Tortura y trato indebido a preso político mapuche

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El Clarí-n de Chile
Tortura y trato indebido a preso político mapuche
autor Colaboradores
2009-09-10 20:41:33
Uno de los presos es el joven estudiante Técnico en Alimentación del Instituto Inacap, Jonathan Huillical (24), que
forma parte de la red de apoyo a las comunidades mapuche, nos relata que el dÃ-a de su detención en la ciudad de
Temuco, el 14 de abril, una vez en el carro policial “los policÃ-as comienzan a golpearme en la cabeza y cara, para lograr
que le dijera mi nombre, a lo cual accedÃ- inmediatamente. Luego soy trasladado al cuartel de investigaciones en
Temuco, en donde comienzan a golpearme nuevamente para comprobar mi domicilio, tras esto soy trasladado hacia mi
casa en Labranza, por una caravana de seis vehÃ-culos aproximadamente―.
El trayecto Temuco-Labranza “fue bajo constantes golpes de puño en la cabeza y reiteradas amenazas de golpizas más
grandes―. Ya en Labranza, mientras los policÃ-as procedÃ-an a allanar su casa, “el mismo “rati― (policÃ-a civil)  se
de nuevo conmigo, comenzando a golpearme una y otra vez, de golpe de puño en la zona de la cabeza, oÃ-do izquierdo
y cuello―. El allanamiento duró veinte a treinta minutos, pero al volver al cuartel lo pasaron a una oficina del segundo
edificio acompañado de tres oficiales, dos perros y un jeep. “Fui golpeado durante veinte minutos aproximadamente, en
la cabeza, oÃ-do y testÃ-culos, todo para que me declarara culpable―, a lo él les preguntaba “de qué―, porque aún
informaba el motivo de su detención.
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Luego quedó solo con el jefe de unidad, quien le señaló que estaba detenido por una agresión al fiscal Elgueta de
Cañete, pero que él no conocÃ-a. Al terminar las amenazas psicológicas impartidas por este efectivo, quien “me decÃ-a
que por “weon― iba a tener que pasar veinte años en la cárcel y que, si no decÃ-a nada, harÃ-a entrar a los otros dos pa
que siguieran la golpiza, pero gracias a chao gnechen ello quedó solamente en amenazas―, relata Huillical.
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El joven estudiante, que no podÃ-a caminar bien y que presenta pérdida de audición en el oÃ-do izquierdo producto de
los golpes, recuerda que cuando lo llevaron al Hospital Regional de Temuco para constatar lesiones, el doctor lo vio 10
segundos a un metro de distancia, entró a su oficina y le pasó una hoja a los policÃ-as que lo andaban trayendo, sin
hacer un análisis exhaustivo. “Tuvo una atención deficiente, superficial y sin realizar ningún tipo de maniobra para la
evaluación de la audición, ni del equilibrio y mucho menos la utilización de equipos como otoscopio, para ver si
existÃ-a alguna lesión del oÃ-do izquierdo, como por ejemplo estructuras como la membrana timpánica―, señaló en un
breve informe el Doctor Antonio Painecura, quien visitó a los presos el 21 de abril pasado.
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De vuelta al cuartel lo dejaron esposado a una silla por unas horas. Como a las siete de la tarde, tras ser mostrado a la
prensa como un verdadero delincuente, fue entregado a los policÃ-as de Concepción que habÃ-an viajado hasta Temuco
exclusivamente a buscarlo. “Nunca pasó por mi cabeza lo que a contar de ese momento comenzarÃ-a a ocurrir, me
comenzaron a amenazar con golpearme sin no les decÃ-a la verdad―, señala.
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Una vez comenzado el viaje de Temuco a Concepción, los policÃ-as cumplieron sus amenazas y comenzaron a
golpearlo en la cabeza y estómago. Le decÃ-an que traÃ-an a su pareja en un carro más atrás, “y que si no hablaba se
iban a divertir con ella y le iban a hacer lo mismo que a mi. Aparte de eso me amenazaban con traer a mi madre que
está en Lonquimay y con una guagüita que todavÃ-a no tenÃ-a 10 dÃ-as―.
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Tras dos horas aproximadamente de viaje y ya cansado por la golpiza y el ajetreo del dÃ-a, Huillical se quedó dormido,
pero el policÃ-a que estaba a su lado derecho tomándolo del pelo y torciéndole la cabeza le decÃ-a que todavÃ-a tenÃ-a
que llegar a Concepción, “donde le iban a colocar electricidad en los cocos y además me decÃ-an que allá estaban
esperándome los ratis a los que les habÃ-a disparado y que me iban a sacar la chucha―. Mientras eso pasaba, el policÃ-a
de la izquierda le daba golpes de puño en el estómago.
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Una vez en Concepción lo pasaron a una oficina, arrodillado, esposado y con las piernas cruzadas. Pusieron su cabeza
sobre un escritorio, comenzaron a golpearlo en el cráneo y rostro y darle patadas en la espalda. “Luego de un rato de
golpiza uno de ellos salÃ-a y entraba a la oficina diciendo que estaba lista la sala para ponerme corriente.
Al rato y ya exhausto por los golpes y amenazas, me hicieron firmar una declaración a la fuerza en la cual se me obligó
a reconocer personas que jamás he visto en mi vida, y a relatar hechos en los que nunca he tenido participación―,
señala Huillical.
