El mejor sistema educativo del mundo

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Siglo nuevo
NUESTRO MUNDO
tierra, que es la madre, algunas veces
seca otras húmeda. Estéril y pródiga.
Pródiga como la madre parturienta que
la escritora retrata perfectamente. Allí
los dolores de parto en su plena dimensión y la presentación de algo que no se
puede comparar con nada: la sensación
de amamantar a un hijo. Sentir el correr
de la leche por los conductos galactóforos para llenar la boquita ávida de una
criatura.
Es también la historia del joven
Wang Lung que vivía con su anciano
padre, a quien diariamente atendía para
después irse a labrar la tierra. Wang
“estaba en edad de mujer” por eso su padre le trajo una esclava de la casa grande
para esposa. El casadero sólo pidió como
único requisito que la mujer no estuviera picada de viruela ni tuviera el labio
partido. Y así Wang Lung para casarse
lavó su cuerpo y cepilló su trenza y fue
por su mujer. Y se decepcionó por los
grandes pies de ésta. Pues era de buen
gusto tener una mujer de pies pequeños
que hubieran sido vendados. Desde que
Wang se casó con O Lan comenzó a vivir
en la abundancia y a comer la buena comida que ella preparaba. O Lan era una
mujer extraordinariamente trabajadora.
Le ayudaba en la siembra y cosecha de
los granos. Wang pensó que había sido
bueno tener aquella esposa que a veces
sonreía con una sonrisa que no subía
a los ojos. O Lan parió cuatro hijos sin
ayuda de nadie. Pero la desgracia vino
en forma de sequía y no hubo qué sembrar ni qué cosechar. La gente moría de
hambre. Los vivos se comían a los muertos... y a los perros. O Lan en esas fechas
amamantaba a una niña, pero dejó de
hacerlo por otro embarazo y cuando dio
a luz, igual que siempre, pidió estar sola.
Wang oyó sólo un chillido y luego el silencio, O Lan le dijo: “ nació muerta”. La
recién nacida tenía dos moretones en el
cuello.
La buena tierra es el retrato de la miseria en las comunidades chinas a principios de siglo XX, como lo explica en
un pasaje la autora: “La familia entró
en un sopor, tirados en sus camas con la
piel pegada a los huesos, pues no tenían
nada qué comer, ni siquiera raíces, aun-
que de vez en cuando comían un poco de
tierra para calmar su estómago, que después ya no pedía nada. Pensaban que así
morirían”. Pero... igualmente hay pasajes donde la opulencia se hace presente
y describe la transformación del personaje principal, que al hacerse rico desprecia todo lo cercano a él; la moral se
da la vuelta y se confirma lo que nuestra
naturaleza siempre pide: Si el humano
ya satisfizo sus necesidades de comida y
vestido para su cuerpo, buscará comida
y vestido para su ego. Wang, al igual que
Zhenli Ye Gon (el actual personaje de
escándalo), se pierde por dinero. La buena tierra: una asombrosa historia sobre
chinos. Mucho más asombrosa que ver
montones de dólares por televisión.
Correo-e: [email protected]
El mejor sistema
educativo del mundo
Antonio Álvarez
D
e acuerdo a evaluaciones dignas
del mayor crédito, hoy por hoy, las
mejores escuelas del mundo están en
Finlandia. Los jóvenes de esta pequeña
nación europea lograron los máximos
promedios de aprovechamiento en lectura, matemáticas y ciencias según el
más reciente informe PISA de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico. Superaron por mucho a
¶
Para los finlandeses
lo más importante
no son los resultados
espectaculares, el éxito
individual o el afán
de competencia
estudiantes de naciones de enorme prestigio y abundantes recursos: los franceses quedaron en décimo tercer lugar, los
alemanes en décimo quinto, los norteamericanos en vigésimo primero, los italianos en vigésimo quinto y los griegos -a pesar de su noble tradición clásica- quedaron en vigésimo séptimo.
Las evaluaciones de PISA (Program
for International Student Assessment)
se aplican cada tres años con el respaldo de la UNESCO y sus resultados son
aprovechados por los diversos gobiernos para determinar sus políticas educativas. De hecho, provocan todo tipo de
reacciones en la comunidad internacional. A muchos europeos y americanos
les duele reconocer que únicamente Finlandia aventaja a los coreanos, a los japoneses y a los chinos de Hong Kong.
Quizá por eso, los ingleses no quisieron
participar en la última evaluación, alegando cansancio de sus pupilos tras varios exámenes y procesos de certificación. Algunos grupos conservadores atribuyeron los pobres resultados de los
estudiantes alemanes a la creciente presencia de inmigrantes en la nación germana. Sin embargo, el propio director
del informe PISA, Andreas Schleicher,
que es alemán, rechaza tal explicación:
“En mi país siempre se alega que el problema es que hay demasiados inmigrantes y que eso dificulta la mejora del sistema... pero Hong Kong tiene el doble
Sn • 43
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