FIANZAS Y CONTRAFIANZAS EN AMPARO DIRECTO. Si bien es

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360488. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLII, Pág. 924.
FIANZAS Y CONTRAFIANZAS EN AMPARO DIRECTO. Si bien es cierto que la
Suprema Corte ha seguido el criterio de que las fianzas para la suspensión, deben ser
ilimitadas, también estima que debe hacerse un examen detallado de la cuestión, para asentar
una conclusión que se deduzca directamente de los preceptos legales, aplicables al caso.
Desde luego, aparece que el artículo 107, fracción VI, de la Constitución Federal, en lo
conducente, ordena que: "En los juicios civiles, la ejecución de la sentencia definitiva sólo se
suspenderá si el quejoso da fianza de pagar los daños y perjuicios que la suspensión
ocasionare ..."; concordante con esa disposición constitucional, el párrafo II del artículo 51 de
la Ley de Amparo dice: "En los amparos contra sentencias definitivas civiles, además de los
requisitos de la demanda y de las copias, será preciso para ordenar la suspensión, que el
quejoso dé fianza de pagar los daños y perjuicios que con ella se ocasionaren"; y el artículo
55, fracción II, ordena que: "Cuando la suspensión pueda producir algún perjuicio a tercero
(debe concederse), si el quejoso da fianza de reparar ese perjuicio. . ."; de lo que se desprende
que ninguno de los preceptos legales pertinentes, exige expresamente que la fianza sea
ilimitada. Pero como las leyes usan de un término cuyo alcance no se conoce desde luego,
como es el de daños y perjuicios que aún no se causan, podría suponerse que de aquí resulta
la necesidad de que la fianza sea ilimitada, para que pueda comprender todos los daños y
perjuicios que deban resarcirse; sin embargo, hay que considerar que la previsión de esos
perjuicios es fácil en algunos casos y aun segura en otros, como son los de condena, al pago
de cantidad en dinero, porque entonces los perjuicios no pueden exceder de la falta de pago y
de los intereses por la mora; casos en que no aparece justificado que se exija fianza ilimitada,
pues quedan cumplidos los términos legales, si se otorga fianza por cantidad, que, aunque
determinada, se pueda reputar bastante, hasta donde pueda establecerlo una juiciosa
previsión, para responder de los perjuicios que puedan causarse. En esa virtud, si se reclama
en un amparo directo, la sentencia que se dicte en un juicio ejecutivo mercantil, por cobro de
una cantidad, intereses legales y costas, el perjuicio que pudiera ocasionar al tercero
perjudicado, la suspensión definitiva de dicha sentencia consistiría en no percibir, entre tanto
se resuelva el amparo, las cantidades a que fue condenada la parte agraviada, perjuicio que se
traduce en los intereses legales correspondientes; y por tanto, puede muy bien calcularse el
monto de la fianza que sea bastante para cubrir esa prestación, con un amplio margen,
teniendo en cuenta el tiempo que tarde en resolverse el amparo, en cuanto al fondo, para
evitar que la fianza resulte insuficiente; y por consiguiente, la queja debe declararse fundada,
para el efecto de que la autoridad en contra de quien se endereza, fije la cantidad que sea
bastante, en su concepto, para garantizar los perjuicios que puedan ocasionarse al tercero, con
la suspensión definitiva de los actos reclamados, y ello aunque la persona que la otorga, sea
una compañía de fianzas. No obsta a lo expuesto, el que esta misma Suprema Corte haya
establecido tesis contrarias, tratándose de contrafianza, que tienen que otorgarse por cantidad
ilimitada, por no poderse prefijar las prestaciones legales que garanticen, en virtud de
depender su monto de los procedimientos que puedan llevarse a cabo para ejecutar los actos
reclamados; pues es distinto el caso de fianza en amparo directo al de contrafianza, siendo
diversas las prestaciones legales de las que deben responder una y otra garantías y atenta
también, la posibilidad de fijar de antemano el importe de los perjuicios que la suspensión
pueda originar al tercero perjudicado; en tanto que respecto de los perjuicios que puedan
causarse por la ejecución de una sentencia y el levantamiento de la suspensión, son casi
imposibles de prever, ya que ellos serán causados por actos de ejecución que aún son
desconocidos al tiempo de otorgarse contrafianza.
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360488. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLII, Pág. 924.
Queja en amparo civil 222/34. "Pierce Oil Company", S.A. 24 de septiembre de 1934. La
publicación no menciona el sentido de la votación ni el ponente.
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