Enfermedades óseas y sistema nervioso

Anuncio
Dic'embre de 1947
ANALES DE MEDICINA Y CIRUGlA
395
~,ió\l1
actúa por la acci6n de la secreci6n hepática (35 cm. de agua) en un momento de relajaci6n del esfínter oddiano. Esta fuerza no puede forzar a través de
Jas vías biliares, un cálculo de tamaño desproporcionado y sería, por tanto, ilusoria su ut;lizaei6n en tal sentido. Pero ilusorio es asimismo el temor a posibles
perforaciones, rupturas o accidentes como consecuencia de esta cura. Los que
así opinan desconocen el verdadero alcance de la cura, olvidando que unas vías
biliares que puedan perforarse bajo el peso de una columna de agua de 35 cm.,
forzosamente deberían estar tan enfermas que el mismo accidente hubiera ocurrid) expontáneamente a no lardar.
En los numerosos casos en que el autor ha utilizado esta cura, nunca ha presenciado ningún accidente que pudiera serIe atribuído. Al contrario, ha visto que
los cálculos que expontáneamente eran expulsados con fuertes dolores y trastor110S, salían después de ella sin la menor molestia, traduciendo la existencia du,rante aquélla de unas facilidades de expulsi6n que no existen en condiciones
normales.
Enfermedades óseas y sistema nervioso
Dr. 1. DE GISPERT CRUZ
(Sesi6n celebrada el 17-XI-45)
Son numerosas las afecciones 6seas que pueden dar lugar a manifestaciones
neuro16gic.as a veces tan marcadas que el proceso 6seo incluso puede pasar fácilmente desápercibido. Se exponen algunos casos prácticos a veces de. difícil diagnóstico. También existen a la inversa enfermedades del sistema nervioso central
o periférico que pueden producir alteraciones 6seas o articulares de los 6rdenes
más diversos. S6lo se tratan brevemente entre las primeras las afecciones craneales y vertebrales. Entre éstas, aquellas formas de espondilitis tubercnlosa que fácihnente puedan confundirse con los tumores intrarraquídeos si no se aprecian
lesiones claras por la radiografía. El mecanismo compresivo medular se origina
casi siempre, por un absceso intrarraquídeo siendo menos frecuente la compresi6n
por un secuestro libre o por la deformaci6n vertebral. Aunque es posible que la
paraplejía potica se instale de una manei'a primitiva, casi siempre es precedida
de U11 período de irritación mdicular con rigidez de la columna vertebral. En principio puede admitirse como mucho más graves las paraplejías debidas a paquimeningitis o secuestros que la producida por abscesos.
El estudio del líquido cefalorraquídeo así como la prueba de Queckenstedt-Stookey, ha de practicarse en todos los casos en que se sospecha la compresión medular. De esta manera tendremos una idea aproximada del grado de compresión.
En paraplejías curadas desde largo tiempo no hay bloqueo. En cambio, suele
observarse bloqueo parcial si la paraplejía se halla en período de regresión. SORELL
ha demostrado que en paraplejías potticas recién curadas, la prueba manométrica
acusa generalmente un bloqueo parcial que subsiste durante algunos meses. Ello
demuestra, por tanto, que en estos casos ha de concederse mayor valor al resultado
de la exploración neurológica que a la prueba manométrica.
La osteomielitis craneal puede dar lugar a serias complicaciones cerebrales,
absceso extradural, trombofeblitis de los senos, absceso cerebral, meningitis, la
imagen radiográfica puede ser como en el caso que se muestra, característica, salvándose el enfermo por la intervenci6n precoz. La osteomielitis vertebral es excepcionalmente primitiva, yendo precedida casi siempre de un foco supurado (angina,
flemón, foruneulosis). La supuración se extiende por el espacio epidural desarrollándose el cuadro de una compresión medular, zona precedida durante unas horas
de un dolor brutal en la región vertebral afecta. En las formas óseas con formaci6n de trayectos fistulosos la confusión con la espondilitis tuberculosa es muy
posible. El tratamiento, aparte de sulfamida¡;; y penicilina, consistirá en la lamiectomía y drenaje.
Existen casos localizados de enfermedad de Paget craneal en que tanto clínicamente C01110 radiológicamente la confusión es posible con un tumor cerebral. Se
han descrito síntomas de hipertensión con estasis papilar, manifestaciones de los
últimos pares craneales con vértigo, sordera, anestesia o algias trigeminales, pa31
396
ANALES DE MEDICLVil y CIRCGIA
Vol. XXlI. - ~.o 30
ralísis facial, dc. Cuando se asocian trastornos olfatorios, manifestaciones psíquiC~lS y paresía facial la confusión es posible con 1111 tumor frontal. Las manifestacIones cerebelos as son también frecuentes, En el Paget vertebral la compresión
medular se establece bien por fracturas () luxae:ol1es bien por exoslosis local o difusa.
