Los grilletes del PSOE

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TRIBUNA
Por Mario Salvatierra*
Los grilletes del PSOE
N
o creo que las próximas elecciones sean
iguales a las del
20-D. Quien piense
que con repetir el discurso será suficiente, se confunde. Esta vez partimos con una obviedad: el pacto será necesario porque tiene que haber
gobierno sí o sí y nadie alcanzará la
mayoría absoluta. Es cierto que en
las encuestas se observa que el PP
tiene un suelo muy firme y el PSOE
un techo bien ajustado. También sabemos que no hemos tenido gobierno fundamentalmente por dos
razones: la primera, por el tema catalán; la segunda, por el escenario
Podemos.
Francesc Homs contó que le había dicho al rey Felipe VI que “si no
fuera por la agenda catalana, hoy
en España habría gobierno”. Y es
verdad; si el catalanismo no hubiese dado un salto cualitativo hacia el
soberanismo, entonces con toda
probabilidad no hubiera sido necesario una nueva convocatoria electoral. Pero también Ciudadanos habría tenido mucho menos peso a nivel nacional y nos estaríamos moviendo en los parámetros de lo que
ha venido a llamarse la “vieja política”. Asimismo, tras la propuesta de
Compromís, denominada “Acuerdo
del Prado”, para que haya un gobierno progresista, semejante al de
Valencia, y dejar al PP en la oposición, el PSOE salió al paso con, entre otras, una descabellada contrapropuesta: que ese Ejecutivo lo formaran “independientes” con distintas trayectorias. A las claras: el PSOE
rechazaba un Ejecutivo que estuviera integrado no ya por Pablo Iglesias, sino por cualquier miembro de
Podemos.
En todo este tiempo Mariano Rajoy se ha conservado en formol: ha
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23–29 de mayo de 2016. nº 1156
EUROPA PRESS
dado sobradas pruebas de que es imperturbable ante la corrupción del
PP, le afecte a su hombre de confianza (Bárcenas) o a un ministro con
lagunas de memoria nombrado por
él mismo (Soria), y de que es inasequible al desaliento: pase lo que pase quiere ser presidente a toda costa. Ha sido el PSOE el partido que
ha querido mover ficha contando solamente con 90 escaños. Parecía un
buen comienzo: la iniciativa la tomaba el PSOE. Sin embargo, había
un “pero”, o dicho con más precisión, el Comité Federal del día 28 de
diciembre, en su Resolución Política, fijó las condiciones: no aceptaría, ni por activa ni por pasiva, un
gobierno de gran coalición, esto es,
no apoyaría jamás al PP y, por otra
parte, tampoco pactaría con fuerzas
políticas que defendieran la realización de una consulta en Cataluña y,
para rematar la cláusula, rechazaba
incluso la abstención de DiL y de
ERC. En definitiva, el Comité Federal ataba unos grilletes a la dirección
del partido. Añadamos un matiz no
menos importante: la Comisión Ejecutiva se colocaba los grilletes con
gusto.
En todo este
tiempo
Mariano
Rajoy se ha
conservado
en formol: ha
dado
sobradas
pruebas de
que es
imperturbable ante la
corrupción
del PP, y de
que es
inasequible al
desaliento:
pase lo que
pase quiere
ser presidente
a toda costa
Puestas así las cosas
sólo quedaba un único recorrido: buscar el
pacto con Ciudadanos.
Como puede inferirse,
en el PSOE primó, desde un principio, el modelo andaluz frente al
valenciano o al de Baleares. Ahora bien, si
de antemano se sabía
que esa hipótesis no
sumaba para formar
gobierno, entonces
¿por qué se hizo? Lo
expresa con nitidez la
Resolución Política:
“Esa responsabilidad y ese interés
general hacen que rechacemos de
manera tajante, cualquier planteamiento que conduzca a romper con
nuestro ordenamiento constitucional (…)”. Esto es, Ciudadanos encaja mejor con el consenso de la Transición: Monarquía y unidad de España, Europa y el euro y afinidades
electivas en lo económico.
En definitiva, se trataba de salvar
el consenso de la Transición: no “tocar” en lo sustancial la Constitución
de 1978. ¿Cuál es el problema? Que
el consenso de la Transición se ha
agotado y, no obstante, el PSOE quiere seguir andando con grilletes. Las
pruebas más contundentes del agotamiento son: el desfondamiento de
un proyecto común español, el incremento de la fractura social a causa de una aceleración galopante de
la desigualdad y, tras la debacle financiera, el desplome de confianza
en Europa y sus instituciones para
atajar la enorme crisis de solidaridad
entre sus miembros. Si el PSOE quiere realmente librarse del cepo, entonces tendrá que saber desprenderse de los lastres del pasado. l
*Miembro del Comité Federal del PSOE.
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