Relato de experiencia in extenso original.

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Título: El vínculo como herramienta
Relato de experiencia. Inédito.
Área: vinculada a la clínica
Autoras:
Jaquelina Chiapello: licenciada en trabajo social
Natalia yasukawa: medica general y de familia
Lugar: Hospital Protomédico “Manuel Rodriguez·, ruta provincial nº 5, Recreo(3018),
provincia de Santa Fe, año 2013.
Tel –fax: 0342-4574921(22, 25,26)
Correo electrónico: direcció[email protected]
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“el desarrollo de las distintas ciencias delimitó sus campos específicos…sin
embargo, la complejidad de los fenómenos humanos hace necesaria su
complementariedad para el abordaje de muchas de sus problemáticas”
Edgardo Morín
Introducción
El eje de la atención en salud está dado por el binomio médico-paciente, aunque con
aserto, hoy se habla del trinomio médico-paciente-familia. Esta relación, antaño
basada en el modelo paternalista, se encuentra en pleno proceso de adaptación al
cambio de paradigma estatuido por la consagración, hoy legislativa, del principio de
la autonomía de la voluntad, que se refleja en términos normativos en el derecho a la
autodeterminación personal.
Intentaremos plasmar en nuestro relato la importancia de trabajar en interdisciplina
para intervenir en situaciones tan complejas como es la problemática de los
pacientes con trastornos de salud mental y la difícil tarea de encontrar un equilibrio
entre responsabilizarse y cuidar de la persona que se acerca con alguna necesidad
de atención y el respeto de su autonomía .
Objetivo general:
Reflexionar sobre nuestras prácticas de intervención cotidianas con los pacientes
con problemas de salud mental
Objetivos específicos:
Motivar la construcción del
herramienta útil de abordaje
vínculo equipo de salud- paciente - familia como
Afianzar la autonomía del paciente con problemas de salud mental y su familia en el
proyecto terapéutico
Propiciar el trabajo en equipo,
situaciones complejas
la interdisciplina y en red
para
responder a
Abordar las problemáticas de salud mental desde el primer nivel de atención
Contexto
El Hospital Protomédico “Manuel Rodriguez” es un hospital de segundo nivel de
atención, ubicado en la ciudad de Recreo, a 15 km de la ciudad de Santa Fe, está
ubicado en una zona rural de quintas, en cercanías de núcleos urbanos con una
importante población (Monte vera y Recreo)
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Carece de profesionales en la disciplina de salud mental por lo que ante situaciones
de esta índole debe referenciarse al hospital siquiátrico de referencia “Mira y López”
y/o coordinar con los equipos territoriales/matriciales de fortalecimiento y dirección
de salud mental.
En el hospital se encuentra inserta la residencia de medicina general donde realizan
su rotación por los servicios de internación y guardia general, donde solo se realizan
partos de emergencia, los trabajos de parto son derivados a la maternidad de
referencia del Hospital Iturraspe ubicado a 15 km (aproximadamente 15 min de viaje
en ambulancia)
Marco teórico
La salud y la enfermedad no son manifestaciones individuales y aisladas, sino que
ambas son parte de un proceso: proceso salud-enfermedad (P-S-E), el cual está
construido sobre una base social, cultural e histórica particular. No podemos hablar
entonces de que una persona o un grupo social está sano o enfermo, sino que
presenta un estado de salud adecuado o no adecuado para los parámetros que han
sido definidos social, cultural e históricamente.
Ese estado de salud se modifica en el tiempo según la magnitud de los
determinantes del proceso y la capacidad o la incapacidad de la respuesta social
para atenderlos.
Entender a la salud como derecho se refiere a que la persona tiene como condición
innata, el derecho a gozar de un medio ambiente adecuado para la preservación de
su salud, el acceso a una atención integral de salud, el respeto a su concepto del
proceso salud - enfermedad y a su cosmovisión. Este derecho es inalienable, y es
aplicable a todas las personas sin importar su condición social, económica, cultural o
racial.
Para que las personas puedan ejercer este derecho, se deben considerar los
principios de accesibilidad y equidad en un sistema de salud basado en la estrategia
de atención primaria de la salud. De acuerdo a la Declaración Universal de Derechos
Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
se reconoce la salud como derecho inalienable e inherente a todo ser humano. Esto
implica la obligación del Estado de respetar, proteger y garantizar el derecho a la
salud de todos sus ciudadanos, no sólo asegurando el acceso a la atención de
salud, sino también la atención adecuada. La Ley Nº 26.529 sancionada y
promulgada en el año 2009, establece una serie de derechos a favor de los
pacientes, que considera esenciales en su relación con los profesionales e
instituciones de salud.
