Los canales del Maipo siglos XVIII-XIX Por: David Valenzuela (Historiador) Los Archivos indican que durante largo tiempo las autoridades pensaron en extraer las aguas del Río Maipo para regar las tierras que se encontraban entre este río y el Mapocho. Al principio de La Conquista Española y durante gran parte de La Colonia el Río Mapocho se convirtió en la principal fuente de recurso hídrico de la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, sin embargo, el crecimiento de la población, el aumento de las tierras cultivadas, la contaminación del caudal y las sequias hicieron necesaria la construcción de una canal que tomara las aguas del Río Maipo con el fin de dotar del vital elemento a la ciudad. Los primeros antecedentes históricos relativos a la construcción del canal se remontan al año 1709 cuando el gobernador Juan Andrés de Ustariz informaba al rey de España sobre la necesidad de construir un canal de unión entre el río Maipo y el Mapocho, aduciendo razones económicas y sanitariasi. El gobernador señala que la zona central de Chile pasaba en ese entonces por unas angustias atroces: debido a una sequia que dura ya tres años, el río de esta ciudad (el Mapocho) tiene tan poco agua que su caudal no alcanza para las necesidades de regar y beberii. Cómo remedio para este mal el gobernador insinuó al soberano la idea de aumentar el caudal del río Mapocho, trayendo agua del río Maipo, que se encontraba a siete leguas de la ciudad. La idea quedó solamente en una propuesta, sin embargo, con el correr del siglo XVIII esta surgirá cada vez con más fuerza debido a que se trataba de un problema muy importante para la población de esta zona. Fue así cómo exigidos por el Cabildo de Santiago varios gobernadores dedicaron sus esfuerzos a la planificación y construcción del canal. Los primeros intentos En 1726 ante las graves sequias que afectaron el Valle Central el gobernador Gabriel Cano de Aponte propuso estudiar el trazado de un canal que uniera el rio Mapocho con el Maipo. Sin embargo, la construcción del canal no era fácil. José Campino Fernández vecino de Santiago en el año 1739 al referirse a la falta de agua señala que: durante largo tiempo se intento construir una gran toma de agua proveniente del río Maipo, para con ella fertilizar… las chacras inmediatas y huertas… -ya que-… se reconoce gran falta para el común abasto en el río Mapocho…con quien se ha de unir…- debido a que sus-… caudales no alcanzan para el riego necesario, ya sea por la declinación de las aguas…o por disminución de las que le sacan, aumentadas cada día más con la gente que se multiplica en esta ciudad…la obra verdaderamente es muy necesaria iii. A pesar de la urgencia la obra no se llevó a cabo. El primero en intentar dar una solución clara al problema fue el gobernador Juan Antonio Manso de Velasco, quien tras 4 años de sequia, a los que se agregó la aparición de la viruela, decidió poner manos a la obra después de haber reconocido personalmente las quebradas de la cordillera por donde se creía posible sacar el aguaiv. Así el gobernador ordenó el inicio de las obras en 1742, lamentablemente empezada la construcción, quienes organizaban y guiaban el proyecto percibieron que la bocatoma había quedado mal situada, y el agua no podría llegar jamás al Mapocho. Como el gobernador fue incapaz de solucionar el problema del agua, los vecinos de Santiago, principales afectados por la falta de agua encargaron el trazado del futuro canal del Maipo al Capitán Nicolás de Abos y Padilla, quién confeccionó un plano al que denominó Plano del terreno comprehendido entre la ciudad de Santiago y el río Maipo con diversos proyectos para traer aguas desde el río a la ciudad. Imagen 1 El mapa grafica la geografía del Llano del Maipo, cuenca enmarcada entre el límite natural de los ríos Mapocho al norte y Maipo al sur. Este mapa de de 1746 muestra el trazado de un canal para extraer las aguas del Maipo con lo cual se lograría regar las tierras. Después de dibujado el proyecto la obra intentó continuarse pero al parecer se paralizó tanto por la guerra existente entre España e Inglaterra, como por la preocupación por la construcción del Puente de Cal y Canto y la aducción de agua de la quebrada de Macul v, así como por el término de la sequia, que era un fenómeno que se repetía cada algunos años, sin embargo, el mapa se transformó en referencia obligada de los trabajos que posteriormente harían los siguientes gobernadores los que fueron ejecutando de cuando en cuando alguna cava o desmonte para dar ocupación a los presidiarios vi Ante la falta de una solución para el abastecimiento de agua, durante la segunda mitad del siglo XVIII El Cabildo de Santiago reclamaba constantemente ante las autoridades exigiendo una solución definitiva. En 1799 la entidad solicita al gobernador que en ese tiempo era Joaquín del Pino y Rosas, nombrara un director científico para llevar a cabo la