Adoración e idolatría

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ALABANZA Y ADORACIÓN
“Adoración e idolatría”
Éxodo 20: 1 “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy
Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de
servidumbre.
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en
el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No
te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios,
fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta
la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis
mandamientos”
El capítulo veinte de Éxodo es la declaración de los diez mandamientos que
Dios le ordenó a Moisés y que Dios mismo escribió de su dedo en tablas. Pues bien,
aquí tenemos los dos primeros mandamientos, y tienen que ver precisamente con
adoración.
La adoración es la parta más importante de la vida cristiana, tanto así que Dios
estableció los primeros dos mandamientos hacia Su pueblo en relación con la
adoración.
El primero: “No tendras dioses ajenos delante de mí”. Muchos cristianos han
entendido este mandato como “no tendrás dioses ajenos” solamente. Lo entienden
como el rechazo hacia los dioses de otras naciones o de otras personas,
generalmente asociado con el segundo mandamiento que prohibe la adoración hacia
esculturas o pinturas representativas de lo que está arriba o abajo en la tierra. Así
entonces, el cristiano rechaza la adoración del sol, la luna, las estrellas, de la muerte,
de becerros o de otros animales, como tradiciones de otros pueblos. Evidentemente
en otro tiempo, los diose de la mitología griega: Zeus, Diana, etc.
Pero el mandamiento no dice: “No tendrás dioses ajenos” solamente, sino que
dice: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Esto podríamos entenderlos de dos
diferentes formas:
- La primera es que al decir “delante de mi” implica un intermediario entre
nosotros y Él. Dios no quiere que haya ningún dios ajeno que intente hacer una
función de intermediario. El único intermediario entre nosotros y Dios es
Jesucristo, quien fue enviado para reconciliarnos con Dios y Él mismo dice que
está intercediendo por nosotros delante del Padre. Jesús no es un dios ajeno,
Jesús es el Hijo de Dios y es Dios mismo.
- La segunda interpretación es que al decir “delante de mí” quiera decir antes
que Yo. Es decir que Dios no acepta que nada ni nadie se antepongan en
importancia a Él en nuestra relación.
Ambas formas de entenderlo nos hablan que Dios no quiere que nadie se
interponga en nuestra relación con Él, Dios quiere ser el único a quien acudamos,
creamos y confiémos, nadie más.
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
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El segundo mandamiento es igualmente importante: Ninguna imagen deberá
hacerse con propósito de adoración. Ninguna imagen no solo de lo que conocemos
en la tierra, sino que tampoco ninguna imagen de lo que suponemos existe en el cielo:
Ángeles, querubines, arcángeles, santos, ni aún del mismo Dios.
La adoración que busca el Padre, según Palabras de Jesús, debe ser en
espíritu y en verdad. Es espiritual y no basada en alguna figura física ante la cual nos
arrodillemos.
Como hemos establecido, hoy día, quienes hemos creído en Jesús, somos el
centro de la adoración hacia nuestro Dios, ya no hay un templo físico a donde acudir
para adorar a Dios, sino que tu y yo hemos sido hechos templos del Espíritu de Dios,
desde donde se genera la verdadera adoración para Él.
Por lo anterior, mucho cuidado hemos de tener en desarrollar la verdadera
relación de adoración, tal como Dios lo desea y lo ha declarado en Su Palabra.
DESARROLLO
1. Dioses ajenos como intermediarios
1 Reyes 15: 9 “En el año veinte de Jeroboam rey de Israel, Asa
comenzó a reinar sobre Judá. 10Y reinó cuarenta y un años en
Jerusalén; el nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom. 11 Asa
hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre. 12 Porque
quitó del país a los sodomitas, y quitó todos los ídolos que sus padres
habían hecho. 13 También privó a su madre Maaca de ser reina
madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Además deshizo Asa el
ídolo de su madre, y lo quemó junto al torrente de Cedrón. 14 Sin
embargo, los lugares altos no se quitaron. Con todo, el corazón de Asa
fue perfecto para con Jehová toda su vida. 15 También metió en la
casa de Jehová lo que su padre había dedicado, y lo que él dedicó: oro,
plata y alhajas”
Un relato muy peculiar del reinado de Asa, rey de Judá. Dice la Palabra de
Dios que hizo lo recto ante Sus ojos porque quitó del país a los sodomitas
(homosexuales) y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho.
