LA ÉPICA GRIEGA 1.- ORÍGENES DEL GÉNERO ÉPICO Y SUS CARACTERÍSTICAS. 1.a.- El mito y los grandes ciclos legendarios de Grecia. 1a1.- Definición y características del mito. Μύθoς para un griego es una simple narración que no aporta pruebas, frente a λόγoς, que es capaz de dar razones utilizando la lógica. Todo mito posee las siguientes características: - es un relato serio y revelador que se refiere a lo esencial del hombre, o de su entorno, - es una forma de explicar el mundo sin acudir a la razón, - es una narración que no aporta pruebas, y se muestra libre de explicaciones, - se da dentro de una tradición, - es atemporal, pues se sitúa fuera de un tiempo concreto y de la Historia, - los protagonistas son seres por encima de lo común, cuyos actos se desarrollan en otro plano, en otro tiempo y según otros parámetros distintos a los de la vida cotidiana, - el mito cumple tres funciones: producir goce estético, dar explicación a las realidades del mundo y ofrecer una explicación total o parcial del Cosmos. 1a2.- Los grandes ciclos legendarios de Grecia. El mito, cuando se constituye en narración legendaria, puede asociarse con otras narraciones similares que utilizan los mismos personajes o cercanos para crear un ciclo. Así pues, un ciclo mítico es un conjunto de narraciones que tienen personajes emparentados. Las grandes leyendas que forman ciclo en Grecia están íntimamente relacionadas con lugares minoico-micénicos: - en el ciclo de los Argonautas, que van en busca del vellocino de oro al mando de Jasón, la expedición parte del reino micénico de Yolcos, - el ciclo tebano, en el que se sitúa la historia de Edipo y las de sus descendientes, se refiere a dos tentativas de adueñarse de una ciudad micénica, - el ciclo troyano narra la expedición que emprendieron los monarcas micénicos contra Troya (en el nor-oeste de la actual Turquía) y su calamitoso regreso, - el ciclo de Heracles, semidiós hijo de Zeus y Alcmena, trata sus peripecias hasta conseguir el reconocimiento de los dioses y la inmortalidad. 1 1.b.- Orígenes del género épico. La epopeya es un poema extenso que tiene como misión dar forma literaria al mito. Hay que establecer una clara división entre dos tipos de epopeyas: - Las epopeyas heroicas, cuyo principal autor es Homero y que se dedica principalmente a narrar las hazañas de los héroes o semidioses, seres humanos que tienen un padre o una madre dioses y que, por tanto, son mortales, que participaron en la Guerra de Troya. - Las epopeyas teogónicas tienen como principal autor a Hesíodo y en ellas se cuentan el nacimiento y las principales acciones de los dioses. 1.c.- Características generales de épica griega. No tenemos restos de las primeras manifestaciones de la epopeya, pues los poemas homéricos aparecen ya plenamente desarrollados. Los elementos esenciales de la epopeya homérica son: - la aristeía, - elementos estilísticos como la comparación y la escena típica, - los proemios, - leyes de expresión épica como la ley de sucesión y de anticipación, - la retardación. 1c1.- La aristeía. La Ilíada está prácticamente determinada por la presencia de una serie considerable de pasajes en los que uno de sus personajes realiza una importante gesta en la que su valor se distingue del de los demás. Los elementos integrantes de la aristeía son: - preparación por medio de una escena en la que se describe cómo el héroe se arma, - los ejércitos salen a la lucha y durante unos instantes se tantean, - el aristeúon se destaca entre los demás, da muerte a algunos enemigos, cuya biografía suele darse en forma muy concisa, - entusiasmado, el guerrero se lanza contra la masa de enemigos, - el aristeúon atrae sobre sí al grueso del ejército enemigo y puede recibir el apoyo de alguna divinidad en caso de caer herido, - el desenlace acaba con la derrota del guerrero a manos de otro enemigo importante y una lucha por despojar al cadáver de su armadura, o con la victoria del aristeúon. 