¡MÚSICA MAESTRO! I.INTRODUCCIÓN La música es un lenguaje que siempre ha estado presente y a través de ella, el hombre ha podido expresarse y comunicarse. Es un lenguaje universal, expresivo, activo, globalizador e integrador. Los bebés responden al estímulo sonoro y en función del medio musical que se les ofrezca, dará distintas respuestas musicales durante el primer año de vida. Proporcionarles a los pequeños experiencias sonoro-musicales contribuirá al desarrollo de sus capacidades perceptivas, creativas, expresivas y comunicativas. Numerosos estudios han comprobado que cuando los niños han tenido una correcta educación musical, éstos presentan un nivel escolar superior. También, cuando se recibe una formación rítmica adecuada, los pequeños plantean menos problemas en el aprendizaje de la lecto-escritura. Así, durante la etapa de Educación Infantil se deben aprender las destrezas musicales básicas, siendo sumamente importante la relación entre el desarrollo cognitivo y afectivo, ya que, a través de la música, descubrirán sus propias formas de pensamiento, expresarán sus sentimientos y desarrollarán su creatividad. “Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música” (Aldous Huxley) II.IMPORTANCIA DE LA MÚSICA EN EL PERIODO DE 0 A 6 AÑOS Antes del nacimiento La educación musical debe comenzar antes del nacimiento. Entre los 67 meses del periodo fetal, el aparato auditivo comienza a funcionar. El feto empieza a oír, pero también procesa, retiene y comprende. Las investigaciones dicen que los neonatos muestran preferencias por los sonidos ya escuchados en el útero materno: latidos del corazón, 1 respiración materna, voces familiares, canciones, etc. La formación musical del niño ha comenzado antes de nacer. 2 El primer mes En esta etapa, los adultos calmamos el llanto del bebé con sonidos. El bebé con sus gestos muestra sensibilidad hacia los estímulos sonoros y musicales y, además, aprende que con la utilización del sonido puede manipular su entorno para satisfacer sus necesidades. El sonido y su voz serán su forma de entrar en contacto con el entorno (comunicación). Muestra sus preferencias tanto de localización como de las cualidades de los estímulos sonoros. También, discrimina algunos sonidos y esquemas sonoros, musicales, del habla o ambientales. Del primer mes a los 4 meses El bebé se va acomodando a su entorno sonoro en constante cambio. Comenzará a distinguir el lenguaje verbal, del lenguaje del canto y de otros sonidos. Al mes y medio es capaz de emitir sonidos a diferentes alturas. La capacidad para agrupar sonidos aparece a los 2 meses. De forma casual asocia una acción a una necesidad o un deseo y repite aquéllas que le producen placer como la reiteración de un mismo sonido o el balbuceo. Estos hábitos generan las primeras coordinaciones sensorio-motoras. Hacia los 3 meses se produce un breve período de intercambio de vocalizaciones, normalmente con la madre. De los 4 a los 8 meses Hacia los 4 meses se dan las primeras cantinelas directamente del habla: rítmicas, musicales, etc. De los 4 a los 6 meses segmenta unidades y es sensible a la estructura musical. A los 4 meses empieza a producir sonidos casi consonánticos con vocálicos. Si los adultos habitualmente le cantan y le ponen música, se produce una lalación musical. Así, hacia los 6 meses reconoce melodías y balbucea los sonidos: se produce la primera comunicación verbal entre hijos y padres. De los 8 a los 12 meses La comunicación a través del habla se va concretando: los sonidos son ya bastante precisos. Empieza a hacer las cosas intencionadamente, matizando los gritos o los llantos. Tiene capacidad para discriminar cambios de perfil melódico, o algunos sonidos en una melodía, y de distinguir secuencias rítmicas o percibir modificaciones. Gracias a su mejor coordinación, le permitirá tener previsión de lo que pasará, por ejemplo el sonido que hará al caer un objeto. 