conformamos con rogar por que nuestro dinero no se acabe antes del fin de mes. Si usted se encuentra en esta difícil situación financiera, ¿por qué no prueba estas sugerencias un tanto apartadas del marco convencional? Prepare un presupuesto que cubra los siguientes tres meses, y cíñase a él. Ahórrese $1.000 dólares en una cuenta de emergencia, para evitar tener que usar una tarjeta de crédito de alto interés si sobreviene una crisis inesperada. Resuelva salir de sus deudas de consumidor durante los siguientes dos años. Contribuya regularmente en forma planificada al presupuesto de la iglesia, en vez de dar un dólar cuando pasan recogiendo las ofrendas. Planifique y pague en forma anticipada su próxima vacación, en vez de esperar pasivamente y dejar que el calendario y la inercia gobiernen su proceder. Prepárese para su futuro, igualando la contribución que hace su empleador a su cuenta de jubilación. Colección de ideas prácticas para ser mejores mayordomos Abril 2013 Volumen 18, Issue 4 Conclusión Comúnmente usamos un criterio de línea recta al analizar los problemas, dificultades y obstáculos de la vida cotidiana en busca de soluciones, cuando sería mucho más útil investigar la situación usando múltiples perspectivas. Es cierto que la mayoría de los obstáculos se pueden salvar dando un rodeo, saltando por encima, cavando por debajo, o abriéndose paso a través de ellos, pero en muchos casos lo que mejores resultados dará a largo plazo en nuestras vidas es lo que podemos descubrir solamente si nos disponemos a usar perspectivas amplias y frescas en nuestro análisis de la situación. Referencias: 1 Donald Trump, Time To Get Tough, [Es hora de ponerse duro] Regnery Publishing, Inc., 2011, pág. 74 “Cuando se cierra una puerta, otra se abre; pero con frecuencia pasamos tanto tiempo mirando y lamentándonos por la puerta cerrada, que no vemos la que se ha abierto en nuestro camino”. –Alexander Graham Bell Distribuido por: Departamento de Mayordomía de la Asociación de las Montańas Rocosas. Director: Bill Hay. Publicadores: Departamento de Mayordomía de la Unión del Pacífico. Director: Gordon Botting. Diseño/Asistente editorial: Carol Lowe. Traducción: Publicaciones El Camino. FINANZAS FUERA DE LOS MARCOS CONVENCIONALES Por Gordon Botting, Dr.PH, CHES Hace varios años, un camión de remolque se atascó bajo un puente, con lo cual el departamento de tránsito de la ciudad se vio frente a una situación difícil. Se hicieron varios intentos para desatascar el vehículo, pero nada dio resultado. Parecía que solo había dos opciones: desmantelar el enorme camión, o sacar parte del puente. Ambos costarían mucho tiempo y dinero. Un niño que había estado observando la escena y escuchando las conversaciones, se acercó a uno de los empleados de la ciudad y le dijo: “Señor, ¿por qué no desinflan las llantas del camión?” Realmente, “de la boca de los niños” salió una sencilla respuesta para resolver un molesto problema (Sal. 8:2; Mat. 11:25; 21:16). Sin duda, más de una vez nos hemos hallado en situaciones complicadas, sin darnos cuenta que si miráramos las cosas desde una perspectiva diferente, fuera de los marcos convencionales, podríamos ahorrar mucho tiempo, dinero y dificultades. Para ayudarle al lector a desenredar este año sus circunstancias financieras, ya sea en los negocios, la iglesia o su vida personal, aquí van algunos incidentes reales que estimularán su imaginación. Negocios Estilo Trump En su libro Time to Get Tough [Es hora de ponerse duro], Donald Trump relata su experiencia de cuando decidió abrir el Club Nacional de Golf Trump en Rancho Palos Verdes, una comunidad ubicada en la zona de Los Angeles, California. Sus ejecutivos inmediatamente le informaron que tendría que construir un nuevo y costoso salón de baile. La razón era que el salón actual, aun siendo exquisito y elegante, no satisfacía las expectativas de los clientes potenciales porque solo tenía asientos para acomodar a 200 La mayordomía es un estilo de vida total. Abarca la salud, el tiempo, los talentos, el ambiente, las relaciones, la espiritualidad y las finanzas. “Para tener éxito, uno tiene que estar dispuesto a aprender y aplicar nuevos conceptos, y no sentir temor de cambiar”. –Craig Barrett personas. La mayoría de los negocios o familias que llamaban para conferencias