Anexo Nº8 Normativa..

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Anexo Nº 8: SUBPROGRAMA DE EVALUACIÓN TÉCNICA DE LOS SOLICITANTES Y SU
PREPARACIÓN COMO FAMILIA ADOPTIVA
1. INTRODUCCIÓN
El interés superior del niño/a y adolescente es un principio transversal a toda la legislación
vigente en materia de adopción, y por ende, a todas las actividades que debe desarrollar
un Programa de Adopción. Específicamente, en lo que se refiere al proceso de
evaluación y selección de familia adoptiva, todos los procedimientos y actividades deben
estar orientados a garantizar prioritariamente el bienestar integral del niño/a, que pasará
a ocupar el rol de hijo/a adoptivo/a.
Los requisitos que deben cumplir las personas que desean postular a la adopción, se
encuentran establecidos en el artículo 20º de la Ley Nº 19.620, debiendo ser evaluadas
como física, mental, psicológica y moralmente idóneas. Dicha calificación de idoneidad
debe ser efectuada por SENAME o por los organismos acreditados ante éste para
desarrollar Programas de Adopción.
Es preciso considerar que la adopción es una alternativa familiar definitiva para los
niños/as que han sufrido la institucionalización temprana debido al abandono por parte
de sus familias de origen o por inhabilidad o incompetencia de éstas, es decir, para un
grupo de la población infantil que ha sido gravemente vulnerado en sus derechos
fundamentales y en sus necesidades básicas de cuidado y protección, por lo que los
equipos profesionales, deben procurar acciones de evaluación, apoyo y preparación
efectivas que permitan establecer las mejores condiciones familiares para los niños/as que
son entregados en adopción.
Bajo esta perspectiva, las personas que deciden construir su proyecto familiar a través de
la adopción, no sólo deben ser idóneas desde el punto de vista legal, sino que deben
reunir las competencias paternas y/o maternas y la preparación necesaria para
acompañar y proteger a sus hijos/as en sus distintas etapas del desarrollo con todas las
dificultades y desafíos que involucra la parentalidad adoptiva.
La parentalidad adoptiva o social1 cumple con las mismas funciones de cuidado,
protección y afecto que la biológica, sin embargo es un proceso más complejo, dadas las
condiciones de vida familiar e institucional que presentan los niños/as que son
adoptados/as. Por esto, los programas, deben proporcionar instancias de preparación a
las familias adoptivas, que les permita desarrollar las habilidades y recursos necesarios
para ejercer su rol de padres y/o madres en forma competente.
Nuestra sociedad ha experimentado cambios importantes durante las últimas décadas,
observándose una apertura hacia una concepción de organización familiar más flexible y
diversa. Así en Chile, actualmente la tendencia es hacia una familia más pequeña, con
menos hijos/as, donde se han redefinido los roles tanto de hombres como de mujeres. Por
una parte, las mujeres han ingresado en forma significativa al mundo laboral y su
realización personal no se define prioritariamente en torno a la maternidad, y por otra, los
hombres no se sitúan sólo como proveedores sino que van incorporando paulatinamente
responsabilidades y actividades más ligadas al cuidado de los/as hijos/as y la casa. Pero
1
Corresponde a una forma semántica de referirse a las capacidades prácticas de los padres y madres para cuidar,
proteger, educar a sus hijos/as y asegurarles un desarrollo sano a objeto de diferenciarla de la parentalidad biológica que
corresponde a la capacidad de procrear o dar la vida a una cría. Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan, en Los Buenos
Tratos en la Infancia: Parentalidad, apego y resiliencia, 2005.
el cambio que parece tener un impacto mayor, es la incorporación de la mujer al trabajo,
siendo probable que sean las contradicciones a las que se ve enfrentada entre su rol de
madre, pareja y trabajadora y las múltiples demandas que éstos implican. Lo que además
se ve incrementado con la mayor presencia de mujeres jefas de hogar (25% a 32 % entre
1992 y 2002; uno de cada 4 hogares que tenían a una mujer como jefa, han pasado en la
actualidad a ser un hogar de cada 3).
