Miguel Wiñazki Miguel Wiñazki es profesor y licenciado en Filosofía de la Universidad de Morón, Argentina, y realizó un posgrado en Ciencia Política en la Universidad de Salamanca, España. Es secretario de redacción y jefe de Capacitación Periodística de diario Clarín. También es el director periodístico del Master en Periodismo del grupo Clarín, la Universidad de San Andrés y la Universidad de Columbia. “Es interesante tomar distancia analítica de la tempestad, porque está siendo sustituida la actitud dialógica por la confrontación y el antagonismo”. “¿Democracia 2.0? Esto supone que la herramienta tecnológica se derrama en la sociedad e instituye una democracia curiosa, como una utopía maquínica, así que enfatizo el título del seminario, ya que el título está puesto en signos de interrogación. Da la sensación que la crisis apabullante entre los medios y los gobiernos de la región tiene que ver con la crisis de las mediaciones, el fin de la democracia representativa probablemente. Y en Argentina encuadraría la crisis de la relación entre medios y poder con la crisis de 2001, visualizadas la clase política y mediática como dos poderes bifrontes y perjudiciales para la sociedad civil”. “Así que hay una demanda que cuestiona la dimensión mediática como proveedora de voz hacia esas demandas. Ya no proveen voz los medios hacia la sociedad civil, sino que hablan en nombre propio. Herbert Schmidt era de la Escuela de Chicago en comunicación -y no tiene nada que ver con los modelos de economía de Chicago-, junto a Lipman. Para Schmidt, comunicar era comunicar al otro, asumir su rol y sus posiciones, hablar en nombre del otro. Era un planteo elitista, porque sugería que el otro no tenía voz, pero era una visión donde los medios capturaban una voz que de otra manera sería acallada, así que ahí la corporación política oía a la 1 sociedad civil a través de los medios, y viceversa, así que había una construcción social y un diálogo productivo”. “¿Cuál es el rol del gobierno? Según Luckman, el gobierno es un medio de comunicación, sabe comunicar; Kirchner, de alguna manera, sabe comunicar. Por ejemplo, cuando Kirchner dice '¿Qué te pasa Clarín?', indudablemente genera un efecto de enorme relevancia. Los gobiernos propagandizan sus actos de gobierno, lo cual es necesario, y tratan de disuadir a la ciudadanía y a sus votantes de que esos actos son buenos. Hay una transformación de la sociedad entera a través de la sociedad masmediática, porque si los gobiernos lo que hacen es comunicar, hay una mediamorfosis general, con sustrato masmediático”. “Esa transformación -del poder como medio de comunicación y los medios que pasan a ser cada vez más la voz de sí mismos- produce un cierto autismo de la clase política y de los medios, que genera una brutal colisión. Hay una resistencia de la clase política a los medios y viceversa, así que ambos polos se constituyen en un lobby destinado a demoler a su adversario. Para el gobierno su adversario son los medios y para los medios su adversario es el gobierno. Esto tiene que ver con lo que está ocurriendo en estos días”. “La nueva cartografía que va a reconfigurar la dinámica tradicional de los medios de comunicación, con un periodismo participativo, en lugar de uno distributivo. Hace dos días el presidente de la Universidad de Columbia decía que hace dos años había 50 blogs políticos en Bolivia y que ahora son miles. Habría que ver si tienen real influencia en la situación boliviana, es una pregunta. Esto está alimentado por la colonización de los medios que hace Internet, con la ausencia de toda literatura del lenguaje periodístico, el habla cablegráfica”. 2 “La tesis central, esa colisión especular, un poco narcisista, donde terminan pareciéndose los grandes medios y los gobiernos, me parece que esa colisión tiene un cierto autoritarismo híbrido. Este gobierno es democrático, pero no es exactamente una democracia y uno podría arriesgar a decir que el gobierno tiene ciertos rasgos neofujimoristas, con la compra de periodistas, disolución del parlamento; aunque esto puesto en signos de pregunta. Transita el camino de la antilengua, una fuga de la profundidad del lenguaje”. “Tenemos antilengua y autoritarismo híbrido, y ambos actores padecen de los mismos defectos, ya que los medios manifiestan el mismo autoritarismo, promovido por el antagonismo cotidiano al que están dedicados... al que estamos dedicados”. “¿Cuál es la amenaza? Que la gestión de gobierno pareciera ser una lucha contra los medios y que los medios estén centrados en la oposición abierta y salvaje contra el poder político. Teoría salvaje del poder político y viceversa. Hay como un retorno a la naturaleza en esta disputa. Yo no digo que ante este escenario haya un planteo nihilista. Pareciera ser esto un episodio que tendrá su devenir. No creo en la desaparición, ya que la crisis de representación no implica una desaparición”. “Recién leía el diario El País, en papel (lo muestra) y hay una voz de un otro, que aparece en un diario perteneciente al establishment masmediático mundial, que podría ser como Clarín, donde apareció un iraní que salía en Twitter contra el régimen, lo capturan, lo torturan, simulan ejecuciones y lo violan sexualmente. 'Estás mudo y humillado para siempre, no vas a tener más voz, te hemos cortado la lengua'. Pero llegó a los medios, está contando el horror, de Twitter a la representación global de ese drama. Pese a la crisis de las mediaciones, todavía queda lugar para dar la voz del otro. Es una esperanza, la idea reguladora para que haya otras voces y 3 otros ámbitos. Es lo que da sentido a la idea que los periodistas y los políticos también ejercen”. 4