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Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 23 de septiembre de 2005
pd
1
Narrativa
Les anotacions del poeta
menorquí Ponç Pons
sobre la literatura i la
vida recollides en el
volum Dillatari (pàg. 5)
p o s d at a
Suplemento Cultural
La III Bienal de Valencia, dedicada al agua, se inaugura mañana entre elogios y críticas
Arte y «show» acuático
ciar a las lluvias torrenciales, sensibilidad visual y una banda sonora neobrasileña, la atmósfera
tendrá que ser generosa y llamativa, diversa y alucinante, divertida y dramática, radical y chic».
Ana Gimeno
La Bienal de Valencia inaugura
mañana entre elogios y críticas
su tercera edición que lleva por
título Reflexiones de un pez en el
mar profundo. El evento centrará
su atención en el agua y acogerà
hasta el próximo treinta de noviembre a más de cuarenta artistas del panorama nacional e internacional entre los que se encuentran Andreu Alfaro, Denis
Santachiara, Nicolas Shöffer, Robert Longo, Jane Simpson, Alessandra Tesi, Gustav Metzger, la
artista norteamericana Julie
Atlas Muz y la valenciana Marusela Granell.
La edición no nace exenta de
polémica y de voces que aseguran que el evento atraviesa su ocaso camino de extinguirse. La importante reducción de presupuesto —de 11 a 2,7 millones de
euros—, la disminución de espacios expositivos —exclusivamente el Convento del Carmen—, de
patrocinios privados —de 23 a
2— y de la duración del evento —
de cuatro meses a dos meses y
medio—, así como la caducidad
del modelo de bienal, son sólo algunos de los argumentos.
El acto inaugural, que se celebrará en el Convento del Carmen, reunirá danza y moda en
una performance que contará
con la actuación de catorce bailarines del Centro Coreográfico
de la Comunidad Valenciana, vestidos con diseños inspirados en
el agua de estilistas valencianos
como Anamaría, Dolores Cortés,
Julio Díaz, Carlos Haro, Matilda,
Francis Montesinos, Jaime Piquer, Tonuca y Alex Vidal —responsable del proyecto junto con
el coreógrafo Leo Santos.
La exposición central, comisariada por el francés Franck
Gautherot y la coreana SeungDuk Kim, presentará en el Convento del Carmen «las reflexiones
de 44 artistas internacionales sobre los estados del agua, sus propiedades o sus posibles dialécticas», como indica la organización, y propondrá un viaje a través de seis territorios distintos,
entre ellos el Foggy Tropical de
Arto Lindsay, Yayoi Kusama,
Moon Shin, Andreu Alfaro, Denis Santachiara y Lynda Benglis;
la Dream Factory Island de Nicolas Shöffer o el Rivers of Babylone de Kohei Nawa, On Kawara y
Lawrence Weiner. La lista de artistas «no excluye a los que han fallecido, la bienal rinde homenaje
a Jesús Rafael Soto, Moon Shin,
Nicolas Schoeffer y Duane Hanson, ni a la joven generación, que
es la parte principal de este show»,
señalan los comisarios. El objetivo es convertir la visita al local
expositivo en un «retiro espiritual
al tiempo que un escenario de ex-
El océano en el metro
LEVANTE-EMV
TERRITORIOS. Escenografía de Denis Santachiara.
LEVANTE-EMV
«MIRANDO AL MAR». Propuesta de Marusela Granell.
❙❙❙
El acto inaugural
reúne danza y moda
en una actuación con
catorce bailarines
vestidos por
estilistas valencianos
perimentación hacia el futuro»,
explica la organización, que ha
preparado una ambientación diversa que acompañará al visitante en el itinerario, con música de
Arto Lindsay.
La muestra, «ofrecerá diferentes niveles de entendimiento para
garantizar el disfrute de todos los
visitantes, no solamente de los expertos en arte, y tratará de las profundidades marinas y de la superficie, con unidades de territorio
vistas como islas, microislas, ríos
y mares, sin olvidarnos del cielo»,
añaden los organizadores. Para
visitar la exposición «puede que
sea útil, y quizá necesario, adoptar el punto de vista de un pez. Ser
—como diría Mao— como un pez
en el agua», aseguran los comisarios.
Para Gautherot y Seung-Duk
Kim, «entre las pinturas, las escenas lujuriosas en brillantes piscinas y el sarcasmo a veces destructivo de las afirmaciones en torno
al agua, hay un gran espacio para
un show donde los espectadores
tendrán que seguir las sendas que
propone este arte experimental.
De la niebla al trópico, del frío gla-
La estrella de la Bienal es el
proyecto de comunicación Mirando al mar de la artista valenciana Marusela Granell Campderá, cuya propuesta consiste en
la instalación de una cámara en
la playa de Valencia que enviará
la imagen y el sonido del mar a
pantallas situadas en lugares de
paso cotidiano de la ciudad como
las estaciones de metro de Alameda, Colón y Xàtiva, el aeropuerto, la estación central de autobuses y la estación de Renfe,
además de la posibilidad de contemplar estas imágenes en tiempo real desde internet.
La artista norteamericana Julie Atlas Muz interpretará una
per formance en el acuario del
Auditorio del mar Rojo de l’Oceanogràfic, «nadando como una
sirena entre las diferentes especies
de fauna y flora marina del acuario con la intención de transmitir belleza, el poder del mito y la
imaginación, plasmar un concepto de arte», señala la artista,
en una actuación que se encuentra en la frontera entre la
danza y la parodia.
Bajo el lema Agua, sin ti no soy
la Bienal contará con la celebración de eventos paralelos presentados por el centro Coreográfico de la Comunidad Valenciana,
el Instituto Valenciano de la Música, el Instituto Valenciano de Cinematografía, el III Festival de
Música de la Valldigna, grupos de
Folklore y conciertos de Bandas
de Música de la Comunidad Valenciana. Concretamente, la Filmoteca presentará, entre el 4 y el
20 de octubre, el ciclo La aventura del mar que incluye una serie
de largometrajes en los que el
mar es el escenario de la trama y
el Instituto Valenciano de la Música ofrecerá diez actuaciones de
bandas de música valencianas y
grupos de danzas tradicionales
en Velluters, donde además se
contará con intervenciones plásticas efímeras de los alumnos de
la Escuela de Artes y Oficios y la
Escuela Superior de Diseño de
Valencia. El Centro Coreográfico
ofrecerá entre el 9 y el 13 de noviembre en el Teatro Principal de
Valencia el programa Concierto,
un espectáculo mixto de tres piezas cortas: Sueños de Éter, de Nacho Duato; Buit, de Thomas Noone y Ando de Davi Brun.
Aunque el IVAM no figura en
el dossier de la Bienal de Valen-
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Viernes, 23 de septiembre de 2005 ■ Levante EL MERCANTIL VALENCIANO
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cia como parte del evento, ha programado tres exposiciones que
enlazan con la temática del agua,
y que en el primer caso se ha adelantado a ella: H2O, a cargo del
arquitecto italiano Gaetano Pesce, abierta hasta el 20 de noviembre; La mar de arte, que reunirá trabajos de artistas que han
investigado sobre el tema del
mar y en noviembre la selección
Mare nostrum, del portugués Júlio Quaresma.
Un tema político
La temàtica del agua ha sido
considerada por algunos una
elección oportunista y viene a
sustituir al tema anunciado al final de la segunda edición: la Mujer, que ha quedado apartado. Según explican los comisarios «nunca habíamos pensado que un trabajo artístico producido alrededor
de este tema —del agua— se convertiría en una propuesta que pudiera ser considerada como una solución para el mundo real. Es un
tipo de maquillaje que atenúa las
arrugas y renueva el aire con una
fresca fragancia, proponiendo una
experiencia de los sentidos. La experiencia visual, física, virtual y
de toda índole es posible».
La elección del tema, según
Daniel Andújar, artista miembro
del colectivo Ciutadans per una
cultura democrática i participativa, «obedece a un interés político,
por un lado intentan desactivar voces críticas y por otra politizan todas las infraestructuras culturales». Por el contrario los organizadores del evento aseguran que
la Bienal «quiere mantener alto el
nivel de atención de la sociedad en
torno al agua como fuente de vida,
a través del impacto del arte y de
todos los otros lenguajes creativos
de la contemporaneidad, y que ello
facilite extraer conclusiones sobre
esta trascendental cuestión».
La concreción o abstracción
de las reflexiones podrá comprobarse a partir de mañana pero las
dudas con respecto al sentido y
la necesidad de continuidad de la
Bienal están sembradas desde su
primera edición. De la Bienal de
Valencia, dirigida por el italiano
Luigi Settembrini, «no vemos su
función última más que en el espectáculo» dice Daniel Andújar.
