TEXTO VI. El aspecto físico Actividades . Lee el texto en casa y posteriormente redacta un texto en el que expongas tus ideas sobre la importancia que la sociedad y tú le reconoces al aspecto físico de las personas. En tu exposición puedes incluir ejemplos que hayas vivido o sólo conocido. Al final fundamenta los sentimientos que te hayan provocado el tratamiento de este tema. Lee el trabajo en una plenaria con el objeto de discutirlo grupalmente. La fisonomía La apariencia física posee información potencial sobre el origen étnico, nivel socioeconómico y cultural, estado de salud, capacidad cognitiva, carácter, situación emocional y estética, entre otras, de las personas, cuya valoración influyen en su comunicación para sí mismo (intra-personal) y la comunicación para los demás (inter-personal) Una persona que desde pequeña (o) fue evaluado como atractiva o simpática es probable que crezca con alta estima, sea seguro (a). Sin embargo, esta relación puede modificarse por imponderables como un problema físico o mental, por sus experiencias en la infancia y/o por su carácter, lo cual provocará el incumplimiento de sus expectativas. Pero de cumplirse, las atractivas tienen ventaja en las relaciones interpersonales, de pareja, personalidad, popularidad, sexualidad y laboralmente, debido a que La autoimagen es el sistema básico a partir del cual se desarrolla y florece toda nuestra conducta de comunicación manifiesta. Esta no es más que una extensión de las experiencias acumuladas que han acabado por construir nuestra comprensión de nosotros mismos. En resumen, lo que somos o creemos ser, organiza lo que decidimos y hacemos. Parte importante de nuestra imagen es nuestra imagen corporal; tal vez la primera que se constituye en nuestra más tierna infancia.1 En efecto, la ‘clasificación’ del físico de las personas se inicia desde el nacimiento, en familia. Después de interesarse por el sexo del recién nacido la segunda 1 Günter, Rebel. El lenguaje corporal. Lo que decimos a través de nuestras actitudes, gestos y posturas. EDAF, España, 1996. pp. 158. observación que se suele hacer es sobre el aspecto físico: “Hay qué bonita o simpática niña (o). La tendencia a evaluar el físico, incluso antes del estado de salud del niño refleja la importancia que le han prodigado todas las culturas del mundo. En la antigua China a las niñas de la nobleza les calzaban pequeños zapatos de madera para que no les crecieran demasiado los pies ya que los pies pequeños eran signos de distinción. En Grecia antigua las personas con defectos físicos eran marginadas y se hacía apología de la belleza, como lo demuestran las estatuas en mármol de los diferentes dioses y héroes helénicos y romanos. Los concursos de belleza en Grecia se realizaban en honor a la diosa Afrodita en la que Paris le daba una manzana de oro a la diosa más bella. El escritor Homero de la Grecia clásica dio cuenta de una historia de amor y guerras en sus dos celebres relatos, La Iliada y La Odisea. En ellas narra las peripecias que sortearon Ulises y Homero durante la guerra de Atenas contra Troya a causa del robo de la bella Elena, esposa del rey Menelao, por parte del príncipe Paris. En la era prehispánica, los mayas colocaban pequeñas tabletas de madera a sus hijos recién nacidos en la parte superior del rostro para formar un nivel recto entre la nariz y la frente, por motivos estéticos. En el México moderno los concursos de belleza se iniciaron en la década de los veinte del siglo pasado como consecuencia del surgimiento del auge del cine, la radio y la fotografía. El primer concurso se celebró en septiembre de 1921 y se llamó La India Bonita. La ganadora fue María Bibiana Urbide. Estos ejemplos históricos, de miles que ha habido y que hay en todas las sociedades del mundo, puntualizan la idea de que la apariencia física siempre ha sido un factor distintivo en la evaluación y valoración de las personas. La asunción de las formas de gobierno de tipo democrático que entre otras medidas ha prohibido la discriminación, ha sido ineficiente para evitar la distinción. En todos los extractos sociales y aún en círculos locales, la belleza física sigue siendo factor importante en las relaciones interpersonales y laborales, especialmente en las sentimentales. La revaloración de la apariencia física se ha profundizado debido a que se ha constituido en una mercancía universal, por eso ha sido muy difundida por los mensajes mediáticos, principalmente de entretenimiento y publicitarios. El cine norteamericano, a nivel mundial ha impuesto estereotipos de belleza masculina y femenina. Las personas con rasgos sajones y eslavos, es decir, blancos, ojos de color, esbeltos y con cierta estatura son los arquetipos de la belleza y, por lo tanto, son los que constituyen el grupo de personas bien avenidas: el empresario, el científico, el deportista exitoso, el héroe, etc. En cambio, los personajes con características raciales hispanas o étnicas suelen desempeñar papeles secundarios: el mesero, el jardinero, el obrero, el bandido, el ratero, el mendigo, entre otras. En los últimos años se han producido en el cine cierto reconocimiento a las personas de los grupos marginados. Ahora es posible ver en algunas películas o programas de televisión a personas de color o hispanas protagonizando papeles importantes. Sin embargo, se sigue manteniendo la condición de que sean atractivos ya que se ha creado una estrecha relación del físico con los buenos y los malos sentimientos, el éxito o el fracaso, la nobleza y la vileza, los perdedores y los vencedores, entre otros. Las revistas del espectáculo continúan las tendencias estéticas impuestas por las grandes metrópolis. En los programas informativos, los conductores poseen rasgos fenotípicos que los identifican con los grupos sociales privilegiados. Lo mismo ocurre, incluso, en áreas de análisis sociales en donde, se supone, se privilegian los conocimientos, cultura y capacidad para interpretar temas políticos, económicos y socioculturales. Las excepciones se dan por el inocultable prestigio del participante o por su vínculo con el poder. La admiración por el físico se da en todos los niveles de la sociedad. La gente conocida y desconocida hace denodados esfuerzos para mejorar su presencia ya sea por voluntad o por necesidad. En la televisión se anuncian productos para perfeccionarla u obtenerla a través de cremas, ejercicios, aparatos, alimentación, dietas, entre otros. A nivel mundial las grandes empresas venden todo tipo de aparatos, proponen ejercicios o productos de belleza, a través de comerciales. Esta mercantilización ha provocado, entre otros, que se ignoren valores morales, éticos, intelectuales, universales y empáticos de las personas y que, por lo tanto, se tenga una vida apoyada y dirigida por lo superfluo. ¿Podría ser de otra manera? Frente a los derechos humanos que, entre otros, prohíbe la discriminación, cabe decir que hay fisonomías y condiciones aptas, por ejemplo, para el deporte. Un deportista de alto rendimiento debe poseer condiciones de salud y una fisonomía acorde con el deporte que práctica. Un basquetbolista, por lo regular requiere una estatura elevada. Esta selección también puede ser aplicable en la vida personal y cotidiana. A los profesores no se les exigen condiciones físicas estéticas. Por lo tanto, todos tenemos cabida en el ámbito laboral.