Los expertos coinciden que la mujer es la portadora del gran cambio en Chile. Su
incorporación cada vez mayor al mundo del trabajo ha transformado los roles clásicos al
interior de las familias. La encuesta CASEN de 1992 señaló que la tasa de participación
femenina en el trabajo era de 28,1º %. La CASEN de 2003 indicaba que esa cifra aumentó
a 42%, confirmándose que la mujer ha salido de la esfera doméstica.
Pese a que no existen en Chile investigaciones que den cuenta de las características
psico - emocionales presentes en las personas solteras que postulan a la parentalidad
adoptiva ni estudios sistematizados respecto a los recursos, potencialidades y /o riesgos
que tendría el conformar una familia adoptiva monoparental, la experiencia acumulada
por el SENAME y los Organismos Acreditados respecto a la postulación de personas
solteras, indican que aproximadamente un 95% de éstas corresponden a mujeres.
Respecto al perfil de solteras postulantes, generalmente son exitosas en lo profesional y de
alguna manera han postergado la maternidad por logros en el aspecto profesional.
Tienden a ser en general exitosas en lo laboral, económicamente solventes y bien
evaluadas en el aspecto social.
Es importante considerar la diferencia entre solteros/as con o sin convivencia, ya que para
el caso de la soltera que tiene una convivencia, la pareja debe ser evaluada y ambos
comprometidos con el proyecto de adopción. Es sumamente necesario indagar cuáles
son las redes sociales con que cuenta la pareja que va a adoptar, y en el caso de las
mujeres u hombres sin pareja, este es un elemento que pasa a ser fundamental.
La forma en que se define y se construye la familia chilena de hoy, determina un
escenario social diferente, que implica cambios y desafíos para las madres y padres
respecto al cuidado y crianza de los/as hijos/as, lo que debe ser incorporado como un
marco referencial importante en la reflexión y discusión permanente de los equipos de
adopción. De esta manera los procesos de evaluación y preparación de la familia
adoptiva, deben ser revisados constantemente a la luz de las necesidades y demandas
específicas de los niños/as que son entregados en adopción, sin perder de vista el
contexto sociocultural en el que se inserta la adopción.
Pese a que la adopción en el Chile de hoy ha ido legitimándose gradualmente como una
forma más de construir familia, aún priman ciertas concepciones socioculturales que
destacan que el ser madre biológica es estar completa, es estar realizada, es haber
trascendido y dar cumplimiento a uno de los roles históricos más respetados y aprobados
en una sociedad conservadora. Esto es consecuencia natural de todos aquellos
mensajes, que desde muy temprana edad se van enconando en el discurso interior y en
la autoimagen de las mujeres, asimilando tempranamente a través del efecto del proceso
de socialización, paradigmas culturales de feminidad y masculinidad sexistas, a partir de
los cuales se promueven actitudes y comportamientos esperables; así en la mujer se
configuran ciertas premisas que deben ser cumplidas tales como crecer, desarrollarse,
estudiar, casarse y tener hijos/as, siendo los espacios en los que transcurre gran parte de
su vida los vinculados a lo privado y lo familiar. Por su parte el hombre recibe como
premisas el crecer, desarrollarse, estudiar, trabajar, ser racional, dominante, fuerte e
independiente, conformar una familia y ser capaces de mantenerla, siendo los espacios
en los que transcurre gran parte de su vida los vinculados a lo público y lo social.
La adopción actualmente se constituye en una forma de cumplir con el deseo de ser
padres y madres especialmente para aquellas parejas que por alguna razón no han
podido procrear, siendo la infertilidad o esterilidad la principal razón a la base.
Ante la esterilidad o infertilidad se abre un abanico de alternativas para la mujer, el
hombre y/o la pareja. La primera es quedarse atrapados/as en la autoconmiseración y
perder la capacidad para gestar un nuevo camino y la otra opción es ponerse cara a
cara con la realidad, asumiéndola y aceptándola, reencuadrándose y girando su
atención a otros terrenos, en lo cuales también hay realización personal. Cuando se
enfrenta y elabora el duelo del hijo/a biológico/a que no llegará, gradualmente irán
aprendiendo que ser mujer u hombre no es sinónimo de maternidad y paternidad, y que
la capacidad biológica no necesariamente condiciona la maternidad y paternidad. Sólo
resolviendo sanamente esta pérdida de la capacidad de procrear y siendo capaces de
incorporarla como un elemento más, dentro de su reconstrucción como hombre, mujer
y/o pareja se pueden abrir por propia decisión, a la parentalidad adoptiva.
