1 Autor: Ricardo Moreno Rodríguez Colección: Mi Pajarito Correo: [email protected] Página web: http://www.mipajarito.org Depósito legal: GR-4215-2011 y GR-2115-2013 Gestión técnica: Francisco José Moreno Llorca Obra licenciada bajo: Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported puede ver información sobre esta licencia en: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/ 2 Querido amigo o amiga: Éste que ves en la portada del librito que estás leyendo soy yo, Mihail (Miguel) Ivanovich Glinka, músico que viví en la segunda mitad del siglo XIX; en esta época toda Europa estaba metida en la ola de liberalismo desatada por Francia con su Revolución y que Napoleón extendió por todas partes; las fronteras cambiaban y los pueblos iban tomando conciencia de su identidad y de la necesidad de luchar por ella. Con la música pasaba lo mismo: el romanticismo hizo renacer en los músicos el gusto por las canciones, danzas y costumbres de la gente del pueblo incorporándolas a sus composiciones clásicas. MI INFANCIA Nací el día 1 de Junio de 1804 en el pueblo llamada Novospasskoye en la región rusa de Smolenko, próxima a la frontera de lo que hoy es Bielorrusia; aquí tienes un pequeño mapa de la zona. Mis padres eran agricultores bien asentados y un tío mío, que vivía cerca, tenía una orquesta que interpretaba música clásica de Haydn, Mozart y Beethoven; pero yo pasé mis primeros seis años bajo la tutela de mi abuela y de una institutriz alejado del ambiente familiar; ésta me cantaba canciones populares y oía con frecuencia el sonido de las campanas que yo intentaba imitar con unos cuencos de cobre a modo de crótalos. Me crié algo endeble y un poco hipocondriaco o ¿sería demasiado mimado? 3 Como éstas son las torres de las iglesias ortodoxas rusas desde donde oía las campanas. Después de mí nació mi hermana Ludmila con la que mantuve una relación cariñosa hasta el final de mis días. A los diez años, cuando pude salir de las faldas de mi abuela, pude oír por vez primera música occidental de la que se hacía en los palacios de la burguesía; escuché el “Cuarteto para clarinete” de Crussel que me alucinó y despertó en mí la pasión por la música que se hacía en Europa. MI JUVENTUD Pronto mi padre me mandó a San Petersburgo, la gran ciudad de veraneo de los zares a orillas del Báltico, bastante al norte de la región de Smolenko; a pesar de que entonces el piano no era instrumento frecuente en los salones imperiales, yo pude estudiarlo con músicos particulares y con el tiempo llegué a ser un buen pianista y compositor de música para piano, como podrás comprobar si oyes algo de lo que compuse, elogiado por los mejores pianistas del momento; por eso actuaba como cantante y pianista en los salones de la burguesía de la ciudad, dándome a conocer y ganando buenos dineros. Ésta es una hermosa vista de las muchas que tiene la lujosa ciudad de los zares. En 1823 con diecinueve años convencí a mi padre para que me dejara viajar a la zona montañosa del Cáucaso, entre el Mar Caspio y el Mar Negro: me quedé extasiado en aquellos hermosos paisajes y 4 nació en mí otra de mis grandes pasiones “viajar”, como pronto verás. Volví a S. Petersburgo donde tuve la oportunidad de conocer al gran escritor ruso Alexander Pushkin que fue el padre de la literatura rusa y recibí clases de los músicos europeos Field y Meyer, aunque yo fui siempre bastante autodidacta; por ello decidí pronto viajar a Europa recorriendo Austria, París y Alemania donde estudié con S. Dehn que era un gran profesor; este retrato pertenece a mi amigo y gran literato Alexander Pushkin. De Alemania pasé a Italia donde visité las ciudades musicales más importantes Milán, Roma y Nápoles y conocí a muchos de los grandes músicos de entonces Bellini, Rossini, Donizetti, Berlioz, Mendelssohn y al editor italiano Giulio Ricordi. Al morir mis padres, suspendí los viajes, me volví a Rusia y me casé con la joven