Influir en el ambiente Rebeca Reynaud Un cristiano convencidos de

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Influir en el ambiente
Rebeca Reynaud
Un cristiano convencidos de su fe puede tomar como modelo lo propuesto por el
cardenal Henry Newman, el cual decía: Quiero un laicado que no sea arrogante, ni
charlatán, ni polemizador, sino hombres y mujeres que conozcan su religión (…),
que sepan dónde están, lo que sostienen y lo que no, que conocen su fe tan bien
que pueden dar testimonio de ella, que sepan tanta historia que la puedan
defender. Quiero un laicado inteligente, bien instruido ─ deseo ampliar su
conocimiento, cultivar su razón, para lograr una visión de la relación de una verdad
con otra verdad, para aprender a ver las cosas como son, para comprender cómo fe
y razón están una junto a otra, las cuales son las bases y principios del Catolicismo.
El laico con formación, pretende arrojar luz en los debates sobre temas
controvertidos que generan apasionamiento. Por ello se trabaja para aprender a
dialogar con serenidad y, sobre todo, a buscar los puntos de encuentro. Deseamos
acudimos a los medios a clarificar y a testimoniar, no a “ganar”: la verdad se
expone, no se impone. Hay que identificar las cuestiones neurálgicas que provocan
controversia en la opinión pública.
Algunas claves para transmitir la fe
El mensaje de la Iglesia es extraordinario, no tenemos que defendernos de nada,
sino aprender a contar bien nuestra propia historia, pues la Iglesia es, ante todo,
un sí inmenso al hombre, a la mujer, a la vida, a la libertad, a la paz, al desarrollo,
a la solidaridad, a las virtudes…
Para lograr transmitir esto, antes hay que entender y experimentar la fe de ese
modo. Es posible que a veces no se comunique con el enfoque adecuado porque el
mensajero no termina de percibir la fe en todo su valor positivo.
Pensar continuamente, ante los problemas reales de la gente, ¿qué palabra
podemos darle?, ¿qué testimonio auténtico mostramos? ¿Dónde está la esperanza y
la belleza de le fe? Hay que tener una mentalidad positiva siempre.
Se trata de clarificar conceptos y nunca buscar el enfrentamiento o la lucha. Que en
los temas confusos impere siempre un diálogo tendiente a la búsqueda sincera de la
verdad, hablando siempre con palabras sencillas, simples, llanas para que todo
mundo las pueda comprender, aún sin tener formación alguna.
Nuestra sociedad está superpoblada de corazones rotos y de inteligencias
perplejas… El mundo en que vivimos es con demasiada frecuencia un mundo duro y
frío, donde muchas personas se sienten excluidas, olvidadas o maltratadas y
esperan algo de luz y de calor. En este mundo, el gran argumento de los católicos
es la caridad. Convencen las respuestas llenas de sentido y de humanidad.
Sólo con simpatía, alegría, amabilidad y buen humor, podemos incidir en la vida de
los demás. Hemos de pretender ganar los corazones, no las discusiones.
El mundo necesita testimonios. Mostrar hechos, imágenes, ejemplos sugerentes
y persuasivos que afiancen y fortalezcan una idea argumentativa. Una anécdota, un
testimonio pueden decir más que un voluminoso tratado.
No estamos en un plano superior. No somos mejores que nadie. No tenemos la
verdad como posesión nuestra. Somos simples servidores de la verdad, no
poseedores de ella. “La Iglesia es un hospital de pecadores en proceso de
recuperación”, decía Chesterton.
Hay que huir de lo que hacen los quieren quitar fuerza al cristianismo. ¿Qué hacen?
reducen la fe a la moral, y la moral al sexto mandamiento. Conviene dejar muy
claro que la Iglesia dice un sí al amor. Y para salvaguardar el amor dice un no a
todas las deformaciones de la sexualidad.
“La fuerza con que la verdad se impone tiene que ser la alegría, que es su
expresión más clara. Por ella deberían apostar los cristianos y en ella deberían
darse a conocer al mundo. La comunicación mediante la irradiación de la alegría es
el más positivo de los planteamientos”. (Benedicto XVI)
Hacer lo que esté a nuestro alcance:
Hay dos puntos capitales en la vida de los pueblos: las leyes sobre el matrimonio y
las leyes sobre la enseñanza, y hay que estar presentes en cuanto se discutan o se
vayan a modificar, porque proliferan las empresas y las ONGs que difunden una
visión materialista y pagana del hombre y de la sociedad.
Escribir o llamar, felicitando a los programas de radio y TV. Por cada carta que les
llega, los medios la toman en cuenta como la opinión de 10 mil personas pues casi
nadie escribe. A veces no se escribe porque no se redacta bien: eso no importa,
eres un ciudadano de buena voluntad que opina. Por otro lado, se nota que la
tendencia a sacar desnudos en anuncios, cine y TV es una directriz internacional.
¿Vamos a quedarnos tan tranquilos como si eso no afectara a la gente?
Hay que adquirir la capacidad de divulgar. Hay que aprender a usar imágenes
plásticas y anécdotas vivas en la comunicación.
Quien quiere influir en el presente, tiene que amar el mundo en el que vive. En
toda la historia del mundo, hay una única hora importante: la presente. Quien huye
del presente, huye de la hora de Dios.
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