El ethos socio-cultural amalgamó las dimensiones económica y

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El ethos socio-cultural amalgamó las dimensiones económica y política, produjo exclusiones
radicales y tuvo entre sus elementos más relevantes los siguientes
el trabajo material como regenerador de las costumbres y como vía para el
enriquecimiento individual que en un modelo mercantil hace la riqueza colectiva. La
familia como paradigma del orden social y como espacio privilegiado para inculcar
hábitos morales y de buen comportamiento, así como para el ejercicio del control
social. El papel de la familia en la unidad productiva campesina y su importancia en la
reproducción del ethos socio-cu ltural, propició una legislación muy rígida contra todo
aquello que pudiera erosionarla o descomponerla como la prostitución , el abandono de
la casa paterna o del cónyuge, el concubinato, el madre solterismo; igual cosa ocurrió
con aquellos comportamientos sociales que fuesen en contra del ethos del trabajo y del
ahorro, como el alcoholismo, los juegos de azar y la vagancia 35
La Iglesia reforzó el modelo regional puesto que apuntaba a similares objetivos moralizadores y de
control social. En consecuencia, los párrocos hicieron parte de los dispositivos de poder local y se
identificaron en mucho con los notables pueblerinos . Por ello, la región flle conocida en Colombia
por su proverbial religiosidad, en un país que se jactaba de ser uno de los más católicos de América
Latina Si se miran los patrones nacionales y latinoamericanos de la época, la sociedad antioqueña
fue relativamente eohesionada y estable, sobre todo en las subregiones centrales, más democrática
que otras regiones del país en la distribución de la propiedad y permitió cierto grado de movilidad
social
36
,
aunque no estuvo exenta de conflictos y de subregiones periféricas de dificil control y
amplios márgenes de pobreza.
Entre 1851 Y 1855 , Antioquia estuvo dividida en tres provincias -Antioquia, MedeJlín y Córdoba-;
después, entre 1856 y 1885, fue un Estado Federal dentro de los Estados Unidos de Colombia. Su
jurisdicción tuvo pocos cambios entre 1850 y 1880, cuando su extensión fue de 63.612 kilómetros
aproximadamente . En 1851 tenía 240 .000 habitantes y para 1870 sumaban 365.974, siendo una de
las tres regiones de mayor incremento demográfico del país. Su población creció más rápido que la
del promedio nacional debido a los climas benignos, saludables y más frescos de la tierras altas, la
mejora en los hábitos de higiene, los matrimonios tempranos, la fmgalidad en la alimentación y un
mejor nivel de vida alcanzado en la región, si se lo compara con las demás del país
35
37
Un tercio de
URlBE, M. T: "La territorialidad de los conflictos y de la violencia en Antioquia". En: Opus cit., p. 63.
3ó En varios as pectos relativos a la región y particularmente a la Iglesia y a formas de sociabilidad, sigo el
estudio de: LONDOÑO VEGA, P.: "La política de la Religión e n una sociedad qu P se mode rniza : Antioquia
(Colombia), 1850-191 O". En : TIlt: politics of rdlgioll. London, Institute of Latin American Studies, Londres, 1998.
URlBE ÁNGEL M.: Geografía general del Es/ado de Antioquia en Colombia. Ediciones Autores Antioqu eños,
Med ellín 1985. -Primcrd Edición: Pa rís, 1885.
37
79 los antioqueños vivía en poblaciones rurales, cuando su capital Medellín tenía 14 .000 habitantes en
185 L la misma que creció hasta 30.000 para 1870. Al lado de la capital, los pucblos más altos
demográficamente fueron Sansón y Abejorral en el sur, Rionegro en el oriente, Fredonia en el
suroeste, Santa Rosa en el norte, y Santa Fe de Antioquia en el occidente. La región pasó a ser,
junto con las tierras del norte tolimense y del norte caucano -el gran Caldas y el Valle del Cauca-,
una de las más productivas del país, debido a que su colonización y apertura dc nuevas tierras para
el cultivo del café -especialmente en pequeñas parcelas-, y se constituyó estratégicamente en el
principal productor del grano en el país -a partir dc 1913- y en uno de los principales ejes
exportadores de Colombia
38
Podría afirmarse que en Antioquia los niveles de conflicti\idad social, que evidentemente
existieron, fueron mcnores si se los compara con regiones como la caucana y la santandereana. El
Cauea fue el eje minero dcl período colonial y decayó en la segunda mitad del siglo XVIII, se
quebraron los lazos de sujeción esclavistas e indígenas, se disolvió el modelo hacienda-mina, la
región se fragmentó y perdió su tradicional hegemonía}9 Como efecto de su alto nivel de
desintcgración, su economía decayó durante el siglo XIX y su territorio se convirtió en campo
propicio para la gestación de la mayoría dc las guerras civiles de dicho siglo. Por su parte, la región
santandereana tuvo un auge económico artesanal te:\.1:i1ero hasta la década de 1860 y tabacalero
hasta la década de 1870, cuando debido a la competencia internacional del tabaco de las Indias
Holandesas (Java y Sumatra) y de las telas inglesas, aquellos decayeron . Santander se convirtió
entonces en una región con altos niveles de pobreza e inestabilidad especialmente en el sur, cuando
inició su auge cafetero en el norte en las décadas de 1860 y 1870
4
0.
Mientras estas dos regiones
decayeron, Antioquia venía en auge económico desde fines del siglo XVIII y logró, por los factores
ya expuestos, mayores grados de estabilidad . Sin embargo, en las zonas periféricas -nordeste, zonas
indígenas del occidente, suroeste lejano (Betulia, Urrao, Concordia y Salgar), Bajo Cauca, y Urabá,
éste último en el noroccidente de Antioquia
41
,
donde el modelo económico mercantil, el
conservatismo y la Iglesia tuvieron una débil presencia, no ocurrió lo mismo, y más bien imperaron
3S
JARAMlLLO, R. L.: "La co]oni72ción antioqueña". En: MELO, J. o. (Ed.): Historia de Antioq/lia, 0P/lS cit.
COLMENARES, G.: "Castas, patrones de poblamiento y conflictos sociales en e l Cauea, 1810-1830". En:
COLMENARES y OTROS: La Illdepelll1encia, ensayos de ¡listoria social. Colcultura, Bogotá, 1986.
39
.JO
,l0HNSON, D. Ch.: Salltlll/da, siglo XIX, cambio;; socioecollÓmicos. O/I/IS cil.
41
Ver Mapa No. 4: ZO/las periféricas de Antioq/lia, 1850-1875,
80 MAPA No, 4:
ZONAS PERIFERICAS DE ANTIOQUIA
1850
1875
BAJO CAUCA
ESTADO DE BoLIVAR
DEPARTAMENTO DEL NORTE
SANTANDER
OCCIDENTE
OCCIDENTE
. Marlnllla
DE ORIENTE
SURlJlSTE
ESTADO DE
.cUNDINAMARCA
ESTAllO .DEL
CAUCA
CGN-VENClONES
Depürtor'1entos
•
ESTADO -llEL
HlUMA
Capital elE' DE'pa.rtar'1enta
Zonas per lfér-lcQ.s
sociedades sin ley y
Sin
Dios -vagos, malentretenidos, mendigos e indigentes, prostitutas,
delincuentes,! derrotados en guerras civiles- que matizaron el relativo equilibrio de las subregiones
42
nucleares del centro, el oriente, el norte cercano y el sur
Finalmente, la presencia de la Iglesia
católica que fue débil en Antioquia durante la Colonia, se hizo muy fuerte en el siglo XIX. a
diferencia de Santa Fe de Bogotá, Popayán, Tunja, Pasto o Pamplona, centros claves de religiosidad
durante el período colonial. Sin embargo, curiosamente en Antioquia arraigó aparejado al
fortalecimiento institucional, un sentido ético de su religiosidad asociado a la superación
económica, el racionalismo práctico y la iniciativa individual , como lo dcscribe Luis H. Fajardo en
su libro La Moralidad Protestante de los Antioqueños.
al analizar los aspectos de la vida religiosa en Antioquia he encontrado que sus
características son casi iguales a las encontradas por Sombart para la religión judía y
por Max Weber para algunas sectas protestantes . Siendo los antioqueños los más
fanáticamente católicos en Colombia, sospeché que alguna variable sociológica común
debería existir entre los judíos, los metodistas, calvinistas, pietistas y baptistas de otros
países y los católicos antioqueños que explicara las formas de religiosidad ... noté que
tanto Weber como Sombart consideraban como una de las características
fundamentales dc la vida en la época moderna el racionalismo .... Observé entonces que
este mismo racionalismo calculador)' pragmático se presentaba en las características
de la organización familiar antioqueña ... el antioqueño, hombre piadoso, que se reunía
con sus hijos por la tarde a rezar el rosario en el seno del hogar y que hacía de su
propio hogar el centro de su vida religiosa .. . el racionalismo práctico aprendido por el
antioqueño en su vida diaria, se ve asociado al sentido ético más que metafísico de su
religiosidad y su activismo económico tiene mucho que ver con el carácter pragmático
de su religión .,n
En Antioquia, las reformas liberales que en opinión de los conservadores afectaban las riquezas, la
religión y la región, fueron atacadas mediante la participación de sus habitantes en tres guerras
civiles, las de 1851 , 1860 Y 1876; sin embargo, la Iglesia católica no tuvo allí el peso económico
que sí logró en Cauca, Cundinamarca y Boyacá; más bien predominó su peso ideológico y su
penetración en las familias , las sociabilidades religiosas y cívicas, y en la vida local. Los fracasos
antioqueños en las guerras fueron pagados con una escasa desamortización de bienes de manos
muertas, un control de los cultos muy activo por parte de los liberales y la expulsión de
comunidades religiosas , sobre todo la de los jesuitas -en1850 y 1861- que tan importante papel hlvo
en Antioquia y de obispos en 1877. La Constitución liberal de 1863 se convirtió en el andamiaje
para reformar el país en sentido modernizador, con lo cual, la Iglesia sintió la competencia liberal
~2
URlBE, M. T: "La territo rialidad de los conflictos y de la viole ncia en Antioquia" . 0Pl/S cit.
FAJARDO, L H .: La Moralidad protestante de los Antioqueños? Ediciones Departamento de Sociología,
Universidad del Valle, Cali, 1966, pp. 63-65.
<n
82
contra el Syllabus de su Papa Pío IX. La libertad de cultos, la prohibición al clero para ocupar
cargos públicos, las libertades individuales y garantías sociales, la educación laica, se convirtieron
en los ejes del nuevo régimen federal y se impusieron hasta 1885, cuando la Iglesia siguió las líneas
del Papado e ingresó en una alta dependencia dc Roma.
Los liberales tomaron Antioquia en 1862, como resultado de la guerra civil de 1859-1862, e
instauraron un corto régimen liberal, el cual fue sustituido muy pronto, en enero de 1864 por un
nu evo gobi erno conservador, al mando del presidente del Estado, Pedro Justo Berrío. La Iglesia
había sufrido persecuciones después de las guerras, pero bajo el nuevo gobierno pasó a ser
protegida y así la religión católica se convirtió en elemento esencial del orden social regional.
Mientras en el resto del país la Iglesia debió someterse a las legislaciones estatales de regímenes
liberales, en Antioquia pudo mantenerse en pie, del lado del conservatismo, y afianzó el orden y el
control social , tal como se expuso anteriornlente. La Iglesia tuvo pues una creciente presencia desde
la década de 1860, se apoyó en dos Diócesis -la de Antioquia y la de Medellín-, un creciente
desarrollo educativo+! -de 7.758 alumnos en escuelas públicas y privadas en 1866 pasó a 18 .887 en
1875-; un numeroso clero -150 sacerdotes para 366.000 habitantes, esto es 4, 1 sacerdotes por cada
10.000 habitantes, una cifra alta para el país-; una prensa favorable, así como publicac iones
periódicas -entre 1860 y 1919 se editaron 179 publ icaciones literarias repartidas en 22 periódicos
manuscritos, 102 periódicos impresos y 55 revistas-; muchas parroquias: de 61 en 1844 se pasó a 94
en 1883 ; numerosas asociaciones religiosas y cívicas: 677 en total entre 1850 y 1910 distribuidas en
251 asociaciones devotas , siendo mayoritarias entre 1890 y 1910, 163 de beneficencia, y 282 de
orden cultural -46 bibliotecas públicas , 45 agrupaciones con fines literarios, morales y materiales,
44 clubes sociales, 41 sociedades de temperancia, 38 academias musicales, bandas y orquestas de
música culta y 35 tertulias, círculos literarios y teatrales, 20 sociedades académicas y científicas y
13 sociedades cívicas-
45
;
un Seminario renovado y fonnador de sacerdotes 46 ; una signifIcativa
influencia en la vida privada y pública de sus habitantes; y como se puede percibir, un dinamismo
sui generis, qu e no estuvo exento de conflictos, especialmente en las regiones más periféricas, ya
4-l
BOTERO G ., c. : AIII./Iln·o Estadístico de Oe¡mrtamcllto de Alltioq/lia. Imprenta d el Departame nto, MedeJlín, 1888.
LONDOÑO VEGA, P.: Religión, Cl/lture ami Society in Colombia : Antioqllia al/d M edellín, 1850-1930, Se rie
Oxford Historical Monographs, Oxford Unive rsity Press, Oxford, 2002
45
4ó TORO J., l. D. (Pbro.) : "El clero en la diócesis de Me dellín d e 1868 a 1902. Actuación y formación sacerdotal".
Tesis doctoral, Universidad de Navarra, 1996.
83
mencionadas_ y en las zonas mineras y de colonización~7_ En las zonas mineras del suroeste Titiribí-, nordeste -Remedios, Segovia, Zaragoza, Nechí y Cáceres-, en el norte -en la vía que
conduce de Yarumal hacia Valdivia y la actual Caucasia-: se conjugaron la riqueza y la pobreza con
altos niveles de delincuencia social~s : y, en las zonas de colonización hacia el sur, el suroeste, el
norte y el noreste -por la línea del ferrocarril de Medellín al río Magdalena- los problemas por
tierras tuvieron rasgos significativos de violencia, en lo que fue denominado por Alejandro López
49
,
la lucha del hacha contra el papel sellado.
1.2 Divergencias en el Segundo Concilio Provincial Neogranadino (1873-1874): SyJlabus
errorum vs. Estado liberal
Con las reformas liberales en Nueva Granada a mediados del siglo XIX 50 , impulsadas en el
gobierno de losé Hilario López -1849 y 1853-, la Iglesia vio menguado su poder. Las principales
medidas que afectaron su transcurrir relativamente estable de la primera mitad del siglo, fueron la
separación Iglesia-Estado en 1852, las libertades de religión, enseñanza, prensa e ímprenta, el
desafuero eclesiástico y la expulsión de los jesuitas La Iglesia reaccionó asociada al partido
conservador en la guerra de J 85 1, Y si bien pudo resistir algunas de las medidas, no obstante se vio
sometida a los vaivenes políticos y partidistas, y fue de nuevo a la guerra al lado del conservatismo
entre 1859 Y 1862; una vez derrotada, fue drásticamente sometida por el liberalismo: en 1861
fueron desamortizados muchos de sus bicnes
47
51
,
sometida a leyes de inspección de cultos y
Ve r Mapa No. 5: Zonas mineras -" de Cololli:::aciólI ell AlltiCX¡llia.
4S MARTÍNEZ, M: Ln crimillalidad ell/\lltior¡l/ia (Tesis para doctorado). Imprenta de " El Espectador", Medellín,
1895. ORTIZ M, L J.: "Criminalidad y violencia en Antioquia, sobre la tesis de doctorado de Miguel Martínez
(1895), En Rt:Uisla ti.: Exl':llsiúII CI/llllral No. 27/28, Universidad Nacion"l de Colombia, Sede Medellín,
Medellín, junio de 1991 .
4°
LÓPEZ, A.: Problemas Colombianos. La Ca rreta, Medellín, 1976.
50
TIRADO M, A.: "El Estado y lél Politicél en el s iglo XIX". O¡J/IS cit
Por 12 millones de pesos fueron deséUl1ortiz.ados los bil'nes incélutad os a la Iglesia colombiana, se¡"TÚn el
proyecto estatal de poner en circulación propie dades para la producción y exportación agrícolas, a la espera de
que pudieran ser obtenidas por pequeños y m ed ianos propietarios. Pero las cosas no resulta ron de ese modo y
el país pélSO del latifundio clerical al latifundio laico. DÍAZ D., F.: "Estado, Iglesia y Desamortización". En:
Mnl1lUlI de Hislorin de Colombin. Vol. 11. Procullura, Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá, 198-1, pp. 411-166.
Un estudio posterior ha demostrado qu e gran parte de los bienes expropiados a la Iglesia en el caso de Bogotá,
fueron urbanos, m onasterios, casas, almacenes, co legios y centros de abastos, entre otros. URfBE ARBOLEDA,
S.: "La desamortización e n BOf,otá, 1.R61-1.870". Tesis de Economía, Universidad de los Andes, Bogotá, s.f.
)1
84 APA No, 5:
ZONAS MINERAS Y DE CO LONIZACION EN ANTIOQUIA
ESTADO
DE
BOLIVAR
• ClI.ceres
DEPARTAMENTO DEL NORTE
-s AN "fANnER
•
Tltlrlbf
ESTADO DE
BOYACA
ESTADO DEL
CAUCA
CONVENCIONES
Depc.rtoMentos
•
TDLIMA
Centro ",rnerc
Ejes de colol"llzo.cl6n
expulsado un buen número de comunidades religiosas, algunos clérigos y obispos -entre ellos, el
entonccs obispo Vicente Arbeláez, más tarde arzobispo de Bogotá-. Los liberales aprobaron en
Rionegro -Antioquia- una carta Constitucional que rigió al país entre 1863 y 1885. Esta
Constitución es la primera del país que no comienza " en el nombre de Dios", sino " En el nombre y
por autorización del pueblo de los Estados Unidos de Colombia que representa ... ,,52, manifestación
inequívoca del carácter laico que el nuevo Estado quería asumir. Adoptó el federalismo como forma
de Estado, principio que se manifestó en la configuración de nueve Estados Soberanos que
conformaban los Estados Unidos de Colombia: Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca,
Magdalena, Panamá, Santander y Tolima. La federación fue la manera más adecuada que
encontraron las oligarquías rcgionales -aún las conservadoras de la región antioqueña- para
disponer en su beneficio del patrimonio nacional sin entrar en una confrontación general"3
Fundados en . ella, los Estados de acuerdo con sus peculiaridades regionales adecuaron su
legislación para la apropiación y adjudicación de baldíos donde los había, para el paso de los bienes
de manos muertas a las manos dc los laicos, para dictar códigos de minas cn regiones auríferas
como Antioquia, o códigos de comercio en donde éste era floreciente como en Panamá. La
Constitución estaba imprcgnada del espíritu radical del liberalismo en lo referente a la Iglesia
Católica, institución que era leída como un obstáculo para la modernización del país y un lastre para
la formación de las gentes cn un espíritu individualista y en un régimen de libertades. En
consecuencia, la Carta atacó los intereses económicos e ideológicos de la Iglesia -tuición de cultos
y desamortización de biencs dc manos muertas- y abrió el camino para la aplicación de una
educación laica, neutral y obligatoria que chocaría con la tradicional educación confesional y
católica. La scparación, y en algunos casos la subordinación de la Iglesia católica al Estado, se
manifestó en estas disposiciones: consagró la libertad de profesar cualquier religión, siempre y
cuando con ello no sc atentara contra la soberanía nacional o se turbara la paz pública: estableció el
derecho del Estado a realizar una constante inspección sobre todos los cultos religiosos, para
mantener la soberanía nacional, la scguridad y la tranquilidad públicas; para los gastos de los cultos
establecidos o que se establecieran en los Estados Unidos de Colombia no podría imponersc
contribuciones y todo culto sería sostenido con lo que los respectivos religionarios suministraran
5" Constjtucjón de los Estados Unidos de Colombia. Anales de la COfwencióll, Casa de la Conve nción de
Rjonegro, AntiCXjuia, marzo-mayo de 1863. Los apartes de la Constitución citados a continuación fueron
tomados del documento citad o, de la síntesis presentada en CA VIRJA, M. v.: "Poder y Sociedad en Antioquia.
Los gobiernos liberales durante el período 1877-1882." Opus cit. y del artículo de MELO, J. 0.: "Del federalismo
a la Constitución de 18&)". En: Nllroa Histon'a de Cololllhia. Tomo 1, Editorial Planeta, Bogotá, 1998, pp. 17-42.
53
TIRADO M., A.: "El Estado y la Política en el siglo XJX ". Opus cit.
86 voluntariamente; prohibió a todas las comunidades, corporaciones, aSOCIaCIOnes y entidades
religiosas la adquisición de bienes raíces y la exclusión de los inmuebles de la circulación
comercial, lo que implicó la puesta en acción de las medidas de desamortización de bienes de
manos muertas ; )". no se concedieron derechos políticos a los ministros del culto religioso . El título
de "Garantías de los derechos individuales", estableció el compromiso de respetar los derechos
individuales del hombre, desde la afinnación de la inviolabilidad de la vida humana hasta la
exclusión de leyes que impusieran la pena de muerte; aprobó la libertad absoluta de imprenta y la
circulación de impresos, nacionales y extranjeros: acogió la libertad de pensamiento y expresión
ilimitados, libertad de trabajo, industria y comercio, inclusive de annas y municiones, útil para que
cada Estado Soberano conformara sus propias fuerzas armadas; adoptó la libertad de cultos y de
enseñanza y el sufragio universal, pero reglamentado por cada Estado. Las relaciones entre la
Unión Federal y los Estados Soberanos en caso de turbación del orden público, debían ajustarse a
los siguientes parámetros: Los Estados se comprometían a guardar estricta neutralidad en las
contiendas que llegaran a suscitarse entre los habitantes y el gobierno de otro Estado. Por su parte,
el presidente de la Unión estaba obligado a impedir cualquier agresión arnlada de un Estado de la
Unión contra otro, y éstos a su vez se comprometían a someter todas las controversias originadas
entre dos o más Estados a la decisión del gobierno general, con la expresa prohibición de que
ningún Estado podía declararle la guerra a otro. El gobierno de la Unión sólo podía hacer la guerra
a los Estados con previa autorización del Congreso. Como se verá en su momento, estos últimos
articulados fueron objeto de discordias , disputas e incumplimientos por parte de los Estados y de la
Unión, lo que aceleró la guerra civil. El poder público del Estado Federal se dividió en las ramas
clásicas: legislativa, ejecutiva y judicial; se previó la existencia de un Procurador General de la
Nación elegido por la Cámara de Representantes, el cual se encargaría de ejercer las funciones del
ministerio público. El Congreso era el titular del poder legislativo, compuesto por el Senado de
Plenipotenciarios y la Cámara de Representantes, nombrados para un período de dos años; cada
Estado tenía derecho a tres Senadores y a un Representante por cada 50.000 habitantes. El poder
ejecutivo estaba a cargo del preSIdente de los Estados Unidos de Colombia, reemplazado en sus
faltas absolutas o temporales por un designado de tres nombrados por el congreso. El máximo
tribunal del poder judicial era la Corte Suprema Federal, compuesta por cinco magistrados elegidos
por el Congreso de listas presentadas por las Legislaturas de cada Estado para períodos de cuatro
años. La Constitución fue absolutamente rígida y para poder realizar un cambio constitucional era
necesario contar con el respaldo unánime de todos los Estados federados ; esto hizo que durante sus
veintitrés años de existencia fuera refonnada en una sola ocasión, mientras que otros asuntos mucho
87 más debatidos sólo pudieron ser modificados por las vías de hecho y como consecuencia de la
guerra civil de 1885)4
Con la Constitución de Rionegro, los liberales impulsaron entonces un régimen federal de Estados
Soberanos, la autonomía local y provincial, la descentralizaron las rentas y gastos públicos y aún de
la guerra SS , y dedicaron esfuerzos a la educación laica, obligatoria, gratuita y neutral, y a la
construcción de vías de comunicación, especialmente de caminos y ferrocarriles, e impulsaron la
navegación a vapor. Sus proyectos buscaban modernizar el país, mediante un proceso educativo
asociado a transformaciones económicas -abolición de la esclavitud, liquidación de resguardos
indígenas y de propiedades colectivas, desamortización de bienes de manos muertas, comercio libre
de tierras y exportaciones. De este modo seria posible la transformación de las conciencias y el
establecimiento de un régimen de libertades, centrado en el respeto al individuo, como eje de una
sociedad de progreso y bienestar. En este contexto, en 1870, los liberales aprobaron un Decreto
según el cual se modificaba la vieja estructura educativa y se reorganizaba la educación en un
sentido moderno, con nuevos contenidos y pedagogías, métodos de estudio, administración,
financiación y formación de maestros. En pocas palabras, se trataba de una revolución educativa y
de un nuevo paisaje cultural que recogía experiencias de otras latitudes -Estados Unidos de
Norteamérica, Francia, Alemania-, hacía énfasis en el papel de los preceptores alemanes en la
formación de los maestros en la Escuelas Normales y promovía una educación laica
56
.
Todo ello fue
visto por amplIos sectores del conservatismo y de la Iglesia como peligroso, corruptor de las
costumbres y sustitutivo de las tradiciones heredadas de la colonia, muchas de ellas aún vigentes.
Antes de adentramos en la reforma educativa de 1870, debemos retrotraemos a algunos
acontecimientos de importancia que se dieron entre el Estado liberal y la Iglesia. En 1867, cuando
POMBO, M. A Y GUERRA, J. J.: COl/stitllcio/les de Columbia. Tomo IV, Biblioteca Banco Popular, Bogotá, 1986;
URIBE VARGAS, D.: Lns cO/lstitucio/les de C%lI/lúa. Vol. 2, Ediciones Cultunl Hispé1nica, Instituto de
Cooperación Iberoamericana, Madrid, 1985.
54
55 OCAMPO, J. A: "Centmlismo, descentralización y fedemlismo en la historia colombiana". En: Revista
A I/tior¡lIeíia de Ecol/om Ífl, No. 5, Primer Trimestre de 1982, Cámara de Comercio de Medellín, Medellín, 1982.
ZULUAGA G., o. L.: Colombia: dos modelos de 511 práctica II/::dagógica dural/I.: el siglo XIX. Editoria.1
Universidad de Antioquia, Medellín, 1979; y La instrucció/ll'lÍblica!! la difusiól/ tie Pestalozú e/l Bogotá. 1845­
1875. Vo1.2, Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 1997; HELG. A.: "¿Los liberales y la reforma
educativa de 18707". En: La edllcación ell Colombia 1918-1957. Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1987;
RAUSCH, J.: Ln edllcación dllrmlle el federalislI/o. La reforma escolar de 1870, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1993;
CATAÑO, G.: Crítica Sociológica!! otros eu5aljos. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2000.
5ó
88 fue derrocado el presidente Tomás Cipriano de Mosquera
57
por el liberal radical Santos Acosta
SS
,
se
dio un vuelco en la política hacia la Iglesia al derogar la ley sobre tuición de cultos. Gracias a ello,
Tomás Cipriano de Mosquera fue tal vez., con Rafael Núñe¿ -después d e Simón Bolivar y Francisco de Paula
Santander en la primera mitod d el siglo- el personaje de mayor importancio de l país en la segunda mitad del
siglo XiX. Mosquera nació en Popayán en 1798, en una de las familias aristocráticas del Cauca, propietaria de
tierras, minas y escl¡¡vos, y dedicada al comercio; con una valiosa formación intelectual, esta familia se d es tacó
en Ja economía, la milicia, la Iglesia y la política. Mosquera fue militar, estadista, geógrafo, y rico en bienes
especialmente en las zonas mineras, agrícolas y ganaderos del Gran Cauca. Sus vínculos con familias de alta
clase social del país por sus condiciones políticas, educativas, familiares y de negocios, hicieron de él uno de
los hombres más reconocidos por sus coterráneos y coportidarios y uno d e los más odiados y detestables para
sus opositores. Mosquem configuró una red d e relaciones que se movía por todas las capas sociales y su poder
provino de su caudillismo, su influencia económíca, su fuerza política, su capacidad de convicción y la
fom1ación de cliente las en distintas partes del país y con más fuerza, en su región. Ocupó cargos de suma
importancia y su carrera militar estuvo asociada ¡¡ la del Libertador Simón Bolívar hasta 1830. Viajó por Europa
y fue bien acogido en Cortes entre 1830 y 1833; se desempe ñó en cargos políticos y militares en el país y en el
exterior. Ocupó la Presidencia de la Nueva Granada entre 1845 y 1849. Ejerció un liderazgo indiscutido en las
guerras civiJes de 1851, 185-4 Y 1860. Fue Gobernador del Cauca y Presidente Provisorio de los Estados Unidos
de Nueva Granada entre 1859 y 1863; al triunfar en la guerra civil de 1859-1862, que acaudilló en ese período
contra el conservatismo y la Iglesia católica, rue escogido como Presidente par¡¡ culnünar su mandato en marzo
31 de l8&!. Fue acreditado como Ministro plenipotenciario de La Admirtistración Murillo entre 1864 y 1866 en
Inglaterra, Holanda, Italia y Prusia. Asumió la Presidencia de la República para el periodo 1866-1868 pero
debió suspender su m¡¡ndato el 23 de mayo de 1867, cuando fue derrocado por una coalición liberal­
conservadora, dirigida por el radical Santos A(osta, y desterrado al Perú. Volvió a Popayán en enero de 1871 y
el15 de agosto de ese rulo era ya Preside nte d el Estado del Cauca; Diputado en 1875, fue Senador de nuevo en
1876 y asesor de Aquileo Parra en la guerra civil d e 1876-1877, poco antes de su mue rte en 1878. Fue un
conocedor de la geografía nacional, de su amigo Simón Bolívar y de los acontecimientos militares más sonados
de las décadas de 1815 a 1877, por lo que escribió libros, artículos, folletos, cartas y periódicos relativos a tales
temas, así como opúsculos militares, religiosos, políticos y de carácter social. ARBOLEDA, G.: Dicciollario
Biográfico y ge/lealógico riel A/lligllo Dl?parlal/le/llo riel COI/ca. Biblioteca Horizontes, Bogotá 1962, pp. 288-191. Por
su parte, Rafael Núñe¿ fue uno de los más destacados estadistas colombianos del siglo XIX. Nació en
Cartagena en 1823 y fue abogado de la Universidad de esa ciudad en 1845. Ocupó cargos en gobiernos
provinciales como en Panamá, fue conp,resista varias veces, Secretario del Tesoro y Ministro Plenipotenciario
de Colombia en Le Havre y Liverpool; candidato a la Presidencia en 1875 como disidente del liberalismo
radical, por el grupo independiente, e nfre ntado a Aquileo Parra, un liberal radical. Núñez fue liberal radical en
su juventud, pero más tarde se mostró partidario de reformar el sistema federal, proponiendo un Estado
vigoroso apoyado en el clero y el ejército, las dos únicas fuerzas organizadas en Colombia, en su opinión.
Logró entonces dar al traste con el régimen federal al aliarse con el conservatismü y con la Iglesia, y sustituir la
Carta política d e 1863 por una de corte centralista y de unificac ión nacional, la de 1886 que duró 105 años, y
que fue excluyente del liberalismo hasta 1910. Líder del sistema político de la Regl?lIemciól/, logró la Presidencia
de la República por cuatro veces -1880-1882, 1884--1886, 1886-1892; 1892-1894. Véase: L1ÉVANO A., 1.: Rafad
NlÍiiez. Editorial Áncora, Bogotá, 1985; OTERO M, G.: La vida azarosa de Rafael NlÍl1ez: UII hOl/lbre de SI/ época.