y casamientos, buscaban algo más grande. Donald Trump —un hombre de acción—, ordenó a sus ejecutivos que prepararan un análisis de costo. Así lo hicieron, y al fin del estudio le informaron que el nuevo salón de baile costaría 5 millones de dólares. Al recibir los datos y las cifras, Trump hizo un viaje para ver la propiedad por sí mismo. A la primera ojeada que le dio al salón, Trump supo lo que tenía que hacer. Leamos su propia descripción del momento: “El problema no era el tamaño del salón, sino el tamaño de las sillas. Eran enormes, pesadas y difíciles de mover. ¡No necesitábamos un salón más grande, sino sillas más chicas!”1 Dio órdenes a sus ayudantes que compraran sillas más pequeñas y de la mejor calidad. Vendieron las sillas viejas, que no por ser anticuadas dejaban de ser atractivas. La venta produjo ganancias superiores al precio de las 320 sillas nuevas. A fin de cuentas, por pensar fuera de los marcos convencionales y usar un poco de sentido común, Donald Trump logró proveer el espacio que necesitaban sus clientes, y al mismo tiempo ahorrarse varios millones de El Menú del Mayordomo dólares en gastos de construcción. Necesidades de una Iglesia que Crece Hace 25 años, mientras era el pastor principal de una gran iglesia en el centro de la ciudad, me di cuenta de que una sola secretaria no podía atender tres líneas telefónicas, saludar a los numerosos visitantes y, al mismo tiempo, atender las necesidades de más de mil doscientos miembros y cuatro pastores de tiempo completo. Mi primer impulso fue pedir autorización a la junta de la iglesia para contratar más personal de oficina, pero yo sabía que nuestro presupuesto no podría cubrir el gasto adicional. Pensando en la situación, se me ocurrió una idea diferente de lo convencional. Se la presenté a la junta de ancianos, y en la siguiente reunión del comité ejecutivo fue aprobada. Esta fue la sugerencia: En primer lugar, contratar una recepcionista de tiempo completo a salario mínimo, que se encargara de responder las frecuentes llamadas telefónicas, saludar a las visitas, copiar los boletines semanales, y distribuir el correo interno de los pastores, etc. En segundo lugar, contratar otra persona por tres días a la semana, un asistente profesional (con mayor salario), que se encargaría de contestar cartas, pasar en limpio las anotaciones pastorales del sermón, cumplir los deberes de la secretaría, guardar las agendas y minutas de las reuniones de junta, etc. El elemento persuasivo, a ojos de la junta, fue el hecho de poder contratar a estos dos individuos por menos dinero que lo que se pagaba en la actualidad por los servicios de una sola secretaria. Experiencia Personal Como les sucede a la mayoría de los matrimonios jóvenes, cuando nuestros niños estaban pequeños deseábamos tener una casa propia, pero vivíamos de un solo sueldo, en un departamento de reducido tamaño, y con pocas posibilidades de ahorrar lo necesario para el pago inicial. Un día leí el caso de una pareja que había cuidado la casa de una familia que pasó dos años fuera del país. Durante ese tiempo fueron fieles en ahorrar lo que antes pagaban por el alquiler mensual. De ese modo, al cumplirse el plazo convenido, tuvieron suficiente dinero para dar como pago inicial en la compra de una casa propia. Pocas semanas después de haber leído ese relato, en una conversación casual con una pareja, descubrí que se estaban preparando para irse por dos años al extranjero en calidad de misioneros. Recordando lo que había leído, les pregunté si no estarían dispuestos a que les cuidáramos la casa. Estuvieron de acuerdo, bajo dos condiciones: que nosotros pagáramos los impuestos de bienes raíces, y que les permitiéramos usar una parte del garaje para guardar sus muebles y demás pertenencias. Desafortunadamente, la pareja regresó al cumplir solo un año de servicio, pero como fuimos fieles en ahorrar todo lo que hubiéramos pagado mensualmente por concept o de alquiler, reunimos lo suficiente como para dar un depósito inicial de $10.000 dólares al financiar la compra de nuestra primera casa propia. ¿Y Usted? En lo que se refiere al manejo de las finanzas individuales o familiares, al parecer la mayoría de nosotros nos “Los problemas no son otra cosa que oportunidades vestidas con ropa de trabajo”. –Henry J. Kaiser Abril 2013