Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 23 de septiembre de 2005 pd 1 Narrativa Les anotacions del poeta menorquí Ponç Pons sobre la literatura i la vida recollides en el volum Dillatari (pàg. 5) p o s d at a Suplemento Cultural La III Bienal de Valencia, dedicada al agua, se inaugura mañana entre elogios y críticas Arte y «show» acuático ciar a las lluvias torrenciales, sensibilidad visual y una banda sonora neobrasileña, la atmósfera tendrá que ser generosa y llamativa, diversa y alucinante, divertida y dramática, radical y chic». Ana Gimeno La Bienal de Valencia inaugura mañana entre elogios y críticas su tercera edición que lleva por título Reflexiones de un pez en el mar profundo. El evento centrará su atención en el agua y acogerà hasta el próximo treinta de noviembre a más de cuarenta artistas del panorama nacional e internacional entre los que se encuentran Andreu Alfaro, Denis Santachiara, Nicolas Shöffer, Robert Longo, Jane Simpson, Alessandra Tesi, Gustav Metzger, la artista norteamericana Julie Atlas Muz y la valenciana Marusela Granell. La edición no nace exenta de polémica y de voces que aseguran que el evento atraviesa su ocaso camino de extinguirse. La importante reducción de presupuesto —de 11 a 2,7 millones de euros—, la disminución de espacios expositivos —exclusivamente el Convento del Carmen—, de patrocinios privados —de 23 a 2— y de la duración del evento — de cuatro meses a dos meses y medio—, así como la caducidad del modelo de bienal, son sólo algunos de los argumentos. El acto inaugural, que se celebrará en el Convento del Carmen, reunirá danza y moda en una performance que contará con la actuación de catorce bailarines del Centro Coreográfico de la Comunidad Valenciana, vestidos con diseños inspirados en el agua de estilistas valencianos como Anamaría, Dolores Cortés, Julio Díaz, Carlos Haro, Matilda, Francis Montesinos, Jaime Piquer, Tonuca y Alex Vidal —responsable del proyecto junto con el coreógrafo Leo Santos. La exposición central, comisariada por el francés Franck Gautherot y la coreana SeungDuk Kim, presentará en el Convento del Carmen «las reflexiones de 44 artistas internacionales sobre los estados del agua, sus propiedades o sus posibles dialécticas», como indica la organización, y propondrá un viaje a través de seis territorios distintos, entre ellos el Foggy Tropical de Arto Lindsay, Yayoi Kusama, Moon Shin, Andreu Alfaro, Denis Santachiara y Lynda Benglis; la Dream Factory Island de Nicolas Shöffer o el Rivers of Babylone de Kohei Nawa, On Kawara y Lawrence Weiner. La lista de artistas «no excluye a los que han fallecido, la bienal rinde homenaje a Jesús Rafael Soto, Moon Shin, Nicolas Schoeffer y Duane Hanson, ni a la joven generación, que es la parte principal de este show», señalan los comisarios. El objetivo es convertir la visita al local expositivo en un «retiro espiritual al tiempo que un escenario de ex- El océano en el metro LEVANTE-EMV TERRITORIOS. Escenografía de Denis Santachiara. LEVANTE-EMV «MIRANDO AL MAR». Propuesta de Marusela Granell. ❙❙❙ El acto inaugural reúne danza y moda en una actuación con catorce bailarines vestidos por estilistas valencianos perimentación hacia el futuro», explica la organización, que ha preparado una ambientación diversa que acompañará al visitante en el itinerario, con música de Arto Lindsay. La muestra, «ofrecerá diferentes niveles de entendimiento para garantizar el disfrute de todos los visitantes, no solamente de los expertos en arte, y tratará de las profundidades marinas y de la superficie, con unidades de territorio vistas como islas, microislas, ríos y mares, sin olvidarnos del cielo», añaden los organizadores. Para visitar la exposición «puede que sea útil, y quizá necesario, adoptar el punto de vista de un pez. Ser —como diría Mao— como un pez en el agua», aseguran los comisarios. Para Gautherot y Seung-Duk Kim, «entre las pinturas, las escenas lujuriosas en brillantes piscinas y el sarcasmo a veces destructivo de las afirmaciones en torno al agua, hay un gran espacio para un show donde los espectadores tendrán que seguir las sendas que propone este arte experimental. De la niebla al trópico, del frío gla- La estrella de la Bienal es el proyecto de comunicación Mirando al mar de la artista valenciana Marusela Granell Campderá, cuya propuesta consiste en la instalación de una cámara en la playa de Valencia que enviará la imagen y el sonido del mar a pantallas situadas en lugares de paso cotidiano de la ciudad como las estaciones de metro de Alameda, Colón y Xàtiva, el aeropuerto, la estación central de autobuses y la estación de Renfe, además de la posibilidad de contemplar estas imágenes en tiempo real desde internet. La artista norteamericana Julie Atlas Muz interpretará una per formance en el acuario del Auditorio del mar Rojo de l’Oceanogràfic, «nadando como una sirena entre las diferentes especies de fauna y flora marina del acuario con la intención de transmitir belleza, el poder del mito y la imaginación, plasmar un concepto de arte», señala la artista, en una actuación que se encuentra en la frontera entre la danza y la parodia. Bajo el lema Agua, sin ti no soy la Bienal contará con la celebración de eventos paralelos presentados por el centro Coreográfico de la Comunidad Valenciana, el Instituto Valenciano de la Música, el Instituto Valenciano de Cinematografía, el III Festival de Música de la Valldigna, grupos de Folklore y conciertos de Bandas de Música de la Comunidad Valenciana. Concretamente, la Filmoteca presentará, entre el 4 y el 20 de octubre, el ciclo La aventura del mar que incluye una serie de largometrajes en los que el mar es el escenario de la trama y el Instituto Valenciano de la Música ofrecerá diez actuaciones de bandas de música valencianas y grupos de danzas tradicionales en Velluters, donde además se contará con intervenciones plásticas efímeras de los alumnos de la Escuela de Artes y Oficios y la Escuela Superior de Diseño de Valencia. El Centro Coreográfico ofrecerá entre el 9 y el 13 de noviembre en el Teatro Principal de Valencia el programa Concierto, un espectáculo mixto de tres piezas cortas: Sueños de Éter, de Nacho Duato; Buit, de Thomas Noone y Ando de Davi Brun. Aunque el IVAM no figura en el dossier de la Bienal de Valen- >> 2 Viernes, 23 de septiembre de 2005 ■ Levante EL MERCANTIL VALENCIANO pd PUBLICACIONS >> cia como parte del evento, ha programado tres exposiciones que enlazan con la temática del agua, y que en el primer caso se ha adelantado a ella: H2O, a cargo del arquitecto italiano Gaetano Pesce, abierta hasta el 20 de noviembre; La mar de arte, que reunirá trabajos de artistas que han investigado sobre el tema del mar y en noviembre la selección Mare nostrum, del portugués Júlio Quaresma. Un tema político La temàtica del agua ha sido considerada por algunos una elección oportunista y viene a sustituir al tema anunciado al final de la segunda edición: la Mujer, que ha quedado apartado. Según explican los comisarios «nunca habíamos pensado que un trabajo artístico producido alrededor de este tema —del agua— se convertiría en una propuesta que pudiera ser considerada como una solución para el mundo real. Es un tipo de maquillaje que atenúa las arrugas y renueva el aire con una fresca fragancia, proponiendo una experiencia de los sentidos. La experiencia visual, física, virtual y de toda índole es posible». La elección del tema, según Daniel Andújar, artista miembro del colectivo Ciutadans per una cultura democrática i participativa, «obedece a un interés político, por un lado intentan desactivar voces críticas y por otra politizan todas las infraestructuras culturales». Por el contrario los organizadores del evento aseguran que la Bienal «quiere mantener alto el nivel de atención de la sociedad en torno al agua como fuente de vida, a través del impacto del arte y de todos los otros lenguajes creativos de la contemporaneidad, y que ello facilite extraer conclusiones sobre esta trascendental cuestión». La concreción o abstracción de las reflexiones podrá comprobarse a partir de mañana pero las dudas con respecto al sentido y la necesidad