Entre ellos queremos destacar el derecho a la autonomía y voluntad que implica el
derecho a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o
biológicos, con o sin expresión de causa, como así también a revocar
posteriormente su manifestación de voluntad. La ley otorga a niños, niñas y
adolescentes el derecho a intervenir en la toma de decisión sobre terapias o
procedimientos médicos o biológicos que involucren su vida o salud.
Los pacientes con trastornos de salud mental, también gozan del derecho a la
autonomía y voluntad. El término “trastorno de salud mental” se prefiere al de
“enfermedad mental”, por la mayoría de los documentos clínicos internacionales
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(OMS1992, DSM IV). El CIE 10 señala que el término “trastorno” se usa para
implicar la existencia de un conjunto de síntomas y conductas clínicamente
reconocibles, asociado en la mayoría de los casos con el malestar y con la
interferencia con el funcionamiento personal.
En 1996, la OMS desarrolló los Diez Principios Básicos sobre Legislación de
Atención en Salud Mental como guía para asistir a los países en el desarrollo de
leyes de salud mental.
Diez Principios Básicos de la Legislación de Atención en Salud Mental
1. Promoción de la salud mental y prevención de los trastornos mentales
2. Acceso a atención básica en salud mental
3. Evaluación de salud mental de conformidad con principios aceptados
internacionalmente
4. Preferencia por el tipo menos restrictivo de atención en salud mental
5. Autodeterminación
6. Derecho a ser asistido en el ejercicio de la autodeterminación
7. Existencia de procedimientos de revisión
8. Mecanismo de revisión periódica automático
9. Cualificación del personal que toma decisiones
10. Respeto de los derechos y de la legalidad
La argentina cuenta, desde diciembre del 2010, con una herramienta en materia de
salud y derechos humanos: la nueva “ley nacional de salud mental nº 26.657”.
La ley fue reconocida por la organización panamericana de la salud y la organización
mundial de la salud (OPS/OMS), cuyo asesoramiento fue fundamental. La misma
brinda un marco para que las políticas en la materia, en todo el territorio de la
nación, se desarrollen cumpliendo todos los compromisos que han suscripto en
materia de derechos humanos y estándares internacionalmente establecidos. De
cumplimiento obligatorio en todo el país, asegura el derecho de todos los que
habitan el suelo argentino a la protección de su salud mental, y establece
puntualmente los derechos de las personas con padecimientos mentales en relación
al sistema de salud, tanto en el sector público como privado.
A través de sus 46 artículos se garantizan, entre otros, los siguientes derechos de
las personas con padecimiento mental:
Derecho a la intimidad
Derecho a vivir en comunidad
Derecho a la atención sanitaria adecuada
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Derecho a mantener los vínculos familiares y afectivos
Derecho a la no-discriminación
Derecho a la información sobre su estado de salud
Derecho a la autonomía personal
Uno de los puntos centrales de la ley es la prohibición de crear nuevos manicomios,
tanto públicos como privados, y adaptar los actuales hasta su sustitución definitiva
por dispositivos de inclusión social, atención con internaciones breves en hospitales
generales, equipos interdisciplinarios en los centros barriales, cooperativas de
trabajo, casas de centros de día, acompañamiento terapéutico, en fin, distintas
alternativas de atención que no alejen a la persona de su núcleo social ni restrinjan
innecesariamente su autonomía personal. Para los casos extremos en que es
necesario intentar por situaciones de riesgo cierto inminente, se establece un
sistema de distintos controles y garantías de procedimientos que buscan que estas
situaciones sean excepcionales y no se prolonguen en el tiempo.
La terapéutica es una parte esencial de la clínica que estudia y pone en práctica los
medios adecuados para curar, rehabilitar, aliviar el sufrimiento, y prevenir posibles
daños en personas vulnerables o enfermas. La construcción de vinculo es un
recurso terapéutico, uno de los medios adecuados para la práctica de una clínica
con calidad es el fortalecimiento de vínculos entre paciente, familias, y comunidad
con el equipo y con algunos profesionales específicos que le sirvan de referencia. La
construcción del vínculo depende de que se movilicen tanto los usuarios como el
equipo. Del lado del paciente, el vínculo solo se construirá cuando este crea que el
equipo puede contribuir, de algún modo, en la defensa de su salud. Del lado de los
profesionales, la base del vínculo es el compromiso con la salud de aquellos que los
buscan o son por ellos buscados. El vínculo comienza cuando estos dos
movimientos se encuentran: unos demandando ayuda y otros encargándose de
estos pedidos de socorro. La construcción del vínculo depende por lo tanto, del
modo en que los equipos se responsabilizan por la salud del conjunto de personas
que viven en una microrregión, como así también de cómo se encargan de cada
caso, que necesite de una atención singular.