Biblioteca de Historia Nacional Bogotá, 1951 . OI\TIZ M, L J.: "Élites en Antioquia, Colombia, en los inicios d e
la Regeneración, 1886-1896". En: Al/l/ario colol/lbial/o de Historia social y de la CllltllfO No. 20, Universidad
Nacional de Colombia, Bogotá, 1992, pp. 27-12.
57
Santos Acosta Castillo (1827-1901), liberal, miembro del grupo radical y presidente de la República entre el
23 d e mayo de 1867 y marzo d e 1868. Nació en !VI.iraflores, Provincia de Le ngupá, en Boyacá. Ocupó cargos
políticos en Boyacá en la década de 1850. En 1851 recibió el título de medicina y cirugía, profesión que ejerció
hasta 1860. Casó en 1858 con Carlina Larrota Castañeda, hija de un gobernador de Antioquia y en su
matrimonio tuvo tres hijos. Fue Presidente d e l Estado de Boyacá en 1861 y 1862 como designado yen los ailos
de 1865 y 1866, en propiedad. Representó a Boyacá en la Convención de Rionegro, donde se aprobó la
Constitución de 1863. Estuvo en diferentes períodos en la Cámara, el Senado, la Asamblea y la Presidencia de
Boyacá. Estuvo al lado de su partido en las guerras civil es desde 1854. Dcsif,nado para la Presidencia, General
en jefe del Ejército y Presidente del Senado, dio un golpe de cuartel al General Mosquera ante sus intentos
58
89 el entonces obispo Vicente Arbeláez
59
pudo regresar de su destierro, y muy posiblemente lo
sucedido rondó los pensamientos del Prelado, avivando su postura transaccionista con respecto a la
enseñanza de la educación laica en las escuelas. En este contexto escribió, en el mes de julio del año
de 1868. una pastoral con la cual comenzó a marcar un nuevo rumbo y una nueva actitud frente al
liberalismo y al problema educativo; en ésta invitaba al clero a no mezclar su ministerio y
predicación sagrada con la política:
En el ejercicio de su sagrado ministerio, y particularmente en la predicación de la
palabra divina, cosa alguna que tenga relación con la política: el clero faltaría a Dios, a
la Iglesia y a su misión de paz y amor si se ocupara en los debates de la política
humana , que no producen otro efecto que encender más y más el fuego que nos devora ;
los ministros del altísimo debemos admitir a la participación de los sacramentos a
todos aquellos que se presenten, cualesquiera que sean sus opiniones políticas, con tal
dictatoriales y el cierre del Congreso. En su período se creó la Universidad Nacional (22 de septiemhre de
1867), se orf,anizaron (' 1 Archivo Nacional, la BihlioteCCl Nacional y la Oficina General de Cuentas, y se derogó
el decreto de insrt'cción d e cultos, lo qu e le dio un lluevo aire a la Iglesia para su reacción en 1876. En la guerra
de 1876, fue el General en jefe del Ejército de occidente y estuvo al frente del m.ismo en la batalla de Garrapata
el 20 de novipmhre de 1876. En 1884 fue Secretario de Estado de Rafael Núñez, sin embargo, fue opositor de la
Regeneración consprvadora entre 1886 y 1899, año en que murió. RODRíGUEZ G, H.: Snn/os Acos/n, cnudillo del
radícnlí,mo. Instituto colomhiano de Cultura, Bogotá, 1972; RODRÍGUEZ P., E: El Olimpo radlenl. s.p.d.i.,
Bogotá, 1950
El arzobispo Vicente Arheláez Gómez (1822-1884) nació en San Vicente, oriente antioqueño. Perteneció a una
familia involucrada en las guerras: su tío, el coronel Juan Antonio Gómez, fue combatiente de la independencia
desde 1813 hasta 1822, f,ohernador de Antioquia y de Santa Marta; casi todos sus hermanos pertenecieron a
ejércitos antioque ños: Evencio murió en la ¡~uerra de 185-1, el coronel y congresista Eliseo Arheláez militó en
185-1 y murió en la hatalla de la Glrolina en la guerra de 1860. Vicente fue estudiante del colegio de San José de
la Marinilla y condiscírulo de los padres Manuel Giraldo y Valerio Antonio Jiménez, quien fue más tarde
Obispo de Antioquia y Medellín. Se prep<Hó en el Seminario de Bogotá, donde se doctoró en ciencias
eclesiásticas y derecho canónico. Fue cura de las parroquias conservadoras de Marinilla y Abejorral y Rector
del Colegio de San José de la Marinilla. Participó en varias legislaturas en Antioquia y fu e dos veces Senador
de la Repúhlica, Vicario Apostólico de la Diócesis de Santa Marta y Ohispo auxiliar de Maximópolis nombrado
por Pío IX en 1859, con residencia en Ocaña. Consagrado en Bogotá en mayo de 1860 se dirigió a su Diócesis en
Santa Marta . Por no sonleterse a la tuic ión y desamortización de hienes de manos muertas, fue desterrado vía
Colón a Roma. En ahril de 1863, Pío IX lo nomhró Preludo asistente al Solio Pontificio y desde fines de 186-1,
fue coadjutor -con derecho a sucesión- del arzobispo de Santa Fe de Bogotá y Metropolitano de la Nueva
Granada, Antonio Herrán. Se quedó en Roma hasta 1865 y cuando regresó al pais, H erTán lo nombró Provisor
y Vicario General del Arzohispado. Fue puesto preso durante el gobierno de Mosquera y en diciembre de 1866
viajó expatriado con su hermano Juan Clímaco a Roma, regresando en 1867 cuando la ley de inspección de
cultos fu e derogada por el y,obierno federal. El 6 de fehrero de 1868 murió el arzohispo Herrán y el Papa
autorizó al Ohispo Arbeláez para presidir el Primer Concilio Provincial Neogranadino que hahía sido
convocado por su antecesor en el mes de enero d(~ dicho año y para desempeñar todas las funciones del
ministerio Arzohispal, aunque aún no hubiese recibido el Palio. Fue arzobispo Metropolitano de Colombia
entre 1868 y 188-t Tuvo una destacada actuación transaccionista ante la reforma educativa liheral en lo que fue
superado y desobedecido por varios obispos colomhianos. Llama la atención que un hombre formado en las
mismas concepciones de los obispos de Antioquia y Cauca, haya asumido una actitud conciliadora con el
régimen liberal. RAMÍREZ U, U. (Pbro.) : Apuntes pnra In Historin del Clero lf perseCllcióll rellgiosn ell 1877.
Tipografía deSan Antonio, Medellín, 1917, pp. 167-176.
59
90 de que ellas no sean contrarias a la Doctrina de la Iglesia Católica, y que tengan, por
otra partc, el deseo y la voluntad de vivir bien 60 .
Esta pastoral generó malestar en algunos conservadores, quienes se expresaron de múltiples formas,
básicamentc en el periódico El Catolicismo de Bogotá. Después vinieron otros gestos de
acercamiento entre el arzobispo Arbeláez y los difcrentes presidentes y políticos radicales. Por
61
ejemplo, en el año de 1870 al iniciarse la administración del presidente liberal Eustorgio Salgar
,
el
ya arzobispo fue a saludarlo en compañía de los miembros del Capítulo Metropolitano, ya ofrecerle
el concurso dcl clero de la Arquidiócesis en el beneficio de la patria común:
... Guiado por los principios de justicia e inspirado como os encontráis, por tan nobles
sentimientos y clevadas miras, no vacilamos en asegurar que serán felices para la patria
y para la Iglesia los días de vuestra Administración ... contad con el apoyo decidido
que, como Prelado, en unión de mi Venerable Capítulo, os ofrecemos en nombre del
clero . En cuanto a la cuestión religiosa, lo único que os exigimos los prelados, el clero
y los fieles de esta provincia eclesiástica es el fiel cumplimiento de la garantía
constitucional que nos asegura la libertad e independencia en el ejercicio de nuestro
sagrado ministerio ... Es verdad que hay graves cuestiones que, a la par que interesan a
la religión , intcresan también a la sociedad civil, y que necesitan, para llevarse a
término feliz, la mutua cooperación de ambas potestades; pero todo esto puede
verificarse ... para armonizarse en su marcha, sin que se violen los derechos que a una y
62
otra le corrcsponden legitimamente
Estos acercamientos del arzobispo con cl gobierno del Olimpo Radical 63 , y su conciliadora manera
de enfrentar el problema educativo, tratando de mantener a la Iglesia por encima de los
Archivo Arquidiócesis de Med pllín (en ad elante AAM), Caja (en adelante C) /Obispos, Pastorlll del Arzobispo
Viccllte Arheláe:, Bogotá, julio 26 de 1868.
60
Eustorgio Salgar (1831-1885). Nacido en Santander, abogado liberal, luchó contra Mela en 1854 y a favor de
Mosquera en 1860. Fue encargado de la Presidencia del Estado de Santander en 1859. Con el grado de General
asistió a la Convención d!~ Rionegro y fue segundo designado a la Presidencia, cuando Mosquera fungía como
Presidente en 1863. Ocupó cargos políticos en su región y en el ámbito nacional: Secretario de Hacie nda (1864)
y Ministro pl e nipotenciario en Washington en el Gobierno de Murillo Toro (1864-1866), cargo en el que se vio
envuelto en la suscripción d e un acuerdo secre to para la compra del vapor Rayo por Colombia para el Perú ­
éste Estado asociado a Chile estaba en guerra contra España- bajo el Gobierno de Mosquera (1866-1867) lo que
era contrario a la neutralidad colombiana en el conflicto. España infonnó al Gobierno norteamericano y el
buqu e fue detenido !'n Nueva York, asunto que se convirtió en otro d(~ los arp,umentos para darle el golpe a
Mosquera en 1867. Salga r fue Presidente entre 1870. y 1872 Y su gobierno se caracterizó pOr el inicio de una
revolución educativa en el país que radicalizó a conservadores y buena parte d e la Iglesia católica por el
impulso a la Instrucción pública laica en toJos los campos, la introducción dt> institutores alemanes
protestantes par8 la formación de maestros y la transformación de métodos y prácticas educativas; (undó la
revista Escuela Nonnal decisiva para llevar a cabo su proyecto educativo. Murió en Bogotá en 1885.
ARIZMENDI P., l.: Presidelltes de Colombia, 1810-1990. Editorial Planeta, Bogotá, 1989.
61
é2
AAM, C/ Obispos, Snluflo del Ar::obisl'0 Vicelllt: Arbe1ác::: al !7esid.ell te Eustorgío Salgar, Santa Fe de Bogotá, 1870.
o.. "Olimpo radical" fue uni:l expresión utilizada por los opositores al régimen liberal radical, para dar a
entender peyorativamente que se trataba de un ghetto, una camarilla, alejada de la realidad, que no aceptaba
91
enfrentamientos partidistas y tratando de evitar que siguiera siendo instrumental izada por el partido
conservador. llevaron al Prelado, a sus colaboradores más cercanos y a Jos pocos obispos que los
apoyaban a vivir una dificil situación de tensiones y divergencias con gran parte dcl clero, las que se
harian más evidentcs con el transcurrir de los próximos años
M
Volvamos a las reformas educativas del año 1870. La mayor parte de la Iglesia católica leyó tales
reformas como dañinas para las mcntalidades y estilos de vida tradicionales ; no obstante unos pocos
obispos y clérigos liderados por el arzobispo Arbeláez, buscaron no enfrentar al gobierno y realizar
transacciones quc le permitieran a la Iglesia mantener su peso en las escuelas, garantizar las horas
de educación religiosa en ellas a través de sacerdotes y laicos, y así evitar una posible guerra civil.
Esta posición del arzobispo no era gratuita; Monseñor Arbeláez muy probablemente analizó las
circunstancias duras y tortuosas a que había sido sometida la Iglesia en los años precedentes, las
cuales tuvieron su razón dc ser en la estrecha interacción política que se construyó entre el partido
conservador y el clero, y en la participación activa de la mayoría del clero a favor de ese partido en
la guerra civil de 1859-1862. La Iglesia católica colombiana estaba profundamente golpeada
después de la guerra y su clero se había dividido en lo relativo al sometimiento o desobediencia a
las medidas adoptadas en la Constitución liberal de Rionegro los decretos dc desamortización,
tuición y extrañamiento de varias comunidades religiosas, sacerdotes y obispos, entre ellos el propio
Vicente Arbeláez. En cualquier caso, llama la atención el hecho de que el arzobispo hubiera tomado
una posición conciliadora, pues pertenecía al mismo estilo de formación de sus hermanos en el
gobierno dc la Iglesia, había nacido en un sitio de tradiciones conservadoras, como lo era la
viceparroquia de San Vicente, entonces perteneciente a la católica parroquia del oriente antioqueño,
Marinilla, rival del distrito liberal de Rionegro; mas bien seria presumible una reacción directa y
agresiva contra las medidas educativas del gobierno radica! Pero al parecer, pesaron mucho más
sus experiencias anteriores con los gobiernos liberales y su especial responsabilidad como el
máximo representante de la Iglesia católica y de sus más clásicas doctrinas, las que debió analizar
con sumo cuidado manteniendo una especial sabiduria y equilibrio entre aquellas; al tiempo, tuvo
un especial el cuidado por sus fieles -que militaban en ambos partidos- así como tino y prudencia
ante las exacerbadas posiciones del Papa Pío IX frente al liberalismo.
modificaciones al sistema federal, ni a la Carta de Rionegro, ni mucho menos al sistema electoral o a reformas
en torno a la Iglesia y sus ámbitos de innuencia, como la educación.
Para una mirada de conjunto de los temas que señalaremos a continuación puede verse el excelente estudio
de GONZÁLEZ, F.: "Iglesia y Estado desde la Convención de Rionegro hasta el Olimpo radical, 186i1878".
En: Parlat!S enfrentados. Iglesia lJ F:stada el! Colambia. Cinep, Bogotá, 1997, pp. 167-2-15.
ó-I
92
A partir de 1870, las diferencias dentro de la
a las que nos
,-,"HHU",
refiriendo,
a
la superficie y se hicieron evidentes con la reforma educativa liberal de este año: el Decreto
Primaria -piedra de toque
de
conflicto que se avecinaba- fue aprobado el 1
de noviembre de 1870 como parte decisiva de los programas del gobierno
Uno de los
puntos de mayor debate, lo constituyó la exclusión de la asignatura de religión de los programas
o la no obligatoriedad de su
libertad de
pues bajo la Constitución de 1863
la
, Ante el Decreto, el arzobispo solicitó al Director de Instmcción pública de
Bogotá que en las escuelas oficiales donde los alumnos asistentes fueran católicos, los maestros y
directores también lo
que se diera cIase de
sacerdote y, en caso de no contar con su
organizar los tiempos diarios para dichas
actitud
nt~'rr''''Cf'r''
católica a los
la dieran maestros
ojalá por un
también pidió
y para el ejercicio de las prácticas católieas
le creó al Prelado muchas animadversiones entre algunos obispos,
67
Esta
como entre
sectores del clero y del ¡aicado, quienes esperaban lma condena y rechazo frontal a las "escuelas
laicas". Fue especialmente
en el
la oposición y abierta disidencia de los obispos de Popayán y
del Cauca
Véase JARAMILLO U, J.: "Decreto
de lnslrucaón Pública, DOIP" En: Revista Colombiana de
EdllcacíJlI. lllliversÍllad Pedagógica Nacional, No, 5, Prim"'r semestre, Centro de
Bogotá,1980.
05
al tema de la libertad de
Dos editoriales del
liberal El Diario de CUl1dillllll/arca hacen
cultos al discutir acerca de la educación católica vs. la educación laica: "Sobre Instrucción laica" En: El Diario
de Clllllllllllllfarca, No. 872,
noviemhre n de 1872; y: La guerra de los católicos contra los maestros de
escuela", en: Ibídem, No. 10496, diciembre 1 de H1704.
N
A esta
concihadora asumida por el
Vicente Arbeláez nos referiremos con más detalle en
este mismo
en el aparle dedicado a
en torno a las escudas oficiales. Por ahora lo
mencionamos de manera sucinta a fin de que se comprenda el proceso de
de la
católica
del desarrollo del lema
colombiana. En el documento que referimos a contltluación se encuentra buena
en I1lpnción: Véase' AHA, Documentos
Reí. i. 1200, 1876, 1892 Y 189-:1: E/lst:iimr::a de /a Rdijiólf ell las
ESClfe!as Oficiales. Del Arzobispo de Bogo/á, Vicellte Arbeláez al Serlor Secretario de lo Interior í Re/aciones Esteriores,
Manuel Ancízar Basterra, Bogotá, ¡unio 1 de 1876.
67
El
de
Carlos Bermúdez nació en la ciudad de Moniquirá, anti¡;:;ua Provincia de Tunja.
Estudió literatura y filosofía en el
de
continuó sus estudios en el Seminario Conciliar de
hasta
de doctor en Derecho canónico. Fue ordenado por el
Manuel
en
1850; colaborador del doctor y muy católico
Manuel Marroquín (luego Presidente de Colombia en 1899)
en su
de Bogotá;
y
del colegio de San Bartolomé; cura de Nemocón donde fundó con
las señoras de ese distrito, la Asociación del Sagrado Corazón de
Fue
en 1868 y
en junio de ese año por Monseñor
con Valerio A.
el nuevo obispo de la
diócesis de Medellín y Antioquia. En 1869 llegó a Popayán e hizo Visita pastoral ese mismo año. Fue al
Concilio Ecu!l1('nico de 1870 y al volver entregó el Seminario ConcilIar a los Padres Lazaristas (íebrero de 1871)
y reanudó la Visita pastoral, la que Se' extendió hasta 1875, año en el cual ordenó el establecimiento de
Sociedades católicas y Escuelas católicas. Escribió numerosas
de las cuales
señalar que
son una abierta y clara defensa del Syllahus y una dura censura a la educación laica. Se 0ruso en 1875 y 1876 a
las escuelas
la guerra de 1876-1877 y flle dc>sterrado en febrero de 1877 de su DI(x::esis por el
68
93
No obstante, y aún con la actitud de acercamiento al gobierno asumida por el arzobispo Arbeláez,
las cosas para la Iglesia jerárquica no siguieron siendo fáciles. El Congreso Nacional en el año de
1872 ordenó por el artículo 10 de la ley de juniol O sobre amortización de la deuda interior, que la
renta nominal perteneciente a las entidades eclesiásticas, continuara reconocida solo al 3%, cuando
antes lo estaba al 6%. El arzobispo reaccionó elevando al Ejecutivo una protesta contra esta "nueva
confiscación de bienes que acabaría de consumar el despojo de la Iglesia, iniciado por el decreto del
9 de noviembre de 1861, sobre desamortización de bienes de manos muertas,,69, y le solicitó hacer
las observaciones necesarias al proyecto porque vulneraba los intereses de la Iglesia, y devolverlo a
las Cámaras. A raíz de este evento, el periódico La Sociedad de Medellín, se solidarizó con el
Prelado y publicó un extenso artículo que tituló "Una expoliación más", en el cual arremetió contra
la medida que se discutía en el Congreso de la República, acudiendo al Concilio de Trento para
argumentar su defensa de la Iglesia:
reunido más de 500 años ha, y cuyas decisiones son obligatorias para todos los
católicos, porque fue un Concilio ecuménico, se expresa sobre este particular con
palabras tan terminantes, que ningún verdadero católico puede creer que a Gobierno
alguno le sea lícito apoderarse de los bienes de la Iglesia ... Y qué tiene de extraño el
procedimiento de la Iglesia en este particular? Podría ella, que no tolera gustosamente
ninguna injusticia, ninguna violencia, ningún despojo, dejar pasar desapercibidas las
usurpaciones que se cometieran respecto de sus propios bienes?7o.
En cuanto al argumento del Congreso, según el cual la Iglesia condenaba a sus opositores, el
articulista de La Sociedad señalaba que el "carácter esencial y distintivo de la Iglesia católica es la
intolerancia con las malas doctrinas, y la inflexibilidad en el cumplimiento del deber, diez y nueve
Presidente radical del Estado del Cauca, César Conto. Regresó en 1880 a su Diócesis, y murió en 1885. URIBE,
G. (Pbro.): Los Arzobispos y Obispos colombianos desde el tiempo de la colonia hasta nuestros días. 1m prenta de La
Sociedad, Bogotá, 1918, pp. 71-102. Monseñor Manuel Canuto Restrepo y Villegas, obispo de Pasto entre 1871 y
1881; nos referiremos a este obispo en detalle en el capítulo 3 de este estudio. Publicó el12 de octubre de 1872
una pastoral relativa al tema de la educación, con la que entraba en franca disidencia con la actitud
conciliadora del arzobispo; a ella nos referiremos en el apartado 1.3 relativo a la polémica en torno a las
escuelas oficiales.
La Sociedad, No. 3, Medellín, junio 28 de 1872. La desamortización de bienes de manos muertas reportó al
Estado, una suma de cerca de 12 millones de pesos, distribuidos así: en bienes ralces, 6 miIJones
aproximadamente; en censos y deudas casi 6 millones yen muebles y semovientes la suma de 259.632 pesos.
Los Estados que más aportaron fueron aquellos en los cuales la fglesia secular y las comunidades religiosas
poseían más bienes desde el período colonial, es decir, Cundinamarca y allí particularmente la capital, Bogotá
($4'652.738 del total); Cauca cuya capital era Popayán; Boyacá y su capital Tunja; y Santander. Los aportes de
Antioquia, Tolirna, Magdalena, Panamá y Bolívar fueron menores, aunque los de Antioquia y de Bolívar en
censos y deudas fueron significativos. Estos datos revelaron que la Iglesia era más poderosa en bienes en las
ciudades que en los campos. VILLEGAS, J.: Enfrentamiento IglesÜl Estado, 1819-1887. CIE, Universidad de
Antioquia, 1977, pp. 27-43. DÍAZ D., F.: "Estado, Iglesia y Desamortización", En: Opus cil.; URIBE
ARBOLEDA, S.: "La desamortización en Bogotá, 1.861-1.870". Opus cit.
69
70
La Sociedad, No. 8, Medellín, agosto 3 de 1872, pp. 58-61.
94
siglos de combates terribles contra el error y la maldad son la más completa prueba de ello,,71.
También defendía a la Iglesia de uno de los argumentos esgrimidos en el informe del Agente de
bienes desamortizados, según el cual el clero recaudaba por partida doble el precio de los bienes
desamortizados, pues cobraba al gobierno en renta sobre el tesoro al 6% y también cobraba de
manera "inmoral y atrozmente a algunas personas hasta en su lecho de muerte, y aún más allá de la
tumba"n. Después de una muy extensa operación matemática sobre los valores desamortizados que
aparecían en los cuadros del informe del Agente, el periódico terminó por llamar este razonamiento
una "falsa y calumniosa aseveración" y, más adelante, pasó a dar una vuelta de tuerca al "abrupto"
señalamiento hecho por el Agente para terminar mostrando una Iglesia compasiva, bondadosa y
justa:
Hay aquí de parte del Agente la masa crasa y lamentable ignorancia de cosas que todos
saben, ó la más inconcebible mala fe ... La Iglesia no persigue a nadie. Ella se limita a
señalar á los hombres el camino de la salvación, y á exhortarlos á marchar por él. ..
Así, cuando uno de esos que pasan la vida blasonando de espíritus fuertes, ve
aproximarse la muerte, y nota que no es tan despreocupado como pensaba, y que al
contrario conserva la fe que recibió de sus padres, y llama en consecuencia un
confesor; en vez de perseguirlo inmoral y atroz de que nos habla el Agente, encuentra
al contrario un amigo benéfico, un ángel de paz ... en ese momento solemne cae de los
ojos del desgraciado enfermo la venda que las pasiones y los intereses mundanos había
mantenido constantemente sobre ellos; y al resplandor benéfico de un rayo de divina
gracia que cae del cielo para iluminar su espíritu, él puede medir con una sola ojeada
toda la extensión del mal que ha causado á la Iglesia. Es entonces, cuando hay ya pleno
conocimiento y arrepentimiento sincero de la falta, que ocurre naturalmente la idea de
indemnización; pero entiéndase bien, de una indemnización proporcionada al daño
efectivo causado a la Iglesia, á las ventajas que tuvo el enfermo en esa ilícita
negociación y á sus recursos actuales ... Nada tiene esto, por otra parte, que pueda
considerarse como nuevo ó especial. Es solamente la aplicación de la regla general que
ordena la restitución ó indemnización correspondiente, para poder obtener el perdón de
los pecados que han causado menoscabo en los bienes ó intereses de un tercero ... 73•
Finalmente, otro de los planteamientos del informe del Agente de bienes desamortizados criticaba
el que la Iglesia cobrara en dinero toda gracia espiritual que concediera. El articulista del periódico
argumentó afirmando que unas gracias costaban dinero y otras no; y en las que se cobraba, se hacía
porque:
71
Ibídem.
72
Ibídem .
73
Ibídem .
95
La iglesia puede
como una grande asociación cuyos miembros gozan de
ciertos derechos y están sujetos a ciertas cargas. Pretender disfrutar de aquellos sin
sería lo mismo que pretender en una República cualquiera, disfrutar de
los derechos de ciudadanía,
ninguno de los servicios que pueden exigirse de
74
los ciudadanos .
Lo anterior nos permite observar el modo como, en medio de la crisis eclesiástica colombiana y en
medio de las diferencias existentes con el arzobispo Vicente
la prensa católica
antioqueña, expresión cierta de la Iglesia de esta región, evitando referirse en términos
desobligantes al arzobispo, cerró filas en
de los
catolicismo.
En este mismo convulsionado año de 1872, llegó a la Presidencia
Murillo Tor0
75
Pública y a la
•
la Unión el liberal Manuel
A pesar de los eventos anteriores referidos al Decreto Orgánico de Instrucción
de la renta
a las entidades
el arzobispo
mantuvo su actitud conciliadora, fue nuevamente al Palacio Presidencial a presentarle su saludo al
nuevo gobernante y a expresarle su deseo porque las relaciones entre la Iglesia y el gobierno fueran
de respeto y cordialidad. Para este momento, la distancia del clero con su arzobispo era evidente y
éste lo dejó percibir en los giros de sus palabras de saludo:
...el clero de mi patria, que hoy se presenta por espíritus apasionados como antagonista
de toda idea de progreso, será el primero que apoyará con su influencia toda medida
que tienda a la prosperidad del
El
vehementemente la paz; pero no una paz
aparente, sino la que, emanando de las ideas, haga desaparecer la desconfianza y
restablezca una verdadera reconciliación entre los colombianos 76 •
74
Ibídem.
Manuel Murillo Toro (1816-1883). Nació en la población de Chaparral, Tolima. Fue uno de los ideólogos más
importantes del partido liberal en el siglo XIX, Compañero en las lides liberales de Salvador Camacho Roldán,
María y Miguel
Felipe y Santiago
y Aquileo Parra. Dirigió y escribió en
un buen número de periódicos regionales y nacionales. Fue Secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores,
Presidente del Estado de Santander y Presidente de la República en dos ocasiones (1864-1866; 1872-1874), la
primera de ellas
de los Gobiernos de Mariano Ospina (1857-1861) y de Mosquera (1862-1864). Murillo
Toro fue muy hábil al permitir durante su prímer período Presidencial que Antíoquia siguiera un cauce
conservador en cont1avía del régimen liberal, al aceptar el Gobierno de Berrío que fue el resultado de una
contienda regional, pero que permitiría a los conservadores tener una válvula de escape en medio de un mar
de Estados liberales. Fundó el Diario Oficial e introdujo el telégrafo en 1865; ordenó la elaboración de mapas
del territorio de acuerdo con los avances ya realizados por Mosquera y la Comisión Corográfica. Combatió el
que el
movímiento independiente de Núñez, entre 1880 y 1882, en el Congreoo y en la prensa, pues
liberalismo se iría a pique con al división entre radicales e independientes, y que éstos últímos podrían tomar
la delantera. ARIZMENDI P.,!.: Presidentes de Colombia, 1810-1990. Opus dt" pp. 121-124.
75
76 AAM, C/Obispos, Saludo del Arzobispo Vicente Arbelácz al Presidente Manuel Murillo Toro. Santa Fe de Bogotá,
1872.
96
Esta visita al nuevo presidente de la República -conocido por su espíritu radical en asuntos
eclesiásticos- y su correspondiente discurso, generaron un mayor malestar dentro de la "línea dura"
de la jerarquía y del clero de la Iglesia y del conservatismo, quienes acusaron al arzobispo Arbeláez
de oportunista. El clero bogotano envió dos extensos Memoriales al arzobispo, en junio de 1871 y
noviembre de 1872, en los que expresaba:
declaramos formalmente que es crítica y en extremo alarmante la actual situación de
esta Iglesia, y que estamos colocados sobre un volcán, que de un día a otro puede hacer
su explosión, y sepultarnos a todos bajo sus ruinas. Esta situación la han creado,
primero, los enemigos jurados e implacables de la creencia católica .. . y, segundo,
algunos actos poco acertados del gobierno eclesiástico .. . respecto del segundo tenemos
que consignar aquí esta verdad amarga: el gobierno eclesiástico no se ha apercibido ni
estudiado bastantemente el campo que le ha dejado el enemigo, para el combate que
debe sostener con él en defensa de la causa católica. Un golpe de autoridad para hacer
valer derechos, usando con acrimonia o con poca reflexión, en la hipótesis de hacerse
obedecer con este resorte, es un error, generalmente hablando: un arte del despotismo
imponiendo la humillación a un individuo o a una corporación. Un desdén o un
desprecio; un acto de favoritismo explícito en contra de intereses sagrados reconocidos
por la justicia; un sentimiento exagerado de independencia pensando en que se es fáci l
por sí solo mandar con acierto y con tino y sin el concurso de algún consejo amigo y
desinteresado ... La unión cordial y franca del prelado con su clero la creemos de una
vital necesidad .. . esa gran cadena pone en relación y annonía al prelado con el último
77
de los fieles que están sometidos a su autoridad y a su gobierno ... •
Este Memorial revela el descontento de algunos miembros del Capítulo metropolitano, quienes
consideraban descuidado al arzobispo en el ejercicio de su M inisterio y en las decisiones que
tomaba y demorado en llenar las vacantes de cargos eclesiásticos; además, los sacerdotes firmantes
ponían en duda su integridad y lo acusaban de no ofrecer al clero garantías para el ejercicio de sus
funciones ni para actuar con seguridad:
el clero no tiene garantías de ninguna especie para ejercer su santo ministerio, y desde
el día 24 de julio en que se inmoló bárbara y traidoramente a un virtuoso sacerdote, ya
ninguno tiene seguridad para su persona ... También nos encontramos en el deber de
manifestaros que hay grande y general descontento contra vos, entre los particulares, y
especialmente entre el clero ... y no faltan quienes crean que os pagáis, más de las
exterioridades que del fondo de las cosas, y que cuidáis más de las pequeñas que de las
78
gran des.. . .
En medio de esta tensa situación, el arzobispo convocó el 6 de agosto de 1873 a "Obispos y a los
Capítulos Metropolitano y Catedrales, a los prelados y superiores regulares y a las demás personas
TI AAM, e/Obispos, Memorial de algunos de los Miembros del Capítulo Metropolitano al Arzobispo Vicente Arbeláez,
Santa Fe de Bogotá, noviembre 18 de 1872.
78
Ibídem.
