Capitulo IV – del “Rengo” Kennedy - LOS RITOS Y LOS RITUALES La cultura en acción Las realizaciones merecen ser reconocidas, y el reconocimiento motiva hazañas aún mayores. Una cultura corporativa, y los valores que representa, tienen que ritualizarse y celebrarse, si deseamos que prospere. Las compañías culturalmente vigorosas comunican exactamente cómo desean que se comporten sus empleados. Establecen las formas o los ambientes donde los empleados pueden jugar y divertirse, para que sepan que pertenecen a una sociedad completa y operante. Las compañías de culturas vigorosas crean ritos y rituales del comportamiento de su vida corporativa: ritos y rituales que son los que mayor influencia ejercen en “la forma en que hacemos las cosas aquí”. Los viejos héroes de la cultura sabían lo significativos que eran los rituales porque daban a la cultura una forma tangible y cohesiva. Realizar las actividades de modo correcto es un ejemplo del vigor de la cultura. El ritual reconoce las realizaciones (logros) y aclara lo permitido y lo prohibido a cada uno de los que están incluidos en la cultura. El impacto de los actos simbólicos El juego Este aspecto creativo de la vida corporativa alivia la tensión y fomenta la innovación. Está representado por bromas, tomaduras de pelo, intercambios rápidos de ideas súbitas y planeación de estrategias. El juego, vincula a las personas, reduce el conflicto y crea nuevas visiones y valores culturales. El ritual Estas reglas dramatización que simboliza con el cual los guían el comportamiento dentro de la vida corporativa y son, en efecto, la de los valores culturales básicos de la compañía. Detrás de cada ritual está el mito una importante creencia de la cultura. Los rituales proporcionan el lugar y el guión empleados pueden expresar un significado; ponen orden en el caos. La ceremonia Ya sea en forma de espectáculos culturales o de celebraciones muy sencillas que se realizan cuando los empleados alcanzan ciertos puntos importantes en sus carreras, las ceremonias ayudan a las compañías a festejar a los héroes, los mitos y los símbolos sagrados. Al igual que los hábitos, los rituales son un “lugar común” y se dan por sentado. Las ceremonias ponen la cultura a la vista y proporcionan experiencias que los empleados recuerdan. La necesidad de los rituales Sin ceremonias ni rituales, los valores importantes no tienen impacto. Las negociaciones colectivas son un ritual que ayuda a las partes a llegar a un acuerdo y su forma es tan importante como sus resultados. Los rituales establecen reglas básicas que facilitan la comunicación y el trato con otros miembros de la cultura. Toda buena empresa debe conocer, lo mismo que sus gerentes, el alcance completo de las oportunidades disponibles para crear una gama de ceremonias y rituales que ejemplifiquen la cultura; los altos gerentes con sentido común aprovechan todas las opciones. Las comunicaciones y los rituales sociales Las reglas tácitas de la comunicación personal (los rituales “hola”) ocupan una cantidad sorprendente del tiempo de la firma. Pero si se eliminan, nadie sabría como comportarse. Permiten que los empleados sepan dónde están, refuerzan la identidad que un individuo tiene dentro de la compañía, y fijan el tono de la forma en que las personas se relacionan entre sí. Estos rituales de intercambio social especifican cuán formal o informal es el trato entre las personas. ¿Cómo se hace para aprenderlos? En parte, a través de los ritos de iniciación, realizados muchas veces para demoler a las personas antes de aceptarla en una cultura. Las iniciaciones son un rito común en los negocios. Este rito de las iniciaciones, también comunica los valores de una cultura. En la misma forma en que los ritos de iniciación establecen una pugna, otros rituales unificadores y reparadores ayudan a dirimir los conflictos y los equívocos que amenazan la armonía cultural. Sin estas reglas del intercambio social nadie sabría que hacer y nunca se haría nada. Rituales de trabajo La mayoría de nosotros podemos darnos cuenta de que los modales sociales están ritualizados. A diferencia de los intercambios sociales, los intercambios de trabajo no producen resultados directos, pero son igualmente valiosos porque proporcionan un sentido de seguridad y de identidad común a las actividades mundanas, dándoles un significado. El propósito de la cultura es proporcionar a los empleados una forma de justificar su fe en su propio valor y en el de su trabajo. Rituales administrativos ¿Qué queremos decir cuando hablamos de rituales administrativos? Empecemos por explorar algunas ideas populares con respecto a las funciones del puesto de gerente. Primero está la coordinación, que es la realización de rituales comúnmente aceptados como el de “tocar base”, escribir memorandos o asistir a juntas. Otra actividad gerencial común es la toma de decisiones, y lo que es más importante aún la toma de decisiones estratégica. El ritual gerencial más importante, sigue siendo la junta. Todas las compañías la realizan, pero su forma varía mucho según: La cantidad Algunas empresas requieren de la realización de muchas juntas. El ambiente del lugar en donde se realizan Los salones de conferencias formales se prefieren con