Un concepto útil para entender los diferentes tipos de vinculo que contraemos a lo
largo de la vida es el de “transferencia”. Es un concepto del sicoanálisis, pero se
puede adaptar al trabajo clínico en general. Cuando nos vinculamos con alguien o
con alguna institución (equipo, centro de salud) acostumbramos transferir afectos
hacia esas personas o instituciones. Los afectos son sentimientos imaginarios y
pueden ser positivos o negativos, cuando son positivos nos sirven de apoyo para
realizar una travesía complicada. En este sentido, el papel del profesional de salud
es actuar sobre el otro que se coloca bajo nuestro cuidado, pero también es el de
ayudar a los otros a que se ayuden. Estimular la capacidad de las personas para
enfrentar los problemas a partir de sus condiciones concretas de vida.
La construcción conceptual común del problema, que implica un abordaje
interdisciplinario, supone un arco de representaciones común entre disciplinas. La
lógica del trabajo interdisciplinario permite articular herramientas de diferentes
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saberes y disciplinas (arte, medicina, psicoanálisis, social, etc). Para ello se torna
imprescindible interrogar los conceptos establecidos, abrir a las preguntas y dar
lugar a la creación, tanto teórica como clínica. Se consolida en los acuerdos básicos
ideológicos entre los miembros del equipo y funciona como un marco referencial
común que permiten plantear el problema y desplegar las acciones necesarias para
transformar. (Tanto Rolando García como Alicia Stolkiner señalan la importancia de
cierta concepción común más allá de las diferencias) Para que pueda funcionar
como tal, un equipo interdisciplinario requiere la inclusión programada, dentro de las
actividades, de los dispositivos necesarios. El tiempo dedicado a estos, sean
reuniones de discusión de casos, ateneos compartidos, reuniones de elaboración de
historia clínica única, etc.; debe ser reconocido como parte del tiempo de trabajo.
“en lo individual, la participación en un equipo de esta índole implica numerosas
renuncias, la primera es la renuncia a considerar que el saber de la propia disciplina
es insuficiente para dar cuenta al problema. Reconocer su incompletud.”(A.Stolkiner)
Metodología de trabajo: se realizaron entrevistas en consultorio, entrevistas a
familiares, vecinos de la comunidad , visitas domiciliarias y reuniones de equipo e
interinstitucional.
.
Presentación del caso y nuestras intervenciones
La joven a la que denominaremos Ana tenía al momento de la intervención 30 años.
Se encontraba viviendo con su pareja, en un motel que alquila habitaciones en la
zona, a 2Km del hospital protomédico.
Como conocemos a Ana
En octubre del 2011, se acerca al servicio social el dueño del motel y nos manifiesta
su preocupación porque una inquilina que él considera que “no es normal”, se
encuentra embarazada y como él no quería tener ningún tipo de problema, nos pide
intervengamos en esta situación.
Desde el servicio social se realiza una visita al domicilio, pero no se encuentra a
nadie en el mismo.
A los pocos días, se presenta en el servicio social una mujer que a la simple
observación se encontraba con un embarazo avanzado, acompañada de su pareja,
solicitando un certificado médico que le había pedido un oficial de policía. Aclara
que solo quiere un certificado médico y nada más.
Ese día la entrevista gira en conocer sus datos: nombre y apellido, lugar de
residencia. Refiere no tener familiares, que están todos muertos.
“Ana manifiesta que su embarazo es múltiple, que ella cree que por lo menos son
siete, su pareja le dice que esto es imposible porque serían muy chiquitos”.
Desde servicio social se convoca a una de las médica generalista del hospital y le
presentan a la paciente.
Para realizar el certificado, la médica invita a Ana a realizar un examen clínico, al
que la misma accede con la condición que su pareja la acompañe, repite que ella
era “naturista y que siempre fue sana”. Se detecta por examen clínico un embarazo
de 29 semanas, luego se le otorga el certificado, motivo por el cual concurrió. Se
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solicitan exámenes de laboratorio y se acuerda una nueva entrevista con los
resultados. Se niega a realizarse una ecografía en este primer contacto, el cual se
respeta por su condición “naturista”.