Esta bienal «supone el descrédito
de un modelo en el que nunca creímos», apunta el artista. El evento «responde a procesos de marketing, a un modelo obsoleto de finales del siglo XIX y principios del
XX que entre otras cosas otorga al
arte y a la cultura una imagen de
estilo de vida ligado al consumo»,
añade el crítico. Al respecto, se
echan en falta las consideraciones del director de la Bienal de
Valencia, Luigi Settembrini, que
este periódico ha solicitado y que
por razones personales de gravedad el director no ha podido
atender.
Para Andújar, «la Comunidad
Valenciana adolece de una política cultural y la Bienal, acorde con
ello, ha ido fluctuando con los cambios políticos y la personalidad de
los políticos, no tiene significado,
no obedece a una política consensuada, a una política cultural, a
la producción de contenidos ni a
la promoción de nuevos artistas;
más bien obedece a fuegos de artificio, a un modelo neoliberal de
usar la cultura y el arte como elemento de marketing». Para la organización, en cambio, «la Bienal
ha constituido hasta la fecha una
gran operación de promoción
para la ciudad, que ha abierto sus
puertas internacionalmente y se
ha consolidado como una urbe referente en el mercado artístico
mundial».
El positivo balance se obtiene
de indicadores que hasta el momento no han sido revelados por
la organización y contrasta con la
reducción progresiva que ha sufrido el evento. Lejos de ser un
proyecto en alza «creemos que el
objetivo es finiquitarlo porque no lo
pueden mantener; es el ocaso y viene a desaparecer como tantos otros
proyectos de Consuelo Císcar», señala Andújar. Por el contrario,
para los comisarios de la Bienal
valenciana, «el show, obviamente,
debe dirigirse hacia el futuro; un futuro para el arte donde a los artistas se les demandará que sean falsos burócratas, los últimos profetas,
los últimos poetas pero también los
nuevos actores para un diálogo urbano que incluirá a científicos y a
músicos, a políticos y magos, a curanderos y doctores, escritores y diseñadores, ciudadanos y matrimonios, brujas y niños, Blancanieves
y los Siete Enanitos».
ADGP ELEONORE SCHÖFFER
«CHRONOS EN MOVIMIENTO». Fotomontaje con escultura de N. Schöffer.
LEVANTE-EMV
SAGUNT. Vista general en 1811, època en què Casanova visità la ciutat, en una imatge d’Alexandre de Laborde.
Les vivències a València del mite venecià
Casanova i els
comerciants de vi
Giacomo Casanova
De Sagunt a Perpinyà
Traducció de J. Ballester i E. Salom
Universitat de València,València, 2005
Antoni Gómez
Hi ha de moltes curiositats en
este breu fragment autobiogràfic
dedicat a contar les vivències del
seu pas per Sagunt, València i
Perpinyà del gran mite venecià
Giacomo Casanova (1725-1798).
En primer lloc, cal assenyalar
que, globalment, València i els valencians no són del gust refinat,
intel·lectual, hedonista i aventurer del geni autor dels dotze volums de memòries, publicades
inicialment en francés l’any 1822,
titulades l’Histoire de ma vie. La
veritat és que no hauria de mancar-li raó si tenim en compte el
context històric de la València de
1768, capbussada en un període
de canvis, reformes administratives i crisi social després de la
Guerra de Successió i la implantació del nou estat centralista. De
fet, és curiós com Casanova escriu que al capità general de Catalunya, el comte de Ricla, la gent
encara l’anomenava virrei, ja que
«deien que Catalunya era un regne i no un principat».
Per cert, hi ha una magnífica
versió en forma de novel·la d’este fragment autobiogràfic escrita
per Néstor Luján i publicada l’any
1989 per Plaza & Janés. L’obra, titulada Casanova o la incapacitat
de perversió, dóna una visió del
personatge històric més enllà
dels tòpics destructors com a seductor i aventurer i destaca la
seua honestedat i transparència,
fins i tot amb les dones que va estimar en vida. A més, resalta la faceta de Casanova com a intel·lectual —fou traductor d’Homer i
Horaci— i dóna prova de l’extraordinari talent natural del venecià incidint en el seu doctorat en
Dret a l’edat de dèsset anys a la
Universitat de Pàdua, demostrat
pel doctor Bruno Brunelli l’any
1923. La veritat és que fou un
il·lustrat inquiet que tenia coneixements dels sabers més diversos, com ara les matemàtiques, la
ciència, la filosofia, la història, la
literatura… I les 122 dones que
Néstor Luján constata que va tindre al llarg de 39 anys de vida
amorosa, unes tres dones per
any, no haurien de ser obstacle
suficient per a convertir-lo, exclusivament, en una metonímia
del seductor sexual.
Fet l’incís, continuem el comentari. En arribar a Morvedre,
Casanova desitja visitar les seues
ruïnes —malgrat l’indolent criteri d’un capellà— i ens recorda el
famós mite del valor èpic dels saguntins que «van tenir el valor de
cremar-se abans de faltar a la
lleialtat als romans». Critica amb
agudesa el fet que el nom de la
població siga el de Morvedre, nominatiu que segons l’historiador
Bru i Vidal es remunta a l’època
àrab, en detriment del més noble
i històric com és el de Sagunt. Sobre València, després de lloar el
clima i altres tòpics més o menys
semblants, critica ferotgement
els comerciants de vi perquè en
«tota la ciutat no hi havia un lloc
on un home de bé pogués entrar
per a descansar i prendre alguna
cosa a canvi de regalar quatre o
cinc monedes a l’amo del local.
L’única cosa que s’hi podia fer era
entrar en una taverna i demanar
vi, però és repugnant. El lloc és indecent, la companyia dolenta i insociable, el vi fastigós, un veritable verí no solament per als forasters sinó també per als espanyols,
que a casa seua poden ternir-ne
d’excel·lent, però als hostals tenen
motius per a beure només aigua».
Les seues invectives contra
l’ambient social de València no finalitzen ací perquè per a un aventurer com ell, cosmopolita i bon
vivant, que havia conegut Caterina II, Voltaire, Frederic de Prús-
❙❙❙
L’aspecte de la
ciutat no va ser del
grat del gran viatger
i «bon vivant» que
fou Casanova
sia i Mozart, València no ofereix
«cap d’aquelles comoditats de la
vida que, amb els diners, s’hi troba arreu. S’hi allotja malament i
s’hi menja pitjor, ni s’hi pot beure
ni conversar perquè no hi ha vida
de societat i ni tals sols raonar amb
algú perquè malgrat la seua universitat no hi ha cap individu que
meresca ser anomenat home de lletres». A més, els seus carrers no
estan pavimentats, si es vol passejar, cal «eixir fora de les muralles». Finalment, el diagnòstic sobre Espanya i els espanyols és demolidor: «Per a convertir-se en el
més florit de tots els regnes de la terra, Espanya hauria de ser conquerida, transformada de dalt a
baix i quasi destruïda: renaixeria
apta per a ser la morada dels benaurats». I tot això, malgrat la bellesa, la fertilitat ,la riquesa… i «la
mandra dels espanyols». És clar
que l’aspecte de la ciutat no va ser
del grat del gran viatger.
El seu pas per Barcelona tampoc no va ser excessivament feliç
si tenim en compte que va estar
empresonat en una torre a causa
d’un afer amb la perversa ballarina Nina, amant del comte de Ricla, ni més ni menys que aleshores capità general de Catalunya.
I com a prova del seu talent intel·lectual, de la seua febre creadora i polemista, va escriure mentre estava empresonat la Confutazione della Storia del Governo
Veneto d’Amelot de la Houssaie.
Un assumpte relacionat amb un
altre empresonament, el que va
ordenar el govern de Venècia, del
qual es va lliurar mercé a una espectacular fuga. En definitiva, Casanova també hagué d’eixir per
cames de la ciutat comtal fins al
sud de França alhora que patia
una rocambolesca persecució
per part de tres sicaris amb intencions gens honestes.
Esta llibertina, per saludable,
sana i refrescant, peça mestra del
gènere memorialístic s’ha publicat dins de la col·lecció Breviaris
de la Universitat de València, amb
acurada traducció i introducció de
Josep Ballester i d’Enric Salom.
Una col.lecció, interesantíssima,
cal dir-ho, que ja ha publicat petits
treballs de Pico della Mirandola,
Denis Diderot, Theodor W. Adorno i Max Weber. Si de cas, caldria
afegir que a hores d’ara Giacomo
Casanova si que haguera pogut
beure bon vi i allotjar-se en perfectes condicions a la ciutat de
València i conversar amb els homes de lletres locals. Si més no,
en això és clar que hem avançat
de tres segles ençà. Els comerciants de vi han millorat moltíssim
els seus productes. O no?
