SERMONES DOMINICALES DOMINGO 31 DE AGOSTO 2014 Pr. C. Iván Flores SERIE: Elías el hombre de la montaña de Dios. Sermón 5: Baal es derrotado 1 Reyes 18:16-46 Introducción A veces se dice que una crisis no hace a un hombre, sino que sólo revela lo que ya es. Ese pensamiento es a la vez reconfortante y aterrador, porque todos nos preguntamos cómo reaccionaríamos si todo lo que más queremos de pronto se tambalea. Nos preguntamos si en la crisis ¿tendríamos la fe? ¿O colapsaríamos? Cuando llegue la crisis, todas las cosas que decimos y que creemos, ¿seguirían siendo suficientes? Todos podemos preguntamos qué haríamos en ese momento, cuando las cosas que tenemos en gran estima no están en su lugar. Esto se revela en momentos de perdidas, es ahí donde demostramos la clase de fe que tenemos. Por ejemplo poder cantar “en el seno de alma se difunde una dulce quietud… paz, paz dulce, es aquella que el Padre me da”. O bien como poder decir: “Estoy bien con mi Dios”. Hay ciertas historias en la Biblia que se han hecho bien conocidas, y que cuando mencionamos el nombre de la persona, pensamos automáticamente en un evento en particular. Por ejemplo, cuando decimos Noé, pensamos en el diluvio. Decimos Abraham, y pensamos en Isaac. Decimos Josué y pensamos en Jericó. Cuando decimos David, pensamos en Goliat. Cuando decimos Daniel, pensamos en el foso de los leones. Cuando decimos Elías, pensamos en la crisis en el monte Carmelo. Este momento de la historia de Elías era el momento para el cual Dios lo había preparado, y lo había hecho pasar los diversos eventos que hemos analizado. I. Monte Carmelo – lugar del desafío. El Monte Carmelo es una enorme montaña en la costa del Mediterráneo con vista a la moderna ciudad de Haifa. Desde la cima del Monte Carmelo se tiene una imponente vista en todas las direcciones. Carmelo fue importante en el Antiguo Testamento, por razones militares y geopolíticas quien controlaba el monte Carmelo controlaba la mitad norte de la nación. Y quienquiera que controlara el culto que tuvo lugar en el Carmelo controlaba la nación espiritualmente. Los sacerdotes y los profetas de Baal lo sabían. Es por eso que años antes habían construido un altar a Baal en la cima del Monte Carmelo. Sabemos por la historia que el culto a Baal era una religión particularmente degradante. Era una mezcla extraña de idolatría, sexualidad pervertida y sacrificio de niños. Los paganos creían que Baal controlaba la salida y la puesta del sol. También fue considerado el dios que dio a luz las estaciones del año, y el dios que dio o retenía las lluvias. Debido a que el antiguo Israel era una nación agrícola, Baal era un dios muy poderoso. Los hombres y las mujeres que venían a adorar a Baal ofrecerían un sacrificio y luego participaría en algún tipo de actividad sexual con los sacerdotes y sacerdotisas. Ellos creían que si unía físicamente a uno de esos sacerdotes o sacerdotisas de Baal, el poder de Baal sería transferido a él. Por lo tanto, el culto a Baal apeló a una sola idea en la mente, en otro nivel a su bienestar económico, y en un nivel más profundo a los deseos de la carne. No debería sorprendernos el por qué Baal se había hecho muy popular, incluso en Israel, una nación dedicada a la verdadera adoración a Dios. Se aferró a la mente, el corazón, el cuerpo y, finalmente, el alma. Bajo el reinado del malvado rey Acab, el culto a Baal había arrasado prácticamente el reino del norte. La adoración a Yahvé, el único Dios verdadero, estaba casi completamente extinguida. II. Acción profética de Elías Es con este telón de fondo que leemos la historia de Elías, un hombre de la montaña, cuyo nombre significa "El Señor es mi Dios". Un día, sin previo aviso, él se presentó ante Acab, el malvado rey en el trono de Israel. Elías dijo al rey: "He venido a ti en el nombre del Dios viviente, el Dios de Israel, en cuya