de continuidad de la Bienal están sembradas desde su primera edición. De la Bienal de Valencia, dirigida por el italiano Luigi Settembrini, «no vemos su función última más que en el espectáculo» dice Daniel Andújar. Esta bienal «supone el descrédito de un modelo en el que nunca creímos», apunta el artista. El evento «responde a procesos de marketing, a un modelo obsoleto de finales del siglo XIX y principios del XX que entre otras cosas otorga al arte y a la cultura una imagen de estilo de vida ligado al consumo», añade el crítico. Al respecto, se echan en falta las consideraciones del director de la Bienal de Valencia, Luigi Settembrini, que este periódico ha solicitado y que por razones personales de gravedad el director no ha podido atender. Para Andújar, «la Comunidad Valenciana adolece de una política cultural y la Bienal, acorde con ello, ha ido fluctuando con los cambios políticos y la personalidad de los políticos, no tiene significado, no obedece a una política consensuada, a una política cultural, a la producción de contenidos ni a la promoción de nuevos artistas; más bien obedece a fuegos de artificio, a un modelo neoliberal de usar la cultura y el arte como elemento de marketing». Para la organización, en cambio, «la Bienal ha constituido hasta la fecha una gran operación de promoción para la ciudad, que ha abierto sus puertas internacionalmente y se ha consolidado como una urbe referente en el mercado artístico mundial». El positivo balance se obtiene de indicadores que hasta el momento no han sido revelados por la organización y contrasta con la reducción progresiva que ha sufrido el evento. Lejos de ser un proyecto en alza «creemos que el objetivo es finiquitarlo porque no lo pueden mantener; es el ocaso y viene a desaparecer como tantos otros proyectos de Consuelo Císcar», señala Andújar. Por el contrario, para los comisarios de la Bienal valenciana, «el show, obviamente, debe dirigirse hacia el futuro; un futuro para el arte donde a los artistas se les demandará que sean falsos burócratas, los últimos profetas, los últimos poetas pero también los nuevos actores para un diálogo urbano que incluirá a científicos y a músicos, a políticos y magos, a curanderos y doctores, escritores y diseñadores, ciudadanos y matrimonios, brujas y niños, Blancanieves y los Siete Enanitos». ADGP ELEONORE SCHÖFFER «CHRONOS EN MOVIMIENTO». Fotomontaje con escultura de N. Schöffer. LEVANTE-EMV SAGUNT. Vista general en 1811, època en què Casanova visità la ciutat, en una imatge d’Alexandre de Laborde. Les vivències a València del mite venecià Casanova i els comerciants de vi Giacomo Casanova De Sagunt a Perpinyà Traducció de J. Ballester i E. Salom Universitat de València,València, 2005 Antoni Gómez Hi ha de moltes curiositats en este breu fragment autobiogràfic dedicat a contar les vivències del seu pas per Sagunt, València i Perpinyà del gran mite venecià Giacomo Casanova (1725-1798). En primer lloc, cal assenyalar que, globalment, València i els valencians no són del gust refinat, intel·lectual, hedonista i aventurer del geni autor dels dotze volums de memòries, publicades inicialment en francés l’any 1822, titulades l’Histoire de ma vie. La veritat és que no hauria de mancar-li raó si tenim en compte el context històric de la València de 1768, capbussada en un període de canvis, reformes administratives i crisi social després de la Guerra de Successió i la implantació del nou estat centralista. De fet, és curiós com Casanova escriu que al capità general de Catalunya, el comte de Ricla, la gent encara l’anomenava virrei, ja que «deien que Catalunya era un regne i no un principat». Per cert, hi ha una magnífica versió en forma de novel·la d’este fragment autobiogràfic escrita per Néstor Luján i publicada l’any 1989 per Plaza & Janés. L’obra, titulada Casanova o la incapacitat de perversió, dóna una visió del personatge històric més enllà dels tòpics destructors com a seductor i aventurer i destaca la seua honestedat i transparència, fins i tot amb les dones que va estimar en vida. A més, resalta la faceta de Casanova com a intel·lectual —fou traductor d’Homer i Horaci— i dóna prova de l’extraordinari talent natural del venecià incidint en el seu doctorat en Dret a l’edat de dèsset anys a la Universitat de Pàdua, demostrat pel doctor Bruno Brunelli l’any 1923. La veritat és que fou un il·lustrat inquiet que tenia coneixements dels sabers més diversos, com ara les matemàtiques, la ciència, la filosofia, la història, la literatura… I les 122 dones que Néstor Luján constata que va tindre al llarg de 39 anys de vida amorosa, unes tres dones per any, no haurien de ser obstacle suficient per a convertir-lo, exclusivament, en una metonímia del seductor sexual. Fet l’incís, continuem el comentari. En arribar a Morvedre, Casanova desitja visitar les seues ruïnes —malgrat l’indolent criteri d’un capellà— i ens recorda el famós mite del valor èpic dels saguntins que «van tenir el valor de cremar-se abans de faltar a la lleialtat als romans». Critica amb agudesa el fet que el nom de la població siga el de Morvedre, nominatiu que segons l’historiador Bru i Vidal es remunta a l’època àrab, en detriment del més noble i històric com és el de Sagunt. Sobre València, després de lloar el clima i altres tòpics més o menys semblants, critica ferotgement els comerciants de vi perquè en «tota la ciutat no hi havia un lloc on un home de bé pogués entrar per a descansar i prendre alguna cosa a canvi de regalar quatre o cinc monedes a l’amo del local. L’única cosa que s’hi podia fer era entrar en una taverna i demanar vi, però és repugnant. El lloc és indecent, la companyia dolenta i insociable, el vi fastigós, un veritable verí no solament per als forasters sinó també per als espanyols, que a casa seua poden ternir-ne d’excel·lent, però als hostals tenen motius per a beure només aigua». Les seues invectives contra l’ambient social de València no finalitzen ací perquè per a un aventurer com ell, cosmopolita i bon vivant, que havia conegut Caterina II, Voltaire, Frederic de Prús- ❙❙❙ L’aspecte de la ciutat no va ser del grat del gran viatger i «bon vivant» que fou Casanova sia i Mozart, València no ofereix «cap d’aquelles comoditats de la vida que, amb els diners, s’hi troba arreu. S’hi allotja malament i s’hi menja pitjor, ni s’hi pot beure ni conversar perquè no hi ha vida de societat i ni tals sols raonar amb algú perquè malgrat la seua universitat no hi ha cap individu que meresca ser anomenat home de lletres». A més, els seus carrers no estan pavimentats, si es vol passejar, cal «eixir fora de les muralles». Finalment, el diagnòstic sobre Espanya i els espanyols és demolidor: «Per a convertir-se en el més florit de tots els regnes de la terra, Espanya hauria de ser conquerida, transformada de dalt a baix i quasi destruïda: renaixeria apta per a ser la morada dels benaurats». I tot això, malgrat la bellesa, la fertilitat ,la riquesa… i «la mandra dels espanyols». És clar que l’aspecte de la ciutat no va ser del grat del gran viatger. El seu pas per Barcelona tampoc no va ser excessivament feliç si tenim en compte que va estar empresonat en una torre a causa d’un afer amb la perversa ballarina Nina, amant del comte de Ricla, ni més ni menys que aleshores capità general de Catalunya. I com a prova del seu talent intel·lectual, de la seua febre creadora i polemista, va escriure mentre estava empresonat la Confutazione della Storia del Governo Veneto d’Amelot de la Houssaie. Un assumpte relacionat amb un altre empresonament, el que va ordenar el govern de Venècia, del qual es va lliurar mercé a una espectacular fuga. En definitiva, Casanova també hagué d’eixir per cames de la ciutat comtal fins al sud de França alhora que patia una rocambolesca persecució per part de tres sicaris amb intencions gens honestes. Esta llibertina, per saludable, sana i refrescant, peça mestra del gènere memorialístic s’ha publicat dins de la col·lecció Breviaris de la Universitat de València, amb acurada traducció i introducció de Josep Ballester i d’Enric Salom. Una col.lecció, interesantíssima, cal dir-ho, que ja ha publicat petits treballs