2 Las aristeias más importantes son la de la muerte de Patroclo y la de la muerte de Héctor en la Ilíada, y la de la muerte de los pretendientes en la Odisea. Fragmentos del aristeúon de Aquiles al final de la Ilíada. A.- Preparación. En el canto XVI Héctor ha dado muerte a Patroclo, el gran amigo de Aquiles, mientras llevaba las armas de éste. En el canto XVII troyanos y aqueos luchan por el cuerpo de Patroclo, que queda en manos aqueas. En el canto XVIII los dioses fabrican nuevas armas para Aquiles. En el XIX Aquiles recibe esas nuevas armas, se reconcilia con Agamenón y decide volver al combate para vengar la muerte de su amigo. Este es el momento en el que se viste las armas de Hefesto Il. XIX, 367-391. << Y él entonces contra los teucros lleno de furor se ciñó el regalo del dios, el que Hefesto con esmero había fabricado. Las canilleras primero alrededor de sus canillas se colocó hermosas, con argénteas hebillas ajustadas; en segundo lugar la coraza en el pecho se ceñía. Y sobre sus hombros colocó una espada de bronce con empuñadura de clavos de plata; y luego un escudo grande y robusto embrazó, y de él a lo lejos un destello surgió como la luna. Como cuando en alta mar un fulgor a los marinos aparece de un encendido fuego, el cual arde desde lo alto de los montes en un escarpado desfiladero; y a ellos contra su voluntad huracanes por el mar rico en peces de los suyos muy lejos llevan; así del de Aquiles escudo el fulgor hasta el cielo subió hermoso y bien labrado; y el yelmo poderoso levantando se lo puso sobre la cabeza; y como una estrella brillaba el yelmo con su cola de caballo, y a su alrededor se agitaban las crines doradas, que Hefesto dejó numerosas a ambos lados de la cimera. Y se probó a sí mismo dentro de la armadura el divino Aquiles, para ver si a su cuerpo la había ajustado, y se movían con facilidad sus brillantes miembros; y para él como alas resultaban, y alzaban al pastor de guerreros. Y entonces de su estuche a la lanza de su padre sacó, muy pesada y robusta, pues a ésta no podía ningún otro aqueo levantarla, sino que sólo era capaz de blandirla Aquiles...>> B.- Salida de Aquiles al combate. Hera entra en el cuerpo de Janto, uno de los caballos de Aquiles, y le profetiza su muerte, Aquiles le contesta Il.XIX, 418-424. <<Así habiéndole hablado, las Erinias le retuvieron la voz. Y a él muy irritado le habló el de pies rápidos Aquiles; "¿Janto, por qué a mí la muerte anuncias? Eso no te corresponde. Pues bien lo sé también que mi propio destino es aquí morir, lejos de mi amado padre y mi madre; pero de ninguna manera voy a parar hasta que a los troyanos muerte cause en la guerra." Así dijo en la primeras filas gritando, y dirigía a los de sólidas pezuñas sus caballos.>> C.- Gestas de Aquiles. A continuación los dioses que apoyan a cada bando se preparan para intervenir. Aquiles tras un primer encuentro con Eneas, que es salvado por Poseidón, pone en fuga a los troyanos causándoles muchas bajas, Il.XXI,17-26. <<Y el nutrido por Zeus la lanza dejó en su orilla apoyada en unos tamariscos, y entró de un salto a un dios parecido, la espada sólo empuñando, y asesinos hechos en su mente planeaba, y daba golpes a de recha e izquierda; de ellos un gemido indecoroso al por la espalda ser golpeados salía, y se teñía con la sangre el agua. Al igual que del delfín enorme los peces huyendo llenan los recovecos de un puerto de buen fondeaje asustados; pues con gran rapidez devora al que consigue atrapar; así los troyanos en las del profundo río corrientes se agazapaban al pie de sus riberas.