Gobernar, Educar, Analizar…los imposibles en el Cartel Verónica Rachid. En “Contribución a la Historia del movimiento psicoanalítico”, Sigmund Freud da cuenta de lo que le implicó a título personal, fundar un nuevo discurso, el del psicoanálisis. Su producto no emergió tan solo del encuentro con las histéricas, sino con quienes sucesivamente trabajó en transferencia, así las consecuencias de sus descubrimientos no dejaron de hacerse sentir, lo cito: “Frente a la mala acogida que mi tesis sobre la etiología sexual de las neurosis halló en el círculo íntimo de mis amigos-pronto se hizo un vacío en torno de mi persona- me sirvió de consuelo pensar que había empeñado batalla a favor de una idea nueva y original. Pero es el caso que un día se agolparon en mí ciertos recuerdos que me estorbaron esa satisfacción y me abrieron una buena perspectiva sobre los procesos de nuestra actividad creadora y la naturaleza de nuestro saber. Esa idea por la que se me había hecho responsable, en modo alguno se había engendrado en mí. Me había sido transmitida por tres personas cuya opinión reclamaba con justicia mi más profundo respeto: Breuer mismo, Charcot y el ginecólogo de nuestra Universidad, Chroback, (…) los tres me habían transmitido una intelección que, en todo rigor, ellos mismos no poseían. Dos de ellos desmitieron su comunicación cuando más tarde se las recordé; el tercero (el maestro Charcot) probablemente habría hecho lo propio de haber podido yo volverlo a ver. ” Freud no desmiente el encuentro con lo real, sino que lo interroga. El “descubrimiento” sobre la etiología sexual de las neurosis, tiene el estatuto de acto analítico, no fue una mera revelación, surgió según Freud recupera en su recuerdo, del lazo con otros médicos colegas, quienes sin embargo no podían reconocer lo que le comunicaban. Freud no renunció por éstos sinsabores al lazo con sus semejantes a quienes reconoció en el lugar que le ofrecieron en los inicios de su trayectoria y luego también, si bien sostuvo en soledad muchas de sus producciones, 7 años esperó la publicación de la “interpretación de los sueños”… Las reuniones de los miércoles, su correspondencia con Flies dan cuenta de las transferencias de trabajo que él instituía como necesarios interlocutores de su producción… Lacan funda la EFP siete meses después de haber sido prohibida su enseñanza en la IPA (Asociación Psicoanalítica Internacional) a la cual pertenecía. Cuando Lacan propone la invención del cartel no deja de producir asombro una indicación general “… en la lección del 15 de abril de 1975 dice que lo que desea es la “identificación al grupo”, y añade que los seres humanos “cuando no se identifican a un grupo, están fastidiados, están para encerrar”. ¿Como proponer la identificación al grupo, justamente luego de haber vivido la experiencia de la llamada “excomunión” su exclusión de la IPA, en razón de su postulación de “los nombres del padre”.? “…La identificación, señalada aquí al inició de todo lazo social —y Lacan incluye ahí el cartel—, es la identificación “al punto donde “a” está inscrito en el nudo borromeo. Pues es precisamente el punto donde falta el saber. Allí donde se sitúa el deseo…” Cuál es el lugar del analista en la institución, en cualquiera, también en la psicoanalítica, creo que se trata de lo que decanta como producto de un trabajo (¿psíquico?) como respuesta al encuentro con lo real, y que el analista sostiene con su acto, hay allí algo que puede resultar subversivo para cierto instituido, pero a decir verdad como saberlo si el analista no se deja interrogar, si no dice de sus razones, no solo en la institución analítica, también en la institución a secas…allí tiene además la responsabilidad de hacerse escuchar, no digo de hacerse entender... Lacan dice que lo que define un discurso, lo que lo opone a la palabra, es que lo determina lo real, lo que no anda, de eso se ocupa un psicoanalista, de lo que no cesa de no inscribirse. Para Lacan la religión fue pensada para curar a los hombres, es decir, para que no se den cuenta de lo que no anda. ¿Será por ello que dice que la esencia de la teoría psicoanálitica es un discurso sin palabras? Carlos Ruiz, añade que un discurso se dice con palabras pero que se quiere hacer notar que el discurso no depende de la palabra. El discurso está en el campo del lenguaje pero no depende de la palabra, dice que en el discurso somos jugados como elementos gramaticales. Pienso que la gramática es de la pulsión, lo