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Entrevista a Elías Pino Iturrieta: Construir la República;
por José Useche y Ricardo Zambrano
#EntrevistasBicentenarias · Friday, November 21st, 2014
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Elías Pino Iturrieta, fotografiado por Roberto Mata
De la identidad a la independencia. La independencia no es el hecho que inicia la
formación de una identidad venezolana, afirma el historiador, es la existencia o el
nacimiento de una identidad venezolana lo que va dando forma y hace emerger el
proceso independentista venezolano.
“La independencia ocurre siempre y cuando ocurra antes un proceso de identidad, un
fenómeno identitario. Si nosotros no nos sentimos venezolanos, no vamos a hacer la
independencia. Esto no es un problema de pensamiento sino de sentimiento”, señala.
Para explicar la formación de ese sentimiento de identidad necesario para buscar la
independencia, el historiador acude al pensamiento de Leopoldo Zea, filósofo
mexicano que al hablar de las distintas independencias de naciones latinoamericanas,
desarrolló el concepto de “Orgullo Telúrico”; noción a través de la cual explicó que el
habitante de estas tierras, antes de los procesos independentistas, empezó a sentirse
dueño real de ellas, y por tanto, presuroso, acogió la empresa de liberarlas para
dominarlas.
El Orgullo Telúrico, resalta Elías Pino, es el proceso que enciende la llama
desencadenante del proceso de emancipación de Venezuela. “Al sentirse varón y señor
de la tierra, es decir, cuando ya me diferencio del metropolitano, construyo una frase
que se repite mucho en la Venezuela del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX: Somos
americanos y no gachupines, es decir, no nos parecemos a los españoles, somos
distintos. Cuando ya te abriga ese sentimiento de pertenencia, vas a hacer la
revolución, es decir, vas a hacer la independencia”.
Sin embargo, cuando se habla de este nuevo sentido de pertenencia por la tierra, de
identidad naciente, no se puede generalizar a todos los estratos y aspectos de la
sociedad venezolana, porque la independencia es impulsada por un sentido de
pertenencia, pero pertenencia de aquellos que en la estructura social colonial tenían
la capacidad de poseer tierras, entre otros privilegios sociales. “La identidad es un
fenómeno propio de aquella época histórica de Hispanoamérica, propio de las élites
–resalta Pino Iturrieta–. Cuando las élites se identifican con su propiedad, con su
tierra, con sus intereses, son capaces de tirar los dados en la ruleta de la
independencia”.
El sentimiento de pertenencia; esa identidad venezolana que se fue formando durante
la segunda parte del siglo XVIII, abrió las puertas al pensamiento de la ilustración, a
las ideas modernas, apropiándose de ellas para sentar las bases y fundar la nueva
República.
“Estamos hablando de la identidad como un sentimiento. Es el abono que permite la
entrada del pensamiento y el ajuste o adecuación de ese pensamiento moderno a sus
necesidades, a sus prioridades; entonces llegamos a los sucesos de 1810, que no se
producen para buscar una identidad, sino para afirmar la que ya existía y para
convertirla en realidad. Es un proyecto político que nace de la previa existencia de esa
identidad”, afirma.
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En ese mismo sentido, el año de la declaración de independencia sólo sienta las bases
de la creación de la República, puesto que su construcción se entiende en términos
progresivos, en la medida en que la nueva situación, el nuevo orden estructural del
país, iba integrando, a través del discurso y otras formas, esa gran parte de la
sociedad que no compartía con las élites iniciadores y responsables de la gesta
emancipadora, el mismo sentido de pertenencia e ideas de organización.
La República. Moral y Luces. Para Elías Pino, el proceso de independencia no debe
ser menospreciado, puesto que significa la ruptura que da origen a Venezuela, dado
que las concepciones de gobierno establecidas durante trescientos años de colonia
dejaron de privar. La idea de monarquía y del derecho divino del rey se sustituyen por
ideas de república y de soberanía.
Adicionalmente los cambios sufridos en la raíz estructural del país tuvieron
consecuencias en la vida social, porque “esta ruptura de los hechos, es la ruptura de
los espacios estamentales. En la colonia cada quien vive en su lugar; el pardo vive con
los pardos y no puede vivir con los indios ni con los blancos. Eso se rompe por
completo, los pardos cogen calle y a ese pueblo que coge calle hay que cuidarlo o hay
que controlarlo. Y ¿por qué se le temía a ese pueblo? Porque nunca había actuado
como estaba actuando ahora. Esa es la ruptura”.
Esa nueva realidad es el ambiente en el cual los dirigentes de la independencia
inician, más allá de las estructuras ya creadas, la formación de la República en el
nuevo orden existente, donde se intenta desde las élites, sumado al sentido de
pertenencia, llevar los conceptos modernos de la Ilustración a esos grandes grupos
sociales desconocedores de la forma de organización republicana.