3 De los 12 a los 18 meses Tiene una mayor capacidad para adecuar sus movimientos a la música y para emitir un canto silábico espontáneo. A partir del año, las elaboraciones con la voz se parecerán a cantos coherentes. Primero imitará las palabras, después el ritmo y por último la altura, lo que constituirá la base de la estructura rítmico-melódica. De los 18 a los 24 meses Va descubriendo la utilidad de los objetos debido a sus propiedades. Cuando llegue a los 2 años ya no necesitará manipular un objeto para saber su utilidad. En sus cantos utiliza duraciones cortas y largas. De los 2 a los 3 años Sus capacidades ya son potencialmente las mismas que en la edad adulta. Aparece un cierto simbolismo que le permite representas cosas ausentes. Como es capaz de relacionar acciones que antes estaban aisladas, ha establecido conexiones entre sus sentidos y el mundo. La capacidad de coordinación de la motricidad dinámica y de la motricidad estática va aumentando. Debido a que las extremidades superiores y los miembros cercanos al eje de simetría se desarrollan antes, coordinará con más precisión los golpes efectuados con las palmas de las manos que los efectuados con los pies. Es capaz de seguir con el cuerpo un ritmo de marcha o una pulsación, siempre que se acomode a su pulsación interna. Los gestos tienen significado concreto y le ayudan a recordar. Su actividad motriz en relación al sonido le permite enriquecer su sentido rítmico. Improvisa canciones repetitivas basadas en una misma frase melódica que irá aumentando. En sus juegos vocales ha incorporado sonidos graves y agudos. De los 3 a los 4 años Tiene capacidad para representar gráficamente su entorno visual y auditivo con unos signos singulares. Controla los movimientos globales del cuerpo y la relación de éste con el espacio, además, su motricidad fina se empieza a desarrollar. Está preparado para el trabajo de la lateralidad y la secuenciación de movimientos, así como para coordinar extremidades inferiores y miembros alejados de eje corporal. 4 Reproduce canciones enteras, algunas con sonidos onomatopéyicos. Muestra capacidad para inventar canciones, danzas o instrumentos. Descubre las posibilidades rítmicas y musicales de la palabra. De los 4 a los 5 años A los 4 años muestra una tendencia egocéntrica y antropocéntrica. Intuitivamente puede agrupar elementos siguiendo un criterio estático. Se va perfilando una mayor capacidad simbólica para representar sonidos y un mayor número de recursos gráficos para desarrollar esos símbolos. La expresión se convierte cada vez más en comunicación. Puede realizar secuencias de tres sonidos pero no es capaz de rehacerla a la inversa. Muestra mayor destreza para la memorización de canciones e inventa melodías con cierta coherencia. De los 5 a los 6 años A los 5 años la percepción de los segmentos de su cuerpo ha aumentado. Sigue la pulsación y el ritmo de la música con las palmas de la mano. Puede clasificar los sonidos y las formas según sus diferentes cualidades y establecer relaciones secuenciales: así podrá secuenciar unos pocos sonidos creando ritmos y melodías. A partir de los 6 años cambia se percepción del entorno y su relación con él. Por ello, empezará a adquirir nociones relacionadas con el lenguaje y las teorías musicales. III.LA MÚSICA EN LA FAMILIA, LA SOCIEDAD Y LA ESCUELA El entorno influye en el desarrollo de la persona, así, la familia, la sociedad y la escuela son los mediadores entre la música y el ser humano. La familia Para el desarrollo musical no hay un modelo de familia ideal pero sí debemos tener claras las funciones y las necesidades que hay que cumplir en un hogar y cuáles de ellas favorecen al desarrollo musical de los niños. Entre los objetivos de las personas adultas debería hallarse la adquisición de criterios, de espíritu crítico, de responsabilidad y de autonomía de los más pequeños. Lo importante es que aprendan a ser 5 ellos mismos. En el desarrollo musical los hijos/as no deben ser prolongaciones de sus padres. La sociedad Los pequeños tampoco deben sufrir las consecuencias de estar en una sociedad con excesivos vacíos musicales: la sociedad debería ofrecerles nuevas oportunidades. El valor de la música en la sociedad son factores esenciales en el desarrollo o disminución de aptitudes musicales. El papel de los educadores Las experiencias musicales en los primeros años de vida son muy importantes para su futuro. Los niños se incorporan a la escuela cada vez más pronto y permanecen en ellas durante gran parte del día, por ello muchas de las funciones que corresponden a los padres recaen sobre los educadores. De este modo, las actividades musicales las deben de hacer los padres, pero muchas de estas funciones también deben ser compartidas por los maestros. La misión de éstos es fundamental no sólo para garantizar la función educativa de la escuela, sino también para ofrecer el apoyo afectivo que los niños necesitan para su desarrollo. Igualmente, desempañan una labor fundamental en la enseñanza de la música. IV.HABILIDADES DE LOS MAESTROS EN LA EDUCACIÓN