más frecuencia. La forma de la mesa Las mesas redondas ayudan a crear buenas relaciones entre participantes del mismo nivel. Las mesas que tienen cabeceras precisas refuerzan la jerarquía. Dónde toma asiento cada quien En las compañías de alta tecnología cada uno ocupa la silla que quiere; en compañías más estructuradas, el jefe se sienta en la cabecera. El número y composición de asistentes En culturas muy formales sólo las personas que están al mismo nivel asisten a juntas El comportamiento En algunas empresas predomina el toma y daca, en otras se prefiere un ambiente semejante al de los teatros, en donde se hipnotiza a los asistentes con deslumbrantes presentaciones de diapositivas. La forma de la junta es sólo un reflejo de la cultura, y su propósito es el de facilitar la toma de decisiones. Las juntas no siempre producen decisiones, pero proporcionan la ocasión para la expresión, el desarrollo y la celebración de una cultura que funciona bien. Como rituales pueden proporcionar la oportunidad para que los gerentes escenifiquen sucesos que representen las creencias y los valores culturales. Los buenos rituales administrativos, proporcionan cohesión y solidaridad colectivas, mientras que transmiten una imagen de solidez al mundo exterior. Los rituales de reconocimiento Las compañías de cultura vigorosa, hacen mucha alharaca cuando alguien se desempeña bien y ejemplifica los valores que la empresa quiere preservar. Las ocasiones más importantes merecen un tratamiento especial y las empresas frecuentemente escenifican los ritos de transición, bien conocidos, cuando una persona es ascendida o se jubila. El ritual es una ceremonia que reconoce públicamente la transición del ejecutivo de una categoría a otra. Si la empresa no ritualiza estos sucesos importantes en una ceremonia pública, el resultado casi siempre es la incertidumbre y la confusión. El espectáculo cultural Algunas de las culturas corporativas más vigorosas exaltan las ceremonias hasta un plano extravagante: grandes festivales en los cuales no se escatiman gastos ni tiempo. Hay premios deslumbrantes, competencias, teatro y diversión. Rituales gerenciales Los gerentes entendidos dedican mucho tiempo a los rituales. No solamente a planearlos, sino también a tomar parte en ellos. Participan en el adoctrinamiento de los nuevos empleados, instrumentan la celebración que se realiza cuando hay un ascenso, se aseguran de que todos sepan porqué se está ascendiendo a la persona. Estos rituales se convierten en poderosas palancas que la alta gerencia puede accionar para conservar su control y ejercer su influencia. Como resultado, las culturas de las compañías de ahora van y vienen con las modas cambiantes de la sociedad en general. Establecimiento de normas Creemos que a través de las culturas, los gerentes pueden y deben influir en la forma de actuar de los empleados y cómo emplear su tiempo. Por ejemplo hay varias normas sociales sobre las cuales pueden influir los gerentes: Normas del lenguaje La mayor parte de lo que ocurre en una compañía es tan solo comunicación entre personas. Al establecer normas que determinen cómo deben hacerlo, se ejerce una vigorosa influencia en la cultura. El decoro público Los gerentes deben decidir lo que quieren y luego apegarse a ello. Es el respeto que se establece dentro de la organización. Comportamiento interpersonal Los rituales de conducta determinan quien se siente estimado y quien se siente atropellado. Cuando se establecen normas para la administración estratégica, se muestra a los empleados muy claramente lo que se espera de ellos. Por ejemplo: Las tareas de preparación La mayoría de los gerentes indicarán a los demás cuando deben presentarse ciertas juntas, pero no es muy frecuente que les digan como deben prepararse para ella. Esto se puede lograr simplemente asignando tareas. Presentación y formato Las compañías de culturas vigorosas establecen normas de presentación (Por ejemplo, memorandos). Instrucciones explícitas Gran parte del tiempo administrativo se deja a capricho del gerente. Es necesario indicar a los gerentes de nivel medio exactamente lo que deben hacer. El legado de los rituales corporativos Los rituales que los individuos aprenden en una cultura les impone características de cómo conducirse y, en realidad, los capacitan dentro de ella. Esto les ocurre especialmente a los gerentes. Si logran el éxito como gerentes en un medio ambiente, utilizando una serie de rituales administrativos, es muy probable que lleven estos rituales a otros ambientes o compañías cuando cambien de trabajo. Los rituales que funcionan bien en una cultura pueden fallar en otra, debido a los ambientes diferentes de los negocios. Pero la lección final, desde luego, es que los gerentes tienen que estar plenamente conscientes del elemento ritualista de sus propias culturas y no permitir que lo cautive la magia de lo que hacen día a día. Capitulo V - LAS COMUNICACIONES Operación de la red cultural En una cultura vigorosa, todo el mundo tiene un trabajo que realizar, pero además tiene otro empleo. Este “otro empleo” es mucho más importante que los presupuestos, memorandos y planes quinquenales. Los espías, narradores, sacerdotes, murmuradores, las cábalas, todos