los sueños - Gloria Gitaroff

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Ideas en Psicoanálisis
LOS SUEÑOS
Gloria Gitaroff
Buenos Aires, Logseller, 2003
Índice
Introducción: Los sueños, un misterio humano . . . . 3
Dormir y soñar
Entregarse al sueño y soñar despiertos . . . . . . . 8
El misterio de los sueños . . . . . . . . . . . .
Las metáforas . . . . . . . . . . . . . . .
Los sueños y la noche . . . . . . . . . . . .
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15
18
¿Qué es un sueño? . . . . . . . . . . . . . .
El guardián del dormir . . . . . . . . . . .
22
26
Crear un sueño es un trabajo . . . . . . . . . . . 31
Condensación y desplazamiento . . . . . . . . 33
Otros símbolos . . . . . . . . . . . . . . . 38
Otros disfraces del sueño . . . . . . . . . . . .
Los que se salvan del olvido . . . . . . . . . .
Entre el sueño y la vigilia . . . . . . . . . . .
41
43
46
Interpretar un sueño
La regla fundamental . . . . . . . . . . . .
Para qué interpretar los sueños . . . . . . . . .
51
56
Algunos sueños comunes . . . . . . . . . . . .
Sueños que curan . . . . . . . . . . . . . .
Detrás del deseo, el trauma . . . . . . . . . .
60
63
65
Edipo y los sueños . . . . . . . . . . . . . .
El complejo de Edipo . . . . . . . . . . . .
El triángulo edípico . . . . . . . . . . . . .
71
75
79
Cientificos y artistas . . . . . . . . . . . . . . 83
El sueño y los artistas . . . . . . . . . . . . . 87
El surrealismo y los sueños . . . . . . . . . . 89
Los sueños de Jung y Freud . . . . . . . . . . .
Un sueño de Freud . . . . . . . . . . . . .
La inyección a Irma . . . . . . . . . . . . .
93
95
96
En síntesis: la vida es sueño . . . . . . . . . . . 100
Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
Bibliografía recomendada . . . . . . . . . . . . 107
INTRODUCCIÓN
Los sueños, un misterio humano
El mundo de los sueños y también el de la noche, su ámbito predilecto, siempre ha intrigado al hombre. Lo cierto es
que cada persona pasa un tercio de su vida durmiendo, supuestamente para que el cuerpo y la mente descansen, para
volver reconfortados al mundo de la vigilia. Pero las cosas no
son tan sencillas. Si bien los músculos “duermen”, como dice
un tango, la mente no descansa: se dedica a soñar. Y como el
sueño se produce cuando los movimientos del individuo están restringidos, éste queda a merced de las emociones que
le despiertan las imágenes que se proyectan sobre la almohada. ¿Quién no ha soñado alguna vez con que quería huir y
no podía?
En la antigüedad, se les atribuía a los sueños el valor de presagios, esto es, de predicciones para el futuro. En ciertas culturas, los generales no se atrevían a ir a la batalla sin antes haber relatado sus sueños a un “intérprete” y luego proceder según esa interpretación. Si el sueño auguraba un triunfo, iban
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adelante con su empresa. Si en cambio, era funesto, rehuían
la batalla mientras les fuera posible.
Cuenta la Biblia que cierta vez un faraón egipcio había soñado con siete vacas gordas que subían del río, y tras ellas
aparecían otras siete vacas flacas y enjutas, que se las devoraban. El sueño lo despertó, y al dormirse, volvió a soñar, esta
vez con siete espigas llenas y lozanas, que eran devoradas por
otras, menudas, que crecían luego.
El faraón, preocupado por sus sueños, llamó a todos los magos y sabios de Egipto, a quienes se les atribuía poderes especiales para captar anuncios del futuro. Sin embargo, ninguno
pudo sacar conclusiones del sueño. El faraón llamó entonces
a José, el esclavo, que interpretó el sueño como un designio
del Señor, quien, después de siete años prósperos, le enviaría
a sus tierras siete años de hambruna. “¿Qué debo que hacer?”,
preguntó el faraón, y José le dijo que en los años de prosperidad ordenara almacenar la mayor cantidad posible de trigo,
para poder afrontar los siete años siguientes.
Con el tiempo, los sueños fueron perdiendo prestigio, y finalmente cayeron en la trivialización. Una “interpretación”
muy difundida supone que existe una equivalencia entre ciertos sueños y los números que saldrán premiados en la lotería.
Así, si alguien sueña con un muerto que habla, correrá a jugarle al 48; mientras que el número 20 es el afortunado para
quien haya soñado con una fiesta.
Este largo camino entre las capacidades premonitorias de
los sueños y su vulgarización posterior, fue interrumpido recién a finales del siglo XIX, cuando una nueva ciencia, el psicoanálisis, vino a dar cuenta de la importancia y trascenden5
cia del mundo onírico. Sigmund Freud, un científico original
y creativo, fue el primero en desentrañar el significado profundo de los sueños y, valiéndose de ellos, descubrió una forma
hasta entonces desconocida de funcionamiento de la mente,
que llamó “inconsciente”.
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Ideas en psicoanálisis
Los sueños
Esta serie explica los conceptos
Psicoanalíticos, su relevancia en la vida
Cotidiana y su posibilidad de esclarecer la
Naturaleza de la sociedad y la cultura humana
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