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MATERIAL PARA LA PRENSA
Implementación del Protocolo Facultativo
de la Convención contra la Tortura
La República Argentina contra la Tortura
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. En su artículo 5, que establece
que “nadie será sometido a torturas, ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes”, quedó plasmada la primera nor ma internacional de absoluta
prohibición de la tortura.
Principios similares establecieron la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre en la Conferencia Internacional Americana en 1948, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas en 1966 y la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa
Rica, en 1969.
El terroris mo de Estado en países de A mérica Latina durante las décadas de los ´70
y ´80, y situaciones similares en otros países del mundo, acentuaron la necesidad de
una atención más específica de la comunidad internacional sobre la problemática de
la tortura. Así fue como el 10 de diciembre de 1984
la Asamblea General de las Naciones Unidas
aprobó la Convención contra la Tortura y Otros
“No existen
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Dicha Convención definió a la tortura como:
circunstancias
excepcionales de
ningún tipo que
puedan invocarse
para justificar la
tortura”.
“Todo acto por el cual se inflija intencionadamente a
una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean
físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de
un tercero información o una confesión, de
castigarla por un acto que haya cometido, o se
sospeche que ha cometido, o de intimidar o
coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo
de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un
funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación
suya, o con su consentimiento o aquiescencia...”
Con el fin de controlar el cumplimiento por parte de los Estados de las obligaciones
asumidas al ratificar dicho instrumento internacional, la Convención creó un Comité
contra la Tortura.
La República Argentina presentó su último informe ante el Comité en noviembre de
2004. En esa ocasión, la delegación reconoció que en nuestro país existe un grave
problema en cuanto a la utilización de la tortura y los malos tratos por parte de las
fuerzas policiales y de seguridad, tanto nacionales como provinciales, y que resolver
este problema constituye uno de los mayores desafíos para el Estado democrático,
que solo podrá resolverlo en un trabajo conjunto del Estado con las organizaciones
sociales y de derechos humanos.
PNUD ARG. 04/042
El CAT formuló un conjunto de recomendaciones a nuestro país para que la
Convención contra la Tortura sea efectivamente cumplida.
Implementación del Protocolo Facultativo
de la Convención contra la Tortura
Son algunas de ellas:
-
-
Ter minar con la impunidad de los responsables de actos de tortura a
través de investigaciones y juicios rápidos e imparciales y de la
protección de los denunciantes y testigos.
Garantizar que se castigue el delito de tortura y evitar que se disminuya
su gravedad calificándolo como apremios ilegales.
Aplicar la Convención contra la Tortura en todo el territorio nacional.
Efectivizar la prohibición de detener niños, niñas y adolescentes por
motivos asistenciales en todo el territorio nacional y prohibir el
alojamiento de niños, niñas y adolescentes en dependencias policiales.
Garantizar el trato humano para todas las personas privadas de libertad
en cualquier lugar de detención, garantizando el acceso a la salud, la
educación, el trabajo, la capacitación y el mantenimiento de las relaciones
sociales y familiares, así como condiciones materiales de detención
dignas.
Aplicar la prisión preventiva solo de modo excepcional.
Asimis mo, el Comité solicitó que cuatro de sus recomendaciones se aborden con
urgencia:
-
Organizar un registro nacional que recopile información de los tribunales
nacionales sobre los casos de tortura y malos tratos ocurridos en el
Estado.
-
Adoptar medidas específicas para asegurar la integridad física de los
miembros de todos los grupos vulnerables.
-
Tomar medidas necesarias para garantizar que las requisas personales
respeten plenamente la dignidad y los derechos humanos de toda
persona, en pleno cumplimiento con las nor mas internacionales.
-
Establecer un mecanis mo nacional de prevención que tenga competencia
para efectuar visitas periódicas a centros de detención federales y
provinciales a fin de implementar plenamente el Protocolo Facultativo de
la Convención.
Para mayor información para la prensa contactar a:
Verónica Moñino - Coordinadora de Comunicación y Prensa
Secretaría de Derechos Humanos
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación
(011) 5167-6676
[email protected]
PNUD ARG. 04/042
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