97
que por derecho o costumbre deban concurrir al Segundo Concilio Provincial
Neogranadino,,79. Y
división
precisamente en este Concilio donde hizo crisis y se evidenció la profunda
en la
colombiana. Al comenzar sus sesiones en el mes de
la
mayoría de los obispos convocados no asistieron y en su representación debieron
Procuradores escogidos entre los clérigos de Bogotá y quienes en su mayoría apoyaban al
arzob ispo80. Este hecho se convirtió en argumento válido de
impugnar las conclusiones del
adversarios del Jerarca para
las líneas duras del conservatismo y de la
lo
acusaron de haber entregado la doctrina y de traicionar los postulados Papales del Syllabus (1864)81,
al darle al liberalismo la
de imponer la enseñanza laica, comprometiendo la enseñanza
católica y el andamiaje ideológico de la
El Segundo Concilio se ocupó en gran parte, de la falta de unidad del episcopado en torno a los
problemas de la enseñanza religiosa, la actitud del clero en las elecciones, la fundación de una
Universidad Católica que compitiera con la Universidad Nacional fundada por los radicales en 1867
y las relaciones de los jerarcas con los escritores laicos, en especial con José Manuel Groot y
Miguel Antonio Caros>. Sin duda, el tema más conflictivo del Concilio se dio en torno al clero y sus
AAM, C/Obispos, Circular Convocatoria delll.l:¡:olnsvo Metropolitano de Colombia al Segundo Concilio Provincial
Neogranadino, Santa Fe de Bogotá, agosto 6 de 1873.
79
Los obispos de Santa Marta y Pasto carecían de representación en la reunión, y los de Popayán y Cartagena
de oponían a las ideas de Arbeláez; los obispos de MedeUin y Antioquia tampoco estaban de acuerdo con el
arzobispo, aunque el Procurador del obispo de Antioquia votó a favor de los proyectos de éste último.
También estuvieron en desacuerdo con Arbeláez, el Capitulo Metropolitano de Bogotá, muchos procuradores
y los superiores de las órdenes
Véase: GONZÁLEZ G., F.: Poderes Enfrentados. Opus cit., p. 219.
80
"Syllabus o Catálogo de los
errores de nuestra época censurados en las Alocuciones
Pio IX". En:
consistoriales, Encíclicas y demás Lecturas apostólicas de Nuestro Santisimo Padre el
Apéndice al Concilio Primero Provincial Neo-Granadino. Imprenta Metropolitana, Bogotá, 1869, p. 18L
adelante: "Syl!abus" ... En: Apéndice al Concilio Primero... Opus cil.).
8\
82
Biblioteca Luis Ángel Arango (en adelante BLAA) El Tradicionista, No. 54, Bogotá, junio 25 de 1872.
83 Véase GONZÁLEZ G. F.: Poderes enfrentados.
cit. José Manuel Groo!, Miguel Antonio Caro y José
Joaquln Ortiz fueron los escritores católicos más ultramontanos durante el periodo de la Federación, sin excluir
a Mariano Ospina Rodríguez, quien por estos años se encontraba al frente de su periódico La Sociedad
(Medellín,
Se enfrentaron a través de la prensa -sobre todo de los periódicos El Tradicionista, El
Catolicismo y La Caridad- a las
acciones y proyectos liberales. Defendieron la posición del Papado en toda
materia -más papistas que el Papa se ha dicho- a tal punto que debieron ser amonestados indirectamente por
el Concilio Provincial de 1873. Groot, maSÓn en su juventud, dibujante, pintor y grabador, se vinculó
tempranamente al periodismo y lo
entre 1836 1878; escribió libros, artículos y ensayos acerca de la
Iglesia y en su defensa contra el Protestantismo y las
bíblicas, hasta alcanzar una de las
obras del siglo XIX. Entre 1856 y 1869 escribió La Historia Eclesiástica y Civil de Nueva Granada, compendio de
Historia desde la conquista hasta 1830.
Joaquin Ortiz estuvo al frente del periódico La Caridad y de otros
periódícos, escribió artículos de manera permanente en defensa del catolicismo. Miguel Antonio
por su
parte, construyó el cuerpo ideológico de la Constitución conservadora y
de 1886 en compañía de
98
relaciones con la política, porque aquí existían claramente dos líneas de conducta opuestas, una que
legitimaba la autoridad proveniente de Dios, es decir, la de la Iglesia católica, y la otra que aprobaba
completamente la autoridad de los regímenes liberales 84 • Evidentemente, en torno a la participación
activa del clero en política no hubo acuerdo, y quedó claro que una era la posición del arzobispo y
otra muy diferente la de numerosos obispos, miembros del Concilio, que muy posiblemente
reclamarían a Roma los derechos de los cuales se sentían despojados. Continuaron entonces sin
resolverse preguntas sobre divergencias dentro de la institución, pero también permaneció vigente el
principal interrogante: ¿cuál debería ser la conducta de los obispos y del clero frente al pensamiento
liberal y los liberales? Sin embargo y no obstante las diferencias manifiestas, otros capítulos del
Concilio fueron aprobados sin problemas, como la consagración de la provincia eclesiástica de
Colombia al Sagrado Corazón, la condena del racionalismo, el indiferentismo, el naturalismo, el
espiritismo, las sectas masónicas y el matrimonio civil. Desde allí, para los miembros de la Iglesia,
las cosas girarían en buena medida alrededor de la aceptación o del rechazo a la reforma educativa
del régimen radical y al modo de participación del clero en política.
En enero de 1874 continuó sesionando el Segundo Concilio, pero ante las fuertes discrepancias,
/
divisiones y disputas surgidas en torno a las Constituciones que debían suscribirse, Indalecio,
obispo de Dora y auxiliar del Arzobispad0 85 , envió una extensa carta al arzobispo Arbeláez
expresándole su preocupación por "el cisma" que se avecinaba en la Iglesia. Le propuso, para evitar
una posible ruptura, hacer un receso y posponer para el mes de julio la culminación del Concilio,
convocar para esa fecha a los obispos, incluso si era necesario acudiendo a las penas canónicas, y
Rafael Núñez, y gobernó como Vicepresidente de éste entre 1892 y 1894; una vez muerto Núñez, en 1894, Caro
siguió su presidencia antiliberal hasta concluirla en 1898. GONZÁLEZ, B. y SEGURA, M.: José Manuel Groot
(1800-1878). Bogotá, Banco de la República, Biblioteca Luis Ángel Arango, Historia de la Caricatura en
Colombia/8, octubre de 1991. ORTIZ MESA, L. J.: "José Manuel Groot: Editar, publicar y vender un libro en el
siglo XIX. Su Correspondencia con José Joaquín Isaza, Obispo de Antioquia". En: Estudios Sociales. No. 6, FAES,
Medellín, septiembre de 1993, pp. 89-106. Para Caro, véase BERGQUIST, CH.: Café y conflicto en Colombia, Opus
cit; así mismo, SIERRA, R. (Editor): Miguel Antonio Caro y la cultura de su época. Universidad Nacional de
Colombia, Sede Bogotá, 2002.
84 En las Memorias de Cordovéz Moure encontramos una m uy extensa alusión a las diferencias que se dieron en
el Segundo Concilio Provincial Neogranadino. CORDOVÉZ MOURE, J. M.: Reminiscencias de Santa Fe y Bogotá.
Ediciones Agu ilar, Madrid, 1957. Así mismo, F. González hace valiosos análisis de las discusiones en el
Concilio que fueron, al parecer, muy agudas según puede percibirse en los relatos de Monseñor Restrepo
Posada, quien transcribe los proyectos de resoluciones de Arbeláez, los comentarios de Monseñor Barreto en
contra de éstos y la pastoral del arzobispo Arbeláez en la cual explica las normas del Concilio sobre la no
intervención del clero en política. GONZÁLEZ G., F.: Poderes Enfrentados... Opus cit., p. 211.
85 Este obispo fue preconizado por el Papa Pío IX el 23 de abril de 1873 como "Obispo de Dora in partibus in
fidelium y auxiliar del arzobispo con residencia en la ciudad de Tunja, capital del Estado de Boyacá" y fue
consagrado por el arzobispo Vicente Arbeláez el19 de octubre de este mismo año. Repertorio Eclesiástico, No.
34, Medellín, enero l° de 1874, p. 270.
99
enviarles con antelación el índice de las Constituciones expedidas hasta el presente, a fin de que las
pudieran leer y estudiar con detenimiento y fueran finalmente suscritas por ellos si las estimaban
convenientes; todo esto debía hacerse para evitar una mayor división dentro de la institución. El
obispo Indalecio señaló en su misiva que " cuatro proyectos de Constitución son los que han
dividido los ánimos y han causado exacerbación en las discusiones: 1°. Instrucción religiosa en la
provincia eclesiástica; 2°. Intervención o conducta del clero en la política; 3°. Escritos católicos, y
4°. Misiones,,86. Sobre el primero le aconsejó escribir a la Santa Sede para elevar consulta y así
allanar las intensas diferencias existentes sobre el mismo. Con respecto a los demás aspectos, lo
invitó a reflexionar y modificar su actitud por considerar que ella iba en detrimento de los intereses
de la religión y de la Iglesia. Así pues que el mencionado obispo lndalecio, le sugirió a Arbeláez,
prudencia en el manejo de los resultados del Concilio, consultas en lo relativo a la enseñanza
católica en las escuelas y modificaciones de posición en los aspectos tocantes con la conducta del
clero en la política, los escritores y escritos católicos y la legislación sobre misiones. En cuanto a la
educación, resultó cercano al bando de los ultramontanos.
El Concilio entró en receso. Durante éste, el arzobispo entregó dos pastorales. La primera, titulada
"Los deberes del clero en relación con el orden político", en la cual sostuvo con fuerza la
87
prescindencia del clero en la política ; arremetió contra lo que denominó el fanatismo político "que
tan profundamente preocupa los ánimos, pervierte y extravía los sentimientos, sacrifica á su pasión
los grandes intereses sociales,,88, y resaltó al sacerdote como mediador pacífico "cuyo grande objeto
es la satisfacción de las almas, debe sobreponerse á las pasiones políticas, que ciegan á los pueblos
y desarrollan en ellos las discordias y los odios profundos,,89. Invitó a los sacerdotes a predicar e
inculcar en el pueblo sus deberes de acuerdo al evangelio; precisó que la obediencia a la autoridad
temporal no se oponía al deber de enseñar y predicar en contra de todo error y procedimiento
contrario a las leyes de Dios y de su Iglesia. Abogó por arreglos en el tema de las escuelas,
proponiendo dejar la instrucción religiosa en manos de los sacerdotes o laicos católicos, y formuló
de nuevo la no intervención del clero en la política partidista .
86
AAM, C/Obispos, Carta del Obispo de Dora al Arzobispo Vicente Arbeláez, Santa Fe de Bogotá, enero 5 de 1874.
En esta pastoral el Prelado se apoyó en varios documentos de la iglesia: la Sollicitudo Ecclesiarum de Gregorio
XVI, la Alocución de Pío IX del 20 de julio de 1872, y el Concilio Prauincial de París de 1850.
87
AAM, C/Obispos, Ilustrísimo Señor Vicente Arbeláez, Carta Pastoral "Los deberes del clero", dirigida al clero
de la Arquidiócesis, Santa Fe de Bogotá, mayo 5 de 1874.
88
89
Ibídem.
100
En su segunda pastoral, el arzobispo se refirió a la devoción al Corazón de Jesús, que tanta fuerza
traía de Europa y que tanto venía calando en el país, a fin de poner en sus manos la dificil situación
de la Iglesia católica en los Estados Unidos de Colombia, afirmando que:
casi todos los gobiernos constituidos en el mundo, y en general, la riqueza, el
desenfreno de la prensa, el poder y la vana ciencia, se han conjurado contra Dios y su
Iglesia ... Nos hallamos, pues, en uno de esos períodos en que todos tenemos el deber
imperioso e imprescindible ... de trabajar y hacer sacrificios, según la posición que
ocupemos, ofreciendo en defensa de la Iglesia de Dios y en bien de las almas, nuestros
bienes, nuestro reposo y, si es necesario, hasta nuestra propia vida 90
La pastoral estuvo acompañada del correspondiente decreto por medio del cual ordenó la
Consagración de la Arquidiócesis al Sagrado Corazón de Jesús, así como los eventos que debían
hacerse para tal efecto.
El periódico La Sociedad de Medellín, dedicó su editorial del 6 de junio de 1874 a comentar la
primera pastoral del arzobispo -los deberes del clero- expresando su posición en el siguiente texto:
Cuando el bien espiritual de las almas, la conservación y propagación de la fe y de las
buenas costumbres, o los derechos y libertad de la Iglesia, no se interesan en una
cuestión o en un acto político, el clero debe abstenerse de intervenir en ello; cuando la
cuestión o el acto político interesen a alguno de estos grandes objetos, el clero no
puede prescindir de cooperar con toda su influencia para que la cuestión se decida, y el
acto se ejecute en el sentido que a tales importantísimos objetos conviene 91 •
Como puede observarse, los editores de La Sociedad acomodaron a su modo de pensar la pastoral
del arzobispo. Su texto aduce las experiencias de Prusia y Austria bajo Bismarck, alegando que la
doctrina católica no ordenaba la abstención del Episcopado y del clero en la política, cuando en ella
se ponían en juego los derechos y la libertad de la religión y de la Iglesia. A fines del mes de junio
los mismos editores, se refirieron de nuevo al tema de la prescindencia o intervención del clero en
los actos políticos y consideraron que de dicha cuestión debía ocuparse con preferencia la prensa
católica, pues la prensa liberal, aprovechando las circunstancias favorables, sostenía que con la
pastoral había quedado resuelto el
asun~
de la prescindencia del clero en la política, es decir, le
daba su propia interpretación al asunto. Argumentaban los editores de La Sociedad que:
AAM, C/Obispos, Pastoral y Decretos sobre la Consagración de la Arquidiócesis de Santa Fe de Bogotá al Sagrado
Corazón de Jesús, mayo 16 de 1874. Véase el valioso estudio de HENIDQUEZ DE HERNÁNDEZ, c.: "Estudio
90
iconológico del Sagrado Corazón. Su protagonismo en la historia de Colombia, 1867-1960". Tesis de Magister
en Historia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1992.
91
La Sodedad, No. 103, Medellin, junio 6 de 1874, pp. 49-50.
lO]
Cuando es la fuerza brutal, enemiga de la justicia y de la religión, la que atropella sin
miramientos la justicia de los pueblos y el orden religioso y moral de manera que no
hay medio legal ni pacífico que pueda refrenarla, la Iglesia invoca también la fuerza
para hacer respetar la justicia y los derechos religiosos y civiles de los cristianos. En
esto sigue el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, que con un látigo en la mano arrojó
92
del templo a los que lo profanaban .
El llamado al uso de la fuerza, a la "defensa legítima" y a la guerra justa, encontró sustentación en
una serie de casos históricos ocurridos desde el siglo XI hasta el siglo XVI, según los cuales,
amenazados los cristianos por "bárbaros e infieles", sus propios Papas llamaron a las armas. Esta
fue la posición de La Sociedad --expresión evidente de la jerarquía antioqueña- con respecto a la
actitud guerrera que debía asumir la Iglesia frente a un gobierno que, en su concepto, era contrario a
sus doctrinas y al papel que la institución eclesiástica debía cumplir en la sociedad.
Tampoco fue admisible para los obispos de Pasto, Popayán, Antioquia y Medellín, y más tarde para
el de Pamplona, la pastoral del máximo jerarca de la iglesia colombiana. El obispo de Pasto,
Manuel Canuto Restrepo y Villegas, le apostó a todo lo contrario, consideró que el clero debía
participar directamente en política y no aceptó la enseñanza de la religión católica como optativa en
las escuelas oficiales por considerarlas ateas
9J
.
Tan airados como Restrepo y Villegas, se pusieron
los obispos de Medellín, Antioquia y Popayán, impugnaron la reforma educativa y se opusieron a la
exclusión de la religión de la escuelas de primaria y de las normales dirigidas por pedagogos
alemanes protestantes; los obispos del Cauca exigieron el abandono de las escuelas laicas por parte
de los católicos. Todo ello comenzó a incendiar la guerra. El obispo Carlos Bermúdez de Popayán
ya tenía en funcionamiento escuelas católicas en muchas de las parroquias de la Diócesis de
Popayán, como un reto a las políticas liberales y como un desacato a su arzobispo.
La primera pastoral del arzobispo Vicente Arbeláez seguía generando mucha polémica. En ese
contexto, el arzobispo de Palmira y Prosecretario de la Sagrada Congregación de Negocios
Eclesiásticos Extraordinarios, Monseñor Marini, escribió a Arbeláez una carta en la que le
manifestaba varias observaciones sobre aquella. El Prelado le respondió en abril de 1875 con una
extensa carta fijando su posición sobre varios temas, a saber: la manera como concebía la
92
La Sociedod, No. 106, MedeUín, junio 27 de 1874, pp. 73-74.
Banco República de Pasto (en adelante BRP), Pastoral del 12 de Octubre de 1872 del Ilustrísimo Señor Obispo de
Pasto. Imprenta del Tradicionista, Bogotá, 1872. Pastoral del 8 de diciembre de 1873 del Ilustrísimo Señor Obispo de
Pasto. Imprenta del Tradicionista, Bogotá, 1874. En estas dos pastorales se percibe la posición enérgica e
intransigente del Obispo Restrepo contra el Decreto de los radicales sobre instrucción obligatoria, contra la ley
que rebajaba a la mitad el interés de los bienes expropiados a la Iglesia, y su postura a favor de la participación
directa del clero en política. A las pastorales señaladas nos referiremos en otros apartes del estudio.
93
102 abstención del clero en la política, su concepto de la política, su modo de combatir los errores de la
época, la posición de los escritores laicos en la prensa y su sometimiento al obispo, y la reserva de
las discusiones en el seno del Concilio Provincial 94. Esta carta es una reveladora muestra del
pensamiento y de la actitud del Prelado frente al liberalismo y del caldeado ambiente que ella
generó en la Iglesia católica colombiana de entonces:
Dice S. E ... que si yo deseaba inculcar de una manera perceptiva al clero la abstención
de la política, el amor que debe tener a la patria y el respeto a las leyes, habría sido
mejor que esto se hubiera hecho por medio de una circular secreta, que no por una
Pastoral que puede ser leída por todos y comentada en un sentido diverso. El
conocimiento práctico que tengo de los acontecimientos políticos que se han verificado
en este país, la parte que en ellos ha tomado el clero, y el curso que toman cada día,
han producido en mí el profundo convencimiento de que la intervención directa del
clero en la política del país, lejos de favorecer los intereses de la religión ... da un
resultado diametralmente opuesto. Pero debo advertir que al hablar de política no
entiendo esa política anticristiana .. . por la cual casi todos los gobiernos del mundo
violan hoy los principios eternos de justicia... No; lejos de mi semejante idea que sería
el completo desconocimiento de la misión de un Obispo católico... que debe dar el
ejemplo, debe levantar la voz sin respeto ni consideraciones humanas para condenar el
error... de donde quiera que provenga... "Si la influencia que el sacerdote puede ejercer
en cumplimiento de los deberes de su ministerio para combatir el error... se considera
como intervención en política, el sacerdote católico puede y debe ejercer tal
intervención" ... En el mismo sentido y penetrado de los sagrados deberes de mi
ministerio he combatido los errores dominantes de la época, tanto por medio de la
predicación como de las numerosas Pastorales que he dirigido al clero.. . hice publicar y
difundir con profusión la célebre Encíclica de Su Santidad Pío IX Quanta Cura... con el
Syllabus y las Constituciones dogmáticas sobre la fe católica ... sancionados en otro
Concilio...
... La segunda observación que S. E. me hace ... parece que yo supongo que la política
moderna de los gobiernos es un negocio puramente secular, y que esto es inexacto,
puesto que ella abraza principios antirreligiosos ... yo no puedo admitirla porque ella
esta en abierta contrariedad con mis procedimientos y con la constante enseñanza, que
tanto de palabra como por escrito he dado al clero y a los fieles ...
... Una vez hecha esta observación paso a manifestar que clase de política es de la que
he creído y creo que conviene se abstenga el clero en esta arquidiócesis, y por qué fue
necesario hacer dicha prescripción por medio de una Pastoral y no de una circular
secreta. Es incuestionable que no solo el clero, sino todo buen ciudadano debe ejercer
toda su influencia para procurar el triunfo de la justicia y de todas las cuestiones que
afectan el orden moral y religioso. Pero S. E. sabe muy bien que en todos los países del
mundo, y muy particularmente en estas Repúblicas , sujetas hace tanto tiempo a
constantes revoluciones, hay una política de círculos, de bandera, de fraudes y de
intrigas, en la cual dominan el interés y los fines particulares, sin tenerse en cuenta los
94 En el mes de enero de 1876, el arzobispo Arbeláez escribió también una extensa Carta al Papa Pío IX. en la
cual se defendía de todos los cargos que se le habían levantado en el ejercicio de su ministerio.
103
más triviales principios de la moral ni siquiera del decoro. Es de esta de la que he
creído y creo que debe abstenerse el clero ...
... desde la primera Pastoral que dirigí... al encargarme del gobierno de esta
Arquidiócesis, indiqué al clero la necesidad que tenía ... de guardar una conducta
mesurada y no mezclarse, en las funciones de su ministerio, en esos debates
encarnizados de la política puramente humana. Pastoral que fue muy bien recibida
por el clero y por el Episcopado... Posteriormente, y a pesar de mis prescripciones,
algunos escritores conservadores, y que dirigen la política de que he hablado, hicieron
esta cuestión tema de sus escritos, y fue por esto por lo que creí conveniente que esta
materia fuese objeto de una de las cuestiones del segundo concilio Provincial, porque
debiendo éste ser sometido al examen y aprobación de la Santa Sede, su decisión será
la regla cierta que deberá uniformar los procedimientos del Episcopado y del clero ...
Aquí debía haber terminado todo, y yo no pensaba dar la Pastoral en cuestión; pues que
la prudencia aconsejaba que, una vez que esto estaba sometido al juicio de la Santa
Sede, se aguardase el resultado. Un hecho imprevisto y que no estaba a mi alcance, me
obligó a dar la Pastoral. .. : Sabiamente se ha establecido que, tanto en los Concilios
generales, como en los particulares, las discusiones que tienen lugar en las
congregaciones sean secretas y que a los miembros que las componen se les exija el
juramento de guardar el secreto de todo cuanto se trate y discuta en ellas. En el
Concilio segundo provincial hubo necesidad de tocar cuestiones graves ... que herían
susceptibilidades y se contaba siempre con la reserva prometida. Desgraciadamente, la
promesa del secreto fue violada por personas constituidas en dignidad .,. y esto hizo
que algunos escritores públicos sin conocer a fondo las constituciones ... y por simples
informes exagerados, comenzaran a desprestigiar el Concilio ... Estos artículos, que se
publicaron en un periódico de la capital, fueron reproducidos fuera de ella. Una vez
promovida esta cuestión por la prensa hubo escritores que no solo dirigieron circulares
a los curas, manifestándoles que debían intervenir directamente en la política, sino que
se adelantaban a sostener que siendo la religión la única cuestión que hoy se debate en
este país, era el caso de sacudir el yugo por una revolución que debía ser encabezada
por los prelados y el clero.
He aquí el motivo por el cual creí indispensable dar una Pastoral en la que se
prescribieran algunas reglas sobre la conducta que debía observar el clero en las
.
. ... 95
cuestIOnes
po l'Jtlcas
El Segundo Concilio Provincial pudo clausurarse finalmente en el mes de julio de 1874, pero
concluyó sin acuerdos. Durante la segunda mitad de ese año, el de 1875 y la primera mitad de 1876,
siguió sintiéndose un tenso ambiente en la República. Daba la impresión que se venía fraguando
una guerra civil, pues la prensa conservadora, la católica y la liberal ya hacían referencia a ella. Si el
arzobispo Vicente Arbeláez desaprobaba pero toleraba las reformas liberales en lo religioso, los
obispos de la "línea dura", los laicos ultramontanos y los periódicos conservadores extremos, la
AAM, C/Obispos, Carta del Arzobispo Vicente Arbeláez a Monseñor Marini, Arzobispo de Palmira, Prosecretario de
la Sagrada Congregación de Negocios Edesiásticos Extraordinarios, Santa Fe de Bogotá, abril 12 de 1875. Las partes
en negrilla han sido resaltadas por el autor del presente estudio.
95
104
azuzaban en Bogotá y en las distintas regiones del país 96 . Podríamos decir que se trataba de la
oposición entre dos iglesias, una laica y otra católica, ambas alegando su carácter de universalidad,
intransigentes, descalificadoras de la contraria y seguras de sus postulados; ambas con obispos,
clérigos y feligreses propios .
Recapitulando, la división de la Iglesia católica colombiana se produjo entonces entre los años de
1870 y 1876, Y tuvo sus principales expresiones en el Segundo Concilio Provincial (1873-1874) y
en fuertes debates de periódicos civiles y eclesiásticos 97 ; pero también en fundaciones de escuelas
de ambos bandos
98
;
pastorales, circulares y proclamas de los obispos así como diversas expresiones
orales y escritas de sacerdotes y fieles 99; posiciones de asociaciones y sociedades catól icas 100;
reuniones sociales y políticas, y un uso indiscriminado de tribunas públicas, así como de púlpitos y
confesionarios
lol
.
Todo ello, avivó los ánimos y encendió el espíritu bélico que hizo carrera. Hay
que decirlo, la contienda armada que se avecinaba (1876-1877) fue ante todo una confrontación de
carácter religioso y se constituyó en una lucha entre poderes y soberanías. Antioquia y Cauca fueron
A raíz de las diferencias expuestas, el arzobispo de Bogotá, Vicente Arbeláez, y de la carta que envió al Papa
Pío IX en 1875 y a la cual hicimos referencia, más tarde, el 29 de mayo de 1878, el arzobispo Arbeláez escribió
al Obispo de Antioquia, infomlándole que había recibido de la Santa Sede una misiva relativa a escuelas
oficiales y la carta de su Santidad de aprobación de su conducta en las cuestiones suscitadas por el gobierno
relativas a la ley de instrucción pública. Cfr.: Archivo Diócesis de Antioquia (en adelante ADA), Tomo 348, 29
de mayo de 1878, f. 510.
96
Favorables a la Iglesia católica en el Cauca se distinguieron: La Juventud Católica, Cali, 1872-73; Los Principios,
Cali, 1875; La Juventud, Buga, 1875; y La Semana Religiosa, Popayán, 1875-76. En el Cauca se distinguieron como
periódicos favorables al liberalismo: La Escuela Liberal, Popayán, 1875; y La Unión Liberal, Cali, 1874-75. Fueron
favorables a la Iglesia católica en Antioquia: La Sociedad, Imprenta de la Diócesis por N. A. Pineda, 1872-1876;
Repertorio Edesiástico, Medellin, Imprenta de la Diócesis de Medellin, 1873-76; y El Deber, MedeIlín, 1876. Fue
favorable a los liberales en Antioquia: La Opinión, Medellín, 1876. Véase además, como manifestaciones de
oposición del clero a las medidas liberales en la región durante y después de la guerra civil, AAM, Medellín 6,
(en adelante M), C8, Memon'ales y Prolestas del clero en Antioquia 1876-1877. AAM, M12, C8, Manifestaciones del
clero en Antioquia. AAM, M31, C8, Grculares sobre persecución del clero.
97
Véase: QUr]ANO WA LLlS,
Grottaferrata, Roma, 1919.
98
J.
M. (Memoria): Memorias autobiográficas, histórico-políticas y de cnrácter social.
AAM, Sección Despacho del Arzobispo, Circulares eclesiásticas, M (Medellín) 27, 28, 92, Carpeta 4, 1857-1959;
Decretos, circulares y pastorales de la Arquidiócesis de Bogotá, M 29, 1868-1878.
99
100 ARANGO de R., G. M.: "Estado Soberano del Cauca: asociaciones católicas, sociabilidades, conflictos y
discursos politico religiosos, prolegomenos de la guerra civil de 1876". En: Ganarse el cielo defendiendo la religión.
Guerras civiles en Colombia, 1840-1904. Unibiblos, Bogotá, 2004 y "Mujeres, pobres y sociabilidades. La
Asociación del Sagrado Corazón de Jesús. Antioquia, 1870-1900". En: Revista Sociología, No. 24, Universidad
Autónoma Latinoamericana, Medellín, 2001.
101 Estos aspectos han sido rastreados en periódicos, hojas volantes y folletos. FolIetería Miscelánea y Sala de
Prensa, Biblioteca Universidad de Antioquia, Medellín. Cfr. URIBE, M. T Y J. M. ÁLV AREZ: Gen años de prensa
en Colombia, 1840-1940. Cll0, Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 2002.
105
a una expedición religiosa y política "en defensa de las prerrogativas regionales para justificar su
opción bélica"; los obispos y numerosos sacerdotes y fieles de estas dos regiones asumieron una
posición totalmente disidente de su Ordinario, el arzobispo de Bogotá, y le dieron a la lucha un tono
de cruzada
,02
.
Pero mientras el ambiente nacional eclesial estaba bien caldeado, en la región antioqueña la Iglesia
estaba casi totalmente unida, fuerte y en positivas relaciones con el gobierno conservador
antioqueño. Mientras sesionaba el Segundo Concilio Provincial Neogranadino, y en vista de las
dificultades y enfrentamientos que en éste se evidenciaban, la Sociedad Católica de Medellín,
presidida por el expresidente Mariano Ospina Rodríguez (1857 Y 1861) -quien también presidía la
Legislatura de Antioquia- '03 , organizó en el mes de enero de 1874 una Peregrinación al Señor Caído
de Girardota -población que distaba 5 leguas de Medellín-; con esta gran manifestación de piedad y
de adhesión a la Iglesia se quería apoyar la posición de los obispos que estaban en desacuerdo con
la actitud conciliadora del arzobispo Arbeláez, entre los cuales, como lo venimos reseñando,
descollaban sobre todo dos antioqueños: Manuel Canuto Restrepo, obispo de Pasto, y Joaquín
Guillermo González, obispo de Antioquia. El entonces obispo de Medellín, el rionegrero José
Joaquín Isaza, un hombre culto y moderado, envió una circular al clero para que fuera leída a los
fieles en sus parroquias exhortándolos a que asistieran a esta peregrinación " ... para que unidos en
102
PALACIOS, M.: Entre la legitimidad y la violencia, Colombia, 1875-1994. Opus cit., pp. 43-45.