de Pico della Mirandola, Denis Diderot, Theodor W. Adorno i Max Weber. Si de cas, caldria afegir que a hores d’ara Giacomo Casanova si que haguera pogut beure bon vi i allotjar-se en perfectes condicions a la ciutat de València i conversar amb els homes de lletres locals. Si més no, en això és clar que hem avançat de tres segles ençà. Els comerciants de vi han millorat moltíssim els seus productes. O no? Levante pd EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 23 de septiembre de 2005 3 PREMIS E. R. A les acaballes de l’estiu hem conegut els premis als llibres millor editats del 2004. La Direcció General del Llibre els fa públics abans de la celebració del Saló Valencià del Llibre, de manera que tots puguem gaudir-los i fer-nos-en una opinió personal. En aquesta ocasió la distinció principal, al Millor llibre valencià 2004 ha recaigut en la revisió que Joan Pellicer i Rosa Giner, professors de la Universitat de València, han fet del Tirant lo Blanc. El nostre clàssic més emblemàtic apareix així amb un llenguatge adaptat a la sensibilitat lectora actual, per tal de presentar una «edició essencia»l de l’obra segons el mètode emprat per altres literatures occidentals per a reviscolar els clàssics. En la categoria de llibres millor il·lustrats han estat elegits, en castellà, Don Quijote de la Mancha, i en valencià, Cocodrila Cocopau, una història foradada. Al primer cas, l’editorial Algar ha volgut fer un Quixot assequible a tots els públics a partir dels fragments seleccionats i adaptats per Vicente Muñoz Puelles de la sempre viva novel·la de Cer vantes. Segons l’editorial, pretenien desper tar l’interés cap al text original, incitar-ne la lectura de l’autèntic Quixot. Per això la confiança en Manuel Boix, que s’encarrega que aquesta edició «entre pels ulls» de la gent jove i els nous lectors del gran clàssic. Ha recreat les escenes incloses «d’una forma artística, molt bonica», i el premi constata que la tria del riberenc fou un encert. El segon llibre representa la continuïtat en un àmbit que Denes conrea amb constància i afecte, la literatura infantil il·lustrada. En aquest cas, el text és de Jordi Garcia Vilar i les il·lustracions d’ell mateix i de Cèsar Barceló, amb les que han aconseguit el present èxit. El llibre en castellà millor editat du el provocatiu títol Un error, i inclou cinc relats de Carmen Botello amb vint-i-set fotos de María Jesús Artal. El conjunt Els títols millor editats en 2004 en la Comunitat Valenciana Llibres per a lluir, lectures per a gaudir ❙❙❙ «Ciencias de la tierra y del medio ambiente» (Ecir) i «Música 3 ESO» (Marfil) han estat guardonats com a llibres de text dels relats transcorren en un univers geogràfic molt diferent a l’actual mentre expliquen històries personals. Les imatges completen el discurs, creen el paisatge que envolta les descripcions d’experiències humanes. L’escriptora se sent «molt contenta, plena de satisfacció, perquè s’ha reconegut un treball de pes conjuntat amb un continent molt acurat». Sobre el treball de El Nadir, Carmen Botello explica que és una editorial menuda que «ha encertat a conver tir en un objecte ben bonic una aposta arriscada visualment i literàriament». Una altre segell quasi artesanal és Perifèric Edicions, que ha rebut el premi al llibre en valencià millor editat per 10.193 Escuma de mar, perquè és «un llibre oportú». Manel Joan i Arinyó ha escrit una recreació de les penalitats que patiren uns germans de Cortes de Arenoso que, en fugir derrotats de la Guerra d’Espanya van caure en l’horror dels camps de concentració nazis, primer Les Voges i després Mathausen, d’on un d’ells no va poder eixir. Jesús Figuerola, de Perifèric, glossa les virtuts d’un llibre que no és de gran format, però «és un exemple de com traure partit a la senzillesa». La seua dèria per presentar llibres ben fets inclou els llibres de butxaca, adreçats principalment a un públic juvenil, perquè com a lectors a banda d’editors «ens agraden els llibres com a objecte, tocar-los, mirar-los, amb cobertes i paper bons, amb un tamany de lletra llegible» que resulten atractius. D’altra banda el premi a la contribució a la normalització lingüística del valencià ha estat concedit a Tàndem Edicions pel llibre Oficis tradicionals valencians. Els autors del treball formen la cooperativa Terra de València, des de la que Abel Soler, Ramon Yago i Rafa Jordà realitzen interessants recerques. Han recopilat l’experiència laboral i el testimoni humà dels representants de 18 oficis repartits per tota la geografia valenciana. Cada capítol inclou una introducció històrica, una localització i un glossari (eines i paraules) que amb la seua descripció exacta contribueix a evitar que aquest vocabulari tradicional es perda en el desús. Rosa Serrano, de Tàndem, explica que el premi «és un reconeixement que estimula a mantenir el compromís de continuar la tasca editorial, fent bons llibres», més encara en casos directament relacionats amb el redreçament cultural del País Valencià. A més a més el llibre està profusament il·lustrat gràcies a Pepa Ureña amb 250 fotografies i gravats. Finalment en la categoria de llibres de text, els premis se’ls han endut l’editorial Ecir per Ciencias de la Tierra y del medio ambiente, escrit per Mariano García i d’altres autors, i en valencià, Música 3 ESO de Fernando Pérez Mas i Matilde Pérez Botella, publicat per l’editorial Mar fil. En resum, uns reconeixements a l’honorable ofici de publicar llibres, a l’esforç esmerçat fins al detall en donarli a la creació o el coneixement un suport atractiu i de qualitat perquè arribe a les mans del lector amb un valor afegit. Una bella competència entre projectes que, des d’una major o menor modèstia, busquen l’excel·lència perquè tots la puguem compartir. 4 Viernes, 23 de septiembre de 2005 ■ Levante EL MERCANTIL VALENCIANO pd LIBROS ANAQUEL Tennessee Williams Ocho mortales poseídas Alba, Barcelona, 2005 Seis relatos que Tennessee Williams (Columbus, Mississippi, 1911-Nueva York, 1983) escribió en la década de 1970 y en los que retrata, con nostalgia mordaz y humor grotesco, a ocho mujeres que no se resignan a verse atrapadas en la «conspiración de mediocridad» a la que el mundo las somete. Un volumen reúne los ensayos literarios de W. G. Sebald Afinidades electivas W. G. Sebald Pútrida patria Traducción de Miguel Sáenz Anagrama, Barcelona, 2005 Josep Castelló i Vives Contes de pansero Edicions del Bullent, Picanya, 2005 Aquestes són històries molt curtes contades per un avi que intenta recordar el xiquet ple de fantasies que un dia fou. L’autor, Josep Castelló (Pedreguer, 1944) ha volgut retratar amb aquesta ficció una forma de vida rural que a poc a poc desapareix, superada per la industrialització. Amos Oz Mi querido Mijael Siruela, Madrid, 2005 Esta es la historia de Jana, de su matrimonio con Mijael, y de su ruptura. Oz narra con habilidad y delicadeza la frustración y el sufrimiento, las aventuras imaginarias, fantasías sexuales y pesadillas terribles de la protagonista. La ciudad de Jerusalén en los años cincuenta aparece como telón de fondo. Chema de Luelmo El caso es conocido: a finales del convulso 2001, justo cuando su nombre empezaba a trascender el ámbito de los cenáculos literarios o el de los muy iniciados, un fatal accidente automovilístico acababa con la vida de Winfried Georg Sebald. Apenas unos meses antes había publicado Austerlitz, su novela cumbre y forzosamente definitiva, y aunque los elogios hacia ella no distaban de los recibidos por otras anteriores, sí eran desde luego más numerosos: su Alemania natal parecía atenderle al fin, y una corriente de admiración general se hacía tangible en traducciones a numerosas lenguas o en la reedición urgente de su producción previa. Obituarios y artículos de circunstancias, ya se debiesen a miembros del gremio, a críticos o a especialistas afines, coincidieron en lamentar la pérdida de una de las grandes esperanzas de la literatura del nuevo siglo, un periodo que, por lo demás, no venía cargado de ellas en ningún sentido. Los emigrados o Vértigo, pero especialmente la citada Austerlitz), les resultaba tan poco estimulante a sus