presencia estoy. Y te digo que no habrá lluvia en Israel e incluso ni rocío hasta que yo lo diga". Después de haber pronunciado esas palabras por el poder de Dios Todopoderoso, Elías fue enviado por el Señor al arroyo de Querit, donde permaneció escondido durante un tiempo, donde fue alimentado por cuervos. Pasado el tiempo el Señor le trasladó a territorio de Sidón, a la casa de una viuda de Sarepta, donde la Biblia registra el milagro de la harina y el aceite que no se acabó y luego vino el milagro de la resurrección del hijo de la viuda. Mientras tanto, en la nación de Israel la hambruna estaba establecida. Durante más de tres años no había llovido. La tierra se volvió marrón y comenzó a resquebrajarse. Los arroyos se secaron, los arroyos desaparecieron, y el río Jordán se convirtió en poco más que un goteo. En todo el país los cultivos estaban muriendo. Los animales se convirtieron en cadáveres que yacían en los campos. Finalmente, pasado tres años, Dios tocó a Elías en el hombro y le dijo: "Ve a ver a Acab de nuevo". Cuando el rey y el profeta se reunieron por segunda vez, el rey le preguntó: “¿Eres tú el que turbas (causas problemas – NVI) a Israel?" (v. 17). La palabra para “perturbador/turbador” en el hebreo significa “serpiente”. ¡Tú eres una sucia serpiente! Eso es lo que pensó el rey del profeta ungido de Dios. Elías claramente le dijo: "…Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales" (v. 18). Antes que Acab pudiera decir algo más, Elías habló: "Es hora de que la verdad salga a la luz. Es hora de que el pueblo decida". Le dijo al rey: "Dile a todo el pueblo de Israel que nos encontremos en el Carmelo". En eso estuvo de acuerdo el rey. Elías dijo: "Envía a 450 profetas de Baal, y a 400 sacerdotes de Asera", que se pensaba era la esposa de Baal. ¡Eso es 850 falsos profetas frente a un hombre de Dios! Hay dos opciones Elías estaba loco o era un hombre en contacto con su Dios. Será mejor que tú no hagas ese tipo de cosas por un capricho o emoción del momento. ¡Debes estar seguro de que estés en contacto con el Señor! ¡Elías era un hombre que estaba en contacto con el Dios Todopoderoso! Llegó el día señalado, se reunieron en la cima del monte Carmelo. La historia en los versículos 20 a 21 dice: "20 Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo.21 Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? (¿Hasta cuándo seguirán dudando?) Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra". La parte más importante y preocupante se presenta en la frase. "Pero la gente no dijo nada – no respondió palabra". De todas las cosas más grandes que afectan a la cristiandad en nuestros días tal vez sea esta actitud: Indecisión espiritual. Apatía Espiritual. Es la incapacidad del pueblo de Dios para decidir de qué lado de la verdad estamos. Hay incapacidad en los jóvenes, adultos casados y solteros, hay incapacidad en todas las edades y en todos los grupos en el interior de nuestras iglesias para decidir en qué equipo estamos. No podemos decidir a qué vamos a jugar. Y es por eso que luchamos acerca de qué uniforme que vamos a ponernos cada mañana. Tengamos en cuenta la pequeña palabra "si". La palabra "si" significa que tienes que tomar una decisión. Hay un tiempo para pensar y hay un tiempo para decidir. Si el Señor es Dios. ¿Es o no es? He aquí una de las razones por las que amo a Elías. Él lo hizo práctico y personal. No dijo si el Señor es Dios, compraré un libro y pensaré en ello. Desafió diciendo que si el Señor es Dios, debes entrar en su equipo y seguirlo. Y si Baal es dios, muy bien, entra en su equipo y síguelo. Pero debes tomar una decisión. ¡Tienes que decidir tarde o temprano! Él propuso un experimento simple para que la gente supiera que el Señor era el verdadero Dios. Por ejemplo, se podría discutir todo el día acerca de cuál jabón conseguiría dar más limpieza. Si