MUSICAL Cuando los maestros compartimos experiencias musicales significativas con los alumnos, no tenemos que ser músicos profesionales, pero sí poseer una serie destrezas precisas. Silvia Malbrán divide estas destrezas en tres grandes categorías: Habilidades de interpretación: Cantar sin ningún acompañamiento o sobre un acompañamiento instrumental grabado o acompañándose con un instrumento de percusión u otros objetos sonoros.; imitar vocalmente distintos sonidos; percutir ritmos para estimular el movimiento o para acompañar canciones o realizar movimientos corporales. Habilidades de discriminación auditiva: Identificar y analizar diferencias de altura, intensidad, duración y timbre entre los sonidos; identificar auditivamente distintas características de la música (carácter, tempo o velocidad, forma o estructura) 6 Habilidades didáctico-musicales: se refieren a aquellas requeridas para la programación (selección de piezas musicales y canciones; diseño de unidades de aprendizaje musical atendiendo a los conocimientos previos de los niños,…) y a las necesarias para proponer y guiar las actividades que se realizan en el aula. V.CONTENIDOS MUSICALES EN EDUCACIÓN INFANTIL Algunos de los contenidos que se desarrollan en la escuela de infantil son: -De 0 a 3 años Los rasgos distintivos: altura, intensidad, timbre, duración textura. La cualidad espacial del sonido: localización de la fuente. Los sonidos del entorno natural y social. El rito: pulsación, ritmo libre. La forma: comienzo y final. La velocidad: tempo y variaciones. La dinámica: matices, variaciones. Carácter: el todo en conjunto. Exploración de sonidos con la voz. Conocimiento de voces diferentes. Imitación de sonidos del entorno. Cuidado de la voz. Exploración sonora de materiales y objetos cotidianos, de juguetes sonoros y de instrumentos sencillos de percusión. Elección de sonidos e instrumentos: gustos y preferencias. Cuidado de los instrumentos. -De 3 a 6 años Los rasgos distintivos: altura, intensidad, timbre, duración, textura. La cualidad espacial del sonido: localización de la fuente. Los sonidos del entorno natural y social. El ritmo: pulsación, métrica regular e irregular, ritmo libre. La melodía: movimiento melódico (ascendente, descendente). La textura musical: relaciones, jerarquías. La forma: permanencia, cambio, retorno. Funciones formales. La velocidad: tempo y variaciones. La dinámica: matices, variaciones. Carácter: articulación, expresividad. 7 Géneros y estilos: vocal e instrumental. Música popular, folclórica y académica. El cancionero infantil. Exploración de la voz en el canto y en la voz hablada. Exploración y conocimiento de otros sonidos vocales. Reconocimiento de la propia voz. Expresividad en la interpretación. Placer por el canto propio y el canto compartido. Habilidad creciente para diferentes toques instrumentales. Conocimiento de otros instrumentos: folclóricos, de la orquesta,… Cooperación en el cuidado y mantenimiento de los instrumentos. VI.RECURSOS DIDÁCTICOS Localización de los sonidos en el espacio Es importante que los niños se orienten al sonido, que ubiquen la procedencia sonora. Jugando a la gallinita ciega, con los ojos vendados, han de buscar los objetos que suenan, y/o seguir las huellas del sonido. También es importante que canten, sin hablar, cantos interiores que desarrollan la memoria y la interiorización del sonido. Para buscar el sonido escondido escondemos una cajita de música y tendrá que localizarla por su sonido. Parámetros del sonido o Timbre: es la característica particular de cada voz o instrumento, que nos permite reconocer e identificar quien lo produce. Con los ojos cerrados o detrás de una cortina, el niño ha de reconocer la voz de la persona que habla. Producir sonidos con el cuerpo, descubrir otros nuevos, comparar, imitar los sonidos que producen los otros. Podemos asociar a cada niño un sonido corporal y pedir que conteste a la propuesta dada el que tenga el sonido asociado. o Altura: depende de la longitud de la onda y de la frecuencia Los niños pueden imitar la subida y bajada del sonido con movimientos de su mano. Es importante que sientan los aspectos grave-agudo, y descenso, agudo-grave. Para expresar estos aspectos pueden subir o bajar los brazos, el cuerpo, acompañándolo con el gesto de la mano, o dibujarlo, pero lo importante es que lleguen a expresar que lo “grave” está ubicado en el espacio por debajo, mientras que lo “agudo” está arriba. o Intensidad: depende de la amplitud de las vibraciones de la onda, un sonido fuerte produce mayor amplitud de onda que un sonido débil. 