Moral y Luces son nuestras primeras necesidades. “Cuando Bolívar dice eso, ¿qué nos
quiere decir? Tenemos que darles morales, darles luces. ¿Quiénes? Nosotros, los
grandes maestros, las instituciones, los tutores de estos muchachos que son muy
buenos, pero son jóvenes e inexpertos. Vamos a dárselas y llegará el momento en que
puedan manejarse en libertad e igualdad, pero de momento por su inexperiencia, por
su falta de familiaridad con la realidad republicana, tenemos que mantenerlos dentro
del corral y dárselas poco a poco”.
El historiador resalta que, más allá de enjuiciar en la actualidad estas sentencias con
los conceptos de justicia, igualdad y libertad manejados en el siglo XXI, se debe
entender que no son equiparables con el manejo y uso de esos conceptos en el siglo
XIX, cuando eran esgrimidos por personas formadas en una sociedad colonial de
castas, por lo cual entendían hacer la independencia “no para que ellos sean mis
pares, sino para que ellos se incorporen bajo mi tutela”.
Anti republicanismo. Para el historiador, tras conseguir la independencia, el trabajo
pendiente en Venezuela sigue siendo crear la República, pero adaptada a nuestras
realidades, a nuestra actualidad como país y a la del mundo; sin embargo, hay factores
en la historia que han impedido la consolidación de un estado y una sociedad
republicanos.
Un factor que Iturrieta considera dentro de esta concepción anti republicana es el
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personalismo, repetido en distintas ocasiones a través de la historia nacional. Un
personalismo que principalmente nace como producto de la ruptura con el estado
monárquico, esa ruptura dada con el estado colonial luego de la emancipación de
Venezuela.
“Bolívar es la encarnación del personalismo, Páez la encarnación del personalismo, los
hombres de armas son la encarnación del personalismo, la aparición de liderazgos
regionales son vinculadas con los personalismos”. Y este personalismo no se
encuentra únicamente en los actores históricos de la independencia. Se extiende en el
tiempo, acercándose a nuestras épocas, pasando por figuras como Guzmán Blanco,
como Gómez, como Pérez Jiménez. Personalismos como estos, a pesar del discurso
republicano que entonaban, forman parte de estos factores que niegan la República.
Pino Iturrieta sostiene que en la etapa democrática el factor antirrepublicano existe
igualmente en las estructuras gubernamentales que dirigen las riendas del estado
venezolano. No obstante, los personalismos se ven transformados en partidismos,
desvirtuando de igual forma la naturaleza del estado republicano mismo.
País archipiélago. Otro factor referido por el historiador son las condiciones
geográficas del territorio nacional, las cuales impidieron, durante muchos años, la
consolidación de la República, sobre todo por la falta de infraestructura y vías de
comunicación para conectar el país. Estas dificultades imposibilitaron comunicar un
mensaje homogéneo, provocando un país archipiélago donde se forman,
progresivamente, ínsulas o penínsulas de anti república, que no permiten la
planificación de un proyecto de país republicano, ocasionando que el discurso
independentista se desconectara paulatinamente de la realidad del país.
El nacimiento de espacios alejados del orden republicano fue ocasionado también por
ser Venezuela un país pobre, condición que empieza a cambiar con la aparición del
petróleo; pero a pesar del surgimiento de la Venezuela de recursos petroleros, el país
no logró construir la sociedad republicana, puesto que: “Cuando hay dinero, el dinero
no se usa para subsanar esas falencias de anti republicanismo y de antiliberalismo,
sino para profundizar la anti república y para convertirse en (Estado) donador de
favores o en administrador de castigos, es decir, para seguir castrándote como
republicano”.
Estos factores, concluyó Pino Iturrieta, ayudaron a la no formación de ciudadanos, los
cuales son la materia prima de la República. Ese ciudadano que se fundamenta en el
orden y en el compromiso por el bien común, es requerido, exigido y necesitado por la
República.
Refrescar la independencia. Buscando caminos en el inmenso horizonte, Pino
destaca la importancia que debe tener para nosotros, y para el desarrollo del país,
mirar cada cierto tiempo hacia la independencia, pero no para repetirla, sino para
refrescarla; para ajustarla a nuestras vivencias y preocupaciones, reviviendo todo
aquello planteado en papel, en el credo de nuestra fundación, para intentar
convertirlo en realidad, ya que la independencia nos legó el más importante tesoro de
la nación, el credo republicano, y desde entonces en nuestra sociedad nadie ha jurado
ni negado ese credo.
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Resaltó, igualmente, que no se debe intentar calcar el ideario de Bolívar, y recordando
a la escritora Ana Teresa Torres en La Herencia de la Tribu, explica cómo el
imaginario heroico, bélico, romántico, el de las batallas de nuestra independencia,
estorba en la formación de un mejor país, porque es necesario entender que la
obligación no es la independencia, sino la República.
Por eso, refiriéndose al ideal heroico que ha plagado nuestra historia nacional, el
historiador señaló que: “La solución no está allí, la solución está en nuestros días, pero
partiendo de un credo, del credo republicano, que es el que importa como obra y como
herencia de la independencia”.
***
VEA TAMBIÉN:
#SesionesProdavinci Primera entrega: Elías Pino Iturrieta con Ramón
Pasquier [Video]
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