realmente lo quieres saber, debes meterte en el agua, tomar un baño y ver quién sale más limpio. Elías dijo: "24Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios”. Hoy podríamos usar más de ese tipo de coraje profético. Necesitamos un poco menos de palabras y más acción. Llega un momento en que solo hablar es barato. El pueblo de Israel dudo, vaciló, entre dos pensamientos. "Pensamos que tal vez nuestro Dios es Dios. O tal vez es Baal. O tal vez podemos mezclar los dos de alguna manera". Un poco de esto, un poco de aquello. Elías dijo no, ahora ha llegado el momento de tomar una decisión, es uno u otro. La historia en sí es muy simple. Elías les dijo: “Ya que ustedes son mayoría, elijan primero su toro, prepárenlo y pidan en el nombre de sus dioses, pero sin prenderle fuego al sacrificio”. Los profetas de Baal cortaron un toro y pusieron los pedazos sobre la leña. El desafío era que el sacrificio debía ser consumido con fuego del cielo. Gran parte de la descripción de la adoración de Baal suena como el culto vudú. Los profetas de Baal tenían el pelo hasta los hombros. Cuando bailaban, ellos gritaban y hacían sonar sus tambores, y azotaban sus cuerpos en el suelo. Revolcándose en el suelo mostraban su devoción a Baal. Recuerda que la inmoralidad sexual yacía en el centro de la adoración a Baal. No se imaginen una escena tranquila como una reunión de oración un sábado por la mañana. Piensa en gritos salvajes y varias acciones sexualizadas arriba en la montaña. Durante horas estuvieron gritando, "¡Baal, respóndenos. Respóndenos!, ¡Baal, por favor, contéstanos!". Y no pasó nada, solo hubo silencio de parte de Baal. Cuando llegó el mediodía, Elías empezó a burlarse de ellos. "Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle" (v. 27). Elías definitivamente no es políticamente correcto. Nosotros no hacemos este tipo de cosas. Nosotros no hacemos burla de la religión de los demás. Hoy te metes en problemas por hacer eso. Si haces lo que hizo Elías, podrías ser arrestado por un crimen de odio. Pero Elías es Elías. Cuando Elías sugiere que tal vez Baal está ocupado, él utiliza una palabra hebrea que tiene una variedad de significados. Algunos dicen que la palabra significa “que se ha ido de caza” o algo así. Otros sugieren que significa “fue al baño”. Eso es todo un insulto si se piensa en ello. Elías es un hombre de la montaña. No tiene miedo de la gente embarazosa. Él va a decir cualquier cosa que le venga a la mente. “Se hizo tarde, pero el fuego todavía no aparecía”. Con desesperación los profetas de Baal tomaron cuchillos, lanzas, espadas, y comenzaron a cortarse a sí mismos como una especie de sacrificio de sangre a su dios, lo que era habitual entre ellos. ¿Qué tan desesperado estaban? Mucho. Pero los cielos estaban en silencio. Baal había fracasado por completo, demostraba que era falso. III. El sacrificio empapado El versículo 30 es quizás el verso más importante en el capítulo. "30 Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado". Todo esto es muy significante. Elías tomó doce piedras, una por cada una de las doce tribus, reconstruyó el altar del Señor. Esta era una señal simbólica, indicaba que la nación debía volver a su verdadera herencia espiritual. El momento también es significativo. Elías reconstruyó el altar por la tarde, precisamente a la hora del sacrificio de la tarde. Ese era el momento que Dios había mandado, pero Israel se había olvidado por completo. Ahora a la hora señalada para el sacrificio de la tarde, se construyó el altar, cavó una zanja, y puso la leña en el lugar. Cortó el toro, puso los pedazos sobre la leña, y luego le dijo a la gente que derramaran a la madera cuatro grandes jarras de agua. Les ordenó que tres veces vertieran el agua, ¡12 jarras de agua! Hasta que ese toro estuviera totalmente empapado. Hasta que el agua estuviera derramada en