compatriotas. En realidad, y siguiendo con rigor esta afirmación, tampoco quien ha emigrado libre y soberanamente puede siquiera imaginar ese trauma, por mucho que se invista con los atributos del desarraigo, en su día ingratos o incluso fatales, pero tan reputados hoy por la cultura de mercado —de hecho, algún que otro escritor español actual responde al mismo perfil. En este volumen de ensayos, Pútrida patria (patria «inquietante» o «enorme», en el original), dicha filiación voluntaria se hace evidente en la mera selección de escritores objeto de comentario, un conjunto que, de una u otra manera, cabía esperar. Desde Kafka a Joseph Roth, pasando por Canetti, Jean Améry, Hermann Broch y los «pseudoexiliados interiores» Peter Handke y Thomas Bernhard, todos son integrantes destacados de ese paradigma cultural en el que Sebald se inscribe. La única sorpresa aparente, Arthur Schnitzler, se atenúa un tanto al contemplarlo como un agente de transición, es decir, si lo emplazamos como bisagra entre aquéllos, judíos inasimilados o desterrados, y estos últimos, pe- ❙❙❙ A la peculiaridad y popularidad del autor alemán contribuye su propio papel de autoexiliado Els versos nets, depurats, de Clara Janés La bellesa geomètrica R. C. Torres Fabra Camp i política Afers, Catarroja-Barcelona, 2005 La Falange en una comunitat rural valenciana (la Ribera Baixa) és el subtítol d’aquest estudi: aquesta organització i les col·laterals van ser els organismes «que durant el franquisme van mantenir el monopoli de l’organització política i sindical a l’Estat», com comenta Pelai Pagès al pròleg. Establecido desde hacía décadas en Inglaterra, la curiosa combinación de intereses, influencias y recursos que caracteriza la obra de Sebald empezó cautivando a los lectores del área anglosajona, donde era tenida por un destilado ideal de la cultura centroeuropea de siempre, convenientemente purgado de los nebulosos fárragos existenciales que por esos pagos se le achacan y tanto asustan. Así, reflexiones de variable extensión aparecen y desaparecen en mitad de la narración —hay quien llega a afirmar que lo novelesco no es sino un mero engarce entre microensayos—, en tanto la ficción biográfica adquiere en sus manos un sesgo inusual, a costa de hacer indiscernible lo documental del artificio y de solapar la voz literaria con la testimonial. El conjunto acostumbra a estar sazonado además con cromos de lo más diverso —fotografías, notas o mapas— que actuarían como accesorios o respiraderos gráficos del texto, pues rara vez resultan relevantes para el mismo —pese a lo cual la prestigiosa revista October les dedicó un amplio ensayo, hace un tiempo. A toda esa peculiaridad y popularidad contribuye, y no poco, su propio papel de autoexiliado. Mal que bien, Sebald encarnaba una versión amable —en tanto voluntaria— del intelectual en fuga, esa figura tan propiciada por los desmanes del siglo XX y muy en especial por un régimen que le vio nacer pero que, por fortuna, él no padeció. En una de sus escasas entrevistas, el escritor afirmaba que «aquellos que son culpables de ello nunca se pueden imaginar cómo es ser expulsado de repente de un país», lo cual explicaba por qué su mundo narrativo, tan vinculado a los trastornos del exilio (véanse Clara Janés Fractales Pre-Textos, València, 2005 J. Ricart Encara que parega un tòpic poques voltes quantitat i qualitat van agafades de la mà. Sens dubte Clara Janés (Barcelona, 1940) n’és una excepció. Una escripto- ra total, que a més dels seus versos, novel·les i assajos l’hem d’agrair les seues traduccions de molts poetes àrabs contemporanis. Amb més de quinze poemaris al seu currículum, pot presumir de ser una de les espanyoles més traduïdes a altres idiomes, en concret a més de vint. En Fractales, la seua darrera obra, ja el títol estret de les noves matemàtiques sorprén per a un lector educat en les bones lletres, però que mai no ha estat tan encertat. Si consultem una enciclopèdia qualsevol, ens aclarirà que el seu nom designa figures geomètriques creades per ordinador, per abordar fenòmens de cristal·lització d’alguns materials, la formació dels quals respon a normes d’irregularitat i de fragmentació. I és ací on es condensen les claus per entendre aquest treball. Fractales entronca amb títols anteriors com Fósiles o Lapidario, en eixe desig de recerca cap a una recreació poètica de la bellesa, un vers net i depurat d’elements anecdòtics, una perfecció quasi mineral, com més endavant assenyalarà «Se encierra en sí mismo/ el cuarzo cristalino del amor,/ en su perfección, mudo». Es tracta d’un llibre que, malgrat la seua estructuració en quatre parts, manté com a fil conductor, paradoxalment, la seua dispersió (ma)temàtica, però no pas estilística. Janés és una poeta d’imatges i no de paraules (igual que molta de la poesia oriental, tan cara i coneguda per ella). Els seus versos breus, a penes dos o tres mots, estan constituïts per cascades d’imatges. En pocs autors hi ha tal condensació metafòrica per centímetre quadrat. I és aquest un dels trets que caracteritzen la seua veu i alhora la singularitzen de les actuals promocions. Cinquanta poemes escrits des de la maduresa i la reflexió que pitogrillos de una sociedad carente de valores. Por tanto, estarían ahí representados los distintos grados de la escala del desencuentro entre el individuo-escritor y su mundo: del querer ser o pertenecer y su imposibilidad, motivada por el aparato políticosocial, hasta la voluntad, no menos infructuosa, de socavar el sistema mediante la palabra. Sin embargo, habida cuenta de las querencias, de las obras concretas y de los rasgos en que se detiene, uno no puede evitar la sensación de que Sebald intenta componer, en escorzo, su propio retrato. Esta cuestión es consustancial, en mayor o menor medida, a toda actividad creadora, pero quizá no debiera serlo tanto en un contexto de corte académico, como parece ser el caso. Puede que el estar vinculados a ese velado propósito — pese a lo indicado en los prólogos que abren las distintas secciones— sea la causa del carácter un tanto desigual de los ensayos: los referidos a Roth, Kafka o Canetti no harán olvidar los que en su día les dedicaron, por ejemplo, Magris, Blanchot o Marthe Robert, mientras los que se centran en escritores no tan recurrentes tienen mucho mayor interés. En este sentido, y aparte del estudio dedicado a Améry, son notables el análisis de La repetición de Handke, una novela tan elegíaca como cualquiera de las escritas por el propio comentarista, y el destinado a desmontar los mecanismos regresivos que mueven la novela póstuma de Broch, El maleficio, motivo de una feroz arremetida. Es extraño: tal vez, en un futuro, algún escritor melancólico rinda homenaje a su propio parnaso literario y descubra eso mismo en la obra de Sebald. En cualquier caso, seguirá siendo un referente. ens parlen de vegades de crisi i de pèrdua —«Volveré al bosque/ a recoger el rocío/ y dejar/ en la pinaza/ la leve huella/ de la fe»— , de cert pessimisme finisecular —«Y el corazón lleno de cruces/ y los ojos como charcos/ donde se reflejan/ las constelaciones.../ Así vagamos por el siglo»— o d’un continuo desassossec: «Perpetua es nuestra ignorancia./Perpetua la incompletud./ Perpetuo nuestro anhelo/ de rebasar la fuga»; tot i que en altres ens delecte amb imatges més afables com «Las rosas del cielo/ se despliegan/ en el lago del alma» o per últim: «El sueño/ es una grieta/ y el silencio/ la envoltura/ que anuncia/ un jardín entre llamas». Definitivament Fracatales és una baula més de la llarga i sòlida trajectòria de l’autora. Un recull, però, que necessita d’atentes relectures, per no quedar-nos en una visió superficial, que sols ens deixe veure la corfa esteticista, darrere de la qual s’amaga el veritable poema on «Las palabras escapan como un río/ por la llanura de la página./ Apenas esbozadas/ recorren ya otros paisajes...». Levante pd EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 23 de septiembre de 2005 La selecció de la setmana 5 LLIBRES En aquest particular dietari, Ponç Pons ha recollit les anotacions preses al llarg d’un estiu. Hi trobem, encadenats en un