Fui el único que entendió que el Muro de Berlín

Anuncio
4
LATERCERA Domingo 9 de noviembre de 2014
Temas de hoy
25 años de la caída del Muro de Berlín
CAIDA DEL MURO
BERLIN
25 AÑOS
Gorbachov advierte de nueva Guerra Fría
“El mundo está en el umbral de una nueva Guerra Fría”, afirmó
ayer Mijail Gorbachov, el último líder de la URSS, presente en
Berlín por el 25° aniversario de la caída del Muro.
Riccardo Ehrman,
Ex corresponsal de la agencia Ansa en la RDA:
“Fui el único que
entendió que el Muro
de Berlín había caído”
R Con su pregunta, el periodista
R Un miembro del Politburó le
gatilló la caída del Muro el 9
de noviembre de 1989.
confirmó el libre paso de los
ciudadanos del este al oeste.
Cristina Cifuentes
Riccardo Ehrman, es conocido
como el periodista que “derribó el
Muro de Berlín con una pregunta”.
Porque el 9 de noviembre de 1989,
el entonces corresponsal de la
agencia italiana Ansa en la RDA,
puso en aprietos a Gunter Schabowski, un alto miembro del Politburó, quien le confirmó la autorización para que los ciudadanos alemanes del Este pudieran
viajar con más facilidad al Oeste.
Actualmente está jubilado y vive
en Madrid. En conversación con
La Tercera entrega detalles sobre
ese histórico día.
¿Comó fue el momento en que
Schabowski anunció en la conferencia de prensa que se autorizaba el paso hacia el oeste sin necesidad de documentos?
Todas las conferencias de prensa
de la RDA eran muy aburridas
porque en realidad eran una propaganda para el régimen. Esta vez
no fue así. Sí, creo que fui el único que realmente entendió en ese
momento lo que ocurría. Tal como
en el libro 1984 de George Orwell,
los comunistas hablan un lenguaje un poco diferente del normal,
por eso los colegas no se dieron
cuenta de lo que estaba pasando.
Yo me di cuenta, porque llevaba
viviendo en la Alemania del Este
10 años, entonces conocía el lenguaje. Me di cuenta que estaba
pasando algo extraordinario. Después de su anuncio que era que los
ciudadanos de la Alemania oriental podían viajar por donde querían sin necesidad de pasaporte y
visado; yo pregunté si era válido
para Berlín Oeste y desde cuando
iba a regir. Respecto de la primera pregunta dijo que era válida
para Berlín Oeste y respecto a la
fecha dijo: “acá no está escrito,
pero yo creo que desde este momento”. Eso fue para mí como un
rayo, la señal de que había caído
el Muro de Berlín.
¿Cree usted que el oficial del Politburó Schabowski estaba confundido y no dimensionó lo que
ocurriría?
No estaba confundido. La esposa de
Schabowski es rusa y ellos se habían conocido en Moscú. Además
ella (Irina Schabowski) había sido
secretaria del Comité Central del
Partido Comunista soviético. Creo
que también fue secretaria del joven (Mijail) Gorbachov. Por eso
existía una conexión entre los
Schabowski y Gorbachov.
¿Qué hizo después de dar a conocer la noticia?
Fui al punto fronterizo más cercano al centro de prensa, que era la
estación del ferrocarril de la avenida Friedrichstrasse. Yo no sabía
que la conferencia de prensa había sido transmitida en directo
por la televisión. Por lo tanto, allí
había miles de personas que la
habían visto y esperaban ir al oeste. Lo que ocurrió fue que una de
las personas en una fila me reconoció y dijo: “es él, es él, el de la
pregunta”. Varios de ellos se me
acercaron, me tomaron en brazos,
como un triunfo. No creo que eso
le pase muy frecuentemente a un
periodista.
¿Tras conocer el anuncio, qué tan
complicado fue para la gente cruzar hacia el oeste?
