Pipo Nariz Larga, el consejero de la granja

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Pipo Nariz Larga, el consejero de la granja
Un precioso día de
primavera, cuando todos
se despertaron en la
granja,
fueron
sorprendidos por un cartel
que decía:
Pipo Nariz Larga te
acompaña a encontrar la
solución
Unos por aquí, otros por allá… comentaban:
¿La solución a qué?, ¿Será para nosotros? ¿Cómo nos ayudará?
Decidieron reunirse cerca del establo y entonces Maggie, la vaca
más vieja de la granja, dijo con esa voz segura: Muuy Muucho
puede ser la ayuda… Muuy bien seré la primera en ir a visitar a
Pipo. Dicho esto partió con su paso sereno hacia la casa de Pipo,*.
Allí estaba el duende observando como la primavera había llenado
de brotes nuevos al monte que rodeaba su casa, cuando Maggie le
dijo: muuy buenas tardes, amigo Pipo; Buenas y mágicas tardes
contestó el duende, que te trae por aquí.
A lo que la Sra. Vaca contestó: He venido por tu cartel, me hizo
pensar en algo.
En qué preguntó Pipo; entonces Maggie le dijo al duende que
siendo amiga de casi todos en la granja, cuando tenía frente a ella
una montaña de avena (heno, pasto, alfalfa, fardo o lo que los
humanos decidan ji ji) se enceguecía y enojaba con los animales
que estuvieran por ahí emprendiéndola a topetazos y mugidos.
¿Será que puedes ayudarme a encontrar otra forma de actuar
diferente?
El duende se frotó la barbilla, y con ese tono de saber de verdad
que tienen los duendes le dijo:
La próxima vez que te enceguezcas por algo, da un paso al
costado, mira lo que está sucediendo desde más lejos y di para ti
con tu mejor y mas linda voz: Bien, todo bien, sintiendo como tu
pecho y barriguita quedan muuuy tranquilos y ahí va a aparecer otra
forma de responder.
Maggie volvió a su corral, pensando en lo que Pipo le había dicho,
hasta que vino la hora de ir a comer el forraje y salió a buen paso
hacia la avena, junto con ella iban los demás animales de la granja,
cuando llegó, la vista se le nubló sólo veía los fardos!... en ese
momento recordó lo que Pipo le había dicho: dio un paso hacia el
costado, vio la montaña de comida desde más lejos, escuchó su
voz diciendo “bien, todo bien”, su pecho y pancita se tranquilizaron y
pudo ver que había espacio para todos, así que desde ese día
disfrutaba mucho compartir el tiempo de la comida.
Muy contenta con su nuevo comportamiento, le contó a todos sus
amigos lo que había sucedido, por lo que muchos fueron a visitar a
Pipo para que les ayudara a encontrar la solución y también
pudieron sentirse mejor
Si deseas que Pipo Nariz Larga te ayude a encontrar la solución tu
tus papás, abuelos o maestros pueden enviar un mail a
[email protected] y el duende enviará el consejo para tí
Pipo Nariz Larga y el burro travieso
En una pequeña y muy
bonita granja, vivían una
gran cantidad de animales,
como vacas, ovejas, chivos,
caballos, pavos, gallinas,
patos,
gansos,
cerditos,
conejos y quienes no faltan
nunca
en
una
granja,
muchos muchos perros. Sin
contar algún zorro travieso, gallinetas y liebres que vienen desde los
alrededores del río Santa Lucía, y unas simpáticas nutrias que viven
en el arrollo que atraviesa el monte.
Además, en la granja vive toda una familia donde el papá y los
niños son los encargados de cuidar y alimentar a todos estos
animales. Los abuelos, como es de esperar, son los responsables
de los mimos y darle los gustos a los animales que vienen a la
ventana pidiendo una manzana. Mientras mamá va y viene entre
mate y mate.
Pero…, alguien más vive en este lugar, un duende llamado Pipo
Nariz Larga que custodia el lugar flotando entre los grandes árboles
del monte, pasando entre los animales, dándoles de comer,
acariciándolos. Milagros, la oveja mimosa de la granja, lo sigue con
mucha curiosidad.
De pronto algo llama la atención de Pipo. Un burro de orejas largas
que lo mira escondido detrás de unos arbustos. Al acercarse el
burro rebuzna muy fuerte jiiiiijauuuuu. Pipo no sabía si era un
saludo, si estaba triste o enojado.
El duende todavía sorprendido por este sonido tan fuerte como una
bocina de camión, le pregunta al burro: ¿cómo te llamas? ¿y por
qué estás tan alejado del resto de los animales?