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A las 6 de la mañana aproximadamente lo tiraron a una celda para que “descansara un rato―. “No pude dormir nada,
no podÃ-a apoyar la cabeza debido a los chichones que tenÃ-a producto de los golpes―, recuerda. No pasó ni una hora y
lo sacan esta vez para trasladarlo a Cañete. En el camino le decÃ-an que tenÃ-a que decirle lo mismo al fiscal, por que
ellos iban a estar ahÃ- y si no lo hacÃ-a, ellos todavÃ-a iban a tener un rato para hacerlo hablar.
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Una vez en Cañete, Huillical tuvo que hacer lo que le dijeron “por miedo a que me siguieran golpeando―. “Una vez ya
la formalización, mi abogado defensor mencionó la tortura a la que fui sometido. Al oÃ-r esto la magistrada de turno
hizo caso omiso y el fiscal dijo que esto ‘estaba en mi imaginación’ ―.
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El informe médico del doctor Painecura, describe respecto de Huilllical lo siguiente: Examen fÃ-sico, inspección,
aparentemente normal. Palpación: dolorosa a la tracción del pabellón auricular y compresión del trago de la oreja
izquierda. No pude utilizar otoscopio ya que el recinto penitenciario no permite la entrada de estos equipos médicos.
Maniobras de Romberg simple negativa y romberg sensibilizado levemente positiva. FR: 20 x min FC: 80 x min TA: no
explorada (sin esfigmomanómetro), Impresión diagnóstica: Hipoacusia moderada postraumática, izquierda.―
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“Desde el punto de vista clÃ-nico, los presos polÃ-ticos Mapuche presentan daños fÃ-sicos como consecuencia de
brutales maltratos de agentes del estado chileno durante sus detenciones. Golpizas, tratos indignos e inhumanos,
balazos, son algunas de las secuelas―, concluye.
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Situación procesal y configuración de torturas
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El abogado Pablo Ortega nos confirma que las personas procesadas por causas que están ante la fiscalÃ-a militar,
además de su defendido, Jonathan Huillical Méndez, son Ramón Llanquileo Pilquiman, José Huenuche Reiman y Luis
Menares Chanilao.
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Ellos están sometidos a doble procesamiento por la justicia civil y la justicia militar, por los mismos hechos de agresión
a una caravana de carabineros e investigaciones, donde habrÃ-a habido intercambio de disparos. Señala que la prensa
ha señalado que hubo un ataque al fiscal Mario Elgueta, pero es un delito inexistente, “porque no hay dolo, nadie sabÃ-a
que él iba ahÃ-, eso debÃ-a ser absuelto―, señala.
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“En esta situación hubo trece personas detenidas a las que se aplicó la ley antiterrorista y secreto de seis meses por la
justicia militar, donde ya existe el secreto de sumario. Si bien hay un caso, no nos han dado acceso al mismo, nos lo han
negado, por lo que estamos haciendo un defensa a ciegas―, agrega el abogado, aclarando que “hemos hecho
presentación en torno a que jurÃ-dicamente no pueden haber dos presentaciones respecto a un mismo hecho, y esas
situaciones están en apelación en la Corte Marcial en Santiago―.
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Respecto de las acusaciones sobre cuatro personas a las que él lleva su defensa, es categórico al afirmar que “son
inocentes. No hay participación en el hecho―. Sin embargo, sobre el futuro del caso dice que no hay claridad, porque no
hay conocimiento respecto de la investigación. Los acusados en este caso están privados del derecho a defensa, es
una situación altamente injusta y arbitraria, y es muy difÃ-cil para los abogados trabajar en estas condiciones―, denuncia
Ortega. Además se trata de detenciones masivas, por lo que para la familia es muy difÃ-cil colaborar con la defensa en
términos de aportar antecedentes, documentos.
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“Lo que más resalta es la arbitrariedad de la situación y que esto represente exportar el modelo de la novena región a
la octava región: detenciones masivas, aplicación de ley antiterrorista, persecución a granel y después una
investigación que termina sin que existan pruebas. Esto no se habÃ-a visto en la octava región y los presos creen que
es el triunfo del sector duro del Ministerio Público―.
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“Pero el tema que más les preocupa a los presos es la tortura. Ellos derechamente han denunciado tortura, esta vez por
parte de la policÃ-a de investigaciones. Pero aquÃ- lo que enfrentamos es una polÃ-tica de estado que se ha extendido a
todos los estamentos, tanto el Ministerio Público como la policÃ-a de investigaciones, donde resalta la arbitrariedad, la
extrema violencia y los procedimientos antidemocráticos, como la tortura. El juez de garantÃ-a, frente a todas estas
denuncias, no ha hecho nada, y por ello se está haciendo cómplice de esta situación―, afirma Ortega.
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“La aplicación de golpes en los oÃ-dos y en la zona abdominal, donde no se dejan huellas, no es solo violencia, sino una
situación cientÃ-fica de tortura. Y son los jueces de garantÃ-a los que tienen que atender estas denuncias y ordenar la
investigación, más allá que el juez sea competente o no. Sin embargo, el juez no ha hecho nada, ha desestimado
estas denuncias sin siquiera investigarlas―, acusa el abogado.
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