103 Mariano Ospina Rodríguez (1805-1885). Nació en Guasca, Cundinamarca. Abogado del Colegio San
Bartolomé a los 22 años. Participó en la fracasada conspiración contra el Libertador Simón Bolívar en
septiembre de 1828. Se fugó de Bogotá y se dirigió a Antioquia donde apoyó al general antioqueño José María
Córdoba en contra de Bolívar y su proyecto monárquico entre 1828 y 1829. En 1830 se refugió en las montañas
de Santa Rosa y más tarde fue nombrado Secretario del Gobernador. Ese año apoyó a Salvador Córdoba contra
el venezolano Rafael Urdaneta en Antioquia, quien había asumido el Gobierno nacional. Ocupó luego cargos
políticos en la Provincia de Antioquia y asumió la dirección de la Secretaría del Interior y Relaciones
Exteriores, cumpliendo destacado papel en la formulación de la Constitución centralista de 1843 y en el
proyecto educativo técnico y religioso de 1842 a 1845. Casó tres veces, la última de las cuales lo incorporó de
manera más decidida a la élite regional, pues su matrimonio fue con Doña Enriqueta Vásquez, hija de Pedro
Vásquez Calle, uno de los hombres más ricos de Antioquia en el siglo XIX. Ocupó la Gobernación de Antioquia
y con José Eusebio Caro, padre de Miguel Antonio Caro, redactó el programa fundacional de partido
conservador en 1849. Fue congresista entre 1849 y 1853; Presidente de la República entre 1857 y 1861 y, ante su
gobierno centralizador y sus medidas antifederales, se encendió la guerra civil de 1859-1862; una vez concluida
su Presidencia fue puesto preso y enviado a la cárcel de Cartagena. Fugado, se instaló en Guatemala y se
vinculó allí a actividades económicas y culturales, siendo muy cercano de los jesuitas, a quienes había traído al
país en 1844 y luego en 1857 bajo su gobierno. Regresó a Medellín en 1871, continuó vinculado a la política y a
los negocios y fue decisivo en la defensa de la Iglesia católica contra el liberalismo. Escritor en varios
periódicos y fundador de La Sociedad para enfrentar al radicalismo; desde éste participó activamente en el
incendio de la guerra civil de 1876-1877. Derrotados los conservadores, Ospina debió expatriarse y luego, al
volver a Medellin, murió en 1885. ARIZMENDl P., l.: Presidentes de Colombia, 1810-1990. Opus cit., pp. 111-114.
Un muy sugerente estudio sobre Mariano Ospina R es el de WISE DE GOUZY, D.: Antología del pensamiento de
Mariano Ospina Rodríguez. Bogotá, Banco de la República, FAES, 1990.
106
santa fTaternidad, elevemos todos nuestras plegarias al Señor por el triunfo de la Jglesia, por la
libertad del Romano Pontífice, por la paz y concordia de todos los pueblos cristianos y por la
prosperidad de nuestra querida y desgraciada patria" 104. El programa para dicha peregrinación
incluía ejercicios espirituales, presencia de las diputaciones de los pueblos distantes, organización
de los peregrinos, asistencia de los cuerpos colegiados, representantes de corporaciones y
comunidades, banderas, arreglo de las calles por donde circularía la peregrinación, cánticos,
oraciones, eucaristía y colecta para sufTagar los gastos de la peregrinación y para apoyar al Santo
10s
Padre .
Más adelante, los miembros de la Sociedad Católica de Medellín se refirieron a este evento en
términos que refieren el triunfalismo en que estaba asentada la Iglesia y la cristiandad antioqueñas:
Amaneció por fin el 4 de enero, ese día tan deseado, en que la religión iba a tener uno
de sus más espléndidos triunfos, y el pueblo a dar uno de los más convincentes
testimonios de su religiosidad... ondearon más de 56 banderas de diversas formas y
colores ... llevadas todas por personas respetables, entre 15.000 y 20.000 peregrinos de
todas las condiciones sociales, colegios, Capítulo Catedral, el Presidente del Estado,
empleados del gobierno, asociaciones piadosas, gentes delegadas de pueblos lejanos
como Huango y Támesis, las Asociaciones Católicas representadas por respetables
señoras, cuya directora, la esposa del Presidente del Estado, llevaba la bandera de la
institución, dos prelados y numeroso clero. Hubo más de 7.000 comuniones ... Este ha
sido el gran día, el día de la gloria para la religión, la patria y el individuo... hombres
de todos los lugares del Estado daban testimonio de sus idénticas creencias... Sí, en
este día Antioquia ha hecho un gran triunfo sobre sus numerosos enemigos, dando un
avanzado paso en la senda del bien, distinguiéndose por ser el primero que en
,06
Colombia; y quizá en América, haya dado un espectáculo tan sublime .
Otro evento que expresa los vínculos y excelentes relaciones entre el gobierno del Estado de
Antioquia y la Iglesia católica, es la circular que envió en el mes de diciembre de 1874 el obispo de
Medellín José Joaquín Isaza, al Capítulo Catedral, Vicarios y clero en general, informándoles que el
presidente del Estado de Antioquia "nos ha dirigido una cortés excitación para que por nuestra parte
y la de todo el clero que nos está encomendado prestemos una decidida cooperación para que la
fiesta religiosa ordenada por el gobierno del Estado en acción de gracias al Omnipotente... y que
debe celebrarse el primero de enero de cada año... tenga la debida solemnidad",07. El obispo llamó
104
Repertorio Eclesiástico, Diócesis de Medellín, No. 31, Medellín, diciembre 1 de 1873, pp. 245-247.
105
Ibídem.
106
La Sociedad, No. 86, Medellín, enero 8 de 1874.
107
Repertorio Eclesiástico, Diócesis de Medellín, No. 68, diciembre 1 de 1874, p. 542
107
entonces a su clero a cumplir con "este deber" autorizándolo a ofrecer "indulgencia plenaria á todos
los fieles que, confesados y comulgados, visiten el primero de enero de 1875 cualquiera de las
iglesias parroquiales de la Diócesis y oren allí por las necesidades actuales de la Iglesia, y por la
dicha y prosperidad del Gobierno y pueblo antioqueños,,108.
En el mes de diciembre de 1874 murió el obispo Isaza 109; fue sustituido interinamente por el obispo
o
anterior, Valerio Antonio Jiménez" , quien había renunciado por motivos de salud, siendo
nombrado como Vicario Capitular por el Capítulo Catedral presidido por el Deán José Ignacio
Montoya" l . El sepelio del obispo José Joaquín Isaza fue otro evento que reveló la cordialidad y el
afecto reinante entre el gobierno del Estado y la Iglesia: "La procesión runebre... se interrumpió al
llegar frente a la casa del ciudadano Presidente del Estado, para oír varios discursos pronunciados
por personas respetables"lI2, entre las cuales encontramos destacados políticos conservadores.
Monseñor Valerio A. Jiménez se mantuvo en el cargo hasta su renuncia -nuevamente por motivos
de salud- en enero de 1876. Si bien el obispo estaba cansado y enfermo, es muy factible que al
percibir vientos de guerra y palpar la división que se estaba consolidando en el seno de la Iglesia
colombiana, decidiera acelerar su renuncia. Ello le permitió salir incólume de un difícil momento
que lo podía comprometer con sus más cercanos colegas y amigos: de un lado con el arzobispo
Vicente Arbeláez quien fue su Vicario suplente desde 1846; de otro lado, con su compañero en la
108
Ibídem.
109 A los pocos días de la muerte de lsaza, también murió el doctor Pedro Justo Berrío -14 de enero de 1874­
quien como ya expusimos fue Presidente del Estado desde 1864 hasta 1873; dos pérdidas muy significativas
para Antioquia en cuestión de 20 días; se celebraron funerales muy concurridos.
110 Valerio Antonio Jiménez (1806-1891). Nació en Marinilla y se educó de manera particular con un tio suyo;
estuvo en varias legislaturas (1838-1850), fue cura interino en parroquias del oriente conservador, de Abejorral,
San Vicente y Guatapé; cura propio de Cocorná y de Marinilla; fundador y Rector del Colegio de San José de la
Marínilla; Vicario General de la Diócesis de Antioquia en 1862 nombrado por el Obispo Riaño, cuando debió
gobernar la Diócesis después de la guerra civil al ser expatriado el Obispo Riaño por el Presidente Mosquera;
Vicario Capitular por la muerte de Riaño entre 1866 y 1868; Obispo de MedeIlín y Antioquia entre 1868 y 1872
-renunció por motivos de salud-o En 1869 fue nombrado coadjutor con derecho a sucesión del obispo Isaza;
Vicario Capitular a la muerte de Monseñor lsaza en diciembre de 1874, oficio que desempeñó hasta 1875; en
1884 fue de nuevo Vicario Capitular a la muerte del obispo José l. Montoya hasta el 21 de enero de 1886; de tal
manera que fue 5 veces Prelado de su Diócesis y sucesor de sus mismos sucesores. Celebró el primer Sínodo
Diocesano, apoyó con decretos y dineros la construcción del templo de la Catedral, fundó el Seminario de
MedeUín e impulsó la educación católica y la beneficencia a través de asociaciones católicas. RAMIREZ U., U.
(Pbro.): Apuntes para la Historia del Clero y persecución religiosa en 1877. Opus cit., pp. 2-5; PIEDRAHITA, J.
(Pbro.): Biografía del ilustrísimo señor Valerio Antonio ¡iménez Hoyos, primer Obispo de Medellín, 1806-1891 .
Concurso IDEA, Imprenta Departamental de Antioquia, Medellín, 1997.
111
De este futuro obispo de la diócesis de MedeIlfn nos ocuparemos en el capítulo IIJ.
112
Repertorio Eclesiástico, Diócesis de Medellín, No. 73, enero 9 de 1875, pp. 593-598.
108
consagración episcopal, el obispo de Popayán, Carlos Bermúdez, quien resistía las medidas del
arzobispo en el Cauca; y además, con uno de sus hermanos más cercanos en el Episcopado, Joaquín
l13
Guillermo González , quien ya se encontraba ejerciendo como obispo de la Diócesis de Antioquia.
Finalmente, el 14 de febrero de 1876, el Capítulo nombró Vicario Capitular al Deán José Ignacio
l14
Montoya, quien fue consagrado como obispo de Medellín el 20 de julio de ese mismo año ,
cuando ya la guerra había estallado en el Cauca, y en Antioquia estaba a punto de comenzar. El 26
de ese mismo mes entregó su primera pastoral, en la cual habló de "la guerra implacable que el
liberalismo impío y racionalista ha declarado a la Iglesia"lls y a la cual nos referiremos en el
capítulo 3 cuando nos adentremos en la figura de este obispo.
1.3. Polémica por control de la educación incendia la guerra
El problema educativo, como lo venimos señalando, es sin duda el que ocupa la mayor atención de
la Iglesia católica colombiana, y muy especialmente de la antioqueña, y es decisivo en la pugna
entre liberales e Iglesia por el control de las conciencias. Estaba en juego, no sólo la dirección y el
control del aparato educativo, sino lo que este cambio podía significar para el futuro de ambos
bandos. Si los liberales lograban imponer una educación laica, las transformaciones sociales,
políticas y económicas modemizantes podrían ser viables; de lo contrario, el país continuaría bajo la
tutela de la Iglesia y ésta seguiría legitimando un Estado confesional e imponiendo un sistema
educativo tradicional en un país anclado en sus viejas herencias. Estaba pues en juego un elemento
concluyente para el futuro de la nación, y por ello, la educación se tomó en tema candente en la
década de 1870.
Para 1872, Colombia contaba con 1.319 escuelas elementales, de las cuales 304 estaban en el
Estado de Santander, seguido por Antioquia con un número de 280; pero además era la región
antioqueña la que albergaba el 32.7 % del total de alumnos nacionales: 16.987. Para 1876 las
escuelas del país eran 1.646, y Antioquia pasó a ocupar el primer lugar en número pues contaba con
409, seguida por Cundinamarca con 340; la región albergaba 18.887 alumnos, lo que significaba el
113 Joaquín Guillenno González nació en Marini11a -oriente antioqueño- en 1823 y murió en 1888. Fue
consagrado como primer obispo de la Diócesis de Antioquia en 1873. Del obispo González nos ocuparemos
extensamente en el capítulo 01, apartado 3. 3.
114
"Provisión de la silla episcopal de Medellín". En: La Sociedad, No. 204, Medellin, junio 10 de 1876.
115
Repertorio Eclesiástico, Diócesis de Medellín, No.152, Medellin, julio 29 de 1876.
109
23.8% de los alumnos nacionales 116. El cuadro No.2 nos permite comparar el estado de la educación
primaria a través de el número de escuelas existentes y de alumnos matriculados en los Estados
Unidos de Colombia entre 1872 Y 1880:
CUADRO No2 NÚMERO DE ESCUELAS Y ALUMNOS EN COLOMBIA ENTRE 1872 Y 1880 ESTADOS
Antioquia
Bolívar
Bo~cá
Cauea
Cundinamarea
Magdalena
Panamá
Santander
Tolima
Territorios N/les.
Total
ESCUELAS PRIMARIAS
1872
280
119
128
175
196
30
41
304
46
Nr
1319
1876
409
67
200
219
340
40
28
253
68
22
1646
1880
271
75
132
143
228
59
54
243
84
6
1395
ALUMNOS
1872
16987
Nr
5369
4569
8414
Nr
1273
13207
2145
Nr
51946
1876
18887
4465
8160
8457
15593
2479
1883
11074
4088
891
79123
1880
10000
5241
11916
9000
13829
2382
2765
12306
3783
279
71501
Fuente: LOY MEYER, J.: "La Educación Primaria durante el Federalismo; La reforma educativa de
1870. En : Revista Colombiana de Educación. Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 198 1, pp. 45-61.
Observamos que en la región antioqueña el porcentaje de alumnos matriculados en primaria
descendió para 1880, lo que nos permite inferir que la Iglesia católica antioqueña no animó la
obligatoriedad de la enseñanza laica promovida por los radicales, al tiempo que debieron crearse
instituciones privadas que permitieran la educación católica, las cuales no aparecen en los datos
oficiales. También debió declinar la educación ante las condiciones fiscales del Estado después de
la guerra civil de 1876-1877, el ligero declive de la producción de oro y plata, la guerra civil de
1879 y la inestabilidad causada por la corta "revolución radical de 1880". Pero de otra parte,
recordemos que en el caso de Antioquia se dio un fenómeno contrario al del resto del país: el
gobierno conservador de Pedro Justo Berrío mantuvo una alianza entre la Iglesia católica y el
gobierno del Estado\l?, impidiendo así que en territorio antioqueño se cumplieran los decretos de
instrucción pública ordenados por el gobierno liberal de la Unión, los cuales sólo comenzaron a
La Legislatura del gobierno de Antioquia se negó a aceptar el Decreto liberal sobre educación laica y
respaldó la enseñanza moral y religiosa en las escuelas. Decreto 186 por el CIUll no se acepta un acto del Poder
Ejecutivo Nacional, el decreto del 1° de noviembre de 1870, Medellin, octubre 3 de 1871. Véase también la Circular
No. 2 sobre Instruccián Pública, del Secretario de Gobierno, Abralutm Garda, Medellin, febrero 4 de 1871. PALACIO
M. V Y NIETO L, J. (Compiladores): Escritos sobre inslrucóán pública en Anlioquia. Secretaría de Educación y
Cultura, Medellin, 1994.
116
VILLEGAS, L. J.: Aspectos de la educación duranle el gobierno de Pedro Justo BerTÍo, 1864-1873. Secretaría de
Educación y Cultura de Antioquia, Colección didáctica, MedeUin, 1991. Véase especialmente los apartes
relativos a la Iglesia católica.
117
110 tener vigencia en el año de 1877, cuando culminó de la guerra civil. Ello nos permite inferir que fue
muy grande el empuje a la educación primaria durante el gobierno de Berrío, y que una vez retirado
de la Presidencia del Estado, el nuevo y también conservador presidente, Recaredo de Villa, invirtió
un poco menos de dinero que su antecesor en educación, al parecer, por motivos fiscales generados,
en parte, por la inversión en armas y municiones que el Estado Soberano de Antioquia hizo en los
años anteriores a la contienda bélica de 1876-1877.
En el país, la polémica en torno a la orientación y custodia de la educación entre las dos escuelas
enfrentadas, fue recurrente en la década de 1870; muchas páginas de la prensa, discursos, leyes,
sermones, prohibiciones y pastorales, se dedicaron a alimentar y radicalizar la disputa suscitada en
tomo a sus contenidos y protección. La prensa católica demonizó el pensamiento liberal que, en su
opinión, formaba y promovía profesionales dedicados a legislar contra la autoridad de la Iglesia,
llevando al país a una grave situación de conflictos e injusticia; también impugnó la educación
pública e invitó a los católicos a revelarse contra ella y contra las cargas económicas, sociales y
morales que les demandaba. El siguiente texto, escrito por uno de los colaboradores del Repertorio
Eclesiástico -órgano de comunicación oficial de la Diócesis de Medellín- deja ver el pensamiento
católico en torno al tema de la educación, su rechazo a la educación laica, a sus teóricos y a la
formación impartida en la Universidad Nacional de Colombia; además, permite percibir cual era la
situación en la región antioqueña con respecto al control de la educación en el contexto de la no
aplicación de ley nacional de instrucción pública:
La cuestión sobre libertad de enseñanza se agita, hace muchos años, en todas las
naciones civilizadas del mundo. La Iglesia católica, siempre fiel a la divina misión que
le fue conferida por su divino fundador "ite docete omnes gentes" (id y enseñad a todas
las gentes) no ha dejado de reclamar sus derechos, en donde quiera que se le han
querido poner trabas para el ejercicio de tan sublime misión. Por desgracia de algún
tiempo a esta parte, los gobiernos civiles han manifestado una tendencia bien marcada
á ponerle obstáculos, en el ejercicio de su sagrado ministerio de la enseñanza ...
... Conforme al plan de estudios que estuvo vigente desde el año de 1826 hasta 1842 ...
debían estudiarse para optar grados académicos la ideología por Tracy y la Legislación
civil y penal por Jeremías Bentham, autores conocidamente impíos ... habiendo sido
obligatorias esas enseñanzas para obtener grados académicos, lo eran sin duda ninguna,
para obtener los destinos en el orden judicial, que necesitaban de aquel requisito ... Por
ahora, el gobierno nacional se ha contentado en materia de educación secundaria, con
plantear una universidad nacional, sostenida con las rentas de la Nación, en donde se
enseñan los errores de las sectas materialistas y sensualistas que inauguraron en
Francia en el siglo pasado, Voltaire y sus discípulos, y que produjeron los excesos de la
revolución de aquella nación ... Los católicos de este país, se hallan hoy en un caso
análogo al que se encontraban los católicos irlandeses ántes de su emancipamiento. A
aquellos se les obligaba a pagar el diezmo de todos los productos de su industria, para
sostener el clero y el culto de una religión que no profesaban, que les era odiosa ... Los
1I 1 católicos colombianos tienen que contribuir con gruesas sumas para sostener una
Universidad en Bogotá, en donde se enseñan malísimos principios en moral, en política
yen religión; tienen que contribuir en algunos Estados para sostener colegios, vaciados
en el molde de la Universidad Nacional. .. Bien se comprende que en nuestras
apreciaciones no comprendemos al Estado de Antioquia, en donde no fue aceptada la
ley nacional de instrucción primaria, ni está desterrada de las escuelas y colegios la
" cato'l Ica
' " 118 .
re l ·IglOn
Para la Iglesia católica, la educación primaria no debía ser obligatoria sino dejarse al arbitrio de los
padres de familia, y el gobierno solo debía limitarse a abrir escuelas de ambos sexos en todas las
parroquias, las cuales incumbían a los párrocos, quienes las supervisarían y escogerían sus
maestros 119. Sin embargo debemos señalar que el problema de la educación y de la lucha contra el
liberalismo, fue asumido con bastante más vehemencia quizás por Monseñor Manuel Canuto
Restrepo, obispo de Pasto, quien abanderó la resistencia católica en forma apasionada e incendiaria,
y en un tono polarizante y estigmatizador de sus opositores. En octubre de 1872, dirigió a sus fieles
una pastoral, en la que protestó de manera enérgica contra varias leyes de Colombia y
especialmente contra el decreto de instrucción pública de 1870 -de instrucción obligatoria,
calificado por el obispo como "de corrupción obligatoria"-, que en su opinión violaba los derechos
de la Iglesia. Se refirió entonces, en dicha pastoral, a los "enemigos de la Iglesia", los liberales, y a
su política educativa, en los siguientes términos:
quienes tienen al cinto provisión de veneno y puñal; llevan en una mano el martillo
demoledor y en la otra la tea incendiaria, y van gritando libertad, igualdad y
fraternidad. En la frente llevan escritos, como la bestia del Apocalipsis, los nombres de
odio y blasfemia, y todas sus obras son obras de iniquidad. Esta nueva especie de
monstruos no habita sino en las ruinas, a las que llama progreso; no calma su sed
devoradora sino con el sudor y las lágrimas de los pueblos, y no se alimenta con otra
sustancia que con sangre humana. Conocedlos... El Gobierno se ha declarado
constitucionalmente ateo y no pierde ocasión de herir con leyes y decretos la religión
católica, mientras que estimula y protege la enseñanza de toda doctrina impía y el
establecimiento de toda secta contraria a la religión nacional... Vosotros sabéis
venerables sacerdotes y muy amados diocesanos nuestros que el gobierno de la Nación
expidió un decreto con fecha 1 de noviembre de 1870, llamado de instrucción
obligatoria, y que debe llamarse de corrupción obligatoria. Por ese decreto se prohíbe
la enseñanza de la religión católica, en las escuelas costeadas por los pueblos católicos,
y al frente de ellas se colocan maestros protestantes La prensa ha discutido y probado
hasta la evidencia, la inconstitucionalidad, injusticia, inmoralidad e inconveniencia que
encierra dicho decreto en una Nación católica; y con todo el gobierno ha seguido
118
Repertorio Eclesiástico, Diócesis de Medellín, No. 4, MedelIín, marzo 1 de 1873.
119 En el Repertorio Eclesiástico de los años 1873, 1874, ]875 Y 1876, encontramos muchos escritos de
colaboradores y redactores en los que se expresa de m últiples maneras y con argumentos bastante similares, la
oposición y el antagonismo existente entre la propuesta educativa de la Iglesia católica y del liberalismo,
fundados en los filósofos y las ideas más destacadas -y por supuesto atacadas- del liberalismo.
112
•
adelante en su propósito .. . La Municipalidad de Pasto unánimemente, y apoyada por
miles de firmas ... ha reclamado a la Convención del Estado del Cauca contra dicho
decreto ... es inconstitucional y hecha por tierra la soberanía de los Estados ... Pero no
hay para que razonar: el Gobierno y los de su escuela son ateos y comunistas, y
necesitan escuelas sostenidas con vuestro dinero para formar en ellas turbas que más
tarde sepan manejar con destreza el martillo demoledor y la tea incendiaria ... Es para
ese fin que os obligan a entregar vuestros hijos para que sean pervertidos, y a que
paguéis los maestros de su corrupción ...... Lo que hay en esta tierra, cubierto con un
jergón que llaman política, es el monstruo de la incredulidad y el ateísmo que le hacen
guerra a la propiedad, a la familia, a la moral, a la religión, a la Iglesia, a Jesucristo y al
mismo Dios su Eterno Padre 120.
El contenido de la pastoral encierra una concepción religiosa intransigente a toda prueba. Los
símbolos utilizados llaman a un fin del mundo representado en el uso del veneno y del puñal para
derruir lo construido por la Iglesia en tantos siglos; además del martillo demoledor y la tea
incendiaria, asociados a los principios rectores de la Revolución Francesa, libertad, igualdad y
fraternidad, surgieron en su opinión, el progreso, el ateismo, el protestantismo y el comunismo.
Con ellos, estaban en juego la existencia de los principios defendidos por el catolicismo, la
propiedad, la familia, la moral, la religión y la Iglesia. Ante un enemigo de tales calibres, sólo
quedaba para el obispo, una mirada apocalíptica del mundo que más bien que dejarse someter a ese
orden, lo conminaba a incitar una cruzada religiosa.
Con esta pastoral, el obispo de Pasto entró en abierta disidencia con su superior inmediato el
arzobispo Vicente Arbeláez, quien como ya señalamos, había asumido una actitud conciliadora con
el gobierno liberal. Una parte importante del clero de Pasto secundó a su obispo con una carta de
apoyo y fidelidad escrita en un lenguaje tan incendiario como el utilizado por el obispo, firmada por
30 sacerdotes y un subdiácono, fechada el 20 de octubre de 1872, en la cual resolvían adherirse
"con todo el entusiasmo de nuestra alma y corazón a la precitada pastoral, pensando y obrando de
conformidad con ella ... rechazamos el decreto del Gobierno de la Unión de 10 de noviembre de
1870, sobre instrucción pública"
121.
Igualmente el clero de Pasto hizo juramento de solidaridad y
obediencia a su obispo y designó una comisión de clérigos para presentarle a éste su mensaje de
felicitación y el acta de la adhesión a su pastoral.
La mencionada pastoral produjo efectos significativos y reacciones en el Estado del Cauca. Ante
este revuelo, el obispo Restrepo envió ello de diciembre una circular a los párrocos de su Diócesis
120 BRP, Pastoral que el Ilustrísimo Señor Obispo de Pasto, Doctor Manuel Canuto Res/repo, dirige a su Oero y a sus
diocesanos. Tipografía de Ramírez, Pasto, octubre 12 de 1872.
121 BRP, Encontramos esta carta en el Periódico El Católico, No. 1, Pasto, 1876. También en el periódico La
Sociedad, apareció una comunicación referida al tema: La Sociedad, No. 26, Medellín, diciembre 7 de 1872, p. 203.
113 en la que les decía que "como una luz introducida en una caverna tenebrosa despierta con su
resplandor los moradores de las tinieblas, y volátiles reptiles se mueven y vuelan en confuso
desorden, así también nuestra Pastoral, de 12 de Octubre último, ha despertado con su luz a los
sectarios, y una lluvia de insultos, calumnias, dicterios y amenazas han caído sobre Nos y nuestro
clero" 122. Expresaba el obispo que los desórdenes causados en el Estado del Cauca no tenían su
origen en maquinaciones o en incitaciones a tomar las armas por parte de la Iglesia católica; además
argüía que así como los gobiernos tenían sus derechos para dirigirse al pueblo, el mismo derecho lo
tenían los obispos. Para Restrepo entonces:
no es delito protestar contra una o mas leyes, donde hay libertad absoluta de imprenta.
Esto y no otra cosa es lo que hemos hecho en nuestra pastoral, de lo cual no nos
arrepentimos por mas amenazas y arbitrariedades que cometa el Gobierno; pero sí
denunciamos a los escritores públicos que combaten en pro de las malas leyes y de las
constituciones malas, y principalmente denunciamos á los ateos é incrédulos, que
insultan y atacan la Religión del pueblo, para que se les aplique la misma pena que á
nosotros .. . si los Obispos abusan de la imprenta porque escriben, el mismo abuso
cometen los Gobiernos cuando escriben; si los Gobiernos tienen derecho a dirigir
proclamas á los ciudadanos del Estado; los Obispos también lo tienen para dirigir
pastorales a los católicos,,123
El obispo, puso en igualdad de condiciones a sus opositores, pidió un trato igual para todos de parte
del gobierno liberal y ordenó a los párrocos leer por dos veces en días festivos la circular y además
instruirlos en los siguientes aspectos:
1° Que el Obispo y su clero no han pensado en hacer guerra al Estado ... sino advertir al
pueblo los peligros que lo rodean respecto a su fe y a su religión ... 2° los pueblos
deben, como lo hemos enseñado siempre, procurar la paz pública ... 3° Deben estar
sujetos y obedientes a las autoridades, en todo aquello que no se contraría á los
mandamientos de Dios y de la Iglesia, porque si tal cosa no sucede pueden y deben
reclamar por las vías legales ... y si esto no basta deben oponer resistencia pasiva, que
es mas poderosa que las armas, cuando ella nace de la conciencia de un pueblo unido
,. d
.
¡:: 124
por e I espJrltu e una mIsma le .
Ante estos escritos y ante los exaltados ánimos de los habitantes católicos del Estado del Cauca, y
aunque la resistencia proclamada por el obispo fuera "pasiva", el presidente del Estado, el General
Tomás Cipriano de Mosquera, declaró turbado el orden público el día 2 de diciembre de J 872:
Dirigió una Alocución a sus habitantes en la cual les enunciaba, en tono de queja, los grandes
122
La Sociedad, No. 30, Medellín, enero 4 de 1873, pp. 235-236.
123lbídem.
124
Ibídem.
J 14
proyectos que venían caminando para el desarrollo del Estado, como el ferrocarril que uniría al
puerto de Buenaventura, en el Océano Pacífico, con el río Cauca; el telégrafo eléctrico; el cable
submarino que ponía en comunicación a Colombia con los Estados Unidos y Europa. Lamentaba
entonces que "el genio del mal, animando á los obispos de Pasto y Popayán, viene a perturbar
vuestro sosiego, excitándoos, por publicaciones imprecisas al desobedecimiento de la Constitución
y las leyes, so pretexto de defender la religión"I25. El presidente invitó a los ciudadanos a leer con
vigilancia y cuidado la pastoral del obispo y la adhesión del clero pues encontraba que "los que
pretenden imitar a los Apóstoles que recibieron misión del Hombre de Dios de predicar la Religión
que enseñó cuando vino a redimir al género humano quieren hacer aparecer como ateos a los
ciudadanos que defienden las instituciones patrias, la República y su soberanía, del dominio del
poder absoluto que reinó en el mundo antiguo y en el medioevo"l26. El gobierno nacional, argüía
Mosquera, con una interpretación propia de la masonería de la época, no estaba interesado en
difundir otras doctrinas ni en predicar el ateismo porque lo consideraba nefasto, pues en "todas las
Naciones en donde se reconoce y respeta á la Divinidad se garantiza la propiedad y se sostiene la
familia, hay prosperidad y bienestar sociales. Las Naciones que desconocen estos principios son
presa de la tiranía de los hombres absolutos, sea cual fuere el dictado con que se les nombre: Reyes
o Pontífices"l27. Finalmente, Mosquera pidió evitar el desorden y enviar los hijos a las escuelas del
Estado y no a las de la Iglesia, recordándoles que aquellas estaban financiadas con el propio dinero
que ellos como contribuyentes entregaban al Estado y por lo tanto era su derecho hacer uso de ellas.
Ante los hechos ocurridos en el Cauca -enfrentamientos entre sociedades católicas y democráticas,
consignas callejeras contra el obispo Bermúdez, homicidios como resultado de enfrentamientos
entre bandos, malos tratos entre opositores, artículos de prensa ofensivos de ambas partes 128- el
periódico La Sociedad dedicó un extenso editorial titulado" Ataques a la Iglesia", calificando de
violación de la ley, la hostilidad que manifiesta contra la Iglesia católica, lo que en su opinión se
constituía en delito y del cual, no habían sido castigados sus autores. Defendió la pastoral del
obispo, y su "derecho constitucional" a expresar su pensamiento por escrito o de palabra. Rechazó
125
Ibídem.
126
Ibídem.
127
Ibídem.
128 El Porvenir, Cali, 1876. La Semana religiosa, Popayán, 1875-1876. De esta último, véase especialmente, "Los
sucesos de Popayán. Comunicación del señor Antonio Ola no, Popayán, marzo 8 de 1875". En: Los Principios,
No. 175, Cali, abril 2 de 1875. Cf. ARANGO de R., G. M.: "Estado Soberano del Cauca: asociaciones católicas,
115 la conducta del presidente Mosquera por acusar al Prelado de conspirar contra el orden público,
acusándolo en cambio a él de violar la ley de libertad de imprenta, siendo él el sujeto de delito que
debía ser castigado, pero sin embargo: "la sanción a este delito no se hace y a cambio, el mismo
presidente expide decretos declarando turbado el orden público, y el país en estado de guerra; y
presentando como reos de rebelión al Señor Obispo de Pasto y á su Clero"l29. Termina su texto
pidiendo castigar el delito de persecución a la Iglesia:
Todos los escritores públicos católicos, todas las asociaciones católicas ... en este país,
hablan de defender esos derechos y esa libertad por los medios legales; todos aseguran
que no quieren actos de violencia, sino los medios legales. ¿Pero cuáles son los medios
legales de defender un derecho? Si se trata de un derecho dudoso.. . el medio legal es
ocurrir al juez y hacer valer ante él las pruebas ... Si se trata de un derecho violado por
un delito, el medio legal es perseguir ante la justicia al autor del delito y á sus
cómplices. Los casos que con frecuencia ocurren en la Religión respecto de los
derechos de la iglesia y de la libertad religiosa, son de este último género; pero hasta
ahora no hemos visto que se haya hecho nada eficaz para alcanzar el respeto del
derecho. Lo que hace respetar todo derecho es el castigo del que lo viola ... uD
De otra parte, y también a raíz de los hechos ocurridos en el Estado del Cauca, el periódico liberal
La Igualdad de Bogotá, publicó un artículo bastante incendiario, titulado "La Guerra". El periódico
La Sociedad publicó un aparte de ese artículo e hizo nuevamente una defensa de los obispos y del
clero de las Diócesis de Pasto y de Popayán. El artículo del periódico liberal decía:
Aguantad un poco, y veréis que no habrá pueblo sino soldados, ni mas funcionarios
públicos que los comandantes; ni mas leyes que las ordenanzas del ejército; ni mas
constitución ... Tendremos el derecho de gentes! Tendremos el derecho de la guerra! ...