Los padres y madres adoptivos/as llegan a la decisión de adoptar después de un largo
período de ímprobos esfuerzos por tener hijos/as biológicos/as, lo que ha significado
tratamientos costosos en lo emocional, biológico y económico. El sufrimiento de la
infertilidad producido por la frustración de no tener el hijo/a deseado/a, objetivo final de
la vida en común; la desvalorización de no tener lo que biológicamente corresponde y la
culpa por no poder hacer feliz a su pareja; la impotencia, rabia y lástima por él/la que no
es fértil, son sentimientos y realidades que los padres y madres adoptivos/as deben ir
asumiendo, recibiendo si fuera necesario ayuda de profesionales expertos. Un duelo por
infertilidad no resuelto puede traer consecuencias negativas al individuo, a su pareja y al
futuro hijo/a adoptivo/a.
La familia adoptiva como la biológica tienen como objetivo el desarrollo de cada uno de
sus miembros. Otras similitudes entre las familias adoptivas y biológicas son la calidad del
vínculo filial, el proceso y calidad del apego, el sentimiento de pertenencia, el sentimiento
de posesión mutua, el cumplimiento de roles, y las ambivalencias, sin embargo, la familia
adoptiva tiene características que la hacen diferente y que es importante considerar.
Como ya se ha dicho en muchas ocasiones, presentan una historia de infertilidad, lo que
constituye motivo de dolor; no tienen un patrimonio genético común; es una familia
compuesta por una tríada (padres adoptivos, hijo/a adoptado/a y familia de origen), a
diferencia de una familia biológica en que existe un padre, una madre y un/a hijo/a
biológico/a; el proceso de llegar a ser padres adoptivos es un camino complejo, en el que
los tiempos de espera son relativos, en el que deben ser evaluados por diferentes
profesionales. Por otra parte, la sociedad aprueba a los padres y madres biológicos en
cuanto a su capacidad de ser fértiles, los postulantes a la parentalidad adoptiva deben
comprobar ante profesionales, Tribunales y ante su comunidad que son idóneos.
Todas estas circunstancias constituyen motivo de angustia, temor, miedo, frustración e
inseguridad en los padres y madres adoptivos/as, siendo importante que SENAME y los
Organismos Acreditados para desarrollar Programas de Adopción presten a través de sus
equipos profesionales la contención, asesoría y educación requeridas en etapas pre y
post adoptivas.
2. DEFINICIÓN
Este subprograma comprende distintas actividades tendientes a determinar la idoneidad
de los/as postulantes para la adopción, en consideración al interés superior del niño, lo
cual implica la evaluación psicosocial, moral y de salud de los solicitantes, como también
instancias de fortalecimiento y formación para el mejor desempeño como familia
adoptiva.
3. OBJETIVOS
a) Realizar evaluación integral a los postulantes para la adopción, respecto a su salud
física, mental, psicológica, condiciones socioeconómicas y de tipo moral, como
también de sus recursos y habilidades parentales para asumir en forma competente
el cuidado de un niño/a con características y necesidades particulares.
b) Educar y preparar a los postulantes respecto a temáticas específicas de la adopción,
facilitando la incorporación de contenidos y desarrollo de habilidades que les
permita enfrentar en mejores condiciones los desafíos y tareas que implica asumir la
parentalidad adoptiva.
c) Ofrecer acompañamiento y apoyo a la familia adoptiva durante el proceso de
adaptación e integración del niño/a, o por el tiempo que lo requieran, favoreciendo
condiciones sociofamiliares positivas que aseguren el bienestar físico y psicológico
del niño/a.
4. SUJETO DE ATENCIÓN
De acuerdo a lo establecido en los Artículos 20º, 21º y 22º de la Ley Nº 19.620, quienes
pueden adoptar a un niño/a o adolescente declarado/a susceptible de ser adoptado/a,
son las personas que a continuación se señalan en el orden de prelación que se indica,
siempre y cuando cumplan con los requisitos legales, que se señalan en los artículos
mencionados:
a) Los cónyuges chilenos o extranjeros con residencia permanente en el país
b) Los cónyuges chilenos o extranjeros residentes fuera de Chile.
c) Las personas solteras, divorciadas o viudas, con residencia permanente en Chile.