totalidad. Hasta que el altar estuviera empapado. Hasta que hubiera mucha agua, unos 15 litros, llenando la zanja alrededor del altar. Al hacer estas cosas radicales en el momento del sacrificio de la tarde, Elías estaba diciendo: "Nuestro Dios es un Dios de pacto. Si volvemos a Él de acuerdo a su Palabra, Él no nos dará la espalda. Si volvemos a Él en Sus términos, en el camino correcto, en el momento correcto, Él vendrá por nosotros". Aunque la gente se había olvidado, Dios todavía estaba dispuesto a cumplir Su promesa. Así que a la hora del sacrificio todo estaba listo … Se necesitaba un milagro. Elías se acercó al altar, solemnemente hace una oración muy simple: "36 … Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. 37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos" (vv. 36-37). ¡Tremendo! Hay dos lados de la historia. Por un lado, hay 850 profetas de Baal y Asera, que han estado unas ocho, nueve, diez horas dando gritos y alaridos, gritando y cortándose ellos mismos, y han hecho todas sus oraciones a su dios. Tienes todo lo que la religiosidad exigía. Y tienes a un hombre, el hombre de la montaña, el hombre de Dios, solo ante una multitud. Cuando él ora, utiliza sólo unas sesenta palabras en español. ¡20 segundos de oración! Elías ora por tres cosas: 1) Señor, respóndeme para que sepan que eres el verdadero Dios. 2) Señor, respóndeme para que sepan que yo soy Tu profeta y hago Tu voluntad. 3) Señor, respóndeme para que los corazones de las personas puedan ser vueltos a ti. La única preocupación de Elías era Dios mismo, Su palabra, Su obra, Su gloria, y el pueblo de Dios. Dijo: “Señor, respóndeme”. Él no grita. No hace escándalo. No hace alaridos. No cambia su voz. No se corta. Es impresionante la sencilla dignidad de todo. Por cierto, el agua no era necesaria. Dios podía contestar sin el agua. Dios podía contestar en una tormenta. Dios podía contestar en una tormenta de nieve. Dios podía contestar en el fondo de un pozo. Eso no era ningún problema para Dios. El agua sólo era para convencer a la gente que no era un truco, que no había posibilidad de auto combustión a causa de la sequía. Elías quería demostrar que era el Señor Dios mismo quien respondería. El punto de toda esta historia no es realmente acerca de Elías. El punto de la historia no es realmente acerca de la gente, y seguramente el punto central de la historia no se trata de Acab y los profetas de Baal. Todos ellos no son más que personajes secundarios. ¡Esta es una historia acerca de Dios! No se trata de una historia de Elías. Él no es más que el instrumento a través del cual Dios actúa un milagro increíble. 850 profetas de Baal y Astarot v/s Elías = 850-1 No suena como una lucha justa. 850-1 ¡además de Dios! La historia llega a su clímax cuando: 38 Así que el SEÑOR hizo bajar fuego que quemó el sacrificio, la madera, las piedras e incluso la tierra alrededor del altar. El fuego también secó toda el agua de la zanja. ¡Fin del desafío! ¡El Señor de Elías es Dios! IV. La historia llega a su fin A medida que la historia llega a su fin, suceden tres cosas: 1) Las personas finalmente despiertan, abren sus ojos, caen rostro en tierra y gritan: «¡El SEÑOR, él es Dios! ¡Sí, el SEÑOR es Dios!». 2) Las personas se apoderan de los profetas de Baal. Elías indicó que los llevaran al valle de Cisón, donde fueron masacrados. Esto puede sonar cruel, ¿pero era? Por ejemplo pensemos: Maridos, supongamos que el médico te dice que tu esposa tiene cáncer de mama. Supongamos, que además ella necesita una operación. Después de que se acaba la operación el médico dice: "Ella está bien y la operación fue un éxito". Tú le haces una pregunta. "¿Lo sacaste todo?" Eso es realmente lo único que importa. ¿Lo sacaste todo? Los profetas de Baal fueron un tumor maligno, espiritualmente, dentro del cuerpo de la gente de Dios. ¡Elías debía exterminar a todos ellos! Él no iba a dejar ninguna parte de ese tumor dentro del cuerpo de la nación de Israel. 