Gracias, señor Arzobispo! Gracias padre Canuto, Obispo de Pasto! Gracias, señores
tradicionistas! Gracias á vosotros todos, ultramontanos, traidores y teócratas! Queréis
la guerra! La incubáis, la esperáis con complacencia estúpida y con criminal confianza!
Pues bien: que venga. Pero que venga en forma: de serio y como debe venir. No os
llamaremos rebeldes, á vosotros traidores, agentes del gobierno papal, que es
extranjero y enemigo de la República. Os trataremos, desde que os alcéis como á
.
.
T3\
enemIgos exteriores .
La Sociedad calificó estas palabras como gritos de miedo ante la insubordinación de los católicos a
los proyectos del gobierno federal que "violaban y atropellaban los derechos de la Iglesia"; señaló
sociabilidades, conflictos y discursos político religiosos, prolegomenos de la guerra civil de 1876". Opus cit; VA LENCIA LLANO, A.: Estado soberano del Ca uCLl. Federalismo y Regeneración. Opus cit. 129
La Soóedad, No. 31, Medellín, enero 11 de 1873, pp. 241-243. 130
Ibídem . 131
La Sociedad, No. 34, Medellín, febrero 1 de 1873, pp. 266-267. 116
que el deseo del presidente del Estado del Cauca -ahora el radical César Conto- era prender la
guerra en dicha región, siendo incapaz de lograrlo; ello mostraba que quienes querían turbar la paz
eran los de la escuela liberal y no los católicos; argumentó que el obispo había llamado a no
emplear la fuerza "pero ha excitado vigorosamente a los católicos de su diócesis á usar con lealtad y
sin miedo de las medidas legales, para defender y hacer valer sus derechos. De aquí la alarma de la
escuela liberal"l32. Después de una larga defensa del pastor y de su clero, el artículo expresaba que
el obispo terminaría asumiendo de manera resignada su martirio al igual que lo hacían todos los que
defendían la Iglesia católica y su doctrina, y concluyó utilizando el mismo lenguaje incendiario
aparecido en La igualdad:
Las amenazas que nos dirigen anunciando echarnos encima el derecho de gentes y el
derecho de la guerra, no son cosa que pueda intimidarnos; y si los señores de La
Igualdad y sus secuaces son mas hábiles y poderosos que su querido cofrade, el
Presidente del Cauca, para lanzar el país en la guerra, ya verán (y Dios no quiera que lo
vean) cuán ~untual y lealmente usaremos del derecho de represalias; ojo por ojo, diente
por diente 13 .
Estos escritos llegaron de maneras diversas a las gentes del común 134. En la prensa, la pastoral, la
circular del obispo Restrepo y la declaración de turbación del orden público del presidente
Mosquera en el Estado del Cauca, se evidencia el gran alcance que tuvo el enfrentamiento entre los
obispos y el clero católico más radical con el liberalismo igualmente radical, y confirman los
vientos de guerra religiosa que corrieron desde comienzos de la década de 1870. Pero además de la
pastoral mencionada, Monseñor Restrepo produjo desde 1872 otras apasionadas pastorales,
circulares y homilías contra el Decreto de Instrucción Pública de 1870. Llamó a sus fieles a
desobedecer el decreto, si fuese necesario con la rebelión, y a sus sacerdotes, a que intervinieran
activamente en política para rechazarlo, en la cátedra sagrada, los sacramentos, la vida pública, la
prensa y las elecciones. Restrepo se constituyó en el ideólogo más connotado de la Iglesia por sus
ataques al liberalismo y a la educación laica, en coherencia con las líneas trazadas por los
Pontificados de Gregorio XVI y de Pío IX, a través de las Encíclicas Mirari Vos (1832) y Quanta
cura ( I864) y del Syllabus (1 864) 135.
\32
Ibídem.
133
Ibídem .
134
DEAS, M.: "La vida pueblerina en la república". En: Del poder y la Gramática, y otros ensayos sobre historia,
política y literatura colombianas. Opus dI.
135 Actas y Decretos del Concilio Primero Pravincial Neogranadino. 1m prenta Metropolitana, Bogotá, 1869. Es
oportuno señalar aquí que los obispos de Popayán, Carlos Bermúdez, y los de Medellín y Antioquia, José
117
Pero la prensa liberal no se quedó atrás en su demonización de la Iglesia. En 1872, El Diario de
Cundinamarca 136 expresó sus posiciones con una vehemencia que obviamente chocaba con las
posiciones ultramontanas e intransigentes de la otra orilla política y religiosa 137 . En noviembre titu ló
uno de sus más sonados editoriales, con el nombre de "Instrucción Laica"l38, en clara referencia a
las posiciones de los periódicos católicos y conservadores contra ella. Era notorio que ambas
posiciones estuvieran a años luz una de otra con respecto al tema, lo que podría entenderse como un
diálogo de sordos. El mencionado editorial expresó el desacuerdo existente entre los conservadores
y el gobierno porque, en su opinión, una parte del clero católico y los de la escuela conservadora,
persisten en hacer la guerra a las escuelas oficiales, fundados en sus antiguas ideas, según las cuales
"la religión católica es la única cuyo culto sostiene y mantiene la República". Luego, aduce el
editorialista, que la religión católica no es la única y que los colombianos tienen plena libertad de
profesar la que a bien tengan, con tal que no afecten la soberanía nacional ni turben la paz pública,
fundados en la Constitución de 1863. En consecuencia, para El Diario de Cundinamarca, debía
preservarse la libertad de cultos y el carácter independiente de las iglesias existentes en el país, ya
que con ello se hacía posible la educación laica:
El Gobierno colombiano no tiene por misión aumentar ni destruir infieles, preconizar
santos ni estigmatizar herejes, porque no ha recibido de las instituciones otro mandato
que el de la más absoluta prescindencia en materias religiosas. Tolerancia de cultos.
Independencia de todas las Iglesias. He ahí los dos principios que sirven de premisa a
la instrucción oficial laica, y a la cual es preciso someternos 139.
En el mes de diciembre de 1872, el periódico La Sociedad publicó un editorial titulado "La Religión
y las Escuelas", vinculándose así a la confrontación escrita existente en el país alrededor de este
tema, y avivándola mas al referirse a la carta enviada por el arzobispo Arbeláez al director de
Instrucción pública primaria de Cundinamarca, solicitándole nombrar maestros católicos en las
escuelas oficiales. El periódico comentaba sobre noticias de fuentes confiables, según las cuales
Ignacio Montoya y Joaquin Guillermo González, siguieron los lineamientos propuestos por Restrepo. La fuerza
y agresividad del obispo González también debe ser destacada. En cambio, el obispo Montoya tuvo un papel
más pastoral, aunque siguió las líneas papales.
Este Diario fue el más destacado de los periódicos liberales nacionales para el período elegido y desde sus
inicios, en el año de 1869, se había introducido en el tema de la educación. Era de la Hnea política de Manuel
Murillo Toro y Santiago Pérez. Su redactor fue Florentino Vezga. El Diario de Cundinamarm, Bogotá, 1869-1882.
136
CORTÉS, J. D.: Curas y políticos. Mentalidad religiosa e intransigencia en la diócesis de Tunja, 1881-1918.
Ministerio de Cultura, Bogotá, 1998.
137
138
BLAA, El Diario de Cundinamarca, No. 872, Bogotá, noviembre 11 de 1872.
139
Ibídem.
118
dicha carta había causado una "seria discusión" entre los encargados de adelantar el plan de las
escuelas oficiales; sin embargo, "uno de los más avisados sugirió la idea de ceder en un punto, para
mostrar el espíritu de conciliación", lo cual pensaban no afectaría en lo esencial dicho plan. El
punto en el que se cedió fue el relativo al derecho de los padres a solicitar instrucción religiosa en
las escuelas y recibirla de sus ministros en las horas acordadas. Sin embargo, según el periódico, se
cedió porque "el que sugirió la idea dijo que él se constituía en garante de que esta concesión no
tendría ningún efecto, porque no se encontrarán en la arquidiócesis Curas que vayan á las escuelas á
enseñar la doctrina cristiana, no teniendo aquel trabajo remuneración pecuniaria especial,,140. La
Sociedad consideró ésta actitud absolutamente denigrante para el clero y llamó a la prensa católica
del país a convocar a los curas para que asistieran a dar las clases de religión y respaldaran el
llamado del arzobispo. Los instó a asumir con vigor esta tarea ya que "está empeñada la lucha á
brazo partido entre la escuela liberal y la religión católica ... Se trata de saber si la juventud que se
educa en las escuelas de los Estados de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y gran parte de Santander,
recibirá la enseñanza católica o la materialista,,141. Además, enumeraba todos los vejámenes a que
había sido sometida la Iglesia por el liberalismo y regañaba al clero por no hacer nada para
defenderse pues "ha llorado y ha procurado a fuerza de sumisión ganarse la conmiseración de sus
opresores; pero no sabemos que haya hecho nada para defenderse" 142. Llamó a la defensa de lo más
sagrado con que contaba la Iglesia "que es la fe" y especialmente la fe de los niños y jóvenes. Esta
reveladora carta, nos lleva a pensar que para La Sociedad no resultaba clara ni confiable la actitud
del clero de otras regiones en la defensa celosa y persistente de la religión católica y de su
enseñanza; debe notarse que Antioquia no está incluida en la lista porque allí -sobre todo en las
subregiones centrales- los mecanismos de control social del gobierno y de la Iglesia católica tenían
un decisivo papel en la cohesión regional. En este editorial, también puede percibirse que no existía
unidad ni acuerdo completo entre el clero ante la actitud conciliadora de su arzobispo, pues su
llamado no fue acatado por todos, expresión de la división que venía haciendo carrera dentro de la
Iglesia católica colombiana 143. Las dos posiciones enfrentadas estaban claramente planteadas en las
editoriales de El Diario de Cundinamarca y de La Sociedad. La educación laica estaba sustentada
en la Constitución de 1863, una especie de Biblia liberal, mientras la educación católica tenía su
140
La Sociedad, No . 29, Medellin, diciembre 28 de 1872, pp. 225-226.
141
Ibídem .
142
Ibídem .
A esta situación de desunión dentro del clero frente a la actitud conciliadora del arzobispo con respecto al
régimen y los decretos liberales ya nos referimos en el apartado 1.2 de este capítulo.
143
119
respaldo en el Syllabus. la nueva Biblia católica. Las tensiones continuarían incrementándose y la
guerra entre ambas posiciones se iría desarrollando en múltiples escenarios, muchos de ellos
simbólicos, hasta desembocar en el campo de batalla, el lugar donde los símbolos adquirirían su
máxima expresión.
En febrero de 1873, el presidente de la Unión, Manuel Murillo Toro, dirigió un mensaje al
Congreso, en el que se refería a las escuelas oficiales, a sus avances y a la independencia del
gobierno con respecto a la Iglesia, en los siguientes términos:
En la Memoria del Secretario de lo Interior hallareis extensa noticia de los progresos
realizados en la propagación de la instrucción primaria, de acuerdo con las bases
asentadas en el decreto que expidió la Administración anterior. .. Los nuevos métodos
de enseñanza se difunden rápidamente y en poco tiempo se han obtenido resultados
inesperados. Es preciso seguir fomentando con tesón y sobre ese plan, este negocio, el
primero en importancia para afirmar las instituciones y levantar la dignidad del
ciudadano. ... ha habido y hay que sostener lucha con la ignorancia suspicaz o
interesada, la cual ha pretendido contrariar la instrucción popular, so pretexto de que
ella no abraza la religión ... aquel asunto que incumbe de suyo a los padres de familia ó
a los ministros de las distintas religiones. A unos y otros aquella tarea; al Gobierno por
vía de fomento, la otra. En ello no hay persecución ni mala voluntad: es la mera
aplicación del principio de separación de la Iglesia de la jurisdicción del Estado,
principio aceptado y reclamado por la Iglesia, en muchos casos, y del cual no podemos
desviarnos sin comprometer la situación armónica que hoy tenemos. Así 10 reconoció
el Arzobispo de Bogotá en un memorial al Director de la Instrucción pública en
Cundinamarca, el 21 de junio último, en el cual pidió que en las escuelas públicas no
l44
se interviniera en la enseñanza religiosa .
El periódico La Sociedad acusó al gobierno de violar la Constitución y polemizó reciamente con el
informe del presidente, considerando que según la Constitución, la misión del gobierno era
fomentar la educación y no "reglamentaria y dirigirla", pues esto último debía dejarse a la dirección
de los Estados. Arremetió duramente contra la opinión del presidente quien consideraba ignorancia
el reclamar la enseñanza de la religión en las escuelas, respondiéndole que los católicos
"consideramos el porvenir de nuestra Patria ligado íntimamente a la instrucción moral y religiosa de
los pueblos"; por lo que combatían la instrucción indiferentista del gobierno general y "aplaudimos
y apoyamos con la mayor decisión la que, con tan laudable celo, trata de difundir el Gobierno de
Antioquia, que es esencialmente religiosa,,145. También La Sociedad argumentó razones morales y
doctrinarias para defender la enseñanza religiosa y condenó la actitud asumida por el gobierno de la
Unión de excluirla de las escuelas, perjudicando al país al educar jóvenes sin valores ni creencias.
144
La Sociedad, No. 39, Medellin, marzo 8 de 1873, pp.305-306.
145
lb ídem .
120
Resaltamos nuevamente aquí, como la región antioqueña tenía unificado, definido y en marcha un
proyecto educativo .c atólico -hasta con la aplicación del modelo pestalozziano reformado I46-; en
cambio en el resto del país, este proyecto no era tan homogéneamente católico, dado el predomino
liberal en la casi totalidad de los gobiernos de los demás Estados, haciendo reformas escolares con
un mayor peso liberal, dentro de la óptica pestalozziana de entonces 147.
En este ambiente no fue extraño que el periódico El Tradicionista de Bogotá, hiciera la propuesta
de convertir el partido conservador en un partido católico. De esta manera, una porción del
conservatismo se aglutinaba en tomo a esa lectura de las reformas gubernamentales en educación,
como la reglamentación de la irreligión, al fundar "escuelas ateas" y al "proscribir la religión de los
establecimientos oficiales en un país eminentemente católico". El catecismo enseña, que "no se
puede ni se debe servir a dos señores y el que no está con la Iglesia, contra la Iglesia está,,148. Este
periódico dedicó varios artículos a sustentar sus tesis, con clara conciencia de que ante un
liberalismo relativamente fuerte y decidido a imponer sus reformas, era necesaria una mayor
cohesión dentro del conservatismo, sólo posible mediante la formación de un partido católico, el
Sobre Pestalozzi refonnado, orientado desde la religión y la moral, en el caso de Antioquia, Véase
PALACIO M., V. y NIETO, J.: Escritos sobre Instrucción Pública en Antioquia. Opus. cit. Véase también sobre el
tema, VILLEGAS, L. J.: Aspectos de la educación durante el gobierno de Pedro Justo Berrio. Opus cit. y ARIAS MEJíA,
M.: "La refonna educativa de 1870 y la reacción del Estado de Antioquia". Tesis de Pregrado en Historia, en la
Modalidad de Participación en proyecto de Investigación, "Guerras civiles, religiones y religiosidades en
Colombia, 1840-1902", Escuela de Historia, Universidad Nacional de Colombia, Sede MedeUín, 2003.
146
147
MARTfNEZ, F.: El nacionalismo cosmopolita. La referencia europea en la construcción nacional en Colombia, 1845­
1900. Bogotá, Banco de la República, IFEA, 2001. Véase Jos apartados relativos a Pestalozzi y su incidencia en
los Estados Unidos de Colombia . GUTIÉRREZ CELY, E.: La política instruccionista de los radicales: intento fallido
de modernización de Colombia en el siglo XIX (1870-1878) . Gobernación del Huila y Fomcultura, Colección de
autores huilenses, Neiva, 2000; ZULUAGA GARCÉS, O. L.:, La instrucción pública y la difusión de Pestalozzi en
Bogotá. 1845-1875. Vol. 1, Medellín, Universidad de Antioquia. 1997. Opus cit.; ALARC6N, L. A.:
"¿Formando ciudadanos. Educación y cultura ciudadana en el Caribe colombiano durante el siglo XIX?".
En: Ensayos de historia, educación y Cultura, Fondo de publicaciones de la Universidad del AUántico,
BarranquiUa, 2000; ALARC6N, L. A., J. CONDE Y A. SANTOS D.: Educación y cultura en el Estado Soberano
del Magdalena (1857-1886). Fondo de publicaciones de la Universidad del Atlántico, Barranquílla, 2002;
DOTOR R., M. V. Y M. LARA R.: "La instrucción pública en el Estado Soberano de Boyacá, 1870-1876".
Tesis de Licenciatura en Ciencias Sociales, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colom bia, Tunja,
1996; GUERRERO VINUEZA, G., N . ANDRADE ÁLVAREZ y C. CASTRO CHAMORRO: Educación y
política en el régimen del liberalismo radical. Sur del Estado Soberano del Cauca. 1863-1880. Academ ia
Nariñense de Historia, San Juan de Pasto, 1999; SALDARRIAGA VÉLEZ, O.: "La apropiación de la
pedagogía pestalozziana en Colombia, 1845-1930". En: Memoria y Sociednd. Vol. 5, No. 9., Universidad
Pontificia Javeriana, Bogotá, enero 2001; El Pestalozziano, Estado de Santander, 1m prenta de Sandalio Cancino,
Socorro, septiembre 5 de 1876-agosto 16 de 1876; CATAÑO, G.: "Los radicales y la educación". En: Revista
Credencial Historia, No. 66, Bogotá, junio de 1995; CÁRDENAS ME]ÍA, J. A Y RENTERlA RODRíGUEZ, P. E.:
"La Instrucción pública en el Estado Soberano del Cauca. 1870-1885". Tesis de Magister en Docencia, Facultad
de Educación, Universidad de Antioquia, Medellín, 1991.
148
BLAA, El Tradicionista, No . 128, Bogotá, febrero 1 de 1873, p. 632.
121
cual debía establecer relaciones precisas entre la religión y la política, dándole a ésta última un
carácter moral y religioso, aconsejar los gobiernos para que tomaran los principios católicos como
base fundamental de su legislación y establecer la moral católica como regla de administración 149.
Si bien, la fundación de un partido católico no pudo llevarse a cabo, por la oposición incluso de
jerarcas de la Jglesia quienes lo consideraron excesivamente comprometedor con una parte de sus
fieles y excluyente de otros, no obstante, creó un clima de tensión muy fuerte entre sus defensores y
los radicales liberales.
La polémica por la educación también tocaba a la educación superior, en la que, según la Iglesia, se
había introducido un mal inmenso con la creación por el régimen radical de la Universidad Nacional
en 1867; en su opinión, en esa institución universitaria se instruía a los jóvenes en las doctrinas
sensualistas, materialistas y ateas que promovía la escuela liberal. Para afrontar este problema, la
Sociedad Católica de Medellín propuso en J 873, fundar una Universidad Católica en la capital de la
República que quitase fuerza a la Universidad Nacional. Para llevar a cabo su proyecto, propuso dos
ideas: "la primera, que todos los buenos católicos de los diversos partidos políticos que existen en
nuestra patria presten una cooperación suficiente, contribuyendo con una pequeña cuota ... y la
segunda, que los hombres instruidos de la capital de la República contribuyan con el valioso
contingente de sus luces"J5o. La Sociedad Católica comparaba la situación colombiana con la de los
católicos de Irlanda que debieron financiar el culto protestante oficial por mucho tiempo y hacer
esfuerzos adicionales para poder solventar su propio culto; igual cosa ocurría en el país, pues
aunque las escuelas y universidades oficiales se sostenían con el dinero de los contribuyentes, los
católicos debían hacer esfuerzos adicionales para poder financiar una educación acorde con su
religión.
Por su parte, el Estado de Antioquia aisló a los estudiantes de la región de la oferta de educación
superior promovida por el gobierno de la Federación y fortaleció la universidad antioqueña. De
hecho, la Universidad de Antioquia había sido creada por los conservadores antioqueños en 1871
como una respuesta reactiva a la creación de la Universidad Nacional 151. También fue Antioquia, la
única región que le hizo la guerra a los "preceptores alemanes protestantes" traídos a Colombia para
formar a los futuros maestros; en sustitución trajo por cuenta propia, también de Alemania y a
149
BLA A, El Tradicionista, N os. 170, 172, 174, 175, 177, 181, 184, Bogotá, mayo 15 a ju nio 17 de 1873, p . 800 Y ss.
150
La Sociedild, No. 49, Medellín, mayo 17 de 1873, pp. 1-2.
\5\ VILLEGAS, L. J.: Las vías de legitimaaón de un poder. La administración presididil por Pedro Justo Berno en
Antioquia, 1864-1873. Opus cit.
122
través de su cónsul en Boon, "preceptores católicos"l52. En consonancia con lo anterior, el
presidente de la Legislatura del Estado de Antioquia, rechazó en el mes de octubre del año 1873, las
becas gratuitas que la Universidad Nacional asignó a jóvenes antioqueños; a cambio solicitó la
entrega del valor correspondiente a éstas a fin de destinarlo al sostenimiento de igual número de
becados en la Universidad de Antioquia, y argumentó:
l. dificultades que tienen los jóvenes de familias pobres del Estado para aprovecharse
de las becas ... 2. Peligro que correrían estos jóvenes de pervertirse ... rodeados de
graves tentaciones, y no teniendo quien cuidase de ellos en el tiempo de las vacaciones;
3. Que la doctrina moral que se enseña en la universidad nacional es la del utilitarismo,
inseparable del materialismo e incompatible con la doctrina de la Religión católica, que
profesa la población del Estado de Antioquia 153.
En el mes de diciembre, el presidente de la Asamblea Católica, en su informe anual se refirió a la
educación católica como el tema en el cual el presidente del Estado estaba en contra vía de las
estrategias educativas del resto de los Estados del país:
La educación primaria, por la Constitución federal, es negocio de la competencia de los
Estados ... El gobierno de la Unión hizo contratar en Alemania profesores protestantes,
para formar en todos los Estados de Colombia maestros para las escuelas primarias; lo
que tiende evidentemente a pervertir los principios católicos de la nueva generación ...
El gobierno de Antioquia, observador de la Constitución Federal y respetuoso de los
derechos de los habitantes del Estado, ha defendido con firmeza esa Constitución y
esos derechos en el importante negocio de que os hablo; por esta razón la enseñanza
oficial atea, no se ha establecido en Antioquia. Pero como los gobiernos de la mayor
parte de los Estados de la Confederación, que por desgracia son obra de la violencia y
del fraude, profesan las mismas doctrinas que el gobierno nacional, han aceptado y
apoyan los actos de aquel dirigidos contra la enseñanza católica 154.
La polémica en torno al tema educativo continuó bastante acalorada hasta fines del año 1873. El
periódico conservador y procatólico, El Tradicionista, manifestó las objeciones de los católicos a la
educación pública y gratuita
l55
,
polarizó las diferencias entre católicos y liberales al editorializar
acerca del por qué los liberales no podían ser católicos, ni los católicos, liberales
156
•
En la otra orilla,
J.: Aspectos de la educaciól1 dural1te el gobierno de Pedro Justo Berrio, 1864-1873. Opus cit.
152
VILLEGAS B., L.
153
La Sociedad, No. 76, Medellín, noviembre 23 de 1873, pp. 217-218.
154
La Sociedad, No. 79, Medellín, diciembre 13 de 1873, pp. 241-245.
155
BLAA, El TradiciOl1ísta, No. 128, Bogotá, febrero 1 de 1873, p. 632.
156
BLAA, El TradíciOl1ísta, No, 185, Bogotá, junio 19 de 1873, p. 860; No. 257, diciembre 4 de 1873, p. 1148.
123 El Diario de Cundinamarca
l57
sostuvo las ventajas de la educación laica, defendió su
fortalecimiento en todos los Estados y tuvo siempre en la mira al gobierno de Antioquia, el cual
disfrutaba con los desacuerdos y diferencias que se daban entre los liberales en otros Estados, como
el de Boyacá; también temía un futuro aciago bajo gobiernos conservadores, como era el caso del
Ecuador l58 considerando que "el triunfo del partido conservador sería el carnaval de la venganza,
los liberales que sobrevivieran quedarían reducidos a la condición de parias; los jesuitas cubrirían el
país como una tiniebla; remedar a García Moreno parecería poco en los excesos de la reacción
ultramontana ...,,159.
Sin embargo, y no es claro el por qué, éste polémico tema entró un relativo receso casi por un año.
Sólo hasta el mes de agosto de 1874 y en vista de que "nadie habla del asunto"I60, el periódico La
Sociedad revivió la discusión con un editorial titulado "Enseñanza religiosa", afirmando que en el
Estado de Antioquia la enseñanza en las escuelas continuaba como antes, "sin más diferencia que
un poco más de celo del acostumbrado en otro tiempo,,'61 pues los gobernantes, los directores de las
escuelas, y los padres de familia eran católicos. Y efectivamente así era. Hubo incluso casos como
el de Fredonia, en el cual el cura párroco Antonio M. Escobar, publicó un anuncio en el Repertorio
Eclesiástico, en el que ofrecía a los padres de familia interesados en la educación religiosa de sus
hijos un nuevo plantel bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús, en donde las materias de
enseñanza serían: "Lectura, escritura y matemáticas. Gramática española, francesa y latina. Oratoria
sagrada. Principios religiosos y morales y filosofía del cristianismo. Maneras del mundo, basadas en
la moral, ó urbanidad práctica . Religión en sus tres grandes relaciones, dogmática, moral y mística.
Un curso de medicina práctica,,162.
Debemos anotar, que si en el país la educación avanzaba en cuanto a cobertura, mejoras locativas,
métodos de enseñanza y calificación de los docentes, era notorio que las precarias condiciones
fiscales de algunos Estados tenían que incidir en el desigual desarrollo regional de la educación.
157
BLAA, El Diario de Cundinamarca., No. 1138, Bogotá, septiembre 22 de 1873.
158 DEMELAS, M. D. e I. SATNT-GEOURS: Jerusalén y Babilonia. Religión y política en el Ecuador, 1780-1880.
Corporación Editora Nacional, Quito, 1988.
"Semejanzas y diferencias de los partidos liberal y conservador, por Aníbal GaTindo". En: El Diario de
Cundinamarca, No. 1138, Bogotá, septiembre 22 de 1873.
159
160
La Sociedad, No. 111, Medellín, agosto 1 de 1874, pp. 113-114.
161
Ibídem.
162
Rq;ertorio Eclesiástico, No. 50, MedeUín, junio 20 de 1874, p. 4ü2.
124
Santander, Antioquia, Cundinamarca y Boyacá iban a la vanguardia, mientras los Estados del Cauca
y Tolima, y los de la Costa, Panamá, Bolívar y Magdalena, se encontraban en condiciones más
limitadas
l63
.
No obstante las diferencias entre Estados, era visible una importante dinámica nacional
en torno a la educación. Por ello, al periódico La Sociedad le inquietaba el desconocimiento en que
se encontraba la enseñanza católica en los demás Estados de la Confederación:
En Cundinamarca y Boyacá el Ilustrísimo Señor Arzobispo entró en arreglos con los
encargados de ejecutar aquel decreto para que permitieran que los Párrocos dieran la
instrucción religiosa á los alumnos de las escuelas públicas, y parece que algunos
señores curas se excusaban de hacerlo. En el Cauca, los Ilustrísimos Señores Obispos y
los católicos sinceros en algunas ciudades importantes reunían fondos para establecer
escuelas primarias católicas, a fin de preservar á los niños de la funesta acción de la
enseñanza oficial atea. De los demás Estados no sabemos nada ...
Nos parece muy extraño que entre dos bandos diametralmente opuestos, que mostraban
dar a la cuestión de que hablamos la mayor importancia, se haya producido de repente
un concierto tan completo, que no se oiga una sola voz discordante. Qué convenio
público ó secreto ha mediado, quién ha cedido en la contienda? Esto es lo que nos
l64
interesa saber .
En el año de 1875, este mismo periódico dedicó esfuerzos para incitar a la polémica sobre temas de
religión y política a los periódicos liberales 165, resaltando la figura de Pedro Justo Berrío y el papel
decisivo de su gobierno como impulsor del progreso de la región y como defensor de la educación
católica 166; produjo editoriales y artículos acerca del estado de las Sociedades católicas 167 y su
fortalecimiento, la situación de la Iglesia en el Estado del Cauca l68 , los vientos de guerra l69 y una
amplia crónica internacional acerca del estado de la Iglesia en otros países del mundo. Polemizó, en
lb3 Véase el cuadro No. 2 presentado en este capítulo, tomado de LOY MEYER, J.: "La Educación Primaria
durante el Federalismo; La refonna educativa de 1870". En: Revista Colombiana de Educación. Universidad
Nacional de Colombia, Bogotá, 1981, pp. 45-61.
lf>.l
La Sociedad, No. 111, MedelJín, agosto 1 de 1874, pp. 113-114.
lbS La Sociedad, Medellín, No. 147, abril 24 de 1875; No. 148, mayo 1 de 1875; No. 149, mayo 8 de 1875; No. 150,
mayo 15 de 1875; No. 151, mayo 22 de 1875; No. 152, mayo 29 de 1875.
11>6
La Sociedad, No. 147, MedelJín, 24 de abril de 1875.
167
La Sociedad, No. 149, Medellín, mayo 8 de 1875; No. 152, mayo 29 de 1875; No. 156, junio 26 de 1875.
lbS
La Sociedad, No. 149, Medellín, mayo 8 de 1875; No. 151, mayo 22 de 1875.
169 La Sociedad, No. 156, Medellín, junio 26 de 1875; "Las causas de la guerra y sus resultados" . En: No. 164,
agosto 21 de 1875; "Elecciones, guerra y opiniones liberales". En: No. 165, agosto 28 de 1875.
125
asocio con los periódicos conservadores El Tradicionista y La Caridad l7O , con la prensa capitalina
liberal, especialmente con El Correo de Colombia y El Diario de Cundinamarca, sobre "el partido
liberal y la religión", incorporando dentro del mismo el tema de la educación, dentro de los
lineamientos globales que hemos señalado a lo largo de este apartado.
