Leer - Asociación Educar

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Monografía
Curso de Capacitación Docente
en Neurociencias
Alumna: María Alejandra Campisi
www.asociacioneducar.com
Mail: [email protected]
MSN: [email protected]
“Es bueno tener un destino viajar hacia él,
pero en realidad lo más importante es el viaje.”
Ursula Leguin.
La atención y el proceso de aprendizaje
¿Qué es el aprendizaje?
El aprendizaje consiste en cualquier variación de las conexiones sinápticas que
produzcan cambios en el pensamiento y en comportamiento, estos cambios pueden
ser provocados por la información teórica o práctica, o por las experiencias de vida.
Cuando el aprendizaje está en uso y consolidado se mantienen activas y fuertes las
conexiones nerviosas, sin embargo cuando el conocimiento no se utiliza las
conexiones se debilitan.
Existen dos tipos de aprendizaje, el aprendizaje implícito y el explícito.
El primero es un aprendizaje de tipo automático, que requiere de una atención
selectiva o no selectiva inconsciente; es un aprendizaje fácil de recordar y difícil de
olvidar.
En cambio el aprendizaje explícito o cognitivo, es de carácter voluntario y requiere
de una atención voluntaria, sostenida, consciente. Este tipo de aprendizaje para
nuestra UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) es difícil de recordar y fácil de olvidar.
Lo que aprendemos llega al cerebro a través de los sentidos y es procesado,
almacenado y activado a través de una serie de eventos eléctricos y químicos.
A su vez el tipo de estímulo sensorial que ingresa al sistema nervioso está
influenciado por el estado de ánimo al momento de recibir la información.
Los docentes pueden contribuir positivamente a que los filtros de información
trabajen del modo más óptimo posible, cuando los niveles de estrés están bajos. Es
en estos momentos en que se selecciona la información cognitiva más valiosa para
que atraviese los filtros y se almacene en la memoria.
Conocer como la información se convierte en conocimiento, resulta una herramienta
valiosa al docente para contribuir al éxito académico de los alumnos; de esta manera
el docente puede favorecer a modelar sistemas nerviosos saludables.
Son tres los sistemas cerebrales básicos en el aprendizaje:
 Sistema activador reticular ascendente (SARA)
 Amígdala
 Dopamina
La información que llega al cerebro pasa primero por el sistema activador reticular,
luego es reconocida y codificada en el sistema límbico, para luego ser almacenada
en la memoria a largo plazo.
El sistema activador reticular es el sistema que activa la atención. Todos los
mensajes que provienen de los sentidos pasan por el SARA. Aquí son organizados,
algunos pasan al cerebro racional, otros son enviados a los centros de respuesta
automática.
Este sistema es el que determina el estado de alerta del resto del cerebro y siempre
está atento a los cambios en el entorno, siempre que éstos puedan percibirse a
través de los sentidos.
Durante el proceso de enseñanza y aprendizaje resulta importante controlar el fluido
de información que pasa por el SARA de los alumnos, para que este modo la
información más útil, atraviese el SARA y llegue a los centros superiores de redes
neuronales de los lóbulos pre frontales y se transforme en conocimiento.
Atención y aprendizaje mantienen una relación estrecha, vincular, recurrente.
El docente puede colaborar para que el alumno atienda, atrayendo la atención de su
SARA.
Durante el aprendizaje cognitivo, resulta importante evitar algunos obstáculos, como
lo son el aburrimiento, la ansiedad.
Cuando un alumno se encuentra aburrido, falta dopamina en su sistema nervioso, el
alumno no encuentra el sentido al aprendizaje.
Cuando un alumno se encuentra ansioso, por el contrario hay un exceso de
dopamina, nos encontramos frente a un alumno inquieto y que pregunta
excesivamente.
Para mantener al SARA activo existen variadas estrategias como, cambiar el tono de
voz, el movimiento, los cambios visuales. Es importante que el alumno concentre su
atención en los estímulos sensoriales más valiosos en el momento de realizar un
aprendizaje específico.
No sólo el SARA tiene un rol importante en el aprendizaje. Otro de los sistemas
asociados es el sistema límbico. Se dice que este sistema es el punto de encuentro
entre la mente y corazón. Una vez que la información sensorial atraviesa el SARA,
pasa por el sistema límbico, que es el núcleo emocional del cerebro (constituido por
la amígdala y el hipocampo) aquí se le da un significado emocional a la información.
Este filtro evalúa los valores de supervivencia y placer. Esta decisión determina si a
la información se le permitirá el acceso al cerebro emocional o se determina a qué
centro será enviada.
