La tiranía de la falta de ironía o cómo detectar en 12

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La tiranía de la falta de ironía o cómo detectar en 12 pasos si te estás convirtiendo en un
Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)
Disclaimer--> Sí, ya lo sabemos. Sabemos que meterse con los hípsters ya no mola. Todo va muy rápido y ellos van en long board. Mofarse de lo
hípster es tan 2010, tan mainstream, tan de derechas. Con esas por delante, mi comadre Neme Arranz y yo, vecinas y (evil) residents de Malasaña, no
nos resistimos a pasaros de contrabando este predictor hipster, por si las moscas. Si se va tiñendo de rosa a medida que contestas, puede que
tengas el demonio en el cuerpo. Ánimo. Sin miedo. Siempre podemos llamar después al Padre Carras de las subculturas. Adelante...
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1.-Te encanta lo minoritario, lo excepcional. ¿Cuál es el color de pelo que menos abunda? El
pelirrojo. A ti te ENCANTAN los pelirrojos. Sientes urgencia por instalarte en lo nuevo y en lo cool,
canibalizando y despolitizando a su paso todo lo que tocas.
2.- Llamas sneakers a las Victoria de toda la vida. O Keds. O Vans. Todo menos zapatillas.
3.- No confías en absoluto en el progreso ni en la humanidad ni en conceptos como
libertad o justicia (¿quién puede seguir creyendo en ESO?) pero sigues apostando culturalmente
por los esquemas tradicionales del amor, la amistad, la familia, el trabajo y/o la escuela porque no
hay horizonte político ni ganas ni tiempo para inventar otras fórmulas. Una mañana te preguntarás:
¿En qué momento mi ligera ironía se convirtió en amargo cinismo? Entonces te sentirás tope
asustada por la posibilidad de estar convertirtiéndote en una VIEJA amargada y te comprarás otras
sneakers, perdón, zapatillas, esta vez por internet y a cargo de tu tarjeta crédito. Sobre esta tarjeta
(tienes dos) probablemente pondrá (grafiteado) Bankia Joven.
4.- Nunca reconocerás pertenecer a ningún tipo de élite (las detestas) aunque tu máxima y tu
código de reconocimiento es: “Yo no soy como ELLOS”. ELLOS es un grupo social y mutante muy
amplio que incluye prácticamente a toda la sociedad salvo a tus colegas y a tus ídolos culturales,
que son todos tan DISTINTOS y ESPECIALES como tú, aunque vestís sorprendentemente parecido.
5.- Estás harto del reciente uso y abuso de la etiqueta hipster. Te parece muy mainstream
arremeter contra ellos. Muy poco hipster. “ I hated hipsters before everyone else, now I think I hate
people who hate hipsters.” Nunca te autodenominarás hipster en público aunque secretamente
memorizas estilos, maneras, grupos de música, autores y/o palabras cuando ves a alguien tope cool
por la calle o internet (para ti son lo mismo). A veces te lías con la velocidad vertiginosa de los
cambios de tendencia y tienes miedo de meter la pata. Aunque últimamente has experimentado con
expresar tus inseguridades, ¡y funciona! ¿Será lo de la Nueva Sinceridad?
6.- Aprecias por igual la pornografía y los movimientos sociales, ambos te parecen
estéticamente interesantes. El 15M te parece un poco Fraguel Rock pero como estás muy jodido por
la subida de las tasas de tu máster crees que es necesario hacer algo. Nota mental: volver a pedir
prestado a tus padres. Y contratar fibra óptica para seguir viendo a buen ritmo xhamster.com Just
porn, no bulshit.