mateix discurs, fragments escrits en prosa amb d’altres en vers; literatura i vida, doncs, units en un tot indestriable. Quadern de vacances del poeta Ponç Pons Dillatari Quaderns Crema, Barcelona, 2005 Pere Calonge Un quadern d’estiu, una llibreta de notes estival que comença amb un paràgraf molt indicatiu del que trobarà el lector en les pàgines següents: «Sempre he tingut vocació d’eremita literari. Me’n vaig a Macaret i deix enrere totes les coses postisses i obligatòries del món. Me’n duc un munt de llibres, aquest quadern i la ploma. Desaparesc. Vull viure (“Viu ocult!”, deia Epicur) sols en contacte amb el camp, el mar, la literatura i la gent que estim». Els eixos temàtics que recorreran aquest dietari de Ponç Pons, com també recorren altres obres seues, s’endevinen ja en aquest inici. Així, per exemple, la vocació d’invisibilitat, de fugir del món de les falses prerrogatives dels literats professionals, dels focs d’artifici dels noms repetits fins a la sacietat dins d’una cultura que, si ja és prou magra, ens entestem a reduir més i més encara, a limitar-la a quatre noms estel·lars de dubtós interés. La reclusió física, també, a Macaret, la petita cala de Menorca on transcorren aquestes vacances. Però aquell fragment inicial ens suggereix també que aquest dietari recollirà un viatge literari, la conversa, la dialèc- tica amb les lectures estivals. L’autor ha confessat en més d’una ocasió que es considera bàsicament un poeta, però també —diu— té sempre entre mans algun quadern: ara, quan finalment s’ha decidit a publicar aquest que va escriure fa cinc anys, podem assistir en primera fila a aquest treball en procés. Pons hi barreja, de manera indestriable, les reflexions a aquelles lectures i la pròpia producció en el moment mateix en què s’ha produït; l’anècdota i l’haiku que n’ha resultat; el vers immers i lligat a la prosa. Reflexions literàries i, en un sentit més ampli, sobre l’ar t, estètiques, vitals. Autors llegits, autors estimats, identificació amb alguns noms: Iorgos Seferis i Salvatore Quasimodo, sobretot, però també l’admiració per Llull, el reconegut mestratge intel·lectual de Wittgenstein, les paraules justes —i només les justes— de Juan Rulfo, la brevetat carregada d’ironia i de sentits de Txèkhov; i Pessoa, Borges, Ferrater, Pavese, Montale... Al mateix temps, Dillatari és un dietari en estat pur, també: que alça acta de la vida quoti- diana de Pons en un espai —la seua illa— i en un temps —l’estiu— ben concrets i delimitats. La filosofia vital que se’n desprén és la del despullament, la d’aquell que sap què vol per tal de ser feliç, i que coneix que justament despullar-se és ser feliç. Despullar-se de vanitats, i també de coses materials. La presència de la companya —de na Roser— com un punt d’equilibri imprescindible, com el contrapés necessari a la seua desorientació; els fills, allò que més l’arrela a la vida; i l’illa, la terra que estima i que veu, amargament, morir en mans estranyes. La presència, també, d’altres passions que hi queden puntualment recollides: el cinema —Rossellini, sobretot—, o l’en- ❙❙❙ L’home que ha triat voluntàriament l’aïllament es refereix sovint a la cultura que li nega la pertinença JOAN SANS AUTOR MENORQUÍ. Ponç Pons (Alaior, 1956). senyament. I, al llarg de tota l’obra, un tema recurrent —una constant en altres textos de Pons (El salobre, per exemple): la sistemàtica i inevitable destrucció de l’illa, i l’escriptura com a resistència estèril a aquesta situació: «Jo voldria estar obert,/ solidari amb el món,/ a un diàleg fecund,/ però amb terra i veu pròpies. / [...]/ Escriure és resistir,/ somiar, tenir esperança». L’home que ha triat voluntàriament l’aïllament —evidentment, el neologisme que dóna títol a l’obra no és gratuït— es refereix sovint a la cultura que li nega la per tinença, fent-ne una radiografia bastant aproximada: «No m’estranya gens que agonitzem entre el més retrògrad meliquisme i la més cruel antropofàgia. Som una cultura abjecta, esclava, mesquina... Som un país miserable!». En definitiva, el personatge que ha creat Ponç Pons és ell mateix, i és també aquell que no vol exercir de poeta, ni d’intel·lectual; ni tan sols de contemporani! Silenci i treball, eremitisme literari, enfront de la «buidor de l’espectacle farisaic que m’ofereix aquest mercat literari de la cultura actual. Es parla de mitjanies, es promociona mediocres, es canonitza arribistes i els grans autors, els autèntics, semblen ignorats». És també aquell per a qui TOT és literatura, que VIU literatura — «escriviure», un altre neologisme que s’hi pot llegir— fins a cert punt de manera malaltissa, que es plany de no ser capaç de viure sense versos: «Ser prou feliç/ per no necessitar/ llibres ni versos». I que porta aquesta comunió entre literatura i vida fins a les darreres conseqüències. L’exòtic encant de la daurada Lapònia Arto Paasilinna El bosc de les guineus Traducció d’Emma Claret Pyrhönen Edicions 62, Barcelona, 2005 P. C. Una de les constants de les novel·les de Paasilinna és la seua capacitat per, partint d’una situació espacial i temporal més o menys familiar, endinsar-nos a poc a poc en una altra de totalment desarrelada. Alguna cosa així com si, de sobte, ens adonàrem que no recordem quina època habitaven aquells personatges o com han arribat al lloc on es desenvolupa l’acció principal. L’altra constant és, sense dubte, la construcció d’uns personatges que destaquen per la seua bus- cada marginalitat, que fugen d’unes normes socials que no s’han fet per a ells, que no tenen una altra opció que trencar amb el marc que se’ls imposa per eixirse’n, literalment, de la grisor de la vida reglada. Ocorria així en El moliner udolaire, novel·la a què ja ens referírem en aquestes pàgines, i ocorre ara amb aquest El bosc de les guineus. En aquesta ocasió, els personatges principals són un lladre que ha robat una important quantitat d’or i un militar aficionat a l’alcohol, que acabaran per viure junts a una cabana en plena Lapònia, aïllats de tot i de tots. El primer, perquè ha estafat els seus còmplices i ha d’amagar-se per evitar que el maten; el segon, perquè l’ampolla amenaça d’ensorrar la seua carrera militar i el seu matrimoni. En un determinat moment, se’ls uneix un tercer personatge: una anciana que fuig de l’autoritat que vol recloure-la en una residència. Amb un plantejament com aquest, Paasilinna ha tornat a construir una faula sobre la dificultat d’escapar al constrenyiment de les normes socials, sobre l’actitud tantes vegades hipòcrita d’aquells que se senten autoritzats a marcar aquestes normes, sobre la desconfiança immediata que genera aquell que intenta eixir-se’n mínimament. Cal dir, però, que la novel·la no manté la intensitat de l’esmentada El moliner udolaire, potser perquè, més enllà de la construcció simbòlica a què ens hem referit, l’estructura argumental que l’ha de sustentar no és tan sòlida com la d’aquella; ni tampoc ho és la caracterització psicològica dels personatges, que moltes vegades no semblen tenir més entitat que la que els exigeix el fet de representar el rol assignat. En canvi, sí que manté una ironia molt subtil, amb algunes frases memorables deixades caure com si no tinguessen major importància, enmig d’un discurs molt més banal: «És força interessant, fer de puta. Si hagués anat a l’escola de mestres, difícilment seria aquí, ara. Estaria ensenyant a mocosos estúpids en algun poble perdut de Suècia». 