3) Empieza a llover. Siete veces Elías envió a su siervo a mirar hacia el mar. Seis veces el siervo no vio nada, pero la séptima vez vio una pequeña nube, del tamaño de la mano de un hombre. Cuando la lluvia comenzó a caer, Acab se retiró a su palacio de verano en Jezreel. Aquí está el verso final de la historia: "Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel" – “El SEÑOR le dio poder a Elías y este se ajustó la ropa para correr, y corrió tanto que llegó a Jezrel antes que Acab”, PDT. (v. 46). CONCLUSIÓN Hemos terminado, pero quiero recordar de nuevo el principio de la parte de esta historia, las palabras que Elías habló al pueblo de Israel fueron: "Escogeos hoy a quién sirváis. Si Dios es Dios, seguidle; si Baal es Dios, seguidle" (v. 21). Y la gente no hizo nada, lo que es el gran problema hoy en día dentro de la iglesia. En algún momento tienes que tomar una decisión. Tal vez puedes decir que has decidido seguir a Jesús. Puedes cantarlo. Puedes gritarlo. Pero hasta que no lo estés siguiendo, no lo estás siguiendo. No me importa lo que hayas decidido. No son tus decisiones las que importan, lo que importa es lo que realmente haces. Permítanme concluir este sermón con algunas preguntas personales: ¿Qué es lo que más te impide ser un seguidor de Jesucristo de todo corazón? ¿Es tu vida social? Muchos hombres y mujeres luchan precisamente en este punto. Quieren estar donde está la acción, y tienen miedo de que si se sigue a Jesús, perderás la acción de la vida. Alguien me envió un correo electrónico describiendo su propio dilema espiritual. Durante años había luchado con una personalidad de "dos personas distintas" – era una persona en la iglesia y era otra persona durante la semana. Esto es parte de lo que escribió: Durante años a menudo he salido a tomar unas copas con los amigos, he tomado las peores opciones en mi vida como resultado de algunas de esas noches ... y luego doy la vuelta y confío nuevamente en la iglesia para hacerme sentir todo de nuevo. Ha sido un ciclo sin fin, y el día de ayer, ya está hecho. Me doy cuenta de que no puedo combinar los dos estilos de vida, que tengo que elegir uno, y la elección es obvia. Continuó diciendo que sabe que todavía tiene luchas con el diablo, pero había decidido seguir a Cristo. Supongamos que alguien te preguntara, "¿Estás comprometido solamente con Dios?" ¿Cómo responderías? ¿Es tu caminar tan claro y tu compromiso tan fuerte que todos a tu alrededor saben que eres de Jesús? ¿Has decidido dejar tu vida pasada para seguir a Jesucristo? “La vida vieja ya he dejado, no vuelvo atrás, no vuelvo atrás”. Deja que te rete con las palabras de Elías pero en un contexto contemporáneo: ¡Si Jesucristo es Dios, seguidle! ¡Si cualquier otra cosa o cualquier otra persona es Dios, seguidle! Pero ten en mente algo, deja de jugar. Detén tu malabarismo espiritual. Deja de trabajar en ambos lados de la calle. Lleva tu vida a lo que sabes que es cierto. Algunos han sido como un niño que está junto al borde de la piscina, metiendo su dedo del pie en el borde del agua, para tratar de comprobar lo profundo que es. Está bien comprobar el agua. Debemos hacer eso. Es la cosa más inteligente que hacer. Pero, en algún momento tienes que saltar al agua. ¿Estás listo para saltar? ¿Estás listo para seguir a Jesús? Te reto a que dejes de hacer lo que está haciendo, ponte de rodillas y habla con el Señor. Es hora de dejar de pensar y planear que “algún día” tu vida hará un compromiso total con Jesucristo. ¡Hazlo ahora! ¿Hasta cuándo tratarás de ser dos personas diferentes? Es el momento de decir: "Es tiempo". Es el tiempo para convertirse a Jesús, de volverse a Él. Dios te ayude en este momento, ahora, no más retrasos y no más excusas. Tienes una decisión que tomar. Amén.