Mi nombre es Merlín, respondió el burro, con sus orejas muy bajas.
Soy nuevo aquí y nadie me presta atención. Cuando quiero
acercarme a jugar, todos los animalitos se alejan y me dejan solo,
entonces para que me vean, corro, levanto mis patas traseras,
empujo a los otros animales, les hago gestos a los más chiquitos,
pero en lugar de invitarme, todos corren a esconderse; y si quiero ir
con Lluvia y Tormenta, dos yeguas de la granja, se alejan al galope
hacia el monte más cercano.
El duende lo escucha con atención.
De pronto, como pasa con los consejos de los duendes, alrededor
de Merlín comenzaron a aparecer una cantidad de imágenes, y una
voz, de esas que nos hace sentir muy bien, comenzó mágicamente
a decir:
(las imágenes representan las siguientes situaciones expresadas en
las frases)
Merlín, todos los animales comparten el pasto juntos.
Balando, mugiendo,
cantando.
relinchando…
parecen
que
estuvieran
Acércate suavecito, diles como te llamas y pregúntales sus
nombres...
Descubre a qué les gusta jugar y pídeles para estar.
El burrito que era muy curioso y arriesgado, no dudó en probar lo
que el duende aconsejaba y se hizo la magia!!!
Los animales le enseñaron toda la granja a Merlín. Jugaron con él, y
desde ese momento, todos juntos disfrutaron de las cosas lindas de
la vida.
Pipo Nariz Larga y el mapa del tesoro
Un día en que la primavera había llegado a la
granja donde vive Pipo, las flores silvestres
salpicaban el campo, los pájaros revoloteaban
de aquí para allá haciendo escuchar sus
cantos, los animales de la granja correteaban
alegres jugando entre ellos, cuando de repente
Rocío la simpática yegüita, atrapó bajo una de
sus patas delanteras un papel que el viento
traía rodando cerca del piso. Los niños de la granja, sintieron
curiosidad y se acercaron para ver que era ese papel muy amarillo,
con unas marcas extrañas.
Decidieron que era importante investigar, así que se instalaron
formando un círculo a la sombra de los viejos olivos. En ese
momento Pipo que pasaba persiguiendo una mariposa se acercó y
les dijo: Vaya, vaya, ¿donde encontraron ese papel?
Los niños respondieron a coro: lo halló Rocío, la potrilla de Diana.
Pipo revisó el papel descubriendo que este era un mapa que había
perdido hacìa muuuuucho tiempo, entonces tuvo una gran idea:
Entre todos reconstruyeron el camino que había en el plano y desde
ese día a todos los niños que vienen a visitarlos les entregan unas
pistas que los guían hasta el Caldero Mágico de Pipo...
Pipo Nariz Larga y el camino de la vida
Pipo Nariz Larga, es un simpático
duendecito, que vive en una preciosa
granja, con un arroyito que la cruza
alegremente.
En sus orillas crecen retoños de
mimbres y sauces que suavemente
acarician el agua, junto con unas
preciosas moreras que al llegar el
verano hacen las delicias de los niños que allí viven.
A Pipo le encanta quedarse cerca del puente que atraviesa el
arroyo, recostado en un tronco, disfrutando de los sonidos del viento
y el aroma a menta que se huele cuando los animales caminan en
la pradera cercana.
Estando allí, vio venir a uno de los niños que viven en la granja,
caminando lentamente, mirando hacia el suelo, entre pensativo y tal
vez un poquito soñador.
Pipo flotó sobre é, mientras le preguntaba ¿hacia donde vas? No se
muy bien, contestó el niño, ¿y que es lo que buscas? Llegar a algo
muyyyyyy grande.
Mmmm, pensó el duende, que puedo hacer para ayudarlo
y
entonces Invitó al niño a tomar tantas piedritas, hojitas, palitos…,
como cosas a las que quería llegar, entre sus manos, cerrar los
ojos y… entonces, mágicamente este niño comenzó a imaginarse
moviéndose suavemente, mientras aparecía un camino frente a él
muy luminoso, entonces ¡todo quedó muy claro para é! Ese era el
camino de su vida y estaba hecho de pequeñas grandes cosas, una
al lado de la otra, igual que el día y la noche, las semanas, los
meses y esa era la única forma de llegar a algo grande
Pruébalo tu también!!!
Espero que la hayan pasado lindo, hasta nuevos relatos de las
aventuras de Pipo
Diana Frumento
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