Mariya P. Ivanona aunque nuestra convivencia duró poco. Durante todo ese tiempo, como es natural, iba componiendo piezas musicales de pequeño formato como tríos, cuartetos, romanzas, sonatas,.. al estilo romántico de Liszt o Chopin; pero en mi cabeza se iba gestando la idea de componer algo grande para acercar la historia de nuestro pueblo a la gente a través de la música; llegó a mí la historia de un joven campesino ruso que en 1612 había salvado con mucho valor y arrojo la vida de uno de los zares de la familia Romanov; y así fue como compuse una ópera sobre este personaje que titulé “Una vida por el Zar” que se estrenó en el Teatro Imperial de San Petersburgo en diciembre de 1836 convirtiéndose pronto en una obra popular y muy oída; yo era por entonces Maestro de Capilla de la Corte de los Zares; 5 éste es el interior del teatro Mariinski de San Petersburgo. Con este éxito pronto me animé a componer mi segunda ópera “Russlan y Ludmila” sobre la historia de la princesa Ludmila raptada por un mago perverso y rescatada por el valiente príncipe Russlan, texto basado en un poema de mi amigo Pushkin; aquí introduje muchos motivos populares tártaros, persas y rusos y algunos cantos religiosos de entonces. No sé si por la música o por el texto, lo cierto es que esta ópera no tuvo demasiado éxito y me desanimé hondamente; juntando a esto el fracaso de mi matrimonio, abandoné la idea de componer nuevas obras de gran tamaño y escribí a mi madre: “Sólo en España podré curar las heridas de mi corazón”. Te parecerá a primera vista que este pensamiento era absurdo pero no es así: en Rusia se conocían los libros de Cervantes , de Calderón de Barca y la obra “El convidado de piedra” del Duque de Rivas y otras varias y también algunos ritmos españoles como el bolero; yo mismo compuse una romanza con este tipo de ritmo que titulé “Vencedor”; por eso, en mis estancias en París y en Italia, España estaba muy presente y empecé a tomar lecciones de español con profesores particulares; además me gustaba mucho la investigación musical y era muy meticuloso cuando me dedicaba a ello. Aquí tienes el retrato del insigne Miguel de Cervantes y la portada de su conocida obra. 6 Al entrar en España me busqué un hombre que fuera mi acompañante y guía y di con Santiago Hernández que se convirtió en mi compañero y amigo; pasé por Pamplona, Santander y Valladolid y pronto recalé en Madrid visitando desde allí Toledo, Segovia y El Escorial conociendo de cerca la historia española; como ves no me perdía nada y además de la música conocía costumbres, gastronomía, lenguaje y paisajes españoles. En la capital recorrí los principales teatros de la época: Príncipe, de la Cruz o Price y tomé contacto con algunos músicos importantes e intenté dan a conocer algo de mi música pero no llegó a cuajar la idea de que los españoles oyeran mis interpretaciones. De todas maneras en mi diario y en mi bloc de notas apuntaba todo lo referente a la música que era lo que me interesaba. Tan bien me lo pasaba en estos ambientes que no te extrañará que le escribiera a mi madre estas letras: “Gracias al viaje y a mi estancia en este bendito país, voy olvidando todas mis inquietudes pasadas”. Esto es una maqueta del antiguo Teatro Príncipe por el que pasó lo mejor de la música y del teatro de Madrid. En el invierno de 1845 llegué a Granada a la que admiraba por los relatos y grabados de los viajeros románticos que hablaban de su orientalismo y de los cantaores y bailaores gitanos y de Alhambra encantada; allí se hacía música religiosa en las capillas de la Catedral y en la del Convento de San Jerónimo y existía un Liceo 7 Artístico activo que recibía a personajes musicales importantes como a Paulina Viardot, hija de Manuel García que dio un recital en el Salón de Embajadores del palacio nazarí: había además un hermoso teatro donde se representaba ópera con frecuencia: el Teatro Cervantes, edificado a