obra. La respuesta de la autoridad fue positiva, se convocó a una gran reunión de corporaciones, de vecinos, y de chacareros…en ellas se acordó juntar 12.500 pesos para comenzar el trabajo más 2.000 pesos del ramo de la balanza…más 2.500 pesos provenientes de impuestos por ocupar aguas del Mapocho y 8.000 pesos que rendiría un impuesto nuevo que comenzó a llamarse de peletería… vii avisado el rey y mientras se esperaba la llegada de la real licencia se procedió a hacer nuevos planos y cálculos los que fueron encargados al ingeniero Agustín Caballero y al arquitecto Joaquín Toesca. Después de varios cálculos se obtuvo que el costo real de la construcción del canal era de alrededor de 90.737 pesosviii. Presentados los perfiles, justo cuando se iba a poner manos a la obra llegó de España una orden que señalaba que Caballero debía dirigirse a Panamá a cumplir funciones. El proyecto nuevamente quedaba estancado un par de años, hasta que el nuevo Gobernador Muñoz, nombró al agrimensor Goycolea director científico de la obra, la cual debió ser suspendida entre 1804 y 1810. Como se ha podido apreciar, a pesar de las tentativas hechas en diversas épocas y por diferentes gobernadores la realización del canal que uniría las aguas del Maipo y del Mapocho el cual serviría para regar las infértiles tierras que se encontraban entre ambos cauces se estrelló con diversas dificultades. La aristocracia contantemente exigía la construcción y finalización de la obra, la que desde el punto de vista económico significaba aumentar la producción agrícola del valle de Santiago ya que la construcción del canal permitiría integrar tierras estériles al cultivo, sin embargo, la obra hacia 1810 seguía estando en estado embrionario sufriendo los agricultores de Santiago los males provocados por las sequias que afectaban periódicamente la región. El Canal San Carlos Luego de la primera junta de gobierno la construcción del canal paso del Gobierno colonial a manos del Cabildo de Santiago el cual decidió en el año 1811 tratar de concluir la obra de regadío. Para ello nombró superintendente del Canal de Maipo a Domingo Eyzaguirreix. Aquellos trabajos se prolongaron hasta 1814 fecha en que José Miguel Carrera sacó a los 200 peones que trabajaban en las obras para incorporarlos a las fuerzas que debían combatir a los realistas que avanzaban desde el surx. De esta forma la obra se paralizó y solo pudo finalizarse una vez consolidada la independencia. Al comenzar la república (1818) el canal que sacaba aguas del Maipo para regar el valle que existe entre este río y el Mapocho estaba inconcluso. O’Higgins al inicio de la república, exigido por la aristocracia santiaguina determinó la continuación de los trabajos y nombró nuevamente a Domingo Eyzaguirre director de la obra. El gobierno asumió en forma total la responsabilidad de la construcción y financiamiento del canal. De esta forma en Agosto 1820 se logró hacer correr agua entre el Maipo y el Mapocho a través del un canal que se denominó Canal San Carlos del Maipo. Una vez finalizada la obra vino el reparto de las aguas. En primer lugar la administración señaló que las aguas del canal no podían ocuparse libremente (había existido durante largo tiempo una inversión considerablemente alta en la construcción del canal, primero fue la administración española la que invirtió capitales y luego el gobierno recién formado). Con la Independencia, el estado que nacía fue quien tuvo que poner los recursos para terminar el trabajo. De esta forma una vez finalizada la obra O’Higgins dictó un reglamento especial para el Canal de Maipoxi, en el cual se hace mención a las multas por la ocupación ilegal de aguas. Desde 1820 a 1827 el control del Canal estuvo en manos del Gobierno, quién vendía, cedía o arrendaba sus aguas a los particularesxii. De esta forma el canal quedó casi concluido. El sueño del canal ya estaba casi por hacerse realidad, sin embargo, si bien la obra se había inaugurado, faltaban algunos detalles por solucionar lo que no fue impedimento para que el canal en corto tiempo se transformara en un factor decisivo que permitió aumentar la producción agrícola de Santiago por sobre la de las provincias. La sociedad del Canal del Maipo En 1825 el gobierno aún convaleciente por la guerra de independencia no contaba con los recursos para cubrir los gastos que generaba el canal. Según Domingo Eyzaguirre, hasta el año 1826, se llevaba gastado $ 276.000 y quedaban aún por hacer obras de importancia para asegurar el mantenimiento y funcionamiento del canal…-ante esta situación-se presentó Don Domingo Eyzaguirre solicitando se le entregara, o mejor dicho se le cediera todo el canal, obligándose en cambio a ejecutar numerosas obras de beneficencia como el Hospicio, la casa del Juez, escuela etc., que se hallaban pendientes por falta de fondosxiii Dos situaciones favorecieron la aprobación de la propuesta de Eyzaguirre. En primer