A su vez, este orden de prelación de los postulantes, también es coherente con aspectos
técnicos. Los/as niños/as que necesitan ser adoptados/as han estado expuestos a
situaciones de deprivación socioafectiva, por lo que la familia adoptiva debe ofrecer un
entorno que compense tales carencias y les brinde la protección, cuidado y afecto,
siendo capaces de enfrentar las dificultades específicas de la relación familiar adoptiva.
Por esto, desde la perspectiva biopsicosocial, se estima, salvo casos particulares y
justificados, que una pareja integrada por un hombre y una mujer, de una edad
proporcional a la del niño/a, ofrece un contexto más favorable al desarrollo del niño/a
adoptado/a que una persona soltera, una pareja con determinadas características como
edad avanzada de uno o de ambos, problemas médicos graves, etc. En este sentido,
estas alternativas pueden no ser suficientemente adecuadas a las necesidades y
demandas del niño/a o ser un factor de alto riesgo en cuanto al bienestar integral y futuro
de éste/a.
5. POSTULACIÓN A PROGRAMAS DE ADOPCIÓN
Los interesados en adoptar residentes en Chile, podrán ingresar al Programa de Adopción
a través de solicitud directa y conforme a los procedimientos y actividades que cada
institución haya implementado para estos efectos.
Los matrimonios residentes en el extranjero, interesados en adoptar podrán ingresar al
Programa de Adopción, dependiendo de la situación en que se encuentre su país de
residencia, respecto a la ratificación de la Convención de la Haya sobre la Protección del
Niño y Cooperación en materia de Adopción Internacional.
Si el país de residencia de los interesados en adoptar, ha ratificado el convenio señalado
precedentemente, sólo podrá postular a través de la Autoridad Central del Estado
respectivo o de la Autoridad Pública u Organismo Acreditado para tal efecto en éste. Por
el contrario, si el país de residencia no ha ratificado el Convenio de la Haya, podrán
ingresar su solicitud de adopción directamente al Programa de Adopción.
6. PROGRAMA DE EVALUACIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA ADOPCIÓN
La adopción es una medida social y legal de protección al niño/a. Desde el punto de
vista psicológico, la adopción puede ser considerada como una medida reparatoria para
los niños/as en situación de abandono y vulnerados en sus derechos, puesto que pueden
obtener un espacio de afecto y cuidado estable y seguro en el cual pueden continuar su
desarrollo.
Como se ha repetido, no es posible desconocer que los niños/as que son entregados/as
en adopción, son una población de alto riesgo temprano por su condición de abandono
e institucionalización. Existe amplia evidencia que indica que la deprivación
socioafectiva
derivada de los procesos de institucionalización tiene efectos negativos graves en el
desarrollo y salud mental de los niños/as, por lo que se convierten en un grupo más
vulnerable con más posibilidades de presentar dificultades psicosociales a futuro.
De esta manera es importante determinar la idoneidad integral de la familia adoptiva que
acogerá al niño/a, la que no se reduce a un concepto jurídico y económico, sino que
debe considerar elementos éticos, psicológicos, sociales y médicos, sobre la base de un
proceso de evaluación biopsicosocial serio y profundo.
Dentro de este proceso integral de evaluación, es relevante la consideración de las
“competencias parentales”. En este sentido, es preciso tener presente que la evaluación
de las personas que desean adoptar a un niño/a, debe ser realizada en función de las
características, capacidades y condiciones que presentan para asumir el cuidado y
crianza de manera duradera y satisfactoria de un niño/a en particular.
Por otro lado, en consideración a lo anterior los Programas de Adopción, deben activar
instancias concretas de preparación para las familias adoptivas. Entregar información y
fomentar el desarrollo de habilidades en los padres adoptivos, facilita una integración
positiva del niño/a a la familia, aumentando las posibilidades de que la adopción sea una
experiencia gratificante y sanadora tanto para padres como para sus hijos/as.
En concordancia a lo señalado, el programa de evaluación y preparación para la
adopción comprende las siguientes etapas:
1.
2.
3.
4.
5.