Estrategias para conocer a Ana y poder trabajar con el cuidado de
embarazo y maternidad.
su
Las intervenciones que en este momento se realizan tienen como objetivo generar
un vínculo de confianza con Ana y su pareja que nos permitan ir trabajando.
Comenzamos a buscar a su familia, de manera de conocerla en su proceso de vida
e ir construyendo su historia personal y de “enfermedad”.
En esta búsqueda encontramos datos de su madre con quien nos logrammos
comunicar y citamos para una entrevista. La Sra. nos manifiesta que hace 2 años
que están buscando a Ana, por lo que se pone muy contenta al saber de ella.
La Sra. nos cuenta que Ana luego de la muerte de su padre, comienza con
conductas extrañas, ella las llama “crisis”, se encerraba en el baño, hablaba idiomas
extraños, veía bichos y al padre muerto, por épocas se aferraba a la religión y a la
Biblia, miraba televisión toda la noche, se reía compulsivamente, en ocasiones
tomaba cerveza y fumaba. Relata que en el 2008, Ana se aloja en una pensión, esto
se sostuvo durante aproximadamente un año, cuando desaparece de la misma y
pierden contacto con ella.
Con respecto a tratamientos, relata que han intentado con un psiquiatra, quien le
manifiesta delante de Ana que “su hija estaba loca” y luego con una medida judicial.
Intervenciones que generaron un malestar sin obtener un resultado o posibilidad de
iniciar o sostener un tratamiento.
Tomar contacto con la familia y realizar entrevistas con ellos, nos permite poner en
contexto a Ana, conocerla a partir de los hechos relatados por sus familiares.
Conocerla y comprenderla de manera integral y en la dinámica de su proceso de
vida.
Trabajando juntos
Solicitamos intervención del equipo de fortalecimiento de salud mental, planteamos
la situación, pensamos juntos estrategias con respecto al tratamiento, nos resultaba
difícil pensar como instalar un tratamiento ya que Ana se negaba a recibir cualquier
tipo de medicación por su condición “naturista”.
se evalúan como muy positivos los avances en cuanto a la reconstrucción de la
historia de Ana y el vínculo de confianza con ella y su pareja. Se reflexiona y se
entiende que esta es una situación muy compleja.
Nos reunimos con el equipo médico de la maternidad, donde derivamos los partos.
Planteamos la situación de Ana para que la conozcan y no sea una desconocida
para ellos al momento del parto. Ellos insisten en realizar una ecografía para
determinar la edad gestacional en forma fehaciente y nos preguntamos cuál sería la
mejor manera de finalizar el parto, normal o cesárea. ¿Nos correspondía a nosotros
decidir?
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“El control”, sin invadir
Trabajamos con el objetivo de acompañar a Ana y su pareja. Tratando de pensar
principalmente en ella como persona con derecho a decidir y elegir. Consensuando
cada intervención a realizarse.
En consultorio la médica general explica a Ana la importancia de escuchar los
latidos, medir la panza, pesarse, ella solo accede a escuchar los latidos con el
Pinard. Se propone nuevamente realizar la ecografía con el motivo de saber bien la
fecha probable del parto, pero nuevamente refiere que “eso no es natural”
Con el consentimiento de Ana se realiza consultorio conjunto con el psiquiatra de
fortalecimiento, quien se limita a escuchar y a ayudarnos a evaluar y realizar
intervenciones posteriores.
Ana nos plantea que ella “se equivocó con las fechas, que su embarazo recién
comienza, ahora tiene dos fechas.”
Luego de hablar con su pareja accede a realizarse la ecografía, la realizamos en el
hospital Iturraspe.
Nuestros objetivos: conocer la edad gestacional y establecer un primer contacto con
los profesionales de la maternidad.
Edad gestacional: 37 semanas.
Aparece lo que en ese momento entendimos como un contacto de Ana con la
realidad, manifiesta tener miedo al parto. Aprovechamos a trabajar con ellos los
signos y síntomas del trabajo de parto, siempre dejando en claro que puede acudir a
nosotros.
Se acerca el parto
Una de las preocupaciones que se nos plantea como equipo es como Ana iba a
reaccionar ante el dolor cuando comience su trabajo de parto, que iba a hacer,
recurriría a nosotros, se nos planteaban infinidad de escenarios posibles.