8 Los niños pueden reconocer estos matices a través de las actividades donde utilice la voz, las percusiones corporales o instrumentales, e incluso llegar a representarlas gráficamente. Para ello tocaremos en un mismo instrumento sonidos fuertes y suaves. También, contar cuentos, historias, o representar animales, asociándolos con la intensidad. o Duración: es el tiempo que transcurre entre el principio y el final de la vibración. Las actividades que podemos realizar son: jugar a oír sonidos largos y cortos, dibujar líneas más largas o cortas según la duración del sonido, mover la mano mientras suena el sonido y dejarla quieta cuando éste cese. o Silencio: es la ausencia de sonido. Todos necesitamos el silencio para apreciar el sonido. En la edad infantil, los ejercicios para practicar el silencio van encaminados a la ubicación del sonido en el espacio, descubrir la procedencia, la calidad, y a desarrollar la audición y apreciación musical. El canto Todos los contenidos musicales giran alrededor de la canción infantil. A los pequeños les encanta cantar en grupo, pero también tener la oportunidad de mostrar personalmente sus habilidades y progresos. Al enseñar una canción hay que tener en cuenta la respiración, la emisión, la entonación, la articulación y la expresión. Podemos empezar con ejercicios de respiración y relajación muscular de cara, cabeza y cuello, vocalización con la vocal que resulte más sencilla, vocalización con todas las vocales y consonantes, estudio de la canción popular... La respiración es mucho más que la base para el canto: es la función primordial del cuerpo humano. A veces practicamos una respiración muy superficial y deficiente que no llega a hacer trabajar los pulmones debidamente. Podemos aprovechar la educación musical para implantar al mismo tiempo una enseñanza de la correcta respiración. El efecto sobre las voces será sumamente beneficioso. En Educación Infantil se pueden trabajar innumerables canciones como: -Para diferentes momentos de la jornada escolar: entrar y salir de clase, lavarse las manos,… -Para los que lloran, para los días de lluvia,… -Canciones propias de sus culturas o populares. -Canciones de cuna, arullo,… En las clases también hay que trabajar el folklore popular ya que son parte de fundamental del patrimonio cultural de cada pueblo. 9 La voz El primer instrumento de producción de sonidos es la voz. El maestro ayudará a los niños a descubrir su voz y a utilizarla. Para tratar la voz es fundamental la canción. Con ella, se deberá cuidar progresivamente la entonación, el control de la respiración, la relajación global,… Instrumentos musicales Con los instrumentos musicales los pequeños explorarán, manipularán y descubrirán las posibilidades sonoras y expresivas de los objetos del entorno, el propio cuerpo y los instrumentos habituales de la clase. Entre los instrumentos que podemos utilizar en la clase de infantil son: penderos, panderetas, claves, triángulos, caracas, zambombas,… Incluso podemos implicar a los niños en la construcción de sus propios instrumentos con materiales de desecho. VIII.CONCLUSIÓN La música está siendo introducida en la educación de los niños en edades preescolares, debido a la importancia que representa en su desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, del habla, y motriz. Es un elemento fundamental en esta primera etapa del sistema educativo. El niño empieza a expresarse de otra manera y es capaz de integrarse activamente en la sociedad, porque la música le ayuda a lograr autonomía en sus actividades habituales, asumir el cuidado de sí mismo y del entorno, y a ampliar su mundo de relaciones. La música tiene el don de acercar a las personas. El niño que vive en contacto con la música aprende a convivir de mejor manera con otros niños, estableciendo una comunicación más harmoniosa. A esta edad la música les encanta. Les da seguridad emocional, confianza, porque se sienten comprendidos al compartir canciones, e inseridos en un clima de ayuda, colaboración y respeto mutuo. Como dice Carl María von Weber “La música es el verdadero lenguaje universal” IX.BIBLIOGRAFÍA -Bernal Vázquez, J y Calvo Niño, M. (2000). Didáctica de la música. La expresión musical en la educación infantil. Málaga: Aljibe. -Alsina, P, Días, M y Giráldez, A. (2008). La música en la escuela infantil (0-6). Barcelona: Graó. -www.filomusica.com 10 -www.guiainfantil.com 11