cuál introduce en el discurso la dimensión del objeto, del goce. Tomo aquí algo de lo que aprendimos con José Zuberman el discurso no son solo significantes, también incluye al sujeto barrado, y al objeto, a los términos del fantasma. Lacan en el “triunfo de la religión” dirá: “Gobernar y educar se distinguen considerablemente respecto de analizar, puesto que es algo que se hace desde siempre. Y esto prolifera. No se cesa de gobernar, no se cesa de educar.” La novedad de la posición del analista, es que les hizo percibir que tanto la gente que gobierna como la que educa no tiene ninguna idea de lo que hace, lo que no les impide hacerlo, e incluso no demasiado mal…luego agrega a la ciencia en esta serie, el no saber lo que hacen no les impide hacerlo y cuando hay algo de este saber que se asoma caen presa de la angustia …Es decir que hay un saber no sabido que impulsa esas posiciones, parece que son posiciones que conciernen al analista, discurso amo, discurso universitario, discurso analítico y Lacan agrega discurso de la histérica…¿en que? Estas profesiones son imposibles en cuanto dejan un resto. Freud como Lacan no desmienten la importancia del agrupamiento, del lazo, de la institución, no apelan a la purificación solipsista a pesar de haber enfrentado los más profundos rechazos ¿por qué? El fantasma de quedar adherido, tragado por la institución es algo que se escucha, que nos habita. ¿Porque me invitaran a constituir un cartel? ¿Qué me quieren? ¿Tengo que adherir a este proyecto? Una invitación puede ser leída como obligación, a decir verdad rechazo. la invitación contiene la posibilidad del El Cartel, una invención Lacan propone “4 se eligen” y “péguense” como instancias necesarias para la constitución de un cartel. Este movimiento hace a un tiempo del cartel que con suerte inscribe en el lazo con otros un producto propio, pero también promueve el testimonio de lo que es resto de esa experiencia… luego postula el desprendimieto del producto propio y la disolución del cartel en dirección a “no quedar pegados irremediablemente” la invitación al rearme en otro agrupamiento promoverá de algún modo la rotación de los discursos? El otro semejante no me causa del mismo modo, cada encuentro con el objeto me causa distinto cada vez… este movimiento tiende a evitar el “quedar pegados irremediablemente” Un movimiento implica retroactivamente al otro, hay desprendimiento del producto y disolución o decolage solo si hubo el “péguense”. Entonces no se trata de no identificarse a un grupo, ¿pero a qué del grupo? “…La identificación, señalada aquí al inició de todo lazo social —y Lacan incluye ahí el cartel—, es la identificación “al punto donde “a” está inscrito en el nudo borromeo. Pues es precisamente el punto donde falta el saber. Allí donde se sitúa el deseo…” El saber es definido como el goce del Otro. Lacan crea el dispositivo del Cartel, podemos pensar que su producto es una respuesta a un modo religioso de gobernar la institución psicoanalítica? En otro punto me lo imagino vociferar en sus seminarios, a veces de modo irónico, desafiante y hasta hiriente frente a su auditorio, mayormente de analistas. Les pide que lo cuestionen, que lo interroguen, que produzcan… La impotencia es del yo, lo imposible es de la estructura. El yo no gobierna, es una función de desconocimiento. El “yo soy” es efecto de discurso. La invención del dispositivo del cartel reconoce un resto inherente a lo imposible en lo que se postula como clínica del cartel. El analista agrupado se verá presto a los infiernos propios de cualquier mortal, frente al semejante: rivalidades, celos, contradicciones… etc. Pero a ello se lo invita? Ello es imposible de eludir, lejos de cualquier imaginería de sujeto purificado es necesario que haga su trabajo… ¿el analista rechaza la institución porque los agrupamientos, por estructura llaman al lugar del padre, arman la iglesia…o también se puede eludir la institución en tanto se trata de tomar la palabra en nombre propio, sin la protección de un padre? En “mi enseñanza” Pag.58 Lacan plantea que “Si el deseo se constituye en el campo del Otro, si “el deseo del hombre es el deseo del Otro”, ocurre que hace falta que el deseo del hombre sea el suyo propio. (…) cuando es preciso que el deseo del hombre se extraiga del campo del Otro y sea entonces mío, pues bien, ocurre algo muy curioso. Cuando le toca desear a él, se da cuenta de que está castrado. El Cartel implica entonces movimiento.