Esta larga confrontación explotó en el año de 1876 cuando el ambiente de guerra ya era evidente. El
asunto del catolicismo y el utilitarismo en sus relaciones con el orden público llenó las páginas de
los periódicos desde los primeros meses del año l7l • La Sociedad presentó la versión conservadora y
católica de las guerras civiles anteriores hasta 1875; mostró la amplia cobertura y militancia de las
Sociedades católicas, las reacciones desfavorables a los proyectos gubernamentales de tuición de
cultos, difundió pastorales de obispos, informaciones acerca del estado de la Iglesia en otras
regiones colombianas, sobre todo en la del Cauca -donde estallaría la guerra civil- y avisó que se
formarían oposiciones a la apertura de escuelas laicas.
En este contexto, un nuevo nubarrón apareció en el horizonte guerrero: la apertura en el mes de
abril de 1876, en la población liberal de Rionegro -oriente de Antioquia- de una Escuela Normal.
Este fue quizás el evento más significativo y en el cual encontramos huellas muy tangibles del
modo como fue enfrentado el problema de la educación laica por la Iglesia católica en la región.
Esta escuela se creó por disposición del gobierno de la Unión, según informó el señor José M. Uribe
U., inspector de dicha escuela, al Vicario Capitular de la Diócesis de Medellín, José Ignacio
Montoya. En ella se daría clase de religión costeada por el distrito para los estudiantes cuyos padres
lo solicitaran; su catedrático sería sometido a la aprobación del Prelado. Paralelamente, dicho
Vicario, entregó una enérgica y apasionada pastoral comparando al presidente de la República con
Juliano el Apóstata, quien demandaba sancionar leyes para perseguir a los católicos y luego
afirmaba que eran los obispos los responsables de la situación. Identificaba al liberalismo y sus
tradicionales principios de libertad, igualdad y fraternidad con proclamas vacías, las cuales
utilizaba, en su opinión, apoyado en sectas masónicas, para impedir la propagación y el sostén de
sus creencias. Se refirió a las doctrinas liberales como extrañas al pueblo colombiano, pues "el
invasor es socialista y comunista en sus doctrinas y materialista en sus hechos". Criticó las escuelas
oficiales del gobierno liberal que "corrompen á la niñez y á la juventud por medio de la enseñanza
170
La Sociedad, No. 147, Medellín, abri124 de 1875.
171
La Sociedad, Medellín, enero-abril de 1876.
126
de doctrinas inmorales y errores perniciosos, en establecimientos costeados con las contribuciones
del pueblo católico" 172.
En este caldeado ambiente, el Congreso quiso expedir una ley de tuición o de inspección de los
cultos -el gobierno exigiría un pase a los ministros del culto para ejercer sus funciones- a fin de
someter a clérigos y obispos, pero debió suspenderse por la oposición sistemática de obispos y de
congresistas conservadores y algunos liberales 173; no obstante, este hecho creó una atmósfera
mucho más tensa entre ambas potestades y en el horizonte comenzaron a presagiarse vientos de
guerra que El periódico La Sociedad atizó aún más en un editorial titulado "La Exaltación":
El rumor siniestro que anuncia la aparición de la ley de tuición ha recorrido
rápidamente los montes y los valles, y hasta en la mas escondida aldea se habla con
ardor de esta ominosa ley. El artesano y el minero, la joven soltera y la matrona
rodeada de numerosos hijos en estado de llevar las armas, el ardoroso estudiante y el
pacífico y tímido labrador y hasta el mercader y el negociante, tan recalcitrantes en este
punto, hablan de la guerra, como de una necesidad imprescindible, como de un
fenómeno físico que se acepta sin discusión porque la discusión es inútil. Nadie
pregunta si habrá guerra; todos dicen, tendremos guerra, y hablan de ella como de cosa
• 174
propia .
También el Vicario Capitular, José Ignacio Montoya, atacó en un lenguaje incendiario la propuesta
del Congreso. Era una guerra de la pluma que desembocaría en guerra civil:
Escuchad cómo en la sala del Congreso (el invasor) arregla sus baterías, afila sus uñas
de buitre para caer con una ley que llaman de tuición, sobre el rebaño del Señor.
Preparaos, estad listos. Sois egoístas y cobardes? Corred al encuentro de vuestro
verdugo, levantad le arcos triunfales, besad en seguida el látigo, y preparaos para arder
en la pira que construyen y atizan los demagogos y descamisados que mandan en todas
175
partes... .
La mencionada Escuela Normal tuvo gran acogida entre gentes de la población, puesto que se
trataba de un distrito predominantemente liberal; por ello el Vicario Capitular de la Diócesis de
Medellín, en circular fechada el 12 de julio de 1876, ratificó que las instituciones oficiales o laicas
que establecía el gobierno y que prescindían de la enseñanza religiosa, estaban reprobadas y
In
Repertorio Eclesiástico, Diócesis de Medellín, No. 142, mayo 20 de 1876, pp. 1047-1048.
173 Archivo Central del Cauca (en adelante ACC), Sala Mosquera, "Cartas de José Rafael Arboleda a Tomás
Cipriano de Mosquera". En: Correspondencia de Tomás Cipriano de Mosquera, Nos. 56918 a 56923, Popayán, abril,
mayo y junio de 1876.
174
La Sociedad, No. 201, Medellín, mayo 20 de 1876, p. 455.
175lbídem.
127
condenadas por la Iglesia, pues su propósito era hacer "una tenaz guerra al Catolicismo". Para el
Vicario era claro que el gobierno estaba atacando las creencias católicas, contando también, en su
opinión, con el apoyo de estudiantes de la Universidad Nacional, quienes se habían manifestado en
contra de la autoridad de la Iglesia. Por tanto, el Vicario no aceptaba la enseñanza de la religión por
parte de ninguna persona laica, menos si se trataba de un establecimiento en el
el director no
era católico. Prohibió pues a los fieles de su Diócesis que enviaran a esa
a sus hijos y
dependientes, "bajo de culpa grave"l76, y concluyó diciendo:
¿Quién es hoy tan
que no vea y aún palpe con toda evidencia, que los propósitos
del Gobierno nacional al apoderarse de la instrucción de la juventud, prescindiendo de
la ensefíanza de
y moral, no son otros que los de corromperla? ¿Quién es tan
inocente que no haya comprendido las diabólicas tendencias de la propaganda impía, al
arrancar de
entendimientos la idea de la verdad, y de
querer con la enseñanza
Prueba incontestable de esto nos han dado varias
los corazones la noción del
notabilidades que dirigen la política y ocupan puestos importantes en el gobierno
nacional. En la Cámara de Representantes ha declarado terminantemente uno de sus
miembros que el gobierno nacional no tiene por objeto en la instrucción primaria
la intención
formar católicos sino
no pueden
duda a ningún católico
la
decidida del liberalismo en nuestro
como en todos aquellos donde
francmasonería, es la de destruir la Religión católica y sustituirla con el racionalismo
impío ó con otro de los absurdos sistemas que conducen a la barbarie ó a la disolución
... tenemos el deber de avisar y advertir a todos los católicos confiados
de la
a nuestra vigilancia pastoral que no pueden mandar a sus hijos ni dependientes a esas
escuelas sin exponerlos a perder la fe ya la consiguiente corrupción de sus
En tal virtud, para tranquilizar nuestra conciencia y en cumplimiento de nuestros
deberes, prohibimos a todos los
de nuestra Diócesis que envíen a sus
hijos y dependientes a la Escuela normal nacional establecida en la ciudad de
Rionegro. Todos los Curas y demás Sacerdotes leerán al pueblo esta circular en tres
domingos consecutivos... y haciéndoles conocer la grave falta que cometen
la Iglesia ... 177 •
desobedeciendo a la autoridad
Días después, Guillermo Restrepo, presidente de la Sociedad Católica de Medellín dirigió una
comunicación de felicitación al Vicario Capitular, por su enérgica contestación al Inspector de la
Escuela Normal de
En esta
lo animó a continuar firme en la defensa del
pensamiento católico:
Diftciles y delicadas cuestiones religiosas ... causadas en la perniciosa influencia de las
malas ideas y de la perversión moral de nuestros tiempos ... al Pastor celoso que sabe
"Circular del Vicario Capitular, José Ignacio Montoya, sobre la Escuela Nacional establecida en la ciudad de
Diócesis de Medellín, No. 150, julio 15 de 1876.
Rionegro". En: Repertorio
176
m Ibídem.
128 defender su rebaño de los lobos infernales que se han apoderado de nuestra desgraciada
nación. Sin fe, Colombia se convertirá en Babilonia, ... el socialismo, el comunismo, el
materialismo y el ateismo reinarán ... J78 .
Ante esta ardiente polémica sobre el papel de las escuelas oficiales y la enseñanza de la religión
católica en ellas, retomada con mayor fuerza en el año de 1876, el Arzobispo Vicente Arbeláez
envió en el mes de junio una carta al "Señor Secretario de lo Interior y Relaciones Esteriores" (sic)
Manuel Ancízar, para, por su intermedio, solicitarle al presidente de la Unión, que se diera
cumplimiento y se reglamentara el funcionamiento del Decreto orgánico de la instrucción pública
primaria del I de noviembre de 1870 en su artículo 36, en el cual se disponía que el gobierno no
intervendría en la instrucción religiosa y que las horas de la escuela se distribuirían de tal forma que
a los alumnos les quedase tiempo para recibir dicha instrucción de sus párrocos o ministros:
...Tened presente, señor, que el porvenir de grandeza de un pueblo esta fundado en la
buena educación de su juventud, i que para ser buena, preciso es que sea religiosa i
para esto es indispensable que esté confiada a personas religiosas ... la primera cualidad
que debe adornar a todo director de escuela en un país católico como lo es el nuestro,
es la de que sea católico ...
Una vez que todos los maestros de la escuela sean católicos, como deben serlo, justo es
que estos, que son remunerados con las contribuciones que pagan los padres de los
niños cuya educación se les confía, den también la educación religiosa de acuerdo con
los respectivos párrocos i por los textos aprobados por la autoridad eclesiástica ...
¿siendo el maestro católico i de la confianza del párroco, qué auxiliar mas natural que
el maestro o director de la escuela? Este fue sin duda el pensamiento que guió a los
miembros de la Lejislatura de Cundinamarca, cuando establecieron que los maestros i
directores de escuelas diesen la enseñanza relijiosa, siempre que lo solicitaran los
padres de familia; y esto es lo que hoi pido se sancione de una manera terminante por
el Poder Ejecutivo. Así se allanarán grandes dificultades i se dará un gran paso en el
arreglo i organización que debe darse de una manera definitiva a la enseñanza relijiosa
en las escuelas ......por instrucción religiosa no se entiende simplemente el hecho de
aprender doctrina cnstlana, sino mui particularmente la práctica de sus
mandamientos ... debe darse a los niños en las escuelas el tiempo suficiente para
cumplir con sus prácticas religiosas .. .,,179
El Secretario Manuel Ancízar respondió al arzobispo diciéndole que había leído cuidadosamente su
carta y que también la había puesto en conocimiento del presidente de la Unión. Su respuesta nos
permite ver el ánimo también conciliador, seguramente fundado en las posibles turbaciones del
178
AAM, M123, Arquidiócesis de MedelHn, Despacho del Arzobispo, Medellín, Junio 20 de 1876.
179 AHA, Documentos impresos, Ref. i. 1200, 1876, 1892 Y 1894: Enseñanza de la Relijión en las Escuelas Oficiales.
Del Arzobispo de Bogotá, Vicente Arbeláez al Señor Secretario de lo Interior i Reladones Esteriores, Bogotá, junio 1 de
1876.
129
orden público, que se vislumbraban en el gobierno de la Unión, aunque algunas precisiones
quedaron en pie:
La Constitución nacional impone a los funcionarios del orden civil el deber de la
imparcialidad en materia de relijión, porque esta no es asunto del Gobierno temporal.
La imparcialidad no significa únicamente abstención, sino también respeto a las
creencias de cada cual, porque en ambas cosas consiste la libertad de los asociados en
el sagrado foro de la conciencia. De aquí viene que los Gobiernos general i locales no
tomen parte ninguna en favor exclusivamente, ni menos en hostilizar determinada
creencia religiosa; de aquí que hayan sido i sean respetuosos a la voluntad de los
padres de familia católicos que han pedido para sus hijos ... lecciones de esta religión, y
que se haya ordenado a los Directores que distribuyan las materias escolares de modo
que se tenga el tiempo suficiente para que los sacerdotes del culto concurran a dar la
enseñanza religiosa solicitada ......conceder a los niños cuyos padres lo soliciten el
tiempo necesario, no ya solo para el aprendizaje teórico, sino además para la práctica
de su relijión en las épocas que la Iglesia católica tiene señaladas para estos actos. El
Presidente haya justa esta petición, i me ha ordenado que dicte las disposiciones
necesarias para que tenga el efecto apetecido.
Ahora, concretándome a la condición señalada por su Señoría de "que en las escuelas
oficiales a donde los alumnos que concurren son católicos, los maestros o directores
sean asimismo católicos" me permitiré observar que constitucionalmente no se puede
exijir a ninguna persona la profesión de un credo relijioso determinado, para llamarla
al servicio público; ni tampoco será fácil adivinar, no mediando manifestaciones
externas, qué relijión sigue un individuo ... los 1700 Directores docentes de las escuelas
oficiales son todos hijos del país, es decir, criados i educados en la religión católica, de
cuya enseñanza ninguno de aquellos a quienes se ha pedido que la den se ha escusado.
Los tres profesores alemanes que hai en las Normales son meros maestros de
pedagogía o método escolar. ... Su señoría termina la nota a que contesto, ofreciendo su
cooperación i la del Clero de su Diócesis a la benéfica tarea de dar impulso a la
enseñanza ... Puesto que para ésta se hallan abiertas de par en par las puertas de las
escuelas oficiales, nada impide el concurso de la valiosa cooperación ofrecida, benéfica
para todos, pues tanto en el orden civil como en el moral la ignorancia i la barbarie no
dan de sí otros frutos sino malestar i miseria sociales 180.
Después de esta carta al arzobispo, Ancízar escribió una carta al Director general de Instrucción
pública primaria en la que le ordenaba dar cumplimiento a los acuerdos hechos con el señor
arzobispo. Terminaba su comunicación solicitándole que le recordara a los Directores de las
escuelas oficiales que:
si por la Constitución nacional no es lícito favorecer exclusivamente determinada
creencia re\ijiosa, es consiguiente que tampoco deben consentir en que no se miren
estas creencias con el cuidadoso respeto que por su naturaleza exijen, tanto en la
enseñanza teórica como en los actos prácticos del culto. Esta resolución será
180
Ibídem.
130
comunicada por usted a todos los Directores de [as escuelas oficiales, encargándolos de
su cump l·
1m·lento 181 .
Una vez enviada esta comunicación, el Secretario Manuel Ancízar escribió al arzobispo de Bogotá
informándole de su resolución. El arzobispo respondió con una nota en la que le expresaba que
quedaban allanadas las dificultades a las que se había referido en su primera carta y que esperaba
que [os Directores de las escuelas cumplieran con los deberes que la circular del gobierno les había
impuesto.
Aunque las manifestaciones anteriores podrían hacer pensar que se había creado un ambiente
propicio para el entendimiento entre las dos potestades, no obstante, la polémica en torno a este
álgido tema de las escuelas oficiales cada vez se fue tornando más aguda. En el Estado del Cauca
comenzaron a darse enfrentamientos entre los obispos, el clero, los católicos y sus Sociedades con
el presidente de dicho Estado y con las Sociedades Democráticas liberales, creándose un fuerte
82
movimiento político-religiosol . Ante esta situación, el presidente del Cauca expidió una ley de pie
de fuerza, cuyo objeto, según el periódico La Sociedad, fue "poner en manos del Poder Ejecutivo de
la Unión un ejército suficiente para contener por medios violentos la pacífica reacción católica,,18J.
Este periódico se refirió al movimiento en el Cauca como al inicio de la guerra: "La reacción
católica en el Cauca es tan pujante y poderosa, que en vano el Gobierno del señor Conto pretenderá
ahogarla entre sus brazos de pigmeo"I84. Así mismo, hizo un llamado a las Sociedades Católicas de
Antioquia para que no permanecieran neutrales ante este movimiento religioso en el Cauca y no
abandonaran a los compañeros de fe a sus solas fuerzas, pues ello sería adverso para la causa
católica: "Pero debe Antioquia consentir en eso? .. Debe Antioquia permitir que la secta anticatólica
destruya los elementos de defensa de que pueden disponer los católicos en el Cauca, para que al día
. .
sigUiente
empren d a una cruza d a contra nosotros con gran d
es "
e mmensas ventaJas.?" 185 .
Realmente, la guerra era un hecho y así lo habían comprendido los católicos antioqueños quienes
estaban dispuestos a enfrentar la contienda pues en su centro estaba la disputa religiosa; no apoyar a
181
Ibídem.
182 VALENCIA LL., A.: Estado soberano del Cauca. Federalismo y Regeneraci6n. Opus cit.; ARANGO de R., G. M.:
"Estado Soberano del Cauca: asociaciones católicas, sociabilidades, conflictos y discursos político religiosos,
prolegómenos de la guerra civil de 1876" . Opus cit.
183
La Sociedad, No. 213, Medellín, agosto 12 de 1876, pp. 469-471.
184
Ibídem .
185
Ibídem.
131
11. FACTORES QUE DETONARON LA GUERRA CIVIL
El presente capítulo consta de dos partes; en la primera recorremos los diversos caminos que
tejieron la guerra civil , las razones, motivaciones y la multicausalidad de factores que permiten
explicarla, a fin de ubicar al lector en el ambiente de la época; también nos referimos a los
problemas que la desencadenaron surgidos de la confrontación entre los socios conservadores y
clericales y el gobierno radical y, entre los dos únicos modos posibles de construcción de Estado­
nación occidental en el siglo XIX, el liberal y el clerical-conservador. En la segunda parte nos
acercamos a las motivaciones de tipo religioso de algunos actores sociales con respecto a la guerra
civil. Con ello queremos relevar el peso de las motivaciones religiosas para participar en la guerra,
en el caso antioqueño.
2.1. Razones y motivaciones de la guerra en los Estados Unidos de Colombia
La guerra civil de 1876-1877, se constituyó en la contienda bélica del siglo XIX colombiano que
dio inicio a la caída del régimen federal de corte liberal y abrió el eamino para la fonnación de un
nuevo régimen centralista, autoritario y procatólico denominado la Regeneración y la hegemonía
conservadora (1886- 1930). En esta guerra, el liberalismo radical que venía gobernando el país desde
1863, obtuvo un triunfo pírrico, pues ella lo dejó más fragmentado que antes y permitió que el
liberalismo independiente -una fracción del liberalismo opuesta al gobierno radical- obtuviera
mayorías en los cargos públicos nacionales y en casi todos los Estados federales. Los liberales
independientes, convertidos en mayorías de su partido, se aliaron con el partido conservador y
dieron lugar a la formación de un nuevo régimen que modificó en buena medida las perspectivas
políticas, económicas y sociales del régimen federal que lo precedió) .
Diversos factores incidieron de manera directa e indirecta en la explosión de la guerra, factores que
se conjugaron de varíadas maneras, constituyéndose en una multicausalidadad de razones para el
desencadenamiento de ésta. Evidentemente, después de la llegada al poder de radicales y
mosqueristas bajo fa Constitución de 1863, el gobierno nacional vivió dentro de una relativa
estabilidad afectada por un golpe de estado en 1867 y por golpes, levantamientos y revueltas
regionales y locales que no alcanzaron a desestabilizar el conjunto del régimen federal.
133 Evaluaremos las motivaciones más representativas que llevaron a la crisis del régimen federal y a su
tránsito provisional por la guerra para culminar luego en su derrota frente al modelo regenerador
impulsado por los independientes asociados al conservatismo bajo el liderazgo de Rafael Núñez.
Veamos dichos factores, los cuales sin duda actuaron de manera relacionada y no aisladamente.
Después del boom industrial del capitalismo entre 1848 y 1870, se produjo una crisis económica
mundial de la bolsa en 1873, cuando se inició "el más curioso y en muchos sentidos sin precedentes
desconcierto y depresión de los negocios, el comercio y la industria"; a este fenómeno se lo
denominó la Gran Depresión y se le dio habitualmente la fecha de 1873 a 1896 2 • Sus efectos se
sintieron en América Latina 3 , especialmente en la relativa caída de importaciones y exportaciones.
En el caso colombiano, la caída de las exportaciones del tabaco a mediados de la década de 1870,
así como de la plata y el oro antioqueños, dentro del ciclo de bonanzas exportadoras de 1850 a
1882, se constituyeron en una de las razones asociadas al estallido de la guerra civil. Los deficientes
sistemas de producción, procesamiento y empaque del tabaco en Colombia, lo hicieron menos
competitivo, a lo que se sumó, entre 1869 y 1871, la apertura del canal del Suez, que abarató los
costos del tabaco de las Indias Holandesas; la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871) que deprimió
las importaciones alemanas y causó una sensible caída de los precios externos e internos del tabaco
en Colombia; y la unificación aduanera alemana que elevó los derechos arancelarios al tabaco en la
década de 1870; además, en la misma década sobrevino en uno de los principales centros de
producción, Ambalema, una enfermedad de la planta, "el amulatamiento", que ayudó a acelerar su
crisis definitiva. En este contexto, entre 1874 y 1877 se produjo un corto período de "Recesión y
Crisis" en Colombia que ha sido caracterizado como de estancamiento de todos los índices de
crecimiento real y de una fuerte crisis en 1876-1877.
Por su parte, el tabaco fue el principal producto agrícola de exportación colombiano del siglo XIX ­
hasta la aparición del café en la década de 1870-, y su momento de inflexión como ya señalamos, se
produjo en 1875, el año anterior a la guerra civil. Tabaco y oro eran los principales productos de
exportación desde la década de 1850 -27.8% Y 33.3% del total nacional, respectivamente- y ambos
DELPAR, H: Rojos colltra a:ules. El partido liberal el! In política colombialla, 1863-1899. Procultura, Bogotá,1994.
PARK, J.: Rafael NllIle: al/ll /he poli/ics of ColombilllJ regiollalism, 1863-1886. Baton Rouge, Louisiana Sta te
University Press, 1985.
1
2
HOBSBAWM, E.: Ln era del capitalismo (1848-1875). Labor Universitaria, Barcelona, 1989, pp. 11 Y49.
CORTÉS CONDE, R.: "Las repúblicas del río de la Plata. El crecimiento de la econonúa argentina, c. 1870­
1914". En: BETHELL, L. (Ed.): His/oria de América úrtilla, 10, Amén'ca del Sur, c. 1870-1930. Editorial Crítica,
3
134
cayeron en la década de 1870, pasando el tabaco al 21.2% y el oro al 22.2% de las exportaciones,
mientras el café y la quina se incrementaron. Para los años 1875-1878, el tabaco sólo representó el
13.3% de las exportaciones, el café ascendió al 22.3%, la quina al 17.5% y el oro al 24 .0%. El
tabaco decayó en las zonas de producción de los Estados del Cauca, Tolima, Bolívar y Santander,
mientras la producción de oro y plata se vio afectada en Antioquia. Aunque tales caídas no tuvieron
igual efecto sobre todas los distritos de las regiones implicadas en la guerra, no obstante, incidieron
en el conjunto nacional en términos fiscales y regionalmente en términos económicos y sociales
pues trajo como efecto la baja de los precios de las tierras y el desempleo de campesinos
cosecheros-aparceros -como ocurrió en la población de Ambalema en el Estado del Tolima-;
además, trajo la caída de los tradicionales precios para los pequeños y medianos propietarios -como
en el caso de Palmira en el Estado del Cauca y en algunos distritos santandereanos-, todo lo cual fue
un buen caldo dc cultivo para la guerra. Además, centros principales de la guerra fueron los Estados
del Cauca, Antioquia y Tolima, todos ellos asociados a la caída de productos exportables, y los
Estados del centro oriente del país, Cundinamarca, Boyacá y Santander -en donde culminó la
guerra civil en julio de 1877 . En el caso de las importaciones, su comportamiento fue de
crecimiento sostenido entre 1850 y 1882 -textiles ingleses, alimentos y bebidas, manufacturas de
metal y bienes de capital, principalmente- aunque tuvieron variaciones en el período, especialmente
después de una bonanza entre 1870 y 1873, las importaciones sufrieron una crisis a mediados de la
década, que llegó a su punto más bajo durante la guerra civil de 1876
4
Las divergencias partidistas jugaron un papel decisivo en la lucha por el poder político y en el
desencadenamiento de la guerra. En el ámbito nacional fueron compartidos, aún por los dos Estados
conservadores -Antioquia en el noroccidente y Tolima en el centro-, los proyectos liberales de
impulso a las vías de comunicación y a la educación, pero con diferencias y matices . En algunos
casos -como en el del Ferrocarril del Norte- los liberales radicales buscaron favorecer, a comienzos
de la década de 1870, a sus Estados más adeptos -Cundinamarca, Boyacá y Santander- lo que no
5
fue bien visto por sus opositores También los liberales radicales promovieron decididamente una
educación laica, neutral y obligatoria que no fue compartida por el partido conservador ni mucho
Cambridge University Press, Barcelona, 1992, pp. 13-40. El autor muestra datos más significativos para el caso
d <? las importaciones.
4
Ibídem .
DELPAR, H.: Rojos cOl/tra azules. El partido liberal ellla polihca colombia/la, 1863-1899. Opus cit. ; DÍAZ DÍAZ, .l.:
"Del faccionalismo a la unidad liberal en el ocaso del radicalismo: La guerra de 1876-1877 en el Estado
Soberano de Santande r". Tesis de Pregrado en Historia, VIS, Bucaramanga, 1999.
5
135
menos por una buena parte de la Iglesia católica
Ó
Evidentemente, detrás de todo esto existía una
lucha por el control del poder político entre un liberalismo dividido y un conservatismo
7
fragmentad0 , interesado en asumir la dirección del país, que disintió de algunos proyectos liberales
y aprovechó las divergencias con este partido y su división para insurreccionarse y acceder
paulatinamente al gobierno mediante una alianza futura con los independientes. En el fondo, la
mayor parte de los miembros del partido conservador en el ámbito nacional, eran partidarios de una
república unitaria y centralizada, y se oponían al federalismo impulsado por los liberales,
evidentemente, con las e\:cepciones de Antioquia y Tolima, debido a razones coyunturales que los
favorecían: desarrollo económico estable sin intervenciones externas e independencia del centro
político cundinamarqués respectivamente.
Otros factores de orden político y religioso que incrementaron las tensiones y presIOnaron la
explosión de la guerra fueron las siguientes: el desgaste del partido liberal en el gobierno después de
13 años de dirigir los destinos del país y de mantener la soberanía de los Estados; la oposición del
conservatismo y de la Iglesia al régimen liberal, especialmente en cuanto a la exclusión del partido
conservador del poder político nacional ya sus proyectos reformadores que afectaban a la Iglesia en
la educación, la desamortización de bienes de manos muertas , la tuición e inspección de cultos y el
extrañamiento de obispos, sacerdotes y fieles, con 10 cual, el problema religioso se constituyó en el
principal eje de diferenciación partidista; el Decreto Oficial de Instrucción Pública de 1870 y su
impacto en los opositores conservadores y clericales ; la división del liberalismo en dos alas -con
más agudeza en las elecciones de 1875- y el consiguiente debilitamiento del partido de gobierno: y
la guerra de 1875 en la Costa Atlántica. Analizaremos a continuación las distintos factores
enunciados.
El desgaste del régimen liberal y de su proyccto federal, se constituyó en una de las causas
detonantcs de la guerra civiL Si bien cl partido liberal propuso un proyecto transformador para la
Colombia de entonces, recogido en la Constitución de 1863 y con antecedentes en la Constitución
de 1853, su desarrollo fue parcial y la oposición de sus contradictores, asociada a un predominio de
mentalidades tradicionales en el país, 10 llevaron al fracaso, aunque sus pervivencias resurgirían con
fuerza en las décadas dc los veinte y los treinta del siglo Xx. El proyecto liberal buscó y en parte lo
PARRA, A: Mt?lnoria s. Imprenta de la Luz, Bop,otá, 1912; QUlJANO WALUS, J. M. : Mt'morws autobiográfims,
histórico-políticas y dI.' carácta social. Grottaferrata, Tipografía ltalo-Orientale, Roma, 1919.
ó
GONZÁLEZ, F: "Problemas políticos durante los gobiernos del Olimpo radical", En: Para lea la política.
El/sayos de /¡istona política colombial/a, Vol. 2, ClNEP, Bogotá, 1997, pp. 189-208.
7
136
logró. romper con las trabas coloniales que aún permanecían en el terreno económico, a saber, dar
libre circulación a la tierra y a la mano de obra, construir vías de comunicación para la integración
de mercados y el desarrollo de exportaciones, suprimir monopolios y jerarquías ante la ley y el
ejército~
abrir el país a mercados internacionales, separar la Jglesia del Estado y desamortizar sus
bienes. De otra parte, en la vida política y cultural propugnó por un Estado Federal, impulsó la
autonomía municipal, adelantó la educación laica y obligatoria y buscó ampliar las libertades
ciudadanas en todos los órdenes, aunque con limitaciones como la del sufragio restringido desde
1863 en algunos Estados e incoherencias en cuanto a la redistribución de tierras. El proyecto avanzó
entre dificultades fiscales y políticas, dividió y debilitó al partido de gobierno -entre independientes
y radicales- pero además no fue bien visto por sus opositores -la Iglesia, el partido conservador y
hasta una parte de los militantes Iiberales- quienes a nombre de las mayorías colombianas, alegaron
que el proyecto liberal no estaba acorde con las tradiciones históricas ni con las mentalidades del
país, fundadas en su catolicismo, en un gobierno central y, ante todo, en un orden con autoridad
capaz de abrirle campo a las libertades, en clara oposición al liberalismo, que propugnaba por el
desarrollo de las libertades como condición necesaria para construir el orden 8
9
Áharo Tirado Mejía , considera que "el problema religioso", traducido en la pugna entre el Estado
liberal y la Iglesia por el control del aparato educativo, y el asunto de la soberanía de los Estados,
fueron invocados como motivos de la guerra Evidentemente, en el ambiente de la época, dentro de
procesos liberales secularizantes en Hispanoamérica, que chocaron con una Iglesia católica en
defensa del S~vllahlls y de las líneas trazadas por el Papado del Pío IX, se produjo una confrontación
entre visiones de la sociedad, del Estado y del papel de la Iglesia en ellos, que necesariamente
incidieron en las reformas a los planes de estudio, en los cuales la religión católica debió dejar
campo a un pensamiento útil, técnico y experimental, lo que limitó en parte, el monopolio del clero
para impartir saber. En palabras de Marco Palacios:
La del 77 fue una guerra de incontrovertible origen religioso. Las relaciones del Estado
y la Iglesia y el ámbito de sus jurisdicciones fueron planteadas por el clero en términos
de soberanía política: la Iglesia y no el Estado tenía el derecho legítimo a educar. En su
encíclica El Syllabus (1864), Pío IX atacó el liberalismo, la secularización, la
s MARTÍNEZ, F.: Elllaciol/alismo cosmopolita. La refael/cin europea en la COIISlrllCciól/ l/acial/al ell Colombia, 1845­
1900. Banco de la República, [FEA, Bogotá, 2001. POSADA CARBÓ, E.: "Rafal Núñez, el caribe colombiano y el
orden nacional". En: Agllila. Revista del Observatorio del Caribe Colombiano, No. 2, Cartagena, noviembre de
1999.
9
TIRADO M., A.: Aspectos sociales de las guaras civiles en Colombia. Colcultura, Bogotá, 1976.