>> 3 Mientras el enemigo huye, Aquiles los persigue por el río Escamandro y mata a muchos importantes guerreros, entre ellos a Asteropeo, del que se cuenta brevemente su biografía, Il.XXI,139-170. <<Y entretanto el de Peleo hijo empuñando su lanza de alargada sombra sobre Asteropeo dió un salto de matarle deseoso, el hijo de Pelegón; a éste Asio de ancha corriente había engendrado y Peribea, la de las hijas de Acesámeno mayor; pues a ella precisamente se había unido el río de profundos torbellinos. Contra él Aquiles se lanzó, y aquél en frente al salir del río se le plantó portando dos lanzas; y valor en sus mientes puso el río Janto, al estar irritado por los floridos mozos muertos en combate, a los que Aquiles degollaba corriente abajo y a los que no compadecía. Cuando cerca estaban uno contra otro avanzando, a él en primer lugar dijo el ágil de pies divino Aquiles; "¿Quién y de dónde de los hombres eres, que tienes el valor de contra mí avanzar? Pues los de infelices hijos a mi arrojo sólo se enfrentan".>> Aquiles obliga a los troyanos a retirarse tras los muros de su ciudad, ni tan siquiera los ríos pueden detener su embestida. Sólo la ayuda de Apolo evita que la matanza sea aún mucho mayor. Ante las puertas Esceas le aguarda Héctor; tras el combate vence Aquiles, que somete a contínuos ultrajes el cuerpo de Héctor. Tras los funerales por la muerte de Patroclo, Príamo, el anciano rey de Troya, acude al campamento griego y logra que Aquiles le devuelva el cuerpo de su hijo. 1c2.- Elementos estilísticos. Homero para expresarse empleó un material tradicional oral elaborado por generaciones de poetas ambulantes llamados rapsodas, que componían y recitaban esos poemas épicos. Los principales elementos estilísticos de estos poemas son: - las fórmulas consisten en frases o miembros de frase que se repiten adaptados al verso y que encajan con otras similares, aunque le dan un significado distinto: Ej: πoδαρκής διός Ἀτιλλεύς πoλύηλας διός Ὀδσζζεύς „el de pies ágiles divino Aquiles‟ „el muy sufrido divino Odiseo‟ - las escenas típicas, cuando un guerrero encuentra a otro luchan entre sí con pocas variaciones en la forma, - el discurso: Héctor o Aquiles arengan a sus tropas ante un combate, o hablan ante la asamblea de sus guerreros, - las comparaciones con elementos de la Naturaleza, - la biografía de los héroes, que normalmente es contada cuando éstos se encuentran, - las escenas olímpicas, que siempre preceden a toda acción humana importante y que consisten en que un grupo de dioses planean algo para interferir en las acciones de los hombres. 1c3.- Los proemios. El proemio es una estructura presente en la mayoría de las obras griegas (no sólo en la poesía épica), cuya misión es dedicar la obra a una divinidad y ambientar la misma dentro de una narración más generalizada comunmente conocida por el oyente-lector. 4 1c4.- El ritmo poético de la epopeya. Los recursos más importantes que emplea la epopeya para crear un ritmo poético son: - la retardación, que marca un profundo suspense que se compensa por la anticipación de sucesos que son previamente apuntados, - la "técnica del paréntesis", que consiste en enfocar durante la batalla al héroe para volver después a la narración que tiene lugar lejos de él, - la sucesión, que consiste en dar la apariencia de que los sucesos se encadenan rectilíneamente (uno detrás de otro), cuando en realidad son simultáneos. 2.