CASO DE ÉXITO La gamba de Palamós, entre tradición y vanguardia Una de las bahías más bellas de la Costa Brava es, sin lugar a duda, la que se extiende desde el cabo de Begur a la desembocadura de la riera de Ridaura, en la comarca gerundense del Bajo Ampurdán. Aquí se erige la villa de Palamós, que cuenta con una actividad pesquera cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XIII. Hoy en día, la entidad encargada de organizar y gestionar una de las lonjas más importantes de Cataluña es la Cofradía de Pescadores de Palamós que, gracias a una flota especializada de 33 embarcaciones de arrastre, 4 de cerco y 25 de artes menores, ofrece cada día lo mejor de cuanto vive bajo el mar de esta franja litoral catalana. En agosto de 2007, la Cofradía de Pescadores de Palamós asumió el reto de cumplir con la política de calidad y seguridad alimentaria de sus productos definida por el sistema de análisis de riesgos y puntos críticos de control (ARPCC), además de fomentar la formación y concienciación de su personal acerca de una mejora contínua de su sistema de producción. Gracias a la nueva política, la Cofradía ha dado un paso importante en la defensa de su producto “estrella”: la gamba roja Aristeus antennatus. Desde el año 2009, este crustáceo cuenta con la marca de garantía “Gamba de Palamós”, que ha permitido definir requisitos y normas de calidad comunes para todos los protagonistas implicados en la cadena de producción, aumentando la confianza del consumidor en este marisco y A u t o r e s : E . L l o r e t , C . F e r r i . I R TA protegiendo uno de los recursos naturales más preciados de la Costa Brava. Diariamente, el producto capturado es sometido a un control de calidad antes de entrar en subasta, donde se identifica el calador de pesca y las características sensoriales tales como el aspecto, la textura, las piezas por kilo y la temperatura a la que llegan al puerto. Solamente el producto que supere los requisitos establecidos por dicho reglamento será etiquetado como “Gamba de Palamós”. Además, cualquier usuario que quiera utilizar esta denominación está obligado a pasar por el proceso de certificación. Hasta la fecha, la Cofradía de Palamós ya ha certificado 17 barcas de pescadores, la lonja de la misma ciudad, 11 pescaderías, 6 distribuidores y 1 empresa de transformación, mientras que 19 restaurantes están todavía en proceso de obtener dicha certificación. Oscurecimiento de la gamba A partir del momento en que la gamba es extraída del mar y tras su muerte, empieza una reacción natural de origen enzimático conocida con el nombre de melanosis. Este proceso, debido al contacto del crustáceo con el oxígeno presente en la atmósfera, causa un cambio de coloración de su cefalotórax y de su abdomen hacia tonos oscuros. A pesar de que no tenga ninguna consecuencia negativa para la salud humana, el oscurecimiento corporal confiere al crustáceo un aspecto que no es muy aceptado por el consumidor, por lo que la gamba roja pierde su alto valor comercial al cabo de 24 a 48 horas. CASO DE ÉXITO No obstante, existen diferentes alternativas tales como la congelación del marisco, la aplicación de aditivos o el envasado en atmosfera protectora para frenar este proceso. Si bien en los dos primeros casos el producto no puede ser comercializado como “fresco”, no hay ningún problema cuando se utiliza la opción del envasado. Uno de los desafío mayores de la Cofradía de Pescadores de Palamós ha sido el de estudiar la viabilidad de envasar la gamba en atmosfera protectora, a fin de prolongar la vida comercial del producto fresco y extender su área de comercialización. En este largo camino hacia la excelencia, ha sido fundamental la aportación del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), un centro de investigación adscrito al Departamento de Agricultura, Ganadería, Alimentación, Pesca y Medio Natural de la Generalitat de Cataluña. Gracias a su larga experiencia en la aplicación de las nuevas tecnologías a los productos del mar, los investigadores del Programa de Tecnología Alimentaria de este Instituto han conseguido evitar el oscurecimiento y mantener las características sensoriales del producto fresco hasta el tercer día después de la captura. hasta tres días después de su captura y envasado. La optimización de las buenas prácticas de pesca de la gamba y la ausencia de oxígeno en el interior del envase han sido fundamentales para evitar la aparición de la melanosis y alargar la vida comercial a temperaturas de refrigeración sin necesidad de añadir aditivos tales como los antimelanósicos, los sulfitos, los antioxidantes o los crioprotectores, habitualmente usados en productos capturados en alta mar, granjas acuícolas o procesadoras. Finalmente, el resultado de los análisis físico-químicos y microbiológicos ha permitido obtener un producto de calidad óptima, garantizando a la vez su seguridad alimentaria. Mayor frescura sin aditivos El estudio llevado a cabo por el IRTA ha supuesto un largo periodo de análisis en el que se han examinado las condiciones de captura, manipulación y acondicionamiento del crustáceo en el barco hasta su llegada al puerto, con especial énfasis en el control de la cadena de frío. El tiempo de arrastre, la limpieza y la manipulación del pescado durante la captura, así como el mantenimiento de la cadena de frío postcaptura (entre los 0 y -2ºC), la minimización de la manipulación en esta fase, las oscilaciones térmicas durante su procesado y el transporte se han mostrado factores clave para obtener un producto de alta calidad. También se ha estudiado el impacto de dichos factores en la calidad sensorial inicial de la gamba fresca y a lo largo de la vida comercial del producto envasado en atmósfera modificada (o MAP, por sus siglas en inglés). Gracias a la mezcla de gases de nitrógeno y dióxido carbónico empleada por esta tecnología, los técnicos del IRTA han conseguido conservar las características de sabor, textura y flavor intactos de la gamba roja, logrando extender la calidad sensorial A u t o r e s : E . L l o r e t , C . F e r r i . I R TA Resultados prometedores La creación de la marca de garantía “Gamba de Palamós” ha conllevado una mejora en la calidad y, por consiguiente, un aumento de la confianza del cliente en este producto. De forma paralela, también se ha registrado un aumento en el precio medio del producto y en los esfuerzos destinados a la protección de este recurso pesquero. En definitiva, la conservación de la gamba roja de Palamós envasada en atmosfera modificada podría repercutir positivamente en su distribución y comercialización, brindando la posibilidad a este producto propio de la localidad ampurdanesa de acceder a mercados geográficamente más lejanos. Esto pone de manifiesto, una vez más, que la aplicación de las nuevas tecnologías puede representar una clara perspectiva de futuro para el sector pesquero, contribuyendo a la revalorización de sus productos más tradicionales.