6 Viernes, 23 de septiembre de 2005 ■ Levante EL MERCANTIL VALENCIANO pd ARTE DISEÑO Las actividades culturales de FIM Muebles con futuro Ars Longa Dir.: Josep Montesinos Departament d’Història de l’Art de la UV Núm. 13, año 2005 Armando Pilato Recientemente se ha presentado el número decimotercero de Ars Longa, la revista anual del Departamento de Historia del Arte de la Universitat de València. A través de un cuidado volumen, que para esta ocasión ha renovado su diseño de portada y maquetación, la publicación presenta trabajos inéditos de investigación sobre diferentes especialidades relativas a la Historia del Arte, así como de otras materias interdisciplinares. Con una cobertura temporal y temática de amplio alcance, el ejemplar ofrece los estudios de diferentes historiadores y equipos de investigación tanto del propio Departamento como de la comunidad científica en general. Precisamente, este año la fecha de publicación coincide con la situación creada a nivel estatal por el proceso de Convergencia del Espacio Europeo de Educación Superior, por lo que la revista se suma explícitamente —en palabras de Josep Montesinos, Director del Departamento— a «la necesidad y exigencia del mantenimiento como Grado de la titulación». En este sentido, el volumen recoge las opiniones de un grupo de historiadores del arte, entre las que se cuentan Carlos Reyero, Cristobal Belda, Luis Arciniega o el Grupo de Trabajo de Historia del Arte como un «Sí a la Historia del Arte». En cuanto a sus contenidos, la revista ofrece una docena artículos, las recensiones del ciclo de conferencias Ojos y Objetivos, celebrado durante el pasado curso y en el que participaron Romàn Gubern, Joaquín Bérchez, Pilar Pedraza, Fernando Marías, Jordí Balló y Juan Antonio ramírez, entre otros, y la actividad docente e investigadora de los miembros del Departamento. Los diferentes artículos alcanzan un arco cronológico que va desde el siglo XV hasta la actualidad, en distintas materias entre arquitectura, pintura, cine, música, comunicación y patrimonio. La publicación proyecta un interesante paseo cronológico por la disciplina científica de la Historia del Arte: desde el dedicado al palacio valenciano del obispo de Tortosa, de Mercédes Gómez Ferrer; el estudio iconográfico de las pinturas de Muñoz Degraín en la Sala Cervantes de la Biblioteca Nacional, de Manuel Monsonís; las aportaciones sobre el arte valenciano del XIX de Ester Alba, Vicente Roig y Luisa Sempere; o los estudios sobre las diferentes tendencias del pasado siglo. Entre estos últimos cuenta con los estudios sobre Ernst Fusch, de Carlos Arenas, el cine parisino de vanguardia, de Andrés Luque, la investigación de José Luis Alcaide acerca del film La Aldea Maldita de Florián Rey y la cultura fin de siglo, o una reflexión sobre la imagen visual de la pop-star Madonna, presentada (concretamente, como teclearía Elvira Lindo) por quien esto firma. Tomás Gorria Ortega La creciente e inminente amenaza que supone la irrupción de China en el contexto del mercado internacional plantea numerosos interrogantes acerca del futuro de los sectores económicos tradicionales. No es fácil adivinar las soluciones a esta compleja situación, pero parece que todos están de acuerdo en una de ellas: potenciar la calidad de los productos, incorporándoles un valor añadido y posiblemente, en esta estrategia, el diseño sea la baza más importante. Por otra parte, la presión mediática de ciertos modelos de hábitat doméstico que se reflejan a través de medios de comunicación (cine o televisión) o la inminente presencia en nuestros suelos de multinacionales del mueble que se identifican con un tipo de muebles que podría cobijarse en el poco riguroso paraguas conceptual de lo «moderno» forzará (y parece que ya lo esta haciendo) a cambiar los esquemas entre los fabricantes lo- ❙❙❙ Las tendencias de futuro en el mundo del hábitat doméstico estarán marcadas por la pujanza del diseño y un cierto eclecticismo condicionado por la variedad de la demanda cales que valorarán cada vez más los diseñadores formados en escuelas de diseño y que paulatinamente irán sustituyendo a los «dibujantes» poco profesionalizados de las empresas tradicionales que diseñaban muebles encasillados en las formas del mueble denominado «clásico». En cualquier caso, no se trata de distinguir entre criterios estilísticos, («clásico» versus «moderno») sino de profundizar en la profesionalidad, singularidad, creatividad y capacidad de innovación de los diseñadores, que aporten a la industria autotócna ese valor añadido antes mencionado. Estas reflexiones parece que van calando entre los profesionales del mueble y la actual edición de la Feria Internacional del Mueble ha apostado de una manera muy clara por potenciar esta nueva visión de futuro. De este modo, entre la extensa batería de propuestas que ha programado la dirección de FIM Cultural (bajo la batuta de Pepe Cosín), enmarcada en las numerosas actividades y salones de la «laberíntica» Feria Internacional del Mueble en la edición de este año las más reseñables en el campo del diseño pueden centrarse en los premios del Concurso Internacional de Diseño de mobiliario (cDMI), la selección de trabajos del Salón Nude, y en un ámbito más teórico, los encuentros programados con diseñadores de la talla de Andrea Branzi y Christophe Pillet. Arriba: dos de los prototipos seleccionados para el salon Nude; «Strong», una mesa baja de Andrés Baldoví y una propuesta de manivela titulada «Don Manubrio», útil para zurdos y como percha, obra de Herminia Mira e Irene Ortega. A la izquierda, «Vola», de María Maggi, premio cMDI en la categoría de estudiantes. Contradiseño y eclecticismo Esta misma tarde se celebran los encuentros con estos dos diseñadores. Andrea Branzi, fue uno de los fundadores del movimiento Arquitectura radical, que en los años sesenta y setenta convulsionaron la sociedad bajo el espíritu del 68 y se agruparon bajo el termino «contradiseño». Más tarde colaboró en el famoAndrea Branzi y Christhophe Pillet, ponentes en el debate de esta tarde. Silla de Soriano León, uno de los trabajos de la muestra Nude. so estudio Memphis, de Ettore Sottsass, paradigma del movimiento posmoderno, que impregnó de espíritu lúdico la cultura y el diseño en los 80 y 90. Por otra parte, Christophe Pillet (Niza, 1959) es uno de los diseñadores franceses más relevantes de la actualidad, con una larga trayectoria a sus espaldas en el diseño de mobiliario. Pillet defiende el eclecticismo como la tendencia que marcará el mueble del siglo XXI, un siglo condicionado por el criterio del consumidor, que influirá en las líneas a seguir y encontrará muebles «a su medida», como ocurre actualmente en el mundo de la moda. La XXIII edición del concurso de premios del cDIM, dirigido fundamentalmente a premiar la innovación en el diseño de mobiliario, se divide en dos categorías: para diseñadores profesionales en la que el galardón ha ido a parar ex aequo a los brasileños Hermanos Campana, por su sillón Corallo y al británico Jasper Morrison por su asiento modular divisible. En la categoría para estudiantes, el premio recayó en la singular pieza denominada Vola, de la italiana María Maggi, un comedero para aves que reúne un diseño minimalista, respeto al medio ambiente y unas dosis apreciables de poesía visual. Una de las características de esta iniciativa es la posibilidad de promoción para los jóvenes estudiantes, según comenta uno de los jurados de esta edición, el presidente de la Asociación de diseñadores Valencianos (ADCV) Kike Correcher: «La alta presencia de proyectos de estudiantes valencianos y el buen nivel de los mismos es una buena señal de futuro para nuestro diseño y esta convocatoria es un buen trampolín para sus trabajos, estén premiados o no». Nude es la marca del salón del Nuevo Diseño Internacional; una muestra (la de este año es su cuarta edición) que consiste en la exhibición de 20 trabajos y proyectos de diseño de vanguardia del hábitat contemporáneo creados por jóvenes profesionales y estudiantes. Un comité de selección formado por reconocidos profesionales de la cultura del diseño internacional (destaca la presencia de Matalí Crasset, una de las diseñadoras más cotizadas del momento) selecciona las obras presentadas desde distintos países del mundo, aunque la presencia valenciana es relevante. pd Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 23 de septiembre de 2005 7 ARTE Reflexiones sobre originalidad y plagio, marca y autoría «Cocos. Copias y coincidencias» MuVIM. Álvaro de los Ángeles Es ya un hecho constatado que el MuVIM ha orientado el rumbo de su programación hacia temáticas que ningún otro espacio de la ciudad atendía. No, al menos, de manera continuada. Desde que la actual dirección se hizo cargo del entonces denostado buque insignia de la Diputació, hemos podido comprobar cómo un conjunto diverso