ellos forman la jerarquía oculta, cuya apariencia es considerablemente diferente del organigrama. Estos “otros empleos” constituyen lo que denominamos la red cultural. Esta red es el principal medio de comunicación dentro de la organización: une a todas las partes de la compañía sin tomar en cuenta puestos o títulos. Además, la red no solo transmite la información, sino que también interpreta para los empleados el significado que tiene esta información. Aún dentro del contexto de una junta muy controlada se realiza gran cantidad de comunicación informal: rituales unificadores, miradas rápidas, alusiones indirectas, etc. En una cultura vigorosa, la red es poderosa porque puede reforzar las creencias básicas de la organización, realzar el valor simbólico de los héroes divulgando sus hazañas y sus realizaciones, fijar un nuevo clima de cambio y proporcionar al director general una rígida estructura de influencia. Los personajes de la red cultural Los altos gerentes necesitan tener buena comprensión de este sistema informal de verificaciones y equilibrios para recabar y diseminar información. Todo el proceso depende de la gente, no del papel. Los narradores Las personas cuentan historias para obtener influencia y poder y porque les gusta hacerlo. Están en una posición poderosa porque pueden cambiar la realidad. Las historias que cuentan los narradores, explican y dan un significado al mundo cotidiano del trabajo. Los narradores mantienen la cohesión y proporcionan directrices para que todo el mundo las siga. Es la más poderosa forma de transmitir información y moldear la conducta. Lo mejor que tienen las historias es que con recordar la frase clave puede recrearse toda la situación. Cuentan historias de los héroes visionarios o del proscrito latente. Revelan mucho con respecto a lo que se necesita para progresar en la organización. Los mejores narradores se encuentran típicamente en puestos que les dan acceso a gran cantidad de información. Generalmente, están en el epicentro de las actividades y son libres de conducirse tan extravagantemente como quieran. Un narrador necesita imaginación, percepción y un sentido de los detalles, ya que una historia no puede ser abstracta. Si bien no se trata de un papel de líder, sus colegas los veneran y con frecuencia los protegen. Los sacerdotes Al igual que las iglesias, las empresas tienen sus sacerdotes. Son los designados para que se preocupen por la corporación y los guardianes de los valores de la cultura. Se encargan de profesar la religión y mantener unida a la grey. Siempre tienen tiempo de oír confesiones y dan la solución para cualquier dilema, aún para los morales. Este “otro empleo” es el que requiere la mayor cantidad de responsabilidad en la red cultural. Ser la figura del sacerdote en una cultura requiere una madurez o seriedad que trascienda la edad. Estas personas suelen tener más antigüedad en la empresa que sus colegas. La mayoría de las figuras de sacerdotes son enciclopedias humanas, en particular sobre todo lo relacionado con la historia de la empresa. El deber que generalmente se les pide desempeñen es el de proporcionar un precedente histórico para alguna medida que quiere poner en práctica. Los sacerdotes también ayudan a sus compañeros en casos de derrota, frustración y desaliento. La persona que maneja el traslado de gerentes en todo el mundo es el sacerdote favorito de una firma. En la jerarquía real se encuentran sacerdotes ligados a las funciones de staff de las oficinas centrales, a tres o cinco niveles de la cima, con un título de pacotilla como “director de estudios económicos”. Tienen responsabilidad gerencial, pero no tiene personal, y lo más probable es que trabajen bajo las órdenes de un vicepresidente. Los murmuradores Los murmuradores son frecuentemente poderes detrás del trono. Son individuos que mueven y sacuden, pero sin una cartera formal. En ocasiones ascienden mucho en las organizaciones, pero con igual frecuencia, los murmuradores se encuentran enterrados en un oscuro puesto, en el anonimato para todos, menos para el verdadero conocedor. La fuente de su poder reside en que su jefe los escucha. Cuando alguien quiere que se haga algo, se dirige a los murmuradores. Hay dos habilidades decisivas para ser murmurador: en primer lugar, deben ser capaces de adivinar el pensamiento de sus jefes, con rapidez y precisión, disponiendo de pocos indicios. Su poder depende de una relación simbiótica con esta figura clave; no es sorprendente que una parte de su personalidad sea una intensa lealtad. En segundo lugar, para producir resultados tienen que estructurar un vasto sistema de apoyo de contactos en toda la organización y trabajar mucho para mantenerse al corriente de todo lo que trasciende esta red. Su conocimiento no es tan amplio ni está tan desarrollado como el de los sacerdotes, pero los murmuradores son figuras atemorizantes con quienes nadie quisiera tener problemas. Los chismosos Los chismosos son los trovadores de la cultura. Saben los nombres, las fechas, los salarios y los acontecimientos que están ocurriendo en la organización ahora. Los sucesos intrascendentes y cotidianos son transmitidos por los chismosos, a quienes la mayoría de las personas aprecian, aunque