lugar la falta de presupuesto para mantener el canal y en segundo lugar las intensas lluvias que afectaron la zona en 1827 las cuales hicieron colapsar la construcción inundando varios sectores de la ciudad. (Imagen 2) Imagen 2 Ante tal panorama y sin recursos para dar solución producto de los conflictos internos que vivía el país, el Gobierno decidió ceder sus derechos sobre el canal a los propietarios de acequias, es decir, a los dueños de los fundos que sacaban agua del canal para regar sus propiedades. De inmediato estos, guiados por el espíritu empresarial de Eyzaguirre, decidieron formar la Sociedad de Canalistas del Maipo. Esta sociedad recién fundada se dio rápidamente un estatuto que le aseguraba su control sobre el recurso. Se trata en realidad de un pacto de asociación que permite usar las aguas del canal sólo a los integrantes de la sociedadxiv. Establecidas las bases los socios en junta general acordaron todo lo conveniente a la reparación del canal, se impusieron contribuciones; i a una junta de directores encargaron la administraciónxv. Reparar el canal era algo dificultoso y bastante costoso. Eyzaguirre en su calidad de representante de la sociedad obtuvo del gobierno un empréstito de veinte mil pesos con cuya suma reparó los males causados por un aluvión y consolidó las obras del canal en 1829xvi. De ahí en adelante la Sociedad de Canalistas del Maipo comenzó a pensar nuevos trabajos para poder seguir expandiendo el negocio de la venta del agua. Evidentemente se necesitaba construir un sistema de riego que beneficiara a muchos propietarios. Se comenzaron a hacer entonces nuevas distribuciones y sesiones del vital elemento con lo cual la agricultura se vio estimulada. Con el correr del tiempo el Canal de San Carlos de Maipo fue ensanchado, se regularizó su corriente y se construyeron obras de seguridad. En 1832 se presentó un proyecto para construir nuevas obras y luego en 1835 se acordó dar principio a un nuevo canal que llevara agua hacia la zona de San Bernardo. En 1844 el canal estuvo terminado y fui bautizado como canal de Eyzaguirre. La extensa red de canales quedaba concluida marcando para siempre la fisonomía del territorio. De esta forma a lo largo del siglo XIX, alrededor de 90 hectáreas de la zona de Santiago quedaron regadas por una red de canales. Estos canales son la manifestación de la racionalidad económica y mercantil de la aristocrática de Santiago. A través de aquella red se logró aumentar los territorios agrícolas y se obtuvo de paso el control sobre las aguas del Maipo a través de la recién fundada Sociedad de Canalistas. En ese tiempo la economía de la zona central del país gira en torno a los productos agrícolas, de los cuales algunos se importaban y otras servían para abastecer el mercado interno. A través de la red de canales se logró dar vida económica a toda la zona del valle del Maipo con lo que todo el espacio quedaba dispuesto para el desarrollo de la agricultura lo que permitió que los hacendados aprovecharon la oportunidad para convertir sus campos en viñas. Finalmente la llegada de especialistas franceses mandados a buscar especialmente por los empresarios trae, hacia finales del siglo XIX la modernización del modelo de producción de vitivinícola, proceso que observamos en otro artículo. SOCIEDAD del Canal Maipo 170 años, Óp. Cit Comisión internacional de riego y drenaje. Historia del Riego en Chile. página 29 ii SOCIEDAD del Canal Maipo 170 años, óp. Cit Aurelio, Díaz Meza. El primer suicida del Canal San Carlos página 90. iii FERNÁNDEZ Campino, José. Relación del Obispado de Santiago. Santiago: Editorial Universitaria, Santiago, 1981, 1ª edición 1739, pp. 67-75. iv INFORME o noticia histórica sobre la apertura del canal del Maipo: formación y progresos de la sociedad. página 3 Santiago: Impr. del Correo, 1859, página 20. v VALENZUELA Solís de ovando, Carlos. La construcción en Chile, cuatro siglos de historia. en sociedad del Canal Maipo 170 años. página 51 vi VICUÑA Mackenna, Benjamín. Historia de Santiago, El Canal San Carlos, en Sociedad Canalistas del Maipo, página 35 vii COMISION internacional de riego y drenaje. Historia del Riego en Chile. En Sociedad del canal del Maipo página 27 viii VICUÑA Mackenna, Benjamín. Historia de Santiago, El Canal San Carlos, en Sociedad Canalistas del Maipo, página 39 ix HOMENAJE a Domingo Eyzaguirre. 9 de febrero de 1884, página 9 x SOCIEDAD del Canal Maipo 170 años, óp. Cit 54 xi SOCIEDAD del Canal Maipo 170 años, óp. Cit Maipo página 65 xii Ibíd. página 121 xiii Ibíd. página 122 xiv los que se negaban a formar parte del convenio perdían de inmediato sus derechos sobre el agua. xv INFORME o noticia histórica sobre la apertura del canal de Maipo, óp. Cit página 13. xvi Si el gobierno no contaba con dinero bueno vemos que los capitalistas se ganan las obras luego que el gobierno invierte. Los capitales no gastan son los estados los que gastan. i