Cuando el alumno se siente estresado el filtro límbico cambia al modo supervivencia
y deriva la información sensorial a los centros automáticos (respuestas de lucha o
fuga). Estos filtros se activan cuando los niños están estresados, cuando los temas
les resultan aburridos, cuando un material es demasiado demandante o bien frente
a presiones sociales como el acoso o la intimidación.
Otra de las estructuras nerviosas fundamentales al intentar de comprender el
proceso de aprendizaje es la amígdala. Es considerada el centro emocional del
cerebro y no sólo es responsable de la emoción de amenaza y miedo sino que
actualmente se sabe consolida la información potencial en la memoria a largo plazo,
cuando esta acompañada de una emoción positiva. Estudios de imágenes como la
resonancia magnética funcional, han demostrado que cuando la amígdala está
activada como respuesta al estrés, se produce una caída en la actividad de los
centros cognitivos cerebrales superiores y disminuye también la actividad metabólica
(menos oxigeno, menos glucosa). Cuando un alumno se frustra por que no
comprende o no ha logrado el manejo de un nuevo lenguaje técnico los filtros
afectivos de su amígdala responden a la tensión tomando más cantidades de
alimentos y oxígeno disponibles en el cerebro; que actúa en este momento en modo
supervivencia, la actividad de la amígdala bloquea el paso al cerebro racional, y por
lo tanto la información no llegará a la memoria a largo plazo. No se produce el
aprendizaje.
Cuando los estímulos pasan el filtro del SARA, llegan al tálamo donde se integra la
información.
El docente puede estimular al SARA y a los filtros emocionales de modo positivo,
con actividades que proporcionen un desafío justo a los alumnos, con actividades
novedosas, que estimulen la atención y el interés, la atracción a la novedad. Por
consiguiente la actividad del SAR sumada a la de la amígdala, en situaciones de
bajo estrés y poco riesgo ayudan al cerebro a focalizarse en la información sensorial
relevante a la actividad educativa.
Este funcionamiento se logra por la presencia de un neurotransmisor, la dopamina.
Los neurotransmisores son las proteínas que reocupan de llevar la información a
través de los espacios nerviosos (sinapsis). La dopamina se asocia a la sensación
del placer, por ejemplo, cuando un niño juega, libera dopamina esto genera una
sensación agradable, placentera y permite al SAR y amígdala (entre otras
estructuras) funcionar positivamente y favorecer por lo tanto el aprendizaje.
Cuando el cerebro lanza dopamina frente a una experiencia agradable se
construyen memorias fuertes de esa experiencia. Luego el cerebro también podrá
liberar dopamina frente a la expectativa de que una experiencia agradable se
repita. El aumento de dopamina en el sistema límbico (especialmente en el
hipocampo) facilita la consolidación de la nueva información y la relaciona con las
memorias correspondientes.
A su vez, en los lóbulos pre frontales, el aumento de las concentraciones de
dopamina produce el aumento de otro neurotransmisor, la acetilcolina, que permite
al alumno incrementar la atención y mantener el foco atencional. Esto a su vez
favorece la consolidación de la información y el almacenamiento en la memoria a
largo plazo.
El docente durante sus clases puede implementar actividades que estimulen al
sistema nervioso a liberar dopamina y acetilcolina, por ejemplo proponiendo
actividades con movimiento físico, contacto social, música, novedades, sorpresas,
plantear un misterio para resolver, recompensas personales, utilizar diferentes tipos
de informaciones sensoriales, juegos, humor. De esta manera se logrará que la
dopamina esté disponible para funciones fundamentales para el aprendizaje como lo
son la atención, el placer y la memoria.
El estado emocional influye en la capacidad de aprendizaje cognitivo.
El contexto en el que se produce el aprendizaje deber ser ordenado, limpio, ofrecer
confianza y seguridad a los alumnos. El docente debe promover que la UCCM de los
alumnos se sienta segura, no se distraiga con otros estímulos perturbadores (que
pongan en alerta al modo supervivencia), sino de estímulos que estén a favor de
captar la atención para generar aprendizaje cognitivo – ejecutivo.
El alumno en estas condiciones eleva los niveles de dopamina frente a experiencias
de aprendizaje agradables, y el docente también, ya que se reconforta con los
resultados de su esfuerzo y trabajo, y esto constituye una actividad sumamente
placentera y asociada a emociones positivas.
Bibliografía:
 Material del curso: Capacitación docente en neurociencias. Asociación Educar.
 Rosler Roberto. Atención y motivación. Revista electrónica de neurociencias y
ciencias afinar. Asociación educar. Nº 66. www.asociacioneducar.com
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