Desesperado intento para liberar a una ballena del Río de la Plata

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Interés general
La Plata, sábado 3 de agosto de 2002
YA PASARON 40 DÍAS
APARECIÓ
Triste récord
a la espera
de donante
Desesperado intento para liberar
a una ballena del Río de la Plata
Gladys Fryzer, una platense de
58 años batió el preocupante
récord al esperar desde hace 40
días a un donante que le permita ser sometida a un trasplante
cardíaco que le podría salvar la
vida.
Gladys tiene tres hijas y vive en
La Plata. “Su estado de salud se
complicó seriamente en los últimos dos meses”, informó la Red
Solidaria, por lo que figura en la
lista de espera de pacientes en
“urgencia nacional” del INCUCAI.
Actualmente unas 5700 personas
esperan un trasplante de
órganos en la Argentina, de las
cuales, casi 5 mil esperan en
diálisis un donante de riñón, aseguró la mencionada institución,
pero el caso de Gladys resulta de
los más graves ya que nunca un
paciente estuvo tanto tiempo en
“urgencia nacional” ante la falta
de donantes.
Según se informó, Gladys espera
un trasplante de corazón ya que
el suyo fue afectado por la
enfermedad de Chagas de la que
se contagió al recibir una transfusión sanguínea cuando tenía
10 años.
El informe de la Red indica que
en total, en todo el país, son
doce las personas que esperan
como Gladys, la solidaridad de
un donante para poder ser
sometida a un trasplante de
corazón.
En ese marco, las estadísticas
indican que “cada dos días un
paciente fallece esperando un
órgano que no llega”.
Por otra parte, el informe señala
que “cada día en la Argentina se
realizan tres trasplantes de
órganos pero cada día también,
una persona se suma a la lista de
espera del INCUCAI”.
La familia de Gladys realizó
innumerables llamados para que
aparezca el necesario donante.
El paso de los días puede ser
fatal.
EL JUEVES
Es un cetáceo de siete metros de largo y casi ocho toneladas. Está atrapado en un banco de arena con apenas 30
centímetros de agua, frente a la Isla Martín García. Veterinarios y la Prefectura trabajan intensamente en la zona
Un grupo de veterinarios del zoológico y efectivos de la Prefectura Naval
Argentina intentan liberar a una ballena Minke -la misma que el jueves se
encontró en el Paraná de las Palmas,
frente a San Isidro- que ahora está varada en un banco de arena frente a la
isla Martín García.
El cetáceo, que mide siete metros
de largo, pesa casi ocho toneladas y
tiene un metro y medio de grosor, sólo podría ser sacado de allí si se lo
arrastra sobre el fondo del río con un
pontón, ya que está incrustado en apenas 30 centímetros de agua.
El mayor peligro al que está expuesto es a la deshidratación, pero
ayuda que el Sol no sea intenso ni la
temperatura elevada, detallaron los
expertos, quienes destacaron además
que “puede pasar mucho tiempo sin
alimentarse”.
El animal, algo más grande que un
ballenato pero aún adolescente, fue
visto desde anteanoche en el banco
Oyarbide, frente a la isla Martín García
y desde ese momento efectivos de la
Prefectura Naval Argentina fueron al
lugar para auxiliarlo.
El jefe de la División Operaciones de
la Prefectura Zona Delta, David Mieres, comentó que “pensamos que es el
mismo animal que se encontró el martes pasado en el kilómetro 50 del Paraná de Las Palmas, que logró zafar de la
varadura y al que acompañamos río
abajo hasta San Isidro, pero en esa zona lo perdimos cuando se sumergió”.
Después, agregó, “los barcos deportivos lo vieron en los kilómetros 26, 20
y 19 del Río de La Plata, ya que habíamos emitido un alerta para que no se
le crucen por adelante”.
La ballena, de la especie Minke, puede dañar un barco menor, pero si atropellara un velero “podría volcarlo aún
sin intención de hacerlo”, subrayó
Mieres.
La ballena no puede
ver en el río por la
turbiedad del agua y
por el mismo motivo
tampoco puede cazar
La primera vez que fue vista, apareció en la zona denominada “Bajos del
Temor”, donde quedó en 50 centímetros de profundidad, pero al atarde-
La especie más cosmopolita en la región
Un ejemplar de la ballena Minke,
la especie más cosmopolita, recorrió durante esta semana el Río de
la Plata, quedó encallada un par
de veces y ayer se encontraba
incrustada en un banco de arena.
Para la Comisión Internacional de
Conservación de Ballenas, la
Minke “es la ballena barbada
más numerosa y aún es un misterio para la ciencia”.
La historia cuenta que el señor
Meincke era un ingenuo capitán
alemán del siglo XIX, quien nave-
cer pudo zafar cuando la pleamar elevó el agua a 1,2 metros a su alrededor.
Luego de doce horas de trabajo de
los efectivos, la ballena Minke zafó y se
internó rumbo a aguas afuera del Río
de la Plata “según su instinto”, estimó
el prefecto, pero “ahora apareció de
nuevo y quedó en una situación complicada”.
El presidente del acuario del zoológico porteño, Daniel Seeri, dijo que
era el mismo animal que a principios
de esta semana entró al Río de la Plata
“durante una creciente extraordinaria
que se dio a principio de semana por el
viento del sudeste”.
Los especialistas evaluaban ahora
dos posibles vías de solución: la más
gaba en un ballenero noruego
con la esperanza de aprender el
oficio, y una vez confundió un
rorcual pequeño (ballena barbada) con una majestuosa ballena
Azul.
A partir de allí quedó la broma
de los balleneros que comenzaron a llamar a los pequeños
rorcuales “las ballenas de
Meincke”, expresión que con el
tiempo se convirtió en “ballenas
Minke”.
La ballena Minke es el miembro
factible, sería arrastrarla por el fondo
barroso del río con un pontón, hasta
un lugar donde pueda nadar sola; y la
otra, la más difícil, izarla con una grúa
y llevarla a un lugar más hondo.
La Minke “es la ballena
barbada más numerosa
y aún es un misterio
para la ciencia”, opinan
diversos científicos
En cualquiera de los casos, sostuvieron Seeri y Mieres, habrá que acompañarla hasta que salga del río para
que no se vaya a volver a varar, ya que
más pequeño de la familia de
ballenas barbadas llamadas rorcuales, que incluye a la ballena
Azul, de 110 toneladas, y a otros
como la ballena Jorobada, el rorcual de Rudolphi y el rorcual
común.
Las Minke tienen de 7 a 10
metros de largo, un peso de 5
a 10 toneladas -es decir, el 10
veces menos que la Azul- y
una apariencia más esbelta en
comparación con sus familiares
más cercanos.
está perdida.
La ballena no puede ver en el río
por la turbiedad del agua y por el mismo motivo tampoco puede cazar, pero
sí nadar y evitar asfixiarse, en virtud de
ser un mamífero con pulmones.
Basado en los informes de los expertos
que trabajan con ballenas, Seeri estimó
que pudo entrar al Río de la Plata “por
una tormenta, al seguir un cardumen o
porque se desorientó por alguna causa
que alteró su sistema para guiarse”.
El ejemplar, de un carácter muy
manso, es de una especie que
acostumbra deambular por los mares
del sur de Brasil y Argentina. Come
plancton y pequeños peces que atrapa
con sus barbas.
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