Como Ana no concurre al control pautado de las 38 semanas nos comunicamos
telefónicamente con su pareja y nos dice que, está muy inquieta, que entra y sale
del baño cada cinco minutos, “creo que esta con dolores”.
Concurrimos al domicilio, Ana se encontraba en trabajo de parto, sin embargo ella
sostiene que tiene “diarrea y gases”. Luego de mucho insistir, logramos convencerla
y trasladarla a la guardia de nuestro hospital y desde allí a la maternidad.
La médica general y el médico siquiatra acompañan a Ana en todo su trabajo de
parto. Ana decía que era un “gas” que ya se le iba a pasar, negaba la situación de
parto. Cuando ya tenía 9 cm de dilatación Ana pide la cesárea “porque tenía sellado
allá abajo y no iba a salir” y así finalmente a las 16: 45 nace su bebe de 3800kg, se
relaciona muy bien con el niño, demuestra cariño y apego, lo prende a la teta.
Nuestro objetivo : acompañar a Ana y hacernos presentes con el equipo de la
maternidad.
Los días siguientes en la maternidad
Como equipo de referencia, nos organizamos para estar presentes en la maternidad
todos los días de manera de acompañar a Ana en esta nueva situación para ella.
Se hacen presentes también la madre de ana y su hermana, pero no les permite
quedarse.
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Al día siguiente del nacimiento, la neonatóloga del servicio y el personal de
enfermería nos plantean actitudes que la preocupaban:” no deja que nadie lo toque
al bebe”, “no lo pone en la cuna, lo va a aplastar”, “lo prende a la teta todo el
tiempo”,” le dio agua y gelatina”, “no dejó que le curen el ombligo”, “lo tapa por
completo o lo desnuda”, “solo accedió a bañarse entrando la cuna al baño”. Ponen
mucho énfasis en estas situaciones.
El psiquiatra de fortalecimiento sugiere estar todos más atentos. Avisar a la guardia
de salud mental para el fin de semana. Respecto a la medicación no considera que
este sea el momento, se necesita tiempo para trabajar con ella.
La situación en la maternidad se complica. La estrategia pensada no da los
resultados esperados.
Nos reunimos todos los equipos que intervenimos en el caso, analizamos la
necesidad de comenzar el tratamiento farmacológico. Para esto decidimos decir a
Ana que debía permanecer unos días más en la internación y que el bebe tenía que
ir a la neonatología. De esta manera se suspendería la lactancia y comenzaríamos
con medicación psiquiátrica. Esto genera cierto nerviosismo en Ana y como
consecuencia un malestar institucional.
Ana no entiende porque su bebe debe estar internado y porque no puede darle el
pecho, se enoja y discute con el personal, piden Interconsulta con la psiquiatra del
hospital quien no conocía el caso, esto sumó malestar en Ana.
La situación en la maternidad se tornó cada vez más complicada y difícil de sostener
por lo que el jefe de la misma pide intervención a la guardia de salud mental de
dicho nosocomio y Ana es trasladada al hospital Mira y López.
El bebe queda en neonatología.
Esta intervención causo malestar no solo en Ana sino también en su pareja y nos
dejó un sabor amargo.
Como equipo referente nos dirigimos al hospital siquiátrico, conversamos con la
médica siquiatra y explicamos la situación.
La internación en el hospital psiquiátrico fue por un corto periodo (2 días) y fue dada
de alta bajo la responsabilidad de su pareja para asegurar el tratamieto.
Ana vuelve a su lugar
Al alta del hospital trabajamos con el equipo de salud del centro de salud cercano al
motel para que pudieran continuar el seguimiento de Ana y ahora también el niño.
Se logra establecer un vínculo con el equipo y restablecer sus lazos familiares,
finalmente Ana acepta el acercamiento de su familia.
Nuestros objetivos aquí eran fortalecer el vínculo con el centro de salud del primer
nivel de atención y trabajar con su pareja y familia como recursos que aseguren la
continuidad del tratamiento de Ana y el control de salud del niño .
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Análisis / reflexión de los autores
Hoy para nosotros, los autores, es indiscutible e impensable abordar este tipo de
situaciones solos, pensar, analizar, reflexionar y acordar entre todos diagnósticos y
la construcción de los problemas de salud y estrategias de intervención le da al
equipo seguridad, confianza ante la complejidad. El equipo es el sostén de las
decisiones tomadas que pueden o no dar los resultados esperados.