- LA CUESTIÓN HOMÉRICA. Entre los antiguos, el nombre de Homero servía para designar el conjunto de poemas que se centraban en torno a la expedición griega contra Troya. No sabemos con seguridad si Homero era conocedor de la escritura o si hizo uso de ella para dictar a algún ayudante unos poemas tan largos. Tampoco sabemos si se valió exclusivamente de un afinado oído, una increible capacidad asociativa y una portentosa memoria. Lo cierto es que los poemas homéricos pertenecen a una poesía de composición y transmisión oral. En la actualidad, una corriente crítica denominada analítica considera que la Ilíada y la Odisea son poemas compuestos en una época en que se desconocía la escritura (anteriores al 800a.C.), como resultado, no de la mano de un único poeta, sino de obras menores compuestas por diferentes autores. Esta corriente incluso considera como mítica la existencia de Homero. Frente a esta corriente está la unitarista, que, aunque reconoce la presencia de otras obras menores dentro de las grandes epopeyas homéricas, defiende la existencia de Homero como un poeta que dio cohesión a un amplio abanico de tradiciones locales. 3.- HOMERO Y LA HISTORIA: EL HECHO HISTÓRICO DE LA GUERRA DE TROYA. El alemán Heinrich Schliemann demostró la veracidad de los poema homéricos tras una serie de excavaciones arqueológicas que realizó en Turquía y Grecia a fines del siglo XIX. Contra el excepticismo de los eruditos profesionales, demostró que la Troya de la tradición griega había existido. En efecto, era una antigua fortaleza protegida por un círculo de murallas y torres, y el asiento de una dinastía real que dominaba en el noroeste de Asia Menor. Además 5 de su obra en Troya, Schliemann encontró en el Peloponeso las ruinas de Micenas y de Tirinto. Fragmentos micénicos de época apropiada se han encontrado en todas las áreas de las que se dice que enviaron tropas a luchar en Troya. Así, en 1939 en el sur de Grecia se encontraron los restos de un palacio micénico que parece corresponderse con el de Néstor en Pilos. A partir de todos estos descubrimientos arqueológicos y apoyándose en la tradición homérica sabemos hoy en día que el núcleo principal de la civilización micénica se encontraba en el Peloponeso, siendo el principal centro de poder la zona de la Argólida. Sobre el 1400 AC el poder y la influencia griegos se extendieron por el Egeo hasta abarcar la Cícladas y Rodas y asegurar una definitiva posición fuerte en Mileto, en la costa de Asia Menor. Hacia el Oeste los portadores de la cultura micénica se extendieron por las Islas Jónicas. Sin embargo, el empuje hacia el Este fue con mucho el más importante y lucrativo. De esta manera, los micénicos se hicieron con el control del comercio entre el Egeo y el Levante mediterráneo: Chipre con sus minas de cobre, Asiria, Egipto... En la primera mitad del siglo XIII a.C., los hititas dominaban la mayor parte de Asia Menor con excepción del ángulo noroeste. Los archivos del rey hitita Tuthalijas IV (1250-1220 a.C.) nos hablan de que hubo una guerra entre los hititas y la liga de Assuwa, que incluía veintidós lugares. Entre éstos se encontraba Truisa al norte, probablemente Troya. Los aqueos habían obtenido algunas décadas antes permiso de los hititas para instalarse en la zona de Mileto (sudoeste de Asia Menor), desde donde realizaban frecuentes intercambios comerciales con ellos. Sin embargo, la presencia del poder hostil de Assuwa les impedía extenderse hacia el norte para poder comerciar con los pueblos del Mar Negro. Con la caída de los hititas sobre el 1200 a.C., los aqueos vieron la posibilidad de intentar el ataque contra Assuwa y reunieron una gran expedición, que empezó atacando al aliado más septentrional de Assuwa, Troya, para poder rodearla desde el norte. Sin embargo, los troyanos, apoyados por aliados de las provincias occidentales de Asia, incluyendo Licia, opusieron una tenaz resistencia, que duraría diez años. Aunque finalmente los aqueos saquearon Troya, no fueron capaces de lograr su estratégica finalidad de ganar un puesto permanente en la zona. 6 7 4.- LA ILÍADA Y LA ODISEA:FORMA Y CONTENIDO. 4.a.-La ilíada. En esta obra destaca poderosísima la idea de la debilidad del hombre, efímera criatura sometida a poderes superiores, pero capaz de alcanzar el renombre del heroísmo a fuerza de valor, coraje, sufrimientos y renuncias. 4a1.