le teman a su lengua. Nadie espera que los chismosos sean personas serias, ni tampoco que siempre sepan las noticias correctamente. De ellos se espera sólo diversión. Se les tolera y hasta se simpatiza con ellos. Simplemente por este valor del entretenimiento. Su papel en el reforzamiento de la cultura es vital. Los narradores crean las leyendas de la compañía, pero los chismosos ayudan a que prospere el proceso de la creación de los héroes, adornando su7s hazañas pasadas y aumentando las noticias de sus últimas proezas. Además, los chismosos pueden diseminar las noticias con más rapidez, porque hablan con grupos enteros durante la comida o el descanso para tomar café. Tienen además la singular capacidad de poder penetrar en todos los niveles de la organización. A diferencia de los murmuradores, los chismosos no están cerca del poder. Su utilidad para ayudarnos a elevar nuestro status en la empresa puede ser inapreciable. Fuentes secretariales Los empleados de oficina penetran en un nivel de la compañía diferente de aquel en que penetran los gerentes, y a menudo son más observadores. Es posible que en nuestro orden social le concedamos valor a un burócrata de alto rango, pero en nuestra red cultural, un oficinista o una secretaria pueden ser mucho más útiles. Cuando nosotros como individuos queremos conectarnos con la red para obtener información, nos acercamos primero a los oficinistas clave. Ellos, más que nadie nos dicen cómo es realmente la organización y lo que realmente está pasando; quién está enojado con quién, etc. Esto lo pueden hacer porque las fuentes secretariales forman una red estable de actores que están sólo relativamente involucrados y que, por tanto, son imparciales. Los gerentes consideran que sus secretarias son de incalculable valor para mantenerlos sintonizados con las más recientes interpretaciones de los sucesos oficiales. También los pueden ayudar contando en la red historias sobre sus hazañas. Los espías Casi todos los buenos gerentes de alto nivel tienen sus espías. Un espía es un compañero bien pagado y escondido entre los demás, alguien lo suficiente leal para mantenerlos informados de lo que está pasando. Los mejores espías son los individuos agradables que tienen acceso a muchas personas. Escuchan toda las historias y saben quién está detrás de ellos. En su mayor parte, tienden a no ser personas amenazadoras porque no es probable que lleguen a ascender. Sin embargo, los espías saben que aunque no van a progresar más en la empresa, estarán protegidos mientras mantengan abiertos los canales de información. Los espías realmente efectivos nunca hablan mal de nadie; por ello, se les quiere y necesita mucho. Tienen tanto cuidado, que no intentan afectar al clima organizacional de manera alguna que pudiera incidir en la carrera de los demás. Todo lo hacen con cautela y precisión. Los gerentes que van ascendiendo se ligan con los espías y desarrollan amistades especiales con ellos. Utilizan a los espías para verificar rumores o equilibrar la información que obtienen de sus secretarias. Los recién llegados a las compañías son espías muy efectivos, aunque involuntarios. Tienen una perspectiva fresca que les permite juzgar los acontecimientos con más objetividad que a los actores habituales, y no saben lo suficiente como para filtrar la información que otra persona más conocedora del medio considera que el gerente no debe saber. Los altos gerentes con frecuencia cultivan como espías a estos nuevos trabajadores. Las cábalas Una cábala es un grupo de dos o más personas que se asocian secretamente para tramar un propósito común, generalmente el de ascender en la organización. La razón del éxito de estas confabulaciones es un truco de la lógica del comportamiento, poco conocido. Lo llaman el teorema de los tontos y fue inventado hace unos veinte años por John Munzer. El teorema de los tontos mejora muchísimo el principio de Peter, quien dice que una persona asciende hasta su nivel de incompetencia, en donde se detiene su carrera. El teorema sostiene exactamente lo contrario: mientras podamos progresar en la imagen que tenemos de nosotros mismos en comparación con los demás, continuamos avanzando y siempre estaremos preparados para aprovechar las oportunidades. El papel que desempeñan la cábala y el grupo de colegas es crucial en la mejoría que logremos en la estimación de los demás. Las cábalas están presentes en todas partes de las organizaciones. Pueden ser grandes, o pueden no constar con más de dos personas. La cábala es una palanca útil para elevar nuestra posición, y además es importante como mecanismo de protección, ya que ofrece fuerza y apoyo. En las culturas vigorosas, las personas crean y nutren inconscientemente las cábalas que refuerzan sus ideas y posiciones en la compañía. La confianza y la lealtad al grupo son cruciales, cualquiera que sea el tamaño de las cábalas, que pueden tener una extensión infinita, pero sus intereses tienen que estar claramente identificados. La cábala, por definición, está enfocada en algo. Sus miembros pueden tomar prestadas las ideas y reputaciones de los demás miembros para beneficio de sus propios propósitos. Dentro de la cábala esto es aceptable, porque es un intercambio