Proceso de postulación a la adopción
Evaluación y certificación de idoneidad de los solicitantes
Preparación para la adopción
Matching-Selección de la familia adoptiva y Enlace
Seguimiento y Apoyo post adoptivo
6.1 Proceso de Postulación a la Adopción
El proceso de postulación comienza con el encuentro entre los equipos de los organismos
competentes y las personas interesadas en la adopción. La entrega de información en
esta etapa es fundamental, en cuanto las personas deben tener claridad respecto a los
requisitos y procedimientos que se han establecido para llevar a cabo la adopción de un
niño/a.
Sin embargo, como se ha mencionado con anterioridad,
relevante en el proceso adoptivo, por lo que el SENAME
instancias formativas desde que se inicia la postulación,
espacio de reflexión y discusión en torno a la adopción
activamente los solicitantes.
la preparación es un aspecto
ha impulsado el desarrollo de
con el objeto de generar un
en el cual puedan participar
Es importante que los futuros padres y madres adoptivos/as tengan acceso a una
preparación sistemática y profunda sobre la adopción, anterior a la determinación de su
capacidad adoptiva, particularmente sobre:




Aspectos legales y sociales de la adopción.
Elementos de reflexión en torno al niño/a, respecto de sus orígenes, necesidades,
particularidades y derechos.
Perfil psicosocial de los niños/as que necesitan ser adoptados/as.
Etapas, tareas y dificultades de la relación adoptiva.
Estas instancias de preparación inicial pueden ayudar a los futuros padres y madres
adoptivos/as a decidirse sobre el proceso de adopción. También debe ser considerada
como una necesidad en función del interés superior del niño/a, porque los padres pueden
desarrollar una mejor capacidad para acogerlo/a y acompañarlo/a en su desarrollo, en
consecuencia es una medida en el interés de toda la familia adoptiva.
6.2 Evaluación y Certificación de Idoneidad de los Solicitantes
La adopción debe brindar a un niño/a, que ha experimentado situaciones que han
vulnerado sus derechos fundamentales y necesidades de protección y cuidado, la familia
más adecuada para asumir su cuidado.
Por lo tanto, es preciso determinar previamente la idoneidad de la familia adoptiva para
garantizar un contexto familiar de respeto y protección estable y duradero para el/la
niño/a que es entregado en adopción.
Respecto a la idoneidad de una familia adoptiva, es importante volver a señalar dos
aspectos:

La idoneidad no se restringe a un concepto legal, sino que integra elementos sociales,
éticos, médicos y psicológicos, en el contexto de las competencias parentales, todo lo
cual permitirá en su conjunto definir la capacidad de la familia para cuidar, proteger y
educar al niño/a.

De acuerdo a lo anterior, la determinación de idoneidad es el resultado de un estudio
integral y profundo, jurídico-biopsicosocial, que debe ser realizado por profesionales
formados en materias relativas a protección del niño/a y la familia.
La familia adoptiva debe tener la capacidad de aceptar, proteger y respetar a un niño/a
que ha vivido situaciones traumáticas como es la separación temprana de su familia de
origen y la institucionalización, lo que genera necesidades específicas y es fuente
potencial de
problemas particulares, para lo cual la familia debe poseer las
competencias y herramientas para resolverlas de la mejor manera posible.
6.3 Preparación para la Adopción
Se ha señalado que la evaluación no es suficiente para garantizar las mejores condiciones
sociofamiliares para un niño/a que necesita una familia. La familia adoptiva requiere de
una preparación para responder de manera efectiva y atingente a las necesidades,
demandas y dificultades específicas que presentan los niños/as, las que en su mayoría son
derivadas de la situación de abandono y los procesos de institucionalización que han
vivido desde temprana edad.
Coherente con lo anterior, es importante que las instituciones organicen como parte de
las actividades regulares de los programas, talleres preadoptivos, dirigidos a todas las
familias que han ingresado al registro de postulantes.
Dichos talleres deben tener una orientación psicosocial y deben ofrecer la oportunidad a
los futuros padres y madres de reflexionar y profundizar sobre temas específicos que les
permita adquirir herramientas para enfrentar la parentalidad adoptiva de manera
efectiva.