Además de la osteítis fibroqllística que puedc también localizarse en la columna vertebral ha de tenerse cn cuenta en niños la osteosatirosis. Se dcscribe un
caso de fractura espontánea v'?rtebral con paraplejía en un niño de pocos ailOS
y que fué considerada como poliomielitis. Finalmcnte, se citan otros procesos, como
escoliosis, xantomatosis crancal y vertcbral, tumores óseos, ets., que pncden dar
lugar también a las manifestaciones' neurológicaslllás variadas.
Radioterapia antiinflamatoria
Drs. A.
MODOI,EJ,I.
y F.
MANCHÓN
(Sesión celebrada el 24-XI-45)
La aCClon antiillf1amatoria de la radioterapia fué conocida muy precozmentc
y alcanzó un desarrollo de importancia en los veinte años subsiguientes al descubrimiento de Roentgen; pero la construcción y generalización de instalaciones de
gran potencia, y la tendencia establecida hacia el año 1915 del empleo exclusivo
de las grandes dosis, relegaron temporalIf1ente al olvido esta importante rama de
la terapéutica, por los desastrosos resulta,ios obtenidos con la nueva técnica. Más
de diez años pasaron al1t~s dc reapareccr la radioterapia antimflamatoria en forma
firme y dcfinitiva, al comprender que la acción antibiótica utilizada en las ncoplasias no era la única que podía obtenerse con la radiación, sobre todo cuando se
reducían las dosis considerablemente.
Los autores de esta comunicación ya observaron al principio de su especialización la notable mejoría conseguida en las neoplasias ulceradas e infectadas, a
consecuencia de las primeras sesiones radioterápicas. Posteriormente, a medida
que fueron conociéndose las aplicaciones antiflogísticas de la radioterapia, fueron
ampliando su campo de acción y en la actualidad cuentan con una casuística de
importancia.
Esta acción antiinflamatoria se ha interpretado de numerosas maneras. La
mayoría de los autores, no obstante, admiten una acción local y otra general. La
acción local ha sido descrita como una csterilización del foco séptico (Heyelenhaill
y Fried) aunque el poder bactericida de la dOSIS antiflogística sea nulo (Coga).
Se explica por una modificación físico-química dc las proteinas irradiadas (Wagner
y Schünhof), o por esthnulación del sistema reticuloendotelial (Wagner, Fiessinger). Tamh;én se ha puesto un efecto picnótico sobre los leucocitos y lIlacrocitos
(Holzknccht y Pordes) C011 posterior liberación de anticuerpos y substancias inmunizalltt's. Fi.na11l1E'nte (Plichet) se invoca una vasodilatación que activa la circulación y modifica el equilibrio ácido-básico en el sentido de neutralizar la acidez
inflamatoria. La acción gencral ha sido comparada al schoc proteínico, con sus
numerosas accioncs sccundarias.
Antes dc analizar su estadística describen éon detalle la evaluación del caso
más frecuente, el forúnculo, casi siempre de localización cefálica (cara y cuello).
Pocas veces se ha podido iniciar el tratamiento en los primeros momentos de su
desarrollo, consiguiéndose entonces fácilmente un resultado abortivo. Lo corriente cs quc sc haya dejado pasar algún día (de tres a cinco) con curas locales y que
solamente, cuando la tcmperatura asciende y los síntomas locales se manifiestan
en forma de cdema cxtendido con linfangitis o sin ella, se recurre al tratamiento radiotcrápico, ya sólo, ya combinado con otras terapéuticas antiinfecciosas
(Sulfmnidas, ctc.) Una vcz iniciado el tratamiento, el pronóstico y el curso futuro
de la inflamación pueden ser anticipados en la mayoría de los casos. El dolor,
después de una exacerbación pasajera, cede rápidamente; la temperatura se normaliza, el edema, de límites indecisos, retrocede y se circunscribe en las proximidades del foco; y la linfangitis desaparece. La punta del forúnculo se abre y
deja l'ezuma¡- unas gotas de líquido citrino y trallsparente. La curación total se
obtiene cn 111uchos casos a los tres días de la primera irradiación.
La estadística prescntacla por los autores se refiere a 362 casos, de los cuales
Descargar