justo. Los valores y las experiencias compartidas la nutren. La administración de la red cultural Toda compañía tendrá su parte de narradores, sacerdotes, chismosos, espías, murmuradores y cábalas que difundan, embellezcan y refuercen sus valores. En las culturas débiles, sólo los espías y los simuladores sirven a las redes y luchan entre sí para liquidar a alguien y asumir el mando. Pero en las culturas fuertes, las redes llevan consigo las creencias y los valores que mantienen la cultura viva y compartida en todos los niveles y divisiones, así como entre los empleados. La red cultural es informal y sin embargo sus reglas son inflexibles; simplemente no están escritas. Hay que aprenderlas todas o no se puede sobrevivir en la cultura. Estas reglas, son las que dictan la mayoría de las actividades que se realizan en la organización; no hay forma de evitar el compromiso con la red cultural. La conexión con la red Los gerentes que quieren, primero, saber lo que realmente están pensando los empleados de su organización, y segundo, influir en su comportamiento cotidiano, tienen que ser muy diestros en el manejo de la red cultural. ¿Cómo se conecta un gerente con esta red? Una posibilidad es la de visitar a los empleados de la compañía. Pero una persona que sabe bien cómo manejar la red hace a un lado estas líneas de jerarquía y penetra en la jerarquía oculta. Manejar la red cultural es un procedimiento sencillo y directo. Los gerentes efectivos que la usan para extraerle su mejor ventaja siguen un patrón: reconocen la existencia de la red y su importancia, en lugar de sentirse superiores a ella se aseguran de formar parte de ella, cultivando ellos mismos una red de contactos apropiados, especialmente entre los narradores y sacerdotes clave. Hay que tener presente cuatro puntos principales al cultivar este tipo de red: - Trate a todos los individuos con quienes entre en contacto con la deferencia que tendría hacia el director general de la empresa. - Pida a las personas que conozca que le expliquen el significado de lo que ve. Pregúnteles acerca de la historia. Así, cuando usted pregunte el significado de alguna cosa y su contacto responde con unas cuantas anécdotas, probablemente se encuentre con un narrador. - Pida a cada individuo los nombres de otras personas con quienes hablar. - Cuando encuentre a los narradores, cultive con ellos unas relaciones especiales. Sea amable con ellos porque son importantes para usted, y permítales hacer su trabajo, que consiste en transmitir las noticias e interpretar los acontecimientos. Los expertos en la red cultural tratan mucho con las personas que están en todos los niveles de la organización. No se puede influir en la red sin tocar a menudo las vidas de los individuos que forman parte de ella. Los expertos en la red cultural hacen amplio uso de anécdotas e historias para reforzar los valores que les interesan. O se ponen en situaciones en las cuales, con suerte, se contará una historia. Buscan amistades. Las organizaciones son conjuntos de individuos. En particular en el mundo de los negocios, las personas no necesariamente están juntas porque lo deseen. Pero los seres humanos, como animales sociales, forman amistades con los que los rodean. Y estas amistades, que en realidad son pequeñas cábalas, se convierten en parte importante del apoyo que cada individuo tiene dentro de la cultura. Los amigos nos mantienen sintonizados con lo que está sucediendo que tenga que ver con nuestra situación personal. Los expertos en la red cultural confían en que ella opere en la mayoría de sus comunicaciones con las personas de la organización. Tienen fe en la red cultural y confían en que ella haga de la manera más eficaz lo que le piden. Capitulo VI - TRIBUS CORPORATIVAS Identificación de las culturas Los componentes de la cultura se trataron en los últimos capítulos. Ahora llega el momento de reunir todos estos factores: valores, héroes, ritos y rituales, para ver como trabajan realmente dentro de la corporación. Como ya dijimos antes la mayor influencia que puede recibir la cultura proviene del ambiente social y de negocios más amplio en que opera. La cultura corporativa personifica todo lo necesario para triunfar en su ambiente. La mayoría de las corporaciones puede clasificarse en cuatro categorías o tipos generales de cultura. Estas categorías están determinadas por dos factores del mercado: el grado de riesgo asociado con las actividades de la compañía, la velocidad con que las compañías y sus empleados, obtienen retroinformación sobre si sus decisiones y sus estrategias tuvieron éxito. Hemos destilado las cuatro culturas genéricas a partir de estas realidades del mercado: La cultura del hombre duro y macho: Un mundo de individualistas que asume riesgos altos y obtienen rápidamente la retroinformación que les indica si sus acciones fueron correctas o no. La cultura trabaje mucho, juegue mucho: Las reglas son aquí la acción y la diversión, y los empleados asumen pocos riesgos, todos con una retroinformación rápida; para tener éxito, la cultura los alienta a mantener un alto nivel de actividad con un riesgo relativamente bajo. La cultura apueste a la compañía: Culturas donde las decisiones ponen mucho en juego y