principios del s. XIX. En Granada tuve la suerte de conectar con un excelente guitarrista flamenco de apellido Murciano con el que hice pronto amistad y del que aprendí mucho; me llevaba a tertulias musicales y a conocer las fiestas populares sobre todo las del Sacromonte con los renombrados tocaores gitanos y las bellas bailarinas de las cuevas; me animaba a bailar y hacer palmas y a a divertirme con ellos con el cante y el buen vino de la tierra; gracias a ellos pude transcribir muchas melodías de esos cantes que sólo se podían oír y ver en aquellas cuevas como la que ves en esta foto de entonces. Mi pajarito me dice que años después de mi visita a Granada tuvo mucha vida en el recinto de la Alhambra una célebre taberna “El Polinario” regentada por Antonio Barrios, padre del famoso guitarrista Ángel Barrios, su hijo, a los que sin duda me hubiera gustado llegar a conocer. También pasé por Sevilla donde actuaban algunos de los mejores cantaores de flamenco de Andalucía en los tablaos típicos; siempre eran visitas extraoficiales y no protocolarias porque lo que yo quería era conocer la música popular en su salsa como se mostraba en el pueblo llano. Así pintaron los viajeros románticos la Giralda de Sevilla del siglo XIX. De vuelta a Madrid conocí a una 8 gitana granadina que se llamaba Dolores García con la que conviví hasta mi vuelta a Rusia; ella cantaba, bailaba e intentaba que yo tocara las castañuelas pero para mí era imposible; lo del baile y el cante se me daba mejor. De mi presencia en España, aparte del acerbo de anotaciones musicales e históricas, salieron algunas composiciones sobre temas españoles que más tarde se hicieron famosas como “Jota Aragonesa” y “Noche de verano en Madrid”, dos oberturas que influyeron en los músicos rusos que me sucedieron. MI MADUREZ En 1847 volví a Rusia donde la música tenía un clara influencia francesa y sobre todo italiana porque por la ciudad de San Petersburgo pasaban muchos músicos occidentales, cantantes, bailarines y compositores; tal fue el caso del español Vicente Martín y Soler que fue protegido de la emperatriz Catalina II de Rusia, motivo por el cual la mayoría de sus obras están en los archivos rusos y está pudiendo ser rescatada por estudiosos actuales según me dice mi pajarito; de aquellos tiempos quedó este grabado de Martín y Soler. Este influjo que tuvo en mí la música folklórica orientalista del mundo árabe-gitano se trasmitió a mis amigos músicos de las siguientes generaciones; mi más inmediato seguidor fue el músico Alexander Dargominsky que dejó su trabajo de funcionario para dedicarse a la música con mucho éxito. En esa dinámica entraron también Anton Rubinstein, extraordinario músico y pianista -que en una ocasión visitó Granada- y sobre todo el llamado Grupo de los Cinco: Balakirev, Rimsky-Korsakov, Cui, Mussorgsky y Borodin; casi todos incluyeron de una forma u otra la influencia oriental en sus composiciones como también le pasó a P. 9 Tchaikovsky quién dijo de mi música: “Toda nuestra música está sostenida en la música de Glinka lo mismo que un futuro roble está contenido en una bellota” ¡Bonito, no? Dice mi pajarito que al final del s. XIX también el músico Igor Stravinski siguió mis huellas en los comienzo del s. XX; aquí tienes las fotos de dos de ellos: Rimsky-Korsakov y Tchaikovsky Durante toda mi vida mantuve una constante relación con mi madre y mi hermana Ludmila a través de la continua correspondencia entre nosotros. Aquí me tienes ya de mayor junto a mi hermana. Como te he contado, desde pequeño mi salud fue precaria lo cual me producía largos períodos de debilidad y desánimo y con frecuencia me refugiaba en Alemania en casa del músico Sigfrid Dehn que además era un extraordinario maestro de música que consolidaba mis conocimientos y que había sido alumno de Beethoven; durante la última visita que le hice en 1857 mi salud se debilitó hasta el extremo de que, a