Estos ídolos a los que se refiere fueron los que hizo Salomón quiriendo agradar
a sus mujeres extranjeras, los cuales fueron puestos en nichos de árboles y nichos
sobre lugares altos. Dice 1 Reyes 11: 1 “Pero el rey Salomón amó, además
de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a
las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas;2 gentes de
las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a
ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán
inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó
Salomón con amor. 3 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas
concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. 4 Y cuando Salomón
era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y
su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su
padre David.5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios,
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y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6 E hizo Salomón lo
malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová
como David su padre. 7 Entonces edificó Salomón un lugar alto a
Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de
Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. 8 Así
hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban
incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses”
El pueblo de Dios empezó a ver una práctica que para ellos era desconocida,
una adoración diferente. La única adoración que ellos habían experimentado era en el
templo que el mismo Salomón había edificado y por medio de los sacrificios y fiestas
solemnes que Dios había estipulado. Sin embargo, a través de estos lugares altos, el
pueblo vio que allí se adoraba a ídolos, donde igualmente llevaban ofrendas y
sacrificios.
Pero el rey Asa, destruyó los ídolos, pero dice la escritura que los lugares altos
no fueron quitados. Los altares en aquellos lugares permanecieron y la gente siguiío
acudiendo a ellos para adorar, aunque pensaban que estaban haciendo lo correcto
pues adoraban a Dios y no a los ídolos.
Pero dice la escritura que Asa hizo lo recto delante de Dios porque quitó y
destruyó a los ídolos. Todo hijo de Dios debe quitar los ídolos de su casa, los ídolos
que les fueron enseñados por sus padres. Esta es una reforma fundamental de
adoración, no solo en la nación judía sino en el hogar de cada creyente.
Y la práctica de adorar en los lugares altos permaneció aún por varios reyes: 1
Reyes 22: 41 “Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el
cuarto año de Acab rey de Israel. 42Era Josafat de treinta y cinco años
cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El
nombre de su madre fue Azuba hija de Silhi. 43Y anduvo en todo el
camino de Asa su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los
ojos de Jehová. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados;
porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos”
Y los mismo dice la biblia acerca de los reyes: Joas, Amasías, Uzías y Jotam.
La gente seguía haciendo sacrificios y quemando incienso en los lugares altos. Lo
hacían para Dios, pero en los lugares donde habían estado los dioses ajenos y a la
forma y manera de adoración hacia ellos.
Dios nunca había estipulado que se le adorase de esa forma, ni en esos sitios.
Dios estableció un tabernáculo, despúes un templo donde Él puso Su nombre. El
único lugar de adoración era el templo.
La adoración en los lugares altos, aunque sincera, era equivocada, estaban
haciendo algo incorrecto. Por ello la biblia lo recalca tantas veces.
El pueblo de Dios estaba inmerso en un sincretismo religioso. Habían adoptado
las costumbres de adoración a otros dioses y las usaban para adorar al único Dios
verdadero.
Hoy en nuestros días encontramos mucha gente inmersa en el mismo
problema de sincretismo religioso. Adoran sobre nichos sustituyendo a los dioses
ajenos por imágenes de seres celestiales y otros terrenales con algún tipo de virtud.
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Si bien, esta gente, reconoce a Dios como el único Todopoderoso Dios, mantienen
una adoración errada.
La Iglesia Católica Apostólica y Romana, así es el nombre que se han dado,
mantiene gran cantidad de adoración sincretizada con las costumbres romanas. Los
diosos romanos fueron sustituidos por imágenes cristianas; en tanto que siguen
adorando en templos y poniendo nichos para estas imágenes por todas partes.
