1I LETRAS ETICA EN EL EJERCICIO PROFESIONAL (:t:)

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1I LETRAS
ETICA EN EL EJERCICIO PROFESIONAL
(:t:)
Dr. Gonzalo González Muri1!o (**)
El tema: "Etica en el ejercIcIo profesional", es tan sugestivo que
cedí a la idea de dedicarle pocas líneas a una modalidad médico-religiosomoral, presente en la Cultura Primitiva Superior.
En ella destacan el contacto entrelazado de la medicina y de la
moral y el concepto unitario del acontecer morboso. En esta cultura, enfermar, era simplemente enfermar pro transgresión de la ley moral.
En esa circunstancia, el sacerdote-médico, para obtener la curación del paciente, lo sometía a un largo y minucioso interrogatorio con el
fin de investigar en los más sutiles pliegues de su intimidad, la acción o
pecado cometido, causa del padecimiento. Encontrado el motivo, o pecado, y sin esperar el sacerdote-médico la respuesta curativa inmediata por
el hecho en sí de hacerse consciente la falta, se procedía a los ceremoniales expiatorios: exorcismo, plegaria, ofrenda y sacrificio ritual.
Era conmovedor el sufrimiento del enfermo, cuando el sacerdotemédico no encontraba a lo largo del interrogatorio, la causa del padecimiento, por ejemplo: -"Excitó el paciente al hijo contra el padre", - ¿al
padre contra el hijo?, -¿al amigo contra el amigo?,- ¿dijo mentira por
verdad?, etc. Al llegarse a esta situación, el paciente era transferido al
Barú, sacerdote vidente, quien, con la ayuda de sus artes mágicas, diagnosticaba el mal.
Reconocida en ese momento histórico, la dignidad y eficacia del
pensamiento, de la reflexión y de la meditación, hemos de reconocer que
fue momento propicio para la creación de inspirados poemas suplicantes
y patéticas plegarias dirigidas a la divinidad implorando perdón por haberse caído en pecado sin quererlo, ni advertirlo.
Es de interéS destacar, que en esa misma circunstancia histórica,
en la que aparecen la divinidad, la persona, el acto amoral o pecado oculto y la enfermedad, surgió en el hombre asirio, la concepción primigenia
de un ÍÍlconsciente activo y dinámico.
A lo largo del tiempo, el médico ha ocupado posición privilegiada
en el corazón de las gentes. Esta responsabiiidad adquirida y enraizada
en la historia, ha creado en el mundo íntimo del médico y en su entorno
( *)
(**)
Mesa Redonda sobre "Etica en el EjerciCio Profesional" Asociación Costarricense
de Psiquiatrfa y Psicología Clínica. 2 de julio de 1986. Colegio de Médicos y
Cirujanos.
Médico Psiquiatra.
CU?lJLA - 23 - 196.8 - 39
social, una imagen característica que involucra el comportamiento, la éti·
ca, la discresión, la confidencialidad, el respeto a la persona humana y
el deber de procurar sobre todo, el bienestar de la persona enferma.
Es profundo el deseo y el esfuerzo que hace el hombre para conservar su salud corporal y mental. En una mayoría de personas, la posibilidad de enfermar de la mente, del corazón, de cáncer u otra dolencia,
es una verdadera pesadilla. Existe temor al dolor, al sufrimiento y a la
muerte. Es en esta circunstancia y entre esta manera de ser y de existir,
que se coloca el médico, profesional de quien se espera aceptación, comprensión, apoyo, conocimiento y sabiduría. Los pacientes acuden a él
con la esperanza de curar o aliviar sus dolencias; se sienten bien si encuentran respeto a sus personas, a sus credos políticos y religiosos, al
color de su piel, así como, comprensión de sus odios, envidias, problemas
íntimos y tendencias. El paciente, en las actitudes y gestos de aquel a
quien escucha, no ha de percibir merecimiento de rechazo, castigo o
infierno.
Se logra satisfacción íntima, si se adopta en nuestro quehacer una
actitud humanística, digna, ética y responsable. Ella nos hace sentir que
en nuestra labor, el mejor tesoro a recibir, es nuestro propio estado de
ánimo al ver en un rostro deprimido surgir la sonrisa, en un mundo agitado el retorno a la calma, en un hogar perturbado el bienestar y en un
niüo tornarse la lágrima en sonrisa.
Al llevar a cabo esta labor se ha de ser honesto consigo mismo,
conocer las propias limitaciones, saber hasta donde se puede llegar en
la relación psicoterapéutica. En este campo, la seguridad se logra adquiriendo los conocimientos, y la habilidad que permitan lograr, hasta donde
sea posible, que un ser humano viva en libertad, con capacidad de amar,
de crear, de hacer, de sufrir y de reír.
CUPULA - 23 - 1988 - 40
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