tienen que pasar años antes de que los empleados sepan si las determinaciones fueron buenas. Es un ambiente de alto riesgo y retroinformación lenta. La cultura del proceso: Hay poca o ninguna retroinformación y en e que los empleados encuentran difícil evaluar lo que hacen; mas bien se concentran en como se hace. Tenemos otro nombre para esta cultura cuando se descontrolan los procesos ¡burocracia! En efecto en el mudo real dentro de una misma empresa se encontrara una mezcla de los cuatro tipos de cultura. Los departamentos de mercadotecnia son culturas del hombre duro. Los de venta y manufactura trabajan y juegan mucho. El de investigación y desarrollo es un mundo de alto riesgo y retroinformacion lenta. Y contabilidad esta bien asentada en los más altos niveles de la vida burocrática. Las compañías de culturas muy vigorosas mezclan los mejores elementos de los cuatro tipos y lo hacen en forma que les permiten desempeñarse bien cuando el ambiente que las rodea cambia, como inevitablemente ocurre. La cultura del hombre duro y macho En este mundo de alto riesgo y rápida retroinformacion, la más abrumadora de todas las culturas de negocios, se hacen fortunas y se fracasa de la noche a la mañana. Los departamentos de policía son la esencia de este tipo de cultura, ya que lo que ahí se juega muchas veces es la vida o la muerte. Lo mismo puede decirse de los cirujanos. La retroinformacion es rápida. Un año es posiblemente el plazo máximo; lo más probable es que las compañías sepan si su producto tendrá éxito o no en una sola temporada. Un alto riesgo y retroinformacion muy rápida. Las culturas del individuo duro y macho tienden a ser jóvenes, enfocadas en la velocidad y no en la permanencia. Las compensaciones económicas también llegan pronto. Los lemas de estas empresas reflejan el valor de lo mejor, lo más grande, el más grandioso (Eje: “producir magníficos anuncios” –Leo Burnett). Los sobrevivientes y los héroes La dureza es la máxima de esta cultura. La necesidad de tomar decisiones con rapidez y de aceptar el riesgo de que quizá muy pronto se demuestre que eran erróneas, requiere una actitud dura, como también la requiere la competencia interna. Las personas que mejor sobreviven a esta cultura son las que necesitan arriesgarse, las que pueden tolera los riesgos en donde se juegan el todo por el todo, porque necesitan retroinformacion inmediata. Este es un mundo de individualistas. Estas personas no encuentran ninguna ventaja en ser parte de un equipo; su meta es convertirse en estrellas y lo pueden lograr de la noche a la mañana. Las estrellas son temperamentales. La verdad es que los héroes proscritos son las normas de estas culturas. Este tipo de cultura es la que probablemente discrimine menos a las mujeres. La importancia de los rituales Los empleados diseñan rituales que tienden a “protegerlos” de los caprichos del ambiente. Cualquier procedimiento (ritual) se convierte en un refugio temporal contra el temor de asumir riesgos y cometer un gran error. Así es como trabajan los cirujanos cuando tienen un caso difícil. Siguen un procedimiento operatorio. Si el paciente muere, los cirujanos dicen: “Hice todo lo que posible” En algunas culturas, las estrellas se unen para que la “magia” no se diluya. Fuerza y debilidades Las culturas de los individuos duros permiten a las firmas hacer todo lo necesario en ambiente de alto riesgo y rápido resultados. Las culturas de las estrellas hacen progresar sus industrias usando los rituales de vinculación y de solución de problemas, y mediante los valores que sostienen que asumir riesgos sensatos (convenientes) es una virtud y confiar en lo seguro es un pecado imperdonable. Esta orientación hacia el corto término tiene varias consecuencias. En primer lugar, la competencia por convertirse en estrella es tan grande que se olvidan las virtudes de la cooperación. Además como la cultura es supersticiosa, hace a un lado la habilidad de aprender de los errores cometidos. El resultado de todo esto es una cultura que premia a los individuos que son temperamentales, miopes y supersticiosos(irracionales) y esto acaba con las personas cuyas carreras podrían florecer con el tiempo. Debido a la alta rotación del personal creadas por las personas que fracasan a corto plazo, la estructuración de una cultura cohesiva y vigorosa puede resultar difícil en un ambiente de individuos duros. La cultura “trabaje mucho, juegue mucho” Este reino es el mundo de lo hiperactivo y benévolo de las organizaciones de ventas: bienes raíces, compañías de computación, distribuidores de automóviles y operaciones de ventas de puerta en puerta como (avon), empresas de consumo masivo como (Mc Donald’s). Los empleados de estas compañías viven en un mundo de pequeños riesgos: ninguna venta por si misma significa el éxito o fracaso del representante de ventas. La retroinformacion es frecuentemente muy rápida: el representante obtiene o no el pedido En este mundo la actividad lo es todo. El éxito es producto de la persistencia (eje: regrese una vez mas con el cliente, haga una llamada telefónica mas). La retroinformacion es rápida. Pero los riesgos son relativamente pocos, ya que el sistema esta lleno de puntos de verificación y equilibrio para