25-c.qxd 7/31/00 18:59 Página 1 Espectáculos La Plata, martes 1º de agosto de 2000 LA POLEMICA POR 25 RELATO DE UN NAUFRAGO Un náufrago aferrado a la última tabla A 45 años de la aparición del relato, Velasco le pide perdón a García Márquez. Hace años que sostienen un litigio a causa de las regalías. El ex marino alega que las merece El ex marinero colombiano Luis Alejandro Velasco, quien padece un cáncer terminal y fue, en 1955, protagonista de Relato de un náufrago, uno de los más conocidos reportajes de Gabriel García Márquez, le pidió públicas excusas al escritor “por haberlo perjudicado en su imagen”. El párrafo que encabeza el libro, “...Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad y luego aborrecido por el Gobierno y olvidado para siempre...”, es casi verdad, salvo por el olvido. Así fue referido en una entrevista con Velasco en el diario bogotano El Espectador, el mismo matutino en el que en abril de 1955 comenzó a publicarse el relato escrito entonces por quien años después, en 1982, recibió el Premio Nobel de Literatura. Luis Alejandro Velasco, el náufrago, “lleva más de diez meses postrado en una cama, donde los recuerdos le mecen un arrepentimiento marino”, dice el periódico. El relato, como se publicó entonces en el diario, se llamó La verdad sobre mi aventura y era la narración del protagonista contada a García Márquez, entonces reportero de El Espectador y quien en 1970 decidió editar un libro con los relatos. García Márquez cedió a Velasco los derechos de autor del libro, pero después Velasco exigió también los de las traducciones. Para Velasco esos derechos representaron durante trece años un ingreso promedio anual de 2.000 dólares. Tras pedir los derechos de las traducciones, en cartas fechadas desde 1983, Velasco resolvió demandar a García Márquez, pero el escritor ganó el pleito y Velasco se quedó sin los derechos que le habían sido cedidos en principio. “Quiero dejar muy claro: estoy arrepentido. Le pido perdón a Gabo porque considero que perjudiqué su imagen. Fue por eso que me quitó los derechos”, declaró el ex marinero. “Espero que sea el momento para que las regalías que tú has cobrado por tantos años me ayuden en los gastos que no sufragan la sanidad de las Fuerzas Militares de Colombia”, dice el hombre que perteneció a la Armada Nacional. “Considero que yo merezco algo de esas regalías, en el momento más crítico de mi vida”, agregó siempre Velasco en muchas cartas que le ha en- viado a García Márquez. Velasco sobrevivió al naufragio del ARC Caldas, una embarcación de la Armada de Colombia la noche del 28 de febrero de 1955. Hoy, a 45 años del hecho, recuerda cómo alcanzó una playa diez días después: “Hace cinco años reescribí el relato de mi propia historia. Creo que en el texto final de García Márquez se quedaron cosas por fuera. Así que decidí ponerlas sobre papel”, reveló. Por ejemplo, indicó, “nunca aceptaré la palabra contrabando que se usó, ni tampoco el recorte de la historia que se debió, según dijeron en esa época, a una exigencia del Gobierno”. Velasco quiere hablar con Gabo, “que nos perdonemos”, dice, “que olvidemos ese pleito que se armó en 1983 a causa de las regalías, que yo creo que tengo derecho en las traducciones, y que me ayude, que me colabore en este trance final”, señaló en El Espectador desde su lecho. Por ese pleito, el náufrago siente hoy vergüenza. “Nunca debí meterme a eso. Quiero que me perdone por haberle hecho daño a su imagen pública, y quiero perdonarlo por no haber pensado en estos años que yo existía”, finalizó el ahora moribundo protagonista de Relato de un náufrago. Relator. El Gabo publicó en El espectador la odisea del marino Juan Filloy: fiel testigo de tres siglos Recordatorio. Juan Filloy, quien hoy hubiera cumplido 106 Por pocos días no cumplió 106 años. El 1º de agosto de 1894 nació en Córdoba, don Juan Filloy -“se pronuncia Fiyoy y no Filoy, porque es gallego y no irlandés”, aclaraba-. Fue autor de más de cincuenta novelas, cerca de novecientos sonetos y recordman mundial de palindromía -escritos que pueden leerse de izquierda a derecha o viceversa-. “En ninguna lengua ni en ningún lugar existe alguien que haya escrito tantos palíndromos como yo”. Este singularísimo y casi desconocido escritor argentino, que supo mantener correspondencia con intelectuales de la talla de Sigmund Freud y James Joyce, y que, según el gran pensa- CENTRO DE BELLEZA, BIENESTAR Y SALUD Un SPA al alcance de todos, con la mejor tecnología, personal altamente capacitado y aval médico, le brinda los mejores servicios Estética Corporal Médico Clínico Gimnasia Solarium Mineralograma (análisis de pelo) Celulitis Baños parafina Horario: Lunes a Sábado de 10 a 20 hs. Cantilo Nº 260 e/ 6 y 7 - City Bell Tel/Fax 472-2714 dor y crítico Aníbal Ponce “abrió una perspectiva nueva en la literatura nacional”, tuvo la característica de haber utilizado siempre siete letras para titular cada uno de sus libros. Su fidelidad al número siete no se agota en esa peculiaridad. Luego de escribir su séptima obra pareció que haría punto final a su producción bibliográfica. Afortunadamente no fue así, luego de una pausa de treinta años siguió publicando su vasta y variada obra. De joven fue dibujante caricaturista, además de uno de los fundadores del club Talleres, el Golf Club de Río Cuarto y el Museo de Bellas Artes de Río Cuarto. Fue Fiscal e integrante de la Cámara de Apelaciones de Córdoba. Su fobia antiporteña le valió la más feroz indiferencia de las capillas literarias con asiento en Buenos Aires, pero no le impidió obtener importantes reconocimientos en el exterior: Orden al Mérito de la República (Italia, 1986) y Caballero de la Orden de las Artes y las Letras (Francia, 1990). Hasta casi los 106 años siguió escribiendo, metódica y gozosamente cada día de su vida. “Aunque sea una sola línea, pero ni un solo día sin escribir. Escribir es para mí un vici impuni”, dijo. Por Sergio Marelli