pesar de los muchos cuidados de la familia de Dehn, me sorprendió la muerte en su 10 casa el día 5 de Febrero. Mi pajarito me dice que alguno de ellos reflejó en este dibujo ese instante sin duda con el mayor cariño. Dice también mi pajarito que he quedado para la historia como el creador de la escuela nacionalista rusa lo cual para mí es un auténtico orgullo y vanagloria; ya era hora de que nosotros mismos hiciéramos la música que nuestro pueblo deseaba; yo espero que lo mismo que a mis compatriotas rusos, a ti te guste mi música cuando la oigas, especialmente la que compuse oyendo las melodías de la bella España que me prendó el corazón. La obra “Sheherezade” de Rimsky-Korsakov está impregnada de ese orientalismo exótico y lírico del que te hablado. Este monumento lo erigieron en mi honor mis paisanos en señal de aprecio a mi persona. Espero que con este relato y mi música, tú y yo nos hayamos hecho un poco más amigos; yo me siento muy orgulloso de haber estado en España y sobre todo en Granada y de llevar en mi música algo de su esencia; por ello me despido de ti con un ¡hasta siempre en la música! Tu amigo 11 Las otras cosas que te pongo a continuación te ayudarán a recordar mi vida y a divertirte un poco. Lo primero te añado un mapa de mis correrías por Europa con lo que cumplí uno de mis sueños de adolescente cuando visitaba el Cáucaso: viajar. Ahora te pongo este cuadro gráfico donde puedes comparar mi vida con la otros músicos coetáneos todos ellos grandes y famosos. 12 Y lo más importante, algunas melodías de mis obras para que las toques o las sigas mientras la oyes: es la mejor manera de que penetres en ellas y te gusten. 13 Para acabar unos sencillos pasatiempos a los que tú puedes añadir una más extensa investigación sobre la música rusa a través de algunos de los otros músicos de los que te he hablado. PASATIEMPOS 14 1.- Completa esta frase con las vocales que faltan y aparecerá una frase que dije yo sobre la música. 2.- Completa este crucigrama con las siguientes definiciones; en la franja horizontal aparecerá un nombre relacionado con mi vida. ¿Cuál? 1. Músico italiano al que conocí. 2. Ciudad española que visité 3. Nombre primero de una de mis óperas 4. Ciudad donde conocí al guitarrista Murciano 5. Ciudad donde estudié y viví. 6. Editor de música italiano 7. Apellido de uno de mis profesores. 15 3.- En esta cuadrícula tienes que escribir diez nombres de siete letras con la ayuda de estas definiciones y las letras sueltas que hay dentro. 1. Ciudad al sur de Italia 2. Músico granadino dedicado a la guitarra 3. Ciudad de la Alhambra 4. Músico francés con el que hice amistad 5. Músico ruso del Grupo de los Cinco 6. Músico italiano compositor de óperas 7. Nombre de mi hermana 8. Ciudad andaluza que visité 9. Editor italiano de partituras musicales 10. Nombre primero de mi gran ópera 4.- Todas las palabras que tienes a continuación están partidas y luego juntadas mal. Adivina de qué palabras se trata del texto 16 milalud: ______________ kirevbala: _____________ riopolina: _____________ pincho: _______________ lesnapo: _____________ dinboro: ____________ nadagra: ____________ thovenbeen: __________ 5.- Encuentra siete diferencias entre estos dos fragmentos de la escena de “La vida por el Zar”. SOLUCIONES A LOS PASATIEMPOS 1.- “El pueblo es el que crea la música; nosotros, los músicos, sólo la arreglamos” 2.- Crucigrama: 1 Donizetti, 2 Sevilla, 3 Russlan, 4 Granada, 5 Petersburgo, 6 Ricordi, 7 Field 3.- Palabras iguales: 1 Nápoles, 2 Barrios, 3 Granada 4 Berlioz, 5 Borodin, 6 Bellini, 7 Ludmila, 8 Sevilla, 9 Ricordi, 10 Russlan 4.- Ludmila, Nápoles, Balakirev, Borodin, Polinario, Granada, Chopin, Beethoven 5.- Diferencias 17 Como despedida final te pongo esta plumilla de mi rostro por si lo quieres conservar entre otros que tengas guardados; puede ser una bonita colección si te gusta ese entretenido pasatiempo del coleccionismo. 18 19