137
tolerancia religiosa, la libertad de pensamiento y el laicismo educativo. Excitados,
varios obispos se lanzaron a impugnar la refonna educativa de 1870 10.
Durante los años comprendidos entre 1870 y 1876 se produjeron múltiples enfrentamientos entre el
gobierno liberal y los obispos de las Diócesis de MedelJín, Antioquia, Pasto, Popayán y Pamplona.
así como con parte de sus clérigos y fieles en tomo al Decreto de Instrucción Pública Primaria de
1870, visto por estos como la imposición de las doctrinas liberales -ateísmo, protestantismo,
materialismo, comunismo, socialismo ... - sobre las conciencias de "todo un pueblo católico" . El
Decreto, fundado en la Constitución de 1863 -según la cual, en un Estado laico, la religión católica
era una entre varias y no la oficial del Estado- reglamentaba la instrucción pública en el país de
acuerdo con los parámetros de educación laica, gratuita y obligatoria; no obligatoriedad de la
enseñanza de la religión en las escuelas ; autonomía de los maestros para desarrollar los programas y
métodos pedagógicos modernos -Pestalozzi, Froebel. .. -; y delegación en los Estados soberanos de
la facultad de regular la educación de acuerdo con sus propias concepciones. Con todo ello, la
estrategia se dirigía a que la Iglesia perdiera su hegemonía ideológica al tiempo que se construía un
nuevo paisaje cultural laico y secular. El problema se agudizó mucho más en 1876 y se constituyó
en una de las principales causas de la guerra civil. Los católicos afectados percibieron que el
Decreto ponía en cuestión el papel de la Iglesia dentro de la sociedad y su hegemonía en el campo
ideológico, por lo que reaccionaron en defensa del régimen de cristiandad, de manera guerrera, es
decir, en forma de cruzada 11 .
Otros factores se sumaron al caldeamiento de la guerra. El gobierno liberal fue hegemónico en el
orden nacional y casi totalmente en siete de los Estados de la Unión -Panamá, Bolívar y Magdalena
en la Costa Atlántica, Cundinamarca, Boyacá y Santander en el centro-oriente y el Cauca en el
suroccidente- durante 14 años (1863-1876) , lo que produjo una gran exclusión de sus adversarios
del gobierno nacional y de la mayoría de los regionales. Ello dio lugar a su propio desgaste, máx.ime
que los gobiernos nacionales durante el período federal fueron de 2 años, lo que mantuvo al país en
elecciones casi permanentes convirtiéndolas en factor explosivo, pues éstas llevaron a una
polarización permanente y se constituyeron en arma de movilización para las guerras y en elemento
de incremento del sectarismo, pues las elecciones fueron escuela abierta de fraudes, intrigas y
sobornos constantes . Eduardo Posada Carbó, ha demostrado que la sociedad colombiana del siglo
XIX vivió tan intensamente los períodos electorales , que éstos tenninaron lanzándola, en muchos
10
PALACIOS, M.: ETltre la legitimidad y In violencia, Colombia, 1875-1994. Norma, Bogotá, 1995, p. 44.
11 Véase el capítulo Tercero relativo a los obispos y a sus posiciones en torno a la educación, el papel de la
Iglesia en ella y la lucha de soberanías con el Estado liberal.
138
casos, a enfrentar ciclos violentos y guerras civiles permanentes. Si bien, en otras sociedades
latinoamericanas ocurrió algo similar hasta fines de la década de 1870, como en Argentina, Perú,
México, Venezuela y Bolivia, en casi todo Centroamérica, en sociedades europeas como Irlanda e
Inglaterra. e igualmente en Norteamérica 12, no obstante el ciclo guerrero colombiano parece ser
excepcional. En Colombia, una de las razones de tal excepcionalidad fue entonces la frecuencia de
las elecciones, las cuales agudizaron las rivalidades entre las dos únicas opciones políticas, el
liberalismo y el conservatismo y, además, polarizaron a los militantes que esperaban obtener de los
triunfos, cargos públicos, sustento para sus familias y reconocimiento social 13
En el ambiente que hemos señalado, el partido liberal fue dividido a las elecciones presidenciales de
1875, lo que lo debilitó aún más. Esta división polarizó sus fuerzas y azuzó las de los
conservadores. La división se explica porque ante el partido oficialista, denominado '"liberal
radical", un sector disidente del partido liberal que se denominó "independiente", liderado por
Rafael Núñez desde los inicios de la década de 1870, propugnaba por reformas a la Constitución en
cuanto al restablecimiento de las relaciones Iglesia-Estado; centralización política -Constitución
central y unitaria- y descentralización administrativa ante el peso excesivo de las autonomías locales
y de los Estados Federales; la formación de un Ejército nacional profesional y el fin de los ejércitos
regionales. La división liberal fue aprovechada por sus contrapartes conservadoras, quienes
asociadas a una buena parte de la Iglesia -en batallaba contra el gobierno radical por su impulso a la
enseñanza laica y obligatoria, componente clave del proyecto reformador liberal- vieron llegado el
momento dc sustituir el gobierno e imponer su propio proyecto. En su opinión, la guerra civil sería
el medio más eficaz para lograrlo. La campaña electoral de 1875, para elegir Presidente de la
República fue escenario de aquella polarización, la cual fue bastante disputada y tensionó aún más
los ánimos de ambos partidos 14. Como candidatos se encontraban, el liberal independiente Rafael
Núñez, el radical Aquilea Parra y el conservador Bartolomé Calvo. Se dieron elecciones regionales,
las cuales fueron concluyentes para decidir los votos de los 9 Estados por el nuevo gobernante ya
que cada uno de éstos tenía derecho a un voto. N inguno de los candidatos obtuvo los votos
12 POSADA CARBÓ, E.: "Elecciones y guerras civiles en la Colombia del siglo XIX. La campaña presidencial de
1875". En: R.:vista Historia y Soci,:dntl, No. 4, Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Historia,
Medellín, 1997, pp. 116-121.
DEAS, M y GAIT ÁN, F.: Dos el/sayos especulativos sobre la violellcia en Colombia. Tercer Mundo Editores,
Bogotá, 1995.
13
GIRA LOO RESTREPO, P. A.: "La pe rcepc ión d e la prensa nacional y regional de las elecciones
presidenciales de 1875 y sus implicaciones en la guerra civil de 1876. Tesis de Pregrado en Historia, en la
Modalidad de Participación en proyecto de Investigación, "Guerras civiles, religiones y religiosidades en
Colombia, 1840-1902", Escuela de Historia, Universidad Nacional de Colombia, Sede MedelJín, 2003.
14
139 necesarios para ser nombrado presidente; el Congreso entonces en medio de intrigas, decidió la
elección del liberal radical Aquileo Parra., con lo cual los seguidores de Núñez quedaron dolidos e
impugnaron los resultados. Posada Carbó, al referirse a la campaña electoral de 1875 y a sus
relaciones con la guerra que estalló en ese mismo año en la Costa, anota que en los Estados Unidos
de Colombia se desató un ciclo guerrero reiterativo, que se inició con una contienda electoral,
continuó con una confrontación bélica y culminó con arreglos políticos en el parlamento. El autor al
referirse a este ciclo en el año de 1875, ilustra con argumentos lo que sintetiza en una frase
concluyente: de "la fiebre electoral bienal de Colombia" a "la tormenta bélica" y a "la política
parlamentaria, un epílogo de la guerra"15.
Las elecciones de 1875 y la guerra del mismo año en la Costa Atlántica, profundizaron aún más las
heridas abiertas en el liberalismo. Esta contienda tuvo su origen en las intervenciones del gobierno
de la Unión en los Estados de Magdalena, Bolívar y Panamá, argwnentando que en ellos existían
revueltas internas o amenazantes de su estabilidad. Pero en realidad lo que hizo el gobierno federal
fue intervenir sobre las fuerzas políticas decisorias de esos Estados para ponerlas a favor de la
candidatura del radical Aquileo Parra y en contra de la de Rafael Núñez, el candidato costeño por
antonomasia
l6
La conflagración armada estalló primero en el Estado del Magdalena -mediados de
febrero de 1875-, después en los Estados de Bolivar -18 de Julio- y Panamá -20 de agosto- para
finalizar el 1I de octubre de 1875, con disímiles movimientos e intensidades, cuando el último de
estos Estados debió rendirse a los ejércitos del gobierno federal. Parra se posesionó como presidente
en abril de 1876, en un ambiente tenso y caldeado, pero las heridas sólo vinieron a curarse
temporalmente cuando con ocasión de la guerra civil de 1876-1877, los independientes lo apoyaron
aunque sus objetivos estaban puestos en reconquistar el gobierno en asocio con el partido
conservador.
También encontramos una visión de síntesis acerca de las razones y motivaciones de la guerra civil,
en dos Memorias de la época: la conservadora de Manuel Briceño
15
l7
y la liberal de Constancio
fbídem, pp. 91-121.
WONG HIU, A: "Sociedad, economía y política en el Estado soberano de Bolívar, 1857-1886". Tesis de
Maestría de Historia en proceso, Universidad Nacional de Colombia - Universidad del Atlántico, Barranquilla,
2002.
16
BRlCEÑO, M: De La revoluciólI de 1876-1877. Recuerdos para la historia. Biblioteca de Historia Nacional, vol.
LXXVI, Bogotá, 1878.
17
140
Franco l8 , las más caracterizadas de la guerra civil, publicadas una vez ésta terminó. Un telón de
fondo de eventos, que a manera de "cabeza de proceso" recogió el jefe conservador Manuel Briceño
como desencadenantes de la guerra, puede recapitularse así: l. el malestar en las filas del
conservatismo por la manipulación ilícita del sufragio por los radicales -"cuando el sufragio es una
burla irritante y la fuerza el único derecho, ¿no podrán los pueblos apelar al último recurso, al de
reivindicar sus derechos por medio de las armas?"
19;
2. la oposición de los conservadores y de los
obispos de Antioquia y del Cauca al Decreto de Instrucción Pública, que desde el gobierno de
Eustorgio Salgar, en . 1870, se inclinó por una educación laica; 3. las protestas y resistencias
conservadoras contra las intervenciones del poder federal en el ámbito soberano de algunos Estados;
4. las violaciones por el régimen liberal, de derechos y libertades; 5. el ejercicio, por parte del
gobierno general, de funciones que no le delegaron los Estados, tales como, "malgasto de caudales
públicos en proyectos de ferrocarriles irrealizables; sostenimiento de una universidad costosa y de
numerosas escuelas normales para despedazar la patria y perseguir el clero ... ,,20. Aunque las
instituciones que regían la Unión no eran buenas, según el conservador Briceño, y más bien eran "la
anarquía organizada en el gobierno", el partido conservador consideró que si se acogía a ellas,
encontraría respeto a sus derechos y mecanismos para aspirar al gobierno por medios lícitos, pero
después de 14 años, se persuadió de que aquello no era posible.
Por su parte, Constancio Franco, opinó que las razones de los liberales para defender lo establecido
se fundaron en que se tramaba una sublevación en contra de la inteligencia, del pensamiento y del
progreso; en que el partido conservador levantó como bandera el asunto religioso; y el clero,
"tradicional enemigo de la república" lo secundó en ese asunto desde su inicio. Ello significó, en
opinión de Franco, una "revolución contra la conciencia y la ciencia, contra la libertad civil y la
enseñanza pública regulada y costeada por el Estado ... ". De allí que el motivo del levantamiento
conservador y clerical contra las instituciones, según Franco, fueron "las leyes sobre instrucción
pública con que el gobierno, en desarrollo de los intelectuales del país, favorecería a los hijos del
pueblo"; por ello, "los liberales estaban resueltos a dar su vida, su sangre y su fortuna en defensa de
ese derecho, quc quería arrebatarle a la parte joven de la sociedad el fanatismo religioso"zl. De esta
18
FRANCO, c.: Apuntamientos para la historia de la guerra de 1876-1877.2 Vols., Imprenta la Época, Bogotá, 1877.
19
BRICEÑO, M.: De Ln revolució/l de 1876-1877. Recuerdos para la historia. Opus cit, p. 88.
20
Ibídem.
21
Ibídem, p. 76.
•
141 UF,PTO. IJ.
. ¡UTECAS
I IBLlOTECA "l:.FE" GOMEZ
manera decidieron " no dejarse arrebatar el derecho a pensar libremente, moverse sin obstáculos , ser
educados y adorar a Dios en la forma y términos más en armonía con sus convicciones , ,2 2.
Ahora bien, para comprender las razones y motivaciones más inmediatas de la guerra , debemos
señalar que los procesos anteriorm ente c:-;puestos tuvieron una presencia significativa en los meses
previos al estallido de la contienda bélica y sus manifestaciones se percibieron de manera más
puntual a través de múltiples acontecimientos, con los cuales se comprende la trama de la guerra
23
El detonante fundamental de la guerra fue la cruzada religiosa liderada por los obispos de Pasto y
Popayán, Manuel Canuto Restrepo y Carlos Bermúdez, secundados por g ran partc de sus
sacerdotes, comunidades religiosas y una buena porción de sus fieles , respaldados por los obispos
de Antioquia y Medellín y un número mayoritario de sus clérigos y fieles . Los citados obispos,
mediante una cruzada, se opusieron a la exclusión de la religión de las escuelas primarias y a la
dirección de las escuelas normales por pedagogos alemanes protestantes e incendiaron la guerra.
Los Estados de Antioquia y Tolima, así como los conservadores del Estado del Cauca y de los
demás Estados del país, fueron a una lucha religiosa \ en defensa de las prerrogativas regionales
para justificar su opción bélica2~. A pesar de la posición transaccionista del arzobispo de Bogotá,
Vicente Arbeláez, y del Presidente Aquileo Parra los obispos comprometidos continuaron
obstinadamente aferrados a sus puntos de vista. Con otro matiz, pero dentro de las perspectivas ya
señaladas, Fernán González, considera que el estallido de la guerra civil fue efecto de la utilización
que hicieron los conservadores de la enseñanza religiosa en las escuelas oficiales, pues realmente lo
que buscaron fue aprovecharse de la división libcral entre radicales e independientes y la
consecuente crisis interna del liberalismo gobernante, para apoderarse del gobierno del Estado del
Cauca
25
Por su parte, dcl Diario de Pedro Antonio Restrepo Escobar escrito en la época, se
desprende que, al menos en Antioquia, el factor más fuerte para el estallido de la guerra fue la
defensa de la " santísima" religión católica, evidentemente dentro de una imbricación radical con
redes de poder que atravesaban la vida local, las lealtades familiares y partidistas . En palabras
suyas, después de haber sido testigo de la incorporación de cuatro de sus hijos y de un yerno a la
guerra, escribió, "El que sepa cuanto quiero yo a mis hijos podrá imaginarse cuanto sufriré yo con
22 [bÍllt?m,
p. 95
2:J
BRA U DEL, F. : La hist<Jria y lns cimeias sociales. Alianza ed ito ri al, Barce lo na, 1976.
2~
PALACIOS, M. Elltre la legitimidad y la violaleia. 0Pl/S cit. , p. 4-1.
25
GONzÁ LEZ, F. : Poderes ellJrm latlos. Iglesia.'l Eslatlu m Colombia. Ci !1 PP, Bo¡\otá, 1997, P 235.
142
este VIaJe, pero el que ame a su religión como yo la amo podrá imaginarse cuanta alegría
experimenta un hombre honrado y cristiano cuando ve a sus hijos ir a exponer su vida defendiendo
la religión del cmcificado,,26
La cmzada religiosa estaba dirigida a echar atrás el proyecto educativo radical y con él su proyecto
global de gobierno, y a restablecer la primacía de un proyecto conservador y católico .
Evidentemente, el partido conservador percibió que la posición de los obispos, clérigos y fieles
sublevados era coherente con contenidos esenciales de su programa y que debía ponerse a tono con
ellos. Por ello, acompañó, se comprometió y se valió de la reacción religiosa de los insurrectos, del
mismo modo que éstos se valieron de su partido, pues gran parte de ellos pertenecía a su propia
militancia, la cual estaba convencida de que así se abriría paso un cambio en el sistema de gobierno.
La guerra pues, podía convertirse para el conservatismo en el factor decisivo de sustitución del
régimen federal por un régimen de gobierno fundado en sus convicciones. Es así como las
motivaciones y razones que llevaron a la guerra tuvieron una alta convergencia en sus aspectos
políticos y religiosos .
La actividad lcgislativa del Congreso Nacional tampoco auguraba buenas perspectivas de paz. La
discusión de tres proyectos dc ley y la aprobación de dos de cllos que afectaban a la Iglesia y al
conservatismo, también atizaron la hoguera de la guerra. Se trataba de los proyectos de orden
público, incremento del pie de fuerza de la Unión Federal y de tuición de cultos . De una parte, la ley
de orden público que garantizaba la autonomía de los Estados fcderales para decidir las cuestiones
políticas que se debatieran en su interior, prohibicndo toda intervención del gobicrno general en las
mismas, fue derogada"7 Antioquia veía con rccelo todo proyecto legislativo y toda ley nacional que
afectara sus interescs, por eso, a través de su Secretario de Gobierno, Baltazar Botero Uribe.
reaccionó el 2 de mayo y el 6 de junio contra la discusión en el Congreso del proyecto de ley que
culminó con la derogatoria de la ley del 16 de abril de 1867, lo que significaba que no habría
neutralidad del gobierno federal en las contiendas entre los Estados y se aprobaba su intervención
en las luchas domésticas de éstos. Ello representaba para Antioquia la intervención en su territorio
26 Diana de Pedro AIl/ollio R..:stn'¡XJ Escobrrr, (t'n adelante: PARE), Fundación Antioqueña par<1 los Estudi os
Sociales (FAES), Medellín, p. 45.
27 La Ley 20 del 16 de abril d e 1867 estipulaba: "Cuando en algún Estado se levante una p orc ión cualquieret de
ciuJadanos, co n el obJeto de derroGlr el gobierno ex istente y organizar otro, el gobierno d e la Unión d eberá
obse rvar la m ás estricta neutretlidad entre los bondos belip,erantes". E.lla fup derogada por la Ley 61 dl'117 de
junio de 1876. Consti/uciólI y l.:yes de los Es/ados Ullitlús tle Colombia e-xpedidlls elll{)S aiios de 1863 a 1875. Imprentet
de Medardo Rivas, Bogotá, 1875. Leye:; de los Es/ados Unidos de Colombia expedidas en el ario de 187G. Edición
Oficial. Imprenta de Gaitán, Bogotá, 1876. Véase: "Ofici o del x'Cretario d e Gobierno del Estad o de Antioquia al
Secretario de lo Interior y Relaciones Exteriores". En: Buleti/l Oficial, No. 11-1, Mede llín, iunio 7 de 1876.
143
del presidente de la Unión, si ésta se InmIscuía en los trastornos que ocurrían en el Estado del
Cauca. De otra parte, el general Tomás Cipnano de Mosquera, entonces senador dc la República,
tramitaba un proyecto de ley para elevar el pié de fuerzo a 2.500 hombres en tiempo de paz -los
cuales estarían situados en Bogotá, Santander, Cauca \ la Costa Atlántica- y a 5.000 hombres en
tiempo de guerra
28
.
En este contexto es entendible que todos aquellos que se apartaban de la política
radical del gobierno de la Unión, temieran que muy pronto y quizás con ocasión de los conflictos
que se vivían en el Estado del Cauca, se produjera una intervención armada de la Guardia
Colombiana -el cuerpo militar de los radicales- para inclinar las fucrzas políticas de los Estados a
favor del gobierno de la Unión Federal. Aunque el proyecto inicial fue finalmente desechado y no
se aprobó, el pié de fuerza para tiempos de paz se elevó a 2.585 hombres 2Y, pero podría aumentarse
en una tercera parte, en caso de que hubiera temores fundados de una perturbación del orden
público. En caso de guerra intcrnacional, el pié de fuerza podría elevarse a 6 .000 hombres de tropa.
En caso de guerra interior o exterior, el Poder Ejecutivo quedó autorizado para elevar el ejército de
la Unión al número que juzgara necesario, para organizar fuerzas fluviales y marítimas y para
adquirir de la manera menos gravosa que fuese posible los respectivos elementos de guerra
30
Todo
ello, fue visto con desconfianza por los conservadores antioqueI'íos, quienes tenían un buen parque y
contaban con guardias y milicias atentas al incremento de fuerzas y armas nacionales, a fin de tener
un balance actualizado de éstas Un tercer proyecto de ley relolivo o lo luición de Cl/ltos, también
impulsado por el general Mosquera, buscaba subordinar nuevamente la Iglesia católica a la
Inspección y vigilancia dcl Estado colombiano'!. Esta propuesta legislativa aumentó la ya crecida
reacción de los jerarcas de la Iglesia caucana y llevó a los dirigentes de la Iglesia católica
"Oficio del Secretario de lo Interior y Relaciones Exteriores de lét Unión, Manuel Ancízctr, al Secretario de
Gobierno del Estado Soberano de Antioquia, Bo¡,,otó, m ayo 23 de 1876", y " Ofi cio de l Secretario de Gobierno
del Estado de Antioquia al Secretario de lo Int,'rior y Relaciones Extpriores, l'v!edellín, junio 6 d e 1876". En:
13olr:tíll Oficial, No. 114, Medellín, junio 7 de 1876.
2S
La Ley 23 d e 1876 dispuso que e l pie de f uer7.a para liempos de paz e ra de 2583 hombres, pudiendo
aumentarse en una te rce ra pmte en caso de p'~rturba c í~')Jl de l orckn público. La rea cción contra esta normn es
entendible si tenemos e n cuenta que hasta la fecha ninguna ley había superado la ci fra de 1500 ho mbres como
pie de fuerza para tiempos de paz. Lr:yr:s de lo;:. ES/(lf!o;:, L/I/l·r/o;:. de CO/(lII¡b¡a e.ll't:t1¡t1as ell el airo rle 1876. ())JIlS cit.
Q
2
Firman el Presidente d el Senado, Eliseo Payán; El Preside nle de la Cámara, Aruoal Galindo; y los sec re tarios
de Senado y Cámara, ,Julio E Pérez y Adolfo Cuéllar. /Joldin Oficial, Estado Sobe rano d e Anlioquia, No. 113,
Medellín, junio 8 de 1876
30
En materia de inspección de cultos se expidió la Ley 11 dd 23 de abril dr: 1863 baJO el gobierno d el general
Tomás Cipriano de Mosquera, prime r presidente de los Estados Unidos de Colombia, cuya vigenciét fue
bastante corta pues al año sif,l.liente el Pres idente Manupl Murillo Toro sancionó ulla nueva, la Ley 34 del 17 de
mayo de 1864. Dic ha ley fue derogada por la Ley 18 riel 13 de abril de 1867. COllst7/ucióll y leyes de los Es/ados
Ullidos rlr: Colombia e:t!,edirlas e1llos aiios dr: 1863 a 1875 . OpllS eil.
31
144
antioqueña a poner sobre aviso a los gobernantes de su Estado a fin de que se involucraran en una
guerra civil en defensa de la "causa católica" y cn la lucha por la rccuperación del control de todos
los Estados de la Unión . Finalmente, el proyecto fue archivado por la oposición manifiesta del
gobierno antioqucño, dc congresistas de otros Estados y de los Jcrarcas dc la Iglesia : sin cmbargo. la
sola discusión para su aprobación o negación , impactó negativamente la opinión de clérigos y
conservadores.
Los eventos anteriores encendieron aún más los ánimos guerreros en cl Estado del Cauca y luego en
los Estados de Antioquia y del Tolima, durantc los mescs de mayo a Julio dc 1876 . Los obispos y
numerosos sacerdotes del Estado del Cauca, llamaron a padres e hijos católicos a desobedecer las
reformas educativas radicales , impulsaron la fundación de escuelas católicas y el abandono de las
públicas aduciendo corrupción y ateísmo por parte de aquellas , y fortalecieron las Asociaciones
católicas para impedir que la enseñanza laica se llevara a cab0
3e
En la prensa, la tribuna . el púlpito ,
los confesionarios y las calles, se expresaron los críticos de las reformas y los defensores de las
Jl
mismas . Todo ello subió la temperatura y caldeó los ánimos Por su parte, los liberales radical es
reforzaron sus Sociedades democráticas , uno dc sus principales brazos de acción , y se enfrentaron a
las Sociedades conservadoras y católicas, lo que agudizó los conflictos e incrementó la polarización
entre las partes . Padres de familia y sacerdotes secundaron a los obispos, sacaron a sus hijos de los
colegios pú blicos, fundaron colegios catól icos , excomu Igaron a qu ienes no aceptaban sus
condiciones , se enfrentaron a las autoridades radicales pues consideraban que la masonería invadiría
el cuerpo social y cl liberalismo reemplazaría al catolicismo en todas sus manifestacioncs, por lo
que amenazaron con separar la Provincia de Pasto para anexarla al Ecuador, donde las relaciones
Iglesia-Estado eran favorablesJ-I Por su parte, cl presidente del Estado del Cauca, cl liberal radical
César Conto y sus seguidores, extremaron sus posiciones y se enfrentaron a los conservadores y a la
Iglesia Los obispos Caucanos fucron inicialmente atacados por medio de panfletos , hojas volantes,
anónimos y hasta mítines al frente de sus casas curales y, más tarde, expatriados del territorio; entre
32
QUIJ ANO WA LLlS, J. M.: Melllorias aulobiográficas, his/(í riCO-¡iOlíhcas y dt: carácter social. 0¡l//5 cit.
ACC Popayá n, Sala Mosquera, CorTt:s¡,,)JI/I~lIcia d~ "[,,,,/lis Ci¡múllo ti.: MO"!lIcra, lIIar::o a s<7, lIóllbre de 187(Í.
Véase también el vali oso estudio de ARANGO, G. M.: "Estado Soberano del Cauca: asociaciones católicas,
sociabilidades, connictos y discursos político rpligiosos, prolegómenos de la guerra civil de 1876". En: Grl/lrrrse
d cielo rkf~l/(llt:1/llo la rdigió/I G/I~rras civiló ~II Columbia, 1840-1904. Unibiblos, Bogotá, 2lX4.
33
}.¡ V ALENClA LLANO, A: Es/rulo Sobera ll o del Callca : Federalismo y 1?.t:gelleraciólI . Banco de la República, Bogotá,
1988. pp. 202-235; ORTÍZ MESA, L. J: "Gu(~ rm y sociedad en Colombia (1876-1877)". En: MOllorias de la [[
clÍtedra alllwl de I,istoria "Emesto Restr~fio Tirado". Las guerras CIviles deSl I,; 1830 y SIl I"oy~cció /l el/ el !:'iglo XIX
~/lusco Nacional de Colombia, Asociación de Amip,os del Museo Nacional, Mini$terio de Cultura, Bogotá, 1998,
pp. 107-130; GONZÁLEZ GONZÁLEZ, F.: Poderes t:lifn:lllados .. . Op/lS cit., pr 193-235.
145
tanto, los enfrentamientos entre las sociedades de ambos bandos fueron cadJ vez más frecuentes,
hasta que finalmente la guerra estalló el 18 de julio en el Estado del CaucJ. Las noticias sobre los
acontecimientos en dicho Estado se difundieron por todo el territorio de los Estados Unidos de
Colombia . A la región antioqueña llegaron sobre todo las versiones conservadoras y católicas del
problema y las reacciones de sus copartidarios no se hicieron esperar.
Para fines del mes de julio, los movimientos de armas por parte de conservadores antioqueños del
departamento del sur con sede en Manizalcs, hacia el norte del Estado del Cauca, eran una realidad
ante la evidencia del conflicto armado. El gobierno del Estado del Cauea comenzó a adquinr armas
para la causa y solicitó el apoyo del Ejecutivo federal , el cual envió batallones de la Guardia
Colombiana, acantonados en Panamá, hacia el Puerto de Buenaventura para que ingresaran al
territorio del Estado del Cauca. Los conservadores del resto del país no se quedaron atrás y, viendo
factible iniciar una reacción general, solicitaron el respaldo dcl gobierno conservador antioqueño,
que se armaba desde hacíJ más de diez años al an1paro de la carta política de 1863
Para el Comité Central del partido conservador con sede en Bogotá, el momento era propicio para
una reacción conservadora, pues el partido liberal se encontraba dividido, lo que aparentemente le
restaba fuerza a cada una de sus fracciones políticas . Ello permitiría crear un gran bloque
conservador con los Estados de Antioquia, Tolima y Cauca, y cerrar la entrada de armas para el
gobierno nacional desde el exterior, con el apoyo de los Estados de la Costa. Además, las guerrillas
conservadoras de la sabana cundiboyacense y ejércitos formados por conservadores del centro
oriente del país -Estados de Cundinamarca, Boyacá y Santander- obstaculizarían el tránsito de los
ejércitos oficiales hacia el río Magdalena, el occidente y el Estado del Tolima: con ello, facilitarian
el ingreso de las tropas rebeldes a la capital de la República, pondrían en jaque al gobierno general
en Bogotá! controlarían los Estados mencionados . Si a esto se sumaba el carácter religioso dado a
la contienda, respaldado por clérigos y obispos, se esperaba que el apoyo popu lar fuera abrumador.
Todo este plan tenía cierta coherencia, pero sin el respaldo del gobierno conservador antioqueño y
1,
en especial de su ejército )' su armamento·· , la cm presa no sena fácil. Por ello, buscando
En el Boldíll Ofiáal, No. 20, Med ellín, enero de 1876 y No. 40, Mcdellín, febrero 19 de 1876, aparecen las
reclamaciones del gobierno antioqueño d e 53 cajas con ek-mentos de guerra -100 rifk-s y 40.000 tiros- e nviadas
por los Sres. Remington y Sons con d estino al Estado y detenidas en la Aduana de Sabanilla. "Oficio d el
Secretario de Gobie rno de Antioquia al Secretario Gene ral del Estado Soberano d e Cundinamarca, relativo al
cumplimiento de un contrato d IO' devolu ción de unos e lementos d e f,uerra, Medellín, nwrzo 14 de 1876" . En
Boletíll Oficial, No. 66, Medcllín, 21 d e marzo de 1876. En el mismo núme ro d e l pe riódico, el asunto relativo él la
introducción d e armas del Estado de Antioquiu es respondido por el Secretario d e Hacienda del Gobierno
Federal, Santos Acosta, fechado el 2 d e marzo de 1876, en el cual cüo órdenes para que no se pusie ran trabas a
la introducc ión mencionada.
35
146
comprometer a los antioqueños en la guerra y convencer al Presidente del Estado, Recaredo de
Villa. a abandonar la política aislacionista y ncutral que había predominado en el Estado desde
1864, el Comité conservador envió en calidad de comisionado al general conservador Manuel
Briceño J6 Aunque Recarcdo dc Villa insistió en ser partidario de b consen ación de la paz
nacional, la misión de Briceño no fracasó, pues deJó en Antioquia numerosos partidarios de la
guerra, sobre todo cntre la juventud conservadora con la que fundó la Sociedad Filopolita católica,
la cual se dedicó a exaltar aún más los ánimos a través del penódico FI Dcber
37
La subregión del
Departamento de Antioquia que brindó una respuesta más directa a Briceño fue la del sur. fronteriza
con el Estado del Cauca y centro inicial de la rebelión. No era casual esta respuesta afirmativa del
sur para la guerra; ello estaba en relación directa con el estado de la expansión de la frontera
antioqueña sobre el norte caucano desde los inicios del siglo XIX. Para los conservadores del sur.
de raigambre predominantemente del oriente antioquei1o -especialmente de la católica Marinilla- la
colonización que se desplazó desde Abejorral y Sonsón, pasando por Pácora, Neira, Salamina y
Filadelfia hasta llegar a Manizales, debía continuar como estaba ocurriendo hacia el Cauea, en
razón del potencial económico que representaba y de la expansión de sus modelos políticos y
culturales sobre territorios "no civilizados"
o dominados por sus opositores libcrales
La
confrontación entre dos imaginarios estereotipados y dos cargadas visiones del "otro", el
antioqueño, visto por los caucanos como católico ultramontano, intransigente, conservador y blanco
y, el eaucano, visto desde el imaginario antioqueño como masónico, liberal, ateo y negro. fue tenaz
y tl.l\O sus expresiones culturales en la guerra civil.
