COMERCIO. HISTORIA GENERAL DEL COMERCIO DE LA ISLA DE CUBA. Apenas existia el comercio á principios del siglo XVIII, y no obstante varias reales órdenes que se expidieron para fomentarle y la nueva forma que se le dio por el real proyecto de 20 de octubre de 1720 , puede asegurarse de aquella época que la isla de Cuba se limitaba á la crianza de sus ganados, que en corta porción salian para la Costa Firme, y á algunos ligeros cambios que proporcionaban los retornos de las ilotas de Nueva España , conductoras de caudales á la península. Sin embargo, el puerto de la Habana gozaba por su posición de una justa nombradía, desde que por los años de 1516 á 1519 descubrió el canal de Bahama ó hizo navegación por él Antón de Alaminos , piloto español, al cual siguieron otros varios navegantes y particularmente el Adelantado Hernando de Soto con su armada, y el retorno de Gómez Arias á la Habana. Dominaban entonces en toda Europa las erróneas máximas del monopolio y de los privilegios como medios de establecer y fomentar el comercio, y las verdaderas bases de economía política no eran aun conocidas, ni los gobiernos habían llegado al estado de ilustración que después abtuvieron para conocer las ventajas de la libertad y de las franquicias. La España adolecía del mismo mal, aunque luego fué tal vez la primera que á mediados y fines del siglo pasado dio pruebas inequívocas de adoptar los sanos principios de la ciencia económica que entonces nacía. Por consecuencia de aquella común preocupación, se estableció en la Habana la real compañía con el privilegio esclusivo de hacer el comercio, y varias gracias mas que sucesivamente se le fueron concediendo . Pero todo no alcanzó á que llenase el objeto para que habia sido establecida, ni era posible le consiguiese, pues el principio era erróneo, como la experiencia lo ha demostrado entonces, después, y siempre que se intente salir de la única senda que demuestra la manera de fomentar el comercio marítimo de las naciones. La real compañía de la Habana no ofreció, en los catorce años de su existencia, ventaja alguna al pais. Por sus registros y otros documentos consta, que en su miserable época solo venían de España para la provisión de la isla tres embarcaciones por año; que la extracción de azúcar no llegaba en un cuatrienio á 21,000 arrobas, y que por todos derechos entraban en cajas reales menos de 300,000 pesos. Después de la salida de los ingleses de la Habana en 1761 y el establecimiento de una intendencia, se abrió por via de ensayo un pequeño comercio entre aquellas islas y los principales puertos de España; pero los reglamentos de entonces prevenían el cobraren la península á los artefactos que 4 2 3 4 5 1 Este proyecto, dictado con las intenciones mas benéficas por el Sr. D. Felipe V para ensanchar las relaciones mercantiles y estrecharlas entre la península y las Américas, no 3 Antonio de Herrera en la Descripción de las Indias, o cap. 3 . 4 Por real orden de 10 de diciembre de 1740 se remitió surtió el efecto deseado, por las muchas trabas é imposicio- la real cédula de su establecimiento : Archivo del tribunal de nez que le acompañaban. cuentas. 3 Los efectos que en aquella época exportaba el puerto de la Habana, se reducían á algunas maderas en cambio harinas y caldos. TOMO i. — 2" PARTE. de 5 C o m o la libertad de derechos á las introducciones que hiciese de efectos al interior, por real orden de 6 de marzo de 1767: Archivo de la aduana. 2