evitar que el trabajo se convierta en algo de alto riesgo. Los valores primordiales de esta cultura se centran en los clientes y sus necesidades. En un ambiente dinámico lo peor que puede suceder, si consideramos el desempeño es permanecer estático. Para protegerse contra esta tendencia humana los gerentes trabajan para inculcar una orientación hacia la acción. “Inténtelo, arréglelo, hágalo” se convierte en la ética operacional de la compañía. Los sobrevivientes y los héroes Los héroes de estas compañías son los súper vendedores, estos miden el valor de sus actividades por el volumen y no por la cuantía de las apuestas. Los mejores trabajadores- jugadores son amistosos parranderos y joviales. No se preocupan ni son supersticiosos. Aquí es el equipo el que vence el mundo, porque no hay un individuo que constituya por sí solo una gran diferencia. El equipo produce volumen. Ritos y rituales Este es el aspecto de la cultura que tiene que ver con jugar mucho; la diversión se convierte en el lado más frívolo(carece de seriedad) del día de ventas. Mas que cualquier otra esta cultura goza de los juegos vigorosos. Las competencias, las juntas los ascensos, las convenciones. Cualquier cosa que mantenga un alto nivel de motivación(eje: las fiestas cerveceras, las reuniones populares, y las convenciones). El lenguaje es una parte importante de los rituales del negocio en la cultura de quienes trabajan mucho. Fuerzas y debilidades Si el objetivo es producir o mover rápidamente un articulo de calidad, esta cultura lo puede hacer. Este ambiente es ideal para personas activas que prosperan con una retroinformacion rápida y tangible. La cultura de acción proporciona la mercancía productiva masivamente que requiere el mercado y lo hace mejor que cualquiera. Pero la acción también trae consigo una serie de desventajas. El volumen puede desplazar la calidad en la carrera desordenada de esta cultura por producir y vender más. Las compañías que tienen estas culturas pueden sufrir una rotación de personal dramática cuando sus fuerzas de ventas se desilusionan fácilmente y se desmoralizan. La tropa no se apega a la firma porque esta mas comprometida con la acción que con la empresa. Estas culturas por lo general son de personas jóvenes que buscan un lugar para probar su valor. Estas personas son jóvenes cronológicamente; en contraste con los individuos duros que son jóvenes emocionalmente. La cultura “apueste a la compañía” La vida en esta cultura significa un régimen de alto riesgo y retroinformacion lenta. Aquí la lentitud no significa menos presión. Significa invertir millones en un proyecto que necesita años para desarrollarse, refinarse y probarse antes de saber si dará resultado o no. La retroinformación tardará años en producirse. Las industrias correspondientes a esta cultura incluyen empresas mineras, beneficiadoras, firmas petroleras, bancos de inversión, empresas de arquitectura, compañía de diseños de computadoras, etc. Incluimos también el ejercito y la marina. En lugar de arriesgar sus carreras profesionales, como lo harían los individuos duros, los apostadores a menudo arriesgan el futuro de la compañía. La importancia de tomar decisiones correctas fomenta un sentido de reflexión en todas las compañías. El mundo de la cultura apueste a la compañía se mueve en meses y años, no en días o semanas. El ritual primordial de esta cultura es la junta de negocios. Aunque cabe que estén presentes personas de todos los niveles de la empresa, los asientos que ocupan están estrictamente asignados según la categoría de cada una y únicamente los funcionarios más importantes hacen uso de la palabra. Los valores de esta cultura se concentra en el futuro y en la importancia de invertir en él. Las creencias se centran en que las buenas ideas merecen la oportunidad propicia para tener éxito. Los sobrevivientes y los héroes Las personas que lo logran se guían por su propia voluntad, y son tan duras como las que forman parte de la cultura del macho, pero tienen la energía para poder tolerar la ambigüedad durante mucho tiempo, con poca o ninguna retroinformacion. Los pasos que realizan los apostadores medidos y deliberados, necesitan tener la seguridad de que son correctas. Dedican mucho tiempo a tomar una decisión y luego verifican dos veces todos los componentes. Las figuras heroicas tienden a ser refrenados, personas a quienes se ha despedido o arrinconado, pero que siguieron trabajando en un proyecto hasta que se convirtió en realidad. Los héroes asumen gran importancia porque proporcionan apoyo psicológico durante las épocas difíciles. Los apostadores dependen mucho unos de otros, en esta cultura hay que conservar los vínculos, existiendo un respeto hacia la autoridad. Fuerzas y debilidades La solución rápida y la satisfacción inmediata que necesitan las dos primeras culturas serían desastrosas para la división de armas nucleares del ejército. Las culturas de apueste a la compañía conducen a inventos de alta calidad y avances científicos importantes; ayudan a progresar en la economía del país. Pero asimismo se mueve con lentitud asombrosa. No producen en gran escala ni se desempeñan con la velocidad y la decisión propia de los ambientes de rápida retroinformación. La