Las fábricas, negocios y las casas tienen este tipo de nichos donde alguna
imagen está puesta para que se le haga algún tipo de veneración. Entonces es
preciso recordar el mandato: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”.
Ningún
intermediario debiera existir entre Dios y quienes en Él creen al adorar, dado que fue
Jesucristo quien quitó, con su sacrificio, todo obstáculo que nos separaba de Él.
El grave problema para los católicos es que los diez mandamientos fueron
alterados. Aunque la biblia católica dice lo mismo que la biblia que tu tienes en tus
manos, ellos decidieron agrupar el primero y el segundo mandato en uno solo,
diciendo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón.
2. Dioses ajenos que toman el lugar que le corresponde a Dios.
Pero dejemos la adoración sincretista católica a un lado, y analisemos lo que
ocurre con nosotros, lo que igualmente que ellos somos cristianos, pero que no
practicamos tales cosas.
La adoración, como hemos establecido, debe tener su origen en el templo.
Hoy día, gracias a la fe en Jesús, tu has sido hecho templo del Espíritu de Dios. El
centro de la adoración para Dios, el lugar donde Dios ha puesto Su nombre.
Dentro de ese templo no deben de haber dioses ajenos ante Dios. Nada debe
ser más importante que Él. Esta es la correcta adoración.
a) El dinero.
Uno de los dioses contemporáneos que más se interponen en el servicio y adoración
hacia Dios es el dinero. Jesús lo dijo así: Lucas 16: 13 “Ningún siervo puede
servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o
estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a
las riquezas”
Dos señores, dice Jesús. Dios y las riquezas. Al decir señores, Jesús está
hablando de quienes gobiernan, de quienes mandan. Así que Dios puede ser quien
gobierne la vida de una persona o bien pueden ser las riquezas.
Pero, ¿qué significa servir al señor riquezas?
Veamos Mateo 6: 24
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y
amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis
servir a Dios y a las riquezas.
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de
comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de
vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis
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vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por
mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el
vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo
crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con
toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del
campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no
hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis,
pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué
vestiremos?32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero
vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas
cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de
mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
Los afanes por conseguir el dinero suficiente para el mantenimiento propio y de
la familia es la forma de servicio hacia el dios dinero. La gente hoy día lo busca más
que a cualquier cosa.
Por el dinero la gente está dispuesta a hacer las cosas más terribles. Desde
trabajar en un lugar muy lejano a casa, gastando de cuatro a cinco horas diarias
solamente en transportación o trabajando de sol a sol; hasta matar a otros por una
recompensa monetaria. Obviamente pasando por negocios ilícitos donde no solo se
compromete el nombre sino la libertad, trabajos que causan enfermedades y otras
actividades de alto riesgo.
Buscar el dinero es la razón por la que muchos padres abandonan a sus hijos
durante horas, y después se preguntan: ¿Por qué mi hijo cayó en vicios o actividades
de vagos?
¿A quién se busca más en nuestros días? ¿A Dios y Su favor o al dinero? Sé
que contestarán que el mundo busca el dinero pero los cristianos a Dios, pero dejame
decirte que eso no es necesariamente cierto y permíteme darte algunas reflexiones al
respecto.
Veamos: Al trabajo raro vez la gente llega tarde, porque le descontarán total o
parcialmente el día de pago y además pone en peligro la fuente de sus ingresos; sin
embargo a las reuniones con Dios puede llegar tarde sin ninguna dificultad. “Es que
estoy cansado”, “es que pasó esto o el otro”, dirán para justificar su impuntualidad.
Pero ninguna de esas excusas aplica para el trabajo, allí sencillamente llegan a
tiempo. ¿Qué es más importante entonces en lo hechos? ¿Dios o las riquezas?
Al trabajo asistirán aunque la temperatura sea congelante, aunque hayan
llegado tarde, aunque esté lloviendo; pero a su encuentro con el Señor sucede que el
clima adverso puede ser una gran razón para no estar allí. Y yo vuevlo a preguntar:
¿Quién es más importante?