- Argumento y estructura de la Ilíada. La Ilíada es un poema épico que presenta la siguiente estructura: - primera parte desde el canto I al VII, “la cólera y ausencia de Aquiles”; - segunda del VIII al XVII, “consecuencia de la cólera para aliados y enemigos”; - tercera del XVII al XXIV, “la venganza de Aquiles”. En el décimo año de la guerra de Troya estalla la cólera de Aquiles, joven rey tesalio, que se enfrenta al rey de reyes Agamenón en violenta reyerta. El sacerdote de Apolo, Crises, había acudido al campamento de los aqueos a rescatar a su hija Criseida, pero Agamenón le había expulsado bajo amenaza de muerte. A instancias del sacerdote, Apolo castiga a los aqueos enviándoles una peste. Agamenón se encoleriza y accede a devolver a Criseida, pero a cambio de quitarle a Aquiles su cautiva Briseida. Tetis, divina madre de Aquiles, a quien éste suplica, consigue de Zeus la promesa de favorecer a los troyanos para así hacer pagar a los aqueos la injuria inferida al más feroz guerrero de los griegos. Aquiles se retira a sus naves y Agamenón continúa sin él el ataque contra Ilión. La batalla es desfavorable para los aqueos hasta tal punto que el ejército troyano acampa ante la muralla que protege a las naves griegas. En este momento finaliza la primera parte, que sería la de la cólera y ausencia de Aquiles. Llegadas hasta este extremo las cosas, Agamenón se arrepiente de haber ofendido a Aquiles y, aconsejado por el prudente Néstor, le envía una delegación para prometerle en su nombre la devolución de Briseida y numerosos regalos de compensación. Pero Aquiles se mantiene inflexible y obstinado. Las cosas se ponen tan mal para los aqueos que Poseidón y Hera tienen que ayudarles para no ser derrotados. Zeus se entera de tan descarado socorro y vuelve a dar ventaja a los troyanos. En este momento, Patroclo, fiel escudero y amigo de Aquiles, obtiene de él autorización para vestir las armas de su señor. Los troyanos, creyendo habérselas de nuevo con el belicoso Aquiles, abandonan el campamento de los griegos y 8 huyen. Patroclo, desoyendo los consejos de su rey, persigue a los troyanos y se enfrenta a Héctor ante los muros de Ilión. Sin embargo Héctor lo mata y, pese al empuje de todos los héroes aqueos, la armadura de Aquiles cae en poder del caudillo troyano. La infausta noticia de la muerte del amigo provoca en el rey tesalio un dolor frenético y rabioso. En este momento finaliza la segunda parte de la obra, que trataría las consecuencias de la cólera de Aquiles para los aliados y enemigos. Aquiles, a partir de ahora, sólo piensa en vengar a quien en vida fuera su devoto amigo. Reconciliado con Agamenón y vistiendo una armadura realizada por el propio Hefesto, se lanza a la cruel batalla. El fiero caudillo hace retroceder a los troyanos y llena de cadáveres el mismo río Janto, que enfurecido intenta ahogarlo con sus aguas. Ante tan encarnizada matanza huyen los troyanos menos Héctor que aguarda ante las puertas Esceas. Aquiles, finalmente mata a Héctor ante los ojos de sus padres y Andrómaca ve desde lo alto cómo el cuerpo de su marido es arrastrado por el carro del vencedor. Aquiles regresa al campamento y allí celebra grandes funerales en honor de Patroclo, pero somete a numerosas vejaciones el cadáver insepulto de su rival con gran disgusto por parte de los dioses. Por último, el viejo Príamo acude a la tienda del violento caudillo tesalio con el fin de obtener el cuerpo de su hijo a cambio de un rescate. El inconmovible e inexorable corazón de Aquiles se enternece cuando el rey de los troyanos hace acudir a la mente del héroe griego el recuerdo de su padre Peleo. Aquiles emocionado acepta el rescate y le devuelve el cuerpo de Héctor, que, llevado a Troya, recibe las merecidas honras fúnebres. 4a2.