INFECCIONES Infecciones fúngicas Anfotericina B en pacientes con neutropenia y fiebre persistente. Un ensayo clínico reciente ha comparado la anfotericina B liposomial y la anfotericina B convencional como terapia empírica antifúngica en el tratamiento de pacientes con neutropenia y fiebre persistente. Las infecciones fúngicas invasivas son una de las causas más importantes de morbilidad y mortalidad en pacientes con neutropenia bajo tratamiento quimioterápico. El diagnóstico prematuro de estas infecciones es difícil, por lo que la presencia de fiebre es a veces el único signo que nos puede poner sobre la pista de la existencia de una infección de este tipo. El retraso en el tratamiento debido a que el diagnóstico todavía se esté llevando a cabo, puede contribuir al incremento de la morbilidad y mortalidad en estos pacientes. Por todo ello, la administración sistemática de terapia empírica antifúngica a pacientes con neutropenia y fiebre persistente se puede considerar como un tratamiento prematuro de posibles infecciones fúngicas clínicamente ocultas, o bien como prevención de nuevas infecciones fúngicas durante la neutropenia. En estudios de tipo aleatorio y controlados con placebo, el uso de anfotericina B convencional disminuyó la frecuencia de infecciones fúngicas invasivas en pacientes a los que se les administró este fármaco como tratamiento empírico. Sin embargo, la posible presencia de infecciones fúngicas no invasivas, los efectos tóxicos relacionados con la infusión y las reacciones nefrotóxicas limitantes de la dosis son parámetros que limitan el uso de anfotericina B convencional como tratamiento empírico antifúngico. Por lo tanto, se ha sugerido que el uso de la anfotericina B liposomial como terapia empírica en estos pacientes podría aumentar la eficacia y reducir la toxicidad relativa a la anfotericina B convencional. Con el fin de comparar la anfotericina B convencional y la anfotericina B liposomial como tratamientos empíricos antifúngicos en pacientes con neutropenia y fiebre persistente se ha llevado a cabo un estudio multicéntrico, de tipo aleatorio y de forma doblemente ciega. El tratamiento con anfotericina B liposomial se efectuó en 343 pacientes durante una media de 10,8 días, mientras que el tratamiento con anfotericina B convencional se realizó en 344 durante una media de 10,3 días. La eficacia del tratamiento resultó ser similar en ambos grupos de pacientes (50% para la anfotericina B liposomial y 49% para la anfotericina B convencional), y fue independiente de la utilización de profilaxis antifúngica o factores estimuladores de colonias. Ambos grupos obtuvieron también resultados parecidos con respecto a los parámetros de supervivencia, resolución de la fiebre e interrupción de la terapia debida a efectos tóxicos o a escasa eficacia. Se registraron menos infecciones fúngicas no invasivas en el grupo tratado con anfotericina B liposomial que en aquellos tratados con anfotericina B convencional. La utilización de la formulación liposómica también registró un número menor de pacientes con fiebre, escalofríos o rigidez relacionada con la infusión, así como otras reacciones adversas que incluyen hipotensión, hipertensión e hipoxia. Asimismo, los efectos nefrotóxicos fueron significativamente menos frecuentes en pacientes tratados con anfotericina B liposomial que en aquellos tratados con anfotericina B convencional. En vista de los resultados anteriores, se podría concluir que la anfotericina B liposomial parece ser igual de eficaz que la anfotericina B convencional como terapia empírica antifúngica en pacientes con fiebre persistente y neutropenia. No obstante, la anfotericina B liposomial se ha asociado con menor incidencia de infecciones fúngicas no invasivas, menos toxicidad relativa a la infusión, así como menor nefrotoxicidad. Walsh T, Finberg R, Arndt C, et al. Liposomal amphotericin B for empirical therapy in patients with persistent fever and neutropenia. N Engl J Med 1999;340:764-71.