La preparación puede ayudar a la familia adoptiva a abordar con mayor tranquilidad y
seguridad el encuentro y los primeros meses de mutua adaptación a la vida en común,
desarrollando una mejor capacidad para acoger al niño/a y acompañarlo en cada una
de las etapas de su vida.
Es importante precisar la necesidad de talleres específicos en la adopción de niños/as
mayores y otros niños/as con necesidades especiales, puesto que los procesos son más
complejos desde el punto de vista psicológico y social.
6.4 “Matching” - Selección de una familia para un niño/a y Enlace
Antes del enlace o encuentro entre la familia adoptiva (idónea) y el niño/a, se realiza el
matching, es decir, la propuesta de establecer una relación adoptiva entre un niño/a y
una familia.
El matching, es la selección de una familia adoptiva para un niño/a en particular,
adecuada a las características y necesidades de éste/a. Debe ser realizado por
profesionales competentes en el área psicosocial, capaces de establecer la
compatibilidad de la adopción en función de la evaluación de los antecedentes tanto de
la familia adoptiva como del niño/a siempre a la luz del interés superior del niño/a.
Cuando se presenta la propuesta a la familia, es importante que los profesionales
encargados entreguen todos los antecedentes disponibles del niño/a, sociales, familiares
y de salud en forma clara y transparente, para que los futuros padres y madres puedan
conocer la situación e historia del niño/a que recibirán.
El enlace o encuentro entre el niño/a y la familia debe ser antecedida por una
preparación de ambos, especialmente cuando se trata de niños/as mayores, donde el
intercambio de información, fotografías, videos, etc. pueden facilitar la integración.
El encuentro, es un momento muy importante y de alta carga emocional, tanto para la
familia como para el niño/a, por lo que los profesionales deben resguardar un ambiente
de intimidad y respeto, permitiendo que las personas que se encargaban del cuidado
diario del niño/a puedan compartir su experiencia con los padres y madres.
No obstante, la realización de una selección rigurosa, se debe tener presente la
posibilidad de que no haya compatibilidad entre el niño/a y la familia durante el enlace,
situación que debe ser sujeta a una evaluación y conversación en conjunto con la familia,
para definir los factores que han determinado esta situación. Lo anterior, no debe ser
causa de rechazo o exclusión de la familia del registro de postulantes, pero sí de un
proceso de revisión y reflexión profunda.
En estos casos, la evaluación, debe permitir buscar otra alternativa familiar que se ajuste a
las características y necesidades del niño/a, evitando exponerlo/a a situaciones de
victimización secundaria.
6.5 Seguimiento y Apoyo Post-adoptivo
El seguimiento es una actividad importante para resguardar el bienestar del niño/a. Los
profesionales deben asegurarse de que el niño/a reciba la atención y cuidado adecuado
en un ambiente de afecto, respeto y protección, en definitiva velar para que las
condiciones sociofamiliares le permitan un desarrollo sano e integral.
El apoyo que entregan las instituciones a las familias después de la adopción, debe ser un
recurso disponible para el adoptado, los padres y madres y hermanos/as, para responder
las dudas, inquietudes y eventuales dificultades que surjan en las distintas etapas del
proceso adoptivo.
El apoyo postadoptivo debe ser entregado por profesionales
especializados en materias de familia y protección infantil.
competentes
y
Cuando se visualizan situaciones familiares que no responden a las necesidades del
niño/a o se detectan situaciones que claramente atentan contra el bienestar del niño/a,
los equipos deben ser activos/as en apoyar a la familia en la búsqueda de soluciones que
garanticen la protección de éste/a.
Sin embargo, también es posible que se presenten situaciones de fracaso, donde el interés
superior del niño/a obliga a reingresarlo/a a una institución de protección. En este
contexto, no es posible desconocer que la tasa de fracaso aumenta en la adopción de
niños/as más grandes, por lo que el seguimiento y apoyo post adoptivo, debe ser mayor.
Cuando se producen estas situaciones de fracaso, es importante brindar apoyo
psicoterapéutico especializado a los/as niños/as, evaluando la conveniencia y
pertinencia de una segunda adopción.
De la misma manera, el equipo de adopción debe evaluar en conjunto con la familia los
factores que determinaron el fracaso de la adopción, estimando si es posible que la
familia pueda iniciar otro proceso.
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