de exposiciones ha logrado conjugar un interés profesional específico, por un lado, con parte de las inquietudes de un público mayoritario por otro, lo que le ha convertido en el espacio museístico actual más visitado. Fotografía, diseño gráfico en sus muy variadas aplicaciones, ilustración editorial, diseño industrial o cartelismo son algunos de los temas tratados hasta ahora y parte importante de la actual identidad del museo, junto con la organización de talleres, congresos sobre Ilustración y estética LEVANTE-EMV CAMBIO DE FUNCIÓN. El exprimidor de Starck se convierte en un taburete. y elaboración de publicaciones especializadas. En este caso, la exposición Cocos. Copias y coincidencias genera el replanteamiento, desde una postura didáctica, de conceptos tan singulares y manipulables como originalidad, copia, coincidencia creativa o plagio. Concebida como un conjunto de estan- cias temáticas, en cada una se genera una cuestión, se muestra una evidencia o se lanzan prevenciones o soluciones. Desde las lógicas coincidencias acaecidas en un mismo momento en lugares alejados entre sí, hasta una bienvista actitud de reformular ideas ya empleadas con anterioridad llegando al plagio más vil, que viene acompañado siempre de un aprovechamiento lucrativo, las estancias nos van dando las claves de la intención de la muestra. Ésta no es otra que alertarnos del aumento constante de la producción pirata en todos los ámbitos (el 7% de la producción mundial) y concienciarnos del valor de la idea original como motor de un progreso que busca una mejora sostenida en nuestro nivel de vida, generadora asimismo de trabajo y riqueza. Resulta interesante, por ejemplo, la habitación donde debemos descubrir el verdadero polo Lacoste de entre los nueve expuestos en los maniquíes o aquella que está planteada como un supermercado donde los envases originales aparecen con marcas inventadas. En este sentido, Cocos también funciona como un test de agudeza visual e ideológica sobre nuestras costumbres capitalistas adquiridas. Otro cariz irónico de la muestra comisariada por Juli Capella y Ramón Úbeda lo ofrece la sección denominada Premios Plagiarius: un conjunto de premios otorgados a los objetos que más descaradamente han copiado a los originales y que han sido comercializados por empresas de todo el mundo. Los premios los ideó —y los otorga cada año— el diseñador alemán Rido Busse, quien sufrió directamente el plagio de una creación propia, en concreto una balanza de cristal y madera cuya copia idéntica la encontró en una feria de diseño. Un nutrido conjunto de ejemplos nos muestran los originales y sus copias, las empresas que hicieron cada uno y el año de producción (o de encuentro) de los mismos. El aspecto más cuestionable de este enfoque obsesionado con la marca y su autoría lo da, sin embargo, el propio sistema capitalista. Porque, de la misma forma que renunciar a consumir productos copiados (de precios muchos más bajos) repercute en el nivel de vida de los países fabricantes y en sus trabajadores asegurados, nada se dice sin embargo de todas las empresas multinacionales que han instalado sus fábricas en los países pobres, pudiendo invertir, así pues, mucho más en marketing. Como tampoco menciona las políticas de extrema rentabilidad donde las empresas, mucho antes de vislumbrar las pérdidas, deciden cambiar el país de producción. También esto nos hace cuestionarnos hasta qué punto es más importante la mercancía o el creativo que la idea antes que el trabajador que la realiza. primer momento podrían parecer antagónicos, encierran una fuerza visual que hechiza sin deslumbrar ni envenenar. Las ceras de Ana Veintimilla tienen además una condición especial que las transforma en una especie de impactantes juguetes, son como pequeños grandes objetos con los que se juega pero también con los que se aprende y con los que —sin lugar a dudas— se sueña. La serie con imágenes de soldaditos de plástico pulsa el tema de la lucha emocional a través de esos humildes, y casi caducos, objetos de bolsa de papel. El conjunto de ojos, estrellas e interiores de cabezas — en los que se enroscan espirales, laberintos o mandalas— impelen a reflexionar sobre los sentidos del individuo. En el grupo de piezas de hombres de cera pendientes de un hilo, la artista muestra su conocimiento de la forma escultórica y su interés por lo tenue y sorpresivo. En definitiva, una interesante exposición en la que se combina fotografía, escultura e instalación de una manera reflexiva y entusiasta, en la que todas las imágenes han sido enfriadas con parafina o cera caliente. Forma y sustancia a la cera perdida Ana Veintimilla Galería Magatzem d’Art Valencià Armando Pilato En las paredes de espacio expositivo de Magatzems d’Art Valencià Ana Veintimilla ha colgado una mínima parte de su extensa producción fotográfica impresa en parafina. Esta técnica, que aborda con una gran perfección tanto procedimental como narrativa y estética, se ha convertido en los últimos tiempos en la intuitiva búsqueda de una tenaz artista formada en la Facultad de Bellas Artes de Valencia a finales de los ochenta. En sus piezas de cera, casi todas ellas círculos imperfectos, se presiente el paso de las horas de absorto trabajo en sus distintas fases de realización. Desde la toma de la fotografía ini- cial hasta alcanzar el resultado final, la artista ha retorcido diferentes esquemas examinando la probable realización de la primera idea o del momento creativo. En esta ocasión sus ceras conservan las imágenes de algunas de sus diferentes series de fotografías elaboradas en los últimos tiempos. En ellas ha atrapado pensamientos visuales a través de collages y escenografías, ensamblajes visivos que a van dejando sus ligeras huellas más allá de la simple apariencia. El universo de los sentimientos, como se percibe en la serie de corazones —helados, presos o encendidos— es una constante en cualquiera de estas imágenes captadas, convirtiéndose en particulares retratos de objetos y sujetos. En ellos la historia y el significado se tornan en el rastro a descubrir y ¿por qué no? a seguir de un modo sutil y mediante una delicadeza aristocrática. Por ello, los contrastes de articulación de sus composiciones, que en un VERSUS OMNIA Diccionario Impertinente (letra «P») Joan Verdú Operación financiero inmobiliaria según la cual unos individuoos que compran unos terrenos se creen que el territorio es suyo. PAIboy. Especie de macarra que pulula por los clubs sociales de las urbanizaciones echándoles gamba a las señoras más amojamadas. Según si la urbanización es de playa o de campo va con blazier azul marino y pantalón blanco o con tejanos y camiseta de Operación Triunfo. Tos- P AI. tado y con gafas de sol sobre el lóbulo frontal. PAIpay. Instrumento parecido al abanico pero de una pieza. Con él, los políticos sinvergüenzas que permiten y alientan los PAI se refrescan los cataplines. PAIs. Territorio más o menos grande a llenar de campos de golf y de casitas para que vengan a vivir todas las cacatúas de Europa. PAIsaje. Extensión de terreno que se ve desde algún sitio. Para algunos algo a destruir para poner en su lugar algo muy boni- to, donde va a parar, por ejemplo: una mierda de castillo pseudomedieval. PAIsajismo. Actividad consistente en modificar un paisaje. Los más reputados paisajistas fueron la tripulación del Enola Gay. En la actualidad, en Valencia, lo arrancan todo (no de manera tan drástica) y plantan allí sus cachivaches. PAIsajista. Profesional del paisajismo. Dícese también de los pintores que pintan paisajes. Ahora todos los pintores paisajistas han dejado sus pinceles y se de- dican a hacer perspectivas por ordenador para las constructoras. PAIsano. Habitante de un país. Normalmente los paisanos de un país comparten una o varias lenguas pero en unos pocos años en un país se puede pasar por ejemplo, de hablar valenciano y castellano a hablar (por ejemplo) mayoritariamente noruego. PAIsanaje. Conjunto de habitantes de un país, tanto de los que haya ahora como de los que vengan. Por ejemplo, vendrán rumanos, magrebíes, lituanos, rusos y ecuatorianos a construir casitas, e ingleses, holandeses, alemanes, suecos y noruegos a disfrutarlas. PAIseante. Persona que pasea. En el futuro las personas que paseaban por el monte estarán expuestas a que los atropellen o un coche a toda mecha o una moto a toda mecha o un quad a toda mecha. Suicida potencial. Viernes, 23 de septiembre de 2005 ■ Levante EL MERCANTIL VALENCIANO 8 pd N.