Levante
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EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 23 de septiembre de 2005
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PREMIS
E. R.
A les acaballes de l’estiu hem
conegut els premis als llibres
millor editats del 2004. La Direcció General del Llibre els fa
públics abans de la celebració
del Saló Valencià del Llibre, de
manera que tots puguem gaudir-los i fer-nos-en una opinió
personal. En aquesta ocasió la
distinció principal, al Millor llibre valencià 2004 ha recaigut en
la revisió que Joan Pellicer i
Rosa Giner, professors de la
Universitat de València, han fet
del Tirant lo Blanc. El nostre
clàssic més emblemàtic apareix
així amb un llenguatge adaptat
a la sensibilitat lectora actual,
per tal de presentar una «edició
essencia»l de l’obra segons el
mètode emprat per altres literatures occidentals per a reviscolar els clàssics.
En la categoria de llibres millor il·lustrats han estat elegits,
en castellà, Don Quijote de la
Mancha, i en valencià, Cocodrila Cocopau, una història foradada. Al primer cas, l’editorial
Algar ha volgut fer un Quixot assequible a tots els públics a partir dels fragments seleccionats
i adaptats per Vicente Muñoz
Puelles de la sempre viva novel·la de Cer vantes. Segons l’editorial, pretenien desper tar
l’interés cap al text original, incitar-ne la lectura de l’autèntic
Quixot. Per això la confiança en
Manuel Boix, que s’encarrega
que aquesta edició «entre pels
ulls» de la gent jove i els nous
lectors del gran clàssic. Ha recreat les escenes incloses «d’una forma artística, molt bonica»,
i el premi constata que la tria del
riberenc fou un encert. El segon
llibre representa la continuïtat
en un àmbit que Denes conrea
amb constància i afecte, la literatura infantil il·lustrada. En
aquest cas, el text és de Jordi
Garcia Vilar i les il·lustracions
d’ell mateix i de Cèsar Barceló,
amb les que han aconseguit el
present èxit.
El llibre en castellà millor
editat du el provocatiu títol Un
error, i inclou cinc relats de Carmen Botello amb vint-i-set fotos
de María Jesús Artal. El conjunt
Els títols millor editats en 2004 en la Comunitat Valenciana
Llibres per a lluir,
lectures per a gaudir
❙❙❙
«Ciencias de la
tierra y del medio
ambiente» (Ecir) i
«Música 3 ESO»
(Marfil) han estat
guardonats com a
llibres de text
dels relats transcorren en un
univers geogràfic molt diferent
a l’actual mentre expliquen
històries personals. Les imatges
completen el discurs, creen el
paisatge que envolta les descripcions d’experiències humanes. L’escriptora se sent «molt
contenta, plena de satisfacció,
perquè s’ha reconegut un treball
de pes conjuntat amb un continent molt acurat». Sobre el treball de El Nadir, Carmen Botello explica que és una editorial
menuda que «ha encertat a conver tir en un objecte ben bonic
una aposta arriscada visualment i literàriament». Una altre
segell quasi artesanal és Perifèric Edicions, que ha rebut el
premi al llibre en valencià millor
editat per 10.193 Escuma de
mar, perquè és «un llibre oportú». Manel Joan i Arinyó ha escrit una recreació de les penalitats que patiren uns germans de
Cortes de Arenoso que, en fugir
derrotats de la Guerra d’Espanya van caure en l’horror dels
camps de concentració nazis,
primer Les Voges i després Mathausen, d’on un d’ells no va poder eixir. Jesús Figuerola, de
Perifèric, glossa les virtuts d’un
llibre que no és de gran format,
però «és un exemple de com traure partit a la senzillesa». La seua
dèria per presentar llibres ben
fets inclou els llibres de butxaca, adreçats principalment a un
públic juvenil, perquè com a lectors a banda d’editors «ens agraden els llibres com a objecte, tocar-los, mirar-los, amb cobertes
i paper bons, amb un tamany de
lletra llegible» que resulten
atractius.
D’altra banda el premi a la
contribució a la normalització
lingüística del valencià ha estat
concedit a Tàndem Edicions pel
llibre Oficis tradicionals valencians. Els autors del treball formen la cooperativa Terra de
València, des de la que Abel Soler, Ramon Yago i Rafa Jordà realitzen interessants recerques.
Han recopilat l’experiència laboral i el testimoni humà dels
representants de 18 oficis repartits per tota la geografia valenciana. Cada capítol inclou
una introducció històrica, una
localització i un glossari (eines
i paraules) que amb la seua descripció exacta contribueix a evitar que aquest vocabulari tradicional es perda en el desús.
Rosa Serrano, de Tàndem, explica que el premi «és un reconeixement que estimula a mantenir el compromís de continuar
la tasca editorial, fent bons llibres», més encara en casos directament relacionats amb el redreçament cultural del País Valencià. A més a més el llibre està
profusament il·lustrat gràcies a
Pepa Ureña amb 250 fotografies
i gravats.
Finalment en la categoria de
llibres de text, els premis se’ls
han endut l’editorial Ecir per
Ciencias de la Tierra y del medio ambiente, escrit per Mariano García i d’altres autors, i en
valencià, Música 3 ESO de Fernando Pérez Mas i Matilde Pérez Botella, publicat per l’editorial Mar fil. En resum, uns reconeixements a l’honorable ofici de publicar llibres, a l’esforç
esmerçat fins al detall en donarli a la creació o el coneixement
un suport atractiu i de qualitat
perquè arribe a les mans del
lector amb un valor afegit. Una
bella competència entre projectes que, des d’una major o
menor modèstia, busquen l’excel·lència perquè tots la puguem compartir.
4
Viernes, 23 de septiembre de 2005 ■ Levante EL MERCANTIL VALENCIANO
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LIBROS
ANAQUEL
Tennessee Williams
Ocho mortales poseídas
Alba, Barcelona, 2005
Seis relatos
que
Tennessee Williams (Columbus,
Mississippi,
1911-Nueva
York, 1983)
escribió en
la década de
1970 y en
los que retrata, con nostalgia
mordaz y humor grotesco, a
ocho mujeres que no se resignan a verse atrapadas en la
«conspiración de mediocridad»
a la que el mundo las somete.
Un volumen reúne los ensayos literarios de W. G. Sebald
Afinidades electivas
W. G. Sebald
Pútrida patria
Traducción de Miguel Sáenz
Anagrama, Barcelona, 2005
Josep Castelló i Vives
Contes de pansero
Edicions del Bullent, Picanya, 2005
Aquestes
són històries molt
curtes contades per un
avi que intenta recordar el xiquet ple de
fantasies
que un dia
fou. L’autor, Josep Castelló
(Pedreguer, 1944) ha volgut
retratar amb aquesta ficció
una forma de vida rural que a
poc a poc desapareix, superada per la industrialització.
Amos Oz
Mi querido Mijael
Siruela, Madrid, 2005
Esta es la
historia de
Jana, de su
matrimonio
con Mijael,
y de su ruptura. Oz narra con habilidad y delicadeza la
frustración
y el sufrimiento, las aventuras
imaginarias, fantasías sexuales
y pesadillas terribles de la protagonista. La ciudad de Jerusalén en los años cincuenta
aparece como telón de fondo.
Chema de Luelmo
El caso es conocido: a finales del
convulso 2001, justo cuando su
nombre empezaba a trascender el
ámbito de los cenáculos literarios
o el de los muy iniciados, un fatal
accidente automovilístico acababa con la vida de Winfried Georg
Sebald. Apenas unos meses antes
había publicado Austerlitz, su novela cumbre y forzosamente definitiva, y aunque los elogios hacia
ella no distaban de los recibidos
por otras anteriores, sí eran desde luego más numerosos: su Alemania natal parecía atenderle al
fin, y una corriente de admiración
general se hacía tangible en traducciones a numerosas lenguas o
en la reedición urgente de su producción previa. Obituarios y artículos de circunstancias, ya se debiesen a miembros del gremio, a
críticos o a especialistas afines,
coincidieron en lamentar la pérdida de una de las grandes esperanzas de la literatura del nuevo
siglo, un periodo que, por lo demás, no venía cargado de ellas en
ningún sentido.
Los emigrados o Vértigo, pero especialmente la citada Austerlitz),
les resultaba tan poco estimulante a sus compatriotas. En realidad,
y siguiendo con rigor esta afirmación, tampoco quien ha emigrado
libre y soberanamente puede siquiera imaginar ese trauma, por
mucho que se invista con los atributos del desarraigo, en su día ingratos o incluso fatales, pero tan
reputados hoy por la cultura de
mercado —de hecho, algún que
otro escritor español actual responde al mismo perfil.