Lo que pasó fue que Schabowski se
había equivocado, porque lo que
parece hoy es que la medida tendría que haber sido válida desde las
cuatro de la mañana del día siguiente, pero él se equivocó y dijo:
“Desde este momento”, entonces
los policías tenían órdenes y dejaron todo cerrado. Y le decían a la
RR Arriba, guardias parados sobre la puerta de Brandenburgo el
11 de noviembre de 1989, vigilan a berlineses reunidos en la parte
oriental y abajo, la ciudad este año. FOTO. AFP
gente: “Nosotros no sabemos nada,
tienen que esperar”. Miles de personas se quedaron esperando hasta que más tarde llegó, finalmente, la orden y pudieron pasar a
Occidente.
¿Mostraban algún pasaporte?
En ese momento, los dejaban pasar sin mostrar documentos. Un
espectáculo diferente fue que la
policía de la frontera que, normalmente, era gente con caras muy
duras, muy severas, estaban to-
dos sonriendo, contentos, no sabían que lo que estaba pasando
era el final de la República Democrática Alemana.
¿Cómo era el ambiente?
Era de alegría, ya que por 40 años
los alemanes del este sólo podían
viajar a los países hermanos, pero
con pasaporte y visado. El hecho
de que pudieran ir a donde quisieran, sin pasaporte ni visado, era un
motivo de gran alegría. Estaban
locos de alegría.b
Roland Pietsch,
Historiador de la U. de Nueva York sede Berlín:
“Nunca lo cuestioné, estábamos sumidos en la Guerra Fría”
C. Cifuentes
El doctor en historia de la Universidad Nueva York, sede
Berlín, tenía 18 años la noche
del 9 de noviembre de 1989.
Vivía con sus padres en Berlín
Occidental y cursaba el último
año del colegio. Pese a que su
madre provenía del este y había alcanzado a cruzar antes de
la construcción del Muro en
1961, cuando se dio a conocer
la conferencia de prensa de
Gunter Schabowski, la noticia fue tomada con calma. En
conversación con La Tercera
cuenta su experiencia.
¿Cómo se tomó la gente en el
oeste la noticia de que se permitiría el paso de ciudadanos
del este al oeste?
En esos años no había internet
ni teléfonos celulares, pero
podríamos decir que estábamos preparados, porque en
los días previos habían dicho
que se relajarían las restricciones de viaje. Entonces, pensaban que podría haber un cambio. Pese a ello, muchas personas se lo tomaron con calma y
estaban sorprendidos, a la mañana siguiente, que tantas
personas hubiesen cruzado la
frontera. Personalmente, le
pedimos al director que nos
diera permiso para ir a la puerta de Brandenburgo y le dijimos que sería histórico. Eso sí,
creo que la mayoría de mis
compañeros aprovechó y se
RR Roland Pietsch mira su cámara de fotos arriba del
Muro y de fondo la Puerta de Branderburgo.
fue a su casa. Sólo unos pocos
fuimos.
¿Cómo era el ambiente?
La puerta de Brandenburgo
se transformó en el centro,
porque allí uno se podía parar
sobre el Muro. La noche antes,
hacer eso era impensado, porque tiraban agua para que se
bajaran. Cuando llegamos la
gente estaba haciendo una
fiesta. Pero el lado este había
sido bloqueado, nadie llegó de
ese lado. Los guardias fronterizos habían sido restablecidos. Se transformó en el símbolo, pero sólo del lado oeste.
¿La gente se dio cuenta de lo
histórico que fue ese día?
Creo que se dio cuenta pero, al
mismo tiempo, tu vida conti-
núa. También en esa época
como que estábamos acostumbrados a noticias históricas. Porque cada día pasaba
algo histórico en Europa del
Este y esto era la culminación
de eso. Era evidente el clímax.
Usted nació con el Muro.
¿Cuestionó su existencia?
Nunca cuestioné la existencia
del Muro. Estábamos tan sumidos en la Guerra Fría. Uno
cuestionaba el régimen del
Apartheid, cosas así. No el
Muro. Creo que en retrospectiva, cuando uno mira a occidentales destruyéndolo, es
una provocación. Sólo cuando
vimos a la gente del este en las
calles, vimos que había una
justificación para destruirlo.b
Descargar