cultura del proceso Este rincón del mundo donde el riesgo es bajo y la retroinformación es lenta, esta poblado por compañías de seguro, bancos, organizaciones de servicios financieros, grandes segmentos del gobierno y por las industrias muy reglamentadas, como la farmacéutica. Como en la cultura trabaje mucho juegue mucho, aquí los riesgos financieros son bajos. Los empleados no reciben casi nada de retroinformación. Los memorandos e informes que escriben parecen desaparecer en el vacío. Como resultado de esto, no tienen ni la menor idea de lo efectivo que son, si no hasta que alguien los culpa de algo. Esta falta de retroinformación fuerza a los empleados en como hacer su trabajo y no en lo que hacen. Las personas que trabajan en esta cultura tienden a desarrollar una mentalidad de “protegerse la espalda”. Describen el incidente con minuciosos detalles, dando la mejor explicación de sus actos. Y le mandan copia a todo el mundo. Todo esto se archiva para que dentro de cinco años cuando alguien mencione el caso, puedan probar que no cometieron ningún error. Los valores de esta cultura se centran en la perfección técnica, convirtiendo en una ciencia la averiguación de los riesgos y la identificación de las soluciones. Los sobrevivientes y héroes El deseo de protegerse y la precaución son reacciones naturales cuando no hay retroinformacion. Pero la precaución en esta cultura no es el personal, si no mas bien se relaciona con el resultado del proceso; de modo que frecuentemente es más importante cuan perfecta y acabadamente se hace algo, que lo que se hace. Son ordenados, puntuales, detallistas y sobreviven gracias a su memoria. Como estas organizaciones son con frecuencia vulnerables a los caprichos políticos, la habilidad para sobrevivir a una o dos tormentas convierte en una característica heroica. Para algunos empleados los héroes son a menudo, las funciones, no los individuos. En otras palabras, el puesto es el que probablemente hace al héroe. Ritos y rituales La reorganización se convierte en candidato más vigoroso para el ritual más importante de la cultura del proceso. Pero hay otros como las ceremonias de jubilación, que rinden honores a los que han resistido mas tiempo El gerente añadió que el sistema es tan fuerte que la los empleados prefieren siempre un ascenso de clase a un aumento de sueldo. Fuerzas y debilidades Se le culpa de gran parte de lo que anda mal en el mundo moderno. Una buena cultura del proceso se asegura, de varias maneras, de que el mundo funcione bien para las estrellas los trabajadores-jugadores y los apostadores. Hábitos tribales Establezcamos ahora unas cuantas diferencias entre los hábitos tribales de las cuatro culturas, aunque resulten un tanto irreales: Vestido La cultura de los individuos duros y machos siempre visten a la moda. Las estrellas tratan de lograr una apariencia diferente a las de sus colegas, pero no demasiado diferente. Los trabajadoresjugadores evitan los extremos en el vestir prefieren mantenerse dentro de la norma de la clase media: sacos deportivos, cuadros, mangas de camisa, pantalones vaqueros. Los apostadores y las personas de la cultura del proceso se visten muy conservadoramente y lo que usan tiende a coincidir con su nivel. Alojamiento Los individuos duros viven en cualquier lugar que este de moda. Los trabajadores-jugadores viven en las casas típicas de una colonia urbana y se sienten muy orgullosos de ellas. En la cultura apueste a la compañía la casa se ajusta a la jerarquía. Las personas de la cultura del proceso viven en departamentos o en casas sencillas sin adornos superfluos. Deportes Los individuos duros prefieren deportes de contienda personal del tipo del tenis. Los trabajadoresjugadores prefieren deportes en equipo, como el basketball o el fútbol. Los apostadores practican mucho el golf. Las personas de la cultura del proceso prefieren correr o nadar, que son después de todo, deportes de proceso. Lengua Las personas de la cultura del macho prefieren usar palabras que nadie ha escuchado antes. Los trabajadores-jugadores usan muchos las siglas y confían en las metáforas deportivas. Los apostadores se refieren constantemente a la historia. Las del proceso contestan cualquier pregunta con una explicación bien detallada y gozan haciendo preguntas especificas que nadie puede contestar. Los rituales de saludo Cuando la recepcionista le presta poca atención y tiene usted que esperar 20 minutos para que lo reciban, usted se da cuenta que esta en una cultura de individuo duro. En la cultura de mucho trabajo y mucho juego, la persona con quien usted tiene cita le recibe en la puerta con una palmada en la espalda. Los apostadores y del proceso probablemente le pondrán en la solapa una placa de visitante. En la del proceso tanto usted como con la persona con quien usted trata se relaciona comunicándose por escrito Los rituales con los compañeros de trabajo Los individuos duros se quitan puntos entre sí: los trabajadores-jugadores beben juntos; los apostadores se enseñan entre sí; las personas de la cultura del proceso discuten memorandos Una vez que se sabe con más exactitud el tipo de la cultura con que se trata; se tendrá también mejor idea de cómo hacer las cosas con eficacia.