En este volumen de ensayos,
Pútrida patria (patria «inquietante» o «enorme», en el original), dicha filiación voluntaria se hace
evidente en la mera selección de
escritores objeto de comentario,
un conjunto que, de una u otra
manera, cabía esperar. Desde
Kafka a Joseph Roth, pasando por
Canetti, Jean Améry, Hermann
Broch y los «pseudoexiliados interiores» Peter Handke y Thomas
Bernhard, todos son integrantes
destacados de ese paradigma cultural en el que Sebald se inscribe.
La única sorpresa aparente, Arthur Schnitzler, se atenúa un tanto al contemplarlo como un agente de transición, es decir, si lo emplazamos como bisagra entre
aquéllos, judíos inasimilados o
desterrados, y estos últimos, pe-
❙❙❙
A la peculiaridad y
popularidad del
autor alemán
contribuye su propio
papel de autoexiliado
Els versos nets, depurats, de Clara Janés
La bellesa geomètrica
R. C. Torres Fabra
Camp i política
Afers, Catarroja-Barcelona, 2005
La Falange
en una comunitat rural valenciana (la Ribera Baixa) és
el subtítol
d’aquest estudi: aquesta organització i les
col·laterals van ser els organismes «que durant el franquisme van mantenir el monopoli de l’organització política i
sindical a l’Estat», com comenta Pelai Pagès al pròleg.
Establecido desde hacía décadas en Inglaterra, la curiosa combinación de intereses, influencias
y recursos que caracteriza la obra
de Sebald empezó cautivando a
los lectores del área anglosajona,
donde era tenida por un destilado
ideal de la cultura centroeuropea
de siempre, convenientemente
purgado de los nebulosos fárragos existenciales que por esos pagos se le achacan y tanto asustan.
Así, reflexiones de variable extensión aparecen y desaparecen
en mitad de la narración —hay
quien llega a afirmar que lo novelesco no es sino un mero engarce
entre microensayos—, en tanto la
ficción biográfica adquiere en sus
manos un sesgo inusual, a costa
de hacer indiscernible lo documental del artificio y de solapar la
voz literaria con la testimonial. El
conjunto acostumbra a estar sazonado además con cromos de lo
más diverso —fotografías, notas
o mapas— que actuarían como accesorios o respiraderos gráficos
del texto, pues rara vez resultan
relevantes para el mismo —pese
a lo cual la prestigiosa revista October les dedicó un amplio ensayo,
hace un tiempo.
A toda esa peculiaridad y popularidad contribuye, y no poco,
su propio papel de autoexiliado.
Mal que bien, Sebald encarnaba
una versión amable —en tanto voluntaria— del intelectual en fuga,
esa figura tan propiciada por los
desmanes del siglo XX y muy en
especial por un régimen que le vio
nacer pero que, por fortuna, él no
padeció. En una de sus escasas entrevistas, el escritor afirmaba que
«aquellos que son culpables de ello
nunca se pueden imaginar cómo es
ser expulsado de repente de un
país», lo cual explicaba por qué su
mundo narrativo, tan vinculado a
los trastornos del exilio (véanse
Clara Janés
Fractales
Pre-Textos, València, 2005
J. Ricart
Encara que parega un tòpic poques voltes quantitat i qualitat van
agafades de la mà. Sens dubte
Clara Janés (Barcelona, 1940)
n’és una excepció. Una escripto-
ra total, que a més dels seus versos, novel·les i assajos l’hem d’agrair les seues traduccions de
molts poetes àrabs contemporanis. Amb més de quinze poemaris al seu currículum, pot presumir de ser una de les espanyoles
més traduïdes a altres idiomes, en
concret a més de vint.
En Fractales, la seua darrera
obra, ja el títol estret de les noves
matemàtiques sorprén per a un
lector educat en les bones lletres,
però que mai no ha estat tan encertat. Si consultem una enciclopèdia qualsevol, ens aclarirà
que el seu nom designa figures
geomètriques creades per ordinador, per abordar fenòmens de
cristal·lització d’alguns materials,
la formació dels quals respon a
normes d’irregularitat i de fragmentació.
I és ací on es condensen les
claus per entendre aquest treball.
Fractales entronca amb títols anteriors com Fósiles o Lapidario,
en eixe desig de recerca cap a una
recreació poètica de la bellesa, un
vers net i depurat d’elements
anecdòtics, una perfecció quasi
mineral, com més endavant assenyalarà «Se encierra en sí mismo/ el cuarzo cristalino del amor,/
en su perfección, mudo».
Es tracta d’un llibre que, malgrat la seua estructuració en quatre parts, manté com a fil conductor, paradoxalment, la seua dispersió (ma)temàtica, però no pas
estilística. Janés és una poeta d’imatges i no de paraules (igual que
molta de la poesia oriental, tan
cara i coneguda per ella). Els seus
versos breus, a penes dos o tres
mots, estan constituïts per cascades d’imatges. En pocs autors hi
ha tal condensació metafòrica per
centímetre quadrat. I és aquest
un dels trets que caracteritzen la
seua veu i alhora la singularitzen
de les actuals promocions.
Cinquanta poemes escrits des
de la maduresa i la reflexió que
pitogrillos de una sociedad carente de valores. Por tanto, estarían ahí representados los distintos grados de la escala del desencuentro entre el individuo-escritor y su mundo: del querer ser o
pertenecer y su imposibilidad,
motivada por el aparato políticosocial, hasta la voluntad, no menos infructuosa, de socavar el sistema mediante la palabra.
Sin embargo, habida cuenta de
las querencias, de las obras concretas y de los rasgos en que se detiene, uno no puede evitar la sensación de que Sebald intenta componer, en escorzo, su propio retrato. Esta cuestión es consustancial,
en mayor o menor medida, a toda
actividad creadora, pero quizá no
debiera serlo tanto en un contexto
de corte académico, como parece
ser el caso. Puede que el estar vinculados a ese velado propósito —
pese a lo indicado en los prólogos
que abren las distintas secciones— sea la causa del carácter un
tanto desigual de los ensayos: los
referidos a Roth, Kafka o Canetti
no harán olvidar los que en su día
les dedicaron, por ejemplo, Magris, Blanchot o Marthe Robert,
mientras los que se centran en escritores no tan recurrentes tienen
mucho mayor interés. En este sentido, y aparte del estudio dedicado
a Améry, son notables el análisis
de La repetición de Handke, una
novela tan elegíaca como cualquiera de las escritas por el propio
comentarista, y el destinado a desmontar los mecanismos regresivos que mueven la novela póstuma
de Broch, El maleficio, motivo de
una feroz arremetida. Es extraño:
tal vez, en un futuro, algún escritor
melancólico rinda homenaje a su
propio parnaso literario y descubra eso mismo en la obra de Sebald. En cualquier caso, seguirá
siendo un referente.
ens parlen de vegades de crisi i
de pèrdua —«Volveré al bosque/
a recoger el rocío/ y dejar/ en la
pinaza/ la leve huella/ de la fe»—
, de cert pessimisme finisecular
—«Y el corazón lleno de cruces/ y
los ojos como charcos/ donde se reflejan/ las constelaciones.../ Así
vagamos por el siglo»— o d’un
continuo desassossec: «Perpetua
es nuestra ignorancia./Perpetua
la incompletud./ Perpetuo nuestro
anhelo/ de rebasar la fuga»; tot i
que en altres ens delecte amb
imatges més afables com «Las rosas del cielo/ se despliegan/ en el
lago del alma» o per últim: «El
sueño/ es una grieta/ y el silencio/
la envoltura/ que anuncia/ un
jardín entre llamas».
Definitivament Fracatales és
una baula més de la llarga i sòlida
trajectòria de l’autora. Un recull,
però, que necessita d’atentes relectures, per no quedar-nos en
una visió superficial, que sols ens
deixe veure la corfa esteticista,
darrere de la qual s’amaga el veritable poema on «Las palabras escapan como un río/ por la llanura de la página./ Apenas esbozadas/ recorren ya otros paisajes...».
Levante
pd
EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 23 de septiembre de 2005
La selecció de la setmana
5
LLIBRES
En aquest particular dietari, Ponç Pons ha recollit les anotacions preses al llarg
d’un estiu. Hi trobem, encadenats en un mateix discurs, fragments escrits en
prosa amb d’altres en vers; literatura i vida, doncs, units en un tot indestriable.