- La Ilíada, poema de contrastes. La Ilíada es el poema épico de los fuertes contrastes en el que alternan los ejemplos de los más altos ideales del mundo aristocrático con los símiles que nos ofrecen escenas de la humilde vida cotidiana. Es el poema en el que conviven: - la "Ilíada" (la gesta de Troya) y la "Aquileida" (la cólera de Aquiles y sus consecuencias), - la disputa entre rudos jefes guerreros por el reparto del botín y la amable cortesía que el anciano Príamo dirige a la bella Helena; - la acción de los héroes y la intervención constante de los dioses en los asuntos humanos; - el estilo de inventario (como en el Catálogo de las naves) y la plasticidad de los símiles acumulados para describir cómo se ponen en marcha las tropas aqueas al mando de sus jefes. 9 - la exposición seria de los hechos de armas de caudillos (por ejemplo la aristeia de Diomedes en el canto V) con el relato en tono paródico de combates entre dioses (la Teomaquia del XX). - Se hacen compatibles las sangrientas batallas a orillas del río Escamandro (XXI) y la escena de tierna intimidad familiar que protagonizan los jóvenes esposos Héctor y Andrómaca, cuando en presencia de su hijo Astianacte se despiden al pie de las puertas Esceas. - Finalmente, llegan a conciliarse en el poema el implacable Aquiles con el Aquiles humano y sensible que se compadece de Príamo y le devuelve el cadáver de su hijo Héctor (XXIV). 4.b.- La Odisea: argumento y estructura. La Odisea es una epopeya que presenta la siguiente estructura: - primeros cien versos del canto I: proemio y prólogo de la obra, - cantos I-IV: Telemaquía, - cantos V-VIII: Odiseo deja a la ninfa Calipso y llega a la isla de los feacios. - cantos IX-XII: Odiseo cuenta sus andanzas tras tomar Troya, - cantos XIII-XXIV: la vuelta de Odiseo y su venganza, La obra comienza con un proemio y un prólogo en los que se nos cuenta que de los aqueos supervivientes de Troya unos ya han muerto y otros ya han regresado a sus hogares; tan sólo Odiseo se encuentra retenido, lejos de su patria y de su hogar, entre los brazos de la ninfa Calipso. Los dioses se compadecen de él y aprueban su regreso; todos menos Poseidón, que se mantiene rencoroso porque Odiseo le había cegado a su hijo el Cíclope. Atenea, bajo la apariencia de un antiguo huésped de Odiseo, se presenta a Telémaco y le aconseja ir junto a Néstor, a Pilos, y junto a Menelao, a Esparta, en busca de noticias de su padre ausente. Mientras tanto, los pretendientes de Penélope, la esposa del héroe, a la que se supone viuda, aprovechando la ausencia del esposo, se entregan en el palacio de éste a festines y al derroche de su hacienda. Aquí termina, por lo tanto, la segunda parte o Telemaquía. En el canto V Hermes transmite a Calipso la orden de Zeus. Odiseo, pese a ser amado por una diosa, prefiere a su esposa Penélope, aunque sea a costa de seguir siendo mortal. Construye una balsa y Poseidón desencadena una tormenta contra él que le hace naufragar. Al 10 despertar se encuentra en un paradisíaco lugar en el que contempla a una hermosísima joven, Nausícaa, que le dice que está en la isla de los Bienaventurados, Esqueria, y que, además, le muestra el camino del palacio de su padre, el rey Alcínoo. Cuando Odiseo llega, Alcínoo lo acoge como huésped y decreta en su honor unos juegos. Después de éstos, por la noche, tiene lugar un banquete en el palacio real. En el canto IX, durante el banquete, Odiseo relata todas las peripecias sufridas tras la toma de Ilión: el episodio de los cíclopes; el descenso a los infiernos, en el que viaja al mundo de los muertos para consultar al adivino Tiresias, que le hace varias revelaciones futuras, y en donde se encuentra también con su propia madre y con varios compañeros de armas en escenas de gran emoción; su vuelta al mundo de los vivos; su paso entre Escila y Caribdis; la llegada a la isla Trinacria y el sacrilegio que cometen en ella sus compañeros al comerse