7.- No concibes la vida sin un hedonismo intrínseco. El compromiso te asusta porque te hace
renunciar a las infinitas posibilidades de pasarlo bien. Elegir te aterroriza. Una de las variantes del
hedonismo, para ti, es el trabajo, has conseguido currar en lo que te mola. Disfrutas trabajando,
aunque no siempre cobras. Pero disfrutas siendo productivo, te hace mejor persona. Es más, ya no
distingues el trabajo de la vida. Y eso es guay. Crees. Aunque últimamente a veces te despiertas
empapada en sudor pensando: “¿Y si me he convertido en una POBRE?”. Se dice precaria, pero en
fin.
8.- Otra gran actividad donde se cruzan tus afanes de hedonismo y productividad,
además de status, es FOLLAR. Para ti no hay restricciones relacionales siempre que no dejen
mucho rastro afectivo. Confías en que esta fase pasará cuando encuentres a LA PERSONA.
9.- Recónocelo: eres vaguete. Admiras y te identificas ideológicamente con movimientos
autárquicos que preconizan la autonomía total. Un buen día te dices: “Coseré mi propia ropa, haré
mi propio pan… (sí, está tipificado, se llama síndrome Thoreau)”, pero eres demasiado perezoso e
indisciplinado para llegar a dominar cualquiera de esas difíciles técnicas. En el fondo lo que eres es,
ante todo, un CONSUMIDOR (va, aunque sea de estilo de vida alternativos), así que acabarás por
comprar un pan carísimo o una bufanda hecha a mano (por otra persona). Quizás algún día cojas
una aguja o entres en la cocina, pero lo justo para hacer una fotografía con filtro Instagram de una
madeja de lana o de un pastel para dejar testimonio gráfico de su hazaña. En el fondo, la foto es lo
que cuenta, ¿no? También empiezas muchos libros, los paseas por la ciudad, pero acabas por
dejarlos a medias.
10.- Adoras a los artistas, su creatividad, su excentricidad. La referencia a directores,
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escritores como adjetivo es constante. Si alguien llega pedo a casa y se masturba viendo Teletienda,
eso es “muy Bukowski”. Cualquier cosa sórdida, depravada, es “superTodd Solondz”. Y así. (Lo
reconocemos, la cosa tiene su gracia) De hecho, tú mismo crees ser un poco artista. Pero de los
artistas te quedas con lo fácil –los sombreros– porque claro, para ser maestro grabador se necesitan
10 años y tampoco es plan. Lo mismo con la música: con tener una foto haciendo que tocas el
ukelele o comprarte un bajo que tener por ahí tirado como atrezzo es suficiente. Tu actitud en
realidad es comprensible: ¿cómo te vas a comprometer con nada, cómo vas a invertir esfuerzo en
obtener un resultado a largo plazo cuando no sabes cuál será la próxima caprichosa moda que te
robe el corazón? Lo que ayer fue el macramé y el ukelele quizás mañana sea el skate, pasado el
swing y al otro la programación en MS-DOS. ¿Te suena de algo esta promiscuidad?
11.- Últimamente, pasas mucho tiempo COMUNICÁNDOTE A SACO a través de miles de
dispositivos sociales, la mayoría no analógicos. A veces, echas de menos los emojis en las
conversaciones cara a cara. Otras, el mundo antes de internet, es decir, tu INFANCIA (un espacio de
constante inspiración para ti). Cuando no estás creando vives un poquito obsesionada por el numero
de likes en tu status de FB y de RTs en tus tuits. O quizá has pasado el umbral de los sensei hipsters
y NO TIENES FACEBOOK NI TUITER. Wassap sí, por supuesto, ¿quién puede vivir sin wassap? ¿Line?
Eso fue una flor de un día.
12.- En resumen: si te aterroriza dejar de molar, sabes canibalizar cualquier estilo (beat, punk,
hippie, chav) para devolverlo fetichizado y desproblematizado y eres capaz de pagar un pastón a
crédito por un raro peinado nuevo o un apartamento (enano o compartido) en un barrio recién
gentrificado, enhorabuena, LO HIPSTER es la respuesta a todos tus problemas.
Etiquetas:
hipster, subculturas
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