Quadern de vacances del poeta
Ponç Pons
Dillatari
Quaderns Crema, Barcelona, 2005
Pere Calonge
Un quadern d’estiu, una llibreta de notes estival que comença
amb un paràgraf molt indicatiu
del que trobarà el lector en les
pàgines següents: «Sempre he
tingut vocació d’eremita literari.
Me’n vaig a Macaret i deix enrere totes les coses postisses i obligatòries del món. Me’n duc un
munt de llibres, aquest quadern
i la ploma. Desaparesc. Vull viure (“Viu ocult!”, deia Epicur)
sols en contacte amb el camp, el
mar, la literatura i la gent que
estim». Els eixos temàtics que
recorreran aquest dietari de
Ponç Pons, com també recorren
altres obres seues, s’endevinen
ja en aquest inici. Així, per
exemple, la vocació d’invisibilitat, de fugir del món de les falses prerrogatives dels literats
professionals, dels focs d’artifici dels noms repetits fins a la sacietat dins d’una cultura que, si
ja és prou magra, ens entestem
a reduir més i més encara, a limitar-la a quatre noms estel·lars
de dubtós interés. La reclusió física, també, a Macaret, la petita
cala de Menorca on transcorren
aquestes vacances.
Però aquell fragment inicial
ens suggereix també que
aquest dietari recollirà un viatge literari, la conversa, la dialèc-
tica amb les lectures estivals.
L’autor ha confessat en més d’una ocasió que es considera bàsicament un poeta, però també
—diu— té sempre entre mans
algun quadern: ara, quan finalment s’ha decidit a publicar
aquest que va escriure fa cinc
anys, podem assistir en primera fila a aquest treball en procés.
Pons hi barreja, de manera indestriable, les reflexions a aquelles lectures i la pròpia producció en el moment mateix en què
s’ha produït; l’anècdota i l’haiku
que n’ha resultat; el vers immers i lligat a la prosa. Reflexions literàries i, en un sentit
més ampli, sobre l’ar t, estètiques, vitals. Autors llegits, autors estimats, identificació amb
alguns noms: Iorgos Seferis i
Salvatore Quasimodo, sobretot,
però també l’admiració per Llull,
el reconegut mestratge intel·lectual de Wittgenstein, les paraules justes —i només les justes—
de Juan Rulfo, la brevetat carregada d’ironia i de sentits de
Txèkhov; i Pessoa, Borges, Ferrater, Pavese, Montale...
Al mateix temps, Dillatari és
un dietari en estat pur, també:
que alça acta de la vida quoti-
diana de Pons en un espai —la
seua illa— i en un temps —l’estiu— ben concrets i delimitats.
La filosofia vital que se’n desprén és la del despullament, la
d’aquell que sap què vol per tal
de ser feliç, i que coneix que justament despullar-se és ser feliç.
Despullar-se de vanitats, i també de coses materials. La
presència de la companya —de
na Roser— com un punt d’equilibri imprescindible, com el contrapés necessari a la seua desorientació; els fills, allò que més
l’arrela a la vida; i l’illa, la terra
que estima i que veu, amargament, morir en mans estranyes.
La presència, també, d’altres
passions que hi queden puntualment recollides: el cinema
—Rossellini, sobretot—, o l’en-
❙❙❙
L’home que ha triat
voluntàriament
l’aïllament es
refereix sovint a la
cultura que li nega la
pertinença
JOAN SANS
AUTOR MENORQUÍ. Ponç Pons (Alaior, 1956).
senyament. I, al llarg de tota l’obra, un tema recurrent —una
constant en altres textos de
Pons (El salobre, per exemple):
la sistemàtica i inevitable destrucció de l’illa, i l’escriptura
com a resistència estèril a
aquesta situació: «Jo voldria estar obert,/ solidari amb el món,/
a un diàleg fecund,/ però amb terra i veu pròpies. / [...]/ Escriure és resistir,/ somiar, tenir
esperança».
L’home que ha triat voluntàriament l’aïllament —evidentment, el neologisme que dóna
títol a l’obra no és gratuït— es
refereix sovint a la cultura que
li nega la per tinença, fent-ne
una radiografia bastant aproximada: «No m’estranya gens que
agonitzem entre el més retrògrad
meliquisme i la més cruel antropofàgia. Som una cultura abjecta, esclava, mesquina... Som un
país miserable!». En definitiva,
el personatge que ha creat Ponç
Pons és ell mateix, i és també
aquell que no vol exercir de poeta, ni d’intel·lectual; ni tan sols
de contemporani! Silenci i treball, eremitisme literari, enfront
de la «buidor de l’espectacle farisaic que m’ofereix aquest mercat
literari de la cultura actual. Es
parla de mitjanies, es promociona mediocres, es canonitza arribistes i els grans autors, els
autèntics, semblen ignorats». És
també aquell per a qui TOT és
literatura, que VIU literatura —
«escriviure», un altre neologisme que s’hi pot llegir— fins a
cert punt de manera malaltissa,
que es plany de no ser capaç de
viure sense versos: «Ser prou feliç/ per no necessitar/ llibres ni
versos». I que porta aquesta comunió entre literatura i vida fins
a les darreres conseqüències.
L’exòtic encant de la daurada Lapònia
Arto Paasilinna
El bosc de les guineus
Traducció d’Emma Claret Pyrhönen
Edicions 62, Barcelona, 2005
P. C.
Una de les constants de les novel·les de Paasilinna és la seua
capacitat per, partint d’una situació espacial i temporal més o
menys familiar, endinsar-nos a
poc a poc en una altra de totalment desarrelada. Alguna cosa
així com si, de sobte, ens adonàrem que no recordem quina època habitaven aquells personatges o com han arribat al lloc on
es desenvolupa l’acció principal.
L’altra constant és, sense dubte,
la construcció d’uns personatges
que destaquen per la seua bus-
cada marginalitat, que fugen d’unes normes socials que no s’han
fet per a ells, que no tenen una
altra opció que trencar amb el
marc que se’ls imposa per eixirse’n, literalment, de la grisor de
la vida reglada. Ocorria així en
El moliner udolaire, novel·la a
què ja ens referírem en aquestes
pàgines, i ocorre ara amb aquest
El bosc de les guineus.
En aquesta ocasió, els personatges principals són un lladre
que ha robat una important
quantitat d’or i un militar aficionat a l’alcohol, que acabaran per
viure junts a una cabana en plena Lapònia, aïllats de tot i de tots.
El primer, perquè ha estafat els
seus còmplices i ha d’amagar-se
per evitar que el maten; el segon,
perquè l’ampolla amenaça d’ensorrar la seua carrera militar i el
seu matrimoni. En un determinat moment, se’ls uneix un tercer personatge: una anciana que
fuig de l’autoritat que vol recloure-la en una residència. Amb un
plantejament com aquest, Paasilinna ha tornat a construir una
faula sobre la dificultat d’escapar
al constrenyiment de les normes
socials, sobre l’actitud tantes vegades hipòcrita d’aquells que se
senten autoritzats a marcar
aquestes normes, sobre la desconfiança immediata que genera
aquell que intenta eixir-se’n mínimament.
Cal dir, però, que la novel·la no
manté la intensitat de l’esmentada El moliner udolaire, potser
perquè, més enllà de la construcció simbòlica a què ens hem
referit, l’estructura argumental
que l’ha de sustentar no és tan sòlida com la d’aquella; ni tampoc
ho és la caracterització psicològica dels personatges, que moltes vegades no semblen tenir
més entitat que la que els exigeix
el fet de representar el rol assignat. En canvi, sí que manté una
ironia molt subtil, amb algunes
frases memorables deixades caure com si no tinguessen major importància, enmig d’un discurs
molt més banal: «És força interessant, fer de puta. Si hagués
anat a l’escola de mestres, difícilment seria aquí, ara. Estaria ensenyant a mocosos estúpids en algun poble perdut de Suècia».
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Viernes, 23 de septiembre de 2005 ■ Levante EL MERCANTIL VALENCIANO
pd
ARTE
DISEÑO
Las actividades culturales de FIM
Muebles
con futuro
Ars Longa
Dir.: Josep Montesinos
Departament d’Història de l’Art de la UV
Núm. 13, año 2005
Armando Pilato
Recientemente se ha presentado el
número decimotercero de Ars Longa, la revista anual del Departamento de Historia del Arte de la Universitat de València. A través de un
cuidado volumen, que para esta ocasión ha renovado su diseño de portada y maquetación, la publicación
presenta trabajos inéditos de investigación sobre diferentes especialidades relativas a la Historia del
Arte, así como de otras materias interdisciplinares. Con una cobertura temporal y temática de amplio alcance, el ejemplar ofrece los estudios de diferentes historiadores y
equipos de investigación tanto del
propio Departamento como de la
comunidad científica en general.