los rebaños del Sol, lo que les costará la vida en una tempestad de castigo enviada por Zeus. Después, es arrojado a la isla Ogigia, donde fue siete años “huésped” de la ninfa Calipso. A partir del canto XIII la Odisea toma un rumbo nuevo: se acaban los viajes del protagonista, que en navegación nocturna es conducido por los feacios a Ítaca, en donde le dejan dormido junto con sus tesoros. Al despertar se dirige a casa de su porquerizo Eumeo, que le acoge en hospitalidad sin saber su identidad, pues se hace pasar por un cretense. Por su parte Telémaco regresa a Ítaca y se encamina a la choza de Eumeo, donde éste le presenta a su huésped, el falso cretense. Aprovechando una ausencia del porquerizo, Odiseo revela su verdadera identidad a su hijo y juntos planean cómo acabar con los pretendientes. Así, llega el día de la venganza. Odiseo, disfrazado de mendigo recibe toda clase de malos tratos e insultos de los pretendientes. Telémaco, Atenea y Odiseo esconden las armas de sus enemigos y se organiza una prueba final para obtener la mano de Penélope, que consiste en tensar un arco, que sólo podía serlo por Odiseo, y dispararlo por entre una fila de hachas; sólo es capaz de hacerlo el fingido mendigo. Entonces lo reconocen Eumeo y su fiel boyero Filetio, quienes en compañía de Telémaco y de Odiseo, dan muerte a los pretendientes, tras encerrarlos en la sala de banquetes. Finalmente el poema acaba con el castigo de las criadas infieles, la purificación del palacio y el reconocimiento de los esposos. 11 4.C.- Comparación entre las dos obras. Los dos poemas homéricos se centran en héroes. La Ilíada narra la cólera del Aquiles ante el telón de fondo de la guerra de Troya y es un poema de contenido pesimista que culmina en tragedia: la Odisea narra las aventuras de Odiseo en su regreso a casa ante el telón de fondo de cuanto en su palacio sucede durante su ausencia, y es un poema optimista que tiene final feliz. Desde el punto de vista del contenido, en la Ilíada hay temas (el viaje de Príamo, su conversación con Aquiles), elementos fantásticos y prodigiosos (el encuentro de Príamo, ya de noche, con Hermes disimulado bajo la apariencia de un joven mirmidón; la forma portentosa en que el monarca troyano, guiado por este dios, sale del campamento sin ser advertido, etc.), que sin duda recuerdan otros similares en la Odisea. Ambos poemas son dos claros ejemplos de poesía tradicional y formularia. No sólo se repiten versos enteros sino que también se dan fórmulas poéticas, que consisten en pequeños grupos de palabras que aparecen constantemente en el mismo lugar de verso. Cada objeto, personaje o actividad suele ir acompañado del mismo adjetivo. En este punto, las fórmulas presentes en ambos poemas suelen ser muy parecidas e incluso las hay que se repiten en ambas obras: "Zeus el que nubes amontona", "Odiseo el de retorcidos pensamientos", "las cóncavas naves que hienden la llanura del mar, etc. La fórmula en su mínima expresión puede reducirse a dos palabras. Sin embargo, hay unidades mayores de repetición, las llamadas escenas típicas: la salida o puesta de sol, la comida, la acción de irse a dormir, la muerte de un combatiente, el disparo de las flechas, etc. También los versos que introducen un parlamento, o las palabras que el poeta utiliza para resumirlo, aparecen en forma de versos que se repiten. En la poesía homérica tenemos otros elementos tradicionales como los símiles, que consisten en comparar un proceso descrito con otro que ofrece rasgos parecidos: el héroe cae herido al suelo, como un grueso árbol segado por un hacha, etc. Sin embargo, algunos símiles de la Ilíada sirven para retrasar el desarrollo de los sucesos o señalar el cambio de la acción; mientras que en la Odisea sirven para adornar y poetizar, siendo situandos en lugares especialmente escogidos. 12