveen de armas y con ellas permiten atacar de palabra y de hecho los asentamientos judíos; dejarían de hacerlo si supiesen que los colonos también las tienen”... Ettinguer S., “Historia del pueblo de Israel”, Tomo III, página 1094. A medida que se fue manifestando el carácter centralista de las autoridades turcas y su tendencia antisionista, el ishuv fue tomando mayor conciencia del problema de su seguridad. La dirección sionista intentó negociar con los representantes árabes, pero no llegó a un acuerdo con ellos. Las negociaciones se interrumpieron con el inicio de la Primera Guerra Mundial. Bibliografía Finkielsztejn, J.: Ber Borojov. Biblioteca popular judía. Buenos Aires, 1968 Ettinger, S.: Historia del Pueblo Judío. Tomo III. Alianza editorial. Madrid, 1988. Issaiev, B.: Teodoro Herzl. Biblioteca popular judía. Buenos Aires, 1971. Martínez Carreras, J. y Solar, D.: Así nació Israel. Cuadernos de historia, Hyspamerica. Madrid, 1986. Avineri, S.: La idea sionista. La Semana Publicaciones Ltda. Jerusalén, 1983. Schoerf, M.: Herzl, el hombre y su obra. Organización Sionista Mundial. Jerusalén, 1970. Bein, A: La colonización judía en Eretz Israel. Dubnow, S.: Historia Universal del Pueblo Judío. Tomo X. 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