Consideramos de suma importancia acompañar por parte del equipo de referencia al
paciente que por su singularidad lo necesite, en todas la etapas que transcurre en
su proceso de atención, como así también a los equipos que toman transitoriamente
estas situaciones complejas permitiendo intervenciones más integrales y aunque no
se garantice el éxito si se asegura disminuir errores por el desconocimiento o la falta
de una estrategia planificada.
Una de las cuestiones que nos atravesaba al momento de la intervención, era la
necesidad de instalar tratamiento psiquiátrico a Ana, esto considerado como “lo que
debemos hacer” (diagnostico=tratamiento), ahora,
nos preguntamos si el
tratamiento tranquiliza, a la paciente con problemas de salud mental o al equipo.
Las conductas de Ana con respecto a la crianza del niño eran de alto riesgo como
para apresurar un tratamiento o solo una construcción social cultural diferente.
Podemos reflexionar también sobre el complejo proceso de conciencia de
enfermedad y adhesión al tratamiento principalmente como un proceso complejo y
dinámico donde el rol del equipo es acompañar, brindar elementos, trabajar esto con
el paciente-familia pero nunca imponer o decidir por otros. Ninguno de nosotros
pone en duda que Ana necesita realizar un tratamiento apropiado para su patología,
esto le permitirá mejorar su calidad de vida en todos sus aspectos, el equipo debe
acompañar e ir agotando estrategias, tratando de evitar acciones autoritarias o
compulsivas (última instancia)
Durante la intervención, surgían interrogantes con respecto a si la familia de Ana,
comprendía la problemática, si tomaba dimensión de la misma o si la naturalizaba.
Nos preguntábamos porque durante tantos años no habían podido mejorar la salud
de Ana. Creemos que esta familia hizo durante muchos años y hace actualmente lo
que puede, lo que Ana los deja hacer, y lo que el sistema les ofreció como recurso
terapéutico. Hoy vemos que la complejidad de Ana ponía los límites a lo posible.
Consideramos muy importante la presencia de la ley nacional de salud mental como
marcadora del rumbo de las intervenciones, pero en la práctica cotidiana vemos la
necesidad de políticas que aseguren la ejecución o cumplimiento de la norma, de la
mano de la capacitación de todo el recurso humano y acompañamiento de los
profesionales que no acostumbran en su práctica a recibir o alojar estas situaciones.
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Conclusión
Nuestra misión como profesionales de la salud es la de acompañar en el proceso de
salud-enfermedad-atención-cuidado, entendiendo este proceso como tal, dinámico y
pasible de ser modificado o transformado, reconociendo que no podemos intervenir
sin conocer y comprender los derechos del paciente especialmente el paciente con
problemas de salud mental, jerarquizando el de su autonomía y voluntad. Ya no se
debe discutir el poder del paciente, en términos de derechos, reconocidos
mundialmente por diferentes tratados, principios, leyes nacionales e internacionales.
Creemos que las transformaciones de las prácticas diarias no se dan solo por la
presencia de la “norma” hace falta voluntades: de las personas que trabajamos, y
de políticas de estado, el compromiso del mismo con estas que aseguren la puesta
en práctica de los ideales de la ley.
Trabajar en equipo y en la interdisciplina sigue siendo un desafío en la práctica
diaria, en la medida de una intencionalidad de trabajo conjunto y un reconocimiento
de nuestras limitaciones, podremos establecer una articulación de trabajo con otros
profesionales de la salud
Propuestas
Trabajar en un proyecto terapéutico compartido
Apostar al trabajo en equipo
Promocionar el abordaje del paciente con problemas de salud mental en el lugar
donde vive para lograr la inclusión social
Establecer contacto con los profesionales de los diferentes niveles de atención para
el abordaje integral de los pacientes
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Bibliografía
-Manual de recursos de la organización mundial de salud (OMS) sobre salud mental,
derechos humanos y legislación; OMS 2006.
-Ejes y bases de la ley nacional de salud mental nº 26.657, ministerio de salud de la
nación.
-Reflexiones sobre la clínica en equipos de salud de la familia, de Sousa Campos,
Gastäo Wagner
A. Stolkiner, la interdisciplina: entre la epistemología y las prácticas.
Gloria López, Carlos Laje, la interdisciplina como práctica en salud.
Fridman, enfoque filosófico-histórico de la interdisciplina en las ciencias de la salud
.
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