Precisamente, este año la fecha de
publicación coincide con la situación
creada a nivel estatal por el proceso
de Convergencia del Espacio Europeo de Educación Superior, por lo
que la revista se suma explícitamente —en palabras de Josep Montesinos, Director del Departamento— a
«la necesidad y exigencia del mantenimiento como Grado de la titulación». En este sentido, el volumen recoge las opiniones de un grupo de
historiadores del arte, entre las que
se cuentan Carlos Reyero, Cristobal
Belda, Luis Arciniega o el Grupo de
Trabajo de Historia del Arte como un
«Sí a la Historia del Arte».
En cuanto a sus contenidos, la revista ofrece una docena artículos, las
recensiones del ciclo de conferencias
Ojos y Objetivos, celebrado durante el
pasado curso y en el que participaron
Romàn Gubern, Joaquín Bérchez, Pilar Pedraza, Fernando Marías, Jordí
Balló y Juan Antonio ramírez, entre
otros, y la actividad docente e investigadora de los miembros del Departamento. Los diferentes artículos
alcanzan un arco cronológico que va
desde el siglo XV hasta la actualidad,
en distintas materias entre arquitectura, pintura, cine, música, comunicación y patrimonio.
La publicación proyecta un interesante paseo cronológico por la disciplina científica de la Historia del
Arte: desde el dedicado al palacio valenciano del obispo de Tortosa, de
Mercédes Gómez Ferrer; el estudio
iconográfico de las pinturas de Muñoz Degraín en la Sala Cervantes de
la Biblioteca Nacional, de Manuel
Monsonís; las aportaciones sobre el
arte valenciano del XIX de Ester
Alba, Vicente Roig y Luisa Sempere; o los estudios sobre las diferentes tendencias del pasado siglo. Entre estos últimos cuenta con los estudios sobre Ernst Fusch, de Carlos
Arenas, el cine parisino de vanguardia, de Andrés Luque, la investigación de José Luis Alcaide acerca del
film La Aldea Maldita de Florián Rey
y la cultura fin de siglo, o una reflexión sobre la imagen visual de la
pop-star Madonna, presentada (concretamente, como teclearía Elvira
Lindo) por quien esto firma.
Tomás Gorria Ortega
La creciente e inminente amenaza que supone la irrupción de
China en el contexto del mercado internacional plantea numerosos interrogantes acerca del
futuro de los sectores económicos tradicionales. No es fácil adivinar las soluciones a esta compleja situación, pero parece que
todos están de acuerdo en una
de ellas: potenciar la calidad de
los productos, incorporándoles
un valor añadido y posiblemente, en esta estrategia, el diseño
sea la baza más importante.
Por otra parte, la presión mediática de ciertos modelos de hábitat doméstico que se reflejan a
través de medios de comunicación (cine o televisión) o la inminente presencia en nuestros
suelos de multinacionales del
mueble que se identifican con un
tipo de muebles que podría cobijarse en el poco riguroso paraguas conceptual de lo «moderno» forzará (y parece que ya lo
esta haciendo) a cambiar los esquemas entre los fabricantes lo-
❙❙❙
Las tendencias de
futuro en el mundo
del hábitat doméstico
estarán marcadas
por la pujanza del
diseño y un cierto
eclecticismo
condicionado por la
variedad de la
demanda
cales que valorarán cada vez
más los diseñadores formados
en escuelas de diseño y que paulatinamente irán sustituyendo a
los «dibujantes» poco profesionalizados de las empresas tradicionales que diseñaban muebles encasillados en las formas
del mueble denominado «clásico». En cualquier caso, no se trata de distinguir entre criterios
estilísticos, («clásico» versus
«moderno») sino de profundizar
en la profesionalidad, singularidad, creatividad y capacidad de
innovación de los diseñadores,
que aporten a la industria autotócna ese valor añadido antes
mencionado.
Estas reflexiones parece que
van calando entre los profesionales del mueble y la actual edición de la Feria Internacional
del Mueble ha apostado de una
manera muy clara por potenciar
esta nueva visión de futuro.
De este modo, entre la extensa batería de propuestas que
ha programado la dirección de
FIM Cultural (bajo la batuta de
Pepe Cosín), enmarcada en las
numerosas actividades y salones de la «laberíntica» Feria Internacional del Mueble en la
edición de este año las más reseñables en el campo del diseño pueden centrarse en los premios del Concurso Internacional de Diseño de mobiliario
(cDMI), la selección de trabajos del Salón Nude, y en un ámbito más teórico, los encuentros
programados con diseñadores
de la talla de Andrea Branzi y
Christophe Pillet.
Arriba: dos de los prototipos
seleccionados para el salon
Nude; «Strong», una mesa
baja de Andrés Baldoví y una
propuesta de manivela
titulada «Don Manubrio», útil
para zurdos y como percha,
obra de Herminia Mira e
Irene Ortega. A la
izquierda, «Vola», de
María Maggi, premio
cMDI en la categoría
de estudiantes.
Contradiseño y eclecticismo
Esta misma tarde se celebran
los encuentros con estos dos diseñadores. Andrea Branzi, fue
uno de los fundadores del movimiento Arquitectura radical, que
en los años sesenta y setenta
convulsionaron la sociedad bajo
el espíritu del 68 y se agruparon
bajo el termino «contradiseño».
Más tarde colaboró en el famoAndrea Branzi y
Christhophe Pillet,
ponentes en el debate
de esta tarde.
Silla de Soriano
León, uno de los
trabajos de la
muestra Nude.
so estudio Memphis, de Ettore
Sottsass, paradigma del movimiento posmoderno, que impregnó de espíritu lúdico la cultura y el diseño en los 80 y 90.
Por otra parte, Christophe Pillet (Niza, 1959) es uno de los
diseñadores franceses más relevantes de la actualidad, con
una larga trayectoria a sus espaldas en el diseño de mobiliario. Pillet defiende el eclecticismo como la tendencia que marcará el mueble del siglo XXI, un
siglo condicionado por el criterio del consumidor, que influirá
en las líneas a seguir y encontrará muebles «a su medida»,
como ocurre actualmente en
el mundo de la moda.
La XXIII edición del concurso de premios del cDIM, dirigido fundamentalmente a premiar
la innovación en el diseño de mobiliario, se divide en dos categorías: para diseñadores profesionales en la que el galardón ha ido
a parar ex aequo a los brasileños
Hermanos Campana, por su sillón Corallo y al británico Jasper
Morrison por su asiento modular divisible. En la categoría para
estudiantes, el premio recayó en
la singular pieza denominada
Vola, de la italiana María Maggi,
un comedero para aves que reúne un diseño minimalista, respeto al medio ambiente y unas
dosis apreciables de poesía visual. Una de las características
de esta iniciativa es la posibilidad de promoción para los jóvenes estudiantes, según comenta
uno de los jurados de esta edición, el presidente de la Asociación de diseñadores Valencianos
(ADCV) Kike Correcher: «La
alta presencia de proyectos de estudiantes valencianos y el buen
nivel de los mismos es una buena
señal de futuro para nuestro diseño y esta convocatoria es un
buen trampolín para sus trabajos, estén premiados o no».
Nude es la marca del salón
del Nuevo Diseño Internacional; una muestra (la de este año
es su cuarta edición) que consiste en la exhibición de 20 trabajos y proyectos de diseño de
vanguardia del hábitat contemporáneo creados por jóvenes
profesionales y estudiantes. Un
comité de selección formado
por reconocidos profesionales
de la cultura del diseño internacional (destaca la presencia de
Matalí Crasset, una de las diseñadoras más cotizadas del momento) selecciona las obras presentadas desde distintos países
del mundo, aunque la presencia
valenciana es relevante.
pd
Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 23 de septiembre de 2005
7
ARTE
Reflexiones sobre originalidad y plagio, marca y autoría
«Cocos. Copias y coincidencias»
MuVIM.
Álvaro de los Ángeles
Es ya un hecho constatado que
el MuVIM ha orientado el rumbo de su programación hacia temáticas que ningún otro espacio
de la ciudad atendía. No, al menos, de manera continuada. Desde que la actual dirección se hizo
cargo del entonces denostado
buque insignia de la Diputació,
hemos podido comprobar cómo
un conjunto diverso de exposiciones ha logrado conjugar un
interés profesional específico,
por un lado, con parte de las inquietudes de un público mayoritario por otro, lo que le ha convertido en el espacio museístico
actual más visitado. Fotografía,
diseño gráfico en sus muy variadas aplicaciones, ilustración
editorial, diseño industrial o cartelismo son algunos de los temas tratados hasta ahora y parte importante de la actual identidad del museo, junto con la organización de talleres, congresos sobre Ilustración y estética
LEVANTE-EMV
CAMBIO DE FUNCIÓN. El exprimidor de Starck se convierte en un taburete.
y elaboración de publicaciones
especializadas.
