Septiembre 1988 - Fundación San Valero

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LA FIDELIDAD
El concepto de Fidelidad no es pura abstracción; es una verdad que acaricia la
vida. La Fidelidad podría definirse como la intención y la voluntad de adherirse
profundamente a lo esencial. Esta adhesión no es puramente un sentimiento sensible
o afectivo, no es tampoco un globo hinchado de ilusión que al chocar con la realidad
se destruye y no queda nada. Es algo que en contacto con la dureza de la realidad
cotidiana la vence y la supera; se sitúa, pues, por encima de las coordenadas,
desalientos y estrecheces que la quieren ahogar en el presente.
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La Fidelidad se sitúa por encima de las críticas “avinagradas” y “malévolas”: “La
crítica malévola que ejercen avinagrados y melancólicos es frecuente en España, y
nunca descubre nada bueno. La verdad es que no lo busca ni lo desea” (1). Y “pasa”
de estas porque no hacen crecer en el Amor y destruyen la creación común. Se es fiel
a la verdad con mayúsculas, situándose por encima de verdades parciales. Abre los
ojos y el corazón de par en par para poder admirar lo valioso que hay fuera de sí.
Jamás se deja vencer por la vanidad y acepta con incontenible alegría serena la
grandeza de su propia pequeñez y no renuncia a ella por nada del mundo: “Jamás
cambiéis vuestro auténtico ochavo moruno por los falsos centenes que pretendan
estampar vuestra efigie” (2). La Fidelidad renuncia a venderse a la mediocridad
disfrazada de poder, de prestigio, de dinero y de comodidad. Por la Fidelidad uno no
olvida de donde viene, y no olvida sus orígenes porque éstos le dan respuestas para
su destino: “Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea
aproximada de vuestra estatura” (3).
Mantenerse en la Fidelidad sólo es posible desde autorreflexión sincera y
serena en una continua búsqueda de la veracidad existencial. Desde la vivencia
profunda de la provisionalidad, desde la constancia del comienzo continuo, de que
nada se ha logrado de forma definitiva, que siempre es necesario ir encontrando
respuestas parciales eunque no últimas: “Los hombres que están siempre de vuelta en
todas las cosas son los que no han ido nunca a ninguna parte”. Porque ya es mucho ir,
volver, ¡Nadie ha vuelto!” (4). Mantenerse en la Fidelidad supone ir rompiendo la
contradicción cotidiana del hombre, “Egoísmo-Amor”, a favor del Amor.
Por tanto permanecer fiel no es cómodo, ni fácil, ni rentable. Permanecer fiel
es, pues, una dinámica permanente en la vida que sólo puede entenderse desde y por
la Gratuidad.
-GUIDO GOMEZ –
BIBLIOGRAFIA:
*Las citas corresponden a “Juan de Mairena” de Antonio Machado.
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