R4 b LATERCERA Domingo 31 de julio de 2016 “Lagos está creando una realidad ficticia para afirmar su candidatura presidencial” El líder del Partido Comunista sale a cuestionar -por primera vez directamente- la eventual opción a La Moneda del ex mandatario. Guillermo Teillier cree que el ex presidente se equivocó con su tesis respecto de que Chile vive la peor crisis institucional de la historia, ironiza con el perfil que, a su juicio, pretende erigirlo como un “salvador” en medio de la tormenta y critica su falta de compromiso con las reformas que ha impulsado el gobierno. “Si él pone tan en duda lo que se está haciendo, qué razón tendríamos nosotros para apoyarlo”, explica el diputado por San Miguel. TEXTO: Hernán López FOTOGRAFIA: Reinaldo Ubilla A Guillermo Teillier no le gustó nada la entrevista que Ricardo Lagos dio el jueves a La Tercera. El ex presidente declaró que vivimos actualmente “en la peor crisis institucional que ha tenido Chile”, y que no tiene certeza “si el país aguanta un año y medio” con el actual estado de las cosas. Cada vez que recuerda la entrevista, al timonel del Partido Comunista le cambia el semblante. El diputado por San Miguel sintió que Lagos había retrocedido todo el terreno que había ganado en los últimos meses con los acercamientos a su flanco más débil, la izquierda, e incluso sintió que el ex mandatario estaba decretando, a un año y medio del fin de la administración Bachelet, el fracaso del gobierno y, también, de la coalición. Se puso más fuera que dentro de la Nueva Mayoría. Para Teillier, las palabras de Lagos, más que un disparo que proviene de fuego amigo, se convirtieron en un cañonazo muy difícil de digerir. ¿Usted cree, como el ex Presidente Ricardo Lagos, que esta es una de las peores crisis política e institucional que ha tenido Chile? Yo creo que está equivocado. La peor crisis fue en los años 70, creo que en esa crisis está la base de toda la situación de lo que vivimos hoy día. Porque allí se sacó al Estado, se sacó a las organizaciones sociales, se cerró el Parlamento, se abusó del apoliticismo o de denostar a los políticos. Claro, después vino la Concertación, que no logró remontar esa crisis, desde luego avanzó, pero no logró solucionarlo, y es esa crisis la que está pendiente de solución. Lo que está fracasando es el sistema que se instaló después de la salida de la dictadura, porque hoy hay una confrontación que es político-social, pero es una confrontación entre aquellos que quieren mantener lo que quedó después de la dictadura, y otros que lo quieren cambiar, lo que provoca las tensiones es eso. Ahora, yo no creo que hoy exista una crisis institucional como dice Ricardo Lagos, me parece que las palabras de él tienen un sentido electoralista. El dice “miren, aquí está todo el peligro, yo soy el salvador, vengan a mí”. No puede ser, y les hace un flaco a favor a los que quieren ser candidatos de la Nueva Mayoría, incluido a él mismo, porque si él está diciendo que hemos fracasado en este empeño de llevar adelante reformas -yo no creo que hayamos fracasado-, creo que está equivocado. Y si él no es capaz de hacer mención al proceso que estamos viviendo, incluso, no es capaz de hablar ni siquiera del proceso constituyente, entonces creo que se pone fuera de la realidad. Lagos está creando una realidad ficticia para afirmar su candidatura presidencial. Claramente, entonces, no es de los que creen que lo que aquí se requiere es un liderazgo como el de Lagos... No, no creo en eso. En las próximas presidenciales se van a definir con primarias, de lado a lado, pueden surgir terceras fuerzas, pero finalmente habrá candidaturas y programas, y va a continuar esta especie de confrontación por un tiempo. Aquí todo lo que está cuestionado tiene que tener salida. Aquí se han destapado varias cosas, y ocurrió en este gobierno, porque este gobierno creó expectativas de que iba a cambiar cosas y están empezando a cambiar cosas, y yo espero que todo este destape de promiscuidad política, empresarial, que afecta a muchos, no a todos, porque hay algunos que dicen “oye si todos estamos en eso”, y no pues, son los que son no más, los que están metidos, y la gran mayoría del pueblo chileno no está en eso. Todas esas cosas tienen que solucionarse para ver un camino de salida. ¿Pero cuánto se le puede atribuir, para bien o para mal, al proceso de reformas? Porque no son pocos los que les atribuyen un rol a las reformas de Bachelet. Pero es que todavía no ha terminado el proceso. Imagínese usted que hicimos la reforma tributaria y ya está cumpliendo su cometido, ha empezado a financiar la educación pública, empezó a financiar una parte de la gratuidad en la educación superior, el no pago del copago, y va a entrar en régimen recién en 2018, no le pidamos que cumpla antes del plazo para que entre el régimen. En la reforma educacional nos faltan dos patas de la reforma, que son las más pesadas, las más importantes que discutir. Yo le digo: es un hecho de que cuando se esté despidiendo la Presidenta Bachelet va a haber 400 mil o 500 mil jóvenes estudiando gratuitamente. Eso crea una tendencia, si alguien viene a decir que eso es una reforma de poca monta está absolutamente equivocado. Hay discusión sobre otras cosas, sobre cómo seguimos con el resto de la gratuidad, o cómo se pagan las universidades del Estado, o las privadas, pero de que es un avance, es un avance. Mire la reforma laboral, con la apelación de la derecha en el TC, ha rechazado la promulgación, entonces todavía no podemos decir que esté cumpliendo su tarea. Es muy temprano para empezar a evaluar, pero de todas maneras las reformas no están mal en las encuestas, los incumbentes las aprecian bastante, en mi distrito lo veo. Y si todo está tan bien, ¿por qué tanto fuego amigo? Porque eso de que las reformas están mal hechas es una frase que ha sido repetida bastantes veces por dirigentes de la Nueva Mayoría. Es que usted ve que en todos lados hay fuego amigo, parece que es una deformación de los chilenos (ríe), porque nos dis-