En este caso, la exposición Cocos. Copias y coincidencias genera el replanteamiento, desde una
postura didáctica, de conceptos
tan singulares y manipulables
como originalidad, copia, coincidencia creativa o plagio. Concebida como un conjunto de estan-
cias temáticas, en cada una se genera una cuestión, se muestra
una evidencia o se lanzan prevenciones o soluciones. Desde
las lógicas coincidencias acaecidas en un mismo momento en lugares alejados entre sí, hasta una
bienvista actitud de reformular
ideas ya empleadas con anterioridad llegando al plagio más vil,
que viene acompañado siempre
de un aprovechamiento lucrativo, las estancias nos van dando
las claves de la intención de la
muestra. Ésta no es otra que alertarnos del aumento constante de
la producción pirata en todos los
ámbitos (el 7% de la producción
mundial) y concienciarnos del
valor de la idea original como motor de un progreso que busca una
mejora sostenida en nuestro nivel de vida, generadora asimismo
de trabajo y riqueza.
Resulta interesante, por ejemplo, la habitación donde debemos
descubrir el verdadero polo Lacoste de entre los nueve expuestos en los maniquíes o aquella que
está planteada como un supermercado donde los envases originales aparecen con marcas inventadas. En este sentido, Cocos
también funciona como un test de
agudeza visual e ideológica sobre
nuestras costumbres capitalistas
adquiridas. Otro cariz irónico de
la muestra comisariada por Juli
Capella y Ramón Úbeda lo ofrece
la sección denominada Premios
Plagiarius: un conjunto de premios otorgados a los objetos que
más descaradamente han copiado a los originales y que han sido
comercializados por empresas de
todo el mundo. Los premios los
ideó —y los otorga cada año— el
diseñador alemán Rido Busse,
quien sufrió directamente el plagio de una creación propia, en
concreto una balanza de cristal y
madera cuya copia idéntica la encontró en una feria de diseño. Un
nutrido conjunto de ejemplos nos
muestran los originales y sus copias, las empresas que hicieron
cada uno y el año de producción
(o de encuentro) de los mismos.
El aspecto más cuestionable
de este enfoque obsesionado con
la marca y su autoría lo da, sin
embargo, el propio sistema capitalista. Porque, de la misma forma que renunciar a consumir
productos copiados (de precios
muchos más bajos) repercute en
el nivel de vida de los países fabricantes y en sus trabajadores
asegurados, nada se dice sin embargo de todas las empresas multinacionales que han instalado
sus fábricas en los países pobres,
pudiendo invertir, así pues, mucho más en marketing. Como
tampoco menciona las políticas
de extrema rentabilidad donde
las empresas, mucho antes de
vislumbrar las pérdidas, deciden
cambiar el país de producción.
También esto nos hace cuestionarnos hasta qué punto es más
importante la mercancía o el creativo que la idea antes que el trabajador que la realiza.
primer momento podrían parecer antagónicos, encierran una
fuerza visual que hechiza sin deslumbrar ni envenenar.
Las ceras de Ana Veintimilla
tienen además una condición especial que las transforma en una
especie de impactantes juguetes,
son como pequeños grandes objetos con los que se juega pero
también con los que se aprende
y con los que —sin lugar a dudas— se sueña. La serie con imágenes de soldaditos de plástico
pulsa el tema de la lucha emocional a través de esos humildes,
y casi caducos, objetos de bolsa
de papel. El conjunto de ojos, estrellas e interiores de cabezas —
en los que se enroscan espirales,
laberintos o mandalas— impelen
a reflexionar sobre los sentidos
del individuo. En el grupo de
piezas de hombres de cera pendientes de un hilo, la artista
muestra su conocimiento de la
forma escultórica y su interés
por lo tenue y sorpresivo. En definitiva, una interesante exposición en la que se combina fotografía, escultura e instalación de
una manera reflexiva y entusiasta, en la que todas las imágenes
han sido enfriadas con parafina
o cera caliente.
Forma y sustancia a la cera perdida
Ana Veintimilla
Galería Magatzem d’Art Valencià
Armando Pilato
En las paredes de espacio expositivo de Magatzems d’Art Valencià Ana Veintimilla ha colgado
una mínima parte de su extensa
producción fotográfica impresa
en parafina. Esta técnica, que
aborda con una gran perfección
tanto procedimental como narrativa y estética, se ha convertido en los últimos tiempos en la
intuitiva búsqueda de una tenaz
artista formada en la Facultad de
Bellas Artes de Valencia a finales
de los ochenta. En sus piezas de
cera, casi todas ellas círculos imperfectos, se presiente el paso de
las horas de absorto trabajo en
sus distintas fases de realización.
Desde la toma de la fotografía ini-
cial hasta alcanzar el resultado final, la artista ha retorcido diferentes esquemas examinando la
probable realización de la primera idea o del momento creativo.
En esta ocasión sus ceras conservan las imágenes de algunas
de sus diferentes series de fotografías elaboradas en los últimos
tiempos. En ellas ha atrapado
pensamientos visuales a través
de collages y escenografías, ensamblajes visivos que a van dejando sus ligeras huellas más allá
de la simple apariencia. El universo de los sentimientos, como
se percibe en la serie de corazones —helados, presos o encendidos— es una constante en cualquiera de estas imágenes captadas, convirtiéndose en particulares retratos de objetos y sujetos.
En ellos la historia y el significado se tornan en el rastro a descubrir y ¿por qué no? a seguir de
un modo sutil y mediante una delicadeza aristocrática. Por ello,
los contrastes de articulación de
sus composiciones, que en un
VERSUS OMNIA
Diccionario Impertinente (letra «P»)
Joan Verdú
Operación financiero inmobiliaria según la cual
unos individuoos que compran unos terrenos se creen que
el territorio es suyo.
PAIboy. Especie de macarra
que pulula por los clubs sociales
de las urbanizaciones echándoles gamba a las señoras más amojamadas. Según si la urbanización es de playa o de campo va
con blazier azul marino y pantalón blanco o con tejanos y camiseta de Operación Triunfo. Tos-
P
AI.
tado y con gafas de sol sobre el
lóbulo frontal.
PAIpay. Instrumento parecido al abanico pero de una pieza.
Con él, los políticos sinvergüenzas que permiten y alientan los
PAI se refrescan los cataplines.
PAIs. Territorio más o menos
grande a llenar de campos de golf
y de casitas para que vengan a vivir todas las cacatúas de Europa.
PAIsaje. Extensión de terreno que se ve desde algún sitio.
Para algunos algo a destruir para
poner en su lugar algo muy boni-
to, donde va a parar, por ejemplo:
una mierda de castillo pseudomedieval.
PAIsajismo. Actividad consistente en modificar un paisaje. Los
más reputados paisajistas fueron
la tripulación del Enola Gay. En la
actualidad, en Valencia, lo arrancan todo (no de manera tan drástica) y plantan allí sus cachivaches.
PAIsajista. Profesional del
paisajismo. Dícese también de los
pintores que pintan paisajes. Ahora todos los pintores paisajistas
han dejado sus pinceles y se de-
dican a hacer perspectivas por ordenador para las constructoras.
PAIsano. Habitante de un
país. Normalmente los paisanos
de un país comparten una o varias
lenguas pero en unos pocos años
en un país se puede pasar por
ejemplo, de hablar valenciano y
castellano a hablar (por ejemplo)
mayoritariamente noruego.
PAIsanaje. Conjunto de habitantes de un país, tanto de los que
haya ahora como de los que vengan. Por ejemplo, vendrán rumanos, magrebíes, lituanos, rusos y
ecuatorianos a construir casitas,
e ingleses, holandeses, alemanes,
suecos y noruegos a disfrutarlas.
PAIseante. Persona que pasea. En el futuro las personas que
paseaban por el monte estarán expuestas a que los atropellen o un
coche a toda mecha o una moto a
toda mecha o un quad a toda mecha. Suicida potencial.