Las manifestaciones de apoyo al liberalismo radical, se hicieron efectivas poco después de que
estallara la guerra en Antioquia. Rafacl Núñcz se puso al scrvicio de su anterior enemigo político en
las elecciones de 1875, Aquileo Parra, quien lo nombró Jefe civil y militar del Estado Soberano de
Bolívar. Julián Trujillo, otro destacado miembro dcl independientismo liberal. fue asignado por
César Conto, Presidente del Estado del Cauca, como jefe de la división sur de la Guardia
Colombiana Con tales medidas el Presidente Parra lograba unir al partido liberal en la lucha contra
30
HOLGUÍN,
c.: Carlas políticas. Editorial Incunab!C's, Bogotú, 198-1.
Todos los e jemplares de El Deber lle vaban el siguiente encabezado: "Si quieres la paz, prepárate para la
guerra". En la edición del16 de marzo de 1876, sus propietarios manifl'staban que su objetivo era e l s iguiente:
a) coope rar con sus fu e rzas por L"'Xig-uas que ~Yd n, a la d e fensa de las ideas y de los intereses del part id o
católico co nservador de la República; b) haCt~ r comprender a l pueblo antioqueño su s ituaci ón actual y la
co ndu cta que debe observar respec to de los actos del partido a nti-ca tólico que ataque n al f'drticlo con servador;
y e) traba jar pclIa qUé' el pu eb lo se organice vigorosarnenll', r,lrcl que en cualqu ier en1l'rgencj,l rueda
defenderse. El D.:ber, Medel1ín, marzo 16 de 187D.
37
147
los conservadores y contra la Iglcsia3~ . Después dc proclamada la turbación del orden público en el
Estado de l Cauca y abiertas las compuertas de la guerra civil , el Estado de Antioquia rompió Sll
neutralidad e ingresó a la contienda el 4 de agosto ; fue seguido por sus contrapartes liberales , los
Estados de Santander, Cundinamarca. Boyacá y Bolívar. los cuales ingresaron el 5 de agosto ante
las solicitudes del gobierno federal al que apoyaron con sus respectivos ejércitos El Estado de l
Tolima ingresó el 13 de agosto en rcspaldo del Estado de Antioquia . En ese contexto, el gobierno
federal declaró hlrbado el orden público en todo el territorio nacional ese mismo 13 de agosto. La
guerra se extendió así a 6 de los 9 Estados de la Fede ración Los Estados de la Costa. Bolívar,
Magdalena y Panamá, si bien quedaron aparentemente por fuera del enfrentamiento bélico e n forma
directa. desempeñaron un papel decisivo en los territorios fronterizos con los Estados que se
encontraban en la contienda, vigilando las costas para facilitar el ingreso de arn1amentos y
municiones del extranjero para el gobierno nacional e interrumpie ndo los posibles ingresos de
annas para los rebeldes. Además , controlaron la navegación por los ríos Magdalena y Atrato -que
atraviesa el Chocó junto con el río San Juan y desemboca en el golfo de Urabá, cerca de Panamá-,
con lo cual el comercio y el movimi ento de gentes estuvo en manos de los Estados de la Costa.
Panamá envió la Guardia Colombiana acantonada en su territorio, para apoyar los cJércitos del
Estado del Callca y así coadyuvar al dominio sobre el occidente , especialmente sobre las regiones
conservadoras de Antioquia y Pasto -sur del Estado del Callca Los dirigentes del Estado de Bolívar
impidieron la navegación desde el Estado dc Antioquia por el río Magdalena, con lo que
obstaculizaron su comercio y el ingreso de arn1as por sus territorios . El Estado del Magdalena
ejerció también controles marítimos y flu viales para evitar apoyos externos por sus costas para los
rebeldes conservadores
La guerra se desarrolló mediante enfrentamientos entre partidas, guerrillas y ejércitos relati\'amente
modestos. hasta la más participada batalla de los Chancos en agosto 31 dc 1876, cuando los
conservadores contaron con cerca de 4.000 hombres y los liberales con unos 3.500. Allí, los
conservadores sufrieron la primera derrota significativa de la guerra Esta batalla frenó los esfuerzos
de los antioqueños quienes en asocio con los conservadores de Pasto y sus alrededores, buscaban
tomarse el Estado del Callca, avanzar hacia el Estado del Tolima, ascender a la capital de la
República y tomarse a Bogotá. La guerra continuó y tuvo combates menores, hasta cuando los dos
ejércitos volvieron a enfrentarse en el Campo de Garrapata -Estado Soberano de l Tolima,
noviembre 20 de 1876- y aunque el triunfo fue liberal, los resultados fueron fatales para ambas
partes. pues perdieron muchos soldados -cerca de 1.800 murieron , cuando los consef\adores
3S
VALENCIA LLANO, A. : Fslm/u SObtTnllIJ tld Callen: Fer!.t:rllliSlllu y Rege/lallciJ/l, 0 Pl/S cil,
148
pusieron un ejército de 7.000 hombres y los liberales, casi de 4.500- y dcbieron pactar una tregua
quc paralizó por casi un mes las acciones militares. Ambas partes buscaron armisticios y acuerdos
pero no se llegó a resultados positivos. La situación se complicó para los conservadores antioqueños
porque el Estado dcl Tolima, su principal apoyo , fuc somctido por los liberalcs respaldados en
fuerzas de la Guardia Colombiana cnviadas dcsde Cundinamarca, Boyacá y Santander: pero
además, la gucrra se alargaba dc mancra incicrta y sus dirigcntes se dividieron frente a la
continuidad o no de la misma. El resultado más inmediato fue la renuncia del Presidente
conservador dcl Estado dc Antioquia, el comcrciante y banqucro Recarcdo dc Vdla. en diciembrc
de 1876 y su sustitución por Silverio Arango, un conservador de Manizalcs , entonces Prefecto del
Departamento del sur antioqueño, el centro de la rebelión conservadora en la gucrra civil
Debido a que el ejército conservador, compuesto por antioqueños, tolimenses y callcanos , no
lograba pasar el río Magdalena)' ascender a Bogotá, )' que el gobierno puso en armas un ejército
numeroso, la guerra se fue decidiendo a favor de los liberales. No obstante, el papel de las
numerosas guerrillas conservadoras en los Estados dc Cundinamarca., Boyacá y Santander fue
definitivo para que los ejércitos liberales provenientes del ccntro oriente, en especial de Bogotá,
demoraran su tránsito hacia Antioquia y el Tolima. La hll1ción de las gucrrillas conservadoras -Los
Mochuelos y los Guascas, entre las más importantes y bien organizadas, dentro de una
confederación de guerrillas del ccntro oriente- consistió en golpcar dc mancra permanentc y
mediante emboscadas al ejército liberal que se dirigía al interior dcl país, para apoyar al ejército del
Cauea y con ello, someter los Estados de Antioquia y Tolima al gobicrno federal. Así mismo, las
guerrillas bloqueaban el tránsito dc hombres , armas y municiones dcsde y hacia Bogotá y el resto de
Cundinamraca, así como de Boyacá y Santander Si bien, los cjércitos liberales lograron traspasar
las líneas de las guerrillas , éstas les propinaron bajas significativas y siguieron golpeando partidas y
ejércitos liberales cn los Estados de Cundinamarca, Boyacá y Santander hasta el fin de la guerra,
casi siempre en acucrdo y combinación con las fucrzas más organizadas de los ejércitos rebeldes .
Con cllo, las gucrrillas hicicron quc la guerra se extendiera en el tiempo y tu vicra una duración
mayor que la pensada inicialmente por ambos bandos . Vino luego un período de relativa pausa entre
fines de diciembrc de 1876 Y el 27 de enero de 1877, fecha ésta últi ma en la que los ejércitos
liberales derrotaron a los conservadores en La Donjuana -Estado Soberano de Santander-o Un
último ciclo culminó con las derrotas conservadoras de abril 5 de 1877 en Manizales, quedando
sometido el Estado de Antioquia a los ejércitos libcrales caucanos comandados por el General
149
Julián Trujillo; y más tarde, con las dcrrotas conservadoras en junio 8 de 1877 en Pasto \' en el
Cocuy -Estado de Santander-
39
a comicnzos dcl mes de julio.
La guerra mostró una importante capacidad del gobierno y de los rebeldes para reclutar. arn1ar y
organi zar ejércitos ; en tres meses el gobierno equipó un ejército de 30.000 hombres , mientras los
rebeldes lograron organizar 14.000, pero los costos de operación fueron altísimos ésta costó el
118% del presupuesto nacional del año I 878-lD. Los gastos y pérdidas de los rebeldes fucron también
significativos y aún están por evaluarse en términos económicos y sociales . En cualqu ier caso cs
perceptible la caída de la producción y exportación del oro antioqueño , los efectos ncgati\os sobre
el comercio, el bajo nivel dc las producciones agrieolas y ganaderas en los dos años posteriores a la
guerra y el alto nivcl de mortalidad en su conjunto, pues la guerra dejó aproximadamente 10.000
muertos en todo el territorio nacional, sobre casi 3 millones de habitantes según el censo de 1870.
Las consecuencias de la guerra no se hicieron esperar. En el orden nacional, trastocó la vida
económica y social, llevó a muchos a alistarse forzada y voluntariamente en los ejércitos
contendientes, dio lugar a movilizaciones de gentes de muchas localidades. enfrentó a poblaciones
por \'iejas rivalidadcs ; polarizó las gentcs y dividió el país en dos bandos, lino liberal y el otro
conservador y clerical; modificó patrones de colonización y, si se la mira estratégicamente, produjo
una nueva organización política del país ya que sc convirtió en coyuntura decisiva para la quiebra
del régimen federal y para la apertura del régimen conservador, denominado " La Regeneración "
(1886-1903) La guerra unificó a un partido liberal dividido en dos fracciones . tal como se percibió
con ocasión de las elecciones de 1875. Por su parte, el conservatismo se unificó para enfrentar las
fuerzas liberales y vio en la Iglesia a su socio y aliado más importante para crear cI clima de guerra
y buscar con ello, sustituir al liberalismo en el gobierno. En estas condiciones, el partido liberal
organizó sus fuerzas y defendió su ya maltrecho proyecto político . Como resultado de la guerra. el
liberalismo, aunque siguió gobernando, obtuvo un triunfo pírrico, pues las alianzas coyunturales
entre sus dos alas se rompicron casi inmediatamentc y, una vcz culminada la guerra, el nuevo
presidente seria el general JuJián Trujillo, el triunfador de la contienda civil de 1876-1877, miembro
del independientismo liberal y amigo de alianzas con el partido conservador. La guerra también
modificó patrones de colonización, ya que partes importantcs de las principales zonas en las cuales
ella se dcsplegó, fueron de colonización reeicnte y continuaron sicndo tcrritorios dc apertura de
AHA Fo ndo Impresos, Informes oficiCllcs, p er iódicos y Il'gi slac ión, Mt:llsajt: ¡fd fJresidel/k de los Es/arios UI/idos
de Colombia al COl/greso de 1878. J B. Gaitéln Editor, Bogotcí, 1878.
39
-lO
PALACIOS, M: El/trI" la legitimidad y la uiolt:llcia... 0PIIS cit.
150
fronteras a las cuales se dirigieron numerosos derrotados de la guerra civil, los que dieron lugar a
nuevas poblaciones e incorporaron nuevas tierras para la c:--:plotación agrícola en el sur del Estado
de Antioquia, en el norte del Estado del Cauca y en el norte del Estado del Tolima 41 . Los
conservadores fueron los derrotados de la guerra y. con ello. las regiones del Tolima y AntioqLJia
quedaron bajo regímenes liberales radicales. La defensa de los intereses de la religión católica a
través de las armas fracasó, a pesar de quc '"cl scntimiento religioso file el principal móvil del
alzamiento"42 Sólo que aquella derrota duraria poco tiempo
Con esta descripción sintética del transcurrir de la guerra, de su culminación y de sus efectos más
inmediatos, hemos querido darle al lector un contexto necesario para la comprensión de los temas
que desarrollaremos a continuación. Pasamos a exponer las diversas motivaciones que llevaron a la
guerra en el caso antioqueño objeto de nuestro estudio, con especial énfasis en las de carácter
religioso.
2.2. Una cruzada religiosa: el caso de Antioquia
Las motivaciones para ir a la guerra fueron de diverso orden , pero surgieron con mucho significado
y peso social las que tenían que ver con la religiosidad de las gentes43~ sus argumentos, aún los más
aparentemente personales, políticos, de ascenso social , ci,i1es, militares y económicos, poseyeron
una mixtura religiosa que se manifestó en las acU1csiones \ cn las múltiples manifcstaciones que sc
hacían al presidente del Estado, a obispos, sacerdotes y aún a Jefes locales . Evidentemente. los
motivos para ir a la guerra fueron muy variados; hubo quienes fueron para vengar un ser
querido~
otros lo hicieron buscando un mCJor nivel de vida ; por defender la religión, la familia o la
propiedad: por buscar ascenso social a través del ejército oficial o del rebelde y aún de las
guerrillas, o por mantener la tradición militar familiar; algunos encontraron ocupación en la guerra;
otros fueron a buscar mundo y a aventurar; hubo casos de quienes lograron obtener un fusil y hasta
·11
Véase:
/lli'{¿¡II,
pp. 15- 71.
MELO, J. O: "Del Federalismo a la Constitución de 1886". En: Nueva HI storia de Colombia. Tomo 1, Editorial
Planeta, Bogotá, 1989, pr 2-11 -242.
42
Véase: CARO BAROJA, J.: Las formas COI/T1Jlejas tle la vitla religiosa. Volumen 11, GaléIXía Gutc'nberg, Círculo de
lectores, Barcelona, 1995. Véase especialmente (>J ca pítulo XVII , "La milicia cristiana y la moral del guprrero".
DUBY, G: El Domillgo de [Jo[{uille~. Al ianZil Ed itoría], Madrid, 1988; LI VET, G: La~ g(/l'rra~ de religión Oi kc's-tau,
s. a. Ediciones, Barcelona, 1971. Estos textos señalan el peso Je Ids Illotivdc iones relip,iüsas en las actividades
humanas; los dos últimos hacen especial énfasis en el pa¡:>lo)1 que tajes motivac iones cumplen en la guerra.
42
151
unas cuantas vacas y caballos: otros fueron por razones partidistas, otros más se enriquecieron o se
empobrecieron por la parálisis económica que la guerra produjo~. Las motivaciones fueron
múltiples, pero en nuestro caso, interesa auscultar las de orden religioso, las cuales en buena medida
se encuentran asociadas a algunas de las mencionadas anteriormente, por lo cual mostraremos de
manera general el peso de otras motivaciones y sus formas asociadas a las religiosas. Fueron
también notorios los apoyos que revelaban vínculos de hecho y de dereeh0 45, tales como las
lealtades locales, intereses de partido, relaciones familiares , amistosas y corporativas, y una red de
tradiciones estamentalcs de orden militar, religioso, económico y político
En Antioquia comienzan a aparecer publicaciones alusivas al tema de la guerra desde los meses de
junio y julio de 1876, pero logran mayor fuerza al iniciarse el mes de agosto ) , aunque las
encontramos en di versas fuentes, fueron bastante frecuentes las aparecidas en el periódico oficial
del Estado Soberano. Las manifcstaciones son muy diversas, las ha\ de localidades \ de
funcionarios
públicos,
expreSIOnes
individuales,
apoyos
partidistas
46
,
comUlllcaCIOnes
x
7
eclesiásticas" , representaciones de asociaciones y sociedades católicas" , telegramas de felicitación
BRICEÑO, M: De La rc'volllci,Íl/ de 1876-18 77. ReClu:nf¡)~ ¡Iara la flfó/oria. 0/'"~ cit. fRANCO, c.: !\¡lillltalllit:/lto5
para la lú,:.toria ,le la gllara de 78 7(1-7877. O¡I/IS cit. QUlJANO W., l. !'v!.: Mt:llloria~ allto/Jlográjica,;, lli,táric,l-¡'olitica5
'! de cariÍcter social. Opus cit. Dos trabaj OS son muy sup,crcntes para e l. estudio de las m o tiva c iones, aunque sus
períodos y guerras se-dn distintos: AYMES, J. R: L1I glu:rra de la inrlepl:wler/cia el1 EspaFin (1808- 1814). 4". Edición,
Siglo XXI, Madrid, 1990; y PARKER, G .: r.a revol/lcwn militar. Las illl/(waciol/l:s /l/ilitares y el apogeo ti.: Occidellte,
1500-1800. Editorial Críticil, fur celona, 1990.
.¡..¡
Véilse: GUERRA, f. X: Del !\lftig//(l I~égill1':ll a la revolllciólf . 2d Edición, fondo dt' Cultllr<l E·L1llómica,
lraJ ucc ión de Sergio FernánJez Brd va, Méxi co, 1991.
.\5
Los aroyos rarliJistds son múltiples y puedpn observarse en docume ntos del AHA, fondo Re pública,
Gobie rno fed L' ral, por e¡emplo en·. Tomo 2072, docume nto 1, 1876; Tomo 2063, dtl<.:umentos 1 y 2, 1876; To mo
2066, documento 1,1876. Igualmente en: Boletí/l Oficial, blndo SobtYa/lo d~ A/ltior¡uin, Medellín, julio, agoslo y
septipmbre de 1876.
-l6
"Circular de los senorC's Obispos de MedeUín y de Anlioquia a los senores c uras y demás sacerdotes del
Eslado de Antioquia". En: Repertorio Ecleóiástico, No. 15-1, Medellín, agosto 12 de 1876, pp. 1099-1100. "Carta del
Pbro. Emigdio Ramíre7. y otros s<lce rdotps a los Ilmo. Obi spo de la Diócesis de Medellín y al Ciudadano
Presidenle del Estildo, Medpllín" En: /~.:ptYtlJrio Eclesiásnco, Dióc.:sisd.: M.:ddlí/l , No. -155, Medellín, agosto 19 de
1876, pp 1104-1105.
47
Guillermo Restref.->O l., un not<lbl e de la región anlioquL'I'\,l, Presidente de La SLl<.:ieddJ Católica de Medeltín,
felicitó al poder e¡ecuti va por haber rechazado las insinuac iones del gobierno federal relalivas a la expedición
de "una ley de persccuLión religiosa" y lo excitó a que apoyara con decisión y eficaei<l la reacción católica que
se verificaba en la república y especialmente en el Estado del Cauea, prestando a los católicos todo e l apoyo y
la protección que de él depen diera, en colwrenciil con la Constitución: "Carta de Guillermo Restrppo,
Presidencia de la Sociedad Católica al Vicario Capitular de la Iglesia Caledral de Medellín" . En: So/eh·" eYic1a/,
btado Soberano,re !\/Ilior¡/lia, No. 12-4, Medellín, junio 22 d e 1876. Existe lwnbién un excelente informe sobre lél
Sociedad Calólica prese ntado por Guillermo Restrepo lsa7.él y la entrega de su presidencia al Dr. MC1fiano
Ospina Rodríguez, con p<llabras de éste, en la Sala de Prensa de la Universidad de Antioquia -Medellin-, Hojas
slle/tas d.: 1877 a 1880.
-lS
152
al presidente y promesas de respaldo, "yendo al campo de batalla si fuere necesario", tal como lo
expresaron el 7 de agosto "Ios vecinos de Manizales''''!9, y aún carteles y cartas personales Su Todas
estas comunicaciones y mensajes nos revelan que los vientos de guerra eran fuertes 51. Por su parte.
la Iglesia -en sus diferentes estamentos- participó en la guerra de distintos modos y en las distintas
regiones afectadas.
Una \ez comenzada la guerra en Antioquia, las adhesiones al presidente y al gobierno del Estado
tuvieron diversas procedencias, pero una de las más importantes provino de los obispos. de la
mayoría de los sacerdotes y de un buen número de feligreses católicos de la región . Alunmos de la
Escuela Normal del Estado y empleados del Tribunal Superior de MedelJín, expresaban que en tal
situación sólo podia salvarse el Estado con el "esfuerzo simultáneo, enérgico y decidido de todos
los buenos y con el empleo inmediato y atinado de los elementos de que podemos disponer para la
defensa de nuestro suelo,,52. En el Boletín Oficial del 8 de agosto, una buena parte de la élite
conservadora de Medellín, se puso a órdenes del presidente del Estado "s in limitación alguna", pues
lo consideraban su deber y estaban "dispuestos a cumplirlo,,)3 Decían al Presidente que debían
~o
"Carta de Los vecinos de Manjzales éll Presidente del Estad o, Manizales, agosto 7 de 1876". En: Boletill
Ofici1ll, Estado Subamro de Alltioquia, No. 160, Med e llín, agosto 9 d,' 1876.
Fundación Antioqueña rara los Estudios Sociales (en adelante FAES), Cartelt:s, Medellín, agosto de 1876.
FAES, Diario de Pedro Antonio Restrepo Escobar (P.A.RE)., Com:sIKJ/lIlellcia, Medellín, agosto de 1876 FAES,
Arch ivo d e Mariano O,;rina Rodrír;ucz (e n ad,'lantl' A. M.O. R.), Corre~/lúl/(I':lIcin, Ivll'del lín, <lgosto de 1876.
50
Debe mos entender que la guerra movilizó gran parte de la sociedad regi o na l, lo que implicó apoyos de todo
tipo -forma ció n de e jércitos, gen tes n?c1utadas, armas, abastos, empréstitos, vestuarios, animales para el
transporte de tropa s, muni ciones y alimentos ... -. En rOC.8S palabras, la guerra tra stocó la vida regional en su
econonúa yen su vida política y social. Parali zó casi en su totalidad, minas y haciendas; movilizó gentes de s us
lup,ares de origen a los IUf,ares del teatro de la guerra; modificó la rutina tradicional y gran parte de las
producciones de los divers os tipos de propiedad Qs se vieron abandonadas a s u s uerte por las ex ige ncias
militares del reclutamiento; el comercio, tan importante l?n Antio'-luia, sufrió una pdráJisis casi total por la
inseguridad que generaba la guerra y porque los varares del río Magdalena -cuyo co ntrol es tuvo e n manos
del gobierno- d ebieron reducir s us actívídadps d0 transporte de pasajeros y mercancías y pone rse al servicio d e
la f.uerra. La región puso cerca de T(X)() homhres en armas, los que asociados a los otros TCOO co nservadores
del resto de la nación, preferentemente del Tolima, Cauca y los Estados d e l cenl ro oriente, lop,rélron com pletar
entre ejército y );uerrill'1s, l·.j(lOO hombres cnntm e l e jl'n:i to oficial que tuvo :lO.OlXl hombres e n drmdS e n tOcio QI
país. Evidenteme nt e, lo anterior da una idea dl' la J11¡¡gnilud de los cambios que debieron producirse en una
región comprometida toda e lla con la guerra.
51
"Cartól d e los alumnos d e la Escuela Normal dd Estéldo, 23 firmantes, al Presidente d e l Estado. Medellín,
agosto 7 de 1876" . En: Boldill Oficial, Estar/o So]¡emllo de Alltioq/lin, No. 16D, Medellín, agosto 9 de 1876, r . 6-B.
"De Luis María Isa7.8, Rdfae l Botero y otros emrleildos del Tribunal Superior al Presidente del Estado,
Mede llin, agos to 8 de 1876". En Bolet//I Oficinl, E~tn¡/¡) So!J.:mllu d.: Alltiuq/lin, No. 161, Medellín, agos to 10 de
1876, p. 648.
52
"Carta de Cipriano ISélza, Alelandro Botero, Fra ncisco A Álvarez, Lucrecio Vélc'z, GuillemlO Isaza,
Rudesindo Echavarría, Mih'Uel Vásquez 8arrientos, Eduardo VáS<.jue7, Antonio J. Gutiérrez José> María Misas,
Abraham Moreno, Emiliano Isaza, Pedro Nel Ospinil, Fe rnando Restrcro, Germ:ín Villa, Ped ro Vásquez, Iulián
53
153 "concurrir en masa a rodearlo con el apoyo de sus pcrsonas y el contingente de sus recursos , para
defender la soberanía del Estado. sus más grandes intereses y sus más sagrados derechos . , 5~ . Las
élites conservadoras de los distritos rodearon inmedIatamente al presidente del Estado Un ejemplo
de ello fue el respaldo de José Vicent e Fernánde z L un notable conservador de Amalfi. quien
felicitó al Presidente por su actitud patriótica en relación con la manera como había afrontado los
recientes acontecimientos ; le manifestaba que tenía la honra de pertenecer al "respetable gremio de
vuestros admiradores '·S). También le expresaba que era intérprete de
los laboriosos hiJos de Antioquia, para hacer comprender que ellos son enemigos de las
disensiones políticas, y que sólo desean dedicarse al trabajo del cual depende el
bienestar de sus familias, la buena marcha de la sociedad y la riqueza de su querida
patria ... [llamó a los ad\'ersarios] perturbadores de la paz y enemigos de la Iglesia,
que están ultrajando al mismo tiempo la verdadera religión de Cristo. a quien rinden
los antioqueños ferviente culto . lConsideraba que]
no habria uno solo que no se
enrolara en las filas del catolicismo, para defender valerosamente sus creencias y
confundir a los que intenten establecer en su querida patria, el cisma, el escándalo, la
corrupción, y en una palabra , el protestantismo con todas sus horrorosas atrocidades.
[Se alegraba porque]
el President e había traído al Estado a religiosas de las
Hermanas de la Caridad , 'cuatro vírgenes piadosas, para atender a los que sufrían ,56
Observamos como gran parte de esta expresión de apoyo tenía un contenido religioso muy marcado
y se convertía en motivación para decidirse por la gucrra Llama la atención en las expresiones del
bando conservador antioqueño que se manifieste que Dios está dc su parte, que ellos eran "los
buenos" en la guerra, los que defendían los "sagrados derechos ') y, en cambio. sus opositores, eran
descalificados con los epítetos de " i1egítimos, enemigos y protestantes" . Al f1l1 Y al cabo, en la
guerra, cada bando crcía tener a Dios de su propio lado, y usaba de él a su manera .
Los medios académicos también publicaron manifestaciones favorables al presidente del Estado
antioqueño y al conservatismo En una de ellas , firmada por 10 alumnos dc la Universidad de
Antioquia -institución conservadora, fundada en la región en 1871 , como respuesta a la fundación
hecha por los liberales de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá en 1867- se apoyaba al
Vásquez c., Mariano Ospina, y muchos otros firmantes al Preside nte de l Estado, Mede llín, ag osto 8 de 1876".
En: Ra/díll Oficial, Estar/o SO/JI:'ralIa dI:' A 11 fluq11 ia, No . 161, Mcdellín, agost o 10 de 1876, p. éH8.
5.l
Ibídem, p. 648.
ss "Carta de José Vicente Fernández J. aJ Preside nte dd Estado. Amalfi, agosto 3 de 1876". En: 13uldíll Oficial, Estallo So/¡aano dI:' A 11 tiur¡11 ia, N o. 161 , Medellín, a gosto 10 de 1876. 50
Ibícl':/II. 154
presidente y le ofrecían su concurso para la guerra, movidos por su credo políticol.Otro ejemplo
de adhesión de universitarios antioqueños fue un mensaje fechado el 10 de agosto, de dos
alumnos de buena posición social, Aníbal L. de Castro y O. y Nicanor A. Mendoza, quienes le
enviaron una manifestación al Presidente del Estado, para que les permitiera afiliarse "a las
milicias que van a luchar contra los pretorianos, o sea, esbirros del círculo sapista,,2 . Estos
estudiantes fueron enviados por sus padres a estudiar a Antioquia, pero pertenecían al Estado de
Bolívar, al que ellos mismos consideraban miserable, " donde a los católicos no se les prestan
garantías" y ofrecían al mandatario " coadyuvar al triunfo de la causa de Dios, es nuestra
obligación y deseamos lIenarla".J. También llegaron apoyos de jefes políticos y concejos
municipales, sacerdotes y vecinos de otros Estados, con la disposición de asistirlo en lo que
fuera necesario para la guerra que se iniciaba
4
•
Hombres de partido, pertenecientes a sectores
medios como el jefe municipal de Titiribí, Benigno Escobar, le escribía al presidente el 9 de
agosto, diciéndole que :
su Alocución en la cual se declaró el Estado en situación de guerra fue publi cada en su localidad con
mú sica y grande entusiasmo ... [se ponia a su di sposición para J... esta u otra eventualidad ... [le
deseaba queJ ... el Dios de los ejércitos lo guíe y le de el acierto que neces ita en tales circunstancias ...
[lo felicitaba]... por liberar a la patria de la deshonra y la vergüenza a la que la oligarquía que domina
la República la ha tenido sometida. [Y culminaba así:] .. . Vi va Antioquia 5
"Los Oligarcas" o "La oligarquía", eran los nombres peyorativos que le dieron conservadores y
liberales independientes a los gobernantes del liberalismo radical, quienes para entonces estaban
al frente del gobierno nacional ya quienes iban dirigidas las diatribas conservadoras y católicas.
La guerra tomó entonces el tono de una cruzada salvadora, en la cual , según una expresiva
alusión
I
"Manifestación de Ricardo lsaza y otros al Presidente del Estado, Medellín, a gosto 10 de 1876". En :
Boletín Oficial, Estado Soberano de Antioquia, No . 165, Medellin, agosto 17 de 1876, p. 666.
2 El sapismo se convirtió en la expresión popular para designar a quienes manipulaban y ejecutaban
fraudes en las elecciones. Dicha expresión nació de las actividades que desarrolló en Bogotá Don Ramón
Gómez, jefe del radicalismo en el Estado Soberano de Cundinamarca. Los opositores al radicalismo le
dieron este nombre a ese grupo, debido a la similitud física que encontraban entre el Señor Gómez y un
sapo. El nombre de sapistas se hizo tan popular que a los miembros más sectarios del radicalismo se les
conocía popularmente como los " sapos". Véase las Memorias de: BRICEÑ O , M .: De La revolución de 1876­
1877. Recuerdos para la historia. Opu s cit. Véase tam bién: VALENCIA LL., A. : Estado Soberano del Cau ea :
Federalismo y Regeneración. Opus ci t., pp. 47-68, en especial su capítulo primero acerca de la división liberal
en el Cauca entre civilistas y militaristas.
3 "Carta de Aníbal L. de Castro y O Y Nicanor A. Mendoza al Presidente del Estado, Medellín, agosto 10 de
1876". En : Boletín Ofi cial, Estado Soberano de Antioquia, No . 168, Medellín, agosto 21 de 1876.
Véase Mapa No. 3: Estado Soberano de Antioquia, 1875-1876, (capítulo 1). Este mapa puede consultarse
para ubicar las poblaciones antioqueñas citadas en este epígrafe .
4
s "Carta del Jefe Municipal de Titiribí, Benigno Escobar, al Presidente del Estado . En: Boletín Oficial, Estado
Soberano de Antioquia, No . 162, Medellín, agosto 11 de 1876, p . 653.
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