º 521, AÑO XIII / 23-IX-2005 Suplemento Cultural Coordinadora: Arantxa Bea Arte: Juan Lagardera. Música: José Ricardo Seguí posdata LA CALLE DE LAS COMEDIAS El primer inglés (IV) Un nuevo caso de Sherlock Holmes RESUMEN DEL EPISODIO ANTERIOR: Octubre de 1903. Sherlock Holmes y el doctor Watson, que pasa unos días en compañía de su antiguo amigo, asisten a la presentación pública de los huesos del «Eoanthropus», recientemente desenterrados en la localidad de Pitdown, en Sussex, por un paleontólogo aficionado, Charles Dawn. Para algunos investigadores, como Robert Gould, del Museo de Historia Natural de Londres, se trata de los restos fósiles del primer inglés. Holmes, sin embargo, discute su autenticidad. Vicente Muñoz Puelles U N coche nos aguardaba a la salida del edificio. Holmes se caló su sempiterna gorra con orejeras, se subió al pescante, junto al conductor, y me dio instrucciones para que golpeara el techo del vehículo si tenía la impresión de que nos seguían. Me acomodé en el interior y me puse a mirar por la ventanilla trasera. Gould y Dawn, cada uno con un maletín, me flanqueaban. El cochero fustigó a su caballo y nos lanzamos a un trote furioso por las calles cubiertas de niebla. Otro coche arrancó enseguida tras nosotros, pero era evidente que Holmes le daba instrucciones a nuestro cochero o que él mismo había tomado las riendas, porque nos desviábamos continuamente, hasta tal punto que a veces parecíamos apar tarnos de nuestro destino, y discurríamos por las calles menos conocidas y transitadas. Algunos desvíos eran tan bruscos que parecían pensados en el último momento, y en el interior del coche teníamos que disculparnos continuamente, por precipitarnos unos sobre otros. Bajamos hasta Chelsea. Cuando parecía que nos disponíamos a cruzar el río, cambiamos de dirección. Empezamos a subir hacia South Kensington y de pronto nos encontramos en plena Cromwell Road. Había varios vehículos apostados en la parada junto a la verja del museo, pero no se movieron cuando pasamos a su lado y subimos con determinación por la rampa que conduce a la puerta principal. Aún no nos habíamos detenido del todo cuando Holmes, que se había apeado de un salto, nos abrió la por tezuela del coche. Ante aquella demostración de agilidad, Gould profirió una exclamación de sorpresa. LEVANTE-EMV CRÁNEOS Y MANDÍBULAS. Fragmentos del llamado hombre de Pitdown y reconstrucciones a partir de los mismos. Vivamente iluminado, el interior del museo resplandecía como una catedral. Subimos por la escalinata y dos vigilantes acudieron a abrirnos, al reconocer a Gould. Uno de ellos tomó unas llaves de un casillero y se las tendió. Nos internamos en el ala derecha del museo, de cuyas paredes acristaladas pendían los esqueletos negros y brillantes de ictiosaurios y enormes tortugas, y pasamos junto a una reconstrucción del iguanodonte a tamaño natural, que yo recordaba haber visto en el Cr ystal Palace durante mi infancia. Gould empujó una puerta de color castaño donde se leía: «Sólo personal del museo». Le seguimos por una escalera que bajaba al sótano y llegamos ante otra puerta. Gould la abrió con llave y nos invitó a entrar en un laboratorio amplio y bien iluminado. Un hombre rodeado de herramientas y frascos, que lim- ❙❙❙ Holmes, tomando su lupa de bolsillo, examinó los molares durante un par de minutos; acto seguido los comparó con los de la mandíbula de escayola piaba un fósil con una brocha, se sobresaltó al vernos. —¿Todavía trabajando, Waterton? El hombre consultó su reloj de bolsillo. —Ni siquiera me había dado cuenta de la hora. —Le echamos de menos en la presentación —comentó Gould—. ¿Quiere que vuelva a cerrar? —No, no, me iré ahora mismo. Gould nos condujo hasta otra puer ta, que abrió con una segunda llave, y nos introdujo en una estancia más pequeña. Lupas, instrumentos de medición y utensilios variados se alineaban en una mesa muy ancha. Las paredes estaban revestidas hasta el techo de largas filas de altos cajones de madera, que relucían a la luz de las lámparas. —Bien, señores, gracias por su tiempo y sus desvelos —dijo Gould, volviéndose hacia nosotros—. No sé si los huesos han corrido algún peligro, pero sin duda aquí estarán a salvo. —¿Son estos los moldes del Eoanthropus? —preguntó Holmes, señalando los fragmentos que yacían sobre la mesa. —Lo son. Unos moldes exactos, hasta en el color. Los hice yo mismo. —¿No hay otra entrada? Gould negó con la cabeza. —¿Y esas ventanas? Holmes señaló las ventanas enrejadas, falsamente góticas, que se abrían en lo alto. —Dan a un patio interior. Imagino que si alguien quisiera entrar tendría que aserrarlas y romperlas. —Una última cosa, Gould. ¿Le impor taría que echara un vistazo a los maletines? Me gustaría asegurarme de que todo ha llegado en buen estado. Está bien, pero deje que los abra yo. Gould abrió los maletines con un llavín y, como había hecho en el Queen’s Hall, fue ordenando los fragmentos óseos sobre la mesa. Luego colocó la reconstrucción del cráneo a su lado. —¿Me permite? —preguntó Holmes, y tomando su lupa de bolsillo examinó los molares durante un par de minutos. Acto seguido los comparó con los de la mandíbula de escayola. Cuando finalmente se irguió, su rostro permanecía impasible—. Gracias, es todo. —Si ha terminado, los guardaré en su sitio. Con sumo cuidado, Gould introdujo los fragmentos óseos y la reconstrucción del cráneo en sendos cajones etiquetados. —Vámonos, Watson —me conminó Holmes—. Le pedí al cochero que nos esperase. —Se volvió a los otros—. ¿Les llevamos a algún sitio? —Vivo muy cerca, en Thurloe Square —explicó Gould. —Le llevaremos, de todos modos. ¿Y usted, Dawn? —Es demasiado tarde para volver a Sussex, así que he reservado una habitación en el hotel Portland. —Nos viene de paso. Al salir, Gould cerró con llave. Waterton se había ido, y el departamento de paleontología estaba desier to. Mientras íba- mos hacia la puerta que daba a la escalera, Holmes se demoró un poco. Gould ya había abierto y se disponía a cerrar desde el otro lado cuando mi amigo le arrebató las llaves. —He olvidado mi gorra en sus dominios, lo siento. Sé qué llave es. Vuelvo enseguida. Con envidiable ligereza, Holmes atravesó el departamento de paleontología, abrió el de antropología y reapareció al cabo de unos instantes, blandiendo su apreciada gorra. —Es mi fiel compañera —se excusó, al tiempo que devolvía las llaves—. Sin ella, no parezco yo mismo. Dejamos a Gould en su casa. Mientras el coche contorneaba Hyde Park, mi amigo se entretuvo silbando y tarareando el tema del Grial, de Lohengrin. —Entonces, ¿vuelve mañana a Pitdown? —le preguntó distraídamente a Dawn, cuando nos acercábamos a Great Portland Street. —Es lo que tenía pensado, sí. La cantera es bastante grande. Siempre cabe la posibilidad de encontrar más restos. —Tengo entendido que es abogado. —Lo soy, pero dispongo de abundante tiempo libre. —También a nosotros nos vendría bien pasar un día en el campo. ¿Qué le parece, Watson? —Sabe que estoy a su disposición. —¿Le importa si le acompañamos, Dawn? —Me parece perfecto. Hay un tren que sale a las ocho menos cuarto de la estación Victoria. El coche se detuvo junto al hotel. Dawn acababa de incorporarse cuando Holmes le tendió la mano izquierda. Dawn adelantó la derecha, titubeó al estrechar la mano de Holmes y se apeó. —¡Holmes! ¿Por qué ha hecho eso? —le pregunté cuando el coche se puso en marcha. —Le he puesto una pequeña prueba, y la ha superado. —¿Y los huesos? ¿Se ha convencido de que son auténticos? —Nada de eso —me contestó, tajante—. He comprobado que son falsos. —Entonces, ¿por qué tanto interés por ellos? ¿Para qué vamos mañana a Pitdown? —Querido amigo, precisamente por eso. Porque demasiada gente cree que son auténticos. Se recostó en el asiento y se puso a silbar el tema del Cisne. pd