Y entonces viene nuevamente a la mente el mandamiento: “No tendrás dioses
ajenos delante de mí” Cuando el dinero es más importante que Dios nuestra
adoración jamás podrá ser perfecta.
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Sé que nosotros criticamos duramente a los católicos por sus estatuillas, nichos
e imágenes; pero quizá estamos en igualdad de circunstancias cuando el afán por
conseguir el dinero desplaza a Dios del sitio que le corresponde.
Dice 1 Timoteo 6: 10 “porque raíz de todos los males es el amor
al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores”
El amor al dinero es la raíz de todos los males. Cuando un cristiano tiene más
amor por el dinero que por Dios está persona está en camino de extraviarse de la fe y
ser traspasado de muchos dolores.
Esta verdad de la Palabra de Dios es bastante real. He visto a muchos
cristianos retroceder y hasta apartarse totalmente de Dios por el amor al dinero. Al
igual que el faraón endureció las tareas de los hebreos para que no tuvieran tiempo de
andar pensando en ir a festejar a su Dios, hoy día el enemigo de las almas lo único
que tiene que hacer es aumentar las cargas de trabajo o cambiar los horarios de este
para que la gente se aleje de Dios, porque la mayoría de ellos no elegirá dejar su
trabajo por continuar cerca de Dios.
Sí, el dinero es la idolatría mayoritaria de nuestros tiempos, de la cual, los
cristianos no están a salvo. Es por ello que tantos cristianos se muestran reticentes a
dar sus diezmos y ofrendas, porque aman más al dinero que a Dios.
Esta fue la razón por la cual, dice la Palabra de Dios, muchos gobernadores y
gente en eminencia no confesaba su fe por Jesús. Juan 12: 42 “Con todo eso,
aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los
fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.43
Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Si acaso algún hombre era expulsado de la sinagoga pues estaba en serios
problemas, porque la sinagoga no era solamente el lugar de lectura y estudio de la
palabra de Dios, sino el centro social y de negocios de ese tiempo. Así que aquella
gente prefería no confesar a Jesús aunque creían en Él, porque no querían sufrir las
consecuencias económicas y sociales de ser expulsados de la sinagoga.
Contundentemente lo dice la Palabra de Dios: “Amaban más la gloria de los hombres,
que la gloria de Dios”
Ahora bien, yo quiero decirles que la raíz de todos los males no es el dinero,
como muchos dicen; sino el amor por el dinero, cuando este ocupa el lugar que le
debería pertenecer unicamente a Dios. El dinero es necesario, pero jamás debe ser
tu señor. La relación correcta entre tu y el dinero es que tu seas el señor y el dinero
sea tu siervo. El dinero debe obedecerte, no tu a él. Si tu le crees a Dios y lo pones
en primer lugar, si buscas primeramente el Reino de Dios y Su justicia, entonces te
quitarás de todos tus afanes y encontrarás que el dinero te buscará a ti porque tu
serás su señor.
b) Familia, amigos, sociedad
También dijo Jesús: Mateo 10: 37 “El que ama a padre o madre más
que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no
es digno de mí”
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Como podemos observar tampoco pueden ocupar el lugar de mayor
importancia de nuestra vida ni los padres, ni hijos, no ninguna otra persona. Adoración
significa que Dios sea el primer lugar en las decisiones que se toman.
Muchas veces la gente decide no obedecer a Dios por obedecer a su pareja,
por no contradecir o contristar a sus hijos o padres. Recordemos que el origen del
pecado nos narra que el hombre obedeció preferentemente a su mujer en lugar de
obedecer a Dios.
Yo te hago una pregunta para reflexionar: ¿A quién te gusta más agradar? ¿A
tu familia, padres, conyuge o hijos; o a Dios? La respuesta de todos es: “A Dios”, pero
la verdadera respuesta es: “A quien estés dispuesto a obedecer en caso de
contradicción”
Dios está buscando adoradores que el adoren en espíritu y en verdad. ¿serás
tu uno de ellos?
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