Viernes, 23 de septiembre de 2005 ■ Levante EL MERCANTIL VALENCIANO
8
pd
N.º 521, AÑO XIII / 23-IX-2005
Suplemento Cultural
Coordinadora: Arantxa Bea
Arte: Juan Lagardera. Música: José Ricardo Seguí
posdata
LA CALLE DE LAS COMEDIAS
El primer inglés (IV)
Un nuevo caso de Sherlock Holmes
RESUMEN DEL EPISODIO ANTERIOR:
Octubre de 1903. Sherlock Holmes y el doctor Watson, que pasa
unos días en compañía de su antiguo amigo, asisten a la presentación pública de los huesos del
«Eoanthropus», recientemente
desenterrados en la localidad de
Pitdown, en Sussex, por un paleontólogo aficionado, Charles
Dawn. Para algunos investigadores, como Robert Gould, del Museo de Historia Natural de Londres, se trata de los restos fósiles
del primer inglés. Holmes, sin embargo, discute su autenticidad.
Vicente Muñoz Puelles
U
N coche nos aguardaba a la
salida del edificio. Holmes se caló su sempiterna
gorra con orejeras, se subió al
pescante, junto al conductor, y
me dio instrucciones para que
golpeara el techo del vehículo si
tenía la impresión de que nos
seguían. Me acomodé en el interior y me puse a mirar por la
ventanilla trasera. Gould y
Dawn, cada uno con un maletín,
me flanqueaban. El cochero fustigó a su caballo y nos lanzamos
a un trote furioso por las calles
cubiertas de niebla.
Otro coche arrancó enseguida tras nosotros, pero era
evidente que Holmes le daba
instrucciones a nuestro cochero o que él mismo había tomado las riendas, porque nos desviábamos continuamente, hasta tal punto que a veces parecíamos apar tarnos de nuestro
destino, y discurríamos por las
calles menos conocidas y transitadas. Algunos desvíos eran
tan bruscos que parecían pensados en el último momento, y
en el interior del coche teníamos que disculparnos continuamente, por precipitarnos
unos sobre otros.
Bajamos hasta Chelsea.
Cuando parecía que nos disponíamos a cruzar el río, cambiamos de dirección. Empezamos
a subir hacia South Kensington
y de pronto nos encontramos en
plena Cromwell Road. Había varios vehículos apostados en la
parada junto a la verja del museo, pero no se movieron cuando pasamos a su lado y subimos
con determinación por la rampa
que conduce a la puerta principal. Aún no nos habíamos detenido del todo cuando Holmes,
que se había apeado de un salto, nos abrió la por tezuela del
coche. Ante aquella demostración de agilidad, Gould profirió
una exclamación de sorpresa.
LEVANTE-EMV
CRÁNEOS Y MANDÍBULAS. Fragmentos del llamado hombre de Pitdown y reconstrucciones a partir de los mismos.
Vivamente iluminado, el interior del museo resplandecía
como una catedral. Subimos por
la escalinata y dos vigilantes
acudieron a abrirnos, al reconocer a Gould. Uno de ellos
tomó unas llaves de un casillero
y se las tendió.
Nos internamos en el ala derecha del museo, de cuyas paredes acristaladas pendían los
esqueletos negros y brillantes
de ictiosaurios y enormes tortugas, y pasamos junto a una reconstrucción del iguanodonte a
tamaño natural, que yo recordaba haber visto en el Cr ystal
Palace durante mi infancia.
Gould empujó una puerta de
color castaño donde se leía:
«Sólo personal del museo». Le seguimos por una escalera que bajaba al sótano y llegamos ante
otra puerta. Gould la abrió con
llave y nos invitó a entrar en un
laboratorio amplio y bien iluminado. Un hombre rodeado de
herramientas y frascos, que lim-
❙❙❙
Holmes, tomando su
lupa de bolsillo,
examinó los molares
durante un par de
minutos; acto seguido
los comparó con
los de la mandíbula
de escayola
piaba un fósil con una brocha, se
sobresaltó al vernos.
—¿Todavía trabajando, Waterton?
El hombre consultó su reloj
de bolsillo.
—Ni siquiera me había dado
cuenta de la hora.
—Le echamos de menos en
la presentación —comentó
Gould—. ¿Quiere que vuelva a
cerrar?
—No, no, me iré ahora mismo.
Gould nos condujo hasta otra
puer ta, que abrió con una segunda llave, y nos introdujo en
una estancia más pequeña. Lupas, instrumentos de medición
y utensilios variados se alineaban en una mesa muy ancha.
Las paredes estaban revestidas
hasta el techo de largas filas de
altos cajones de madera, que relucían a la luz de las lámparas.
—Bien, señores, gracias por
su tiempo y sus desvelos —dijo
Gould, volviéndose hacia nosotros—. No sé si los huesos han
corrido algún peligro, pero sin
duda aquí estarán a salvo.
—¿Son estos los moldes del
Eoanthropus? —preguntó Holmes, señalando los fragmentos
que yacían sobre la mesa.
—Lo son. Unos moldes exactos, hasta en el color. Los hice
yo mismo.
—¿No hay otra entrada?
Gould negó con la cabeza.
—¿Y esas ventanas?
Holmes señaló las ventanas
enrejadas, falsamente góticas,
que se abrían en lo alto.
—Dan a un patio interior.
Imagino que si alguien quisiera
entrar tendría que aserrarlas y
romperlas.
—Una última cosa, Gould.
¿Le impor taría que echara un
vistazo a los maletines? Me gustaría asegurarme de que todo ha
llegado en buen estado.
Está bien, pero deje que los
abra yo.
Gould abrió los maletines
con un llavín y, como había hecho en el Queen’s Hall, fue ordenando los fragmentos óseos
sobre la mesa. Luego colocó la
reconstrucción del cráneo a su
lado.
—¿Me permite? —preguntó
Holmes, y tomando su lupa de
bolsillo examinó los molares
durante un par de minutos. Acto
seguido los comparó con los de
la mandíbula de escayola. Cuando finalmente se irguió, su rostro permanecía impasible—.
Gracias, es todo.
—Si ha terminado, los guardaré en su sitio.
Con sumo cuidado, Gould introdujo los fragmentos óseos y
la reconstrucción del cráneo en
sendos cajones etiquetados.
—Vámonos, Watson —me
conminó Holmes—. Le pedí al
cochero que nos esperase. —Se
volvió a los otros—. ¿Les llevamos a algún sitio?
—Vivo muy cerca, en Thurloe Square —explicó Gould.
—Le llevaremos, de todos
modos. ¿Y usted, Dawn?
—Es demasiado tarde para
volver a Sussex, así que he reservado una habitación en el hotel Portland.
—Nos viene de paso.
Al salir, Gould cerró con llave. Waterton se había ido, y el
departamento de paleontología
estaba desier to. Mientras íba-
mos hacia la puerta que daba a
la escalera, Holmes se demoró
un poco. Gould ya había abierto
y se disponía a cerrar desde el
otro lado cuando mi amigo le
arrebató las llaves.
—He olvidado mi gorra en
sus dominios, lo siento. Sé qué
llave es. Vuelvo enseguida.
Con envidiable ligereza, Holmes atravesó el departamento
de paleontología, abrió el de antropología y reapareció al cabo
de unos instantes, blandiendo
su apreciada gorra.
—Es mi fiel compañera —se
excusó, al tiempo que devolvía
las llaves—. Sin ella, no parezco
yo mismo.
Dejamos a Gould en su casa.
Mientras el coche contorneaba
Hyde Park, mi amigo se entretuvo silbando y tarareando el
tema del Grial, de Lohengrin.
—Entonces, ¿vuelve mañana
a Pitdown? —le preguntó distraídamente a Dawn, cuando
nos acercábamos a Great Portland Street.
—Es lo que tenía pensado, sí.
La cantera es bastante grande.
Siempre cabe la posibilidad de
encontrar más restos.
—Tengo entendido que es
abogado.
—Lo soy, pero dispongo de
abundante tiempo libre.
—También a nosotros nos
vendría bien pasar un día en el
campo. ¿Qué le parece, Watson?
—Sabe que estoy a su disposición.
—¿Le importa si le acompañamos, Dawn?
—Me parece perfecto. Hay
un tren que sale a las ocho menos cuarto de la estación Victoria.
El coche se detuvo junto al
hotel. Dawn acababa de incorporarse cuando Holmes le tendió la mano izquierda. Dawn
adelantó la derecha, titubeó al
estrechar la mano de Holmes y
se apeó.
—¡Holmes! ¿Por qué ha hecho eso? —le pregunté cuando
el coche se puso en marcha.
—Le he puesto una pequeña
prueba, y la ha superado.
—¿Y los huesos? ¿Se ha convencido de que son auténticos?
—Nada de eso —me contestó, tajante—. He comprobado
que son falsos.
—Entonces, ¿por qué tanto
interés por ellos? ¿Para qué vamos mañana a Pitdown?
—Querido amigo, precisamente por eso. Porque demasiada gente cree que son auténticos.
Se recostó en el asiento y se
puso a silbar el tema del Cisne.
pd
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